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'Messenger kills the Phone Number Star.' ¿El fin de los números de teléfono?

Facebook Messenger ha llegado a los 900 millones de usuarios. Aprovechando este dato, este monstruo ha presentado dos herramientas para que las empresas de todo el planeta inicien una carrera eliminar los números de teléfono. De hecho no es un secreto que cada vez es mayor el número de personas que utilizan métodos alternativos a llamar por teléfono utilizando Whatsapp o el propio Messenger de Facebook. Los que solemos hacer llamadas ‘internacionales’ tenemos estas dos herramientas cómo mecanismo natural de llamada evitando así costes

Facebook Messenger ha llegado a los 900 millones de usuarios. Aprovechando este dato, este monstruo ha presentado dos herramientas para que las empresas de todo el planeta inicien una carrera eliminar los números de teléfono. De hecho no es un secreto que cada vez es mayor el número de personas que utilizan métodos alternativos a llamar por teléfono utilizando Whatsapp o el propio Messenger de Facebook. Los que solemos hacer llamadas ‘internacionales’ tenemos estas dos herramientas cómo mecanismo natural de llamada evitando así costes.

Las grandes operadoras de telefonía llevan varios años conviviendo con un mercado que se les estrecha en cuanto a su modelo de negocio tradicional. Primero fueron los mensajes de texto, luego las llamadas internacionales y ahora serán todas. Es una cuestión de costumbre. A medida que las personas nos acostumbramos al uso de mensajería vamos añadiendo contactos de nuestro entorno a nuestra agenda del teléfono. En muchos casos esa agenda coincide con nuestros amigos de Facebook o de una lista de conocidos aplicada en Whatsapp. De enviar un mensaje a realizar una llamada ‘por datos’ hay ya muy poca fricción.

Las operadoras de telefonía están experimentando con otros modelos de negocio como la generación de contenidos, las plataformas audiovisuales u ofreciendo la infraestructura cada vez más densa que permite todo ello. En muchos casos cualquiera de los nuevos actores que han surgido suponen un muro comercial infranqueable. Saben que son sus competidores pero desconocen como ganarles. De hecho, ni comprándolos lograrían evitar el colapso.

¿Qué hubiera ganado una operadora de telefonía comprando Whatsapp hace unos años? Nada. Si la hubieran incorporado, o bien dejaban de ganar ni un céntimo con los mensajes, puesto que la esencia de Whatsapp era la gratuidad, o bien si ponían cuota o coste al servicio, cualquier otra startup ‘gratuita’ les hubiera provocado la huida de clientes.

La cuestión es que como en otros campos la revolución no tiene límites. Facebook y Google se llevarán por delante el concepto ‘número de teléfono’. De momento Whatsapp lo precisa, pero Facebook Messenger no. Sólo tu identidad en la red social.

Facebook ha publicado que ‘a partir de este momento estamos dando otro paso hacia adelante en la entrega de una nueva solución para los más de 900 millones de personas que utilizan Messenger cada mes. Los números de teléfono ya no son necesarios incluso entre los que no son amigos en Facebook. Dado que ‘las guías telefónicas tradicionales están obsoletas, estamos logrando que sea más fácil para cualquiera encontrar personas (y empresas) que son importantes para un usuario y así ser capaz de iniciar conversaciones de inmediato’.

Los nuevos códigos de Messenger son imágenes que funcionan como tarjetas de visita virtuales. Se pueden escanear e inmediatamente utilizarse para iniciar una conversación. Cada imagen es un código único que se puede utilizar en cualquier canal de comercialización incluida la televisión, por ejemplo, permitiendo interactuar inmediatamente entre usuario y empresa.

Facebook va más allá de lo que el mercado había descontado. Resulta que también incorpora una nueva característica a los nombres de usuario. A través de Messenger cada negocio tiene un indicativo propio con un ‘@’ delante de manera que puede utilizarse como una especie de URL vinculada a la red social. Obviamente esto pone en alerta al concepto de venta de dominios puesto que, con este artilugio, las empresas podrán utilizar las páginas de Facebook como sus principales destinos en la red. Un ‘site’ bien hecho en Facebook logrará tener enlazado tu módulo de comunicación de un modo mucho más fácil y directo gracias a Messenger que con un teléfono en el footer de su web.

Además, Facebook ha lanzado el módulo Messenger Greetings, unas notas personalizadas que permiten generar cadenas de mensajes para que los usuarios interactúen. La empresa de Zuckemberg pretende llevar el marketing directo a un nivel absolutamente nuevo aunque pueda parece inicialmente algo intrusivo.

Lo que está claro es que la Cuarta Revolución Industrial lo sobrevuela todo, lo cambia todo. De hecho es como una meta-revolución capaz de cargarse el motor sobre el que se establece ella misma. Digamos que si esta fase de la historia se sujeta en lo digital, en la red y en la automatización, es precisamente todo ello lo que hace nazcan derivados que eliminen sus orígenes. La red es tan inmensamente sofisticada y poderosa que genera productos que destruyen a sus creadores.

El mundo que vivimos no es sólo el mundo que ahora gestiona un nuevo factor digital. Es todo. No es tan solo una herramienta. No es el volante, ni las ruedas, ni el cambio de marchas, no es el motor, no es el asiento de atrás, no es el semáforo, no es el guardia que indica por donde pasar y cuando, no es el sistema de control de tráfico, no es el mecánico, no es el fabricante, no es nada de todo eso. No es el coche, no es el vendedor, no es el anunciante, no es el creativo, no es nada de todo eso. Internet es el espacio donde todo sucede y lo hará ya de manera incontrolable para siempre.

Evolucionará hacia la cuarta revolución industrial que ni tan siquiera será industrial, será de otro modo que apenas podemos identificar y que, viendo lo visto, será muy distinta a como todos imaginamos. 

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Derecho al olvido, reputación digital e ingeniería de datos

Ayer hablábamos de una realidad al respecto de los datos personales y su almacenamiento. ‘Más de 200.000 personas han pedido a Google la retirada de sus datos desde que se dictó la sentencia acerca de la petición de un usuario de borrar su memoria digital. Google controla el 90 por ciento de las búsquedas de Internet en Europa’. 

Ayer hablábamos de una realidad al respecto de los datos personales y su almacenamiento. ‘Más de 200.000 personas han pedido a Google la retirada de sus datos desde que se dictó la sentencia acerca de la petición de un usuario de borrar su memoria digital. Google controla el 90 por ciento de las búsquedas de Internet en Europa’. Cuando en mayo de 2014, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaba sentencia estimando que los buscadores debían ejercer el derecho al olvido, es decir, retirar los enlaces de sus resultados de búsqueda si el protagonista en cuestión de los mismos lo solicitaba y siempre que se cumplieran ciertas condiciones, supuso que poco después de la decisión, casi 100.000 internautas solicitaran acogerse a dicha decisión, pero ¿qué ha ocurrido desde entonces? Para saberlo he hablado con una buena amiga y con la que he compartido mesa en algún consejo de administración. Laura Urquizu ahora es la jefa en Redpoints, una de las agencias con mayor proyección y eficiencia en el ámbito de la gestión de reputación digital y protección de contenidos que conozco. Es una empresa española con sede ya en varios países y considerada como una de las de mayor proyección en el mundo dentro de este complejo campo. Entre sus clientes se encuentran algunos de los principales grupos editoriales y audiovisuales nacionales e internacionales, así como reconocidas entidades deportivas y deportistas de primer nivel, y profesionales del cine y de la música y fue galardonada en 2014 por la Generalitat como mejor 'startup' catalana.

Hoy en día el valor que tu imagen o la de tu empresa tiene en la red es consustancial al que se le puede otorgar de manera genérica. Algo está cambiando de manera transversal y pruebas hay por todos lados. Personajes digitales que se han hecho tremendamente conocidos, famosos, a través de canales de youtube con millones de subscriptores que rechazan ir a televisión pues ‘no es el medio natural en el que puedan sentirse cómodos’, no hace más que demostrar el sentido que ha tomado todo. La revolución digital es innegable y es bueno tomar algunas medidas que nos permita no perdernos dentro de ella. Manejar con cuidado los datos y sus derivadas es una buena práctica.

La reputación digital se refiere a cómo son percibidas las acciones de una empresa, producto, servicio e incluso una persona en entornos digitales. Incide directamente sobre el valor de cualquier marca y va más allá de las acciones de marketing que se puedan hacer para estructurarla. Hemos dicho que vivimos en un entorno de datos y estos ya no se gestionan sólo a partir de campañas de marketing, precisan de ingenieros y matemáticos que tracen y monitoricen esos datos.

La primera campaña de Obama para las presidenciales norteamericanas fue descrita como la ‘social media campaign’ y la segunda como la ‘big data campaign’. Entre ambas sólo habia una notable diferencia. Quien creaba, gestionaba, analizaba y conducía el contenido. En la primera eran estrategas de comunicación digital y en la segunda un grupo de ingenieros en datos. Los primeros dialogaban con comunidades, los segundos rastreaban datos y los corregían según su análisis a tiempo real.

Sea en política o en empresa, la reputación se hereda afectándola o beneficiándola de forma directa. Es una de las variables más importantes que afectan a la decisión de compra en Internet ya que la opinión de otros pesa mucho en la toma de decisiones a la hora de comprar tal y como sabemos.

El uso indebido de marcas y nombres en Internet afecta a la reputación de una marca y a los ingresos de la empresa por eso tener presente su importancia es clave. De hecho el usuario ha adquirido un enorme poder en la gestión de la reputación digital. Es quien toma el control de la reputación de una organización cuando conversa y da sus opiniones sobre ésta. Tener monitorizado este campo de minas con un ‘control temprano de la Visibilidad (información generada por la empresa y por la gente), es la base para forjar una reputación online óptima.

La Agencia Española de Protección de datos dijo que la Audiencia Nacional ha dictado casi un centenar de sentencias sobre derecho al olvido. En más de la mitad de ellas el resultado ha sido obligar a los buscadores a retirar los enlaces. ¿Es información obsoleta? ¿No existe un interés público? Si la respuesta a estas y otras preguntas es sí, entonces Google u otras plataformas o buscadores actúan. A veces agencias como Redpoints son clave para ese trabajo sea más rápido y eficiente gracias a las homologaciones que tienen con estas compañías.

En España, y según cifras actualizadas, Google ha recibido 22.586 solicitudes de retirada de información que afectan a un total de 73.512 de URLs. En total, y a nivel europeo, las solicitudes han ascendido a 242.782 con 880.296 URLs, de las cuales 41,4% han sido eliminadas. Obviamente es un ‘mercado al alza’ que no hace más que regular un océano donde nadie sabía con anterioridad como y por dónde navegar.

Permitidme un apunte que me viene a la memoria. En 2012, el autor Philip Roth descubrió que la entrada en la web que su libro ‘The Human Stain’ se decía por error que estaba basado en la vida del escritor Anatole Broyard. Roth explicó a un editor de dicha web que no era el caso, y él mismo trató de actualizar la página con la información correcta. Los editores del sitio se negaron a hacer los cambios, alegando que Roth no era una autoridad competente en la materia.

El hecho tomó importancia pues resultaba que el autor del libro no podía corregir un error sobre su libro que además podía comprometer la captación de potenciales lectores. Finalmente Roth terminó escribiendo una monografía acerca de esa locura en The New Yorker. De ese modo creó un contenido que era más potente que el otro. De hecho, ahora, en la Web hay más material sobre la controversia que sobre el libro. El trabajo de una empresa especializada logró estabilizar ese punto de fricción entre la información, la reputación y la repercusión.

Vamos a un futuro en el que todos estaremos ‘catalogados’, fijados y digitalizados. Es una buena idea tener conciencia de ello y rodearse de los que saben, por lo menos para consultarles. Si necesitas información no dudes en preguntar.

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