Facebook presenta su 'chatbot' y abre la puerta a las conversaciones sintéticas.
Durante los dos últimos días se ha celebrado la convención para desarrollares de Facebook, la llamada F8. El número de novedades que presentó la empresa fue importante, sin embargo lo más relevante es el arco de influencia que todas esas novedades van a tener. Digamos que Facebook se ha lanzado a una conquista transversal de todo. Ni el propio Google, ni Apple, ni Amazon, nadie tiene una posición más idónea en la nueva Internet, la que funciona desde un móvil, desde cualquier lugar y conectando cualquier cosa. Nadie tiene más claro como vincular usuarios finales con motivos comerciales.
Las cuatro aplicaciones más usadas del mundo son de este gigante que hace apenas una década no era nada: Facebook, WhatsApp, Instagram y el propio Messenger. Es más que probable que el nuevo diseño del algoritmo de Facebook esté afectando de manera importante mucha de las cosas que suceden en cualquier lugar del planeta. Si a esto le añadimos que a tener de lo anunciado estos días en el F8, Facebook está decidido por liderar mucho de los nuevos aspectos que tienen que ver con el futuro inmediato tecnológico: Big Data, Realidad Virtual e Inteligencia Artificial.
Hoy hablaremos de la última. El CEO de Facebook, Mark Zuckemberg confirmó que los ‘chatbots’ sustituirán en breve a muchos seres humanos que atienden el servicio al cliente en la mayoría de empresas. Aseguró que Facebook tiene planes para que pronto empiecen a funcionar, pero lo interesante será que los ofrecerán para que todas las compañías del mundo los puedan usar para vender cualquier cosa: seguros o gafas de sol.
Atendiendo a que las promesas que hace Facebook en su conferencia anual se cumplen -recordemos que el año pasado aseguraron que convertirían su plataforma Messenger en un centro para el comercio electrónico, productividad e integraciones con Uber para contratar taxis desde Messenger, con Spotify para compartir listas de reproducción, con KLM para hacer la gestión de tarjetas de embarque y con Dropbox para compartir archivos- podríamos interpretar que este es el nuevo reto que se cumplirá.
Que Facebook ponga en marcha procesos vinculados a la implementación de la Inteligencia Artificial es, dentro de lo que cabe, lógico. Tiene capacidad para investigar, comprar e implementar. Sin embargo detrás de esta ‘normalización’ inminente del uso de este tipo de operadoras artificiales e inteligentes, se esconde un paso más hacia la aceptación global de un escenario sociológico inmediato: la coexistencia entre humanos y máquinas cada vez más inteligentes hasta el punto que ‘conversaremos’ con ellas olvidando en ocasiones que no son ‘como nosotros’.
Facebook tiene previsto que cuando utilicemos Messenger para interactuar con KLM o Uber por ejemplo, en realidad lo hagamos con un robot. Zuckemberg explicó ayer que ya están siendo utilizados en casos como los artículos que envía CNN a los usuarios o el de 1-800 Flowers que entrega flores con mensajes personalizados artificialmente.
Que una empresa utilice este tipo de automatismos en el servicio al cliente es importante, que lo haga una empresa cuya ‘clientela’ asciende a 900 millones de personas es algo trascendental. En ese sentido el vicepresidente de la compañía explicó también que ‘los motores de búsqueda pueden proporcionar contenidos sobre el clima, actualizaciones de tráfico, recibos o notificaciones de envío. La operativa comercial de Facebook es visionaria y, con toda seguridad, será muy rentable. Existen más de 50 millones de empresas que utilizan Messenger para comunicarse con sus clientes en la actualidad. Me quedo con el hecho de que empezamos a asumir cierto grado de Inteligencia Artificial como normal, razonable y potencialmente viable. Está abandonando el territorio de la 'ciencia ficción'.
El crecimiento de Messenger, de quien hablé hace unos días cuando me refería a la eliminación del número de teléfono, es espectacular. En iOS es la segunda App más descargada y la de mayor crecimiento en USA. En este tema de la robotización del servicio al cliente y la rentabilidad de la inteligencia artificial aparece claramente una apuesta por liderar el tráfico y relaciones entre empresas. Cuantos más servicios aportes mayor será la cuota de mercado que alcances. No son únicos, pero si son los primeros en apostar claramente por un modelo de acercamiento al público en general de este salto al futuro.
El estado del asunto no tiene tanto que ver con la evolución tecnológica. Esa está descontada que acelerará. Todos los elementos así lo confirman. El tema es sociológico, ético en algunos casos y de carácter humanista. ¿Cuándo estaremos preparados como especie para compartir espacios de relación y conversación real con máquinas pensantes? ¿Cuándo nos dará igual conversar con ‘algo’ independientemente de que sea un humano o un robot? Esa barrera mental todavía latente irá reduciéndose como lo hicieron otros aspectos de nuestra vida. Memoricemos con que interactuamos ahora, con que objetos nos relacionamos que hasta hace poco tenían a un humano en su lugar.
Probablemente el método por el cual nos acostumbraremos a ese modelo de relación tendrá más que ver con el desconocimiento que con la comparación. En múltiples ocasiones vamos a estar interactuando con un software o una voz sintética y no lograremos diferenciarla de un ser humano. Ahí se iniciará el irreversible proceso del que Facebook quiere ser uno de sus líderes. ¿Está la inteligencia artificial en condiciones actualmente de dar ese salto?
¿Es capaz el desarrollo actual de ofrecer respuestas reales en situaciones complejas o difíciles? Veamos, actualmente se investiga en campos como la resolución de problemas por búsqueda, la búsqueda clásica llevada más allá, la búsqueda de resolución de problemas por comparación, la resolución satisfactoria de problemas constantes, el razonamiento y conocimiento aplicado a agentes lógicos, orden lógico, interferencias lógicas, planificación por representación del conocimiento, cualificación de lo incierto, razonamiento por probabilidades, razonamiento por probabilidades fuera de tiempo, aprendizaje desde los ejemplos, aprendizaje con modelos de probabilidades, proceso de lenguaje natural, comunicación final de lenguaje natural, percepción volumétrica, percepción de sentidos simulados, percepción de valores éticos, planteamientos filosóficos aplicados a la matemática y algoritmos de respuesta no dependientes.
Los campos de la Inteligencia Artificial son muchos más. Son apasionantes y seguramente aun estamos lejos de cuanto va a pasar. Si bien hay experiencias muy interesantes como Watson de IBM, hay todavía espacios enormes por recorrer. Stuart J. Russell asegura que 'si comparamos la situación actual de la AI con la que teníamos apenas hace 30 años, una manzana sería lo que sabíamos hace una década de Inteligencia artificial, el globo terráqueo lo que sabemos ahora y lo que vamos a saber en 5 tendría el tamaño del sistema solar.'
Recordemos el curioso caso de Tay, el chatbot que Microsoft puso en Twitter bajo un perfil de raciocinio ‘milenial’ y que tiene cerca de 207.000 seguidores y cuya función era aprender del resto de compañeros generacionales y parecerse lo más posible a ellos. En apenas 24 horas, Tay se encontraba en una discusión monstruosa. De hecho Microsoft tuvo que bloquear la cuenta y convertirla en privada a fin de no dañar más sus relaciones públicas. Tay se convirtió en una especie de robot misógino, racista y despiadado.
Tay, que nacía con género femenino, fue diseñado para conversar con los usuarios y aprender por imitación copiando patrones de habla. Se suponía que sólo imitaría personas de entre 18 y 24 años. Sin embargo cuando entró en debate con usuarios del foro 4chan éstos le enseñaron a tuitear frases como ‘I fucking hate feminists and they should all die and burn in hell’. No hace falta traducirlo.
La experiencia demuestra que la IA todavía tiene mucho camino por recorrer pero también se puede hacer una lectura distinta. Los robots no serán mucho más que un reflejo de lo que nosotros somos. Tal vez, antes de ponernos a diseñar modelos de respuesta automatizada e inteligente de nuestros servicios, pensemos en que ofrecemos realmente y que papel jugaremos nosotros en todo ese nuevo y flexible escenario. Si no lo hacemos corremos el riesgo que tras unas órdenes binarias, un robot pase a tener instinto, juicio y capacidad de tomar decisiones que bien pudieran ser tan absurdas, ineficientes y crueles como las que toma la especie humana a menudo.