Aviso a navegantes
En Salvaguardar Depósitos, dije que “los ahorros deberían ser fuente de tranquilidad y seguridad, no de preocupaciones añadidas en estos tiempos tan revueltos. Haber conseguido ahorrar unos euros es una hazaña notable, dado el incremento de impuestos y precios en un contexto de creciente desempleo, quiebra de empresas, asfixia de autónomos y congelación de salarios y pensiones. La enorme mayoría de los ahorradores solo pide tres cosas: seguridad, liquidez y, por último, algo de rentabilidad. Una petición tan sencilla, pero tan pocas veces satisfecha por los bancos y cajas, sobre todo en los últimos años”.
Por desgracia, el empeoramiento de la situación económica en España y la voracidad de los bancos en su empeño por generar comisiones de su base cautiva de ahorradores hacen que los ahorros se hayan convertido en todo menos una fuente de tranquilidad y seguridad. Por el contrario, los riesgos con que se enfrentan están creciendo y la credibilidad de los bancos como fuente fiable de asesoramiento financiero se encuentra en sus horas más bajas tras los abusos cometidos en la colocación de acciones preferentes, bonos convertibles y varios productos estructurados de triste recuerdo para tantos clientes confiados e incautos, que desconocían los riesgos de estos instrumentos financieros.
Una sencilla definición del riesgo es la proximidad al daño o peligro. Dirijo una empresa de asesoría en este sentido, y es en este campo que creemos que los ahorros de muchas personas se encuentran en situación de riesgo, incluso aquellos en formatos considerados de bajo o nulo riesgo, tales como los depósitos a plazo, los fondos monetarios y de renta fija, por no hablar de los pagarés bancarios tan de moda en los últimos meses. De forma similar a lo ocurrido hace unos años con las acciones preferentes, muchos inversores no tienen una idea clara de los riesgos que acechan a sus ahorros. No aparecen en los titulares de la prensa financiera ni en los programas de noticias de radio o televisión, por lo que el ahorrador típico no piensa siquiera en tomar precauciones para protegerse de la tormenta que avanza algo más allá de la línea del horizonte.
Uno de los riesgos más importantes es la erosión paulatina y silenciosa del poder adquisitivo de los ahorros ocasionada por la inflación. Mientras los bancos centrales continúen creando cantidades ingentes de dinero electrónico sin ningún respaldo real (como el oro o las divisas de otros países), es sólo cuestión de tiempo para que la inflación alcance niveles no vistos en España desde los años 70. Espero ver este pico de inflación a medio plazo, incluso si se logra evitar el escenario fuertemente inflacionario de una potencial ruptura del Euro.
El riesgo de inflación hace necesario replantearse qué entendemos por protección de los ahorros. En un entorno inflacionario, no basta con mantener el valor nominal de la cartera en Euros para evitar pérdidas, sino que es necesario mantener el poder adquisitivo del capital invertido, de forma eficiente y sin sacrificar la liquidez de las inversiones.
Tan pronto se haga patente el brote inflacionario, darán comienzo los intentos del Banco Central Europeo (BCE), bajo control alemán, para frenar la tendencia inflacionaria mediante la subida de los tipos de interés. Cuando esto ocurra, muchos inversores se encontrarán con la desagradable sorpresa de que sus inversiones en renta fija habrán perdido valor, ya que los bonos existentes se devalúan en un entorno de tipos de interés crecientes. Este fenómeno se conoce como riesgo de duración, que implica un aumento de las pérdidas potenciales con la duración del tiempo que resta hasta el vencimiento del bono en entornos de tipos alcistas. Como los tipos de interés se han mantenido bajos en los últimos años como resultado de la flexibilización cuantitativa y las fallidas políticas de bajos tipos aplicadas por el BEC para estimular la economía, los asesores de inversiones han venido ignorando el riesgo de duración. Sin embargo, se trata de un vicio oculto con capacidad para generar pérdidas considerables en inversiones en apariencia seguras, tales como los bonos con largos plazos hasta su vencimiento o los fondos de inversión que los incluyen.
Este artículo es el primero de una serie de entregas semanales, en las que mi objetivo será identificar y explicar los riesgos principales para el poder adquisitivo y liquidez de los ahorros que detecto, así como ofrecer consejos prácticos sobre la mejor forma de evitarlos mediante la adopción de medidas simples y económicas, factibles para cualquier persona decidida a tomar el control de su patrimonio financiero. Les invito a compartir conmigo estas ideas durante las próximas semanas, en las que confío en que establezcamos un diálogo útil y constructivo. Como siempre, quedo a la espera de sus comentarios y sugerencias.