Desde ayer es oficial que en España hay más de cinco millones de demandantes de empleo. Concretamente 5.051.441. Sin embargo la prensa teletipófaga transcribió la nota del propio gobierno sin darle demasiadas vueltas al tema. Las cifras volvieron a publicarse sin análisis y, salvo honrosas excepciones, la mayoría adoptó como cifra válida esos 3.629.080 parados. Los que sabemos que la credibilidad del INEM es nula, pues basa sus datos en un método de descuento diseñado por políticos, tenemos claro que la cifra más adoptable sería la que publica EUROSTAT.
No obstante, tomemos la cifra que tomemos, el asunto no es aritmético, ni tiene que ver con quienes se inscriben en las listas de demanda de empleo ahora mismo sino en la que se avecina. Se aproxima un dramático escenario de paro y parálisis motivado por la imposibilidad de fabricar empleo robusto y concreto. Los acontecimientos responderán a dos factores que pocos incorporaron en sus informes de ayer. Por un lado los EREs que no computan en estos réditos y por otro el vencimiento del dichoso Plan E.
- Los ERE’s están creciendo a una velocidad espectacular. La última cifra registrada de finales de junio sobre afectados por un ERE hablaba ya de 350.000 y su crecimiento roza las 50.000 al mes. A este ritmo más de medio millón de personas estarán sin empleo y afectados por un expediente de regulación a final de año.
- Cunado pinche la burbuja laboral el aumento será exponencial. Los contratos originados por el Plan E alcanzaron los 400.000 según cifras del gobierno. El 1 de enero de 2010 todos ellos regresarán al paro puesto que esos contratos eran temporales y caducan a 31 de diciembre.
Si la destrucción de empleo mantiene este ritmo de entre 70.000 y 80.000 puestos de trabajo mensual, si se le suman la cascada de parados proveniente del Plan E y los EREs que no revertirán en ocupación, en marzo de 2010 estaremos en un escenario siniestro. Nos soplarán las siguientes cifras según la fuente: para el gobierno tendremos unos 4 millones, para la EPA 4,8 millones y para EUROSTAT 5,1. La verdad siempre será más cruda y los demandantes de empleo alcanzarán los 6 millones. Todo esto me recuerda la tonadilla esa que suena en un anuncio de IKEA que, atendiendo a los tiempos que corren, habla de que donde hasta ahora había “una república independiente de tu casa” ahora hay que ajustar espacios. Una metáfora curiosa. Se ha pasado de “redecorar tu vida” en un ejercicio de consumo estético a un “donde caben dos caben tres” que muestra un consumo eficiente. Seguramente se han inspirado en esas nuevas estrecheces que viven algunas familias que reciben abochornados a hijos y nueras mileuristas que se fueron sobrehipotecados a un piso con piscina y campo de golf y que ahora vuelven embargados, en el paro y con un montón de palitos con números dentro de una bolsa gigante.
Ahora bien, quisiera acabar haciendo referencia a lo publicado ayer por el INEM. Es absolutamente bochornoso que alguien piense que nos creemos la existencia de un millón de personas que no pueden ser consideradas como parados por su incapacidad formal para trabajar. Aplicando ese filtro novecientos mil y pico parados en toda regla pasan a ser los famosos “en formación”. A parte de una falta de decoro brutal, es humillante. Sobre todo porque cuando se aplique la corrección de los datos objetivos, las cifras regresarán a la cruda realidad. Una realidad fácilmente perceptible paseando por cualquier capital española minutos después de que los supermercados depositen a pie de calle los excedentes de alimentos caducados.