Marc Vidal Marc Vidal

¿Deflación, inflación o hiperinflación? Ninguna de las tres; estanflación.

Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas.

Aunque nos pongamos todos a vivir de noche, lo que vamos a pagar de electricidad cada mes no parece que vaya a reducirse. Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas. Veamos cuales son las causas habituales de la inflación y cual es la que nos afecta:

alone-in-the-storm-P6YDAVW.jpg
  1. La inflación por demanda: Aparece cuando aumenta la demanda general y la oferta del sector productivo no es capaz de hacer frente a esa demanda, por lo que suben los precios. 

  2. La inflación por costes: Se produce cuando aumentan los costes de producción, ya sea porque aumentan los precios de las materias primas, de la mano de obra o bien, porque suben los impuestos, lo cual provoca que los productores suban el precio final del producto o servicio para compensar dicha subida.

  3. La inflación autoconstruida: Surge ante expectativas de los productores de que van a subir los precios en el futuro y buscan anticiparse a ellos subiendo los precios primero, provocando que al final se cumplan sus predicciones por haber subido los precios.

  4. Por el aumento de la base monetaria: Cuando aumenta la base monetaria (cantidad de dinero que hay en una economía) provoca que aumente la demanda de productos más rápido que el suministro de los bienes y servicios de la oferta y ello provoca que aumenten los precios. 

Elige cual o cuales nos afectan, pero ¿qué pasa cuando tienes un poco de los 4 tipos? Pues que es muy probable que la tasa actual de inflación se supere durante los próximos meses, algo que podría motivar un cambio en la política de estímulos y obligar a cerrar el grifo de miles de millones de euros cada mes en la deuda pública para contener las primas de riesgo y facilitar la recuperación.

Es interesante analizar qué hizo el BCE en la última ocasión en que se superó el umbral del 2% de inflación. Fue en el año 2018, cuando la economía había cerrado ya por completo su ‘output gap’. Desde mayo hasta octubre de ese año, el IPC se situó en el 2% o levemente por encima, llegando a su nivel más alto, en el 2,3%. Sin embargo no retiró los estímulos. En ese momento, el BCE justificó que la subida del IPC se debía a factores coyunturales y que de ninguna manera significaba la existencia de presiones inflacionistas. Sus previsiones fueron correctas y los precios se moderaron rápidamente, hasta el punto de que en el verano siguiente el IPC cayó por debajo del 1%.

Pero te estarás preguntando ¿Qué ocurre con la inflación? ¿porque hay que contenerla por debajo del 2%? En los próximos meses se van a registrar importantes tensiones de precios en diferentes sectores. Ya están ocurriendo. En Estados Unidos, que lleva casi medio año de ventaja a Europa en la recuperación, anticipa lo que puede ocurrir en el Viejo Continente próximamente. Allí en abril, la inflación alcanzó el 4,2%, lo que supone el dato más alto registrado desde el año 2008, en plena burbuja inmobiliaria. 

Aunque la energía está jugando un papel clave también en EEUU, la subida de precios está siendo generalizada. El coste energético, si sube, se deriva en todos los bienes y servicios que necesitan esa energía para producir. Además se está produciendo un problema de economía básica: hay más demanda que oferta especialmente en materias primas por culpa del colapso derivado de los últimos meses. Hasta el mercado laboral tiene escasez de oferta de mano de obra en las últimas semanas que obliga a incrementar salarios y repercutirlos en lo que se vende. Estas tensiones en EEUU, entre la demanda acelerando y la oferta todavía contenida por lo que hemos vivido están generando importantes tensiones de precios. 

Si se observa el IPC subyacente (el que excluye los dos elementos más volátiles, energía y alimentos frescos), los precios están creciendo un 3% que es algo muy preocupante. Se trata de la cifra más alta registrada desde el año 1996, hace nada menos que 25 años. Estas tensiones de precios deberían ser pasajeras. Sin embargo, también hay un riesgo de que estas presiones de precios se consoliden. Y ese sí sería un riesgo para los bancos centrales y obligaría a replantear la política expansiva actual. 

Para los países más endeudados, este escenario es más que preocupante, ya que dependen de los tipos de interés bajos para mantener el gasto financiero bajo control. Es el caso de España, que con una deuda pública ya en el 120% del PIB, necesita mantener la financiación barata durante varios años. 

Según el último observatorio de la deuda de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) un incremento de un 1% de los costes de financiación de la deuda, tendría un coste acumulado de 15.000 millones de euros en solo cuatro años. Se trata de una cuantía muy significativa, que supera, por ejemplo, a la recaudación prevista con la subida de impuestos que incorporó el Gobierno al Programa de Estabilidad. La cosa es grave…

Esta es la preocupación. Los precios empiezan a dispararse. Esto suele precipitar la intervención de los bancos centrales. La subida de los tipos de interés y con la deuda que tenemos ahora mismo. Nada puede ser más catastrófico que que los bancos centrales empiecen a endurecer situaciones económicas y empiecen a subir los tipos de interés. 

Así que éste ahora mismo es el gran riesgo latente de la economía. Y es que los precios se están disparando de verdad. La Unión Europea registra precios altos. El máximo en dos años, desde octubre de 2018. Pero es que España tiene una inflación ya del 2,7 por ciento. Un país que está absolutamente parado tiene precios absolutamente disparados fundamentalmente por el calentón, el calambrazo eléctrico que estamos viviendo 

Esa subida de precios es el gran temor económico, porque con ella están obligados a actuar los bancos centrales. Si esta subida de precios es de verdad, el Banco Central Europeo va a tener que subir los tipos de interés. Es decir, subirá tu hipoteca si la tienes a tipo variable. Deberás pagar más intereses en el uso de herramientas financieras con tu empresa. 

¿Pero, es posible identificar lo que va a pasar? Esta es la gran cuestión algo en la que los bancos centrales jamás han acertado, porque una y otra han sido incapaces de ver cuando cambiaba el ciclo de la inflación. Ha ocurrido desde los años 60. En 1967, la Reserva Federal proclamaba estabilidad de precios, cinco minutos después empezaban los 14 años de mayor subida de precios vista hasta entonces.

Catorce años de inflación sostenida que ninguno de los bancos centrales vio llegar. Después llegaron los años 70, los años 80 y los precios crecían a niveles del 10 por ciento. ¿Se están enterando ahora o vuelven a desestimar el tsunami de la inflación? Debemos tener en cuenta que venimos de algo inédito. Nunca hemos parado la economía mundial tres meses y luego la hemos arrancado. Ese experimento no tiene precedentes en la historia reciente de la humanidad, desde que tenemos datos como económicos homogéneos

Tenemos indicadores que nos dicen que esto puede ser transitorio y se debería a que, simplemente, el petróleo hace un año estaba a 40 dólares y con el parón de la economía lo pusimos a 20 dólares. Ahora está dando círculos encima de 60. Entonces hay una parte claramente que es transitoria, que tiene que ver con el arranque de la economía, con cuellos de botella en las cadenas de las cadenas de valor y suministro. Pero la gran duda es si, manteniendo el desempleo actual puede producirse inflación sostenida. ¿Es posible una estanflación? ¿Estancamiento de la economía e inflación. 

Eso te lo cuento más abajo. Sigamos con el incremento de precios. Lo lógico es que entremos en una espiral de subida de precios, subida de salarios, subida de precios, subida de salarios y así ir calentando la economía hasta que los bancos centrales digan basta. Pero ahora mismo están subiendo los precios pero los salarios no. Y esta es la gran amenaza silenciosa en la economía, la subida de precios, la inflación sostenida.

Un cambio de ciclo que implicaría actuaciones del Banco Central Europeo, endurecimiento de hipotecas, endurecimiento de créditos empresariales y recorte en los préstamos a los gobiernos. Entonces, hacía donde nos dirigimos. ¿Que escenarios se pueden dar en el futuro próximo?

  • Deflación: la disminución de los precios. Es decir, inflación negativa. Con un rebote de la economía eso es improbable 

  • Inflación moderada: Elevación lenta de los precios dentro de los márgenes que la economía es capaz de digerir.

  • Inflación galopante: Niveles de inflación donde algunos productos pueden llegar a triplicar su precio en apenas un año, provocando una pérdida tremenda de poder adquisitivo.

  • Hiperinflación: Son aumentos de precios que generan graves crisis económicas, ya que el dinero no acaba valiendo prácticamente nada y el precio de los bienes y servicios resulta excesivo. 

Obviamente cuando alguien hable de hiperinflación no puede hablar de Europa. Una cosa son los titulares y otra los aspectos técnicos que lo definen. Lo grave es que luego tenemos un concepto como te decía antes que es muy chungo. Es la estanflación. La estanflación en un país es la combinación de inflación y decrecimiento económico. Este fenómeno mezcla estos dos conceptos, que cuando se producen a la vez son devastadores para la economía.

En otras palabras, la estanflación surge cuando la economía de un país se encuentra en recesión y a la vez se encarece el costo de vida. Procede del discurso frente a la Cámara de los Comunes que diera en 1965 el ministro de finanzas británico, Ian McLeod. El alto funcionario aseguró que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).

Se trata de una coyuntura en la que un país sufre el estancamiento de su economía y un aumento del costo de la canasta básica. Es un escenario muy complicado donde se solapan situaciones de alza de precios, aumento de desempleo y estancamiento económico. Nosotros no lo estamos ni lo estaremos mientras la economía se encuentre en rebote. Los fondos europeos son para evitar esto. El problema es que para evitar la inflación que sí es muy probable que se produzca, se pongan en marcha los sistemas de defensa del BCE y amortiguen el crecimiento. Hay países a los que las subidas de tipos les afecta mucho menos que a España.

Por eso y por si acaso, ¿Cómo puede distinguirse que un país se halla en estanflación? Hasta mediados de los sesenta, estos dos graves inconvenientes macroeconómicos (estancamiento e inflación) se creían incompatibles entre sí. Pero resulta que es posible. las tasas de crecimiento negativo y el alto índice de paro puede venir acompañado de una espiral ascendente de precios. Algo que empobrece principalmente a los estratos medios y bajos de la sociedad y dificulta el crecimiento empresarial.

Según el Premio Nobel de Economía Paul Samuelson, la estanflación es un fenómeno “típico de las economías mixtas debido a factores diversos, dónde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reaccione de forma distinta a la teoría. Los programas económicos que mejores resultados han dado para combatir este fenómeno son la flexibilidad laboral, la fiscalidad empresarial con incentivos, la distribución comercial menos rígida, la defensa de la competencia, una educación y formación ligada al aparato productivo y una modernización del modelo de crecimiento.

Vamos a vivir uno o dos años de crecimiento fuerte por comparación. Venimos de un 2020 con una caída del PIB inédita. Lo expliqué en un vídeo. Por lo tanto la estanflación no cuenta para el futuro próximo. Pero, si no somos capaces de gestionar adecuadamente los fondos europeos, y eso es algo que no hemos sabido hacer nunca (solo hemos sido capaces de aplicar a proyectos el 38% de los fondos de cohesión europeos durante 12 años y hemos devuelto a Europa el 62% restante), ya veremos que tal con los 140.000 millones que vienen. 

Si no los usamos bien, la economía se estancará en 3 años a la vez que el precio de la energia y derivados se irán encareciendo por que ‘la lucha contra el cambio climático, la sociedad del bienestar y el modelo tecnológico al que nos dirigimos, no es gratis’. 

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

DEFLACION OFICIAL

Mañana hablaré de la subida de impuestos. Tengo un artículo en la bodega que precisa de algún retoque. Un post que hablará de lo que significa que un gobierno que ha negado la crisis durante tanto tiempo y que aun no entiende a que se debe todo este desbarajuste económico haya decidido poner en marcha una maquinaria antielectoral de este calibre. Es muy posible que la evidencia resulte escandalosa incluso para la escasamente preparada corte de inservibles que rodean al actual primer ministro español. Se han alarmado y de verdad, ahora saben que no se puede tirar del cajón del modo en el que lo hacen y sin previsión de que las cosas mejoren a tiempo. Ahora si están asustados. Y más que lo deberían de estar. El 14 de octubre a primera hora de la mañana, este país desayunará con la certeza de que el IPC sigue cayendo. En concreto un 0,2% más abajo.

Mañana hablaré de la subida de impuestos. Tengo un artículo en la bodega que precisa de algún retoque. Un post que hablará de lo que significa que un gobierno que ha negado la crisis durante tanto tiempo y que aun no entiende a que se debe todo este desbarajuste económico haya decidido poner en marcha una maquinaria antielectoral de este calibre. Es muy posible que la evidencia resulte escandalosa incluso para la escasamente preparada corte de inservibles que rodean al actual primer ministro español. Se han alarmado y de verdad, ahora saben que no se puede tirar del cajón del modo en el que lo hacen y sin previsión de que las cosas mejoren a tiempo. Ahora si están asustados. Y más que lo deberían de estar. El 14 de octubre a primera hora de la mañana, este país desayunará con la certeza de que el IPC sigue cayendo. En concreto un 0,2% más abajo.

Para los que siguen negando que estemos en deflación y lo que justifican con el “efecto crudo” ya no tendrán soporte. Es justo a partir de agosto que el efecto base del petróleo desaparece y los precios seguirán cayendo, esta vez hasta el 1% negativo. Será la séptima caída sin reposo. Aquí, no nos dejaremos de recordar dentro de un par de semanas que la definición de deflación es la que es y que dos trimestres ya cumplidos con caída de precios la hace oficial. Sin embargo se sigue atendiendo al efecto combustible para decir que esta es una deflación técnica, no real. Parece ser que no es así. El descenso de precios es fruto de una inminente parada técnica de la economía, de una anorexia empresarial y financiera que está matando el propio sistema de precios. 

Es preciso admitir el diagnóstico deflacionario para poder atender con un tratamiento adecuado. Seguir negando la evidencia ya sabemos donde conduce. Es probable que la subida de impuestos busque un efecto paliativo a este hecho pero no creo que logre ningún efecto considerable sobre los precios. Esto se ha parado y va a estar detenido durante mucho tiempo. Los salarios de la gran mayoría de europeos, excepto los que sobreviven de convenios sindicados, van a ver como ser reducen ligeramente. Eso conducirá a la rebaja de costes y de precios y así sucesivamente. Es una cadena siniestra que no es fácil de invertir.

Una de las consecuencias a corto plazo que vamos a sufrir es la probable caída de la bolsa española. Mientras España se sume en una recesión cada vez más profunda y se enquista en la deflación, el Ibex sube a la sombra de noticias USA. El día que empiece a reflejar su escenario más inmediato y traslade a la gestión bursátil los recortes de facturación y consumo español, caerá estrepitosamente.

Finalmente, decir que la deflación no durará para siempre, pero no acabará cuando diga Zapatero, Trichet o el vendedor de petróleo de turno. Finalizará cuando los bienes y servicios hayan bajado sustancialmente sus precios y estos motiven un aumento del consumo de los que aun tengan trabajo. A partir de ese momento se creará empleo de manera muy débil pero sostenida. La caída de precios a la larga aporta un atractivo para el consumo y una necesidad de trabajadores baratos para producir más a menor precio. Ese estímulo acaba creando empleo y consumo. Luego se acelera y aumentan los precios. Está por ver si esa inflación aun lejana se convierte o no en una hiperinflación por culpa de las ingentes cantidades de dinero inyectado en el sistema y que espera su momento para devorarnos.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

DEFLACION vs HIPERINFLACION

Robert Prechter es uno de los pocos analistas que ha sobrevivido al crash de 2008 en Wall Street. Considera que la situación de la bolsa actual se trata de un rally de mercado bajista, por lo que, en algún momento, se retomarán las caídas. Según Prechter esa fase coincidirá con una devastadora deflación que destruirá la economía en términos globales. Seguramente exagera y lo que intenta es dar un toque de atención a tanto brote verde internacional y a tanto tango. Por ejemplo, lo que este analista dice es que todo el momento de ascenso de los mercados se enmarca en un superciclo bajista que comenzó en enero de 2000 y que terminará con el Dow Jones en 400 puntos.

Ole Robert Prechter es uno de los pocos analistas que ha sobrevivido al crash de 2008 en Wall Street. Considera que la situación de la bolsa actual se trata de un rally de mercado bajista, por lo que, en algún momento, se retomarán las caídas. Según Prechter esa fase coincidirá con una devastadora deflación que destruirá la economía en términos globales. Seguramente exagera y lo que intenta es dar un toque de atención a tanto brote verde internacional y a tanto tango. Por ejemplo, lo que este analista dice es que todo el momento de ascenso de los mercados se enmarca en un superciclo bajista que comenzó en enero de 2000 y que terminará con el Dow Jones en 400 puntos.

El DJ en 400 puntos parece una locura sacada de la mente de un sociópata de los mercados, o un catastrofista agorero que intenta obtener protagonismo en un momento de proyecciones positivas. Pues Prechter no es un cualquiera. Una de sus publicaciones periódicas de gestión patrimonial posiciona una selección inversora, basada en los sistemas de análisis técnico de la onda de Elliott, que gana un casi un 17% en el último año, mientras que el mercado Wilshire 5000 pierde un 33%. Aunque su método es puramente técnico, si es cierto que de vez en cuando utiliza el entorno económico para deducir ciclos y situaciones. Hace tiempo que su gran predicción garantiza que en meses vamos a ver una tremenda deflación en EEUU y por defecto o derivación de la geoeconomía dependiente en Europa.

Aquí hablamos de deflación hace mucho. Cuando era algo inasumible por muchos, cuando hablar de bajada de precios era impensable, cuando un IPC negativo parecía ciencia ficción o cuando la vida era color pastel. Ahora los precios están en deflación técnica pero seguimos escuchando que es coyuntural y que el petróleo es el causante. Yo no digo que no vaya a cambiar en breve, todo es posible, pero eso de que no estamos en deflación se lo cuentan a aquellos comerciantes que se ven obligados a bajar los precios por culpa de un consumo anoréxico que los ahoga o a los que están revisando sus contratos a la baja y que supone la descapitalización de muchos patrimonios.

Es cierto que yo también considero que medir un concepto como la deflación en base a patrones de mediados del siglo XX, como el valor de consumo y no atender a medidas mucho más globales que interfieren en el coste de las cosas, es un error pero ahora mismo tenemos lo que tenemos y en gran medida sirve para definir un escenario de contracción desconocido hasta hoy, en este país y en gran parte del mundo. Lo inédito de la situación y su velocidad de deterioro ha implicado que en los próximos meses las noticias no sean tan malas. Las comparativas interanuales mostraran un frenazo de la destrucción de la economía y una perversa aparente mejora, e incluso la deflación técnica no acabará por estancarse y se moderará e incluso desaparecerá, pero eso si será coyuntural. En cuanto el dólar se recupere, que lo hará, el coste del petróleo volverá a caer y en cadena el resto de precios. Una deflación cada vez menos dependiente del crudo se irá transformando en algo mucho más estructural y se retroalimentará de sus propias consecuencias. El ciclo vicioso ya ha empezado y está sedimentando una parada técnica de la economía que describía muy bien Centeno hace poco.

Cada vez son más los que hablan de hiperinflación a corto plazo. Las dudas sobre una posterior hiperinflación, sin embargo son evidentes. ¿Cómo es posible que el oro no refleje esa opción? Los inversores saben muy bien cuánto crédito se está inyectando en la economía. Con el IPC en la mayoría de países reflejando deflación y unas altas expectativas de hiperinflación a medio plazo, todo parecía dispuesto para que la la primera arrase todos los sectores de la economía o la segunda lo haga muy difícil evitarlo. Además es evidente que los gobiernos no están en condiciones de evitar ninguna de las dos. Pienso que es muy probable que esa máxima que afirma que los precios recuperarán vigor y se lanzarán a una escalada basada en el ingente volumen de dinero inyectado esperando a las puertas del sistema no se produzca, pero advierto que razonamientos como los de rssnews, los cuales recomiendo, hacen una buena aportación que puede hacer dudar y que agradezco profundamente para alimentar el debate de modo inteligente y nutritivo.  

Por ejemplo, me parece muy interesante el razonamiento sobre que “aún mostrándose signos de apariencia deflacionista sobre la economía doméstica o bancaria, es tan grande la cantidad de dinero disponible para salir del dólar cuando sea oportuno, que cualquier materia prima es candidata potencial para dispararse de precio con independencia de su demanda física. Y hay ya suficientes instrumentos financieros más o menos populares para poder hacerlo”. Me da que empieza a haber consenso sobre que es inevitable la hiperinflación, pero me parece sospechoso ese nivel de acuerdo. Por ejemplo, todo el mundo dice que el dólar está en riesgos históricos cuando lo que parece evidente es que está un suelo en su valor.

Otro aspecto es que el petróleo hace seis meses que está subiendo. En enero el precio del barril Brent era de 39,52 dólares y hoy es de 69,99, casi el doble, lo que parece que de momento no está marcando ninguna tendencia en el sentido de que el crudo es el principal responsable de la deflación técnica. Si bien es cierto que hace justo un año el barril estaba en 147 dólares y que a partir de entonces inició el descenso. Todo es posible, incluso que la bajada de precios general en todos los sectores de la economía no se produzca y que esa comparativa interanual del precio de los carburantes acabe por estabilizar la inflación resultante en términos más normales, pero también podría ser que la caída de costes, de expectativas y de consumo hubiera calado definitivamente en un proceso de destrucción del valor de las cosas y ahora ya poco o nada pudiera incidir esa normalización aparente del precio del barril de petróleo.

Ahora bien, si es deflación técnica, entonces, la hiperinflación es un riesgo evidente a corto plazo, si es una deflación estructural, la parada económica es una posibilidad factible. ¿Qué queda? Que los gobiernos, si los gobiernos pues son los que determinan por desgracia los elementos de estructura económica que ahora se precisan, actúen con precaución, activando sectores estratégicos y dejando morir los que no lo son, asumiendo el valor de su cometido y aceptando que en estos tiempos hay que actuar con perspectiva más que con sentido electoral. Toca asumir la parte más fea de política y acometer las reformas.

Se acaba el tiempo, pues, sea una parada técnica de la economía o una hiperinflación catastrófica, cada vez más gente engorda las listas del subsidio y más familias se van a dormir sin cenar. El término medio entre deflación e hiperinflación depende de políticas activas que pongan en el tejido empresarial las opciones de supervivencia e inversión para desencallar este asunto. Subiendo impuestos al tejido activo de esta sociedad no vamos a lograrlo. Me temo que a la pregunta: ¿deflación o hiperinflación?, la respuesta es intrascendente, lo esencial sería averiguar el tamaño del despropósito que puede provocar lo uno o lo otro, pues para saber como resolverlo, antes es preciso conocer el punto de partida. 

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

TRICHET SUMA Y SIGUE

Nassim Nicholas Taleb, investigador financiero estadounidense y miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, dijo ayer en Singapur que “este es el periodo más difícil en términos económicos de la historia para la humanidad, porque los gobiernos no tienen el control de la situación”. Taleb considera que nos acercamos a una “gran deflación” aunque tiene claro que la sucederá una hiperinflación desconocida hasta la fecha en occidente por culpa de la impresión generalizada de dinero de los gobiernos. Y eso es pecisamente lo que ha decidido hacer Trichet.

CEBRA-TEL Nassim Nicholas Taleb, investigador financiero estadounidense y miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, dijo ayer en Singapur que “este es el periodo más difícil en términos económicos de la historia para la humanidad, porque los gobiernos no tienen el control de la situación". Taleb considera que nos acercamos a una “gran deflación” aunque tiene claro que la sucederá una hiperinflación desconocida hasta la fecha en occidente por culpa de la impresión generalizada de dinero de los gobiernos. Y eso es pecisamente lo que ha decidido hacer Trichet.

Resulta que una vez ha asumido Trichet que se está quedando sin munición y que los tipos de interés no se pueden bajar mucho más, va a atender a medidas extraordinarias para combatir una crisis que él también obvió irresponsablemente. Su método de poner en marcha las impresoras de billetes será comprando deuda y títulos hipotecarios a entidades, curiosamente alemanas la gran mayoría, y ampliando los plazos de financiación a los bancos hasta los doce meses. Su voluntad es relativamente razonable, lo que no tengo claro es si hacerlo tan tarde va a servir de algo. El amigo Jean Claude intenta activar la economía para que no pase como en Japón donde las inyecciones no sirvieron de nada y, como sabemos que este hombre está obsesionado con la inflación, ha estado retrasando estas acciones lo máximo posible para que no se le descontrole en forma de hiperinflación. La historia demuestra que este hombre se equivoca más que habla y las consecuencias suelen ser desastrosas. Hace un año se negaba a rebajar tipos, al contrario los subía y no atendía a las voces de alarma que reflejaban una desaceleración de la zona euro y a una evidencia de que era el precio del crudo el que mantenía la inflación tan alta.

En Europa dicen que el crecimiento del PIB será un 4 por ciento negativo. Probablemente será bastante más, un 6 o 6,5 con toda seguridad. En el Banco Central lo saben, como saben alguna cosa más. La banca está muy dañada y por mucho que baje los tipos ésta no traslada esas reducciones a la economía real.

¿Por qué Trichet ha admitido al final comprar deuda defectuosa? Intenta desbloquear el mercado hipotecario, por lo menos el de titulaciones, a fin de que los bancos empaqueten sus prestamos, los vendan en cédulas y puedan seguir operando. Es el único mecanismo que permite hoy en día que el mercado crediticio funcione. Él espera que esa liquidez real en el sistema tras las compras de deuda ayude a reducir el euribor aun más y que se traslade realmente a las familias y empresas. El problema, sin embargo, es que los gobiernos no actúan, no acometen reformas estructurales en la banca. Si no reforman los sistemas bancarios no se logrará dejar el sector en posición adecuada para poder recapitalizar y en consecuencia prestar.

Trichet ha decidido no atender a la historia y adentrarse en lo desconocido, llegando a tasas inéditas en el precio del dinero por un lado y en la adopción de medidas extraordinarias por el otro. El error vuelve a ser manual. La deuda presiona el sistema y tiene que ser reemplazada por renta variable, ya que los bonos, aunque parecen estables, tienen muchos riesgos escondidos. Por el contrario la renta variable es inestable, pero evidencia lo que tienes. Mientras las cortinas de humo se suceden las unas a las otras, mientras nos adentramos en el enfangado universo paralelo de las encuestas electorales, el mundo sigue su curso. A la vez que aquí vivimos en playback (unos hacen como que cantan/gobiernan y otros hacemos como que nos lo creemos), la verdad será que en el mundo financiero global, los derivados de crédito y las divisas causarán miles de millones de euros de pérdidas más. Van a producirse grandes roturas aun, va a haber más pérdidas para las compañías que tienen derivados de crédito. Esto, que ahora parece algo que se aleja, regresará a finales de año y con una virulencia aun mayor.

Pd. Recomiendo toda la obra de Taleb, alguien que en su obra expone la tendencia humana a sobrevalorar la causalidad y a creer que el mundo es más explicable de lo que realmente es, buscando explicaciones incluso cuando no las hay.

Leer más