Aclaraciones y Cambios
Este blog está a punto de inaugurar aspecto, procedimiento y temáticas. Hace meses que trabajo en ello con algunos colaboradores y el resultado está casi listo. He decidido ofrecer cambios significativos, primero por que hay que renovar la imagen por algo más actual, segundo para incorporar modelos de moderación de comentarios que permita que vosotros los ocultéis por votación y tercero para incorporar temas que me ocupan ahora mucho más desde el punto de vista económico.
Hablaré de economía digital, nueva economía, de emprender, de modelos de negocio, de viabilidad empresarial, redes sociales aplicadas, gestión de estrategia digital política y económica, de modernización de compañías, recoger que dice la prensa económica internacional y, por supuesto, no dejaré de traducir algunos aspectos de la economía tradicional pero sin entrar en las proyecciones. Este seguirá siendo un foro abierto pero la moderación social impedirá que las temáticas deriven hacia lo desagradable u ofensivo. Espero poder recuperar aquel espacio de debate constructivo y enriquecedor que siempre tuvimos aquí.
En otro sentido, no suelo escribir posts que aclaren lo que he querido decir en otro anterior. Lo he hecho en un par de ocasiones al notar que, una “aparente” mala interpretación de mis palabras, produce una cadena de comentarios que conducen a la perversión de la fuente. Con respecto al último publicado en Cotizalia, puedo aseguraros que mi ánimo no era herir a nadie y si así fuera, lo siento. Mi intención era poner sobre la mesa varios aspectos que me parecen fundamentales y por eso, a partir de la provocación y del estímulo semántico, intenté generar debate.
Quise poner de relieve que hay supuestos “emprendedores” que vampirizan el subsidio de empleo e inician negocios en “B”, perjudicando en consecuencia al resto que procura hacerlo según la legalidad pues generan estructuras paralelas también en “B”. Eso no sólo conlleva competencia desleal o economía sumergida, sino trabajadores sin derechos, sin prevención de riesgos y otras lindezas que en muchos comentarios se han obviado creo.
Por todo ello me gustaría puntualizar lo siguiente:
- Que el propio Estado no es capaz de plantear soluciones viables a la gravísima situación que vivimos.
- Que una de las consecuencias de esa inoperatividad estructural de la cosa pública es la gestación de abusos y fraudes que se acaban aceptando como admisibles. El “fraude social” es un virus que afecta a todos y se transmite en sociedades acomodadas como la nuestra.
- Que por ello es preciso poner en marcha dinámicas desde la sociedad civil que impulsen el valor de emprender.
- Que obviamente no todos los ciudadanos deben ser emprendedores, pero que no podemos negar el papel y el valor trascendente de éstos en un momento como el actual.
Con respecto a las críticas a mi papel en todo este circo me parece que lo peor ha sido mantener mi dinámica habitual de no censurar ni un solo comentario. En este caso por una razón simple. Si bien acepto todas las críticas e insultos hasta niveles que no todos soportan (y trato con muchos bloggers que me dicen que no trague), lo que no parece demasiado lógico es que mantenga comentarios en “mi blog” que incorporan mentiras sobre mi vida. Sin embargo no he eliminado ninguno todavía. Sólo he censurado comentarios ofensivos hacía mi madre, hijo o pareja.
Pero, ¿por qué me retorcí este viernes con un artículo tan áspero? Como empresario, consultor, miembro de diversas instituciones financieras y económicas, ciudadano y padre de familia, quiero confiar en que mi entorno sea un marco empresarial y social que permita a todos (trabajadores, emprendedores, niños, abuelos, hombres, mujeres, inmigrantes, etc.) a tener la posibilidad de vivir y trabajar por cuenta propia o ajena. Considero que para que eso se cumpla es necesario que:
- Quien haga la norma la haga bien y que rectifique cuando sea necesario
- Se aplique y se haga cumplir siempre y en todo el territorio por igual
- Los gobernantes observen sus efectos y efectúen giros si es preciso a tiempo real
- El sistema sea capaz de detectar si los efectos que tienen sus decisiones son coherentes con aquello que quieren o con aquello que intentan evitar.
Os puedo asegurar que el post no iba en contra de los parados, era un critica con muy mala leche (responde a la estética semántica de lo que buscaba provocar), sobre los efectos perversos que tiene la mala gestión de la crisis, ya que como ciudadanos también pagamos los abusos que parte de la sociedad hace de estas lamentables situaciones y, en alguna medida, enquistan el asunto.