Marc Vidal Marc Vidal

¿La gran renuncia o el gran reinicio?

Seguro que has oído hablar del “éxodo laboral” que se está gestando desde abril de 2021 en Estados Unidos y va a ir desplegándose por el resto del mundo en el futuro. Resulta que en EEUU un porcentaje muy importante de profesionales a todos los niveles están renunciando a sus empleos.

Seguro que has oído hablar del “éxodo laboral” que se está gestando desde abril de 2021 en Estados Unidos y va a ir desplegándose por el resto del mundo en el futuro. Resulta que en EEUU un porcentaje muy importante de profesionales a todos los niveles están renunciando a sus empleos.

Se considera que el número de ‘renuncias’ se eleva ya a mas de 6 millones de bajas. A esto se le llama ‘the great resignation’. Según varios trabajos, pocos aún, que he podido leer, es posible que se esté gestando la mayor modificación laboral desde la segunda guerra mundial. Se trataría de una metamorfosis que va mucho más allá de modificar las opciones de empleo, sino que radica en aspectos de tipo ético, sociológico y no tanto de tipo económico.

El descontento, hasta ahora, tenía un territorio intocable: el empleo. Si tenías empleo, tenías un tesoro. Algo que parece estar cambiando en algunos lugares. La sociedad del bienestar que garantiza los mínimos vitales proporciona la opción de renunciar al crecimiento personal temporalmente o para siempre. Pero como todo en la vida, cuando un cambio es profundo, intenso y rápido, las consecuencias suelen ser importantes e impredecibles.

El término ‘la Gran renuncia’ fue creado por Anthony Klotz, profesor de la Texas A&M University y si bien implica que las personas están abandonando su empleo, en realidad la gran mayoría de estos trabajadores lo que están haciendo es reconfigurar sus expectativas vitales.

La Gran Renuncia es un fenómeno que va tomando impulso desde el año pasado. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU, casi el 3% de la fuerza laboral de EE. UU. renunció en octubre pasado, tras llegar a una cifra récord en el septiembre anterior.

¿Qué es lo que hacen estos empleados que renuncian? Según varios informes, algunas renuncias son personas que se toman un tiempo sabático, se jubilan anticipadamente o abandonan la fuerza laboral por nuevos intereses familiares. Pero en realidad, estas opciones solo cuentan una parte de la historia.

En realidad, los trabajadores a nivel mundial, en muchos casos, no están simplemente abandonando la fuerza laboral; millones de personas están reconfigurando sus carreras. Algunos están aprovechando la actual crisis de contratación para ocupar mejores puestos por ejemplo. Otros, han decidido trabajar por su cuenta El número de trabajadores autónomos en Estados Unidos ha aumentado en más de 500.000 desde la crisis sanitaria.

Pero hay más razones. Al parecer, muchos trabajadores están simplemente cambiando a nuevas industrias y a carreras que ofrecen salarios más altos o se alinean más con sus valores. La pregunta sería si este hecho es simplemente un fenómeno inducido por el confinamiento y sus derivados o está cambiando a gran escala el camino del futuro del empleo. Si es así, esto podría tener implicaciones a largo plazo que ahora es difícil ver.

Si bien ha habido grandes cambios en el mercado laboral en otras ocasiones, ya sean nuevas oportunidades laborales con el auge económico de la posguerra o pérdidas de empleos con la Gran Depresión del 29 o la Gran Recesión del 2008, el movimiento de masas que estamos viendo hoy tiene una gran diferencia.

Resulta que ahora, por lo que se va identificando, las personas que deciden dejar su empleo actual porque no les convence, tienen la opción de elegir otro o, sencillamente, esperar a que aparezca algo mejor y no hacer nada durante un tiempo. Igual piensas que eso no es así pero las estadísticas que maneja Grace Lordan, profesora de ciencias del comportamiento en la London School of Economics, aseguran que esto está creando un grupo social insatisfecho que prefiere no trabajar a trabajar en algo que no les ‘llena’.

Lordan cree que la gran parte del movimiento en el mercado laboral en EEUU, es en realidad una reorganización: los trabajadores cambian su trayectoria profesional, abriéndose camino gradualmente hacia empresas que ofrecen beneficios laborales que coinciden con sus preferencias.

Esto podría provocar algún desajuste que no se está teniendo en cuenta. Podríamos ver un mercado laboral inestable a medida que las personas se mueven y las empresas intentan brindar soluciones que saquen lo mejor de sus empleados, y eso llevará un tiempo. Y tiempo no es lo que tenemos precisamente. En los próximos días, en otros vídeos te hablaré de la realidad económica que vamos a vivir, dejando de lado el maquillaje y los calmantes que nos administran los medios a diario. Veremos que tiempo, lo que se dice tiempo, no tenemos tanto como para esperar a ver que pasa.

Pero volvamos al tema. Todo empezó con el estímulo del empleo remoto mal llamado ‘teletrabajo’. Muchos trabajadores se están trasladando a los sectores con más probabilidades de ofrecer un trabajo híbrido. Según cifras de LinkedIn en Reino Unido, de agosto a octubre de 2021, el flujo neto de trabajadores que se cambiaron a un modelo de este tipo aumentaron el doble de un año a otro. Por el contrario, la educación experimentó una salida neta durante el mismo período, siendo el comercio minorista el más afectado en términos de abandonos.

Este fenómeno, que algunos analistas económicos le llaman como te decía, la "gran renuncia”, y que otros la llaman la ‘gran reorganización’ se está apoderado de todo el mundo. Un año y medio de cierres, incertidumbre, ansiedad, examen interno y agotamiento en general, ha llevado a muchas personas a dar un paso atrás y han reevaluado sus vidas. Al reflexionar sobre su empleo, su remuneración, sobre si son valorados en su puesto de trabajo o si lo que hacen tiene sentido. Han sido muchos meses viendo fotografías en Instagram, muchas horas de Netflix y demasiados libros de autoayuda. Tantas horas, que algunos pueden estar perdiendo el horizonte real de la vida.

Lo curiosos es que de momento nadie está atendiendo a este suceso. En ningún lugar del mundo. Y como todas las grandes revoluciones que se germinan en el descontento, si no se atienden a tiempo real, explotan de mala manera. En abril de 2021, la cantidad de trabajadores que renunciaron a su trabajo en un solo mes rompió un récord de todos los tiempos en los EE. UU. Y ha seguido rompiendo ese récord todos los meses desde entonces. Esto está sucediendo en todas las industrias, pero en algunos sectores como el ocio y la hostelería, es particularmente grave, donde 1 de cada 14 personas deja el trabajo antes de un mes.

Según una encuesta reciente del Reino Unido, el 48% de los hombres y el 45% de las mujeres tienen la intención de dejar su empleo durante el próximo año. Los trabajadores quieren reducir sus horas y ser medidos en función de los resultados. A pesar de que el 50% de los trabajadores en el Reino Unido registraron más de 40 horas a la semana durante el año pasado, solo dos tercios de los encuestados creían que esas horas son necesarias para hacer el trabajo. Mientras tanto, el 73% de los trabajadores a nivel mundial están pidiendo que se les mida por resultados en lugar de por las horas que trabajan.

Aunque lo parezca, no te estoy hablando de la novela de Aldous Huxley, ‘Un mundo feliz’. Esto es real. Resulta que esta gran renuncia, que pasará a ser la gran reorganización, acabará siendo la ‘gran inflación’ por no decir la gran improductividad. El cambio es sociológico, no económico. El descontento se traduce en renuncia, la falta de espíritu de sacrificio de una sociedad acomodada e incapaz de protestar políticamente se traduce en una masa social que se construye una realidad del bienestar laboral que no responde al mercado real.

Veamos, en Reino Unido, por ejemplo, los salarios están aumentando a la vez que los precios también lo hacen. Más incluso. La creencia de que esa reorganización derivada de esa gran renuncia mejora el poder adquisitivo es falaz. Un nuevo empleo, menos productivo y mejor pagado, incrementa los precios. Sube la inflación a la vez que se deconstruye un modelo social y laboral que llevaba décadas funcionando. Esto creará problemas importantes para las empresas a medida que aumentan los costos y muchos puestos quedan vacantes durante un tiempo considerable y creará problemas para los trabajadores que irán viendo como pierden poder adquisitivo aunque sus salarios y modelos de vida parezcan mejores.

Se genera empleo. Así lo dicen las cifras. Y aunque lo que pasará en el futuro será muy distinto, de momento esta gran renuncia y reorganización irá en aumento.  Pero hay un término más importante todavía que la gran renuncia o la gran reorganización. A nivel mundial, se utiliza un nuevo término: “el gran REINICIO”.

El gran reinicio podría ser el principio de un modelo económico vinculado a la tecnología, a la recompensa justa o a la capacidad de ofrecer respuesta sociopolítica a un mundo desequilibrado gracias a la automatización y robotización. Pero también podría ser la evidencia de que el mundo que se nos va a quedar va a ser un mundo infantilizado, débil, incapaz y adormecido. La dosis de calmantes podrían ser empleos nuevos, mejor pagados pero menos productivos.

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Marc Vidal Marc Vidal

¿Estás haciendo lo que te apasiona?

Me dijeron hace muchos años que eso de montar un negocio era una mala idea. En un par de ocasiones lo comprobé. En otras tantas lo pensé y todavía hoy, a veces, la energía se resiente por tanto esfuerzo y puede jugarte un mal rato. En esos momentos suelo cambiar mi manera de pensar y me refugio en otro lugar. No tiene nada que ver con los beneficios, la facturación o los resultados como empresario. Suelo pensar si hago realmente lo que me apasiona, si lo hago desde la convicción de que es lo que quiero hacer. Es en ese preciso instante que lo siento en lo más exacto y procedo a soñar despierto. Me pregunto si en ese preciso instante, ¿estoy haciendo exactamente lo que me apasiona? La respuesta sigue siendo si. Elegirlo no es fácil, pero tienes la obligación de perseguir aquello que querías ser. Os dejo con el video en inglés “all work and all play” y que os traduzco justo a continuación más abajo. Defiende la teoría de que, si pasamos la vida trabajando, si en el mundo que nos ha tocado vivir ya no proceden las fronteras entre lo laboral y lo personal y si por ello, la mayoría del tiempo sucederá en ese escenario nuevo, deberíamos poder pasarlo disfrutando.

¿Que estas haciendo en este preciso momento? Es algo que realmente te apasiona?. Millones de personas en este preciso momento están haciendo exactamente lo que les hace feliz. Pero espera un momento, pasas una grana parte de tu vida trabajando y cualquier trabajo tiene el potencial de volverte loco. La verdad es que la manera con que trabajamos influencia nuevas tendencias y comportamientos en la sociedad. Y si algunas cosas son nuevas y diferentes para ti y para todos, es interesante saber quien entiende realmente esa realidad. Curiosamente son aquellos que se han venido a llamar “millennials“ o también llamados generación “why”, “G”, “Y”, “microburguesía low cost“ o lo que sea. Eso parece ya más que superado.

La verdad es que esa generación representa la nueva fuerza del trabajo global y tienen grandes aspiraciones. La mitad de ellos ya posee o planea tener su propio negocio. Debido a su mentalidad digital, fluida y colectiva están afectando la manera en la que vamos a trabajar en el futuro. En realidad mantener las cosas simples era la forma de trabajo de la generación Baby Boomers en los años 60 y 70. Las reglar eran muy claras en esa época. El espacio de trabajo se limitaba a la oficina, las responsabilidades eran individuales y muy específicas y sabías exactamente cuando empezaba y terminaba tu jornada laboral.

En aquella época las instituciones representaban la estabilidad. Tenía sentido ser un buen empleado de la compañía y responder bien a las rígidas estructuras lineares y jerárquicas. Sin embargo una vez que elegías una carrera era algo que te acompañaría el resto de tu vida. Los más viejos enseñaban siempre a los más jóvenes, pues era la experiencia dentro de una empresa lo que determinaba tu conocimiento en teoría. Tener un empleo garantizaba un estatus social y era un primer paso para el matrimonio y los hijos. El trabajo no se mezclaba con la vida personal y el trabajo no se llevaba a casa. No obstante los ‘baby boomers’ trabajaban mucho por disciplina y sentido del deber. Eran sacrificios diarios para garantizar los mínimos de la familia.  Todo el mundo esperaba la gran recompensa.

Mientras tanto la generación “X” redefinía la relación entre trabajo y recompensa. Gente segura, extrovertida y competitiva buscando crecimientos rápidos. Buscaban siempre mejores propuestas y una idea rentable los colocaba en un lugar de liderazgo. Aparece la meritocracia que no tiene demasiado que ver con la experiencia. Para ello se apoyan en todo tipo de titulaciones y másters para diferenciarse de sus competidores. En esa lógica individualista un buen armario y una tarjeta personal ayudaba a expandir contactos. Estar en el lugar y en la hora correcta era el plan de trabajo muchas veces. A partir de ahí empezaron a surgir los adictos al trabajo y se mezcló con la vida personal. Ser adicto al trabajo era sexy y el vencedor era el primero en llegar a la mesa de Director. Se pasaba de la carrera rápida por ascender a disfrutar de los premios.

Ahora todo es distinto. Parece ser más importante disfrutar del camino que llegar al destino final. Irónicamente, los “milennials”, jóvenes impredecibles, son los que traducen perfectamente esa nueva visión. En una era donde el placer determina la dimensión de los logros profesionales, ellos saben como nadie reconocer oportunidades que conectan pasión y trabajo. La economía creativa, nuevas profesiones, el boom de una actitud emprendedora y la nueva fuerza colectiva están decorando un inédito escenario. Ya no impresiona que los “millennials” sean impacientes pues la velocidad en como se conectan a la vida y al mundo les permite vivir a otro ritmo. Proyectos que solamente marcan la diferencia a largo plazo no les interesa, no les esitmulan, y  necesitan constante “feedback” para sentir que sus esfuerzos están siendo reconocidos.

La pirámide tradicional de las compañías no les sirve a estos jóvenes ansiosos. Se entusiasman trabajando con otras generaciones pero desde una base de igualdad y respeto. Es una cuestión de intercambiar conocimientos, no importa la edad porque para esta nueva generación la fortaleza está en querer descubrir las cosas por ellos mismos. De aquí nace el “enpowerment“. Es natural para ellos diversificar los canales de información y buscar fuentes alternativas de información. Al final, comprometidos con lo profesional es algo más que una norma, es algo que emerge de las experiencias y el “enagadgement” que tienen con su entorno.

Vivimos tiempos en los que además de tener un empleo, es importante tener un propósito y que sea factible llevarlo adelante de distintas formas al unísono. Movilidad, espacios de trabajo compartidos, teletrabajo, la oficina en casa y la dirección de tus propios horarios logran que el trabajo esté en todo momento presente, en cualquier momento, en todos los lugares. Por ese motivo personas con distintos estilos de vida tienen ahora más libertad para desarrollar su talento. Gente introvertida ha logrado convertir una idea en una empresa multimillonaria.

Hoy en dia puedes quedarte en pijama mientras tus perfiles en las redes sociales sigan bien cuidados. Flexibilidad es el camino a seguir. Los millennials se siente fascinados por los proyectos en constante progreso y cuando perciben que logran adquirir nuevas habilidades. Se entusiasman por un mundo abierto y en beta constante donde probar e intervenir en algo inacabado para poder así crear algo nuevo. Los millennials necesitan sentirse autónomos pero colaborando para crear colectivamente. Son capaces de cambiar de dirección con rapidez para vivir mejor el presente sin la ilusión de que el futuro esté bajo control. Esto es por una sola razón: quienes se adaptan mejor, pueden evolucionar con los cambios.

Pero, ¿Estás haciendo lo que te apasiona en este preciso momento? Tu vida tiene prisa y el despertador está sonando. Descubre tu propósito en esta vida y conviértelo en tu realidad. Si amas tu trabajo te activarás pues es la única manera de vivir una vida plena todos los días.

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