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Ministros y emprendedores

A principios del años 2010 un viejo amigo me dijo que había empezado a ministrear. No supe a que se refería y me comentó que era la acción de trabajar ineficientemente para que, si nada cambia, tu ombligo siempre esté a salvo. El verbo ministrear es como conservar. Me dijo que eso que hacía yo, emprender, era algo muy arriesgado y que un día me daría cuenta de que tanto esfuerzo no conduce a nada. Me preocupó que, tras la broma, se encontraba una filosofía social de vida.
Hay gente que no ve necesario ese esfuerzo. El acomodo a un modelo de vida determinado es suficiente razón como para arriesgar demasiado. El problema es que todo es percepción no realidad. Es una visualización de un espejismo que equipara servicios con derechos. Es un modelo existencial en lo económico que ha hecho creer a muchas familias que algunos de sus privilegios son derechos adquiridos, en lugar de pagos a cuenta de un Estado que no siempre podrá afrontar esos modelos. El tema está en que mientras eso funciona, todos felices y la sociedad cada vez es menos capaz de afrontar las dificultades. Cuanto menos capaz sea mejor para los que no quieren perder su estatus de autoridad competente.

Estoy convencido que la política ve a sus administrados como estatuas de sal. Por ejemplo, en un momento determinado, durante una rueda de prensa una ministra de empleo española llegó a decir que la cifra de paro estaba en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento del paro se había producido “a ritmos inferiores al año anterior“.

Seis millones de parados y aumentando y eso era aceptable. Sin que se le cayera la cara de vergüenza aseguró que en ese mes, del año anterior, el desempleo subió menos que este. Si tuviera dignidad debería asumir su brutal y absoluto fracaso y su total inutilidad. Sin embargo la mujer no tenía culpa de nada salvo de no entender el momento que vive, de pertenecer a un colectivo de humanos que ministrean y que tampoco han leído la época que les tocó vivir.

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Gasta más, estamos en 'crisis'

Es probable que lo que parece ser el final de una larga crisis no sea tal y tan solo estemos ante el espejismo veraniego que un país enchufado al modelo turístico. Ahora bien, también podría ser que el cambio de época esté empezando a lanzar datos y de vez en cuando algunos elementos ya nos den claves de hacia donde va todo este complejo ecosistema en el que vivimos. Estamos lejos del puerto y todavía queda mucho tiempo por el que seguiremos llamando crisis a esta revolución como hicieron otros hace siglos. Una sociedad con una generación embargada, una economía esquelética y un modelo de acceso a la información totalmente horizontal empieza a marcar las características de lo que viene. Falta una década para que todo ello se generalice pero, mientras llega, podemos ir haciendo cosas para salvar nuestras empresas y nuestra economía más inmediata. Estas son algunas de las que yo mismo adopto en el tiempo que falta para identificar mejor lo que se nos viene encima. Mis claves a grosso modo y resumido de que tenemos que hacer son:
Lo primero es atender a una realidad, la que nos indica que ciertamente estamos en un cambio de ciclo, incluso en una transición hacia algo muy diferente. Si la empresa no detecta que hay una necesidad de cambiar, nada lo hará por combustión espontánea. Entendamos que evitar el agujero en este caso ya no es posible, debemos asumir que viviremos en su interior. Es preciso buscar el método que transforma un problema en una oportunidad.

Lo segundo que en un escenario bajista, donde las cosas todo tiende a la deflación, no podemos ir a los mismos clientes para mostrar el mismo producto y del mismo modo. Obviamente los resultados sólo tienen una opción: ir a la baja. El cambio de ciclo también estará provocando heridas en los clientes, deberemos intentar buscar ahí el espacio donde se precisan nuevas ideas, nuevos productos, incluso a nuestros clientes de siempre. Desarrollar un nuevo modelo de negocio a partir del existente debe partir de la observación de las nuevas necesidades del mercado.

La tercera que es que se debe analizar con absoluta honestidad si la estructura global de la empresa es la mejor para afrontar ese nuevo modelo. Debemos saber si están orientadas claramente al cliente, el cual será el piloto de nuestra salvación en esta época convulsa. Se deberá saber si esa estructura integral permite esos cambios y si está en disposición de ser dúctil a los mismos. Será momento de otorgar papeles relevantes a cargos inferiores con valores que hasta la fecha no se habían precisado. Nuevos modelos exigen nuevos cerebros.

La cuerta es que esos cerebros nuevos deberán ser tractores de cambio. Para ello habrá que potenciarlos, estimular sus funciones. El talento puede marcar la diferencia entre una compañía y su competencia en un escenario muy duro. Para sufragar el desgaste de esos accionadores de progreso se deberán imponer las gratificaciones como la remuneración variable vinculada a los nuevos esfuerzos y no tanto a los objetivos de ventas.

En quinto lugar sabemos que hoy en día cuesta más la idea que lo que se produce con ella pero ninguna idea es única por lo que debemos compaginar ese punto de encuentro. Capaces de establecer el valor real y exacto y luego dar esencialmente la dinámica de trabajo a lo que verdaderamente importa: el equipo que lo va a gestionar.

A medida que se logren objetivos aparece la sexta clave que responde a que esta hoja de ruta debe ser evidenciables. En plena fase de cambio de ciclo los planteamientos deben ser muy realistas, de toque pesimista, alcanzables, y que se sistematice cuando se logra su consecución.

En séptimo lugar es muy importante no recortar el gasto en marketing, es ahora cuando más debemos explicar lo que hacemos y porque somos excelentes. Es un error buscar austeridad en cosas que son estructuralmente más importantes de lo que creemos. No ir a un congreso por su excesivo precio o no tomar transportes más rápidos o mejor comunicados por ser más caros son errores típicos. En el primero ese gasto es una gran inversión de conocimiento, contactos y puede estar la puerta a clientes o talento para tu empresa que ni imaginas y lo segundo evidencia que no se ha entendido nada. Una hora en un tren de cercanías, dos transbordos  y un paseo de treinta minutos entre tu casa y el despacho puede ser muy nutritivo para la conciencia y para la salud pero habrá sido tiempo que para ahorrarse el coste de un taxi has utilizado de manera muy costosa por ejemplo.

Y en octavo lugar es bueno saber que cualquier empresa debe entender que cabe informar a todo el cuerpo empresarial que el modelo ha mutado y que lo hace de modo imprescindible para afrontar ese nuevo escenario económico. Nombrar un responsable que atienda a ese nuevo modelo es una buena opción, costosa al principio pero resolutiva a medio plazo. Es bueno aceptar como normal que la resistencia al cambio se produzca por lo que la transparencia y la demostración clara de que es el único mecanismo de escape es innegociable. Toda la organización, por compleja que sea, debe conocer ese tránsito hacia un nuevo territorio.

Es bueno que una vez definido el cuadro de necesidades y el sistema de ejecución ya se puede diseñar el modelo de negocio. Tras ello cabe una de las más difíciles de las obligaciones, la de alinear una política de recursos humanos que atienda a esa nueva necesidad estratégica, estructural y objetiva. Se acercan tiempos durísimos, donde la clase media se resquebrajará definitivamente, donde emigrar será una opción omnipresente y donde las cosas dejarán de llevar impreso el nombre que tuvieron en el último decenio.

Ahora vienen las curvas tras la recta. Algunas empresas podrán aprovechar este escenario, no todas, muchas sucumbirán, en la medida que yo pueda intentaré ayudar. No podemos dejar de lado el valor de internacionalizar pequeños negocios, otra de las claves para la supervivencia a través de herramientas de las que alegra ser capaz de proponer. Pero obviar millones de clientes del mundo es un error.

En definitiva, y espero se me entienda bien, es momento de gastar más, de apostar, de lanzar ese proyecto innovador que tu empresa llevaba tiempo pensando en hacerlo y que ahora piensa que no debe pues todo está muy difícil. Tal vez no tengamos otra oportunidad como esta. Hazlo. Tírate, es mejor arrepentirse por haberse equivocado que por no haberlo intentado. Yo la segunda opción no la conozco.

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Ponte el despertador

Y llegó el infierno. Pero solo la puntita. Aun dolerá más sino hacemos algo. Todo sigue su impoluto camino hacia la parálisis. Depende de nosotros cambiar ese destino, de nadie más. Si alguien piensa que alguno de los que dicen liderar el asunto va a tomar alguna decisión acertada va muy equivocado. No están pensados para eso. Su tarea es mantenerlo todo como está aunque sea algo terrible. Estamos en manos de la generación política mejor preparada de la historia moderna para ese cometido: asegurarse que los cambios no les retiren privilegios. Partidos de siempre con los de siempre. Los que nos trajeron y nos acomodaron en el estiercol. Los mismos que ahora sin apenas sonrojarse se anuncian sabedores de la solución. Los “nuevos” que dicen ser diferentes pero que sus líderes ya estaban en política cuando yo estaba haciendo la comunión. Deben pensar que no tenemos memoria y tal vez no la tengamos. Atendiendo al desfile infecto de tertulianos y asalariados de la opinión genérica parece que así sea. Se han olvidado incluso de lo que ellos mismos decían no saber, no ver o, lo que es peor, de las acusaciones que vertieron sobre otros.
Me dicen mis amigos griegos, (ex directivos de empresas muy importantes) que fuera de Grecia no nos llega nada de lo que se está viviendo. Al parecer nos quedamos con la anécdota a trozos. La pobreza, la miseria y la indigencia se han apoderado de las calles y los conflictos de seguridad e higiene aumentan por día. El desastre es de tal calibre que la huida es absoluta. Me cuentan que las calles de Atenas están inundadas de vagabundos, drogadictos de una nueva sustancia que por dos euros la dosis te lleva directamente al otro barrio en seis meses y de humanos en venta. Me describen algo terrible que no vemos en otros países. Y me cuentan mis amigos griegos, que en Chipre, están peor aunque parece que la isla se la tragara el mar pues ya nadie habla.

Obviamente, en España cerraremos las televisiones y radios públicas, autonómicas y estatales, eso es cuestión de unos pocos años. Las reducciones de plantilla y los EREs que ahora protestan muchos son inevitables. Seguramente muchos siguen pensando que los medios públicos, como otras cosas, son derechos y no servicios. Posiblemente, tanto tiempo dando anestesia a terceros hizo que alguna dosis se la acabaran tomando ellos. Si yo fuera un trabajador de TVE o de TV3, en lugar de pasarme la mañana frente a las instalaciones de éstos gritando en defensa de un puesto de trabajo amenazado, me iba ordenando cajas, vaciando cajones y ganando tiempo sobre lo inevitable.

Y es que vivimos desnutridos culturalmente. Nos dan comida basura. Sino como se entiende que nadie se sienta “un poco mal” al emitir anuncios en sus medios (aunque sean privados) de parte de los que han masacrado las vidas de mucha gente. ¿Como se puede mantener una tertulia de radio teóricamente libre veinte segundos despúes de que se emitiera un anuncio de una entidad bancaria que ha robado miles de millones de euros a ancianos y familias sin cultura financiera?

El engaño consistió en mantener a una sociedad mantenida en una ilusión que los alejaba de la crítica social y el valor de tomar las riendas de tu propia existencia. Es absurdo, cuando no una actitud de pardillo, pensar que la clase gobernante establecerá mecanismos de información que permitan a los gobernados detectar claramente la estafa y humillación a la que se les somete a diario. Por lo tanto, no tiene sentido seguir pendientes de las decisiones políticas, de los medios de comunicación o de sus derivados, no vamos a ver nada más que píldoras que se evaporan rápido. Todo pasa pues nada permanece.

El tiempo se agota. Como sociedad no tendremos muchas más oportunidades de aprovechar un punto como este. Es hora de despertar, nadie nos va a llamar temprano para que lleguemos pronto a algun lugar. No hay lugar, sólo hay camino, el tiempo que cada uno le dedique es cuestión particular. Unos lo hacemos emprendiendo y persiguiendo sueños.

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Como Recortar Gastos

Atendiendo a diversos informes que he tenido que hacer para viabilizar alguna compañía en estos últimos meses me ha sido muy útil crearme una tabla de recurso para gestionar de un modo más sistemático los recortes que pudieran salvar una compañía. Por lo que he notado, cuando alguien me pide que le analice sus costes financiero o de estructura, veo como la mayoría están reduciéndolos como estrategia para afrontar el batacazo en los próximos meses. Sin embargo, sólo una parte reducida de ellas implementan un plan de reducción de costes que puedan aplicarse a toda la organización.

Normalmente las empresas lo primero que recortan son cosas sencillas y evidentes pues reportan resultados muy rápidos. Tiene menos riesgo pues no toca estructura, modelo de negocio o fondo objetivo de la misma. Muy pocas aplican reducción de costes de modo integral a partir de la búsqueda de ahorro en la producción y la logística. 

Si a alguien le interesa, os diré que mi modelo de gestión de recortes se basa en dos elementos fundamentales: por costes o por efectivo. El primero es por pérdidas o ganancias y el segundo por liquidez. En el escenario de Coste hay que atender a los gastos generales y de estructura atendiendo a funciones, procesos de soporte, iniciativas, proyectos, compras, tecnología, instalaciones y contabilidad. En este mismo territorio cabe la reducción del coste de productos atacando los procesos de operaciones, las ventas y el marketing, la segmentación de clientes, la cartera de productos, la fabricación, la distribución y los gastos materiales. De todo este primer campo se define la cuenta de resultados que debe proporcionar cada vez un mayor volumen positivo. Fijaros que no incorporo la reducción de personal puesto que considero fundamental no despedir y aportar valor a ese colectivo dentro de una operativa de recortes y de colaboración.

En un segundo estadio, como decíamos, esta el capital circulante. Este nos dará el balance de situación y para recortar en este sofisticado espacio debemos gestionar los activos líquidos, los inventarios, la eficiencia fiscal, el pasivo a corto plazo y el festival financiero. Todo ello debe conformar un plan integral y estratégico de reducción de costes y de eficiencia de la estructura. ¡Suerte! a los que estéis a punto de emprender este difícil proceso de adelgazamiento empresarial.

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¿Quieres ser funcionario?

Para los que se mantienen informados por los mecanismos tradicionales la noticia del día es la rinoplastia de alguna famosa, para los que utilizan los medios digitales lo más destacado es que la crisis ha tocado punto y final, para los económicos que el Ibex va y viene y, en ese territorio de libertad y crítica llamada blogosfera, la cosa que ocupa más espacio es el asunto del manifiesto y su cortina de humo. En resumen, que seguimos lejos del debate real y cada vez quedan menos dispuestos a no pasar por el aro. La noticia que ayer saltaba por los aires y que referenciaba el primer susto importante que se le da a la credibilidad de la deuda pública española pasó sin pena ni gloria. Afecto a la bolsa lo justo y a otra cosa mariposa. Ese es el miserable problema de este embrollo. Pase lo que pase aquí no pasa nada.
Si se finiquita la opción de deuda o ésta es mucho más cara como parece que así será, se acaban el cheque en blanco para subsidios y matapenas. Por ejemplo, se irán retirando las prestaciones esas de la indigencia subvencionada que oscilan entre los 386 y 712 euros y que se conceden entre seis y doce meses. El número real de parados en España ya supera los 5 millones de personas, pero lo peor está por llegar. La orden encubierta del gobierno central a fin de poder garantizar la “paz social” ha sido la de suministrar somníferos sociales a todas las comunidades autónomas garantizando el soporte a cualquier plan diseñado para permitir un peligroso escenario de ayudas económicas de protección social a los parados que hayan finalizado el periodo de cobro por desempleo.

Lo han hecho con el “Salario Social”, la “Renta Mínima de Inserción”, la “Renta de Integración Social”, las “Ayudas de Inclusión Social” y la “Renta Básica Asignada”. En general se obtienen por diversos mecanismos y tienen que ver con aspectos aritméticos confeccionados a partir de las unidades familiares. Lo grave es que esas ayudas tienen cláusulas que prevén el derecho a la continuidad de la percepción en periodos sucesivos de seis meses, mientras persistan las circunstancias que motivaron su concesión. Es decir, el gobierno y sus derivados autonómicos no tienen claro cuando vamos a salir de esta y consideran que, a mejor propuesta, seguirán pagando una cuota insultante a colectivos que no serán ocupados en nada probablemente nunca más. Hay personas de más de 50 años que ya no volverán a trabajar jamás. De su “ayuda social” pasarán a la jubilación en precario y mínimo que resulta de un cociente perverso obtenido de los últimos quince años “cotizados”.

Y es que en España el problema es estructural. Pongamos cifras obtenidas del propio Instituto Nacional de Estadística. En España trabajan 18.872.932 personas de un total de 46.661.950 habitantes. De esos trabajadores 3.029.511 son funcionarios públicos. De los 15.843.421, 2.923.988 perciben su salario por trabajos vinculados en exclusiva con las administraciones públicas. Es decir de los 18.872.932, sólo 12.919.433 pueden abstraerse de las ayudas públicas y de sus cuentas. No puedo incorporar en este resultado aquel asalariado y autónomo que depende de contratos públicos mixtos, lo que aun empeoraría la estadística.

En España hay 15.449.210 jubilados o ciudadanos no activos, 4.123.300 parados según el INEM y 8.219.450 estudiantes. En total, y haciendo la demagogia justa, podemos decir que hay 12.919.433 de trabajadores que aportan todo lo que precisan 46.661.950 en términos de presupuesto público. Obviamente no es un análisis al milímetro pero que si se mira de modo objetivo demuestra lo que si es cierto: parece difícil de soportar este otro déficit, el déficit socioeconómico, pues esos 12 millones son los encargados de establecer los cambios estructurales para modificar el modelo de crecimiento de este país y no parece que se pueda hacer cuando la preocupación máxima será lograr que esos paguen lo que necesitan los otros para subsistir. Queda poco margen para las aventuras.

Ahora bien, mientras nadie ponga coto a nuestra fábrica de dependientes de la cosa pública, esto no va a mejorar. Hace unas semanas en una charla que di en Sevilla ante centenares de universitarios cuestioné quienes de todos ellos pensaban ser emprendedores o montar un negocio en los próximos cinco años. La respuesta fue siniestra: sólo levantaron la mano dos jóvenes. Luego pregunté cuantos querían ser funcionarios y la respuesta fue masiva. Un grupo importante no levantó la mano. No se que es peor.

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TRANSFORMAR EN COMUN

Mañana estaré Granada en el VIII Encuentro de la Comunidad de Telecentros del Estado. Allí se reunirán responsables de la gestión y expertos de todas las Comunidades Autónomas y del Estado para analizar y debatir la contribución de los Telecentros a la generación de ideas y proyectos innovadores que contribuyan, según ellos, a salir de la crisis económica. Es cierto que actualmente se benefician de los telecentros más de 3,6 millones de personas y que existen en la actualidad 6,300 Telecentros. Como sabéis durante algunos meses he liderado un proyecto de dinamización de una red social en Andalucía llamada Guadalinfo. Ahora ya está gestionada por un equipo profesional de estimulación de entornos. Mañana explicaré como lo hemos hecho y como lo vamos a seguir transformando ese espacio para que el medio millón de andaluces que ya está en esa red social mantenga el sentido por la innovación y la voluntad de sumar inteligencia. A mí me toca trasladar ese modelo de dinamización a otras comunidades, por eso me han pedido que el viernes de una charla alrededor de este tema.

Mañana estaré Granada en el VIII Encuentro de la Comunidad de Telecentros del Estado. Allí se reunirán responsables de la gestión y expertos de todas las Comunidades Autónomas y del Estado para analizar y debatir la contribución de los Telecentros a la generación de ideas y proyectos innovadores que contribuyan, según ellos, a salir de la crisis económica. Es cierto que actualmente se benefician de los telecentros más de 3,6 millones de personas y que existen en la actualidad 6,300 Telecentros. Como sabéis durante algunos meses he liderado un proyecto de dinamización de una red social en Andalucía llamada Guadalinfo. Ahora ya está gestionada por un equipo profesional de estimulación de entornos. Mañana explicaré como lo hemos hecho y como lo vamos  a seguir transformando ese espacio para que el medio millón de andaluces que ya está en esa red social mantenga el sentido por la innovación y la voluntad de sumar inteligencia. A mí me toca trasladar ese modelo de dinamización a otras comunidades, por eso me han pedido que el viernes de una charla alrededor de este tema.

El video que acompaña relata uno de los 8 encuentros provinciales que hicimos para esa agitación de dinamizadores en su día. Este en concreto es el de Almeria, pero hay 7 encuentros con sus videos más.Voy a hablar de que si se gestiona con inteligencia esta red de Telecentros estaremos ante la mayor fuente de generación de conocimiento del país, y, en consecuencia, una de las fuentes de generación de oportunidades empleo y formación con el uso de las tecnologías de la información y comunicación más importantes de Europa. El acceso a la sociedad del conocimiento es trascendental como lo será igualmente el uso de la imaginación para el descubrimiento de nuevos horizontes y desafíos para la población y especialmente para el desarrollo de las redes sociales que promuevan proyectos innovadores ligados a la generación de oportunidades. El elemento ciudadano y horizontal que representa un proyecto como este es un valor de solidaridad necesario. Vienen malos tiempos, peores de lo que nos cuentan, peor de lo que yo escribo, pero hay espacios que nos permitirán construir un mundo mejor, tocarlo de verdad y aprender de la gente en su globalidad.  

Los telecentros son un escenario de encuentro y de respuestas para la gente con menos oportunidades.  La mejor respuesta a la recesión es trabajar precisamente en cosas que importan. Se abren nuevas oportunidades para optimizar el trabajo a partir del desarrollo tecnológico. Sé que muchos no creen en toda esta literatura, pero os aseguro que estoy tocando directamente lo que cuento, percibo rumbos correctos y agentes preparados. El dinero es deuda, la crisis es de sistema, pero, tras un futuro inmediato muy duro y dramático, los cimientos que ahora dispongamos nos traerán un ecosistema de relaciones empresariales, sociales y de conocimiento industrial mucho mejor. Por eso el futuro de los Telecentros pasa también por una transformación de los mismos hacia un espacio de participación social, hacia un espacio 2.0, que promueva unos resultados en la comunidad donde están implantados y relacionados con la transformación social, con la e-inclusión y con la participación. La estrategia de desarrollo desde lo local (el centro arraigado en las redes sociales territoriales) hacia lo global, basado en la creación de redes sociales digitales creará una red de inteligencia colectiva que potenciará las oportunidades. Estoy seguro que será así, prefiero pensarlo, es una oportunidad que pienso aprovechar y que quiero trasladar. Empiezo a buscar espacios

Actualmente hay en España más de 13 millones de personas  (un 20% de la población española) que utilizan las redes sociales, 2 millones en Andalucía. Las redes sociales en España son las segundas más participativas de Europa. Las redes sociales crecen en España a un ritmo del 41% anual.  La Red Social Guadalinfo ha sido reconocida como una de las redes sociales más importantes de nuestro país según diversos informes y estoy muy ilusionado y orgulloso de ser parte de ese proyecto. Ahora espero poder trasladar su espíritu y la gestión profesional en su estimulación a otras comunidades.Cuand hablo de ofrecer espacios a una revolución del conocimiento en pleno cambio sistémico pienso en cosas como esta. Tal vez me equivoque pero, incluso yo, necesito pensar que hay alguna salida.

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