'Emprender no es un verbo', en Westinghouse
Ya está en tu quiosco digital el número 4 de Westinghouse. Este número ya está disponible para iPhone y para Android además de, como hasta ahora, para iPad. El crecimiento de descargas y difusión no ha hecho más que crecer desde su nacimiento y eso se debe obviamente a la calidad de los redactores que he tenido la suerte de poder sumar en este proyecto y al gran equipo de desarrollo y diseño de la editorial Mediazines. Este número 4 gira en torno al papel que juega ‘el emprendedor en el cambio social y de su propio reto durante ese tránsito’. No sómos héroes, ni villanos, de hecho no queremos ser moneda de cambio en un programa electoral, ni queremos palmaditas en la espalda, no nos hace falta una foto o un abrazo. Se trata de que emprender transforme tu entorno y que te dejen hacerlo. Que eso se haga abrazado de tecnología, porque los emprendedores deben ser, fundamentalmente, exploradores. De ellos, nosotros, depende que lo quememos todo para que emprender no sea un verbo, sino un modo de revolucionarlo todo. No os perdáis algunos de los artículos más brillantes que he leído en tiempo y que tengo la suerte de leer antes que nadie. Os dejo, como es habitual, con mi editorial que intenta definir lo que en el interior de este número dedicado a un verbo que no lo es.
Emprender no es un verbo.
Cada uno es como puede y lo que debería ser es lo que quiere. Escuchar a quienes explican su vida forzando las frases, esperando llegar a la parte en la que dejan de definir su tiempo de trabajo para iniciar la que describe su ocio, es una lástima. En un mundo donde todo cambia y lo hace para automatizar nuestras relaciones, vida y condición, el concepto trabajar también cambia. Yo no trabajo para vivir. No lo hacen muchos de los que me rodean. Viven para trabajar, vivimos trabajando pues en el ejercicio de nuestro trabajo vivimos intensamente los retos y tocamos la textura de nuestros sueños. Y no siempre sale bien. Ni mal. A veces ni sale. Pero lo importante no es tanto si acabas, lo estimulante es vivir.
Este número de WFE que tienes en frente gira entorno al valor que tiene conducir por la carretera que nos han puesto delante. Es la que es, no hay otra. El resto sería impracticable. Las claves de cómo recorrerla es el modo en el que lo vives. El papel de los llamados ‘emprendedores’ no es otro que indicar cual el camino, como debe tomarse y, ¿por qué no?, mostrar las heridas que produce salirse o caer. El futuro espera, el presente se muestra tremendamente exótico para los que queremos vivir intensamente cada avance en la Nueva Economía, en su digitalización y eliminación de procesos. Ser parte de todo eso puede ser, desde el interior de una empresa de alguien, o a través de tu propio anhelo empresarial.
Funda una empresa si quieres. O no. Pero vive este momento con el valor real que tiene. No lo dudes, no es ciencia ficción, es tan real que quema. Déjate quemar. La tecnología llegó, impregnó toda la economía hasta cambiarla muchas veces, y lo hace ahora a mayor velocidad e intensidad que nunca. Emprender en estos momentos es una exploración, algo reservado para conquistadores. Los mismos que se lanzaron a interpretar su presente, sus inventos, convertirlos en negocio y trasladarlos a sus semejantes para mejorar sus vidas.
Como hizo George Westinghouse, emprendedor ejemplar no solo por sus empresas, sino por como entendió el papel de ellas en el cambio de modelo económico y social que se avecinaba.
Para mí, emprender es soñar y conectar con un nuevo mundo inminentemente hipersocial. Emprender no es un verbo, es una manera de ser. Es una representación de cómo cristaliza la esencia humana que quiere explorar. Si aquellos que soñaban con cambiar el mundo lo hubieran creado empresas, seguiríamos viviendo en cavernas. Ese perfil inconformista, que se revela y que no se acomoda es el que tanto molesta a los que nos pretenden “dirigir”, ese modelo de vida es el que no teme fracasar, no siente dolor y escucha, no dice no, no dice imposible sino ¡vamos!, no piensa en si va solo o acompañado, solo decide ir. Entra en Westinghouse Future Economy y verás de que te estoy hablando. Ven.
”El futuro ya ha empezado. ¡Esto es la guerra!”
La editorial del número de 2 de la Revista Económica Westinghouse está planteado como una advertencia a aquellos que consideran que hay muchas cosas que para que pasen ‘aun falta mucho’. Es habitual, cada vez menos visto lo visto, escuchar aquel ‘eso ni tú ni yo lo vamos a ver’. Desde hace un tiempo eso es casi tan arriesgado asegurarlo como todo lo contrario. De lo que hablamos en este segundo número, del que cómo haré siempre replico la editorial en mi blog, es de ser partícipe o simple espectador. Hubo un momento en el que esto era opcional, ahora es casi obligatorio. Por lo menos para los que quieren ser protagonistas de su propia existencia, ser los que, a pesar de las mil batallas que se libran a lo lejos, algunas flechas nos tocan. Muévete, álzate y, aunque seamos pocos, apenas unos trescientos, la batalla por la conquista del futuro, la historia, nos observa. Este número 2 está disponible todavía solo para iPad pero en los próximos días también lo estará para Android y smartphones según me ha asegurado la dirección de la editorial Mediazines.
”El futuro ya ha empezado. ¡Esto es la guerra!”
La digitalización ha cambiado la economía, y también nuestras vidas, a una velocidad formidable. El despegue de la economía digital acorta las cadenas de valor, de las que se excluye cualquier eslabón que no aporte beneficio. De eso va todo esto. Va de entender el momento, de saber elegir entre lo que es accesorio y lo que realmente importa; entre el espectáculo formal y la realidad de fondo. Sabemos que ahora vivimos algo único y retorcidamente especial. Estamos presenciando el tránsito entre dos océanos, uno que representa un mundo anterior analógico y otro que se llena de datos y es digital. Es el paso de un mundo industrial atado a los convenios del pasado hacia el futuro automático y automatizado.
Westinghouse, Future Economy, es el libro de instrucciones para ordenar el rompecabezas. También es uno de esos papiros ocultos o escrituras prohibidas de chamanes y magos que esconden pócimas para transformar el mundo. Expresando nuestro modo de entenderlo todo y sin pretender ser más que un canal de conexión entre lo que es inminente y sus repercusiones socioeconómicas, en este número Westinghouse te ofrecerá más datos y más conocimiento sobre todo ello. Recordemos que saber es poder, querer es otra cosa.
Este segundo número quiere ser parte de la batalla que se libra en algún lugar sin coordenadas. Hablo de una guerra invisible pero a la que todos debemos atender y en la que nos jugamos el futuro de la humanidad. En ella participan dos bandos, como ya sucedió en otras ocasiones; por un lado, están los del flujo inservible e inércico que se dirigen hacia la nada, esos que esperan cifras de organismos oficiales que otorgan puntuales números favorables, los comparan con cifras menores o con cualquier dato que, por bueno e inmediato, les sirva. Son los del bando tóxico y peligroso. Hay otro frente, el nuestro. Este se encuentra en una posición en la que todo es oportunidad y donde los que conducimos siempre vamos con las luces largas. El futuro ya ha empezado. El liderazgo tecnológico es un requisito fundamental para mantener el liderazgo económico. Precisamente, esta búsqueda de la innovación y la voluntad de seguir evolucionando es lo que representa un verdadero desafío para toda la sociedad.
La revolución digital no es más que la antesala de un mundo automático y mejor, un lugar donde las personas dispondrán de oportunidades fuera de las obligaciones actuales. Sin embargo, nuestra revolución va más allá de la obsesión por smartphones, tablets o aplicaciones, es mucho más que hacer el ridículo esperando la llegada de un producto icónico durante horas o días frente a una Apple Store. Es mucho más intenso y profundo. De hecho, no es ni el tiempo que gastamos en todo ello, ni en como los utilizamos, tampoco tiene que ver con las redes sociales o con la distribución de la información. Si tomamos distancia, descubriremos que lo que estamos fabricando es un mundo interactivo, líquido y cada vez más pequeño.
Pero esto depende de cada uno de nosotros. Visto lo visto, y viendo lo que vamos viendo, poco o nada puedes esperar de los que ”deciden”. El desconocimiento de aquellos que siguen en la inopia aun teniendo responsabilidades de liderazgo, no los exonera de ser responsables de haber dejado pasar la oportunidad de conquistar “el futuro”. Si me apuras, hablamos de una Europa que sigue revisando su papel. O de Latinoamérica que está ante la mayor oportunidad que le ha concedido la historia. Si no hacen nada se les recordará por eso. Saldrán en los libros de texto como la generación política que permitió que el tren del futuro pasara por delante de todos y ni se enteraron. Esperemos que lean Westinghouse.
Si lo hacen, si nos leen, podrán saber, en este segundo episodio de nuestra historia, por donde va eso de la ”economia colaborativa” conociendo de cerca la startup ”letmespace”, saber cuál es valor y ”coste de una idea”, ver cómo los ”tecnorrevolucioanrios” están dibujando un mundo distinto y mejor, darse cuenta de que en Boston hay un ”Silicon Valley” repleto de conocimiento, ver cómo en una conferencia nos explican el método que elige una nevera ”para comprar por sí misma”, entender por qué Spotify es el verdadero referente de la economía freemium o incluso aprender que de los valores de un perro pastor alemán se puede inspirar un modelo empresarial.
Yo, si fuera ellos, leería WFE.
El 'nuevo punto de vista'
Hace apenas unos tres años, cuando mi hijo tenía cinco y le pedí que ‘cambiara de canal’ en la televisión, su gesto inmediato no fue buscar el ‘mando a distancia’, su acción fue la de dirigirse a la pantalla y mover su dedo sobre ella. Antes de hacerlo recordó que esa no era táctil y rectificó sin apenas dar importancia. A su temprana edad ya mezclaba los dispositivos y, sin querer, predominaban los que utilizaba con mayor asiduidad. En aquellos días, mi iPad era su juguete favorito. Estoy convencido que pronto serán las Google Glass y cuando le pida cualquier información me temo que su gesto será frotarse el cráneo lateral.
Cuando imagino el mundo en el que vivirá mi hijo Max, cuando pienso en el futuro e intento abarcarlo con las ideas y datos que ahora gobiernan mi mente y la limitan, suelo comparar en como era mi universo inmediato hace apenas diez o doce años. Recuerdo un mundo sin redes distribuidas, sin hiperrelaciones que pudieran hacer comprensible que durante un almuerzo pudieras dejar de atender a tu compañero de mesa para responder un email ‘urgente’. Recuerdo cuando era de mala educación ni tan siquiera dejar el teléfono encima de la mesa.
Me viene a la cabeza que caminar por la calle, apenas hace un par de décadas era algo que se hacía sin contacto telefónico, sin gps y sin gadgets asociados. Eran tiempos en que para hacer todo lo que ahora logramos con un solo dispositivo precisábamos media docena. Un smartphone ahora fotografía, filma, ordena tu vida, almacena, gestiona, envia correos, permite escuchar música, la radio, ver la televisión, atender videoconferencias, etc. Eran tiempos en los que, cuando analizábamos los avances, muchos decían aquello de “eso no tendrá éxito, no lo va a querer nadie. Es caro y además, ¿quién va a ir todo el día con un teléfono tan grande?”. Hoy pasa lo mismo con las Google Glass por ejemplo.
No hablamos de un dispositivo, no hablamos de una herramienta, no es sencillamente un Gadget que se extiende desde nuestro teléfono inteligente para apoyarse sobre nuestra nariz. Es un objeto derivado de nuestra conciencia. Un enorme universo de opciones que se basarán, no en lo que es capaz de hacer, sino en lo que seremos capaces de entender sobre ellas. No es tanto que el ‘point of view’ cambie, cambiará por supuesto, es sencillamente que el patrón de relaciones entre las personas se sucederá con menos intermediarios.
Las Google Glass, y también las infinidades de marcas y modalidades que saldrán como salieron tras los primeros iPhones y iPads toda una serie de dispositivos derivados, serán capaces de suministrar información a tiempo real que podemos interpretar de anecdótica, pero también podemos encender el dispositivo que nos permite imaginar el futuro y seguramente veremos millones de personas vinculadas a un ‘device’ imposible de eliminar de lo cotidiano, de lo absolutamente necesario para establecer relaciones humanas y conexiones con las cosas.
No es ciencia ficción, ni tampoco un mero entretenimiento para ‘geeks’, es mucho más. Es la escuela del futuro como indican en la CNN. Es inminente toda esa revolución. En apenas cinco años todo será distinto. Será el modo de compra que viene, la gestión empresarial avanzada, la interpretación de una dimensión que los más pequeños asimilarán de inmediato y a otros nos va a tomar algo más de tiempo. Negándolo, muchísimo más.
Para mí la evolución de la vida se aferra a la tecnología. Defiendo que el uso de la tecnología otorga al ser humano un modelo de empoderamiento que la historia demuestra. Se puede usar bien o mal, pero la información y la transmisión del conocimiento que otorga esa tecnología nos hace más conocedores, más inteligentes y por lo tanto, más libres de decidir.
Os dejo con el video del The Arcanum que se produjo hace dos días y que dio una utilidad muy interesante de las Google Glass.
Universo multipantalla
Ayer publicaron que mi cuenta de twitter había sido seleccionada como uno de los 20 perfiles más influyentes en materia económica según una publicación digital. Algo que no deja de ser una anécdota, pero que me hizo pensar en lo que realmente estamos viviendo y no nos damos cuenta. Hace cinco años publiqué mi primer twitt, que versaba acerca de las primarias demócratas en las que Obama no contaba demasiado al principio. Traté ese tema porque en aquel momento no había usuarios suficientes en España para crear una comunidad y la inmediatez que ofrecía era brutal para saber que pasaba a tiempo real en los caucus de Massachussets, por ejemplo. Recuerdo como en aquella ocasión los debates apenas los seguía por televisión y me enfocaba en mi computadora. Cuando pasaba a la televisión, abandonaba mi computadora. Ayer, siguiendo el segundo debate presidencial desde un hotel de Quito, noté que todo había cambiado.
Miraba la televisión, revisaba las opiniones en las redes con mi iPad, retocaba este post en mi Macbook, y enviaba mensajes desde mi iPhone sobre el evento a los que no tenían acceso a la emisión americana. Estuve inmerso en lo que se viene a llamar un mundo multipantalla o hipersocial cuando lo que hacemos es distribuir toda la información de manera estratégica.
Es curioso como han ido integrándose esas pantallas, dispositivos y modelos tecnológicos que me permiten interactuar y relacionarme con mi mundo inmediato e inmediatamente lejano. En este sentido, hace unos días el laboratorio digital de investigación de tendencias Think with Google presentó un informe titulado ‘El nuevo mundo multipantalla: comprendiendo el comportamiento entre plataformas del consumidor‘, que recomiendo leer pues se describen los modelos de consumo de información en los Estados Unidos y por derivación en breve en Europa. El informe explica que nueve de cada diez personas realizan durante su vida cotidiana diferentes actividades a través de teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras y televisores, ya sea de manera simultánea o bien una detrás de otra, según los datos recabados en este estudio que relató Juan Manuel García en La Vanguardia.
El televisor sigue siendo la plataforma a la que el consumidor estadounidense dedica más tiempo (43 minutos por sesión) pero simultáneamente utiliza otros dispositivos: principalmente el smartphone (49%) y el PC (34%). El 77% de quienes miran la televisión lo hacen con un dispositivo en la mano, a menudo con una tableta o un teléfono inteligente, que utilizan para realizar consultas online relacionadas con lo que están viendo en la televisión.
Uno de los datos más significativos señala que la del móvil es la pantalla con la que los consumidores inician la mayoría de sus actividades online. Los smartphones son, por ejemplo, el punto de partida de la mayor parte de las búsquedas espontáneas (80%). Esta primera interacción se transforma posteriormente en búsquedas más planificadas, que se realizan principalmente a través del ordenador o, en menor medida, de las tabletas.
El tipo de cuestiones formuladas por los responsables de la división de marketing móvil de Google en esta encuesta ya hacían prever el dibujo de este “nuevo mundo multipantalla”: “¿Cuántas veces ha empezado a leer un correo electrónico en el teléfono, mientras viaja, y luego lo sigue haciendo en su computadora portátil cuando llega a casa?”; “¿O quizás vio un anuncio de un coche nuevo y luego usó su tableta para buscar las especificaciones y verlo en acción?”. En definitiva, se trata de respuestas bastante predecibles, pero en cualquier caso el informe aporta datos concretos y define fielmente los nuevos comportamientos del consumidor actual.
Google considera los hallazgos obtenidos en este informe una evidencia de que aquellos que quieran conectar con conceptos sociales deben desarrollar campañas adaptadas a la tendencia de la gente a saltar de una pantalla a otra. Hace años que los usos económicos y sociales que nos rodea, evidencian que el usuario o cliente determina y la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. La novedad es que ahora somos “más hipersociales” y estamos más preparados para “transmitir conocimiento” y hacerlo en un universo multipantalla como escenario cada vez más natural. Si estás pensando un negocio, piénsalo en varias pantallas a la vez. Sería algo así como la cuarta dimensión.
Empieza el #TueddyTrip
Más de quinientos candidatos se presentaron a la oferta de Tueddy en lo que nos gustó llamar “el mejor trabajo del mundo“. El 92% de ellos fueron chicas por cierto. Las exigencias eran la voluntad recorrer el mundo, hablar tres o más idiomas, tener un absoluto dominio de la tecnología móvil, ser capaz de moverse con una maleta ligera y ponerle mucha pasión y conocimiento sobre el mundo de la moda y de las redes. La selección se filtró por diferentes factores pero el principal fue el de diseñar el antianuncio laboral. No dimos casi pistas de lo que queríamos, ni demasiadas indicaciones, sólo insinuamos que y donde pero no como. Eso nos daría y así fue perfiles definitivos de personas capaces de ser proactivas, capaces de resolver creativamente y sobretodo de tener mucha iniciativa. La verdad es que no ha sido nada sencillo descartar tanto talento, pero ya tenemos a nuestras TueddyTrippers para Latam y Europa.
Esta primera fase comienza la semana que viene con la salida desde Barcelona y Lisboa de Ona Vinyamata y de Sara Coimbra respectivamente. La primera pasará por Italia, Inglaterra, Irlanda, Belgica, Holanda, Francia y Alemania. Nuestra tueddytripper para América Latina lo hará en Portugal, Chile, Argentina, Colombia, Mexico y Brasil. Ambas se encontrarán con el resto del equipo Tueddy en Berlin durante el Bread & Butter en enero, donde esta empresa participada por IDODI se presentará ante la sociedad de la moda global. En la siguiente fase, en enero, otra selección de tueddytripers irá a USA, Canadá y Asia Pacífico.
La plataforma o aplicación, es difícil definirla, está lista para abrirse al público en general. Eso sucederá este mismo mes pero todavía estamos ultimando la entrada de marcas muy importantes de casi todo el planeta. Tuvimos una aceptación muy superior a lo previsto cuando presentamos el proyecto y se nos fue la mano cuando “garantizamos” que a los primeros diseñadores y marcas les “haríamos el trabajo de subir su material nosotros mismos como regalo de bienvenida”. Estamos encantados, pero ha sido duro. La aplicación está siendo muy bien vista en eventos y encuentros internacionales donde estamos presentándola y la ronda de financiación para la captación del capital sin haber empezado está casi cubierta.
Desead suerte a nuestras chicas, ellas son personas que no soportan quedarse en el sofá. Podréis seguir sus andanzas por el mundo a tiempo real en el blog TueddyTrip y en sus canales sociales, donde subiran fotos, experiencias, videos, entrevistas, reflexiones y todo lo que les preguntéis os lo responderán.
Formarse en redes
Como ya sabéis, la Universitat de Barcelona a través del Instituto de Formación Continua me encargó la dirección del nuevo Postgrado en Community Manager & Social Media. Consideraron que Cink era el partner ideal para dar respuesta a la demanda de las empresas de estos nuevos profesionales. Precisamente uno de los motivos por los que acepté el proyecto fue el de poder disponer de profesionales bien preparados una vez finalicen el postgrado. Eso puede pasar en alguna de las delegaciones de la empresa o donde tenemos acciones en marcha.
Cink lleva más de dos años gestionando de manera profesional ese entorno y, ahora que las empresas están adoptando esta figura profesional como una parte de sus estructuras, ha llegado el momento de aportar valor a algunos de esos nuevos entornos. En línea con el desarrollo de la Web 2.0 la profesión de Community Manager se ha posicionado como imprescindible en la estrategia de comunicación y comercialización de una empresa. Dada la importancia que la comunicación corporativa ha adquirido en la Web, el programa profundizará en las funciones que ha de desempeñar el Community Manager dentro de una empresa por un lado y en gabinetes de acción integral por otro. Los alumnos se convertirán en especialistas en al gestión de las redes sociales y aprenderán a comunicar las acciones de la empresa a través de este nuevo medio.
El Postgrado en Community Manager & Social Media pretende ofrecer una buena oportunidad laboral para los alumnos que cursen estudios en esta área que ha adquirido importancia en estos últimos años. Sabemos que las cosas pintan duras, difíciles como nunca antes se habían presentado, por eso todo tipo de iniciativas que giren en torno a darle la vuelta, y en escenarios de futuro, mejor.
Para los que piensen que en las redes sociales y en los entornos de comunicación social sólo hay humo, les aconsejo a profundizar en algunos de los elementos que demuestran que “algo ha cambiado definitivamente” y que, sin llegar a convertir en “orden de ley divina”, por suerte o por desgracia, las relaciones humanas, empresariales, institucionales y políticas se producen en un ámbito digital y social. Para estar donde van a pasar las cosas, entre otros espacios, este Postgrado, en su primera edición, es fundamental.
Para amortiguar el coste económico, cada alumno pueda acceder a un iPad de regalo, con el que intentaremos realizar uno de los retos que se nos impusieron al principio: aportar datos y elementos de estudio al nuevo Plan de Innovación Metodológica el IL3 de la Universitat de Barcelona, lo que por otro lado es otro de los factores por los que este master se convierte en muy interesante. Si os parece que podéis tener cabida, y sabiendo que las plazas van a ser limitadas, aquí podéis encontrar más información e inscribíos.
Quiero agradecer el soporte de Jesús Gordillo en este proyecto, pues seguramente sin su coordinación de docentes y contenido esto sería imposible de gestionar visto lo visto.