¿SE IMAGINAN?

MafiaTengo el estómago revuelto. La culpa les aseguro que no es de lo que cené anoche. Los responsables son los directores de algunos medios de comunicación a los que me he asomado esta misma mañana. ¿Era necesario poner a políticos sin criterio en todas las tertulias importantes de la radio española para hablar de la novedad del mes? ¿Era preciso humillarnos hasta tal punto? ¿Nadie se ha parado a pensar que la crisis ya llegó y que ahora no interesan los discursos de diseño, los navajeros de aparato, ni las frases hechas por los jefes de prensa de los propios partidos?

Esta misma mañana he sufrido los reproches vacíos, inconsistentes,
politiqueros y miserables de los especialistas económicos del PP y del
PSOE en la Cadena SER. En otros medios se repite la misma actuación con
diferente reparto. Aquí y ahora toca hablar de crisis, pero nadie
abandona la palabrería y asume con objetividad que es urgente un
Pacto de Estado de muchísimo contenido y fiabilidad para comunicarle a
los españoles que la fiesta se acabó, que ahora lo que viene es la
mayor penuria
que la mayoría de los que no pasamos de los cincuenta hayamos vivido jamás.

Y me pregunto que es la política. ¿De que va? ¿En que la están
convirtiendo ese atajo de mediocres que ahora la magrean y la ensucian
con sus manos grasientas todos los días?
Estamos a las puertas del
infierno y estos tipos siguen con el “y tu más”. Los políticos ya nos
son políticos, son individuos que se guardan las cartas para cuando
interese sacarlas. En los próximos días, resulta que sabremos cosas que
no se sabían. Las suspensiones de pagos en septiembre colapsarán los
juzgados
, se extremarán los enlaces hacia pozos sin fondo y la
reprimenda financiera será mayúscula. Durante ese tiempo los dirigentes
que pagamos para amortiguar esta situación se han comportado como
niños midiéndose las pollas. Incluso a los intocables presidentes de
los clubes de fútbol se les abren expedientes cuando generan
crispación. Pero a estos tipos, ministros y oposición, que se les
supone educación y principios, valores y responsabilidad, se les
debería de abrir expedientes cuando en su acción política lo único que
logran es crispar, enfadar, provocar conflictos y marear la perdiz
mientras a nuestros pies se abre la tierra en canal
.

No existe memoria, no existe decoro ni conciencia y la carrera hacia
una colina llena de mierda ya ha empezado. El juego limpio ha
desaparecido. Luego se llevan las manos a la cabeza con los porcentajes
de desinterés y abstención. Los políticos nos han perdido el respeto y
en general, se lo han perdido al sistema y se ríen de él jugando a las
guerrillas estériles
. En lugar de tranquilizarnos y procurar encontrar
el listado de soluciones para aliviar el cataclismo económico que nos
ahoga ya, lo único que consiguen es generar malestar, ardor de estomago
y más preocupación.

Tengo esperanza en la política, pero he comprado toneladas de
bicarbonato porque no creo en mis políticos contemporáneos. Esos que
llamamos ilustrísimos están convirtiendo la política en algo pequeño e
insignificante, de un tamaño tan ridículo que ya no se la ve
. Por
suerte, creo que sigue existiendo, pero por desgracia está detrás de
toda esa mugre. Debo ser un iluso, pero lo soy conscientemente porque
me sirve para seguir pensando en cosas positivas. ¿Se imaginan por un
momento que los candidatos a dar forma cóncava al sillón de turno
dijeran algo que no esperamos? ¿Que por un momento escucharan más y
hablaran menos? ¿Que dijeran lo que quieren decir y no lo que creen que
queremos oír? ¿Se imaginan que no utilizaran palabras vacías? ¿Que
perdieran esa particular capacidad de articular diversos discursos
simultáneos para públicos también diversos según convenga? ¿Se imaginan
que lo prometido fuera deuda? ¿Que no fuéramos electorado sino
electores? Se imaginan…

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