El 4 de marzo de 1981 no pudiste enviar un email, pero alguien se lo imaginó.

El 4 de marzo de 1981, cuando en los dos únicos canales de televisión disponibles en España reinaba 'Mazinger Z', 'Banner y Flapy', 'La batalla de los Planetas' y el 'Mono Amedio', se relataba la reacción de los españoles saliendo a la calle en contra del fallido golpe de Estado del 23F y la dimisión previa de Adolfo Suarez. Se escribía, se explicaban estos hechos por radio y veíamos imágenes sin contraste y con un color que para filtros de Instagram están muy bien pero que, para retransmitir acontecimientos, hoy no parece lo ideal

El 4 de marzo de 1981, cuando en los dos únicos canales de televisión disponibles en España reinaba 'Mazinger Z', 'Banner y Flapy', 'La batalla de los Planetas' y el 'Mono Amedio', se relataba la reacción de los españoles saliendo a la calle en contra del fallido golpe de Estado del 23F y la dimisión previa de Adolfo Suarez. Se escribía, se explicaban estos hechos por radio y veíamos imágenes sin contraste y con un color que para filtros de Instagram están muy bien pero que, para retransmitir acontecimientos, hoy no parece lo ideal.

El 4 de marzo de 1981 si querías hablar por teléfono debías concretar la hora en que se iba a producir la conversación puesto que sólo había teléfonos fijos. Enviar mensajes de texto pidiendo una cita sólo era posible si los escribías en una hoja de papel, la doblabas y pedías a alguien que la entregara a su destinataria. ¿Internet? ¿Email?, entelequias de futuristas o de personas que habían oído que algunas universidades estaban trabajando en algo difícil de explicar que parecían 'faxes' de nueva generación. Nadie podía imaginar lo que pasaría apenas una década después, dos o cómo sería nuestro mundo hoy en día, tres décadas más tarde. Un mundo conectado, minúsculo, automático y dónde todo es posible con un click.

Ese 4 de marzo de 1981 saltaba un ‘teletipo’ de la Agencia Efe que debió pasar desapercibido en su momento. Se trataba de unas declaraciones del editor alemán Fredich Burrhardt, en las que auguraba la futura confección electrónica de un ‘periódico integrado’ dónde periodistas e impresores, técnicos y redactores, deberían trabajar de manera conjunta a la hora de realizar un ejemplar y que eso se lograría gracias a la tecnología.

El hombre tuvo el atrevimiento de decir que ‘los periodistas del futuro trabajarían con computadoras’. Esto que nos puede parecer de cajón no lo era tanto en ese momento y no se refería sólo al gesto anecdótico de cambiar una máquina de escribir por algo vinculado a un producto digital. No, se refería a la multidisciplina, al cambio de paradigma en el modelo de trabajo y relaciones.

Ese predictivo punto de vista según Burrhardt aseguraba que ‘se constituirá una manera nueva de trabajar dentro de una década’. Acertó y mantuvo sus afirmaciones durante mucho tiempo. De hecho tuvo que enfrentarse a las críticas de quienes consideraban que un periodista jamás podría sustituir su máquina de escribir por un computador que corrigiera gramaticalmente, ortográficamente, etc. Algo así como ahora cuando muchos aseguran que el periodismo robótico no es posible porque siempre hará falta un periodista.

Unos años después del 81, pocos, el uso de tecnologías como el linotipo y el offset entraron en un proceso de decadencia y fueron reemplazados poco a poco por un sistema computarizado de reproducción de textos, en lo que se conoce como la fotocomposición tipográfica. En esos años los reporteros y articulistas de la vieja guardia no imaginaban desprenderse del papel y la máquina mecánica de escribir.

Pero el cambio disruptivo no se detuvo ahí. Hacia finales de la década de los 80, con la aparición de las computadoras personales, el sistema de producción de periódicos impresos observaría el último avance significativo, gracias al control electrónico de los sistemas. Las noticias empezaron a ser redactadas en computadoras conectadas a un servidor de red. Los periódicos eran redactados y diseñados en una pantalla de ordenador gracias a software de edición. Nacía el ‘diseñador editorial’.

En cada cambio que la tecnología obliga a acometer en cualquier modelo de negocio desaparecen oficios y nacen otros. La proporción está por ver cual es ahora, pero por entonces lograba equilibrarse adecuadamente. El mundo de los medios de comunicación escrita no ha parado de sufrir cambios. De la llegada de las computadoras y del trabajo en red pasaron al periódico digital dónde modelos de negocio, de trabajo y de influencia se han visto modificados al extremo.

Un periódico ahora es un generador de contenidos de todo tipo. Los nuevos periodistas suelen saber que eso es así y se desenvuelven en múltiples disciplinas de la comunicación. El vértigo se ha apoderado de la profesión y la profesión se ha visto modificada en sus formas de manera irreversible. Y es normal.

El periodismo robótico por un lado y la deriva de una audiencia creadora, generadora de los contenidos que ellos mismos consumen, el nacimiento de nuevos actores comunicacionales como youtubers que logran mas views en un video que una cabecera histórica en todo un mes, bloggers que se convierten en influencers de opinión, plataformas donde los medios se inscriben sin saber bien para que como Snapchat y medios móviles nativos que conceden a 20 segundos de video más relevancia que a una columna de opinión de un Premio Nobel de Economía.

Hay una deriva hacia espacios dónde el contenido es otra cosa, es una amalgama imperfecta de personas emitiendo, escribiendo, explicando y relacionándose como si fueran canales propios. Es mucho más complejo que Youtube, es más especial que Facebook o Twitter, es un enorme volcado de contenidos por todas partes donde la calidad, la profundidad o la relevancia no tiene ninguna importancia.

El asunto es otro. Lo importante es que como si se tratara de un ‘déjà vu’, cuando alguna agencia recoge la opinión de los que hablamos de un mundo automatizado y extremo en el futuro inmediato, se parezca un poco a ese recorte de 1981. El futuro llega, de hecho ya llegó

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Innovación, Tecnologia, Comunicacion Marc Vidal Innovación, Tecnologia, Comunicacion Marc Vidal

Youtube Unplugged y el necesario modelo de transformación permanente de los Mass Media.

En febrero de 2005, Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim se reunen en PayPal y comienzan a trabajar en una plataforma que permita intercambiar vídeos. Fundan Youtube. El primer video lo suben en abril de ese mismo año y es de la mano de Karim en un ‘corto’ que lo explica desde el zoológico de San Diego. En mayo lanzan la opción de ‘movile’. Ese mismo otoño firman acuerdos con Sony BMG, Warner y Universal. En octubre de 2006 Google lo compra por 1.650 millones de dólares. En esos momentos no ingresaba un céntimo. A principios de 2009 Barack Obama y la Santa Sede ponen en marcha sus propios canales de YouTube. En febrero de 2015 anuncia el lanzamiento de Youtube Kids específicamente para niños. En agosto del año pasado alcanza los mil millones de usuarios en un solo día por primera vez.

En febrero de 2005, Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim se reunieron en PayPal y comenzaron a trabajar en una plataforma que permitiera intercambiar vídeos. Fundan Youtube. El primer video lo suben en abril de ese mismo año y es de la mano de Karim en un ‘corto’ desde el zoológico de San Diego. En mayo lanzaron la opción de ‘mobile’. Ese mismo otoño firmaron acuerdos con Sony BMG, Warner y Universal. En octubre de 2006 Google lo compra por 1.650 millones de dólares. En esos momentos no ingresaba un céntimo por cierto. A principios de 2009 Barack Obama y la Santa Sede ponen en marcha sus propios canales de YouTube. En febrero de 2015 anuncian el lanzamiento de Youtube Kids específicamente para niños. En agosto del año pasado alcanza los mil millones de usuarios en un solo día por primera vez.

Youtube fue disruptivo y puso en juego modelos de sociológicos y de negocio desde el primer momento. Cómo lo hizo el propio Google al permitir que el ser humano tenga una memoria infinita a tiempo real en la que buscar cualquier cosa que no sabe o no recuerda con una visita a su smartphone. Como Facebook que cambió el modo de relacionarse de empresas y personas hasta el punto que se han modificado el sentido y valor de conceptos como ‘amigo’. Sin embargo estas plataformas están viviendo un estado de incertidumbre. El llamado Facebook Zero que complica la difusión de contenidos en la red social, la inevitable fallida de Twitter que va muriendo poco a poco, la desaparición de otras redes, la dificultad para entender nuevos modelos de distribución cerrada y efímera como Snapchat, la endogámica esencia de escenarios que más pronto que tarde también beberán su propio veneno como Instagram o el cada vez menos relevante uso de los blogs como espacio de comunicación, no son más que el signo más evidente que o te adaptas o mueres.

Y de eso Youtube sabe mucho. Su persecución por dominar la pantalla es esencialmente distinta a la que tienen otros players. Ellos no quieren ser uno más, quieren entender la experiencia de sus usuarios/creadores y el modelo de consumo de sus usuarios/prescriptores. Esa es la visión, dominar las pantallas. Youtube ha creado un monstruo, los ‘youtubers’ que han devorado horas y horas de entretenimiento de millones de jóvenes y no tan jóvenes. Tipos que logran en cinco minutos tener más audiencia explicando cualquier cosa que la que consigue un debate entre dos políticos de referencia. El caso de uno de los videos subidos por uno de los stars del Youtube español, El Rubius, contra la emisión de un debate entre Iglesias y Rivera, fue notable. El debate lo vieron unos 4 millones de espectadores durante unas horas por televisión. El video que subió este joven a su canal lo vieron el doble en 10 minutos.

YouTube sabe mejor que nadie que el mundo cambia y deprisa. Es parte de ese cambio y sabe que sino te adaptas rápido te puedes quedar fuera de juego. La velocidad de los cambios es una de las características de esta etapa de nuestro mundo en plena transformación digital y tecnológica. Por eso están preparando un nuevo servicio en línea de televisión por streaming que podría permitir a los usuarios cortar la conexión definitivamente con los servicios tradicionales de televisión.

YouTube está trabajando en un nuevo servicio de suscripción de pago titulado Unplugged que proporcionará a los usuarios los canales de televisión por cable transmitiéndolo a través de su propia página de YouTube. El nuevo servicio está programado para 2017 y se sabe que se ha convertido en la mayor prioridad para la compañía propiedad de Google. Las negociaciones así lo demuestran. Los acuerdos vendrán de la mano de NBC, Universal, Viacom, XXI Century Fox y CBS. Probablemente también Bloomberg. Luego vendrán el resto, será cuestión de tiempo. Tengo ganas de ver como se lo toman y como se ‘defienden’ algunos de los principales players europeos, en especial los españoles. ¿Seguirán pensando que esto es una amenaza o lo verán como una oportunidad?

El proyecto busca que los usuarios puedan acceder a sus programas de televisión en cualquier parte del mundo en cualquier dispositivo conectado. Algo que, no obstante, ya están haciendo BBC, Sky, Netflix, Hulu, Amazon Prime y Sony Play Station Vieu. Sin embargo el Unplugged de YouTube podría cambiar las reglas del juego en términos de conquistar la pantalla ‘definitiva’ que no está claro donde se encuentra todavía. ¿TV screen, tablets, smartphones, sobremesa?

Y es que Google lleva obsesionado con emitir por cable desde 2012. De hecho Youtube no ha hecho más que reforzar su oferta de suscripción como Youtube Red, Kids o Gaming. Esto a la vez que el número de abonados está en declive para los canales de cable como ESPN de Walt Disney Co., TNT, de Time Warner y MTV de Viacom, permite a estas compañías esperar incluirse en la oferta Youtube Unplugged y recuperar clientes ‘milenial’, su obsesión.

En España y en Europa en general,  los grupos mediáticos y las televisiones también notan la dificultad para fidelizar a esta franja de espectadores/clientes. La llegada de estos formatos y modelos de negocio fragmentado es inminente. Toca reinventarse, pactar, acordar y establecer nuevas hojas de ruta que van a ser muy distintas a las actuales. No es sólo ‘transformación digital’, es ‘transformación constante’.

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