El metro automático de Londres
La red de Metro de Londres es enorme y eficiente. Por lo menos así la sentía cuando allí vivía. Tomaba la linea verde, la ‘District’ y me parecía un gran servicio. Sin embargo el futuro llega y precisa que todos nos tomemos en serio cuánto nos va a costar ajustarnos a él. Eso es lo que han pensado en la capital inglesa y por eso han decidido encender las luces de un futuro automático y adaptarse a cuanto viene.
Volvemos al punto ese en el que el modelo de gestión laboral del futuro inmediato entra en jaque y la adaptación de los procesos se hace imprescindible. Lo hemos visto en el transporte marítimo, en el futuro de los coches autopilotados y lo vemos en algunos medios por railes que nos llevan entre terminales en los aeropuertos. Cierto es que lo que Londres incorpora como ‘novedad’ hace tiempo que funciona en otros países como bien me han señalado en Twitter. Dinamarca por ejemplo, pero lo que viene a ser diferente y avanzado es que toda una red tan complicada y extensa como la de esta capital sea automatizada.
Lo que nadie se había planteado todavía era la sustitución de todos los vagones de una red de metro urbana por otros que funcionen totalmente autónomos. Eso es lo que ha presentado la Transport for London. Segun el plan diseñado por Priestman Goode, en 2020 empezarán a sustituirse todos los vagones y trenes subterráneos de la compleja y sofisticada red de metro de Londres.
Una flota de 250 vagones, a la que ya se les ha estimado una ‘obsolescencia programada’ de 30 años, funcionarán 24 horas al día gracias a esa ventaja de la automatización de sistemas que probablemente alcanzará también a otros departamentos del servicio en general, como la seguridad con cámaras, la limpieza con mecanismos automaticos, la información computerizada gracias a un servicio de wifi completo y disponible. Digamos que a partir del proximo lustro, habrá zonas en Londres donde encontrar un trabajador del ‘Underground’ será imposible si lo que buscas es un humano. Ya han advertido que, ante la previsible protesta sindical, el futuro requiere adaptarse.
Los barcos fantasma futuros
Anoche cené con unos amigos próximos a la Autoridad del Canal de Panamá. A parte de conversar sobre detalles del ‘asuntillo’ de la paralización de las obras de la ampliación del susodicho, pude aprender muchísimas cosas que son de mayor interés y que a buen seguro, en este blog serán mejor recibidas. Evito pues comentar lo escuchado por higiene hacia los que, desde España, defienden una legitimidad impresentable acerca de la revisión de un presupuesto difícil de defender.
La cuestión es que si alguien sabe de eso de la logística del futuro es esta gente. En sus mesas de trabajo hay importantes estudios y noticias acerca de cómo será el transporte de mercancías por el mar y como estas se derivarán por todo el planeta, probablemente, sin intervención humana en muchos de los puntos en que ahora parecen imprescindibles. Volvemos al punto ese en el que el modelo de gestión laboral del futuro inmediato entra en jaque y la adaptación de los procesos se hace imprescindible. Imagina el futuro.
Veamos. Resulta que Rolls-Royce está desarrollando buques ‘drone’ de carga que ahorrarán energía y, obviamente, dinero. Serán barcos fantasma sin tripulación. Aquí ya estamos familiarizados con el término ‘drone’. Una especie de avioncillo autónomo que es capaz de filmar, acceder, transportar o atender a distancia cualquier orden desde tierra incluso de modo automático únicamente guiado por un módulo de geolocalización a tiempo real. Sin embargo, se hace difícil pensar que pronto habrá mastodontes acuáticos transportando toneladas de mercancías únicamente guiados por sensores y satélites. (Me aseguran que ya hay alguna prueba enorme en espacios reducidos y limitados por jurisdicción no internacional).
Me demostraron con sus ‘tablets‘ que esa empresa ha puesto a prueba ya un prototipo en Noruega y que, a partir de la realidad virtual, simula las amplias vistas desde el puente del barco y de las posibles situaciones. Se intenta averiguar las opciones de navegación ‘manual’ desde tierra si fuera preciso por alguna emergencia que el sistema automático y robotizado no pudiera solucionar.
Existen dudas razonables acerca de lo bien que un buque puede reaccionar en aguas abiertas sin capitán o tripulación para dirigir aspectos de seguridad. Hace pocas semanas, un carguero danés perdió 600 contenedores (la pérdida más grande reportada en la historia) debido a una fuerte mala mar.
Yo lo desconocía pero me confesaron que Rolls-Royce Holdings obtiene una quinta parte de sus ingresos por el sector marítimo. Me imagino que si lo prueban con barcos lo acabarán intentando con aviones (de carga). Ya tenemos ‘metros’ y trenes sin conductor y de todos es sabido que aterrizar un Airbus 321 es algo que sucede casi de un modo automático. Casi y si no hace viento.
Supongo que donde no hay seres humanos, en un barco fantasma, no se precisan muchas de las cosas que hacen contaminante una nave de estas: electricidad, menos combustible, lo que los hará más ligeros a su vez. Puede ser una forma de ahorro energético a su vez. A nivel económico, me explicaron estos expertos que, de media, la tripulación de un buque de carga representa el 44% de los gastos operativos. Me imagino los sindicatos del futuro. ¿Vosotros?
Os dejo con un video sobre la conducción de vehículos de Mercedes Benz que demuestra que los accidentes se podrían erradicar si deja de ser el hombre quien conduzca los coches del futuro. Y otro de Volvo con una explicación similar. Un solo humano sería el problema, las máquinas no se despistan, sólo gestionan datos. Muchos datos.