La crisis del Covid-19: la gran oportunidad
De momento, parece que las únicas medidas que se prevén para afrontar el desastre económico al que nos acercamos, son las que ya se aplicaron en otros momentos de la historia. No hay referencias previas que puedan servir de inspiración al hecho de que el planeta detenga su flujo económico casi en su totalidad. Esta sucediendo de un modo episódico, pero poco a poco se irá parando todo. Los estados, con escasas excepciones, se niegan a poner el contador a cero. Consideran que el daño sería formidable y que no es necesario llegar a ese extremo. A cambio han optado con exigir la bajada de persiana por sectores. El error es mayúsculo.
De momento, parece que las únicas medidas que se prevén para afrontar el desastre económico al que nos acercamos, son las que ya se aplicaron en otros momentos de la historia. No hay referencias previas que puedan servir de inspiración al hecho de que el planeta detenga su flujo económico casi en su totalidad. Esta sucediendo de un modo episódico, pero poco a poco se irá parando todo. Los estados, con escasas excepciones, se niegan a poner el contador a cero. Consideran que el daño sería formidable y que no es necesario llegar a ese extremo. A cambio han optado con exigir la bajada de persiana por sectores. El error es mayúsculo.
Contemplar la economía actual como un elemento lineal, capaz de cortar una cadena de valor determinada y que afecte relativamente poco al resto es muy naíf. Se olvidan, u obvian voluntariamente, que a medida que el desempleo, los impagos, las quiebras y las insolvencias se desplieguen por los sectores a los que se les ha exigido cerrar su actividad (en España hablamos de sectores productivos que suman el 30% del PIB y el 28% del empleo) el virus se irá trasladando al resto. No existen cortafuegos en la economía actual.
El coste de estimular la economía detenida obligatoriamente se llevará por delante la propia recuperación y, lo que es peor, las opciones de modernizar nuestro modelo productivo ante un futuro en el que las oportunidades para los países más tecnológicos se abrirán como nunca antes. Quien no tenga músculo para robotizar, automatizar y transformar digitalmente su modelo de crecimiento perecerá en el pago de una hipoteca gigantesca que lo conducirá al vagón de cola para siempre.
Vivimos el inicio de una nueva era. Este era el detonante del que hablé en mi último libro. No podía saber si sería social, climático, cultural, político o, como ha sido, sanitario. Sólo pude deducir que algo nos conduciría a un nuevo mundo con nuevos patrones. Quienes ahora se gasten el capital en parchear no podrán construir algo nuevo y mejor.
Europa, de la que no puedes esperar estrategia, ha hecho lo mejor que sabe hacer. Limpiarse las manos. Pero en este caso lo ha hecho con gracia. Ha tenido el detalle de poner a disposición de todos los países un pastizal a modo de compra de deuda casi infinita. Un billón de euros es algo infinito. Con eso, cada país podrá afrontar el reto de diseñar su futuro de postguerra. Unos lo sumarán a sus planes previos de modernización, otros a pagar subsidios a los heridos, algunos a repensar sus estructuras y unos pocos a salvar su sistema financiero si sufre en este período. Vete tú a saber.
Pocos, o ninguno, utilizará esa montaña de papel impreso para parar el contador durante unos meses, asumir el mayor reto económico de la historia y, de un modo quirúrgico, afinar medidas que equilibren la salida de la crisis, compensar a los damnificados y estimular una economía nueva, más tecnológica y más automatizada. Esta pandemia debería de hacernos ver las tres claves históricas que no podemos desaprovechar y que están frente a nuestras narices confinadas:
La automatización no era el enemigo, es quien permite hoy que este mundo siga funcionando. Muchos sectores estarían paralizados si viviéramos en 1990.
La inteligencia artificial no era un problema, es la que está ayudando al sistema sanitario mundial a pelear contra una crisis médica como nunca antes. El desarrollo de vacunas en tiempo récord o en el control ciudadano en Corea del Sur para la reducción de infectados, son la prueba.
La robotización no vino a quitar el empleo a nadie, sino que es quién va a garantizar una renta mínima y universal para los que esta crisis va a ubicar en un lugar del que ya no podrán salir.
Si las medidas que se van a adoptar no responden a estos tres preceptos; a una moratoria tributaria; a una parada de las obligaciones de pago públicas y privadas (contador a cero) durante los dos o tres meses; y por el contrario se pretende utilizar herramientas antiguas para problemas inéditos, la primera de las consecuencias que viviremos será la deflación. Un enemigo del crecimiento muy tóxico. Si ese dinero que se debería utilizar para ‘crear’ un mundo nuevo, se utiliza para lo de siempre, la deflación, que es precisamente lo que están descontando las bolsas estas últimas sesiones de locura, está servida. El dinero no valdrá casi nada. Su capitalización será pura epidermis.
Pero veamos que supone esa deflación. El BCE lleva desde la crisis de 2008 esforzándose en situar el IPC en el entorno del 2% y ahora, con la crisis del coronavirus, la caída del consumo y el desplome de las materias primas, se trasladarán a los precios industriales. A esto se le llama deflación. ¿Que pasa cuando hay deflación? ¿Cómo funciona? ¿Que efectos tiene? Pues no es demasiado complejo. Todo empieza con una expectativa aparente de caída de precios. Primero motivado por algún factor determinante y luego por sus enlaces. En este caso ya sabemos el detonante y sus enlaces como he dicho.
Las expectativas de que se va a consumir menos aumenta esa sensación de previsible caída futura a niveles desconocidos hace décadas. La gente deja de consumir o retrasa los gastos e inversiones que hace unos meses eran parte del presupuesto esperado. La parada técnica no es completa no obstante. Al no haber consumo, no hay dinero y si no hay 'materia prima monetaria' el valor que se le da al dinero es exageradamente alto y a la voluntad de gasto aun más, debido a una falta de demanda previsible. El problema de empleo será global, lo que ahondará en el bucle.
La falta de demanda provoca quiebras y el cierre de algunos negocios por falta de facturación. La falta de facturación provoca negociaciones a la baja en plantillas y se establecen criterios de saneamiento laboral por lo que el paro aumenta. Sigue el bucle. Al aumentar el paro se acentúa la caída de la demanda y se evidencia que una de las partes del 'ciclo deflacionario' se convierte también en uno de sus motivos. Además, el descenso de demanda viene dado por una expectativa de coste inferior. Seguro que será más barato mañana.
La expectativa de coste inferior obliga a recortar precios. Este es otro bucle. La caída libre de precios generalizada dificulta las opciones de cancelación de deudas y la tasación de activos se elimina. Otro bucle, el financiero. Nadie es capaz de gestionar patrimonios sin tener claro cuales son sus valores reales. En un estadio de pérdida de valor objetivo de las propiedades o activos es imposible determinar estrategias. Sin estrategias de inversión, o no hay inversión o esta se deteriora.
El deterioro de la inversión destruye empleo y volvemos a otra de las fases intermedias y a retroalimentar el problema absoluto de caída de precios. La caída de valores patrimoniales aumenta la falta de pago y a la larga reduce las solvencias. Re-bucle. Ante un escenario de falta de solvencia o capacidad de avalar en fase deflacionaria, los bancos que tampoco estarán para muchas bromas, extremarán su prudencia posiblemente reduciendo de crédito. (Esta fase será después de la lluvia de millones anunciada sino se plantea otro camino al que parece va a ser).
La gente retiene el efectivo que tiene o le queda, deja de depositar en productos de inversión y se evidencia que el sistema financiero no tiene uso de una cantidad de dinero que no existía. El BCE garantiza 750.000 millones que no tiene. Los tiene que ‘crear'. Pero como sabemos, no hay problema. Para eso se compraron una impresora gigante. En plena deflación la gente da a su dinero un valor mayor. Guardar el dinero se convierte en algo prioritario pues las circunstancias deflacionarias aumentan el poder adquisitivo de la liquidez. Mejor lo mantengo ya que mañana, con lo que tengo, pueda comprar más.
Y entonces volvemos a tener una consecuencia que es un motivo. No gasto pensando que con lo que ahora compro uno, mañana compraré dos. Se genera una gran expectativa de caída de precios, por lo que se inicia el bucle una vez más. Y es que en economía si podemos hablar de un virus, ese se llama deflación. Un virus, como sabemos por desgracia, no actúa hasta estar bien instalado en el interior del sistema. La Deflación no se pone en marcha hasta que el sistema ya está técnicamente sin defensas. Durante un ciclo deflacionario la demanda cae en picado. El origen podría ser el 'shock' de oferta que vivimos. Que será de demanda también. La distorsión del sistema es evidente y podría ser que la solución del plan de choque presentado nos conduzca a una deflación sistémica muy difícil de superar.
Pues eso, la solución inmediata es la de decretar una moratoria de impuestos, una amnistía tributaria que permita poner a cero el contador del sistema económico mientras dure la fase más dura de la crisis. El resto de soluciones son parches que conducen a una deflación y que impedirán utilizar ese capital garantizado para afrontar el futuro con ilusión, modernidad y sostenible. Un espacio futuro en el que deberemos contemplar una renta básica, unas pensiones justas, un empleo de alto valor, una menor dependencia de sectores sensibles a cambios de ciclo y una automatización absoluta de nuestro modelo de crecimiento que garantice todo lo anterior. Algo, que de momento, nadie, en sus sillones de alcántara, está contemplando.
El día después de que se agote el Fondo de Reserva. La oportunidad de cambiar un modelo ineficiente.
Hace unos días advertí a quien ganara las elecciones, o a quien pudiera conformar gobierno, que tendría que llevar a cabo el segundo mayor recorte desde la crisis. Algunos de éstos ya han empezado aunque no tengan nada que ver con el grueso de lo que quise decir. Hace pocos días el gobierno en funciones, y previsiblemente el que renovará, recortaba una de esas partidas significativas en materia de economía del futuro, Mal inicio para el necesario modelo de modernización económico. La reducción de un 90% del capital previsto para ayudar a startups en España no es para nada un indicativo que pueda tranquilizar a quienes vemos en este tipo de empresas uno de los mecanismos a medio plazo para crear empleo de valor, innovación socioeconómica y un modelo de crecimiento distinto al que hemos tenido hasta ahora.
Hace unos días advertí a quien ganara las elecciones, o a quien pudiera conformar gobierno, que tendría que llevar a cabo el segundo mayor recorte desde la crisis. Algunos de éstos ya han empezado aunque no tengan nada que ver con el grueso de lo que quise decir. Hace pocos días el gobierno en funciones, y previsiblemente el que renovará, recortaba una de esas partidas significativas en materia de economía del futuro. Mal inicio para el estímulo necesario al modelo de modernización económico que supone Enisa. La reducción de un 90% del capital previsto para ayudar a startups en España no es para nada un indicativo que pueda tranquilizar a quienes vemos en este tipo de empresas uno de los mecanismos a medio plazo para crear empleo de valor, innovación socioeconómica y un modelo de crecimiento distinto al que hemos tenido hasta ahora.
A la vez que esto sucede, las noticias sobre empleo parecen dar la razón a quienes consideran que estamos en franca fase de recuperación. De este modo la apuesta a negro y par es evidente. Creo empleo dónde es más sencillo crearlo y me olvido de algunos otros espacios que tienen una repercusión mucho más lejana. Es un modo de ver la política y la economía muy táctica, pero poco estratégica.
Sin apartar la vista de que por encima de todo, crear empleo no puede verse como algo malo, nos estamos acostumbrando a valorar como bueno algo que es bueno desde la epidermis y que probablemente, a medio plazo, nos va a llevar a la casilla de salida. El paro se está reduciendo y de forma importante. Es cierto que la prioridad es lograr que quienes no tienen trabajo puedan volver a tenerlo y, por derivación, activar el consumo interno. El problema es el tipo de empleo que se está creando y las consecuencias que esto puede tener.
Es preocupante la repercusión que este tipo de acciones y las consecuencias que tienen con la liquidez presupuestaria. El ministro De Guindos se ha ido a negociar con Europa una moratoria ante el incumplimiento de déficit, un perdón supino a la multa pertinente. El ‘brexit’ juega a nuestro favor y probablemente nos concedan el perdón momentáneo. No sería bueno que en tiempos en los que algunos piensan en irse, apreten las tuercas a los que se quieren quedar. 'No molestemos a éstos que están tranquilos', deben pensar.
No obstante, las consecuencias que tendrá este punto tienen mucho que ver con otro que estos días llena los debates económicos y que, por casualidad, tratamos hace unos días también en este blog y en mi programa de televisión: el Fondo de Reserva y las Pensiones en si mismas. Estamos ante la liquidación de un modelo socioeconómico que no necesariamente debe ser visto como algo catastrófico o dramático sino como una oportunidad para corregir algunos puntos y poner en marcha urgentemente políticas activas que generen un escenario acorde con el mundo que nos va a tocar vivir en los próximos cinco o seis años.
El Fondo de Reserva se está secando y a marchas forzadas. No hace falta ser Premio Honoris Causa para entender que si vas metiendo la mano en un cajón donde guardas billetes para cuando te falte liquidez corriente y no lo recargas en un tiempo determinado te quedarás sin ‘cash’. Además, cómo suele pasar en la economía doméstica, cuando has metido la mano más de una vez, se normaliza el hacerlo.
Pero al contrario de lo que muchos analistas comentan no veo que esto sea algo que deba convertirse en un ataque a quien lo hace. En todo caso lo hace por que no tiene más remedio. El Fondo de Reserva es sencillamente un fondo de reserva. Para eso se creó. Para meterle mano cuando no hubiera liquidez en la caja ordinaria. Atendiendo que es poco factible equilibrar la caja con los mecanismos actuales, esa caja era, digamos, un amortiguador, un retardante, a algo que tenía que suceder independientemente.
Es imposible equilibrar las cuentas de un país que tiene la mitad de sus jóvenes parados, más de un millón de familias sin ningún miembro trabajando o a la mayoría de los nuevos ocupados cotizando en las franjas más bajas de la escala laboral. Así se ha visto durante los últimos años en que la economía dejó de ser una ilusión que imprimía billetes, valoraba de manera ilusoria todo y generaba beneficios fuera de medida por culpa de un modelo económico sujeto a la expansión de una burbuja que nos explotó en las narices.
Por eso, deberíamos ir pensando en celebrar el entierro del Fondo de Reserva y darle la bienvenida a la reducción de pensiones, recorte de servicios e incremento de impuestos. Lo desconcertante es que no hace falta ser ningún lumbreras para verlo pues es matemática pura, ni tan siquiera requiere fórmulas complejas, hablo de aritmética básica. Si el empleo que va generalizándose es precario, si la demanda de pensiones aumenta por biología y las exigencias europeas sobre el cumplimiento del déficit se mantienen, no queda otra.
Los 25.176 millones que quedan en el Fondo de Reserva se agotarán. Sabemos que tras la última retirada se ha programado otra para Navidad, aun quedará menos. Estaría bien ir informando que a pesar de las buenas noticias que significa la creación de empleo, éste no va a soportar el caudal necesario para que no se meta mano a la ‘hucha’ de las pensiones. Eso, repito, lo hubiera tenido que hacer cualquiera. Es más, los partidos que defendían durante las pasadas elecciones el aumento de prestaciones, negociaciones del déficit o cuentos de hadas similares, hubieran acelerado ese vaciado de caja. No se puede gastar más, ingresando menos, negarse a cumplir con quienes te prestan el dinero y, encima, esperar que la ‘caja’ siga intacta. Pues no.
Para volver a tener la hucha llena deberíamos de tener un ‘momentum’ económico como el de los años de la burbuja en los que pasamos de 35.879 millones a 66.815. Cierto que eso se produjo en la resaca de la misma, por el efecto distorsionado de que los ejercicios van en diferido. A partir de ahí cayeron las cotizaciones, los ingresos y aumentaron los gastos y los subsidios. Los recortes que se asumieron para evitar el rescate en su momento no fueron más que estímulos a este calvario.
Pero repito, las cosas son como son y no se pueden cambiar de color. El Fondo es un fondo y además sólo lo es de reserva. Las pensiones deberían de ser capaces de funcionar sin este botón de emergencia. Eso deberíamos de exigir a nuestros gobernantes. Una gestión acertada de las cuentas públicas, sin malgastar el dinero de todos en inservibles infraestructuras, atendiendo al fraude y persiguiendo la corrupción a fin de que con los ingresos ordinarios se pueda atender el gasto corriente sea cual sea.
Cuando se acabe el Fondo de Reserva en 2019 no se terminarán las pensiones ni estará en riesgo el modelo de una sociedad del bienestar que es envidiable cuando la ves desde otros países que, a pesar de estar en todas las métricas económicas situadas por delante de nosotros, no la tienen. Lo único que pasará es que deberemos adaptarla. Deberemos cobrar menos y pagar más. Por poner algún ejemplo. Los primeros impuestos especiales se llamarán ‘Impuesto de Viudedad’ o ‘Impuesto de orfandad’ que servirán para pagar las ‘Pensiones de Viudedad’ y las de ‘orfandad’. Sencillo de entender.
Sin embargo, no todo está perdido. Esto podría ser distinto si en lugar de estimular un mercado laboral de cartón piedra, débil y poco consistente, se dinamizara otro mucho más robusto, tecnológico, de alto valor y enfocado a construir una sociedad más moderna y no dependiente de un modelo de crecimiento que ya nos hizo pasar una mala etapa hace cinco minutos. Todavía queda tiempo pero hay que ponerse en marcha ya. Todavía es posible revertirlo pero hay que informar de lo que va a pasar, los nuevos sacrificios que se van a exigir a los ciudadanos y a que van a renunciar todos los estamentos políticos a través de reformas estructurales de todo tipo, territoriales, fiscales, administrativas, políticas y, si me apuras, constitucionales.
De ver el tren venir y esperar a que no suceda nada este gobierno sabe mucho. De ver el tren venir y decir que no es un tren sabía mucho el gobierno anterior. De ver el tren venir y decir que no viene por nuestra vía parecen saber mucho los de la nueva política. Sin embargo la cosa va de ver el tren y subirse en él, aprender a comandarlo y modificar su dirección.
Envíanos tu 'elevator pitch' y difunde tu Startup
Son muchos los inversores y fondos que leen este blog que nos cuestionan sobre ‘startups’ interesantes donde invertir. También muchísimos lectores que en ocasiones preguntan acerca de en que estamos invirtiendo o en que proyectos hemos puesto el ojo. Y la verdad, es que habitualmente entre nosotros nos enviemos documentos que muchas de estas empresas nos remiten por separado. Cada semana presento alguna que responda a temas de la economía digital, pero ahora vamos a abrir el blog a que lo hagáis vosotros mismos y de un modo atractivo.
La idea nació durante una conversación con mi socio Didac Lee, que éste me propuso ceder espacio en mi blog para aquellos emprendedores tecnológicos que necesiten un expositor de sus ideas y del momento en el que se encuentran.
En unas semanas y de manera periódica, espero una o dos veces al mes, publicaremos lo que se llama un ‘elevator pitch’, a través de un video de un minuto de duración aproximadamente que explique los factores esenciales del proyecto a fin de captar la atención de posibles inversores, colaboradores o, sencillamente, utilizar la audiencia de este blog y las redes sociales derivadas para difundirlo. Por supuesto que el radar de nuestra aceleradora Conector estará en guardia también.
Los elementos a tener en cuenta para hacer un buen video y que éste pueda ser uno delos elegidos cada mes serían:
- El proyecto o startup debe tener relación con el mundo digital o tecnológico, o en su forma o en su contenido, pero debe tocar lo digital de algún modo.
- No hay fechas de entrega ni tiempo cerrado para que se nos envíen. Cada mes iremos eligiendo un par de todo lo que vaya llegando durante este año.
- La duración no puede ser mucho más de un minuto. Enfócalo bien. Por un lado, a una velocidad normal, un minuto en español suelen ser unas 200 palabras y en inglés algo más de 220.
- Cuida el sonido, intenta que parezca que estás en una cueva e ilumina bien. Móntalo o pide que te ayude alguien. Sólo publicaremos videos que muestren que ‘os lo habéis currado’. Una startup que lo cuidad todo, tiene mucha más credibilidad.
- Debe ser original, llamar la atención pero que explique bien lo que representa el proyecto, el estado en el que se encuentra, que solución aporta y cual es el propósito del mismo. No está de más indicar si se está en ronda de financiación o buscando capital, sea semilla o de ronda inicial.
- Utiliza un lenguaje sencillo, fácil de comprender y se persuasivo. Habla de logros, resultados, métricas e hitos. Haz que sea visual, juega con las posibilidades que te proporciona el medio audiovisual.
- El video debe ser o en inglés subtitulado en español o en español subtitulado en inglés. Si quieres hacerlo en catalán, euskera o ruso, por decir otras lenguas, te sugiero que lo subtitules en ambas lenguas. Este blog replica algunos artículos en esa lengua en la plataforma Medium y allí el público es fundamentalmente anglosajón. Además, uno de los propósitos es difundir tu video en los círculos de inversión y mentoring en los que estoy trabajando en Irlanda.
- Prepara títulos o frases que puedas superponer durante el video y edita el contenido. Te recomiendo que lo hagas, dure lo que dure y lo trabajes en postproducción para que acabe siendo un buen escaparate de lo que queréis mostrar.
- Un ‘elevator pitch’ debe incluir el nombre de la empresa, su logo, el sector, productos, ejemplos y nombres que sean elementos a destacar. Pero diferénciate.
- Acompaña el envío con un ‘Executive Summary’, un documento vendedor, un ‘one page’ o algo que además sumaremos en el post.
A medida que lleguen, mi equipo decidirá cuales cumplen la calidad en temas formales y de fondo suficientes para ser publicados. Si en algún caso uno de los dos aspectos no encaja el otro si, os daremos instrucciones para mejorarlo. Responderemos todo, para bien o para mal y si se elijen para ser expuestos se os enviará un contrato de publicación y fecha de la misma para que podáis trabajar en su difusión.
No es necesario que subas el video ni el documento de texto a ninguna plataforma, tendremos nuestro propio canal al que podrás referirte siempre, tanto para video por un lado como para contenidos de texto o presentaciones. Ya te diremos como debes hacérnoslo llegar todo.
Así podremos centralizar todos los que vayan llegando y si algunos se acercan a la calidad necesaria pero no son elegidos para estar en el blog principal si se podrán ver en el Canal de Youtube previsto para ello y en Slideshare también.
Para más info puedes escribir a mi equipo aquí. Mucho ánimo y suerte. Esperamos tu ‘elevator pitch virtual’ para poder ayudarte a perseguir y lograr tus sueños.
Dos más dos cinco, menos uno seis
Agotador el tema de las cifras del paro. Si gastasen la misma energía en estimular la economía en lugar de utilizarla para manipular la aritmética, España sería miembro del G8 de pleno derecho. El dato del paro presentado el lunes nos dicen que es puro ‘vrote berde’. Que ahora si. No lo niego, pero lo dudo. Hay que relativizar o nos vamos a sentir muy mal cuando, por mucho que baje el paro, la gente siga teniendo (cada vez más) problemas para cenar cada noche. Si no se crean empresas no se crea empleo y eso, en España, no está pasando por mucho que las cifras de desempleo u ocupación sean las que sean.
El efecto que vivimos ahora es ya sucedió en otros momentos pero con menos virulencia. Tiene que ver con que mucha gente está desempleada pero sin prestación por desempleo. La han agotado o no tienen derecho porque sus empleos son esporádicos. Por lo tanto no se apuntan al paro y salen de las estadísticas del Ministerio del pseudoempleo. Tampoco aparecen muchos de ellos en la EPA, ¿cómo puede ser que estos que se han pasado al lado oscuro de las listas de trabajo no salgan en las de la EPA si la EPA refleja una encuesta de población activa? Resulta que desde hace un par de años, quien no tiene trabajo hace años, desiste y se ‘borra’ de la población activa. Pasa de desempleado a parado conceptualmente. Un desempleado es alguien que busca empleo, el término ‘parado’ es un insulto.
Sin tener en cuenta que el empleo que se está creando es tremendamente precario, ¿donde podemos ver datos fiables sobre quien trabaja y quien no en España? En teoría en el listado de afiliados a la Seguridad Social que no para de bajar. Y no sólo baja de manera brutal, es que además no para de hacerlo. Si la caída ha perdido intensidad es una simple respuesta a que cada vez queda menos masa crítica a la que dar de baja. Cada vez hay menos gente trabajando en España. Así de simple. Muchos ni se plantean trabajar, otros están se conducen en la economía sumergida como pueden, otros se fueron y muchos ni se sabe.
La verdad es que al ministerio no le queda tiempo para saber donde están. Gasta mucha energía en aconsejar como sablear a los pocos que pueden todavía pagar impuestos y en pintar en tonos pastel la mierda de datos macro que le llegan. Datos que son de pura pena. Ahora mismo hay 16,2 millones de afiliados. Hace dos años había 17,2 millones. El PP ha logrado evaporar un millón de afiliados a la seguridad social mientras que el paro descendía.
Pero aquí nadie se libra de liderar el esperpento de la ineficiencia y la desgana. En verano de 2007, cuando empezaba esto que le llaman crisis, había 19 millones y medio de personas afiliadas en la seguridad social española. Son 3,3 millones menos de trabajadores hoy. Supongo que a partir de ahora empezarán a (desconozco como) tocar las fórmulas matemáticas que dicen que dos más dos son cuatro y alcanzaremos la onírica cifra de que dos más dos son cinco pero que si le restas uno te da seis.
Permitidme una reflexión personal. Tengo a todos mis equipos de mis empresas cotizando a la seguridad social con contratos lo mejor que puedo ofrecer. Eliminé del cuadro de contrataciones el de tipo de ‘autónomo dependiente’ porque me parece injusto. Promuevo los contratos indefinidos porque creo que es razonable hacerlo con quien lleva tiempo en tu empresa dándolo todo. La verdadera reforma laboral debería de estimular ese tipo de contrato, no lo contrario como está haciendo ahora mismo visto lo visto. Como empresario no quería una Ley que facilitara el despido, sino que si eso era así, por lo menos que premiara el contrato de calidad.
Son magos o cínicos, al fin y al cabo el noventa por ciento de los asistentes a un congreso ‘ideológico’ de un partido político trabajan o en la administración pública o en el propio partido. Ejércitos engrasados para la tomadura de pelo cotidiana a la que asistimos, a la función siniestra de ver como pasa el tiempo y se pierde la oportunidad histórica de cambiar el modelo de crecimiento, de dar estímulos a la nueva economía, a generar empleo con políticas activas que reduzcan la presión fiscal y con cualquiera de estas cuarenta propuestas que varios emprendedores hemos listado. La mejor manera de crear empleo es creando empresas. Siempre fue así.
PARA CREAR EMPLEO HAY QUE CREAR EMPRESAS
1. Hacer de España un polo tecnológico: situar el tipo del impuesto de sociedades en un 10% para empresas tecnológicas que nazcan o vengan a nuestro país. En Irlanda, el tipo impositivo al 12,5% supuso una llegada importante de nuevas compañías y sedes corporativas de entidades en expansión hacia Europa: Google, Microsoft, Intel o eBay son algunas de las que han aterrizado en suelo irlandés. Recientemente, LinkedIn, Facebook y Zynga han decidido llevar su sede corporativa europea a Irlanda. España puede posicionarse como un hub tecnológico para las empresas de países emergentes que están llegando a Europa (Baidu, Alibaba, Tencent). Además, podemos ser sede corporativa para las firmas europeas que se expanden haca América Latina (Spotify, Ventee Privée, etcétera).
2. Creación del Chief Innovation Officer con rango de secretario de Estado y comunicación directa con Presidencia del Gobierno. Esta figura existe en otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Israel.
3. Buscar activamente las mejoras que permiten mejorar en las comparativas internacionales (Informe Doing Business del Banco Mundial, principalmente). En el último año España ha mejorado su posición en el informe del puesto 45 al 44. Sin embargo, ocupa el 133 en el apartado Starting a Business, lo que puede ser un freno para la llegada de emprendedores a nuestro país. Puede establecerse como meta gubernamental la mejora en 50 puestos en este apartado para los próximos tres años (el último año hubo una mejora de 15 posiciones). Y se puede pensar como objetivo a medio plazo la entrada en el top 10 de este ránking.
4. Potenciar la marca España como imagen de creación, innovación y emprendimiento. Fortalecer la imagen externa e interna de los emprendedores. Realizar campañas de publicidad que muestren este cambio en el posicionamiento de España. Mejorar la imagen del emprendedor en los medios de comunicación: fomentar la creación de un programa televisivo donde se valore su figura y se den oportunidades reales de financiación.
5. Considerar Internet como la palanca de crecimiento de la economía y cejar en los ataques. La Ley Sinde agiliza los procedimientos para cerrar páginas web. Por su parte, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) actúa como juez y parte porque se financia con las multas que ella misma impone (más del doble que todas las demás agencias europeas semejantes juntas).
6. Fijar el mínimo de la cotización de la Seguridad Social de autónomos en 20 euros. En el Reino Unido el mínimo es de 10 libras al mes, que equivale a 12 euros. En España es de más de 200 euros mensuales, lo que supone una barrera a la entrada y un coste fijo no necesario para los emprendedores y autónomos. Bajando el importe mínimo se fomenta el desarrollo de un ecosistema de proveedores autónomos que puedan prestar sus servicios a las start up.
7. Devolución mensual del IVA a las start up. Una empresa recién nacida, con apenas recursos y sin clientes, tiene que dedicar el 18% de su escaso capital a financiar al Estado adelantando este pago que, con suerte, se devuelve un año después.
8. Facilitar la creación de planes de opciones con una tributación más favorable para el trabajador, que permita atraer el talento. Con nuestra legislación, un inversor paga el 21% de su plusvalía en un negocio, pero el empleado que gana dinero con un plan de opciones tiene que pagar el 47% de su beneficio.
9. Permitir que se detine en la Declaración de la Renta un porcentaje a emprendimiento. Crear una nueva casilla del 0,7% ayudaría a financiar las medidas planteadas y a promover un gran proyecto de emprendimiento público-privado.
10. Favorecer la fiscalidad de la financiación de business angels. Que se tribute como inversor personal en start up igual que los fondos de inversión, pudiendo descontar las inversiones fallidas de las plusvalías en las desinversiones con éxito, y una exención del pago de plusvalías cuando los beneficios de una venta se reinviertan en menos de doce meses en otras start up.
11. Establecer un tope en la indemnización por despido. Fijar un número máximo de meses. Se puede establecer un número de días por año trabajado hasta los dos años y un tope de un número de meses de indemnización.
12. Considerar la previa contratación de desempleados cuando se valoren los costes del despido. En relación con la medida anterior, se puede bonificar a los emprendedores que hayan contratado a personas en paro.
13. Facilitar los trámites de contratación de talento extranjero. Start Up Chile se ha propuesto la entrada de 1.000 emprendedores desde 2010 hasta 2014. Tras una selección de los proyectos, se les facilita un visado de un año para trabajar y reciben una subvención de 40.000 dólares. El coste total del proyecto es de 40 millones de dólares en cuatro años. Start Up Spain podría llevar a cabo un plan similar, con 50 millones de euros de presupuesto. Se podrían atraer 500 start up con subvenciones de 100.000 euros por proyecto. Se podría anular la fiscalidad de estas empresas durante los dos primeros años desde su creación, así como dar facilidades para que estos emprendedores obtengan sus correspondientes visados.
14. Mayor agilidad en la concesión de licencias para la apertura de locales. Una tramitación más sencilla, que agilice su concesión eliminaría la inseguridad jurídica que se genera con retrasos que pueden ser superiores a los quince meses.
15. Evitar la duplicación de esfuerzos entre las comunidades autónomas. Resulta imprescindible coordinar las acciones de modo unificado, de manera que no se dupliquen los recursos destinados a la generación y atracción de start up. En este sentido, la creación de una agencia al estilo de Start Up Chilefacilitaría la reducción de esfuerzos.
16. Potenciar una auténtica responsabilidad limitada de las sociedades. Las sociedades de responsabilidad limitada en España no existen salvo por el nombre. Hoy fracasar es el fin de la carrera profesional. Si va mal un negocio, no se puede montar otro. Las deudas con la Seguridad Social van contra todos los ingresos presentes y futuros.
17. Eliminar los requisitos de antigüedad a los proveedores de las administraciones públicas. Permitir que las administraciones puedan tener como proveedores a empresas de reciente creación, de modo que se sólo se tenga en cuenta la competitividad del producto.
18. Fijar como práctica de buen gobierno corporativo las compras a empresas nuevas (el 2% puede ser el umbral). Mostrar esta información como parte del Informe sobre Responsabilidad Social Corporativapodría incentivar a las compañías a llevar a cabo esta política de compras. Las del Ibex 35 podrían incluirla en sus informes anuales.
19. Permitir que los socios de una compañía sean autónomos con el 1% del capital de la entidad, en lugar del 25% actual. Hacer posible que la relación entre socios se regule libremente, como un contrato comercial, en lugar de mediante un contrato de empleo.
20. Promover la continuidad de la gestión de las nuevas empresas antes de su venta, para erradicar la cultura del pelotazo.
21. Potenciar la llegada de venture capital a nuestro país y también dentro de él. Los datos en torno a esta realidad son claros: el volumen de venture capital per cápita en nuestro país es inferior a un dólar. En Israel es 142 dólares; en Estados Unidos, de 70 dólares; en Suecia, de 45 dólares; y en Noruega, de 42 dólares. Para lograrlo, se podría potenciar el programa Invierte Economía Sostenible en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), tomando como modelos los programas Yozma de Israel.
22. Fortalecer la seguridad jurídica ante los impagos. España ocupa la posición número 54 en relación a la facilidad para hacer cumplir los contratos. Como media, se dedican 515 días a resolver estas cuestiones, con 39 procesos distintos. Mejorar estas circunstancias implica reducir el riesgo que supone la actividad empresarial y, por tanto, emprendedora.
23. Facilitar la salida a bolsa de start up tecnológicas. La Administración Obama ha anunciado recientemente la limitación de los costes inherentes a la salida a bolsa de una compañía. La mayor parte del empleo de las empresas cotizadas se crea tras su entrada en este mercado.
24. Acercamiento de la universidad al mercado laboral. Una buena idea es el fomento de prácticas en empresas durante las vacaciones de verano en los estudios universitarios. Además, resulta necesaria la formación del profesorado en emprendimiento. También lo sería la combinación de pedagogía y contenido, mediante interacciones con emprendedores locales.
25. Emprender, también dentro de la empresa, es la base de la innovación. Es un buen lugar de pruebas para la innovación. Su fomento facilita la generación de potencial emprendedor y la difusión de una cultura en la que no se castiguen los errores. Los equipos multidisciplinares y los procesos de información transversales facilitan el desarrollo de emprendedores internos.
26. Desregular: por cada norma nueva, eliminar dos. Los emprendedores no quieren subvenciones ni oficinas gratis, saben que muchas veces son una pérdida de tiempo. Quieren que les dejen trabajar. No necesitan que la Administración haga más cosas, sino menos. Que se quite de en medio y no ahogue con impuestos a start up que acaban de echarse a andar y ni siquiera facturan aún.
27. Asociar fondos públicos y privados que acerquen la gestión del capital a los emprendedores. El plan Start Up America, que combina la participación público-privada, ha elevado recientemente el umbral que para la simplificación de trámites de recepción de inversiones desde los 5 millones de dólares hasta los 50 millones, manteniendo la protección del inversor.
28. El emprendimiento es la única vía para salir de la crisis y el paro. Desde 1977 hasta 2005 en Estados las empresas con más de 12 meses de actividad sólo crearon empleo neto en siete años, mientras que las de nueva creación generaron tres millones netos de puestos de trabajo anuales.
29. España cuenta con tres de las mejores escuelas de negocios del mundo, lo que supone la llegada de mucho talento extranjero al país. De acuerdo con el ranking Financial Times 2011, el IESE es la primera escuela del mundo en programas abiertos de executive education, Esade es la quinta en formación a medida y el IE es la segunda escuela en másteres de finanzas (sin experiencia previa). Tanto IE como IESE están en el top 10 del Global MBA.
30. Necesidad de cambio de modelo de crecimiento económico. El basado en el sector inmobiliario está agotado. La competencia en el sector turístico cada vez es más importante. El emprendimiento se sitúa como una actividad sobre la que construir el nuevo modelo económico, para generar empleo y buscar nuevas alternativas.
31. Oportunidad: precio del suelo, oficinas vacías. En la actualidad, un exceso de inmuebles desocupados, unido a la caída en el precio inmobiliario, puede suponer una ayuda para el establecimiento de nuevas compañías en nuestro país. Según un estudio de BNP Paribas Real Estate, Valencia es la ciudad europea con más locales comerciales desocupados, Barcelona está en la novena posición y Madrid se sitúa en la undécima.
32. España tiene un vínculo grande con Latinoamérica que amplía las posibilidades del mercado. El vínculo cultural y lingüístico también es económico. Desde la década de 1990, grandes instituciones financieras y no financieras han llevado esta relación económica a cifras récord: el Santander obtiene el 44% de su beneficio en Latinoamérica, Telefónica algo más del 46%.
33. Aprovechar el tamaño de nuestro país para atraer emprendedores de otros países de Europa con mercados más pequeños. España es el quinto país más poblado de Europa, con más de 46 millones de habitantes. Es el segundo más extenso, por detrás de Francia, con 505.000 kilómetros cuadrados.
34. Hay una gran oportunidad para emprendedores extranjeros por el desfase español en innovación.Muchos proyectos e ideas nacen o llegan con años de antelación a Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. Ejemplos como el márketing de afiliación, las herramientas de eCRM o la publicidad en Internet por vídeo demuestran que España es un buen mercado en el que importar ideas exitosas de otros lugares.
35. Mejorar la percepción del emprendedor en la sociedad. Un 48% de los ciudadanos tiene una imagen favorable de los emprendedores. En cambio, sólo el 38% de los jóvenes cree que la sociedad tiene una imagen favorable de aquellos. Las empresas tienen mala imagen, que nos lleva a hablar de emprendedores en lugar de empresarios.
36. Potenciar la cultura del esfuerzo. Se observa una tendencia en nuestra sociedad hacia la recuperación de la cultura del esfuerzo. El eslogan más popular, establecido por el presidente de Mercadona, Juan Roig, habla de pasar de la cultura del maná a la del esfuerzo. Otros empresarios han expresado esta misma idea de formas distintas.
37. La difusión del emprendimiento en los medios de comunicación. En España, un 41% de la población cree que los medios de comunicación difunden noticias de manera frecuente sobre emprendimiento exitoso. Tan solo superamos en esta categoría a Vanuatu (Pacífico Sur), Grecia e Italia, ocupando el puesto 55 de las 58 economías sobre las que hay información disponible.
38. Educación en innovación desde la enseñanza Primaria. Potenciar las aulas digitales e incluir asignaturas ligadas a la innovación en los planes de estudio. El cien por cien de los expertos consultados coincide en afirmar que la enseñanza Primaria y Secundaria no fomentan actitudes emprendedoras, y sólo el 14% cree que la universidad proporciona una adecuada formación para la iniciativa emprendedora.
39. La aversión al riesgo en nuestro país es un lastre para el emprendimiento. Sólo el 19% de los jóvenes españoles considera que la formación que han recibido les lleva a interesarse por asumir riesgos. Apenas un 12% se considera una persona que toma riesgos. Sólo el 25% de los jóvenes se ve en el futuro dirigiendo su propio negocio, son más los que se ven trabajando para una compañía.
40. El miedo al fracaso paraliza el emprendimiento. En España, sólo 3 de cada 10 jóvenes dicen no tener miedo a ser rechazados por sus opiniones. Sólo 2,5 de cada 10 son optimistas respecto al futuro. El miedo al fracaso es el principal obstáculo de la iniciativa emprendedora para un 66% de los jóvenes.
¿Idea u oportunidad?
Localizar una oportunidad es esencial. No sirve de nada una idea gran idea si no encontramos la rendija por la que convertirla en algo útil y rentable. En el libro que saldrá al mercado en octubre hablo de eso. Concretamente de como se puede tener una gran idea pero que si no logramos transformarla a partir de una oportunidad latente no aparece nada. Me llegan decenas de grandes ideas cada semana. Son emprendedores y soñadores pero pocos se adentran en la oportunidad. Lo viví y aprendí en París hace mucho tiempo pero me lo ratifica cada día nuestro trabajo en el resto del mundo, especialmente en Latinoamérica donde una idea puede estar bien, pero se precisa de otros factores para el éxito. Por ejemplo, nuestros desarrollos y servicios son muy buenos en su conjunto pero no venderíamos nada si las estructuras que IDODI tiene en esos países no nos dieran la oportunidad. Muchos no lo parecen creer pero la oportunidad está pasando por nuestro lado. El comercio electrónico ha venido para quedarse, crecer y transformarse. Ya es algo absolutamente transversal a nuestra forma de hacer negocios por internet. Las cifras de crecimiento en ventas de estos mercados crecen exponencialmente año tras año. Ya sean mercados locales o globales. Dejar de lado este modelo supone que tu vecino, tu competidor, incluso alguien que vive a 11.000 km de distancia lo tome y compita contigo. Os dejo con la diferencia entre idea y oportunidad de la mano del grupo de comediantes The Bilderbergers, de New York. La verdad es que es una metáfora muy bien traída para los que con un keynote sobre alguna invención consideran haber encontrado algo inédito y que va a hacer ricos a muchos, pero que, pudiendo ser algo extraordinario, se olvidan de la oportunidad en la que se apoyaría. Os dejo esto para reír un poquito el primer día de agosto. Summer time!
Sin hoja de ruta
Dicen que algunos políticos añoran ser como Mickey Mouse, “alguien que encandila a todos y que es el protagonista de la fiesta a la vez que logra que todo el mundo olvide que no es más que una rata”. Viendo como va tomando camino el ridículo espectáculo sobre Eurovegas o el BCN World, está claro que la voluntad de los que dirigen el asunto no es más que sobrevivir y a costa de lo que sea. Durante dos décadas dejamos pasar que la bonanza económica fuera testigo de dispendios, corruptelas y onanismo generalizado. Al evidenciarse el desastre y con él la apertura de un telón siniestro pudimos ver el verdadero espectáculo. No había nada, sólo tochos y ladrillos mal puestos uno encima de los otros en una orgia infecta que no permitirá salir del agujero a un país que se las prometía de octava potencia mundial.
Ahora, ante la irrenunciable asignatura del futuro a medio plazo, una pandilla de inservibles que permanecen por no tener competencia directa, mantienen la esperanza humillante de construir una mierda enorme donde ludópatas de medio mundo puedan acercarse y saciarse a gusto. Lo peor no es eso. De hecho, atendiendo a que seguramente cualquiera de las dos propuestas fueran un fuente turística complementaria a la actual que ya tiene España, podría incluso ser aceptable. Lo tóxico es el discurso que acompaña todo esto y lo vacío del concepto. Por supuesto, en cada nuevo macro proyecto hay un “creará empleo” como si eso permitiera saltarse cualquier barrera de la decencia. Además la merienda en cuestión carece de destino, eficiencia (hasta la fecha), credibilidad (financiera) y estudios que lo soporten.
Asociarse con según quien es prostitución en segundo grado, pretender convencernos a todos de la benevolencia de estos proyectos es tomarnos por “idiotas a las tres” y asegurar que todo esto generará miles de puestos de trabajo es campaña electoral en modo “borderline”. Que me perdonen sus señorías, excelencias y maestros del disfraz, pero continuar con este cuento de los dos super complejos es un error de libro que además, previendo que no se llevarán a cabo o que serán meras maquetas de lo previsto, todo el ruido generará más daño que bien. Aun recuerdo cuando un Conseller de la Generalitat me convocó para “hablar del futuro Sillicon Valley en Europa que pensaba ubicarlo en terrenos del Baix Llobregat”. En mi memoria, de todo cuanto pasó, me quedo con la maravilla de café y de pastas que puso sobre la mesa el hombre…
Estamos ante un error más moral que ejecutivo pero que desembocará en lo inútil, caro y nocivo. Primero porque una cosa es mostrar lo que quieres hacer y otra que lo puedas llevar a cabo. Ninguno de los dos logrará el paquete económico para empaquetar el bollo. No tienen un duro ni lo tendrán hasta la cifra que se necesita. Si llega, lo que llegará será dinero hipotecado a fondos externos que se quedarán el asunto. Deberemos agradecer que empresarios chinos, rusos e indios gestionen todo ese tinglado a cambio de empleos que todavía no sabemos ni de que pie calzarán.
En segundo lugar, es una fábula creer que el turismo español no se resentirá por una apuesta exterior tan “fabulosa” (siento la redundancia). La competencia a la gallina de los huevos de oro (turismo) está en franco crecimiento. Países con algunos conflictos internos se preparan para, una vez los abandonen, asaltar al cliente que viene al imperio ibérico. Tenemos constancia de que otros ya nos van ganando la partida poco a poco. Mantener el escenario turístico de los años sesenta y estimularlo al máximo con estas entelequias es un error mayúsculo. El cambio de modelo debe ser transversal y atender también a sectores como este que no puede mantenerser inmóvil ante este desastre. Muchos activos del turismo ven en esos dos focos de atracción de turistas la salvación. Consideran que están cerca de donde todo pasará y que de ese modo rascarán. Es el típico ejemplo de las lavanderías. Nos dicen que como habrá muchos hoteles, las lavanderías de las ciudades cercanas tendrán mucho trabajo. Olvidan que lo normal, en este tipo de macrocomplejos es que los trapos sucios se los laven en casa.
Lo tercero es la clarísima apuesta por al economía sin valor añadido y sin futuro al que nos abocan aquellos que no entienden de esto. Sinceramente dudo que algunos de esos que dicen “tener clara la hoja de ruta” tengan clara la “ruta donde está la hoja”. Creo sinceramente que escribieron dicha ruta en papel higiénico y luego se limpiaron lo pertinente. Era más rápido, seguro y menos arriesgado. Apostar es duro, tomar medidas complejo.
Aquí dejo varias opciones alternativas para crear empleo lejos de lo que supondría recuperar sistemas caducos, repletos de fisuras y lejos de opciones de valor. El modelo de crecimiento de este país precisa de un cambio real que aproveche el nuevo rumbo de la economía y las aventuras que se proponen. Si ese tren nos esforzamos en no cogerlo a cambio de quedarnos en la estación porque nos han montado un circo enfrente, el tema será dramático a medio plazo, ese plazo que los que deberían de pensar en él, no son capaces de ver. Aun quedan opciones, oportunidades y camino por recorrer. Mucho que sufrir y aportar, sacrificar, pensar y arriesgar. Pero aun se puede. Depende de nosotros pues de “esos“ poco o nada, en estos momentos, podemos esperar. La mayoría están pendientes de no caer en las listas del paro. Así es difícil esperar gobiernos valientes, tambien es verdad.
Nuestra oportunidad
Ya llegó y con todo su peso. Nos alcanzó un nuevo modelo económico que no precisa extinguir el anterior. Crecerá agarrado y al unísono a otro que se desmorona. Un modelo más digital, donde el individuo será protagonista de sus propia aventura, donde los negocios no dependerán de un vetusto Business Plan y pasarán a ser seres vivos con fechas de caducidad previsibles, donde la economía industrial dará paso a otra definida por los principios de la propiedad emergente y donde la gestión del conocimiento construirá sus propias autopistas y sus peajes.
Contaba Sir Robinson en una conferencia que una niña de seis años estaba en una clase de dibujo y su profesora le preguntó: ¿qué estás dibujando? la niña contestó: estoy dibujando a Dios, a lo que la profesora respondió: pero, nadie sabe que aspecto tiene Dios y la niña dijo: lo sabrán en un minuto. Obviamente la respuesta de la pequeña demostraba cuanta ignorancia somos capaces de acumular con los años y como nos desligamos del crecimiento íntimo. No se trata de saber más, se trata de vivir más. No se trata de ganar más dinero, sino de crecer como individuo, colectivo u organización, en ello siempre repercute un beneficio económico.
Creo que la realidad debe ser analizada fuera de ella. A distancia. Como cuando decimos que esta etapa de la humanidad no se entenderá hasta que se observé de lejos, con perspectiva, con los años lejanos y acumulados en un curso de acciones encadenadas que nos llevó a este punto de inflexión irremediable. Hablar del fin de un modelo económico puede entenderse de muchos modos, pero para los que estamos todo el tiempo intentando poner en marcha proyectos no puede ser más que un espacio de oportunidad. Estoy convencido que las cosas se van a poner mucho peor, lo llevo diciendo hace mucho y es tremendamente obvio a pesar de lo que nos canten en “do menor”. Sin embargo eso no va a limitar mi pasión por emprender donde sea y a buscar soñadores con los que compartir esos retos.
Por todo eso seguiré tras la pista y las claves de las nuevas oportunidades de negocio según mi criterio, de cómo la nueva economía digital o la innovación empresarial es capaz de generar un nuevo patrón de riqueza y gestión del conocimiento que permita sobrevolar esta situación actual. Seguiré con mi machacona e insistente necesidad de explicar como es un proceso de internacionalizar, de emprender, de generar valor colectivo en cuanto al conocimiento y de adquisiciones, fusiones o nuevas startups. Lo voy haciendo ejemplificando con mis empresas, mis proyectos, mis anhelos y mis sueños, pero también con los de amigos y socios (y viceversa).
Intento cada día, con toda mi alma, ayudar a otros a despertar de nuevo, a toda una masa social esclerotizada que a mi entender es la principal y mayor herida que nos queda de todo esto. Tengo la terrible sensación que muchos ya han tirado la toalla, que aquellos que gritaron hace unos meses que “con ellos no iban a poder” ya no tienen combustible para continuar y que, sin posibilidades para escapar, se han rendido a su suerte.
Espero por el bien de Europa que se vayan por el desagüe la mayoría de sus gestores públicos y sus voceros actuales a sueldo. Si algo bueno trae todo esto es que la voz es colectiva y los gobiernos cada vez representan menos en un modelo de nueva economía dependiente de factores colectivos.
Sin creatividad no hay escapatoria y los Estados no la fomentarán. Tampoco ningún escenario educativo lo intenta proporcionar. Si no se inspira a la juventud, mediante un sistema educativo que genere el deseo de crear difícilmente se conseguirá que se innove y si no se innova no hay empresa. Sin empresa nueva no hay innovación tampoco. Es un maldito pez mordiéndose su miserable cola.
¿Se imaginan al estado advirtiendo a los empresarios pequeños que el modelo económico está cambiando y que ellos son fundamentales en esa transición? Yo si, pero acompañado de un montón de promesas de ayudas que no llegarán. ¿Recuerdan lo que pasó con el sector en el que trabajaba Vicente?
La nueva clase dominante
De aquella bola de mierda que se acercaba por el horizonte, que llegó y lo impregnó todo y que ahora, tras su paso, nos ha dejado un montón de estiércol de diversas formas y colores. Mientras el sistema se descompone, a veces pienso que afortunadamente viendo lo visto, otros cuantos intentan buscarse la vida entre las rendijas de las cloacas en que se ha convertido la actualidad. De basura se compone la información, del más obsceno de los insultos a la inteligencia ver como se atan a unas butacas que no merecen, a unos privilegios que no les regalamos y a una aparente superioridad que esconde la mayor de las mediocridades. Los que ahora ministrean o se enorgullecen de liderar procesos irremediables no durarían ni un puto minuto en la empresa privada. Los que ahora ejercen de lagartijas salvapatrias no son más que cobradores de sobres, ocultafortunas sangrantes o abrazachollos de la burbuja. Pero hay legiones de aspirantes a la nueva clase dominante. ¡Cuidado!, que no se enteraron.
Cuando Gurbaksh Chahal tenía 16 años abrió su primera empresa. Se trataba de ClickAgents. Dos años después esa plataforma que utilizaba las oportunidades de la red a través de eBay, la vendió por cuarenta millones de dólares. Este americano de origen hindú se convirtió en un referente para la emprendeduría norteamericana en el campo de las nuevas tecnologías. Lo importante de este tipo, lo que suele destacar en sus charlas motivacionales, es que no dudó ni un solo momento en levantarse del sofá y poner en marcha la aventura que marcaría su vida. Lo tuvo claro en un momento determinado y lo hizo.
Logró su objetivo en un ecosistema, el californiano, que permite que esos sueños se cumplan. Muchos fracasan, pero bendito fracaso si es motivo de aprendizaje y sabiduría, pero si encima no yerras, el pastel es perfecto. Este hombre afrontó varios proyectos más, y con apenas 30 años ya ganó otros 300 millones de dólare con la venta de BlueLithium a Yahoo. Está claro que España y el mundo en general está a años luz de esos modelos económicos y esas plataformas de potenciación del talento emprendedor como para que tengamos éxitos similares. De momento aquí tenemos otros asuntos más urgentes que resolver. Una sociedad marchitada por sus propia sombra, por los hongos que crecen entre los pies de un cuerpo social lento, anticuado y pendiente del valor del metro cuadrado de su vivienda a las afueras de cualquier gran ciudad. Vivimos todavía en un país de adosado y piscina, del “quítate tú que me pongo yo”.
Cáritas edita un informe anual sobre sus actividades. En él se refleja claramente como evoluciona el asunto socioeconómico español año tras año. En el de 2011, expuso que una ingente masa humana, que hasta hace poco se las daba de rico plastificado, ahora le toca ejercer de miserable con hipoteca. La crisis económica ha puesto a más de un millón de personas en las listas de atención de la entidad de la Iglesia Católica. Es destacable que el 56% de los atendidos son personas que acudieron por primera vez a un comedor de esta organización. Si abrimos el diafragma un par de años, la tasa es siniestra. La mitad de los ciudadanos que han accedido a los servicios ofertados por Cáritas desde 2009 ni siquiera sabían donde estaban esos puntos de ayuda.
Vivimos tiempos de cambios radicales en cuanto a quien determinará los flujos y las tendencias sociales. La nueva clase dominante que sustituya la clase media será un estrato social inferior económicamente pero con mayor capacidad de adaptación a tiempos difíciles. Seguramente serán esos que ganan menos de 1000 euros. Jóvenes universitarios recién licenciados aceptando salarios miserables para hacerse con una experiencia laboral que desconocen que utilidad tendrá. A esa clase se han unido obreros con menor o mayor preparación, desempleados de larga duración, inmigrantes, miembros del mercado laboral que son expulsados por ser de mediana edad e incluso aquellos que se encaraman a la pre-jubilación. Una clase dominante que con dispositivos inteligentes estimularán su inteligencia colectiva e impedirán que esta pandilla de golfos que ha copado las estructuras de gobierno y desequilibrado el futuro que nos tocaba vivir, que han robado los sueños a una generación entera, que han disfrutado de gustos y dulces que no se ganaron, que se han vendido por servirse de lo público y no servir al público y que, en ningún caso entendieron de que iba eso de “los nuevos tiempos”, el cambio de modelo de crecimiento y la sociedad del conocimiento, básicamente porque les sonaba o a muy raro o a que les tocaba el salario, sus VISAs o sus privilegios.
Lo mejor, la buena noticia, es que esto ya no tiene que ver con quien nos gobierna, ni con que nos darán, esto ya empieza a ser cuestión de que viento queremos que nos sacuda la cara para despertar.
Opportunities and New Scenarios
Este pasado fin de semana tuve el honor de intervenir en un evento organizado por la multinacional BASF en Capri. Al llegar el mismo el jueves, ya pudimos descubrir que lo que nos esperaba era especial y diferente, en cuanto al nivel de los participantes como en lo que al diseño de la experiencia se trataba. Fueron cuatro días inolvidables en los que, junto a empresarios de primer orden, pudimos establecer una relación en lo personal que fue más allá del mero expositor con su audiencia. Incluso, como guinda del pastel conocí al gran Jack Welch.
Mi ponencia versaba sobre un “new economy balance for the Mediterranean area. Opportunities and new Scenarios” e intenté, junto al brillante, Erwin Rauhe, aportar una radiografía de la situación económica en el sur de Europa y, especialmente, en el riesgo de contagio a la zona por parte del virus griego. Hablar de crisis ante este grupo de empresas es difícil pues no están viviendo un mal momento a pesar de todo. El oscuro territorio que en términos generales supone esta zona de Europa, para BASF y la mayoría de sus invitados al evento no es así. La facturación y beneficio no ha hecho más que crecer en términos técnicos en los últimos años. He estado revisando el motivo de porque unos ganan cuando todos pierden y porque otros pierden cuando todos ganan. Pronto lo explicaré en un post pues me salen curiosas apreciaciones.
Sin embargo os comento lo que en términos generales expliqué en Capri:
- La crisis como tal ya ha finalizado. Estamos ante un nuevo modelo económico que precisa de nuevas herramientas y nuevos conceptos para entender cual es el proceso empresarial en su conjunto
- El problema se llama “deuda” y hasta que el mundo no se ajuste en gran medida a su verdadero valor, no abandonará su estado de letargo. Hemos ido impulsando una deuda sobre otra. De la inmobiliaria o de activos pasamos a la financiera, de la financiera a la de los estados y sus ayudas, de las de los estados a la de sus bancos centrales y sus bonos soberanos, y ahora seguimos impulsando la burbuja de la deuda planetaria compartimentada.
- En cada uno de los escenarios de capital hay un error de cálculo que lo intoxica todo y que hace difícil el análisis: la impresión de dinero virtual de manera continua y sin control aparente.
- Mi teoría sobre que los dirigentes económicos y políticos del mundo, a pesar de su mediocridad manifiesta, han decidido mantener en caída libre todo el modelo a base de inyectar un líquido que ya no responde al capital ni a la riqueza existente. De este modo, considero, esperan dos posibles salidas: una que sería la de que los países emergentes logren reactivar la economía del planeta justo antes de que este perezca en la parte más baja del proceso y se requiera una catarsis dura y larga, o una segunda, que la caída sostenida se produzca en diversas fases hasta que, cuando finalmente se produzca la caída definitiva, esta sea desde un escalón muy bajo y el dolor sea, comparativamente, menor.
A pesar de toda esta exposición, lo que a continuación intenté aportar, en la medida que se supone debe hacer un asesor de empresas, un emprendedor o un soñador, fueron ideas, claves y herramientas que puedan ayudar a sobrevolar estos momentos complejos y visualizar nuevas expectativas de futuro. Estas fueron a modo muy general:
- La clave para generar valor empresarial en momentos de recesión está en entender que la “guerra existe” a pesar de que no parezca que nos afecta en primera persona. Es cuestión de tiempo que los impagos, la caída de consumo o el aumento tributario nos afecte.
- Ante una caída leve de facturación, la respuesta debe ser la inversión en lugar del ahorro. Invertir en internacionalización prioritariamente debido a que en mercados exteriores se puede compensar la pérdida local y en procesos para mejorar modelos poco eficientes y recopilar beneficios por ello.
- Aplicar modelos de gestión, promoción y dirección enmarcados en la Nueva Economía como la digitalización, las redes, los entornos complejos y la viabilidad de las agrupaciones en términos de Open Business.
Al final de la sesión, en el intercambio de posiciones por parte de todos los participantes, tuve la sensación que quien en realidad había ido a aprender era yo. Esa es la mejor de todas las impresiones que se pueden tener cuando das una conferencia.
Crisis is Over
Hoy en Cotizalia he publicado un artículo en el que analizo la posibilidad de que aquello que denominábamos “crisis” ya no es tal y ahora nos encontramos en el “escenario final”. Comento que el nuevo modelo es una parada técnica que no tiene porque llevar consigo una parada creativa o una parada emprendedora. El problema es que a medida que se insinúa que estamos a pocos metros de una mejoría inminente, la buena gente espera con paciencia a que eso ocurra. Al mismo tiempo, por empatía, se traslada la impresión que la emprendeduría es una actividad de suicidas en lugar de valientes, que estudiar oposiciones es una buena manera de asegurarse el futuro o que permitir que se escape el talento joven a Alemania es un mal puntual, puesto que en cuanto “todo se arregle” volverán. ¿Por qué iban a volver?
Sobre el ADN emprendedor
En mi último libro cito una anécdota que seguro recordáis. La nochevieja de 2008, la broma estaba en desear un feliz 2010 en lugar del 2009. Todo hacía presagiar que sería un año lleno de calamidades en lo económico. Así fue no obstante, pero los que tenían en su mente emprender o hacía poco que se habían puesto en marcha con un nuevo proyecto (como era mi caso), desearon un 2009 lleno de éxitos. Eso no sé si está en el ADN del emprendedor, pero donde seguro reside es en el deseo de impulsar cosas, de no acomodarse a un mundo cada vez más incierto y donde no es preciso hacer nada para vivir puesto que “alguien” se encarga de borrar tu voluntad a cambio de que tus necesidades mínimas queden cubiertas.
Las dudas sobre el perfil de un tipo que se dedica a montar empresas y casi ni a disfrutarlas es algo difícil de calibrar. Es posible que esté tatuado en alguna especie de versión molecular de su organismo. No lo sé pero suena siniestro que así fuera. Es como si el resto de la sociedad, esa que duerme la siesta en el sofá social sin inquietarse, no tuviera ninguna función más que esperar a que les despierten puesto que los “emprendedores con ADN de emprendedor” ya se encargarán de poner patas arriba esta sociedad. Pues no.Creo que todos tenemos esa titularidad. Plantearse un objetivo y un plan para lograrlo es algo que ha hecho todo el mundo en algún momento de su vida. Calcular como se logrará, que exactamente, quien nos ayudará, cuanto costará y desde donde lo haremos son las preguntas que cualquier individuo se plantea ante un reto personal. Lo mismo que los negocios, pero al igual que en lo cotidiano, las empresas requieren que arriesguemos, que nos la juguemos. En esas preguntas hay alguna que va implícita como ¿qué me va a pasar si no lo logro? Precisamente esa última cuestión es la que frena muchos proyectos.
Ayer estuve en TVE y hablé de emprender, cierto, pero sin dejar de denunciar lo que supone hacerlo en un país como este donde la gestión pública, financier y sociocultural impide que eso sea sencillo. Yo no pido que me ayuden, sólo que me dejen en paz. Por mi parte, ¡felices fiestas! el lunes seguimos, porque aunque existe la posibilidad de no lograrlo, ¿verdad que no vamos a rendirnos tan fácilmente?
Es la Nueva Economía, idiota.
Empieza un nuevo curso, una nueva oportunidad para el cambio. En mi caso he decidido intentar ser algo más idiota, si eso es posible. A pesar de que hay que ser un iluso para no ver que el monstruo no ha desistido, que no se alejó dejando a su presa tranquila, que lo peor no ha pasado y que las heridas que hemos sufrido en la defensa de su primera agresión no tendrán tiempo de cicatrizar, he tomado la decisión de no darle importancia. A pesar de todo ello, me niego a hacer una lista de todo lo malo que se cierne sobre nuestras existencias de color rosa. Y me niego porque tras pasear por algún paseo marítimo de este país, uno comprueba que el que se preocupa es porque quiere. Los grandes datos, las cifras macroeconómicas en rojo sangre no son nada comparadas con una buena mariscada a crédito o una fiesta VIP de tres días financiada en doce cómodas cuotas. La verdad es que siendo idiota se vive mejor. Que lo malo llegará es evidente, pero mientras no llegué que me quiten lo bailao.
Voy a dejarme de preocupar de que el 86,75% del ahorro del Fondo de Reserva de la Seguridad Social esté invertida en papeles de Deuda Española. ¿Por qué voy a preocuparme? Digamos que eso es motivo de tranquilidad, quiere decir que el gobierno se fía de su capacidad para gestionarla. No vayan a ser mal pensados, agoreros o catastrofistas creyendo que es muy arriesgado que uno se juegue todas sus opciones en la misma tirada. Al fin y al cabo, ¿cuántas familias no han calzado sobre su hipoteca avalada por su vivienda, otro crédito al consumo sujetado por el contrapeso de la primera de las deudas? Que tire la primera piedra quien no haya hecho lo mismo que el gobierno. Si a la mayoría le ha ido bien, si son legión los requetehipotecados que siguen disfrutando de vacaciones de lujo riéndose como la cigarra, ¿porque no le va a ir igual al todopoderoso Estado?
Voy a dejar de preocuparme por los Ayuntamientos de este país, por si van a entrar en quiebra a puñados. Alguien lo pagará, ya veréis. No me preocuparé viendo que el consumo minorista cae, pues ya bajarán los precios y todo volverá a su cauce y esos que decían que “la deflación era algo muy malo” tendrán que comerse sus propias palabras con sobrasada mallorquina. No voy a preocuparme más por el paro. Seguramente la mayoría de los que están en paro encontrarán trabajo tarde o temprano. Además, hay un montón de ayudas para que eso no sea un trauma. Por ejemplo, la prórroga de los 400 euros es un acto de responsabilidad política que tranquiliza una barbaridad. Además, la nueva reforma laboral aventura que los parados son una especie que se extinguirá en breve. Ya lo veréis.
Preocuparse por la crisis sistémica es de tonto a las tres. ¿Desde cuando una crisis de tipo sistémico puede afectar a España? ¿No recuerdan cuando Zapatero (amigo íntimo e inseparable del otro gran enviado desde un Universo paralelo, un tal Barack) decía que eso que llamaban crisis en medio planeta aquí no dejaba de ser una “desaceleración” controlada? Pues eso, ahora tampoco va a ser para tanto. El mundo se arreglará y España no va a ser menos. Total, que cierren 1000 microempresas y PYMES al día desde principios de año es un saneamiento gradual de nuestro sistema económico. ¿Qué mejor?
Les aseguro que no pienso preocuparme por cosas sin importancia. Ahora lo que me va a ocupar es un esfuerzo integral en idiotizarme al máximo. Dejaré de leer el crecimiento negativo del PIB interanual contando desde hace un par o tres de años y lo empezaré a comparar con el inmediatamente anterior, así me engañaré profesionalmente y me parecerá que ya salimos de la recesión técnica. No volveré a pensar en crisis (última vez que pronuncio esta palabra que creo están pensando borrar de la Wikipedia) ni en que, ahora con la guerra sucia al déficit público, los ministerios van a generar una sequía inversora que seguramente provocará lo contrario a lo que esperan. Pensar que reducir inversión pública y aumentar impuestos va a generar que el déficit no decrezca sino todo lo contrario, es una indecente apuesta por ensuciar la democracia. Como yo soy demócrata no pienso llevarle la contraria al gobierno, ni a doña Elena, válgame Dios.
Aunque si me permiten un motivo más íntimo, más real y menos irónico, les diré que para poder enfrentarme al día a día como emprendedor o como gestor de empresas lo mejor es apartarse un poco de ese panorama. Dicen que emprender en este país es difícil, que es cosa de locos, pero también es obligatorio alejarse de la realidad durante ese proceso. Si bien se debe atender a las dificultades, los sueños deben buscarse independientemente de la mierda que tengamos alrededor. No obstante una cosa es obviar la realidad y pelearse con el escenario que nos ha tocado vivir y otra es negarla.
Acepto que ya no es necesario seguir anunciando el final del mundo. Ya no son cinco o seis los que cada día enumeran el sinfín de pruebas y elementos que así lo hacen ver. No parece necesario seguir insistiendo en todo ello. Pero, no obstante, me niego a olvidar los nombres y caras de sus responsables. Una cosa es obviar, otra negar. Que el territorio a cruzar es un barrizal está claro, que lo embarraron unos tipos en concreto también, que hay que prepararse para una segunda recesión es algo que ya descuentan hasta los que votarán a Trinidad Vacunas Jiménez.
A cambio, propongo hablar de la otra economía, la que ha venido a llamarse Nueva Economía. Para ello deberemos hacer cada semana un doble análisis. Por un lado interpretaremos algún dato de la economía tradicional y la enfrentaremos a las opciones que tenemos desde puntos de vista más innovadores. Una Nueva Economía basada en conceptos como la Economía Digital, los negocios sin ingresos, el consumo relacional, las energías sustitutivas, los patrones financieros del futuro, los nuevos espacios de inversión, los productos mejor capacitados según que países, la gestión económica en red y en lo social, la emprendeduría colectiva, la vinculación entre universidad y empresa,
El incendio no está extinguido, sólo parece controlado. Sin embargo parece que el viento volverá a soplar y en varias direcciones reactivando las llamas. Dependiendo de en que planta o estancia estemos del edificio, y antes de que colapse, deberemos buscar la salida de emergencia más cercana. Aquí intentaré aportar alguna para los que cada día se enfrentan a la dura empresa de abrir sus negocios, montar nuevos proyectos, internacionalizar sus ideas o buscar el escaso trabajo que existe.
Tal vez todo esto sea innecesario pues, como dicen, seguramente no hay de que preocuparse. ¿Verdad?
Artículo publicado en mi columna semanal de Cotizalia
SEMANTICA INTERESADA
Últimamente se está poniendo de moda poner mi nombre en contraposición con el de Alex Rovira. Me parece genial, pero es poco instructivo. Es como contraponer un tejón a un vaso de cianuro. No tienen nada que ver. Alex es un tipo excepcional, capaz de darle la vuelta al asunto y de ofrecer una visión positiva incluso de lo más aparatoso. Pero no habla de economía. Nada tiene que ver con lo que aquí se habla.
Para mí la “buena crisis” es la que no se está aprovechando. La parte de un proceso que debería revertir en un cambio de modelo. Eso está por ver. Sin embargo lo que me molesta más es toda esa verborrea servil al poder que con el discurso optimista y empalagoso pretenden hacernos creer que millones de parados humillados solicitando una limosna de 420 euros al Estado es una buena crisis. Que ver como los sueños de miles de familias se desparraman por los suelos al ver como les embargan hasta el alma es un mal menor que nos traerá una nueva ventura positiva. Chupada de dedos globalizada.
De hecho, incluso si nos basamos en una de las mayores estupideces que con respecto al término “crisis” se utiliza en la mayoría de esos libros de la buenaventura, vemos que todo se sustenta en una mentira. Cuando nos dicen que “crisis es oportunidad” es porque alguien se le ocurrió aportar su sabiduría oriental adquirida en cursos por correspondencia y aseguró que la el término oportunidad se traduce por crisis en chino. Pues va a ser que no exactamente. En chino, la palabra crisis significa algo parecido a “punto de inflexión”. Mientras que cuando se la relaciona torticeramente con “oportunidad” se intenta condicionar un significado positivo como si eso fuera una verdad absoluta, la verdad es que “un punto de inflexión” no tiene porque ser necesariamente el inicio de algo mejor, simplemente es el punto de partida de algo distinto, incluso de algo peor.
Vocación de subsidiado
En el concurso de muchos jóvenes por el afamado empleo público influyen factores de tipo estructural. Suele verse como una quimera de estabilidad, flexibilidad y de un nivel de dedicación alejado de los modelos representados por los emprendedores. Digan lo que digan, un país competitivo no se configura así. He vivido en diversos países y he podido identificar la diferencia entre los modelos de sociedades drogodependientes de lo público y las que no. Me quedo con las segundas pues cuando vienen mal dadas hay tejido capaz de afrontar los retos difíciles que se presenten.
El desempleo español alcanza oficialmente casi el 20%, en términos reales ya roza el 23. En zonas como Andalucía o Extremadura el paro roza el 30%. En este momento tan complejo la administración pública no debería ser el refugio de la nueva ocupación. No a este nivel. Y no puede ser porque mientras miles de empresas cierran todos los días y la falta de crédito ahoga a otras tantas, el Estado se presenta como único empleador falseando al propio sistema y engordando la vocación de millones de personas por alcanzar El Dorado público. Es lícito y lo respeto. Querer labrarse el futuro como funcionario o empleado público es una buena decisión personal, pero pongo en duda que sea una buena estrategia en lo social en los tiempos que corren.
Mientras que en España se han destruido casi 2 millones de empleos, la Administración ha creado casi 250.000 puestos de trabajo públicos. Es decir, que el Estado se ha convertido en el nuevo generador de empleo en España. De hecho el peso total del empleo público ha subido del 14% al 16,5%. En Extremadura, por ejemplo, ese valor alcanza la asombrosa cantidad del 22%. Uno de casi cada 4 extremeños que trabaja depende directamente de la Administración y otro más de sus derivados.
El modelo no tiene pinta de cambio. Más de 50.000 personas esperan resultados de sus oposiciones en estos momentos. Un 15% de los parados están preparándolas y un 40% lo está pensando hacer. Si el análisis se hace entre jóvenes menores de 25 años los porcentajes suben a 20 y 50% respectivamente. Según los datos oficiales que se desprenden de la propia administración de empleo, más de medio millón de españoles en paro está pendiente de ser funcionario.
Así no vale. Entre los EREs que vencen en enero y febrero y el descuento de este empleo artificioso el paro ya estaría en torno a los 6 millones de españolitos. Pero obviamente nadie va a manifestarse por ello. Lo más lógico es hacerlo contra Carlos III. En el paseíllo sindical del sábado por las calles de Madrid parecía que protestaban al monarca que encargó la puerta de Alcalá, puesto que fue allí donde se encontraron todos juntitos y exentos de críticas al gobierno ni a sus inacciones.
Cada vez que un trabajador se manifiesta reclamando que las estrellas se alineen o que los animales puedan disponer de un poco de intimidad a la hora de hacer sus necesidades, en realidad lo que está haciendo es jugar con su destino. Ahora toca advertir a los empresarios que no utilicen la crisis para reducir los derechos de la clase trabajadora. Lo que seguramente está en juego no es eso, son los privilegios de una clase sindical dirigente que no se atreve a enfrentarse cara a cara con la realidad la represente quien la represente.
Cada vez que un parado sale a la calle a solicitar un puesto de trabajo está perdiendo el tiempo denostadamente. La cultura funcionarial de una sociedad átona sin estímulos y que descansando en el sofá social, no ayuda. Aquí todo Dios espera que otro le resuelva la papeleta jugándose sus ideas y su patrimonio por principio. Está bien querer entrar en proyectos ajenos, pero hay que empezar a pensar que algunos de ellos pueden ser un poco también los nuestros. Vienen tiempos de riesgo y de valientes.
Es cierto que no todo el mundo puede ser emprendedor o pequeño empresario. La mayoría de empresas que cierran dejan en la calle a muchas personas que no tienen la sangre necesaria o las condiciones sociales predispuestas. Sin embargo, considero que en el hipotético caso de que este país cambie su modelo de crecimiento no lo hará generando empleo público sino a través de la dinamización del empleo privado de valor. El presupuesto asignado a engordar la administración puede ser utilizado para engrasar mecanismos de creación de empresas y sus circuitos iniciales de venta.
La adición de esfuerzos de miles de ciudadanos arriesgando y espabilándose honradamente con iniciativa propia sin esperar que otros les saquen del agujero laboral, siendo funcionarios o humillados subsidiantes, al final lo que crea es mucho valor. Miles de personas en ese impulso social atraen talento e innovación, modelos y estructuras nuevos. El desarrollo del sistema productivo tiene que ver más en hacer que en esperar. Por supuesto, las grietas del sistema son pocas y estrechas pero empiezan a vislumbrarse, están ahí y cada vez son más. Esas fisuras dan pistas de los negocios a los que se debe abocar nuestro esfuerzo.
DEFLACION ALERGICA
Es una obviedad pero cuando amanece sale el sol y cuando se pone anochece. Lo niegue quien lo niegue eso es así desde siempre. Hace un par de semanas en este blog ya estuvimos hablando de lo que ayer publicó el INE. En concreto que el IPC bajó en septiembre dos décimas respecto al mes anterior, lo que pone los precios en el -1% interanual y encadenando siete meses consecutivos en valores negativos. Desde julio del año pasado el IPC se ha desplomado más de seis puntos. Lo curioso es como desde el gobierno se sigue negando la mayor. Siguen diciendo que la economía española no se encuentra en una situación de deflación, pues alega que para eso debería producirse un descenso generalizado y permanente de los precios.
Es una obviedad pero cuando amanece sale el sol y cuando se pone anochece. Lo niegue quien lo niegue eso es así desde siempre. Hace un par de semanas en este blog ya estuvimos hablando de lo que ayer publicó el INE. En concreto que el IPC bajó en septiembre dos décimas respecto al mes anterior, lo que pone los precios en el -1% interanual y encadenando siete meses consecutivos en valores negativos. Desde julio del año pasado el IPC se ha desplomado más de seis puntos. Lo curioso es como desde el gobierno se sigue negando la mayor. Siguen diciendo que la economía española no se encuentra en una situación de deflación, pues alega que para eso debería producirse un descenso generalizado y permanente de los precios.
El Fondo Monetario Internacional considera que hay deflación cuando los precios decrecen durante dos trimestres consecutivos, con lo que técnicamente y según esta definición la economía española entró en deflación el pasado mes de agosto como ya dijimos. Si en su día, cuando la deflación era algo impensable, nadie puso en cuestión que ese fenómeno, producto de la anorexia económica, fueran 6 meses consecutivos de inflación negativa. Ahora llevamos 7 meses y se prevé un octavo con el de octubre. No hay discusión técnica posible sobre si estamos o no en deflación. Otra cosa serán las interpretaciones que hagamos cada uno de este contexto, pero lo que no podemos hacer es cuestionarlo como real o virtual. Podremos discutir sobre si es bueno que llueva o no, pero no que esté lloviendo.
Lo importante no es tanto si la técnica econométrica nos define un estado u otro, lo verdaderamente imprescindible es aceptarlo. Si el principal responsable de dirigir la política económica no es capaz de asumir uno de sus principales condicionantes el riesgo de depresión aumenta. No es cierto que la deflación actual no tenga un componente de consumo. Según los datos publicados por el INE, la inflación subyacente (la que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados) bajó tres décimas la tasa de agosto.
El único método para atajar la deflación hasta la fecha era inyectar liquidez, que se facilitara el crédito y, con él, el consumo. Esa aplicación del manual no funciona cuando esa liquidez no se transfiere al núcleo del problema. Si ese cuerpo monetario se sigue aplicando a los bancos a través de sofisticados sistemas falaces como el FROB y derivados, no solucionaremos nada. La fiebre de fusiones dejará seco el Fondo en cuestión y con esa sequía se alejará otra oportunidad de ver un horizonte menos oscuro.
La incapacidad de emprender empieza a ser crónica. A los españoles se les ponen trabas y dificultades de un nivel inasumible. Por mi ya pueden salir trescientos animadores públicos con libro diciendo que esto depende de cómo lo aprovechamos y como nos ponemos todos a empujar “hombro con hombro”, que la verdad es mucho más plomiza. De cada 10 emprendedores españoles, 9 y medio fracasan, y en eso, tiene que ver la política de apoyo a las nuevas apuestas empresariales. Es una verdadera vergüenza escuchar que hay miles de ayudas, apoyos y opciones, cuando la verdad es que quienes se arriesgan por que no les queda otra, se enfrentan a la pérdida del finiquito, el pago único y el patrimonio acumulado durante las vacas gordas.
Los que quieran perder el tiempo que sigan leyendo según que manuales de autoayuda, otros seguiremos denunciando un estado corrupto en todos sus estadios, ineficiente por definición, repleto de mediocres que en la vida civil no durarían ni diez minutos y de personajes siniestros que buscan amedrentar amenazando a los que nos pasamos el día driblando esta maldita crisis enjendrada en el vientre de sus propia codicia. Seguiremos buscando donde está la oportunidad que esconde esta crisis.
Desde la banca hasta los empresarios acomodados en la especulación obscena, pasando por los sindicatos enmudecidos y por la prensa subvencionada, aquí nadie va a mover un dedo por nadie. Es cierto que depende de cada uno de nosotros pero también de la capacidad de rebelarse. Es hora de protestar adecuadamente aunque no haya ningún objetivo plausible. Es hora de desestabilizar un sistema anacrónico y decadente. Quiero emprender y quiero generar trabajo y riqueza, lo hago todos los días en la medida de lo posible, pero para ello preciso que no me sigan jodiendo por todas partes.
Ayer, en el espacio semanal que publico en El Confidencial, finalicé mi columna con un ciclo vicioso que incluía la deflación como elemento catalizador de una situación gravísima. Decía que “a menos deuda colocada, más impuestos, a más impuestos, menos consumo, a menos consumo, más deflación, a más deflación, menos crédito, a menos crédito, más paro, a más paro, más déficit, más deuda, más impuestos…”
El problema como oportunidad
Cada día recibo más peticiones de asesoría ante la “que se nos viene encima”. Suelen ser personas que consultan por sus posiciones en rentas o inversiones y también empresas, medianas, pequeñas y alguna de tamaño considerable que solicitan orientación. La mayoría hablan de “cambio de ciclo”. Les embarga la incertidumbre, se preguntan como sobrevolar el temporal sin perder demasiado. Suelo estructurar un diagnóstico y luego edito unas conclusiones. Desde hace poco, ese intento de ajustar el modelo de negocio a un cambio de ciclo, lo estoy basando en siete factores que considero estructurales.
Cada día recibo más peticiones de asesoría ante la “que se nos viene encima”. Suelen ser personas que consultan por sus posiciones en rentas o inversiones y también empresas, medianas, pequeñas y alguna de tamaño considerable que solicitan orientación. La mayoría hablan de “cambio de ciclo”. Les embarga la incertidumbre, se preguntan como sobrevolar el temporal sin perder demasiado. Suelo estructurar un diagnóstico y luego edito unas conclusiones. Desde hace poco, ese intento de ajustar el modelo de negocio a un cambio de ciclo, lo estoy basando en siete factores que considero estructurales.