Impresión 3D en Economía de Futuro.
En la sección ‘Economía de Futuro’ que realizo para ‘La 2’ de TVE acercamos al gran público cada semana un concepto de Nueva Economía. Una vez finalizados los primeros cinco que trataban el concepto 'startup' desde su nacimiento hasta su inversión en rondas internacionales pasando por el conocido 'deathvalley', esta semana presenté uno de los aspectos que van a cambiar más el mundo productivo e industrial tal y como lo conocemos actualmente. Se trata de la impresión 3D o producción aditiva.
En la sección ‘Economía de Futuro’ que realizo para ‘La 2’ de TVE acercamos al gran público cada semana un concepto de Nueva Economía. Una vez finalizados los primeros cinco que trataban el concepto 'startup' desde su nacimiento hasta su inversión en rondas internacionales pasando por el conocido 'deathvalley', esta semana presenté uno de los aspectos que van a cambiar más el mundo productivo e industrial tal y como lo conocemos actualmente. Se trata de la impresión 3D o producción aditiva.
En el programa tuvimos la oportunidad de entrevistar al responsable de la startup Natural Robotics y a Ramon Pastor, Vicepresidente mundial de HP, empresa que lidera la innovación en el sector 3D. Una de las reflexiones más destacadas a mi modo de ver es el cambio del principio de la producción tradicional con una cadena de valor determinada. A partir de que la impresión 3D se instalé en ese proceso, el hecho de fabricar un producto determinado no exigirá tener fabricas en algún lugar del mundo de bajo coste, aplicar un plan de distribución a destino, etc. Ahora hablamos de que la fabrica está en el destino exacto y se reduce el coste en transporte. Las cifras que da Ramon Pastor son elocuentes. Échale un vistazo al video.
Y recuerda que cada semana explicamos los diferentes modelos económicos que se darán cita en un mundo tecnológico, con un empleo muy distinto al que tenemos, dónde la modalidad disruptiva de empresas jóvenes y tecnológicas han puesto patas arriba nuestro sistema productivo. Si te apetece revisar conceptos económicos más tradicionales en forma de divertidos cortometrajes, revisa ‘Economía de Bolsillo’, dónde hemos estado acercando la gran economía a todos los públicos y dónde vamos a ir jugando entre conceptos básicos y cotidianos con otros que enlazan muy bien con lo que ya estamos haciendo en ‘Economía de Futuro’.
De la pequeña política no se puede esperar estrategia, sólo táctica.
Mientras sus señorías vuelven a poner la maquinaria electoral que seguramente nunca pararon, el país sigue exigiendo de políticas activas que lo sitúen en la senda competitiva con urgencia. La Cuarta Revolución Industrial empezó con timidez hace unos años, se vive intensamente en la actualidad y se impondrá con dureza en breve. Lamentablemente en la agenda de quienes tienen el mandato de coordinar políticamente ese tránsito siguen a la suya
Mientras sus señorías vuelven a poner en marcha la maquinaria electoral que seguramente nunca pararon, el país sigue exigiendo de políticas activas que lo sitúen en la senda competitiva con urgencia. La Cuarta Revolución Industrial empezó con timidez hace unos años, se vive intensamente en la actualidad y se impondrá con dureza en breve. Lamentablemente en la agenda de quienes tienen el mandato de coordinar políticamente ese tránsito siguen a la suya.
La pequeña política, que suele ser la misma que la de los políticos pequeños, sigue estancada e impidiendo que el curso de la gran política y de las decisiones estratégicas llegue a ningún punto. Los días pasan y todo va directo a un muro de contención que de momento se llama elecciones y en unos meses será ‘pacto de estado’. Contención a muchas cosas, pero fundamentalmente a la responsabilidad que tienen todos ellos en no haber sido capaces de acordar ahora lo que acordarán después. Exclusivamente porque en su aritmética mezquina siguen viendo un puñado de escaños más en la repetición de las elecciones.
El paréntesis de acción política lo pagaremos caro. Mientras el mundo se detuvo en un lugar llamado España, en el resto del Universo siguió girando. El coste que ha tenido detenerlo todo desde el punto de vista estratégico y dejar que la táctica impregnara la acción de gobierno (y oposición si la hubiere), no ha hecho más que permitir que se refuercen modelos económicos que deberían seguir enterrados y a la vez ha permitido que los emergentes sigan sumergidos. Hablo de cómo el sector inmobiliario vuelve a repuntar y cómo el apoyo al cambio de modelo productivo vinculado a las nuevas tecnologías sigue estacado.
El sector de la construcción sigue creciendo. Se firman más de 300 mil hipotecas al año y aunque ha moderado su incremento este se sitúa por encima del 3,5%. A la vez, la inversión en nuevas empresas se estanca. El capital riesgo, la gasolina que debe impulsar el motor de un cambio de modelo, se muestra reacio a entrar en España como anunciaba hace unos años.
Una encuesta en LinkedIn mostró un aumento de casi el 36% en la migración tecnológica a países que están abocados a ese cambio de modelo. En nuestro país ese flujo está estancado a pesar de ser un destino que desde hace años se situaba entre los prioritarios. La inseguridad económica, la falta de perspectiva global y la oscuridad aparente de lo que va a ser el futuro político no hacen más que entorpecerlo todo.
No se trata de quien gobierna sino de que lo haga alguien y que tenga claras las líneas maestras que deben situar nuestro país en el tren que cambiará el mundo. Convertir algunas zonas del país en ‘regiones inteligentes’ es algo más que construir polígonos o ‘siliconvaleis’ de juguete. Se trata de generar tejido empresarial digital, transformar procesos administrativos y generar confianza a quienes deben apostar su dinero en ello. La transferencia tecnológica entre universidad y empresa es muy escasa todavía y de ello es responsable fundamentalmente quien debe tender puentes, financiarlos y estimularlos.
Algo estaba cambiando hasta hace poco en España. Se había intensificado de manera inédita la estimulación por una nueva economía que debía abrir las puertas del futuro a toda una generación. De momento esa puerta sigue medio abierta. La parálisis política y la minúscula gestión que la acompaña no permiten que se abra de par en par. El mundo empresarial vive en paralelo a todo esto muchas veces pero lo mira de reojo. Cierto que aunque a la política no se le espere, es importante para garantizar programas concretos que den apoyo y tranquilidad al mundo económico. El que tiene que ver con la innovación es mucho más sensible a esos elementos pues precisa de transmitir confianza al exterior por estar en sectores disruptivos dónde es difícil demostrar con un 'track record' la viabilidad de algunas cosas obviamente.
Asturias, Barcelona, Madrid, Valencia, Andalucía o Euskadi son escenarios donde hay gente y proyectos que pueden competir en cualquier contexto internacional. Sólo precisan de ayudas, ecosistemas, capturar talento exterior en muchos casos y capital inteligente. De momento estas expectativas cuando se cumplen son anecdóticas y no un ‘modus vivendi’ de las mismas. De vez en cuando una startup alcanza los titulares por una gran operación corporativa, pero eso no es más que fuegos artificiales dentro de un espectáculo general bastante previsible. Necesitamos que suceda con normalidad y que no exija de grandes titulares porque, en definitiva, vaya convirtiéndose en el modelo tradicional.
¿Que quiero decir? Por ejemplo, España es líder mundial en cocina. Los mejores chefs del mundo nacieron aquí pero no tenemos más que la creatividad de todos ellos que ya es mucho. Sin embargo la tecnología llegará a su sector de un modo que seguramente no imaginamos. ¿Quién está trabajando en ello? ¿quién está dando apoyo a las empresas tecnológicas que trabajan en campos como ese? ¿qué transferencia tecnológica se está produciendo entre formación y empresas? ¿cómo afectará a la restauración la impresión 3D de comida?
En el sector turístico no toda la innovación va de la mano del ‘big-data’, sino que hay que tener en cuenta la robotización del servicio. ¿quién está en ello? ¿cómo se les asesora? ¿cómo se vincula la calidad y la automatización? Hay más ejemplos y sectores donde España es líder y no se está trabajando de manera estratégica y el tiempo pasa inapelable.
Barcelona, como capital mundial de la tecnología aplicada en ‘mobile’ tiene una aureola en ese sentido que se puede apagar sino se genera valor. No se trata de permitir la creación de miles de ‘apps’ sino de estructurar un modelo de investigación, desarrollo y ejecución comercial de muchos elementos. Realidad Virtual y Aumentada, socialización de plataformas, vinculación con la IoT o las ciudades inteligentes. Se trata de algo más que de anunciar planes, se trata de ponerlos en práctica y de manera consensuada y estratégica.
Crear regiones inteligentes no es solo poner sensores en cada semáforo o un cerebro capaz de estructurar el tráfico en base a ello. Hablamos de disponer de gobierno electrónico, de publicar datos abiertamente y de fomentar la economía colaborativa. Para ello hay miles de maneras de utilizar nuevos modelos económicos vinculados a nuevas empresas que piden a gritos poder ejecutar sus extraordinarios proyectos. Sino les damos salida en casa para que demuestren lo que son capaces de hacer difícilmente lograrán inversiones desde fuera.
Hablamos de mejorar una sociedad, de hacerlo desde el uso de la tecnología y a partir de lo que esta ofrece. Pero también de que la clase política lo entienda o se deje asesorar. No es obligatorio que sus señorías sepan de esto al detalle pero es imprescindible que piensen que los tiempos avanzan de forma exponencial. Lo que hace una semana era 1, ayer fue 2, hoy es 4, en unas horas 16 y mañana 256. Es urgente que dejen de lado la política de juguete y pasen a la acción política de verdad, la que debe generar los factores necesarios para que nuestra sociedad no las pase putas otra vez.
De revoluciones y milagros
Conocí a David Jones en Maryland hace unos años y ya me llenó la cabeza de una cosa que él definía como la ‘teletransportadora de cosas’. Ahora le llamamos impresoras 3D y son parte de la revolución inminente. David y su equipo presentaron a un grupo de inversores hace unos meses un prototipo que nos encantó y la mayoría nos comprometimos con ellos. Sin embargo, visto lo visto en la campaña que lideran en Kickstarter el dinero no va a ser un problema. Superando los tres millones de dólares la cosa queda en manos de la ejecución y del desarrollo final para el negocio. En 11 minutos lograron los 50.000 US$ que precisaban por cierto.
Todo parece indicar que lo que llamamos técnicas de impresión 3D avanzan de manera exponencial pasando de lo experimental a lo operativo. En Sant Cugat la empresa HP ya ha puesto su central de desarrollo de este tipo de producto por ejemplo y están trabajando a pleno rendimiento para atrapar al futuro.
Las impresoras 3D que bien podrán llamarse de muchos modos menos impresoras suponen un cambio en todas las cadenas de valor que ahora no somos capaces ni de imaginar. Todo se podrá reproducir, incluso aquello que ahora consideras imposible. La limitación sólo residirá en el material a clonar y la capacidad de moldearlo o trabajarlo. Ahora parece difícil cocinar algo con una impresora 3D, pero obviamente eso es sólo un problema técnico que se podrá solucionar con brazos articulados, transferencia de tiempos, procesos y ‘descarga de tintas’ comestibles. Es por poner uno de los ejemplos que Jones me comentó sobre lo distinto que será el mundo en breve.
La entrada de las impresoras 3D a los procesos industriales se va a llevar por delante conceptos residentes e inamovibles desde hace décadas. Va a haber una batalla y como en todas las guerras, unos ganan y otros pierden. De momento sabemos que la llegada de estos dispositivos a la vida de los ciudadanos será moderada y, como pasa ahora con la impresión tradicional, cada vez más la dependencia estará en los consumibles que en el hardware, así como, ‘imprimir’ en según que materiales lo dejaremos para las comercios capaces de disponer de muchos ‘cartuchos’ de materiales distintos. Tengo la impresión que las impresoras 3D entrarán en lo cotidiano cuando dejemos de llamarlas impresoras y las denominemos ‘creadoras’.
El traslado semántico de ‘printer’ a ‘maker’ es el enlace mental pendiente para una sociedad que puede aceptar la copia de objetos pero todavía no les puede dar el valor que tendrán esas reproducciones.
Estamos ante un momento brutal. El tiempo pasa y muchos se van quedando. Directivas políticas procurando el ralentí tóxico de toda una sociedad. Legislar contra todo avance y retrasarlo, generar espacios legales con excusas sobre la protección de las personas cuando en realidad sólo es la coartada para seguir controlando el asunto que perciben se les va de las manos. Un momento único que, este tipo de dispositivos nos muestran como puede llegar a ser.
La impresión 3D y todos los cambios en los procesos industriales que se van a producir, la Internet de las Cosas y la mutación disruptiva que supondrá ‘dar vida’ a máquinas y objetos conectados entre si, y, por supuesto, la eclosión de la red absoluta donde las personas no deberán atender a intermediarios donde no son necesarios.
La primera revolución, la de la impresión diferida, modificará el valor de la producción. La segunda, la de los objetos conectados, cambiará la percepción de la vida. La tercera, la de la eliminación de intermediarios, revisará el papel de los políticos, periodistas, abogados, médicos, etc.
¿Por qué durante cuatro años la política circula lejos de la ciudadanía cuando de manera electrónica se podría consultar, casi sin coste, en múltiples ocasiones y por múltiples temas? La respuesta es tan escandalosa que duele. Es como comentó José Crespo en este mismo blog hace unos días ‘Atrévete, desarrolla red, desarrolla software y desarrolla hardware, integremos a España en ese mundo global y tecnológico al margen de esta gentuza que nos dirige. Entonces empezaremos a ver cosas que hoy nos parecen auténticos milagros‘.