Flash Crash
En algunas conferencias hablo de la escasez de tiempo para razonar, de la voluntad ordenada y sofisticada de los que dirigen el planeta para que estemos bajo la sensación de que todo está bajo control y que, si se escapara, ellos tienen el elemento que lo solucionaría. Obviamente es una ilusión que tiene mucho que ver con los modelos de gestión modernos de la información, de la viralidad y de los aspectos más automáticos de la toma de decisiones. Hoy Luis Benguerel nos habla del High Frequency Market y de sus curiosidades. Vale la pena leerlo pues proviene de alguien que “pelea” a diario con este modelo de trade altamente tecnificado. Cuando yo me retiré del trading y de los mercados como broker delegado este sistema de gestión del trading no existía, o por lo menos era absolutamente insignificante su importancia. Ahora es todo lo contrario. Os invito a disfrutar del maestro.
Hoy hablaremos de la maquinas de alta frecuencia que actúan en los mercados. Muchas veces cuando hablamos de los mercados pensamos que detrás de ellos está una persona malvada ( hedge fund) actuando sobre ellos. Se desconoce la realidad. No siempre es así. Actualmente en el mercado actúa software creado por ejércitos de matemáticos que estructuran sistemas que compiten entre si a tal velocidad que son imposibles de detectar por el ojo humano. En milésimas de segundo se suceden millones de operaciones en el planeta organizadas por estos programas de aritmética informática.Es bueno tener presente que estos programas se crean para todos los mercados, tanto de renta variable, futuros, divisas o renta fija. Su objetivo es entrar y salir muy rápido del mercado para ir a ganar muy poco, valores insignificantes en su unidad pero valiosos en el conjunto. Cuando logran mucho volumen aportan grandes ganancias a fin de mes. Cuando estás comprando o vendiendo algún valor menos liquido que los grandes, puedes ver como actúan esta maquinas y es alucinante. Por ejemplo, si introducimos la orden en la primera posición, en un abrir y cerrar de ojos un grupo de entre 6 y 8 maquinas se ponen al mismo precio que nosotros o por delante nuestro. El funcionamiento de los programas es muy complejo y no entraremos a analizarlos ya que por norma general son secretos y muy sofisticados, pero lo que si vamos a intentar es interpretar son las consecuencias de estos diablillos binarios.
Los creadores y defensores de los programas nos dicen que son los que dan liquidez al mercado. Hay que tener presente que se dice que a día de hoy, por ejemplo, en el caso de la renta variable en Estados Unidos (el mayor mercado del mundo) son el 70% de las operaciones que se cruzan cada día, en Europa se habla de un 40%, de ahí que en estos términos empiece el problema.
Primero y mas importante tengamos presente que el objetivo principal de los programas es seguir la tendencia y ser los primeros en estar en el mercados adelantando la acción de la competencia. Para entender que son y que son capaces de provocar, hablaremos de un caso que se hizo famoso en su día y que demostrará que no es oro todo lo que reluce. El peligro que suponen estos artilugios es muy alto.
El el 6 de mayo de 2010 alguien vendió a mercado (una orden real) una gran cantidad de futuros del índice Standard and Poors. Eso provoco en primer momento una pequeña caída del mercado entorno del 1%. Sin embargo, después, lo que sucedió fue que se activaran todos los programas en ordenes de venta. Fue entonces cuando en pocos minutos viéramos caer los índices Americanos cerca de un 10%. Tened en cuenta que un 10% en un mercado como los que hablamos es una hecatombe. Miles y miles de millones que se desvanecen y se pierden por el desagüe.
No obstante eso no fue lo peor. Vimos caer cerca de un 90% algunos de los grandes valores. Se produjeron devaluaciones de acción que pasaron de 40$ a 0,01$. Todos los traders y brokers del mundo que seguimos aquello a tiempo real nos preguntábamos que leches estaba pasando. ¿Qué había detonado tantas ordenes de venta?, ¿qué noticia no sabíamos o se nos escapaba? No había respuesta. Hasta pasados unos pocos minutos, justo cuando el mercado se empezó a recuperar, se nos comunicó que los sistemas habían actuado todos a la vez y en venta.
Habíamos asistido al primer Flash Crash de la historia. Después se anularon varias operaciones en valores que vimos con esas caídas tan fuertes y el mercado se relajo durante unos días. Fue entonces que salieron las voces asegurando que se tomarían medidas para que esto no sucediera nunca más. Para los que estéis pensando que esto no afecta a los que no tocan renta variable quiero comunicar que se equivocan. Los hfm lo tocan todo. Suelen ser responsable de que se coloque deuda soberana más cara de lo que seria de esperar, suele implicar que paguemos más interés en algunos casos y que los gobiernos de turno tengan que actuar de modo alcista en materias primas o alimentos. Al final nos afecta a nuestros bolsillos.
¿Por qué no se regulan estos dispositivos? Hay mucho dinero en juego y algunos lobbys controlan bien su funcionamiento. ¿Volverá a pasar un Flash Crash? Parce ser que ya ha vuelto a pasar. Según Serenity Markets eso le pasó a Apple hace bien poco. De hecho, hace muy pocas semana lo vimos en el oro por ejemplo, lo que es ciertamente preocupante.
El mercado está estimulado por programas que no tienen sentimientos, ni analizan nada de fundamentales, ni noticias. Su único objetivo es ganar el máximo de dinero en el menor tiempo posible y, sobretodo, siendo los primeros en estar dentro del mercado en busca de la siguiente operación. Los demás tenemos que aprender a convivir con estos sistemas y ser prudentes. Lo que nos diferencia de esas maquinas está por ver si nos da ventaja. Regular el mercado es complicado, hay mucha resistencia. La todo poderosa Merkel habló de regulaciones en los mercados hace poco y la city de Londres casi la liquida. En poco salió su primer ministro a desmentir: “El Reino Unido se desmarca del acuerdo para reforzar la Unión Europea”.
Por el momento, que se sepa, la única solución que es que los propios sistemas algún día se terminen devorando los unos con los otros. Es posible que con las perdidas que ello produzca, estos sistemas tengan que autorregularse por narices. Ya veremos, pero eso en el corto plazo parece imposible. Volveremos a tener otro Flash Crash, eso es seguro. Recemos para que, por lo menos no nos empuje más al precipicio. Solitos ya nos hemos puesto en la cornisa.