Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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Quiebra Intelectual

El bochorno va en aumento y, con él, el alejamiento de la ciudadanía de la política. No debe ser una sorpresa. El espectáculo que una pandilla de inservibles alejados de la realidad que se sientan en el senado ofrecieron ayer fue repugnante. Da igual de que cuerda o que decían, la esencia misma de la política y de la gestión se escapó por el desagüe de la decencia. En el Congreso no fue mucho mejor y supongo que hoy mismo va a ser similar. Mientras tanto medio mundo advirtiendo de la que se nos viene encima.
Justo cuando un grupo de tecnócratas se escupían los unos a los otros, los problemas de liquidez aumentaban en los grandes bancos españoles. Es un secreto a voces entre los gestores de fondos que los recursos que aplican esas entidades para obtener capacidad de uso está llegando a lo inaudito. Además, aquellos que tienen los “transfers” que permiten visionarlo a tiempo real, saben que se están pagando intereses de quiebra a cambio de fondos de pensiones y participaciones de respaldo. Las deudas de cada uno de esos bancos españoles no hay manera de colocarlas, no las quiere nadie. Por si fuera poco, las fugas de capital son cada vez menos disimulables.

A medida que avanzan los días y se evidencia que Zapatero no es capaz de cumplir con las exigencias europeas, el riesgo de quiebra se acentúa. Cada medida anunciada ha sido rebajada, cada solicitud de Europa se ha moderado poco a poco. Los países que exigen un ajuste cierto y radical por el peligro que supone nuestra situación, no están para muchas esperas. O aumentan los impuestos hasta límites que ahora parecerían un insulto y se reducen sueldos en términos globales incentivando además el ahorro o nos van a dejar quebrar. O se toma en serio que hay entidades financieras que deben caer por estar en insolvencia manifiesta o el FROB va a ser el título de una fiesta siniestra.

España necesita una revisión radical de sus leyes laborales, una reforma absoltua de su sistema de pensiones y la acelerada consolidación de sus bancos para evitar la quiebra. La economía española necesita reformas de largo alcance y de calado. Los desafíos son serios: un merado laboral que no funciona, el estallido de una burbuja inmobiliaria, un gran déficit presupuestario, fuerte endeudamiento del sector privado y externo, crecimiento anémico de la productividad, débil competitividad y un sector bancario con bolsas de debilidad. 

Ayer, desde otro país sudamericano, analicé la actividad de los inversores que consideraron a España, junto con Portugal, como el siguiente país de la Europa occidental con más probabilidades de verse afectado por la crisis de la deuda soberana y de entrar en quiebra técnica. A cambio de la realidad que todos vimos en nuestras pantallas, la ministra de economía española en un alarde de manipulación digna de la propaganda más burda, dijo que los analistas del FMIcoinciden con el Gobierno, que cree que la economía española ha entrado en una fase de estabilización después de la severa crisis de los dos últimos años’.

Ayer, el Frankfurter Allgemeine Zeitung ponía a examen todo el paquete de ajuste español diciendo que “cada vez hay más dudas a nivel internacional respecto a la capacidad de reformas de España (…) Después de Grecia, España, además de Portugal, es considerado el próximo país del euro que podría tambalearse debido a su alta carga de endeudamiento y parece evidente que el riesgo es mucho mayor del que se explica oficialmente