Google ya es un ‘banco’ europeo. ¿Y ahora qué?
Los bancos de medio mundo llevan tiempo analizando las amenazas que les supone la irrupción de nuevas tecnologías y el cambio de comportamiento de una generación entera. La generación del milenio será mayoritaria en las decisiones comerciales en menos de una década. Entre las potenciales agresiones que contemplan siempre aparecen los mismos actores: las compañías Fintech, las criptomonedas, los conocidos como ‘neobanks’ e, incluso, el ingreso en el negocio financiero por parte de las principales empresas digitales del mundo.
Los bancos de medio mundo llevan tiempo analizando las amenazas que les supone la irrupción de nuevas tecnologías y el cambio de comportamiento de una generación entera. La generación del milenio será mayoritaria en las decisiones comerciales en menos de una década. Entre las potenciales agresiones que contemplan siempre aparecen los mismos actores: las compañías Fintech, las criptomonedas, los conocidos como ‘neobanks’ e, incluso, el ingreso en el negocio financiero por parte de las principales empresas digitales del mundo.
Este hecho lo vivo en primera persona debido a que actualmente dirijo dos proyectos de consultoría que despliegan la transformación digital de dos entidades financieras. En uno de ellos, el Banco Popular de Costa Rica, una de las claves para establecer los elementos básicos de transformación es entender que la banca del futuro inmediato va a tener un nuevo competidor que conjugará todos los factores de riesgo que suponen el resto. Los bancos corporativos, llamados por algunos los iBanks, suponen la composición más compleja, desde el punto de vista competitivo, que la banca tradicional puede encontrarse. Hablamos de tecnología para soluciones Fintech, creación de monedas propias que eviten la necesidad de pasar por el recorrido tradicional, el comportamiento regulado de un neobank y, finalmente, el nuevo comportamiento de consumo, menos leal a las marcas tradicionales, por parte de una generación cada vez más importante y decisiva.
A todo esto, muchas entidades europeas siguen con sus estrategias de transformación basadas en los modelos de siempre, sin pensar de un modo distinto, sin aplicar metodologías que permitan pensar ‘fuera de la caja’ y que establezcan garantías ante la batalla final que se avecina. La banca tradicional es el sector discográfico de hace unos años. Mientras algunas deciden comprar startups con soluciones tecnológicas que les permitan entender ese nuevo comportamiento, otras deciden abandonar los espacios físicos en sucursales convirtiéndolas en una especie de café bar donde conversar con agentes comerciales. Ni unos ni otros están entendiendo lo grave del asunto. Las discográficas lo entendieron a hostias y, muchas, no lo superaron.
El cambio no puede ser cosmético, debe ser realmente profundo. La mutación del sistema financiero de momento sólo lleva a cerrar sucursales, presentar expedientes de regulación de empleo y la incorporación de aplicaciones muy ‘cool’ con una difícil conversión a negocio. Esa probablemente es la clave, el negocio. Tal vez, y en eso estamos, la modulación de los negocios financieros del futuro pasa por otros, por la transformación del producto a servicio como le ha pasado a muchos otros sectores.
El sector considera que tiene tiempo. En conversaciones que he mantenido con directivos bancarios en los últimos meses, ya sea por trabajo o por consultas, por conferencias o por cursos que he ofrecido, detecto una sensación por parte de éstos de que el colapso del modelo no es inminente. Al revés, parece ser que consideran que hay tiempo, que de momento hay que aplicar soluciones habituales a problemas habituales: despidos, cierre de oficinas, ajuste de comisiones, publicidad tradicional y compra de soluciones que puedan aportar nuevos modelos de llegada al cliente de siempre. Y ahí está el error. El sistema financiero dejará de ser lo que es en menos de una década.
La pista, todavía débil, la tenemos en una noticia que ha pasado ciertamente más desapercibida de lo que podía imaginarme inicialmente por lo que supone realmente. Resulta que el gigante tecnológico Google está listo para su ingreso al negocio financiero pues a finales de año obtuvo la autorización para comenzar a operar como una empresa Fintech en el mercado europeo. La firma se llama Google Payment Lithuania y accedió a una licencia por parte del Banco de Lituania (Lietuvos Banka) que le autoriza a funcionar como una entidad de dinero electrónico, no solo en Lituania, sino en todos los países que integran la Unión Europea. Google se suma a otras grandes compañías de Internet como Amazon, con licencia en Luxemburgo, o Facebook, que obtuvo en 2016 su licencia en Irlanda, para operar como entidad de dinero electrónico.
Aunque todos ellos no pueden actuar como un banco tradicional si podrán, una vez han conseguido estas licencias, emitir dinero electrónico y proporcionar servicios de pago para garantizar el buen funcionamiento de sus mercados en toda Europa, además de trabajar en otros servicios de pago para los consumidores dentro del Espacio Económico Europeo. Esa autorización permite a Google, y en concreto a su subsidiaria Google Payment Lithuania UAB, a ofrecer diversos servicios financieros de interés, entre los que se encuentran el emitir dinero electrónico, manejar monederos electrónicos, efectuar transacciones de pago, remesas internacionales, servicios de depósito y retiro de efectivo y, finalmente, transferencias de débito directo y crédito
Aun cuando esos servicios son interesantes, habrá otros que de momento Google no podrá ofrecer. Esto la diferencia de los bancos tradicionales o de los neobanks, que sí ha conseguido una licencia completa en este sentido. Así, en estos servicios de Google no se podrá ofrecer préstamos, ofrecer hipotecas o crear y operar con fondos de inversión.
Atentos pues a la gran ventaja de Google. A diferencia de la mayoría de Fintech y de que los bancos lo hacían con otros propósitos, Google maneja una inmensa cantidad de datos. Ahora, a todos ellos, añadirán esa información financiera y que podría plantear un problema enorme a la hora de regular la libre competencia por ejemplo. Google posee otra ventaja vinculada a lo que significa esta marca con respecto a las que suponen los bancos de siempre. Más del 90% de los menores de 24 años a los que se les preguntó dónde meterían su dinero, en un supuesto banco que abriese Google, Amazon o en BBVA o Santander, respondieron Google o Amazon. Los más jóvenes tienen otro concepto de banca y seguramente otro modelo de gestión de sus finanzas y, precisamente, ahí está el problema de la banca tradicional. Google podría ofrecer a cero comisiones pues el "core business" de Google ya que sus fuentes de ingresos se basarían en otros aspectos derivados como datos, navegación, publicidad, etc.
Google puede pelear en todas las batallas. Será el banco con más sucursales del mundo: tu cuenta de Gmail. Será el banco con mayor penetración del planeta: no precisa que te descargues una aplicación, te la colocará cuando considere oportuno. Podrá innovar continuamente a bajo riesgo pues no dependerá de ese negocio bancario curiosamente. Se me ocurren unos cuantos modelos que seguro van a ir apareciendo y que tiene pinta va a pillar con el pie cambiado al negocio bancario tradicional y a las propias Fintech en cinco o seis años. Google genera las necesidades de sus clientes, no va a parar de hacerlo. Tiene saldo disponible para comprar lo que quiera y modificar el ‘customer behaviour’ de toda una generación.
Pero atentos. Hay algo relevante que parece pasa desapercibido. Bajo mi punto de vista hay un aspecto muy destacado. El hecho de que podrán emitir dinero electrónico. Algo que hace referencia a la linea de flotación de la estructura social y económica que ahora nos gobierna. Hablamos lo que me han apuntado algunos seguidores en Twitter y que no dejan de ser debates interesantes: ¿Qué va a pasar cuando el invento de generar tu propia moneda se generalice? ¿Qué va a cambiar cuando todo lo que quieras lo puedas comprar con monedas emitidas por las empresas que te lo venden? ¿Cuándo eso sea algo más que una tarjeta de fidelización y pase a ser un sistema real de valores alternativos?
Hay quien afirma que las criptomonedas fueron el aviso, las moneda corporativa de los iBanks como la que emita Google pueden ser el final del modelo actual de las monedas, de hacienda o del control de los estados. Igual es mucho imaginar, pero quien iba a decirnos hace 10 años que entre las más de 2.000 criptomonedas creadas tras la aparición de Bitcoin como Litecoin, Ethereum, Tether o Ripple sumarían un valor conjunto de 700.000 millones de euros a finales de noviembre de 2017. Cierto que ahora se han evaporado el 82% del valor, pero eso ya es otra historia.
Los bancos, la venta predictiva, la Inteligencia Artificial y el Big Data. El ejemplo del Ulster Bank.
Ayer supimos que el principal banco español, el Santander, planea un ajuste de más de dos millares de trabajadores. Es la enésima dieta que se le aplica a la plantilla. Es cierto que con más de dos cientos mil empleados, lo que el Santander está haciendo es estructurar su enorme organización de manera ordenada y no traumática. Sin embargo, no es más que una tendencia que se acentuará en esta y el resto de entidades de toda Europa. Le pongan la excusa que le pongan, el problema tiene un estímulo desde hace ya media década. Se llama Fintech.
Ayer supimos que el principal banco español, el Santander, planea un ajuste de más de dos millares de trabajadores. Es la enésima dieta que se le aplica a la plantilla. Es cierto que con más de dos cientos mil empleados, lo que el Santander está haciendo es estructurar su enorme organización de manera ordenada y no traumática. Sin embargo, no es más que una tendencia que se acentuará en esta y el resto de entidades de toda Europa. Le pongan la excusa que le pongan, el problema tiene un estímulo desde hace ya media década. Se llama Fintech.
El término FinTech es perturbador para los sistemas financieros existentes y establecidos. Hablamos de que para financiar un proyecto, miles de personas acceden al ‘crowdfunding’ o a los préstamos ‘peer-to-peer’, para gestionar transacciones utilizan el móvil o para intercambiar divisas lo mismo. El FinTech lo hace todo, todo lo que desde un banco u otros gestores financieros ya hacían, y lo hacen más barato, más fácil y más rápido. No obstante la banca ya no se lo mira atónita. Algunas han empezado a tomar medidas. Unos con aceleradoras de startups, otras desarrollando conjuntamente con empresas soluciones digitales e, incluso, las menos, abrazando toda la dimensión tecnológica para transformar totalmente la entidad.
En la tercera opción me gustaría destacar uno de los bancos con los que tengo relación, el Ulster Bank irlandés. Esta entidad ha estado preparando todo un modelo de transformación en la gestión de datos y el uso de la Inteligencia Artificial que les permite conocer con antelación cuándo un cliente va a realizar una transferencia, amortizar anticipadamente parte de su hipoteca, qué tipología de aseguradora va a demandar o qué tipo de crédito necesitará en un futuro inmediato.
El conocimiento predictivo va a permitir al Ulster mejorar las relaciones con sus usuarios, optimizar su eficiencia comercial y aumentar los ingresos por las ventas. El Ulster Bank ha desarrollado una plataforma inédita en el sector que combina la Inteligencia Artificial y el Big Data con la que genera conversaciones con los casi dos millones de clientes que tiene actualmente. El objetivo es colocar al cliente en el centro de la cadena de valor, conocerlo mejor y generar productos predictivos que se ajusten a un ratio de éxito muy superior al actual.
La plataforma integra y analiza todos los datos e información resultantes de la relación entre los clientes y el banco por digitalmente, por teléfono o analógicamente. Aunque las entidades irlandesas están tremendamente automatizadas, existe un modelo de relación personal muy alto para algunos temas. Con esta captación de datos se busca extraer patrones de conducta. La idea central es que la tarea comercial se genere desde un punto de vista analítico y automatizado con un rango de éxito muy superior al actual. Las primeras pruebas así lo demuestran.
Cuando hoy en día un banco se acerca a un consultor, lo primero que le dice no es que ha perdido facturación. Eso no ha pasado. El asunto es que ha caído la rentabilidad debido a diversos aspectos estructurales y monetarios. Los bajos tipos de interés, el coste tecnológico, el personal no digitalizado y el tamaño estructural suelen ser los motivos. De ahí que no sea un problema de facturación, sino de eficiencia y eficacia. Ahí la Inteligencia Artificial y el Big Data se mueven muy bien. El tiempo medio necesario para el despliegue de una plataforma de este tipo puede llegar a tardar un año. La implementación en el Ulster Bank se produjo en seis meses.
En tiempos en que según el estudio “EY Fintech Adoption Index 2017”, el 37% de los usuarios de Internet en España, utiliza servicios Fintech para gestionar sus finanzas como plataformas de pagos y transferencias, bancos sin oficinas, aplicaciones móviles, seguros on-line, plataformas de crowdlending, los bancos tienen que, no sólo implementar este tipo de soluciones, sino lo que tienen que hacer realmente es aprovechar la tecnología que se les puede asociar. No es lo mismo tener un banca móvil digital de gran calidad y usabilidad a tener un banco virtual accesible desde cualquier dispositivo que a través de un chatbot estudia conductas de cada usuario/cliente. No es lo mismo.
Según ese estudio, atentos, los servicios más usados por los encuestados agrupados por categorías son las plataformas de pagos y transferencias, utilizadas por el 50%, empresas relacionadas con los seguros (Insurtech), por el 24%, inversión mediante crowdlending o servicios online de asesoramiento y gestión financiera, el 20%, solicitud de préstamos en plataformas de crowdlending o en empresas de créditos rápidos, 10%; servicios y aplicaciones móviles de control y planificación financiera, 10%.
Un estudio similar en 2015 aseguraba que uno de cada siete consumidores digitalmente activos eran usuarios de Fintech, mientras que en 2017 son uno de cada tres. Las intenciones futuras de los usuarios se espera que aumenten en un promedio del 52% en dos años. En el caso de los servicios de préstamos online se estima que su utilización pueda doblarse.
Los consumidores se sienten atraídos por los servicios Fintech ‘porque sus propuestas son más simples, más prácticas, más transparentes y más fácilmente personalizadas’. En esa dirección deberían disparar los bancos, a la simplicidad, la usabilidad, la transparencia y la personalización. A partir de esa primera estructura deberá de generarse un espacio de lectura de datos masivos e interpretación por Inteligencia Artificial y, finalmente, la banca empezará a entender que significará la disrupción más grande a la que se han enfrentado desde su creación: la desintermediación del dinero, el Blockchain. Proximamente…
La banca del futuro será más humana o no será. Hay vida entre despidos y las fintech.
Si mi hijo de 11 años me dijera que de mayor quiere ser banquero no tendría más remedio que decirle que no va a poder ser. Por lo menos no bajo el plano actual. Algo que seguramente va a suceder con la mayoría de empleos, en el de la banca va a ser tremendamente rápido y disruptivo. Ya lo está siendo. De hecho el interés por trabajar en el sector financiero no ha hecho más que decrecer en los últimos años por diversos factores. Desde la mala reputación hasta la propia duda sobre la viabilidad del negocio a medio plazo.
Si mi hijo de 11 años me dijera que de mayor quiere ser banquero no tendría más remedio que decirle que no va a poder ser. Por lo menos no bajo el plano actual. Algo que seguramente va a suceder con la mayoría de empleos, en el de la banca va a ser tremendamente rápido y disruptivo. Ya lo está siendo. De hecho el interés por trabajar en el sector financiero no ha hecho más que decrecer en los últimos años por diversos factores. Desde la mala reputación hasta la propia duda sobre la viabilidad del negocio a medio plazo.
La encrucijada del sector bancario se sitúa entre una falta de rentabilidad provocada por los escasos márgenes en los tipos de interés y una demanda cada vez más tecnológica que exige de estas entidades una respuesta moderna, ajustada al coste real de las operaciones y transparente. A pesar de esos tipos de interés tan bajos los efectos que la banca esperaba no se ha producido. La economía no ha mejorado tanto, no se han producido beneficios por recuperación de provisiones de manera general, ni se ha flexibilizado el flujo de crédito pues, técnicamente, la deuda es monumental la mires por donde la mires.
Por si fuera poco la esperada reducción de la morosidad probablemente se verá muy mermada por la implantación de la nueva International Financial Reporting Standard 9. Esto se suma a una práctica que esta complicando la vida de manera importante a los bancos. La demanda de crédito empresarial, el negocio natural de los bancos, tiende a emitir deuda corporativa desde hace unos años. Además, en apenas tres años las fintech han capturado casi un tercio del negocio tradicional de la banca dejando a la cadena de valor entre el cliente y el producto financiero en la mínima expresión.
La banca está optando por soluciones de todo tipo. Reducción de oficinas y personal, utilización de algoritmos blockchain para reducir costes de transacción que no necesitan intermediarios, créditos P2P basados en el uso de inteligencia artificial o Big data, compra de startups Fintech o la creación de aceleradoras propias que intuyan negocios disruptivos desde dentro de estos, hasta ahora, dinosaurios.
Pero incluso las fintech tampoco se librarán de su propio escenario de crisis. A medio plazo se tendrán que ver sujetas a una severa regulación y su comportamiento tenderá a ser un complemento de la banca tradicional reconvertida en una banca de vanguardia. La cuestión es que a medio plazo parece que la banca lo tiene crudo, pero sería interesante atender que, al igual que en otros negocios, el valor añadido actual podría venir de la mano de los propios seres humanos que ahora se desechan al reestructurar las plantillas para hacerlas más baratas.
Podría ser que la robotización, la automatización y los sistemas algorítmicos proporcionen mayor eficiencia y menores costes, pero no deberían de sustituir el contacto entre seres humanos que tan mal visto ha estado en muchos casos. La única banca posible en el futuro será aquella que comprenda que los servicios bancarios de valor serán los que se individualicen. La tecnología permitirá reducir tramos de gestión en aspectos que un humano no es preciso, pero en otros será insuficiente o mejorable a través de la gestión humana.
El ajuste del sector es una evidencia notable. El camino a seguir no parece ser unitario y en gran medida la mayoría aun no lo tienen claro. El asunto es reducir plantillas, costes, comprar o crear ‘fintechs’ y automatizar procesos. Así, sin más. La realidad es más confusa y pesará como el plomo. La banca del futuro será más humana o no será. Servicios individualizados a clientes de todo tipo incluidos los de menor capacidad económica, personalizando la respuesta. El valor añadido, será humano. También en la banca.
Los bancos son las nuevas discográficas. La revolución FinTech.
Se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos. Pero lo que parece que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos. Pero lo que parece que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Su estructura comercial, formal y de gestión, tienen un problema. Un problema que no es adaptativo como parecen entender la mayoría de los bancos viendo las decisiones que van tomando. En realidad es un problema técnico. Cuando el asunto es adaptativo se suelen buscar soluciones tácticas de corto recorrido para ‘adaptarse’ bien a tiempo real. Pero en este caso el problema será (es) técnico. Es fácil saber cuál es, por lo que a diferencia de los problemas adaptativos, si conocemos el problema, la solución también la conocemos y en este caso no es táctica sino estratégica.
Las noticias hablan de táctica y no de estrategia. Por ejemplo, hoy el Banco de Santander hace público su plan de ajuste que sigue al anuncio que hizo la semana pasada sobre la voluntad de reducir su red comercial. La estrategia de transformación del banco que ha anunciado Ana Botín se basa en el cierre de algo que cada vez es menos usado por los Milenial: las sucursales u oficinas más pequeñas. El plan pretende reducir de las 3467 actuales a poco más de un millar en 2018. El propio BBVA también tiene claro que el camino es ese. De hecho su consejero delegado, Carlos Torres Vila, explicó durante el evento que se llevó a cabo en Copenhague, Money 20/20, que ellos van por el mismo camino.
Un camino que es el mismo que ya han iniciado en otros países. Mucho de lo que se hace en un banco hoy no precisa de ninguna persona, oficina o proceso tradicional y se puede sustituir sencillamente con una app desde el móvil. De hecho, y esto es el motivo principal, el denominado Fintech se va a llevar por delante el 23% del negocio en menos de dos o tres años.
Es cierto que al sector se le acumulan las dificultades. Regulaciones europeas, el peso todavía importante de los activos tóxicos que todos se tuvieron que tragar y una política monetaria con tipos de interés en algunos casos negativos. Sin embargo, el motivo principal es la entrada sin contemplaciones de la tecnología a un sector que tenía bajo control hasta hace muy poco todo lo que tenía que ver con el concepto financiero y económico.
Ya le pasó a otros sectores. Contenidos, turismo, transporte, producción y otros. Hace un par de años que las innovaciones en el sector financiero y bancario son cada vez más potentes. Algunos bancos han creado marcas que buscan ofrecer un servicio digital de lo que siempre han tenido. Básicamente ofrecen un ‘banco moderno’ enfocado a una nueva generación de clientes que ve los bancos tradicionales como algo ajeno en muchos casos. Clientes que ‘todo lo hacen por Internet y desde el móvil’. Ese lavado de cara, ese quitarse la corbata, no es lo que realmente necesita el sector si quiere estar en condiciones de aprovechar lo que se les viene encima. No se trata de cambiar el nombre de una entidad, buscar otro más ‘cool’ o inundar las redes con frases hechas sobre la libertad y el movimiento. Eso es pura epidermis.
Aunque algunos bancos están comprando startups del llamado ‘Fintech’, todavía es más cosmético que estructural. Es una buena manera de empezar la transformación total de una entidad pero no es suficiente. Es un camino largo y complejo pues hablamos de entidades que suelen ser enormes estructuras en su conjunto, pero que la entrada de aire fresco y disruptivo a partir de una adquisición de estas puede acelerar los procesos de cambio. La gestión del cambio pasa por reducción de plantillas, automatizar, incorporarse a nuevas plataformas, pero también de entender que papel jugará el sector bancario y financiero en su conjunto a corto plazo. Tal vez se trata de redefinir el propio papel de los bancos.
En todo caso se deberán dar prisa. Esto va a toda velocidad. Los bancos, siempre asentados en la garantía de que sin ellos no se podía financiar, transferir, intercambiar divisas o gestionar activos, se encuentran ahora con que no hay intermediarios en muchas de esas operativas porque el intermediario es la propia red, esa que ellos usaban y que ahora está disponible para todos de un modo tremendamente sencillo. Se parece tanto a lo que pasó con las discográficas que da que pensar. ¿No?
Y es que el termino FinTech es perturbador para los sistemas financieros existentes y establecidos. Hablamos de que para financiar un proyecto miles de personas acceden al ‘crowdfunding’ o a los préstamos ‘peer-to-peer’, para gestionar transacciones utilizan el móvil o para intercambiar divisas lo mismo. El FinTech lo hace todo, todo lo que desde un banco u otros gestores financieros ya hacían, y lo hacen más barato, más fácil y más rápido.
Lo veo cada día, cómo participante del Fintech Innovation Lab de Dublín y cómo inversor en, por ejemplo, The Pay Pro. No se trata de una moda semántica, el Fintech es la nueva rueda que rodando se va a llevar por delante muchas de las barreras que hasta ahora eran intocables. Es un ejemplo más. En breve nos presentarán regulaciones, inconvenientes, órdenes generales y lo que sea para evitar lo inevitable. Ya pasó y pasará en otros campos. Cómo dijo la comisaría europea de Transportes, Violeta Bulc, ‘servicios como Uber son inevitables’. Lo mismo con el resto de innovaciones vinculadas a la Cuarta Revolución Industrial, cuesten lo que cuesten, afecten a quien afecten y tarden lo que tarden.
Pero, ¿en que campos actúa el Fintech? ¿lo abarca todo? Fintech es algo más que un sector en transformación. Es mucho más que ‘la transformación digital del sector financiero’. Hablamos de la mutación de un concepto relacional entre todo un sector y su clientela. Es estructural y se deriva a todo. Los campos en los que actúa son muchos, desde crédito, compensación de deudas, factoring, crowdfunding, préstamos p2p, comparadores financieros, bitcoins, divisas, finanzas personales y de empresa, equity financiera, plataformas de pago, Trading, asesoría financiera automatizada, redes inversoras, algoritmos económicos, etc.
Sin embargo hay cuatro escenarios de desarrollo que engloban estas subcategorías que acabo de listar y que durante el pasado mes de febrero, en el ‘Finovate’ de Londres comprobé cómo se van definiendo. Más de setenta startups Fintech mostraron allí sus productos a casi dos mil asistentes. Los cuatro campos son:
Asesores Financieros Robóticos.
El Fintech elimina el intermediario y ofrece un autoservicio generando respuestas casi automáticas. La dependencia computerizada elimina intermediarios y proporciona recomendaciones de productos e inversiones sobre software de Inteligencia Artificial. La asesoría robótica eliminará miles de empleos que se dedican a la relación con el cliente.
Los análisis predictivos.
Existen desarrollos de pequeñas empresas que proporcionan herramientas de análisis que predicen inclumplimentos, impagos, probabilidades y riesgos sobre potenciales clientes. La gestión de datos masivo eliminará miles de empleos que se dedican al análisis.
Los pagos móviles
Las estadísticas son claras en lo que tiene que ver con la banca móvil. Crece casi de manera exponencial. Tres de cada cuatro usuarios financieros realizó una operación con un dispositivo móvil el año pasado. De momento la mayoría lo hace desde las aplicaciones de sus bancos, pero en cuando la alfabetización y conocimiento de nuevas formas vinculadas a agentes ajenos al sistema tradicional sea mayor y descubran que los costes son muy bajos en comparación, el trasvase será inevitable. Digamos que ‘el pago por móvil’ es a la banca de futuro, lo que el iPad fue a la manera de acceder a la red hace unos años. Mostró el camino y lo hizo sencillo para personas de la tercera edad por ejemplo que ahora son adictos a las redes sociales. Primero serán pequeñas transacciones pero luego serán todas las operaciones. La banca móvil eliminará miles de empleos que ya no son necesarios en el desarrollo de actividades financieras.
La mejora de los interfaces de cliente.
El Fintech está causando que la experiencia de cliente digital financiero lo tenga más fácil y agradable. Gran parte del desarrollo de este sector disruptivo tiene que ver con ‘la forma’ una vez superado ‘el fondo’. Ahora toca hacerlo sencillo y adaptable. Las primeras muestras de activar órdenes por voz, aplicar protocolos de seguridad por video bidireccional o las interacciones directas con personal ‘real’ es la última barrera que el Fintech le queda por superar. La experiencia de usuario eliminará miles de empleos en las sucursales tradicionales y los sustituirá por otros vinculados a ‘prestación de experiencia’ que no necesariamente deberán suceder entre un banco y un cliente.
En definitiva, un apasionante cambio de uno de los sectores sobre los que se sujeta nuestra estructura social, económica y política. ¿Quien viene después?
Europa cada vez más lejos de liderar económicamente el mundo
Aun recuerdo estas propuestas que desde el mundo emprendedor se lanzaron al gobierno español y que bien podían derivarse al resto de Europa. Eran medidas que buscaban ayudar a crear un clima económico para las empresas a fin de estimular la hipotética recuperación que se comentaba por entonces. Se presentaban como punto de vista al valor añadido, al proceso tecnológico y al estímulo emprendedor y que, sobretodo, pusiera las bases para que grandes compañías locales lograran ser algún día miembros de una lista en la que no hay manera de aparecer.
Una lista que se conforma de las firmas cotizadas más valiosas del mundo. Algo así como un big picture del poder empresarial global. Un listado que demuestra que, si bien la tecnología es omnipresente, lo que es abrumador es que la mayoría son empresas norteamericanas. De las 50 empresas del mundo con mayor valor en Bolsa, 33 son yankees. Cinco más que doce meses antes. No es casual, de hecho el empuje del modelo económico basado en el conocimiento y la tecnología aplicada es brutal y se deriva de mucho tiempo trabajando en esa dirección. Políticas activas, capital riesgo, formación, ecosistema emprendedor, todo, ahora se consuma en un espacio en el que las cinco primeras empresas de mayor valoración bursátil en el mundo son de allí. Del top10, ocho.
A los americanos les sigue China con casi una decena de grandes compañías entre ese medio centenar. Destaca la entrada de Alibaba que definirá con toda seguridad el inicio de un tipo de empresa tecnológica de ese país al que nos iremos acostumbrando a ir recibiendo. Otros, como Rusia, ya ni aparecen cuando apenas hace un año tenían tres macrocompañías entre las más valoradas del planeta. Esto va rápido.
Hay detalles curiosos. Japón y Corea del Sur solo tienen a Toyota y Samsung, respectivamente. Ninguno de los gigantes está en Latinoamérica. La primera mexicana de la lista es la firma de Carlos Slim y no aparece hasta el 116.
Las empresas son reflejo directo del estado en valor de una economía y de su criterio de crecimiento. Es verdad que hay muchos más valores pero son muchas veces, éstas, las que generan flujos económicos alrededor de sus intereses, los cuales, de rebote tocan a miles de empresas y circuitos complementarios que enriquecen una sociedad y la hacen similar a los valores que expresan. Empresa tecnológica trae sociedades tecnológicas, más tarde o más temprano.
Y en esto que Europa se apaga. Poco o nada que ver en esa lista. Por no haber no hay ni alemanes. A parte de farmacéuticas y algún banco, salvo suizos, belgas y británicos la cosa no está como para tirar cohetes. El valor que se le puede dar a todo esto es significativo.
¿Y las empresas españolas? España sigue sin aparecer entre las 50 principales del mundo por valor en Bolsa. Telefónica llegó a estar en 2008, en seis años ha perdido 100 puestos. Ni Banco Santander, Inditex, BBVA, Iberdrola, CaixaBank, Repsol o Gas Natural aparecen. No valen lo suficiente como para estar entre los 50 primeros.
Pero tranquilos, pan para todos, consuelo de tontos. Ninguna de las cuatro grandes potencias de la zona euro compuesta por Alemania, Francia, Italia o España, tienen a una sola empresa entre las listadas como las cincuenta de mayor valor del mundo. Y es que la distancia entre el poder empresarial de Estados Unidos y China frente al de la zona euro es de aurora boreal. Algo que, visto lo visto y viendo lo que vamos viendo, no va a cambiar e, incluso, empeore.
La vida está cambiando
“La vida está cambiando“. Así empezaba una de las conferencias que ofrecí la semana pasada. En el mismo día y en ciudades diferentes, Madrid y Zaragoza, intenté transmitir la misma sensación: todo está cambiando, lo hace por diferentes motivos y se está reflejando en lo económico y político cada vez con mayor fuerza, sin embargo esto es algo mucho más sustancial. El cambio en la distribución del trabajo y en la manera en como se transmite el conocimiento está siendo disruptivo y no parece que pueda compararse a nada anterior por la confluencia de esas dos revoluciones. Así lo intenté explicar y así lo reflejaron un par de medios que aquí os señalo.
“La vida está cambiando“. Así empezaba una de las conferencias que ofrecí la semana pasada. En el mismo día y en ciudades diferentes, Madrid y Zaragoza, intenté transmitir la misma sensación: todo está cambiando, lo hace por diferentes motivos y se está reflejando en lo económico y político cada vez con mayor fuerza, sin embargo esto es algo mucho más sustancial. El cambio en la distribución del trabajo y en la manera en como se transmite el conocimiento está siendo disruptivo y no parece que pueda compararse a nada anterior por la confluencia de esas dos revoluciones. Así lo intenté explicar y así lo reflejaron un par de medios que aquí os señalo.
En el Aragón Digital se hicieron eco de la conferencia ante mil empresarios que ofrecí en el Centro de Convenciones de la antigua Expo del Agua.
Marc Vidal: “No hay una crisis, hay un cambio de modelo”
Zaragoza.- Marc Vidal ha asegurado en su intervención en el Foro Empresa que el modelo económico y social ha cambiado radicalmente gracias a la revolución digital. El fundador y CEO de Idodi considera que no es una crisis lo que estamos viviendo y que el nuevo escenario implica una serie de importantes cambios que la empresa tiene que afrontar. Vidal ha defendido la importancia de las ideas frente a los productos como motor del cambio.
“La vida está cambiando, y todo cambiará más en los próximos años”. Con esta frase ha arrancado el fundador y CEO de Idodi, Marc Vidal, su intervención en el Foro Empresa 2012. “Desde hace años oímos que vivimos en crisis, pero no existe crisis que dure tanto, esto es otra cosa, lo que ocurrió en 2008 fue el inicio de un cambio absoluto”.
El analista especializado en nueva economía considera que los sistemas de producción y de transmisión del conocimiento están variando y son los que están haciendo cambiar al mundo. Según Vidal, al igual que a lo largo de la historia se han vivido revoluciones en los modelos productivos como la lítica, la domesticación de las especies animales o la industrial, ahora vivimos una digital.
La diferencia, según el ponente, es que ésta se produce justo cuando también sucede una variación en el modelo de transmisión del conocimiento y que confluye con los mismos elementos y herramientas. Del mismo modo que el saber humano se empezó a transmitir a través de los jeroglíficos y ha vivido diferentes etapas como la imprenta, el audio o el vídeo, ahora aparece lo digital. “Por primera vez en la historia se produce a la vez un cambio tanto en los sistemas de producción como los de transmisión del conocimiento, y eso es algo histórico”, ha señalado Vídal.
De este modo, Vidal plantea un mundo nuevo, una hipersociedad, un escenario de una “conectividad extrema”, de sistemas inteligentes, que se está consolidando de forma computacional y en el que hay tal sobrecarga de datos “que a veces nos sobrepasan”. Así, en esta nueva sociedad, recibimos tanta información que muchas veces es complicada de absorber algo que hace que “seamos menos reflexivos, porque no tenemos tiempo para ello, y que hagamos las cosas simplemente porque seguimos una tendencia de opinión”.
Según Vidal, este cambio en el modelo productivo ha provocado cambios en la cadena de valor. “En el mercado de la música, fue la empresa la que introdujo la tecnología digital para reducir costes, pero al consumidor le seguía costando igual, y se olvidó que la clientela podía pensar por sí misma, y lo que era una sustitución se transformó en un cambio de modelo de producción en el que han surgido nuevas plataformas para escuchar música”, ha ejemplificado Vidal, “ya no vendemos productos, proponemos servicios, y hay que entenderlo ya”.
El experto considera que el modelo de gestión ha cambiado, “y lo ha hecho para siempre y no va a retornar nunca, esforzarse por recuperar algo no conduce a nada”. Frente a esto Vidal se ha mostrado partidario del intercambio de ideas, ya que pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal. “El talento global se reproduce en este escenario, con ideas conectadas que permiten que la sociedad sea mejor, muchos de estos cambios van a surgir de la inteligencia colectiva”, ha señalado. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos.
Trasladado al ámbito empresarial, Vidal considera que hay una actitud que acometer: “El cambio que tenemos que vivir inminentemente es creer que somos capaces de salir de estereotipos livianos, hay que liberarse, tenemos que quitarnos de encima las trabas que nos dicen que esto es una crisis”.
Según el ponente, considerado como una de las diez personas más influyente de Internet en España, las micropymes y emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario, “hay espacio para un nuevo juego y cada uno de nosotros estamos para inventarlo”. Para ello, ha animado a los asistentes a trabajar en equipo, utilizar el pensamiento lateral, a disfrutar del propio proceso de emprender y lanzarse y a aprender de los errores “porque la nueva economía está llena de retos”.
En la publicación de referencia TicBeat se explicaban los detalles de la conferencia matinal que ofrecí en el BBVA Innovation Center de la Plaza Sta. Barbara de Madrid donde ante un público vinculado al sector médico busqué como razonar los cambios que a ellos también les están afectando de manera trascendental. Aquí se habló mucho de Social Media, de procesos y de como algunas iniciativas médicas en las que participa IDODI están aportando elementos muy interesantes en el ejercicio de cambio empresarial inminente.
El mejor momento para emprender es ahora
Muchos profesionales no saben cómo reaccionar ante los cambios rápidos que están ocurriendo en el mundo del emprendimiento. Se han producido cambios rápidos e importantes durante las últimas décadas que han influido la forma en la que piensan los emprendedores, las ideas que surgen del emprendimiento y las herramientas que se utilizan para trabajar. Estos son algunos de los conceptos expuestos por Marc Vidal, economista especializado en la nueva economía y fundador de IDODI, durante el evento de Ideágoras en Madrid. El evento, de la que TICbeat es media partner, une a profesionales del sector empresarial y de la salud, se centra en los cambios que se están produciendo en el mundo gracias a la influencia de las nuevas tecnologías y las redes sociales.
En cuanto al emprendimiento, Vidal opina que ahora tenemos más oportunidades que nunca. La conectividad de las personas, el alcance que pueden tener individuos a través de internet y las repercusiones que tiene el entorno de información globalizada significan nuevas oportunidades y empoderamiento de nuevos emprendedores. Nuestra sociedad es capaz de vivir en aprendizaje constante; aprender del error es la clave para poder avanzar. Como sociedad, apunta Vidal, sabemos aprender juntos con una inteligencia colectiva. Con las herramientas tecnológicas ahora somos capaces de hacer muchas cosas a la vez, algo que no se podría hacer en generaciones previas.
Vivimos en un entorno social, en la que tenemos dispositivos que indican datos que no veríamos normalmente. “Vivimos en una sociedad de apps”, apunta Vidal. Esto ha transformado los proyectos que ahora están en auge dentro del mundo del emprendimiento; cada vez cobra más protagonismo los proyectos que usan estas nuevas tecnologías, además de los que puedan sacar partido al big data.
Vidal entró en la temática de la forma de trabajar de las empresas. Cada vez más empresas se están creando desde el punto de partida del uso de la nueva economía y las empresas ya existentes deberían saber cambiar su forma de trabajar para poder adaptarse a los cambios. “Las empresas horizontales son más eficientes, está probado”, apunta Vidal.
Al contrario de lo que piensan muchos profesionales y analistas, quienes consideran que el producto final es más importante que el concepto inicial, Vidal apuesta por el valor de las ideas. “Hoy en día la idea es capaz de fabricar cosas que valen mucho menos que la idea inicial”, apunta. “Por primera vez lo intangible parece más costoso”, añade.
Los cambios del emprendimiento no se restringen a las labores de empresa, sino también a la forma de pensar de los equipos. “Cuando busco un equipo tiene que ser uno que sepa crear cosas inútiles”, explica Vidal. “Como sociedad podemos dar mucha importancia al valor de pensar lateralmente”, apunta, “el poder cambiar la forma de pensar y entender las cosas de otra forma”.
Graficos Y Deudas
Hace días que pienso la imponente gestión de la deuda española puede ser que no tenga unas repercusiones excesivamente relevantes en nuestro entorno inmediato. Pienso que la estrategia final pudiera ser la derivación de la misma a otros mercados a partir de vehículos inversores heterogéneos. Fabricar paquetes y fondos compuestos con los avales y garantias de la deuda pública y privada asumida por la banca española bien pudiera ser el mecanismo si, luego, éstos se reparten por medio mundo a fin de recuperar los decréditos. Como muestra de quien está acumulando esa deuda os pongo dos gráficos. El primero tiene que ver con la deuda agregada española, donde se puede ver quien se está convirtiendo en su soporte. El BBVA y el Banco de Santander suponen el doble de la deuda adquirida por la suma de los veinte siguientes compradores.
El segundo gráfico habla de uno de los acontecimientos más curiosos a los que la banca española asiste desde hace unos días: la toma de posiciones destacadas de un banco español en la deuda agregada griega. El BBVA es el cuarto inversor mundial en bonos helenos. No lo juzgo, sólo lo destaco.
Sobre la edad de jubilación en el blog del BBVA
Hace unos días en el Blog de ActiBva nos pidieron a algunos analistas económicos que reflexionáramos acerca de si la ampliación de la edad de jubilación dará estabilidad a la Seguridad Social o de cual debe ser el modo de articular un sistema de pensiones público para que no peligre su sostenibilidad a largo plazo. Es muy interesante observar los diferentes puntos de vista y las coincidencias evidentes. Os dejo con mi respuesta y os invito a leer el resto.
La pensiones son una especie estafa de tipo piramidal aceptada. El dinero aportado por los nuevos aportantes se usa para pagar a los que salen. Imaginemos que eso deja de pasar a un ritmo soportable. El caso de que deje de ingresarse cantidad suficiente pondría en quiebra el modelo cuando los que salen no pudieran acceder a sus prestaciones. Como ese dinero no revierte en inversiones ni gestiones importantes de activos no se multiplica y el existente es el que se debe reutilizar.
A medida que la clase ejerciente se va jubilando se muestra el envejecimiento de nuestra sociedad y con ello la perdida de cotizantes. Si sumamos un paro estructural que nadie sabe como evitar la cosa pinta muy mal.
Por ello el aumento de dos años para dicha jubilación es la respuesta a una formula aritmética básica que intenta sustentar el modelo público e ineficiente. Se soporta un peso de pensionistas con muy pocos cotizantes. Esa diferencia irá en aumento y el único remedio es ir estirando los límites revertibles. El problema es que todo tiene un límite. Debemos caminar hacia un modelo mucho más permeable y menos tutelar
CRISIS REAL O CRISIS FINANCIERA
En la anterior crisis, la del 93, los malos eran los empresarios. Ahora se acusa a los bancos que no prestan a las empresas. No voy a ser yo quien defienda ciegamente al sector financiero, eso está claro. Ayer dije de que el sector está en la UVI y que precisa de asistencia cardiorrespiratoria, pero no es menos cierto que la banca precisa ser atendida con generoso egoísmo pues tras su derrumbe vendría el de todo el modelo económico actual. Es evidente que la crisis no vino de la economía real y se trasladó a la financiera, sino todo lo contrario. Ahora bien, no seríamos justos si no aceptáramos que el sector real, al estar absolutamente desequilibrado, sobretodo en España, ha repercutido en esa transmisión del problema de un modo estructural.
El problema al que nos enfrentamos y al que nos vamos a tener que habituar, pues no tiene visos de cambio inminente, es a la falta de crédito. Realmente los datos que se aventuran sobre la salida de la recesión en este país para el último trimestre no dejan de ser una broma de mal gusto. Es posible que esos datos se publiquen y que tengan que ver con una fórmula matemática perversa que aprovecha los estímulos como valor fundamental, que compara un trimestre con otro pero que se olvida del verdadero asunto y de la verdadera losa: la falta de dinero en el sector bancario.
Cuando un empresario, un autónomo o un emprendedor intentan poner en marcha sus ideas, sus proyectos o sus sueños se encuentra con un muro gigantesco de negativas y excusas. Ya podremos llevarle el resumen ejecutivo del gabinete de estudios del Citi o del BBVA vaticinando que estamos saliendo de la recesión o que el futuro ya es de color pastel. El responsable de la entidad volverá a decirnos: “déjate de informes y de meriendas que aquí no hay un duro”.
Lo que debemos exigir es que se nos informe adecuadamente de cuanto dinero se le ha dado a la banca y cual es el motivo de que ese dinero no esté llegando a la empresa. En ese modelo de uso siniestro que el gobierno ha adoptado con respecto al rescate del sector se engloba una reforma contable del sistema. ¿Qué significa que se hayan modificado las normas contables del sector bancario? Algo muy sencillo de entender. Algunos bancos y cajas que tenían perdidas según el modelo contable anterior, si se les aplica el nuevo que es mucho más relajado, las convierten en beneficios, algo que, cuando interesa para recibir rescates de todo tipo, puede hacerse al contrario, es decir, entidades con beneficios pueden representar fácilmente que están en pérdidas. Interesante ¿verdad?
Sin embargo esto que parece muy grave no tiene la más mínima importancia. Todos, o muchos, sabemos que el Banco de España y sus derivados son lo que son y están para lo que están. Lo que realmente es importante es entender las repercusiones y el mecanismo por el que podemos salir de todo esto. Culpar a la banca no sirve de nada y, seguramente no sería complemente justo. Culpar algunos ejecutivos si, puesto que cuando el ciclo era expansivo se lo pasaron en grande abriendo oficinas en lugares inverosímiles o gestionando sin reflexión. Esos mismos son los que ahora prevén cierres de sucursales, despidos y sucedáneos. Ninguno de ellos ha sido penalizado por una gestión ineficiente y arriesgada. No obstante, por el momento, los dejaremos a un lado a fin de analizar otros asuntos más urgentes.
Aquí lo que hay que solucionar es el asunto del crédito, tras eso las cosas irán canalizándose en la medida que sea posible, con muchos heridos, ruinas y angustias, pero iremos saliendo. Faltan 4 o 5 años para que en este país se genere empleo adecuadamente, empleo real y no una burbuja laboral gestada en el déficit público. Si se sigue tirando de cheque público pronto rozaremos el punto de “no retorno” y entonces ni el crédito ni los estribillos nos sacarán del tercer mundo. Por eso debemos empujar a fin de que el sector del crédito encienda motores. Si al final alguien para la sangría del gasto público y se pone a trabajar en que el sector financiero arranque, tal vez, la recuperación llegue en 2014. Si no es así, la parada técnica de la economía española se conectará año tras año hasta completar como mínimo una década.
Pero, ¿qué sucede ahora para que la banca siga en sequía? Lo primero que debemos aceptar es que los bancos no prestan por que no quieran o no les de la gana, lo que pasa es que los bancos tienen unos requerimientos de capital que si no los cumplen no pueden prestar. Da igual si eres muy solvente, el problema es ese requerimiento. Es decir, cuando un banco concede un crédito y este pasa a la mora, la entidad debe restarlo de sus cuentas en positivo y acotar otras disposiciones crediticias de algún posible buen cliente. Esa cadena es perversa.
Los bancos sólo pueden en un escenario como el actual, ampliar capital o restringir el crédito. Por eso las provisiones, por eso las cuentas maquilladas, por eso todo lo que supone simular que las cosas no están tan mal, pero la evidencia es la que es y los bancos reflejan en su escasez de gestión crediticia que la economía no aguanta el liquido ahora mismo. Es un pez que se muerde la cola.
En España hay medio billón de euros prestados al sector inmobiliario. Si atendemos que la banca precisa un beneficio mínimo del 5% sobre ese dinero aportado, deberían de recibir de dicho sector unos 30000 millones de euros como mínimo. ¿Está ganando el sector inmobiliario ese dinero al año para pagar los intereses? No. Pues eso, que el problema no es sólo de los bancos, el problema es de todos, pues mientras eso no se solucione, no va a haber ni un duro para nada ni para nadie. Las ayudas eran necesarias, no lo niego, pero pongo en duda el mecanismo utilizado y, por supuesto, la transparencia con el que unos demostradamente inútiles están haciendo uso de las mismas.
BONOS BASURA
La agencia financiera Moody’s amenazó hace un par de meses que bajaría la calificación de hasta 36 entidades españolas, y ha cumplido. Según éstos, la extensión de la recesión en España durante el 2010 afectará a la fortaleza de las emisiones de deuda y títulos híbridos de nuestro sistema financiero. Cuando se acepté que la crisis se agudizará durante el próximo año y que no se irá hasta entrado el 2012, la calificación bancaria será aun más inquietante. No obstante en esta ocasión, las notas han repartido adecuadamente el castigo. Si bien Santander, BBVA y Banesto siguen sobrevolando el escenario más complejo, otras entidades ya rozan lo que se viene a conocer como “bonos basura”.
La agencia financiera Moody's amenazó hace un par de meses que bajaría la calificación de hasta 36 entidades españolas, y ha cumplido. Según éstos, la extensión de la recesión en España durante el 2010 afectará a la fortaleza de las emisiones de deuda y títulos híbridos de nuestro sistema financiero. Cuando se acepté que la crisis se agudizará durante el próximo año y que no se irá hasta entrado el 2012, la calificación bancaria será aun más inquietante. No obstante en esta ocasión, las notas han repartido adecuadamente el castigo. Si bien Santander, BBVA y Banesto siguen sobrevolando el escenario más complejo, otras entidades ya rozan lo que se viene a conocer como “bonos basura”.
Esas entidades en situación muy compleja son Banco Guipuzcoano, Caixa d'estalvis de Tarragona, Caja de Burgos, Caja España, Caja de Canarias, Caixa d'estalvis de Manresa, Banco de Valencia, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Caixa d’estalvis de Terrasa, Caja de Ávila y Caja Segovia. Estas entidades están ya en zona, según Moody’s, de riesgo, pues poseen demasiados elementos exclusivamente especulativos y con evidentes faltas de activos inversores.
La conclusión según el informe presentado es que la mayoría de esta lista en revisión negativa está a un paso del impago, que sería el valor inmediatamente inferior según ese catálogo de calificación de riesgo. Lo más interesante es que la dirección colegiada del “sistema financiero más robusto del mundo” ya ha recomendado a algunos bancos que emprendan medidas para captar capital mediante emisiones de acciones preferentes por ejemplo.
Leer el informe de Moody's pone los pelos de punta. Según ese documento la entidad de estudio y calificación "continúa preocupada porque la presión general sobre la capitalización española no ha sido suficientemente abordada" y asegura que, "a menos que se pongan medidas de apoyo y sean adoptadas por terceros tanto privados como el propio Gobierno, algunos colchones de capital podrían verse afectados pronto por las alteraciones de sus activos". Suerte que tenemos un fondo de garantía infinito.
REDES SOCIALES PERCIBIDAS
Hoy he estado en el Hotel Westin Palace para dar una conferencia sobre “Redes Sociales percibidas, nuevas métricas de publicidad para los entornos web actuales”. El efecto que he producido en el auditorio se puede ver aquí o aquí. Durante algo más de media hora y ante los responsables de comunicación de las principales empresas de este país, entre ellas una decena de Ibex35, y agentes implicados en las adiministraciones públicas estatales, autonómicas y locales. He intentado ahondar con el planteamiento que las redes sociales digitales en si mismas no significan nada si no se logra enlazar con elementos de carácter analógico. Se precisan acciones que monotoricen las redes sociales percibidas. He explicado que las métricas que hasta ahora se usan son réplicas de los sistemas de medición tradicionales y eso en la web social no sirve. El buzz (ruido en la red) es un sistema en decadencia. No funciona para medir pues responde a los patrones de uso y análisis tradicionales y que ahora no son eficientes. Finalmente he buscado elegir los elementos básicos de enlace entre la mética digital en la web social y su génesis en lo analógico. En los próximos días seguiré atendiendo este tema en este blog.
Hoy he estado en el Hotel Westin Palace para dar una conferencia sobre “Redes Sociales percibidas, nuevas métricas de publicidad para los entornos web actuales“. El efecto que he producido en el auditorio se puede ver aquí o aquí. Durante algo más de media hora y ante los responsables de comunicación de las principales empresas de este país, entre ellas una decena de Ibex35, y agentes implicados en las adiministraciones públicas estatales, autonómicas y locales. He intentado ahondar con el planteamiento que las redes sociales digitales en si mismas no significan nada si no se logra enlazar con elementos de carácter analógico. Se precisan acciones que monotoricen las redes sociales percibidas. He explicado que las métricas que hasta ahora se usan son réplicas de los sistemas de medición tradicionales y eso en la web social no sirve. El buzz (ruido en la red) es un sistema en decadencia. No funciona para medir pues responde a los patrones de uso y análisis tradicionales y que ahora no son eficientes. Finalmente he buscado elegir los elementos básicos de enlace entre la mética digital en la web social y su génesis en lo analógico. En los próximos días seguiré atendiendo este tema en este blog.