Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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El Futuro que nos Perdemos: Inteligencia Artificial, Miedo y Oportunidad.

¿Sabías que en los años 90 algunos países dificultaron el desarrollo de Internet? Uno de ellos fue Italia. Cuando la red comenzaba a mostrar su capacidad para erosionar los medios tradicionales, la clase política, fuertemente influenciada por el imperio de Berlusconi, vinculado a la televisión y los medios impresos, se mostró reticente ante este avance tecnológico. Durante mucho tiempo, algunos medios tradicionales intentaron que sus exclusivas no aparecieran de inmediato en sus versiones digitales para que el público comprara la edición impresa por la mañana. Sin embargo, este esfuerzo fue en vano y sólo retrasó el desarrollo digital de Italia, marcando el rumbo económico del país y llevando a la ruina a algunos medios. Hoy, enfrentamos una situación similar con otra tecnología: la Inteligencia Artificial (IA).

En Singapur, por ejemplo, se acaba de poner en marcha la mayor operación de formación en IA para toda una población. Singapur ha decidido que todos los mayores de 40 años tendrán acceso a una beca para recibir formación universitaria en IA, adaptándose así a un futuro que ya ha comenzado. Hoy quiero hablarte de esto y estoy seguro de que te sorprenderá.

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Este hombre es Tan Wu Meng, miembro del Parlamento de Singapur. En una intervención memorable, explica que el gobierno ofrecerá una diplomatura en IA a todos los ciudadanos mayores de 40 años, subvencionada por el estado. Este incentivo responde a la comprensión de que la IA no es opcional ni puede tratarse únicamente desde la regulación, como intenta hacer Europa. En Singapur entienden que la IA no es el "fin del mundo", sino el "comienzo de un nuevo mundo".

Lo más interesante de esta iniciativa es el reconocimiento de que la llegada de la IA conlleva la obsolescencia de muchos conocimientos y empleos. La realidad para la que se prepararon los mayores de 40 años ya no existe. Singapur ha decidido abordar este problema promoviendo lo que llaman "mentorización inversa", en la que los más jóvenes ayudan a los mayores a adaptarse y a descubrir los beneficios de la IA. La idea es que estudiantes jóvenes trabajen junto a personas con experiencia, aprendiendo unos de otros.

La actitud de Europa es muy diferente. Nuestros dirigentes, encabezados durante la presidencia española de la Unión Europea, han erigido barreras a esta innovación mediante una ley de IA, que algunos consideran "inédita, inútil e innecesaria". En Europa sólo se habla de los peligros de la IA, mientras que en países como Singapur, Japón y, en parte, en Estados Unidos, se destacan las oportunidades.

La transición hacia una economía más automatizada no es algo que se pueda dejar a la inercia, especialmente en países como España, con una fuerte dependencia de sectores donde la IA no generará empleos de alto valor. Según un reciente estudio de Randstad Research, en la próxima década desaparecerán en España dos millones de empleos debido a la automatización y la adopción de la IA, aunque al mismo tiempo se generarán 1,61 millones de nuevos empleos, lo que resultará en una pérdida neta de casi 400,000 puestos.

Este análisis proyecta que la IA transformará el mercado laboral español entre 2023 y 2033. Se espera que sectores como el comercio y las actividades administrativas se vean negativamente afectados, mientras que áreas como la programación, consultoría, telecomunicaciones y medios, verán un incremento de empleo gracias a la IA.

Actualmente, en España, la mayoría de las empresas aún no emplea la IA. De los pocos que sí lo hacen, la mayoría la utiliza para análisis de datos y optimización de tareas administrativas, siendo la adopción más común en grandes empresas debido a su mayor capacidad de inversión.

La IA promete ser un motor de cambio en el mercado laboral, trayendo consigo tanto desafíos como oportunidades. Intentar regular o desincentivar esta tecnología enfocándose solo en sus aspectos negativos nos podría relegar a un segundo plano en la competitividad mundial. Adaptarse a esta nueva realidad es clave para aprovechar sus ventajas y mitigar sus efectos negativos.

La escasez de talento digital en España, especialmente en áreas críticas como la IA y la gestión de datos, está costando hasta 4.500 millones de euros anuales, según un informe de IndesIA, un consorcio que incluye empresas como Repsol, Ferrovial, Telefónica y Microsoft. Esta brecha de talento también afecta a otros países europeos, y en Hispanoamérica solo países como El Salvador, Costa Rica y Chile están abordando el problema.

En un futuro cercano, los países que apuesten por la IA liderarán el desarrollo económico, mientras que los que no, sufrirán un estancamiento. El empobrecimiento de un país no sucede de la noche a la mañana; ocurre gradualmente, hasta que un día se hace evidente.

La actitud de Europa y Canadá hacia la IA es mucho más cautelosa que la de Estados Unidos, donde la prioridad es implementar la IA en todo el tejido productivo en lugar de regularla exhaustivamente. Esta resistencia a adoptar la IA recuerda al escepticismo que hubo hacia Internet en sus inicios, cuando se veía como un espacio caótico y peligroso, y se reguló hasta dejarlo en manos de unos pocos.

El problema se hará evidente. Solo en España, más de 6,500 ofertas de empleo en IA y análisis de datos quedarán sin cubrir este año debido a la escasez de talento. La falta de especialistas limita la capacidad de las empresas para aprovechar las nuevas tecnologías y afecta directamente su eficiencia y competitividad.

A nivel global, el 79% de las compañías experimenta retrasos en sus iniciativas por la falta de personal cualificado en tecnología. La Comisión Europea ha enfatizado la importancia de desarrollar habilidades tecnológicas como parte de la transición hacia una economía más verde, aunque muchos de estos anuncios se traducen en pocos resultados tangibles.

La implementación de la IA en el modelo productivo español se enfrenta a desafíos. En los últimos 50 años, el sector servicios ha crecido significativamente, pasando del 45% del PIB al 75%, mientras que la industria se ha reducido a solo el 11%. Esta transición no se ha visto impulsada por servicios tecnológicos, sino por sectores como el turismo y el comercio. Implementar la IA requerirá un cambio en el modelo económico español.

Mientras Singapur ve la IA como una oportunidad, Europa y otros países parecen atrapados en el discurso de los peligros y los riesgos. La IA no es el fin del mundo, sino el principio de un nuevo mundo. La pregunta es si permitiremos que la IA se desarrolle de manera natural o si la limitaremos para proteger los intereses de los poderosos.

Quizás creas que la IA es el enemigo y que necesita ser detenida, pero ¿por qué los mismos que buscan controlarnos nos dicen que la IA es peligrosa? ¿Por qué los países que no piensan regularla, como Singapur y Estados Unidos, parecen más enfocados en su desarrollo y aplicación? Reflexiona sobre esto.

La IA es la nueva herramienta de un nuevo mundo. Un mundo que algunos temen porque desafía el statu quo.