Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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SALDOS INMOBILIARIOS

Barrer¿Se acuerdan cuando nadie creía posible que los precios de la vivienda caerían tarde o temprano? Ahora no se pone en duda que eso esté pasando. Recuerdo cuando algunos expertos aseguraban que no bajarían porque se sujetaban en una manera de entender la riqueza y el ahorro por parte de los españoles. Se decía que en este país la propiedad estaba enquistada socialmente y sería difícil que la oferta cayera. En aquellos tiempos, apenas hace tres años, unos pocos augurábamos un descenso neto en el valor de la vivienda, mientras que la mayoría sostenía lo contrario y que lo más parecido a una situación de ese tipo sería el estancamiento del coste, lo que, debido a la inflación, en definitiva vendría a ser una bajada virtual de precios.

En una conversación, tras un debate, Gonzalo Bernardos me comentó que en España los ciudadanos pensaban que la vivienda era una excepción al comportamiento de las leyes de la oferta y la demanda, y que estaban convencidos que el precio de la vivienda subiría tanto cuando la demanda excediera a la oferta, como cuando esta la superara. Pero esa opinión, que ya era extravagante, no aparecía en ningún manual de Economía. No se conoce ningún documento que hablara de tal excepcionalidad. Entonces, ¿por qué todo el mundo creyó que ese era el devenir lógico en el mercado residencial español? ¿Por qué se pensó que en España la vivienda no podía bajar? Es un misterio que ahora nos pasa factura.

El tiempo ha dado la razón a los que veíamos el futuro como una colección de golpes y garrotazos. Las ventas caen hasta la desaparición, las obras se mantienen en servicios mínimos, los despidos se generalizan a medida que se certifican las fases de las obras en curso y los arquitectos buscan desesperadamente concursos en las administraciones públicas. Y es que el mercado de la vivienda en España no tenía ninguna característica singular para que constituyera una excepción de las leyes de oferta y demanda. Es una obviedad de primero de carrera que el precio de la vivienda bajaría cuando existiera un exceso de oferta.
El precio de la vivienda en España ha bajado un 30% en España durante este año en algunos casos. En el informe de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), empresa participada por Santander y BNP Paribas, ha dicho que la única opción es bajar precios. Sin ser garantía de venta, la rebaja se convierte en la única salida para algunos promotores ahogados a deudas y convierte el parque de vivienda libre en algo más atractivo para los inversores medios.

Aquellos que inflaron la burbuja a costa de reventar un mercado esquizoide, los inversores patrimonialistas, que destinaban el piso adquirido al arrendamiento como deporte, ya no puedan pagar la cuota hipotecaria con el importe del alquiler. La inversión especulativa está en una decena de países de Europa y América. Las grandes redes inmobiliarias aplican rebajas contundentes en sus catálogos para dar salida a sus existencias de pisos, aunque no parecen ser suficientes para atajar la hemorragia..

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