¿PORQUE SUBE EL PETROLEO?
Las causas del encarecimiento del petróleo ni son difusas ni vienen de montañas lejanas. El petróleo es un valor refugio, como otras materias primas. El dólar ya no es negocio y eso provoca un problema en la oferta y en la demanda de otros escenarios especulativos. Con el petróleo especulan los fondos de pensiones, los países productores, inversores objetivos y en definitiva el propio sistema financiero que precisa colocar dinero en cosas con un futuro rentable. El problema más importante radica en otros aspectos derivados de su consumo y de la dependencia que nuestro mundo moderno le tiene. De hecho, el oro negro sube porque hay una demanda creciente, una oferta estancada y una depreciación del dólar importante.
Lo primero es obvio, la sola incorporación de los países emergentes
supone un décalage dramático en cuanto a la demanda real, pero además,
y por si fuera poco, el crecimiento de la petición de combustibles por
parte de occidente se ha duplicado en los últimos 15 años. Con respecto
al tema de la oferta, el segundo factor, cabe detenerse en la clave de
producción y de explotación. Aunque sabemos que el petróleo no se
acabará en mucho tiempo, lo que si se está reduciendo es su extracción
y el ritmo con el que se pide esa generación. Según la Agencia
Internacional de la Energía, el petróleo no se acabará, o no lo veremos
en esta generación, pero lo que no podremos ofrecer en breve será la
opción de suministrar el petróleo que se necesite y al ritmo que se
exigirá. La demanda no para de crecer y la oferta es incapaz de dar
respuesta. Lo curioso es que hace 4 años que nos avisan y ahora
empezamos a notarlo en forma de precios altos del carburante. El tercer
aspecto que influye en el aumento de precio del barril es la
depreciación global del dólar. Si hace un año se precisaban 70 dólares
para pagar 160 litros de petróleo, ahora, esos mismos 70 dólares tienen
un valor mucho menor, hoy esos 70 dólares valen unos 46 en el ámbito
del valor absoluto interdivisa, por lo que para pagar los 70 que
cuestan realmente, ahora se precisan 104 dólares o más para equiparar
valores, producciones y divisa de cambio. Si a esto le sumamos todo lo
anterior, el cóctel es explosivo.
Pero la escena de cama no es esta. El informe de la Agencia
Internacional de la Energía, que ya avisó de que alcanzaríamos la
situación actual, anuncia ahora que en 2011, con el crecimiento al
nivel de hoy en día o en la peor de sus versiones bajistas, y a nivel
mundial, se producirá menos combustible del que necesitaremos. La
oferta no cubrirá la demanda, habrá escasez de energía artificial por
primera vez en la historia de este planeta. ¿Catastrofistas? Tal vez,
pero soy de los que sostiene una máxima que parece tomar cierta entidad
en los últimos meses incluso en el ámbito de la economía doméstica
nacional por ejemplo: “en nuestra sociedad tiene más importancia el
creer que el conocer”. Si hace unos años, todos los que iniciaron
consumos crediticios e inversiones retorcidas hubieran conocido, en
lugar de creído, es decir, si se hubieran informado objetivamente en
lugar de pensar que era imposible que todo se desmontara por arte de
magia, ahora, tal vez, estarían mucho mejor preparados para enfrentarse
a la madre de todas las crisis.