Blogs y bluffs
Por mi trabajo estoy acostumbrado a vender las propiedades positivas de los productos. A veces, incluso, las que no tienen. Para lograrlo con cierto éxito hay que decirle al cliente, cuyo artículo es un soberana mierda, que su producto es una soberana mierda. Por eso se que es contraproducente decir que los blogs con contenido político pueden ser los principales causantes de una muerte lenta y angustiosa de la propia blogosfera. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio y advertir que si no conseguimos desenredar el infecto sistema endogámico que la mayoría de partidos que con la excusa de la e-democracia están utilizando esto no va a tener muy mal final.
A pocos meses de unos comicios municipales se nos presenta una nueva oportunidad para que los agentes políticos cambien la dinámica actual en la blogosfera política hecha por políticos. Los partidos ayudan a sus dirigentes a crear blogs, les enseñan y educan en la maravillosa herramienta que supone la bitácora. Les recomiendan disfrutar del magnífico instrumento que tienen entre sus manos. Les explican que la interacción con el militante, el votante y el ciudadano va a ser algo que los acercará al cielo. Montan seminarios y encuentros supermodernos de fin de semana. Sin embargo el resultado final es una montaña de blogs generados de forma automática que sirven para amplificar el discurso oficial de partido durante una campaña electoral. Los blogs transvertidos en sofisticadas pancartas que dicen lo que sus lectores quieren oír. Anécdotas que permiten a secretarios de formación de las ejecutivas de los partidos llenar un informe de gestión de más de 100 paginas y apuntarse un puntazo modernísimo de cara al próximo comité de jefazos que con dificultad saben que es el método “qwerty, pero que saben lo bien que quedan esos blufs de cara a su imagen de acercamiento y vanguardia. Si uno es crítico con el poliblogger de alto standing y se le ocrurre la desfachatez democrática de depositar un comentario, puntualmente puede recibir un desconcertante “lo tomaré en consideración”, pero en la mayoría de las ocasiones, su “comment” se traduce en un silencio ensordecedor y obsceno. Las excepciones las hay, en todos los partidos. Hay ministros que están construyéndose una reputación e-democrática muy interesante y bloggers en la oposición en diversas instituciones que también están significándose muy positivamente.
La blogosfera política respira con dificultad pero aun nadie se ha percatado de que está enferma. La red de blogs hecha por políticos por bloggers alineados en un territorio de partido serán los responsables de la crisis cardiorrespiratoria que se avecina. Los blogs no dejan de ser un tablero donde dejar un posit y esperar la reacción ciudadana. La diferencia que juega a favor de la blogosfera es que en ese tablero de un millón de almas, otras miles enfocan sus espejos y multiplica el efecto del primer posit. En el mundo real un posit puede ser clavado en el tablero del concejal de urbanismo de tu pueblo. Ese señor pasa por delante del posit diez veces al día pero nunca hace caso al papelito amarillo. Un día ese papelito se cae y una secretaria se da cuenta que iba dirigido a su jefe. Se lo deja en su mesa. Después de dos meses el concejal lo lee, lo arruga y lo tira a la basura. Copia la dirección del remitente y le contesta “lo tendré en consideración, gracias”.
Sería tan bonito que los ciudadanos pudieran dejar sus opiniones libremente y que sus líderes las leyeran y las tomaran en consideración y si las respuestas fueran escritas por el propio candidato sería algo insuperable. Que lejos estamos de Italia, Estados Unidos y ya no digamos de Francia. Cuando digo que la distancia que nos separa es enorme no me refiero a la difusión, número o audiencia de los blogs. Me refiero al uso y servicio que se les concede. Cabe decir que el “síndrome Alicia” que está propagando por la red no es algo local en nuestro país. De los 260 millones de blogs creados en el mundo hasta hoy, “solo” están operativos 56 millones, únicamente el 2% de los internautas visitan blogs frecuentemente.
En los próximos dos años las cybercampañas francesa, americana y española marcaran la evolución de la blogosfera política mundial. En concreto, en nuestro país, durante las municipales de mayo aun no sufriremos ninguna erosión significativa, pero a medida que la clase política se de cuenta que es más efectivo un buen spot en youtube que una respuesta en su blog semimuerto, el camino tendrá un mal destino. Es por eso que apelo a todos los que desde sus propias filas se niegan a ser críticos con sus partidos, apelo a los que tienen la obligación moral de abrir puertas y acercar la democracia participativa de verdad y no de pega, increpo a aquellos ciber demócratas a sueldo de las instituciones publicas, que no permiten comentarios en sus blogs, a todos ellos les digo que en sus manos está la defensa de todos los que día a día utilizamos nuestra bitácora para exponer un razonamiento, una idea, una crítica y un anhelo. Es nuestra responsabilidad que podamos construir una democracía particiapativa y real, la que da hace libre y da voz a la gente por igual.
No jueguen con nosotros, que es muy fácil añadir sacarina a este café amargo. Es preciso darnos cuenta ahora porque de momento hay remedio. Por ahora todo es crecimiento. Según un estudio de Nielsen/NetRattings la cifra de lectores de blogs ya supera a los lectores de periódicos online. El internauta prefiere contrastar percepciones y conformarse la noticia con el conjunto. Los blogs son instrumentos revolucionarios y en algunos países como EUA algunos cuadernos de bitácora tienen una influencia similar a los noticieros de comunicación tradicionales. En Francia los blogs económicos son verdaderos gurus de inversión, Loic Le Meur es omnipresente en los medios galos, y en Italia los debates entre candidatos se suceden en blogs ínter partidistas a tiempo real.
A mi modo de ver, la blogosfera política española y catalana van a cámara lenta. En Catalunya, sin embargo, hemos tomado ventaja y de momento se puede percibir en una cierta repercusión en los medios de comunicación. Parte de responsabilidad sobre una campaña de desprestigio subterránea hacia la blogosfera es la de tildar de “periodistas aficionados” a los bloggers. Algunos periodistas tradicionales obvian los blogs porque interpretan en ellos una amenaza más que un aliado, otros ven una obligación y montan el suyo con más pena que gloria y unos pocos lideran proyectos interesantes. Poliblocs, en Catalunya, intenta remover la quietud en la que esta entrando la catosfera. Es una novedad que, para devenir un referente, deberá ir más allá del portal sectorial de blogs y transformarse en el generador de opinión política más importante de Catalunya, algo, por otra parte, exportable.
Profecías y blogocosa
Blogger Según Ipsos el 33 % de los lectores de blogs europeos no comprarán un determinado producto por las críticas leídas en la blogosfera. Teniendo en cuenta que el 20% de estos, bucean por las redes sociales dependientes de esos blogs, podemos descifrar que cerca de 39 millones de personas han dejado de comprar un producto, influenciados por las críticas leídas durante el último año. Este es un síntoma de los cambios que la blogosfera está provocando de un modo natural. En un primer término la economía deberá adaptarse a la blogosfera y sus derivados futuros. Los mercados dejarán paso a las redes, y el acceso sustituirá cada vez más a la propiedad.
Según Ipsos el 33 % de los lectores de blogs europeos no comprarán un determinado producto por las críticas leídas en la blogosfera. Teniendo en cuenta que el 20% de estos, bucean por las redes sociales dependientes de esos blogs, podemos descifrar que cerca de 39 millones de personas han dejado de comprar un producto, influenciados por las críticas leídas durante el último año. Este es un síntoma de los cambios que la blogosfera está provocando de un modo natural. En un primer término la economía deberá adaptarse a la blogosfera y sus derivados futuros. Los mercados dejarán paso a las redes, y el acceso sustituirá cada vez más a la propiedad.
Las empresas y los consumidores comenzarán a abandonar la realidad básica de la vida económica de hoy: el intercambio mercantil de la propiedad entre compradores y vendedores será el capital intelectual como fuerza motriz de la nueva era y, a la vez, será lo más codiciado. Los conceptos, las ideas, las imágenes –no las cosas- son los auténticos artículos con valor en la economía del futuro inmediato. La intercomunicación sustancial entre usuario, venta y canal blog es un territorio desconocido al que se enfrentan cada día decenas de responsables del branding corporativo de algunas compañías. El desplazamiento desde un régimen de patrimonio en bienes, que se apoya en la idea de propiedad ampliamente distribuida, hacia un régimen de accesos y opiniones bidireccionales, mutará de manera fundamental nuestras nociones sobre como ejercer el poder económico en los años venideros. A ese nivel es preciso reducir del ciclo de vida de los productos, la disminución de los inventarios físicos, la desmaterialización del dinero, el descrédito del ahorro y el auge de endeudamiento, la externalización de la propiedad, las franquicia, la económica de los servicios y la ética del juego a fin de deslocalizar la factoría del siglo XX y pasar a la ciudad de las ideas del siglo XXI.
Los políticos son muy rápidos en hacer suyos los canales de venta y convencimiento más efectivos. No tanto por el uso tecnológico que proporciona o por la interactividad y proximidad que garantiza, sino por el posicionamiento estético y el “push” de estatus con el que barnizan sus programas electorales. Los gestores públicos saben que la blogosfera ha desbordado su control político e ideológico y se deben enfrentar a un gigantesco músculo que funciona como antídoto a la autarquía y al politiqueo de convención partidista. La escena blog, con sus miserias y sus infiltrados efímeros, destaca por ser el canal por el que los gestores públicos del futuro serán elegidos. Los políticos que ahora deciden que debemos desayunar, donde podemos fumar y donde no, fueron escogidos por televisión, a través de campañas infecciosas de descrédito del contrario y de venta de sonrisas y ventajas de uno mismo, pero tiene sentido pensar que la clase política dirigente del futuro se forjará en las redes sociales fundamentalmente. Estos líderes del futuro son los jóvenes que rondan los 30 años estos días y que, para ellos, Internet es una extremidad de su cuerpo. Dependemos de esa generación de políticos 3.0, los que de la red obtuvieron un mensaje, una idea de libertad e interacción como hasta la fecha nunca ha existido. La libertad, la justicia y la igualdad de oportunidades son conceptos que deberán ser más factibles en ese territorio universal que simboliza la blogosfera. Tengo claro para quien escribo, porque en manos de algunos de los que leéis estos caracteres de silicio está el futuro.
www.marcvidal.cat – Comentarios en la versión catalana