El error estratégico de no tener una tienda virtual.
Publicó Hamilton Global un informe encargado por Comertia que aseguraba que el 32% de los usuarios de la red que buscan artículos los acaban comprando en una tienda física. El 18% hace lo contrario, observa en espacios a pie de calle pero ejecuta la compra digitalmente. El 64% utiliza Internet como comparador de precios. El estudio resaltaba también que los compradores online premian el precio y la usabilidad de la web para decidirse a comprar, que un 23% de los compradores lo hace a través de la página oficial de la marca del producto y que un porcentaje mayor los compra en ‘marketplaces’ o plataformas que agregan multiproductos.
Publicó Hamilton Global un informe encargado por Comertia que aseguraba que el 32% de los usuarios de la red que buscan artículos los acaban comprando en una tienda física. El 18% hace lo contrario, observa en espacios a pie de calle pero ejecuta la compra digitalmente. El 64% utiliza Internet como comparador de precios. El estudio resaltaba también que los compradores online premian el precio y la usabilidad de la web para decidirse a comprar, que un 23% de los compradores lo hace a través de la página oficial de la marca del producto y que un porcentaje mayor los compra en ‘marketplaces’ o plataformas que agregan multiproductos.
Aunque todavía prevalece el ‘desktop’ como escenario natural de compra por parte de la mayoría de los encuestados, una quinta parte ya admite haber comprado a través de un dispositivo móvil. Sorprende que todavía una tercera parte todavía no ha comprado nada digitalmente y sigan apostando por las tiendas físicas tradicionales. Obviamente hay un aspecto generacional que se irá imponiendo y que, como el mismo estudio refleja, los tres perfiles demográficos que se destacan irán tendiendo hacia un solo espacio digitalizado.
El comportamiento de éstos tres segmentos europeos son por un lado los Millenials, (nacidos entre 80 y 90) que buscan mucha información previa antes de realizar la compra, y suelen comprar más online a la vez que visitan fundamentalmente centros comerciales en lugar de tiendas de calle. Luego venimos los de la Generación X (nacidos entre el 65 y 80). Según el informe compramos de modo menos impulsivo y combinamos la compra física y online. Finalmente los menos digitales del lugar los Baby Boomers (nacidos entre los años 50 y 64), que realizan compras por necesidad entre semana, a pie de calle y sin mucha búsqueda previa de información. La compra digital es anecdótica y va por barrios o aspectos sociales vinculados al nivel de alfabetización digital de cada individuo.
Es cuestión de tiempo pues que se vayan imponiendo los modelos de venta digital. Hubo un tiempo en el que, como dijo Bill Gates cuando eclosionó la red, ‘si no estás en Internet, no existes’, ahora podemos asegurar que ‘si no tienes tienda en Internet, no venderás’. Casos que conozco bien, como el del Corte Inglés que ha aumentado sus ventas en la red un 40% este último año cada vez son más habituales. Eso le pasará a los grandes y a los menos grandes. Es cuestión de ponerse y mirar de asesorarse o que te ayuden. Si precisas de ambas cosas puedes preguntarme.
Y la verdad, no es tanto estar por estar como estar donde están tus potenciales clientes. Los consumidores analizan, deciden y compran cada vez más en ese entorno. No es algo que puedas dejar para otro momento, el crecimiento de un negocio pasa por la capacidad de ventas, o enlace a una venta final incluso física, entre los visitantes de su tienda virtual. Ya no son solo clientes al uso, hemos pasado del cliente al consumidor, y del consumidor a la audiencia.
Hace 15 años todavía se buscaba en ‘páginas amarillas’. La diferencia radica en cómo hemos conceptualizado muchas veces el mecanismo de venta. Antes el cliente buscaba y localizaba el interés, ahora debes encontrarlo tú si quieres venderle. Era una exposición unidireccional mientras que ahora es una conversación sofisticada entre datos, ritmos de uso y capacidad de respuesta logística incluso. Desde el comercio apoyado en el big data hasta el que lo hará en el small data, todo se apoya en un mismo propósito, situarse en el centro del escenario donde todo va a pasar.
No obstante si algo ha cambiado para no regresar al punto de partida es el cómo se vinculan los clientes y las marcas, como se ha hecho más cercana y donde la prioridad ya no es sólo vender sino también generar un entorno de confianza entre ambos. Eso, desde la red, es inmensamente poderoso y uno de los puntos diferenciales entre pymes o pequeños comercios y grandes multinacionales. Ser capaz de afrontar ese valor diferencial y engrandecerlo es ventajoso para tiendas virtuales o comercios en definitiva que saltan a la jungla comercial que supone Internet ahora mismo.
Redes sociales, contenidos por todas partes, relación directa entre vendedor y consumidor a tiempo real, influencers y herramientas de análisis de todo tipo han cambiado el modelo de venta online. Es cierto que una cosa es tener una tienda online y otra ser capaz de vender, pero para ello, como en todo, hay quien te puede ayudar. No obstante, como está claro, Internet y su modelo de comercio electrónico vinculado solo hará que crecer y lo hará aumentando la velocidad. Lo hará en dispositivos móviles y automatizando todo aquello que sea automatizable. No verlo es suicida.
¿Te imaginas querer ir al cine de tu barrio y no poder buscar de camino y parado en un semáforo la cartelera de esa misma noche? ¿Te imaginas no poder hacer la compra de tus entradas? ¿Y con tu restaurante de siempre? ¿Cuánto hace que no vas a una oficina bancaria? Todo es ecommerce en definitiva, todo es lo que va a ser. Además, sin darte cuenta, sin saber porqué has empezado a exigir cosas que hace un par de años no te planteaban ningún problema. La velocidad de carga, las condiciones legales, las devoluciones, si es visible desde tu teléfono, si responden rápido un email o un tuit de queja, etc. Piensa, fue hace un rato que con todo eso eras benévolo y ahora pareces un experto en usabilidad y ‘customer service’.
Como te decía, el problema no es tanto si te va bien tener o no tener una tienda virtual y como la piensas gestionar. El tema es que tus clientes esperan que estés. No lo dudan igual que tú, si eres un comerciante o vendedor de cualquier cosa, cuando eres consumidor o cliente esperas que el otro si esté y esté bien.
Además, por si necesitabas algún estímulo más, decirte que según otro estudio publicado por AT Kearney, España es uno de los países donde más crece el comercio electrónico a pesar de todo y que durante los próximos cinco años, las compras online crecerán a un ritmo del 16% cada uno de ellos.
Imagina un mercado en una ciudad donde te aseguran que cada año va a entrar un 16% más de compradores. ¿No montarías un tenderete? Si necesitas ayuda o consejos, no dudes en contactarme.
Los 'Millennials' y sus preferencias
La semana pasada se hacía público el último estudio Cisco Connected World Technology Report basado en la demanda de fuerza laboral de la llamada Generación del Milenio, Millennials o Generación Y, contrastada con la otra inmediatamente anterior, la también llamada Generación X. De hecho el informe destaca aspectos que ya tenemos contemplados aquí hace tiempo, pero por el calibre de la investigación y el orden de envergadura que tiene, es especialmente interesante.
Según se define, la Generación Y, también conocida como Generación del Milenio o Millennials, ‘es el grupo demográfico que sigue a la llamada Generación X. Sus fechas de nacimiento van desde 1982 hasta 2004 y representan un nuevo modo de vivir, relacionarse y trabajar vinculado especialmente a su condición de ‘nativos digitales‘.
En general, el informe basado en 4000 entrevistas en 15 países, demuestra la forma en la que la tecnología está moldeando el futuro del trabajo y cómo los dispositivos, aplicaciones y soluciones preferidos por esta nueva generación están generando incluso nuevos modelos de trabajo. Desde el ‘multitasker’ o persona que usa entre tres y cuatro dispositivos hasta el interesante detalle de que ese colectivo joven y tecnificado prefiere en un 60% tomar notas con una tableta que en papel. Es curioso ver cómo está cambiando también el detalle acerca del valor que se le da a la presencia física o al contacto humano directo. El 50% de los directores de recursos humanos consideran que ya no es preciso una entrevista real con un aspirante a un puesto de trabajo, con hacerlo en video bastaría.
Hay generaciones a las que les pillará como meros espectadores el asunto de la Internet de las Cosas, pero hay otras ya tomando decisiones que la van a vivir en toda su intensidad en apenas cuatro o cinco años. Es inminente que las nuevas formas de conectividad y comunicación que tiene que ver con todos los objetos relacionándose entre ellos y con nosotros, estimule un nuevo escenario laboral con criterios que van a cambiar muy rápido. En ese sentido los Millennials se moverán muy cómodamente.
El informe de Cisco examina cada año la relación entre el comportamiento humano, Internet y las redes. El informe global, basado en las encuestas a los profesionales de entre los 18 y 50 años, proporciona una visión sobre los retos del presente, que las compañías deben enfrentar para lograr un equilibrio entre los empleados, el negocio, las necesidades de movilidad, los riesgos, la seguridad y la tecnología, dando a esta última el valor de ser el hilo conductor por el que se va a ir moldeando todo.
Como es viernes, vamos a relajarnos con algunas curiosidades del informe que podéis consultar completamente aquí y que, tras la epidermis divertida de algunos aspectos, se esconde un modo de vida futuro, cercano, pero híbrido entre humanos y máquinas. Donde, por cierto, como en otras revoluciones basadas en la tecnología se esta viendo afectada la distribución del trabajo, pero donde también se ve modificada la distribución del conocimiento. Que una misma tecnología afecte a estos dos aspectos troncales de la sociedad es algo inédito hasta la fecha.
Lo dicho, aspectos curiosos del estudio reflejan que los profesionales de la Generación Y son un poco menos propensos a usar sus teléfonos inteligentes para llamadas telefónicas. Cerca de la mitad (53%) lo usan para llamadas menos del 25% del tiempo (frente a un 43% la generación X). Digamos que va en aumento el abandono de la voz según la generación que va llegando. Los Millennials prefieren los teléfonos inteligentes a la TV. Eso ya lo sabíamos, pero hasta que punto tal vez no. La mayoría de ellos seleccionaría su teléfono inteligente y dejarían a otro que les eligiera el televisor.
Sobre el puesto de preferencia que tendría Internet o la conectividad a través del smartphone con respecto a otras actividades de la vida, la cosa llega a extremos poco menos que curiosos. Los profesionales Millennials optarían por no renunciar a su teléfono inteligente durante una semana aunque en su lugar perdieran la electricidad en su casa por el mismo tiempo.
Un tercio de los que han participado en el estudio renunciaría mantener sexo durante un mes si por ello no tuvieran que sacrificar su conectividad o su teléfono inteligente. Si estás pensando que es una barbaridad, piensa que la encuesta da una media, y que si hay algunos que bien casi no sacrificarían nada por seguir con su vida sexual, en Japón salen algo mal parados en esto. Tres de cada cuatro Millennials nipones pasarían de mantener relaciones íntimas si con ello se tuvieran que quedar sin Internet. Tremendo.
Y es que, salvando la anécdota, esto va de transformación digital y de sujetar la importancia real del cambio socioeconómico, cultural e ideológico que vive el mundo. De hecho, los resultados del Informe debería hacer reflexionar a muchas empresas a fin de evolucionar sus modelos de gestión y procesos a fin de adaptarse o cambiar hacía todo este cambio que ya se vive y que protagonizarán los llamados Millennials.
Los cambios aumentan en velocidad. Cada vez son más intensos y la adopción tecnológica más fuerte y veloz. Linkedin necesitó cinco años para llegar al mismo número de usuarios que Google Plus en ochenta días. La humanidad ha necesitado una década para afianzar colectivamente las redes sociales al mismo nivel que precisó un siglo para hacerlo con la radio. Cada vez más rápido, cada vez mejor.
¿Generación invisible?
Leo en ZeroHedge que la riqueza de este mundo sigue en manos de muy pocos. De hecho, menos del 1% de la población mundial atesora casi el 40% de la riqueza del planeta. Comentan acertadamente en Gurusblog por ejemplo que “uno se pregunta en que años los historiadores consideraron que salimos de la edad media, porque en cuanto a distribución de riqueza, uno tiene la sensación que han pasado épocas y régimenes y todo sigue más o menos igual”.
Las cosas no han hecho más que empeorar y parece que el ajuste que el mundo está sufriendo no finalizará de momento. Los que fuimos llamados Generación X lo sabemos bien. Un estudio reciente que atiende datos entre 1989 a 2010 recogidos por la Junta de la Reserva Federal y por la Universidad de Michigan, localizaron que la generación X (nacidos entre 1966 y 1975) se situaron en el nivel de deuda más alto hasta la fecha conocida. En Estados Unidos esas deudas venían por tarjetas de crédito y por préstamos estudiantiles. Precisamente esa cultura del crédito impulsó el auge de la vivienda y la hipoteca. La llamada crisis se llevó por delante todo ese impulso y azotó como nunca a toda una generación. Eso, de una u otra forma lo estamos viviendo en otros lugares. La cultura de la deuda no fue sólo una operativa bancaria sin razón, también estuvo inyectada en al cadena alimenticia del género humano durante décadas.
Mientras los primeros “Baby Boomers” (los nacidos entre 1946 y 1955) y los “Baby Boomers tardíos” (los nacidos entre 1956 y 1965) también sufrieron durante la recesión, éstos sólo perdieron sólo un pequeño porcentaje de su patrimonio neto promedio: se calcula que un 28% los primeros y un 25% los segundos. El informe al que me remito señala que los de la Generación X están siendo expoliados técnicamente por el propio sistema en más de un 60% de manera global. Mucho de todo esto tiene que ver con el modo en el que se está atendiendo el cambio de modelo en el crecimiento de muchos países.
En estos momentos hay una nueva definición generacional que impera en la socioeconomía y que se refiere a la llamada “generación why?”. Esta definición básicamente explica un modelo de consumo o de comportamiento, pero tal vez vaya mucho más allá. Sus motivaciones parecen muy distintas y sus limitaciones también están más claras. A pesar de la conciencia de que los jóvenes de hoy en día están bajo el modelo subsidiado familiar podríamos estar ante el nacimiento de un modelo de relación con el entorno que excluye el coste del mismo, la acumulación de riqueza por el mero hecho de tener más y ante el consumo digestivo de las cosas. En ese entorno y modelo se aprecia como la red es el ecosistema de relaciones que permite preguntar y responder a todo de manera colectiva e inmediata. Pasan muchas cosas en el mundo por ese motivo y por esa acción activa y determinante de los que “no tienen nada” o “no quieren tenerlo” y se conforman con vivir a su manera y disfrutar, aparentemente, consumiendo.
Tal vez la respuesta a los nuevos tiempos no esté en cifrar cuanto patrimonio pierde una generación. Posiblemente, en ese cambio de era que decimos estar viviendo, lo que sucede es que la tasa y valor de cuanto poseemos es menos matemático. Podría ser que acumular conocimiento, por fin, fuera un valor que supere a lo que con ese conocimiento se puede comprar. Cuando una idea valga más que lo que se puede fabricar con ella, algo sustancial estará cambiando.
De generación X a la Y, a los milenials y ahora a los “Why?” Tengo la suerte es que convivo con ellos. En el trabajo mi equipo está plagado de ellos. No tiene que ver con la edad, tiene que ver con el modo en el que miras la vida. Mi suerte es que me rodean. En las universidades de medio mundo por donde tengo el privilegio de dar clases o charlas los hay a millares. Estaban antes y lo están ahora con todas las consecuencias. El mundo está en punto de ebullición. No es necesario dar muchas vueltas para ver que, a cada esquina, la revolución es inminente. No hablo política, social o económica, hablo de una revolución íntima que como individuos se está llevando a cabo y que desemboca, ya, en grupos sociales que deciden dar la vuelta a la tortilla.
Negocios encaminados a ese nuevo marco dependen de que entendamos su real ubicación, menos lejana y quimérica de lo que pensamos, mucho más cerca de lo que se pudiera pensar. Como escuché del Profesor Correa Alfaro “Los Why? están marcando están marcando tendencias y cambiando la economía del mundo. Se mueven por incentivos distintos a las generaciones anteriores. Aunque nacieron después de la creación de Internet, han crecido frente al computador.”
No les limitan las fronteras nacionales: ven al mundo como un solo gran mercado. Son estudiantes o profesionales jóvenes que las tiendas no han logrado atraer mediante las viejas fórmulas publicitarias”. Creen en la e-Zona, la que vende más. El propio Profesor Correa enumeró su estilo de vida en un estudio hace algunos meses.
Los Why? “buscan conectar la vida familiar, laboral y social. Si antes la profesión era la elección más importante en la vida, para los más jóvenes el estilo de vida es la máxima, incluso frente a incentivos económicos. Por ello, aspectos como el lugar donde vivir, el ambiente laboral o simplemente disfrutar la vida son más importantes y permiten la movilidad como nunca”
A la hora de elegir trabajo, prefieren empresas donde puedan destacar y dejar su marca personal. Privilegian la flexibilidad por sobre la estabilidad laboral. Son creativos y capaces de realizar varias tareas a la vez. En Estados Unidos, en 2011 se espera un gran cambio demográfico, cuando los más viejos de los baby boomers jubilen a los 65 años, lo que llevaría a más miembros de la generación X (nacidos entre 1960 y 1980) a los puestos más altos de las organizaciones, mientras los Why? ocuparán los cargos medios, lo que ya estaría ocurriendo.
Están familiarizados con Internet; la comunicación móvil en tiempo real y permanente; y las tecnologías de la información, aunque en esto son superados por sus herederos, la llamada generación Z (los menores de 15 años). Los “why?” son los primeros en nacer con Internet. Los Why? no sólo compran por internet. Según Paola Angelo, directora estratégica de Universal Mc Cann, “son consumidores muy informados gracias a su cercanía con Internet y consideran las opiniones de su grupo de amigos”
Para atraer jóvenes creativos a la empresa, Xerox ha elegido el eslogan “Expres Your Self” (“Exprésate”). La estrategia responde a la tendencia de los Why? de mostrarse a través de sitios de Internet. Según Pew Research, un 54% de los jóvenes estadounidenses entre 18 y 15 años ha usado redes sociales como MySpace o Facebook y un 44% ha creado su propio perfil con sus fotos, hobbies o intereses. Es común que sepan más de un idioma y hayan viajado al extranjero a estudiar o trabajar. En Estados Unidos son el grupo social más diverso, uno de tres provienen de una minoría.
Conocen y les preocupan los temas medioambientales y sociales, los que discuten y difunden vía Internet. Prefieren marcas que comparten sus preocupaciones, como el reciclaje, la protección a los animales y el fair trade (comercio justo). El 69% de los Why? en EE.UU. considera el compromiso ambiental de la empresa a la hora de comprar y un 83% dice que confía más en una compañía social y medioambientalmente responsable. Como comparten experiencias a través de redes sociales, las marcas que logran crear un ambiente de comunidad y comunicación bidireccional con sus consumidores son preferidas por los “Why?”, como el caso Apple.
Es cierto que mucho, no obstante, deberá cambiar. Está claro no obstante que, ya no tanto por una u otra generación, la superficie de todo esto está mutando. Algunso verán simples cambios en hábitos de consumo, de relación social, de nuevos actores económicos o de tendencias sociopolíticas. Yo veo mucho más y espero que así sea. Espero seguir apostando por negocios digitales, que apunten a una nueva propuesta en el que los actores del acto económico se sientan mejor.
Tal vez lo que toca es inspirarse más en la llamada Generación “why” y dejar de mirar hacia lo que ha pasado y cuestionarse lo que está pasando, pues afecta directamente a los retos en los que, como sociedad, estamos inmersos. Una generación aparentemente invisible, que circula por caminos y atmósferas propias y que con el tiempo modificará el valor de la riqueza y su reparto. Estoy seguro.