Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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ING INDIRECT

IngEsta noche va a ser larga para los que tienen ahorros en el grupo bancario holandés ING. Hay pánico y muchos son los que están intentando realizar transferencias electrónicas desesperadamente. Algunos de los que lo intentan están recibiendo un mensaje de que “por mantenimiento” esa operación no es posible. No seré yo quien tire gasolina al fuego, no es necesario pues quien lo ha hecho es el gobierno holandés esta misma tarde. Resulta que el inservible ejecutivo de los Países Bajos ha tenido la brillante idea de inyectar 10.000 millones de euros en el ING para reforzar, según dicen, su situación financiera,

El conjunto de responsables de las finanzas de medio mundo deben pensar que nos chupamos el dedo por parejas o en grupos de tres. La moda de la inyección de miles de millones de euros es una farsa de un tamaño que ya empieza a asquear. Resulta que el regalito holandés es a cambio de una especie de acciones distorsionadas que el banco cede al ministerio de Finanzas. Traduciendo, el banco sigue perdiendo peso, su valor se derrumba y la gente retira sus depósitos. Al final resultará lo mismo pero amplificado. Un banco recorriendo las cloacas, pero acompañado de un montón de dinero de los contribuyentes que nada tenían que ver con el asunto.

Además, por mucho que les digan a los accionistas que su capital no se diluye por dicha inyección a cambio de esa especie de participación estatal, la verdad es que no es así. El 25% del valor del banco en bolsa será de titulización estatal. Es más, ING se convertirá en la primera entidad que va a utilizar parte de los segundos 20.000 millones de euros que el Gobierno holandés, como otros muchos en todo el mundo, ha puesto a disposición de las entidades financieras para hacer frente a la situación. Estos del ING ya se ventilan la mitad. Ahora revisemos que ha pasado brevemente. El mayor banco de Holanda perdió una cuarta parte de su valor el viernes pasado tras los rumores fundados de que podría necesitar una inyección de capital. Curiosamente la entidad desmintió que tuviera ningún problema de liquidez pero no era así. Lo demuestran esos 10.000 millones inyectados con urgencia.

En España ING Direct tiene casi dos millones de clientes, que tienen depositados más de 13.800 millones en ahorro. En nuestro país hay dos tipos de entidades extranjeras. Por ejemplo unas que, aunque foráneas, son entidades de pleno derecho español, con ficha bancaria propia. Entre otras, puede citarse a Barclays Bank, Deutsche Bank SAE, Banco Caixa Gíral o Banco Cetelem. Este tipo de entidades extranjeras con presencia en España, al disponer de ficha bancaria propia, se acogen al Fondo de Garantía español. Por otro lado tenemos las sucursales de entidades de crédito extranjeras comunitarias, que no tienen ficha bancaria propia. En estos casos, la supervisión suele ser doble ya que recae sobre el Banco de España y sobre el Banco central del país de origen de la matriz. Aquí están los ABN Amro, Banco BPI, Banco Espirito Santo, Banco Primus, Banco Sygma, Boursorama, Dresdner Bank y el famoso ING Direct. En estos casos, los ahorros de los clientes están asegurados por el Fondo de Garantía de Depósitos del país de origen de la matriz y no por el español. En el caso hipotético de una quiebra de un banco extranjero que afectara a una sucursal española habría que recurrir al Fondo de Depósitos del país en cuestión, aunque los trámites y la diligencia para cobrar serían los mismos que en España. Esto es la clave. El fondo de garantía del país de origen es importante pero no por el valor que garantizan sino por el estado en el que se encuentre dicho fondo. ¿Que garantiza el Fondo islandés ahora mismo? Por supuesto que unos ahorros en el ING están garantizados por el Fondo holandés, pero ¿cual es la salud financiera de ese Estado? ¿En cuántos bancos ha tenido que intervenir ya? Por si no lo recuerdan ya tuvo que soltar lastre para el Nesm y para comprar las divisiones holandesas de Fortis y ABN Amro por 16.800 millones de euros. Vamos que yo prefiero tener mi dinero más cerca, ya me entienden.