TRICHET SUMA Y SIGUE
Nassim Nicholas Taleb, investigador financiero estadounidense y miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, dijo ayer en Singapur que “este es el periodo más difícil en términos económicos de la historia para la humanidad, porque los gobiernos no tienen el control de la situación". Taleb considera que nos acercamos a una “gran deflación” aunque tiene claro que la sucederá una hiperinflación desconocida hasta la fecha en occidente por culpa de la impresión generalizada de dinero de los gobiernos. Y eso es pecisamente lo que ha decidido hacer Trichet.
Resulta que una vez ha asumido Trichet que se está quedando sin munición y que los tipos de interés no se pueden bajar mucho más, va a atender a medidas extraordinarias para combatir una crisis que él también obvió irresponsablemente. Su método de poner en marcha las impresoras de billetes será comprando deuda y títulos hipotecarios a entidades, curiosamente alemanas la gran mayoría, y ampliando los plazos de financiación a los bancos hasta los doce meses. Su voluntad es relativamente razonable, lo que no tengo claro es si hacerlo tan tarde va a servir de algo. El amigo Jean Claude intenta activar la economía para que no pase como en Japón donde las inyecciones no sirvieron de nada y, como sabemos que este hombre está obsesionado con la inflación, ha estado retrasando estas acciones lo máximo posible para que no se le descontrole en forma de hiperinflación. La historia demuestra que este hombre se equivoca más que habla y las consecuencias suelen ser desastrosas. Hace un año se negaba a rebajar tipos, al contrario los subía y no atendía a las voces de alarma que reflejaban una desaceleración de la zona euro y a una evidencia de que era el precio del crudo el que mantenía la inflación tan alta.
En Europa dicen que el crecimiento del PIB será un 4 por ciento negativo. Probablemente será bastante más, un 6 o 6,5 con toda seguridad. En el Banco Central lo saben, como saben alguna cosa más. La banca está muy dañada y por mucho que baje los tipos ésta no traslada esas reducciones a la economía real.
¿Por qué Trichet ha admitido al final comprar deuda defectuosa? Intenta desbloquear el mercado hipotecario, por lo menos el de titulaciones, a fin de que los bancos empaqueten sus prestamos, los vendan en cédulas y puedan seguir operando. Es el único mecanismo que permite hoy en día que el mercado crediticio funcione. Él espera que esa liquidez real en el sistema tras las compras de deuda ayude a reducir el euribor aun más y que se traslade realmente a las familias y empresas. El problema, sin embargo, es que los gobiernos no actúan, no acometen reformas estructurales en la banca. Si no reforman los sistemas bancarios no se logrará dejar el sector en posición adecuada para poder recapitalizar y en consecuencia prestar.
Trichet ha decidido no atender a la historia y adentrarse en lo desconocido, llegando a tasas inéditas en el precio del dinero por un lado y en la adopción de medidas extraordinarias por el otro. El error vuelve a ser manual. La deuda presiona el sistema y tiene que ser reemplazada por renta variable, ya que los bonos, aunque parecen estables, tienen muchos riesgos escondidos. Por el contrario la renta variable es inestable, pero evidencia lo que tienes. Mientras las cortinas de humo se suceden las unas a las otras, mientras nos adentramos en el enfangado universo paralelo de las encuestas electorales, el mundo sigue su curso. A la vez que aquí vivimos en playback (unos hacen como que cantan/gobiernan y otros hacemos como que nos lo creemos), la verdad será que en el mundo financiero global, los derivados de crédito y las divisas causarán miles de millones de euros de pérdidas más. Van a producirse grandes roturas aun, va a haber más pérdidas para las compañías que tienen derivados de crédito. Esto, que ahora parece algo que se aleja, regresará a finales de año y con una virulencia aun mayor.
Pd. Recomiendo toda la obra de Taleb, alguien que en su obra expone la tendencia humana a sobrevalorar la causalidad y a creer que el mundo es más explicable de lo que realmente es, buscando explicaciones incluso cuando no las hay.