Cuando acelerar es mucho más que ir más rápido
Hace unas semanas el Diario Expansión publicó el ranking de las principales operadoras en cuanto a inversión en capital riesgo se habían producido en 2014. En la sección dedicada al Venture Capital, Conector Accelerator Startup, encabezaba la lista. No era un hecho casual. En menos de dos años, los fundadores del proyecto, encabezados por Carlos Blanco y Elizabeth Martínez, hemos trabajado duro. Los fundadores que se sumaron desde el principio, Gerard Olivé, Marc Ros, Miguel Vicente, Risto Mejide, Xavier Verdaguer y yo mismo, hemos trabajado duro en este tiempo, como realmente se merece algo tan apasionante. Pero la clave del éxito está siendo el grado de comprensión e implicación del casi centenar de mentores de los que dispone nuestro proyecto.
Mentores que entendieron rápidamente que Conector pretendía era ser algo más que una aceleradora y dónde el valor del ‘mentoring’ a aportar iba mucho más lejos de aportar financiación, espacio físico o una serie de charlas puntuales. En Conector las cosas pasan y pasan porque hay vinculación absoluta, gestión de equipo y valor añadido. Todo hasta el punto exacto en que, cada uno de los mentores y en cada una de las startups que ‘ayudan’, alcanzan una simbiosis que las hace parte de las mismas. No es enseñar, no es sólo dar lecciones de experimentados emprendedores, no, es también entrar en el asunto, ser parte, implicarse incluso societariamente en la startup, dando un patrón tremendamente nutritivo a lo que cada día pasa en las instalaciones de este sueño colectivo.
En Conector elegimos los proyectos que enlazan con una manera de ser y un patrón determinado de enfocar el hecho emprendedor. Creemos que si colectivamente retiramos algunas barreras mentales que rodean a la ‘vieja economía’ cambiará incluso la manera de pensar de las personas y sus relaciones con la realidad económica, política y social. Ciudades más modernas, tecnológicas y digitales serán también más plurales, eficientes y competitivas. En Barcelona, en Madrid o allá donde empezamos a expandirnos. Los emprendedores digitales son los estimulantes de ese nuevo rumbo, los dinamizadores del proceso. Su hoja de ruta se define por objetivos, por retos y por sueños, pero hacerlo de un modo actual es fundamental. En Conector mostramos como hacerlo y nos implicamos en el camino a recorrer. No siempre delante, eso es tarea del equipo emprendedor, pero siempre soportando y sufriendo con ellos, el peso de todo cuanto se necesita en ese viaje.
Recientemente Conector ha ultimado el acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para ir al Edificio MediaTIC donde se ubicará Conector Mobile y Conector Growth. Dos nuevos ‘spin off’ que se suman al Conector Games Madrid que ya está en pleno funcionamiento en las oficinas de R.Franco. En breve también, esperamos tener definida la ubicación de Conector Madrid.
Durante este año y el que viene se van a preparar los programas de aceleración en México, Colombia e Irlanda. Una muestra de que crear ecosistemas con el mismo modelo al que ya está resultando en Barcelona y Madrid pueden ser exportables y retroalimentarse entre si. El sueño sigue creciendo.
Publicaba la prensa recientemente que ‘el sector de las start-ups tecnológicas se mueve. Las aceleradoras de empresas son una de las mejores opciones que tienen los emprendedores para impulsar sus negocios, y el éxito de algunos proyectos ha llevado a Conector a replicar el modelo de negocio no solo en Madrid con aceleradoras sectoriales, sino también en México, Colombia e Irlanda, comenzó a funcionar en el 2013, y desde entonces ha propiciado el impulso de una quincena de empresas como PopPlaces, Viuing, Glovo. (...) En la primera edición, comenzaron seis start-ups, acabaron cuatro y dos lograron financiación. En la segunda ronda empezaron 15, acabaron 12 y han logrado financiación 10 en total. Algunos mentores acaban invirtiendo en las start-ups que aconsejan’
Con la tercera ronda en marcha en Barcelona (11 nuevas start-ups), hemos apostado por abrir aceleradoras sectoriales (start-ups que crean productos de un solo sector), algo que se va a replicar con otros sectores, siempre de la mano de socios industriales especializados. En otros países Volkswagen o Barclays tienen sus aceleradoras verticales de automóvil o banca.
Si eres un emprendedor tecnológico y crees que podemos ayudarte, estate atento, pronto habrá más novedades y convocatorias abiertas. Si consideras que puedes ayudarnos en nuestra expansión pues tienes conocimiento de partners de valor también nos interesa. Y, si quieres crear tu propia aceleración vertical con nosotros, si tu empresa quiere liderar una aceleración sectorial como se hace en otros lugares, no dudes en escribir aquí.
Startups y aceleradoras
Es cierto que en momentos de mutación social y económica, donde los dramas se acumulan sin descanso ni criterio, hablar de modernidad, tiempos futuros y de vanguardia tecnológica agota. Sin embargo no hay otra. Crear empleo pasa por crear empresas pero también por entender que no todo el empleo que crearemos será como el que ahora consideramos.
Es cierto que en momentos de mutación social y económica, donde los dramas se acumulan sin descanso ni criterio, hablar de modernidad, tiempos futuros y de vanguardia tecnológica agota. Sin embargo no hay otra. Crear empleo pasa por crear empresas pero también por entender que no todo el empleo que crearemos será como el que ahora consideramos.
Ahora toca impulsar proyectos, sin descanso, sin mirar atrás y pensando sólo que lo que nos queda por hacer es mucho más que lo que llevamos hecho. Sólo así es factible darle al vuelta a este barrizal. Si consideramos que todo aquello que crece es una burbuja peligrosa estaremos cayendo, esta vez, en un error. Comparar edificios repletos de nada con tecnología aplicada puede ser fatídico.
Yo defiendo invertir en empresas. Lo aconsejo y lo practico. Invertir en empresa como motor de cambio, como elemento estructural para la metamorfosis de un modelo de crecimiento que se paró hace unos años y que da síntomas de querer arrancar. Ahora toca inversión corporativa, invertir en empresa. Si queremos una sociedad vinculada al valor añadido, una economía innovadora y del conocimiento, también le toca a la sociedad empujar. No lo hará nadie por nosotros. Apostar por empresas de base tecnológica, para que desde abajo puedan crecer rápidamente y ofrecer empleo a miles de personas con capacidades digitales, puede ser la puerta de salida a tanto sofá social.
Es cierto que la situación que vive España ha provocado, por derivación, un aumento del emprendimiento. Sea por una cosa u otra la cuestión es que se ha producido y bueno sería aprovechar el curso de este rio complejo. Una explosión que se refleja en muchos campos y en los que por suerte vivo de cerca. Uno de los indicadores más potentes para determinar por donde va todo esto sería el número de aceleradoras privadas que se han creado en España en los últimos años. Aceleradoras vinculadas e un modelo de empresa startup que innova y se establece en el ecosistema tecnológico y de valor añadido que puede cambiar nuestro entorno socio económico en los próximos años.
En apenas 4 años de desaceleración ‘crisis/recesión/depresión/nacimiento’ se han fundado más de tres decenas de aceleradoras de capital privado para startups en nuestro país. Poco a poco se instala un modelo que en las principales economías del mundo son una realidad transformadora hace tiempo. En Europa ya contamos con más de 250 y en Estados Unidos hay dos centenares. Esta claro que esto no es un modelo transitorio porque su funcionamiento fusiona todos los complementos formativos, económicos, de acompañamiento e implicación por parte de complejos entramados de relaciones, estímulos y dinámicas para el éxito.
En España ya estamos por delante de Francia o de Alemania y solo nos supera Inglaterra que tiene medio centenar de aceleradoras actualmente. Es interesante destacar que países que están combinando muy bien vanguardia, crecimiento económico y políticas anti cíclicas tienen muchas aceleradoras de startups de capital privado activas. El ejemplo más notable sería Israel con 44 o Irlanda con 22. En nuestro país contamos con 38 a fecha de hoy.
Entre esas aceleradoras españolas existe una en la que soy socio: Conector. En Conector Startup Accelerator ya hemos dado inicio a la 1a edición del programa de aceleración, formación y acompañamiento a proyectos digitales que tendrá lugar entre Diciembre 2013 y Mayo 2014 en las oficinas de Barcelona y en el que participarán 6 proyectos de emprendedores.
Los seis proyectos han sido escogidos de entre un total de 122 mediante un apasionante proceso de selección. Aquí os dejo los ganadores:
Iberuss, e-commerce que conecta productores de alimentación artesanal con clientes europeos y ofrece servicios de turismo gastronómico en España.
Lynber, plataforma tecnológica que permite a los clientes la personalización de productos de moda y complementos. ()
Oh!MyCoder, un nuevo concepto de agencia de medios donde el consumidor es recompensado por crear contenido de calidad convirtiéndose en el protagonista de la marca.
Patchworks, App para iPad llamada Conductr que funciona como controlador del software de referencia para la producción musical, Abelton Live. ()
Pop Places, market place donde los comerciantes alquilan sus tiendas por días a las marcas. Pop Places se dedica a encontrar y gestionar las mejores localizaciones para sitios pop-up.
Soonon, el punto de encuentro social de los jóvenes solteros. Crea planes instantáneos de 140 caracteres en tiempo real y encuentra a alguien para quedar cerca de ti.
A través de diferentes programas de aceleración ayudaremos a un mínimo de 15 proyectos de emprendedores cada año. Las startups acabarán el curso con una estancia en Sillicon Valley visitando el ecosistema emprendedor americano y durante el próximo año 2014 lanzaremos nuevas aceleradoras en otras ciudades, como Madrid, Dublin, México DF, Bogotá o Santiago de Chile. Además iniciaremos procesos de aceleración verticales seleccionado proyectos innovadores en diferentes ámbitos sectoriales, no sólo vinculados al mundo de Internet y Nuevas Tecnologías.
Por intentarlo que no quede. Como decía Michel Jordan, ‘puedo perdonarme fallar, pero no haberlo intentado‘.