El crecimiento sin timonel y la urgente digitalización del modelo productivo.
Hace unos días, tras la conferencia que ofrecí en el World Trade Center de Barcelona durante el I Forum Cárnico dedicado a la innovación y la transformación digital, el presidente de una de las principales empresas del sector me aseguró que el riesgo de que la robotización destruya empleo en España es todavía escasa y que eso, si sucede, pasará dentro de varias décadas. Le respondí con datos que me sirven para empezar este post. Desde 1996 la destrucción de empleo en el sector manufacturas por efecto de la robotización en España ronda el 38%, superior al sueco, coreano o alemán por ejemplo. Más adelante recuperaré estos datos.
Hace unos días, tras la conferencia que ofrecí en el World Trade Center de Barcelona durante el I Forum Cárnico dedicado a la innovación y la transformación digital, el presidente de una de las principales empresas del sector me aseguró que el riesgo de que la robotización destruya empleo en España es todavía escasa y que eso, si sucede, pasará dentro de varias décadas. Le respondí con datos que me sirven para empezar este post. Desde 1996 la destrucción de empleo en el sector manufacturas por efecto de la robotización en España ronda el 38%, superior al sueco, coreano o alemán por ejemplo. Más adelante recuperaré estos datos.
A todo esto ya van 11 meses sin gobierno. El PIB sigue creciendo con fuerza aunque tenga truco. El truco es que venimos de tan abajo que sino subiera sería de aurora boreal. La velocidad de crucero se sitúa cercana al 0,8%. El hecho de tener un consejo de ministros en funciones podría parecer que es incluso algo bueno pero no debemos tomar conclusiones erróneas. El viento sopla a favor del crecimiento por la coyuntura petrolera, un euro que impulsa la exportación y un coste de financiación en mínimos históricos. Sin embargo la productividad española sigue siendo discreta. No se crecerá a largo plazo si esta tendencia no cambia y un gobierno, el que sea, no se pone a resolver problemas estructurales que tiene nuestro modelo económico. Pasan los días y los meses y el tren del futuro sigue alejándose. La sociedad del conocimiento se resiste a perderlo gracias a la iniciativa de miles de emprendedores y empresas tecnológicas que luchan contra los elementos, las reglas y leyes que no son favorables y que, por comparación con otros países, son puro fuego amigo.
El esfuerzo inversor en investigación sigue cayendo. Del 1,35% del PIB ha bajado al 1,23% y no parece que esa tendencia catastrófica vaya a cambiar en breve. El asunto se pone feo pues la brecha con nuestros competidores naturales sigue creciendo. Si a esta desidia por mejorar el modelo productivo sumamos los previsibles problemas de ocupación estacional, el porcentaje insultante de paro juvenil que pagaremos con creces a medio plazo, un sistema de pensiones insostenible y una nula estrategia política por modular un escenario socioeconómico vinculado a la robotización y la economía digital, el asunto es chusco de narices y poco tiene que ver con la idea de que vamos bien. Ni los que gobiernan en funciones, los que ya no gobernarán seguro, los que dicen que si gobiernan cambiaran su populismo por pragmatismo, los que hablan de sumar para dar estabilidad o los que pasaban por allí, ninguno de ellos hablan del asunto en cuestión y siguen con su discurso maniqueo y endogámico sobre un mundo que cada vez es menos real.
La verdad es que poco importa si hay o no terceras elecciones, que no las habrá. Tampoco si el gobierno es más o menos estable. En teoría la obligación de sus señorías es llegar a acuerdos que permitan legislar para marcar la hoja de ruta para solucionar problemas que este país no puede mantener por más tiempo en el cajón de los temas a solucionar más adelante. No hay más adelante, el futuro ya llegó y parece que los señores del pasado no lo ven porque permanecen en su espacio natural.
¿Saben que se destruye empleo como he dicho antes en base a la robotización? ¿Que independientemente de cómo y qué hagan eso va a ir en aumento? ¿Piensan diseñar un plan para que el parto no sea tan doloroso? ¿Saben estos señores que las cinco mayores empresas del Estados Unidos son tecnológicas y que apenas existían hace dos décadas? ¿Tienen idea de lo importante que es vincular el crecimiento de un país a este tipo de empresas?
¿Saben nuestras señorías que la pujanza del modelo productivo digital es de tal calibre que sino nos situamos a su estela vamos a quedarnos como un país totalmente irrelevante en el concierto internacional? ¿Tienen idea del coste que tiene para el futuro de todos nosotros su desidia o desconocimiento? ¿Se hacen a la idea de que la economía digital no es un eslogan sino un objetivo irrenunciable? ¿Han hecho el cálculo de la posición económica mundial que nuestro país ocupará en una década sino se arremeten medidas de calado político y estratégico que impulsen el cambio de modelo de crecimiento? ¿Han imaginado como es un país desequilibrado con dos polos alejados entre las ciudades tecnológicas y el resto del territorio? ¿Saben que supone en materia de garantizar servicios y derechos a los ciudadanos de la década siguiente el pertenecer a un limbo no competitivo más próximo a Marruecos que a Dinamarca?
Si preguntáramos a esos representantes si saben, en palabras de Enrique Dans, que es ‘la economía de la verdad’ que sustituye a ‘la Nueva Economía’ pocos o ninguno sabría realmente responder. Si les preguntáramos que es 'Facebook, Google o Amazon seguramente su respuesta sería una aplicación frívola, un buscador y una tienda de libros cuando la realidad es que son el espacio donde sucede la economía real. Nada que no sea digital será economía y de eso va todo este debate'. Sino lo ven, sino lo aceleran, nos vamos a dar una hostia que la del 2008 va a ser una especie de broma escolar.
Y es que en agosto ya tuvimos un aviso. El peor verano para la seguridad social desde 2008 se nos plantó delante de las narices y pocos quisieron verlo. Casi 150.000 cotizantes desaparecían sin dejar rastro mientras los discursos continuaban con el ‘seguimos creando empleo’. La creación de empleo se va a ir ralentizando porque no hay empleo que crear. Los sectores que mejor representan el cambio de modelo irremediable y al que no podemos renunciar no generan empleo. El sector biotecnológico ya es más importante que el todopoderoso turístico pero no empleo a casi nadie en comparación.
La paradoja es que si queremos empleo solo podemos crearlo en los sectores que sabemos son pura sentencia de muerte. La solución está en equilibrar esa jugada y preparar nuestro espacio social a uno donde trabajar sea un efecto secundario, donde la gestión pública sea capaz de salvaguardar rentas mínimas y dónde el sector privado establezca criterios productivos de vanguardia bajo el soporte y estímulo urgente de la administración.
Sigue la vivienda disparada y no es más que un disparo al pie. La locura ha empezado y de locos el futuro va a estar vacio. En el segundo trimestre del año las ventas se incrementaron un 23,7%, el precio se encareció en 7,5%, las hipotecas se han vuelto a poner de moda en los almuerzos de esa falaz clase media y los vientos parecen empezar a traer ese olorcillo tibio a sequía que permaneció durante años. No aprendemos, es hasta comprensible, pero que un gobierno no establezca urgentemente las medidas que eviten la que se avecina, no se puede entender. Lloverá sobre un charco. La demanda se ha activado y vuelve a no tener ningún límite. Allá vamos, cuesta abajo y sin frenos.
Sin frenos porque mientras re-fabricamos nuestra sociedad soportada en viga de hormigón pretensado y ladrillo cerámico, el empleo se irá reduciendo, no creando. El recorte de personal es irremediable en miles de empresas. No porque vayan a tener menores ingresos, sino porque las funciones que millones de personas realizan ahora mismo en breve serán sustituidas por robots o software. ¿Has analizado cuantos puestos de atención al público en los que hasta hace unos pocos años una persona te atendía, ahora esa relación la formalizas con una máquina? No es necesario leer informes, con revisar tu entorno verás que el recorte masivo es exponencial. Sino lo ves, entonces mira lo que pasa en otros lugares.
¿Cuánto te queda en tu puesto de trabajo? ¿Lo has pensado? Me gusta ser optimista y hablar de un mundo mejor a medida que la tecnología nos ofrezca un mundo más humano, pero me preocupa que eso va a pasar en algunos lugares que han empezado a preguntarse como abordar el mayor desafío al que se ha enfrentado la humanidad, mientras que en otros nadie está analizando como hacerlo. En España la transición a una economía que automatizará todo lo automatizable no tiene timonel y cuando el mar que hay que surcar es bravo y lleno de peligros sin alguien que tome el timón la deriva es muy mala consejera, se suele naufragar.
Diferenciar entre digitalizarse y transformarse digitalmente. El caso del 'Mall-Data'.
La Asociación Española de Centros Comerciales me propuso dar una conferencia en su XV Congreso Nacional. Me pidieron que ofreciera una exposición que tratara de manera general el momento que vivimos a la vez que expusiera algunos casos de transformación digital en clientes que pudieran ser comparables a los que asistían al congreso. La idea era cambiar el habitual modelo de conferenciante que habla de un modo teórico, casi académico, de cosas que el público ya sabe, conoce y quiere cambiar, y que se olvida de dar claves concretas para mejorar la fase de transformación de todo un sector y aporta ejemplos para inspirarse en cómo hacerlo. Así me lo pidieron y así lo intenté hacer
La Asociación Española de Centros Comerciales me propuso dar una conferencia en su XV Congreso Nacional. Me pidieron que ofreciera una exposición que tratara de manera general el momento que vivimos a la vez que expusiera algunos casos de transformación digital en clientes que pudieran ser comparables a los que asistían al congreso. La idea era cambiar el habitual modelo de conferenciante que habla de un modo teórico, casi académico, de cosas que el público ya sabe, conoce y quiere cambiar, y que se olvida de dar claves concretas para mejorar la fase de transformación de todo un sector y aporta ejemplos para inspirarse en cómo hacerlo. Así me lo pidieron y así lo intenté hacer.
Habitualmente mis charlas giran alrededor de un debate que yo mismo propongo y que considero fundamental a estas alturas. ¿Es suficiente digitalizarse? ¿supone una transformación en sí misma esa digitalización? ¿es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente? Obviamente, según mi opinión, no es lo mismo. La primera es claramente un foco de cambio, por supuesto, pero no es suficiente dado el volumen de cambios que vivimos actualmente. Digitalizados lo estamos todos, transformados no. Digitalizarse es quedarse en algún escalón anterior, en el paso previo necesario para transformarse gracias a esa digitalización. Uno de los casos que explico es el de un viejo cliente que tuve y que fue bautizado como ‘el chatarrero digital’.
Hace un par de años un amigo me llamó para pedirme ayuda. Su negocio estaba en quiebra. Tenía un desguace de vehículos y, contrariamente a lo previsto, la crisis no le estaba beneficiando. Sus ventas habían caído en picado. Su modelo de negocio dependía de que los automóviles que debía descuartizar no eran suficientes para ofrecer un recurso atractivo a los escasos compradores que se acercaban a su superficie en las afueras de una pequeña población al norte de Barcelona.
Me instalé en su empresa durante dos semanas. Examiné los procesos y hablé con los implicados. Al poco le ofrecí una solución que resultó ser muy beneficiosa. Lo primero que le comenté era que su sistema de desguazar los autos debía estar sintetizado. Para ello compré una base de datos que aportaba la mayoría de modelos y marcas del mercado. El sencillo software que instalamos en una PDA permitía que el desmontaje se codificara y concediera una ubicación ordenada de todas la piezas. Asi se lograba una eficaz distribución y una eficiente inventario a tiempo real. Ese listado se incorporaba a una base de datos en las oficinas de la empresa.
Hasta ese punto nada nuevo, nada especial. No disponíamos de ninguna característica que diferenciara ese negocio de otros que ya hacían algo parecido. La singularidad, el diferencial, el valor añadido se logró en el preciso instante que esa base de datos, esa eficiente máquina de ordenar las existencias, se digitalizó en la red. A partir de ese instante las ventas online empezaron a producirse. En menos de un año la facturación aumentó a niveles impensables durante la crisis.
A pesar de todo esto, no nos paramos. Ramón, que así se llama el hombre que decidió no detenerse ante las dificultades, preguntó si era factible vender piezas de coches clásicos por Internet. Fue posible. Esa es ahora una de sus principales ofertas. Se ha convertido en un hub de captación para los coleccionistas y un conector para los exclusivos clientes que se esconden tras el apasionado mundo de los coches de autor. Ahora sus ventas se miden por países y no por comarcas.
En este caso que acabo de recuperar, la primera fase era la de convertir todos sus procesos en pasos digitalizados. Una base de datos, una manera de interactuar entre administración y operarios, etc. Pero no se transformaron hasta que todo ello empezó a generar datos, a poder trabajar con ellos, a comercializar digitalmente, a generar una marca realmente digital.
Y es que Internet ha ido evolucionando rápidamente. De hecho cada vez lo hace más rápido. Del propio nacimiento de Internet se dijo que era como una pantalla más accesoria a la televisión. Del ecommerce se dijo sería un simple canal de venta más y está clara la importancia comercial que tiene. De las redes sociales que se dijo sería un simple entretenimiento y es evidente que no es así. Que se lo digan a quienes gestionan la nueva publicidad. Del e-mobile se dijo que era como Internet pero en pequeñito y sabemos que una cosa son las aplicaciones y otra adaptar una web a ese formato. De las plataformas sociales se dijo serían para gente solidaria nada más y ahora mismo sabemos que están poniendo en juego modelos de negocio que parecían intratables.
En la ponencia a la que me he referido expliqué lo que solemos hacer cuando un cliente nos solicita iniciar un proceso de consultoría acerca del grado de transformación que una empresa u organización ha alcanzado. Para saber si hablamos sólo de digitalización o de transformación buscamos valorar el estado de uso digital de la comunicación, el modelo de digitalización expuesto hasta la fecha, el modelo de comercialización y sus automatismos de procesos, la penetración de los aspectos de socialización, el modelo de movilización de todo el cuadro estratégico de la empresa y los usos colaborativos de todo el circuito comercial. Todo ello nos conduce a una valoración, a una nota, a una hoja de ruta a tratar a fin de llegar a la ansiada ‘optimización’ que en este caso es la traducción de la verdadera ‘transformación digital’. Sin esto, y a pesar de estar digitalizados’ no tenemos garantizada la eficiencia.
Para vivir adecuadamente una transformación digital debemos dirigirnos hacia la eficiencia, hacia la optimización. Digitalizarse no lo garantiza como decía, es algo más complejo. Entre los casos que expliqué y que desde mi despacho hemos desarrollado hablé de dos en concreto. El primero fue el del Centro Comercial de Miami y el segundo con el ‘mall’ de DrunDrun en Dublín. Con el caso de Florida lo que hicimos fue gestionar las bajas laborales provocadas por un software que sustituía a un tipo de trabajadores concretos, solicitando que éstos pasaran a ser agentes digitales del propio parque comercial. Fue un éxito y ya estamos preparando la segunda fase.
El caso del segundo centro comercial, el irlandés, es más sofisticado. Se trata de omnicanalidad, de gestionar diferentes dispositivos para trazar todos los datos posibles de la gente que visita el parque. En realidad son ‘beacons’, radares que localizan movimientos, actitudes, datos en general y que permiten aportar una gran cantidad de elementos desestructurados que se analizan con los que si estan bajo una estructura. Sin llegar a ser ‘big-data’ se logra ofrecer productos y servicios a los visitantes que incrementan ventas, interacciones de marca y valoraciones positivas. Esta gestión de datos menor se le suele llamar ‘small-data’ y en este caso, al modelo de uso y gestión que hemos registrado y presentado públicamente, le pusimos el nombre de ‘Mall-Data’. Hay naming para todo.
Aplicaciones tecnológicas en disciplinas deportivas en crecimiento. El Crossfit.
Una de los objetivos de este blog es presentar algunas propuestas de inversión en startups o proyectos que puedan ser interesantes por su disrupción en el mercado o porque su método de gestionar su propia ronda se base en el crowdfunding. Es el caso de un proyecto que me presentaron hace unas semanas y que por el equipo que está detrás y el crecimiento que están sufriendo me parecieron interesantes de mostrar. Algo que iré haciendo cada semana con otros proyectos o startups.
Una de los objetivos de este blog es presentar algunas propuestas de inversión en startups o proyectos que puedan ser interesantes por su disrupción en el mercado o porque su método de gestionar su propia ronda se base en el crowdfunding. Es el caso de un proyecto que me presentaron hace unas semanas y que por el equipo que está detrás y el crecimiento que están sufriendo me parecieron interesantes de mostrar. Algo que iré haciendo cada semana con otros proyectos o startups.
Si hay un sector que crece exponencialmente en los últimos años es aquel que tiene condicionantes deportivos. El deporte como modelo de inversión es una buena premisa pues en una sociedad cada vez más concienciada de la importancia de mantenerse en forma y de vivir saludablemente, las cuotas de mercado de todos los productos y servicios que se engloban en la categoría ‘sports’ no hacen más que crecer.
Sin embargo hay mucho en el mercado. Es complicado descubrir nichos con alto potencial de crecimiento y sin una competencia feroz. Desde aplicaciones digitales a productos físicos, todo está concebido en los modelos deportivos tradicionales pero hoy os traigo uno que, aunque yo no practico, si conozco a muchos amigos que están absolutamente abducidos por esta disciplina ubicada entre el Fitness y el deporte funcional: el crossfit.
La empresa navarra Velites Sport representa una de las ofertas más serias en este campo en España con productos tecnológicos vinculados al Crossfit y que, según los expertos, atletas y deportistas, son muy superiores a los de su competencia. Investigación y desarrollo aplicado al producto deportivo es fundamental para alcanzar crecimientos como los que está logrando Velites concretamente, hasta el punto de haber logrado ser uno de los patrocinadores oficiales de los Crosfit Games International 2016.
Decididos a ampliar su negocio y conquistar California (el mercado es superior al de toda Europa) en 2017 han lanzado su campaña de Crowdinvesting que quiere sumar 200K euros a los 150K de la primera ronda que cerraron con éxito.
Y si estás interesado o interesada en invertir en un mercado de nicho como el crossfit, puedes hacerlo a través de este enlace donde recibirás toda la información necesaria.
A mi me ha sorprendido mucho el tema. Desconocía con detalle el Crossfit y su repercusión comercial. Cómo siempre, lo que me interesa es el valor tecnológico que se le aplica a cada producto y en este caso parace ser que hay un fuerte condicionante en este sentido. También es de destacar que al parecer, esta disciplina es una de las de mayor crecimiento actualmente. Según CrossFit Afiliates, el número de afiliados (box certificados) a CrossFit, Inc. creció de 18 afiliados en 2005 a 1700 afiliados en 2010 hasta más de 8000 afiliados en 2013. En Estados Unidos hay gimnasios (Box) CrossFit en prácticamente todos los estados (más de 7.500 centros) y rápidamente se está incorporando a Europa (2000 centros). En España en 2011 se disponía de 6 centros CrossFit, en 2014 ya son 100 los centros CrossFit españoles y más de 200 en 2016. CrossFit se ha convertido en poco tiempo en un gigante del Fitness y del deporte ya que cuenta con sus propias olimpiadas (CrossFit Games)
Soluciones para la transformación digital en la Pyme. El caso de facturación electrónica de KeyandCloud.
Cuando hablamos de los elementos de transformación digital decisivos para un negocio solemos pensar en la automatización de procesos, en la comunicación corporativa en redes e, incluso, en modular el acceso a tecnologías disruptivas en el día a día de la empresa. Sin embargo una de las claves está en algo que ya utilizamos en gran medida pero que se limita a espacios realmente muy menores. Hablo del ‘cloud computing’.
Cuando hablamos de los elementos de transformación digital decisivos para un negocio solemos pensar en la automatización de procesos, en la comunicación corporativa en redes e, incluso, en modular el acceso a tecnologías disruptivas en el día a día de la empresa. Sin embargo una de las claves está en algo que ya utilizamos en gran medida pero que se limita a espacios realmente muy menores. Hablo del ‘cloud computing’.
Las soluciones de negocio en la nube para empresas y profesionales facilitan el trabajo en cualquier negocio sin tener que preocuparse de infraestructuras costosas o de cuestiones técnicas. Una de las funciones que mejor se adaptan a esta idea de evolución imprescindible son las soluciones de facturación electrónica y, entre ellas, las que son capaces de afrontar el reto de hacerlo sin licencias, contratos o dificultades de cualquier tipo.
Me gusta recomendar proyectos que previamente ha probado mi equipo o yo mismo. Hoy quiero recomendar uno que aprovecha completamente las ventajas del ‘cloud’ y que, cómo debe ser, utiliza la experiencia anterior de sus fundadores en grandes compañías para reformular una solución mejor adaptada a los tiempos que vivimos. Hablo de la solución de facturación electrónica KeyandCloud.
Una buena solución para quienes necesitan un paquete en la nube de facturación con muchas características operativas que ayudan a gestionar la economía de un negocio sin complicaciones. KeyandCloud es intuitivo, práctico y, por lo que he podido vivir yo mismo, sus actualizaciones son constantes. Genera facturas, albaranes y presupuestos, los enlaza, relaciona y todo desde la nube, lo que es especialmente significativo pues es accesible desde cualquier dispositivo.
Me gusta recomendar proyectos emprendedores que desde la dificultad que supone enfrentarse a los grandes players de su sector se lanzan a buscar como mejorarlas en su propio campo de juego. La ventaja de la solución que hoy recomiendo parte de la ventaja que han tenido al poder testear cada avance o ‘feature’ en un banco de pruebas muy especial: el Principado de Andorra. De hecho Hugo Miranda me confesó que al haber nacido en un país tan pequeño pudieron ir probando cada fase de innovación sin tener que arriesgar en mercados grandes. El resultado demuestra que han aprovechado esa ventaja.
Y es que KeyandCloud es un programa dirigido a cualquier tipo de empresa, ya sea cliente final o gestoría. Una plataforma de gestión colaborativa que nace de un equipo con más de 30 años de experiencia en programas de gestión de grandes compañías como SAGE que quería solucionar el problema de las funcionalidades innecesarias y que fuera operativo sin licencias, contratos o cualquier complejidad que tuviera fricción digital.
Te invito a que lo pruebes sea cual sea la dimensión de tu empresa. Te van a proporcionar una gestión simplificada de facturación, con control de gastos y compras, emisión multidivisa a través de la adecuación automática del valor del tipo de cambio y una muy buena capacidad para vincular presupuestos, datos de clientes y acción comercial no muy habitual en software de uso simple.
Una de las opciones que más precisan simplificarse en otras soluciones es la de adaptación automática a la legislación de cualquier país donde facturamos. KeyAndCloud lo logra con una simplicidad extraordinaria sin abandonar lo robusto del sistema. La vinculación de stock con existencias, previsiones, presupuestos y la propia facturación, la exportación de cualquier conjunto de datos de clientes, facturación, proveedores, artículos o gastos se puede hacer sin ningún problema a Sage Contaplus, Sage Murano o el mismísimo A3 Software.
Además, desde el punto de vista emprendedor, me parece que el plan de desarrollo del negocio de esta startup está cumpliéndose de manera excelente. Ya tienen sede en Barcelona, Andorra, Portugal y, desde hace poco tiempo, en Latinoamérica.
En tiempos que la modernización de la economía, y de la vinculación de la tecnología en el nuevo modelo de crecimiento de un país, es importante identificar herramientas que ayuden a ese paso. No es fácil, pero empezar a trabajar en la nube es uno de los primeros e imprescindibles.
Amazon, Facebook, Google, IBM y Microsoft se unen para controlar los avances en Inteligencia Artificial.
El avance de los sistemas de inteligencia artificial ha entrado en fase exponencial. Sin hacer demasiado ruido ha ido formando parte de nuestra vida de un modo natural. Desde los dispositivos que ejecutan modelos de inyección de combustible en un coche hasta los que se conducen solos aportando modificaciones en base a parámetros que un software ‘entiende el mundo que le rodea’ y no sólo ejecuta por decisiones binarias
El avance de los sistemas de inteligencia artificial ha entrado en fase exponencial. Sin hacer demasiado ruido ha ido formando parte de nuestra vida de un modo natural. Desde los dispositivos que ejecutan modelos de inyección de combustible en un coche hasta los que se conducen solos aportando modificaciones en base a parámetros que un software ‘entiende el mundo que le rodea’ y no sólo ejecuta por decisiones binarias.
Las informaciones meteorológicas, las recomendaciones de navegación a partir de un teléfono inteligente o los filtros de spam del correo electrónico que aprenden analizando tus preferencias de lectura, el propio algoritmo de búsqueda de Google, o la exposición publicitaria de Facebook, el propio Big data integrado en las decisiones de negocio, el ‘machine learning’ con aprendizaje automático para empresas son, de algún modo, fases primigenias de lo que se denomina Inteligencia Artificial. De hecho, este último aspecto, el de los datos es clave para entender hacía donde vamos. La ingesta de datos y su traducción son esenciales ahora mismo, pero la potencia que se logra cuando la Inteligencia Artificial entra en acción en el análisis de esos datos es algo inédito hasta ahora con una eficiencia y optimización delirante.
Sin embargo hay que distinguir entre ‘sistemas expertos’ e Inteligencia Artificial. Los primeros son rutinas robóticas que no aprenden a hacer una tarea cada vez mejor pero que aunque aparentemente sean inteligentes, no lo son. Hacen lo mismo y lo mejoran pero no son intuitivos, no interpretan factores ‘emocionales’ ni tienen en cuenta variables críticas. Son matemática racional básicamente. La segunda, la AI, en cambio aprende de cada interacción y varia en base a ellas. Ese cambio sustancial determina el riesgo de pérdida de control y que muchos han querido avanzar.
De hecho, hace pocos días, cinco gigantes de la tecnología anunciaron que han puesto en marcha una organización para ‘avanzar en la comprensión de la inteligencia artificial y para establecer un manual de buenas prácticas sobre los desafíos y oportunidades en este campo’. Los miembros son nada más y nada menos que Amazon, Facebook, Google, IBM y Microsoft y la sede central de este organismo estará en la ‘pre-Brexit’ Londres, dónde ahora esta el DeepMind operando.
La obsesión de algunos sobre como limitar éticamente la evolución de la Inteligencia Artificial ha llevado a estos gigantes a poner en marcha un organismo que busque poner límites entre lo que un sistema inteligente y un humano puedan intercambiar, vincularse o relacionarse. A éstos se les han sumado esta semana académicos del Instituto Allen, uno de los más avanzados en este campo.
En los últimos cinco años, el progreso tecnológico y el optimismo sobre la IA ha ido en aumento debido a los avances en uno de los campos más avanzados actualmente. El denominado aprendizaje profundo o redes neuronales artificiales basadas en el funcionamiento de las que tenemos en nuestro cerebro. Esto permite a una máquina aprender por sí misma y reconocer patrones cada vez más complejos. El efecto más conocido es el cambio notable en los traductores y procesadores del lenguaje natural, el reconocimiento de imágenes, la visión por ordenador, el progreso de los coches de sin conductor o el reconocimiento ponderado de voz del tipo Google Home.
La asociación en cuestión cuestionan que el uso cada vez más integral de la Inteligencia Artificial debe regularse, protegerse y vigilarse. Piensan que la pérdida de puestos de trabajo por un lado y la denominada ‘singularidad’ (punto hipotético en que las máquinas inteligentes se mejorarán a sí mismas sin supervisión humana) pueden estar avanzando sin control y que si no hacemos algo nos engullirá un tsunami tecnológico exponencial que dejará a la humanidad en una posición negativa de no retorno.
En todo caso, la carrera ha empezado de un modo sólo comparable a las que se hacen en el campo de los automóviles sin conductor o la impresión 3D. Más de 7.5 billones de dólares invertidos en investigación en Inteligencia Artificial. No es calderilla. Una asociación que quiere marcar el ritmo, un montón de dinero aplicado a este sector y un mundo pendiente de entender realmente que es eso de la inteligencia basada en software y algoritmos.
Ayudas necesarias para autónomos en el mundo municipal. El caso de Barcelona.
Emprender para muchos será la única salida, para otros no. Puede que muchos tengan otras opciones, pero, por higiene intelectual recomiendo ponerse en la piel del primero. Imaginemos que no tenemos más remedio que emprender. Poco a poco, conozco algún caso de emprendedores sobre venidos, al que llega el primer cliente, la primera factura, el primer empleado y el primer cobro. Esos momentos son gloriosos. Encajar la emoción que supone tocar la superficie de los sueños que hace unos meses desconocías tener es maravilloso. No obstante hasta que todo eso se va logrando hay un primer paso, mucho menos poético, que precisa de concentración, dedicación, algo de suerte, pero también de ayuda
Emprender para muchos será la única salida, para otros no. Puede que muchos tengan otras opciones, pero, por higiene intelectual recomiendo ponerse en la piel del primero. Imaginemos que no tenemos más remedio que emprender. Poco a poco, conozco algún caso de emprendedores sobre venidos, al que llega el primer cliente, la primera factura, el primer empleado y el primer cobro. Esos momentos son gloriosos. Encajar la emoción que supone tocar la superficie de los sueños que hace unos meses desconocías tener es maravilloso. No obstante hasta que todo eso se va logrando hay un primer paso, mucho menos poético, que precisa de concentración, dedicación, algo de suerte, pero también de ayuda.
La administración pública tiene mucho que hacer. Desde ser un estimulante hacía los modelos de crecimiento y negocio que verdaderamente interesen como garantía de futuro hasta la de dinamizar con ayudas concretas el impulso de iniciativas empresariales, especialmente desde la primera de las vías, la mas vulnerable, los autónomos, los emprendedores que se lanzan a la conquista de sus sueños o, sencillamente, optan por la única solución que se les presenta.
En todos los casos es importante obtener soporte público. Especialmente en aquellos que desde la desocupación y el paro no logran arrancar un proyecto empresarial de auto ocupación y que no les es suficiente con ‘cursos formativos’ o ‘subvenciones en especies’, lo importante es fabricar escenarios adecuados para la ocupación y facilitar la creación de nuevas empresas mediante el diseño y la implementación de medidas según las necesidades reales de cada Ciudad.
Algo que traté en 2012 y que se refería a todo cuanto desde la administración se debía adoptar, también tiene cabida en la política municipal. Probablemente, mientras no hay una actividad decidida y enfocada en políticas generales, autonómicas o de estado, los municipios deben afrontar ese reto. No es posible esperar más.
Estos días he conocido la iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona para combatir el paro desde una batalla a nivel local, cercana y conocedora de la realidad más inmediata. Una propuesta que surge de una evidencia: 'las personas autónomas representa uno de los colectivos más desprotegidos en materia económico-social por la individualidad de la actividad, la responsabilidad ilimitada por ser una forma jurídica personalista y por las limitaciones inherentes al hecho de que en la mayoría de casos se trata de proyectos de auto ocupación de una dimensión reducida. Además, durante el primer año de vida, estas iniciativas necesitan consolidar una propuesta de valor al mercado que sea sostenible en el tiempo y suficiente para poder generar un nuevo modo de vida compatible con las obligaciones personales y familiares.'
Sin entrar en que modelos de negocio se deben proponer, lo urgente es crear empleo. Creando empresas, estimulando la puesta en marcha de proyectos autónomos y emprendedores de auto ocupación, se puede ir generando ese espacio de consumo e intercambio económico que reactive el mercado laboral en su conjunto. Luego ya veremos como lo vamos estructurando en su vertiente más innovadora y digital.
El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido aligerar la carga de gastos que el nuevo empresario o profesional autónomo asume el primer año de vida. Las ayudas económicas que recibirán las personas solicitantes de una serie de ayudas destinadas a este propósito se compone de una cuantía equivalente a los gastos en su primer año de vida en materia de gastos de Seguridad social, gastos asociados a los costes por dar de alta la actividad económica y gastos asociados con el alquiler de locales comerciales y despachos, así como los servicios de gestoría para el cumplimiento de sus obligaciones sociales o fiscales
De forma complementaria el Ayuntamiento de Barcelona a través de Barcelona Activa pone a disposición de las empresas y las personas beneficiarias, sus programas, actividades y servicios en materia de empresa, ocupación y de formación. Barcelona Activa ofrece una subvención a las personas autónomas de la ciudad que se hayan dado de alta desde enero del 2015. Esta subvención será de hasta 3.600 € entre 30 y 39 años o de hasta 4.000 € en caso de que la persona autónoma tenga 30 años o menos, o más de 45 años en el momento del alta fiscal.
Si vives en Barcelona y estás empezando tu propio proyecto te interesa saber que para acceder a la Subvención debes ser un nuevo empresario individual dado de alta a partir del 1 de enero del 2015, no estar dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos por la misma actividad en los últimos 3 años, estar dado de alta fiscal en la ciudad de Barcelona y estar empadronado en la Ciudad Condal 3 meses antes del alta fiscal. Si quieres más información mírala aquí. Si conoces de otras iniciativas parecidas en otros lugares me lo cuentas.
No debemos pensar que la tecnología nos quitará el trabajo
El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios locales. En ese ámbito centré mi conferencia sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde el ámbito de la Pyme se puede abordar para sacar ventaja en estos tiempos tecnológicamente frenéticos. A partir de mi intervención y de la entrevista posterior se publicaron dos artículos que considero relevantes pues de algún modo son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo
El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general en tiempos de redes. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios más locales.
En ese ámbito centré mi conferencia, sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde la Pyme se pueden abordar estos tiempos tecnológicamente frenéticos a fin de sacar ventaja competitiva. A partir de mi intervención y de una entrevista posterior se publicaron dos artículos que pueden ser interesantes pues, de algún modo, son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo y que en mis conferencias, workshops y consultorías expongo.
El primer artículo de Carmen Garde en el Diario de Navarra es un resumen de la conferencia, poniendo énfasis que no debemos temer que la tecnología nos pueda quitar trabajo, pues eso es absolutamente inevitable como lo fue en otros momentos de la historia en otras revoluciones tecnológicas. Lo que debemos entender es que vamos a disponer de un tiempo distinto y de una organización radicalmente distinta dónde los conceptos empleo, tiempo libre, conciliación y horarios van a cambiar definitivamente y dónde aquello que esté sujeto de ser digitalizado o robotizado lo será.
“No hay que pensar que la tecnología nos quitará el trabajo”
“El hombre suele llamar crisis industrial a todos los partos dolorosos que significan cambiar por completo el paradigma de su vida”. El consultor tecnológico, Marc Vidal, utilizó la citada frase para explicar que lo vivido desde el año 2008 a nivel mundial no ha sido, como muchos piensan, una crisis económica. “Ahora empezamos a detectar que no lo era. Estamos viviendo la cuarta revolución industrial”, enfatizó el analista ante los 150 asistentes del tejido empresarial de la Comunidad foral que ayer asistieron a un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter, celebrado en el hotel Muga Beloso. “En el Foro de Davos se le ha dado a la crisis, por primera vez, la categoría de cuarta revolución industrial”, subrayó Vidal. Porque, según dijo, vivimos el “momento histórico” en el que la robotización, la automatización y, sobre todo, la disminución o anulación de intermediarios en la prestación de servicios han empezado a transformar nuestra sociedad y nuestra economía “para hacer, en principio, un mundo mejor”. “Un mundo -prosiguió- en el que cuantas más máquinas rodeen nuestra vida, cuanta más tecnología nos quite tiempo de trabajo, más humanos vamos a ser. En lugar de pensar que nos va a quitar el trabajo lo que tenemos que pensar es que nos dará tiempo para nosotros”.
El consultor valoró la tecnología, porque “siempre” ha sido un elemento “favorable” y de “evolución” para el hombre, aunque Vidal consideró “normal” que tengamos “el mismo miedo que nuestros antepasados ante cualquier cambio tecnológico”.
Pero una vez puesto el escenario de la cuarta revolución, el reto que hay encima de la mesa para todas las empresas es aprovecharla. No quedarse mirando cómo suceden las cosas. “Para ello, hay que ampliar el campo de visión. Tenemos que ser capaces de ver más allá. Si no, no les saldrá”, previno a los asistentes.
Entonces, pasó a dibujar con historias y metáforas unas claves del actual contexto tecnológico. Habló de que hoy ya no se venden productos (ejemplo discos), sino servicios(suscripción a Spotify), de que hoy los clientes se mueven “mejor” que las empresas en el sistema en red y expuso que el comercio electrónico acapara hoy el 8% de las transacciones y que en seis años llegará al 60%.
También se refirió a la “leyenda del refrigerador”, un frigorífico que detecta que no hay leche y manda un correo al supermercado solicitando no cualquier leche, sino una determinada según criterios económicos o con las propiedades nutricionales que mejor convengan a la familia. Porque, según el consultor, los procesos robóticos son imparables y van a estar muy presentes en nuestra vida. “Vamos a un mundo automatizado. Los objetos ya se ha conectado a Internet y en unos dos años llegará lo que se llama el Internet absoluto. Todo conectado”.
Por eso, las empresas no deben perder el tiempo. Deben apostar de forma decidida por “una cultura de la innovación constante”. ¿Cómo? Marc Vidal dio, en esencia, dos pautas. La primera, crear una red integradora en las empresas. “Trabajar en red es mucho más que pensar juntos, es cosas como ver en los rivales valores interesantes”, detalló.
Y en segundo lugar, el experto recalcó la importancia de “entender que vivimos en la prueba constante”. Dijo que la Red permite a las empresas “equivocarse” con un “coste relativo”. “La filosofía de la prueba y error es una ventaja que sirve para comprender la innovación”, afirmó Vidal, para quien “el error digital no deber ser ningún drama”. Pero advirtió que no se trata de probar sin más, sino que es necesario que las empresas crean “en firme” en la digitalización y que dispongan de una estrategia a medio plazo “que no fachada”. “Recuerden: el cambio es básicamente mental”, concluyó.
La entrevista que me hizo Diana de Miguel para el mismo Diario de Navarra no se centra tanto en el empleo en si, sino que se interesa por los modelos de negocio, dando una relevancia especial al hecho de que hay negocios que pueden estar en la urgencia de mutar a otro. Destaca una frase que repito dónde aseguro que 'los bancos son las nuevas discográficas' interpretando de este modo que la banca está sujeta ahora mismo a una 'uberización' de su modelo y que su mutación obligada por las 'Fintech' es irreversible. Quien lo entienda pronto y bien sobrevivirá, quien no lo haga irá perdiendo negocio irremediablemente.
“Los bancos son las nuevas discográficas”
Marc Vidal, presentador de los programas de TVE Economía de Bolsillo y Economía de Futuro, es inversor tecnológico, consultor en transformación y estrategia digital aparte de un solicitado conferenciante internacional. El martes protagonizará un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter bajo el título La digitalización en las empresas en el que esbozará algunas de las claves para que la empresa afronte con éxito una transformación que, aventura, será dolorosa. Sitúa a la banca como uno de los sectores más amenazados por un cambio de época histórico marcado por una transformación digital que, recuerda, obliga a cambiar la forma de pensar.
¿Cuál es el primer paso para abordar la digitalización en una empresa?
Lo primero es asumir el momento en el que vivimos. Hemos llamado crisis a una revolución en todos los términos de la economía. Lo hemos pasado peor porque no sabíamos dónde estábamos. Por eso, las empresas deben primero concienciar sobre ese cambio de paradigma que nos obliga a pensar de otra forma.
¿Qué papel debe jugar la tecnología en ese cambio?
La tecnología no es la esencia del proceso, pero sí una herramienta que nos ayudará a que el cambio suceda. Se necesitan las dos cosas: el cambio de conciencia y la aplicación tecnológica y sin una no tendremos la otra.
Sigue habiendo empresarios que creen que transformarse digitalmente es tener una cuenta en Twitter. ¿Qué les diría?
Que la transformación digital es algo más transversal y que ocupa especialmente al cuerpo directivo que debe convencerse de que tiene que trasladar al resto de su equipo ese cambio tecnológico.
¿Qué sector o sectores ve más amenazados?
Todos aquellos cuya actividad la pueda desarrollar una compañía jovencita con muchas ganas de cambiar procesos y modelos. Se pueden encontrar con que cambie todo el sistema. Por ejemplo la banca. Parecen los amos y señores, pero las fintech -empresas de servicios financieros que utilizan la última tecnología para poder ofrecer soluciones innovadoras- les están comiendo cuota de mercado. Muchos bancos están buscando fórmulas y sinergias con las fintech. Los bancos son las nuevas discográficas. Solo hay que preguntar a un empresario si abriría una tienda de discos o una de música. Hace diez años, la respuesta hubiera sido distinta, pero hoy nadie montaría una tienda de discos. O se modifica todo el proceso que tiene que ver con la relación con el cliente y su modelo de trabajo, o la banca y las empresas en su conjunto se pueden encontrar con un problema a corto plazo.
¿Quiere decir que las empresas que no aborden la transformación digital no sobrevivirán?
Empresas que hace 15 años no existían, que nacieron ya como nativas en el ámbito digital, se encuentran hoy entre las 10 más importantes o capitalizadas del mundo, y las que iniciaron una transformación digital profunda antes de la crisis han vivido este proceso con beneficios. Las empresas no tienen elección.
En una comunidad como la navarra con un peso industrial tan importante el reto es aún mayor.
Para Navarra es la gran oportunidad para impulsar un cambio en el modelo de crecimiento y que sus productos sean competitivos con los del resto del planeta. Históricamente, la Comunidad foral ha estado a la cabeza de la innovación y ahora debe coger su sistema de trabajo y sus modelos industriales y transformarlos de forma radical y transversal para tomar la delantera en Europa.
¿Qué nuevos perfiles laborales vislumbra?
Seguimos hablando del trabajo como si estuviésemos en el siglo XVIII. Pensamos en jornadas laborales, en cotizaciones... Cosas que necesaria e imprescindiblemente vamos a tener que cambiar. No sé de qué forma ni qué traumático será, pero el futuro del trabajo no será como ahora. Lo que se pueda hacer con máquinas se hará. Es más rápido, eficiente y barato.
¿Se reducirán las jornadas de trabajo?
Ya pasa en algunos países. Las jornadas bajan sin mermar la productividad porque un software realiza parte del trabajo. Los robots nos van a humanizar.
¿Qué medidas pondría en marcha si fuera presidente del Gobierno?
Procuraría que los impulsos hacia un nuevo modelo de crecimiento que tengan que ver con la tecnología se ejecutaran y no se diese vía libre al crecimiento especulativo y vinculado a sectores intensivos que nos llevan a otro desastre económico. No parece que estemos construyendo una sociedad del conocimiento sino todo lo contrario.
Cada jueves hablaremos de Nueva Economía en 'la 2' de TVE.
Hace un par de meses terminó la emisión de la primera temporada de ‘Economía de Bolsillo’. Una experiencia televisiva en TVE en la que aprendí los entresijos que conforman la producción televisiva y conocí a un equipo extraordinario de apasionados por su trabajo. En estos días se está diseñando la segunda edición. Estoy seguro que va a resultar tan didáctica y divertida como la anterior. Sin embargo, y mientras el lento engranaje del mundo de la televisión se va ajustando, la televisión pública española me ha propuesto participar en otro programa. En concreto en el nuevo ‘Tips’ presentado por la periodista Ruth Jiménez y por el monologuista Txabi Franquesa. Ayer se hizo la presentación oficial y la rueda de prensa para el que, según la propia cadena, será la gran apuesta de ‘la 2’ esta temporada.
Hace un par de meses terminó la emisión de la primera temporada de ‘Economía de Bolsillo’. Una experiencia televisiva en TVE en la que aprendí los entresijos que conforman la producción televisiva y conocí a un equipo extraordinario de apasionados por su trabajo. En estos días se está diseñando la segunda edición. Estoy seguro que va a resultar tan didáctica y divertida como la anterior. Sin embargo, y mientras el lento engranaje del mundo de la televisión se va ajustando, la televisión pública española me ha propuesto participar en otro programa. En concreto en el nuevo ‘Tips’ presentado por la periodista Ruth Jiménez y por el monologuista Txabi Franquesa. Ayer se hizo la presentación oficial y la rueda de prensa para el que, según la propia cadena, será la gran apuesta de ‘la 2’ esta temporada.
En concreto, mi tarea será la de presentar cada jueves durante casi 20 minutos un tema enmarcado en la Nueva Economía. Una sección bautizada como ‘Economía de Futuro’ que acercará conceptos y elementos que tratamos muchas veces en este blog. El modo de hacerlo será muy parecido a lo que hacíamos en ‘Economía de Bolsillo’, es decir, muy didáctico, cuidadosamente realizado, con ese tono cinematográfico y, por supuesto, divertido y fácil de entender.
Para lograrlo cada semana presentaré una startup que represente bien el tema central de la sección. Entrevistaremos a los responsables y lo enlazaremos con metáforas o juegos que representen la temática económica que protagoniza la empresa tecnológica de cada capítulo. El contrapunto lo efectuará siempre un experto que nos dará una visión más genérica.
‘Tips’ empieza el lunes que viene. Se emitirá en 'la 2' de TVE de 7 a 8 de la tarde para toda España excepto en Catalunya, que lo hará de 8 a 9 para respetar la franja de desconexión existente. Será un espacio diario que acercará, con un gran equipo de colaboradores, las últimas tendencias en múltiples temas. Considero que es una gran noticia que en un programa ‘magazine’ se incorpore el factor Nueva Economía desde un punto de vista general, cercano y objetivo. Por supuesto, todos los capítulos de nuestra sección se podrán seguir en la red y los iremos enlazando puntualmente.
TVE, y concretamente ‘la 2’, buscan que algunos de los colaboradores de este programa diario fueran ya conductores de otros en la propia casa. La experiencia en ‘Economía de Bolsillo’ ha sido muy enriquecedora y estimulante. Por el ‘feedback’ que recibimos sabemos que ha gustado mucho en general a pesar del presentador ;-). Los resultados de audiencia fueron muy positivos según la propia cadena a pesar de emitirse a las 6 de la tarde del sábado. Algunos capítulos superaron la media de 'la 2' dónde 'Saber y Ganar' distorsiona mucho la media por sus altas cifras de share constante. El capítulo de 'tarjetas' con un 2,3% de share y 233.000 televidentes fue el tercero más visto, el de 'pensiones' con un 2,4% y 224.000 espectadores fue la medalla de plata y el sábado 17 de julio en el programa sobre 'Ahorro' alcanzamos un respetable 2,7% de share con 314.000 seguidores por televisión tradicional.
Lo dicho, nos vemos en ‘la 2’ los jueves a las 7 de la tarde a menos que estés en Catalunya que la cita es a las 8. Si no te va bien a esas horas, la cita es en la red cuando quieras.
La delgada línea entre modernidad digital y 'vintage' tecnológico.
El Times publicó en 1920 un artículo despiadado contra Robert Godard por haber pronosticado que algún día las aeronaves podrían desplazarse en el vacío. En 1903 y a pocas semanas de que los hermanos Wright lograran volar en un aeroplano, el propio New York Times, y supongo que la inmensa mayoría de personas razonables del planeta, dijo que eso de intentar volar era una de las mayores pérdidas de tiempo a las que nos podíamos dedicar. El presidente de IBM, Thomas Watson aseguró en 1943 que ‘el mercado de computadoras no dará para mucho más que cinco o seis en todo el mundo’.
El Times publicó en 1920 un artículo despiadado contra Robert Godard por haber pronosticado que algún día las aeronaves podrían desplazarse en el vacío. En 1903 y a pocas semanas de que los hermanos Wright lograran volar en un aeroplano, el propio New York Times, y supongo que la inmensa mayoría de personas razonables del planeta, dijo que eso de intentar volar era una de las mayores pérdidas de tiempo a las que nos podíamos dedicar. El presidente de IBM, Thomas Watson aseguró en 1943 que ‘el mercado de computadoras no dará para mucho más que cinco o seis en todo el mundo’.
"...We hope that Professor Langley will not put his substantial greatness as a scientist in further peril by continuing to waste his time and the money involved, in further airship experiments. Life is short, and he is capable of services to humanity incomparably greater than can be expected to result from trying to fly....For students and investigators of the Langley type there are more useful employments."
Source: New York Times, December 10,1903, editorial page.
Y así podríamos ir relatando infinidad de pronósticos acerca de cómo sería el futuro, que tecnologías lo gobernarían o de que modo la humanidad innovaría en un campo u otro. La tecnología que empujará los cambios más radicales no suelen estar presente en las previsiones. En pleno siglo XIX los principales científicos del mundo creían que si bien se iba a poder ofrecer viajes transatlánticos estos serían de la mano de globos aerostáticos y no en aviones. Es decir, sabemos que sucederán cosas pero no cómo. Confiamos en la capacidad humana de superar las barreras gracias a los avances tecnológicos pero desconocemos de que estará compuesta esa tecnología.
Ahora vivimos algo similar. Sabemos lo que vamos a lograr pero no cómo. O mejor dicho, sí creemos saberlo, pero seguramente todavía estamos pendientes de algún nuevo avance tecnológico que desconocemos, que queda por desarrollar, instalar y difundir. ¿Quién sabe si la Inteligencia Artificial depende de los avances actuales o el salto definitivo depende de algo que aún no hemos ni tan siquiera descubierto o creado? La impresión 3D sigue esperando algo que nos evite seguir avanzando en la compleja senda de los materiales sintéticos ¿su evolución exponencial depende de un descubrimiento químico inédito todavía?
Con todo cuanto nos rodea ahora en esta Cuarta Revolución Industrial pasará algo similar. Mucho de lo que ahora consideramos parte de la innovación, el globo aerostático que nos transportará a otros continentes, probablemente están siendo su propio límite y, en breve, aparecerá unos hermanos Wright dispuestos a imponer otra modalidad de viaje intercontinental que si pueda ser absolutamente eficiente y seguro.
Uno de los ejercicios que sugiero en algunas de mis conferencias busca reflexionar acerca de los cambios que hemos vivido en apenas un par de décadas. Es importante hacerlo y descubriremos cómo existen elementos en nuestra vida cotidiana que no logramos ya disociar de nuestro presente y lo contemplamos como si siempre hubieran estado ahí. El teléfono móvil, el teléfono inteligente, la conexión total a la red, la propia red de redes, el funcionamiento de nuestras relaciones a partir de un hecho social y digital, los procesos productivos, la cadena de valor, el paso de producto a servicio y otros. Todo ha cambiado, y muy rápido, pero lo desconcertante es que unos meses antes de cada avance disruptivo muy pocos eran conocedores de esas tecnologías.
Mirar una película de los noventa es muy nutritivo en este sentido. La información se buscaba en bibliotecas exclusivamente y las llamadas se fijaban en horario y desde unos habitáculos llamados ‘cabinas’. Mirar películas del inicio de este siglo también. Leer artículos de apenas hace unos cinco años sí que sorprende. Decenas de tecnologías determinantes, empresas e innovaciones no aparecen. Hagan el esfuerzo, servirá para tomar más en serio el anuncio ‘la inminencia de algún avance dramático’ apelando a que la tecnología que lo hará posible será distinta a la que ahora creemos que lo permitirá. El ejemplo más evidente es el de los coches autónomos.
Los primeros vehículos sin conductor legalmente en movimiento por nuestras carreteras será algo habitual mucho antes de lo que pudiera parecer. Por lo menos es mi deducción y la de muchos analistas. No hablamos de décadas, seguramente mucho menos, tal vez una. Lo importante es que esos autos no serán autónomos gracias a un sistema GPS, a unos sensores, láser o radares, sino que lo serán de algo pendiente de implementar todavía. Ese avance definitivo logrará que esos coches piensen cosa que ahora no hacen. La diferencia entre que un auto se detenga porque un radar le dice que en frente hay un ser humano y si continúa lo mata y que un auto se detenga porque sepa que significado tiene que el ser humano muera será el factor definitivo. Falta todavía mucha tecnología por desarrollar pero no duden que llegará y, cómo viene sucediendo últimamente, cada vez más rápido.
A todo esto, importante ir pensando como será la sociedad resultante e inminente, de que modo nos organizaremos, que pasará con la Renta Mínima Universal en un mundo sin empleo, como interactuaremos en un mundo automático y de cuales serán las habilidades que esas tecnologías exigirán. En breve lo comentamos.
La urgencia de que un software se encargue de conformar gobierno.
Al período anterior a la hipotética recuperación económica que vivimos se le llamó crisis y destacó, por encima de todo, por se la responsable de la destrucción de 3,8 millones de empleos. A partir de 2014, justo cuando se establece el punto de inflexión, según los expertos, se han creado 1,4 millones de puestos de trabajo. Del 26,9% de paro, que se dice rápido, hemos descendido a una tasa que ronda el 20% según la EPA. El ritmo no es malo, el modelo elegido sí.
Al período anterior a la hipotética recuperación económica que vivimos se le llamó crisis y destacó, por encima de todo, por se la responsable de la destrucción de 3,8 millones de empleos. A partir de 2014, justo cuando se establece el punto de inflexión, según los expertos, se han creado 1,4 millones de puestos de trabajo. Del 26,9% de paro, que se dice rápido, hemos descendido a una tasa que ronda el 20% según la EPA. El ritmo no es malo, el modelo elegido sí.
Los casi 400.000 empleos que se crean al año significan que, al mismo ritmo y desoyendo todas las informaciones acerca del momento histórico que globalmente vive el mundo, no será antes de 2023 que España logre el mismo nivel de ocupación anterior a la dichosa crisis. El problema es que esa previsión sobre la creación de empleo se olvida de un factor determinante y del que hablamos continuamente en este blog. No vamos a un mundo de creación de empleo, sino todo lo contrario. La Cuarta Revolución Industrial no es el título de un programa de televisión, no es una frase publicitaria, es la definición de un momento histórico que en tres ocasiones anteriores ya ha vivido la humanidad.
El cálculo sobre cuando ‘estaremos como antes’ o ‘la recuperación sea notable’ también debería atender a otra variable. Las más que probable recaída a nivel económico en Europa especialmente, motivadas por las consecuencias del Brexit, la falta de demanda exterior, la competencia u otros. Recomiendo por todo ello dejar de imaginar un país, un continente, un mundo, con plena ocupación. Una plena ocupación que sólo podrá lograrse cambiando absolutamente el concepto ‘puesto de trabajo’. Deberá legislarse, y pronto, acerca de un mundo con un empleo basado en una menor carga humana en tiempo especialmente y, además, tremendamente tecnificada.
Muchas de las cosas que hacemos de manera cotidiana hoy en día hace tan solo unos años se llevaban a cabo de otro modo muy distinto. En cada uno de esos nuevos hábitos aparece la tecnología de manera muy importante y, en un análisis más profundo, descubriremos que el producto final que consumimos, la acción que desarrollamos o la interacción que ejecutamos, requiere ahora mucha menos gente, menos humanos para que suceda, que hace unos pocos años, meses, minutos.
Ya no escribimos cartas, no elaboramos álbumes de fotos, nos reunimos sin estar juntos, no compramos entradas en ninguna taquilla, no se utilizan mapas callejeros, las guías turísticas son reliquias, no compramos periódicos, no visitamos tiendas de música, nos convertimos en nuestros propios cajeros en un supermercado, retiramos el coche automáticamente de algunos aparcamientos, nos subimos en trenes sin conductor, recibimos resúmenes de noticias elaboradas por un software, hablamos con ‘teleoperadores’ que son sintéticos, los agentes de seguridad ahora son cámaras sofisticadas, la concesión de un crédito ya no lo decide un comité en un banco sino un software especializado y mil ejemplos más.
El estudio de Carl Benedikt Frey y Michael Osborne titulado ‘The future of employment: how susceptible are Jobs to computerisation?’ decía que el 47% de los puestos de trabajo que existen en el mundo son susceptibles de ser automatizados en las próximas dos décadas. Un estudio de hace tres años que fue aceptado en Davos como un documento de análisis y reflexión a tener en cuenta por todos, incluidos los gobiernos ‘en funciones’.
Este el asunto más grave. El empleo no lo vamos a poder crear por ciencia infusa. El nuevo empleo, muy pronto, será de otro modo. Menos intensivo, de mayor calidad y mucho más eficiente, pero también deberá ser más tecnológico y de valor añadido. Una mayor automatización supone una mayor eficiencia para las empresas, por ende, mayores ganancias y menos necesidad también de puestos de trabajo. Millones de puestos de trabajo se prevé que desaparezcan. Si quienes tienen la obligación de preparar la sociedad y su economía productiva a los escenarios de futuro siguen en sus trifulcas absolutamente ridículas y escenificaciones alejadas de la realidad el hostión que nos vamos a dar en unos años será bíblico.
El mundo sigue su curso hacia un escenario sin empleo. Todo lo que pueda ser automatizable, ‘robotizable’ y todo lo que pueda sustituir un grupo de humanos por un ‘software’ o un brazo mecánico, será. Periódicos sin periodistas, bibliotecas sin bibliotecarios, bares sin camareros, tiendas sin vendedores, empresas sin directores, taxis sin taxistas, hoteles sin intermediarios, transporte sin transportistas, clínicas sin doctores y, quien sabe, parlamentos sin políticos. ¿Para que se precisa un político?
Hoy en día las decisiones políticas se toman en base a tres criterios: presupuesto, interés partidista y capacidad de gestión. La primera la gestionaría increíblemente mejor un software inteligente que una docena de ministros de economía visto lo visto. Lo segundo, más divertido, un gestor de datos masivos capaz de trabaja en base a variables de bienestar social no dependiente de votos, podría gobernar sin esperar ‘encuestas’ o lo que fuera. La tercera es pura evidencia. ¿Quien más eficiente que un software?
El asunto es que el mantra de la urgencia pronto dejará de serlo. La idea que se puede crecer con un gobierno en funciones podría instalarse y, de hecho, es real. El problema es que esa inercia política y económica precisa, ahora más que nunca, de una estrategia clara y decidida en crear un país tecnológicamente homologable, socialmente garantista, económicamente digital e internacionalmente competitivo.
La tecnología adaptada a todos los órdenes de la vida exige que se apoyen iniciativas empresariales, institucionales y sociales que tengan la tecnología como foco de crecimiento. La sociedad debe tener garantizados los mínimos aceptables y de bienestar, incluso la concesión de derechos fundamentales a algunas elementos que ahora mismo son solo servicios públicos. El futuro sin empleo, o menor empleo, exige diseñar urgentemente un modelo social y de protección compatible con crecimiento. Una digitalización que debe ser una obligación y no una opción para todos, empresas, personas y ministros. Una competitividad internacional que no nos garantiza el sol ni la playa, ni los monumentos, ni los bosques. Un turismo que precisa reconvertirse y digitalizarse para competir con otros territorios que, algún día, dejarán de tener problemas geopolíticos.
Estuve viendo la ‘segunda’ investidura la pasada semana. He escuchado todo lo que se ha dicho y se dice. Acojona lo lejano que les resulta a todas 'sus señorías' ese futuro inminente que deberían estar analizando.
El sector biotech alcanza en facturación al sector turístico. ¿Listos para un cambio de modelo productivo?
El paro baja en 216.700 personas a final del segundo trimestre de 2016. Y lo hace hasta una tasa del 20% según la EPA. Ahora ya ‘sólo’ quedan 4.574.700 personas sin trabajo en España, lo que pone el índice al mismo nivel que teníamos en 2009. Todo parece ir por el buen camino dicen. Incluso seríamos capaces de decir que ‘sin gobierno’ las cosas avanzan relativamente mejor.
El paro baja en 216.700 personas a final del segundo trimestre de 2016. Y lo hace hasta una tasa del 20% según la EPA. Ahora ya ‘sólo’ quedan 4.574.700 personas sin trabajo en España, lo que pone el índice al mismo nivel que teníamos en 2009. Todo parece ir por el buen camino dicen. Incluso seríamos capaces de decir que ‘sin gobierno’ las cosas avanzan relativamente mejor.
Sin embargo, si bien los hogares con todos sus miembros en paro bajó un 7,3% con respecto al trimestre anterior, son todavía casi 1,5 millones las familias sin nadie trabajando. Un tema grave que se suma a otro aún más dramático y que esconde el verdadero problema estructural de nuestra economía. El paro joven se mantiene estable cerca del 47%.
Que la mitad de los jóvenes dispuestos a trabajar menores de 25 años no tengan empleo no es comparable con ningún país civilizado. Además, habría que sumar los centenares de miles que huyeron en busca de oportunidades en otros países. Jóvenes con dos carreras, ‘másters’ e idiomas, recogiendo cucharillas en un café turístico de cualquier capital europea.
La respuesta a toda esa generación con talento y habilidades para ofrecer sus capacidades a fin de cambiar un modelo de crecimiento que se llevó por delante millones de empleos, familias, propiedades y sueños, está siendo escasa. Se está permitiendo que se vayan por no activar políticas que puedan suponer un espacio de desarrollo actual, homologable con nuestro entorno. Crear empleo es siempre algo positivo pero el que se está creando es ciertamente revisable. Sigue siendo muy escaso el que proporciona valor añadido, está vinculado con las nuevas tecnologías o el conocimiento.
Y es que seguimos con la idea de que ‘la recuperación’ es algo bueno. ¿Recuperar qué? Un modelo productivo ineficiente destinado a acumular ladrillos en cualquier esquina, a especular con solares y terrenos que nadie utilizaría en su sano juicio o a la estimulación de un modelo dependiente del turismo de bajo coste. ¿Eso es lo que queremos recuperar? Perdimos la oportunidad de subirnos a un carro de la modernidad hace años, cuando las vacas gordas pudieron pagar el coste de modernizar todo el tejido empresarial e industrial, la administración y sus procesos, pero no se hizo. Ahora con las vacas flacas, que se acentuarán, menos lo haremos.
Se avecina el mayor ajuste en tiempo, las exigencias europeas así lo estiman. La pérdida en e sector turístico aun no se han descontado por el ‘brexit’, la caída de ingresos fiscales explican que aunque haya más empleo este genera menos beneficios y el gasto público sigue fuera de la envergadura que se nos ordenó. A menos recaudación, más impuestos. A más recortes, menos crecimiento. A menos crecimiento, mayor destrucción de empleo. No es bueno vanagloriarse de una cifras que cuando se miran al detalle tienen muchos aspectos que muestran los alfileres con los que se sujetan.
Pero es así. Vivimos en plena recuperación pues los bancos vuelven a otorgar hipotecas al 100% con financiación camuflada. No hemos aprendido nada. Al cierre de 2015 las hipotecas que de manera evidente suponen la totalidad del coste de una vivienda suponían el 15,6% del total y sabemos que ahora mismo esto puede estar muy por encima. Sin duda es lo que explicaría el hecho de que el número total de hipotecas se incrementara un 20% llegando a diciembre del año pasado a un cuarto de millón concedidas. Sí, 250.000 hipotecas en el país de los desahucios.
Pero entre tanta 'buena' noticia se esconde otra mucho mejor. El problema es que es una información económica que no afecta al empleo, pues resulta que uno de los sectores de mayor crecimiento en España es uno de los que menos puestos de trabajo genera. Un sector vinculado al futuro, a la tecnología y a las opciones de generar un cambio de modelo productivo que nos aleje del que hasta la fecha nos ha llevado a múltiples desastres.
Hablo del sector Biotech. Un sector industrial que ha logrado superar por primera vez los 100.000 millones de euros anuales de facturación. Hay que tener en cuenta que el sector biotecnológico español en 2008 sólo representaba el 2,98% del PIB y ahora supera el 10% llegando a la misma tasa de importancia que el todopoderoso sector turístico. Pero sin embargo, la curiosidad aparece en la afectación al empleo que tiene. Apenas 190.000 personas trabajan en este sector cuya mayoría está en Catalunya. La explicación según el propio gremio es que no hay trabajadores cualificados y, el que había, se fue de España.
Es evidente que la apuesta por sectores de futuro que se alejan de la manoseada ‘recuperación’ es la mejor opción. Sin embargo se debe preparar el mantel. Mejores sueldos, mayor ambición desde la administración en su potenciación soportando programas de formación y de I+D+I y, por supuesto, arremeter de una vez un plan fiscal beneficioso para sectores tecnológicos o al final, muchos, se irán dónde sea más cómodo generar riqueza.
Pero me interesa vincular todo esto con la necesidad de estimular un cambio económico que sea capaz de aportar un futuro adecuado a un país como España. Modernidad, liderazgo político y empresarial capaz de generar un espacio tecnológico y competitivo con el futuro. Una revisión real de cómo va a ser el futuro inmediato dónde la automatización y los robots no van a ayudar a la creación de empleo. Un mundo inminente que habla de pensiones en riesgo, sociedad del bienestar en jaque y modelos productivos obligados a vivir una disrupción inevitable.
El empleo no se va a generar masivamente en los sectores de futuro. Ahí se va a instalar la eficiencia. Debemos ir pensando en que modelo social y económico, de salvaguarda de derechos y servicios, vamos a soportar como sociedad. La oportunidad, cómo demuestra el sector biotech está trazada. Con un poco de ayuda, hoja de ruta y visión de hacía dónde va el mundo, la oportunidad de 'no recuperar' nada y si 'construir un futuro mejor' es evidente.
Las novedades de HeyGo, Deliberry, Adictik y ThePayPro en Idodi Venture Capital.
El equipo gestor de Idodi Venture Capital presentó hace unos días el resumen de actividad hasta finales de junio del equipo liderado por Josep Mora. Los objetivos se van cumpliendo y en el tiempo previsto. Ya se ha llegado a las siete startups participadas que cumplen con las expectativas de internacionalización en mercados anglosajones y el crecimiento analítico que exige nuestra inversión.
El equipo gestor de Idodi Venture Capital presentó hace unos días el resumen de actividad hasta finales de junio del equipo liderado por Josep Mora. Los objetivos se van cumpliendo y en el tiempo previsto. Ya se ha llegado a las siete startups participadas que cumplen con las expectativas de internacionalización en mercados anglosajones y el crecimiento analítico que exige nuestra inversión.
En concreto durante los últimos meses tres nuevos proyectos se han unido a nuestra cartera. Por un lado tenemos a HeyGo, una de las plataformas de mayor crecimiento en economía colaborativa actualmente. Por otro Deliberry, el marketplace líder en groceries, food & beverage a domicilio en nuestro país y que nació de la fábrica de éxitos Antai creadores de Wallapop entre otros. Y también hemos liderado la ronda de inversión de Adictik compartida con inversores internacionales como Chris Bouwer cofundador del unicornio Adyen.
Pero me gustaría hacer dos reseñas importantes de nuestras participadas. Una de ellas será sobre la propia Adictik y la segunda girará sobre uno de los proyectos que más proyección tiene ahora mismo en nuestro portfolio, la fintech ubicada en Londres, ThePayPro. Ambas tienen mucho que explicar y en los últimos días han sido noticia en los medios precisamente por sus éxitos y planes de futuro.
Cómo ya he escrito mucho sobre Adictik no insistiré sobre lo fascinante que es saber que hay un modelo publicitario que obtiene la atención de la audiencia durante más de siete minutos viendo anuncios o que, para entendernos, ha llegado para ‘uberizar la publicidad’ permitiendo que cualquiera sea un creador publicitario. Ellos dicen que son (y es cierto técnicamente) la mayor agencia de publicidad del planeta. Por lo menos en cuanto al número de ‘publicistas’.
Pero en esto de ser disruptivo y de innovar pasan cosas imprevistas. Resulta que empieza a haber en el mundo publicitario y legal una corriente importante que está intentando poner orden al asunto de la publicidad encubierta que se supone hacen los llamados ‘influencers’ cuando se fotografían con productos de marcas diversas y no explican que es un anuncio por el que han cobrado. Venden diciendo que ‘les gusta’ el producto y la marca, pero eso responde en muchos casos a sencillamente que les han pagado o regalado el artículo.
Ese problema lo soluciona de un plumazo Adictik como cuentan en este interesante post. De hecho, los cerca de 40.000 usuarios y los más de 50.000 anuncios creados en la aplicación son claramente eso, anuncios de gente que se siente identificados con sus marcas y lo expone. Las que cobran por ello no hacen en ningún caso publicidad encubierta obviamente pues el logo y marca aparecen claramente. Es un Instagram para amantes de las marcas. Sencillo pero que está teniendo un éxito espectacular. Desde ahora está disponible en versión iOS y Android. Pruébala.
La otra startup que nos tiene gratamente ilusionados es ThePayPro. Una fintech que empezó sus operaciones hace apenas unos pocos meses y que ya ha alcanzado su primer millón de euros en transacciones. Lo destacable no es la cantidad, que obviamente es muy modesta, sino el tiempo que les ha costado alcanzarla y el coste que ha tenido su conversión. Con apenas inversión y en muy poco tiempo lograr esa tasa de operaciones es muy esperanzador. Ya tienen puesta la directa para alcanzar los 10 millones. Desde Idodi Venture Capital vamos a ayudarles todo lo que podamos para que lo logren como hacemos con todas nuestras participadas en las que el equipo gestor mantiene un contacto directo e implicado con cada una. Si tienes una startup que cumpla nuestros requerimientos o estás interesado en ponerte en contacto con nuestro equipo puedes hacerlo desde aquí.
Atrapados en 'El día de la Marmota'. La urgencia de la transformación digital de la economía.
'El día de la marmota'. Así podría titularse la película que definiría lo que vive España con respecto a poner en marcha un nuevo gobierno. Lo grave es que en este caso, y a diferencia con la obra protagonizada por Bill Murray, nadie parece haberse dado cuenta que cuando empieza un nuevo día que va a repetirse indefinidamente es factible modificar cosas para ir mejorando la situación.
'El día de la marmota'. Así podría titularse la película que definiría lo que vive España con respecto a poner en marcha un nuevo gobierno. Lo grave es que en este caso, y a diferencia con la obra protagonizada por Bill Murray, nadie parece haberse dado cuenta que cuando empieza un nuevo día que va a repetirse indefinidamente es factible modificar cosas para ir mejorando la situación.
Pues mientras todo sigue su curso a velocidad política, el planeta sigue girando y lo hace a velocidad crucero. El punto crítico en el que se encuentra el desarrollo digital en todo el continente europeo precisa de que se tengan las ideas claras y los criterios de adopción de una apuesta por la digitalización especialmente de las propuestas emergentes en inteligencia artificial, gestión de datos, robotización y economía colaborativa.
La disponibilidad tecnológica de la clase política española es preocupante. De todos. Mientras el continente se enfrenta al reto más importante que hemos vivido en décadas, España no tiene discurso propio. Tampoco tiene ninguna acción destacada que no derive de la inercia. A muchos ya les va bien obviamente, y por eso no se denuncia desde ninguno de los estamentos y empresas que deberían estimular algún cambio.
La transición digital se enfrenta a un muro enorme que la industria tradicional ha erigido conscientemente para no perder algunas de sus ventajas. Saben que una socioeconomía digitalizada se lleva por delante intermediarios, procesos ineficientes y estructuras que fueron creadas para el control de todo. El problema no es sólo español. Esto tiene que ver con un continente viejo, que camina despacio porque se ha hecho despacio y con desgana.
Lo curioso es el desequilibrio. España tiene ante si una oportunidad única que se nos puede estar escapando. Nos encontramos con una alta tasa de conectividad alta, rondando el 78% en redes rápidas de banda ancha, pero a la vez disponemos de una tasa de paro bíblica y una baja competencia digital de esos nuevos aspirantes a encontrar un empleo. Esto genera una incoherencia dramática. Digamos que hay centenares de miles de parados que no tienen ninguna opción de ser contratados en un país que quiera avanzar digitalmente y ser competitivo en el futuro inmediato.
O avanzamos en la modernización a riesgo de la exclusión que puede suponer o reducimos la velocidad de innovación para ocupar a millones de personas sin la formación que requiere la Nueva Economía. La demanda actual en la sociedad digital va estrechándose para quien no tiene una cultura digital avanzada. Si queremos reducir el paro sólo se puede contratar mayoritariamente a personal sin una formación digital compatible con la de otros competidores. Si no lo hacemos se perpetúa esa lacra.
Es un callejón sin salida aparente. Estimular la contratación tal y como se está haciendo ahora nos aleja del futuro. No hacer nada colapsa el consumo. La verdad es que no es fácil pero es importante dejarse de táctica y abrazar la estrategia o el hostión a medio plazo va a ser épico.
Los retos se amontonan. La debilidad parlamentaria dificultará la aplicación de reformas estructurales, eso lo sabemos. Será importante determinar prioridades entre lo urgente y lo importante. El impulso del I+D y el apoyo a la exportación en plena digitalización de todo no es un tema accesorio. Para competir exportando habrá que modificar toda la política industrial buscando salarios solventes y estables. Para ello sólo hay una solución que tiene que ver con una política fiscal más amable. Subiendo impuestos, atrapados como estamos, esa opción se aleja.
La administración debe liderar el proceso y las empresas deben implementarlo. Los ciudadanos deben disfrutar y dinamizar esa modernización y adaptarla a un futuro digital y competitivo. Todos debemos saber cual es nuestro papel en esta guerra. Pero el problema actual es que el primer batallón está en parada técnica, el segundo procura mantener sus monopolios para que otras no puedan a través de la disrupción cambiar alguna regla del juego. El tercero, el batallón de los ciudadanos, sigue pendiente mayoritariamente de formarse y entender el modelo social y económico que supone la digitalización de todo.
Si la economía de nuestros vecinos compradores se frena, la recaudación tributaria se reduce y el gasto público del nuevo gobierno se debe recortar, sólo va a quedar subir impuestos, reducir prestaciones y retrasar la transformación digital que tanto necesitamos. Y no la necesitamos por capricho. No es por parecer más ‘cool’. Se trata de ser sostenibles, de ser competitivos, de seguir siendo primer mundo. ¿Cómo piensan mantener el sistema de pensiones en unos años por ejemplo? Con un empleo precario e inestable o con una red laboral compleja de alto valor y eficiencia, digitalizada y robotizada, rentable y capaz de prestar servicios a la sociedad que vamos a ir necesitando cada vez más por pura aritmética demográfica.
Es evidente que sin plan no hay pan. Cuando por fin se pongan de acuerdo, se repitan las elecciones o lo que sea, la urgencia aun será mayor. El tiempo pasa y seguir jugando a la ruleta con esto es una irresponsabilidad que no nos podemos permitir. La reconversión de la educación y del mercado de trabajo no puede permanecer más tiempo pendiente de la ciencia infusa. El paro se irá reduciendo, es evidente, pero ese tipo de empleo alejado de las necesidades reales de una sociedad digital es pan para hoy y hambre para mañana. El problema es que ‘mañana’ es ya mismo. Hace años que lo sabemos.
La economía colaborativa, el retroceso de la propiedad y la emergencia del servicio.
Según la OBS Business School la economía colaborativa alcanzará una cifra de facturación cercana a los 300.000 millones de euros en apenas unos ocho años. El informe del que se desprenden estas predicciones no hace más que ahondar en el hecho que la economía, como la entendemos, se ha quebrado irremediablemente y que urge, por el bien de todos, ir estructurando un sistema regulado que permita adaptar la sociedad y los modelos productivos adecuadamente. Sino lo hacemos se corre el riesgo de que el parto de un modelo de crecimiento económico irremediable sea muy doloroso.
Según la OBS Business School la economía colaborativa alcanzará una cifra de facturación cercana a los 300.000 millones de euros en apenas unos ocho años. El informe del que se desprenden estas predicciones no hace más que ahondar en el hecho que la economía, como la entendemos, se ha quebrado irremediablemente y que urge, por el bien de todos, ir estructurando un sistema regulado que permita adaptar la sociedad y los modelos productivos adecuadamente. Sino lo hacemos se corre el riesgo de que el parto de un modelo de crecimiento económico irremediable sea muy doloroso.
Por ejemplo, la empresa Airbnb ya está presente en más de 35.000 ciudades de 190 países. Ha alojado a más de 60 millones de huéspedes y se calcula que en apenas tres años alcance una facturación cercana a los 10.000 millones de euros. Esta cifra la convertirá en la compañía líder del mundo en el sector hotelero. La economía colaborativa no hace más que crecer. Cada día aparece un nuevo y disruptivo modelo productivo que genera una fractura en el sistema que lideraba algún tipo de transacción.
De hecho en todo ello tiene mucho que ver la mutación de toda la cadena de valor que está transformando el ‘producto a servicio’. El escenario ha cambiado definitivamente. La compañía de taxis mas grande del mundo no tiene taxis: Uber. La compañía más grande de alojamientos no tiene ni un solo hotel: Airbnb. La empresa más grande de telefonía no tiene infraestructura propia: Skype. La mayor empresa de retail del mundo no tiene inventario: Alibaba. La mayor empresa que posee más contenidos del mundo no crea contenidos: Facebook. El banco que más crece no tiene dinero: SocietyOne. La empresa de cines mas grande del mundo no tiene ni una sala: Netflix. En la mayoría de los casos, el concepto colaborativo está por medio.
Ese cambio de liderazgo se sustenta en una estrategia a medio plazo que va más allá de un simple barniz. Es una mutación profunda. No se trata tanto de plataformas dónde las personas intercambian productos sino de un lugar dónde se vinculan servicios. De tener un coche en propiedad pasamos a disponer de uno cuando se necesita. El futuro avanza hacia un universo del servicio y del arrinconamiento de la propiedad. Los Millennial no conciben, como otras generaciones anteriores, que ventajas tiene el poseer algo. Le otorgan mucho más valor a la experiencia y al uso que a su propiedad.
Derivando esto podemos ver que el futuro de una relación empresarial concreta, en apenas una década, más o menos será así: 'Uber y Google llegarán a un acuerdo por el cual el primero proporcionará los datos necesarios para que Google interprete en su todopoderoso GoogleMaps donde es preciso y donde no tener más coches automáticos listos para un servicio. Es decir, Uber tendrá la capacidad para interpretar las zonas de mayor demanda de transporte humano o de objetos y a que horas del día. Así mismo, Google, proporcionará un vehículo automático sin chófer tremendamente próximo al demandante vía App. Tarifa precalculada, algoritmos decidiendo la vía más rápida y eficiente y seguimiento visual de la propia entrega desde tu sofá. El resultado será el transporte instantáneo visto a tiempo real y tremendamente económico al no precisar conductor. El servicio logístico perfecto'.
En esto que acabo de describir nos hemos ventilado un buen número de puestos de trabajo y varias leyes restrictivas actuales. Pero bueno, ya sabemos que en eso del progreso la humanidad ha visto muros más altos y los saltó. Coches automáticos en pruebas vinculantes ya circulan por Londres y algo que ahora nos recuerda a la ciencia ficción en diez años será tan normal como ver a la gente haciendo skype por la calle. Algo impensable hace catorce años básicamente porque no existía. Lo impensable deja de serlo cuando la innovación es aceptada por el mercado.
La economía colaborativa y los entornos de relación empresarial que ahora sólo gestionan servicios en lugar de productos, de experiencias en lugar de propiedades, no harán más que cambiar. Es urgente adaptar y crear leyes que nos permitan liderar ese escenario inminente. Europa está en ello, ¿dónde estamos nosotros?
Innovación del sector automovilístico y las startups. SEAT y Conector lanzan una aceleradora corporativa.
La industria vinculada al sector automovilístico siempre ha sido tremendamente innovador. La competencia y la búsqueda de la eficiencia han marcado su evolución desde que Henry Ford ideara la optimización a partir de la cadena de producción. Pero el mundo de los coches ha derivado en múltiples variantes de consumo, sociales, culturales e incluso políticas. Durante más de un siglo la evolución de este sector no ha parado de evolucionar. En los últimos tiempos, además, se detecta un inminente giro copernicano.
La industria vinculada al sector automovilístico siempre ha sido tremendamente innovador. La competencia y la búsqueda de la eficiencia han marcado su evolución desde que Henry Ford ideara la optimización a partir de la cadena de producción. Pero el mundo de los coches ha derivado en múltiples variantes de consumo, sociales, culturales e incluso políticas. Durante más de un siglo la evolución de este sector no ha parado de evolucionar. En los últimos tiempos, además, se detecta un inminente giro copernicano.
La energía eléctrica propulsando autos potentes, eficaces y asequibles ya no es una quimera. La conducción automática ha empezado tímidamente a instalarse en sistemas de aparcamiento computerizado. La inteligencia artificial espera que las leyes se ajusten y la producción de contenidos que se consumirán en coches que no precisen de la intervención humana empiezan a mostrarse. Por si fuera poco, ahora mismo un coche ya no es un elemento unitario sino que en base a su relación con otros se está convirtiendo en un módulo de una amalgama compleja de interacciones que permitirán muy pronto ordenar ciudades, circulaciones, desplazamientos y consumos.
Pero aun hay más. La propiedad de un vehículo está también en franco retroceso. Las generaciones integradas en el espacio Millenial y posterior no quieren tener cosas, sólo quieren usarlas. Un mundo dónde la propiedad y el producto dejan de tener sentido o pierden vigencia es un mundo dónde lo que se ‘compra’ es el servicio cuando lo precisas. Luego lo deshechas. Los jóvenes ya no priorizan su primer salario en pagar las cuotas de un coche. Esto lo saben la mayoría de productores de coches. En ello están trabajando. Siguen siendo un estímulo innegable a la economía en todas partes y muy especialmente en España, pero el tema es muy distinto a tan solo hace una década.
En ese punto se sitúa el análisis que algunas de ellas hacen del universo de innovación vinculado al automóvil. Cómo ha sucedido en todos los sectores de la economía hay nuevos competidores, nuevos actores que van por libre y que tienen una percepción de la innovación que choca de frente con las grandes corporaciones.
Existe, cómo decía, un nuevo consumidor con nuevas maneras de ver la economía, la relación con las marcas y con sus productos. Quienes mejor están interpretando esa novedad son las startups. No hace falta ir muy lejos y ver como la llegada de algunas de ellas han desembocado en terremotos gigantescos para algunas de las industrias mejor posicionadas hasta hace muy poco tiempo. La industria musical, la hotelera, la del transporte, la de los viajes, el bancario, el retail y en definitiva casi todas, han visto como plataformas, desarrollos, aplicaciones, se ventilaban en pocos años lo construido por ellos durante décadas.
El sector automovilístico tradicional ya no tiene en exclusiva las decisiones relevantes en cualquier campo que les afecta. Las iniciativas más interesantes en materia de seguridad, emisiones, conectividad, automatización o relación con los clientes, provienen de startups relativamente nuevas que se atreven a saltarse barreras que las grandes corporaciones no pueden por diferentes razones.
Hay de muchos tipos. Navdy busca evitar distracciones en la conducción, Lyxt evita colisiones y reduce el consumo de combustible, Cambridge Mobile Telematics nos enseña cómo conducir mejor a partir de nuestros errores durante la conducción, TowerSec busca como convertir nuestro coche en algo ‘ciberseguro’ ante el inminente modelo de conducción dependiente a un sistema interconectado con la nube, una especie de ‘antivirus’ para el coche. La lista es enorme.
En esa carrera por ser relevante en el sector, han aparecido plataformas que lo han revolucionado todo como Lyft u otros, pero también se han presentado en el escenario actores que no se esperaban y que tienen mucha gasolina para gastar. Empresas como Google o Apple no son secundarios. La entrada en el capital de Lyft por ejemplo por parte de General Motors indica que el partido ya ha empezado y tomar bien las posiciones serán claves para el futuro de todo el sector.
Las grandes corporaciones mundiales han encontrado un método tremendamente nutritivo para llevar a cabo un modelo de innovación que les repercuta positivamente. Se trata de la estimulación de Aceleradoras Corporativas que buscan tener acceso a tecnologías o servicios innovadores en una etapa temprana del desarrollo y así poder incorporarlos a sus productos a la vez que para una startup puede desarrollarse bajo la protección de una gran marca.
En España ya podemos decir que existe la primera aceleradora corporativa del sector automovilístico. De la mano de la aceleradora Conector Startup Spain, SEAT lanza una aceleradora de startups especializada en automoción y movilidad. Serán cinco las startups que formarán parte de este primer programa de aceleración. Los emprendedores seleccionados trabajarán en las oficinas de la marca en Martorell y seguirán nuestro programa Conector. La convocatoria para aplicar empezó el pasado 19 de julio y se cerrará el 19 de septiembre.
Es un honor contar con la confianza de SEAT para que nuestra aceleradora sea el hilo conductor de todo el proceso. Al igual que hacemos en otros sectores como el bancario con Bankia, en este caso la marca tiene el claro objetivo de apoyar a los emprendedores que aporten nuevas soluciones a su sector, apostando constantemente por la innovación en la industria automovilística en este caso. Por su lado, nuestra aceleradora de startups Conector consolida una apuesta por las alianzas con grandes compañías y el impulso de las aceleradoras corporativas que está siendo tremendamente nutritiva.
El presidente de SEAT, Luca de Meo confirma que “las alianzas como la que hemos alcanzado con Conector están alineadas con nuestra visión de futuro para impulsar un ecosistema de movilidad. La nueva economía solo se entiende cooperando con partners e integrando plataformas. La aceleración de startups nos va a permitir intercambiar conocimiento y poder acceder al mejor talento. Estamos impulsando la transformación digital de SEAT”.
En España no había aceleradoras corporativas en este sector vinculadas a una marca de tanto peso. Algo que en el resto del mundo si es así. Por eso, para nosotros, es un estímulo innegable ser parte de un proyecto que sitúa a nuestro país en el punto exacto que se necesita para innovar, competir y crecer en un escenario de Nueva Economía que cada vez requiere más disrupción.
En el mundo destacan aceleradoras corporativas del sector automovilístico como BMW iVentures en Nueva York, BMW Startup Garage en Munich, Honda Xcelerator en Mountain View, Hyundai Venture Plaza en Korea, Inifiniti Accelerator en Hong Kong y Ford Automotive Incubation Centre en Silverton, Jaguar / Land Rover en Portland, Tata Incub@TE en Bangalore. Algunas marcas también se han enlazado a fondos que entran en startups. Los mas destacados son Audi Electronic Venture , Bill Ford’s Fontinalis Partners, GM Ventures, Honda Strategic Venturing o Hyundai Ventures Investment.
Es evidente que los constructores de automóviles son conscientes de que el modelo startup es un motor de innovación más potente que sus departamentos de I+D que suelen estar demasiado integrados en el sistema corporativo vigente. Se han dado cuenta que apoyando estas Startups sectoriales pueden estar comprando futuro. Desde Conector estamos tremendamente agradecidos e ilusionados con el hecho de que SEAT haya elegido nuestro sistema y modelo para impulsar y coordinar su Aceleradora Corporativa.
El primer robot que sustituye a un profesor. La urgencia de preparar la relación entre humanos y robots.
El próximo curso escolar en Reino Unido va a ser distinto para un grupo de alumnos. A partir de septiembre, a sus profesores habituales se les va a unir otro un tanto especial. Se trata de ‘Pepper’, un robot humanoide que logra expresar emociones básicas. Este mismo ‘trabajador’, en Japón especialmente, ya está siendo utilizado en diversos lugares en el servicio al cliente de hoteles, tiendas y recepciones de edificios públicos. También, desde hace unos meses, se utiliza en una escuela del país nipón. Su llegada a Europa está prevista, como dije, para el curso que viene.
El próximo curso escolar en Reino Unido va a ser distinto para un grupo de alumnos. A partir de septiembre, a sus profesores habituales se les va a unir otro un tanto especial. Se trata de ‘Pepper’, un robot humanoide que logra expresar emociones básicas. Este mismo ‘trabajador’, en Japón especialmente, ya está siendo utilizado en diversos lugares en el servicio al cliente de hoteles, tiendas y recepciones de edificios públicos. También, desde hace unos meses, se utiliza en una escuela del país nipón. Su llegada a Europa está prevista, como dije, para el curso que viene.
El humanoide robot será utilizado en las aulas de Diseño e Ingeniería del Technical College de la Universidad de Londres. Su función principal será la de dar apoyo en la enseñanza de algo que le afecta necesariamente: la robótica de última generación. ¿Quién mejor para dar clases de robótica que un robot? Pepper ya ofreces servicios en bancos, hospitales y centros públicos y no sólo en Japón. En Bélgica ya hay casos ciertamente destacados.
Pepper da clases en la Shoshi High School japonesa y por lo que he podido saber la respuesta está siendo muy positiva. Veremos que tal lo asumen los alumnos europeos tal vez menos acostumbrados a interactuar con robots en el día a día. Son muchas las limitaciones mentales y de comportamiento que aun deberemos superar para que este tipo de situaciones se normalicen, pero parece evidente que la evolución en el desarrollo de automatizaciones y sustitución de algunos aspectos del trabajo ‘humano’ se va a ir acelerando. No es una anécdota, ni una ‘frikada’, esto es más serio de lo que parece.
Recordemos que estamos pendientes de revolucionar el modelo educativo que nuestros hijos deben disfrutar. Cuando preguntamos a nuestros hijos que quieren ser de mayores estamos cometiendo un error bíblico. Los niños que ahora tienen entre 4 y 8 años, desembocarán al mercado laboral en total disposición una vez finalizados sus estudios y formaciones derivadas sobre los 25 años cómo mínimo. Es decir, estos alumnos de hoy serán los profesionales del año 2035. ¿Te imaginas el mundo por esas fechas? ¿Podías imaginarte el mundo de hoy hace apenas dos décadas?
La velocidad de innovación es exponencial. En una década hemos evolucionado más que en un siglo y medio y en un siglo más que en 15.000 años. La velocidad sigue aumentando y en los próximos cinco innovaremos más que en los últimos cincuenta. En 2019 Internet fabricará en un año tanta información como la generada desde su creación hasta ese momento. Así es. No podemos asumir el punto exacto en el que se encontrará nuestro mundo en apenas una década. ¿Cómo saber lo que nos espera en dos?
Nuestros hijos deben ser educados en esa franja de incertidumbre, de permeabilidad cognitiva constante. Si no lo hacen, si no son capaces de comprender lo líquido de nuestro tiempo, siempre habrá un robot, un software, un desarrollo tecnológico superior y más eficiente. En lo único que nuestros hijos no podrán ser superados será en su ‘humanidad’. Tenemos la obligación de definirla, de saber en que consiste ser humano. ¿Es creatividad? ¿Emocionarse? ¿generar arte? ¿relacionarnos en planos cada vez más complejos? ¿en estructurarnos socialmente de un modo que estimule el conocimiento puramente humano?
Eso es lo que hay que definir. Es ciertamente urgente. Nuestros hijos se van a ver inmersos en un mundo en el que tecnología, espacios virtuales, inteligencia artificial y robots van a interactuar con ellos de un modo natural. Cómo todo en la vida precisa de adaptación. Los que comprendemos lo que pasa tenemos la obligación de mostrarles las claves para hacerlo todo más nutritivo y que no se convierta en un drama. Ver a millones de personas persiguiendo estos días a bichos inexistentes a través de su teléfono móvil cómo si les fuera la vida en ello es un espectáculo deplorable en la mayoría de los casos. Lo peor no es lo patético que resulta, lo que aleja el plano real del ficticio para muchas personas, no, lo peor es que la confusión inicial está mostrando un síntoma claro de que la tecnología y su evolución no está siendo digerida con algún orden.
Cuando Pepper, con su metro escaso de altura, se dirija a nuestros hijos en clase provisto de micrófono, cámara de alta definición, sensores de profundidad en 3D e interactúen, el momento habrá llegado. Es más inminente de lo que creemos. Ese día, pase como pase, no habrá vuelta atrás y será nuestra responsabilidad establecer un espacio comprensible para todos. Este y otros robots similares que ya están en uso son capaces de percibir emociones humanas, adaptando su comportamiento para que coincida con el estado de ánimo del humano con quien interactúan. La intención es convertirlo en un guía educativo del día a día.
En realidad Pepper es un profesor con gadgets muy útiles para el estudio de según que carreras. En concreto para enseñar robótica innovadora incluye giroscopios, sensores de contacto, sónares, rayos láser, sensores de choque, y el lenguaje de género y reconocimiento de voz. Curiosamente, una de las opciones que proporciona Pepper es la capacidad de trasladar a los humanos la necesidad de incrementar su empatía hacia él. Cuanto menos, curioso.
Las utilidades de Pepper ya han sido testadas y comprobadas en varios campos com he comentado antes. Es capaz de recordar a las personas mayores el horario de toma de medicamentos. También detecta si las personas están sonriendo o no, o si están vestidas apropiadamente para el clima exterior e incluso ofrece hacer sugerencias para ayudarlos a ‘mejorar estéticamente’.
Los responsables educativos seguirán discutiendo acerca de leyes educativas del siglo XIX, poniéndose de acuerdo sobre aspectos que ya caducaron hace décadas, pero mientras tanto el mundo seguirá girando y acercándose a un lugar en el que los límites entre lo vivo y lo tecnológico será cada vez más difícil de discernir. Que se lo digan a los que decidieron entrar en casa ajena en búsqueda de un Pokemon Go y el dueño de la vivienda decidió ‘defenderse’. Esto no va de asombrarse, va de aceptar un nuevo espacio social y de relación con la tecnología.
Talentya 2016, Playa de la Calma de Mallorca y el Hotel Iberostar Suites Jardín del Sol.
Según los premios ‘Travellers Choice’ de Tripadvisor, Mallorca ha sido reconocida como una de las seis islas más bonitas del mundo y la segunda de Europa. Lugares como las Cuevas del Drach, Sóller, Sa Calobra o su capital, Palma, significan los puntos necesarios para que la isla balear se encuentre en tan buen lugar en este exigente ranking. Y en un lugar como Mallorca, los lugares desde los que se tiene una vista excepcional son muchos. Sin embargo hay uno que se considera especialmente bello. Se trata de la Playa de la Calma. Concretamente se refiere al punto en el que se encuentran las habitaciones del Hotel Iberostar Suites Hotel Jardín del Sol y desde las que es posible ver toda la bahía. Un hotel abierto a principios de los años ochenta y que se renovó completamente y con exquisito gusto en el 2007. Un espacio único y sofisticado que se extiende en uno de los lados de la bahía gracias a sus propias playas privadas.
Según los premios ‘Travellers Choice’ de Tripadvisor, Mallorca ha sido reconocida como una de las seis islas más bonitas del mundo y la segunda de Europa. Lugares como las Cuevas del Drach, Sóller, Sa Calobra o su capital, Palma, significan los puntos necesarios para que la isla balear se encuentre en tan buen lugar en este exigente ranking. Y en un lugar como Mallorca, los lugares desde los que se tiene una vista excepcional son muchos. Sin embargo hay uno que se considera especialmente bello. Se trata de la Playa de la Calma. Concretamente se refiere al punto en el que se encuentran las habitaciones del Hotel Iberostar Suites Hotel Jardín del Sol y desde las que es posible ver toda la bahía. Un hotel abierto a principios de los años ochenta y que se renovó completamente y con exquisito gusto en el 2007. Un espacio único y sofisticado que se extiende en uno de los lados de la bahía gracias a sus propias playas privadas.
La pasada semana, y con motivo de mi participación en el evento Talentya 2016, estuvimos alojados en él y pudimos disfrutar de su buen servicio, lujo y calidad de productos gastronómicos. Tras la noche inaugural del evento que se celebró en el marco renovado de Can Martí Feliu, un joya arquitectónica del siglo XIII en Palma de Mallorca y la cena ofrecida en el Real Club Náutico de Palma, el último atardecer se vivió de blanco y en la excepcional zona de cocktails que el hotel dispuso para nosotros.
La verdad es que este es un lugar para disfrutarlo en pareja. Es perfecto. Un hotel de lujo, con un desayuno buffet extraordinario, vistas espectaculares y dónde no habrá ningún niño correteando por ningún lugar. Hotel Iberostar Suites Hotel Jardín del Sol dispone de la calma necesaria que exige un hotel sólo exclusivo para adultos. Si lo que buscas es el bienestar al completo, también puedes relajarte en su Spa Sensations después de hacer un poco de ejercicio en su moderno gimnasio.
Además, el hotel también cuenta con un solárium, piscina cubierta climatizada y pista de tenis. Si prefieres tomar un buen Champagne con el sonido de las olas de fondo, no puedes perderte la posibilidad de disfrutar de su gran zona de relajación al aire libre con sillones y vistas al mar, también solo para adultos. Y si no tienes suficiente, este hotel está enclavado entre las playas del Duque y de Fañabé, donde puedes aprovechar para realizar actividades como buceo, golf o windsurf, o darte un salto hasta La Caleta y disfrutar de la belleza de las tortugas marinas.
Talentya fue increíble, pero dónde reposábamos entre sesión y sesión, lo enmarcó todo. Gracias por la invitación y por hacer la estancia un momento único.
Desde Talentya 2016: el estímulo de una revolución íntima y la incertidumbre cómo motor.
Durante la pasada semana tuve la oportunidad de participar en uno de los encuentros más especiales y estimulantes que existen en cuanto a desarrollo cultural, innovación y pensamiento crítico en España. Hablo del Think Tank Talentya en su edición de 2016 que se llevó a cabo entre el 12 y el 15 de julio en Palma de Mallorca. De la mano de Juanjo Fraile y su maravilloso equipo. Los participantes vivimos cuatro jornadas mágicas en las que tuvimos oportunidad de reflexionar acerca del momento que vivimos cómo sociedad y cómo individuos.
Durante la pasada semana tuve la oportunidad de participar en uno de los encuentros más especiales y estimulantes que conozco en cuanto a desarrollo cultural, innovación y pensamiento crítico en España. Hablo del Think Tank Talentya en su edición de 2016 que se llevó a cabo entre el 12 y el 15 de julio en Palma de Mallorca. De la mano de Juanjo Fraile y su maravilloso equipo, los participantes vivimos cuatro jornadas mágicas en las que tuvimos oportunidad de reflexionar acerca del momento que vivimos cómo sociedad y cómo individuos.
Las sesiones temáticas y actividades complementarias que se celebraron en la isla, considerada una de las más bellas del mundo, giraron en torno al término ‘Creacción’, intentando identificar en una palabra la necesidad de confluir en un mismo espacio las ideas y el complejo paso de ponerlas en marcha. Talentya es una convocatoria anual que se desarrolla en verano en el marco renovado de Can Martí Feliu, una joya arquitectónica del siglo XIII en Palma de Mallorca. Desde el primer instante, cuando se produce la recepción de los apenas cuarenta participantes, ya se respira el poder de la música y la compañía de personas con mucho que aportar. Desde el minuto uno el talento y la acción confluyen.
Los debates se llevaron a cabo a partir de las intervenciones más o menos imprevistas por parte de todos los asistentes y otras agendadas con algunos ponentes de referencia como Gema Hassen-Bey, José María Gasalla, Fernando Romay, Antonio Garrigues, Teresa Viejo, Ana María Llopis, Niña Pastori y Chaboli, Luis Malibrán, Ignacio Villoch, Javier Sirvent, Luís Alvarez o Alfonso González Aguilar. Tuvimos la suerte de disfrutar del bailador Eduardo Guerrero o del cantante y actor Daniel Diges. El maestro de ceremonias fue el genial Mago More. El motor en todo momento fue Cipri Quintas.
Entre todos buscamos propiciar la discusión acerca de los cambios que socialmente debemos arremeter con urgencia y el modo en el que desde una revolución íntima y personal es obligatorio abordar para lograrlo. 'Si quieres cambiar el mundo primero debes cambiar tú'. Este fue el ‘claim’ que se respiró durante toda la semana. Mi intervención la titulé 'la última revolución industrial' y que más adelante, en otro post, detallaré sin duda.
Sin embargo, a raíz de estos días, estuve pensando en la necesidad de conexión genérica. No hablo de utilizar sólo aspectos tecnológicos. No hablo de una red de individuos jugando a cazar bichos virtuales por las calles con sus teléfonos inteligentes. Hablo de algo más complejo y esencial. Tengo la impresión que no debemos desfallecer en la persecución de nuestros sueños colectivos partiendo de una revolución íntima que se traslade a cada uno de nuestros semejantes. Deberíamos ser capaces de detectar nuestras opciones, sueños y acciones pendientes como individuos y sumarlas como colectivo. Tenemos pendiente una gran revolución económica que se producirá de manera inércica, una social que vendrá atada al curso de los tiempos y una íntima que tendrá que producirse en el interior de cada uno de nosotros.
En Europa muchos se resisten en aceptar que vivimos tiempos de redes, de comunidades inteligentes, de empoderamiento ciudadano, de capacitación compartida y de transformación transversal del propio sistema, un sistema que se vino abajo hace seis años. No hay planos del destrozo, no hay reglas para repararlo. La modernidad y la tecnología al servicio del conocimiento traerá consigo mejores tiempos, estoy seguro. Por suerte, que el planeta vaya mutando hacia un escenario más horizontal, justo y conectado de un modo solidario no depende de las estructuras del pasado. Depende, entre otros, de los que cada día emprendedemos un proyecto, iniciamos una empresa, una vida, y lo hacemos con las manos en nuestro propio volante, lejos de autoescuelas, subsidios, de cloroformo en vena o de la dependencia de tanta mediocridad insitucionlizada y alejada de la realidad.
En una de las conferencias que suelo ofrecer titulada ‘No es una época de cambios, es un cambio de época’ explico el cruce de situaciones y elementos que confieren a este momento de la historia un punto esencial y diferente a otros momentos clave. Las revoluciones siempre se consideraron una crisis por los que las vivieron. Considero que los sistemas de producción y de transmisión del conocimiento están variando y son los que están haciendo cambiar al mundo. Al igual que a lo largo de la historia se han vivido revoluciones en los modelos productivos como la producción de herramientas de piedra, la domesticación de las especies animales o la industrial, ahora vivimos una digital.
De Talentya me llevo el valor de la incertidumbre. La sorpresa es todo cuanto se necesita para estar vivo. Hace años que desconozco que me espera en mi despacho, que riesgos nuevos asumiré o que personas conoceré. Hace años que, tal vez toda la vida, que no persigo un lugar definitivo. Sueño con que ese lugar no exista y así poder seguir en su búsqueda hasta el final de mis días. El desconocimiento de cuanto nos espera nos obliga a estar en alerta, en aprendizaje y ser seres humanos en beta constante. Me niego a pensar que todo esto termina en un descanso ‘merecido’ llamado ‘jubilación’.
La jubilación como concepto es anestésico. Sufro por cuantos desean jubilarse. Compadezco a las personas que piensan que el destino de todo esto es llegar a un puerto seguro y así poder tenerlo todo garantizado hasta el último aliento. Considerar que el futuro está garantizado por algún elemento es un error. Creer que los planes de jubilación, pensiones o meriendas similares financiarán nuestra etapa final es, como menos, dudoso. Debemos aceptar que los ingresos de la madurez no serán los mismos en otras etapas. Espero tener fuerzas para seguir haciendo lo que me gusta el resto de mi vida. Cuando físicamente no sea factible, lo será mentalmente.
Desear la jubilación es en si misma una prejubilación. Lo único que me angustia es pensar que habrá un día que no podré correr. Recuerdo al gran Valentín y pienso que no hay edad para terminar. Si no puedo correr, cerraré los ojos, me pondré música, buscaré un lugar con viento y lo soñaré. La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente. En la construcción, en el sector agrario, en la bolsa, en los mercados en muchos lugares, la clave del éxito estaba en que todos los integrantes de una estructura tuvieran claro que les tocaba hacer al despertar cada mañana.
Romper esas cadenas suponía un deterioro en el proceso que repercutía en graves consecuencias. Imaginemos el campo donde todos los integrantes de una granja tienen claras sus funciones, taras y actividades durante todos los días de la semana y horas del día. Eso nunca cambió y permaneció siglos igual. Hoy en día nada es así y los procesos ya no pertenecen a los protocolos sino a los análisis de necesidad, riesgo y acción. Esa deconstrucción de procesos ha llevado a industrias poderosas a reinventarse.
Todo esto fue Talentya. Algo muy complicado de describir en un post. Escuchar a Niña Pastori cantando para demostrar que hay cosas que 'nunca logrará hacer un robot' fue irrepetible. Un Think Tank impulsado por Fundestic, Hipermedia y Vivlium que fue posible este año gracias al soporte de Iberostar, Planeta Hipermedia, Alsa, Europcar, Hipermedia Center, Agora Next, BMW y El Teatro Príncipe Pío.
Economía de Bolsillo S1: E13, 'Impuestos Indirectos'
Esta semana en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de la ‘Los Impuestos Indirectos’. Se trata del último programa de la temporada y por eso es un poco especial. Empiezo con un ‘son los más desconocidos de su especie. Un auténtico misterio sin resolver para muchos de nosotros. Están ahí y la mayoría de las veces no somos conscientes de ello. ¿Quieres descubrirlos? ¿Quieres desvelar sus misterios? Pues solo tienes que acompáñame en este viaje por la dimensión de los impuestos indirectos.
Esta semana en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de ‘Los Impuestos Indirectos’. Se trata del último programa de la temporada y por eso es un poco especial. Empiezo con un ‘son los más desconocidos de su especie. Un auténtico misterio sin resolver para muchos de nosotros. Están ahí y la mayoría de las veces no somos conscientes de ello. ¿Quieres descubrirlos? ¿Quieres desvelar sus misterios? Pues solo tienes que acompáñame en este viaje por la dimensión de los impuestos indirectos.'
Haciendo un símil de algunas secuencias de la película ‘Matrix’ proponemos una serie de situaciones que explican detalles de un tema tan complejo de abordar. Destaca la entrevista que al final del programa le hice a Hervé Falciani. No te la pierdas.
Los impuestos directos son progresivos porque gravan de manera creciente los ingresos de las personas, es decir que, como sucede por ejemplo con el IRPF, paga más el que más gana. Por eso se puede decir que los directos son impuestos equitativos. Sin embargo los impuestos indirectos como el IVA son regresivos porque gravan el consumo y son iguales para todos los consumidores. No se basan en la equidad sino en la igualdad y en proporción suponen un mayor esfuerzo para las personas que menos tienen.
Cómo siempre, todo te lo explicaremos de un modo didáctico y divertido. Para ello salimos a la calle a buscar metáforas, ejemplos y opinión de la gente. Os recomiendo que el próximo sábado, alrededor de las 6 de la tarde en ‘la 2’ de TVE, veáis el programa.
Los desafíos de un nuevo gobierno y la hoja de ruta tecnológica urgente.
Hace apenas unas décadas Singapore era una amalgama imperfecta de relaciones comerciales sin expectativas globales y con una renta per capita paupérrima. Actualmente es uno de los más ricos del planeta y el país que el Foro Económico Mundial considera en mejor posición para beneficiarse de las inversiones que se realizan en innovación tecnológica y digital especialmente. Esto parte de un índice que analiza cómo los países se están preparando para aprovechar la innovación digital emergente y la posición para disfrutar de la Cuarta Revolución Industrial. Detrás de Singapore aparecen Finlandia, Suecia, Noruega y Estados Unidos en este orden. España no aparece.
Hace apenas unas décadas Singapore era una amalgama imperfecta de relaciones comerciales sin expectativas globales y con una renta per capita paupérrima. Actualmente es uno de los más ricos del planeta y el país que el Foro Económico Mundial considera en mejor posición para beneficiarse de las inversiones que se realizan en innovación tecnológica y digital especialmente. Esto parte de un índice que analiza cómo los países se están preparando para aprovechar la innovación digital emergente y la posición para disfrutar de la Cuarta Revolución Industrial. Detrás de Singapore aparecen Finlandia, Suecia, Noruega y Estados Unidos en este orden. España no aparece.
A pesar de estar sin gobierno desde hace más de medio año, España crece a un ritmo decidido. La parálisis gubernamental y legislativa no parece afectar de momento en las grandes cifras. Probablemente en un primer término cómo mucho tendremos una caída de medio punto del PIB y poco más. Hablamos pues de un tema puramente cortoplacista y táctico. Para nada entramos en aspectos estratégicos y que realmente asuman el gran reto al que nuestra sociedad y economía deben enfrentarse. Singapore no se creó con táctica.
Si se ponen de acuerdo o no ya empieza a ser incluso ridículo, un insulto a la inteligencia. Que sigamos con esta sensación de que es tan importante lo que pensemos los ciudadanos de los líderes en base a quien le dan la mano o a quien le besan el culo es, cuanto menos, de vergüenza ajena. El problema es que no sólo es un tema de sensaciones, lo que nos jugamos es algo mucho más grave, más importante: el futuro de nuestros hijos pues el nuestro, a según que edad, ya está muy comprometido e hipotecado.
Sus señorías deben centrarse urgentemente en garantizar un buen comportamiento económico aprovechando la situación que parece evidenciarse adoptando medidas que impulsen un mejor empleo. Pero todavía estamos pendientes de si habrá o no gobierno antes de las vacaciones. Parece el típico ‘ya lo hablamos en septiembre’ tan español. Lo duro del asunto es que sin presupuestos 2017 en los que se deberán introducir las variables de obligado cumplimiento vinculadas a los ajustes para cumplir con el objetivo del déficit público que nos impone Bruselas. Ellos siguen con lo suyo. Que importante es todo en la política. Que distintos son sus tiempos con respecto al de las familias y las empresas.
Uno de los retos del nuevo gobierno pasarán por reducir una brecha social que se ha convertido en un quiste que no para de agrandarse a pesar de que la economía se reactivara hace un tiempo. Seguramente porque esa reactivación es menos intensa y transversal de lo que se muestra en los titulares. Otro reto evidente y dramático es la necesidad de reformar el sistema de pensiones o no vamos a poder garantizarlas a la generación ‘baby-boom’.
Sin embargo, si hablamos de futuro, de convertir España, o territorios concretos permeables a la innovación como Catalunya por ejemplo, en un país de futuro y de crecimiento sostenible y sostenido en la economía tecnológica y de valor añadido, hay que hacer algo. Esto no va por inercia, no tiene que ver con el ‘dejemos que vaya sólo’ porque no irá. Una política decidida en el impulso a la innovación y la investigación que genere empleo estable y mejor pagado a medio plazo exige un presupuesto contundente y una profunda reforma del sistema universitario que despliegue su potencial innovador en lugar de ser una fábrica de becarios.
Crear un país del/de futuro no es algo que se pueda aplazar meses y meses hasta que rojos, morados, naranjas y azules se pongan de acuerdo. La generación política con menor capacidad para interpretar el presente, y entender las oportunidades de futuro, son los responsables de decidir quienes tripularán esta nave. De momento lo único que están logrando es generar incertidumbre. La incertidumbre es el mayor enemigo del progreso económico ‘by the way’.
El riesgo es asumible pues pondera las opciones de éxito. La incertidumbre es un lío monumental. No hay quien pueda valorar las opciones que ofrece. Nuestra economía está ahí, en la incertidumbre. Un espacio que conocen bien los millones de parados que hay en el país o los centenares de miles de jóvenes que se fueron buscando una oportunidad fuera.
Los buenos datos sobre turismo y producción industrial viven el ‘delay’ típico de los tiempos económicos que suele presentar los efectos de la política a medio plazo. Para bien y para mal. De ahí aquel ‘desaceleración’ de Zapatero cuando todo era un hostión bíblico. Nuestro retraso nos traerá con mayor virulencia los efectos a las acciones obligadas para reducir el déficit. Lo he dicho antes y cada día que pasa sin acción política clara no hace más que aumentar el calibre del ajuste.
Un espacio sin estrategia, sin gobierno que pueda tomar decisiones urgentes y de calado, es un país que se va situando en la peor casilla de salida poco a poco. Si bien en áreas como Catalunya el riesgo de pobreza a descendido en 2015, la incertidumbre que vivimos afectará ‘en diferido’ al consumo, al empleo de nuevo y a la inversión tan necesaria. Deben saber que ya pronto no podremos confiar en el banco central europeo. Éste ya roza sus límites que la lógica es capaz de soportar. La política monetaria no puede revertir el shock en el que se ha situado al tener casi 12 billones de bonos gubernamentales en negativo. Eso también exige que nos preparemos lo antes posible.
Nuestro país no puede permitirse mucho más tiempo. Va en serio. El tiempo se agota. Un día sin acción estratégica clara es un mundo, un mes, la eternidad.