Reseña de 'La Era de la Humanidad'
Hace unas semanas Ignacio Gavilán hacía esta reseña sobre mi último libro ‘La era de la humanidad‘. La replico aquí una vez ha pasado un tiempo, porque lo considero un buen resumen y, además, un excelente esquema de cuanto digo y quise explicar en él. Ignacio comienza diciendo que mi libro ‘es un largo ensayo sobre el futuro que aguarda a la humanidad, un futuro de una fuerte y disruptiva presencia tecnológica y una automatización masiva, un futuro que además el autor prevé como inevitable y muy cercano y para el que afirma no nos estamos preparando, especialmente desde el ámbito de gobiernos y administraciones’.
Hace unas semanas Ignacio Gavilán hacía esta reseña sobre mi último libro ‘La era de la humanidad‘. La replico aquí una vez ha pasado un tiempo, porque lo considero un buen resumen y, además, un excelente esquema de cuanto digo y quise explicar en él. Ignacio comienza diciendo que mi libro ‘es un largo ensayo sobre el futuro que aguarda a la humanidad, un futuro de una fuerte y disruptiva presencia tecnológica y una automatización masiva, un futuro que además el autor prevé como inevitable y muy cercano y para el que afirma no nos estamos preparando, especialmente desde el ámbito de gobiernos y administraciones’.
Continúa asegurando que ‘se trata de un libro de discurso complejo de estructurar, no porque en sí mismo haga una exposición difícil, todo lo contrario, sino porque se entrelazan temas en una estructura no siempre clara de vislumbrar. Formalmente, el texto se estructura en cuatro grandes partes, cada una con una serie de capítulos de longitud bastante variable’.
Aquí os dejo el esquema, que como decía, me parece un muy buen ejercicio de acercamiento a la estructura y al núcleo de cuando escribí hace ya algunos meses.
‘Parte 1. No era una crisis:‘ Es ante todo, una descripción de una crisis que el autor entiende como muy profunda, no bien entendida y que no es temporal sino estructural acompañada por un lamento por la falta de estrategia y acción por parte de las administraciones.
‘1. La deflación del capital:‘ Habla de la crisis de las ‘subprime’ a través de uno de sus protagonistas, Jean Flamcourt y con base en esta historia introduce la idea de la ‘deflación del capital’ como elemento clave.
‘2. Un nuevo contrato social llamado «empleo»:‘ Cuestiona la recuperación de la crisis, entendiendo que el cambo es estructural y que el desempleo a largo plazo no disminuirá debido a la generalización de la automatización.
‘3. Un Ministerio del Futuro:‘ Apuesta decididamente por una visión estratégica en los gobiernos, una visión que, claramente, echa en falta.
‘4. Montar un siliconvalei de cartón:‘ Reclama. de nuevo, una acción decidida de la administración y una fuerte inversión, y compara, de forma desfavorable para nuestro pais, lo que sucede en Francia o Irlanda, frente a la realidad en España.
‘5. La clave está en los mares del norte:‘ Estudia en más detalle el caso Irlandés.
‘6. La dimensión de la tragedia:‘ Partiendo del comentario de lo ocurrido en el Foro de Davos de 2016, intenta explicar la magnitud del cambio que estamos sufriendo.
‘7. A Europa sólo le queda Eurovisión:‘ Analiza la brecha de género.
‘8. La era de la incertidumbre:‘ Continuando la crisis con perspectiva española.
‘9. No era una ráfaga, era el futuro:‘ Continua el desalentador análisis, primero de la situación en España y luego a nivel Europeo.
‘10. La internet del todo:‘ Intenta resumir todo lo expuesto en esta primera parte e introduce brevemente algún elemento tecnológico como Internet de las Cosas o Big Data.
‘Parte 2. Un mundo automatizado:‘ Es, fundamentalmente, una revisión amplia de algunas tecnologías relevantes y, sobre todo, su influencia e impacto, en muchos casos completamente disruptivo en negocios, sectores y organizaciones. Incluye trece capítulos:
‘1. Edison no estaba solo:‘ Afirma que la crisis que vivimos es una gigantesca revolución llena de oportunidades. Recuerda el papel que jugaron figuras como Edison, Tesla o Bell en generar innovaciones hace aproximadamente un siglo y lo enlaza con la idea de que las recesiones generan innovación y eso va a volver a pasar.
‘2. Un presente de ciencia ficción:‘ Comienza hablando brevemente de ciencia ficción para luego enlazar con las predicciones de Peter Diamandis para 2025 y aportar información de algunas realidades que ya se pueden observar por ejemplo en Japón.
‘3. El mejor amigo de mi amigo es un algoritmo:‘ Habla de algoritmos y de sus sesgos, pero también de su capacidad de automatización y del impacto en empleo y educación.
‘4. Kodak y el tipo de l abandera roja:‘ Habla de cómo las nuevas tecnologías son disruptivas y alteran sectores y modelos de negocio tradicionales. Comienza comentando el famoso caso Kodak pero luego dedica mucho espacio a la evolución del automóvil, en especial el vehículo autónomo.
‘5. Fintech: los bancos son las nuevas discográficas:‘ Entra ahora en el sector financiero y bancario y la amenaza por las fintech
‘6. League of Legends no es solo un juego:‘ Se centrafundamentalmente en la realidad virtual y aumentada y su impacto en contenidos, deportes o espectáculos.
‘7. Del quirófano a la torre de control:‘ aborda innovaciones en la actividad médica y de salud,
‘8. Un mundo instantáneo:‘ Comenta la rapidez de la información y los mensajes, comenzando desde los medios sociales, con redes que publican información volatil (tik-tok o stories) hasta implicaciones por ejemplo en el retail.
‘9. O te transformas o te transformarán:‘ Habla brevemente de transformación digital y cómo estimar el indice de digitalización de una organización.
‘10. Renta básica inevitable:‘ Plantea el concepto y la necesidad de la Renta Básica Universal en un mundo automatizado.
‘11. La economía automática:‘ Defiende la automatización y la digitalización extremo a extremo y generando nuevos diseños de negocio.
‘12. La ética cognitiva:‘ Se adentra en los aspectos éticos asociados especialmente a la inteligencia artificial
‘13. La humanidad aumentada:‘ Se alarga en los temas relacionados con inteligencia artificial y ética, aunque al final aborda temas muy diversos de cómo las tecnologías complementan y aumentan nuestras capacidades individuales y sociales.
‘Parte 3. La empresa autoajustable:‘ Se orienta a describir modelos de presente y futuro basados en la aplicación de las tecnologías, especialmente en el ámbito de las empresas pero también en los niveles individual o de ciudad.
‘1. Nuevos modelos de negocio y una botella de agua:‘ Expone, mediante varios casos, cómo la tecnología está creando nuevos modelos de negocio que, en muchos casos, convierten en absolutamente obsoletos a los precedentes
‘2. Nuevos clientes en el centro de la cadena de valor:‘ Coloca a la tecnoilogía como nuclear de la estrategia y a las necesidades y gustos de los clientes como ‘drivers’.
‘3. Nueva comunicación: de la agencia al laboratorio:‘ Habla, como el título anticipa, del nuevo marketing y comunicación.
‘4. Nuevos procesos: la fábrica conectada:‘ Se centra ahora más en el backoffice y con los ejemplos de Amazon e Hitachi nos ilustra cambios en la producción y la logística, incluyendo elementos de automatización y de Internet de las Cosas.
‘5. Nuevas interacciones en un entorno robótico:‘ Habla de la aplicación de robots en otros entornos como el hostelero o la seguridad
‘6. Nuevo crecimiento: de los e-sports a la biotech:‘ habla brevemente de los dos grupos de aplicaciones/tecnologías: los e-Sports y la biotecnología.
‘7. Nuevas relaciones digitales y sel sex appeal de Siri:‘ Se adentra en escenarios más de interacción y relaciones como es el uso de los asistentes personales.
‘8. Nuevos escenarios en la ciudad y el campo:‘ Afirma que el futuro estará en las ciudades y comenta las ‘smart cities’ pero también observa y describe interesantes perspectivas para el campo y la agricultura.
‘Parte 4. La quinta revolución industrial:‘ Plantea cómo será el futuro, que el autor entiende muy cercano, y que denomina quinta revolución industrial.
‘1. Cuando las máquinas lo hagan todo:‘ Un largo capítulo en que se abordan entre otros temas el asunto del eventual desempleo, los impuestos a los robots o una visualización de un futuro altamente automatizado.
‘2. ¿Cuán «computabilizable» eres?:‘ Analiza largamente escenarios de relación con robots.
‘3. El ser humano es el «porqué» y la tecnología el «cómo»:‘ Comienza analizando nuevos tipos de empleo y sigue con las claves para transformar digitalmente una organización.
‘4. Educación freelance para un futuro laboral freelance:‘ Afirma que la mayor parte del empleo futuro será ‘freelance’ y plantea cómo hacer la educación para ese empleo freelance.
‘5. La singularidad tecnológica:‘ Tras repasar las revoluciones industriales anteriores acaba comentando la singularidad, ese futuro previsto por pensadores como Diamandis y donde la inteligencia artificial supera a la humana. Comenta algunas fases sobre cómo se alcanzará y también algunos proyectos e iniciativas.
‘6. La singularidad humana:‘ que se trata de una adaptación para usar nuestros cerebros en lo que son mejores.
‘7. Bonus track: carta desde el año 2050:‘ Finaliza con un relato anecdótico pero que ilustra la inteligencia que las máquinas serán capaces de alcanzar.
Quiero agradecer a Ignacio el trabajo y su consideración final en que ‘La era de la humanidad‘ es un libro interesante, apasionado, futurista y en ocasiones arriesgado y con frecuencia bastante crítico pero, en el fondo, optimista y orientado a la acción. Asegura que ‘es un libro que habla de tecnología pero desde una perspectiva no tecnológica sino de impacto económico, político y social. Un libro al que creo le hubiera beneficiado una longitud algo más reducida que realzaría con más fuerza el mensaje pero que, de todas formas, considero que es muy efectivo en la activación del interés, y quisiera creer que la acción, para desarrollar la tecnología y los modelos de negocio y sociales asociados y también prepararnos desde un punto de vista educativo, social y ético para un futuro sin duda apasionante, pero complejo y con una transición en la que habrá, sin duda, ganadores y perdedores’.
Ficha técnica
TITULO: La era de la humanidad
AUTOR: Marc Vidal
EDITORIAL: Deusto
AÑO: 2019
ISBN: 978-8423430918
PAGINAS: 424
En El Periódico: 'Con empleo precario, no pagaremos las pensiones'
Es habitual que el ser humano cuando llega una era revolucionaria en cuanto a la tecnología la identifique como un riesgo, algo que le agrede. Ya pasó en la primera revolución industrial. Además, cada vez el tiempo de transición es menor, el plazo de adaptación y adopción de la tecnología es cada vez más corto.
Con motivo de hablar sobre mi último libro ‘La Era de la Humanidad’, me contactó Fran Leal del suplemento Byzness de ‘El Periódico’ para conversar de temas que se tratan en el libro. El enlace de la entrevista publicada originalmente es este, pero si quieres leerlo aquí mismo te lo transcribo a continuación.
‘Con empleos cada vez más precarios, no pagaremos las pensiones’.
El desarrollo tecnológico ya está transformando nuestra manera de vivir y trabajar. Y, en el futuro más cercano, esos cambios serán más profundos. ¿Estamos en disposición de afrontarlo? Sobre ello charlamos con Marc Vidal, autor de 'La era de la humanidad'
El futuro próximo, en muchos aspectos, es toda una incógnita. En buena parte, debido al desarrollo tecnológico al que estamos asistiendo y a su llegada de forma masiva a los centros de trabajo, que tendrá un impacto muy importante. En este contexto, prepararnos para los cambios que va a conllevar la automatización generalizada es una cuestión primordial que no estamos abordando como país. Marc Vidal, experto en el área de la Transformación Digital, hace hincapié en esta idea en su último libro, ‘La era de la humanidad’ (Deusto, 2019), donde repasa de manera pormenorizada los cambios, las disrupciones y las innovaciones que vamos a ver en el corto plazo, derivados precisamente de esta revolución tecnológica, y que impactarán directamente en los negocios y, también, en nuestro día a día como ciudadanos.
El título del libro resulta muy evocador, pero no se corresponde con lo que muchos piensan que está por venir… ¿Por qué mostramos tanta resistencia al cambio, en este caso tecnológico?
Es habitual que el ser humano cuando llega una era revolucionaria en cuanto a la tecnología la identifique como un riesgo, algo que le agrede. Ya pasó en la primera revolución industrial. Además, cada vez el tiempo de transición es menor, el plazo de adaptación y adopción de la tecnología es cada vez más corto.
Sin embargo, no hay que olvidar que nosotros somos herederos de nuestros ancestros más miedosos. Es normal que veamos la tecnología como algo inabarcable muchas veces, pero lo cierto es que, a mediados de la próxima década, estaremos en una situación en la que prácticamente llegaremos a un escenario cercano a la singularidad, es decir, la tecnología por sí misma será capaz de ser más inteligente que nosotros e incluso repararse o mejorarse a sí misma. Y eso asusta.
¿Llegaremos a ver realmente ese salto tecnológico?
Hay cierto consenso global en cuanto a que llegará un punto en que, simplemente en el ámbito de la capacidad de cálculo, a finales de la próxima década, habrá ordenadores que computen más o menos a la misma velocidad que nuestro cerebro. Si somos capaces de desarrollar esa tecnología, tendremos que ir adaptándonos a esa tecnología que será más rápida que nosotros, que desde el punto de vista técnico será más inteligente y que lo único que no podrá hacer serán cosas que los seres humanos vamos a tener que estimular, que tienen más que ver con las habilidades desde el punto de vista creativo, el sentido crítico, la socialización, etc.
Unas nuevas habilidades que se reclaman desde el mercado laboral, junto a los perfiles técnicos. En empleo, ¿nos estamos preparando para lo que viene?
Hay de todo: unos, no; otros, un poco, y muy pocos, bastante. Esto va por barrios. Hay países que no están en el debate para nada en estos momentos y España es un ejemplo de ello. Aquí estamos debatiendo si son convenientes o no las luces de navidad en una población, si unos van a ser o no ministros, pero nadie está debatiendo si va a haber una cartera que se llame, por ejemplo, ministerio del futuro, y que desde un punto de vista metafórico sea transversal y capaz de aportar valor de futuro a cualquier área de cualquier gobierno.
Un buen ejemplo es Suecia, que tiene una cartera que, aunque no es un ministerio sí tiene rango de tal, e impregna prácticamente al resto de ministerios de aspectos que tienen que ver con el análisis del futuro. O Arabia Saudita, un país que consideramos petrolero, pero que tiene todo un desarrollo ministerial vinculado a la Inteligencia Artificial (IA). En definitiva, hay ejemplos de países que, al contrario de lo que hacemos nosotros, tienen planteamientos de cuál va a ser su estrategia en el despliegue de la IA.
Cuando nuestro modelo de crecimiento debía haber empezado a cambiar, con la explosión de la burbuja inmobiliaria, todo el dinero que salió disponible no se utilizó para cambiar el modelo por uno más tecnológico. En lugar de modernizarlo, seguimos dependiendo en un 30% del inmobiliario y el turismo.
Para los políticos de aquí, el tema es como si no existiera...
En el debate de televisión de los candidatos de la última campaña, en el minuto 178 (de los 181 que duró), aparece por primera vez la palabra innovación. Pero es que la palabra digital no aparece, ni tan siquiera en plan cosmético para quedar bien. Esto demuestra que, claramente, no es un aspecto que esté en el debate.
Y no es tanto hablar de digital, como hablar claramente de qué se va a hacer, por ejemplo, con una renta básica universal a medio plazo, qué se va a hacer con la gente que no se va a poder reciclar… No va a ser fácil reciclar a personas de 55 años, porque donde han estado trabajando siempre de forma manual, llega una máquina y empieza a hacer las cosas mejor que ellos. Y ninguna empresa los va a mantener en el empleo.
¿Se avecinan épocas muy duras, entonces?
Yo soy muy optimista en todo, pero hay características de nuestra situación económica y de planteamiento de cómo vamos a afrontar esta situación que no dan motivos para serlo. No tenemos un plan estratégico en nada que tenga que ver con el futuro, ni con un cambio de modelo de crecimiento. De hecho, no hay ni un modelo de modernización de los sectores en los que somos punteros. Esto es un problema enorme.
El gran reto es cómo un país con el 14% de paro se enfrenta a una situación en la que la destrucción de empleo nadie la está previendo, con una creación de empleo cada vez más precario y con cada vez más pobres asalariados. Y aquí tenemos un problema, porque las pensiones las tendrá que pagar alguien, y con empleos precarios no se pagan.
Pero en el caso de la renta básica, sobrevuela la etiqueta de ser una medida ‘de izquierdas’. ¿Cómo se puede desterrar este mantra?
El problema de las soluciones al futuro inmediato es que se les mete ideología por medio. La ideología es buena, siempre y cuando sirva para estimular cosas, no para pararlas. El problema es cuando ideologizamos cosas que desde un punto de vista técnico se deberían analizar de otro modo.
La renta básica universal, cuando la miras desde el punto de vista de izquierdas, te plantean que es algo que se tiene que sumar a una serie de subsidios y ayudas que ya existen. Desde la derecha, se retiran todos los subsidios y todas las ayudas, y se crea una única renta para todos. No es tanto qué modelo es mejor, sino que resulta inevitable poner el tema sobre la mesa.
Otro de las esferas más polémicas es la educativa. ¿Hacia dónde nos tenemos que dirigir?
La tendencia global es que aquello en lo que deberíamos estimular a los críos, las habilidades, algunas de ellas son más que revisables. No puede ser que sigamos entrenando a nuestros hijos para que sean robots, porque siempre habrá robots más potentes que ellos. Y es lo que estamos haciendo, mientras que las habilidades que van a ser esenciales cuando trabajemos con robots no hay manera de que las entrenemos adecuadamente.
Al final, la IA se basa en datos, que transforma en información, pero son los humanos los que lo transforman en conocimiento. Hasta que no entendamos eso, seguiremos con el problema educativo.
En la situación de emergencia climática en que estamos inmersos, ¿cuál es el papel que juega la tecnología?
La tecnología consume energía y en ese consumo no todo lo estamos haciendo en la dirección correcta. Eso es evidente. A la vez que empresas desarrollan algún tipo de tecnología, también se debería saber que ese desarrollo quizá tiene que ir a una velocidad no tan alta. Parar un poco y ver que esos avances no suponen una agresión a la naturaleza. Es decir, en vez de inventar 3 cosas, inventemos 2, que se haya innovado lo suficiente como para que no sean tan contaminantes.
De todos modos, creo que el ser humano es capaz de encontrar soluciones a todos los problemas. Este del clima es un problema tan global, genérico y evidente, que ponerlo en duda es difícil. Pero yo lo que sí pongo en duda es que el ser humano no vaya a ser capaz con la tecnología de paralizar algunas de las grandes agresiones al planeta que estamos viviendo. Precisamente en esta mezcla entre conciencia y tecnología es donde podría estar la solución a este asunto. Porque, sinceramente, me cuesta entender que el ser humano se vaya a llevar por delante algo tan bello como la Tierra.
Entrevista en 'El Imparcial': 'Intento alejarme de la ciencia-ficción al analizar el futuro'.
En su nuevo libro, La era de la humanidad (Deusto), Vidal apuesta, entre otras cosas, por crear un "ministerio del futuro" que se ocupe de cuestiones como la Inteligencia Artificial o la robotización; implementar una renta básica universal, que sufrague la previsible destrucción de empleo derivada de la automatización; o educar a las futuras generaciones no solo para que sepan 'hablar' con las máquinas, sino también para que aporten un valor añadido ético y "humano".
Con ocasión de la ronda de encuentros con diversos medios para presentar ‘La Era de la Humanidad’, me contactó Eduardo Villamil de El Imparcial para conversar de temas que se tratan en el libro. El enlace de la entrevista publicada originalmente es este, pero si quieres leerlo aquí mismo te lo transcribo a continuación.
Marc Vidal: "En el último debate electoral los candidatos no dijeron ni una vez la palabra 'digital'"
El popular tecnólogo critica en su último libro el "cortoplacismo y la miopía" de la clase política para adaptar la sociedad a la revolución tecnológica y advierte de las funestas consecuencias en caso de que no se empiecen a tomar medidas ya.
Convertir la era de las máquinas en la era de la humanidad. Ese es, según el consultor tecnológico y popular conferenciante Marc Vidal, el objetivo al que debe aspirar nuestra especie en las próximas décadas.
Vivimos la revolución tecnológica más importante de la historia, pero muchos no parecen darse cuenta de su colosal magnitud e imprevisibles consecuencias. Según Vidal, para que los robots y los algoritmos no terminen sustituyéndonos a todos, los gobernantes deben dar un giro de 180 grados a sus políticas cortoplacistas y estrechas de miras, casi siempre más orientadas a obtener réditos electorales que a mejorar la vida de los ciudadanos.
En su nuevo libro, La era de la humanidad (Deusto), Vidal apuesta, entre otras cosas, por crear un "ministerio del futuro" que se ocupe de cuestiones como la Inteligencia Artificial o la robotización; implementar una renta básica universal, que sufrague la previsible destrucción de empleo derivada de la automatización; o educar a las futuras generaciones no solo para que sepan 'hablar' con las máquinas, sino también para que aporten un valor añadido ético y "humano".
España acaba de vivir sus terceras elecciones en un año. ¿Le sorprende que no se haya hablado prácticamente nada de los temas que trata su libro?
Me sorprende porque la clase política debería incorporar a sus programas y análisis alguna perspectiva más allá del corto plazo. Si no tienen luces largas, que sería lo exigible, por lo menos, luces cortas, pero es que están con los intermitentes puestos y parados en la cuneta, esperando a no sabemos qué. En el último debate, los candidatos no pronunciaron ni una sola vez la palabra ‘digital’, lo que sintetiza una lejanía absoluta de la política con el momento histórico que ya estamos viviendo. Vivimos en la cuarta revolución industrial. La quinta, si hacemos caso a los teóricos, comenzará alrededor del 2029 o 2030. Hay que asumir que ya estamos viviendo las repercusiones y seguimos sin abordar el asunto desde un punto de vista político.
¿Por qué?
Los políticos saben que los humanos podemos tratar solo tres o cuatro temas a la vez y por eso se centran en temas que les ofrezcan mayor rédito electoral, como las pensiones, (de ahora, no de dentro de unos años) o la integridad territorial. Por este motivo, según sus planteamientos, no es el momento de preocuparse de temas como la IA, la robótica o la automatización, aún muy lejanos en el tiempo.
¿Son los políticos un reflejo de la sociedad o la sociedad no se merece a estos políticos?
Desde un punto de vista empresarial, diría que los políticos no son nada ‘clientecéntricos’, es decir, no crean productos que los ciudadanos (sus ‘clientes’) quieren. En lugar de dar respuestas a los intereses de la sociedad responden a lo que consideran más fácil porque lo tienen dominado. En este sentido podemos hablar de políticos ‘productocéntricos’.
¿Es un fracaso nuestro sistema político?
Si hablamos en términos estrictamente aritméticos el sistema tiene problemas porque se han generado unos coeficientes que complicarán muchísimo el que un equipo de gobierno muy mayoritario no tenga que ceder ante otros muy minoritarios. En eso consiste el juego de la democracia. En que grandes partidos tengan que recurrir a pequeños participantes, a veces, con entregas desequilibradas. Otro problema es que nuestro sistema político adolece de la incapacidad de llegar a grandes pactos de Estado porque estos se penalizan electoralmente.
Pero deberá cambiar mucho para adaptarse a lo que está por venir…
La política del futuro es, por pura necesidad darwiniana, la política de la incorporación de sistemas inteligentes. La supervivencia de los sistemas políticos actuales depende de su propia eficiencia. El porcentaje de personas en contra del sistema establecido puede ir aumentando a medida que lo haga el descontento ocasionado por la lejanía de las respuestas de los políticos a los problemas de los ciudadanos. Respuestas que tienen que ver, en el futuro inmediato con cómo vamos a robotizar el mundo, generar empleo, instaurar una renta básica, en definitiva, cómo vamos a incorporar a la discusión pública asuntos que no se han debatido hasta ahora. Para que eso suceda, la política ha de ser eficiente y la eficiencia en todo hoy depende exclusivamente de la tecnología y del valor añadido que el ser humano aporte.
Apuesta por crear un ministerio del futuro, o de IA como han hecho Suecia o Arabia Saudí. ¿Cuál sería su misión?
No sé si el método pero al menos introduce el debate en un consejo de ministros. Porque tendremos que tomar medidas estructurales muy importantes sobre lo que viene. Y lo que viene no es algo que vaya a pasar dentro de 30 años. Va a suceder en los próximos cinco o diez años, como máximo. Automatización, IA, robotización… todos esos elementos han de estar en el centro del debate político.
Algunos autores sostienen que la tecnología debería ser el eje central de los nuevos sistemas educativos...
Que la tecnología sea el hilo conductor en la educación de las nuevas generaciones está bien. Ahora bien, si no incorporamos elementos que el ser humano hace mejor que ninguna máquina, será complicado encontrar empleo, porque al final la programación la harán programas. Sin embargo, criticar éticamente ese avance solo lo hará un ser humano.
¿Es sostenible el sistema de pensiones?
Tal y como está, no. Pero eso ya se ve. Por poner un ejemplo, en 2050, 79 de cada 100 personas estarán en el sistema de pensiones en este país. En 1970 eran 19 y ahora 29 de cada 100. Ya es un sistema deficitario. ¿Cómo estará dentro de cinco, dentro de diez…? Sin embargo, los políticos siguen debatiendo si las pensiones se tienen que actualizar al IPC y no hablan de cómo vamos a sujetar una sociedad más automatizada en la que trabajarán menos personas durante menos tiempo.
En el libro habla de renta básica "inevitable"...
Sí. Al final no se trata de si la renta básica será factible o no (porque deberá serlo), o de cómo se aplica, en función de si eres de izquierdas o de derechas, superponiendo o sustituyendo los subsidios existentes. Lo importante es que se introduzca en el debate porque, si no, nos encontraremos con discursos políticos que hablan de reducir la jornada a 34 horas o a cuatro días, como en estas elecciones. Para que eso suceda, primero, hay que debatirlo, y, segundo, hay que diseñar una estrategia de automatización de la economía para que podamos trabajar menos y todo siga igual.
Afirma que el gran reto tecnológico actual es eliminar la palabra inteligente de todo aquello que no lo es…
Llamamos ‘inteligente’ a muchas cosas que realmente no lo son. Cuando hablamos de ‘inteligencia artificial’ nos referirnos a un sistema experto que aprende ligeramente sobre los errores que comete. La inteligencia es algo mucho más complejo.
Hace pocas fechas el Gobierno español anunció que podría controlar las comunicaciones digitales por razones de "seguridad nacional" y "orden público". ¿Le preocupa que nos convirtamos en un estado orwelliano como China?
Me parece que no es más que la reproducción de cosas que se están haciendo en otros países. La cuestión es si a nosotros nos supone lo mismo éticamente que a otros países. Me pregunto quién es el Gobierno para decidir que, por ejemplo, a partir del 9 de diciembre, van a seguir todos mis pasos con mi teléfono móvil. ¿Alguien me ha preguntado? ¿Alguien me ha dicho cuánto me van a pagar? Saben perfectamente que aceptamos las condiciones de uso, como si fuera playback: usted hace como que lo ha leído y yo hago como que no se que no se lo ha leído. A veces tengo la sensación de que alguien está en esas políticas de futuro mal entendidas e, incluso por desconocimiento, no están tratando como a ranas en un estanque de agua caliente.
¿Teme que si no nos adaptamos a velocidad suficiente la revolución tecnológica de paso a una revolución humana violenta?
Todas las revoluciones tecnológicas han tenido un ‘cómo’, que fue la tecnología que las provocó y un ‘qué’, que fueron los seres humanos. Esas revoluciones siempre han mejorado la vida de las personas, en términos generales, y creo que esta no será diferente. Como mucho, podrá propiciar que las personas exijan que esas nuevas capacidades derivadas de la tecnología les lleguen a ellos.
Durante miles de años hemos utilizado la tecnología a nuestro servicio, pero dentro de pocas décadas, si se produce la singularidad, es decir, las máquinas nos superan, será la primera vez que la tecnología podría servir a sus propios intereses, y estos, podrían chocar frontalmente con los de nuestra especie…
Los intereses siempre los marcaremos nosotros. La ética de la robótica siempre la marcarán los seres humanos. La singularidad, como yo la entiendo, dice que una máquina será capaz de corregirse a sí misma. Nada más.
Por tanto, desestima que alguna vez alcancemos la superinteligencia de la que muchos hablan...
La mayoría de los que hablan en términos de ciencia-ficción o bien es porque les han corregido el titular de un discurso muy largo o bien porque tienen algún interés personal o profesional. Yo intento alejarme de la ciencia-ficción cuando hablo de lo que será capaz de hacer la tecnología en los próximos años.
______________
El resto del libro puedes adquirirlo en diferentes formatos y plataformas a partir de la página oficial de Planeta Libros donde está referenciado.
Entrevista en 'deNoticias': El valor de las empresas será el talento humano retenido.
Hace unas semanas me contactó Juan Carlos Fernández de ‘deNoticias’ para hablar de mi último libro ‘La Era de la Humanidad’. Aquello que se ejecute en los próximos cuatro años va a tener efectos en los próximos treinta. Según la OCDE en 2050, cuando los nacidos en 1980 tengan apenas 70 años, es decir en la flor de su jubilación, habrá 77 pensionistas de cada 100 habitantes. Por ver la dimensión de la tragedia diremos que ahora son 29 y en 1970 apenas eran 19 por cada centenar de ciudadanos. De momento, para garantizar las pensiones en este país la tasa de desempleo no debería estar por encima del 6% en los próximos años o será insostenible. Ese es el gran desafío. Es desesperante contemplar como pasan los días y los años y el plan para afrontar ese riesgo no es más que un conjunto de improvisaciones que asustan.
Hace unas semanas me contactó Juan Carlos Fernández de ‘deNoticias’ para hablar de mi último libro ‘La Era de la Humanidad’. Aquí os dejo el enlace original y debajo la transcripción de la misma.
Marc Vidal: El valor de las empresas del futuro no será la maquinaria comprada sino el talento humano retenido
Siempre he pensado que los políticos son el reflejo de la sociedad a la que representan. Recuerdo una publicación, posterior al último debate electoral, en la que dejaste patente que ninguno de los candidatos pronunció las palabras digital, transformación, robótica, tecnología o innovación ni una sola vez. ¿Estamos los españoles realmente concienciados del reto que tenemos en los próximos años?
Aquello que se ejecute en los próximos cuatro años va a tener efectos en los próximos treinta. Según la OCDE en 2050, cuando los nacidos en 1980 tengan apenas 70 años, es decir en la flor de su jubilación, habrá 77 pensionistas de cada 100 habitantes. Por ver la dimensión de la tragedia diremos que ahora son 29 y en 1970 apenas eran 19 por cada centenar de ciudadanos. De momento, para garantizar las pensiones en este país la tasa de desempleo no debería estar por encima del 6% en los próximos años o será insostenible. Ese es el gran desafío. Es desesperante contemplar como pasan los días y los años y el plan para afrontar ese riesgo no es más que un conjunto de improvisaciones que asustan.
Pero como dices, no tengo claro que globalmente la sociedad esté entendiendo la envergadura del problema. Seguimos pendientes del número de luces de navidad que se ponen en una ciudad o perdiéndonos en esos debates continuos de tele-realidad política que no conducen a nada más que a llenar minutos y minutos de televisión.
Desde el siglo XVIII el hombre ha visto en la evolución tecnológica una amenaza a sus puestos de trabajos. Pero, como bien dices, las calculadoras no sustituyeron a los matemáticos. No obstante, seguimos más centrados en los puestos que se pueden destruir que en los que se van a crear, que son más. ¿Cuál crees que puede ser el precio para España de no formar en nuevos campos a los profesionales frente a otros países? ¿Crees que están las universidades preparadas para estos nuevos retos?
La formación lejos del contenido y más centrada en las habilidades es un reto estructural de todo el sistema que no va a ser fácil imponer. Sin embargo no hay otra. No tiene sentido continuar mostrando interés por una educación que refuerza aquello que hará mejor que nosotros cualquier robot, sistema experto o inteligencia artificial. De ahí, que el valor definitivo de las empresas del futuro no será la maquinaria comprada sino el talento humano retenido. Una empresa podrá comprar toda la tecnología del mundo, incluso desarrollarla, pero eso lo podrán hacer todos de un modo u otro con un aspecto puramente presupuestario. El valor incalculable de una empresa será tener trabajadores capaces de hacer lo mejor posible todo aquello que no pueda ser automatizado. Sin embargo, todo lo no automatizable deberá tener un punto de enlace directo a cómo la tecnología es capaz de aumentarlo y estimularlo.
En tu libro “La era de la humanidad” recuerdas el caso de los Emiratos Árabes Unidos y de su ministerio de Inteligencia Artificial. También hablas de ese hipotético “Ministerio del Futuro” que deberían tener los gobiernos. Si los ministros se escogieran por méritos y experiencia, ¿cuál crees que debería ser el perfil de dicho ministro? ¿te gustaría ostentar dicha cartera?
Me quieres poco veo. Yo no quiero ser ministro. Ayudar a un hipotético miembro del gobierno que precisara un criterio abierto a como la tecnología va a ocupar todos los espacios y el modo en el que podemos utilizarla estratégicamente para afrontar el futuro con garantías, sí. Un ministro del futuro, un cargo público de máxima responsabilidad que sea capaz de sumar a la agenda de prioridades (en cualquier ámbito de gestión) la previsión e implicaciones futuras. Las empresas establecen unidades en sus organizaciones, o contratan consultores externos, cuyo único trabajo es predecir lo que se avecina y como afrontarlo para obtener ventajas. No hay gobiernos que hagan algo parecido. Un Ministerio del Futuro con secretarias de estado al más alto nivel desempeñaría lideraría la investigación basada en la evidencia, coordinaría la planificación de escenarios que afectase a cualquiera de los otros ministerios o áreas. No sé si es como lograr que exista un Ministerio del Futuro, pero lo que está claro es que hay que erradicar los Ministerios del Pasado.
Cuando hablas de revolución industrial, en particular de la quinta y se asocia con conceptos como la realidad aumentada, los drones, la inteligencia artificial o la nanotecnología parece algo muy lejano para la mayoría de las empresas españolas, la gran mayoría de ellas de tamaño pequeño o micro. Hablando en concreto de los empresarios, ¿crees que son conscientes de cómo les van a afectar esta revolución y los cambios que conlleva?
La quinta revolución industrial es, todavía, un concepto. En el libro aporto este término como referencia a la importancia de prever el futuro económico y relacionarlo con lo tecnológico. La cuarta nos ha llegado, dicen, sin avisar. Eso no es cierto. La revolución digital avisó y se tradujo en múltiples problemas. La deflación del capital que se deriva de la incorporación en la cadena de fabricación, distribución, etc., provocó, entre otras cosas, una crisis de ámbito global como explico en el primer capítulo de mi libro. No fue una crisis, eso fue la consecuencia. Era algo más profundo que ahora podríamos empezar a pensar en ello para evitar otro desajuste dramático. La quinta tiene que ver con la ‘singularidad tecnológica’, ese momento en el que un sistema inteligente sea capaz de mejorarse a sí mismo o fabricar otro mejor sin necesidad de un programador o de intervención humana de ningún tipo. Obviamente, ese momento, será tremendo. No preparar éticamente, laboralmente, económicamente, políticamente y culturalmente, es un error que no podemos volver a cometer.
Creo que la forma de avanzar es analizando los problemas, pero también tenemos que conocer nuestras fortalezas, para saber aprovecharlas. Cuando viajas por países con niveles similares al nuestro, Reino Unido, Francia o Estados Unidos, por ejemplo, que en muchos casos los suponemos más avanzados que nosotros, nos damos cuenta de que no siempre es así. ¿Qué destacarías, en positivo, de España frente a otros países en materia tecnológica?
Ningún país del mundo es equilibradamente superior a otros de un modo uniforme. Obviamente todos tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos. Ahora bien, te digo que el problema de España es en gran medida el que tiene el continente. Europa es una empresa en pérdidas. De ahí que, como le pasa a las empresas que no llegan a final de mes, está más preocupada en los pagos que en invertir en futuro. Otros, como China, Singapore, etc., especialmente en Asia, no tienen ese problema y sus planes de futuro ya no son ‘replicar el mundo’ sino liderar el existente. Pero hablando de nuestro país, el problema, de momento, es que España no se encuentra entre las primeras potencias tecnológicas a nivel internacional, aunque sí que se puede decir que nuestro sector tecnológico está creciendo y desarrollándose de tal manera que su futuro es esperanzador siempre y cuando la administración asuma su papel dinamizador, estimulador y estratégico.
Cosa que otros sí están haciendo. Sabemos que según un informe creado por el fondo Atómico ubicado en Londres, por ejemplo, colocan a España como la quinta potencia tecnológica de Europa especialmente por el nivel de inversión recibida para este tipo de negocios. En España el número de desarrolladores fue creciendo hasta llegar a los 268.149. Interesante comprobar como 104.102 están ubicados y trabajando en Madrid, considerada la cuarta ciudad europea con más profesionales con este perfil solo superadas por Londres, París y Moscú. Además tenemos a Barcelona, la tercera ciudad favorita en Europa por los fundadores de pequeñas empresas incipientes por detrás de Berlín y Londres. Por lo tanto, tenemos mucho que aportar y desarrollar. Nos falta ir todos a una y con criterio político.
Una curiosidad. Televisión, libros, redes sociales, radio, conferencias… ¿de donde sacas el tiempo?
Dirijo una empresa de consultoría tecnológica con profesionales impresionantes, lo que me permite coordinar, revisar y aprender de ellos. De esa actividad profesional deriva el conocimiento que luego traslado a conferencias, libros, redes y colaboraciones en medios. La imagen de multitarea deriva de que soy hiperactivo, muy curioso por aprender de todo, apasionado con lo que hago, no me molesta viajar a ningún lugar, ni conocer gente nueva constantemente. Además no veo televisión prácticamente, leo en cualquier momento de espera y escribo compulsivamente. Súmale que soy sistemático, muy ordenado y un poco obsesivo. Ah!! y mi familia me apoya en todo… (risas).
A continuación podéis disfrutar de una de sus conferencias: Reworking sobre Transformación Digital e Industria 4.0
______________
El resto del libro puedes adquirirlo en diferentes formatos y plataformas a partir de la página oficial de Planeta Libros donde está referenciado.
El primer capítulo de 'La Era de la Humanidad. Hacia la Quinta Revolución Industrial'
El pasado 20 de octubre salió al mercado mi último libro ‘La Era de la Humanidad. Hacia la Quinta Revolución Industrial’. En dos meses y medio ya han sido tres las ediciones impresas y un par las veces que he podido convertir este ensayo en una conferencia que, durante 2020, protagonizará la mayoría de mis participaciones en eventos y congresos. Como ya hice con mis anteriores libros, vuelvo a ‘regalar’ el primer capítulo (y unos párrafos del segundo) de las 424 páginas que lo componen y que también se puede encontrar en diversos modelos de promoción en algunas plataformas.
El pasado 20 de octubre salió al mercado mi último libro ‘La Era de la Humanidad. Hacia la Quinta Revolución Industrial’. En dos meses y medio ya han sido tres las ediciones impresas y un par las veces que he podido convertir este ensayo en una conferencia que, durante 2020, protagonizará la mayoría de mis participaciones en eventos y congresos. Como ya hice con mis anteriores libros, vuelvo a ‘regalar’ el primer capítulo (y unos párrafos del segundo) de las 424 páginas que lo componen y que también se puede encontrar en diversos modelos de promoción en algunas plataformas.
En palabras, que agradezco, de Ignacio González de los Reyes ‘La Era de la Humanidad es un largo ensayo sobre el futuro que aguarda a la humanidad, un futuro de una fuerte y disruptiva presencia tecnológica y una automatización masiva, un futuro que además el autor prevé como inevitable y muy cercano y para el que afirma no nos estamos preparando, especialmente desde el ámbito de gobiernos y administraciones (…), un libro interesante, apasionado, futurista, en ocasiones arriesgado y con frecuencia bastante crítico pero, en el fondo, optimista y orientado a la acción’. Un libro en el que he intentado hablar de tecnología pero desde una perspectiva no tecnológica sino de impacto económico, político y social’. Échale un vistazo a como empieza:
La Era de la Humanidad
1. La deflación del capital
¡Obedece a tu amo! Amo, amo de las marionetas,
estoy tirando de tus hilos, retorciendo tu mente y aplastando tus sueños.Letra de Master of puppets, METALLICA
Madrugada del 8 al 9 de agosto de 2007, Jean Flamcourt, un joven gestor de inversión del BNP Paribas Investment Partners, estaba sentado frente a un muro de pantallas. Las miles de líneas intermitentes que cambiaban de valor constantemente simbolizaban el universo del poder del capital; vivían conectadas a la mayoría de los índices bursátiles y a la cotización a tiempo real de los vehículos en los que su banco era partícipe. Aquél había sido un día largo, pero su instinto le decía que había algo que no encajaba. Y no podía encajar. Todavía no lo sabía, pero un buen número de los fondos que gestionaba su empresa estaban rebosantes de basura y, en realidad, no valían nada.
Jean sabía que, el pasado febrero, The Wall Street Journal publicó un artículo que denunciaba el peligro al que se enfrentaba el mundo por culpa de un tipo de hipoteca que, por aquel entonces, fue bautizado como «subprime».2 Se habían empezado a acumular los impagos en Estados Unidos. La cotización y el valor de los fondos de inversión, que estaban compuestos en su mayor parte por esas hipotecas, eran dudosos. En mayo, esos mismos productos financieros habían sido criticados por los principales inversores, los cuales, sin hacer ruido, inician una huida generalizada de esos fondos.
Pero ya era tarde. La enorme bola de estiércol que algunos divisaban en el horizonte era imparable. El banco central de Esta- dos Unidos, la Reserva Federal, decide comunicar que hay riesgo de crisis. La percepción de que las cosas pintaban bastos se generaliza, pero todavía nadie es capaz de advertir la verdadera envergadura de la tragedia. Al mes siguiente varios fondos flexibles que tenían deuda del banco de inversión Bear Stearns quiebran. A esas alturas, la «tormenta perfecta» iba a dejar de ser sólo el título de una película. En julio, la propia Reserva Federal admitía que las pérdidas generadas por los productos financieros ligados a las hipotecas subprime rondaban los 100.000 millones de dólares. Era la primera vez que se cuantificaba la herida.
Pero el detonante del desastre no se inició hasta la primera semana del mes de agosto, cuando el problema se inocula a los mercados financieros. Hasta ese momento, la «basura» parecía contenida en sus bolsas de plástico. Sin embargo, eso no era así. Blackstone quiebra el 2 de agosto. American Home Mortgage, el 6. El 7 lo hace el National City Home Equity de California. De momento, sólo un banco alemán admite tener hipotecas subprime en sus productos financieros. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertaba en un informe de que «de los 4,2 billones de euros en bonos ligados a hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos, por lo menos unos 700.000 millones no eran estadounidenses», es decir, tenían que estar en Europa. Si todo ese dinero estaba yéndose por el desagüe del viejo continente y sólo había un banco alemán que había reconocido tener 25.000 millones de ese deshecho financiero, ¿dónde estaban los otros 675.000?, ¿quién los tenía? O, mejor dicho, ¿quién estaba a punto de quebrar?
Flamcourt era un joven ávido por aprender. Le apasionaba la economía, la inversión, los fondos, tratar con clientes, la bolsa…, y se extasiaba mirando horas y horas aquellas pantallas con números intermitentes. Por eso pasaba tantas horas leyendo, siguiendo lo que se publicaba esos días acerca del desastre de al- gunas entidades estadounidenses. Le sorprendía que en Europa no se hubiera detectado nada importante, que no se hiciera caso del informe del FMI. Su interés se convirtió en sospecha, y su sospecha, en evidencia.
Llevaba muchas horas o balances, escudriñando hojas de cálculo y descubriendo de qué estaban formados algunos de los productos que él tenía que vender a sus clientes cada día. A las tres de la madrugada un golpe metálico le sacó de su fijación casi enfermiza. Era el personal de limpieza que había llegado a la planta 11 del edificio situado en el número 16 del boulevard des Italiens, en París. Aquel sonido era hueco, casi perfecto, sin reverberación. Miró en la dirección desde donde vino el sonido y saludó a un hombre de unos cuarenta años, en bata verde y con auriculares rojos. Lo saludó, pero no obtuvo respuesta. Al regresar al campo de batalla aritmético, puso su mirada en una línea de códigos. Estaba en la parte superior de una de las pantallas más alejadas de su zona de trabajo. Le había pasa- do inadvertida todo el tiempo. El título del fondo que describía era Parvest Dynamic ABS. Tenía un componente muy extraño que daba múltiplos incoherentes, su dependencia de valores estadounidenses era exagerado, y su aparente estabilidad no era normal. Buscó si había algún patrón. Lo encontró. Ese mismo modelo se repetía en dos fondos más: el BNP Paribas ABS Euribor y el BNP Paribas ABS Eonia. Todos estaban cubiertos de gloria. Ahí había un montón de hipotecas que nadie pagaría jamás en Estados Unidos.
Lo que vino a continuación está más que escrito en mil li- bros, películas y leyendas. Jean Flamcourt llamó a su superior inmediato, y éste al suyo, y este otro al superior de él…, y así has- ta llegar a quien podía dar la orden. Aquella misma mañana de agosto, antes de que los mercados hubieran abierto en Europa, el BNP Paribas Investment Partners decidió suspender el valor liquidativo de esos tres fondos por los efectos que las hipotecas en Estados Unidos estaban generando. Argumentaron que la ausencia de precios de referencia provocaba una falta de liquidez inédita. La bomba había explotado.
Jean Flamcourt se fue a su casa a media mañana. Con la sensación agridulce de que había hecho un gran trabajo a la vez que estaba siendo testigo de un desastre monumental. Sentado en el sofá de su apartamento, con un sol insolente entrando por to- das partes, se puso a contemplar cómo se hundía el mundo. El virus se transmitió durante ese mismo día y el siguiente. Todas las bolsas del planeta se descomponían. Las comparativas con otros momentos de la historia eran más que razonables. Viendo que el capital teórico perteneciente a esos fondos no valía nada, el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal inyectaron la mayor cantidad de liquidez que se recordaba y que aún se re- cuerda. No sirvió de nada.
El viernes 10 de agosto el principal banco alemán, el Deutsche Bank, reconoce que tiene fondos repletos de nada. El Banco Central Europeo comunicaba que estábamos preparados para «una crisis financiera en varias etapas por culpa del capital riesgo y de las hipotecas subprime». Diez minutos después quiebra otro banco, el Home Banc. Cada vez que hablaba un político o un directivo bancario subía el pan y cerraba un fondo.
Estuvieron inyectando dinero por todas partes hasta el 15 de agosto. Cada día llegaba un nuevo camión lleno de liquidez. Rams Home Loans perdió la mitad de su cotización en un día. Countrywide igual. Los rumores de que alguien muy gordo estaba a punto de quebrar no cesaban. Viendo que no había manera de parar la sangría, la Reserva Federal bajó los tipos. «Ya está», pensaron, «así lo pararemos». Y lo pararon, pero sólo temporal- mente. El 23 de agosto la necesidad de más inyección de liquidez se hace urgente. Por todas partes salen bancos que aseguran tener hipotecas subprime en sus balances. Empezó el «quien no corre vuela». Noventa entidades de Estados Unidos, dos docenas de Europa y el Bank of China admiten que tienen el mismo problema que el resto. Se avecinaba lo peor. El 5 de septiembre se cae todo. El pánico se adueña de los clientes del banco británico Northern Rock, que precisa ser rescatado; la financiera Victoria Mortgages se declara insolvente; el día 29 quiebra el primer banco digital estadounidense, el Netbank; el 1 de octubre, el banco suizo UBS anuncia pérdidas bíblicas, y el Citigroup, el mayor grupo financiero del universo conocido anuncia pérdidas de dimensiones gigantescas. Al día siguiente, el mayor corredor de mercados de capitales del mundo, Merrill Lynch, anuncia lo mismo. Y así hasta finales de año. No había quien pudiera orde- nar tal rompecabezas.Los bancos inyectaban liquidez, pero, lejos de ayudar, los efectos de todo ese caos financiero se contagiaban a la propia economía de las empresas y de las familias. El FMI cuantificaba ya en un billón de dólares las pérdidas originadas por la crisis subprime. Un montón de dinero que, curiosamente, no estaba en ningún lugar. Sólo se debía. Nada parecía parar el desastre. Las bolsas estaban en cifras que nunca antes se habían visto, y se avecinaba una gran recesión. Sólo faltaba una guinda en el pastel. Un año después de que Jean Flamcourt descubriera que su empresa estaba repleta del más absoluto vacío, el 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión estadounidense, que gestionaba entonces 46.000 millones de dólares sólo en hipotecas, quebró. Esa tarde, el Bank of America compra Merrill Lynch para evitar otra quiebra esa misma tarde. Un año después de que explotara todo ese desbarajuste, los efec- tos brutales de la crisis, lejos de calmarse, se intensificaron.
El entonces jefe del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, seguía diciendo que no nos pusiéramos nerviosos, que estaba todo controlado. En Estados Unidos, el discurso era parecido. Cada vez que un responsable de política económica anunciaba una medida para evitar algo, lo estimulaba. No entendían qué sucedía, y, por consiguiente, no podían remediarlo. ¿Cómo podía ser que una crisis de liquidez y valor del capital no frenara su caída inyectando lo que le faltaba? ¿Cómo podía ser que una miserable crisis hipotecaria estuviera poniendo en jaque el sistema de deuda y valor tan bien compuesto por todos? La explicación estaba muy lejos de los mercados, de los bancos, del escritorio de Jean Flamcourt. La respuesta estaba en un garaje, y muy lejos de ese ruido.
Ahora sabemos que aquel boquete que parecía inmenso era en realidad un agujero negro; que la paranoia se instaló y que le dimos a la imprenta del dinero rápido con todas nuestras fuerzas. No dejó de ser todo un insulto a la inteligencia. El agujero no se llenó, era un pozo sin fondo. Se trataba de un suceso económico cuyo embrión se situaba en otro escenario y que nadie atendió correctamente. De hecho, el consenso sigue negando que una crisis financiera sea el origen de una recesión, sino que pudiera tratarse de la consecuencia crítica de algo muy distinto, mucho más transversal y tremendamente más profundo.
En aquellos días, el mundo no se detuvo. Todo pasaba mientras el planeta seguía girando y se automatizaba. Un concepto económico empezaba a tomar sentido. Se trataba de algo llama- do «deflación del capital». Realmente fue en Davos, en 2016, que se denominó por primera vez la era de la deflación del capital. Hasta entonces, ganadores del Premio Nobel, presidentes bancarios, directivos y expertos habían bautizado esa etapa económica como «la mayor crisis financiera desde 1929».
Jean Flamcourt dejó el BNP poco después. Hubo recortes, cambios importantes y nuevas incorporaciones. Las opciones de ascender en su empresa se habían esfumado. Por lo menos en un largo tiempo. Decidió regresar al mundo académico, pero ahora para dar clases. Escribió un libro y empezó a participar en tertulias. Algunos programas de radio y televisión se lo rifaban. Su experiencia durante aquellos días del hundimiento le permitían ofrecer un discurso atractivo, subjetivo y apasionado. Se casó, tuvo una hija y fundó un espacio de reflexión junto a otros economistas e inversores con los que compartía la pasión por el análisis socioeconómico.
El 21 de enero de 2015, Jean llegó a Davos-Klosters. Se acababa de inaugurar la 45.ª edición de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial (o World Economic Forum, WEF). Jean había organizado su agenda para asistir al mayor número de conferencias y debates. Su interés se centraba en el profundo cambio político, económico, social y tecnológico en el que el mundo había entrado. Sus dudas acerca de la dimensión real que tenía para la economía los cambios tecnológicos que se vivían por entonces le estimulaban especialmente. Tenía un interés especial por establecer los límites entre integración tecnológica y refundación de los mercados. El mal trago pasado en la época de las subprime, la crisis que todavía rezumaba por todas partes y una incipiente automatización de muchos sectores le provocaban una notable fascinación.
Participaron unos dos mil quinientos líderes, algunos de los cuales eran los dirigentes de las mil empresas más importantes del mundo. Allí estaban los jefes de Estado del G20, los dirigen- tes de las principales organizaciones internacionales del mundo, los líderes de la sociedad civil, de los sindicatos, de las principales religiones mundiales, de los medios de comunicación y del arte. Y entre ellos estaba Jean, el hombre que descubrió que el mundo se apoyaba sobre cimientos de barro. Nadie allí lo sabía. Y él era sólo un compromisario anónimo. Uno más.
Entre todas las sesiones había una que le interesaba especial- mente. Sheryl Sandberg, la que era directora de operaciones de Facebook, participaba en un panel titulado «El futuro de la economía digital», centrado en valorar el papel de la digitalización para recuperar la economía mundial, lo que ella denominó la «internet absoluta». Jean estaba emocionado. En un momento determinado, tomó su iPhone y grabó un vídeo de apenas veinte segundos; etiquetó a la protagonista, geolocalizó su creación y la subió a Instagram. Al salir, en el descanso hasta la siguiente sesión, miró la televisión desde su propio teléfono, mantuvo una conversación por Skype con sus socios en Londres, hizo dos docenas de fotos más, navegó por la red analizando varios datos que le permitieran escribir la crónica del día y, una vez escrita, entró en la sección privada del periódico que le pidió un artículo y lo subió. Recibió una llamada. Era Carol, su secretaria. Tenía dos mensajes en Whatsapp. Su mujer le pedía opinión sobre unos muebles. Adjuntaba la foto y el enlace para analizar si el precio era asequible. Lo era. Hizo la compra directamente y le envió a su esposa el recibo de la transacción con la fecha exacta de entrega en su domicilio. Asistió a la siguiente conferencia. La registró con la grabadora de sonido de su teléfono. Almacenó todo lo escrito, filmado y etiquetado en el repositorio que tenía en Dropbox. Allí nadie podía tocarlo y no se le perdería. Se fue a su habitación. Daba gusto descansar en el Steigenberger Gran- dhotel Belvédère. Puso su móvil en el altavoz con conector USB que estaba encima de la mesita de noche y que permite escuchar toda tu biblioteca musical. Jean se conecto a su lista de Spotify, jugó un partida de Candy Crush y se durmió mientras sonaba de fondo algo de Joy Division. (¡Sí!, es posible dormirse con eso si estás agotado.)
Sin apenas pensarlo había puesto imagen, y con acciones, a lo que los teóricos llamaban la deflación del capital. Lo más im- portante es que esa cadena de sucesos era similar a lo que hacían millones de personas en todo momento y en todas partes. Todo lo que hizo con un dedo y una pantalla habría requerido una de- cena de dispositivos tan sólo quince o veinte años antes. El coste de esos dispositivos también habría sido diez, quince o veinte veces más. Aquellos artilugios necesarios para hacer todo lo que se podía hacer ahora con un sólo teléfono móvil tenían una obsolescencia programada de al menos cinco o seis años. En cambio, ahora, él mismo estaba pensando en cambiarse su iPhone 6 Plus por el 6S, y no tenía ni un año y medio de uso.
La deflación del capital era el motor de todo eso. Y sigue teniendo que ver. Pensar que lo que vivíamos sólo era un derivado financiero no sujeto a un cambio productivo mundial fue el error que se mantiene en muchos casos. Todo está mutando, y a una velocidad exponencial, y aún desconocida. La tecnología está detrás de muchos de esos cambios, pero también los estimula un nuevo modo de pensar. Se acaba la propiedad tal y como la hemos entendido. El producto pasa a ser servicio, y el control del Estado es una entelequia. La economía circular, las plataformas sociales, la impresión en tres dimensiones, la inteligencia artificial y el nuevo consumo colaborativo lo están cambiando todo definitivamente.
La deflación del capital no es más que un modo de definir un mundo nuevo que ha explotado frente a uno anterior. A día de hoy, prometer empleo tal y como lo plantean nuestros gobernantes es un ejercicio de irresponsabilidad o desconocimiento que asusta, como veremos a lo largo de este libro. Bien estaría que, para abordar esa transición —a un mundo donde trabajaremos menos horas, donde trabajaremos de otro modo, donde trabaja- remos en cosas que no sean substituibles por máquinas y donde el concepto trabajo será un nuevo social a definir toda- vía—, se empezaran a establecer directrices y liderazgos realistas al respecto. Esto no va de ir prometiendo hasta meter…, como dice el refrán. Esto va de mitigar un tremendo y doloroso escenario a diez o doce años vista; va de prever el mundo de nuestros hijos.
No se trata de hablar de rentas mínimas garantizadas a jóvenes menores de no sé qué edad, ni de ajustar la vida laboral por arriba o por abajo. No va de subir impuestos para soportar una sociedad del bienestar inasumible. Va de preparar todo ello para que sea posible. No va a haber trabajo para todos, tengamos eso claro; ni aun adquiriendo nuevas habilidades. La tecnología se va a encargar de ello… Así como ya jubiló nuestra cámara de fotos, nuestro GPS, nuestra televisor del dormitorio, nuestro vídeo, nuestro ordenador de mesa o nuestro propio teléfono tradicional, así lo va a hacer también con nuestro empleo.
Por eso debemos exigir que el comportamiento de quienes dirigen no sea maniqueo. Ni blanco ni negro, ni bueno ni malo, ni rentas mínimas de derechas ni de izquierdas. ¿Cómo piensan pagar «los de izquierdas» una renta básica? ¿Cómo piensan no instaurarla «los de derechas» y que el mundo siga girando? A ver si la solución podría ser dinamizar la empresa privada, estimularla para que se modernice, y rebajar los impuestos para facilitar su competitividad. Es una opción. Tenemos otras pero no me negarán que con empresas eficientes, rentables e internacionalmente competitivas se podría plantear un mundo cuya deflación del capital podría estar ya gestando una deflación estructural, de tipo social.
El tiempo disponible para preparar esa sociedad inmediata se va agotando. Seguir presionando a la empresa y a los consumidores para que paguen el dispendio y sus intereses convierte en crónica una situación que sólo tenía que ser transitoria. La llamaron «crisis», y era una «deflación del capital». Llevamos años hablando de «recuperación» y a este paso va a ser una «deflación social».
2. Un nuevo contrato social llamado «empleo»
Toda rosa tiene su espina, como cada noche tiene su amanecer.
Igual que cada vaquero canta una triste canción, cada rosa tiene su espina.Letra de Every rose has its thorn, POISON
Llamaron crisis a una deflación del capital, y llaman recuperación a una deflación social. En medio mundo se lee que el empleo se está recuperando y que, por consiguiente, lo que ha vivido el mundo en los últimos diez años no era más que un bache profundo derivado de una crisis de tipo tradicional. El mundo se recupera. Los más destacados economistas aseguran que estamos en una estancia que volverá a traer riqueza y júbilo a todos. Lo bueno es que es cierto. El paro bajará, de momento. Lo grave es que es una apreciación tan cortoplacista que asusta. Es miopía pura. Tanto la falta de análisis de lo que está pasando en el subsuelo económico como mantener el mantra de la recuperación inmediata es de una irresponsabilidad bíblica. Hay muchas cosas que no se están teniendo en cuenta y que, o nos ponemos en ello, o el pinchazo de la burbuja inmobiliaria parecerá una especie de guardería comparado con la que se nos viene encima.
Stephen Hawking decía que «estamos en el momento más peligroso en el desarrollo de la humanidad» y que «el ascenso de la inteligencia artificial destruirá el trabajo de manera irreversible entre las clases medias». El genio de Oxford tenía claro que sólo quedará empleo creativos y supervisores. Se preguntaba si es- tamos preparando a nuestra sociedad inmediata para un mundo con un desempleo que él calculaba que rondaría el 60 por ciento. La Casa Blanca publicó un informe hace un tiempo que profundizaba en ese escenario. El 83 por ciento de los trabajos donde la gente gana menos de 18 euros por hora ha iniciado la primera fase de automatización o reemplazo. En apenas cinco años, el mercado del vehículo autónomo será factible. En menos de una década, unos diez millones de vehículos usados en transporte y logística en todo el mundo no precisarán conductor. Es decir, unos diez millones de personas que conducen para ganarse la vida lo dejarán de hacer. Por lo menos como ahora lo hacen. En tres años, en nuestro entorno será cada vez menos habitual ver personas atendiendo en cajeros o restaurantes fast food, así como jardineros o contables. En cinco años lo será con asistentes médicos, recepcionistas, policías de tráfico, agentes de mostrador en aeropuertos, personal de oficinas o salas de cine. En ocho años costará ver taxistas y camioneros. En diez, quizá no veremos peluqueros, abogados, dentistas o directores de recursos humanos haciendo lo que hacen ahora. En veinte, no trabajaremos como lo hacemos ahora… A cada paso lo irreversible se hace más evidente.
El mundo no se va a acabar, pero va a cambiar tanto y tan rápido que no tenemos la opción de preguntarnos si está bien o mal, si es posible pararlo o no. Va a pasar. El valor añadido no estará en si te lo crees o no. La mayor ventaja estará en haberlo previsto y haber implementado una estrategia empresarial, personal, política, social y económica.
______________
El resto del libro puedes adquirirlo en diferentes formatos y plataformas a partir de la página oficial de Planeta Libros donde está referenciado.
2019, el mejor año de la humanidad. ¡Feliz 2020!
Vamos a acabar el año en positivo. Según muchos indicadores, 2019 ha sido el mejor de la historia de la humanidad. Es cierto que seguimos con males endémicos y problemas cuyas soluciones todavía parecen a años luz, pero sin embargo, en términos generales, el mundo está mejor que nunca. Desde que los humanos modernos surgieron hace unos 200.000 años, este ha sido el año en que los niños han tenido menos probabilidades de morir o los adultos menos probabilidades de ser analfabetos.
Vamos a acabar el año en positivo. Según muchos indicadores, 2019 ha sido el mejor de la historia de la humanidad. Es cierto que seguimos con males endémicos y problemas cuyas soluciones todavía parecen a años luz, pero sin embargo, en términos generales, el mundo está mejor que nunca. Desde que los humanos modernos surgieron hace unos 200.000 años, este ha sido el año en que los niños han tenido menos probabilidades de morir o los adultos menos probabilidades de ser analfabetos.
Cuando nacieron mis padres, casi en la década de 1950, la mayoría de la población mundial era analfabeta y vivía en la pobreza extrema. Para cuando yo muera, según la esperanza de vida actual en España, el analfabetismo y la pobreza extrema habrán sido erradicados. Es difícil imaginar un mayor triunfo para la humanidad que esta comparativa que afecta únicamente a dos generaciones.
En 2019, como indica el artículo del New York Times ‘This Has Been the Best Year Ever’, todos los días de este año que ya termina, 325.000 personas obtuvieron su primer acceso a la energía eléctrica, más de 200.000 accedieron al agua corriente por primera vez y unas 650,000 se conectaron a Internet por primera vez en su vida. Cada día de 2019, cifras que no se habían producido a ese nivel nunca antes.
En 1950, el 27% de todos los niños seguían muriendo a los 15 años. Ahora esa cifra se ha reducido a solo un 4%. Max Roser, un economista de la Universidad de Oxford que dirige World in Data asegura que ‘si se te diera la oportunidad de elegir el momento en que nacer, sería muy arriesgado elegir un momento en cualquiera de las miles de generaciones en el pasado porque en todas ellas, excepto las últimas tres o cuatro, casi la totalidad de la población mundial vivía en la pobreza extrema. Hablamos del 90% de la gente. Además, las hambrunas y las enfermedades han sido comunes a todo ese tiempo. Lo mejor es vivir hoy, en este tiempo’.
Y viendo esas cifras, me pregunto porque seguimos atendiendo a noticias negativas constantemente. Los descubrimientos médicos se amontonan en la lista de conceptos que cambiaran nuestra vida a mejor en un breve espacio de tiempo. En este blog y en mis redes explico a diario cuales son. ¿Porque los periódicos y televisiones no encabezan sus portadas con algo así como que ‘Otros 170,000 salieron de la pobreza extrema ayer’? U otra opción podría ser ‘el número de personas que viven con más de 10 dólares al día ha aumentado en 245,000 ayer mismo’.
Hace medio siglo, la mayoría de la gente del mundo era analfabeta; ahora nos acercamos al 90 por ciento de la alfabetización de adultos. Ha habido avances particularmente grandes en la educación de las niñas, y pocas fuerzas cambian el mundo tanto como la educación y el empoderamiento de las mujeres. Además, curiosamente, cuando los padres confían en que sus hijos sobrevivirán a la vez que tienen acceso al control de natalidad, tienen menos hijos y el ciclo de crecimiento se equilibra y se hace más sostenible. Es terrible que cualquier niño muera en el mundo cada seis segundos, pero el día que se fundaba Facebook (por poner un hilo temporal reconocible), eso sucedía cada tres.
El objetivo de las Naciones Unidas de eliminar la pobreza extrema en 2030. La tecnología puede ayudar como nunca antes. La automatización, la inteligencia artificial, el uso de los datos, la robótica, la edición genética u otros avances médicos pueden lograrlo. Somos la primera generación en disposición de erradicar la pobreza global y hay que aprovecharlo. El mundo ha cambiado a lo largo de la historia y ahora es el mejor momento para haber nacido en términos generales. Sin embargo, como dice el Max Roser, ‘tres cosas son ciertas al mismo tiempo: el mundo es mucho mejor, el mundo es horrible, el mundo puede ser mucho mejor.
Tras esa reflexión global también es muy nutritivo hacer balance personal y confrontarlo al mundo en el que vivimos. En mi caso ha sido un año excepcional en lo personal y en lo profesional. Han sido más de un centenar de vuelos, veinte de ellos transoceánicos, para atender las casi cien conferencias ofrecidas este año en más de veinte países. Nuevos, y cada vez más importantes, clientes en nuestra consultora que se muestran muy contentos con el trabajo de transformación digital que les ofrecemos. Un nuevo libro tras dos años de trabajo. Más televisión y algunos reconocimientos como el TopVoices 2019 de Linkedin. En general, un buen año que no es más que el impulso para el próximo, en lo global como he expuesto al principio y en lo propio también.
Permíteme un final típico pero necesario. Deseo para este 2020 que la tendencia global de mejora en todos los campos continue y, si es posible, se acelere. También, a todos los que me seguís en todos mis canales y redes, os deseo lo mejor para este año que viene. Hay mucho que hacer, mucho que aprender.
Entrevista en La Aventura del Saber de TVE
Salvador G. Valdés me entrevistó en La 2 de TVE, en el programa uno de los programas históricos de la televisión pública, La Aventura del Saber con motivo de la publicación de mi último libro, ‘La Era de la Humanidad’. La entrevista se emitió el pasado miércoles y estuvimos hablando de muchas cosas que aparecen en el libro pero hubo un concepto en el que nos centramos en una parte de la misma. Se trataba de la idea de que tras un despliegue tecnológico siempre aparece un valor humano en todo ello y que, en este caso, podíamos incluso hablar de una especie de ‘humanidad aumentada’.
Salvador G. Valdés me entrevistó en La 2 de TVE, en el programa uno de los programas históricos de la televisión pública, La Aventura del Saber con motivo de la publicación de mi último libro, ‘La Era de la Humanidad’. La entrevista se emitió el pasado miércoles y estuvimos hablando de muchas cosas que aparecen en el libro pero hubo un concepto en el que nos centramos en una parte de la misma. Se trataba de la idea de que tras un despliegue tecnológico siempre aparece un valor humano en todo ello y que, en este caso, podíamos incluso hablar de una especie de ‘humanidad aumentada’.
Si ves los informativos generalistas, si lees los titulares de los medios escritos o escuchas tertulias de radio abarrotadas de 'expertos de todo', seguramente recordarás que ya te han presentado avances en IA que parecen ‘humanos’ y que eso ya está aquí. No es cierto. No. De hecho, ahora mismo básicamente, lo que tenemos son preguntas y esta es precisamente la razón por la cual es importante empezar a analizar el futuro en el que convivamos con ella. Lejos del alarmismo incomprensible de algunos ‘popes’ de la tecnología y la ciencia. Probablemente la respuesta no esté en poner límites a los desarrollos de Inteligencia Artificial. Posiblemente la cosa vaya de ‘aumentar’ al género humano. Estaría bien no olvidar que la IA no es nada más que una nueva herramienta que está para ayudar y beneficiar a los humanos. ¿No? Y si no lo apartamos del análisis veremos que puede ser utilizada para ‘aumentar’ a los humanos. Si hablamos de realidad aumentada, ¿por qué no hablar de humanidad aumentada?
Entrevista en La Razón: ¿Cuánto invierten los países en industria 4.0?
Blanca Capitán, de La Razón, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «Francia invierte 23 veces más que España en robots». Aunque el título hace referencia a la inversión pública en el país galo para estimular la robotización de su industria, en realidad lo que explico en la conversación es que es una inversión más genérica y que se realiza en todos los aspectos que interfieren en el desarrollo de la cuarta revolución industrial. España tiene programas de dinamización pero no llega a la potencia de otros países de nuestro entorno. Tenemos ejemplos más detallados como que nuestro país no tiene ningún plan integral sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial. Bueno, mejor dicho, si tenemos, pero se trata de un libro blanco presentado en febrero de este mismo año y que todavía sigue en blanco. Aquí os dejo la transcripción de la entrevista.
Blanca Capitán, de La Razón, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «Francia invierte 23 veces más que España en robots». Aunque el título hace referencia a la inversión pública en el país galo para estimular la robotización de su industria, en realidad lo que explico en la conversación es que es una inversión más genérica y que se realiza en todos los aspectos que interfieren en el desarrollo de la cuarta revolución industrial. España tiene programas de dinamización pero no llega a la potencia de otros países de nuestro entorno. Tenemos ejemplos más detallados como que nuestro país no tiene ningún plan integral sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial. Bueno, mejor dicho, si tenemos, pero se trata de un libro blanco presentado en febrero de este mismo año y que todavía sigue en blanco. Aquí os dejo la transcripción de la entrevista.
«Francia invierte 23 veces más que España en robots»
Estamos en el momento más peligroso en el desarrollo de la humanidad», recupera Marc Vidal de Stephen Hawking, en la antesala de su nuevo libro «La era de la humanidad». La cita con el consultor en transformación y estrategia digital tiene lugar en el centro de Madrid, en un enclave destinado a la formación de dirigentes y al impulso del emprendimiento, la emblemática Fundación Rafael del Pino. Marc Vidal, solicitado conferenciante, ha hecho gira de su pensamiento en 27 países y actualmente se encuentra en presentando su cuarto libro.
–¿Qué mensaje transmite el libro?
–Optimismo. La implantación disruptiva de ésta precisa que repensemos su uso y nos acordemos que seguimos siendo los protagonistas. La revolución tecnológica que vivimos y que viviremos es cada vez más profunda. «La era de la humanidad» supone un toque de atención para la sociedad y una crítica sobre cómo España está a años luz de otros países.
–¿Qué recetas deberían seguir las grandes y pequeñas empresas frente a un nuevo cambio tecnológico?
–Depende del sector, el tamaño e incluso de la ubicación territorial. Lo que está claro es que el cambio tecnológico interfiere en cuatro vértices claros. Por un lado, las empresas tienen que entender que el cliente quiere ser el centro de la cadena de valor, algo que no es sencillo sin la tecnología. La segunda clave sería mejorar los procesos productivos. La tercera se refiere a la generación de nuevos modelos de negocio, es decir, hacer la misma actividad pero de otro modo. Y la cuarta se basa en impulsar el desarrollo de las habilidades del equipo.
–¿A qué nivel de innovación se encuentra España respecto a otros países de Europa?
–No vamos líderes, por decirlo de manera sana. España carece de políticas fiscales. Irlanda, Berlín, París, Londres o Eslovenia cuentan con políticas de innovación tecnológica. La innovación en España está desequilibrada. Por ejemplo, en el último debate electoral, los candidatos se pasaron 178 minutos hablando: la palabra digital no salió ni una vez y la palabra tecnología salió en el minuto 171.
–¿Qué medidas pediría al Gobierno para afrontar una revolución?
–Una hoja de ruta adecuada para las empresas y las personas. Francia, por ejemplo, invierte 23 veces más que España en industria 4.0, la robotización requerida para el cambio tecnológico. España debería atacar este cambio empezando por subsanar el sector que más contribuye a su economía, el turístico.
–Al igual que los Emiratos, ¿cree que España debería crear el cargo de Ministro de Inteligencia Artificial?
–Suecia ya lo ha hecho y se llama «Ministro del Futuro». En España, el pasado febrero se presentó el «Libro Blanco de la Inteligencia Artificial» y se llamó así, supongo, porque desde entonces no ha pasado nada. Al mismo tiempo en el mundo se desarrollaron más de 18 libros con sus propios planes de inteligencia artificial. Esto quiere decir que otros países ya prevén la ética de esta materia.
–De cara a 2025, ¿cree que los robots podrían recortar puestos de trabajo?
–No deberían. Lo normal es que, a medida que la tecnología ocupe el espacio que hace un ser humano, éste vaya o se reubique. Cuando alguien te diga que un software te quitará el empleo, o que un robot ocupará tu puesto, entonces le tienes que contestar que no, que quien lo va a hacer será alguien como tú pero que se lleve mejor con ese robot o con ese software. Esa es la clave del futuro, llevarse bien con la tecnología. ¿Cuánto de computerizables somos?
–Sobre el trabajo con robots, ¿qué políticas sugiere?
–Estimular la robotización al igual que se estimuló la digitalización. Lo que hay que saber es para qué se estimula, y para eso nos haremos la pregunta de ¿quién lo hace? y ¿por qué lo hace? Este «porqué» es la clave. La tecnología solamente es el «cómo», y el «porqué» seguiremos siendo los seres humanos.
Entrevista en ABC: ¿Cómo será el futuro del trabajo?
Jose Manuel Sánchez, de ABC, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina». Hablamos de todo cuanto trata el libro de un modo general pero la parte que tuvo mayor relevancia resultó ser la que hace referencia al modo en el que trabajaremos en el futuro. En el libro destaco en la parte final este hecho y, en realidad, es el fragmento en el que mayor esfuerzo de análisis hago. No es fácil imaginar como será ir a trabajar en el futuro cuándo es evidente que no sabemos que tecnologías asociadas y derivadas de las actuales van a ser el hilo conductor. Os dejo aquí la transcripción de la misma.
Jose Manuel Sánchez, de ABC, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina». Hablamos de todo cuanto trata el libro de un modo general pero la parte que tuvo mayor relevancia resultó ser la que hace referencia al modo en el que trabajaremos en el futuro. En el libro destaco en la parte final este hecho y, en realidad, es el fragmento en el que mayor esfuerzo de análisis hago. No es fácil imaginar como será ir a trabajar en el futuro cuándo es evidente que no sabemos que tecnologías asociadas y derivadas de las actuales van a ser el hilo conductor. Os dejo aquí la transcripción de la misma.
Marc Vidal: «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina»
El lugar no puede ser más apropiado, la Fundación Rafael del Pino. Un espacio céntrico en Madrid que se dedica a formar dirigentes, impulsar los principios del libre mercado y la libertad de empresa y emprendimiento. En ese enclave, rodeado de una escasa vegetación urbana, acude Marc Vidal, una de las figuras más influyentes en la disrupción tecnológica. Conocido conferenciante y tertuliano, el divulgador expone en su nuevo libro, «La era de la humanidad: Hacia la quinta revolución industrial» (Deusto, 2019), los cambios e innovaciones que la sociedad va a vivir en los próximos años, así como el impacto que tendrá no solo en sus vidas, sino en todos los negocios. Su mensaje, pese a la marejada que viene de otra orilla, es más optimista.
Todavía no hemos alcanzado la Cuarta Revolución Industrial y usted ya se va directo a la quinta.
Normalmente, la mayoría de las revoluciones industriales nos enteramos de ellas cuando ya estamos ahí, en medio del meollo, con lo que todas las consecuencias negativas nos las comemos antes que nada; destrucción de empleo, deflación del capital. Diferentes aspectos que son característicos de las diferentes revoluciones tecnológicas nos avisan cuando estamos en ella. La llamada Cuarta Revolución Industrial nos hemos enterado de que lo que estábamos viviendo (una crisis financiera, inmobiliaria) tenía un trasfondo que tenia más que ver con una revolución tecnológica. No es que estemos cerca de la «Quinta», pero sí la podemos prever. Podemos interpretar que la singularidad tecnológica hay diferentes aspectos que tienen que ver con la automatización de nuestra vida económica y social, y van a afectarnos y mucho.
Si alguien piensa en aquellos trabajos de echar carbón a la locomotora hace cien años, debería darse cuenta que la tecnología permitió que esa actividad fuera más eficiente y cómoda para el empleado. ¿La tecnología es una oportunidad o una amenaza?
La tecnología siempre ha traído cosas buenas en términos generales. Obviamente, el ser humano tiene una mente retorcida y la utiliza para cosas no tan buenas. En principio, en ámbitos económicos y en el sentido humano, ha aportado cosas positivas. La Primera Revolución Industrial permitió que unas personas que trabajasen 16 horas al día, en el momento en el que entraba una máquina de vapor en una fábrica textil en el sur de Londres de 400 personas, dejasen de trabajar muchos menos. En esa época, además, lo llamaban «crisis industrial» no «revolución». Ahora los cambios son más rápidos, pero con cuarenta años después se entendió que aquello era para reducir de alguna manera la jornada laboral para que la gente hiciera otras cosas. Y que esa tecnología que en esos momentos se debía ejercer la fuerza bruta -como empujar utensilios- se pudiera realizar por una máquina. Ahí es donde empieza la cadena positiva de la tecnología. Ahora, por ejemplo, un 22% de las cosas que no hacemos los trabajadores las realiza un algoritmo o una inteligencia artificial. Calculo que para 2040 se le habrá dado la vuelta, con un 80% haciéndolo la máquina.
¿Qué hacer con el tiempo que nos resta?
Esa es la clave de esta historia. Cómo convertimos este nuevo tiempo que antes ocupábamos en hacer una serie de aspectos que tenían que ver con la idea de trabajar en una actividad que nos haga más humanos, y que además no perdamos ningún tipo de flujo económico con ello.
Desde hace tiempo se nos viene diciendo que vienen los robots; que en Europa se van a eliminar cincuenta millones de empleos en los próximos años por culpa los procesos automatizados. ¿Cómo se recicla o reutiliza a la gente que se queda fuera?
Siempre habrá empresarios, como habrá trabajadores, que aprovechen esta circunstancia para convertirla en algo a favor y que, además, daña a otro sector. Pero eso ocurre en todos los ámbitos. Está claro que quien entienda bien lo que supone tecnificar y ser más eficiente lo que sucede en su empresa desde el punto de vista tecnológico sacará ventaja. Y esa ventaja, a veces, no es que vayas a reducir el número de trabajadores sino que vas a aumentar la eficiencia de esos trabajadores gracias a que ahora les voy a facilitar herramientas tecnológicas que van a ser mucho mejores. Esto va de colaborar y, cuanto colaboremos con la tecnología, más diferente va a ser nuestro empleo pero seguramente más eficiente. Y tendremos más tiempo para otras cosas. El trabajo del futuro es más que probable que se parezca ir a la escuela que ir a la oficina.
Un mensaje optimista…
Es optimista porque al final refleja la evolución. Obviamente se van a destruir empleos, se ha hecho siempre. El ser humano lo que hace al final es convertir en eficiencia todos los problemas. Y ese problema que va a tener que ver con el régimen laboral, unos países lo harán antes, otros peor, otros mejor. No sabemos si la jornada laboral será de ocho horas o seis o cuatro, ni tampoco si habrá tres días para el fin de semana, pero la propuesta de que eso se hable parte del error de que eso sea automático. Para ello, hay que cambiar el modelo de producción, el modelo de crecimiento de un país, porque tiene que ser más tecnológico.
Uno de los epígrafes del libro se titula «No era una crisis». ¿Qué era entonces?
Fue una crisis, pero fue más una consecuencia. No fue tanto el origen de nada. Desde el punto de vista técnico, y más allá de lo que significa una crisis, fue una deflación del capital. Que es una de las características que tienen habitualmente las revoluciones tecnológicas. Una de ellas es «servitizar» (sic) las cosas -que se conviertan en servicios muchos productos cambiando la cadena de valor- y otra es la deflación del capital. Si comparamos todo lo que era necesario hace quince años para hacer las cosas que hace hoy en día un teléfono móvil necesitábamos quince dispositivos. Eso antes junto costaba 15.000 euros; ahora todo eso lo hace un aparato que vale apenas mil euros. La pregunta que se hicieron los economistas en World Economic Forum hace unos años fue que «¿dónde estaba ese dinero?». El problema es que hemos vivido aparte de esa crisis que en realidad era una consecuencia de algo -la tecnología- que estaba cambiando el mundo hemos vivido otra que llaman «recuperación». Y estamos viviendo una recuperación que en realidad es una deflación social. Es decir, que todo aquello que podíamos ganar por una serie de tareas que hiciéramos durante el día,. ahora es prácticamente imposible. Es decir, hemos vivido una deflación del capital en lugar de una crisis y, ahora, estamos viviendo una deflación social en lugar de una recuperación.
Duras palabras, pero hacía dónde vamos…
Las cifras parecen indicar que vamos hacia una crisis. Las crisis son algo más complejo que una desaceleración. Estamos en una fase de desaceleración, unos países más que otros. Que eso se convierta o no en una crisis dependerá de muchos factores. Es evidente que con las pocas medidas que se están tomando en algunos países como España para enfrentarse a eso que se nos avisa con claridad, nos puede sumir en una crisis profunda. Lo más probable que como en nuestro país no va a pinchar ninguna burbuja, que fue la hecatombe anterior, el problema es que no tienes nada que recuperar. Nada que volver a construir. España depende de un 16% del turismo y un 15% del sector inmobiliario. Es decir, un tercio de la economía española depende de sectores de poco valor añadido. Como no cambiemos ese modelo económico vamos a tener un problema grave. Puede que no sea profunda, pero sí que sea larga. Y los efectos pueden ser incluso peores. El tren de la modernidad ya ha salido. Hay países que tienen un plan integral de Inteligencia Artificial en desarrollo para ver cómo se enfrenta a la próxima década. Hay países que estudian en cómo nos enfrentaremos a la reducción del empleo por la tecnología o la reducción de la jornada para que sea más eficiente. Y nosotros, España, todavía mirando a ver si ha dimitido un señor [en relación a Albert Rivera, exlider de Ciudadanos].
Los gobernantes de uno u otro signos siempre prometen que quieren crear un «Silicon Valley en España». ¿Cree que eso es posible?
Algunos se deben pensar que Silicon Valley es un polígono industrial moderno. O no han estado o no se lo han explicado bien. Silicon Valley es una cosa que es difícil incluso de reconocer. Es un espacio donde hay mucho talento, pero sobre todo mucho dinero que ha generado que ese talento tenga salida. Hay una apuesta empresarial pero también ha habido apuesta institucional desde hace muchos años. Pero además de ese capital, hay que facilitar las cosas para que ese capital tenga ganas de invertir. Hay gente que se cree que es poner varias empresas al lado en una especie de «coworking» -trabajo compartido- . Al final no es así. Y, de hecho, cada país tiene que asumir cuál es su realidad. España, por ejemplo, no tiene petróleo con lo que para qué vamos a plantearnos un futuro con combustibles fósiles. España tampoco tiene un Silicon Valley. No somos creadores de empresas tecnológicas nuevas. España es un país turístico. Tiene innovación en «biotecnología» que se podría potencial. Pero si tienes el Turismo que es un porcentaje importante de la economía española, modernicemos ese sector. En aquello que sabes que eres una potencia mundial, ¿por qué no lo reconvertimos y le damos más valor tecnológico? La idea es cómo utilizar los aspectos en los que somos mejores para que la tecnología nos lo haga mucho mejor y no tengamos competidores.
La tecnología de consumo y la innovación se maneja ahora mismo de dos frentes, Estados Unidos y China. ¿Pinta algo Europa?
El discurso fácil es que en Europa hay mucho talento, pero la realidad es que las empresas europeas que han sido capaces de convertirse en primeras potencias mundiales se han tenido que ir a Estados Unidos para buscar fórmulas alternativas u otras han tenido que relacionarse con China. Europa se ha quedado, sinceramente, detrás de la innovación. Se ha vuelto vieja. No se le hace demasiado favor que se le examine tanto a las tecnológicas. No son todo bondad, pero lo que nos han traído muchas cosas que nos hacen mejores. Habría que ser capaces de jugar otros papeles, no tanto de árbitro, pero sí de estimulante.
De hecho, pone siempre de ejemplo el modelo de Kodak.
Esta empresa vivió una realidad curiosa. Es sintomático de cómo a veces teniendo la solución delante de tus narices no se aprovecha. Kodak había patentado la cámara digital y se negaron a poner en marcha un plan de producción para sacarlo adelante y de incorporarla en su negocio porque consideraban que tenían un problema con el stock de papel. Se encontraron con el debate de que si ellos ponían la pista de que el mundo de la fotografía pasaba por la cámara digital muchas empresa que no se dedicaban a ese sector podrían ser potenciales competidores. Pero también pensaron que nunca los seres humanos preferiría ver imágenes en cámaras pequeñas. Y desaparecieron justo cuando la fotografía estaba siendo más usada. Nunca hemos hecho más fotografías que ahora. El problema no era hacer fotos sino el soporte, que ya se había digitalizado. Y en el momento en el que se digitaliza algo cambia todo.
¿Cómo superan esas grandes estructuras ejecutivas el miedo a la tecnología?
Una gran compañía que quiere enfrentarse a la potencial disrupción tecnológica tiene que asumir un comportamiento más de ser muchas «startups» dentro de ella. Una gran compañía es un transatlántico y una «startup» es una lancha. Es imposible hacer que el transatlántico funcione como una lancha, pero sí que esté compuesto por muchas lanchas. Ese modo de trabajo requiere cuatro cambios imprescindibles: modificar el conocimiento del cliente, los procesos tienen que ser inteligentes, generar nuevos modelos de negocio y, por último, es que hay que formar a las personas de una manera muy distinta. Hay que hacerse una pregunta: «¿Cuántas de las cosas que voy a hacer en dos años las va a hacer una máquina?» Y ahí descubrirás qué porcentaje de tu trabajo va a ser sustituido. El porcentaje que no va a ser sustituido es la clave, porque es el que debes potenciar.
Hace mención también al sector bancario, otro sector que ha estado sufriendo innumerables crisis. ¿Cómo vislumbra el futuro del dinero?
Que el dinero sea digital es el objetivo de la administración pública y de las entidades financieras porque es más fácil de identificar. Va a mejorar todo lo que significa el sistema monetario y esas fluctuaciones de dinero que no sabemos muchas veces qué sucede, y será además más fácil de detectar cuando una persona hace algo malo. El efectivo tiene los días contados. Incluso la tarjeta de crédito empieza a tener poco uso. La disrupción en este sector va más allá de si habrá o no dinero, si será criptográfico o no. Las nuevas discográficas son los bancos porque le van a venir sus «Spotify», su «Napster». Y tiene que ver porque la gente va a empezar a preferir tener productos financieros vinculados a aquello que compra. Esa perspectiva es en donde la banca tradicional va a tener que hacer un mayor esfuerzo.
¿Aboga por una especie de renta básica universal?
El hecho de que vayamos al trabajo a aprender no será optativo por una razón: cuando nos encontremos que hay una máquina o un software que va a hacer cosas que antes hacíamos nosotros. Sabemos que las máquinas son muy buenas respondiendo pero son muy malas creando preguntas. Las preguntas las creamos los seres humanos. Cuando más sepa de esa máquina mejores respuestas me dará. Y cuantas mejores respuestas obtenga, mejor trabajador seré. El buen matemático es aquel que interpreta que con una calculadora puede hacer grandes cálculos. La calculadora no le sustituye a él, sustituye el tiempo que antes dedicaba a operaciones a mano. La renta básica universal u otras fórmulas que se puedan adoptar digo siempre que no va ser ni de izquierdas ni de derechas, va a ser inevitable. Porque al fin y al cabo vamos a tener que racionalizar que mucha gente no va a poder alcanzar ese punto pero a la vez vamos a tener que ser capaces de distribuir lo que sí se haga a través de esas máquinas y esas personas.
Mi nuevo libro: 'La Era de la Humanidad'
Detrás de escribir un libro hay un trabajo intenso, de largo recorrido, de mucha reflexión y de una ilusión que lo aparta todo. En unos días saldrá al mercado mi nuevo libro titulado ‘La Era de la Humanidad’ y con el subtítulo ‘Hacia la Quinta Revolución Industrial’. Un ejercicio que sintetiza, y ordena, mucho de lo que en este blog has podido leer estos últimos cuatro años. El libro, como ya hiciera con mis anteriores libros ‘Contra la Cultura del Subsidio’ y ‘Una Hormiga en París’, lo edita Planeta, esta vez a través de su sello Deusto. Repito editor, mi paciente y brillante amigo Roger Domingo. Se pondrá a la venta el próximo día 22 de octubre pero ya se puede reservar ya en Amazon, en Agapea o en Casa del Libro. Por cierto, la presentación oficial será el 12 de noviembre a las 19:00 horas en la Fundación Pons en la calle Serrano 138 de Madrid. Si os apetece venir, nos vemos allí. Estaremos acompañados de algunos robots, economistas de prestigio, tecnólogos y un montón de amigos.
Detrás de escribir un libro hay un trabajo intenso, de largo recorrido, de mucha reflexión y de una ilusión que lo aparta todo. En unos días saldrá al mercado mi nuevo libro titulado ‘La Era de la Humanidad’ y con el subtítulo ‘Hacia la Quinta Revolución Industrial’. Un ejercicio que sintetiza, y ordena, mucho de lo que en este blog has podido leer estos últimos cuatro años. El libro, como ya hiciera con mis anteriores libros ‘Contra la Cultura del Subsidio’ y ‘Una Hormiga en París’, lo edita Planeta, esta vez a través de su sello Deusto. Repito editor, mi paciente y brillante amigo Roger Domingo. Se pondrá a la venta el próximo día 22 de octubre pero ya se puede reservar ya en Amazon, en Agapea o en Casa del Libro. Por cierto, la presentación oficial será el 12 de noviembre a las 19:00 horas en la Fundación Pons en la calle Serrano 138 de Madrid. Si os apetece venir, nos vemos allí. Estaremos acompañados de algunos robots, economistas de prestigio, tecnólogos y un montón de amigos.
La historia de la humanidad está jalonada de fases decisivas para su avance social, cultural y económico. Llamamos «revolución» a cada uno de esos períodos cruciales, y denominamos «revolución industrial» a los que entrañan un cambio tecnológico profundo que mueve todos los cimientos de la sociedad, causando primero grandes desajustes y después grandes avances y conquistas humanas. Podemos contabilizar ya cuatro revoluciones industria- les, y vivimos inmersos en la cuarta (también llamada «industria 4.0»), la de la transformación digital promovida por los sistemas inteligentes, interconectados y capaces de ser autónomos en la toma de decisiones.
Tal vez no hayamos empezado a percibir esta cuarta revolución sino desde bien entrado el año 2010, pero considero que se gestó a mediados de los años noventa del siglo XX. Su inmenso componente tecnológico (nanotecnología, drones, impresión 3D, realidad virtual, realidad aumentada, primeros estadios de la inteligencia artificial, robótica, gestión masiva de datos, hiperconectividad, etc.) va acompañado de profundos cambios en lo económico y en el trabajo humano, en el empleo, las profesiones y su definición misma. Y esos cambios no han estado hasta hoy asumidos y afrontados de igual manera en los diferentes países para garantizar el bienestar y las perspectivas de futuro de las personas. A este respecto, España parece rodar en mitad de un pelotón de gregarios, incapaz de superar planteamientos ideológicos o acomodaticios para abordar las reestructuraciones necesarias en lo económico, lo político, lo social y lo educativo. Y algo similar podríamos decir de los países latinoamericanos en general.
Lo que planteo en este libro es que esta cuarta revolución es tan sólo la antesala de otra transformación de mucho más alcance, la «quinta revolución industrial», inminente y, por ello, de urgente atención. Esa quinta revolución tiene que ver con cosas que aún no han pasado, pero para las que nos podemos preparar a nivel económico, empresarial, cultural, social, laboral, político, educativo y personal. Su marca diferencial será la expansión de la inteligencia automatizada, que quizá sea incluso más perturbadora para los modelos sociales existentes de lo que podemos prever ahora. La inteligencia automatizada y la robótica avanza- das, combinadas con el trabajo físico automatizado, serán siempre más rentables que cualquier trabajo repetitivo y previsible que hagamos los humanos. Y esto plantea un reto global cuyo abordaje es de extraordinaria urgencia. No creo en el catastrofismo de quienes auguran sin más que las máquinas nos quitarán el trabajo, sino que apuesto por un futuro donde, gracias a la automatización y la tecnología, el ser humano podrá trabajar de manera creciente en ámbitos más propios de las capacidades singulares humanas, y menos en las alienantes tareas repetitivas que una máquina podrá hacer mejor. El reto es cómo orquestar ese tránsito para evitar, en lo posible, los traumas temporales que conllevan estos decisivos cambios de paradigma.
Esa hipertransformación del todo que nos espera en muy pocos años culminará con lo que se ha llamado «singularidad tecnológica», que se prevé se desarrollará en tres fases. En la primera fase, los ordenadores alcanzarán un nivel de computación que asemejará funciones propias del cerebro humano (hacia 2025-2029); en la segunda, la inteligencia artificial aplicada a ordenadores y hardware robótico empezará a tener la capacidad de mejorarse a sí misma (hacia 2029-2035); y, en la tercera fase, la más compleja, las computadoras podrán plenamente mejorar- se a sí mismas (hacia 2040, como muy tarde).
Aunque esta quinta revolución no cobrará carta de naturaleza hasta la llegada de esa «singularidad», hoy podemos intuir que algunas de sus estructuras ya se están creando. El embrión de esa quinta revolución industrial está en los cambios que han sacudido nuestra sociedad especialmente en las últimas décadas, así como en la mutación que ha vivido nuestro modelo económico y social. Ahora, y de manera inaplazable, es prioritario identificar qué ha pasado, analizar la relación de ello con otros momentos de la historia e identificar las alarmas y las claves para no cometer errores que en el pasado significaron un retraso y un dolor innecesarios y evitables.
Este es un libro para saber de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos al respecto de tan decisivo paso. Y todo ello lo explico a partir de un análisis de nuestra más reciente historia, la que confundió un cataclismo socioeconómico vinculado al parto de la cuarta revolución industrial con una crisis financiera, y también desde el análisis de las transformaciones ineludibles que está viviendo nuestro mundo. Todos los cambios que estamos viviendo tienen un detonante tecnológico y encierran, en su espíritu, una gran potencialidad para mejorar la vida de los seres humanos (como ocurrió en el pasado).
Aun con los inevitables peajes transitorios que se deban pagar como sociedad, defiendo completamente la automatización y la digitalización. Tal defensa no es meramente una opción, sino una obligación, ya que es un signo de nuestros tiempos, y sería irresponsable no implicarse. No sólo tengo claro que esta revolución es un curso que hemos de tomar irremediablemente para conquistar el futuro inmediato, sino que, además, y especial- mente, no tengo duda de que, bajo un punto de vista humanista, esta revolución industrial y tecnológica que vivimos no busca prescindir de las personas en los procesos, sino que los humanos nos dediquemos a aquello para lo que somos la única especie ca- paz de hacerlo.
Si podemos utilizar las máquinas, la inteligencia artificial, la impresión 3D, los vehículos autónomos, la automatización de todo, la internet de las cosas (internet of things, IoT), o las plataformas colaborativas a partir de una aplicación para estimular, apoyar y complementar el potencial de los seres humanos en la empresa y en la vida personal, resulta obvio que todo ello supone un avance. Negarse a verlo, y a actuar en consecuencia, pone en riesgo el papel evolutivo global de cualquier revolución humana.
Asimismo, describo el tránsito que vamos a recorrer hasta llegar a esa quinta revolución (o «industria 5.0») y a esa singularidad, y defiendo que, a pesar de la inclusión absoluta de la tecnología en nuestras vidas, tendremos la oportunidad de ser más humanos que nunca. Pero este optimismo está bañado de prevenciones también, dadas las inevitables miserias y los padecimientos humanos por los que se ha pasado hasta ahora en períodos de transformaciones de tan enormes proporciones. Y por ello ausculto el mundo presente a fin de entrever qué hay que hacer ya, ahora, para amortiguar los efectos más duros de tal revolución, tanto pensando en los empresarios e industriales como en los trabajadores, y tanto en nuestras directrices educativas como políticas y de gestión. El ser humano es el objetivo prioritario de esta fase 5.0.
Definir la «industria 5.0» será definir la «sociedad 5.0», que son conceptos indisociables. Nos dirigimos a un escenario caracterizado por un mundo automatizado (robótica), cognitivo (inteligencia artificial) y de acceso inmediato a datos (5G), y es preciso ajustar y asentar antes un sofisticado presente digital, «líquido» y exponencial. También estamos ante herramientas impensables hace pocas décadas, como el big data, la IoT o la aún por venir internet del todo (internet of everything, IoE), con la que asistiremos a un mundo en que todo estará conectado con todo, algo que puede suponer tanto una enorme liberación y oportunidad para el ser humano como su pérdida de privacidad y libre albedrío, razón por la cual se hace completamente necesario legislar decididamente y de forma global para evitar posibles intenciones de hipercontrol de ese universo de conocimiento y de datos.
Este libro contiene también una crítica feroz a la falta de análisis, de estrategia y liderazgo durante los grandes cambios de la humanidad, una denuncia de la cobardía y la visión cortoplacista de muchos líderes que deberían actuar con valentía y visión a lar- go plazo, y no sumirse en batallas partidistas o ideológicas ni en el cómodo inmovilismo. Pero es también un canto de esperanza creíble sobre la construcción de un mundo que será indiscutiblemente más humano. Para esto último, por ejemplo, planteo propuestas sobre cómo deberíamos afrontar un mundo con un empleo muy distinto (en lo cuantificable y en su propio concepto o naturaleza) y en el que la educación debería estimular nuestras habilidades más humanas. La idea es que utilicemos la tecnología para valorar mucho más el factor humano. La tecnología nos hace más humanos y nos acerca a un estado natural en el que la creatividad, la empatía y la intuición tienen un valor exponencial.
Por último, ahondo en ese nuevo papel del ser humano en esta revolución que afecta a nuestra experiencia personal vital, a las relaciones interpersonales y sociales, a las necesarias nuevas habilidades profesionales y a nuestro rol en un mundo con un nuevo equilibrio entre conciencia personal y experiencia cognitiva. Este libro deja en manos de todos nosotros la oportunidad y el desafío de que nuestro futuro inmediato no sea «la era de las máquinas», sino «la era de la humanidad».
Os dejo aquí el índice que aporta algo sobre la idea general del esfuerzo realizado durante los últimos meses y que ha supuesto uno de los sacrificios más nutritivos que existen:
INDICE DE ‘LA ERA DE LA HUMANIDAD’
PARTE 1
No era una crisis
La deflación del capital.
Un nuevo contrato social llamado «empleo».
Un Ministerio del Futuro.
Montar un siliconvalei de cartón.
La clave está en los mares del norte.
La dimensión de la tragedia.
A Europa sólo le queda Eurovisión.
La era de la incertidumbre.
No era una ráfaga, era el futuro.
La internet del todo.
PARTE 2
Un mundo automatizado.
Edison no estaba solo.
Un presente de ciencia ficción.
El mejor amigo de mi hijo es un algoritmo.
Kodak y el tipo de la bandera roja.
Fintech: los bancos son las nuevas discográficas.
League of Legends no es sólo un juego.
Del quirófano a la torre de control.
Un mundo instantáneo.
O te transformas o te transformarán.
Renta básica inevitable.
La economía automática.
La ética cognitiva.
La humanidad aumentada.
PARTE 3
La empresa autoajustable.
Nuevos modelos de negocio y una botella de agua.
Nuevos clientes en el centro de la cadena de valor.
Nueva comunicación: de la agencia al laboratorio.
Nuevos procesos: la fábrica conectada.
Nuevas interacciones en un entorno robótico.
Nuevo crecimiento: de los e-sports a la biotech.
Nuevas relaciones digitales y el sex appeal de Siri.
Nuevos escenarios en la ciudad y en el campo.
PARTE 4
La quinta revolución industrial.
Cuándo las máquinas lo hagan todo.
¿Cuán «computerizable» eres?
El ser humano es el «porqué», y la tecnología es el «cómo».
Educación freelance para un futuro laboral freelance.
La singularidad tecnológica.
La singularidad humana.
Bonus track: carta desde el año 2050.
Lo más leído en 2017. Vosotros sabréis el motivo... ¡Feliz 2018!
El Papa Gregorio XIII impuso en 1582 el calendario gregoriano. Un mecanismo que nos permite entender los tramos de la vida artificialmente. El año acaba en unas horas y es un buen momento para hacer balance debido a esa división gregoriana. Aunque sea amontonando el cúmulo de cosas que hemos hecho y, también, listando los objetivos que se resistieron. Sirve para ordenar esa amalgama imperfecta de datos que componen el día a día. Mi primer pensamiento siempre es para los que nos dejaron. Con ellos siempre se va algo nuestro. Un buen momento para recordar a los nuevos amigos y los que ya lo eran. A nuevos clientes que han llegado y los que permanecen. A todos los colaboradores que estaban, llegaron nuevos y los que se fueron en busca de sus propios proyectos. A las miles de personas con las que se interesaron por lo que hacemos por diversos medios. A partir de las conferencias en gran formato, los workshops a empresas, de las emisiones en televisión, de una nueva traducción de mi libro y con los muchísimos lectores que siguen este blog. A éstos últimos agradeceros la lectura de los 101 posts que este año he publicado. Os enumero, a modo de curiosidad, los ocho más leídos, vosotros sabréis el motivo. ¡Feliz 2018!
El Papa Gregorio XIII impuso en 1582 el calendario gregoriano. Un mecanismo que nos permite entender los tramos de la vida artificialmente. El año acaba en unas horas y es un buen momento para hacer balance debido a esa división gregoriana. Aunque sea amontonando el cúmulo de cosas que hemos hecho y, también, listando los objetivos que se resistieron. Sirve para ordenar esa amalgama imperfecta de datos que componen el día a día. Mi primer pensamiento siempre es para los que nos dejaron. Con ellos siempre se va algo nuestro. Un buen momento para recordar a los nuevos amigos y los que ya lo eran. A nuevos clientes que han llegado y los que permanecen. A todos los colaboradores que estaban, llegaron nuevos y los que se fueron en busca de sus propios proyectos. A las miles de personas con las que se interesaron por lo que hacemos por diversos medios. A partir de las conferencias en gran formato, los workshops a empresas, de las emisiones en televisión, de una nueva traducción de mi libro y con los muchísimos lectores que siguen este blog. A éstos últimos agradeceros la lectura de los 101 posts que este año he publicado. Os enumero, a modo de curiosidad, los ocho más leídos, vosotros sabréis el motivo. ¡Feliz 2018!
Llamaron crisis a una deflación del capital. Ahora llaman recuperación a una deflación social.
España perderá 3 millones de empleos en diez años y está por ver cuantos creará.
¿Qué es eso de poner al cliente en el centro de la cadena de valor?
El 10% de los trabajadores en Dublín son desarrolladores de software. ¿Las claves?
Tercer Aniversario de Conector. Cuando un reto se convierte en privilegio.
Hace algo más de tres años Carlos Blanco, fundador de Encomenda VC, Nuclio VB y Akamon, me llamó y me dijo que me invitaba a cenar, que tenía algo que contarme. Algo que proponerme matizó. Con Carlos siempre es así. Cómo su cabeza es un hervidero y su corazón también, cualquier propuesta que venga de él sólo puede ser algo intenso, estimulante y bueno. Se trataba de algo que no tenía nombre, de sumarme a un grupo de fundadores de lo que ahora se conoce como la aceleradora Conector. Dije que sí obviamente.
Hace algo más de tres años Carlos Blanco, fundador de Encomenda VC, Nuclio VB y Akamon, me llamó y me dijo que me invitaba a cenar, que tenía algo que contarme. Algo que proponerme matizó. Con Carlos siempre es así. Cómo su cabeza es un hervidero y su corazón también, cualquier propuesta que venga de él sólo puede ser algo intenso, estimulante y bueno. Se trataba de algo que no tenía nombre, de sumarme a un grupo de fundadores de lo que ahora se conoce como la aceleradora Conector. Dije que sí obviamente.
Lo que me había propuesto a mi también lo había hecho con Risto Mejide, fundador de AftershareTV y 60dB, a Gerard Olivé, fundador de Antai VB y BeRepublic, a Miguel Vicente, fundador de Antai VB, LetsBonus y Wallapop, a Marc Ros, fundador de AftershareTV y 60dB y a Xavier Verdaguer, fundador de Imagine. Al frente de todos nosotros había previsto poner a la incansable Elisabeth Martínez.
Tres años después, Conector se ha convertido en una de las aceleradoras de referencia en España con una inversión acumulada de más de 18 millones de euros, el estímulo para la creación de más de 500 puestos de trabajo a través de un total de 88 startups aceleradas cuya valoración actual ronda los 80 millones de euros. En este tiempo hemos desarrollado una docena de programas de crecimiento para startups incluyendo las tres aceleraciones corporativas que están en marcha fruto de los convenios con Bankia, Seat y Grupo Franco.
La verdad es que Conector no sería lo que es sino fuera por los casi 150 mentores de primerísima calidad e de compromiso máximo que han logrado aportar sus conocimientos a todos los emprendedores que han pasado por nuestras instalaciones. El lujo de contar con los más reconocidos profesionales de múltiples sectores tecnológicos proporciona a una startup, en su inicio, una ventaja inédita. Es un salto brutal para muchas de ellas. Quienes lo aprovechan se nota.
Entre las que lo supieron hacer destacan Glovo, disponible en España, Francia e Italia, HeyGo, la 'app' ya es líder de clasificados de servicios en España en el ámbito 'mobile', Kompyte, la primera de nuestras startups que ha sido seleccionada para participar en un ‘batch’ de la fábrica de éxitos 500startups, Meller, la startup de complementos de moda que en su segundo año de vida ha logrado ya facturar más de 6 millones de euros y que algunos llaman como la ‘otra Hawkers’, Adictik, que fue seleccionada por la prestigiosa Techrunch como una de las apps más disruptivas en el ámbito de la publicidad en todo el mundo, PopPlaces, plataforma líder europea en alquiler de espacios por días en Europa, SantaFixie, la tienda online de bicicletas que está arrasando en el continente o Viuing cuyo modelo de negocio ha irrumpido con gran éxito en el escenario mundial de los espectáculos deportivos.
Ahora mismo, Conector está en fase de expansión. A la idea de lanzar programas de aceleración en algunos países de América y Europa se suman las ya oficiales sedes en Galicia, Madrid y, por supuesto, Barcelona. A pesar de mis obligaciones profesionales, intento implicarme en cada programa de aceleración en un par de startups y seguir el día a día del proyecto. Es complejo pues la actividad es intensa. Lo hago con entusiasmo pues la verdad es que me siento un privilegiado de pertenecer, trabajar y aprender todos los días junto a este grupo de socios, mentores y amigos.
'Las pensiones se van a recortar irremediablemente pronto'. Economía de Bolsillo S1: E11, 'Pensiones'
Esta semana en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de las 'Pensiones'. Sin duda uno de los aspectos vinculados a la economía doméstica que más preocupan. Hemos escuchado que el Fondo de Reserva de las pensiones ha perdido la mitad de su valor en apenas unos pocos años y que, a este ritmo, no parece que pueda sobrevivir mucho tiempo más. Según uno de los entrevistados en el programa, Santiago Niño Becerra, actualmente esa caja está siendo utilizada para atender las pagas extraordinarias de los pensionistas. Certifica también que en cuanto ese fondo se quede a cero, algo que ocurrirá en breve, el único remedio será recortar las pensiones.
Esta semana en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de las 'Pensiones'. Sin duda uno de los aspectos vinculados a la economía doméstica que más preocupan. Hemos escuchado que el Fondo de Reserva de las pensiones ha perdido la mitad de su valor en apenas unos pocos años y que, a este ritmo, no parece que pueda sobrevivir mucho tiempo más. Según uno de los entrevistados en el programa, Santiago Niño Becerra, actualmente esa caja está siendo utilizada para atender las pagas extraordinarias de los pensionistas. Certifica también que en cuanto ese fondo se quede a cero, algo que ocurrirá en breve, el único remedio será recortar las pensiones.
En el programa de este próximo sábado nos acercamos e este tema desde nuestra habitual perspectiva didáctica, divertida y amena con la que estamos acometiendo todos los temas económicos por muy complejos y grises que puedan parecer inicialmente. Las pensiones pueden ser analizadas desde muchos puntos de vista pero hay diversos elementos que no se pueden dejar de interpretar y explicar. Por ejemplo su historia, sus diferentes versiones, el modo en el que se regulan, la pensión media de los ciudadanos, su cobertura, etc.
Para ello conoceremos a alguien muy especial. Se trata de un atleta campeón del mundo de 96 años que todavía compite en la élite mundial de su categoría. Valentí Hugh nos ayudará a conocer la historia de las pensiones o cuándo y porqué nacieron. A continuación nos desplazamos a un balnerario dónde averiguaremos datos muy interesantes sobre las pensiones. ¿Sabías que son la partida presupuestaria más importante de nuestro país? ¿Cuantas tipologías de pensiones conoces? ¿Cuál es la que consideras que te va a beneficiar más? ¿Cuánto tiempo debes cotizar para alcanzar el 100% de las mismas?
Antes de saber si nuestras pensiones son mejores o peores que las del resto de países europeos y, para descubrir lo que piensan nuestros pensionistas y jubilados, mi iré a jugar unas partidas de Petanca. Sí, ya lo sé, muy tópico, pero era un lugar dónde pudimos atender a diferentes opiniones muy interesantes. ¿Cuánto cobra la gente? ¿Es suficiente? ¿Cuántas personas están al cargo en España de un jubilado? Datos que ponen en alerta el sistema.
Veremos que sucede con las pensiones. El programa de este sábado pone las bases para la reflexión. Precisamente ayer escribí algo acerca del futuro que pueden tener y quien las podrá sostener. El tema te interesa. Si quieres que te lo expliquemos cómo nadie te lo ha explicado tienes que ver la 2 a las 6 este sábado. Sino puedes y estás atrapado en un chiringuito de playa, lo miras a la carta en cualquier momento.
'Se nos vendió una cosa, pero el Euro era otra'. Economía de Bolsillo S1: E10, 'Euro'
Una de las entrevistas más interesantes que he tenido la oportunidad de vivir durante la filmación de los diferentes capítulos de ‘Economía de Bolsillo’ fue sin duda la que le hice a Antón Costas, Presidente del Círculo de Economía, durante el programa dedicado a 'El Euro' y que podréis ver el próximo sábado a las 6 de la tarde en ‘la 2’ de TVE cómo cada semana. Su conocimiento sobre el proceso y su teoría de que se nos vendió una cosa cuando en realidad fue otra no deja indiferente y en gran medida explica muchos de los problemas que estamos viviendo en estos tiempos. También destaca algo importante. Dijo que 'todos los controles y requisitos que se pidieron a los estados para entrar en la unión monetaria sólo se plantearon a la economía pública y no a la privada'. A su parecer, ese es uno de los motivos de la grave situación que vivimos
Una de las entrevistas más interesantes que he tenido la oportunidad de vivir durante la filmación de los diferentes capítulos de ‘Economía de Bolsillo’ fue sin duda la que le hice a Antón Costas, Presidente del Círculo de Economía, durante el programa dedicado a 'El Euro' y que podréis ver el próximo sábado a las 6 de la tarde en ‘la 2’ de TVE cómo cada semana. Su conocimiento sobre el proceso y su teoría de que se nos vendió una cosa cuando en realidad fue otra no deja indiferente y en gran medida explica muchos de los problemas que estamos viviendo en estos tiempos. También destaca algo importante. Dijo que 'todos los controles y requisitos que se pidieron a los estados para entrar en la unión monetaria sólo se plantearon a la economía pública y no a la privada'. A su parecer, ese es uno de los motivos de la grave situación que vivimos.
El programa de esta semana os va a sorprender. Nos acercamos de manera divertida, amena y muy didáctica a otro concepto económico que nos afectó en su día y nos afecta ahora en gran medida. El paso de la Peseta al Euro. ¿Os acordáis de aquellos días? Para refrescar la memoria el capítulo empieza en un curioso almacén de periódicos antiguos. También repasaremos con un coleccionista las diferentes divisas que desaparecieron y quienes utilizan ahora mismo el Euro. ¿Sabías que hay dos países que lo tienen como moneda nacional de manara unilateral?
Saldremos a la calle para preguntar como viviste aquel momento y si recuerdas la relación entre las monedas antiguas y la actual. Sabremos porque cada billete tiene un grafismo concreto y a que responde. Para saber que grado de diversificación existe de las diferentes versiones nacionales del euro iré a un pub irlandés. Os enseñaré a reconocer un billete falso o a identificar todos los elementos de seguridad que tienen. ¿Sabes cuantas veces sale en un billete de euro la princesa Europa?
Iremos al Banco de España a cambiar un billete de 10.000 ptas. Momento divertido. ¿Sabías que quedan más de 1600 millones de euros en pesetas por cambiar? ¿Sabías que si en 2020 no se han cambiado ese valor pasa directamente al Estado? Nos contará cosas como esa y las ventajas y desventajas entrar en el Euro Montserrat MIllet, experta en organización económica.
El tema te interesa. Si quieres que alguien te lo explique de otro modo tienes que ver la 2 a las 6 este sábado. Sino puedes y estás pendiente del apasionante partido de la Eurocopa 2016 entre Gales e Irlanda del Norte, lo miras a la carta en cualquier momento.
'Si tu banco te ofrece un fondo, lo primero que debes decir es no'. Economía de Bolsillo S1: E9, 'Ahorros'
El título de este post casi debería ser el título del próximo programa completo de ‘Economía de Bolsillo’ que emitimos el próximo sábado en ‘la 2’ de TVE cómo cada semana. Y no porque de un banco no te puedas fiar, allá cada uno, sino porque detrás de ese consejo se encuentra la filosofía de todos los programas que hemos emitido hasta la fecha y que seguiremos mostrando. La idea de que es importante estar informado, que es necesario tener un conocimiento básico de economía para poder decidir.
El título de este post casi debería ser el título del próximo programa completo de ‘Economía de Bolsillo’ que emitimos el próximo sábado en ‘la 2’ de TVE cómo cada semana. Y no porque de un banco no te puedas fiar, allá cada uno, sino porque detrás de ese consejo se encuentra la filosofía de todos los programas que hemos emitido hasta la fecha y que seguiremos mostrando. La idea de que es importante estar informado, que es necesario tener un conocimiento básico de economía para poder decidir.
La frase del experto económico y director de iAhorro, Pau A. Montserrat, ‘si tu banco te ofrece un fondo para tus ahorros, lo primero que debes decir es no’ es una de las muchas situaciones y aspectos que te contaremos. Para identificar todo el viaje que unos ahorros pueden hacer, en el programa de pasado mañana me acompaña una curiosa secretaria. Se trata de una cerdita hucha llamada Peggy con la que vamos a ir explicando todos los aspectos de los ahorros que en 25 minutos y, desde un punto de vista básico, sea necesario saber.
Empezaremos definiendo el concepto. Parece una obviedad pero ya verás cómo tiene sentido. No todo es cómo nos lo explican. Luego entrevisto al Blogger Antoine Kerfant un experto en truquillos para ahorrar de manera doméstica. Analizaremos los enemigos del ahorrador, la inflación y los tipos de interés. Para ello nos iremos a un gimnasio de Boxeo y le daremos fuerte al saco. Viajaremos en el tiempo y veremos en que se ha convertido una moneda de 100 pesetas si las queremos usar ahora.
Me veréis paseando a Peggy por la calle y conversando sobre sus ahorros con personas de la calle. Ahí hay alguna sorpresa interesante. Tras analizar los tipos de ahorradores, miramos que tipología de inversión les cuadra más y las comparamos con coches de diferentes características. En definitiva un programa que define bien el espíritu de la temporada. En la siguiente lo complicaremos un poco más, pero de momento, vamos con tramos básicos, fáciles de entender y con sentido didáctico, buscando ser muy divertidos en la medida de lo posible.
Si el tema te interesa o quieres que alguien te lo explique de otro modo tienes que ver la 2 a las 6 este sábado. Sino puedes y la siesta manda, lo miras a la carta en cualquier momento.
Bonus Track: Aquí os dejo la entrevista que me hicieron hace unos días para Teleprograma.
1- Cuando salga este número de Teleprograma, lleváis varios programas. ¿Qué tal ha sido la acogida? ¿Esta forma de explicar la economía engancha?
La verdad es que estamos muy contentos. Se ha hecho un trabajo excepcional y la gente lo está valorando. En términos de audiencia estamos en la línea de la cadena y un aumento de interés notable cada día. Es una novedad notable por la franja de emisión y en ‘La 2’ nuestra temática. De lo que estamos sorprendidos gratamente es la enorme interacción en las redes sociales que nos llegan. La verdad es que recibimos muchísimas felicitaciones. Precisamente el modo elegido para explicar la economía ha sido la clave. Utilizar el argumento cinematográfico y la sorpresa en cada episodio centrado en un tema de economía es muy innovador. Cada sábado explicamos conceptos complejos de manera muy entendedora. Utilizamos juegos, metáforas, viajamos en el tiempo, tenemos entrevistas relevantes, mucha interacción con personas de la calle y, sobre todo, hacemos un programa rápido, ameno y divertido. En 25 minutos aprendes mucho y se te hace corto.
2- ¿Por qué tenemos tanta manía, en general, a charlar sobre economía, cuando es algo que nos afecta directamente?
No creo que tengamos manía de hablar de economía en concreto. Creo que eso sucede con todo lo que desconocemos. Es normal pero es un error. La economía ocupa todos los espacios de nuestra vida. Al despertarnos ya empieza a afectarnos. Si tomamos el transporte público debemos saber que en el precio que pagamos va incluido un seguro de accidentes. Al ir al mercado la inflación viene dada por aspectos que nos afectan y que no es tan difícil entender. Si firmamos una hipoteca o si hacemos la declaración de la renta es preciso atender detalles que son asequibles aunque no tengamos amplios conocimientos de economía, pero es evidente que alguien nos lo tiene que explicar de manera fácil.
3- ¿Qué aspecto de la economía que nos toca más de cerca es, a la vez, más difícil de comprender?
Los impuestos indirectos es uno de ellos. Si hablar de temas tributarios ya es complicado imagina lo que es hacerlo de la parte que tiene que ver con la fiscalidad que nos afecta indirectamente. De hecho para plasmarlo en el programa recreamos a modo de metáfora introductoria una de las escenas más recordadas de la película ‘Matrix’ cuando al protagonista le piden que elija entre la pastilla roja y la azul. A mi me retan igual. Una vez elijo la de saber más iniciamos un viaje divertidísimo que nos permite entender su origen, su composición y su importancia. Otros temas complejos pueden ser la ‘Bolsa’ o algunos aspectos que desconocemos del propio ‘Euro’.
4- ¿Por qué en España no tenemos cultura del alquiler, por ejemplo?
En el primer programa que está disponible en la web 'RTVE a la carta', analizamos ese hecho. Descubrimos que durante los años 60 y 70 se inició una carrera casi ilógica por la propiedad, por la hipoteca. A medida que ha ido pasando el tiempo se ha inoculado en la sociedad la necesidad de tener una vivienda de propiedad. Eso en si no es malo, es una opción como otra. El problema es que se ha pensado que es el único modo de tener una jubilación tranquila. Tanta demanda encareció los precios y permitió la especulación de manera que el concepto se ha pervertido. Ahora eso está cambiando, por necesidad y por conciencia. Sabemos que el alquiler es un servicio y la propiedad un producto. Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero ahora empezamos a pensar que esa decisión no debe ser una, podemos estudiar estratégicamente la que nos conviene más.
5- ¿Qué es la economía colaborativa? ¿De verdad puede cambiar el mundo como dicen algunos gurús?
La economía colaborativa deriva de dos elementos que se han incorporado a nuestra sociedad en los últimos años. Por un lado la tecnología, en muchos casos móvil, y en otro una conciencia que diferencia el tener cosas y el disfrutarlas. No me atrevo ni a definir que generaciones son las más afectadas, cada vez es más transversal, pero el hecho es que las nuevas generaciones valoran el disfrute temporal de las cosas que el poseerlas. La economía colaborativa permite eso, intercambiar tiempo, cosas que no les damos uso, conocimiento, etc., y lo hacen a partir de plataformas digitales que han derribado las cadenas de intermediarios. El mundo va a cambiar por muchas razones y todas tienen que ver con la tecnología, esta es una de ellas. Vivimos la cuarta revolución industrial con una gran intensidad, lo explico en mi blog cada día, y tener un conocimiento de economía básica nos ayudará a entender también la economía digital.
6- ¿Quién es tu economista de cabecera, tu modelo a seguir… y por qué?
En España te diré que no hay libro de Fernando Trias de Bes que me quede por leer. Considero que es sencillamente brillante la manera de acercar la economía al gran público. Otro es Daniel Lacalle, para mí uno de los mejores analistas económicos de la actualidad. Ambos son amigos lo cual no me hace imparcial. A nivel internacional suelo leer, más que economistas, a personas que hablan de economía y tecnología. Me interesa la inteligencia artificial, la automatización y como el mundo va a adaptarse a tanto cambio. En concreto me fascina Stuart Russell. Debo añadir al premio Nobel de la Paz, Mohammed Yunnus que tras entrevistarlo en uno de los programas me dejó fascinado al hablar de temas sobre emprendeduría y microcréditos.
7- ¿Cómo se te ocurren esas historias (como montar en piragua, jugar al tenis...) para explicar conceptos tan técnicos?
La verdad es que he tenido un equipo de guión y producción que no me lo merezco. Una vez orientado el argumento del episodio y el tema quedaba claro se establecían los elementos a destacar y se buscaron metáforas y juegos que permitieran entender rápidamente y de forma amena cada uno de ellos. Para explicar los seguros jugué un partido de futbol metido en una pelota de plástico enorme, en un momento determinado me meto dentro de un cajero automático, navego por un lago con un equipo olímpico, me tiro por una montaña rusa, paso un día con un equipazo de jubilados que jugaban a petanca, asistiré completamente sólo a una representación muy especial en un teatro griego, etc. Tenéis que verlo.
9 - ¿Cuándo empezaste a interesarte por la economía?
Cuando tenía 9 años recuerdo que le presenté a mi madre mi primer ‘business plan’, una hoja donde le solicitaba una cantidad de dinero, donde le explicaba en qué lo invertiría y cómo esperaba multiplicarlo. Era un sencillo plan de venta de cromos de fútbol y de reventa de los mismos. Fue un desastre y me di cuenta que tenía que aprender más. A los 17 me fui a Paris sin un céntimo y monté mi primer negocio del que aprendí muchas cosas de lo que ahora sé son conceptos económicos. Esa historia la explico en mi libro ‘Una hormiga en Paris’ que publicó el Grupo Planeta hace un par de años. A partir de ahí la economía siempre me ha acompañado en uno u otro sentido.
10- Los consejos más prácticos para ahorrar son…
Me quedo con lo que decía Charles Richard sobre esto. Establece un presupuesto incluyendo gastos variables, compara precios y no compres impulsivamente, compra online todo lo que puedas pues suele ser más barato y reduce los gastos corrientes. No hay ninguna fórmula milagrosa, pero conociendo las claves de algunos conceptos económicos podemos ahorrar en algunos aspectos. Digamos que viendo ‘Economía de Bolsillo’ puedes aprender a ahorrar también.
Encuentro en directo en TVE hoy viernes. Economía de Bolsillo S1: E6, 'Seguros'
Hoy mismo estaré a las 13h en la página oficial de 'la 2' de TVE en Facebook. La idea es interactuar con los muchos amigos que cada sábado ven el programa en el momento de su emisión o con quienes lo siguen a través Internet en cualquier momento. Durante una hora aproximadamente y desde los estudios de la cadena pública contestaré en pantalla a las dudas y preguntas sobre economía o el propio programa. La verdad es que el programa está evolucionando muy bien. En el capítulo del pasado sábado tuvimos el mejor dato de 'share' desde el estreno y cada día recibimos más apoyos hacia la fórmula adoptada para explicar la economía.
Hoy mismo estaré a las 13h en la página oficial de 'la 2' de TVE en Facebook. La idea es interactuar con los muchos amigos que cada sábado ven el programa en el momento de su emisión o con quienes lo siguen a través Internet en cualquier momento. Durante una hora aproximadamente y desde los estudios de la cadena pública contestaré en pantalla a las dudas y preguntas sobre economía o el propio programa. La verdad es que el programa está evolucionando muy bien. En el capítulo del pasado sábado tuvimos el mejor dato de 'share' desde el estreno y cada día recibimos más apoyos hacia la fórmula adoptada para explicar la economía.
Mañana sábado en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de Seguros. Vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de los seguros que estoy convencido la mayoría de personas no tienen conocimiento. Serán 25 minutos que empezarán un tipo en mi cama dentro de una pelota o burbuja de plástico que decide ir a darse una vuelta por la ciudad. Navegaré por alta mar para explicarte de dónde vienen y cómo nacieron los seguros. Tiraré un tiesto, una maceta con plantas, desde un ático.
Esquivaré un accidente para entender las repercusiones de no tener el seguro apropiado. Jugaré un partido de fútbol muy especial. Volveré a la infancia en un parque de atracciones dónde voy a recibir un buen número de golpes fortuitos y dónde explicaré aspectos técnicos de los seguros que debes saber. Veremos a un buen número de patinadores de Skateboard para saber algunos datos estadísticos vinculados a la economía de estos productos necesarios. Preguntaremos a la gente de la calle cosas sorprendentes y, entre muchas cosas más, seré el ayudante de un detective en una operación secreta.
Si el sábado para estar seguros a ver la 2 a las 6 y sino lo miráis a la carta en cualquier momento.
Economía de Bolsillo S1: E5, 'Tarjetas Financieras'
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de Tarjetas Financieras. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de las tarjetas de crédito y débito. Serán 25 minutos que empezarán con un juego de magia muy particular, seguiremos con una cámara oculta en un cajero que expenderá unos billetes muy especiales. Para ello me ‘meteré’ dentro del propio cajero
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de Tarjetas Financieras. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de las tarjetas de crédito y débito. Serán 25 minutos que empezarán con un juego de magia muy particular, seguiremos con una cámara oculta en un cajero que expenderá unos billetes muy especiales. Para ello me ‘meteré’ dentro del propio cajero.
Viajaremos a Mesopotamia y desde un restaurante os explicaré de dónde viene la tarjeta financiera que ahora todos llevamos en la cartera. Sabremos la extensión que ocuparían todas las tarjetas que hay en el mundo y los distintos sistemas de seguridad que tienen. También, para entender conceptos como el TIN o la TAE os llevaré a una cancha de baloncesto dónde jugando un partido intentaré clarificar cada uno de ellos.
En el programa del próximo sábado y para saber que educación financiera se les da a nuestros jóvenes volví a poner los codos en un pupitre. Fue muy divertido. No os podéis perder el juego que propusimos a gente de la calle sobre la posibilidad de descubrir a quien pertenece un extracto de una tarjeta en base a los gastos y su apariencia. También me pillará un chaparrón ante las cámaras y el hombre del tiempo de TVE nos hará una predicción muy especial.
Las entrevistas son de lujo en este episodio. Jordi Martínez es uno de los educadores financieros de referencia en este país y nos explicará detalles de la ‘letra pequeña’ de las tarjetas financieras. Para terminar la entrevista con Simon Lee os va a encantar. Experto en Big Data va a contornos cosas que nos sorprenderán sobre el número de datos que se desprenden de las operaciones con tarjetas que usamos cotidianamente y para que se pueden utilizar si eres un comerciante.
Si el sábado tenéis algo previsto a las 6, pues nada, lo miráis a la carta, pero si estáis en casa, no os queda otra, poner ‘la 2’, al fin y al cabo se trata de acercar la economía a todos. Algo tan necesario como divertido. Era ponerse.
Economía de Bolsillo S1:E4, 'La Bolsa'.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de la ‘Bolsa’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida las complejidades de los mercados bursátiles. Para ello, y tras un viaje metafórico en una montaña rusa, durante 25 minutos vamos a aprender los detalles de este mundo tan frenético.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de 'La Bolsa’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida las complejidades de los mercados bursátiles. Para ello, y tras un viaje metafórico en una montaña rusa, durante 25 minutos vamos a aprender los detalles de este mundo tan frenético.
Primero preguntaremos a la gente de la calle si saben que es el Ibex35 o para que creen que sirve la Bolsa. Viajaremos a la Holanda del Siglo XVI para entender porque un hombre cambió su casa por un tulipán en la mayor burbuja especulativa de la historia. Iré al casino a jugar a la ruleta.
Entenderemos aspectos relevantes de los mercados con Fernando Trias de Bes e iremos a un mercado mayorista de flores para comprender las diferencias entre acciones y bonos garantizados. Conoceremos algunas aplicaciones para invertir en bolsa y me pasaré una tarde en un cine multisalas para explicar el concepto de demanda y oferta. Finalmente entrevistaré a una de las mejores ‘traders’ de España, Francisca Serrano.
No os lo perdáis. Vamos detrás de uno de los mejores documentales que se han hecho nunca. Lo emite ‘La 2’ justo antes de nosotros. A las 6 y media ya quedas libre.
Economía de Bolsillo S1:E3, 'La Renta'.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de la ‘Renta’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida los entresijos del IRPF. De hecho el programa empezará con un extraordinario rapsoda que nos recitará todos los pasos que debemos seguir para hacer correctamente la declaración de la renta. Después, tirando con arco aprenderemos cuál es la historia de los impuestos. El psicólogo social Enric Pol nos planteará para qué sirve pagarlos. Con pelotas de playa y de la mano del economista Jordi Carmona aprendemos todos los conceptos y aspectos técnicos que conforman el IRPF. Una gran escalera nos servirá de ejemplo para ver cómo funcionan sus tramos. Con un montón de piezas de juguete analizo las diferencias impositivas de cada comunidad autónoma. Al final, tendremos una interesante entrevista con el catedrático de Hacienda Ignacio Subiri desde un frontón en el Euskadi.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de la ‘Renta’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida los entresijos del IRPF. De hecho el programa empezará con un extraordinario rapsoda que nos recitará todos los pasos que debemos seguir para hacer correctamente la declaración de la renta. Después, tirando con arco aprenderemos cuál es la historia de los impuestos. El psicólogo social Enric Pol nos planteará para qué sirve pagarlos. Con pelotas de playa y de la mano del economista Jordi Carmona aprendemos todos los conceptos y aspectos técnicos que conforman el IRPF. Una gran escalera nos servirá de ejemplo para ver cómo funcionan sus tramos. Con un montón de piezas de juguete analizo las diferencias impositivas de cada comunidad autónoma. Al final, tendremos una interesante entrevista con el catedrático de Hacienda Ignacio Subiri desde un frontón en el Euskadi.
‘Economía de Bolsillo’ parte de la idea de que hay muchos conceptos en economía que desconocemos o que tenemos ideas equivocadas sobre ellos. El objetivo es acercar conceptos económicos al gran público. En una píldora de 25 minutos lo procuramos a través de metáforas, entrevistas a expertos, juegos y aportaciones históricas que lo hacen todo más ameno. Dirigido a al público en general pero especialmente a quienes sienten interés por la economía y necesitan que se la expliquen de manera fácil.
Esta semana, como he dicho, damos las claves del Impuesto sobre la Renta, en breve hablaremos de manera sencilla de la Bolsa, de los seguros, de la economía colaborativa, de las tarjetas de crédito, del paro, del empleo en general, de las pensiones, del euro y del concepto ahorro por ejemplo. Temas macro bajados a tierra. Tan a tierra que para explicar conceptos como el comercio electrónico se me podrá ver persiguiendo ovejas vestidas con los uniformes de las principales redes sociales. Ya veréis.
Para explicar lo que es la bolsa me pusieron una ‘go-pro’ y me empujaron por una montaña rusa. Para hablar de contratos me tuve que montar en una piragua con un equipo olímpico, para explicar aspectos del empleo tuve el honor de entrevistar al gran Muhammed Yunnus, el premio Nobel de la Paz o para explicar las pensiones compartí cancha con un deportista campeón del mundo de 96 años. Jugué a tenis, a baloncesto con un equipo dominicano, pasé por un frontón vasco como veréis este sábado, entrevisté a alguien en una ciudad fantasma, etc.
Recordad que se pueden ver los episodios atrasados en la propia Web de RTVE a la Carta.
'Economía de Bolsillo' S1:E2, 'Contratos'.
El sábado pasado se emitió el primero de los 13 episodios del programa que presento en TVE, ‘Economía de Bolsillo’. Fueron 25 minutos tratando un tema de economía tradicional con alguna píldora de economía digital. En ese caso el tema central fue el de las ‘hipotecas’. Emitir en ‘La 2’ a las seis de la tarde el día de Sant Jordi, del libro, con partidos de fútbol importantes y un buen tiempo para pasear no parece el mejor escenario para estrenar un programa de televisión, pero sin embargo las cifras de ‘share’ fueron satisfactorias para la media del canal por lo que sólo puedo que estar agradecido a los casi 300.000 televidentes que vieron el programa.
El sábado pasado se emitió el primero de los 13 episodios del programa que presento en TVE, ‘Economía de Bolsillo’. Fueron 25 minutos tratando un tema de economía tradicional con alguna píldora de economía digital. En ese caso el tema central fue el de las ‘hipotecas’. Emitir en ‘La 2’ a las seis de la tarde el día de Sant Jordi, del libro, con partidos de fútbol importantes y un buen tiempo para pasear no parece el mejor escenario para estrenar un programa de televisión, pero sin embargo las cifras de ‘share’ fueron satisfactorias para la media del canal por lo que sólo puedo que estar agradecido a los casi 300.000 televidentes que vieron el programa.
Uno de los fragmentos que más gustó y que explica bien lo que busca el espacio es el que explica el concepto del ‘Euribor’ utilizando una caja de tomates y filmado en una frutería. Pero si tuviéramos de hablar de algo parecido al 'minuto de oro' ese fue duda el que se llevó la mayoría de felicitaciones e interés fue la entrevista al ex presidente de Triodos Bank, Joan Antoni Melé, que puso sobre la mesa lo irracional de desahuciar a casi 600.000 familias mientras continúan habiendo más de 3 millones de pisos vacíos en España.
El resto del programa, que se puede ver en la ‘Televisión a la Carta’ en la web de TVE, es un cúmulo rápido de situaciones cinematográficas, metáforas, juegos e interacción con personas en la calle, que definen bien como serán todo el resto de episodios.
Mañana sábado, a las 6 de la tarde en ‘La 2’ de TVE, trataremos el concepto económico de los ‘Contratos’. Analizamos de manera sencilla y entendedora la diferencia entre estar asalariado o ser autónomo. Qué debes entender a la hora de firmar un contrato laboral, que pasos hay que seguir para ser autónomo, como es un departamento de recursos humanos, que empleos extraños hay en el mundo o cómo ir a una especie de ‘coach/psicólogo’ si eres autónomo y te sientes derrotado.
Hay humor, deporte, ajedrez, entrevistas y un consultorio con una gestora muy especial. Si quieres verme ‘practicando’ remo, paseando patos, controlando el crecimiento del césped, perdiendo la reina en una partida de ajedrez o haciendo aparecer con una palmada un congreso internacional de repente, no te pierdas el programa de mañana de ‘Economía de Bolsillo’.