Marc Vidal Marc Vidal

¿Qué pasará con la economía 'contactless'?

La nueva economía, la que viene, la de bajo contacto permanecerá por tiempo. En gran medida va a quedarse. Dará paso a una economía formada por nuevos hábitos y normas basadas en una interacción más reducida y con restricciones importantes. Esta situación lo va a cambiar todo. ¿No vas a cambiar tu negocio? ¿No vas a modificar tu manera de trabajar? Y además, ¿qué es eso de la economía ‘contactless’? Pues es un nuevo comportamiento económico basado en una serie de restricciones y elementos que te relato a continuación:

Cuando todo cambia, el que cambia no gana siempre, pero el que no cambia casi siempre pierde. Supongo que estás pensando, me parece muy bien pero ¿qué hago yo con mi pequeña empresa? ¿qué hago si soy autónomo? ¿cómo le digo a mi jefe que tiene que innovar ahora más que cuando las cosas iban bien? Cuando todo va mal, lo va para muchos. La mayoría deja de invertir. Es momento de adelantarles. Con precaución, con estrategia, pero es tiempo de acelerar. Lo veo cada día. Entre nuestros clientes, algunos han decidido detenerse por completo, otros reducir velocidad y, unos pocos, han empezado a acelerar y a plantear modelos de innovación. Éstos últimos, ya empiezan a tener resultados muy esperanzadores. No sabemos en gran medida como va a ser esa Nueva Normalidad, pero se puede empezar a interpretar. En una economía en caída, en retroceso, donde se venda menos, deberá ser más certero en las ventas y eficiente en los procesos. Para eso hay una llave maestra: la transformación digital. 

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Y si estás pensando que mejor esperar, lo respeto pero no comparto que deba ser por mucho tiempo. El movimiento es lo correcto. Moverse es experimento. Es riesgo, pero es oportunidad. Evita el riesgo extremo, vaciar la caja a una sola apuesta o a contratar perfiles que no sabes si van a ser útiles en el medio plazo. Innova con tu conocimiento, con la experiencia. Aparta un fragmento del presupuesto de emergencia, para innovar. Hazlo sin abandonar tu negocio actual. En la medida que el mundo se vaya equilibrando, parte de lo que vendías hace unos meses, volverás a venderlo. Tal vez menos, pero seguirá siendo parte de tu negocio. Mientras llega, paraliza lo no rentable, lo que no se vende. Intenta conocer a tu cliente, el que tenías, el que tienes y el que tendrás. Averigua qué compra y el motivo. Utiliza tecnología para lograrlo. Ejecuta un plan. Solicítalo si no sabes como hacerlo. Trabaja en equipo, busca la colaboración.

La nueva economía, la que viene, la de bajo contacto permanecerá por tiempo. En gran medida va a quedarse. Dará paso a una economía formada por nuevos hábitos y normas basadas en una interacción más reducida y con restricciones importantes. Esta situación lo va a cambiar todo. ¿No vas a cambiar tu negocio? ¿No vas a modificar tu manera de trabajar? Y además, ¿qué es eso de la economía ‘contactless’? Pues es un nuevo comportamiento económico basado en una serie de restricciones y elementos que te relato a continuación:

  1. Reducción del 80% viajes internacionales y gasto turístico y un aumento considerable del turismo interior. Preparemos la plataformas para ello.

  2. Aumento del comercio electrónico. Han aumentado las entregas: lo entregado en 8 semanas equivale a lo entregado en 10 años. El que no venda por la red perderá clientes.

  3. No habrá recuperación en V o U ni asimétrica ni nada. En Europa se paliarán las pérdidas con la deuda y el impacto económico será más atenuado, pero hay 4 años por delante de duros ajustes. Aumentará todo lo que tienen que ver con las aplicaciones y los modelos de negocio de la economía circular.

  4. Aumento del comercio de proximidad. En la cadena agroalimentaria será clave. Las tiendas de productos de proximidad y las ventas por internet crecerán. Todas.

  5. El hogar se re-configura como la nueva cafetería, restaurante, centro de ocio y entretenimiento. Allí se concentrará el entretenimiento y la televisión en múltiples dispositivos y será clave el streaming.

  6. El teletrabajo ha aumentado exponencialmente. Se ha multiplicado por 30 el uso del teletrabajo en 6 meses. Las videoconferencias son la clave pero hay que diferenciar entre teletrabajar y trabajar desde casa. El uso de Zoom se ha multiplicado por 30. Teams le sigue en segundo lugar.

  7. En Telemedicina el aumento de citas virtuales se ha multiplicado por 20 durante la crisis sanitaria. El seguimiento online del paciente será una tendencia creciente. Las apps moviles y conectadas a todo tipo de dispositivos serán claves

  8. Respecto a educación y formación, más de 250 millones de estudiantes en todo el planeta fueron el mayor experimento de formación a distancia de la historia. Será necesaria una revisión de los modelos para una vuelta a las aulas con otro modelo híbrido, presencial y virtual. Es interesante saber que el 35% del contenido en Netflix ya se usa en educación.

  9. Los eventos tendrán que adaptar su oferta. Todos los grandes eventos han migrado a plataformas tecnológicas online y aunque volverán los eventos estamos ante una nueva configuración de la capacidad híbrida de éstos.

  10. Los pagos online con tarjeta y contactless han experimentado un fuerte crecimiento y posiblemente el dinero en metálico comience a tener un uso minoritario. No obstante vamos hacía un pago totalmente digital sin contacto y vinculado a bancos digitales y ofertas en criptomonedas probablemente.

Recuerda que la sociedad contactless no consistirá en que llevemos mascarilla todo el día. Tampoco que nuestra privacidad se vea comprometida por culpa de apps que nos digan si estamos contagiados o no. Y por descontado, no pasearemos a expensas de que un robot nos avise si no respetamos la distancia de seguridad. En un tiempo, todo volverá a ser como era, solo habrán cambiado aspectos metodológicos o tecnológicos. Pero hay algo que sí debemos tener en cuenta: quien está dispuesto a adaptarse al cambio, por muy acelerado que sea, tiene muchas posibilidades de ganar.

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‘Amazon Bank’ y la que se le viene encima a los bancos.

Ayer se publicaba que Amazon está trabajando junto a uno de los principales bancos norteamericanos, el JPMorgan Chase & Co. con el fin de poner en marcha un producto similar a una cuenta de cheques, algo muy habitual en Estados Unidos. El asunto está en fase muy inicial pero ya se interpreta por donde van los tiros. Amazon se metería aun más en la vida de sus ‘clientes/usuarios’ ya sea cuando entran en su macrotienda online, cuando compran los comestibles en Whole Foods, lean cualquier libro en sus Kindles, miren un video en Prime Amazon Video o, incluso, chateen con Alexa. Todas esas actividades que implican a Amazon de manera intensa se asociarían a un producto similar a una cuenta bancaria con marca, que bien podría llamarse Amazon Bank, y que ayudaría a reducir las tarifas de cualquiera de esas acciones. A cambio, Amazon seguiría en su recolección de datos masiva sobre conductas, gustos y hábitos de sus clientes, convirtiéndose en una especie de Amazon Big Brother.

Ayer se publicaba que Amazon está trabajando junto a uno de los principales bancos norteamericanos, el JPMorgan Chase & Co. con el fin de poner en marcha un producto similar a una cuenta de cheques, algo muy habitual en Estados Unidos. El asunto está en fase muy inicial pero ya se interpreta por donde van los tiros. Amazon se metería aun más en la vida de sus ‘clientes/usuarios’ ya sea cuando entran en su macrotienda online, cuando compran los comestibles en Whole Foods, lean cualquier libro en sus Kindles, miren un video en Prime Amazon Video o, incluso, chateen con Alexa. Todas esas actividades que implican a Amazon de manera intensa se asociarían a un producto similar a una cuenta bancaria con marca, que bien podría llamarse Amazon Bank, y que ayudaría a reducir las tarifas de cualquiera de esas acciones. A cambio, Amazon seguiría en su recolección de datos masiva sobre conductas, gustos y hábitos de sus clientes, convirtiéndose en una especie de Amazon Big Brother.

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Con millones de clientes, trillones de datos, acceso a capital barato y un margen de maniobra aparentemente ilimitado de sus inversores para establecerse en nuevos negocios, Amazon es un competidor temible para todos. Sería el tercer banco del mundo. Amazon quiere ser el proveedor de todo y para ello necesita saltarse algunas barreras del viejo mundo. El que funcionaba con bancos ‘normales’ por cierto. El valor de Amazon hoy roza el 65% del PIB de España. Eclipsa el valor combinado de JPMorgan y Bank of America Corp, los dos mayores bancos de los EE.UU. Esa tendencia de crecimiento no parece detenerse. El monstruo creado por Jeff Bezos está construyendo un servicio de entrega que un día podría competir con cualquiera, apunta al mercado de suministros hospitalarios. Hay quien defiende que la seguridad social del futuro dependerá de la evolución de este tipo de empresas.

Si en el sector farmacéutico, la entrada de Amazon ha sido catastrófica en la cotización de las empresas afectadas, en la banca, sin embargo, parece que se lo está tomando con menos miedo y considera que Amazon está llegando más como un socio que como un disruptor. Que se confíen. Lo que sabemos de momento, como pasa con el Fintech o con las criptomonedas, es que las regulaciones y barreras perfectamente construidas por ‘el sistema’ durante décadas no facilita este tipo de alegrías por muy grande que sea la empresa que lo establece. Cualquier movimiento de Amazon para crear su brazo bancario lo sometería a las reglas del capital y a otras regulaciones que probablemente limitarían su expansión agresiva y rápida al estilo Silicon Valley. Y es probable que haya una fuerte oposición. Recordemos el esfuerzo de Walmart Inc. hace más de una década para obtener un tipo de licencia bancaria se marchitó después de las críticas intensas de una gama de compañías y legisladores.

Pero en esta ocasión hay dos cuñados a los que les interesa la operación. Para JPMorgan o Capital One, liderar este proyecto con Amazon sería una oportunidad de mantener cerca a un posible competidor extremadamente peligroso en el futuro y fortalecer los lazos con una compañía que es popular entre los millennial, cuyos hábitos financieros están cambiando rápidamente. Una encuesta reciente de 1,000 clientes de Amazon realizada por LendEDU, un mercado de préstamos estudiantiles en línea, el 38% dijo que confiaría en Amazon para manejar sus finanzas de la misma manera que lo haría con un banco tradicional. Y no solo eso, es que la mayoría preferirían que ese hipotético banco funcionara con criptomonedas. ¡Ahí queda eso!

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El objetivo es convertir a sus compradores en titulares de cuentas bancarias. Es muy simple. El círculo se cierra. Después llegará el uso de Amazon Pay y la ulterior imitación de otras grandes tecnológicas. Los Apple Bank, Google Bank, Facebook Bank, SpaceX Bank o, como vemos Amazon Bank, es la verdadera amenaza al sector bancario. Ni criptomonedas, ni Fintech, eso ya lo llevarán implícito estos bancos 4.0. Resulta que la disrupción del sector bancario no venía por las apps Fintech, por la eliminación de intermediarios en sistemas de gestión gracias a una startup cualquiera, ni tenía que ver sólo con los bitcoins u otros, no, parece ser que los bancos de la próxima década van a ser genéticamente una cosa muy distinta. Esto no iba de cambiar el logo, ni de fusiones o rescates, ni va a ir de modificar la decoración de las sucursales, ni de poner en marcha programas de afiliación ‘cool’, a los bancos les va a tocar repensar de manera eficiente y rápida, el papel de la banca comercializada. Luego vendrán la de inversión, la privada y sus derivados. La verdadera disrupción de la banca no ha hecho más que empezar. Lo que ha pasado hasta ahora es más bien el aperitivo.

Este producto será un nuevo modo en la extensa forma que tiene Amazon de abordar todos los aspectos de la vida de las personas. Y lleva tiempo en esto. Amazon ya realizó incursiones en el ámbito financiero hace más de 20 años cuando era solo una librería. Amazon Pay permite a los consumidores pagar productos en sitios de terceros sin tener que volver a cargar la información de su tarjeta de crédito. Además, Amazon ha realizado préstamos por más de tres billones de dólares a pequeñas empresas que venden en su plataforma desde 2011. Ahora, incluso, ofrece una tarjeta de débito llamada Amazon Cash, que permite a los consumidores agregar efectivo a una billetera de Amazon y comprar artículos en la red sin una tarjeta de crédito concreta. Hace unos meses, Amazon miró que tal se le daba eso de los depósitos con Prime Reload. Un método de pago bonificado que permitió a Amazon pagarle menos comisiones a las, hasta ahora, intocables Visa y Mastercard.

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Amazon no es el primer minorista que juega en los servicios financieros. Ha habido otros, pero nunca la tecnología y el modelo de comportamiento de la generación que lidera el peso de consumo, había estado tan receptiva a que esto suceda. Es importante no quedarse con la superficie del tema. No es una tarjeta de fidelización de lo que hablamos, ni de modelos de relación parecidos a experiencias anteriores. No. Hablamos de un nuevo modelo de relación y sentido entre el consumidor, el vendedor y los servicios bancarios donde entran en juego no solo los valores tradicionales de relación directa sino también otros que no son tan evidentes y que generarán estructuras vinculadas distintas. No verlo y asegurar que ‘los bancos siempre existirán’ sin incorporar una comparación irrenunciable a lo que les pasó a las discográficas será un error que pagarán muy caro. El problema, como siempre, es quien lo va a pagar.

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