La mano que imprime
El criterio que utilizo para proponer proyectos tecnológicos a este blog responde a cuatro aspectos: que tengan un modelo de negocio disruptivo y escalable o que sea fácilmente identificable en un mercado genérico, que signifiquen un avance notable en algún campo de la gestión de procesos lo más sencillos posible y que permitan establecer un enlace inteligente entre usuario y objeto. El último requisito es que lo conozca de primera mano o bien por tener contacto con los emprendedores o bien por la invitación al uso del producto.
En mi opinión, hablar de hacia donde se está dirigiendo nuestra sociedad en base a los avances tecnológicos y disruptivos debe ‘mezclarse’ y desdramatizarse con la incorporación de otros avances menos ruidosos y espectaculares pero que, en su esencia, responden a la creatividad, la tecnología aplicada y lo cotidiano.
A mi modo de ver Mini Mobile Robotic Printer alcanza algunos de esos puntos. Es cierto que la impresión como apoyo de lectura no goza de un futuro brillante, tal vez todo lo contrario, es evidente que el soporte digital evitará cada vez más la impresión sobre papel. Sin embargo creo que este dispositivo se presenta para ocupar un espacio muy interesante y huérfano. El prototipo que he podido testear es fascinante. Fabricado por Zuta Labs gira entorno a la movilidad, a los tiempos actuales y espera reinventar la impresión personal.
Guardando la distancia necesaria hacia lo que en esencia es una impresora, me interesa cómo se pueden repensar algo tan esencial. No dejamos de darle vueltas todos los días a la robótica y sus derivadas en todos los campos. ¿Qué podemos aprender de la manera en que estos chicos han llevado a cabo este desarrollo? A mi modo de ver, lo esencial es como lo han pensado, como lo han conceptualizado y a que respuesta han llegado.
¿Qué es una impresora? Básicamente una mano computerizada. A partir de ahí nace la curiosa innovación. Se observa un documento y lo escribe de un lado a otro de la hoja. A partir de ahí la idea principal era retirar el corsé que supone considerar que la impresora debía tener un tamaño, ancho o largo, similar a la hoja donde se iba a trabajar. La esencia de este ‘device’ es que la impresora ‘se arrastra’, la mano robótica escribe.
El resultado es que una vez colocas este aparato sobre la página en blanco, el software inteligente define el movimiento, el espacio y su gestión. Para documentos de varias páginas, sólo tiene que levantar el Mini Mobile y colocarlo sobre otro papel en blanco en el momento que se detenga. Su mayor hándicap es su lentitud pues tarda un minuto por hoja, pero se compensa con detalles como que permite el uso de cartuchos tradicionales de tinta y que su coste rondará los 100 Euros.
Por cierto, si quieres una puedes reservar una aquí donde ya han logrado recaudar el dinero necesario para afrontar el reto de su comercialización básica.
Ideas como antídoto
Tengo mil ideas y muchas no son mías. Tengo mil proyectos y muchos provienen de mi equipo y de la gente que se aproxima para compartir conmigo sus sueños. Hay personas con ideas brillantes. Ideas, ideas e ideas. Ideas que nos deben llevar a pelear contra todo eso despropósito y esa parálisis, a buscar la oportunidad, a buscar valor, a diseñar modelos de negocio inexistentes, a versionar los que tenemos, a darle la vuelta a la caja y dejar que caiga lo ineficiente, a pactar con los socios, trabajadores, amigos, competencia, proveedores, universidades, administraciones, agentes, con quien sea para sobrevivir en este puñetero barrizal en el que se está convirtiendo emprender en España.
Como emprendedor que se juega su patrimonio cada cierto tiempo, llevo en crisis toda la vida. Lo he hecho sin quejarme como otros miles. Emprender es estar en crisis constantemente, pues cuando tienes algo, lo inviertes, cuando por fin un proyecto está maduro, generas otro.
Pero emprender no significa enmudecer. Bajo ningún concepto debemos callar, no aceptemos que nos condicionen las críticas y avisos sobre los responsables de una mala gestión. Para que un emprendedor se calle suelen acusarte de “catastrofista” o de ser “el quinto jinete de la Apocalipsis”. Eso es una trampa, un cepo de mal tertuliano. Justifica y ampara a los que debieron hacer algo y no lo hicieron, permite que la gente siga en la inopia empujados hacia una miserable oferta de recortes en las capacidades de cada uno de sentirse libre de decir lo que piensa. Como emprendedores debemos adoptar una actitud crítica y demoler esa barrera social, anestesiada, que se bebe el cloroformo para desayunar como si fuera un baso de leche caliente y responder con proyectos y con contundencia. Ponerse en marcha es el mejor mecanismo para responder a una estructura de poder diseñada para el silencio social.
Hay cuatro maneras de ver el vaso. Medio lleno si eres optimista, medio vacío si eres pesimista, medio vaso que sobra si eres un tipo racional y medio vaso por llenar si eres un emprendedor. La primera es la manera en como ven el recipiente algunos de los que están apunto de perder su trabajo o pagar más impuestos que nunca. La segunda forma es la de los que la situación les ha vencido ya. La tercera es la modalidad menos arriesgada y suele adoptarse por aquellos que se huelen que lo peor está por llegar. La última es la buena. Lo debemos llenar con agua de cualquier parte, pero el vaso tiene que rebosar de agua.
Saltando al vacío
Estos días, entre un ir y venir por aeropuertos algo más intenso de lo normal y que ando enfrascado en el nuevo libro, me está costando postear. En principio mañana volveré a la periodicidad diaria con un post sobre otro nuevo proyecto que lanzamos a nivel mundial y que estoy seguro os va a encantar. De momento os dejo con este artículo que ayer publiqué en ABC y que define en gran medida lo que me pasa el día antes de presentar otro “salto” emprendedor.
Aterrizar en Lisboa es un placer. Ese recorrido previo sobrevolando la ciudad mientras el comandante busca enfocar el acercamiento a pista permite ver una amalgama imperfecta de edificios decadentemente bellos. Es una ciudad compuesta por plazas cortadas como infinitos acantilados de piedra que invitan a saltar. La capital de Portugal vive un momento muy duro y se evidencia una miseria estructural y una extraña resignación. Estos últimos días he visitado Irlanda, Italia, España y Portugal. Sólo queda Grecia para completar el famoso grupo de los PIIGS. La verdad es que cada uno afronta el reto de salir de su propio círculo vicioso de diferente modo. He visto personas distintas con actitudes parecidas. En todos esos países hay quien emprende y quien desiste antes de intentarlo. Ahora que parece haber más técnicos de apoyo a la emprendeduría que emprendedores, o más buscadores de financiación que locos persiguiendo sueños, la actitud colectiva es clave. En Portugal o donde sea lo que cuenta de verdad es creer que en la ilusión por intentarlo está el valor. Sino quieres emprender, no lo hagas, no pasa nada, pero no traslades tu desidia o pánico a quien decide volcar su rabia personal contra lo que le rodea y lo enfoca en un proyecto vital y profesional.Vivimos en la sociedad del “no lo intentes sino vas a lograrlo”. Se dice que el aprendizaje que se logra en el salto no es válido, que sólo cuenta caer bien. En una sociedad acomplejada e incapaz de enfrentarse al fracaso, la cantidad de gente que emprende suele ser menor que en otra que valore ese factor. Lo crudo es que esto es determinante: cuanto menos intentos menos éxitos, cuanto menos éxitos menor competitividad, a menor competitividad menor crecimiento y por ello mayor déficit, deuda, prima de riesgo y derivados idóneos para titulares periodísticos sin interés práctico. Al final intentarlo, con sus fracasos, genera riqueza. Por eso es interesante aceptar que los emprendedores siempre están en crisis. Aceptan esa condición como un elemento básico. Un tipo que se pone en marcha con un proyecto que aun no está consolidado, que se enfrenta a mil obstáculos y que además está obligado a superar sus miedos y los estereotipos de una sociedad drogodependiente, es alguien que acepta la crisis como su estado de ánimo y su ecosistema natural. De ella saca el combustible al contrario que el resto de mortales. Cuanto mayor sea el riesgo más apasionante es el reto. Que hay dos maneras de vivir: sentado frente al abismo o saltando. No sabemos que hay ahí abajo, a veces ni importa, lo que si tenemos claro, los que saltamos, es que el de la silla frente al vacío no se va a enterar de lo fascinante que es volar unos segundos.
Depende de nosotros
Escribo esto desde la sala Velázquez de la Terminal Internacional de la T4 de Madrid. Como cada mes, vuelvo a Latam y a Estados Unidos. Esta vez es un viaje con premio. Me permite tener una excusa formal para no ver el debate electoral de esta noche y también para, durante este tiempo, alejarme de una campaña electoral de escaso valor, tanto técnicamente como en aspectos de fondo. Los asuntos que ocuparán el mundo estos días no serán muy distintos a los de los últimos meses. Una amalgama imperfecta de personas intentado que se les escuche, otro cúmulo preguntando que hacer con sus vidas para no perder todo cuanto tienen, los mismos tertulianos de siempre retocando sus discursos según convenga y un selecto equipo de gestores determinando una y otra vez acciones que no sirven apenas para retrasar el desenlace.
Italia seguirá su curso hacia el abismo porque nadie se ha atrevido a ejecutar un plan de rescate serio, Grecia, en cuanto se diluya el efecto vaporoso y la transferencia ingente de dinero sea absorbida por la seca economía helena, volverá a poner contra las cuerdas el euro, España, tras las elecciones recibirá los ataques de todos los ejecutivos de mercado que verán en nuestro país una presa mucho más fácil y sin cortafuegos. España vive el desmantelamiento total y el robo organizado.
A cambio seguiremos pendientes de lo que somos capaces de hacer. Os aseguro que, lejos de campañas como “estoloarreglamosentretodos” que rozaban el insulto en el pasado y de las que ahora nadie habla ni nadie pide responsabilidades, lo que debemos hacer es estudiar el escenario, en todos sus ángulos, deducir y tomar decisiones. Aquí nos vamos a dedicar a eso en los próximos meses. Seguiremos analizando lo que pasa pero desde la distancia, desde el valor objetivo y tranquilo que nos otorga a todos el que durante los últimos siete años ya lo llevamos haciendo. Deduciremos gracias a la aportación de los nuevos colaboradores de este espacio y daremos las claves. Emprender, redes, nuevos escenarios, nueva economía y aprendizaje invisible. Sólo nos queda eso. Como dije, cuando la cometa vuela es porque el viento sopla en su contra.
En el tiempo que trabajé como broker aprendí que el talento y la capacidad no suele ser un aliado en esos entornos. Es difícil vencer, por muy bueno que seas, a un aprendiz con muy mala sangre, sin escrúpulos ni ética. La criba que se hace en ese territorio es de tal calibre que no vale como punta de análisis en ningún estudio. Sin embargo si que permite entender que el salto, a veces, incluso en los momentos más extraños hay que ser capaz de darlo. No sirve quedarse quieto pensando que todo va bien. Si no te gusta lo que ves, a mi me pasó, lo mejor es abandonar y hacerlo a tiempo. Si las circunstancias te vencen, puede que te veas en el peor de los juegos.
Tras escoger un centenar de clientes y dividirlos en dos, a unos asegurarles que una acción subirá y a otra mitad que bajará, llamar al día siguiente a los que hipotéticamente creen que acertaste y volverlos a dividir con el mismo criterio y hacerlo hasta que sólo queda una persona que confía ciegamente en un agente de cambio y bolsa que lleva siete aciertos consecutivos, descubres que manipular a quien quiere ganar fácilmente es fácil. Eso lo viví de cerca, lo hacían algunos brokers y lo dejé a tiempo de no tener que hacerlo. Tras una de mis quiebras como emprendedor no pude más que trabajar en lo que sabía y hacerlo como asalariado. Por suerte pude huir sin intoxicarme demasiado, pero aprendí mucho, de mercados, sobre la avaricia, los sofás y las tormentas. Gran parte de lo que ahora somos como sociedad depende de esa actitud mediocre que muchos hemos tenido alguna vez de la vida. La misma que tiene muchísima clase dirigente. Cuando digo dirigente me refiero a todos los estamentos, no sólo político sino también empresarial, social, cultural y, si me apuran, nacional.
Ahora hagan un esfuerzo de imaginación. Piensen en un montón de empresarios de primer nivel. Reúnanlos todos en un foro, en un salón de actos de una escuela de negocios muy prestigios. Pongan en la sala los responsables de las cámaras de comercio, asociaciones patronales, juntas directivas y otros elementos de juguete como esos. Escojan un tema reivindicativo como por ejemplo la solicitud de un aeropuerto como dios manda para una ciudad importante. Una ciudad que siendo un enclave estratégico, no deja de ser una segundona en el país que conforma. No abran aun los ojos, sigan imaginando el acto. Críticas a una hipotética organización centralista que ha apartado a la sociedad en cuestión del éxito y derecho a tener un aeropuerto como Dios manda, alegatos a un futuro empresarial que debe levantarse en armas para lograr lo que merece y aplausos reiterados a los discursos manidos de siempre.
Imaginen que tras ese soporífero evento, meses después se inaugura un aeropuerto fastuoso que deja inservible otro que ya funcionaba a menor capacidad. Piensen en el dispendio que supone dicha idiotez, cavilen sobre el evento y las caras de todos esos señores que debían poner en marcha el país. Gentes que no parecían darse cuenta que el aeropuerto que exigían estaba a punto de ser acabado y que, en lugar de pedir y pedir, debieran de hacer y hacer.
Dejen de imaginar, eso ha pasado aquí hace apenas un año y medio. Un mastodonte aeroportuario medio vacío frente a otro monstruo vacío del todo. Ese es el gran escenario logístico del futuro para los catalanes. Y no hablo del resto de barbaridades que se han hecho en ese campo de las infraestructuras aeroportuarias.
Los de la reunión aquella, quietos y callados, ya parece que lograron lo que esperaban y se acabó. Ahora que toca hacer de verdad algo, resulta que lo que tenemos es una línea aérea que pagamos entre todos pues en realidad, en lugar de eliminarla como se eliminan las empresas inservibles o sobrantes, es imprescindible para llenar unas cuantas puertas de embarque de ese aeropuerto infrautilizado.
Hagámoslo entre todos, sobretodo entre los que tenemos mucho que jugarnos. Si esperamos que otros lo hagan por nosotros vamos dados. Todo ese grupo de prohombres de bien siguen sentados en su cómodo social de alcántara esperando que las cosas cambien a su ritmo, por entonces ellos ya habrán pensado algo para que parezca que lo impulsaron ellos. Que maravilla.
Emprendedores alemanes
Hablando ayer con un emprendedor alemán durante el vuelo de Los Ángeles a Panamá entendí me reafirmé en algunos de los elementos que reflejé en mi último libro sobre el modo en que otros países afrontan el modelo de emprendeduría y acción social en todo su conjunto. El germano en cuestión resultó ser uno de los fundadores de Zusammen. Eso me ha hecho recordar lo que considero de ese espíritu emprendedor alemán, el modo en que se implica la administración y, sobretodo, como se contempla socialmente su ecosistema natural con el resto de layers.
Si atendemos al modelo alemán veremos que en lo administrativo los esfuerzos han ido encaminados a reducir la fricción a la hora de montar un negocio. Allí, por ley, una empresa debe estar disponible en dos días. Eso ayuda a que grupos de emprendedores sin grandes recursos y mucha prisa puedan adoptar sus modelos de negocio con mucha más facilidad. Sin embargo el cambio en Alemania con respecto a otros entornos es que ese proceso está liderado por un cóctel informal de capital riesgo, proyectos audaces y charlas de bar. Las conversaciones ahora en algunos centros de desarrollo tecnológico de las principales ciudades alemanas gira en torno al número de usuarios únicos y de audiencias digitales. En España es cierto que hay una efervescencia en ese sentido pero parece responder más a una salida calculada a la imposibilidad de montar negocios con infraestructura compleja y que la digitalización de todo permite reducir costos e implementar el teletrabajo como sistema inicial. Luego ya se verá. En Alemania nada es improvisado. La burbuja puntocom también se cebó allí hace una década y lo saben bien.Al contrario de lo que pasa por estos lares, los patrocinios son mucho más heterogéneos. Son muchas las empresas que están dispuestas a apoyar proyectos y a emprendedores en sus eventos o en sus productos más radicales. Aquí eso sólo pueden llevarlo a cabo las grandes empresas de siempre, coaccionando el desarrollo de nuevas iniciativas a las del gusto del patrocinador, y este siempre acaba siendo el mismo. El resultado: poca variedad emprendedora.
Leí a Rodolfo Carpintier en cierta ocasión describir ese modelo de apoyo a la emprendeduría digital. Se trataba de que un grupo de emprendedores alemanes que se habían hecho de oro gracias a Internet se organizaran en Berlín fundamentalmente para apoyar como Business Angels a otros emprendedores germanos. El resultado fue impresionante y algunos de esos apoyos se han convertido en verdaderas multinacionales que operan en medio mundo.
Se debe decir que, guardando la diferencia, precisamente están intentando lo mismo en España. Hay decenas de encuentros, citas, reuniones, clusters, que dinamizan los mecanismos que permitirán ayudar a emprendedores noveles a triunfar. Todavía la diferencia entre países, y eso lo conozco bien, es cuando el apoyo limita el territorio. Me explico, mientras que el inversor o ‘angel‘ empieza a examinar tu proyecto y se toma unos días o semanas para analizar la viabilidad de entrar en tu empresa, en España te impone muchas veces “focalizar en este país y luego ya veremos si salimos fuera”, en Alemania eso es completamente al revés. La filosofía y el valor emprendedor de los alemanes va directamente ligado a su voluntad por exportar. Ser la primera potencia exportadora del mundo es algo que se lleva en el modelo estructural y el emprendedor lo sabe, por ello afronta sus proyectos en ese sentido.
En términos generales, podemos decir que hay países que la emprendeduría es un estado de ánimo. Algo que va en paralelo a la manera de afrontar la vida. El caso es que no siempre ese “estado” es el que esperamos o creemos. Hay mucho tópico que viajando se curan. En Estados Unidos es evidente que lideran lo de ponerse manos a la obra, en Alemania su voluntad de exportar y en otros países el enfrentamiento al cloroformo social se interpreta de muchos modos.
Ración de optimismo
Hoy os dejo con la traducción del último post que ha publicado “the optimist”, uno de mis blogs de cabecera. Es una de las secciones fijas que se publican en el Foreing Policy. Os lo recomiendo. Suele ser un espacio que reflexiona sobre todo aquello que puede motivar, estimular y ayudar a afrontar el día con cierto optimismo. Es correcto pensar que todo está muy mal, yo soy de los que piensan que lo que nos espera en general no es nada bueno, pero también pienso que es labor de todos que lo afrontemos con dignidad. No tengo claro como debemos hacerlo, sólo sé el método que a mi me permite continuar. Lo hago enfrentándome con entusiasmo a nuevos retos y proyectos. Para ello, como todo hijo de vecino, de vez en cuando, uno necesita su vaso de cloroformo calentito. Cada uno tiene la gasolina que tiene, y yo me recargo los tanques con blogs como este que hoy os enlazo.
Durante los últimos 200 años, la historia de los ingresos mundiales ha sido única. Los ricos se han hecho más ricos y los pobres se mantienen en la pobreza. El profesor de la Escuela Kennedy de Harvard Lant Pritchett lo explicó en un artículo de 1997. Argumentaba que en 1870, el país más rico del mundo era nueve veces más rico que el país más pobre. En 1990 esa brecha había aumentado a una diferencia de 45 veces. Y las poblaciones crecieron rápidamente en muchas de las economías estancadas en el extremo equivocado de esta divergencia. En 1981, según el Banco Mundial, 1,9 millones de personas, o la mitad de la población del mundo en desarrollo vivía en US $ 1,25 al día o menos.Es fácil suponer, ante las imágenes de la miseria continua en zonas rurales de África y Asia meridional, que las cosas solo pueden que empeorar, pero no es así. De hecho, en las últimas dos décadas, el patrón se ha invertido. El mundo tiene mucho menos pobres y la naturaleza de la pobreza que sigue ha cambiado de manera importante.
Comienzo con los números: En la década de los ochenta, el PIB medio per cápita de la tasa de crecimiento en los países en desarrollo fue de 1,4 por ciento, según datos del Banco Mundial. En la primera década del siglo XXI, sin embargo, el promedio había aumentado hasta un 4,4 por ciento, considerablemente más alta que las tasas de crecimiento en los países ricos. Como resultado de esta explosión económica, el número de países clasificados como de bajos ingresos, es decir, con un PIB per cápita de menos de unos 1.000 dólares, ha caído de 60 en 2003 a 39 hoy.
No es sólo que los países se hacen más adinerados, las personas individuales también, hay más ricos. En 2005, el número de personas que viven en la pobreza absoluta en todo el mundo, o en 1,25 dólares o menos al día, fue alrededor de 1.300 millones, según estimaciones de Laurence Chandy y Geoffrey Gertz de la Institución Brookings. Los mismos investigadores sugieren que fue por debajo de 900 millones el año pasado. Desde la mitad del mundo en desarrollo en 1981, estiman la proporción de personas en la pobreza absoluta a menos de una sexta parte.
Esto no es sólo una historia de los tigres chinos y elefantes de la India, incluso África está recibiendo ese impulso. Sin duda, el continente llega tarde a la fiesta, pero en los últimos 10 años han experimentado un crecimiento impresionante en todos los países, tanto los ricos del petróleo y los pobres sin litoral.
De acuerdo con Xavier Sala-i-Martin y Maxim Pinkovskiy de la Universidad de Columbia y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, respectivamente, África está en camino de reducir a la mitad el número de personas que viven en la pobreza absoluta entre 1990 y 2017. Ya, las tasas de pobreza de 30 por ciento menos de lo que eran en 1995.
¿Que quieren que les diga? Que ojala eso respondiera a un impulso equilibrado, pero mucho me temo que no es así. Sin embargo, cada día son más los emprendedores que me comentan que se van a África sobretodo a montar sus proyectos. ¡No sabes lo que se mueve allí! Me comentan. Es cierto, he ido a la África subsahariana y francófona y he podido ver y establecer pequeños proyectos que suponen un claro estímulo para los que buscan nuevos territorios. Lo mejor del continente negro: su gente y su honestidad, su sentido de la generosidad extrema y su emprendeduría imprescindible en un mundo sin seguros sociales. Hace años impulsé dos organizaciones en ese lugar. Ahora una ya no existe, se llamaba África Nené y la otra ha vuelto a renhacer con la ayuda de algunos empresarios franceses: Africa S’engagé. Más adelante os hablaré de ella.
Igual que digo habitualmente sobre América, en África cada país es un mundo, o peor, cada región (independientemente de sus fronteras artificiales) es un planeta y una manera de entender la vida. Sudan del Sur se ha independizado con naturalidad pues el 99% de la población así lo ha estimado, el norte del continente se ha puesto de frente a su propio destino y ahora en otros entornos los cambios se producen o se producirán. Desconozco lo que va a pasar, pero me gusta pensar que la pobreza en general se está reduciendo y este mundo, poco a poco ofrece a todos alguna opción. Estamos lejos de que eso sea universal, pero talvez algún dia…
Ideas para emprender
Hoy os dejo con la traducción de la sección “economía en efectivo” que estoy haciendo durante este verano para el programa “el món a Rac1”de la cadena de radio líder en Catalunya, RAC1 (Grupo Godó). Durante unos veinte minutos tratamos el tema de la emprendeduría y de cómo afrontar nuevos proyectos en lo personal, cuales son los mejores sectores y que hacer ante la dificultad. Se buscó ser lo más optimista localizando fisuras del sistema económico en decadencia para que se nos permita ganarnos la vida honradamente. La sección consiste en que la conductora, Núria Riquelme, me vaya interrogando sobre un tema hasta llegar a detalles que en verano puedan ser interesantes.
Comenzaremos la sesión, muy optimistas. Hoy Marc nos dirá en qué podemos invertir una indemnización por despido para tener un mínimo de éxito y no morir en el intento. De entrada, ¿es un buen momento para tirar adelante un nuevo proyecto? ¿o eso es sólo para los suicidas?
-No, de hecho, los momentos ideales para embarcarse en nuevos proyectos complejos son los momentos más difíciles. Y en este caso estamos viviendo un momento difícil, donde las buenas ideas acaban encontrando un camino. Hay una comparativa que es la de los vasos: hay quien ve las cosas medio vacías, medio llenas… Pero en el campo de la gente que monta nuevos negocios, en el campo de los emprendedores, se puede ver desde dos puntos de vista nuevos. Y el vaso, cuando hablamos de un tío racional, al vaso le sobra el doble. Tiene la mitad de agua necesaria, o que el tamaño del vaso es el doble del necesario. Pero los emprendedores lo que vemos es que hay el doble por llenar. Y esta es la filosofía que todos deberíamos adoptar cuando uno decide tomar todo el subsidio único en este caso que hace el Estado y ponerse en marcha para llenar este vaso.
¿Tú le recomendarías alguien que hiciera esto?
-Sí, de hecho lo recomiendo todos los días.
Pero claro, debemos saber muy bien, supongo que la clave es ésta, en qué ponemos ese dinero, ¿no? En qué podemos tener un mínimo de éxito…
-Primero deberíamos vigilar algunos factores para que este éxito no acabe. Una de las cosas que tenemos que tener en cuenta es, por ejemplo, no endeudarnos excesivamente con el dinero que se nos da. Debemos pensar también en una cosa que a veces no se tiene en cuenta: cuando nos dan este soporte económico debemos saber que es nuestro dinero de paro que nos deben dar cada mes. Cuando hacemos este proyecto sobre el que haremos esta petición de dinero, ha de ser exactamente aquél. Es decir, si nosotros luego hacemos otra cosa, y pedimos que se nos den 12000€ y con ellos compramos un coche para desplazarnos y poder vender, y acabamos comprando dos ordenadores, debes hacer exactamente eso. Porque si después esos 12000€ los utilizas para pagar el sueldo de dos empleados que has contratado, eso no es factible. Pueden decirte que no has utilizado el dinero para lo que dijiste. Tienes que demostrar que has invertido el dinero para lo que es. Y busquemos las formas de negocio después, a partir de este ingreso. Sobre todo, no debemos confiar excesivamente en nuestros clientes…Normalmente, los emprendedores lo que hacen es confiar excesivamente en sus clientes, le dan mucha crédito a que estos clientes acabarán pagando, y esta capacidad de soportar lo que sería este hecho. También, normalmente cuando montamos un negocio no tenemos práctica en tratar con proveedores, y deberíamos prepararnos e informarnos de cómo tratar con proveedores, agarrarse a muchísimas ofertas…si lo normal es coger tres ofertas por un mismo producto, pues coger 5. Sería aumentar un poco más el cuidado sobre las cosas que hacemos o que haríamos en cualquier otro modelo de negocio, una vez lo comenzamos.
Y en estos momentos tú nos puedes decir…en los próximos 6 meses, ¿qué puede ser un negocio que tenga éxito o negocios que puedan tener una viabilidad?
-Lo primero es que si lo supiera a ciencia cierta, yo mismo no estaría aquí...Estaría intentando poner en marcha estos negocios…Pero sí que hay algunos factores o escenarios que podrían darnos pistas. Nos acercamos a un territorio económico en el que el low cost tendrá más salida que las cosas que tengan más (...), y otro escenario mucho más complejo que tiene que ver con los ricos/el riesgo?, con la gente que tiene mucho poder, que parece que no les afecta la crisis (que también, ya hablaremos algún día), pero en este caso estaríamos hablando de productos low cost. Estaríamos hablando de proyectos o negocios que sean capaces de ser escalables, que sean fácilmente ‘replicables’: que podamos hacerlo más grande de una forma prudencial, a medida que vamos adquiriendo más posibilidades…Yo ahora tengo un negocio en el que puedo vender botellas de agua, pues, que pueda vender 6 botellas de agua y tenga que contratar a una persona más, y que cuantas más personas, y puedo ganar más dinero, o puedo vender más…Y no es referencial, es exponencial este hecho escalable. Y, además, si es gente con ganas de hacer cosas desde el punto de vista del crecimiento, que no sólo es auto suficiente, que es auto ocupación, sino que quieren hacer un proyecto empresarial, ha de ser fácilmente internacionalizable, y eso que parece extremadamente complicado o difícil, o está muy lejos de los proyectos de un autoocupación, realmente no lo está. Hoy en día las tecnologías nos permiten empezar a vender fuera o no tener horarios, o puertas que tengamos que cerrar en ningún momento, entonces pensar que este negocio también pueda ser replicable en otros escenarios, en otros países, también es importante. Ahora, ¿cuáles son los campos o sectores? Yo detecto que cada vez son menos innovadores estos sectores ¿no? Y hay que darles una respuesta nueva, ¿no? Por ejemplo el sector de los niños: los niños seguirán naciendo, con más o menos ritmo, pero seguirán naciendo. Y sabemos que los padres cada vez están más implicados en dar ventajas formativas a sus hijos, creyendo que estos estímulos iniciales acabarán siendo determinantes en su futuro. Pues, buscando alguna manera de dar estas ventajas, estaríamos creando un modelo de negocio que los padres estarían dispuestos a asumir.
Por ejemplo, empresas dedicadas a la formación de niños…
-Yo me imagino una guardería donde, desde ella estos niños pequeños estén imbuidos o reciban estímulos exclusivamente en una lengua, por ejemplo el inglés, que dicen que es la ventaja o el chino. Es sobre todo ofrecer un servicio muy específico, que vayan al (...) exacto y que pueda ser replicable en muchos sitios…Por ejemplo, si yo soy un experto de esto en Barcelona y he montado tres guarderías en este sector, sólo necesito encontrar a alguien que me ayude a hacerlo en Lleida, y en Tarragona y después es una forma de crecer. En el caso de niños sería atacar el tema formativo, el tema ocio, el tema de servicios de libros para niños pero multiformato. Es decir, cómo llegar a los niños, desde el punto de vista cultural. Todos aquellos que son periodistas o escritores, que parece que tienen que ser ‘multiformativos’, deben tener mucha capacidad para hacer muchas cosas, no sólo de periodistas o sólo de escritores, pueden volver a replegar velas y volver a crear contenidos pero para un (...) muy concreto, pero con una tendencia clara hacia la formación, que acabará siendo por lo que un padre compra un libro…
Claro porque si estamos en crisis, le tenemos que dar al padre un libro que diga “en este libro me lo gasto”.
-Básicamente. En más sectores puedes plantearte: ¿el inmobiliario será un sector de futuro? El mobiliario sí. Todo aquello que sea “alquilar” y no sólo pisos, o coches, sino alquilar incluso plantas. ¿Quién tiene tiempo para cuidar, tener o hacer cosas? Lo digo en serio: buscar qué puedo alquilar, yo lo compro y lo rentabilizo al máximo. Yo puedo tener seguros sobre las plantas.
Y tampoco requiere una gran inversión…
-Sí pero cuando digo ‘plantas’ pueden ser también, alquiler de obras de arte. Es decir, tienes una visita en casa, quieres quedar bien y no tienes arte…pues aquí tienes diferentes niveles de arte.
Sí pero aquí ya necesitas una inversión más grande…
-Sí pero puedes alquilar sólo 8 cuadros de algún artista joven que tenga valor, lo puedes dar a conocer. Puedes crear negocios paralelos alrededor de lo que sería alquilar obras de arte, es decir, puedes hacer escuelas de arte, puedes buscar fórmulas para potenciar a estos artistas, puedes crear foros de debate sobre estos artistas, puede alquilar el arte de estos artistas que pueden pagar un canon para poder trabajar contigo…mil maneras. Yo encuentro que el aspecto del alquiler, aquello la gente no puede guardar, tener o comprar, porque no podemos comprarlo todo y queremos de todo, a veces es sólo porque queremos mostrar. Y si queremos mostrarlo pues lo alquilamos temporalmente. Por ejemplo, el mundo de la tercera edad es absolutamente prioritario, siempre se ha visto desde la óptica de “los llevaremos de viaje o residencias”, pero yo creo que los abuelos lo que están es en su casa, y necesitarán muchas cosas en su casa. Entonces, aquí se abre un nuevo abanico que son los servicios a domicilio para gente mayor, que sería un (...) muy concreto y sobre un tipo de servicio que podría ser estético, médico, odontología… A mí el dentista no me viene a casa, y hay muchas cosas que hace el dentista que pueden ser móviles. De hecho, hay ejemplos de dentistas que van a tu casa, a domicilio. Los abuelos pueden hacer ejercicio desde su casa, se pueden hacer gestiones y trámites,...Para los abuelos, hoy en día, puede ser un drama poner en marcha, entre Internet y tal. Nosotros vamos, lo hacemos directamente, y cobramos un pequeño porcentaje por hacer estos trámites. Creo que facilitar la vida a los demás será un campo de trabajo y de negocio absolutamente claro.
Por cierto, hay un gran clásico, que dicen: “es que el trabajo de enterrar muertos, de funerarias siempre tendrán éxito”
-Pues, no necesariamente. Porque hay una tendencia hacia otras fórmulas para acabar nuestros días, desde la incineración…El sector funerario, si lo examinamos, ya tiene situaciones de crisis. Hay empresas que tienen tendencia a la baja en sus facturaciones. No está asegurado como sector. De hecho, hay tendencias sociales en el ámbito funerario incluso a hacer fiestas cuando alguien se muere con lo cual, y otras alternativas. Al final ya no lo hace una funeraria, lo hace una empresa que se dedica a hacer fiestas, no sólo son las funerarias las que hacen estas funciones, hoy en día es muy multisectorial. De hecho, quién iba a decir hace unos años a las agencias de viaje, que serían un negocio ruinoso…Es que apareció Internet… Quiero decir, no hay nada absolutamente en ningún negocio o sector que tenga garantizado su modelo de negocio en los tiempos que vivimos hoy en día que son absolutamente dinámicos…
Por ejemplo, un oyente que nos escucha y piensa “tengo una idea genial, yo creo que es genial, pero no tengo ni un Euro”. ¿Se pueden encontrar inversores?
-Sí. Hay inversores para los que tienen ideas, lo que pasa es que tienen que saber venderlas debemos ser asesorados sobre cómo debemos construir esta idea. Hoy en día hay algún foro, algún espacio en que los inversores o socios industriales, personas que tienen las cosas muy claras, existen. Ahora, está claro que debemos tener claro eso, debemos saber ponerlo en marcha, de hecho, uno de los retos de futuro sería el tema del ‘coach’ para emprendedores, es decir, gente que tiene capacidad para poner en marcha un proyecto pero no saben cómo vender, ni cómo ponerlo en marcha. Los MBA que hasta ahora eran un Master Bussines Administration, ahora serán un Master Bussiness Enterpreneurship para poner en marcha negocios. Por eso no tiene tanto sentido ahora hacer un Master en administración de empresas como hacer un Master en poner en marcha empresas. En cualquier caso, si alguien tiene una buena idea, y esta idea requiere mucho dinero, deberá ponerla en segundo plano. Debería empezar por proyectos que requieren menos inversión, por ejemplo, una persona que tiene pensado montar una academia o un fondo argumental en torno a los idiomas, pues empieza traduciendo, que está bien pagado. Comienza a buscar canales de difusión e Internet es el espacio natural de todo eso. Es el lugar donde todos podemos vender cualquier producto aunque no sea digital. Pero, no necesariamente debes querer montar un negocio desde el principio con mucho dinero, si entramos en foros, en espacios, el hecho es informarse. Hoy en día podemos hacer la relación de sitios donde puedes encontrar a estos ‘bussines angels’, estos inversores. Existen. En Barcelona hay muchos. Hay gente muy valiente en esta ciudad.
Y la otra posibilidad es “tengo mucho dinero, pero no tengo ideas”.
-Pues, si alguien tiene mucho dinero pero no tiene ideas, nos puede llamar directamente y le pondremos en contacto con mucha gente que sí que las tiene. Pero las personas que tienen mucho dinero, lo que quieren son proyectos que estén bien constituidos o, como mínimo, que puedan saber que ese dinero estará detrás de alguien que primero, tiene mucha ilusión y conocimiento de lo que hace, y puede rodearse de gente que también sabe. A veces, los grandes inversores no buscan sólo una mente brillante, sino un equipo. Y en este caso, creo que es fundamental encontrar unos buenos socios también. Es más divertido en equipo, que solo.
¿Sólo si eres joven puedes ser emprendedor? Porque a veces relacionamos las dos palabras.
-Espero que no, porque yo no dejaré de emprender ni al final…Hay una ‘raza’ de eso. Se nace, o tienes ninguna otra posibilidad. Por ejemplo, los países más emprendedores del mundo están en Sudamérica, en África, no son europeos los más emprendedores, porque no hay absolutamente ningún otra opción: o eres un indigente eres miserable o pasas a ser una persona que monta su negocio. La microeconomía funciona muy bien en estos países porque al final, son pequeñas comunidades que se alimentan entre ellas. Con lo cual, nacer emprendedor requiere una facultad natural que es la de liderazgo, la de enfrentarse a las dificultades, la experiencia vital también te la da. Hay una cosa hoy en día que me da mucha pena es que mucha gente joven tiene una carencia de este espíritu de sacrificio, de ponerse en contra, muchas veces, del sistema. Cuando yo digo que nos tenemos que poner en contra de las cosas tal como vienen, no lo digo porque sea un revolucionario, sino que lo digo porque es la manera natural de ponerse en marcha, y de enfrentarse a tiempos que a veces no son buenos. Y los emprendedores siempre están en crisis. Yo cuando hablo de crisis, la gente debe saber que los emprendedores estamos siempre en crisis. Porque siempre estamos, sobre todo, jugándonos todo nuestro propio patrimonio. Cada minuto de nuestra vida, todo está puesto allí, delante de un banco.
Sí pero eso es parte del riesgo ¿no?
-Sí, pero cuando te sale bien, vas acumulando. Y estas experiencias (que hay países en que se premia y hay países en los que no, como España) permiten, que de la experiencia de los errores se acaban construyendo los grandes proyectos, los de futuro. Y estos proyectos se pueden construir con 50, 60 años. Yo conozco emprendedores de 60 años que están haciendo cosas muy interesantes y espero que se emprenda en estas edades.
Y también, supongo que no desmoralizarse. Tú me comentaste un día que muchas veces te habías atrancado…
-Bastantes. De hecho, a veces pongo el ejemplo de Milton Erickson que tuvo una vida muy complicada. De hecho, la última vez que yo entré en una situación personal de crisis económica porque me falló un proyecto y pensé “ya no puedo más, de aquí ya no me levantaré”, acabó en mis manos la historia de Milton Erickson, que fue un señor que nació en Aurum, en Nevada creo que era, y a los 17 años tiene un ataque de polio y se queda que no puede ni caminar. Pero a los 25 coge una canoa y se va a cruzar el Amazonas. Y piensas “ostras, qué espíritu de sacrificio”. Este señor sigue trabajando en su vida, estudia y se convierte en el padre del psicoanálisis moderno: da conferencias, escribe, es una persona comunicativa, además la hipnosis se hace hablando…Pues, con 50 años recibe otro golpe de la vida que es un segundo ataque de polio; se queda que no puede casi hablar, prácticamente ni caminar. Pues hasta los 72 años que pudo volver a hablar no dejó de insistir para poder dar otra conferencia, la última conferencia. Y pensé sobre la historia de este hombre: “se ha levantado de una cosa que eso sí que es terrible, de lo que yo no me repondría en 30 años…” Debemos saber que tampoco es tan grave fracasar, y que el fracaso, al final nos enseña, y que la equivocación es una parte fundamental de la construcción de nuestro conocimiento.