La mano que imprime
El criterio que utilizo para proponer proyectos tecnológicos a este blog responde a cuatro aspectos: que tengan un modelo de negocio disruptivo y escalable o que sea fácilmente identificable en un mercado genérico, que signifiquen un avance notable en algún campo de la gestión de procesos lo más sencillos posible y que permitan establecer un enlace inteligente entre usuario y objeto. El último requisito es que lo conozca de primera mano o bien por tener contacto con los emprendedores o bien por la invitación al uso del producto.
En mi opinión, hablar de hacia donde se está dirigiendo nuestra sociedad en base a los avances tecnológicos y disruptivos debe ‘mezclarse’ y desdramatizarse con la incorporación de otros avances menos ruidosos y espectaculares pero que, en su esencia, responden a la creatividad, la tecnología aplicada y lo cotidiano.
A mi modo de ver Mini Mobile Robotic Printer alcanza algunos de esos puntos. Es cierto que la impresión como apoyo de lectura no goza de un futuro brillante, tal vez todo lo contrario, es evidente que el soporte digital evitará cada vez más la impresión sobre papel. Sin embargo creo que este dispositivo se presenta para ocupar un espacio muy interesante y huérfano. El prototipo que he podido testear es fascinante. Fabricado por Zuta Labs gira entorno a la movilidad, a los tiempos actuales y espera reinventar la impresión personal.
Guardando la distancia necesaria hacia lo que en esencia es una impresora, me interesa cómo se pueden repensar algo tan esencial. No dejamos de darle vueltas todos los días a la robótica y sus derivadas en todos los campos. ¿Qué podemos aprender de la manera en que estos chicos han llevado a cabo este desarrollo? A mi modo de ver, lo esencial es como lo han pensado, como lo han conceptualizado y a que respuesta han llegado.
¿Qué es una impresora? Básicamente una mano computerizada. A partir de ahí nace la curiosa innovación. Se observa un documento y lo escribe de un lado a otro de la hoja. A partir de ahí la idea principal era retirar el corsé que supone considerar que la impresora debía tener un tamaño, ancho o largo, similar a la hoja donde se iba a trabajar. La esencia de este ‘device’ es que la impresora ‘se arrastra’, la mano robótica escribe.
El resultado es que una vez colocas este aparato sobre la página en blanco, el software inteligente define el movimiento, el espacio y su gestión. Para documentos de varias páginas, sólo tiene que levantar el Mini Mobile y colocarlo sobre otro papel en blanco en el momento que se detenga. Su mayor hándicap es su lentitud pues tarda un minuto por hoja, pero se compensa con detalles como que permite el uso de cartuchos tradicionales de tinta y que su coste rondará los 100 Euros.
Por cierto, si quieres una puedes reservar una aquí donde ya han logrado recaudar el dinero necesario para afrontar el reto de su comercialización básica.
El 'nuevo punto de vista'
Hace apenas unos tres años, cuando mi hijo tenía cinco y le pedí que ‘cambiara de canal’ en la televisión, su gesto inmediato no fue buscar el ‘mando a distancia’, su acción fue la de dirigirse a la pantalla y mover su dedo sobre ella. Antes de hacerlo recordó que esa no era táctil y rectificó sin apenas dar importancia. A su temprana edad ya mezclaba los dispositivos y, sin querer, predominaban los que utilizaba con mayor asiduidad. En aquellos días, mi iPad era su juguete favorito. Estoy convencido que pronto serán las Google Glass y cuando le pida cualquier información me temo que su gesto será frotarse el cráneo lateral.
Cuando imagino el mundo en el que vivirá mi hijo Max, cuando pienso en el futuro e intento abarcarlo con las ideas y datos que ahora gobiernan mi mente y la limitan, suelo comparar en como era mi universo inmediato hace apenas diez o doce años. Recuerdo un mundo sin redes distribuidas, sin hiperrelaciones que pudieran hacer comprensible que durante un almuerzo pudieras dejar de atender a tu compañero de mesa para responder un email ‘urgente’. Recuerdo cuando era de mala educación ni tan siquiera dejar el teléfono encima de la mesa.
Me viene a la cabeza que caminar por la calle, apenas hace un par de décadas era algo que se hacía sin contacto telefónico, sin gps y sin gadgets asociados. Eran tiempos en que para hacer todo lo que ahora logramos con un solo dispositivo precisábamos media docena. Un smartphone ahora fotografía, filma, ordena tu vida, almacena, gestiona, envia correos, permite escuchar música, la radio, ver la televisión, atender videoconferencias, etc. Eran tiempos en los que, cuando analizábamos los avances, muchos decían aquello de “eso no tendrá éxito, no lo va a querer nadie. Es caro y además, ¿quién va a ir todo el día con un teléfono tan grande?”. Hoy pasa lo mismo con las Google Glass por ejemplo.
No hablamos de un dispositivo, no hablamos de una herramienta, no es sencillamente un Gadget que se extiende desde nuestro teléfono inteligente para apoyarse sobre nuestra nariz. Es un objeto derivado de nuestra conciencia. Un enorme universo de opciones que se basarán, no en lo que es capaz de hacer, sino en lo que seremos capaces de entender sobre ellas. No es tanto que el ‘point of view’ cambie, cambiará por supuesto, es sencillamente que el patrón de relaciones entre las personas se sucederá con menos intermediarios.
Las Google Glass, y también las infinidades de marcas y modalidades que saldrán como salieron tras los primeros iPhones y iPads toda una serie de dispositivos derivados, serán capaces de suministrar información a tiempo real que podemos interpretar de anecdótica, pero también podemos encender el dispositivo que nos permite imaginar el futuro y seguramente veremos millones de personas vinculadas a un ‘device’ imposible de eliminar de lo cotidiano, de lo absolutamente necesario para establecer relaciones humanas y conexiones con las cosas.
No es ciencia ficción, ni tampoco un mero entretenimiento para ‘geeks’, es mucho más. Es la escuela del futuro como indican en la CNN. Es inminente toda esa revolución. En apenas cinco años todo será distinto. Será el modo de compra que viene, la gestión empresarial avanzada, la interpretación de una dimensión que los más pequeños asimilarán de inmediato y a otros nos va a tomar algo más de tiempo. Negándolo, muchísimo más.
Para mí la evolución de la vida se aferra a la tecnología. Defiendo que el uso de la tecnología otorga al ser humano un modelo de empoderamiento que la historia demuestra. Se puede usar bien o mal, pero la información y la transmisión del conocimiento que otorga esa tecnología nos hace más conocedores, más inteligentes y por lo tanto, más libres de decidir.
Os dejo con el video del The Arcanum que se produjo hace dos días y que dio una utilidad muy interesante de las Google Glass.
Cambiar el punto de vista
Os aseguro que mi defensa de las google glass está sustentada en el análisis. Cuando aseguro que servirán para ejecutar un nuevo salto sustancial en la experiencia de uso que damos a la conectividad global lo digo convencido y no porque sean un dispositivo más o menos atrevido, divertido o estéticamente innovador. Considero que, al igual que pasó con los smartphones en un momento determinado, sobretodo superando aquellas PDAs conectadas a la red pero que no tenían masa crítica ni aplicaciones que las pudieran requerir, las gafas de Google nacen en un entramado de intereses, necesidades y habilidades que miles de millones de personas ya tienen interiorizadas.
Solo nos queda saber para que y como iremos utilizándolas. Dejo de lado debates éticos y estéticos, políticos y reaccionarios y priorizo sobre lo que, cuando es inevitable, pasa. Cada vez que la humanidad se enfrenta a algo que considera de difícil control aparecen voces que lo consideran peligroso. Ya pasó con la imprenta, con internet todos los días y pasará con muchos de los dispositivos que vendrán y que flexibilizarán todo lo que ahora consideramos inamovible. La idea es más sencilla, se pasó de la tecla al dedo y ahora pasamos del dedo al ojo. Avance en la experiencia.
La compra del Washington Post por parte del fundador de Amazon hubiera sido una noticia de imposible digestión hace apenas unos pocos años, ahora es absolutamente razonable que, ante la devastadora situación de los medios de comunicación escritos (en papel o digital) y con un modelo de negocio que no logran entender sus creadores y directivos actuales, un emprendedor que si enlaza con los tiempos y modos de pensar de este siglo se haga cargo e incluso redirija todo lo que significa ese medio.
No voy a darles a las Google Glass más valor del que razonablemente pueden tener, pero me da la impresión que se les está dando menos de la que pueden tener. No va a ser masivo pero si va a marcar un nuevo escenario de comprensión en la comunicación donde los “devices” se relacionarán entre ellos sin límites y donde el punto de vista ya no será el del que espera sino del que entrega. Curioso ver como los vídeos que aportan desde Google se hace hincapié en ese detalle: la tarta se filma desde el punto de vista del que la trae a la mesa con las velas encendidas. Siempre hemos visto esa imagen desde el lado del que recibe el pastel.
Para mí la mayor novedad de todo este tema es que seguimos reduciendo fricción, que por otro lado es una de las máximas de la economía digital. Tengo claro que cada vez que eliminamos un intermediario, una herramienta o un paso intermedio nos acercamos a lo que el mercado precisa, requiere y busca. La fricción, es decir, los elementos que se interponen entre el producto y su compra directa están desapareciendo. La diferencia entre tener en el móvil el itinerario de tu vuelo a verlo en tu retina proyectada es que en la segunda no precisas ni las manos, ni auriculares ni añadidos, simplemente algo que sueles llevar a menudo: tus gafas.
Os dejo parte del artículo de Ticbeat donde se explica como estas gafitas pueden revolucionar el modelo turístico. Sirve para iniciar el debate acerca de como la modernización de la economía puede basarse en una aparente anécdota. Estaría bien empezar a buscar en algunos de estos ejemplos modos y aplicativos que pudieran impulsar el nuestro. Recordemos que la velocidad de los tiempos que vivimos es lumínica. Hace poco más de cinco años nacía Facebook o Twitter y recordemos como era el mundo entonces y comparemos a como es todo lo que nos rodea ahora, como vinculamos nuestras vidas a esas redes o como las empresas, instituciones o medios respiran a partir de ellos.
Se acabaron las guías de turismo y los planos
Al menos en papel. Con Google Glass y gracias a integraciones de tecnología de realidad aumentada, no habrá monumento que se nos resista. Preguntaremos al tiempo que miramos aquello que queremos conocer y Glass nos dará los detalles necesarios para sentirte un de veras un gran conocedor de la historia.
Los mapas, los sistemas GPS y en general ubicarse ya no será igual. Será mejor y más sencillo. Alquilaremos un coche y en el momento en el que nos sintamos perdidos le diremos a Google Glass que nos lleve de regreso al hotel. La dirección a seguir sobre el callejero de Google Maps aparecerá destacado en el display y llegar a tu destino será cosa de niños.
Volar y llegar a un nuevo destino no volverá a ser un stress
Estará ahí, en la lente, a milímetros de tu ojo. Imagínate tener en tiempo real los detalles de tu itinerario de vuelo y gracias entre otras integraciones a Google Flights, la actualización en tiempo real de los retrasos, la forma más sencilla de encontrar la puerta y el tiempo que tardarías en llegar desde tu ubicación, conexiones, cintas de recogida de equipaje, tiempo atmosférico al llegar y la tarifa normal del taxi desde el aeropuerto al centro de la ciudad que estás visitando.
Dentro del avión, por otro lado, no será dificil poder jugar con videojuegos consultando el menú de tus Google Glass. ¿Quién no ha manejado alguna vez el joystick del asiento del avión para echarse unas partidas? Cuando compramos nuestra primera consola seguro que aquello nos parecía un imposible.
Búsqueda y reserva de hoteles “on the move”
Iremos paseando y gracias a Google Maps y a Google Hotel Finder, podremos consultar la lista de establecimientos más cercanos, ver sus fotos, ofertas de precios y muy probablemente hasta reservar de forma inmediata. Las cadenas hotelerás se verán obligadas a facilitar información al máximo detalle, todo geolocalizado y sobre todo utilizar aquellas tecnologías a su alcance que les hagan poder cambiar ofertas y promociones de forma mucho más rápida que en la actualidad y por supuesto, mucho antes que su competencia.
Las compras de regalos y recuerdos de los viajes serán muy diferentes
Las tiendas podrán lanzar promociones o descuentos de última hora a través de Google Glass cuando sea una realidad la integración con Google Ofertas. En el futuro será sencillo pensar que podamos llegar a recibir esas súper ofertas en base a nuestras pautas de comportamiento como compradores y que según vayamos andando por las calles de nuestro destino favorito, recibamos mediante Google Glass solo las promociones de aquellos productos que nos interesan.
Del mismo modo y gracias a la integración con Google+, las posibilidades de obtener recomendaciones de nuestros círculos de amigos y conocidos serán enormes y los comercios verán rentabilizadas sus inversiones en Adwords al incluir poder incluir quizás, un componente social en sus anuncios.
Si por otro lado, no sabes idiomas, no hay problema, con Google Glass y Google Translator podrás pedir aquello que quieres en el idioma local.
Descubrir y dejarte soprender por sitios secretos o actividades al instante
Google + aportará a Google Glass un componente absolutamente disruptivo no ya solo en la forma de disfrutar del turismo sino de compartir tu experiencia con amigos y allegados. Conocer lugares emocionantes será muy fácil utilizando Google Glass y las recomendacioned de Google Local. Asimismo, cada foto o vídeo será compartido a tiempo real con una sencilla orden a tu dispositivo. La improvisación en tu viaje podría verse potenciada además con Google Now, dejándote llevar por aquellos acontecimientos y noticias que están sucediendo cerca de tu radio de acción. ¿Qué tal ir a un restarurante que acaba de abrir o sacarte una de las últimas entradas para un concierto?
El turismo frente a un cambio de paradigma
Estamos frente a una evolución que nos afectará sin duda como consumidores y son las empresas de servicios capitaneadas por sus responsables de marketing, las que tienen que poner los mayores recursos para no perder el tren de este cambio de paradigma en el sector del turismo. En unos años es probable que todo pase de nuestras manos a nuestros ojos con el uso de alguna de estas gafas inteligentes, ya que otras compañías como Apple o Microsoft están ya detrás de patentar sus propios prototipos.
Los anteriores son algunos de los ejemplos de posible evolución del sector del turismo. Para hacernos una idea, la empresa de origen sudafricano Tourism Radio ya ha empezado a desarrollar algunas aplicaciones que nos hacen ver hoy las posibilidades del sector del turismo en un futuro, probablemente no muy lejano.
Fuente: Ticbeat
Las Google Glass
En el terreno de las nuevas plataformas o dispositivos con los que interactuaremos en breve, además de los ya mencionados por sus características móviles, otros que ya llegarán, hay que tener como nuevo actor a dos nuevos dispositivos o extensiones de tipo robótico de nuestra propia identidad. Me refiero a las Google Glass y a los relojes inteligentes. De estos últimos no podemos saber más que serán dispositivos parecidos a un smartphone pero con un punto de reducción de funciones o simplificación de procesos. Ahora bien, las gafas de Google pueden ser algo distinto. Está por ver hacia donde van, cuales serán las apps que se puedan ir incorporando al catálogo y de sus problemas éticos incluso. Como decía Enrique Dans “Vivir rodeados de cámaras preparadas para grabarnos en cualquier momento. Un Truman Show permanente. Si el smartphone nos puso a todos una cámara en el bolsillo, Glass va a hacer que, además, la llevemos preparada y funcionando”
Hace pocos días pudimos ver como funcionan exactamente las Google Glass y puesto que la apertura de su API para poder ir pensando y testear como podríamos colaborar empresarialmente, nosotros ya nos hemos puesto en marcha. Se nos ocurren miles de opciones, pero está por ver como se vinculan con el comercio electrónico y la visualización inteligente. Os dejo el video que muestra más claramente su real funcionamiento. ¿Que se os ocurre que podrías ser útil en unas Google Glass para un software que desarrolla tiendas online, que envia emails de forma inteligente o para otro que establece eventos a través de una plataforma online?