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Artículo en Ecoonomia hablando del futuro laboral de nuestros hijos.

Ayer publicaba mi columna semanal en Ecoonomia del grupo Crónica Global y El Español. El tema de la misma giraba acerca de la dificultad para entender y predecir el mundo laboral al que se enfrentarán nuestros hijos que ahora están en primaria. Preguntamos a niños que ejercerán su profesión en la década del 2030 acerca de lo que quieren ser. Está bien como ejercicio pero, atendiendo a lo que ha pasado con nosotros en tan poco tiempo, debemos preguntarnos si realmente estamos preparándolos para la etapa de innovación y cambios más determinante que ha vivido la especie humana. ¿Los estamos haciendo? Probablemente no. Para hacerlo es imprescindible preparar previamente un mundo en el que el empleo, como ahora lo entendemos, no existirá y dónde se van a desligar conceptos como ingresos y empleo. No podemos crecer infinitamente. La economía circular, la sustitución de productos por servicios y una tendencia al uso en lugar de la posesión irán acompañando ese cambio. Os dejo la columna aquí mismo.

Ayer publicaba mi columna semanal en Ecoonomia del grupo Crónica Global y El Español. El tema de la misma giraba acerca de la dificultad para entender y predecir el mundo laboral al que se enfrentarán nuestros hijos que ahora están en primaria. Preguntamos a niños que ejercerán su profesión en la década del 2030 acerca de lo que quieren ser. Está bien como ejercicio pero, atendiendo a lo que ha pasado con nosotros en tan poco tiempo, debemos preguntarnos si realmente estamos preparándolos para la etapa de innovación y cambios más determinante que ha vivido la especie humana. ¿Los estamos haciendo? Probablemente no. Para hacerlo es imprescindible preparar previamente un mundo en el que el empleo, como ahora lo entendemos, no existirá y dónde se van a desligar conceptos como ingresos y empleo. No podemos crecer infinitamente. La economía circular, la sustitución de productos por servicios y una tendencia al uso en lugar de la posesión irán acompañando ese cambio. Os dejo la columna aquí mismo.

PREPARAR A NUESTROS HIJOS PARA UN MUNDO SIN EMPLEO

Cuando yo estudiaba primaria, en los años setenta, no había nada. Nada de lo que ahora me rodea. Nada de lo que ahora convierte mi vida en mi vida. Cuando empecé a trabajar aterrizaban los primeros indicadores de que mi mundo sería un mundo digital pero, ni de lejos, se podía interpretar lo que iba a significar eso. Ahora entras en un coche, como entonces, y te conectas a un universo binario que permite distribuirte de múltiples modos. Me hubiera encantado que mi educación me hubiera preparado para un mundo líquido, cambiante, innovador y digital. No lo hicieron porque no era factible. Ni siquiera era probable. Nada hacía presagiar cómo serían los años noventa o el principio del siglo XXI. La ciencia ficción situaba a dos o tres siglos de distancia el mundo que ahora vivimos.

Mi hijo, en primaria, tiene claro qué quiere ser de mayor. Sin embargo, no lo será básicamente porque lo que ahora interpreta que puede ser su profesión seguramente será un desarrollo tecnológico automatizado quien lo ejecute. En su escuela lo forman bajo el precepto de que lo que le espera es previsible. No hemos aprendido nada. Que nuestros niños todavía asistan a clases de ‘informática’ es de aurora boreal. ¿Cómo será su mundo profesional? ¿Cómo se relacionarán personas, empresas y organizaciones en el año 2033? No podemos saberlo pero deberíamos prepararlos para esa deriva para que extraigan beneficio. Una educación tecnológica y multidisciplinar que abrace el sentido de la disrupción, de la innovación y de lo imprevisible.

Cada año tengo esa sensación color sepia cuando llega el momento de comprar los libros de texto en papel. El motivo será el que tenga que ser. Educativo, cultural, económico, social o de insulto a la inteligencia colectiva. Un libro se puede descargar, actualizar cada año o a tiempo real, convirtiéndose en un concepto educativo sin principio ni final, más cerca de lo que va a ser el mundo en el que se van a tener que desarrollar nuestros hijos. Es sencillo crear contenidos digitales que se adapten al alumno y no alumnos que se adapten a un libro. Seguimos pensando con un prisma medieval en un mundo que está en plena erupción. No tenemos idea de cómo va a quedar la superficie tras esa lava en movimiento, pero lo seguro es que no se parecerá en nada al mundo que el sistema educativo actual dibuja en pizarras de exposición unidireccional.

Esto nos lo debemos de tomar en serio todos. Quienes diseñan los programas, los que los transmiten y quienes los pagamos. O lo hacemos, o el pasado se nos llevará por delante sin haber visto ni tan siquiera el futuro. Es urgente que los que van a conformar el gobierno de los recortes 2.0 empiecen por cómo poner en marcha una ley educativa capaz de resolver uno de los mayores problemas que deberemos digerir como sociedad en un futuro inminente.

¿Cómo vamos a preparar a nuestros hijos para un mundo sin empleo? ¿Cómo los preparamos para que su modo de vida tenga que ver con la imprevisible textura que nos regala cualquier revolución tecnológica? Ellos son hijos de la tecnología más intensiva que jamás ha vivido la humanidad. No permitamos que desperdicien esa cualidad que les ha otorgado la historia. Permitamos que construyan el mejor mundo posible. Hagámoslo mostrándoles el valor que la tecnología nos concede para ser más humanos. Hagámoslo borrando nuestro modo de entender la educación y la preparación para el futuro. El futuro de aquellos que usaban un plano de papel para orientarse. 

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Presencia española entre las 'Europe's 100 hottest startups 2016'

Hace unas semanas una de las publicaciones de referencia y de mayor influencia mundial en temas de tecnología y Nueva Economía, Wired elaboró un análisis de las 100 compañías tecnológicas más interesantes del mundo en base a diferentes ciudades que consideran epicentros del modelo económico digital. A esta lista se le ha denominado como la de las  'Hot Startups' y se centra en las empresas que aseguran hay que tener en el radar inmediato en ciudades como Helsinki, Lisbon, Tel Aviv, Paris, Amsterdam, Stockholm, Istambul y Barcelona.

Hace unas semanas una de las publicaciones de referencia y de mayor influencia mundial en temas de tecnología y Nueva Economía, Wired elaboró un análisis de las 100 compañías tecnológicas más interesantes del mundo en base a diferentes ciudades que consideran epicentros del modelo económico digital. A esta lista se le ha denominado como la de las 'Hot Startups' y se centra en las empresas que aseguran hay que tener en el radar inmediato en ciudades como Helsinki, Lisboa, Tel Aviv, Paris, Amsterdam, Estocolmo, Estambul y Barcelona.

Cada año, preguntan a inversores, empresarios y tecnólogos de toda Europa, que nuevas empresas locales se les considera 'hot startups'. Para el primer listado en 2011 por ejemplo, ya localizaron algunas que luego han significado referentes tecnológicos y de negocio. Entre ellas destacaron por ejemplo Criteo, KupiVp, SoundCloud, la omnipresente WeTransfer o la conocidísima por la saga de Angry Birds, Rovio. Estas empresas estaban en su primeros pasos y llegaron a ser grandes compañías poco después.

La verdad es que ha sido una satisfacción enorme descubrir que entre las seleccionadas hay unas cuantas que conozco muy bien. Por un lado destacan dos startups que están en la cartera del vehículo de inversión Idodi Venture Capital, Deliberry y Heygo, y por otro también figura seleccionada Glovo que pasó por Conector hace un tiempo. El video que acompaña es de la aparición de Deliberry en el programa Economía de Futuro, que estos días se emite en TVE.

Esperamos que el casi centenar de empresas que han pasado por Conector en sus aceleraciones tradicionales o las corporativas, o nuestras otras participadas, como Adictik con un crecimiento exponencial en los últimos meses, LetmeSpace cuya presentación de su nuevo modelo está siendo un éxito y Kompyte que ha iniciado su fase más ambiciosa ya instalados en Estados Unidos, lleguen a ser seleccionadas en el futuro como esas hot startups.

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No debemos pensar que la tecnología nos quitará el trabajo

El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios locales. En ese ámbito centré mi conferencia sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde el ámbito de la Pyme se puede abordar para sacar ventaja en estos tiempos tecnológicamente frenéticos. A partir de mi intervención y de la entrevista posterior se publicaron dos artículos que considero relevantes pues de algún modo son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo

El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general en tiempos de redes. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios más locales.

En ese ámbito centré mi conferencia, sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde la Pyme se pueden abordar estos tiempos tecnológicamente frenéticos a fin de sacar ventaja competitiva. A partir de mi intervención y de una entrevista posterior se publicaron dos artículos que pueden ser interesantes pues, de algún modo, son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo y que en mis conferencias, workshops y consultorías expongo. 

El primer artículo de Carmen Garde en el Diario de Navarra es un resumen de la conferencia, poniendo énfasis que no debemos temer que la tecnología nos pueda quitar trabajo, pues eso es absolutamente inevitable como lo fue en otros momentos de la historia en otras revoluciones tecnológicas. Lo que debemos entender es que vamos a disponer de un tiempo distinto y de una organización radicalmente distinta dónde los conceptos empleo, tiempo libre, conciliación y horarios van a cambiar definitivamente y dónde aquello que esté sujeto de ser digitalizado o robotizado lo será.

“No hay que pensar que la tecnología nos quitará el trabajo”

“El hombre suele llamar crisis industrial a todos los partos dolorosos que significan cambiar por completo el paradigma de su vida”. El consultor tecnológico, Marc Vidal, utilizó la citada frase para explicar que lo vivido desde el año 2008 a nivel mundial no ha sido, como muchos piensan, una crisis económica. “Ahora empezamos a detectar que no lo era. Estamos viviendo la cuarta revolución industrial”, enfatizó el analista ante los 150 asistentes del tejido empresarial de la Comunidad foral que ayer asistieron a un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter, celebrado en el hotel Muga Beloso. “En el Foro de Davos se le ha dado a la crisis, por primera vez, la categoría de cuarta revolución industrial”, subrayó Vidal. Porque, según dijo, vivimos el “momento histórico” en el que la robotización, la automatización y, sobre todo, la disminución o anulación de intermediarios en la prestación de servicios han empezado a transformar nuestra sociedad y nuestra economía “para hacer, en principio, un mundo mejor”. “Un mundo -prosiguió- en el que cuantas más máquinas rodeen nuestra vida, cuanta más tecnología nos quite tiempo de trabajo, más humanos vamos a ser. En lugar de pensar que nos va a quitar el trabajo lo que tenemos que pensar es que nos dará tiempo para nosotros”.

El consultor valoró la tecnología, porque “siempre” ha sido un elemento “favorable” y de “evolución” para el hombre, aunque Vidal consideró “normal” que tengamos “el mismo miedo que nuestros antepasados ante cualquier cambio tecnológico”.

Pero una vez puesto el escenario de la cuarta revolución, el reto que hay encima de la mesa para todas las empresas es aprovecharla. No quedarse mirando cómo suceden las cosas. “Para ello, hay que ampliar el campo de visión. Tenemos que ser capaces de ver más allá. Si no, no les saldrá”, previno a los asistentes.

Entonces, pasó a dibujar con historias y metáforas unas claves del actual contexto tecnológico. Habló de que hoy ya no se venden productos (ejemplo discos), sino servicios(suscripción a Spotify), de que hoy los clientes se mueven “mejor” que las empresas en el sistema en red y expuso que el comercio electrónico acapara hoy el 8% de las transacciones y que en seis años llegará al 60%.

También se refirió a la “leyenda del refrigerador”, un frigorífico que detecta que no hay leche y manda un correo al supermercado solicitando no cualquier leche, sino una determinada según criterios económicos o con las propiedades nutricionales que mejor convengan a la familia. Porque, según el consultor, los procesos robóticos son imparables y van a estar muy presentes en nuestra vida. “Vamos a un mundo automatizado. Los objetos ya se ha conectado a Internet y en unos dos años llegará lo que se llama el Internet absoluto. Todo conectado”.

Por eso, las empresas no deben perder el tiempo. Deben apostar de forma decidida por “una cultura de la innovación constante”. ¿Cómo? Marc Vidal dio, en esencia, dos pautas. La primera, crear una red integradora en las empresas. “Trabajar en red es mucho más que pensar juntos, es cosas como ver en los rivales valores interesantes”, detalló.

Y en segundo lugar, el experto recalcó la importancia de “entender que vivimos en la prueba constante”. Dijo que la Red permite a las empresas “equivocarse” con un “coste relativo”. “La filosofía de la prueba y error es una ventaja que sirve para comprender la innovación”, afirmó Vidal, para quien “el error digital no deber ser ningún drama”. Pero advirtió que no se trata de probar sin más, sino que es necesario que las empresas crean “en firme” en la digitalización y que dispongan de una estrategia a medio plazo “que no fachada”. “Recuerden: el cambio es básicamente mental”, concluyó.

La entrevista que me hizo Diana de Miguel para el mismo Diario de Navarra no se centra tanto en el empleo en si, sino que se interesa por los modelos de negocio, dando una relevancia especial al hecho de que hay negocios que pueden estar en la urgencia de mutar a otro. Destaca una frase que repito dónde aseguro que 'los bancos son las nuevas discográficas' interpretando de este modo que la banca está sujeta ahora mismo a una 'uberización' de su modelo y que su mutación obligada por las 'Fintech' es irreversible. Quien lo entienda pronto y bien sobrevivirá, quien no lo haga irá perdiendo negocio irremediablemente.

“Los bancos son las nuevas discográficas”

Marc Vidal, presentador de los programas de TVE Economía de Bolsillo y Economía de Futuro, es inversor tecnológico, consultor en transformación y estrategia digital aparte de un solicitado conferenciante internacional. El martes protagonizará un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter bajo el título La digitalización en las empresas en el que esbozará algunas de las claves para que la empresa afronte con éxito una transformación que, aventura, será dolorosa. Sitúa a la banca como uno de los sectores más amenazados por un cambio de época histórico marcado por una transformación digital que, recuerda, obliga a cambiar la forma de pensar.

¿Cuál es el primer paso para abordar la digitalización en una empresa?

Lo primero es asumir el momento en el que vivimos. Hemos llamado crisis a una revolución en todos los términos de la economía. Lo hemos pasado peor porque no sabíamos dónde estábamos. Por eso, las empresas deben primero concienciar sobre ese cambio de paradigma que nos obliga a pensar de otra forma.

¿Qué papel debe jugar la tecnología en ese cambio?

La tecnología no es la esencia del proceso, pero sí una herramienta que nos ayudará a que el cambio suceda. Se necesitan las dos cosas: el cambio de conciencia y la aplicación tecnológica y sin una no tendremos la otra.

Sigue habiendo empresarios que creen que transformarse digitalmente es tener una cuenta en Twitter. ¿Qué les diría?

Que la transformación digital es algo más transversal y que ocupa especialmente al cuerpo directivo que debe convencerse de que tiene que trasladar al resto de su equipo ese cambio tecnológico.

¿Qué sector o sectores ve más amenazados?

Todos aquellos cuya actividad la pueda desarrollar una compañía jovencita con muchas ganas de cambiar procesos y modelos. Se pueden encontrar con que cambie todo el sistema. Por ejemplo la banca. Parecen los amos y señores, pero las fintech -empresas de servicios financieros que utilizan la última tecnología para poder ofrecer soluciones innovadoras- les están comiendo cuota de mercado. Muchos bancos están buscando fórmulas y sinergias con las fintech. Los bancos son las nuevas discográficas. Solo hay que preguntar a un empresario si abriría una tienda de discos o una de música. Hace diez años, la respuesta hubiera sido distinta, pero hoy nadie montaría una tienda de discos. O se modifica todo el proceso que tiene que ver con la relación con el cliente y su modelo de trabajo, o la banca y las empresas en su conjunto se pueden encontrar con un problema a corto plazo.

¿Quiere decir que las empresas que no aborden la transformación digital no sobrevivirán?

Empresas que hace 15 años no existían, que nacieron ya como nativas en el ámbito digital, se encuentran hoy entre las 10 más importantes o capitalizadas del mundo, y las que iniciaron una transformación digital profunda antes de la crisis han vivido este proceso con beneficios. Las empresas no tienen elección.

En una comunidad como la navarra con un peso industrial tan importante el reto es aún mayor.

Para Navarra es la gran oportunidad para impulsar un cambio en el modelo de crecimiento y que sus productos sean competitivos con los del resto del planeta. Históricamente, la Comunidad foral ha estado a la cabeza de la innovación y ahora debe coger su sistema de trabajo y sus modelos industriales y transformarlos de forma radical y transversal para tomar la delantera en Europa.

¿Qué nuevos perfiles laborales vislumbra?

Seguimos hablando del trabajo como si estuviésemos en el siglo XVIII. Pensamos en jornadas laborales, en cotizaciones... Cosas que necesaria e imprescindiblemente vamos a tener que cambiar. No sé de qué forma ni qué traumático será, pero el futuro del trabajo no será como ahora. Lo que se pueda hacer con máquinas se hará. Es más rápido, eficiente y barato.

¿Se reducirán las jornadas de trabajo?

Ya pasa en algunos países. Las jornadas bajan sin mermar la productividad porque un software realiza parte del trabajo. Los robots nos van a humanizar.

¿Qué medidas pondría en marcha si fuera presidente del Gobierno?

Procuraría que los impulsos hacia un nuevo modelo de crecimiento que tengan que ver con la tecnología se ejecutaran y no se diese vía libre al crecimiento especulativo y vinculado a sectores intensivos que nos llevan a otro desastre económico. No parece que estemos construyendo una sociedad del conocimiento sino todo lo contrario.

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'Economía de Bolsillo' un programa de TV para entender la economía de manera fácil y divertida.

El próximo 23 de abril a las 6 de la tarde y en ‘La 2’ de TVE se estrena el programa ‘Economía de Bolsillo’ del cual soy el conductor. Cada sábado a esa hora y en ese canal se emitirán los 13 capítulos que componen la serie en la que se tratarán temas como el comercio electrónico, la bolsa, las tarjetas, los seguros, el empleo, la economía colaborativa, la renta, el paro, las pensiones, los impuestos indirectos, el euro o el ahorro.

El próximo 23 de abril a las 6 de la tarde y en ‘La 2’ de TVE se estrena el programa ‘Economía de Bolsillo’ del cual soy el conductor. Cada sábado a esa hora y en ese canal se emitirán los 13 capítulos que componen la serie en la que se tratarán temas como el comercio electrónico, la bolsa, las tarjetas, los seguros, el empleo, la economía colaborativa, la renta, el paro, las pensiones, los impuestos indirectos, el euro o el ahorro.

Han sido casi tres meses de trabajo en los que he aprendido muchas cosas sobre el mundo de la televisión desde dentro. No es lo mismo que te hagan una entrevista o que participes en un debate a ser tú quien deba aprenderse el guión, interactuar en la calle o hacer de entrevistador.

El programa pretende explicar de manera sencilla y fácil conceptos económicos tradicionales. En algunos episodios he ayudado a componer algunos de los ejemplos y metáforas necesarias para bajar a tierra algunos temas que realmente se hace complicado entender para quien no está avezado en ellos. En 25 minutos que dura cada programa se pueden ver entrevistas de interés con expertos de cada tema, metáforas o juegos visuales para comprender cada concepto y, lo más divertido, encuentros no previstos con personas en la calle que participaron de todo.

Este programa pretende dar las claves para mejorar el conocimiento de aspectos económicos desde una óptica positiva y divertida. Cómo dice el ‘claim’ del programa, está pensado para ‘disfrutar de la economía sin corbata’. Para ello, ya lo veréis, me monto en una montaña rusa para explicar la bolsa, navego a remo por un lago para explicar temas de empleo o, incluso, perseguiré a un rebaño de ovejas para explicar aspectos del comercio electrónico.

Me quedo con dos cosas de estos meses. Por un lado las entrevistas a personas como el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, al polémico Hervé Falciani o al catedrático en estructura económica Santiago Niño Becerra. En total mas de 20 entrevistas de las que he aprendido mucho. La segunda cosa con la que me quedo es con la parte humana del trabajo. La suerte de trabajar con un equipo apasionado con su trabajo, para el que no había hora de terminar, con jornadas que empezaban antes del amanecer y acababan pasada la media noche, con viajes por toda la geografía española y dónde la experiencia de todos era impresionante y la humanidad y respeto extraordinaria. Es lo más valioso.

Veréis que el programa tiene hilo argumental, una historia en cada episodio. Un guión cinematográfico que enlaza cada tema, cada ejemplo, cada elemento. Esto se debe a que el director, Roman Parrado, en realidad lo es de cine, de muy buen cine. El equipo con el que he pasado casi 600 horas trabajando más intensamente lo conforman unos cracks como Ruy Balañá, Albert Serradó, Ernest Peral, Ernest Cauhé, Irené Puig-Sedó y Rey Lancaster. Hay otra veintena más de miembros del equipo con los que he estado menos tiempo, pero que son igual responsables de lo bien que ha quedado el asunto. No los nombro todos, saldrán en los títulos de crédito.

Espero seáis comprensivos, el que menos sabía de esto de hacer tele era yo mismo. Creo que se nota en algunas ocasiones ;-). Lo dicho, el día de Sant Jordi, del libro, de la rosa, del alzamiento irlandés, etc., si no tenéis nada mejor que hacer, nos vemos en ‘La 2’. De momento hay algún avance en la página de Facebook.

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Cuando salir de la crisis es un 'deja-vu'

Hoy participo en un programa donde se cuestionará si el final de la crisis es real. Esto es algo que desde hace años se cuestiona. Es como si por repetirlo vaya a suceder. De hecho hace tres años ya lo respondí en la propia Contra de La Vanguardia. Sigo pensando igual que entonces y, algunas de las cosas que temía se están dando lo que no hace más que ratificar que por aquel entonces se entró en una dinámica de parálisis definitiva a pesar del estribillo ridículo y pueril que los ministros sucesivos se esforzaron en pintar de colores diversos.
De hecho, ahora mismo se cuestiona si hemos salido de la crisis, o estamos saliendo, porque los datos de empleo y algún otro, así ‘lo demuestran’. La llamada recuperación está llegando dicen. Tal vez, pero maldita recuperación si de lo que hablamos es de recuperar lo que ya teníamos, de retomar la senda del absurdo acumular ladrillos por todas partes y darle valor por el mero hecho de intercambiarlos de mano mientras miles de personas pierden sus viviendas al mismo tiempo. Eso es lo que viene.

No se ha hecho nada, la oportunidad histórica que teníamos ante nosotros está pasando como pasan los trenes de mercancías que no paran nunca. La realidad que persiste tras esas cifras de papel cartón es siniestra. Huida de jóvenes y no tan jóvenes, de una sociedad esclerotizada, de una clase media hundida y de una política plomiza e intratable, descubres que no ha pasado casi nada. La reacción es mínima y ahora, incluso, inexistente. Es tanto el pavor a perder lo poco que nos queda que hemos enmudecido. Es tanta la inspiración que supone recuperar el modelo productivo improductivo que lo vamos a repetir.

El silencio de los corderos. Tenemos tan poco que pensamos indispensable vivir conservando la nada más absoluta. Nos estamos quedando sin libertad pero con más ladrillos en la sala de espera. Se nos pasa la cuenta de nuestro cambio de modelo como en otros países si están asumiendo y tomando en cuenta.

Cuando nos dicen que ‘estamos saliendo de la crisis’ porque el empleo mejora es de aurora boreal. Probablemente mejore todo, inclusive el consumo, pero quemar la tierra ya quemada hace apenas unos años la convierte en desierto tarde o temprano.

Desde que se inició la crisis en 2008, el único movimiento que se detectaba en el ladrillo era recesivo. La construcción perdió cerca de 2 millones de empleos en seis años, 6 de cada 10 puestos de trabajo destruidos durante la crisis eran de la construcción. Pero ahora resurge.

El sector que se llevó la economía y la sociedad por delante, por aquello de que culturalmente en España es bueno tener propiedades, jugar con ellas y especular con su acumulación, porque todos podían ser promotores y todos vendedores, traders de viviendas o lo que fuera, ahora es el motor del nuevo empleo. Ya lo es. No lo es la tecnología, ni lo dependiente de una economía moderna y actualizada. Se nos llena la boca a todos de ‘futuro’ pero construimos pasado.

Según la última Encuesta de la Población Activa, que elabora el Instituto Nacional de Estadística, los parados de la construcción han pasado de 1,857 a principio de 2013 (en su nivel más alto) hasta 1,43 millones a finales de 2014. La cifra se ha reducido en 427.000 personas. El sector ha pasado de destruir empleo a crearlo a un ritmo equivalente en términos anualizados de cerca del 9%. No digo que sea malo crear empleo, en cualquier sector es bueno, pero cuando es desequilibrado otra vez, dependiente de unos factores concretos y a la vez expulsa de ese crecimiento a los que deben llevarnos a ser competitivos en el mundo que se está creando, la cosa es grave. Muy grave.

Es un empleo volátil y temporal. Con gran rotación y de baja cualificación. Por no decir lo absurdo de iniciar la conquista inmobiliaria en un país donde hay más de medio millón de viviendas vacías. No se aguanta por ningún sitio que sigamos pensando que eso es una recuperación o salida de la crisis.

Vamos a convertir lo que es un cambio de época, un nuevo modelo socioeconómico al que podíamos subirnos, no sin sufrimiento, no sin esfuerzo, en nada. Vamos a dejar pasar la oportunidad de dejar a nuestros hijos un mundo mejor a cambio de dejarles un nuevo ‘pack’ de hipotecas.

De hecho la EPA del primer trimestre de 2015 dice que el paro bajó en 13.100 personas en los tres primeros meses del año pero que se destruyeron 114. 300 empleos. Aunque se trataba del mayor descenso del desempleo en un primer trimestre desde 2005, el paro subió ligeramente, desde el 23,7% hasta la el 23,78%. Hay menos personas buscando empleo porque no confían en lograrlo o sencillamente ya no están.

Por sectores es de traca. El empleo cae en los servicios en 136.000 personas y en la agricultura (-9.000); mientras que aumenta en la construcción (en 30.000 personas) y en la industria (3.000). Porcentualmente asusta. La gente preparada y joven se va, los que necesitan un empleo aunque sea precario se apunta a la lista de la próxima obra.

La crisis dicen que se va. Que se lo cuenten a los nuevos 27.300 hogares que no tienen a nadie currando y que viven ya en el umbral de la pobreza. Se suman a los casi dos millones que existen. Eso si es salir de la crisis.

¿Y que deberíamos haber hecho? Que se debía haber tenido en cuenta en este tiempo, en el futuro inmediato tal vez, mucho más. Asumir el momento y haber aprovechado que la dureza de un parto social, revolucionario, de entrada a un mundo distinto requería de poner cimientos para ello. Además veníamos de las vacas gordas, había pasta para cambiarlo todo, pero daba miedo parar la máquina que finalmente se paró y ahora quieren arrancar de nuevo.

Recientemente se hizo referencia a un informe que decía que el 47% de los puestos de trabajo que existen en el mundo son susceptibles de ser automatizados en las próximas dos décadas. Una mayor automatización supone una mayor eficiencia para las empresas, por ende, mayores ganancias y menos necesidad también de puestos de trabajo. Maquinistas, traductores, electricistas, gestores, e incluso vendedores, se prevé que desaparezcan.

Esto que puede ser muy malo podría convertirse en una tremenda ventaja en cuanto a la construcción de un mundo mucho más ‘mental’ y menos ‘físico’. Me imagino personas disfrutando de cosas que no son accesibles ahora porque precisan de costosas cadenas de valor. No obstante, de momento, solo detectaremos lo malo, lo que convierte este momento en un auténtico desastre socioeconómico, veremos que esa dinámica solo enriquecerá a los que puedan desarrollar máquinas inteligentes o logren establecer aplicaciones sustitutivas de la mano de obra. Eso sería terrible. Sería la continuación a las últimas tres décadas en las que la participación de la mano de obra en la producción se ha reducido a nivel mundial del 64% al 59%.

Me niego a pensar en clave negativa y me gusta pensar que poco a poco, cambiando los tractores que conducen este cambio, personas por delante de líderes que no tienen perspectiva, podremos lograr un nuevo modelo de crecimiento basado en cosas que ahora nos parecen ciencia ficción.

Crear empresas, con nuevos planteamientos era la clave. Si no se estimula las políticas que apoyen a la creación de empresas con base tecnológica o vinculadas a la nueva economía, todo este ‘resurgir’ serán fuegos artificiales que nos van a quemar a todos. Algunos ya no están, se fueron, y nos fuimos donde hay oportunidades para retomar proyectos que se ajustan socialmente a lo que es un momento extraordinario de la historia. Hay paises que lo dejarán pasar y cambio dirán que están ‘recuperando’ no sabemos que, otros, a cambio, las pasarán putas para subirse al tren del futuro.

Esto no es una crisis, sencillamente es una revolución. Recordemos que cuando en el siglo XIX entró una máquina de vapor a una fábrica de 400 trabajadores para que la llevaran sólo dos, hubo 398 personas que creyeron estar en una crisis absoluta y no sabían qué hacer. La sociedad nombró “crisis Industrial” a lo que siglos más tarde hemos llamado “Revolución Industrial”. Aquella sociedad aprendió a colocar a todas esas personas en diferentes sectores y a mejorar la vida de todos. Nosotros estamos aprendiendo a modificar nuestros ritmos vitales, económicos, sociales, políticos para que la gente se incorpore en esta revolución tan absoluta. Hoy la respuesta al momento actual no está en recuperar nada, ni en hablar de crisis, sino en intervenir teniendo en cuenta que estamos viviendo una revolución en todos los sentido

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Entrevista en Libertad Digital, 'La cultura del subsidio decapita la economía'

Ayer se publicó la entrevista que me hizo Diego de la Cruz para Libertad Digital, concretamente en Libre Mercado. Una conversación muy marcada por temas más ligados a la política económica que a tecnología, pero en la que lo pasamos bien. Aquí os dejo la transcripción que tambíén podéis ver en su lugar original.

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Marc Vidal: “La cultura del subsidio decapita la economía”. Apunta que “nos han llevado a un pozo” y reivindica un impulso del emprendimiento y la innovación.

- Pregunta: Los jóvenes españoles son los europeos que más se plantean ser funcionarios. Hablamos de un 32% frente al 17% italiano, el 13% griego, el 11% luso… ¿No es descorazonador que haya tanta querencia por el empleo público?

Respuesta: Tiene que ver con un modelo económico, un aspecto cultural y una administración que poco o nada hace por cambiar esto. No solo es doloroso, es que es una oportunidad perdida. Los funcionarios son necesarios y no olvidemos que funcionarios hay de muchos tipos y en muchos de ellos es pura vocación. El problema viene cuando analizas los motivos de que, no habiendo tanta ‘vocación’, si haya ‘devoción’.

En términos económicos la seguridad que garantiza el empleo público vende muy bien. No requiere jugarte tu patrimonio, no tienes que lidiar con la falta de perspectivas en tu jubilación como le pasa a un autónomo por ejemplo. En lo cultural el trasvase hacia lo que supone ser emprendedor es muy complicado.

Emprender es lo contrario a la seguridad pública. Un emprendedor siempre está en crisis y el fracaso es un elemento consustancial con la propia actividad emprendedora. Culturalmente, como te decía, es un estigma, un motivo para que las cosas se pongan muy jodidas a partir de ahí y para siempre…

- Quizá no hemos sabido explicar lo que significa convertirse en empresario.

El agente de cambio más importante que tiene una sociedad es su tejido emprendedor. En el año 2008, parte de la economía estadounidense se desmoronaba pero, al mismo tiempo, nacían 250.000 empresas de base tecnológica, muchas con apenas dos o tres fundadores.

Ante la caída, decidieron ponerse en marcha con un criterio: cambio. ¿Aquí que hemos cambiado? ¿Cuál es la hoja de ruta? ¿De que va todo esto? ¿Por qué los que dirigen este barco se alegran cada vez que aumenta la cifra bruta de nuevas hipotecas? ¿En que planeta viven?

- Muchas de esas nuevas empresas que nacen en el ámbito tecnológico se enmarcan en ese sector de la nueva economía que choca con las regulaciones vigentes, pensadas para esquemas que poco a poco se van agotando. ¿Está España reaccionado de forma inteligente o se equivocan nuestros reguladores?

Por desgracia hay gobiernos que no saben medir los tiempos o los tiempos los han medido a ellos. La mayoría de estos tipos que dicen ir a sus ministerios a mejorar la sociedad y a ayudar a “sacarnos de la crisis” no tienen la más mínima idea de a lo que se enfrentan, ni falta que les hace.

Siguen considerando que para medir el emprendimiento en una basta con medir el número bruto de empresas o personas que trabajan por cuenta propia. En esa definición falta el baremo más importante, el que realmente define el verdadero valor emprendedor, que es el de la innovación. He ahí el aspecto que una sociedad debe acelerar para poder ir de cabeza hacia la tecnificación y la tecnología.

La visión distorsionada que tenemos de “por donde hay que recuperar la economía” se debe a que mayoritariamente la sociedad ve el mundo por el prisma de la prensa tradicional que a su vez transcribe los mensajes oficiales e interesados que a su vez componen con una absoluta indiferencia hacia la realidad que les rodea de lejos.

Una visión que habla de “recuperación” de no sabemos qué, de volver al crecimiento y creación de empleo de manera táctica y no estratégica y de un mundo de colores pastel que no te puedes creer si has viajado un poco. Esto no va de inventarse un titular y esperar a ver que pasa.

Esto no va de esperar y que por ciencia infusa se “arregle” todo pues no hay nada que arreglar. Esto no va de generar empleo inmediato porque no se va a crear. Esto va de diseñar, estimular y generar un mundo nuevo vinculado a la tecnología, la economía digitalizada y digital, al conocimiento y al valor añadido de aquello que ya tenemos en marcha como el turismo y otros.

Por eso hay que decirle no a quienes quiere ponerle trabas a lo que ya influye, de un modo absoluto, la vida de muchas personas. Negar que una plataforma social es un vínculo entre usuarios y empresas y que de ello ya no puedes abstraerte es girar la cara a la realidad.

España está a punto de perder una oportunidad histórica. Un tren que pasa pocas veces, una opción de enrolarse en el cambio de época que vive la humanidad y de la que hablo en casi todas mis conferencias. Los retos históricos se pierden por desinterés, por ineficiencia o por voluntad. Se puede perder el tren por no ser capaz de correr hacia el andén si ves que se está escapando, porque no encuentras el andén o por que, viendo el andén y el tren parado, decides ir al bar.

¿Cuál es el caso que nos ocupa? Tengo la impresión que es una mezcla según el momento, tengo la idea, y la he perseguido todos los días, de que o por inútiles, vagos o mal intencionados mi futuro no puede estar en manos de nadie, solo puede estar bajo mi influencia. Les llamamos líderes vete tú a saber porque, pues su lejanía de lo que sucede es de tal calibre que probablemente cuando todo esto se los lleve por delante pasarán años hasta que se den cuenta.

- En España cala poco a poco la tesis de la recuperación pero ¿qué impresión tienen los inversores extranjeros con los que Vd. toca el tema?

Va por barrios. Vivo en Irlanda y me paso la mitad del año viajando por el mundo. En algunos países se sostiene la idea de que la recuperación de nuestro país es poco más que un eslogan, manido y repetitivo, suelen ser lugares donde, a pesar de crecer menos que lo necesario, lo hacen sustentados en un cambio de modelo de crecimiento vinculado a nuevos escenarios económicos de vanguardia.

Otros, los que nos incluyen en el tren de los “recuperados” ya van pensando en comprar pisos pues se espera la inflación del precio de la vivienda. ¿Te suena? ¿Tiene valor eso? Y es que la inversión foránea va dónde es factible ganar dinero lo antes posible. De momento eso parece factible, otra cosa será en base a que…

- Entonces, ¿en qué punto estamos?

No saldremos de la crisis simplemente afirmándolo. Nosotros mismos debemos ser capaces de trabajar para cambiar nuestro futuro. La historia de la humanidad es la historia de la evolución y de la modernidad, y esta modernidad conlleva momentos críticos como el actual donde quienes deben liderar los procesos, marcar con luces largas el futuro de todos, tienen la obligación de construir en base a la competitividad, eficiencia y construcción de una sociedad más equilibrada y justa. Pero eso no parece ser lo que está pasando.

¿Cómo piensan los que están, los que quieren estar y los que, parece, pueden estar, estructurar un país como España en un entorno económico robotizado, automático y con mucho menos empleo? ¿Cómo piensan balancear la pérdida del valor humano en cuestiones laborales, el incremento de máquinas al servicio de la eficiencia y la retirada genérica de intermediarios en todo lo que una plataforma digital puede sustituirlos? ¿Cómo han pensado mejorar mi vida, la de mi hijo, la del tuyo, la de todos cuando ese mundo, inminente, se despliegue?

Probablemente ellos no deban ser quienes deban liderar esto, porque son los responsables, en gran medida, de habernos llevado a un pozo mucho más profundo de lo que probablemente nos correspondía. Lo que debería de preocuparnos es que seguimos centrados en el corto plazo, en la táctica. Este planteamiento es muy pobre y que nos dejará al margen de muchas de las revoluciones (socioeconómicas y tecnológicas) que se están produciendo en el mundo.

- ¿Qué aspectos son fundamentales para tener éxito como empresario?

No debe haber una receta segura. Haciendo lo mismo me han salido cosas bien y otras mal. Con modificaciones casi imperceptibles un fracaso inminente se trastornó en éxito y viceversa. Creo que la clave está en la preparación, en las hostias que te da la vida y en administrar bien tu capacidad de liderazgo. Creo que tener espíritu de sacrificio, pasión por tu trabajo, predilección por lo imprevisto sobre lo previsible y vivir intensamente el valor de aprender, de innovar constantemente.

Según la OCDE, el 44% de los españoles entre 25 y 30 años que tienen ocupación, están trabajando en algo que requiere menos habilidades de las que tienen. Los jóvenes españoles no van al trabajo pendientes de vivir retos, sueños y expectativas de crecer emocional y profesionalmente. Muchos van pensando que allí no va a pasar nada excitante, que lo importante es que pase el tiempo.

- El modelo educativo no ayuda…

La educación es pura instrucción, no hay debate, pensamiento o crítica. Nadie enseña a nuestros hijos el valor del fracaso, a perseguir sueños a pesar de no ser “rentables”, a emprender como valor de libertad y no como factor de enriquecimiento.

No les enseñan a entender que un negocio es mucho más que una oficina, una fábrica, un campo de cultivo, un comercio o un escenario de venta, nadie les indica que también son espacios de conclusión, de rescate espiritual y de relación humana, de cooperación, de suma intelectual, de talento y de prosperidad.

Cambiar todo eso, educacionalmente hablando, podría también influir en lo que se puede considerar, al final, un empresario de éxito, pues ‘éxito’ es mucho más que ganar dinero, es reconocerte ante tu obra, tu sueño. A veces repercute en mil millones y otras simplemente en subir la persiana de tu taller, pero siempre, con la sensación de que son tus mil millones o es tu taller.

- ¿Cuáles son las preguntas que debemos responder antes de dar ese paso?

¿Cómo vas de espíritu de sacrificio? ¿Sabes que no sabes nada? ¿Miedo a fracasar? ¿Demasiado mayor para esto? ¿Tu proyecto es tu sueño? Si no dudas en ninguna de ellas, si no hay grises, mejor.

- Los españoles tienen una imagen mucho más negativa de la economía de mercado que otros europeos. ¿Qué aspectos del capitalismo defendería Vd. ante quienes abogan por otras recetas?

Yo del capitalismo, así, sin anestesia, le reconozco el valor de la innovación necesaria. Que es incómodo. Más de lo que se piensa. Un capitalista conceptualmente desea la libertad por encima de todo. No le gustan las regulaciones.

Por ejemplo en el caso del término emprendedor es muy evidente lo que quiero decir. A la pregunta ¿qué es un emprendedor? sólo tendremos dos posibles respuestas o puntos de vista. El primero es el más popular y asegura que los empresarios son personas que dirigen sus propias empresas. La segunda opinión, la que defiende Joseph Schumpeter. asegura que los empresarios son los innovadores de la economía y de la sociedad. Asegura que las personas tienen ideas, que quienes las convierten en empresas aportan valor social que se traduce en bienestar tarde o temprano. Ha pasado antes y seguirá pasando.

Para mi el capitalismo se rige por el valor de la empresa privada y para mí, la empresa privada es el estímulo de los cambios, que desde la cultura, la investigación y la política se pueden ir concibiendo. Si un país no es capaz de generar el escenario idóneo para crear empresas no tan solo perderá masa laboral, ciudadana, cohesión y otros factores que desestabilizan a una sociedad, sino que se alejará del talento, de la innovación, del progreso tecnológico y, por derivación siniestra, del bienestar y modernidad socioeconómica requerida.

Tengo la sensación que los empresarios o emprendedores que alteramos y desorganizamos continuamente la manera de hacer las cosas jugamos nuestro papel. Somos incómodos para los que eso les supone un colapso mental.

- Ha escrito un libro contra la “cultura del subsidio”, ¿qué efectos tiene en la economía de un país?

Lo decapita. El subsidio es necesario como elemento en una sociedad de vanguardia. La subvención también, estimula y tiene un objetivo, pero la cultura del subsidio es algo tóxico. Adormece y acomoda y sobretodo crea una masa social acrítica y dependiente. Así es. Se estimula una sociedad de valores en crisis donde, por lo tanto, el miedo al fracaso tiene su sentido, puesto que el nivel de tolerancia hacia este hecho es cero por ejemplo.

Si te digo que ‘papá estado’ se encarga de todo, que tras todos tus problemas te daré lo justo para que aguantes, sobrevivas, consideres que soy tu providencia, que poco harás contra mí. Se fabrican ciudadanos narcotizados cuyo miedo al fracaso es supino.

Por ejemplo, a los jóvenes, les ayudamos a conseguirlo todo y a evitar que se enfrenten al error. Muchos de esos chicos y chicas que analizan su futuro inmediato es normal que dejen de pensar en ‘emprender’ pues es más sencillo no confrontarse con ese miedo que te comento. Vivimos en la sociedad del “no lo intentes sino vas a lograrlo”.

El subsidio lo estimula, por eso creo que la ‘cultura del subsidio’ narcotiza y es contraria lo que necesita el punto exacto de la historia que hemos tenido la suerte de vivir.

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”El futuro ya ha empezado. ¡Esto es la guerra!”

La editorial del número de 2 de la Revista Económica Westinghouse está planteado como una advertencia a aquellos que consideran que hay muchas cosas que para que pasen ‘aun falta mucho’. Es habitual, cada vez menos visto lo visto, escuchar aquel ‘eso ni tú ni yo lo vamos a ver’. Desde hace un tiempo eso es casi tan arriesgado asegurarlo como todo lo contrario. De lo que hablamos en este segundo número, del que cómo haré siempre replico la editorial en mi blog, es de ser partícipe o simple espectador. Hubo un momento en el que esto era opcional, ahora es casi obligatorio. Por lo menos para los que quieren ser protagonistas de su propia existencia, ser los que, a pesar de las mil batallas que se libran a lo lejos, algunas flechas nos tocan. Muévete, álzate y, aunque seamos pocos, apenas unos trescientos, la batalla por la conquista del futuro, la historia, nos observa. Este número 2 está disponible todavía solo para iPad pero en los próximos días también lo estará para Android y smartphones según me ha asegurado la dirección de la editorial Mediazines.

”El futuro ya ha empezado. ¡Esto es la guerra!”

La digitalización ha cambiado la economía, y también nuestras vidas, a una velocidad formidable. El despegue de la economía digital acorta las cadenas de valor, de las que se excluye cualquier eslabón que no aporte beneficio. De eso va todo esto. Va de entender el momento, de saber elegir entre lo que es accesorio y lo que realmente importa; entre el espectáculo formal y la realidad de fondo. Sabemos que ahora vivimos algo único y retorcidamente especial. Estamos presenciando el tránsito entre dos océanos, uno que representa un mundo anterior analógico y otro que se llena de datos y es digital. Es el paso de un mundo industrial atado a los convenios del pasado hacia el futuro automático y automatizado.

Westinghouse, Future Economy, es el libro de instrucciones para ordenar el rompecabezas. También es uno de esos papiros ocultos o escrituras prohibidas de chamanes y magos que esconden pócimas para transformar el mundo. Expresando nuestro modo de entenderlo todo y sin pretender ser más que un canal de conexión entre lo que es inminente y sus repercusiones socioeconómicas, en este número Westinghouse te ofrecerá más datos y más conocimiento sobre todo ello. Recordemos que saber es poder, querer es otra cosa.

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Este segundo número quiere ser parte de la batalla que se libra en algún lugar sin coordenadas. Hablo de una guerra invisible pero a la que todos debemos atender y en la que nos jugamos el futuro de la humanidad. En ella participan dos bandos, como ya sucedió en otras ocasiones; por un lado, están los del flujo inservible e inércico que se dirigen hacia la nada, esos que esperan cifras de organismos oficiales que otorgan puntuales números favorables, los comparan con cifras menores o con cualquier dato que, por bueno e inmediato, les sirva. Son los del bando tóxico y peligroso. Hay otro frente, el nuestro. Este se encuentra en una posición en la que todo es oportunidad y donde los que conducimos siempre vamos con las luces largas. El futuro ya ha empezado. El liderazgo tecnológico es un requisito fundamental para mantener el liderazgo económico. Precisamente, esta búsqueda de la innovación y la voluntad de seguir evolucionando es lo que representa un verdadero desafío para toda la sociedad.

La revolución digital no es más que la antesala de un mundo automático y mejor, un lugar donde las personas dispondrán de oportunidades fuera de las obligaciones actuales. Sin embargo, nuestra revolución va más allá de la obsesión por smartphones, tablets o aplicaciones, es mucho más que hacer el ridículo esperando la llegada de un producto icónico durante horas o días frente a una Apple Store. Es mucho más intenso y profundo. De hecho, no es ni el tiempo que gastamos en todo ello, ni en como los utilizamos, tampoco tiene que ver con las redes sociales o con la distribución de la información. Si tomamos distancia, descubriremos que lo que estamos fabricando es un mundo interactivo, líquido y cada vez más pequeño.

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Pero esto depende de cada uno de nosotros. Visto lo visto, y viendo lo que vamos viendo, poco o nada puedes esperar de los que ”deciden”. El desconocimiento de aquellos que siguen en la inopia aun teniendo responsabilidades de liderazgo, no los exonera de ser responsables de haber dejado pasar la oportunidad de conquistar “el futuro”. Si me apuras, hablamos de una Europa que sigue revisando su papel. O de Latinoamérica que está ante la mayor oportunidad que le ha concedido la historia. Si no hacen nada se les recordará por eso. Saldrán en los libros de texto como la generación política que permitió que el tren del futuro pasara por delante de todos y ni se enteraron. Esperemos que lean Westinghouse.

Si lo hacen, si nos leen, podrán saber, en este segundo episodio de nuestra historia, por donde va eso de la ”economia colaborativa” conociendo de cerca la startup ”letmespace”, saber cuál es valor y ”coste de una idea”, ver cómo los ”tecnorrevolucioanrios” están dibujando un mundo distinto y mejor, darse cuenta de que en Boston hay un ”Silicon Valley” repleto de conocimiento, ver cómo en una conferencia nos explican el método que elige una nevera ”para comprar por sí misma”, entender por qué Spotify es el verdadero referente de la economía freemium o incluso aprender que de los valores de un perro pastor alemán se puede inspirar un modelo empresarial.

Yo, si fuera ellos, leería WFE.

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¿Por qué Westinghouse? (Editorial publicada en Westinghouse Future Economy)

El día que falleció Edison el mundo se apagó. Literalmente. A modo de homenaje las principales ciudades del mundo desconectaron todas las luces durante poco más de un minuto. A modo de monumental metáfora el planeta reconocía que su luz y su brillo derivaban en gran medida del cúmulo de inventos de aquel hombre.

Cuando buscamos momentos de la historia donde el conocimiento, el humanismo, la ciencia, el progreso y los cambios socioeconómicos disruptivos aparecen los años en los que vivieron personas tan brillantes como Tomas Alva Edison, Alexander Graham Bell, Nicolás Tesla o George Westinghouse. Tuvo que ser increíble vivir aquellas décadas en las que un invento, un descubrimiento se superponía a otro complementándolo para provocar uno nuevo aún más sorprendente.

Daria lo que fuera por recorrer unos minutos aquellas calles repletas de atónitos ciudadanos, conversar en algún café con los protagonistas de tanta innovación, de tanto talento y riesgo, detenerme ante la primera locomotora, no parpadear ante el intermitente destello de las primeras bombillas, quedarme boquiabierto con el primer interruptor de corriente alterna.

Cuando pensamos en momentos únicos, revolucionarios, inéditos, en que la tecnología lo cambió todo, debemos incorporar esta maravillosa época. Además, en esta, para los que nos apasiona la economía, sabemos que el papel de los actores económicos en todo ello fue fundamental.

Como pasa actualmente en un mundo sumido en una hipotética crisis que esta desatando todo cuanto la sociedad pensaba que era inalterable, en aquella época la mayoría de los progresos partieron de un momento dramáticamente difícil y complejo. En Estados Unidos, en plena guerra de secesión, aquellos hombres fueron capaces de convertir una crisis en una revolución. Sucede ahora, sucedió entonces. Los protagonistas de tanta miseria, del choque entre máquinas, tecnología y nuevas maneras de distribuir el trabajo con aquel progreso social que preconizaban no fue sencillo. Durante las décadas que esto se produjo le llamaron ‘crisis industrial’. Muchos años después, analizando en la distancia cuanto supuso todo aquello, la rebautizamos como ‘Revolución Industrial’.

Al igual que en nuestros días muchos se esfuerzan en catalogar todo cuanto nos sucede como una formidable crisis, deberíamos de ser capaces de interpretar la suerte de vivirla pues en realidad bajo lo que estamos no es más que una revolución gigantesca en todos los órdenes de la vida y que se trasladará en el tiempo. Los grandes avances de la humanidad no se producen en tiempos de bonanza, suelen ser mucho más nutritivos las épocas complejas y difíciles. Vivimos un cambio de época y no una época de cambios. Es así y es una suerte poder ser testigo y, mejor aun, protagonistas.

Westinghouse, Future Economy, te dará las claves cada mes de que sucede y como en ese escenario nuevo que suponen tantos avances desde el punto de vista económico. Sin dejar de lado que supone y como nos afectan los aspectos más tradicionales, bañaremos con la vanguardia tecnológica, los nuevos negocios y cada una de las aristas que el futuro inmediato nos tiene reservado. Aquí interpretaremos el rumbo que está tomando nuestro mundo en términos económicos desde la visión moderna y tecnológica que este soporte exige.

Aquellos años en los que personas como Edison, Tesla o Westinghouse encadenaban ciencia, física, negocio y futuro son tan parecidos conceptualmente a los que ahora vivimos que no podemos dejar de mirarlos con atención. ¿Cómo lo asumieron? ¿qué negocios surgieron de todo ello? ¿Cómo cambió el mundo y a que velocidad? ¿Cómo se distribuía el conocimiento de esa nueva realidad entre los contemporáneos?

Nuestra vida actual, automática y conectada, tiene un origen milimétrico en aquellos días. Edison logró encender el mundo, Tesla proporcionar electricidad controlada y Westinghouse humanizó todo ello conectando al planeta. Graham Bell lograría convertir en negocio un invento compartido que sería la antesala de nuestro modo de vida actual. Todos ellos vieron un mundo futuro, nuestro mundo.

De todos ellos, George Westinghouse representa mejor que ninguno cuanto quiere expresar esta revista y por eso hemos tomado su nombre prestado. Al igual que Edison inventaba cosas que fueran prácticas, Westinghouse lo hacía pensando en como mejorar la vida de las personas.

Tesla nació en 1856, el más joven, pero Bell, Edison y Westinghouse lo hicieron entre 1846 y 1847. Fue el momento del ferrocarril. Al igual que ahora Internet está impulsando todo cuanto supone un avance social y económico, el tren determinó el impulso absoluto de una época. El ferrocarril fue el detonante para que personas brillantes dibujaran la antesala de la modernidad.

El invento de la locomotora a vapor en Inglaterra se convertiría en el principio de todo. El tren era un símbolo optimista de la vida. Era reflejo y concepto de movimiento, de comunicación, de que las distancias se reducían y de que los países se cohesionaban. El tren, como ahora es Internet, estableció los patrones de un mundo mejor, cada vez más pequeño, próximo y, con el tiempo.

El caso de Westinghouse es tremendamente estimulante. En aquellos primeros tiempos, la seguridad en los trenes era muy escasa debido al modo en el que se detenían. En aquellos primeros tiempos las locomotoras disponían de su propio sistema de frenado que era independiente del resto del tren.

George Westinghouse consideró que si lograba inventar un ‘freno’ que no precisara de esta especie de colisión entre vagones convertiría el ferrocarril en algo mucho más seguro y por derivación más social, humano y mayoritario. Y así fue, a partir del freno de aire comprimido, logró crear un sistema que permitía al maquinista controlar el frenado de todos los coches.

Pero Westinghouse también era un emprendedor. Cualquier invento que se le ocurriera le debía dar formato de producto. Cuando inventó los motores rotativos que permitieron que el agua en las centrales hidroeléctricas se moviera recurrentemente, logró producir electricidad. Gracias a que esa innovación se derivó a catalogo, firmó un contrato en las cataratas del Niágara para producir electricidad, lo que a la postre marcaría el futuro de la humanidad definitivamente pues gracias a las hidroeléctricas, se pudo empezar a almacenar la energía hasta ahora incontrolable.

Pero como pasa en la actualidad. Cada hombre genial necesita de rodearse de otros hombres brillantes. Formar equipos o complementarse. Buscar el punto de suma para multiplicar. En 1888 conoció a una de las mentes más relevantes del siglo XIX, Nicola Tesla, quien acababa de presentar el modo de controlar la energía eléctrica almacenada de un modo llamado corriente alterna. Algo que también tiene un espectacular reflejo en nuestros días y en el modo en como gestionamos la red de redes.

Hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, el problema de la interconexión eléctrica de Alvar Edison era fundamentalmente como transmitirla de un lado a otro. Para ello se precisaban conductores, los cuales cada vez que se sumaban para alcanzar mayor distancia se degradaba su intensidad. Westinghouse interpretó en ese descubrimiento la clave para socializar la electricidad y lo focaliza en los unos inéditos y primitivos electrodomésticos.

Planchas eléctricas contra grandes artilugios que quitaban las arrugas por peso, estufas que abandonaban el carbón en contra de resistencias eléctricas o la capacidad de interrumpir la corriente eléctrica con un ‘interruptor’.

De la penumbra a la luz eléctrica a partir de un simple gesto con un dedo. Girar un interruptor permitió al ser humano pasar de la antigüedad a la modernidad. Un puñado de hombres enlazaron sus descubrimientos casi sin saberlo. Una cadena de conocimiento derivó gracias a Westinghouse en objetos eléctricos que revolucionarían casi un siglo después la vida de todos nosotros.

George Westinghouse da nombre a la cabecera de esta revista no solo por su capacidad tecnológica, ni tampoco por haber sido un empresario brillante. Lo es por algo más integral, universal y de un alto valor humano. Este hombre personifica el acercamiento al futuro con optimismo, analizando los factores que convierten la economía inminente en algo por explorar, por aprender, pero también con el foco puesto en como, cada avance tecnológico puede representar un salto hacia el bienestar de las personas y un modo de mejorar nuestra sociedad.

Westinghouse observó que las ciudades eran nidos de miseria y degradación. Miles de personas derramaban sus sueños por las calles en los barrios industriales. Toda la tecnología que se aplicaba a la industria no se traducía en una vertiente más doméstica. Digamos que encontraba una quiebra entre lo que generaba riqueza y la dureza con la que vivían quienes la hacían posible.

Y decidió distribuir los beneficios de sus industrias a las ciudades que se crearon su entorno. Universalizó casi sin saberlo un nuevo tiempo económico que se agarraba fuerte a la tecnología y su nuevo ritmo.

Proporcionó ‘corriente alterna’ en todas las viviendas de sus trabajadores. Creó la ‘cobertura médica’ gracias a su voluntad de transferir la mayor velocidad productiva y la mejora de la seguridad en el trabajo sobrevenida por los avances tecnológicos basados en su manera de entender la electricidad moderna. Mejoró literalmente el aire que respiraban sus trabajadores inaugurando la relación entre el mundo industrial y la necesidad de hacerlo sostenible. Su capacidad para interpretar su presente y crear el futuro fue absolutamente increíble.

Fue un hombre que diseñó lugares para que los hijos de sus trabajadores pudieran jugar, creo canalizaciones de gas para que todas las viviendas de esas ciudades tuvieran calefacción, inventó rudimentarias tostadoras, lavadoras y secadoras aprovechando las características de la ‘corriente alterna’. Buscaba el bienestar de sus trabajadores, dando mejoras que se pueden comparar a las que algunas empresas tecnológicas de la actualidad ofrecen a los suyos y que son la envidia de tantas otras.

La popularización de estos inventos tardarían décadas en llegar. Tras la segunda guerra mundial las ciudades empezaron replicarse en el origen de las que diseñó George Westinghouse. Al igual que en esta revista defendemos que la tecnología desde el punto de vista económico no puede ser nuestro enemigo, sino el canal por el que mejorar nuestro entorno, los descubrimientos y las máquinas de aquella época industrial, en el caso del universo de Westinghouse lograba que nadie fuera preso de esos inventos y a cambio se les diera un uso cotidiano que mejoraba la calidad de vida.

Westinghouse inspiró el futuro, proporcionó una hoja de ruta a quienes, casi un siglo después verían en todo ello un canal de desarrollo social y universal. Murió en 1914, sin saber cuanto representarían sus avances, sin poder imaginar la sociedad de los años cincuenta y sesenta que replicarían sus modelos sociales.

Hubo muchos más que como Edison, Bell, Tesla o Westinghouse, trasladaron sus inventos y su manera de ver el mundo a la modernidad, a lo doméstico, al hecho cotidiano. Todos ellos lograron conectar el mundo, como si de una metáfora extraordinaria se tratara de nuestro mundo en red, aquellos hombres iniciaron un gran cambio de época tan similar al nuestro que no puede dejarse de lado.

El experimento de la ‘ciudad Westinghouse’ empezó con apenas tres centenares de personas. Luego fueron más de tres mil. Más tarde fue la humanidad. Ahora nos toca a nosotros descifrar nuestro propio momento y protagonizarlo. ¿Nos sigues?

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Economía, Negocio, Politica, Prensa, Sociedad Marc Vidal Economía, Negocio, Politica, Prensa, Sociedad Marc Vidal

Tanto lío para volver a la casilla de salida

Les va a costar, pero al final caerán la mayoría. Se darán cuenta de que la protección en tiempos digitales y distribuidos no es más que una quimera que suele confrontarse con tus propias miserias. La prensa adscrita a los regímenes de turno, ya sea en España, Alemania o Venezuela se dará cuenta tarde o temprano que limitar los accesos vía enlace a sus contenidos es suicida.
El primero en rectificar ha sido el todo poderoso grupo editorial alemán Axel Springer el cual volverá a incorporar el agregador de noticias Google News. Han tenido que aceptar el coste que les estaba suponiendo. Alrededor de un 80% menos de visitas desde que se puso en marcha tan ilógica norma.

Hace menos de un mes que dos centenares de medios alemanes abandonaron el flujo de visitas que les proporcionaba Google News en base a un retorcido principio de que Google se aprovechaba del contenido de ellos al ganar con la publicidad asociada a la búsqueda de una noticia. Pero en ese análisis siempre se dejaban de lado algo que a todas luces parecía lógico también: Google les proporcionaba innumerables visitas, las cuales, ellos, también rentabilizaban. Parece claramente un ‘win-win’ que, tras romperlo unilateralmente, el grupo editorial de, entre otros, la cabecera Bild, han asumido su error.

De hecho Bild ha reconocido la pérdida del 40% del tráfico en su web en apenas dos semanas. Guardando las diferencias con España, aunque según como se mire, Alemania aprobó en 2013 una ley por la que reconocía que los editores del país debían recibir una compensación por aparecer en el agregador de noticias de Google. Esa compensación acabo siendo una especie de exigencia cuantificada en un 11% de los beneficios del gigante de Mountain View. Obviamente éste dijo que se estaba mirando sólo una cara de la tostada y que en las dos había mermelada.

Para demostrarlo Google tomó medidas. Entre ellas modificó como salían las noticias y a quienes afectaba. Si tenían que pagar por mostrar enlaces, decidieron no mostrarlos igual. Limitaron el contenido mostrado, donde ya no aparecerían las primeras líneas de los artículos ni sus imágenes, que es lo que provoca la atención del lector y estimula el engagement. Por si fuera poco, les invitaba a abandonar el sistema que utiliza Google News a los que les pareciera mal. Los que lo hicieron deben estar contemplando corregir su decisión antes de que sea demasiado tarde.

Mientras La revista The New Yorker pone su archivo online disponible de forma gratuita otros limitan incluso los enlaces que puedes ‘regalarles’. Estamos acostumbrados, por lo que no nos asombra, a ver como desde los espacios de decisión política se intenta narcotizar a la sociedad cada vez que esta toma las riendas de su propia existencia. Además como son lentos de narices, como eso del progreso les pilla lejos, no suelen actuar hasta que las cosas ruedan y les rozan. Ahora toca, ante la incredulidad de medio planeta, atender de nuevo a los grupos de presión frente a la lógica de los tiempos que vivimos y vienen.

En España le llamaron ‘la tasa Google’. Que ‘cool’ que queda un mandato tan fuera de su tiempo. Estoy seguro que pronto deberán buscarle otro nombre porque si no se modifica, en breve, lo sucedido en Alemania sucederá también en nuestro país. Cuando hablamos de todo este asunto en algunos foros o medios a los que asisto en Dublín o en otros lugares parecidos, la sorpresa es mayúscula. Esto va de lo de siempre, de proteger intereses que ya no pertenecen a la lógica de los sistemas que vivimos o de los modelos de creación actuales. Cada uno va decidiendo en que barro desea hundirse. Sin embargo, como en todo, el peso de lo inevitable acaba cayendo sobre todo y sobre todos. Por eso, como en otras épocas, podemos estar tranquilos. Tenemos poco, pero aun tenemos tiempo.

 

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Cuanto antes aceptemos esta revolución antes lograremos disfrutarla

Hay sectores que son más sensibles a los cambios o los perciben con mayor intensidad. El mundo de la comunicación, por el mero hecho de ser tecnológicamente proclive a adaptarlos y así corresponder con el universo cambiante de sus clientes, se convierte muchas veces en la antesala de los cambios más interesantes en el futuro inmediato.
Hoy sabemos que Google amenazó con desindexar en sus búsquedas a diversos medios de comunicación alemanes que, por vía legislativa, exigen al gigante americano pagar por los contenidos indexados que el primero posea de los segundos. De hecho lo que hace Google es dar un paso atrás ante una incomprensible normativa, atendiendo a los tiempos y al formato de lo que hablamos, y decidir darle la vuelta al asunto.

Ahora Google genera casi medio millón de páginas vistas en esos medios gracias a que los alemanes acceden a la información previa búsqueda. Los enlaces que se generan proporcionan beneficios con toda seguridad. De hecho, Google cifra que esos 500.000 accesos a páginas de noticias alemanas proporciona entre 12 y 16 céntimos de euro.

Lo cojas por donde lo cojas cuesta entender la lógica de la normativa atendiendo a un universo con la cadena de valor tradicional distorsionada por los bits. A partir de ahora Google solo mostrará el títulos y el enlace. Ya no sumara ni imágenes ni contenido. La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Nuevos se van creando y nuevos son los modelos que los ejecutan. Ya nada es tan claro como diferenciar entre generador de contenido, soporte donde publicarlo, consumidor, intermediario, gestor de acceso, interpretador de titulares, opinador, establecimiento de flujos de lectores, estimulador de plataformas que redirigen el tráfico, etc. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente.

En esta guerra, que podría reproducirse en otros países como España donde tenemos normativas del siglo XIX aprobadas en el XXI, Google avisa que está dispuesta aceptar la petición individual de cada uno de estos medios para que sus contenidos sean indexados al completo de forma gratuita. La verdad es que no admitir el beneficio que le da a los medios de comunicación este tipo de accesos es surrealista.

Y en esa guerra estamos. Tiene que ver con la aceptación de nuevas reglas basadas en un innumerable volumen de nuevas herramientas, un universo que casi hace ridículo mantener ‘por que si’ las aduanas del pasado. Si queremos preservar las hectáreas de conocimiento, razonamiento, información, debate y distribución de la inteligencia que el periodismo supone, deberán poner de su parte. Menos subvenciones para soportar redacciones del siglo XIX, menos leyes que estrangulen el progreso y la lógica de nuestro tiempo y más implicación social y empresarial en la construcción de los canales por los que nos hacemos mejores ciudadanos gracias a la información.

Si la prensa quiere ser negocio no debería de agarrarse a un modelo de pago, protección y negocio que, por suerte o desgracia, tiene que ver con la vida actual. La prensa del futuro inmediato es un negocios adecuado a nuestro nuevo tiempo tecnológico, social, inmediato, robotizado y automático, pero garantizando el implacable factor humano que repercute en el análisis de nuestra realidad y ese factor también esta en el nuevo modo en el que el usuario-lector accede a la información. Eso ya no es un patrón reservado a la decisión de un poderoso que ahora se encuentra con otro poderoso que le ha cambiado las reglas. Unas reglas que mientras le fueron bien ni quiso tocarlas. Google ahora es más poderoso que todos los medios juntos y eso molesta a quienes atesoran siglos de monopolio informativo. Y apelar a que Google News es un ‘monopolio’ y por eso hay que exigirle un canon es, o no entender el momento y de que se compone o voluntariamente procurar que las cosas no evolucionen cuando te van en dirección contraria a donde te interesa.

En plena batalla por la adecuación de los medios este cambio de época, algunos se esfuerzan en delimitar no ilimitado y otros toman decisiones duras que esconden los pliegues del futuro. Los propietarios del periódico The New York Times anunció que iba despedir a un buen número de trabajadores para hacer frente a la pérdida de ingresos por publicidad e invertir en su futuro digital.

Obviamente no es el único medio escrito que hace esto, ni será el último, pero el discurso contrario e inmóvil que mantuvieron en el pasado cayó por su propio peso. Hay que pensar que vamos a hacer en un mundo donde millones de acciones desarrolladas por humanos en breve las harán sistemas inteligentes. Como hicieron nuestros antepasados en cada Revolución tecnológica, nos toca a nosotros protagonizar esta, mucho más rápida, radical seguramente e intensa. Alégrate, estás en medio de una franja de la historia irrepetible.

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¿Por qué le llaman prensa cuando quieren decir negocio?

Es sorprendente, y lo digo con pena, la escasa imprevisibilidad que los medios escritos por la llegada de dispositivos digitales y redes sociales tuvieron en su momento. Sigue siendo curioso ver como del estupor y la desidia se ha pasado a un ‘cuando la tormenta pase’. Y no pasará, sencillamente el clima ha cambiado.
Como asegura Clay Shirky, los ingresos de la impresión de anuncios han caído un 70% en una década en los países más desarrollados, 2013 vio el índice más bajo jamás registrado, y 2014 será incluso peor. La revolución que vive el mundo, mucho más que una crisis, responde al posicionamiento de las piezas de un puzzle socioeconómico y vital entre hombres, tecnología y política. Una economía en funcionamiento que se ajuste a la nueva realidad precisa de compradores y de vendedores y si queremos vender deberemos de activar todos los mecanismos para que así sea. La empresa privada, la banca, los sindicatos, la política y, por supuesto, la prensa deberán poner de su parte. Todos están en condiciones de entenderlo pero no todos están dispuestos a hacerlo.

Todavía hay quien defiende la impresión en papel como se defiende el libro físico. Apelando a un romanticismo por el aroma de la tinta, del encuadernado o del café manchando las páginas durante el desayuno, algunos aseguran que el papel nunca desaparecerá. Si revisas todas las tablas acerca del uso del mismo y el crecimiento exponencial del consumo de revistas y periódicos en formatos digitales exclusivamente, parece absurdo mantener esa afirmación.

Coincido con el artículo de Clay Shirky en que el cierre de un periódico local no debería ser más destacable que el cierre de una agencia de viajes de barrio. La diferencia, notable, es que la primera la componen los que escriben noticias. Por eso nos parece como una especie de cataclismo, una catástrofe inaceptable que va en contra de la ‘libertad’ y el conocimiento. Pero la verdad es que no responde a nada más que la voraz y rápida adecuación de nuestros tiempos.

No obstante habrá quien querrá encontrar una dimensión moral en el colapso de los periódicos, como si la dependencia de empresas, modelos de pensamiento e intereses fuera algo que fuera imposible de manejar por más tiempo. Siglos nos observan y demuestran que debe ser algo más tecnológico, menos espiritual y mucho más evolutivo. En España hay medios profesionales convertidos en modelos disruptivos que estudian y exploran métodos digitales innovadores pero también mecanismos de financiación mucho más realistas con nuestro momento.

De explicaciones sobre la escasa objetividad de la prensa, el que las personas pueden informarse por otros medios ‘no manipulables’ o derivados quedaría bien en un ‘meeting’ pero no se ajustaría a la realidad completa. Hablamos de un asunto general, global, donde las fronteras no las marca la capacidad para ser objetivo del colectivo periodístico, sino el despliegue tecnológico asociado en una u otra sociedad. La caída en Uganda es más lenta que en Canadá por poner una comparación relativa.

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Pero lo que ha pasado, sencillamente, es que los anunciantes se están yendo. Nada más. Lo que se debe averiguar es el motivo y debe estar en aquello de ‘business is business’. Siguen habiendo versiones de lo ocurrido que se alejan del problema real. Se asegura que en menos de un minuto algunas cosas volverán a su sitio. Parece que no se interpreta el momento adecuadamente y las llamadas a la ‘recuperación’ no son más que cantos de sirena. Que la economía mejorá es obvio, por comparación debe hacerlo, pero el territorio que deje no tiene porque ser el mismo que antes de la eclosión, digamos que seguramente será antitético.

La desaparición de cualquier medio es algo dramático, pero lo más grave no es eso, lo es la fuga de conocimiento y talento que se va por las cañerías cada vez que eso sucede. Si eres periodista o lo quieres ser, deberás estar preparado para serlo de otro modo. Tengo la impresión que el periodismo, la comunicación en general, será, de nuevo, quien en primera instancia sufrirá en su epidermis el frío de un nuevo paso hacia esa sociedad tecnológica y automatizada. Otra vez, me temo, habrá quien nos mostrará la crudeza de esos cambios, pero a la vez, tendrá la oportunidad de mostrarnos la puerta del futuro entreabierta. Un nuevo giro al molino de este ‘cambio de época’ está ya larvándose.

Tal vez nos toca a emprendedores y actores económicos entender que en los medios de comunicación hay un escenario donde se puede ver el futuro. Si queremos preservar las hectáreas de conocimiento, razonamiento, información, debate y distribución de la inteligencia que el periodismo supone, tal vez, deberíamos poner de nuestra parte. Menos subvenciones para soportar redacciones del siglo XIX y más implicación social y empresarial en la construcción de los canales por los que nos hacemos mejores ciudadanos gracias a la información. Si la prensa es solo periodismo seguramente no logrará encajar en un mundo que exige eficiencia y beneficio. Si quiere ser negocio no debería dejar de ser periodismo. El cruce es sencillo y sofisticado a la vez. Negocios adecuados a nuestro nuevo tiempo tecnológico, social, inmediato, robotizado y automático, pero garantizando el implacable factor humano que repercute en el análisis de nuestra realidad.

Y es que un periodista tienen la obligación moral de mostrarnos el mundo tal y como es y no como los poderosos quieren que nos digan que es, por eso el equilibrio es complejo. Además no podemos dejar en manos de las redes el formato informativo. Las redes sociales son un espacio, un territorio idóneo para que encuentren el equilibrio cierto entre la verdad oficial y la exacta. Creo que los periodistas deben convertir en un chorro asequible parecido al de un grifo, el tremendo caudal de una bomba antiincendios que supone la red. Si intentamos beber directamente en esa boca de incendios nos mojaremos completamente y seguiremos teniendo sed pues es imposible beber.

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Cortafuegos que avivan llamas

Mientras La revista The New Yorker pone su archivo online disponible de forma gratuita otros limitan incluso los enlaces que puedes ‘regalarles’. Estamos acostumbrados, por lo que no nos asombra, a ver como desde los espacios de decisión política se intenta narcotizar a la sociedad cada vez que esta toma las riendas de su propia existencia. Además como son lentos de narices, como eso del progreso les pilla lejos, no suelen actuar hasta que las cosas ruedan y les rozan. Ahora toca, ante la incredulidad de medio planeta, atender de nuevo a los grupos de presión frente a la lógica de los tiempos que vivimos y vienen.
La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Nuevos se van creando y nuevos son los modelos que los ejecutan. Ya nada es tan claro como diferenciar entre generador de contenido, soporte donde publicarlo, consumidor, intermediario, gestor de acceso, interpretador de titulares, opinador, establecimiento de flujos de lectores, estimulador de plataformas que redirigen el tráfico, etc. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente.

En la prensa, pero también en la construcción, en el sector agrario, en la bolsa, en los mercados en muchos lugares, la clave del éxito estaba en que todos los integrantes de una estructura tuvieran claro que les tocaba hacer al despertar cada mañana. Romper esas cadenas suponía un deterioro en el proceso que repercutía en graves consecuencias. Imaginemos el campo donde todos los integrantes de una granja tienen claras sus funciones, taras y actividades durante todos los días de la semana y horas del día. Eso nunca cambió y permaneció siglos igual.

Hoy en día nada es así y los procesos ya no pertenecen a los protocolos sino a los análisis de necesidad, riesgo y acción. Esa deconstrucción de procesos ha llevado a industrias poderosas a reinventarse. Establecer modelos que amputan la libre evolución de los tiempos y generan barreras legales bajo el tinte de la ‘regulación’ no hace más que retrasar lo inevitable, y en este caso atendiendo al momento histórico que vivimos, ese retraso puede ser definitivo y fatídico. Ahora con una ley que pretende dar pasos hacia atrás el asunto se torna aun más dramático.

La Comisión que ayer discutía la aprobación del canon AEDE cuyas implicaciones nos afecta a todos de forma directa e indirecta. Por supuesto, un debate acerca de las afectaciones tecno sociales y digitales de una ley fue discutido por ‘expertos’ que no entienden de tecnología, de Internet o del uso social y económicamente exponencial que supone todo ello para el progreso de una sociedad que debe liderar los cambios inminentes. Discutida una ley que puede amordazar a una sociedad y a sus empresas de manera irremediable por aquellos que solo oyen las presiones de la ‘Industria’ de contenidos.

Ayer me decía alguien afincado en Boston que las noticias que le llegaban de la ley esta las estaba ‘ordenando’ en la misma carpeta temática donde tiene algunas recientes sobre Turquía, China o Irán.

Algo tan básico como ‘el derecho a la cita’ quedará eliminado a la vez que se derrumbará con él la propia ‘libertad de expresión digital’. Esto no va contra Google, esto va de salvar medios grandes y de paso cargarte los molestos más pequeños, que por casualidad responden muy bien a la dicotomía viejo/nuevo. Si no te has dado cuenta, esto va de callar y escuchar. Va de crear cortafuegos que eviten la expansión de modelos de negocio o campos de transmisión del conocimiento que pudieran afectar a los de siempre. El Canon AEDE permitirá que todos los medios afiliados a esa organización cobren una tasa a todas las webs que se considere se beneficien por hacer citas de contenidos publicados por dichos medios. Esto será unidireccional pues los beneficios que puede obtener un medio por recibir visitas desde el ‘enlazador’ no parece que se tengan en cuenta.

Los medios tradicionales ya no logran ser rentables en la mayoría de los casos y en lugar de reflexionar sobre el modelo de negocio, sobre las implicaciones sociales de un tiempo exponencialmente cambiante y sobre la hipersociedad conectada a millones de complejos sistemas de consumo de datos, para así crear algo nuevo y ser mejores, prefieren prohibir, sancionar, cobrar con modelos caducos y poner puertas en el campo de las reglas de la Nueva Economía.

Es casi como una suerte, no obstante, que quien legisla no se entera de la misa la mitad. Al parecer, si no se paga, un juez establecerá la limitación de acceso desde España a la web en cuestión. Si está en servidores nacionales los cerrará, multará o juzgará. Si están en máquinas fuera de España y afectados por legislaciones que no penalizan los enlaces a medios, podrá decidir que a esa ‘IP’ no se podrá acceder. Sus señorías van a tener mucho trabajo. No me imagino, aunque en esta vida todo es factible, queriendo acceder a Google News y descubrir que España lo ha baneado. Técnicamente lo que defiende la ley es que Twitter no podrá permitir los links o Facebook deberá evitar que los enlaces a webs españolas no sean susceptibles de denuncia. Va a ser divertido.

Obviamente el Gobierno no pretende que Facebook o Twitter paguen un canon por el hecho de que sus usuarios enlacen noticias en sus muros. Supongo que no esperan hacer eso por lo imposible de aplicar. Lo que nos demuestra que las deficiencias de conocimiento de estos temas por parte de los que lo están votando es brutal, pues no entienden de tecnología ni de Internet.

Y es que esto de ser super europeo pero legislar a tu bola es como muy chusco. Este tipo de arreglos legales que se monta de tanto en tanto el gobierno español, en este caso secundado por otros partidos drogodependientes de salir bien en las portadas de la mayoría de esos medios defendidos, deberían de pasar por la ratificación de tratados internacionales pues la verdad es que tiene una pinta de papel mojado que no te cuento. Casi tan mojado como aquella ley de emprendedores que ahora ya no es ‘cool’ recordar por cierto.

Otra cosa será el análisis de la justificación de los susodichos. Dicen que enlazar a una noticia poniendo en el texto del enlace un titular infringe la propiedad intelectual. Con ello se cargan de un hachazo el ‘derecho de cita’ que ampara la utilización de frases sueltas de un texto incluido el título. En EEUU existe lo que se llama ‘fair use’ y que se comporta aun con mayor flexibilidad que nuestro europeo ‘derecho a la cita’. La imagen patética de esos legisladores ayer atendiendo con voces dubitativas, preguntas fuera de contexto y falta total de conocimiento de lo que discutían era la prueba más visible del tamaño de la paradoja.

Probablemente lo que si debería de cambiar es la propia ley de la Propiedad Intelectual que desde su nacimiento es un error conceptual como va demostrando el peso de lo razonable. Ya quedó demostrado con aquel truño de ley que en la mayoría de espacios de poder culturales, políticos y mediáticos hay demasiada gente que no entiende cómo circula la información en Internet, y los pocos que la entienden creen que no les conviene.

Resulta que el acceso a la información actualmente proviene de muchas fuentes. La red ha permitido que la información sea fácil de transferir. Como ha pasado con miles de otros activos. Eso ha permitido que nacieran medios y herramientas de lectura de todo ese contenido que nos permitan acceder de manera ordenada a tanto material. Mename, Flipboard, Zite, Feedly o Google News, pero también Facebook, Twitter, Google+, Linkedin y otros estructuran sus páginas en base a miles de enlaces y contenidos provenientes de medios diversos, ya estén ilustrados o no, con entradillas o no.

el artículo 32 del texto en cuestión: “La puesta a disposición del público por parte de prestadores de servicios electrónicos de agregación de contenidos de fragmentos no significativos de contenidos, divulgados en publicaciones periódicas o en sitios web de actualización periódica y que tengan una finalidad informativa, de creación de opinión pública o de entretenimiento, no requerirá autorización, sin perjuicio del derecho del editor o, en su caso, de otros titulares de derechos a percibir una compensación equitativa. Este derecho será irrenunciable y se hará efectivo a través de las entidades de gestión de los derechos de propiedad intelectual”.

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Aún no se saben los límites, pero podría ser que los que escribimos blogs también tengamos que pagar el canon por enlazar si se determina que ‘incurrimos en la práctica de agregación’. Obviamente eso tiene un remedio rapidito: no enlazo a ninguno de esos medios ‘protegidos’ y santas pascuas. De hecho tiene una pinta tremenda que la ley y la protesta puede generar un efecto Streisand potente como ya pasó con otros casos de otros tipos.

Obviamente estamos ante un pago de favores. Se espera frenar la crisis que viven los medios y culpando a Internet. Se trata de obstaculizar el crecimiento de los nuevos medios y de paso asegurarse el control de algo incontrolable. Obviamente ni la crisis de los medios tradicionales tiene que ver solo con ‘los enlaces’ ni los medios emergentes dejarán de nacer y crecer.

Esta claro que usar ‘conocimiento’ no implica usarlo, ni transferirlo implica perderlo. La sociedad que se está construyendo en paralelo a la política y al poder, la gestión social del aprendizaje y las relaciones humanas ya ha dado algún susto a los ‘que mandan’ pero parecen no darse cuenta de la velocidad a la que va todo esto. Y es que el ‘conocimiento’ es abundante pero la habilidad para usarlo es cada vez más escasa en algún estamento caduco y más intensamente nutritiva en los espacios sociales.

Lo dicho, que a sus señorías, al contrario de lo que creen estar logrando, el tiempo les va a exigir que se den prisa en adaptarse al mundo, pues el mundo no va a adaptarse a ellos.

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Duermo poco para soñar mucho

Tras la emisión de los casi cincuenta minutos del programa ‘Retrats‘ de ayer por la noche, en la web oficial de Televisió de Catalunya se publicó un resumen de las frases que se consideraron más interesantes. A parte de repasar algún aspecto personal y profesional, el programa giró alrededor del futuro de la economía, la oportunidad que se nos presenta como sociedad, de la incapacidad de nuestros dirigentes para comprender el momento y de las ciudades como la clave del futuro centrándonos en Barcelona. Este es la selección en castellano de esas frases. También os dejo el video que en cuanto esté traducido se sustituirá.

Tras la emisión de los casi cincuenta minutos del programa ‘Retrats‘ de ayer por la noche, en la web oficial de Televisió de Catalunya se publicó un resumen de las frases que se consideraron más interesantes. A parte de repasar algún aspecto personal y profesional, el programa giró alrededor del futuro de la economía, la oportunidad que se nos presenta como sociedad, de la incapacidad de nuestros dirigentes para comprender el momento y de las ciudades como la clave del futuro centrándonos en Barcelona. Este es la selección en castellano de esas frases. También os dejo el video que en cuanto esté traducido se sustituirá.

 

Las frases destacadas en el programa “Retrats”

No saldremos de la crisis por decirlo.

La eficiencia, la evolución y la modernidad economizan las cosas.

Para mí es fundamental pasarme el día soñando: yo duermo poco para soñar mucho.

Hay que recuperarse y aprender de los errores que cometemos, porque estos errores acaban convirtiéndose en el elemento que nos hace más fuertes.

Hay que crear un escenario que sea capaz de absorber el hecho de que mucha gente no trabajará nunca.

Un mundo en que la gente trabaje menos no es un mundo peor, es un mundo más eficiente.

Lo que es evidente es que Cataluña se puso en marcha desde la sociedad civil para hacer cosas inmensas, grandiosas: el Liceo, el Modernismo… Todo esto tiene que ver con la gente, con los retos de la sociedad que partían desde la revolución íntima de las personas y no tanto de lo que nos decían que teníamos que hacer. Nosotros mismos somos capaces de cambiar nuestro futuro.

La historia de la humanidad es la historia de la evolución y de la modernidad, y esta modernidad conlleva momentos críticos como el actual. Decir a la gente que tiene que entender que probablemente no podrá tener trabajo todo el mundo… es aceptar que en el mundo se trabajará menos y se tendrán muchas más cosas. Lo que hay que ver es cómo se regula esto.

Hace mucho tiempo que este país, que España, no tiene un plan, y lo demuestra claramente el hecho de que nos estamos alejando de las opciones de coger el tren del cambio tecnológico.

La gente que debería liderar este proceso de cambio es gente que en el momento que acepte que esto es un momento de cambio, sobran; ellos saben que si dicen que esto es un proceso traumático de cambio, ellos no son necesarios. De hecho, ellos no son quienes deben liderar esto, porque son los responsables, en gran medida, de habernos llevado a un pozo mucho más profundo de lo que nos tocaba.

A mí lo que me preocupa es que aquellos que podrían crear planes estratégicos alrededor de esto sólo piensan en la táctica, en una táctica muy pobre que nos deja fuera de muchas revoluciones que se están produciendo en el mundo

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En el programa 'Retrats'

Esta noche se emite una entrevista amplia que me hizo Jaume Barberá para su nuevo espacio ‘Retrats‘ del Canal 33 (TV3). Es la cuarta vez que Jaume me hace hace una radiografía televisiva durante más de media hora, pero es la primera que me la hace fuera de un plató. Su programa actual busca la ubicación del entrevistado en algún tipo de entorno que tenga sentido. En mi caso, aprovechando que estaba en Barcelona por trabajo, el set improvisado es el Hotel Mandarin donde me hospedaba.
La conversación y los temas a tratar son los que en este blog tratamos en castellano o en inglés en este otro. Sobretodo gira en torno a un artículo que ha dado mucho que hablar y que representa mucho de lo que considero debería de ocupar a los que dirigen la política y la economía. En concreto aquel que trataba temas laborales del futuro. ‘La mitad del empleo sobrará’

Os dejo con lo que el propio Jaume publicaba en su Facebook y con la nota de prensa que adjuntan para cada programa traducida por mi mismo. Espero que os guste o por lo menos lo paséis bien. Para los que no podáis entender el catalán, supongo que, como siempre ha pasado, en pocos días algún lector/a subira el video subtitulado o traducido. Ya, desde aquí, lo agradezco.

Jaume Barberà. 25 de abril publica en su facebook:

Os cuelgo la nota de prensa que hemos pasado del RETRATS que podrá verse el día 30 por la noche. Cuidado con lo que dice Marc Vidal: “Hay que crear un escenario que sea capaz de absorber el hecho de que mucha gente no trabajará nunca“ 

La entrevista la hacemos en un hotel de lujo de Barcelona y enseñamos una de sus habitaciones. Marc Vidal es un conferenciante internacional. De 365 días, pasa más de 200 en camas diferentes. Es decir, esta noche puede hacer un acto en Barcelona y mañana en Berlín y pasado en Nueva York, Lima, Buenos Aires,... se entiende pues que la agencia internacional que los contrata les ofrezca la máxima comodidad en todo.

De alguna manera , aunque no sea el principal objetivo de la entrevista, hemos querido conocer un poco más estos personajes que son muy solicitados por un montón de empresas e instituciones diversas. Unos especialistas que saben antes que nadie qué pasa y qué podría pasar . Una confesión : Marc Vidal me hizo abrir los ojos en 2007 en una entrada en su blog. Ahí anunciaba lo que pasó en España 3 años después.

Nota de Prensa ‘RETRATS’: Marc Vidal : la economía digital

El 30 de abril “Retrats” recibe en el Hotel Mandarin Oriental de Barcelona la visita del experto en economía digital Marc Vidal, conferenciante de prestigio y todo un referente en el campo de la emprendeduría a nivel internacional .

Vidal -que recientemente ha publicado el libro Una hormiga en París- es partidario del error como método de aprendizaje y el defensa para poder lograr una mejora constante . Su hoja de ruta también incluye dejar atrás los miedos y vivir de lo que nos apasiona .

A lo largo del capítulo, Jaume Barberà y Marc Vidal harán un repaso de la situación económica de nuestro país, revisarán los principales temas de la actualidad económica, política y empresarial y valorarán nuestras perspectivas de futuro .

Uno de los principales temas de la conversación serán las herramientas 2.0, así como su papel en la economía global y en el futuro más inmediato de la economía. Y es que Vidal considera que nuestro sistema económico ya ha cambiado, que nos encontramos inmersos en una revolución mucho más global y profunda de lo que se nos ha hecho creer que la situación avanza hacia un nuevo paradigma, donde muchos de los trabajadores que ahora están en el paro seguramente ya no volverán a trabajar (o, en palabras del propio Marc Vidal : “Hay que crear un escenario que sea capaz de absorber el hecho de que mucha gente no trabajará nunca.“ )

Lejos de hacer una valoración alarmista de una afirmación tan sorprendente, Vidal cree que el objetivo de nuestra sociedad es aprovechar el potencial que nos ofrecen las nuevas tecnologías para optimizar los recursos y asumir que “Un mundo en que la gente trabaje menos no es un mundo peor , sino un mundo más eficiente“ .

Vidal también cree que es vital , sin embargo, que la ciudadanía tome conciencia de la magnitud de este cambio de paradigma sin dejar que las entidades políticas frenen este desarrollo .

“Retrats”, hoy miércoles 30 de abril , a las 22.05 , en el Canal 33 de Televisió de Catalunya.

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Robotizar el periodismo

En un informe reciente publicado por la compañía CareerCast sitúa al periodismo como el segundo peor empleo al que se puede aspirar. Como curiosidad, a un periodista sólo lo envidiaría un leñador. Además, según ese estudio, las perspectivas de empleo para los periodistas se reducirán un 13% en apenas ocho años. Pero una cosa es la expectativa profesional y otra que la profesión esté mutando. No voy a entrar en el análisis de la utilidad o la derivada que los expertos e implicados ya protagonizan casi a diario con el manoseado debate de que ‘el periodismo debe reinvetarse, adaptarse al momento o encontrar su modelo de negocio’. Mientras se sigue despistando con ese discurso facilón y poco exhaustivo la historia acelera en paralelo y se lo lleva todo por delante.

Es habitual que directores de medios teoricen sobre cual debe ser el santo grial del asunto y que la ‘salvación del periodismo’ sea localizar un proceso rentable entre noticia y lector. Lo dicen aquellos que ponen como ejemplo de ‘buena práctica’ cobrar una cuota por noticia o una tarifa por sección. Obviamente no están ni en la misma dimensión del problema. Preocupante, pero no sorprendente. 

Sin querer darle más importancia, que la que hoy por hoy debe aceptarse, quisiera dejar para la reflexión colectiva (del colectivo afectado sobretodo), la que se les viene encima, como a tantos y tantos sectores y profesiones, con eso de la automatización de las cosas que no se podían automatizar.

Hoy quiero debatir sobre el periodismo robótico llamado actualmente ‘quakebot’ en honor al desarrollo matemático que inició un modelo similar a una redacción de un suceso en 2010. En concreto hablamos del papel que jugó este algoritmo en la rápida publicación de una noticia sobre un terremoto menor en California y que puso en punto de análisis el papel de los robots en el periodismo del futuro.

Resulta que Ken Schwencke, periodista y programador de Los Angeles Times, fue el primero en dar la noticia de que la ciudad de Los Ángeles había sido sacudida por un importante terremoto. Se despertó por las sacudidas a las seis de la mañana del lunes 17 de marzo, puso en marcha su computadora y se encontró con una historia breve sobre lo ocurrido hacía apenas unos segundos, cortesía de un robot, un algoritmo desarrollado por él y que bautizó con el nombre de “Quakebot”. El curioso efecto de Quakebot en la inmediata confección del documento sobre la historia del terremoto llevó a los observadores de la industria a discutir el papel de los robots en el periodismo del futuro.

Uno de los principales exponentes del periodismo robótico es Noam Lemelshtrich, rector de la Escuela de Comunicaciones del Centro Interdisciplinar de Herzliya, en Israel. Latar escribió, entre otros, diversos estudios sobre el tema: “El futuro del periodismo: inteligencia artificial e identidades digitales” [The Future of Journalism: Artificial Intelligence and Digital Identities] e “Identidades digitales y contenido periodístico: cómo la inteligencia artificial y el periodismo pueden trabajar juntos y por qué eso interesa a la sociedad” [Digital Identities and Journalism Content: How Artificial Intelligence and Journalism May Co-develop and Why Society Should Care].

Desde hace décadas, las computadoras han estado ayudando a los periodistas a redactar y a descubrir hechos. La prospección de datos y la analítica ayudan a los periodistas a hacer periodismo de investigación. Ahora, el periodismo robótico  son programas de inteligencia artificial que recopilan los hechos y los redactan en una fracción de segundo. Sería la high frequency knowledge en su máxima expresión.

Hoy ya tenemos historias publicadas en Los Angeles Times, en Forbes y en otras revistas que no han contado con ninguna intervención humana. El programa de Inteligencia Artificial escribe la historia y el nombre acreditado del periodista, en realidad, es el nombre de un robot. Hay una empresa llamada Narrative Science, en Illinois. Las rondas de inversión de esta empresa son desorbitadas y provienen de actores que sorprenderían a muchos pero que demuestran que el camino ya se ha empezado a labrar.

Cuando estuve en el MIT participando en un programa de investigación sobre tecnologías de la comunicación hace unos años pude ver alguna de estas criaturas sintéticas dar sus primeros pasos. Sin embargo esto irá rápido pues el periodista-robot tiene algunas ventajas innegables. Nunca olvida los hechos, investiga rápidamente y jamás pide un día libre. Consigue escribir una historia en pocos segundos y si el programa ha sido escrito correctamente, el robot no será ni siquiera partidario de nada o de nadie, será totalmente objetivo.

Esto es muy importante, si el periodista-robot está programado correctamente, podrá ser totalmente imparcial.

Creo que cuando se habla de hacia donde va el periodismo y su modelo de negocio deberían decir que va al ‘periodismo sintético o robótico’. El dinero de la publicidad está migrando actualmente de la prensa escrita a Internet. ‘Los optimistas consideran la llegada del periodismo robótico como la inauguración de una nueva era realmente positiva, en que los periodistas no desaparecerán, pero se verán forzados a pensar de nuevo en cómo hacer análisis innovadores y más profundos. Por lo tanto, todo depende de cómo vea el vaso, medio lleno o medio vacío’.

Ken Schwencke dice que el periodismo va a mejorar. ‘La amenaza del periodismo robótico siempre existirá. Cualquier periódico —electrónico o impreso— que compre en los próximos años, tendrá buena parte de sus reportajes escritos por periodistas robots. Pero las personas continuarán buscando a los periodistas humanos, porque ellos siempre tendrán un valor de más, una innovación a añadir y una nueva perspectiva. Por lo tanto, lo considero una fuerza positiva para el perfeccionamiento del periodismo del futuro.’

Otro aspecto de esa cuestión es que hoy tenemos una publicidad dirigida. El periodista-robot será capaz no sólo de redactar un tema, sino también de enviarlo inmediatamente a quién se sepa que le interesa ese tipo de información. Por lo tanto, tendremos una automatización completa de la búsqueda de noticias, análisis de reportajes, redacción y dirección de la información.

Por cierto, si eres abogado también tienes algo que leer acerca de los abogados robóticos pues como indica CNNla abogacía está siendo reconfigurada por las nuevas tecnologías de automatización que permiten a los bufetes jurídicos realizar trabajo legal en una fracción del tiempo y con menos recursos humanos. Pensemos en Watson el sistema informático de inteligencia artificial desarrollado por IBM como un abogado’.

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En el libro del 'millón'

Hace unos meses la escritora Ana Oliva me citó para entrevistarme. La autora de la biografía de Antonio Banderas se propuso publicar un libro coral con varios personajes cuyo denominador en común fueran las características o hechos que condujeron a cada uno de ellos a ganar su primer millón de euros. En mi caso lo importante no es haberlo ganado, sino haberlo reinvertido y espero que eso quedara claro en mi aportación a este interesante libro. Aprovecho también este post con referencia personal para enlazar también con la entrevista que la publicación digital ‘Iniciativa Pymes‘ me hizo hace unos días. Os dejo con el texto con el que Ana Oliva establece las líneas de interés del capítulo en el que participo. También os transcribo la entrevista de ‘Iniciativa Pymes’ en la que respondo algunos detalles poco habituales.

Captura de pantalla 2014-03-03 a la(s) 17.49.11MARC VIDAL. ‘PIENSA DIFERENTE Y ACERTARÁS’. Por Ana Oliva

He tenido la suerte de encontrarme dos veces con Marc Vidal en la cafetería-restaurante Velódromo de Barcelona. Y en las dos disfruté de la conversación de este singular emprendedor, que ha tenido la virtud de reinventarse varias veces a lo largo de su vida. Todo lo que aprendí y me comentó en esas conversaciones plagadas de conocimiento lo he plasmado en mi nuevo libro, Mi Primer Millón.

¿Qué vas a aprender de Marc si decides leer el libro? Aquí te lo sintetizo, pero, sin lugar a dudas, en las páginas del libro hay mucho más, te aseguro que sus consejos son oro puro para el que quiera emprender o simplemente llenarse de buena energía y motivación:

Por qué se fugó de casa y se fue a París. Qué aprendió de su etapa glamourosa al lado de una modelo de éxito en el París más chic. Cómo aprendió a montar una empresa en París con 17 años después de su experiencia con unos cantantes chinos. Qué hacía los fines de semana mientras los demás paseaban al sol. Para qué sirve equivocarse y qué aprendió de sus fallos. Cómo fueron sus orígenes como emprendedor. Qué tipo de joven era en la adolescencia. Qué opina de la universidad y por qué piensa que su hijo no irá a un centro universitario tal y como lo conocemos hoy. Qué actividad realizó en su primera etapa profesional que dejaría la estafa de las preferentes en un juego de niños. Qué detecto en los arenas del Chinguetti, en África. El por qué de las deudas y la necesidad de pagarlas. Cómo su gran gran capacidad de comunicación le abrió las puertas de Latinoamérica a gran nivel. Qué pide a los inversores. El factor suerte en los negocios exitosos. Su capacidad para vender empresas. Por qué viaja tanto alrededor del mundo. El fracaso en su éxito. Dónde se encuentran las ideas del millón.

Al finalizar nuestra charla me dijo: ‘Yo quiero viento en contra para volar más alto y más fuerte, como las cometas.’  Seguro que ahora mismo está subido a un avión persiguiendo anhelos y reflexionando sobre el ser humano y su lugar dentro de la nueva economía.

La otra entrevista también os la detallo aquí:

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ENTREVISTA PARA INICIATIVA PYMES CON MARC VIDAL. EMPRENDE CON FUERZA

Una lección que le haya enseñado el mundo de la empresa
M.V. Que la dificultad de encontrar trabajo a veces está en la ausencia de mentes abiertas, de verdaderas ganas y de la curiosidad de uno mismo. Si no existe tu lugar de trabajo perfecto, créalo. Si no encuentras trabajo, invéntalo.

Un truco que te funciona para vencer el estrés
M.V. El stress es bueno, te mantiene alerta. Lo que es malo es lo que la gente hace cuando está estressado. Suelen beber, fumar, dormir mal. Yo si me molesta el grado de stress, lo que hago es correr 14 kms por algún sendero, sin ruta previa, a lo que salga y hasta caer casi inconsciente.

Qué peso específico le otorgarías a los blogs en tu vida profesional
M.V. Ahora ya mucho menos, pero fue parte sustancial de mi crecimiento profesional. A través de los blogs se genera un contenido líquido que ha permitido generar inteligencia colectiva, una smart society en los negocios imposible de imaginar hace 15 años.

Una película de la que te llevas cosas importantes a la oficina
M.V. Solaris. Mejor no te cuento el motivo.

Eso que siempre procrastinas
M.V. Nada. Soy obsesivo y lo acepto con resignación.

La vida antes de WhatsApp era…
M.V. Igual, pero más cara.

¿Cuál es la primera dirección de Internet que tecleas cada mañana?
M.V.Tardo bastante, pero es mi feedly.

Un libro que te he marcado profesionalmente.
M.V.Varios de Isaac Asimov que muestran un mundo del que por suerte me ha tocado ser partícipe y colaborar en el diseño de cosas que lo harán mejor. La obra que releo habitualmente para descubrir rincones y metáforas por descubrir es ‘Mundo Anillo’ de Niven, inclusive en la versión previa a las rectificaciones que el MIT le ‘obligó’ a hacer.

Cómo terminarías esta frase: “La gente más feliz del mundo es…”
M.V. La que se siente libre.

Adicción a alguna Red Social en particular
M.V. no es adicción y tampoco es una red social, pero cuando aparece un ‘hole-time’ entro en mi feedly a ver si logro dejarlo a cero.

¿El líder nace o se hace?
M.V. Naces con aptitudes, pero te harás con actitud.

Un personaje de película al que te gustaría contratar
M.V. Si Leonidas me dijera que no, le haría una oferta a William Wallace.

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Próxima estación: 'emergentes'

La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.

La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.

Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.

Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.

Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.

Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.

El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.

De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.

Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?

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Entrevista con Laura Ribas

La semana pasada Laura Ribas me hizo esta entrevista. Conozco gente tenaz y perseverante, pero lo de Laura es exagerado y dice mucho de ella. Más de dos meses intentando encajar esta sesión en el medido tiempo que tengo cuando paso por Barcelona y al final lo logramos. La verdad es que lo pasé muy bien hablando del papel que juegan lo sueños en el desarrollo de un negocio, de lo que me mantuvo en pié cuando me arruiné por completo, de cómo convertir el miedo en oportunidad, de cómo enfrentarse al miedo al error, de cómo beneficia e influye trabajar desde el talento y el de tus trabajadores en una empresa y de cuándo debe uno dejar de luchar por su empresa. Al final hablamos hasta de lo que significa el término ‘ambición’ incluso.

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Contra el silencio social

Ayer, en un programa de televisión emitido en RTVE en Catalunya, junto a Miquel Peralta estuvimos charlando sobre mi último libro, sobre el concepto emprendedor y sobre la situación económica. La verdad es que hace tiempo que niego el término crisis a lo que vivimos pero también es cierto que decir eso atendiendo a la situación de millones de personas es difícil de mantener y provoca que mucha gente te asalte al terminar de decirlo con un “díselo a los que lo están pasando mal eso de que no estamos en crisis”. Obviamente que estamos en “crisis”, pero yo lo encuadro en un proceso derivado de algo mucho mayor que he explicado muchas veces.

Vivimos el momento exacto donde la política ha perdido su carácter de acción de cambio. Es el instante de la historia donde se está produciendo a la vez un cambio cultural, social, tecnológico y digital, así como en el modelo de distribución del trabajo y de la transmisión del conocimiento. Todo esto es una constante imparable. Nos ha tocado sufrir una época, donde la esperanza de un cambio de naturaleza política ha desaparecido, y a cambio, nos ha dejado la sensación de que, a través de ella, vivimos la parálisis. La lejanía de lo público del escenario donde pasan las cosas, incluido el ámbito emprendedor es de tal calibre que espanta y clarifica lo que tenemos que hacer y cuando: ponernos en marcha y ahora.

Durante el programa en cuestión me preguntaron como se podía luchar contra el paro juvenil apabullante o como era factible entender ese cambio, y si además eso era compatible con un cambio de mentalidad social. La verdad es que en esos momentos sólo me queda hablar de “revolución íntima“ y de digitalización de nuestro entorno como mecanismo de modernización. La culpa de que nuestros dirigentes no lo han hecho bien o que no hacen lo que tienen que hacer ya no puede ser una excusa en exclusiva. Ha llegado el momento de transformar la dificultad en oportunidad y donde es difícil ver una salida identificar únicamente el trayecto.

Hace muchos años me explicaron la historia de un niño que fue al circo con su padre y quedó fascinado con la actuación de un enorme elefante de fuerza descomunal. Al terminar la función, el pequeño vio cómo el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, le sorprendió constatar que si bien la cadena era gruesa, la estaca era un minúsculo pedazo de madera. –Papá, ¿cómo puede ser que el elefante no se escape?–, le preguntó. Y su padre le dijo: –Porque está amaestrado–. –Si está amaestrado–, insistió, –¿por qué lo encadenan?–. El padre no supo qué decirle. Antes de marcharse a casa, un anciano que había escuchado la conversación le reveló la respuesta que andaba buscando. –El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Posiblemente, al principio tratara de soltarse, empujando con todas sus fuerzas. Pero siendo un pequeño elefante, la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente y, finalmente, resignado. Por eso ahora, siendo un elefante poderoso, sigue siendo preso de sus cadenas. Está convencido de que no puede liberarse de ellas. Lo que no sabe es que le bastaría con decir no…

En este sentido, en el de arremeter con optimismo sobre como ponernos al timón de nuestros propios proyectos y por derivación de nuestra propia vida, cabe hurgar en algún nuevo elemento que adormece esta sociedad. Tengo mil ideas, algunas son mías pero la mayoría me las han contado. Hay personas con ideas brillantes. Ideas, ideas e ideas. Ideas que nos deben llevar a pelear contra todo eso despropósito y esa parálisis, a buscar la oportunidad, a buscar valor, a diseñar modelos de negocio inexistentes, a versionar los que tenemos, a darle la vuelta a la caja y dejar que caiga lo ineficiente, a pactar con los socios, trabajadores, amigos, competencia, proveedores, universidades, administraciones, agentes, con quien sea para sobrevivir en este puñetero barrizal en el que se está convirtiendo emprender en España.

Como emprendedor que se juega su patrimonio cada cierto tiempo, llevo en crisis toda la vida. Lo he hecho sin quejarme como otros miles. Emprender es estar en crisis constantemente, pues cuando tienes algo, lo inviertes, cuando por fin un proyecto está maduro, generas otro. Pero emprender no significa enmudecer. Bajo ningún concepto debemos callar, no aceptemos que nos condicionen las críticas y avisos sobre los responsables de una mala gestión. Para que un emprendedor se calle suelen acusarte de “catastrofista” o de ser “el quinto jinete de la Apocalipsis”. Eso es una trampa, un cepo de mal tertuliano. Justifica y ampara a los que debieron hacer algo y no lo hicieron, permite que la gente siga en la inopia empujados hacia una miserable oferta de recortes en las capacidades de cada uno de sentirse libre de decir lo que piensa. Como emprendedores debemos adoptar una actitud crítica y demoler esa barrera social, anestesiada, que se bebe el cloroformo para desayunar como si fuera un vaso de leche caliente y responder con proyectos y con contundencia. Ponerse en marcha es el mejor mecanismo para responder a una estructura de poder diseñada para el silencio social.

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Emprendedores incómodos

El titular del post de hoy responde al que la Agencia Efe destacó de modo similar tras entrevistarme la semana pasada. Considero que el discurso favorable a los emprendedores y toda esa merienda de apoyo y soporte por parte de la administración no es más que papel mojado. Creo que el emprendedor no es el cuerpo social más agradable para la administración por diversos motivos.

Un emprendedor es un agente incómodo para la administración al preguntarse por qué tiene que pagar una cosa o acatar una decisión determinada, ya que ser emprendedor requiere un fuerte compromiso con la innovación pues precisa de ella para competir con empresas que estaban antes que él, ser emprendedor obliga a ser optimista, pues sin ese valor casi irreflexivo a veces no se conquistan nuevos territorios. Pero ser emprendedor exige ser crítico con tu entorno para facilitar la creación de riqueza y de supervivencia de un negocio a fin de crear empleo. No es lo mismo acudir al trabajo a las 9 y salir a las 5 a no tener hora de entrada ni salir nunca pues el proyecto que llevas entre tus manos requiere de concentración constante. Esa exigencia superior aborta cualquier imposición irreflexiva y te pone en alerta de la ineficiencia pública.

A las 3 de la madrugada quedan muchas luces encendidas, son ingentes manadas de corredores de fondo que siguen preparando sus proyectos, que dejaron de dormir pues sueñan despiertos. Cuando no puedas más, mira por la ventana, observa, en tu ciudad, en tu país, en el mundo, hay millones de luces abiertas, de pantallas, de bombillas pequeñas, de alógenas, blancas o tibias, todas dan luz a un rostro cansado pero repleto de ilusiones, una hora tras otra, un día tras otro, una vida tras otra, todos tecleando, dibujando, en el aire, en la computadora, todos, pensando: “es posible”. La entrevista que me  hizo José Castán de la Agencia Efe se divide en dos partes. La primera es de reflexiones del tipo más económico y emprendedor y la segunda atiende a la presentación del libro ‘Una Hormiga en París

Marc Vidal: el emprendedor “no es algo agradable” para el Gobierno

JOSE CASTÁN | MADRIDLUNES 28.10.2013

Marc Vidal emprendedor, empresario, analista económico, blogger y especialista en startups señala que “lo que tiene que hacer el Gobierno es ponerse a trabajar, que facilite a los emprendedores el poder emprender” porque lo que “no tiene mucho sentido es que a un emprendedor que se acaba de poner en marcha, en su primera factura le metan un 42% de costes añadidos sobre lo que me va a facturar que no es para él, tanto el IVA como la retención del IRPF”.

Encarecer el producto

De esa manera, añade Marc Vidal, “se está encareciendo su producto, generando muy poco con lo que le queda, con lo que no puede reinvertir y sobre todo no puede contratar a nadie”. Además, “los costes en este país para contratar a alguien son los que son y están fuera de lugar para el momento en el que estamos”. Por ello, lo primero que debe hacer el Gobierno, en lugar de aprobar leyes que son “difíciles de llevar a cabo”, es cambiar “la política fiscal, fundamentalmente, para los emprendedores tecnológicos”. En su opinión, un emprendedor no es solamente una persona que decide poner un modelo de negocio en marcha sino “alguien que va a tener que arriesgar su patrimonio o el de aquellos que han decidido apostar por él, que va a tener que innovar para enfrentarse a la competencia y que según avanza se preguntará porqué tiene tantas trabas”.

No sólo un soñador

Marc Vidal lamenta que la sociedad de a los emprendedores “un papel de alguien qué está todo el día soñando proyectos”, cuando se trata de “un tipo que se está enfrentando todos los días con un montón de problemas e impedimentos”. Por ello, considera que lo que mejor pueden hacer los Gobiernos con los emprendedores es “no meterse mucho porque cuando intervienen es un inconveniente”. Se perdió “una oportunidad para fomentar el emprendimiento cuando este país crecía. Ahora vamos con prisa” “Si dejan un poquito de espacio y ese espacio son políticas fiscales, rebajas impositivas como a la fundación de una empresa, sería todo mucho mejor”. A su juicio, se perdió “una oportunidad para fomentar el emprendimiento cuando este país crecía. Ahora vamos con prisa”.

Marc Vidal cree que el problema es que los políticos “no tiene luces largas”, ya que la política trabaja “a cuatro años vista en el mejor de los casos, incluso menos, porque se pasan un año de campaña previa”. De esa forma “no pueden interpretar el verdadero momento histórico en el que estamos, en el que se desaprovecharon años de bonanza a un nivel como nunca habíamos tenido y se podía haber reinvertido en cambiar el modelo de crecimiento, darle riqueza al PIB en lugar de especulación”.

“Si se hubiese aprovechado ese momento ahora estaríamos hablando de otra cosa. Fue entonces cuando se tenía que haber hablado de emprendedores”, argumenta. “Ahora se habla de emprendedores porque así parece que quedas bien. Antes tocaba hablar de redes sociales y ahora de emprendedores pero la realidad es que estos señores (los políticos) dicen apoyar tanto a los emprendedores y les meten un 42% a los autónomos.”.

Marc Vidal presenta el libro “Una hormiga en París” o cómo innovar sin saberlo

Marc Vidal se decidió a contar su viaje a París de hace más de veinte años, tras una conferencia y darse cuenta de que muchas técnicas sobre innovación y emprendimiento que se estudian ahora en las escuelas de negocios se asemejan a las que inconscientemente planteó para mantenerse en París.

Este empresario y analista económico, que ahora está embarcado en la startup además de otras colaboraciones, explica que “Una hormiga en París” trata de su viaje a París y cómo hace para poder estar más en esta ciudad que las dos semanas previstas. “Encontré una oportunidad al observar a un grupo de músicos y a partir de ahí inicié una serie de elementos que años después he ido sabiendo que lo que hice allí fueron modelos de innovación, básicos, pero que responden a un estudio de mercado”, apunta.

Su primer plan de negocios

Vidal reconoce que el pasaje del libro en el que se acerca a los músicos y coge una gorra para recolectar unas monedas por la actuación de éstos, no es su primer momento emprendedor.”Mi primer emprendimiento fue con doce años cuando en el colegio nos intercambiamos cromos”. “Yo confío en que si tengo muchos más cromos accedería a esos que nadie tenía, para ello tenía que comprar muchos cromos y pensaba que ganaría dinero con los cromos que nadie tiene porque los vendería”. Entonces, añade, “presenté a mi madre un plan de negocios en una hoja y básicamente le dije que si tu me das dinero, yo te voy a conseguir más, pero no funcionó”. “No contaba con un elemento clave como es que las marcas que fabricaban los cromos no editaban algunos precisamente para que entráramos en esa dinámica de búsqueda”.

Experiencia en París

Marc Vidal con el tiempo se ha ido dando cuenta de que su experiencia en París, demostraba que dentro tenía un emprendedor en potencia. “Detecté una oportunidad, le cojo la gorra sin pensar, pero luego percibí que lo que hice me daba beneficios y a partir de ese instante se inicia una relación con estos músicos orientales, de los que aprendí mucho pero a los que yo tenía que ir aportando algo. Les empecé a proponer cosas, algo difícil hasta que uno de ellos se hizo mi mentor, él era el jefe y yo su director de innovación”.

Para Vidal, su viaje a Francia no tiene que ver con la salida de jóvenes ahora de España en busca de un trabajo que no encuentran aquí. “Yo no me fuí huyendo de nada sino más bien persiguiendo algo”. No obstante, reconoce que algunos de estos jóvenes si que “buscan encontrar su sueño”, al tiempo que lamenta que que la “huida” de estos jóvenes, sea “sin vuelta porque cuando “encuentras con mucho esfuerzo algo en un lugar, es difícil volver”. “Eso no quiere decir que sea malo no volver sino que el problema es cuando esta huida es tan masiva desde el punto de vista del talento, de la capacidad y del futuro porque es precisamente el futuro lo que se le escapa a un país”.

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