A la espera de la lluvia de millones. ¿Preparados para reiniciarlo todo?
El gobierno español y muchos agentes económicos tienen puestas sus esperanzas en los fondos europeos que han costado sangre, sudor y lágrimas. Para sacar adelante este país ante la que se avecina, España recibirá140.000 millones de euros a repartir en varios años. La cuestión no es la cantidad, sino si ese dinero será bien utilizado. En primer lugar debemos dimensionar adecuadamente esto. Inicialmente debemos hablar únicamente de 26.000 millones, que son solamente dos décimas del PIB, algo que, desde luego, no va a cambiar la naturaleza de la economía española. En segundo lugar, los fondos desembarcarán en el mejor de los casos a partir de la segunda mitad del año. Si para entonces, ya tenemos la vacuna bien implementada, la economía española estará creciendo fuertemente. Aquí hay dudas. Pero pongamos que sí. Entonces los fondos vendrán a impulsar un crecimiento que ya se va a producir y pueden producir precisamente problemas adicionales, problemas de inflación. Un concepto del que nadie habla, pero que en algún momento volveremos a ver generando problemas de consumo pero que ya trataremos cuando llegue.
El gobierno español y muchos agentes económicos tienen puestas sus esperanzas en los fondos europeos que han costado sangre, sudor y lágrimas. Para sacar adelante este país ante la que se avecina, España recibirá 140.000 millones de euros a repartir en varios años. La cuestión no es la cantidad, sino si ese dinero será bien utilizado. En primer lugar debemos dimensionar adecuadamente esto. Inicialmente debemos hablar únicamente de 26.000 millones, que son solamente dos décimas del PIB, algo que, desde luego, no va a cambiar la naturaleza de la economía española. En segundo lugar, los fondos desembarcarán en el mejor de los casos a partir de la segunda mitad del año. Si para entonces, ya tenemos la vacuna bien implementada, la economía española estará creciendo fuertemente. Aquí hay dudas. Pero pongamos que sí. Entonces los fondos vendrán a impulsar un crecimiento que ya se va a producir y pueden producir precisamente problemas adicionales, problemas de inflación. Un concepto del que nadie habla, pero que en algún momento volveremos a ver generando problemas de consumo pero que ya trataremos cuando llegue.
El problema añadido es que no tiene ninguna pinta de que se vayan a gastar bien, o ni tan siquiera que se vayan a gastar todos esos fondos. Recordemos que España ha sido muy mala en eso de invertir fondos europeos. De hecho solo ha ejecutado el 39% de los fondos estructurales de la UE en los últimos años. Siempre ha tenido problemas para gestionar las ayudas que le llegaron antes de la pandemia. Hasta bien entrado el año pasado, España solo había ejecutado el 39% de los fondos estructurales concedidos por la Unión Europea y aún tenía un 20% de estas ayudas pendientes de asignación. De los cerca de 56.400 millones de euros en fondos estructurales concedidos a España para el período de 2014 a 2020, solo se habían gastado 22.000 millones de euros, otros tantos estaban en tramite y unos 11.275 peligraban porque ni siquiera se habían asignado.
Deberíamos preguntarnos a qué se debe y cómo solucionarlo. Apunto dos motivos: el primero, la excesiva burocracia y, el segundo, las dificultades financieras de muchas comunidades autónomas. Como se trata de proyectos co-financiados, muchas comunidades no tienen el suficiente músculo financiero para afrontar los proyectos. Ahí se paran.
Pero vayamos a la situación actual. El plan de inversiones tiene que presentarse antes de marzo y tiene que estar sujeto a algo importante. Las inversiones tienen que ir de la mano de reformas. Y esto es lo que viene a decir el artículo 16.3 del borrador actual sobre esas ayudas. La Comisión del Parlamento Europeo dijo explícitamente que ‘todos esos fondos están condicionados a los objetivos europeos de recuperación y modernización de las economías’ pero en base al cumplimiento de lo que se llaman directrices europeas específicas para cada país.
Por decirlo claramente, todo se sujeta a las tareas pendientes que la Comisión pone todos los años a los distintos países. Tareas que son fundamentalmente en base a tres reformas: la del mercado de trabajo, la reforma del sistema de pensiones y la reforma del sistema educativo y de la formación profesional. Todo eso tiene que estar en el programa. Ese famoso artículo 16 dice explícitamente que ‘si no se cumplen con esas reformas no habrá desembolso’. ¡Chimpum! Por lo tanto, no es dinero gratis, es a cambio de reformas económicas a las que el gobierno no está muy por labor pero que son innegociables. Por cierto, reformas que nos vienen bien y que ojalá se hagan.
Espero que seamos capaces de reconducirlo todo y replantear definitivamente el modelo productivo. Un ejemplo básico para ver lo monumental del trabajo pendiente. Sabemos que el sector más importante en España, tanto en producción como en empleo, es el que engloba al comercio mayorista y minorista, el transporte, el alojamiento y los servicios de alimentación, que supone un 23,5% del valor añadido total y un 29,6% de los puestos de trabajo. Por comparar, el sector con más peso productivo en la economía alemana es la industria, que genera un 24,3% del valor añadido. En España, en cambio, la industria ocupa el tercer lugar por valor añadido, con un 16,1%, y el cuarto lugar en volumen de empleos, con un 11,3%.
Si esos fondos son para darle la vuelta a eso, deberíamos localizarlo en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (“España Puede”) para acceder a los recursos del programa europeo Next Generation UE. La idea es crear 800 000 empleos en sectores innovadores, lo que implica coordinación y mejor legislación laboral, la capacidad de generar y gestionar proyectos para absorber esos millones a medida que lleguen y la capacidad de garantizar la creación de empleo estable y de calidad.
Escribí hace meses que en el futuro no se va a reconstruir nada. Recientemente el foro de Davos ha titulado así su edición virtual de este año. En toco caso vamos a un ‘reset’ que puede ser una gran oportunidad. Gestionar el tránsito no será sencillo pero, y depende de todos, escalar hacia ese nuevo mundo, más tecnológico, más humano, menos injusto y más sostenible, está más cerca que nunca. Perder esta oportunidad sería un error mayúsculo que pagaremos caro, especialmente nuestros hijos.
Un destino compartido y las soluciones digitales de ABB
Si me lees habitualmente sabes que me fascina el análisis acerca de como los robots y los humanos vamos a relacionarnos en el futuro inmediato. Si hay una empresa que lleva tiempo estructurando el mejor escenario posible en lo que se define como colaboración entre máquinas inteligentes y seres humanos, esa es ABB. De ahí que cuando esta multinacional líder me propuso acompañarlos como speaker conferenciante en la gira de presentación por toda España de su Universo de Soluciones Digitales en la distribución de la energía, no dudé en hacerlo.
Ahora bien, ABB es mucho más que robótica. De hecho esta gira responde al entorno de soluciones digitales en la distribución energética. ABB es un líder tecnológico que está impulsando la transformación digital de muchas industrias. Cuenta con una trayectoria de innovación de más de 130 años y con cuatro negocios globales enfocados en el cliente: Electrification, Industrial Automation, Motion y Robotics & Discrete Automation, todo ello apoyado en la plataforma digital ABB Ability ™.
Si me lees habitualmente sabes que me fascina el análisis acerca de como los robots y los humanos vamos a relacionarnos en el futuro inmediato. Si hay una empresa que lleva tiempo estructurando el mejor escenario posible en lo que se define como colaboración entre máquinas inteligentes y seres humanos, esa es ABB. De ahí que cuando esta multinacional líder me propuso acompañarlos como speaker conferenciante en la gira de presentación por toda España de su Universo de Soluciones Digitales en la distribución de la energía, no dudé en hacerlo.
Ahora bien, ABB es mucho más que robótica. De hecho esta gira responde al entorno de soluciones digitales en la distribución energética. ABB es un líder tecnológico que está impulsando la transformación digital de muchas industrias. Cuenta con una trayectoria de innovación de más de 130 años y con cuatro negocios globales enfocados en el cliente: Electrification, Industrial Automation, Motion y Robotics & Discrete Automation, todo ello apoyado en la plataforma digital ABB Ability ™.
La gira trata de ocho eventos experienciales a lo largo de ocho ciudades españolas. A fecha de hoy ya hemos visitado Barcelona y A Coruña. Las próximas serán Bilbao, Valladolid, Valencia, Málaga, Sevilla y, por supuesto, Madrid. Mi conferencia se titula ‘Un destino compartido, las claves del éxito de la transformación digital’ y trata de dar importancia a la colaboración en un entorno de revolución tecnológica. No se me ocurre mejor socio para la industria que ABB al ofrecer su experiencia como líder tecnológico, identificando y alineándose con las nuevas tendencias, ofreciendo múltiples soluciones de electrificación para los principales sectores del futuro, como la movilidad eléctrica o la sostenibilidad, a través de la producción y el control de la energía.
Actualmente, ‘un 35% de la energía se mueve hacia fuentes renovables y si tenemos en cuenta que las ciudades serán inteligentes, y podremos hablar con los edificios, será fundamental poder escucharlos’. De ahí que, en una gira como esta, ABB inicie un proceso de escucha y atención completa a sus propios clientes. Es un honor acompañar a una empresa que investiga de un modo muy robusto en buscar alternativas sostenibles al gasto energético global. Tengamos en cuenta que ABB participa de forma activa en la Fórmula E, la Formula 1 de coches eléctricos, y en el Solar Impulse 2, el primer avión en dar la vuelta al mundo con energía solar.
La función de mi ponencia es la de inspirar en el recorrido que supone el camino de la innovación y la digitalización, animar a los asistentes a preguntarse si lo que están haciendo hoy responderá a las demandas del mañana e invitar a la reflexión y al conocimiento sobre la necesidad de combinar las nuevas tecnologías y el talento humano.
ABB, ofrece en este viaje experiencial e inmersivo con 6 puntos en los que los asistentes pueden conocer e interactuar con las diferentes soluciones de ABB en el camino hacia la digitalización, donde la tecnología acompaña a los asistentes a través de unos auriculares sincronizados con cada una de las experiencias:
Los interruptores Tmax XT y Emax, conectados a la nube y hechos a medida: una nueva era para la gestión de la energía.
E-configure, herramienta clave para la selección y configuración rápida de los productos ABB para cada proyecto.
Abb Ability Marketplace, el portfolio de soluciones digitales más amplio.
El cuadro digital/Ekip Connect, la digitalización sin límites a través de la configuración, puesta en marcha, supervisión y mantenimiento de forma sencilla.
Por cierto, una de las experiencias más destacadas y que más divierten del evento es cuando el robot colaborativo YuMi, un robot de doble brazo diseñado para trabajar de forma colaborativa con los humanos, hace de DJ, aportando valor y mejorando la experiencia del ‘pinchadiscos’ tradicional.
Tecnología, personas y las 8 claves de la Transformación Digital.
Realmente no necesitas una estrategia de transformación digital, lo que realmente precisas es entender que el mundo está cambiando. Algo que parece tan obvio no lo es a tenor de lo que se escucha y lee estos días. El pánico que una app ha generado al entrar en el mainstream de los noticiarios es de aurora boreal. Que si tus datos van de un lado a otro, que si mercadean con ellos, que si dices ‘reggae’ y ‘gasolina’ en la misma frase te aparecen anuncios de Daddy Yankee por todas partes, etc. No voy a alimentar esa paranoia. Otro día lo comentamos. Lo que realmente me interesa hoy es definir con claridad las claves de lo que se llama Transformación Digital en todo tipo de organizaciones y, que por lo normal como pasa con la susodicha aplicación que te envejece, suele vestirse de sucedáneos que dañan más que benefician. De ahí, como decía al principio, es fundamental entender primero que algo profundo e irrenunciable está pasando y, después, establecer una estrategia. No al revés.
Realmente no necesitas una estrategia de transformación digital, lo que realmente precisas es entender que el mundo está cambiando. Algo que parece tan obvio no lo es a tenor de lo que se escucha y lee estos días. El pánico que una app ha generado al entrar en el mainstream de los noticiarios es de aurora boreal. Que si tus datos van de un lado a otro, que si mercadean con ellos, que si dices ‘reggae’ y ‘gasolina’ en la misma frase te aparecen anuncios de Daddy Yankee por todas partes, etc. No voy a alimentar esa paranoia. Otro día lo comentamos. Lo que realmente me interesa hoy es definir con claridad las claves de lo que se llama Transformación Digital en todo tipo de organizaciones y, que por lo normal como pasa con la susodicha aplicación que te envejece, suele vestirse de sucedáneos que dañan más que benefician. De ahí, como decía al principio, es fundamental entender primero que algo profundo e irrenunciable está pasando y, después, establecer una estrategia. No al revés.
Para empezar, entender que la Transformación Digital es esencialmente contacto con la tecnología es esencial. No ha habido ninguna revolución tecnológica sin tecnología pero, sin embargo, es cierto que la cultura de empresa debe adecuarse a todo ese proceso. No siempre lo debe hacer antes, pero sí debe hacerlo siempre. Si lo hacemos de manera desconectada tendremos empresas u organizaciones muy avanzadas tecnológicamente pero de escasa capacidad para aprovechar sus beneficios o, por otro lado, podríamos tener empresas con una cultura organizativa muy engrasada pero sin comprensión tecnológica. Lo ideal es hacerlo a la vez. Así lo hacemos nosotros, gestionamos el cambio aplicando tecnología desde el primer momento y a nuestros clientes les va bastante bien.
De hecho, con uno de esos clientes con los que abordo estos procesos, el Banco Centroamericano de Integración Económica ubicado en Tegucigalpa pero con sedes en una veintena de países desde Corea del Sur, España, China y obviamente muchos de los países de Latinoamérica, estuve con parte de nuestro equipo las últimas dos semanas. Un trabajo complejo y sofisticado al ser un banco de desarrollo, pero de alto valor y que en el futuro explicaré a modo de caso.
BCIE inicia revisión y proceso de Transformación Digital que vaya de la mano con las acciones e iniciativas de desarrollo que se implementan en la Región Centroamericana. @marcvidal #AliadoEstratégico pic.twitter.com/DXQtK2Y95U
— BCIE (@BCIE_Org) 9 de julio de 2019
Ahora bien, lo interesante es el debate que surge cuando hablamos de como estructurar una estrategia de Transformación Digital. Desde mi punto de vista, el concepto digital toma un papel relevante siempre que entendamos que la clave está en la transformación que provoca y no al revés. Si este post lo estuviera escribiendo a finales del siglo XIX, estaríamos hablando de ‘transformación industrial’, si fuera a mediados de los años sesenta del siglo pasado hablaríamos de ‘transformación electrónica’. Permanece el concepto ‘transformación’ pero toma su relevancia al sujetarse en una tecnología. De ahí que defiendo la importancia de comprender el momento histórico que vivimos. Muchos me pedís que enumere en algún artículo en que consisten las claves de esa transformación. Efectivamente son las que explico y traslado en mis conferencias del modo más didáctico e inspirador posible. Voy a intentar explicarlo de un modo rápido y sintético.
Para que dicha transformación llegue a realizarse, se requiere, al menos de estos ocho elementos claves:
1. Comprensión y liderazgo antes que Estrategia.
Elaborar una estrategia clara y flexible es decir que no debe que ser rígida ni la misma durante unos años; sino que tiene que ser modificable. De ahí que sea tan importante comprender el momento que vivimos y responder de manera efectiva a un propósito de toda la organización.
2. Colocar al cliente en el centro de la cadena de valor.
Es indispensable conocer todos los punto de contacto con el cliente y repensar toda la empresa a partir de ese grado de conocimiento. La idea sería eliminar el departamento de ‘atención al cliente’ y convertirlo en una actitud de empresa.
3. Convertir los datos en información.
Trabajar en modelos tecnológicos capaces de extraer datos de esos clientes para que estos sean parte del modelo de empresa y que se logre una conexión real con él para entenderlo a tiempo real.
4. Estimular la venta predictiva.
En toda transformación tecnológica la tecnología es esencial. En esta, la clave parte de un modelo que sea capaz de ofrecer capas de inteligencia artificial a nuestra comprensión de los datos existentes. De la inteligencia artificial a la conciencia analítica que nos aporta toda la tecnología cognitiva.
5. Focalizar en la automatización de procesos.
No existe transformación digital sino se automatizan procesos. La tecnología tiene que permitir que en una empresa los procesos sean más eficientes y más óptimos pero a partir de una relación eficiente entre todos los miembros de la organización. Pasar de pensar juntos a hacerlo en común es parte de ese objetivo.
6. Innovación en nuevos modelos de negocio.
Si ya se posee un modelo de negocio, se deben estimular nuevos que hagan uso de las tecnologías existentes y combinarlo con el conocimiento acumulado. Se puede innovar, ser eficiente y ganar dinero con algo que hace 10 minutos era impensable como ‘servirizar algunos productos’.
7. Estimular un nuevo modelo de organización.
Aquello que llamamos gestión del cambio en este caso es fundamental. No podemos convertir en robots a los miembros de una organización. El término robot deriva de la palabra checa ‘robota’ que significa esclavo. De hecho fue un término difundido en 1921 por Karel Capek gracias su obra teatral R.U.R. Desde entonces se ha aplicado a cualquier máquina que, independientemente de su tamaño, forma o movilidad, es capaz de realizar de forma desatendida y autónoma las acciones para las que ha sido diseñado. De ahí que será fundamental. Proponer la definición e implantación de nuevos hábitos de liderazgo y nuevas formas de relación como factor crítico de éxito y evolucionar hacia un modelo de liderazgo transformador, inspirador e impulsor del cambio.
8. Fabricar un nuevo empleo.
Todo lo que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable y será necesario destacar esas habilidades humanas que no puedan digitalizarse. Sin embargo muchas de esas ‘skills’ propiamente humanas lo serán en mayor medida e intensidad en el momento en el que asuman que con tecnología se pueden potenciar. La tecnología es el ‘cómo’ y nosotros siempre seremos el ‘porqué’. Habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad tecnológica, el error inteligente y la capacidad de hacer buenas preguntas nos llevarán a un nuevo modelo de empleo que se debe ir estableciendo mientras transformamos nuestras empresas.
En definitiva, y de un modo muy rápido, he intentado explicar que no hay llaves maestras para que una empresa no pague peaje en su transformación y sea exitosa esa travesía, pero sí podemos intuir el camino que pudiera ayudarnos a enfrentarnos al mayor desafío que nuestra economía y sociedad va a vivir desde hace mucho. Mientras nuestros dirigentes miran hacía sus ombligos, el mundo gira y necesita que hagamos las cosas nosotros mismos. ¿Has empezado?
Luces y sombras del crecimiento del sector turístico en 2016.
En la semana que Fitur presenta unas cifras impresionantes sobre la actividad turística española. La cifra de negocio alcanzó algo más del 11% del PIB en 2016. En concreto, un crecimiento de casi un 5% con respecto al año anterior. A primera vista una muy buena noticia para una economía que depende especialmente del sector turístico. Una factura total que alcanzó los 125.000 millones de euros y que estimularon la creación de 80.000 nuevos empleos. De este modo ya son 2,5 millones de trabajadores en total. Vamos bien.
En la semana que Fitur presenta unas cifras impresionantes sobre la actividad turística española. La cifra de negocio alcanzó algo más del 11% del PIB en 2016. En concreto, un crecimiento de casi un 5% con respecto al año anterior. A primera vista una muy buena noticia para una economía que depende especialmente del sector turístico. Una factura total que alcanzó los 125.000 millones de euros y que estimularon la creación de 80.000 nuevos empleos. De este modo ya son 2,5 millones de trabajadores en total. Vamos bien.
El crecimiento de la demanda extranjera se ha traducido en el desembarco de más de 75 millones de turistas. Sin embargo, lo que se dejan todos ellos en nuestro país ha caído un 3% de media. Una caída que lleva un lustro sucediendo de manera continuada. Más turistas, más ingresos totales, más empleo, pero menos gasto por cliente. La factoría turística ibérica cada vez es más atractiva para un cliente ‘low cost’, que prefiere pasarse unos días por aquí con apenas 700 euros de media, y menos para los que en su hoja de visita había un gasto sostenido y de calidad.
Que el turismo tiene que repensar el valor añadido que aporta es más urgente de lo que las cifras grandilocuentes ofrecen. El turista viene más pero se queda menos. El coste de transporte excepcionalmente bajo por el precio del petróleo, el crecimiento de algunos países con nuevos turistas, la hipotética recuperación del mercado interno y la poca estabilidad o seguridad de la competencia, no han hecho más que estimular ese envoltorio de celofán.
El riesgo de un estornudo global es enorme. Todo el sector confía en que va a seguir creciendo, siendo cada vez más importante en el cómputo de la factura bruta nacional y creando mucho empleo. Es más que revisable que esa recuperación del sector esta sujeta a una competitividad relativa, lejos de lo que la estructura económica española debería de ser en nuestro entorno económico.
En la otra cara, un sector que en el último año también ha rebasado el 10% del PIB es el biotecnológico. Una industria que apenas ocupa a 190.000 personas y factura más de 100.000 millones de euros, vinculado al futuro, al cambio de modelo productivo y a la conquista de un futuro al que vamos a tener que enfrentarnos más pronto que tarde. Hace apenas siete años sólo era el 3% de la economía española.
Es evidente que la apuesta por sectores de futuro que se alejan de la manoseada ‘recuperación’ es una opción imprescindible. Una visión simple del futuro que se avecina nos muestra un mundo automatizado, robotizado y cuyo empleo será menos masivo. Insistir en sectores que, en cualquier imprevisto, destruyan centenares de empleos imposibles de reconvertir, es muy peligroso.
Un mundo inminente que ya se divisa por el horizonte y que no parece reservar mucho espacio a modelos económicos dependientes de sectores sin valor añadido. Un futuro que habla de pensiones en riesgo, sociedad del bienestar en jaque y modelos productivos obligados a vivir una disrupción inevitable. Una disrupción que también vivirá el sector turístico. Es cuestión de tiempo. Poco tiempo. La competencia está por todas partes y dispara desde todas direcciones. Cualquier elemento imprevisto puede cambiarlo todo rápidamente. La automatización y la adaptación al mundo del dato, la robotización y la inteligencia artificial serán su muro de contención. Si no se transforma absolutamente la pérdida de peso en la economía nacional, supondría una catástrofe laboral similar a la vivida recientemente con el sector inmobiliario.
Sin una industria de recambio el futuro es complejo. Debemos ir pensando en qué modelo social y económico, de salvaguarda de derechos y servicios, vamos a soportar como sociedad. La oportunidad, como demuestra el sector ‘biotech’ está trazada. Las buenas noticias de cualquier sector son siempre bienvenidas. Acomodarse en ellas sin profundizar en lo que pueden suponer en el futuro inmediato ya sabemos cómo acaba y lo que tarda en digerirse.
La Transformación Digital de España en el Consejo de Ministros. ¿Será la buena?
Y finalmente hubo fumata bianca. Un nuevo gobierno y algunos nuevos ministros. Los desafíos siguen siendo los mismos. La Transformación Digital de un país. La prórroga ha terminado y el tiempo apremia. Uno de los ministerios más interesantes desde el punto de vista económico no es ni el de Hacienda ni el de Economía, curiosamente será el de Energía, Turismo y Agenda Digital de Alvaro Nadal. Precisamente por ese último apellido. La Secretaría de Estado que estará enfocada a acometer la transformación digital de la economía y sociedad española se antoja imprescindible. Hay otros gobiernos europeos y asiáticos que disponen hace años de algo similar. La duda, como siempre, es si el asunto se quedará en un título, un informe, una hoja de ruta envuelta en papel celofán o realmente esta vez va en serio.
Y finalmente hubo fumata bianca. Un nuevo gobierno y algunos nuevos ministros. Los desafíos siguen siendo los mismos. La Transformación Digital de un país. La prórroga ha terminado y el tiempo apremia. Uno de los ministerios más interesantes desde el punto de vista económico no es ni el de Hacienda ni el de Economía, curiosamente será el de Energía, Turismo y Agenda Digital de Alvaro Nadal. Precisamente por ese último apellido. La Secretaría de Estado que estará enfocada a acometer la transformación digital de la economía y sociedad española se antoja imprescindible. Hay otros gobiernos europeos y asiáticos que disponen hace años de algo similar. La duda, como siempre, es si el asunto se quedará en un título, un informe, una hoja de ruta envuelta en papel celofán o realmente esta vez va en serio.
La transformación digital de un país tiene que ver con atender sectores, administración, infraestructuras, despliegue de red y aumento de competitividad apoyando el cambio de procesos, incrementando la digitalización de procesos y la aplicación de modelos de gestión automatizados. Preparar el terreno para un país donde el empleo y el modo de relacionarnos va a ser muy distinto en muy poco tiempo. Si se trata solo de cosmética, de un plan epidérmico, lo veremos pronto. Hay poco tiempo para atrapar a los que ya tomaron ventaja.
La cosa va de dinero. Pero no sólo. Va de tener un amplio presupuesto y flexible, pero también de trabajar de un modo transversal con el resto de ministerios para permitir que el cambio de modelo de crecimiento de este país se produzca lo antes posible. Sabemos que eso no va a ser fácil como demuestra la tónica que ha tomado el tema. Volvemos a las andadas. Seguimos esperando que lo inmobiliario, el turismo y poco más nos otorguen el peso suficiente para mantenernos en la mitad de la tabla europea. Nos olvidemos que hay sectores que crecen sin crear empleo y que, o nos ponemos de una vez, tendremos problemas a corto plazo. Graves problemas.
En otros países la agenda digital está en todos los ministerios y en otros depende de presidencia. Es decir, se contempla que la acción de una hoja de ruta digital tiene que ver con todo y no con un espacio concreto. Ese es el riesgo, que el responsable de este plan se encuentre con negociaciones interesadas por todas partes y su influencia se vea deteriorada en cada batalla. Aquí se ha optado por esta solución más jerárquica y sectorial. Tal vez demasiado si atendemos que lo importante es ser competitivo de un modo muy global.
No vamos a vivir siempre del turismo. No vamos a tener otro boom inmobiliario que dure décadas. Los cimientos de todo eso depende de ciclos y de que sigamos siendo un destino atractivo y barato. El futuro llegó y gran parte de la economía de España no ha asimilado que el tiempo de espera y análisis se terminó. Recordemos que en el informe ‘España 4.0. El reto de la transformación de la economía digital’, elaborado por la consultora Roland Berger, se asegura que apenas un 35% de las empresas españolas dispone de un ERP (sistemas de planificación de recursos empresariales), casi el 27% en el caso de los CRM (gestión de relación con clientes) y solo un 13% comparte información con su cadena logística. La gestión de bases de datos propias y sus derivadas tradicionales alcanza un 39%, pero si nos metemos en Bigdata el porcentaje está probablemente por debajo del 5%. Una oportunidad por cierto para los que lo apliquen.
En la Pyme el asunto es de espanto. Sólo un 16% aprovecha las posibilidades del comercio electrónico y apenas un 23% compra también online en modelos B2B. Este es el reto, no el del eslogan o el discurso. Es que las cifras están por los suelos. En Irlanda, Reino Unido, Alemania o Francia las cifras son de media el doble. El triple en otros como Eslovenia, Holanda o Dinamarca. El tiempo corre en contra porque los que ya lo tienen resuelto van más rápido que los que lo ‘vamos resolviendo’. La distancia se agranda.
El informe destacaba, y hace unos meses, que los obstáculos a la dicha transformación digital son la resistencia al cambio y el coste de ese cambio. La primera se soluciona culturalmente, la segunda económicamente. El problema es técnico, sabemos cual es por lo que también conocemos su solución. Mientras el gasto en I+D en España siga por debajo del 1,2% del PIB es absolutamente improbable que alcancemos a nadie o que el cambio de modelo económico se produzca de manera sólida. En Alemania llega al 3% y la media de la UE es del 2%. Entre 2009 y 2013, los recursos destinados a ciencia cayeron en España. En Alemania, en el mismo periodo, se incrementaron en un 18%. Son maneras de verlo.
Sin embargo todavía hay un rechazo importante desde el punto de vista cultural hacia la tecnología. Tengamos en cuenta que en este mundo, la transformación digital cambia la forma en la que hay que dirigir la compañía, el liderazgo, la toma de decisiones y a qué velocidad se generan. Y hay personas que quizás no se ven capacitadas tecnológicamente para ello. La sociedad en general, y las empresas en particular, parecen dominar los usos digitales básicos, pero aún están lejos de estar a la vanguardia de todo cuanto ofrece la digitalización de procesos, gestión, venta y comunicación.
Me encuentro cada día a con este caso. Lo más complicado es vencer ese primer paso. Sin embargo cuando lo logramos con nuestros clientes la toma de ventaja sobre competidores es abrumadora. Por desgracia la mayoría de esos clientes no están en España y en gran medida está ligados al Plan Horizonte 2020 de la Comisión Europea. La nueva manera de ver el escenario comercial es brillante. Es muy intenso el momento en el que casi ‘por arte de magia’ un sinfín de datos, modelos de gestión y planes tácticos, se perfilan hasta pasar de una foto borrosa a otra totalmente detallada donde la toma de decisiones y la predicción de resultados es la clave de la competitividad para estos clientes. De eso hay que hablar, en eso hay que trabajar.
Esa agenda digital tiene que pensar en incentivar la formación en las empresas, en estimular la creación de nuevos puestos de trabajo responsables de esa área de transformación y de generar un marco legal y de trabajo para las consultoras que nos dedicamos a dinamizar ese entorno. No es lo mismo digitalizar un Centro Comercial que Transformar una flota de transportistas. Ésta segunda tendrá que lidiar pronto con plataformas sociales que serán una competencia inédita y disruptiva por ejemplo.
Veremos que tal. Recordemos que ya existe una Agenda Digital. Data de febrero de 2013 y buscaba desarrollar la economía y la sociedad digital en nuestro país configurándose como el paraguas de todas las acciones del Gobierno en materia de Telecomunicaciones y de Sociedad de la Información. Si el plan es replicar la intensidad vamos listos. Si la idea es darle un nuevo impulso y abrazar los nuevos objetivos que en este tiempo han sido modificados por los ‘agentes externos’ iríamos bien.
El problema es que en España existen lagunas legales importantes en cuanto a la aplicación de algunos negocios digitales que son como misiles en el área de flotación de algunos negocios estratégicos. Los más de 120.000 millones de euros que se estima impactarán en la economía nacional en cuanto se logre la anhelada transformación digital necesitan de que entendamos que muchos modelos de negocio ‘protegidos’ dejen de estarlo y se permita la irrupción de nuevos actores naturalizados con la tecnología. Telecomunicaciones, turismo, servicios financieros, transporte, infraestructuras, farmacia, salud, energía e industria tienen los días contados bajo el prisma tradicional. Permitir ese cambio de una vez nos hará más competitivos en general. El proteccionismo no es una buena idea en este caso.
Veo con esperanza la reactivación de la Agenda Digital española. Con algo de escepticismo en cuanto a la permisividad del resto de agentes involucrados y con dudas evidentes sobre la capacidad de generar una nueva cultura transformadora en general. Sin embargo, sea como sea, no hay más remedio que abordar la transformación digital de la economía española urgentemente. El primer paso, asumirlo, parece estar ya en el Consejo de Ministros. A ver…
Cuando el tema prioritario al hablar de Europa es 'la Eurocopa' y no el 'Brexit'.
Las últimas encuestas dicen que el 47% de los británicos quieren irse de la Unión Europea por el 43% que piensan lo contrario. El pánico al ‘Brexit’ está iniciando los primeros temblores de un previsible movimiento sísmico que muchos anuncian si sucede finalmente. El 78% de los alemanes quieren que se queden. Les va mucho en ello. De hecho parece que el rendimiento negativo del bono alemán es uno de esos movimientos de las placas tectónicas que avisan de que el epicentro del terremoto económico podría bien estar en el corazón de la propia Europa tal y como la concebimos ahora.
Las últimas encuestas dicen que el 47% de los británicos quieren irse de la Unión Europea por el 43% que piensan lo contrario. El pánico al ‘Brexit’ está iniciando los primeros temblores de un previsible movimiento sísmico que muchos anuncian si sucede finalmente. El 78% de los alemanes quieren que se queden. Les va mucho en ello. De hecho parece que el rendimiento negativo del bono alemán es uno de esos movimientos de las placas tectónicas que avisan de que el epicentro del terremoto económico podría bien estar en el corazón de la propia Europa tal y como la concebimos ahora.
Los inversores corren buscando refugio a la vez que Europa se desplaza poco a poco al agujero de la deflación. Dos tercios de la totalidad del saldo del gobierno alemán ya se negocia en tasas negativas. A los británicos empieza a darle igual que en la ‘City’ financiera de Londres se apoye la permanencia. Se quieren ir. El sentimiento europeo, dicen muchos, no estuvo nunca muy arraigado ni se cuidó especialmente por parte de Bruselas. Por ello, el precipicio ya se divisa a nuestros pies. Sin embargo la pregunta es si el ‘Brexit’ es el principio del final de la Unión Europea tal y como la conocemos.
El cambio de tendencia en las encuestas ha pillado desprevenidos a todos. Durante años la voluntad de permanencia era claramente mayoritaria. En los últimos dos meses esa tendencia cambió radicalmente. La preocupación baña las orillas de toda Europa. El efecto dominó en los rendimientos de deuda soberana se ha iniciado. Está sucediendo con todo aquel bono que no esté comprado por el propio BCE. Portugal, Italia, Polonia, los Balcanes y otros que van a la cola están tomando medidas que en la mayoría de los casos responden a táctica puntual, lejos de la estrategia que ahora mismo sería necesaria.
El BCE lleva comprados más de 700.000 millones de euros de deuda pública desde que comenzó el QE. No puede continuar a ese ritmo a menos que cambien las reglas. Está limitado al 33% de cada emisión de deuda. Lo que quiere decir que en tres meses, si hay ‘Brexit’ deberá aumentar su limitación al menos al 50%. Suena muy mal eso de comprarte tu mismo lo que tu vendes más o menos. Estando al límite como ahora, el BCE está acelerando la deflación. Lo peor es que parece no tienen otro remedio. El otro gran comprador, el Bundesbank, no está autorizado a comprar deuda una vez que los rendimientos caen tan bajo como ahora. La mitad de la deuda alemana está descalificada legalmente pues.
Como decía al principio a los alemanes les hace muy poca gracia que Gran Bretaña abandone la UE. Temen ser los únicos que deban afrontar los gastos que exigirán los países mediterráneos en breve. Los alemanes creen que España, por ejemplo, va camino de repetir los errores del pasado. De estimular una nueva burbuja inmobiliaria, de generar un empleo pésimo y de ser incapaz de asumir los recortes imprescindibles para equilibrarse con Europa debido al paro sistémico del país. Además, hay quien considera desde el país germano que países como España, Italia, Portugal, Grecia y algún otro, no van a abandonar el escenario actual y seguirán necesitando ayudas.
Los británicos argumentan que aunque ellos entregan más de lo que reciben, el motor europeo es Alemania. Digamos que se limpian la conciencia y solicitan centrarse en vivir su propio camino sin injerencias europeas que suelen ser siempre una factura a 30 días. Alemania ve en Gran Bretaña a un socio financiero y teme que la doble capitalidad europea ‘de facto’ que son Londres y Frankfurt pase a ser sólo la segunda.
¿Qué le puede pasar a cada país en concreto? En Irlanda el acojone es general por ejemplo. Sería un desastre económico para un país que depende en gran medida de esa relación agridulce con Gran Bretaña puede ser gigantesco. El Irish Times cifra en una caída del PIB irlandés cercano al 13% en unos años. En Francia se teme que un ‘no’ beneficie a partidos como el Frente Nacional que solicite hacer un referendum parecido y Francia tenga su ‘Frexit’ particular.
En mi opinión hay opciones favorable si al final se van. En el caso de Irlanda, tras una primera fase de desconcierto pueden ser aun más atractivos a empresas norteamericanas que busquen un espacio UE para sus transacciones pero eso tiene que verse. París puede recuperar la capitalidad financiera también al ganar atractivo. Todo puede ser, pero lo peor tiene que ver con el concepto europeo, con el modelo de reparto y equilibrio entre países ricos y pobres, la política monetaria resultante, la credibilidad de la zona euro y la gestión del desconcierto.
Para España, inmersa en sus cosas, puede que el ‘Brexit’ sea una apuñalada trapera. Lo peor es que el debate no se está produciendo. Sólo se habla vagamente y apelando a un sentimiento casi místico del porque Gran Bretaña debe quedarse en lugar de hablar de lo que podría pasar si se van o que no si se quedan. El estado de nuestro país y de su hipotética y frágil salida de la crisis es para tener en cuenta todo este catálogo de circunstancias.
Me sorprende, o no tanto, que no se explique que la hipotética recuperación y crecimiento que se nos vende viene amparado por la compra de deuda desde el BCE, la bajada del crudo, de la estabilidad del euro con respecto al dólar, mantener el déficit en un cifra récord y a un plan de recortes que sigue manteniendo a millones de españoles en la más absoluta miseria. Cualquier mecanismo que ponga en juego la posibilidad de que el BCE siga inflando el globo es una espada de Damocles. Habría que hablar de esto, pero por desgracia, cuando se habla de Europa, a la mayoría lo que les viene a la cabeza es la Eurocopa 2016. Pues eso, que no nos interesa mucho. Que no va con la mayoría. Que ‘if you want, bye brits’, ya nos apañaremos.
De la pequeña política no se puede esperar estrategia, sólo táctica.
Mientras sus señorías vuelven a poner la maquinaria electoral que seguramente nunca pararon, el país sigue exigiendo de políticas activas que lo sitúen en la senda competitiva con urgencia. La Cuarta Revolución Industrial empezó con timidez hace unos años, se vive intensamente en la actualidad y se impondrá con dureza en breve. Lamentablemente en la agenda de quienes tienen el mandato de coordinar políticamente ese tránsito siguen a la suya
Mientras sus señorías vuelven a poner en marcha la maquinaria electoral que seguramente nunca pararon, el país sigue exigiendo de políticas activas que lo sitúen en la senda competitiva con urgencia. La Cuarta Revolución Industrial empezó con timidez hace unos años, se vive intensamente en la actualidad y se impondrá con dureza en breve. Lamentablemente en la agenda de quienes tienen el mandato de coordinar políticamente ese tránsito siguen a la suya.
La pequeña política, que suele ser la misma que la de los políticos pequeños, sigue estancada e impidiendo que el curso de la gran política y de las decisiones estratégicas llegue a ningún punto. Los días pasan y todo va directo a un muro de contención que de momento se llama elecciones y en unos meses será ‘pacto de estado’. Contención a muchas cosas, pero fundamentalmente a la responsabilidad que tienen todos ellos en no haber sido capaces de acordar ahora lo que acordarán después. Exclusivamente porque en su aritmética mezquina siguen viendo un puñado de escaños más en la repetición de las elecciones.
El paréntesis de acción política lo pagaremos caro. Mientras el mundo se detuvo en un lugar llamado España, en el resto del Universo siguió girando. El coste que ha tenido detenerlo todo desde el punto de vista estratégico y dejar que la táctica impregnara la acción de gobierno (y oposición si la hubiere), no ha hecho más que permitir que se refuercen modelos económicos que deberían seguir enterrados y a la vez ha permitido que los emergentes sigan sumergidos. Hablo de cómo el sector inmobiliario vuelve a repuntar y cómo el apoyo al cambio de modelo productivo vinculado a las nuevas tecnologías sigue estacado.
El sector de la construcción sigue creciendo. Se firman más de 300 mil hipotecas al año y aunque ha moderado su incremento este se sitúa por encima del 3,5%. A la vez, la inversión en nuevas empresas se estanca. El capital riesgo, la gasolina que debe impulsar el motor de un cambio de modelo, se muestra reacio a entrar en España como anunciaba hace unos años.
Una encuesta en LinkedIn mostró un aumento de casi el 36% en la migración tecnológica a países que están abocados a ese cambio de modelo. En nuestro país ese flujo está estancado a pesar de ser un destino que desde hace años se situaba entre los prioritarios. La inseguridad económica, la falta de perspectiva global y la oscuridad aparente de lo que va a ser el futuro político no hacen más que entorpecerlo todo.
No se trata de quien gobierna sino de que lo haga alguien y que tenga claras las líneas maestras que deben situar nuestro país en el tren que cambiará el mundo. Convertir algunas zonas del país en ‘regiones inteligentes’ es algo más que construir polígonos o ‘siliconvaleis’ de juguete. Se trata de generar tejido empresarial digital, transformar procesos administrativos y generar confianza a quienes deben apostar su dinero en ello. La transferencia tecnológica entre universidad y empresa es muy escasa todavía y de ello es responsable fundamentalmente quien debe tender puentes, financiarlos y estimularlos.
Algo estaba cambiando hasta hace poco en España. Se había intensificado de manera inédita la estimulación por una nueva economía que debía abrir las puertas del futuro a toda una generación. De momento esa puerta sigue medio abierta. La parálisis política y la minúscula gestión que la acompaña no permiten que se abra de par en par. El mundo empresarial vive en paralelo a todo esto muchas veces pero lo mira de reojo. Cierto que aunque a la política no se le espere, es importante para garantizar programas concretos que den apoyo y tranquilidad al mundo económico. El que tiene que ver con la innovación es mucho más sensible a esos elementos pues precisa de transmitir confianza al exterior por estar en sectores disruptivos dónde es difícil demostrar con un 'track record' la viabilidad de algunas cosas obviamente.
Asturias, Barcelona, Madrid, Valencia, Andalucía o Euskadi son escenarios donde hay gente y proyectos que pueden competir en cualquier contexto internacional. Sólo precisan de ayudas, ecosistemas, capturar talento exterior en muchos casos y capital inteligente. De momento estas expectativas cuando se cumplen son anecdóticas y no un ‘modus vivendi’ de las mismas. De vez en cuando una startup alcanza los titulares por una gran operación corporativa, pero eso no es más que fuegos artificiales dentro de un espectáculo general bastante previsible. Necesitamos que suceda con normalidad y que no exija de grandes titulares porque, en definitiva, vaya convirtiéndose en el modelo tradicional.
¿Que quiero decir? Por ejemplo, España es líder mundial en cocina. Los mejores chefs del mundo nacieron aquí pero no tenemos más que la creatividad de todos ellos que ya es mucho. Sin embargo la tecnología llegará a su sector de un modo que seguramente no imaginamos. ¿Quién está trabajando en ello? ¿quién está dando apoyo a las empresas tecnológicas que trabajan en campos como ese? ¿qué transferencia tecnológica se está produciendo entre formación y empresas? ¿cómo afectará a la restauración la impresión 3D de comida?
En el sector turístico no toda la innovación va de la mano del ‘big-data’, sino que hay que tener en cuenta la robotización del servicio. ¿quién está en ello? ¿cómo se les asesora? ¿cómo se vincula la calidad y la automatización? Hay más ejemplos y sectores donde España es líder y no se está trabajando de manera estratégica y el tiempo pasa inapelable.
Barcelona, como capital mundial de la tecnología aplicada en ‘mobile’ tiene una aureola en ese sentido que se puede apagar sino se genera valor. No se trata de permitir la creación de miles de ‘apps’ sino de estructurar un modelo de investigación, desarrollo y ejecución comercial de muchos elementos. Realidad Virtual y Aumentada, socialización de plataformas, vinculación con la IoT o las ciudades inteligentes. Se trata de algo más que de anunciar planes, se trata de ponerlos en práctica y de manera consensuada y estratégica.
Crear regiones inteligentes no es solo poner sensores en cada semáforo o un cerebro capaz de estructurar el tráfico en base a ello. Hablamos de disponer de gobierno electrónico, de publicar datos abiertamente y de fomentar la economía colaborativa. Para ello hay miles de maneras de utilizar nuevos modelos económicos vinculados a nuevas empresas que piden a gritos poder ejecutar sus extraordinarios proyectos. Sino les damos salida en casa para que demuestren lo que son capaces de hacer difícilmente lograrán inversiones desde fuera.
Hablamos de mejorar una sociedad, de hacerlo desde el uso de la tecnología y a partir de lo que esta ofrece. Pero también de que la clase política lo entienda o se deje asesorar. No es obligatorio que sus señorías sepan de esto al detalle pero es imprescindible que piensen que los tiempos avanzan de forma exponencial. Lo que hace una semana era 1, ayer fue 2, hoy es 4, en unas horas 16 y mañana 256. Es urgente que dejen de lado la política de juguete y pasen a la acción política de verdad, la que debe generar los factores necesarios para que nuestra sociedad no las pase putas otra vez.
España será emprendedora o no será
Mi columna en ABC Empresa de ayer versaba sobre algo que para mí es fundamental en cualquier orden de la vida, pero especialmente cuando lo que te ocupa es la voluntad de emprender, la ilusión. No es un artículo más, os lo aseguro, no minimiza el sufrimiento que muchos viven en un día a día que se torna gris y desesperanzador. Lo tengo muy presente y precisamente por eso quiero que cada uno de los que me leen y piensen que queda poco que hacer o que lo que están haciendo no suerte efecto, que repasen en lo más íntimo de sus deseos. Allí localizarán la gasolina de toda esta locura: la ilusión. Ese es el motor del emprendimiento y ese es el único patrón que ahora nos puede ser válido para adecuarnos a los cambios que nos acechan. Mañana os presentaré una iniciativa muy interesante de un buen amigo a la que me sumo para estimular que la gente tome la iniciativa ante tanta queja.
España será emprendedora o no seráEl primer fin de semana que pasé con la persona que comparto sueños, Lara, fue en Portugal. De eso hace ya tiempo y a las primeras expuse, sin pretenderlo, como sería eso de tener una relación conmigo. Le envié un billete de avión Barcelona-Lisboa y le dije que cuando llegara, en un SMS le informaría del hotel al que debía dirigirse. Yo debía llegar con un margen de apenas unas horas y debía ser desde otra capital europea. Así fue, y la mirada de sorpresa e ilusión que puso al comprobar que todo encajaba en el aparente caos que rodea mi día a día, se le enciende todavía hoy cuando le digo “haz la maleta, nos vamos”.
Hace mucho tiempo descubrí que una nueva pobreza se estaba inoculando en el sistema, pero que sorprendentemente no era de tipo económica aunque a medida que iban incorporándose en las listas de la miseria más ciudadanos y familias así lo pareciera dejar claro. Pero repito, no era una “crisis” económica la que se avecinaba. Lo escribí hace ya 7 años, era probablemente una gran bola de estiércol que avanzaba irremediablemente pues no había nadie con la voluntad de detenerla. Era pues, una crisis de carácter moral, de estímulo y sobretodo de espíritu de sacrificio y de valor emprendedor. El valor negativo del fracaso, la sospecha sobre el éxito y la falta de instrucciones para soñar un futuro distinto fueron minando nuestra sociedad. No nos educaron para emprender. No nos explicaron lo importante que es tomar las riendas de nuestra propia existencia. Seguramente nadie quiso transmitirlo me temo y nadie estaba dispuesto a escucharlo supongo. Ahora, con todo ello nace una nueva clase social soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos. Un estrato social que roza la miseria y que, en su pobreza, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración miles de veces.
La reacción sigue siendo lenta y casi imperceptible, pero se va larvando. Unos emigran, otros se reinventan, algunos se deciden por recortar, un buen número se lanza a la calle y, cada vez más, unos locos soñadores deciden apostarlo todo al “rojo par y pasa”, pues pase lo que pase, pasa lo que quieren que pase: que pase algo y eso sea lo que ellos han soñado. Tener esperanzas y sueños de negocio rentable no es suficiente para ponerlo en marcha, por supuesto, pero es el primer paso de un largo camino. La creación de empresas de modo deliberado es la evidencia de que se ha tomado una decisión por uno mismo y se ha dejado de lado toda una literatura rancia sobre montar negocios y una educación esclerotizada que culpa a los valientes creativos y osados de clase y premia a los “empollones” que siguen al pie de la letra cuanto les piden. Encontrar personas adecuadas y recursos será el siguiente paso.
Os animo a que cada jornada se encienda con la ilusión del primer día de cualquiera de vuestros sueños. Mirad bien, este mundo grisáceo que todos describen como “crisis” es una diapositiva apagada a primera vista, pero repleta de colores cuando, por fin, aceptas que no estamos en ninguna “crisis”. Lo duro no es no tener dinero, lo jodido es no tener ilusión. Lo primero se puede pedir, lo segundo no. Yo he perdido dinero muchas veces en mi vida, pero peleo para no perder la ilusión. Que los que me rodean no la pierdan es también mi mayor reto. Soy adicto a las miradas que dicen “hoy es el primer día de todo cuanto me queda por vivir”.
Requerimientos financieros
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, presentó ayer una reforma del sector financiero en la que la banca deberá sanear sus cuentas por la exposición al ladrillo con 50.000 millones contra resultados en un único año. Si quieres descargarte la presentación de la reforma aquí la tienes.
A mi modo de ver esta reforma, imprescindible no hace más que erosionar el sector. No se explica demasiado pero es evidente que, cuando las entidades financieras quieran aflorar sus propiedades y promociones inmobiliarias, se evidenciará lo que sabemos todos: el valor patrimonial que se les supone a los bancos y cajas de este país no es real y ha servido para simular un amortiguador sin liquidez que permitía aprobar auditorías de juguete a las que se ha sometido el sistema.
Es evidente que cuando pongan en venta ese montón de piedras que nadie quiere y que se le llama “ladrillo oculto” se convertirá en el estoque de gracia del sector. La insolvencia será evidente y la quiebra de algunas entidades financieras de calibre medio también. Para evitarlo se estirará hasta lo imposible el FROB. En definitiva, un salto hacia delante que no hace más que evidenciar el estado deplorable de todo el modelo económico al que tenemos el privilegio de ver morir. Seguiremos sufriendo como nos crujen a impuestos y poco a poco seguiremos viviendo como sobrevive de algún modo la increíble clase media menguante.
La buena noticia es que por fin sabremos la verdad, la mala que el crédito puede darse por extinguido definitivamente por mucho que nos digan lo contrario desde el gobierno. Digamos que es algo parecido a eso que nos repiten para que nadie enloquezca ante tanta miseria y paro. Cuando Rajoy dice que “este esfuerzo en más impuestos y recortes son para recuperar lo antes posible la senda de la recuperación económica“ es palabrería para insensatos. ¿Quien puede creerse que sin inversión en estímulos se puede recuperar nada? Sinceramente espero que nada de lo anterior se recupere y venga algo distinto, mejor a ser posible, pero lo que si sé es que ese discurso vacío y ridículo sobre las bondades de los impuestos y los recortes será un arma con un retorno nefasto para quien ahora lo pronuncia.
Just landed
Algunos de mis amigos me llaman el “just landed“. Aseguran tener la sensación que siempre estoy de paso, llegando o marchando. Yo también. En concreto, en estos dos tres días que he pasado por España la sensación ha sido esa. El pasado lunes emitieron en la red de televisiones locales de Catalunya esta entrevista que no es más que un pequeño ejercicio de memoria sobre lo que aquí se ha dicho desde hace tiempo. Está en catalán y no se pueden insertar los subtítulos, pero si alguien no lo logra entender podemos incorporar un comentario con la traducción entre todos. Por otro lado el pasado martes intervine, recién llegado de Estados Unidos, en el mi tercer First Tuesday en Barcelona.
A pesar de que la velada fue tremendamente energética gracias a los más de trescientos amigos que se dieron cita y que pude saludar a muchos lectores y seguidores en las redes, lo que para mi lo más interesante fue detectar todo el potencial que se esconde tras algunas personas que, al finalizar mi intervención, se acercaron para comentar sus proyectos empresariales.
La mayoría eran jóvenes y con propuestas muy interesantes, pero entre ese grupo destacó una docena de no tan jóvenes que, rondando la cincuentena y tras haber sufrido el varapalo del despido o del fracaso empresarial reciente, explicaban sus nuevas intenciones por arrancar una empresa con tanta ilusión y energía como si fuera la primera vez. Eso me hizo pensar que, a pesar de todo y de todos, hay algo que es independiente a lo social y no es más que el valor que cada uno imponemos a nuestros propios retos.
En ese evento hablé de un tema que pasó desapercibido y que no generó revuelo ante mi sorpresa. El hecho de que el “fondo de garantía” de los depósitos en España no garantiza nada realmente me parece algo sabido, pero lo que parece que no se conoce mucho es que eso no es por la cantidad asignada al propio fondo, sino por que por regulación legal se puede dejar de pagar cualquiera de las cantidades establecidas. Es más, pueden esperar todo el tiempo que determinen. La norma lo explica claro. Si el banco en “quiebra” presenta un informe y un plan de viabilidad para subsanar su “suspensión de retiro de depósitos” y el banco central lo asume como válido, nadie percibirá los famosos 100.000 euros de la garantía individual mientras así sea establecido. Dice concretamente que “el Banco de España determine que, en su opinión y por razones directamente derivadas de la situación financiera de la entidad de que se trate, ésta se encuentra en la imposibilidad de restituirlos y no parece tener perspectivas de poder hacerlo en un futuro inmediato”. ¿Saben que nombre tiene eso si se produce?
En otro ámbito de cosas os comento que hoy mismo en Barcelona tendré la curiosa experiencia de dar una conferencia ante únicamente mujeres emprendedoras y estudiantes de diversas escuelas de negocio y universidades catalanas. Voy a hablarles de soñar y emprender, pero en hacerlo de manera consecuente y con elementos que puedan garantizar el menor número de errores. Les voy a hablar de que los que “hemos puesto en marcha nuestros sueños, sin saber si era posible tan siquiera, sabemos que es eso de pasar noches en vela, redactando, corrigiendo, trabajando en la soledad de las noches y los días que se amontonan unos encima de las otras. Vivir es ese domingo por la tarde, exhausto pero ilusionado, viendo desde la ventana del despacho como las familias pasean, las parejas hacen cola para el cine y el mundo no se detiene en su curso sinuoso de fin de semana. Obsesiones y retos, momentos duros que a veces no producen más que disgustos pero que cuando se reproducen con todo su brillo y belleza son la entrada perfecta a un club diferente, el “club de los soñadores”. En el caso de hoy, será de “soñadoras”. Ya os contaré que tal, deseadme suerte.
Mejor que Botswana
Se comenta que el lunes Zapatero convocará elecciones para finales de septiembre atendiendo al desastre monumental que se avecina en términos de deuda y riesgo país que podría llevarnos a zona de no retorno. La verdad es que importa muy poco o nada que esa convocatoria sea en una fecha o en otra, el desastre permanecerá independientemente de quien gane las elecciones. Es más, si me apuran, el sustituto a este hombre que se le acusa de no haber hecho nada para gestionar la transición de un modelo económico ineficiente, es otro que fue el vicepresidente del gobierno que lo instauró. Que el Cosmos nos coja confesados.
Ser idiota es un privilegio, una bendición que, si eres capaz de no derramarla, te ayuda a afrontar cualquier reto por difícil que parezca. Por ejemplo, en política puedes pasarte una legislatura entera sentado en una esquina del pleno y no abrir la boca a cambio de una aportación económica que pagamos todo y que curiosamente se llama, hay que ser cínico, “indemnización”. También puedes estar dispuesto a soportar el ridículo sin miedo, porque eres idiota.
El problema de ser idiota es que te des cuenta un día que lo eres. Algo así como cuando quieres montar un negocio en España y te das de bruces contra un funcionario y toda la maquinaria penosa que le viste. En ese país incomparable llamado España se precisan 13 trámites administrativos para poner en marcha una empresa frente a los 9 de media que se necesitan en el resto del mundo moderno. Es, aparte de una mal trato al emprendedor nacional, un tabique interpuesto para que empresas pequeñas extranjeras se instalen por aquí. Ese capital nuevo más comprometido, que introduce nuevas tecnologías, estilos nuevos de gerencia y que al final crea empleo, lo que quiere es la menor fricción posible y aquí nuestra administración es de papel de lija.
En España la historia sigue su adormecido curso. Lo importante es mostrar que la cosa se pone fea, pero alguien lo solucionará. “No se molesten, ya nos encargamos nosotros” parece que nos digan. Pero no se engañen, no se ocupan. Hablar así permite mantener a todo el mundo callado. Es un cachivache muy efectivo para amansar a las fieras. Fue descubierto por los que asistieron a las meriendas aquéllas del G-20. Primero trasladaron que nos encontrábamos ante la peor de las crisis conocidas, que había sido algo imprevisto y que por lo tanto se ponían urgentemente a buscar soluciones. Inventaron la deuda infinita y santas pascuas. El efecto fue demoledor. Medio planeta creía que estábamos saliendo del agujero y resulta que seguimos como al principio de este tinglado o peor. Pero, queridos, en España ese truco funciona muy bien acobardar las ovejas primero y dejarlas pastar después. En España este efecto es superlativo. Somos un atajo de rumiantes.
¿Cómo se anestesia una sociedad que cada vez está más jodida? La respuesta es fácil. Primero te muestro lo funesto del asunto y luego te decoro la solución. El autor será un Estado que busca someter cada vez más la capacidad crítica de sus habitantes con mecanismos técnicos absolutamente ridículos en muchos casos. Los españoles somos usuarios de España, no ciudadanos, lo demuestra que la información se digiere al gusto del que la sirve para que todo ello no suscite más sobresalto del exactamente necesario entre la gente de bien.
¿Cómo se prepara a una sociedad para lo peor? ¿Cómo se la duerme? ¿Cuál es el modelo de intoxicación? ¿Cómo la preparan? No es muy complejo. Lo imprescindible es la paz social y la anestesia colectiva bien administrada. Se procura que la sociedad viva cómoda y eso la hace delicada. Esa comodidad la debilita irremediablemente y cuando pasa lo que pasa, cuando entramos en cifras de parados inverosímiles, o cuando la evidente ineptitud de nuestros dirigentes es de tal calado que insulta, nadie dice nada, o casi nadie. Vivimos en una sociedad que no sólo ha perdido el dinero, que aunque grave no es definitivo, vivimos en un escenario de derrotados que han perdido la dignidad y la libertad, nos arrastramos por el territorio de los desinformados. ¡Que gusto da no saber!
La Administración en España es un inconveniente para el progreso. Da igual el color. Unos fomentando un modelo de crecimiento que se basaba en la compra masiva de viviendas por parte de gente que no las necesitaba para simular ser ricos sin hacer más que quedar en un café de barrio para negociar el precio con un agente inmobiliario formado a distancia. Otros no supieron desinflar el asunto y les reventó en la cara. Lo peor es que lo negaron como los otros negaban su majestuosa montaña de mierda construida adecuadamente durante años. Un desastre en general. Nos toca a los emprendedores poner en marcha el motor oxidado de este país.
Os dejo con un grafico que clasifica las 183 economías del mundo respecto a su facilidad para hacer negocios. Un alto rango en la facilidad de hacer negocios significa que el entorno normativo es más propicio para la puesta en marcha y de una empresa. Este índice promedio de puntuación porcentual del país el 9 de temas, compuesto por una variedad de indicadores, dando igual peso a cada tema. La clasificación de todas las economías están referidas a junio de 2010. España es la 49. Hemos logrado que Botswana no nos adelante.
Rescate Ibérico
De todo lo que se escribió, escribe y escribirá acerca del inminente rescate de Portugal me quedo con aquellos que reconocen que en las redes sociales y en blogs ya se dio por descontado este hecho hace meses. Desde el rescate de Grecia en mayo y, mucho más aún, con el de Irlanda en diciembre, el gobierno luso se encontró en el punto de mira de los mercados. Sin embargo desde el primer momento se sabía que el verdadero problema para el euro y la estabilidad económica del sistema es lo que viene después de Portugal: España, la cuarta economía de la eurozona.
Entre los medios que ya analizaron esto de manera valiente y objetiva caben algunos medios de los denominados tradicionales. En este destaca la BBC que, concretamente, detallaba ayer que “nada de lo que se acordó en las últimas semanas a nivel de la Unión Europea va a ayudar a Portugal“
En ese sentido hoy se puede leer a Gilles Moec, economista del Deutsche Bank, examinar algunos detalles en una entrevista que publica el gigante público británico. En concreto afirma que “como España representa el 9% de la Unión Europea, más que Portugal (1,4%), Irlanda (1,4%) y Grecia (2%) juntos, estamos ante el reto más importante a nivel europeo desde los años cuarenta del siglo pasado”. Asegura que el asunto ya no es saber si España será rescatada o no, eso lo da por asumido, de un modo técnico o evidente, pero que nuestro país entrará en el humillante club de los rescatados está descontado por la banca alemana.
La deuda española en relación al PIB no es demasiado grande (53,2%), pero su déficit fiscal sí: el gobierno aspira a recortarlo a un 9,24 % este año, pero parece que no convence tanto como se quiere hacer pensar. En las últimas semanas España ha conseguido despegarse de Portugal en la siempre cambiante percepción de los mercados, pero un rescate del gobierno luso podría cambiar esto. La preocupación se intensifica por la posible repercusión que esta deuda soberana puede tener en importantes bancos europeos.
Recomiendo leer este informe, en especial la página 19 del mismo para entender porque se habla de “contagio”. Este es un asunto a tener en cuenta por supuesto. Descartar que Zapatero puede verse abocado a una dimisión a medio plazo motivado por un creciente descrédito de la economía española que provoque un aumento del interés de la deuda soberana por encima del 7% de rentabilidad, es tan arriesgado como decir lo contrario. Es decir, en estos momentos las barbas de Sócrates ya se han mojado por algo que España tiene a media vista. ¿Quién se atreve a decir que teniendo la rentabilidad de nuestro bono a 5% largo y el diferencial en 192 puntos y subiendo esa situación es inimaginable?
Según el Banco Internacional de Pagos, las entidades alemanas han prestado unos 30.000 millones de euros a España y unos 95.000 millones a sus bancos, lo que hace que Europa no se pueda permitir lujos con nuestro país. No obstante, lo complicado radica en la factura pendiente que tiene nuestro país con respecto al país ibérico vecino: España depende de Portugal a un nivel determinante puesto que es la economía más expuesta en términos objetivos.
Si España no afronta el asunto con seriedad y continua con sus juegos cada vez más peligrosos podemos abocarnos al camino del no retorno hacia una intervención costosísima para los ciudadanos. Mientras los políticos siguen con su patética agenda electoral y su siniestra visualización de una realidad aparente, esto sigue su curso hacia el precipicio. España tiene expuestos casi el 9% de su PIB en el país vecino, algo más de 100.000 millones de dólares se encuentran en paradero pantanoso.
Dice el equipo económico de la BBC que el peligro de una crisis sistémica está ante nuestras narices de un modo mucho más evidente que hace unos meses aunque ahora parece que nadie la da la importancia de hace medio año. Dicen que “mucho dependerá de lo que acuerde este jueves el Consejo Europeo para resolver, como se ha propuesto, con un acuerdo bien amplio, el financiamiento del déficit fiscal de la eurozona”. Lo que no se cuenta todavía es que ese fondo supone la decapitación del estado del bienestar tal y como lo conocemos en algunos países que han vivido por encima de sus posibilidades.
Invito a los que todavía se sientan con fuerzas para afrontar este escenario cada vez más estrecho, a que levanten la vista y oteen más allá de las fronteras españolas y europeas. Hoy escribo desde los Estados Unidos y lo hago mientras estoy atendiendo las peticiones de un grupo empresarial que se ve incapaz de afrontar los impuestos crecientes destinados con partidas institucionales disfrazadas para pagar la mala gestión del sistema financiero hispano y su administración pública. Este lugar, ni el resto de países donde estoy asesorando internacionalizarse, son El Dorado, pero empiezan a ser la oportunidad final para muchos, no para todos. Doy por sabido que el territorio económico de los próximos años será el de un nuevo modelo repleto de oportunidades pero también colapsado por los elementos ajenos y por las dificultades. Afrontar los negocios con miras más amplias puede ser uno de los elementos para salvaguardar el esfuerzo de años que se puede ver esfumado en pocos meses.
No quiero decir que en Europa no se pueda hacer nada, por supuesto que la economía marcará valores de crecimiento en un tiempo y eso ayudará a afrontar retos determinantes, pero lo que está claro que un territorio tan estrecho por culpa de una administración insolvente y una falta de financiación pueda ser el idóneo para los emprendedores más estimulados. Las oportunidades seguirán, más que nunca tal vez, pero donde antes podían afrontar ese reto diez, ahora sólo lo pueden hacer dos. Los otros ocho deben asumir que todo no termina en la península si quieren seguir creciendo.
Ahora es el momento de reinventarse con nuevos modelos de negocio, más internacionales, mucho más eficientes y, sobretodo, con acción de vanguardia vinculada a la capacitación digital.
True or False: “esto es falso”
Las opciones que tenía la Unión Europea con respecto al “problemilla“ irlandés eran varias: un rescate focalizado en un préstamo de más de 100K millones de euros directamente al Estado con intereses inferiores al mercado, un crédito al gobierno para que gestione créditos a la banca nacionalizada teóricamente, ofrecer una aval o garantía a Irlanda en los mercados y esperar que fuera cierto que podían salir del agujero solitos, transferir directamente desde la UE y el FMI los fondos a los bancos tocados y convertirse en acreedores de los mismos y, finalmente, hablar de “opción” de rescate sin producirse tal acción al estilo de lo que pasó en mayo en España. Obviamente ha ganado la primera.
¿Por que se ha elegido la primera? Básicamente para cortar la hemorragia. Si no se dispone el dique que retenga el problema en Irlanda, la transmisión del virus no será un contagio, será una masacre. Y lo será por desgracia. Cada vez estoy más satisfecho de haber focalizado hace unos años, y de modo progresivo, todas mis actividades fuera de España. También veo como cada vez son más los que me piden que les asesore en como salir de España y Europa e invertir en algunos mercados que yo conozca.
La verdad es que en Europa pintan bastos, aunque a medida que se vayan desmoronando las piezas de este castillo de naipes, la evidencia de que hay dos Europas se verá con toda su diáfana crueldad. Dos velocidades que mostrará como en 2011 unos decidirán dar por muerto el modelo actual y salvar sus muebles y otros que verán como su crecimiento se estanca definitivamente. Los rescates se van a ir sucediendo, eso ya nadie lo descarta, lo que está por ver son los tiempos en los que se van a ir sucediendo. Hace unos meses dije que final de año iba a ser un infierno para algunos países europeos y por desgracia no me equivocaba.
¿Qué ha pasado para que “de repente“ todo se haya venido abajo? Pues en realidad se está imponiendo la lógica. La mentira tiene las patas muy cortas. Por mucho que se esfuercen con trabalenguas y adivinanzas, la realidad es que se han falseado los efectos, motivos y consecuencias de tanto estímulo, tanto rescate y tanto test de estrés. España se las dio de “campeón“ otra vez con el asunto de los controles de fiabilidad de la banca. Pues si nos fijamos en su exactitud y dureza vamos apañados. Piensen que la banca irlandesa los pasó sin problemas y ahora son los que están llevando al borde del abismo a todo el estado y su sistema.
Ahora el ataque a la deuda soberana lo va a recibir España. Pero a diferencia de lo que se vende, no tiene nada que ver con una estrategia malvada de un hedge fund. Es generalizado, sólo los ilusos y los que no entienden de mercados pueden creerse la versión de que el riesgo país de España está en máximos históricos por un efecto organizado de inversores sin sentimientos o por parte de una transmisión contagiosa del pánico. Es algo más serio que tiene que ver con la evidencia que esto no marcha y que, por mucho que se esfuercen en decir que el déficit se está reduciendo, cuando se produzca el comparativo interanual nos vamos a asustar otra vez.
Pero la realidad a veces no se muestra de cara. El verdadero problema sigue siendo nuestra banca. Ya se sabe que el FROB no ha servido de nada. La mayoría de las entidades que lo utilizaron vuelven a precisar de sus “servicios“. Si la gran defensa del sector y del Banco de España es que el nuestro es un sistema financiero sólido porque aprobó globalmente los test de estrés realizados en julio, ésta puede ser ya muy poco sostenible. Resulta que la banca irlandesa también aprobó las mismas pruebas, y aun así se ha hundido. De hecho, la quiebra o colapso del sistema de banca irlandesa es lo que ha forzado que Europa intervenga con un rescate al Estado.
Algo que ya sabíamos, que los tests eran un paripé, puede ser ahora trascendental. La única herramienta que tenía España en los mercados era la “fiabilidad” de nuestro sistema financiero. Si este pierde credibilidad, lo pierde todo el modelo. Si, a medida que el asunto se recrudezca, y se muestre cada vez de un modo más claro que la banca no tiene herramientas para garantizar la liquidez via interbancario, o el gobierno no disponga de mecanismos para transferir ese líquido via Banco de España emitiendo más deuda que ya no puede imprimir, la parada técnica del sistema financiero español sería una posibilidad cada vez más probable. Si eso fuera factible, España sería intervenida de inmediato y sin miramientos. A partir de ese momento la batalla sería propagandística.
Unos dirían que estuvimos al borde del “corralito”, otros que España ya no está gobernada por Madrid sino por Bruselas, otros que ellos lo harían mejor y unos más que tampoco es para tanto. Lo único que veremos, si se produce un rescate del Estado via sector financiero, sería un recorte general de servicios, un aumento indiscriminado de impuestos y una parálisis general del modelo económico.
¿Por qué España puede vivir una quiebra via sector financiero? En principio por el maldito FROB. Cuando el gobierno decidió meter un 10% del PIB en un fondo para “reorganizar” cuando en realidad era “rescatar” todo el sistema y forzó el adelgazamiento via fusiones de las cajas, creyó que los inversores se tragarían el anzuelo. Parece ser que no. A medida que caen los primeros países con un sector financiero tocado por lo inmobiliario o por la financiación de deuda, los ojos se van dirigiendo al causante mayor de la creación del macroaval europeo de mayo: España.
El gasto infecto que asumió el gobierno via FROB se nos dijo que no afectaba a la contabilidad global pues era un dinero que la banca devolvería en fases diversas, y que lo haría al 8%. Esto es de locos, ya lo dijimos, pero lo repito: un Estado que permite que sus autonomías se financien al 7,75%, un gobierno que emite deuda para financiar a la banca con un fondo a un interés más cercano al crédito al consumo que al tipo de financiación interbancario, y una más que dudosa posibilidad de cobrarlo todo en los años sucesivos a medida que la banca no pueda tapar por más tiempo el boquete inmobiliario y a medida que las autonomías dejen de ingresar para poder cubrir los vencimientos.
El resultado es que el Estado y su sistema bancario estatal no podrá hacerse cargo de los pagos sucesivos de sus vencimientos tarde o temprano por culpa de que sus deudores (banca frobiana y autonomias derrochadoras) y motivado por una menor cuantía de ingresos (caída de impuestos de sociedades y por IVA a final de año). No es que yo lo crea, parece ser que también lo creen cada vez más inversores y por ello no para de subir la prima de riesgo estado de España.
Por cierto, ni que decir cabe que varias entidades españolas suspendieron los blandos tests de estrés (CatalunyaCaixa, Unnim, Caja Duero-España, Banca Cívica y CajaSur).Prácticamente todas las cajas que han recibido dinero del FROB habrían suspendido sin él.
Después de la crisis de la deuda soberana de mayo, los tests incluyeron la posibilidad de un nuevo derrumbe de los bonos. En ambos casos, el haircut(o recorte de valoración) de las carteras de bonos en el balance de los bancos, en el peor escenario posible, era muy parecido: del 12,8% en 2011 para el bono irlandés y del 12% para el español. En el primer caso, se ha cumplido. Es decir, aunque se trate de un escenario altamente improbable, como no se cansan de repetir nuestros banqueros y el gobernador MAFO, puede cumplirse igual que ha ocurrido en Irlanda.
Hace unos días conversé con Nouriel Roubini via twitter sobre el hecho que esto fuera una especie de “dominó” que acabaría por tirar todas las fichas que están en la hilera. Me aseguró que España es, como sabemos, el hueso duro de la cuestión. Europa puede si quiere intentar aportar financiación oficial a Irlanda, Portugal y Grecia durante tres años y mantenerles fuera del mercado, pero eso no es posible con España. Al hilo de lo que ya ha dicho en algún foro, aseguraba que España es demasiado grande para caer, pero también enorme para ser rescatada.
Cierto que España no es igual que Grecia. La situación de Irlanda dista mucho de la española.
La verdad es que eso de que uno no es el otro y el otro no es uno empieza a ser ya un discurso que no se sujeta por la lógica y evidencia los errores a medio plazo. En Europa todos se parecen más de lo que creen entre sí. Sólo se diferencian notablemente en un continente a dos velocidades, los del núcleo duro liderado por Alemania y el sector periférico liderado por España.
En Febrero Elena Salgado dijo que “España no es Grecia“, The Economist dijo el 22 de abril que “Portugal no es Grecia”, el ministro de finanzas irlandés, Brian Leninhan dijo que “Irlanda no está en territorio griego”, el 8 de noviembre George Papaconstantinou aseguró que “Grecia no es Irlanda“, el 16 de noviembre Salgado vuelve a decir que “España no es ni Grecia ni Portugal“ y, finalemente, el secretario de la OCDE dijo anteayer que “ni España ni Portugal son Irlanda.”
Yo creo que Europa no es Europa, es Illinois. ¿Verdadero o falso?
El rescate virtual
Hace mucho que advertimos que el castillo de naipes se vendrá abajo tarde o temprano. La evidencia que tras Grecia, curiosamente la “i” de los PIGS no era Italia sino Irlanda, ha puesto en jaque todo el modelo de “rescate” previsto. Ahora la cosa ya no es una broma. La presión sobre la deuda soberana irlandesa ha llegado al límite permisible y la Unión Europea se lanza, desesperadamente, a la salvaguarda del líquido elemento, el Euro.
Ayer, durante una entrevista, me preguntaron si España será rescatada como los helenos o los irlandeses. Mi respuesta fue que ya lo fue, que en mayo nuestro país asumió ese modelo de gestión drogodependiente de un aval europeo que mantenga, de momento, el suelo cada vez más embarrado de nuestra economía.
Pero ya no da tiempo para más. El curso de lo inevitable se cierne sobre nuestra sociedad. Menos servicios, más impuestos, parada técnica y huida masiva de capital. Cada vez que Salgado dice que “no somos como Irlanda” me dan escalofríos. Por supuesto que no lo somos, aquí el sistema financiero no ha evidenciado una situación como la de Dublín. La verdad es más siniestra y cínica. Nuestra banca ha mentido y ha simulado una situación financiera de solvencia cuando estaban en una situación de quiebra técnica. Las fusiones fueron una falacia de dimensiones bíblicas y el rescate bancario en España fue de juzgado de guardia. Es cuestión de meses que se reproduzcan.
los problemas, que el sector muestre su escasez de recursos reales por culpa de la exposición inmobiliaria que ya no se podrá ocultar más tiempo y por que Europa ya no permitirá que el Estado mantenga de modo artificial el sistema financiero. Se cometió el error de no dejar caer a quien debía caer y en un futuro no muy lejano sabremos que significa.
No me malinterpreten. No es el fin del mundo, hablamos de estrechez mayúscula y palidez económica de manera crónica. Paro y estanflación traerá un escenario complejo que alejará aun más si es posible a aquellos que quieran apostar por un proyecto emprendedor desde fuera o desde dentro. Pero, ¿qué está pasando en Irlanda? ¿por qué es tan importante observar la evolución de este tema?
Los ministros de finanzas de la eurozona, conformada por 16 países, están decidiendo si mienten y dicen que Irlanda puede asumir por si sola el rescate de su sistema bancario o decir la verdad y exponer públicamente a escarnio al poder político y económico de aquel país. El asunto se complica cuando estos mandatarios europeos deben decir con que “elemento” piensan “rescatar” a Irlanda. Resulta que el uso del Fondo de Rescate de 750K millones de euros colocaría entre las cuerdas el propio mecanismo de rescate. Esa cantidad se estimó, sin decirlo, para rescatar a España. Se situó como aval en mayo al evidenciarse que nuestra deuda no la quería ni el Tato y que además el flujo líquido en el sistema español se paralizaría dramáticamente el lunes siguiente a ese momento crucial. Si se usan 100K millones que parece que es lo que precisa Irlanda, se deja muy tocado el fondo, asumiendo que Portugal (que ya habla de abandonar el Euro si le tocan las narices mucho) va por el mismo camino y ya nadie duda que España puede estar en el paquete. Las dudas europeas son en base a esta ecuación.
“stop Options”
Ayer estuve en Bruselas y hoy en París. Las cosas por aquí se ven de un modo más aséptico. Miras hacia el sur y descubres a España, la identificas tal y como la ven desde la Comisión Europea o desde la Place de la Concorde. En principio nada nuevo, lo de siempre, “los españoles han abusado del crédito y lo van a pagar”. Está claro que los belgas poco tienen que enseñarnos, bastante tienen con lo suyo, pero en Francia es distinto, tan diferente que, incluso hablando de otras latitudes en pleno barrizal, las informaciones llegan de otro modo. Lo de Atenas, que en España se muestra en los informativos como algo anecdótico que no nos tiene que preocupar si no pensamos ir de vacaciones a Olympia, son especialmente sensibles.
¿Que se cuenta por aquí? Nadie descarta en los foros en los que me muevo que Grecia vaya a ser rescatada. Se asegura que el retraso se debe a una estrategia alemana para devaluar su propia deuda con un aumento de rentabilidad. Cuanto más se tarde en asegurar el rescate mayor rentabilidad tienen los bonos públicos griegos, esos que tiene Alemania, y con el rescate se asegura su cobro. Es una operación redonda: pongo la pasta que me debes al 2% y me la pagas al 5%. Ya veremos. La fecha límite es el 19 de mayo. Otra versión es evitar que el país Heleno se convierta en otro Lehman Brothers a lo público, es decir, que aunque los griegos importen un comino, lo grave es que hay que salvaguardar el sistema y su reputación de infranqueable.
Recordemos que Lehman Brothers Holdings Inc. quebró en septiembre del 2008 acentuando la crisis financiera mundial y engrosó los déficits fiscales de medio planeta. La situación es muy distinta pero veamos como, a medida que el rescate se retrasa, los CDS de Grecia se disparan al borde del valor que toman los estados cuando rozan el default. Argentina en el 800 se precipitó al vacío y Grecia ya supera los 700. Cuando uno establece una matriz de reestructuración para soberanos en problemas, corre el enorme riesgo de una situación semejante a la de Lehman al evaporarse la confianza en otro soberanos en problemas
Pensemos que si fuera tan solo un Estado soberano por su cuenta que estuviera en este tipo de aprietos, el impago sería una opción segura, pero como Grecia es parte de la zona del euro, y las repercusiones son preocupantes para otros países dentro de la eurozona, el aspecto político de esto es de gran importancia. Al final lo solucionarán, pero el coste social, por culpa de una deuda encubierta que no se evidenciará jamás, va a ser enorme.
Sin embargo, Grecia no es la clave en si misma, el rescate no evita, de momento, el contagio, puesto que el rescate no es una cura, sólo un paliativo. El virus recorre las cuentas públicas del sistema y sólo se liberan de ese lastre Alemania por los pelos y Francia con nota. Es seguro que Grecia no sea el último país de la eurozona en necesitar un rescate del Fondo Monetario Internacional; Irlanda, España y Portugal son candidatos a tan humillante regalo. En un par de años el déficit de algunos de ellos estará en posiciones irreconciliables con un modelo económico poco eficiente. Para eliminar el riesgo los recortes de presupuesto deberían de ser tan altos que son muy improbables que desde la gestión política miope e interesada se ejecuten.
La rentabilidad de los bonos portugueses, españoles e irlandeses han subido tanto porque los inversores cuestionaron su capacidad para reducir los déficits de presupuesto y evitar el destino de Grecia. Hoy, en el TGV que va de Bruselas a Paris, me comentaba un agente del Credit Lyonais que las posiciones que se descartan a final de sesión ya empiezan a tener un nombre incluso, son las “stop options” españolas. De reír si no fuera porque es para llorar.
La "directiva" de no hablar demasiado sobre la posible contaminación de otros estados de la eurozona es una clara evidencia de que hay miedo a ese contagio. La posibilidad de que otros en la eurozona acaben necesitando ayuda del FMI es alta. Un rescate de España sería mucho mayor que el de Grecia porque su economía es cuatro veces más grande. Aunque la deuda de España como porcentaje del PIB es del 53,2 por ciento en comparación con el 115,1 por ciento de Grecia, asciende a más de 560.000 millones de euros, más de dos veces la de Grecia. Irlanda tiene una deuda de 105.000 millones de euros, o el 64 por ciento del PIB, mientras que la de Portugal es de 126.000 millones de euros, equivalente al 76,8 por ciento del PIB.
Adjunto gráficas me facilita puntualmente uno de mis colaboradores que muestran lo importante del análisis: “la evolución”. Ahora, más que nunca, lo determinante es ver como se van sucediendo los efectos econométricos para saber si es un repunte subjetivo o una caída objetiva. A los que se dedican a dirigir equipos de inversión en CDS y diferenciales, ¡suerte y tila!
Graficos Y Deudas
Hace días que pienso la imponente gestión de la deuda española puede ser que no tenga unas repercusiones excesivamente relevantes en nuestro entorno inmediato. Pienso que la estrategia final pudiera ser la derivación de la misma a otros mercados a partir de vehículos inversores heterogéneos. Fabricar paquetes y fondos compuestos con los avales y garantias de la deuda pública y privada asumida por la banca española bien pudiera ser el mecanismo si, luego, éstos se reparten por medio mundo a fin de recuperar los decréditos. Como muestra de quien está acumulando esa deuda os pongo dos gráficos. El primero tiene que ver con la deuda agregada española, donde se puede ver quien se está convirtiendo en su soporte. El BBVA y el Banco de Santander suponen el doble de la deuda adquirida por la suma de los veinte siguientes compradores.
El segundo gráfico habla de uno de los acontecimientos más curiosos a los que la banca española asiste desde hace unos días: la toma de posiciones destacadas de un banco español en la deuda agregada griega. El BBVA es el cuarto inversor mundial en bonos helenos. No lo juzgo, sólo lo destaco.
Porca miseria!
Ayer estuve en Italia. Durante el trayecto en taxi que va desde Via Lombardia al Aeropuerto Internacional de Fiumicino dos cosas me sorprendieron en gran medida. Por un lado que no hubiera atascos ni grandes concentraciones de coches camino del propio aeropuerto y por otro que bien entrada la noche, la iluminación de toda el trayecto estuviera apagada. Le pregunté al taxista sobre los dos elementos y me contestó lo que me temía. Para lo primero que la actividad empresarial o la turística está cayendo desde hace dos o tres años en toda Italia y por eso parece que a media tarde los accesos a Fiumicino se desvanecen. La segunda cuestión era simple: el gobierno italiano no tiene para pagar la luz. Como lo oyen. Italia ya acumula dos trimestres seguidos de caída del PBI, ya que en el segundo cayó un 0,4% en relación al mismo período de 2007 y cumplió los requisitos que definen técnicamente la recesión de la economía. Se suma a otros países desarrollados que entraron en recesión como consecuencia de la crisis financiera mundial, como Alemania, Gran Bretaña y Japón. Sin embargo, observar la falta de servicios y el estado de quiebra técnica del país es como viajar al futuro de España. Allí se rompió la exportación, la industria del norte y el turismo empieza a desfallecer, aquí lo inmobiliario, la falta de recambio industrial y un turismo que también dejará de ser invencible. Si nadie lo remedia ese es nuestro destino, farolas apagadas, trileros en cada esquina y millones de parados discutiendo en los bares de futbol y mujeres. Porca miseria!
Ayer estuve en Italia. Durante el trayecto en taxi que va desde Via Lombardia al Aeropuerto Internacional de Fiumicino dos cosas me sorprendieron en gran medida. Por un lado que no hubiera atascos ni grandes concentraciones de coches camino del propio aeropuerto y por otro que bien entrada la noche, la iluminación de toda el trayecto estuviera apagada. Le pregunté al taxista sobre los dos elementos y me contestó lo que me temía. Para lo primero que la actividad empresarial o la turística está cayendo desde hace dos o tres años en toda Italia y por eso parece que a media tarde los accesos a Fiumicino se desvanecen.
La segunda cuestión era simple: el gobierno italiano no tiene para pagar la luz. Como lo oyen. Italia ya acumula dos trimestres seguidos de caída del PBI, ya que en el segundo cayó un 0,4% en relación al mismo período de 2007 y cumplió los requisitos que definen técnicamente la recesión de la economía. Se suma a otros países desarrollados que entraron en recesión como consecuencia de la crisis financiera mundial, como Alemania, Gran Bretaña y Japón. Sin embargo, observar la falta de servicios y el estado de quiebra técnica del país es como viajar al futuro de España. Allí se rompió la exportación, la industria del norte y el turismo empieza a desfallecer, aquí lo inmobiliario, la falta de recambio industrial y un turismo que también dejará de ser invencible. Si nadie lo remedia ese es nuestro destino, farolas apagadas, trileros en cada esquina y millones de parados discutiendo en los bares de futbol y mujeres. Porca miseria!
Fracaso histórico
A razón del artículo de ayer, “España es budista”, recibí comentarios y algún correo electrónico muy interesantes. Entre ellos destaca uno de un viejo amigo que trabaja en un Think Tank muy conocida. Juan, que así quiere llamarse y con quien coincidí en el consejo de administración de una empresa de ámbito nacional hace años, me insta a analizar la sombra económica que se cierne sobre nosotros y me reta a que busque en el origen de todo algún otro motivo más allá del meramente financiero o de corruptelas. Lo intentaré.
Este país está huérfano de política industrial. Su falta debe achacarse a una tradición nacional que tiene sus orígenes en los Pactos de la Moncloa, donde, durante el primer gobierno de UCD se obvió intencionadamente una respuesta política en materia industrial que pudiera actualizar y modernizar el sector, y que respondían exclusivamente a una voluntad de hacer políticas encaminadas a poner freno a una inflación que desequilibraba el sistema financiero español. Años después la reconversión industrial, imprescindible para sacar de la crisis a todo el sector, no supuso más que una simple reestructuración en lugar de un cambio sustancial y un ajuste a planes industriales que pudieran dejar de ser obsoletos. No se fomentó la investigación ni la innovación suficientemente. Los planes alternativos de modernización fueron anécdotas en el territorio de los despropósitos. Los sindicatos tampoco ayudaban porque su preocupación era la de mantener, a cualquier precio, la dignidad imprescindible de los trabajadores. Entre unos y otros nuestra política industrial navegaba a la deriva y no ha dejado de hacerlo desde entonces.
Con el barniz europeo que nuestra industria obtuvo al entrar en la CEE, el modelo competitivo se benefició de nuestros bajos costos y las ventas aumentaron significativamente. Esa bonanza extraordinaria que certificaban muchas industrias españolas no tuvo ningún incentivo gubernamental para reinvertir sus beneficios en innovación, especialmente tecnológica. Durante los años de gobierno socialista la política industrial fue nula. El gobierno popular posterior no mejoró la situación. La empeoró. Primero convirtió un ministerio en un departamento que años después desapareció para transformarse en un reluciente Ministerio de Ciencia y Tecnología. Su objetivo era dirigir las políticas tecnológicas, científicas y de eficiencia en sus puntos de interrelación con el mundo industrial. A los catalanes Birulés y Piqué la aureola que les rodeaba de grandes economistas animaba a pensar que venían buenos tiempos. Fracasaron estrepitosamente. La primera se volvió a sus labores y el segundo vive el vértigo contradictorio de ser, aparentemente, catalanista y, a la vez, líder popular en Catalunya.
Los sectores industriales exigieron a Zapatero, cuando llegó al poder, la creación del Ministerio de Industria. En el programa del Psoe figuraba esa posibilidad. Se materializó de la mano del actual Presidente de la Generalitat, Jose Montilla. Este, falto de experiencia en ámbitos de la alta política y de la gestión industrial globalizada e internacional, se encontró con quistes del pasado, problemas sin resolver en materia energética, en temas de telecomunicaciones y para aspectos de la Sociedad del Conocimiento detenidos en el tiempo. No supo solucionar ninguno de ellos. No fue capaz. Su sustituto ha sido un anestesista llamado Clos y que fue alcalde de Barcelona. En el corto espacio de tiempo que lleva presidiendo dicho Ministerio aun no ha pasado nada remarcable.
Lo peor es que el sector industrial necesita un empuje firme que lo interrelaciones con el resto de sectores de vanguardia y que generalice la voluntad de superar un vacío financiero inminente a causa de la ralentización o aterrizaje forzoso del sector de la construcción y del inmobiliario. La inversión en Industria aun no es rentable y eso no permite que los directores financieros determinen que sus empresas trasvasen sus fondos a estos sectores. La dinámica de las energéticas no responde más que a intereses futuros de control y poder. Los mercados globales en los que nuestra industria debe competir precisan de políticas decididas y de orientación e impulso concreto por parte de los gestores públicos. Miedo me da.
¿Y la Euroregión?
Hoy se reúnen Chirac y Zapatero en Girona. Supongo que los temas a tratar son muy importantes. Terrorismo, relaciones internacionales, centrales eléctricas y conexions varias. Sin embargo, ¿que hablarán de nuestra euro-región? La Euro-Región Pirineus Mediterrània es una iniciativa conjunta de los Gobiernos de Aragón, Cataluña, Islas Baleares y de los Consejos Regionales de Languedoc-Roussillon i Midi-Pyrénées. A pesar de no ser territorios contiguos nunca se han establecido politicas con perspectivas integradas. Creer en Europa comporta confiar en las euro-regiones. La nuestra es ésta, en las cosas buenas y en las malas y, de hecho, es imprescindible que los gobiernos centrales francés y español estimen como prioridad que los dos tienen que derribar las barreras culturales y sociales que impiden su desarrollo.
Las dificultades son presupuestarías fundamentalmente. Las infraestructuras que tienen que acercar los dos estados pasan por la voluntad de aceptar, por parte de Francia, la competencia industrial, turística y socioeconómica de Cataluña y, por la parte de Madrid, una más que probable fuga de valores estructurales catalanes hacia Europa con mucha más facilidad que a día de hoy. Ni al gobierno conservador francés le hace mucha gracia acercar a los catalanes, ni al progresista español alejarlos.
Pero el peso de lo fundamental comporta que los planeamientos estatales de desarrollo articulen espacios para eliminar la fractura histórica y pendiente de superación que supone la frontera franco-española. Para Cataluña es fundamental poder establecer una conexión con el núcleo más dinámico y próspero de Europa. La organización en red en el Mediterráneo occidental es primordial para el referente nacional de Cataluña que siempre ha mirado más al norte que al sur. La Euro-Región que Cataluña tiene que liderar pasa por transformar la frontera para que deje de ser una línea de separación y sea un lugar común de comunicación entre vecinos gracias a las infraestructuras que ahora no tenemos.
En el futuro próximo el éxito europeo pasará por las euro-regiones. La nuestra tiene demasiados condicionantes que la hacen poco atractiva para los estados, de escaso interés para algunas de sus integrantes e imprescindible para Cataluña y para el Midi-Pyrénées. Son estas dos las que tienen que hacer presión y fundamentar su objetivo político verdadero el exterior, en arreciar y convertir su euro-región en una realidad política estable. No es de recibo que para ir de Barcelona a Toulousse se tenga que hacer escala si vas en avión, tardes cinco horas en coche o nuevo en tren, cuando está, físicamente hablando, más cerca que Valencia.