La UE pretende espiar todos tus mensajes privados

Ayer, mientras el mundo estaba pendiente de no sabemos qué, en Bruselas se reunía el Comité de Representantes Permanente del Consejo de Europa. El motivo, reabrir el asunto de controlar los mensajes privados de los europeos. Has oído bien. Ningún partido político ha dicho ni . Tengo constancia personal que un eurodiputado español está presionando para averiguar que leches se discutió allí. 

No obstante, te adelanto cual es el asunto. La Unión Europea reabrirá el debate sobre el llamado "chat control", una medida propuesta en 2022 para combatir el abuso sexual infantil en línea mediante la vigilancia automatizada de las comunicaciones privadas. El Consejo de la UE ha retomado esta discusión en septiembre de 2024, tras varios intentos fallidos, incluido el de julio de este mismo año.

Aunque la propuesta se presenta como una medida para proteger a los menores, las preocupaciones sobre la privacidad y la posible vigilancia masiva no han dejado de surgir. Una de las principales críticas es la posibilidad de que esta ley comprometa el cifrado de extremo a extremo en las plataformas de mensajería, lo que podría permitir el acceso a comunicaciones privadas sin consentimiento, violando así derechos fundamentales.

Las plataformas tecnológicas que no se adhieran a estas medidas podrían enfrentarse a restricciones. Mientras algunas, como Whatsapp, Instagram y Facebook, probablemente colaboren, otras, como Telegram o 𝕏 (anteriormente Twitter), podrían resistirse y, en consecuencia, ser bloqueadas en la región. Esta tendencia recuerda a lo ocurrido en Brasil, donde plataformas que no cumplieron con las regulaciones locales enfrentaron sanciones similares.

Mientras la Unión Europea debate cómo equilibrar la protección de los menores con los derechos de privacidad, California ha dado un paso más hacia la regulación de la información digital con la aprobación de la "Ley de Defensa de la Democracia contra el Engaño de Deepfakes de 2024". Esta legislación pretende limitar el uso de IA para crear contenido engañoso, particularmente en relación con las elecciones. Aunque, en teoría, parece una medida razonable para evitar la desinformación, la ley también genera dudas sobre los límites de la libertad de expresión.

El desafío principal radica en definir qué se considera "engañoso" o "probablemente engañoso". La ambigüedad en estos términos podría permitir la censura de contenido humorístico o satírico, como los memes políticos, que han jugado un papel crucial en la cultura digital. Este tipo de censura, aunque diferente en su enfoque, refleja las preocupaciones en torno al "chat control" de la UE, ya que ambas iniciativas buscan regular el contenido digital bajo la premisa de proteger a la sociedad.

La expansión de las medidas de vigilancia no es exclusiva de la UE o Estados Unidos. En el Reino Unido, el gobierno ha reintroducido el controvertido registro de "incidentes de odio no delictivos" (NCHI), una práctica que había sido reducida por el anterior gobierno conservador. Estos registros incluyen comportamientos que no son ilegales, pero que se consideran potencialmente ofensivos o perturbadores, lo que genera un debate sobre la posible invasión de la libertad de expresión.

Durante los primeros seis meses de 2024, se registraron 12.340 de estos incidentes, según la organización Big Brother Watch. Algunos casos documentados son tan triviales como niños dibujando con tiza en la acera, lo que plantea interrogantes sobre el alcance de la vigilancia en el país. Este aumento en el control del discurso también se refleja en la expansión del regulador de comunicaciones del 🇬🇧 Reino Unido, Ofcom. Con la nueva Ley de Seguridad en Línea, Ofcom ha incrementado su plantilla en un 20% para hacer cumplir regulaciones más estrictas en torno a la "desinformación dañina". Si bien el objetivo es combatir la propagación de información errónea, muchos temen que estas medidas puedan ser utilizadas para restringir el discurso legítimo bajo criterios subjetivos.

El control del discurso en línea no se limita a medidas legislativas. El arresto de Pavel Durov, fundador de Telegram, en agosto de 2024 en 🇫🇷 Francia es un recordatorio de que el control sobre la libertad de expresión en las redes sociales puede tomar formas más directas y coercitivas. Durov fue detenido por presuntas fallas en la moderación de contenido en su plataforma, lo que resalta cómo los gobiernos están incrementando la presión sobre las plataformas tecnológicas que no colaboran con sus políticas de control.

Telegram ha sido una de las pocas plataformas que ha resistido la presión gubernamental para implementar medidas de vigilancia masiva. Sin embargo, como muestra el caso de Durov, los gobiernos están dispuestos a utilizar todas las herramientas a su disposición, desde sanciones hasta arrestos, para obligar a las plataformas a cumplir con sus demandas.

La censura global: Un fenómeno interconectado

El caso de Durov no es único. Desde 🇧🇷 Brasil hasta 🇮🇪 Irlanda, pasando por 🇷🇺 Rusia y 🇻🇪 Venezuela, muchos gobiernos están implementando medidas para regular y censurar el contenido en línea. 🇧🇷 Brasil, por ejemplo, ha expulsado a plataformas como 𝕏 del país por no cumplir con sus regulaciones, mientras que en 🇮🇪 Irlanda se han propuesto leyes que podrían limitar el uso de memes malintencionados. En 🇷🇺 Rusia, las medidas de censura se han intensificado desde que se prohibieron Facebook, Instagram y Twitter en marzo de 2024, y se han expandido para incluir otras plataformas.

Este patrón se repite en países como 🇦🇺 Australia, donde el gobierno ha obligado a plataformas a eliminar contenido que considere peligroso o engañoso, y en 🇨🇦 Canadá, donde se están proponiendo leyes que podrían censurar el contenido humorístico en línea bajo la premisa de combatir la desinformación. La censura de memes, en particular, ha sido un foco de atención en muchos países. 🇩🇪 Alemania ha impuesto multas a personas por compartir memes políticos ofensivos, mientras que 🇯🇵 Japón ha comenzado a sancionar la creación de memes difamatorios. Este tipo de regulaciones, aunque diferentes en su alcance, comparten un objetivo común: controlar el discurso digital y limitar la libertad de expresión bajo la premisa de proteger a la sociedad.

Estamos ante un panorama global preocupante. El aumento del control social a través de la vigilancia y la censura digital es un fenómeno global. Aunque las justificaciones varían —desde la protección de los menores en 🇪🇺 la UE hasta la defensa de la democracia en 🇺🇸 California— el resultado es el mismo: una erosión gradual de la privacidad y la libertad de expresión. 

La interconexión entre estas medidas, como el "chat control" en Europa, la ley de IA en California y la reintroducción de los NCHI en el Reino Unido, muestra cómo los gobiernos están adoptando un enfoque más agresivo hacia la regulación del discurso en línea. Esto es muy grave. No va de impuestos, ya los subirán. No va de dependencia, ya llegará. Va de libertad individual. Las excusas son razonables, el objetivo no. 

¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra privacidad y libertad de expresión en nombre de una hipotética seguridad? ¿Estamos dispuestos a aceptar que los delitos ahora solo se pueden perseguir vigilando a todo el mundo? ¿Es razonable que por una minoría que comete delitos, todos seamos agredidos en nuestra intimidad? ¿Estás dispuesto a aceptar ese mundo? La respuestas a estas preguntas determinarán el futuro de nuestras libertades civiles en la era digital.

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