Democracia deliberativa
Hace unos días os comentaba sobre la existencia de un espacio de debate e investigación que se ha puesto en marcha recientemente a razón de las elecciones municipales y autónomicas de mayo en España. Desde el grupo Metroo vinculado a Alianzo estamos asistiendo a la primera votación masiva y virtual de todos los alcaldes del país. Obviamente es una aplicación incluida en facebook que se aleja de los estándares y criterios que una democracia participativa precisa, pero sin embargo es una oportunidad para generar dinámicas sociales y digitales que refuercen elementos de análisis que estimulen la construcción de una democracia deliberativa de verdad.
Hoy os enlazo un estudio del mismo grupo sobre la presencia de alcaldes en las redes sociales en el marco de esas elecciones locales. El informe refleja cosas muy curiosas que son dignas de comentario. Os recomiendo echarle un vistazo y descubriréis como que “a medida que se acerca el 22 de mayo los políticos se crean cuentas y perfiles en todas las plataformas que conocen o les recomiendan. El problema estriba por el momento en que no parece que cuenten con una estrategia clara a la hora de manejar sus redes sociales. Y cuando la tienen, no se centra en la escucha atenta a sus seguidores, sino meramente en contar el número de seguidores y enviarles el mayor número de información posible sobre su actividad offline. Esta actitud nos muestra que el interés de la presencia de los alcaldes en las redes es más electoral que social”.
Si atendemos al uso que los responsables políticos hacen de las herramientas que les permiten acceder al talento y al interés colectivo, entenderemos como se va enquistando la lejanía de los ciudadanos hacia la administración. Precisamente ayer en el Foro Estatal de Politicos para la Participación se habló de cómo impulsar la participación de los jóvenes en la vida pública. De lo poco interesante que ha trascendido me quedo con algunos elementos que espero superen el mero “titular” para un dossier de prensa y se transforme en acciones de dinamización de lo que defienden.
Resulta que el 90% de los jóvenes españoles se conectan a Internet y tienen un perfil en alguna red social. El problema viene cuando esos datos los toma un funcionario público y los cualifica por la cantidad y no por la calidad, con lo que, como es el caso, un director de algún Instituto de la Juventud avala la idea de que una política eficaz dirigida hacia esos jóvenes debe ser a través de la red. Se olvidan que la política ya está en la red, sólo falta que se convierta en algo real y no lo que ahora es. Es preciso cambiar la función pública, la acción política y el papel de sus actores, luego, a medida que eso fluya, internet será un canal de captación de inteligencia social y de participación ciudadana, joven y no tan joven. De momento lo que tenemos es un escenario digital muy bien decorado, extremadamente sofisticado y glamouroso que disfraza una gestión política de puta pena.
Como decía alguien en este blog, empiezan a haber ejemplos de que sin políticos es posible vivir y que cuando intervienen se convierten en un inconveniente. En Bélgica se pasaron un año sin gobierno y actualmente su tasa de paro no supera el 8%, en Islandia, los ciudadanos han obviado las estructuras de gobierno y se organizan democráticamente para deliberar un futuro mejor a partir de una carta magna paralela.
La campaña online de CiU
Hace ya dos años me invitaron a participar en el último congreso de Convergència Democrática de Catalunya. Allí definí lo que a mi manera de ver era la política 2.0 y, por derivación, la Catalunya 2.0 del futuro. Hablo de hace mucho tiempo en términos digitales. Al terminar aquella sesión David Madí me dijo que esperaba verme pronto, que hablaríamos de cómo podían convertir su partido en una estructura moderna, de vanguardia y social en términos digitales, que esperaba que les pudiera ayudar.
En unos meses presenté la propuesta y en pocas semanas estábamos en marcha. Como ya había hecho en tres ocasiones anteriores en Francia, Italia y Euskadi, diseñé un modelo de gestión online para un partido que debía convertirse en el cuerpo de un nuevo gobierno. Con ellos trabajé duro ese tiempo en las tres primeras fases y, una vez el proyecto iniciaba la parte menos conceptual y mucho más práctica, ellos gestionaron el equipo que mereció ayer todas las felicitaciones.
Como he dicho, he trabajado en otras campañas presidenciales, autonómicas o municipales en varios países europeos y de Latinoamérica, como también en algunas primarias. Sin embargo, la madurez de las redes sociales y el teórico conocimiento que todo el mundo decía tener en cuanto a su gestión profesional, parecía complicar bastante el modelo de su uso. En concreto, que Obama hubiera capitalizado el uso de la campaña online y que todo el mundo la contemplara como el ejemplo a seguir era uno de los retos, pues ni Catalunya era Estados Unidos, ni Mas era Obama, ni los Demócratas habían ganado gracias a las redes sociales de manera exclusiva, ni a su campaña online. Era un difícil reto afrontar la previsible oposición de un partido estructuralmente complejo y diverso.
Está claro que CiU tenía una posición de ventaja, pero eso, que era claro en ese momento, no descartaba que una operativa de los contrincantes no pudiera erosionar la buena marcha del crecimiento electoral de la Federació.
Entonces ¿que se debía de hacer? Conceptualmente planteamos un modelo que girase en torno al mensaje positivo y de cambio que el partido había pensado como estrategia transversal, a lo que se estableció un intento claro de captar un “ejército” de voluntarios, se asumió que al votante se le debía de dar opciones para opinar y ser tratado como adulto, se modeló una nueva imagen que llegó incluso a generar el cambio de logotipo y, finalmente, se consideró el mundo online como el instrumento de estimulación y organización del electorado.
Pero, ¿cuál ha sido la estrategia online que siguió CiU durante el año y medio que ha durado todo este proceso? ¿Cuáles fueron las claves? ¿Por qué el flujo informativo en la red siempre fue superior al del resto de adversarios? ¿Qué motivó que, sin precisar de videos polémicos o campañas virales, el paisaje digital político fuera convergente prácticamente en todo momento? ¿Cómo se logró que esa superioridad fuera progresiva y que no se cometieran errores?
En otro documento que estoy preparando junto a todos los que participaron en esta aventura explicaré detalladamente el modelo, pero permitidme que os deje algunas apreciaciones que marcan primariamente algunas de esas medidas que podrían haber significado “un antes y un después” en el modo de uso de la estrategia electoral online en nuestro país por cuanto a los resultados nos referimos. Reconozco, no obstante, que algunas campañas online del resto de partidos han estado muy bien. En concreto el esfuerzo final del PSC ha dado más que un dolor de cabeza a nuestro equipo. Aquí van algunas claves:
1. Unificar todos los esfuerzos digitales. Focalizar en 4 webs y en una sola estrategia en común.
La infinidad de iniciativas que surgían día a día en Internet requerían una estrategia clara que defiera las funciones y la utilidad de cada recurso en la red y que facilitara la comprensión a cada usuario. La Federación estableció una estrategia en línea basada en 4 sitios web de referencia, cada uno de los cuales conectan con el resto de redes sociales mayoritarias en Internet. Estos sitios eran Ciu.cat (web del partido), Arturmas.cat (web del candidato), ideespelcanvi.cat (plataforma de debate de ideas) y Cativistes.cat (red social interna que gestionaba los activistas y los recursos que precisaban).
2. Superar los tópicos en las campañas online habituales.
Es habitual pensar que en la estrategia digital de un partido, los dirigentes de las campañas piensen simplemente en los seguidores que se aglutina en Facebook o Twitter. Sin embargo, la apuesta de CiU por las nuevas tecnologías y para generar un perfil abierto e interactivo con el usuario permitió que los esfuerzos dedicados a ese campo se repartieran en multiplicidad de herramientas y acciones que perseguían dar un valor integral y sofisticado a todo ese nuevo escenario de batalla. Para ello se establecieron diversos elementos como webs de participación como “idees pel canvi”, blogs y videoblogs, Google moderador y las propias redes sociales incluidas, por supuesto, twitter y Factbook. Tambien se estimularon elementos de promoción gráfica de ideas y eventos como youtube o slideshare. Las formaciones fueron un elemento clave para establecer un grupo compacto de nuevos formadores de segunda generación que ayudaron a otros militantes y activistas a conformar un volumen determinante en la red. Ese enorme grupo se organizaba de manera eficiente en la plataforma de red social propia Cativistes.cat. A través de los dispositivos móviles y las aplicaciones desarrolladas en iPhone, Blackberry y Android se pudo llegar a un nuevo espectro que en anteriores comicios no se habían previsto. Otro elemento fueron los asesores 2.0 que daban, desde hace más de un año, indicaciones a las dudas que surgieran en todo este complejo ecosistema digital de acciones. Finalmente, el manual del ciberactivista, las iniciativas, la publicidad online tradicional, los live streaming y las Doc Sessions seguidas desde cada una de las war rooms que se establecieron durante todo este período fueron los segmentos que conformaron todo este engranaje que ayer se convirtió en una parte del éxito.
3. La continuidad y la estrategia integral a largo plazo como valor.
La reputación en la Red no se genera con cuestión de días, sino en base a la continuidad y la perseverancia. Ya en el primer documento presentado hace casi dos años se hablaba de seis etapas. Desde la digitalización de las bases, desarrollo de una nueva identidad digital, abrir el partido localmente, fomentar el activismo y estructurar las alianzas. Cada fase se caracterizó por diversos elementos y por supuesto que muchos de ellos fueron dinámicos y, aunque hubiera un hilo argumental bien definido, muchos tuvieron que ser modificados a tiempo real.
- En la primera fase CiU desarrolló la primera red social catalana política abierta a todo el mundo, formó a más de dos centenares de activistas, gestionó casi 300 blogs a parte de estimular perfiles en diferentes redes. Los primeros esfuerzos crearon un espacio virtual de encuentro para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías a aquellos militantes y simpatizantes menos habituados en el uso de Internet, junto con decenas de horas invertidas en la formación y atención personalizada para resolver ruegos y preguntas. Este punto sirvió como un espacio de discusión y debate en relación a aquellos temas de menor consenso dentro del propio proyecto de CiU. La red cativistes permitió dar voz a todas las personas interesadas en un de cambio en Cataluña.
- En la segunda fase CiU intentó dar un perfil unitario y diferente a todo su ecosistema político. Las marcas de referencia debían ser la federación y Cativistes. Se mantuvo un mínimo común denominador centrado en la interacción abierta con los usuarios, se priorizó la comunicación de los posicionamientos oficiales con los perfiles de CiU y se dotó a cativistes de un rol de dinamizador de la red.
- En la tercera fase CiU impulsó “idees pel canvi”, el Google moderador de Artur Mas, la acción digital de los parlamentarios y el envío de flashes informativos a los activistas para estar a tiempo real en disposición de atender cualquier debate en la red.
- En la cuarta fase CiU consideró que se debía de involucrar a la ciudadanía definitivamente. El paso era complejo pero elemental. Si se era capaz de cristalizar todo el conjunto de activistas digitales en puntos de empatía social analógico y digital, la parte más difícil se habría superado. Para ello se generó un patrón a partir de cinco elementos llamados “les cares del canvi”, “5 clics pel canvi”, “ránquing dels cativistes”, “espai nativista”, les “CATalertes”, “l’enciuta’t”, iniciativas en Spotify y otros espacios menos tradicionales, aplicativos de todo tipo en redes habituales y encuentros con Artur Mas por parte de amigos en Factbook. En definitiva este fue el punto de inflexión que permitió dar valor a las dos fases finales.
- En esas dos fases finales se tuvo en consideración hacer llegar las iniciativas impulsadas al público potencialmente interesado a través de un conjunto de medidas destinadas a posicionar mejor los respectivos sitios web, a la vez que se centró en buscar micro redes segmentadas por intereses compartidos y limitar su comunicación a un público interesado en cada materia.
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En definitiva, y asumiendo que los que de verdad se curraron el día a día de todo este asunto fue un equipo magnífico y que yo sólo establecí la estrategia y el modelo a seguir, les felicito de corazón, y me gustaría que quedara en evidencia que, ganar unas elecciones desde el punto de vista digital es mucho más que unos cuantos perfiles abiertos, un grupo de activistas a sueldo y un grupo de publicitarios pensando videos.
Siempre he creído en la política 2.0 como un elemento que ayudará a hacer este mundo más transparente. Me peleo en este blog hace muchos años por ello. Espero que lo que ayer se hizo realidad pueda ayudar a ello. Quiero pensar que en el trabajo del mejor equipo que nunca he tenido y del que he aprendido muchísimo, se esconde parte del éxito. Como mínimo de haber sido parte pequeña de que en breve los catalanes tengamos #unacatalunyamillor.
foto: Jordi Play
Políticos 2.0
Hossein Derakhshan, el blogger más importante de Irán, asegura que a los políticos no les gusta demasiado el fenómeno blog por que les obliga a escuchar a los ciudadanos. Durante el desarrollo del tercer encuentro Les Blogs en Paris la flor y nata de la blogosfera europea han debatido acerca del presente y futuro del medio. De todas las cosas que se han dicho me quedo con las reflexiones de lo que afecta a la política. Fundamentalmente porque en el análisis del mundo blog y su vinculación con la política en general se haya el espacio de participación pública del futuro.
La aplicación de blogs y redes sociales al mundo de la gestión pública se ha venido a llamar “política 2.0”. En otras ocasiones he reflexionado sobre los beneficios que un político puede obtener a nivel de credibilidad y proximidad cuando se cree de verdad la blogosfera y se convierte en parte fundamental. El ejemplo francés es verdaderamente paradigmático y el fenómeno blog de Ségolène Royal digno de estudio. Sin embargo en Catalunya menos, pero en general en toda España, los políticos aun participan de un modo anecdótico de las redes sociales. Nuestros representantes se acuerdan de sus bitácoras cuando se acercan elecciones o cuando un jefe de prensa les recuerdan su dominio en la red para que le echen un vistazo a “su” propio blog que tan amablemente le actualiza él mismo. Hay países donde la red se ha convertido en centro de debate y el lugar donde la política genera nuevas tendencias y expectativas. En nuestra blogosfera los primeros espadas son cuerpos extraños y ellos son ajenos a lo que se cuece en ese mundo alternativo. Como dice el Manifiesto Cluetrain, los políticos se han acostumbrado a comunicar a través de los medios de masas, llevan haciéndolo hace 50 años. Ese tipo de relación es vertical, impersonal e unidireccional. Todo lo contrario de lo que ofrece la blogosfera, donde el agente que recibe el mensaje puede obviarlo a menos que detecte que va dirigido a él de un modo personal.
Aquí, en nuestro territorio, no se está haciendo caso, no se toma en serio desde la clase política. Tener un blog y gestionarlo profesionalmente es un hecho aislado. Ministros o consellers dispuestos a interactuar a partir de su espacio web son una excepción, un oasis en el desierto. El blogger político profesional tipo en este país, es un hombre de entre 30 y 40 años, que siempre le atrajo eso de tener un portátil y conectarse a la red, que ha sido incluido en las quinielas de partido para engrosar una lista electoral y que ha descubierto lo bien que queda eso de tener blog. Después de insertar dos decenas de artículos que tuvo que escribir obligado para otros medios, deja de actualizarlo y el blog muere de inanición. Las excepciones son honrosas. Mujeres y hombres de todo el espectro se esfuerzan por cambiar ese panorama. Ejemplos como el blog de Pasqual Maragall son de vergüenza ajena.
La clase política teme los blogs. En una maquinaria europea donde la gestión pública cada vez es menos democrática (Banco Europeo, Comisión Europea, representatividad alegal), más áspera y abstracta, los aparatos de partido aspiran a no afrontar los retos de la democracia participativa. Lo que Ségolène Royal ha venido a llamar los jurados públicos a los políticos, los blogs y la política 2.0 como elemento de “vigilancia activa” a través de foros donde al ciudadano se le puede escuchar y desde donde una iniciativa interesante puede llegar a millones de personas. Esto, hasta hace poco, era una quimera con los medios tradicionales. La política 2.0 aun es un concepto. Estamos transitando hacia ella, pero los partidos y los agentes electorales deben implicarse. La red conseguirá que el embrión de una nueva participación democrática germine y se pase de la información a la acción de un modo natural.
La implicación del ciudadano en la política o en la participación democrática esta muy lejos de ser la esperada. Cada vez votamos menos, a medida que pasan comicios tras comicios, nos sentimos más lejos de nuestros representantes, hasta el punto que pronto dejarán de representarnos. Sumémosle que los partidos piden tu colaboración, tu voto y no garantizan que harán con él. Tras los resultados deciden que hacer con tu confianza y pactan o no con unos y otros. Te piden que después de votar, te calles y que no molestes. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. La política 1.0 es la política de Juan Palomo. La 2.0 debería de ser la de buffet libre.
Igual que la web 1.0 consistía en ofrecer contenidos fabricados de un modo profesional por portales al efecto para que los internautas los consumieran y la web 2.0 es un espacio donde el usuario genera el contenido que luego queda estructurado en esos portales remasterizados, la política 1.0 es la que emite y no recibe y la 2.0 seria la que los, hasta ahora, receptores pasan a emitir y los políticos se convierten en los que escuchan y, por supuesto, deberían de reflexionar. Convertir en propuestas las aportaciones, en rectificaciones las críticas y en disculpas los errores. Demasiado tal vez. En otros países ya está sucediendo. En el mundo empresarial hace meses que los blogs se han convertido en un agente publicitario de primer orden. Las grandes compañías saben que si en una red social alguien dice que su queso es un asco, van a vender poquito, porque el marketing viral correrá a tal velocidad que no podrán contrarrestarlo con ningún medio tradicional. Hoy en día hay empresas que incorporan el gestor de posts remunerados, que hablando maravillas de algún motivo o producto consiguen crear líneas de opinión favorable.
Igual que las empresas que se niegan a interactuar con sus potenciales clientes, tienen garantizado el fracaso frente a las que cada día escuchan y modifican al efecto, los partidos políticos anclados en los sistemas del siglo pasado sufrirán derrotas monumentales e inesperadas en los próximos años frente a nuevas ideas o grupos políticos capaces de establecer puntos de conexión reales con la ciudadanía. El final de esta década es propiedad de los políticos 2.0.