No debemos pensar que la tecnología nos quitará el trabajo
El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios locales. En ese ámbito centré mi conferencia sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde el ámbito de la Pyme se puede abordar para sacar ventaja en estos tiempos tecnológicamente frenéticos. A partir de mi intervención y de la entrevista posterior se publicaron dos artículos que considero relevantes pues de algún modo son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo
El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general en tiempos de redes. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios más locales.
En ese ámbito centré mi conferencia, sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde la Pyme se pueden abordar estos tiempos tecnológicamente frenéticos a fin de sacar ventaja competitiva. A partir de mi intervención y de una entrevista posterior se publicaron dos artículos que pueden ser interesantes pues, de algún modo, son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo y que en mis conferencias, workshops y consultorías expongo.
El primer artículo de Carmen Garde en el Diario de Navarra es un resumen de la conferencia, poniendo énfasis que no debemos temer que la tecnología nos pueda quitar trabajo, pues eso es absolutamente inevitable como lo fue en otros momentos de la historia en otras revoluciones tecnológicas. Lo que debemos entender es que vamos a disponer de un tiempo distinto y de una organización radicalmente distinta dónde los conceptos empleo, tiempo libre, conciliación y horarios van a cambiar definitivamente y dónde aquello que esté sujeto de ser digitalizado o robotizado lo será.
“No hay que pensar que la tecnología nos quitará el trabajo”
“El hombre suele llamar crisis industrial a todos los partos dolorosos que significan cambiar por completo el paradigma de su vida”. El consultor tecnológico, Marc Vidal, utilizó la citada frase para explicar que lo vivido desde el año 2008 a nivel mundial no ha sido, como muchos piensan, una crisis económica. “Ahora empezamos a detectar que no lo era. Estamos viviendo la cuarta revolución industrial”, enfatizó el analista ante los 150 asistentes del tejido empresarial de la Comunidad foral que ayer asistieron a un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter, celebrado en el hotel Muga Beloso. “En el Foro de Davos se le ha dado a la crisis, por primera vez, la categoría de cuarta revolución industrial”, subrayó Vidal. Porque, según dijo, vivimos el “momento histórico” en el que la robotización, la automatización y, sobre todo, la disminución o anulación de intermediarios en la prestación de servicios han empezado a transformar nuestra sociedad y nuestra economía “para hacer, en principio, un mundo mejor”. “Un mundo -prosiguió- en el que cuantas más máquinas rodeen nuestra vida, cuanta más tecnología nos quite tiempo de trabajo, más humanos vamos a ser. En lugar de pensar que nos va a quitar el trabajo lo que tenemos que pensar es que nos dará tiempo para nosotros”.
El consultor valoró la tecnología, porque “siempre” ha sido un elemento “favorable” y de “evolución” para el hombre, aunque Vidal consideró “normal” que tengamos “el mismo miedo que nuestros antepasados ante cualquier cambio tecnológico”.
Pero una vez puesto el escenario de la cuarta revolución, el reto que hay encima de la mesa para todas las empresas es aprovecharla. No quedarse mirando cómo suceden las cosas. “Para ello, hay que ampliar el campo de visión. Tenemos que ser capaces de ver más allá. Si no, no les saldrá”, previno a los asistentes.
Entonces, pasó a dibujar con historias y metáforas unas claves del actual contexto tecnológico. Habló de que hoy ya no se venden productos (ejemplo discos), sino servicios(suscripción a Spotify), de que hoy los clientes se mueven “mejor” que las empresas en el sistema en red y expuso que el comercio electrónico acapara hoy el 8% de las transacciones y que en seis años llegará al 60%.
También se refirió a la “leyenda del refrigerador”, un frigorífico que detecta que no hay leche y manda un correo al supermercado solicitando no cualquier leche, sino una determinada según criterios económicos o con las propiedades nutricionales que mejor convengan a la familia. Porque, según el consultor, los procesos robóticos son imparables y van a estar muy presentes en nuestra vida. “Vamos a un mundo automatizado. Los objetos ya se ha conectado a Internet y en unos dos años llegará lo que se llama el Internet absoluto. Todo conectado”.
Por eso, las empresas no deben perder el tiempo. Deben apostar de forma decidida por “una cultura de la innovación constante”. ¿Cómo? Marc Vidal dio, en esencia, dos pautas. La primera, crear una red integradora en las empresas. “Trabajar en red es mucho más que pensar juntos, es cosas como ver en los rivales valores interesantes”, detalló.
Y en segundo lugar, el experto recalcó la importancia de “entender que vivimos en la prueba constante”. Dijo que la Red permite a las empresas “equivocarse” con un “coste relativo”. “La filosofía de la prueba y error es una ventaja que sirve para comprender la innovación”, afirmó Vidal, para quien “el error digital no deber ser ningún drama”. Pero advirtió que no se trata de probar sin más, sino que es necesario que las empresas crean “en firme” en la digitalización y que dispongan de una estrategia a medio plazo “que no fachada”. “Recuerden: el cambio es básicamente mental”, concluyó.
La entrevista que me hizo Diana de Miguel para el mismo Diario de Navarra no se centra tanto en el empleo en si, sino que se interesa por los modelos de negocio, dando una relevancia especial al hecho de que hay negocios que pueden estar en la urgencia de mutar a otro. Destaca una frase que repito dónde aseguro que 'los bancos son las nuevas discográficas' interpretando de este modo que la banca está sujeta ahora mismo a una 'uberización' de su modelo y que su mutación obligada por las 'Fintech' es irreversible. Quien lo entienda pronto y bien sobrevivirá, quien no lo haga irá perdiendo negocio irremediablemente.
“Los bancos son las nuevas discográficas”
Marc Vidal, presentador de los programas de TVE Economía de Bolsillo y Economía de Futuro, es inversor tecnológico, consultor en transformación y estrategia digital aparte de un solicitado conferenciante internacional. El martes protagonizará un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter bajo el título La digitalización en las empresas en el que esbozará algunas de las claves para que la empresa afronte con éxito una transformación que, aventura, será dolorosa. Sitúa a la banca como uno de los sectores más amenazados por un cambio de época histórico marcado por una transformación digital que, recuerda, obliga a cambiar la forma de pensar.
¿Cuál es el primer paso para abordar la digitalización en una empresa?
Lo primero es asumir el momento en el que vivimos. Hemos llamado crisis a una revolución en todos los términos de la economía. Lo hemos pasado peor porque no sabíamos dónde estábamos. Por eso, las empresas deben primero concienciar sobre ese cambio de paradigma que nos obliga a pensar de otra forma.
¿Qué papel debe jugar la tecnología en ese cambio?
La tecnología no es la esencia del proceso, pero sí una herramienta que nos ayudará a que el cambio suceda. Se necesitan las dos cosas: el cambio de conciencia y la aplicación tecnológica y sin una no tendremos la otra.
Sigue habiendo empresarios que creen que transformarse digitalmente es tener una cuenta en Twitter. ¿Qué les diría?
Que la transformación digital es algo más transversal y que ocupa especialmente al cuerpo directivo que debe convencerse de que tiene que trasladar al resto de su equipo ese cambio tecnológico.
¿Qué sector o sectores ve más amenazados?
Todos aquellos cuya actividad la pueda desarrollar una compañía jovencita con muchas ganas de cambiar procesos y modelos. Se pueden encontrar con que cambie todo el sistema. Por ejemplo la banca. Parecen los amos y señores, pero las fintech -empresas de servicios financieros que utilizan la última tecnología para poder ofrecer soluciones innovadoras- les están comiendo cuota de mercado. Muchos bancos están buscando fórmulas y sinergias con las fintech. Los bancos son las nuevas discográficas. Solo hay que preguntar a un empresario si abriría una tienda de discos o una de música. Hace diez años, la respuesta hubiera sido distinta, pero hoy nadie montaría una tienda de discos. O se modifica todo el proceso que tiene que ver con la relación con el cliente y su modelo de trabajo, o la banca y las empresas en su conjunto se pueden encontrar con un problema a corto plazo.
¿Quiere decir que las empresas que no aborden la transformación digital no sobrevivirán?
Empresas que hace 15 años no existían, que nacieron ya como nativas en el ámbito digital, se encuentran hoy entre las 10 más importantes o capitalizadas del mundo, y las que iniciaron una transformación digital profunda antes de la crisis han vivido este proceso con beneficios. Las empresas no tienen elección.
En una comunidad como la navarra con un peso industrial tan importante el reto es aún mayor.
Para Navarra es la gran oportunidad para impulsar un cambio en el modelo de crecimiento y que sus productos sean competitivos con los del resto del planeta. Históricamente, la Comunidad foral ha estado a la cabeza de la innovación y ahora debe coger su sistema de trabajo y sus modelos industriales y transformarlos de forma radical y transversal para tomar la delantera en Europa.
¿Qué nuevos perfiles laborales vislumbra?
Seguimos hablando del trabajo como si estuviésemos en el siglo XVIII. Pensamos en jornadas laborales, en cotizaciones... Cosas que necesaria e imprescindiblemente vamos a tener que cambiar. No sé de qué forma ni qué traumático será, pero el futuro del trabajo no será como ahora. Lo que se pueda hacer con máquinas se hará. Es más rápido, eficiente y barato.
¿Se reducirán las jornadas de trabajo?
Ya pasa en algunos países. Las jornadas bajan sin mermar la productividad porque un software realiza parte del trabajo. Los robots nos van a humanizar.
¿Qué medidas pondría en marcha si fuera presidente del Gobierno?
Procuraría que los impulsos hacia un nuevo modelo de crecimiento que tengan que ver con la tecnología se ejecutaran y no se diese vía libre al crecimiento especulativo y vinculado a sectores intensivos que nos llevan a otro desastre económico. No parece que estemos construyendo una sociedad del conocimiento sino todo lo contrario.