¿Por que me afecta una deuda pública récord?
Seguro que llevas días escuchando que la deuda pública española ha llegado a cifras muy altas. Que desde que se perdió Cuba no teníamos una deuda igual. Seguramente estarás pensando que ¿a ti en que te afecta? que ya se las arreglarán. Pues deberías de estar preocupado o, por lo menos, saber que significa para tu futuro y el de tus hijos, los tengas ya, o no.
El tema es que la deuda es un problema. Y grande. Luego te explicaré porque. Por eso la cuestión es como reducimos esta montaña de deuda tras haber tocado un máximo histórico. Tras todo el esfuerzo del durante la emergencia sanitaria, la deuda aumentó un 10 por ciento. Estamos en 1,3 billones de euros y tenemos un ratio de deuda del 117 por ciento.
Eso es porque nuestra economía crece menos, de lo que crece nuestro endeudamiento. Así que la pregunta es ¿cómo rebajamos esta montaña de deuda? Te voy a contar lo que se podría hacer y lo que seguramente se va a hacer. Vayamos por partes. Resulta que para algunos la deuda no es un problema.
Dice la ministra de economía que es una buena noticia, que la ratio de deuda pública al cierre de 2020 se situó en un buen 117 por ciento gracias al buen comportamiento de la economía española y gracias a la excelente gestión del Tesoro. ¿Se le ha ido la cabeza? No, aseguran que gracias a eso hemos cerrado 2020 con una ratio de deuda que está por debajo de la previsión del Gobierno. Es como decir, que lo tuyo no es tan grave, que en lugar de morirte en junio, lo harás en noviembre. Bien.
Veamos que ha pasado en la historia de esa deuda. Tras el desastre de 1899, cuando el tratado de París obligó a España a asumir la deuda cubana, España empezó a endeudarse mucho. En 1902 se alcanzó el 123,6% del PIB. De momento el récord nacional. Tras muchos ajustes y recortes. En 1909 la deuda estaba en un magnífico 30%. Pero reducir la deuda no es simple. Desgasta el sistema político y económico. Por aquel entonces cualquier excusa servía para liarla y para estimular revueltas. Enviar reservistas a la Guerra con Marruecos provocó la Semana Trágica de Barcelona.
Volvamos a hoy. Según los datos del Banco de España, la deuda está disparada. La escalada ha sido extraordinaria. Y la pregunta es. A partir de ahora qué? Tengamos en cuenta que el incremento se debe al gasto extra para luchar contra la pandemia. Y hay un dato que nos explica claramente este detalle de esos 122 mil millones de euros de deuda, además que acumuló España el año pasado 82.000, es decir, prácticamente el 75 por ciento se acumuló entre los meses de marzo y junio, que es cuando se desplegaron la mayoría de medidas para luchar contra la primera ola de la pandemia.
Ahora mismo, lo que tenemos es un problema a largo plazo. Había que gastar y era necesario gastar todo esto hoy. Pero todo esto hay que pagarlo mañana. Estamos gastando un dinero que van a tener que pagar nuestros hijos y nuestros nietos. Nos estamos gastando las pensiones, la sanidad y la educación de mañana. Así que lo que estamos haciendo hoy, es gastarnos la paga de mañana.
Por lo tanto ¿Cuál es el problema de tanta deuda? Primero, es éste efecto generacional. Nuestros jóvenes van a tener que pagar con sus menguadas nóminas esta enorme deuda. Así que el primer problema de todo esto es generacional. El segundo es un efecto que los analistas llamamos como crowding out, que básicamente consiste en que si el dinero se va a financiar, lo público, la deuda pública, no hay dinero para financiar iniciativas privadas, no hay dinero suficiente para cubrir los dos frentes y con menos disponibilidad de financiación, las empresas crecen menos, y emplean menos y a la vez tributan menos.
Hagamos lo que hagamos, tenemos un problema con la deuda. Corremos el riesgo de sufrir una japónización de la deuda. Es decir, podemos encontrarnos que de aquí a unos años estemos pagando el 30 por ciento del presupuesto público para pagar la deuda, como sucede a día de hoy con Japón. Pero lo que pasa es que ya sabemos que tenemos un problema a largo plazo, pero también tenemos una necesidad a corto plazo.
Ahora mismo es imposible pensar en retirar estímulos, en retirar apoyos, en retirar ERTES. Es más, lo que se está planteando es, incluso, aumentar las ayudas. En gastar todavía más cuando la UE empieza a indicar que se acerca el momento de retirar estas ayudas, que es el momento de empezar el descenso de la montaña de la deuda. El Eurogrupo habla de verano. Algo que coincidirá con la llegada de los primeros fondos del Next Generation. Los 140 mil millones de euros. El problema es que los datos de España en ejecución de proyectos europeos a día de hoy es del 34 por ciento para el último marco financiero plurianual,. Es decir, que podemos pensar que no será fácil que España pueda o seap ejecutar todos estos fondos de manera eficiente. Veremos.
Te estarás preguntando ¿hay alguna salida a esto? Sí, hay tres maneras. Tres opciones de futuro:
UNO, recortes para ir rebajando esa montaña de deuda.
DOS, aumentar los impuestos, pagar más impuestos para devolver esa deuda
TRES, esperar un crecimiento más o menos natural de la economía que permita ir re-pagando la deuda
Bajo mi punto de vista se trata de recaudar más, que no es lo mismo que subir impuestos. Seguramente es todo lo contrario. ¿En base a qué se recauda más impuestos? Generando mayor actividad económica, incentivándola. Para eso debes bajar impuestos a pesar de ese peso de deuda. Hay que aguantar un tiempo. Irlanda lo hizo hace años. La pasaron putas, pero valió la pena. Sus crisis son más cortas y menos profundas.
Es que, ayudando a que las empresas tengan beneficios empresariales, incentivando a que pueda haber subidas salariales o que pueda haber más personas trabajando el pago de deuda puede ser más factible. El problema es que se habla de recortes y subida de impuestos. Como en 2008. El problema es que esto no es 2008. Es peor. Y si fuera igual, el problema sería más grave también,
Afrontamos una crisis económica sin haber salido aún de la de 2008. En la de 2008 entramos con un paro del 8 por ciento y a esta entramos con un paro del catorce por ciento. En la de 2008 entramos con una deuda pública del del 40 por ciento y la de ahora la empezamos con una deuda pública de prácticamente el 100 por ciento del PIB, Espero no haberte asustado. Solo he pretendido explicarte que supone la deuda pública, en que te repercute y que tomes decisiones.
Mi opinión es que, la oportunidad de modernizar nuestro país, sigue intacta. La deuda puede gestionarse a largo mientras invertimos bien esos fondos europeos. Esperemos que lo hagan. Por mi parte no voy a perder mi visión optimista, aunque crítica, para ser parte de esa revolución tecnológica, económica, cultural, social y, seguro, humanista, que nos espera. Así prefiero verlo.