La humanidad podría no estar tan jodida
Hace años, cuando escribí que ‘una bola de estiércol se avecinaba por el horizonte y que lo hacía a velocidad uniforme y sin pausa’, no hice más que sintetizar datos y opiniones que unos pocos se atrevían a lanzar en un momento de bonanza como la se vivía en aquellos años. Era casi automático. Decías que todo se vendría abajo y te catalogaban de agorero o pesimista. Digamos que en eso de ver, interpretar o analizar la socioeconomía y lo que la rodea no hay un consenso aparente y de ahí lo apasionante que resulta. Probablemente ahora estamos ante algo parecido pero al contrario. Decir que vamos a mejor como especie tiene muchos detractores, que vivimos el momento y revolución más brillante desde el Renacimiento, muchos enemigos.
A la tecnología no se la interpreta bien muchas veces, se la considera enemiga de lo humano, cuya frialdad la convierte en un ‘agresivo’ método de selección que irá retirando a los humanos de los espacios de valor. Sin embargo parece evidente que, comparando con cualquier momento de la historia, la gente de este planeta actualmente es mucho más saludable.
En el informe ‘The World in 2025: 10 Predictions in Innovation’ que Thomson Reuters ha publicado recientemente se lanza esa teoría sobre la bonanza conceptual que nos espera como sociedad en los próximos diez años. Una lista de predicciones como la energía solar convirtiéndose en la fuente de energía predominante en el planeta, bebés recibiendo de manera rutinaria sus genomas asignados para evaluar riesgos de enfermedades en el futuro, y la transferencia de materia capaz de transportar cualquier elemento no humano.
Según ese estudio los problemas alimenticios en el mundo provocados por el acceso y la fluctuación de precios de los mismos será cuestión de muy pocos años. Al parecer ‘en 2025, los cultivos modificados genéticamente se cultivarán rápidamente y de forma segura en el interior de cualquier lugar a la vez que ya empiezan a hacerse capaces de resistir cualquier daño o enfermedad, logrando así rendimientos específicos tal y como sean necesarios en cada caso’.
En esto tengo alguna diferencia de impresión. Estoy de acuerdo en que los precios y sus altibajos podrán controlarse debido a que el riesgo de malas cosechas se reduzca, pero lo que no tengo tan claro es que la especulación derivada en otros elementos como la escasez voluntaria o forzada no sea un factor que modifique tanta buena voluntad. Hay otros informes que detallan un aspecto llamado ‘hambre oculta’.
:::A pesar de que la proporción de personas en el mundo que pasan hambre se ha reducido de más del 30 por ciento desde 1970 al 15 por ciento hoy en día, la FAO estima que el 30% (2.000 millones de personas) sufren de ‘hambre oculta’. Así se conoce el hecho de que aunque la ingesta de calorías es suficiente, la cantidad de vitaminas y minerales no lo es, puesto que la agricultura industrial reduce el contenido de nutrientes de los cultivos’.
En el informe ‘The World in 2025: 10 Predictions in Innovation’ las conclusiones reflejan cómo la tecnología y la empresa vinculada a esos avances determinarán claramente el mundo de nuestros hijos. Tengo claro que los modelos de negocio y la capacidad como sociedad para adaptarnos a esas nuevas funcionalidades nos exigirán de un compromiso que como ciudadanos aun no hemos logrado entender. Lo tremendo, y de eso seguiremos hablando otro día, es como gobiernos y poderes fácticos se esforzarán en retrasar algunos avances debido a que cada paso por un escenario social más horizontal y equilibrado genera ‘descontrol’ y pérdida de poder (casi feudal) de algunos de ellos. A mi modo de ver, destacan para mi las siguientes:
1. Todo digitalizado, en todas partes, con todo.
Ya lo hemos comentado aquí antes, pero no está de más señalarlo por lo trascendente que va a ser. Desde los objetos personales más pequeños hasta los más grandes, todo el mundo estará conectado digitalmente, y muy pendiente de cada una de nuestras necesidades y gustos.
El mundo digital como lo conocemos hoy en día parecerá algo ridículamente sencillo y rudimentario en apenas una década, en 2025. Piensa como era la red hace apenas diez o quince años. Si tienes la sensación de que estamos ahora muy avanzados, no obstante, tengo claro que seguimos en los albores, en la antesala de la mayor revolución sufrida por la humanidad en toda su historia.
Gracias a la mejora de los semiconductores, los nanotubos de carbono, el grafeno, las redes de células, la tecnología 5G, las comunicaciones inalámbricas dominando nuestro entorno, la inteligencia artificial difícilmente diferenciada de la natural, los robots, los datos a velocidades imposibles, la retirada de intermediarios y elementos en las cadenas de valor (a pesar de los esfuerzos de gobiernos y gremios), la automatización de coches, barcos y aviones y la emergencia de un modelo empresarial basado en otro concepto menos conservador y mucho más arriesgado como las ‘startups’.
El mundo que según este informe habla de vehículos y viviendas que respondan a nuestros deseos, de aparatos que piensan por sí mismos y de geografías interconectadas, desde tierras de cultivo remotas a las ciudades superpobladas, todos, ya es perceptible, viviremos a ritmo digital. El estudio habla de una África completamente conectada digitalmente. Ese día tendrá lugar durante el año 2025.
2. Una sociedad con más memoria y capacidad de análisis, más sabia.
La comprensión del genoma humano y de mutaciones genéticas permitirá mejorar la detección y los métodos de prevención de enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer. El análisis y comprensión del genoma humano tendrán efectos de largo alcance en el año 2025. Los Baby Boomers van llegando a los 80 años. El acceso a la memoria infinita que supone la red nos permitirá pensar independientemente de nuestros recuerdos y sus conexiones, la gestión de los datos y la información se trasladará entre modelos sintéticos y naturales sin problemas y la interacción mental entre máquina-humano se irá estandarizando.
3. La energía solar se convertirá en la principal fuerza energética del planeta.
Los métodos para la recolección, almacenamiento y conversión de energía solar son tan avanzados y eficientes que se convertirán en la principal fuente de energía en nuestro planeta. Gracias a las mejoras en la tecnología fotovoltaica, enlace químico y fotocatalizadores a nanoescalas tridimensionales, el uso del sol como fuente primaria del mundo de la energía será de uso masivo.
4. Será una norma la realización del mapa del ADN al nacer.
La evolución de los sistemas de microanálisis (análisis de una sola célula) y los avances en la nanotecnología, junto con las tecnologías más extendidas sobre Big Data, provocarán que se ejecuten automáticamente mapas del ADN como norma en todos los recién nacidos como parte del examen médico inicial. A medida que el volumen de la materia que puede ser manipulado en el laboratorio se hace más pequeño, mayores posibilidades de reconocimiento médico emergen. Los análisis de sangre potencialmente serán cosa del pleistoceno.
5. Y finalmente, el teletransporte será realidad.
Técnicas cinemáticas utilizarán las partículas de Higgs Boson. La cinemática es una forma de la mecánica clásica que estudia el movimiento de los puntos, los objetos y grupos de objetos independientemente del ímpetu para el movimiento. Estamos en el punto de inflexión y, actualmente, es un campo de investigación emergente. Los primeros indicadores apuntan a una rápida aceleración de la investigación que conducirá a la prueba de teletransportación (no humana) cuántica aproximadamente en 2025.
Pensar que lo mejor está por llegar es una buena manera de vivir. Le llaman optimismo, esperanza o vitalidad. A mi me gusta definirlo como ‘pasión por explorar’. Mientras vivo el presente, ya estoy deseando que llegue el futuro.