Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal

El día después de que se agote el Fondo de Reserva. La oportunidad de cambiar un modelo ineficiente.

Hace unos días advertí a quien ganara las elecciones, o a quien pudiera conformar gobierno, que tendría que llevar a cabo el segundo mayor recorte desde la crisis. Algunos de éstos ya han empezado aunque no tengan nada que ver con el grueso de lo que quise decir. Hace pocos días el gobierno en funciones, y previsiblemente el que renovará, recortaba una de esas partidas significativas en materia de economía del futuro, Mal inicio para el necesario modelo de modernización económico. La reducción de un 90% del capital previsto para ayudar a startups en España no es para nada un indicativo que pueda tranquilizar a quienes vemos en este tipo de empresas uno de los mecanismos a medio plazo para crear empleo de valor, innovación socioeconómica y un modelo de crecimiento distinto al que hemos tenido hasta ahora.

Hace unos días advertí a quien ganara las elecciones, o a quien pudiera conformar gobierno, que tendría que llevar a cabo el segundo mayor recorte desde la crisis. Algunos de éstos ya han empezado aunque no tengan nada que ver con el grueso de lo que quise decir. Hace pocos días el gobierno en funciones, y previsiblemente el que renovará, recortaba una de esas partidas significativas en materia de economía del futuro. Mal inicio para el estímulo necesario al modelo de modernización económico que supone Enisa. La reducción de un 90% del capital previsto para ayudar a startups en España no es para nada un indicativo que pueda tranquilizar a quienes vemos en este tipo de empresas uno de los mecanismos a medio plazo para crear empleo de valor, innovación socioeconómica y un modelo de crecimiento distinto al que hemos tenido hasta ahora.

A la vez que esto sucede, las noticias sobre empleo parecen dar la razón a quienes consideran que estamos en franca fase de recuperación. De este modo la apuesta a negro y par es evidente. Creo empleo dónde es más sencillo crearlo y me olvido de algunos otros espacios que tienen una repercusión mucho más lejana. Es un modo de ver la política y la economía muy táctica, pero poco estratégica.

Sin apartar la vista de que por encima de todo, crear empleo no puede verse como algo malo, nos estamos acostumbrando a valorar como bueno algo que es bueno desde la epidermis y que probablemente, a medio plazo, nos va a llevar a la casilla de salida. El paro se está reduciendo y de forma importante. Es cierto que la prioridad es lograr que quienes no tienen trabajo puedan volver a tenerlo y, por derivación, activar el consumo interno. El problema es el tipo de empleo que se está creando y las consecuencias que esto puede tener. 

Es preocupante la repercusión que este tipo de acciones y las consecuencias que tienen con la liquidez presupuestaria. El ministro De Guindos se ha ido a negociar con Europa una moratoria ante el incumplimiento de déficit, un perdón supino a la multa pertinente. El ‘brexit’ juega a nuestro favor y probablemente nos concedan el perdón momentáneo. No sería bueno que en tiempos en los que algunos piensan en irse, apreten las tuercas a los que se quieren quedar. 'No molestemos a éstos que están tranquilos', deben pensar. 

No obstante, las consecuencias que tendrá este punto tienen mucho que ver con otro que estos días llena los debates económicos y que, por casualidad, tratamos hace unos días también en este blog y en mi programa de televisión: el Fondo de Reserva y las Pensiones en si mismas. Estamos ante la liquidación de un modelo socioeconómico que no necesariamente debe ser visto como algo catastrófico o dramático sino como una oportunidad para corregir algunos puntos y poner en marcha urgentemente políticas activas que generen un escenario acorde con el mundo que nos va a tocar vivir en los próximos cinco o seis años. 

El Fondo de Reserva se está secando y a marchas forzadas. No hace falta ser Premio Honoris Causa para entender que si vas metiendo la mano en un cajón donde guardas billetes para cuando te falte liquidez corriente y no lo recargas en un tiempo determinado te quedarás sin ‘cash’. Además, cómo suele pasar en la economía doméstica, cuando has metido la mano más de una vez, se normaliza el hacerlo.

Pero al contrario de lo que muchos analistas comentan no veo que esto sea algo que deba convertirse en un ataque a quien lo hace. En todo caso lo hace por que no tiene más remedio. El Fondo de Reserva es sencillamente un fondo de reserva. Para eso se creó. Para meterle mano cuando no hubiera liquidez en la caja ordinaria. Atendiendo que es poco factible equilibrar la caja con los mecanismos actuales, esa caja era, digamos, un amortiguador, un retardante, a algo que tenía que suceder independientemente.

Es imposible equilibrar las cuentas de un país que tiene la mitad de sus jóvenes parados, más de un millón de familias sin ningún miembro trabajando o a la mayoría de los nuevos ocupados cotizando en las franjas más bajas de la escala laboral.  Así se ha visto durante los últimos años en que la economía dejó de ser una ilusión que imprimía billetes, valoraba de manera ilusoria todo y generaba beneficios fuera de medida por culpa de un modelo económico sujeto a la expansión de una burbuja que nos explotó en las narices.

Por eso, deberíamos ir pensando en celebrar el entierro del Fondo de Reserva y darle la bienvenida a la reducción de pensiones, recorte de servicios e incremento de impuestos. Lo desconcertante es que no hace falta ser ningún lumbreras para verlo pues es matemática pura, ni tan siquiera requiere fórmulas complejas, hablo de aritmética básica. Si el empleo que va generalizándose es precario, si la demanda de pensiones aumenta por biología y las exigencias europeas sobre el cumplimiento del déficit se mantienen, no queda otra.

Los 25.176 millones que quedan en el Fondo de Reserva se agotarán. Sabemos que tras la última retirada se ha programado otra para Navidad, aun quedará menos. Estaría bien ir informando que a pesar de las buenas noticias que significa la creación de empleo, éste no va a soportar el caudal necesario para que no se meta mano a la ‘hucha’ de las pensiones. Eso, repito, lo hubiera tenido que hacer cualquiera. Es más, los partidos que defendían durante las pasadas elecciones el aumento de prestaciones, negociaciones del déficit o cuentos de hadas similares, hubieran acelerado ese vaciado de caja. No se puede gastar más, ingresando menos, negarse a cumplir con quienes te prestan el dinero y, encima, esperar que la ‘caja’ siga intacta. Pues no.

Para volver a tener la hucha llena deberíamos de tener un ‘momentum’ económico como el de los años de la burbuja en los que pasamos de 35.879 millones a 66.815. Cierto que eso se produjo en la resaca de la misma, por el efecto distorsionado de que los ejercicios van en diferido. A partir de ahí cayeron las cotizaciones, los ingresos y aumentaron los gastos y los subsidios. Los recortes que se asumieron para evitar el rescate en su momento no fueron más que estímulos a este calvario. 

Pero repito, las cosas son como son y no se pueden cambiar de color. El Fondo es un fondo y además sólo lo es de reserva. Las pensiones deberían de ser capaces de funcionar sin este botón de emergencia. Eso deberíamos de exigir a nuestros gobernantes. Una gestión acertada de las cuentas públicas, sin malgastar el dinero de todos en inservibles infraestructuras, atendiendo al fraude y persiguiendo la corrupción a fin de que con los ingresos ordinarios se pueda atender el gasto corriente sea cual sea.  

Cuando se acabe el Fondo de Reserva en 2019 no se terminarán las pensiones ni estará en riesgo el modelo de una sociedad del bienestar que es envidiable cuando la ves desde otros países que, a pesar de estar en todas las métricas económicas situadas por delante de nosotros, no la tienen. Lo único que pasará es que deberemos adaptarla. Deberemos cobrar menos y pagar más. Por poner algún ejemplo. Los primeros impuestos especiales se llamarán ‘Impuesto de Viudedad’ o ‘Impuesto de orfandad’ que servirán para pagar las ‘Pensiones de Viudedad’ y las de ‘orfandad’. Sencillo de entender.

Sin embargo, no todo está perdido. Esto podría ser distinto si en lugar de estimular un mercado laboral de cartón piedra, débil y poco consistente, se dinamizara otro mucho más robusto, tecnológico, de alto valor y enfocado a construir una sociedad más moderna y no dependiente de un modelo de crecimiento que ya nos hizo pasar una mala etapa hace cinco minutos. Todavía queda tiempo pero hay que ponerse en marcha ya. Todavía es posible revertirlo pero hay que informar de lo que va a pasar, los nuevos sacrificios que se van a exigir a los ciudadanos y a que van a renunciar todos los estamentos políticos a través de reformas estructurales de todo tipo, territoriales, fiscales, administrativas, políticas y, si me apuras, constitucionales.

De ver el tren venir y esperar a que no suceda nada este gobierno sabe mucho. De ver el tren venir y decir que no es un tren sabía mucho el gobierno anterior. De ver el tren venir y decir que no viene por nuestra vía parecen saber mucho los de la nueva política. Sin embargo la cosa va de ver el tren y subirse en él, aprender a comandarlo y modificar su dirección.

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¿Debe preocuparte una nueva burbuja tecnológica?

Nuestra economía es cíclica. Lo es porque el capitalismo pivota. Es su esencia. Siempre experimentamos ciclos y carencias. No hay ningún punto de estabilidad garantizado pues acabaría conceptualmente con él propio sistema. En tres décadas, dos de las cuales las he podido vivir directamente, el mundo ha sufrido probablemente unos cuatro burbujas. El colapso bancario de 1987, el hundimiento de las puntocom y la crisis financiera reciente entre otras. Ahora bien, durante esos mismos años de pánico el mundo ha vivido una etapa de una inédita innovación.
Las causas de esas explosiones con efectos devastadores y, a la vez, enormes beneficios posteriores, se debe a dos actores principales: el especulador y el creador de valor. Si estás especulando, vives pendiente de una burbuja, si eres un creador de valor, te la trae al pairo.

El especulador busca en sus apuestas lícitas y respetables (me gané la vida durante años así) los cambios del valor de las cosas en mercados. Ayuda claramente a que esas apuestas adquieran relevancia o atractivo en si mismas. El constructor de valor intenta generar algo cuyo objetivo sea crecer y prosperar sin sentirse afectado por los cambios del mercado. A veces, entre los segundos hay muchos de los primeros. ‘Emprendedores’ empujados por un viento ‘de moda’ con el que especular.

La burbuja puntocom explotó por la ingente cantidad de ‘empresarios’ que se dedicaron a desafiar el valor real de sus productos. Sobrevivieron los que realmente lo hicieron con el objetivo empresarial más cierto. Siempre me acuerdo de algunas plataformas patrocinadas por bancos, a miles de millones, que se fueron por el desagüe frente al éxito de la constancia de otros como por ejemplo idealista que superó aquella etapa.

En aquellos años de la última burbuja tecnológica y emprendedora el mercado estaba hambriento de empresas web, de modelos económicos digitales replicados y replicantes, donde nadie atendió a las reglas básicas de la economía de escala. La física y la gravedad se imponen siempre y en aquella época lo hizo con violencia.

Recuerdo una conversación con un ‘emprendedor’. Fue hace ya mucho tiempo. Se acababa de producir la adquisición de la famosa ‘wanadoo’. El hombre escuchó una de mis ideas de colaboración que respondía a crear una empresa de crecimiento razonable a una velocidad lógica a mi entender. El tipo declinó argumentando que su intención era subirse a la ola monumental que muchos estaban tomando.

Este ‘emprendedor’ inversor me dijo que la cosa tenía que ver con negocios, pero que daba igual si eran o no sostenibles o si el cálculo daba negativo lo tomaras por donde lo tomaras. Lo que me fascina de todo lo que vino después es que, cuando las aguas volvieron a la tranquilidad y sus negocios habían desaparecido engullidos por la resaca, entre tanta miseria y desolación se podían empezar a divisar los ahora inmensos Google o Amazon.

Del destrozo nació nuestra actual escenografía, nuestro presente depende de aquel desastre y nuestro futuro del que ahora se está larvando.

Años después, cuando colapsó el mundo en 2008, Google y Amazon lo miraron desde otro universo. Lo hicieron porque a diferencia de otros, ellos creaban valor. Si tu empresa no es más que una réplica que no aporta nada, si tus servicios los ofrecen muchos otros, si lo haces porque lo hacen los demás o porque está ‘de moda’, estas en condiciones de que te explote la burbuja en toda la cara.

Hace unos días me entrevistaron en TF1 sobre todo esto. Me presentaron como alguien que había ‘predicho’ al menos tres esas cuatro burbujas y me cuestionaron sobre la siguiente. Mi opinión, aun por clarificar, se basa en la localización exacta del lugar que ocupa el ciclo económico actual. Si estamos decayendo todavía, subiendo o estabilizando establecerá unas u otras perspectivas.Sin embargo, y esto es pura síntesis tras haber vivido al menos cuatro ciclos, si eres un especulador, o estás subido en una moda empresarial o socioeconómica concreta, debes atender muy bien el punto en el que se encuentra, te lo juegas todo y puedes ganar mucho o perderlo completamente. Si lo que eres es alguien que aporta algo nuevo, valor y producción real, debe importante muy poco. De verdad.

Sin embargo, aunque seas un emprendedor que aporta valor y que tiene objetivos que no dependen de los ciclos, necesitas tomar precauciones. Según el gran Barry Schuler los elementos a tener en cuenta ante la gestación de una burbuja tecnosocial serían: acumular efectivo, no especular con tu marca, respetar a los inversores, tener claro cual es el valor de tu empresa, ejecutar en los tiempos buenos como si fueran malos y definir un plan de contingencia para cuando tu valor pierda tracción.

Los avances tecnosociales en impresión 3D, en la Internet de las Cosas, en modelos Big-data y en cualquiera de las disciplinas y los campos que comentamos aquí muchas veces, no están exentos del riesgo de jugar en el campo de la economía tradicional. Lo miserable de todo es que los avances de la humanidad dependen de las crisis y las empresas que cambiaron el mundo surgieron de una ‘buena’ explosión de alguna burbuja. Bienvenida sea esa explosión si tras ella, una vez disipada la niebla, aparecen grandes proyectos que definan un mundo mejor. Así paso, así pasará.

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La 'no burbuja' de los billones

Ayer se supo que Twitter perdió 645 millones de dólares el pasado ejercicio. Sin embargo su valor nominal es brutal y, a pesar de que a estas horas su valor bursátil se ha desplomado, en cuestión de días que se recuperará. Aunque no aparezca en la lista, bien podría ser miembro de una de las listas más selectas del mundo empresarial y tecnológico actual. The Wall Street Journal publicó un gráfico interactivo en el que figuraban más de 30 startups con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. Son valoraciones objetivas en base a las entradas de capital que han vivido recientemente.
Curiosamente, aunque no es una sorpresa, en este club casi no hay empresas europeas, pero si hay chinas. Tengamos en consideración que el futuro que ahora estamos labrando en términos como ‘la Internet de la cosas’, ‘el Big-data’ y la ‘metamorfosis de la sociedad’, se construye desde la empresa, es la apuesta tecnológica que hacen las organizaciones privadas las que marcan los comportamientos, la evolución y los ritmos sociales. Si en Europa cada vez es más difícil reconocer propuestas que puedan ser consideradas determinantes en la escena empresarial y tecnológica del futuro mal vamos. Esta lista, a parte de ofrecer una posible tendencia hacia la sobre valoración de las compañías, también nos dice que Europa envejece. Es obvio y que lo hace de la pegajosa mano de sus dirigentes también.

Me cuesta ver como algo etéreo e inconsistente un volumen tan grande de afectados. Miles de millones de personas activando y desactivando procesos que, independientemente del rango y cálculo en el que se ubiquen sus cuentas de resultados, está claro que rigen y condicionan el presente y asignarán las bases del futuro. Seguramente, en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.

Las opciones son dos: que la ‘digitoburbuja’ explote y nos muestre que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación es un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr fue comprada por más de mil millones cuando solo facturaba trece) conduce irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores atentos.

La otra opción. ¿Y si no explota? ¿qué aprenderíamos entonces? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.

Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías. Pero también vamos a las impresionantes cadenas del longtail, de la economía low cost y a la diversión monetizada.

Ahora bien, algunas de estas empresas están muy valoradas mientras sus modelos de negocio siguen sin estar validados y lo único que aportan es unas cifras de usuarios y escalabilidad brutal, aunque eso no se monetice. Su valor no deja de ser otro que su expectativa y no tanto la cuenta de resultados. Está claro que el mundo ha cambiado mucho pero no creo que podamos mantener por más tiempo ese recorrido por el desierto a menos que esto responda a la creación de una enorme y reluciente burbuja tecnológica. Creo que no, pero también creo que veremos caer alguna y que su derrumbe arrastrará algunas que si estaban en condiciones de soportar ese escenario de futuribles pero que precisaban más tiempo.

La exhuberancia de la época de las puntocom y su posterior quiebra no es comparable. En aquella época se vendían por miles de millones un ‘powerpoint’ sobre un portal donde no había ni un usuario registrado. Eran tiempos en los que un tipo con un ‘vespino’ y un ‘portátil’ preparado con una presentación basada en plantillas ‘cool’ se plantaba ante un consejo de administración de un banco europeo y en apenas diez segundos le compraban la idea, el proyecto y metían a media familia en el paquete. Ahora no es así pero la valoración desmedida de algunas compañías podría ser un hándicap, pues si alguna de éstas al final se la valora en revisión y pierde esa enorme consideración, arrastrará a muchas otras y con ello estaremos en un escenario que tampoco responderá a la realidad pero que se basará en el pánico, sobre todo de los mismos que ahora están engordando los valores de estas mismas empresas.

Mi impresión coincide con la del Harvard Business Review que ofrece una sencilla explicación a esta lista de empresas con valoraciones mil millonarias: “un dólar en el año 2000 no equivale a un dólar en 2014, sino a 1,35 dólares. Eso para empezar. Si en lugar de realizarse la comparación en términos nominales se lleva a cabo en términos reales, se descubre de que de las 25 empresas estadounidenses en la lista, solo 15 superarían una valoración de 1.000 millones de dólares en términos reales

Creo que si entramos en argumentos más técnicos, como se reflejaba recientemente en una publicación como Sintentia, “veríamos que la razón contraria a la existencia de una burbuja sería una comparativa entre los ratios Valor y Ventas en 1999 y en el momento actual. Veríamos pues que mientras que en 1999 este ratio indicaba que se estaban valorando a las empresas por importes de 26,5 veces las ventas, las valoraciones actuales son de solo 5,6 veces las ventas”, lo que parece situarnos lejos de una hipotética burbuja, al menos en lo que a la relación entre valor y ventas se refiere. ¿Tú que piensas?

Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles que los modelos ‘big data’ están atrapando. Gestores digitalizados de posicionamiento aplicados a compañías aéreas se basan en gestores de color o impresiones como las que entregan Pinterest o Tumblr establecen valores de empresa que hasta ahora no se contemplaban. Trescientos millones de usuarios en aplicaciones móviles como Whatsapp conceden expectativas muy distintas a todo ese universo de esa llamada ‘burbuja’.

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Como se podía leer recientemente en el Wall Street Jounal, una de estas empresas que aun no están en esa lista pero que probablemente lo estarán, Foursquare, ha logrado materializar un contrato con Microsoft por algo que si será determinante: los datos. Mientras que la publicidad en esa plataforma no arranca, lo datos que maneja de los millones de usuarios si son oro de muchos kilates. Ahora mismo la entrada de estos 15 millones por un convenio de colaboración vinculante ponen a los de la red de geolocalización en los 650 millones de dólares de valoración nominal. Yo sigo pensando que lo que se está organizando y posicionando es el futuro esencialmente y el modo en el que lo vamos a vivir, comprar y vincular a las empresas que diseñarán como nos acercamos a nuestros intereses más inmediatos.

 

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Marc Vidal Marc Vidal

Fallida subida de impuestos

No por avisados nos sentó mejor. No por saberlo previamente a uno le duele menos. La subida de tributos llegó (y seguirá) para desmontar el rompecabezas definitivamente. En el informe de la oficina de estadística europea Eurostat que se publicó hace pocos días aparece la afectación sobre los impuestos que está teniendo todo este largo proceso regeneración socioeconómica que algunos insisten en llamarle crisis. En ese estudio se explica que España es uno de los países de la Unión Europea en los que más cayó la recaudación por impuestos en 2011. Resulta que el aumento impositivo no concede mayor recaudación como nos temíamos. Estos datos se enfrentan con la tendencia registrada en la Unión Europea, donde la recaudación aumentó el 0,5%. ¿Probamos con la buena gestión? Tengo claro que la mala praxis ha empujado esto a estar donde está. Independientemente de cambios y de nuevos tiempos, de parto doloroso y de gestión de una nueva época, no me cabe duda que la travesía podría haber sido más simple. No es tan sólo una derivada. Aquí hay ineficiencia e inutilidad. La estrategia seguida ne la subida de impuestos y recortes sin afrontar un modelo de compensación económica durante el proceso ha sido un suicidio.
Dirigentes inservible en la vida privada se han dedicado a ordenar, determinar y derrumbar el futuro de nuestros hijos. Un ejemplo de la mala gestión pública que ha hipotecado el sistema es el modelo es el mundo local. La gestión pública local es de Audiencia Nacional. Se ha abusado de la fuente de ingresos que provenía de la actividad inmobiliaria. Fuente agotada y que dotaba de ingresos extraordinarios las arcas de los ayuntamientos de este país. Un canal de aportación que sólo se produce en fase económica expansiva, que en ciclos de cuatro años es fácilmente identificable en su contexto, pero que cuando ésta se produce durante mucho tiempo seguido se acaba pervirtiendo su origen y sus funciones. Muchos ayuntamientos se han olvidado de que esos ingresos extraordinarios eran cíclicos puesto que muchos alcaldes y concejales, de hecho, nunca conocieron otro modelo de financiación que no fuera ese. Nada hace indicar que subir impuestos nos llevará a un flujo mayor de ingresos, ni lo sueñen. La economía europea, y la española en especial, se estrechan. Ayer en una reunión en Google Ireland me comentábamos la preocupación incluso en el escenario digital y de las startups debido a que por un lado por lo empequeñecido del mercado ibérico y por otro el creciente escaso valor de las iniciativas públicas de apoyo a la emprendeduría tecnológica.

Esos ingresos extraordinarios se han utilizado para sufragar gasto corriente puesto que muchos de los responsables de las arcas municipales ya no diferenciaban lo extraordinario de lo ordinario. Esa burbuja de ingresos extraordinarios que provienen de las plusvalías y los impuestos derivados a la actividad inmobiliaria y de la construcción explotó hace cuatro años y ahora sus efectos ya se perciben como una enfermedad crónica. Seguramente una parte de todo ese manantial de billetes se habrá destinado a diferentes programas de apoyo a la emprendeduría, no lo niego, pero ¿cuánto se ha perdido en las retorcidas cloacas de la mala gestión interesada o no del que no espera nada de una sociedad adormecida y poco emprendedora? Espero que, como sociedad, estemos aprendiendo algo de este desierto cada vez más yermo, sino será difícil enfocar en el nuevo escenario que nos tocará modelar, será complejo focalizar en descifrar un futuro extraordinario al que tenemos opciones de llegar.

La nueva era del conocimiento, de la hipersociedad y de los derivados de esa hipotética crisis descrita por los que la estimularon, surgirá del valor de las cosas y no del coste de las mismas, será el momento de las grandes factorías de ideas, de pensamientos, de dudas, de estructurar la fabricación en base a su precio esencial y no tanto al especulativo, de emprender para convertir los sueños en realidad. En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.


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Marc Vidal Marc Vidal

Ecosistema de ideas

Hace unos meses escribí: “En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobre volar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.“ Hoy toma mayor actualidad atendiendo a como se están poniendo las cosas.
En estos días de campaña electoral en España a los políticos se les llena la garganta de la palabra “emprendedor”. La realidad paralela en la que viven estos tipos es de vergüenza ajena. Mientras algunas comunidades autónomas como la murciana emiten bonos que no podrán pagar, otros resumen sus programas electorales en un centenar de medidas que parecen sacadas de un cuento de Disney. Les juro que es para darse de baja de todo esto. Estoy convencido que una vez acabe todo esto sólo quedarán las voces de los emprendedores solicitando el cumplimiento de las promesas. De momento, lo único que recibimos son revisiones tributarias.

Todos los malabaristas que se presentan a las elecciones son de cartón piedra. No van a hacer nada de lo que prometen. No por que no sean capaces, que es una opción, sino porque lo imposible no se puede hacer. Las hipotéticas ayudas a los emprendedores y a la economía productiva, en cualquiera de las opciones políticas que se presentan supondrán exclusivamente una subida de impuestos, especialmente el iva, los servicios energéticos y sociales, sequía definitiva del crédito, estancamiento de ayudas, retraso o suspensión de pagos en la administración y modificaciones constitucionales que nos enlacen con la realidad de un país con una prima de riesgo cercana a los 500 puntos y una rentabilidad de su deuda por encima del 7%, lo que, obviamente y una vez rescaten Italia, supondrá la fallida de nuestro país. ¿Alguien piensa que la falacia del valor nominal de la vivienda que se contabiliza en los balances de los bancos de este país se va a poder mantener eternamente? ¿Acaso es factible que a cada nueva revisión del agujero contable de esos bancos aparezca una nueva ampliación de algún fondo de rescate le llamen como le llamen? ¿Es posible que Mariano Rajoy tenga contactos directos con San Pedro y así la ciencia económica afecte a España como la gastronomía al parchís?

La realidad es la que es y no voy a comentar mucho más. Ya lo hace todo el mundo. Ayer estuve ultimando algo nuevo para este blog. Un buen amigo y gran experto en economía financiera y de inversión, cuya visión sobre lo que ha pasado ya la compartía con clientes hace muchos años, incluso comentando en este blog, dirigirá un post semanal con el que esperamos hablar de “como combatir este escenario”. No va a ser el típico artículo bonachón e iluso sobre “entre todos saldremos de esto” como si la realidad económica puediera obviarse por arte de magia. Estamos donde estamos y no hay mucho que analizar, aunque si algo que aportar. Vamos a intentar, con vuestra colaboración, establecer consejos crudos sobre como sobre volar esta merienda. A nivel financiero, profesional, privado y público. En unos días os daré más detalles.

La realidad es la que es y ya comenté en su día como creí que sucedería todo esto. Hoy toma relevancia algún artículo para explicarlo. Sin querer recordar exhaustivamente todo aquello, ni asustar a nadie, si quiero comentar lo que estoy viviendo y conociendo en los últimos dos meses. Tanto colaboradores, amigos en diversos bancos o agentes de inversión ya comentan los movimientos en el campo de los depósitos.  Incluso algunos clientes de una de las empresas en las que participo societariamente, que se dedica a asesorar financieramente a particulares y empresas, sólo recibe peticiones de información de como sacar del país dinero. Por lo que me cuentan, aun asumiendo todo el aspecto legal asociado a dicha operativa, el número de personas que así lo ejecutan no para de crecer. Independientemente del valor de lo que supone secar de liquidez el sistema, algo que ya es más o menos evidente pues la falta de crédito es abrumadora, cabe detectar otra fuga que me parece aun más preocupante si cabe: la de personas que emigran buscando oportunidades en modelos de gestión y negocio que España no ofrece. No voy a hablar del estancamiento de la economía, de la recesión inminente, de la falta de ingresos fiscales, de la subida de impuestos, de la caída en el consumo, de la reducción en la facturación del turismo para el próximo ejercicio, del aumento del paro, de la previsible explosión social a mediados de año o de cualquiera de esos elementos, pues lo hace todo el mundo. Poco a poco aumentan los discursos y ponentes apocalípticos. ¿Quien los vio y quien los ve? Sin embargo son tan cobardes la mayoría y desconocen tanto lo que comentan de “oídas” que van introduciendo los términos más dramáticos a medida que son incontestables.

Espero por el bien de Europa que se vayan por el desagüe la mayoría de sus gestores públicos y sus voceros a sueldo. Si algo bueno trae todo esto es que la voz es colectiva y el gobierno cada vez representa menos en un modelo de nueva economía dependiente de factores colectivos. Hablaremos de esto en breve. Permitidme que finalice con un fragmento que me acaban de premiar en un certamen de textos para emprendedores tecnológicos y que va como anillo al dedo para afincar mi visión sobre el momento actual:

Sin creatividad no hay escapatoria y el Estado no la fomentará. Tampoco ningún escenario educativo lo intenta. Si no se inspira a la juventud, mediante un sistema educativo que genere el deseo de crear difícilmente se conseguirá que se innove y si no se innova no hay empresa. Sin empresa nueva no hay innovación tampoco. Es un maldito pez mordiéndose la puta cola.

¿Se imaginan al estado advirtiendo a los empresarios pequeños que el modelo económico está cambiando y que ellos son fundamentales en esa transición? Yo si, pero acompañado de un montón de promesas de ayudas que no llegarán justo en el instante que las transferencias de estímulo se dirijan a las grandes corporaciones que habrán pedido amparo y protección al gobierno por un “desplome de las ventas” de su sector. ¿Recuerdan lo que pasó con el sector en el que trabajaba Vicente?

(...)

El nivel de la política en este país es de todos sabido: indigencia intelectual generalizada. Si le das una patada a una piedra, de debajo salen diez inútiles dedicados a la política corriendo en todas direcciones. Hay muchísimas cucarachas ejerciendo de concejal. El valor de la chapa y el salvoconducto para aparcar donde quieran concede pretensiones a personas que en la vida civil tendrían serios problemas para comer cada día. Hay miles de excepciones, no lo dudo, pero el modelo político que evita tener gerentes en los ayuntamientos es un terrible lastre. Que diferente en otros países como en Alemania o Suecia, que unos directores generales dirigen las corporaciones como empresas, que impulsan políticas y activan procesos, a cambio que un cortacintas haga de alcalde. Allí pocas son las bromas. 

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Marc Vidal Marc Vidal

Cortocircuito social

Escribo camino a Los Ángeles para cerrar un importante acuerdo. Lo hago pensando en lo que se avecina. Hace años comenté que por el horizonte se avecinaba una enorme bola de mierda. Poco después hablé de quiebras bancarias, cierres de empresas y aumento de paro que multiplicarían por cinco los que había entonces. Más tarde empecé con lo de que la cosa se ponía fea en los circuitos bancarios, en los ayuntamientos y derivados. Ahora todo eso es ya una evidencia y el peso de lo cotidiano es tan alto que no podemos ni respirar. Hoy no voy a hablar de emprender, ni de huir, ni de internacionalizar, ni de redes sociales, ni de nada. Lo volveré a hacer mañana, hoy estoy bajo de moral.
Esta noche he hablado con un amigo en Grecia que dirigía una de las empresas más importantes de Tesalónika. Ahora se dedica, tras desayunar en casa de su madre, a tirarle piedras a cualquier coche oficial que pase frente suyo. Lo hace en equipo y rodeado de parados y embargados cada día durante cuatro o cinco horas. Como uno tiene amigos en medio mundo a veces hago la ronda para ver como andan. Ayer hablé con otro amigo, este portugués que vive en Oporto. Me describía su vida. Nadie mueve dinero, crece el trueque y los parados no se ocupan por no tener que facturar con el 24% de IVA que ahora les imponen. Quien sabe cocinar cocina a quien sabe cortar el césped, y éste se lo corta a quien tiene ropa que vender. Poco a poco se está desintegrando el modelo tradicional del capital y el valor asignado. Resulta que como no se puede pagar a los funcionarios, éstos se están convirtiendo en inspectores que lo inspeccionan todo para generar multas que subvencionen sus propios puestos públicos. Una cadena que sólo conduce al desastre.

En España las cosas no serán muy distintas me temo. Ahora ya sabemos que las elecciones serán en noviembre. No lo serán por un aspecto político, ni tan siquiera por que la evidente pérdida de sintonía entre el PSOE y la ciudadanía sea insoportable, que tampoco es para tanto, sino porque la segunda fase y definitiva del deterioro del modelo económico español se acerca irremediablemente. De acuerdo que “no nos dejarán caer”, seguramente no veremos la evidencia de la suspensión de pagos de la mayoría de organismos públicos, pero si notaremos la estrechez financiera.

Que hay que emprender, fijo, que hay que pensar en hacerlo fuera, lo recomiendo, pero que independientemente de eso vamos a asistir a la deconstrucción de una sociedad que se alimentaba de sus propia desidia y de sus márgenes comisionados también. Emprendiendo uno se enfrenta al sistema e incomoda al establishment también. Bienvenidos a la era de los recortes y de los pagos tributarios.

Hace unos días me confesaba un directivo de una entidad financiera española: “si la gente supiera la verdadera liquidez que tiene el sistema no se lo creería”. Y a todo eso la gente salió a la calle y se habló mucho de ello. Ahora algunos regresaron a sus ordenadores, otros a sus reuniones de barrio y la mayoría a un limbo líquido donde se regeneran las pasiones. Veremos en breve como todo esto del 15M y ahora 19J no era más que una mota de polvo que empezó a matizar un modelo social que va a tener que escuchar si o si a grupos sin portavoces ni líderes. El nuevo modelo requiere a los de dirigentes de siempre aunque ahora muchos digan que “han escuchado al pueblo“. Los indignados sólo es gente harta, exhausta de tanta humillación y en pleno proceso de recuperación de sus sueños.

Os dejo con el video que emitió hace pocos días France 2 sobre todo esto. Lo han subtitulado, pero os recomiendo que escuchéis el tono y la frecuencia de la voz en Off. Mañana volveré a intentar dar las claves de cómo tirar para delante, pero hoy no he sido capaz. Por mucho que hagamos el agujero es tan profundo y oscuro que nos engulle inapelablemente. Les pasa a irlandeses, griegos y portugueses y nos va a pasar a nosotros, a los italianos, belgas y derivados. En ese planteamiento de incerteza siniestra hay que poner los tacos y preparar el punto de partida.

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Marc Vidal Marc Vidal

La burbuja “Kurzarbeit”

No sólo tenemos burbujas laborales en España. Hay otros creativos de la ecuación maquillada del paro. La que fuera considerada una de las decisiones laborales más efectivas para evitar que la tasa de desempleo aumentara en Alemania está empezando a tomar un tono muy pálido. Ese modelo de “trabajo reducido” tiene efectos secundarios. En principio podemos aceptar como válido el hecho que el Gobierno alemán hizo una gran labor en mantener a límites bajos el desempleo durante la recesión, no hay duda de que sus políticas han sido sumamente exitosas, pero el problema es que el mercado de trabajo, y por extensión el gasto de los consumidores, no recibirá el impulso que debería durante la recuperación económica. Es problable que en el momento que la economía repunte, el modelo laboral alemanán no esté en su mejor disposición y haya perdido competitividad por culpa de aumentar el volumen artificial de su envergadura.
Mientras la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial hizo subir el desempleo en Estados Unidos a 10,1% por ejemplo, el nivel más alto en 27 años, en Alemania la tasa comparable cayó a 7, el nivel más bajo en 17 años. En vez de despedir trabajadores cuando la economía se contrajo un 5% durante todo el año pasado, los alemanes buscaron fórmulas para incentivar la contratación. El método era tan sencillo que asusta. Reducir jornada y aumentar personal. Eso podría estar bien si no fuera porque el sobrecoste de ese aumento de trabajo “artificial” lo pagaban todos los alemanes. Así no vale. De ese modo todos somos capaces de mantener las tasas de empleo. ¿No?

Al más puro estilo SEAT en España, algunas empresas alemanas fueron subsidiadas por el gobierno germano. Siemens o Volkswagen fueron ayudadas para mantener sus niveles de ocupación  con horarios de trabajo reducido, salvando de este modo cerca de un millón de empleos. Está claro que no es oro todo lo que reluce y los que parecían los artífices de un milagro laboral que suponía la capacidad de aumentar el empleo en plena recesión era un pufo.

El llamado Kurtzarbeit o trabajo reducido “permite a las empresas a efectuar semanas laborales más cortas para bajar los costos” durante las épocas de demanda menor. Éstas pagan solamente las horas trabajadas y el estado aporta hasta el 67 por ciento del salario restante“.

Algo así como el bulo del “abaratamiento del despido” en España, que al final lo pagamos todos. Podríamos definir todo esto como un artilugio por aumentar el gasto público a costa de medidas aparentemente de “alta ingenieria” socioeconómica. Menudo bulo. La mayor crisis económica de los últimos dos siglos resulta que se ha evitado creando dinero, repartiéndolo a diestro y siniestro y se acabó. Pues no se acabó. Incluso Alemania va a tener que buscar el mecanismo de arranque de un motor gripado. Los alemanes mantuvieron el programa inventado a 1,5 millón de empleados en más de 63.000 empresas salvando casi un millón de empleos en 2009.

“Esta idea no es nueva, data de 1910, cuando el Gobierno indemnizó a los trabajadores que fueron pasados a horarios más cortos en la industria de fertilizantes y potasa durante una caída de las ganancias. Luego, en 1924, cuando el desempleo trepó a 11 por ciento, el Gobierno introdujo en todo el país políticas de trabajo reducido similares a las utilizadas en la actualidad. Una cuarta parte de la fuerza de trabajo alemana se inscribió en ese momento en el programa. Innovar no es eso, aportar politicas activas para solucionar la crisis tampoco”.

Eso no se puede mantener sin plazo final, en el mejor de los casos te revienta en la cara.

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Marc Vidal Marc Vidal

Cuatro Bofetones

En mi columna de hoy en El Confidencial he intentado sintetizar en cuatro puntos las noticias negativas que sobre España y su economía han salido en diversos medios y bajo diferentes interlocutores. Desde la recomendación de evitar deuda española hasta las amenazas de rebaja en el rating sino se ponen en marcha las restructuraciones del sector financiero ibérico, pasando por los avisos de que el exterior dificilmente ayudará a nuestra economía pues tampoco está para muchos bríos o que en el BCE acusan a Zapatero de muñeco de cera inmóvil. No obstante en el último párrafo hago referencia a algo que quiero rescatar: 

"la recomiendación de que en las conversaciones de bar, pasillo, salón o gradería sobre la crisis y su futuro inminente, apuntéis el nombre y fecha de quien ahora niega que esto vaya a empeorar o que afirme que estamos en franca recuperación. Hacedlo, no sea que sean de los que, como ahora, niegan haber dicho que no estallaría la burbuja inmobiliaria o que España no entraría en crisis. Son los que en 2006 seguían comprando pisos y tachando de apocalíptico a un servidor y a otros tantos. Yo recuerdo su cara de tabique entonces, recordad sus caras ahora porque se les van a poner de color gris cemento. Al tiempo."

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La Franqueza De Bernanke

Mi buen amigo Benguerel me remite un artículo de la pasada semana que vale la pena tener en cuenta. El Washington Times se hacía eco de las palabras que Bernanke pronunció en el Congreso de los Estados Unidos. Dijo concretamente que "EUA podía estar acercándose a una situación de riesgo similar a la crisis de deuda griega y que la Reserva Federal no dará apoyo a los legisladores que siguen imprimiendo dinero para pagar la burbuja de deuda". El resumen de lo que dice es para ponerse a temblar pues sigo defendiendo que tras la explosión de una burbuja, estos tipos se han inventado otra de peores consecuencias.

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CRISIS REAL O CRISIS FINANCIERA

En la anterior crisis, la del 93, los malos eran los empresarios. Ahora se acusa a los bancos que no prestan a las empresas. No voy a ser yo quien defienda ciegamente al sector financiero, eso está claro. Ayer dije de que el sector está en la UVI y que precisa de asistencia cardiorrespiratoria, pero no es menos cierto que la banca precisa ser atendida con generoso egoísmo pues tras su derrumbe vendría el de todo el modelo económico actual. Es evidente que la crisis no vino de la economía real y se trasladó a la financiera, sino todo lo contrario. Ahora bien, no seríamos justos si no aceptáramos que el sector real, al estar absolutamente desequilibrado, sobretodo en España, ha repercutido en esa transmisión del problema de un modo estructural.
El problema al que nos enfrentamos y al que nos vamos a tener que habituar, pues no tiene visos de cambio inminente, es a la falta de crédito. Realmente los datos que se aventuran sobre la salida de la recesión en este país para el último trimestre no dejan de ser una broma de mal gusto. Es posible que esos datos se publiquen y que tengan que ver con una fórmula matemática perversa que aprovecha los estímulos como valor fundamental, que compara un trimestre con otro pero que se olvida del verdadero asunto y de la verdadera losa: la falta de dinero en el sector bancario.

Cuando un empresario, un autónomo o un emprendedor intentan poner en marcha sus ideas, sus proyectos o sus sueños se encuentra con un muro gigantesco de negativas y excusas. Ya podremos llevarle el resumen ejecutivo del gabinete de estudios del Citi o del BBVA vaticinando que estamos saliendo de la recesión o que el futuro ya es de color pastel. El responsable de la entidad volverá a decirnos: “déjate de informes y de meriendas que aquí no hay un duro”.

Lo que debemos exigir es que se nos informe adecuadamente de cuanto dinero se le ha dado a la banca y cual es el motivo de que ese dinero no esté llegando a la empresa. En ese modelo de uso siniestro que el gobierno ha adoptado con respecto al rescate del sector se engloba una reforma contable del sistema. ¿Qué significa que se hayan modificado las normas contables del sector bancario? Algo muy sencillo de entender. Algunos bancos y cajas que tenían perdidas según el modelo contable anterior, si se les aplica el nuevo que es mucho más relajado, las convierten en beneficios, algo que, cuando interesa para recibir rescates de todo tipo, puede hacerse al contrario, es decir, entidades con beneficios pueden representar fácilmente que están en pérdidas. Interesante ¿verdad?

Sin embargo esto que parece muy grave no tiene la más mínima importancia. Todos, o muchos, sabemos que el Banco de España y sus derivados son lo que son y están para lo que están. Lo que realmente es importante es entender las repercusiones y el mecanismo por el que podemos salir de todo esto. Culpar a la banca no sirve de nada y, seguramente no sería complemente justo. Culpar algunos ejecutivos si, puesto que cuando el ciclo era expansivo se lo pasaron en grande abriendo oficinas en lugares inverosímiles o gestionando sin reflexión. Esos mismos son los que ahora prevén cierres de sucursales, despidos y sucedáneos. Ninguno de ellos ha sido penalizado por una gestión ineficiente y arriesgada. No obstante, por el momento, los dejaremos a un lado a fin de analizar otros asuntos más urgentes.

Aquí lo que hay que solucionar es el asunto del crédito, tras eso las cosas irán canalizándose en la medida que sea posible, con muchos heridos, ruinas y angustias, pero iremos saliendo. Faltan 4 o 5 años para que en este país se genere empleo adecuadamente, empleo real y no una burbuja laboral gestada en el déficit público. Si se sigue tirando de cheque público pronto rozaremos el punto de “no retorno” y entonces ni el crédito ni los estribillos nos sacarán del tercer mundo. Por eso debemos empujar a fin de que el sector del crédito encienda motores. Si al final alguien para la sangría del gasto público y se pone a trabajar en que el sector financiero arranque, tal vez, la recuperación llegue en 2014. Si no es así, la parada técnica de la economía española se conectará año tras año hasta completar como mínimo una década.

Pero, ¿qué sucede ahora para que la banca siga en sequía? Lo primero que debemos aceptar es que los bancos no prestan por que no quieran o no les de la gana, lo que pasa es que los bancos tienen unos requerimientos de capital que si no los cumplen no pueden prestar. Da igual si eres muy solvente, el problema es ese requerimiento. Es decir, cuando un banco concede un crédito y este pasa a la mora, la entidad debe restarlo de sus cuentas en positivo y acotar otras disposiciones crediticias de algún posible buen cliente. Esa cadena es perversa.

Los bancos sólo pueden en un escenario como el actual, ampliar capital o restringir el crédito. Por eso las provisiones, por eso las cuentas maquilladas, por eso todo lo que supone simular que las cosas no están tan mal, pero la evidencia es la que es y los bancos reflejan en su escasez de gestión crediticia que la economía no aguanta el liquido ahora mismo. Es un pez que se muerde la cola.

En España hay medio billón de euros prestados al sector inmobiliario. Si atendemos que la banca precisa un beneficio mínimo del 5% sobre ese dinero aportado, deberían de recibir de dicho sector unos 30000 millones de euros como mínimo. ¿Está ganando el sector inmobiliario ese dinero al año para pagar los intereses? No. Pues eso, que el problema no es sólo de los bancos, el problema es de todos, pues mientras eso no se solucione, no va a haber ni un duro para nada ni para nadie. Las ayudas eran necesarias, no lo niego, pero pongo en duda el mecanismo utilizado y, por supuesto, la transparencia con el que unos demostradamente inútiles están haciendo uso de las mismas.

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Marc Vidal Marc Vidal

DE ORGIAS SINDICALES

Hoy en mi columna de El Confidencial le doy una vuelta más a los datos del paro y los enmarco en una realidad perversa vinculada a elementos sociales inamovibles como sindicatos por ejemplo. Al final del artículo me pregunto muchas cosas “¿Dónde queda el debate entorno a retrasar el pago de los IVAs hasta que se cobren las facturas? ¿Por qué nadie atiende al problema de los costes sociales que representan el 32% del sueldo de un empleado? ¿Por qué no se denuncia que contratar hoy en día está penado en términos fiscales? ¿Dónde piensan que puede terminar un proyecto de autoempleo si la financiación prevista se diluye en los despachos de las entidades bancarias en pre-quiebra? ¿Por qué no se ajustan los modelos de ayuda a emprendedores que aportan valor e ideas empresariales apartados de los de siempre? ¿Por qué nadie cambia una legislación de contratación pública que imposibilita que empresas pequeñas pero muy capaces puedan acceder al concurso que precisa de avales inasumibles, calificaciones imposibles y experiencias ridículas? ¿Por qué no se adoptan medidas? ¿Por qué los medios siguen anestesiados en su mayoría inoculados de veneno oficial? Y lo que es peor ¿Por qué aquí no se queja ni Dios?”

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¿OTRA BURBUJA PUNTOCOM?

Cada vez más gente se pregunta si estamos a las puertas de otra burbuja puntocom. Parece lógico que así lo piensen algunos. Atendiendo a los índices así lo parece. En los últimos doce meses el que refleja la situación de las empresas de tecnología de la información ha crecido más que el propio Nasdaq. El primero ronda el 32% y el segundo no llega al 28%. Por ejemplo, Google ha engordado un 57% e IBM un 50%. Incluso, lejos de Estados Unidos, vemos que Telefónica ha tenido un comportamiento reseñable, casi un 62% en doce meses. El Nasdaq ha subido el doble que el Standard & Poors y el triple del Dow Jones. ¿Es esto fiable? ¿Se refleja las expectativas de futuro de estas compañías en esas cifras?

Burbuja
Cada vez más gente se pregunta si estamos a las puertas de otra burbuja puntocom. Parece lógico que así lo piensen algunos. Atendiendo a los índices así lo parece. En los últimos doce meses el que refleja la situación de las empresas de tecnología de la información ha crecido más que el propio Nasdaq. El primero ronda el 32% y el segundo no llega al 28%. Por ejemplo, Google ha engordado un 57% e IBM un 50%. Incluso, lejos de Estados Unidos, vemos que Telefónica ha tenido un comportamiento reseñable, casi un 62% en doce meses. El Nasdaq ha subido el doble que el Standard & Poors y el triple del Dow Jones. ¿Es esto fiable? ¿Se refleja las expectativas de futuro de estas compañías en esas cifras? 

En el mercado ya se descuenta que la inversión en equipos se caerá un 11%, los contratos de externalización un 2% y, en definitiva, se prevé una caída contundente en el consumo que afectará a ventas y en beneficios. Sabemos que la irremediable parada técnica de la economía interferirá en un crecimiento económico mucho más lento y angustioso. En esos términos, las empresas vinculadas al consumo o al músculo financiero lo pasarán mal. Otras, las tecnológicas, parecen haber entrado en un escenario de bondad y fiabilidad. La mayoría no hacen más que subir en bolsa, de hecho, si consideramos los mínimos de marzo, el Nasdaq ha crecido un 70%, algo que no sucedía desde los albores del crash puntocom. 

En lo que llevamos de año la mayoría de compañías que cotizan en ese índice han doblado su valor. Es tal el optimismo en este sentido que ya han empezado a producirse los primeros gestos de inversión arriesgadamente imprevisible. Que Twitter haya pasado de valer unos hipotéticos 250 millones de dólares en febrero a 1000 millones ahora parece excesivo, no sólo porque no da un duro a sus gestores, sino porque, en estos momentos, aun no dispone de un modelo de negocio fiable, ni creíble. Lo mismo que Facebook que, una vez convertido en el site más visitado en los Estados Unidos incluso por encima de Google no ingresa ni una centésima parte que el buscador. 

Pero diferenciemos el análisis. Las empresas de TI están tomando posiciones para proveer servicios de cloud computing. Algo que es absolutamente estratégico. En tiempos en los que adelgazar la cuenta de gastos parece imprescindible es un buen camino adentrarse en el uso de diversos servicios informáticos que se encuentren en la nube. Un 20% de las empresas norteamericanas ya usan de modo fiable Google Docs. Un sistema de almacenaje remoto que lo tiene todo. Permite depositar, retocar y distribuir sin necesidad de casi nada, por no precisar no precisa ni de procesador de texto instalado en el ordenador. Es una opción que las grandes empresas están integrando. Van a disminuir los gastos en servicios vinculados a las empresas tecnológicas pero a su vez se incrementarán los que se asocian a este tipo de proveedores de externalización digital.

Entonces podemos decir que ¿se está gestando una nueva burbuja? Parece que hay unas empresas que no están impulsando esa posible especulación desmedida. Empresas tecnológicas que se adentran en la tecnología de la información y lo basan en un escenario futuro ligado al cloud computing. Empresas que han diseñado una acción financiera, económica y de valor industrial están trabajando para que no sea así. Pero hay otras creadas por chicos que no tuvieron, durante la gestación de esos proyectos, ningún planteamiento de negocio y que ahora charlotean como ideólogos de la economía digital. Son los creadores de proyectos de éxito y que tienen millones de “clientes” y que no ingresan un céntimo. Esos si que están inflando a todo pulmón ese globo que nos explotará a todos en la cara. La burbuja existente no es tanto puntocom o tecnológica sino dospuntoceriana. En ese sentido las empresas vinculadas a escenarios de redes sociales deben diseñar estrategias de base tecnológica alejadas de todo ese ruido ineficiente que se irá evaporando poco a poco. 

Ahora bien, debemos saber si es lógico que entre las 15 compañías más capitalizadas del planeta estén Microsoft, Apple y Google. La última, con poco más de una década de vida, vale más que British Petroleum, Walt Disney y McDonalds juntos. Parece que nadie duda del verdadero sentido del valor de Google, pero lo interesante es saber si el sector tecnológico está en situación de riesgo, de moda o es un futurible asegurado. Parece que algunas compañías han entendido que hay que hablar menos y actuar más. Si analizamos los movimientos de algunas compañías en los últimos 3 o 4 años, veremos que la aventura no empieza ahora, sino que lo hizo ya hace algunos años. 

La estrategia de las grandes compañías que pretenden salvarse de un hipotético varapalo bursátil no es casual. Aprendieron en su día de la burbuja puntocom de hace unos años. Les permitió entender que es preciso adelantarse a los acontecimientos. Los modelos de inversión y crecimiento de las compañías IBM, HP o Dell así lo demuestran. Todas ellas se lanzaron a la compra de otras empresas vinculadas a los servicios outsourcing. Adquirieron PWC, EDS y Perot Systems respectivamente a fin de dejar de ser fabricantes de hardware para mutar en proveedores de servicios para aquellos que no les quieran comprar sus productos a medio plazo. Buena estrategia la de copar una demanda posiblemente dual durante un tiempo de transición. 

Otras empresas que están siendo premiadas en los mercados, como Oracle también han cumplimentado una estrategia sofisticada que parece convencer a los inversores. Cuando compró Sun inició la carrera por devorar un mercado liderado por IBM: el de las soluciones integradas del tipo hardware, sistema operativo y base de datos. Todo su negocio futuro se sustenta en la voluntad de reinar también en la nube.

La sedimentación de burbujas es algo consustancial al mercado. Como ecosistema dinámico precisa de escenarios que le permitan refugiar inversores asustados. El inmobiliario, financiero y el que se vincula al consumo se muestran muy inestables y por el contrario el digital vinculado a la tecnología de la información sobretodo parece tener un largo recorrido por su apuesta decidida en los mercados emergentes. Pero esta vez puede que no sólo se esté sobre valorando a esas empresas sino todo lo contrario. El potencial de crecimiento de estas compañías parece exento a los escenarios cíclicos, monetarios, gubernamentales, etc.

Pero la supervivencia debe estar encajada en los mecanismos de siempre en cuanto a valoración de las compañías. Una empresa es viable si vende más de lo que compra. Es muy sencillo. Los modelos de negocio no pueden amontonarse en una orgía de hipótesis y futuribles, es necesario dar respuesta a corto plazo. A mi modo de ver hay dos elementos a tener en cuenta. Por un lado las empresas de base tecnológica que han establecido una estrategia de valor y que enlaza directamente con el cloud computing como escenario inmediato y los que, en esa nube, siguen posicionando unas compañías que no tienen un modelo de negocio factible y que se basan en el tráfico generado. 

Me gusta mirar la economía digital en tiempos de redes desde la perspectiva del economista de toda la vida. La batalla por el cloud computing, esencia real del asunto, ya ha empezado pero se volverá sangrienta a medida que las empresas vuelvan a invertir en este tipo de servicios. De momento es una toma de posiciones y la bolsa así lo ve. De hecho los inversores premiaron a Google el día que Microsoft presentó Windows 7, lo que parece una contradicción. 

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Marc Vidal Marc Vidal

ALGO ESTA A PUNTO DE PASAR

Cómo sabéis llevo algún tiempo hablando de que vivimos una especie de burbuja 2.0. Por eso hace unos días la web de Cink advierte de que algo está a punto de pasar en las redes sociales. Vivimos tiempos en los que el abuso de estos entornos está generando los primeros malentendidos graves y las primeras desilusiones evidentes. Es cierto que todos estamos aprendiendo, y que el futuro de los escenarios sociales están siendo escrutados desde hace más bien poco, pero también podemos llegar a algunas conclusiones. No todo el mundo debe estar en las redes sociales, tal vez no sólo. Cink ha descubierto que las estrategias digitales del futuro se alejarán de la metafísica y de la retórica y exigirán, lo necesitan ya, de un trabajo completo y más global capaz de sintetizar lo digital con lo analógico. Se precisa “estrategia en redes”.

Cómo sabéis llevo algún tiempo hablando de que vivimos una especie de burbuja 2.0. Por eso hace unos días la web de Cink advierte de que algo está a punto de pasar en las redes sociales. Vivimos tiempos en los que el abuso de estos entornos está generando los primeros malentendidos graves y las primeras desilusiones evidentes. Es cierto que todos estamos aprendiendo, y que el futuro de los escenarios sociales están siendo escrutados desde hace más bien poco, pero también podemos llegar a algunas conclusiones. No todo el mundo debe estar en las redes sociales, tal vez no sólo. Cink ha descubierto que las estrategias digitales del futuro se alejarán de la metafísica y de la retórica y exigirán, lo necesitan ya, de un trabajo completo y más global capaz de sintetizar lo digital con lo analógico. Se precisa “estrategia en redes”.

Ahora bien, esa “estrategia en redes” no puede ser exclusivamente un figurante digital. Se precisa algo más que la famosa “conversación”, mucho más que la manida “interactividad”, se necesita “contribución real y física”. Durante el último año Cink ha  investigado, ejecutado y comprobado todos estos efectos. De hecho, los principales proyectos en los que nos encontramos actualmente responden a aplicaciones sobre relaciones complejas en un contexto de “tiempo de redes” o, lo que nosotros llamamos, “tiempos de economía en red” donde Internet y sus diferentes versiones no son más que un territorio complementario, importante, pero no exclusivo.

Pronto, Cink presentará algo nuevo. Más escucha y procesos de “read the red”. Menos listas de contactos y más conexiones reales. Cuando nacimos, ya fuimos noticia. Durante algún tiempo, algunos creyeron identificar a Cink con lo que no era. Meses después, la razón está de nuestra parte. Paquetizar acciones en las redes sociales no fue más que un modelo de gestión muy alejado de lo que se dijo con respecto de si era un modelo de negocio. Centenares de empresas están en las redes sociales por su propio pie, nosotros las empujamos en su día a ello gracias a esos primeros packs. Fue como una autoescuela 2.0, una especie de IKEA del dospuntocerismo. 

Ahora toca dar un nuevo paso. Esto va muy rápido y el que no se suba perderá el tren. Es por eso que, en Cink, seguimos pensando que no hay fronteras. Estimular entornos digitales y enlazarlos con la dinamización territorial exige de un método que surge del conocimiento adquirido en la elaboración de esos packs y de los primeros proyectos de transformación del propio entorno. Ahora somos capaces de incentivar el uso de todo tipo de herramientas digitales, sociales e interactivas, no tan solo por nosotros, sino por nuestros propios clientes.

Ahora inoculamos conocimiento en las empresas, organizaciones y administraciones públicas que nos contratan. Es por ello que tenemos la posibilidad de detectar muy de cerca los cambios que se producen en estos escenarios. Por eso sabemos que algo va a pasar; que algo nuevo está a punto de llegar: que las redes sociales y los entornos 2.0 poco o nada tendrán que ver con los que hasta el momento había.

Ante esto podemos hacer 2 cosas. Mirar hacia otro lado, seguir con el discurso abrazado al Power Point de siempre, repleto de enlaces de otros y hacer como que no pasa nada, o afrontar el reto y subirnos al tren de la vanguardia. Nuestra empresa se ha decidido a dar un nuevo salto. Nuestros trabajadores y, sobre todo, nuestros clientes, así nos lo piden. Sabemos que algo está a punto de pasar y, cuando pase y dónde pase, ahí estará Cink. Próximamente en esta misma pantalla.

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Marc Vidal Marc Vidal

CONSUMO Y OCUPACION

Hace poco, en una conferencia que ofrecí en una universidad andaluza dije que al que me acusara de pesimista lo acribillaba a ideas. Traducir los entrelineados de la información económica y descubrir que se nos ocultan cosas no es hacer lecturas interesadas de la realidad buscando malas noticias sino todo lo contrario, es el método que utilizo para aportar ideas realistas acerca de cómo salir de todo esto. Está claro que quedarnos en el pesimismo no ayudará a una recuperación que aun tardará mucho en llegar, pero lo ilusorio y la mentira sistemática en color pastel ayuda mucho menos.

Globo Hace poco, en una conferencia que ofrecí en una universidad andaluza dije que al que me acusara de pesimista lo acribillaba a ideas. Traducir los entrelineados de la información económica y descubrir que se nos ocultan cosas no es hacer lecturas interesadas de la realidad buscando malas noticias sino todo lo contrario, es el método que utilizo para aportar ideas realistas acerca de cómo salir de todo esto. Está claro que quedarnos en el pesimismo no ayudará a una recuperación que aun tardará mucho en llegar, pero lo ilusorio y la mentira sistemática en color pastel ayuda mucho menos.

La economía de nuestro país debe reforzar su industria y sus exportaciones pero nada hace presagiar que eso pueda pasar en los próximos años. No puede ser que se pretenda seguir basando el modelo de creación de empleo en los servicios y la construcción. Por eso es determinante que todos los que emprendemos jugándonos nuestro patrimonio creando ocupación, sepamos hasta que punto las ayudas del gobierno a la industria se canalizan adecuadamente y llegan a las empresas para crear empleo e impulsar un consumo sostenible.

Ingentes cantidades de dinero para obras menores municipales o para subvencionar la fabricación de un coche no aportan valor estructural sino empleo puntual y, lo que es peor, no me garantiza como emprendedor que mi esfuerzo esté siendo valorado y protegido. La verdad es que las decisiones de nuestros gobernantes son erráticas y preocupan por la improvisación que reflejan. El hombre que negó la crisis y sus repercusiones durante dos años es quien debe sacarnos de ella. Parece difícil que eso pueda pasar y además la historia juzgará en su medida a quien, por esa irresponsabilidad, provocó que nuestro drama fuera mucho mayor del que nos tocaba en realidad. Por cierto la historia juzgará también a su oposición por ser incapaz de ofrecer nada al respecto y apuntarse a la evidencia en lugar de haberse adelantado en su día.

Por eso, y en ese sentido, lo importante no es saber cuando saldremos de la crisis sino de que modo. Debemos intentar sobrevivir en el momento que la tormenta nos arrecie con más fuerza, pero también es nuestra obligación empezar a pensar en cuando todo esto amaine. Esperar que nuestros gobernantes tengan en consideración algunas premisas básicas y estratégicas es cuanto me preocupa ahora.

Resumiendo son dos aspectos muy generales que me quitan el poco sueño que suelo tener. Es preciso evitar errores como no tomar medidas contra el paro a medio y largo plazo y sólo acudir a la gestación de empleo temporal y de poca continuidad atendiendo a un interés por acentuar el consumo rápido. Ninguna sociedad puede tener progreso y equilibrio cuando cuenta con nuestras tasas de desempleo. Y en segundo término, y en contraposición al pensamiento general que determina una ecuación simple en la que a más ocupación más consumo y a más consumo mayor liquidez como elemento crucial para salir de la crisis, nos podemos encontrar con un problema inesperado de falta de consumo aunque mejore la economía.

Los consumidores, por norma, se entregan a ciclos largos de gasto que van seguidos de otros periodos también largos de ahorro en los que reposan. Tras quince años de consumo enloquecido, los españoles están saciados, lo que explicaría la anorexia económica y su deflación derivada. El consumidor se ha vuelto oportunista y sabe que esperando, obtendrá la mercancía a un precio mucho más asequible. Si bien ahora hablamos de crisis de financiación, no podría ser que si volviera a hacerse posible el crédito con mayor flexibilidad, ¿el consumo ya no volvería a ser como antes?

En cualquiera de los casos será imprescindible que en las fases de gasto futuras, los consumidores dejen de utilizar el crecimiento de valor de su riqueza inmovilizada para conseguir endeudarse más como una alternativa al ahorro. Algo que siempre funcionó de un modo poco convencional puede ser toxico para una fase de recuperación aun lejana.

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Marc Vidal Marc Vidal

HACE ALGUN TIEMPO (II)

Hace exactamente dos años escribí que la burbuja inmobiliaria había reventado definitivamente, pocos días después Carmen Chacón negaba la existencia de la burbuja que al final le estalló en toda la cara. Un año después hablé del verdadero peso del sector inmobiliario en el PIB español que nada tenía que ver con lo que nos decían y que bien se está demostrando como la dependencia encadenada de un conjunto de subsectores ha sido mucho mayor del previsto. En aquel preciso momento todavía había quien se atrevía a poner en duda la que se nos avecinaba. En concreto Ángel Gurría, Secretario general de la OCDE, decía que en España “el ‘boom’ inmobiliario estaba pasando a un aterrizaje mucho más suave que en otros sitios” porque no había “burbuja” especulativa. Estos repasos los hago más por diversión que por otra cosa pero funciona bien como analgésico y proporciona un nutritivo valor comparativo sobre esos que ahora se apuntan a los carros del “yo ya lo dije” cuando dijeron todo lo contrario.

Hace exactamente dos años escribí que la burbuja inmobiliaria había reventado definitivamente, pocos días después Carmen Chacón negaba la existencia de la burbuja que al final le estalló en toda la cara. Un año después hablé del verdadero peso del sector inmobiliario en el PIB español que nada tenía que ver con lo que nos decían y que bien se está demostrando como la dependencia encadenada de un conjunto de subsectores ha sido mucho mayor del previsto. En aquel preciso momento todavía había quien se atrevía a poner en duda la que se nos avecinaba.Estos repasos los hago más por diversión que por otra cosa pero funciona bien como analgésico y proporciona un nutritivo valor comparativo sobre esos que ahora se apuntan a los carros del “yo ya lo dije”. Y por cierto, dejadme abusar de la confianza. Si consideráis que este es merecedor de un Euro Blog Awards 2009, sólo tenéis que enlazar con esta dirección, tener cuenta en facebook y votar. Después de conocer que la hipotética mesa económica que debía haber habido en Canarias este fin de semana y en la que algún dirigente de una caja isleña, el saliente secretario de estado Vegara y un servidor deberíamos haber debatido sobre la economía y las redes sociales como espacio de libertad y análisis, no se va a llevar a cabo vete tú a saber el porqué, estaría bien dar un toque de atención con esta bitácora en un certamen europeo como el citado. En todo caso, gracias.

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Marc Vidal Marc Vidal

HACE ALGUN TIEMPO (I)

Hace dos años, las noticias que hacían referencia a la economía española, adulaban nuestro sistema económico. Sucedía mientras que aquí hablábamos del final de un ciclo y de un saqueo sin precedentes. El año pasado Solbes aseguraba que el gobierno debía hacer más viviendas, mientras que en este blog se advertía que estábamos ante una hemorragia inmobiliaria. Incluso la LEAP enlazó ese post en su informe y abrió las puertas a mi colaboración. De meteduras de pata todos tenemos alguna sonada pero hoy vamos a recordar aquella de Pedro Solbes el 31 de julio de 2007 que sentenciaba “que el sector de la construcción continuará adelante y que no hay motivos para temer un pinchazo brusco de la llamada burbuja inmobiliaria”.

Hace dos años, las noticias que hacían referencia a la economía española, adulaban nuestro sistema económico. Sucedía mientras que aquí hablábamos del final de un ciclo y de un saqueo sin precedentes. El año pasado Solbes aseguraba que el gobierno debía hacer más viviendas, mientras que en este blog se advertía que estábamos ante una hemorragia inmobiliaria. Incluso la LEAP enlazó ese post en su informe y abrió las puertas a mi colaboración. De meteduras de pata todos tenemos alguna sonada pero hoy vamos a recordar aquella de Pedro Solbes el 31 de julio de 2007 que sentenciabaque el sector de la construcción continuará adelante y que no hay motivos para temer un pinchazo brusco de la llamada burbuja inmobiliaria”.

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Marc Vidal Marc Vidal

INSOLVENCIA Y QUIEBRA

Leo en burbuja.info la referencia a un artículo que publiqué acerca de la situación compleja del Banco Sabadell. En concreto se cita ese post como posible fuente utilizada por un tertuliano en una televisión vasca asegurando que ese banco está en quiebra. El personaje en cuestión es, y cito textual, “un tal Jose Gurrea, ginecólogo, simpatizante del PP y ex-comunista”. Obviamente desconozco quien es. Tampoco tengo conocimiento que se base en algo escrito por mí, aunque está claro que, si así fuera, no entendió nada. Hay mucho opinador analógico y tradicional que a partir de lo que leen en los blogs conforman teorías económicas poco complejas y basadas en la inmediatez. Como sabéis, últimamente convivo con tertulianos y periodistas de todo tipo, entre ellos algunos de esta especie que se muestran capaces de sostener conceptualizaciones económicas a partir de lecturas en diagonal de diversos agregadores de blogs. La verdad es que no hacen nada delictivo, lo que me molesta es que la mayoría son los mismos que hace tan solo unos meses, acusaban esas fuentes que ahora les nutren de fundamentalistas del Apocalipsis.

Leo en burbuja.info la referencia a un artículo que publiqué acerca de la situación compleja del Banco Sabadell. En concreto se cita ese post como posible fuente utilizada por un tertuliano en una televisión vasca asegurando que ese banco está en quiebra. El personaje en cuestión es, y cito textual, “un tal Jose Gurrea, ginecólogo, simpatizante del PP y ex-comunista”. Obviamente desconozco quien es. Tampoco tengo conocimiento que se base en algo escrito por mí, aunque está claro que, si así fuera, no entendió nada. Hay mucho opinador analógico y tradicional que a partir de lo que leen en los blogs conforman teorías económicas poco complejas y basadas en la inmediatez. Como sabéis, últimamente convivo con tertulianos y periodistas de todo tipo, entre ellos algunos de esta especie que se muestran capaces de sostener conceptualizaciones económicas a partir de lecturas en diagonal de diversos agregadores de blogs. La verdad es que no hacen nada delictivo, lo que me molesta es que la mayoría son los mismos que hace tan solo unos meses, acusaban esas fuentes que ahora les nutren de fundamentalistas del Apocalipsis.

Repito lo del banco de Sabadell para que quede claro. Yo dije que “todas las operaciones de soporte evidenciadas por los agentes propios han acabado mal. La historia de la bolsa y de la economía está llena de apalancamientos domésticos que han llevado a la quiebra a quien los ejecutó”, pero es obvio que para afirmar que el Sabadell está en quiebra hay que aportar datos. Yo hablé de insolvencia a medio plazo, lo que es muy distinto de la suspensión de activos o quiebra técnica.

La insolvencia se presenta cuando el pasivo es superior al activo pero, en realidad,  el estado de cesación de pagos está relacionado con la imposibilidad de hacer frente con medios ordinarios a las obligaciones vencidas, lo que evidentemente no es descabellado asumir como posibilidad en aquellas entidades que están gastando sus fondos para adquirir autocartera de un modo desorbitado. En términos contables habría que relacionarlo con una imposibilidad de hacer frente al pasivo corriente con el activo corriente, es decir, la insolvencia se da cuando no hay ingresos normales para pagar las deudas o en la retirada de fondos. Digamos que un banco se puede encontrar en el estado de cesación de pagos cuando ejecutan una opción de malvender bienes, acciones o mantener valores para afrontar sus obligaciones o no perjudicar el valor patrimonial de la entidad.

Pero, al señor de la tertulia vasca eso le pilla lejos. La quiebra es otra cosa. Ya que ésta tiene por finalidad liquidar el activo del deudor y pagarle a reparto a todos sus acreedores.  Con el mecanismo de la quiebra se lo separa al deudor de la administración, interviene un síndico, vende todo el activo que tiene y le paga a los acreedores en forma proporcional y a todos de una manera similar. Un banco en quiebra debe ser ejecutado por la autoridad del Banco de España y afrontar sus garantías del Fondo Nacional así como todas las disposiciones que la normativa en intervenciones bancarias aporta. Ahora bien, tanto en una intervención por insolvencia como en una quiebra los clientes y acreedores tienen que cumplir con mecanismos similares para poder ingresar al procedimiento que hay que seguir y, de esa manera, también para tener alguna posibilidad de pago de sus deudas y recibir sus depósitos según sea el papel de cada uno.

El Sabadell no está en situación de quiebra ni, de momento, insolvencia. Su operativa de compra de autocartera es poco saludable pero puede mantener el tipo medio año más, pasado este tiempo, deberá de volver a ser atractivo su valor para inversores o su ratio de posicionamiento en el tiro de activo con respecto al de valor puede ponerle en la franja de la insolvencia técnica. Tenemos claro que la quiebra es otra historia, pero sabemos que en el pasado fue una realidad siniestra en otras entidades que se quedaron atrapadas en la compra de autocartera sin estrategia de salida. Ahora bien, recuerden que en España, ese país modelo internacional de gestión financiera y de pulcritud bancaria tiene cuatro cajas menores en situación de insolvencia manifiesta, dos medianas rozando ese riesgo y otra en quiebra técnica. El fondo de Garantía de depósitos no soportará esa presión si no se inyecta más liquidez al sistema y, en consecuencia, todos pagamos la fiesta. Pinta mal, pero hay opciones de salir del atolladero financiero si se reacciona, el problema es que todas las reacciones están aplicándose en el sentido opuesto al correcto.

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Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal

Fin del Ciclo Expansivo

Una gran bola de mierda se acerca desde el horizonte. Lo hace sin remedio y a un ritmo uniforme. No tengo ninguna intención de asustar ni de ser catastrofista pero los ciclos económicos siguen existiendo y en este país los dos últimos acabaron en recesión, paro y crisis. A finales de 1992 y principios de 1993, en la que el PIB llegó a caer durante cuatro trimestres seguidos más de un 3% acumulado, la tasa de paro aumentó de un modo desconocido hasta la fecha. El crecimiento económico gira entorno a los conocidos “ciclos de los negocios”, que de acuerdo a la certeza histórica sabemos que suelen durar un decenio. 

Una gran bola de mierda se acerca desde el horizonte. Lo hace sin remedio y a un ritmo uniforme. No tengo ninguna intención de asustar ni de ser catastrofista pero los ciclos económicos siguen existiendo y en este país los dos últimos acabaron en recesión, paro y crisis. A finales de 1992 y principios de 1993, en la que el PIB llegó a caer durante cuatro trimestres seguidos más de un 3% acumulado, la tasa de paro aumentó de un modo desconocido hasta la fecha. El crecimiento económico gira entorno a los conocidos “ciclos de los negocios”, que de acuerdo a la certeza histórica sabemos que suelen durar un decenio.

España sufrió una pequeña recesión en 1981 y otra más grave en 1992-93. La economía española lleva 14 años de crecimiento ininterrumpido con tasas superiores a la media europea. El actual ciclo expansivo se inicio a finales de 1993 ante las crecientes perspectivas de entrada de España en la Unión Monetaria que provocaron que los tipos de interés cayeran rápidamente. La clasificación crediticia española alcanzó la triple A aumentando la confianza en la económica española. La caída de tipos del 13,3% al 3,0 % desató un tsunami inversor inmobiliario por parte de familias y pequeños ahorradores. El aumento de demanda, aceleró la construcción y esta incorporó al mundo laboral a casi un millón de personas y entre todos agigantaron el consumo y las importaciones.

Es preciso definir con corrección los elementos que acercan a nuestro país a una situación límite. La burbuja inmobiliaria ha sido animada en la creciente demanda de vivienda por parte de europeos, inmigrantes y pequeños inversores que, con sus sociedades patrimoniales de juguete, pretenden adquirir cinco o seis pisos para poder vivir de la renta por alquiler algún día. Derivada de esa burbuja hay otra en el sector de la construcción que supone el 17 % del PIB en términos reales. El 20% de los empleos creados en los últimos diez años en España, que a su vez son el 33% del que se ha creado en la UE de los 15, proceden de la construcción. Esas dos burbujas han hecho que emergiera otra mucho peor y que aun es prácticamente invisible: la burbuja económica.

La fuerte demanda de empleo funcionó como un imán para la mano de obra inmigrante que acudió masivamente dando un empuje al consumo y al propio mercado inmobiliario. En general podemos decir que España ha tenido un periodo larguísimo de crecimiento ininterrumpido gracias a la globalización, en sentido financiero (dinero barato) y también en sentido real (inmigración creciente), lo que le ha permitido compensar el impacto negativo de los precios del crudo y de la competencia internacional. El efecto se traduce ya en una economía recalentada, con una inflación superior a la media europea y por una pérdida de competitividad. La economía española es próspera pero su crecimiento es desequilibrado y poco eficiente. La dependencia en los tipos de interés debilita la capacidad de consumo y el parón inmobiliario por el sobre-stock es ya un hecho absolutamente demostrable. España dependerá de que la zona euro recupere su dinamismo y crecimiento en los próximos dos años para poder aguantar el choque de una cadena de acontecimientos que ya ha empezado.

En primer lugar, la burbuja inmobiliaria seguirá desinflándose gradualmente dejado de crecer y posteriormente descendiendo. Como reacción a esa caída de valor, el número de viviendas se reducirá, cosa que ya ha empezado a pasar según los colegios de Arquitectos que durante este último trimestre han notado un descenso de visados. Esa reducción de viviendas nuevas en construcción provocará una caída en la demanda de empleo en la construcción y un alza en el paro. Carpinteros, electricistas, comerciales, arquitectos, aparejadores, yeseros y en definitiva todos los profesionales relacionados con el mundo inmobiliario vivirán su peor momento desde hace mucho tiempo. Teniendo en cuenta que el peso de este sector es brutal, la demanda en consumo también se verá afectada. La eliminación de ricos virtuales se representará con el descenso de la venta de coches, viajes y elementos de consumo muy variados. El coste de los créditos hipotecarios tocará franjas desconocidas por los nuevos propietarios que se verán obligados a sacrificar parte del consumo corriente para poder hacerle frente.

Al reducirse el consumo y al aumentar el coste del dinero las compañías ralentizarán sus inversiones en espera del próximo ciclo expansivo con lo que su demanda de empleo bajará. Esta situación desembocará en un crecimiento negativo del PIB que alcanzará su punto más profundo a finales de 2009 o principios de 2010. Que sea más o menos dramático depende de la política. Esa desaceleración cíclica podría pasar simplemente por ser un período de bajo crecimiento, si la caída de la construcción se compensa con obra pública y si el superávit presupuestario supera el 1% del PIB, si se incentivan los nuevos campos de gestión industrial y, como se hizo en EUA, si se convierten en empresarios, autónomos o pymes, a esos miles de inmigrantes jóvenes que ahora son mano de obra barata,  para que encuentren alternativas a la perdida de empleo que sufrirán en la construcción fundamentalmente. En definitiva, que esa enorme bola de mierda nos aplaste depende de nuestros gestores públicos en gran medida. ¡Qué miedo!

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