¿Cómo te afectan la Inteligencia Artificial y el Big Data?
Los avances tecnológicos están marcando el ritmo del futuro. Conocer cuáles están siendo estos cambios y hacia dónde nos dirigimos es esencial para actuar en consecuencia. Nunca el cliente fue tan escuchado. El big data y la inteligencia artificial han logrado tal intimidad con él que las empresas no solo cubren sus necesidades, sino que las predicen.
Los avances tecnológicos están marcando el ritmo del futuro. Conocer cuáles están siendo estos cambios y hacia dónde nos dirigimos es esencial para actuar en consecuencia. Nunca el cliente fue tan escuchado. El big data y la inteligencia artificial han logrado tal intimidad con él que las empresas no solo cubren sus necesidades, sino que las predicen.
A veces, no somos conscientes, pero aquí y ahora, estas tecnologías nos analizan, conocen y deciden por nosotros. La clave es conocer que hacen y cómo. Este es el primer episodio temático del documental sobre como la Inteligencia Artificial y Big Data que hice junto a la empresa Unísono. Vivimos una revolución tecnológica y los datos mandan ¿Qué papel jugamos nosotros? ¿Qué mundo nos espera?
En este primer episodio, de cuatro te descubriré cómo aprende la inteligencia artificial; el sesgo de los datos; quién pone los límites a la IA o cómo esta tecnología se ha convertido en la nueva revolución. Para lograrlo he entrevistado a unos profesionales de primer orden: David Carmona – general manager, AI & Washington Microsoft Sergio Blas – analytics & artificial intelligence IBM Jorge Velázquez – digital transformation manager Sanitas Javier Lázaro – digital hub director Ferrovial Francisco Pou – chief executive officer Mediacrest Concha Monje – researcher in robotics and systems control Roboticslab Fabiola García – neuropsychologist Universidad Complutense de Madrid Alberto Calero – advisor, Menlo Park California Facebook Connectivity
Autobuses autónomos transportan 110.000 personas en China.
Cada noche, diversos autobuses autónomos recorren algunas calles de distritos céntricos de Chongqing, en China. Este servicio ha transportado ya a más de 110.000 personas según Baidu Inc. El Apollo, con unas dimensiones de 4,4 metros de largo, 2,2 de ancho y 2,7 de alto, es capaz de transportar hasta 14 pasajeros. Asimismo, su batería tiene un rendimiento promedio de 100 kilómetros con una sola carga.
Cada noche, diversos autobuses autónomos recorren algunas calles de distritos céntricos de Chongqing, en China. Este servicio ha transportado ya a más de 110.000 personas según Baidu Inc. El Apollo, con unas dimensiones de 4,4 metros de largo, 2,2 de ancho y 2,7 de alto, es capaz de transportar hasta 14 pasajeros. Asimismo, su batería tiene un rendimiento promedio de 100 kilómetros con una sola carga.
Desde que comenzó a ser producido en masa en julio de 2018, el primer autobús autónomo comercial de China ha entrado en servicio en las provincias de Pekín, Jiangsu, Fujian y Cantón. De acuerdo con la consultora McKinsey & Company, China se convertirá en el mayor mercado mundial de vehículos autónomos, y estiman que estos representarán más del 14 % de las ventas de vehículos nuevos en 2030.
Es evidente que la conducción autónoma ya está cambiando las hojas de ruta de toda la industria del automóvil. El impacto a medio plazo será intenso pero a largo será profundo. Las nuevas asociaciones y ecosistemas creados en torno a tecnologías y servicios están preparando un escenario realmente muy emocionante y desconocido. Lo relevante es el papel que está jugando desde ya mismo el gigante asiático.
Baidu y Volvo Cars acordaron desarrollar conjuntamente autos eléctricos totalmente autónomos con el objetivo de producirlos mayoritariamente para China. Atención a esto. Si tienes clientes, normativa y dinero, nadie puede frenar tu liderazgo a medio plazo en cualquier batalla. El problema del resto del planeta es la reticencia a la puesta en marcha de algo más que pruebas piloto de circulación autónoma. Según China y algunas empresas interesadas, ha llegado el momento de hablarle al mercado en el idioma que más le gusta: la innovación, colocar al cliente en el centro y de que las leyes no frenen en cualquier caso ninguna de estas dos realidades. Europa mantiene pruebas en niveles de conducción autónoma en posición 1, 2 y 3. Estados Unidos ha realizado pruebas en niveles 3 y 4. China quiere llegar a nivel lo antes posible.
Hay más ‘deals’ en este sentido. Fiat Chrysler y Aurora, una compañía de automóviles sin conductor, han firmado un acuerdo para trabajar juntos. Han cerrado un acuerdo para trabajar juntas en la fabricación de coches de auto conducción. El acuerdo permitirá a Aurora seguir mejorando y expandiendo su software automotriz sin conductor y ofrecer una variedad de soluciones a clientes estratégicos en logística, tránsito y otros casos de uso. Los fundadores de Aurora provienen de prestigiosas empresas de tecnología como Uber, Tesla y Alphabet que hace prever que tienen una comprensión sólida de hacia dónde va este modelo de negocio.
Los fabricantes de automóviles, incluidos Tesla, Volvo, Mercedes, Audi y otros, están trabajando para llegar al Nivel 5 de conducción autónoma lo antes posible. Estos, y otros fabricantes de automóviles, están agregando más características autónomas a sus vehículos poco a poco y en base a las normativas que les frenan temporalmente. En principio, poco después de 2020, la autonomía de conducción se va a completar según todos los expertos. Antes de que reflexionar acerca de la intensidad de su llegada, sepamos que significa cada nivel de automatización:
Nivel 0: Sin automatización. La mayoría de los coches que hoy circulan pertenecen a esta categoría. El conductor humano está a cargo de todos y cada uno de los aspectos de las tareas de conducción dinámica. El coche se puede ver mejorado con sistemas de advertencia o intervención, pero el conductor humano tiene todo el control para tomar las decisiones. El coche no toma ninguna.
Nivel 1: Asistencia al Conductor. En un vehículo con autonomía de nivel 1, el conductor humano controla la dirección, la aceleración o la desaceleración utilizando información sobre el entorno de conducción. Se espera que el conductor humano realice los aspectos restantes de la tarea de conducción dinámica, que cubre el control de crucero basado en un radar por ejemplo.
Nivel 2: Automatización parcial. En este caso el modo de conducción autónoma controla tanto la dirección, la aceleración y la desaceleración. El conductor humano realiza los aspectos restantes de la tarea de conducción dinámica, siendo responsable de cambiar de carril, salir de las autopistas y hacer giros.
Nivel 3: Automatización Condicional. En este otro caso el sistema de conducción automatizada del vehículo controla el entorno de conducción y controla la aceleración, el frenado y la dirección. El conductor humano está en control, sin embargo, sólo responde y actúa ante una solicitud de intervención del mismo coche.
Nivel 4: Alta automatización. En el penúltimo nivel el sistema controla todos los aspectos de las tareas de conducción. Esto incluye situaciones en las que el conductor humano no responde adecuadamente cuando se le pide que intervenga. La diferencia con la automatización completa es que en este caso aun se le pide que el conductor humano haga algo (lo haga o no) y en el nivel 5 no se le pide nada. Ford y Volvo ya han anunciado que en su plan de negocio y desarrollo está la puesta a la venta de este tipo de coches a mediado de 2021.
Nivel 5: Automatización completa. En este último nivel se considera que la inteligencia artificial tendrá que ser de tipo cognitivo. Es decir, nos responderá sin hacerle preguntas. En este caso, el sistema de conducción automatizada estará siempre en funcionamiento. Todos los aspectos de la conducción dinámica en todo tipo de carreteras o condiciones ambientales, serán autónomas. Serán los primeros coches sin volante y con asientos en la zona de conducción y copiloto girados al centro del vehículo.
Los fabricantes de automóviles no se atreven a establecer un momento en el que esto pueda ser operativo. No obstante, lo que decíamos de China se refiere a esta última fórmula y nivel. El cambio en lo que hoy es un automóvil cambia radicalmente con este punto final. Con un automóvil de nivel 5, podrás establecer el destino, recostarte y relajarte mientras el automóvil te lleva de manera segura. En este tipo de conducción totalmente autónoma empiezan a perder sentido semáforos, señales de tráfico, parkings, coches en propiedad u otros convenios sociales que parecían inamovibles. ¿Para que tener en propiedad un coche que no le puedes indicar hacer nada concreto? Se convierte en una especie de transporte público al que te puedes abonar.
La conducción autónoma, definida como las funciones de Nivel 4 (L4) y Nivel 5 (L5), creará nuevas experiencias de usuario en el vehículo, además de solicitar servicios conectados que admitirán casos de uso. En general, podemos esperar tiempos emocionantes en la industria automotriz. Es más que probable que los fabricantes de coches se conviertan en los dueños de todos los coches y nos los dejen usar en función de diferentes variables. De hecho su negocio no serán ni los coches ni la movilidad. El verdadero negocio estará en los datos que les vamos a regalar circulando en sus chismes autónomos.
Ley de Vivienda o como mejorar la oferta estrechando la oferta.
Ya tenemos nueva ley de vivienda. Se trata de la innovadora manera de solucionar el problema del alquiler que ha decidido poner en práctica el gobierno de España. Ellos dicen que inspirado en países de nuestro entorno. ¿Qué entorno? La realidad es que la solución trata de una intervención del mercado del alquiler y resulta que la intervención del alquiler no hace la vivienda más asequible porque un problema de oferta no se soluciona con políticas de demanda y límites a la oferta.
Ya tenemos nueva ley de vivienda. Se trata de la innovadora manera de solucionar el problema del alquiler que ha decidido poner en práctica el gobierno de España. Ellos dicen que inspirado en países de nuestro entorno. ¿Qué entorno? La realidad es que la solución trata de una intervención del mercado del alquiler y resulta que la intervención del alquiler no hace la vivienda más asequible porque un problema de oferta no se soluciona con políticas de demanda y límites a la oferta.
La ley defiende que para bajar los precios de los alquileres la solución es limitar los precios y la realidad, que pesa como el plomo, va a demostrar que si atacas la oferta y la reduces, extiendes el problema a otros lugares y encareces otras zonas. Unos piensan que la intervención del mercado es la solución y otros que el mercado solo se regula a la baja cuando la demanda es similar a la oferta. Es fácil.
Ya tenemos el acuerdo de una nueva ley de Vivienda, una ley que tiene tres grandes patas. Primero un recargo y una penalización en el IBI, el impuesto sobre Bienes Inmuebles a quienes tengan inmuebles vacíos con el objetivo de sacarlos al mercado, de aumentar la oferta de vivienda para que bajen los precios. Segunda pata el control de precios, es decir, el evitar que se puedan subir por determinado nivel en aquellas zonas que estén especialmente tensionados, con mucha, muchísima letra pequeña más y fuera de esta nueva ley de vivienda. Tercera pata un bono social, un bono joven de 250 euros para que los jóvenes de hasta 35 años puedan pagar su alquiler. Estas son las tres patas de un nuevo sistema para el modelo del alquiler en este país.
Y todas estas patas tienen tela. Mira. en lo referente al IBI me parece que es una medida altamente ineficaz ya que se tiene que dar traslado a los ayuntamientos y por otro lado, ningún propietario o arrendador deja de alquilar una vivienda por el coste del IBI. Desafortunadamente el problema no está ahí, no han sabido verlo claramente y el problema lo vemos día a día y está en la seguridad jurídica principalmente. Ese es el problema por el que muchas viviendas permanecen vacías y no se ponen en el mercado o directamente salen al mercado de compraventa y no salen al mercado del alquiler que
No es de recibo que se tarde más de 12 meses de promedio en recuperar las llaves. Un propietario cuando se produce un incumplimiento grave del contrato como por como por ejemplo un impago. La oferta crecerá cuando los propietarios tengan incentivos y uno de los incentivos más importantes a día de hoy es el de la el de la seguridad jurídica. Esto es lo que está retrayendo principalmente al arrendador, al pequeño arrendador.
En cuanto a la limitación de precios el problema sigue siendo el mismo. La oferta es menor que la demanda y te puedes poner como quieras. Hay una clara disfunción en España sin una política clara de promoción del alquiler y en las ciudades que estaban creciendo en población como puede ser Madrid o Barcelona. No podemos llevar esto al terreno de la intervención y al marcar unos límites en función de unas premisas que no se sostienen y que lo único que van a hacer es que esto si los grandes tenedores e empresas que tienen edificios enteros en propiedad vertical alquilados, pues como ya se ha anunciado en algunos casos los van a poner en venta y al final esas viviendas pues posiblemente acabarán saliendo del circuito de alquileres.
Por otro lado, el limitar los precios teniendo en cuenta solo datos objetivos como los datos catastrales de una propiedad por ubicación y metros cuadrados, también es altamente erróneo porque realmente puede haber viviendas en el misma urbanización e de la misma antigüedad, pero una de ellas esté reformada y amueblada y tengo unas prestaciones determinadas y otra no lo esté y por tanto se puede justificar hasta un 20 o un 25 por ciento de diferencia en la renta mensual. Esto ya se ha probado en Cataluña, se ha demostrado que es ineficaz y está haciendo que el parque de viviendas en alquiler se reduzca.
Tengo la impresión que esto es pura mercadotecnia y poca eficiencia. Esta es una ley para que nadie la empuje. La administración central dice: es cosa de los ayuntamientos en el IBI y de las autonomías en la cuestión de topes de precio. El Gobierno está presentando con mucha trompetilla, pero podría a quedar en nada. Eso nos tememos porque no se pueden poner parches a problemas estructurales y esto es un problema estructural que se pretende parchear. Los que trabajan cada día con arrendadores, inquilinos saben dónde está el problema. El problema en ciudades como Madrid o Barcelona es que por cada propiedad hay 20 inquilinos que quieren alquilarla.
De hecho, la ley de marzo del 2019, que vino a incluir rigidez y límites a las garantías ofrecidas, pues ya, ya produjo un efecto casting de inquilinos, por desgracia, donde el arrendador al final opta por los perfiles más solventes que considera, dejando fuera del mercado a otras familias y a otros inquilinos en estado más vulnerable o que se están incorporando al mercado de trabajo y no tienen esas garantías que poder, que poder ofrecer.
El tema de la vivienda y en el mercado del alquiler en concreto solo se va a solucionar si hay un pacto de Estado y todos los agentes que participan de esto aportan ideas para generar una oferta equilibrada, con seguridad jurídica, no atentando a la propiedad privada y pensando que lo importante es generar empleo y riqueza para que la gente pueda comprar o alquilar sin necesidad de bonos o derivados. Esto no va de repartir la bolsa existente, al final se agota o se la llevan. Va de agrandar la bolsa para poder distribuirla adecuadamente.
La verdadera revolución era un nuevo contrato social llamado 'empleo'.
El siglo XXI empezó con dos décadas de retraso. En concreto lo hizo en marzo de 2020. Aun no lo percibimos en toda su intensidad, pues se precisa perspectiva para verlo en toda su dimensión. Lo descubriremos en unos años, cuando se estudien las repercusiones en las relaciones laborales, personales, culturales y económicas de todo lo que ha pasado en los últimos meses. Será en el ámbito acerca del puesto de trabajo, que esos cambios habrán sido absolutamente radicales. Algo que, aunque lo parezca, no tiene que ver tanto con el teletrabajo u otras variables tecnológicas, sino con el conjunto de transformaciones que estamos sufriendo precisamente de la mano de esa tecnología y del modo en el que trabajamos con ella. Es mucho más profundo de lo aparente.
El siglo XXI empezó con dos décadas de retraso. En concreto lo hizo en marzo de 2020. Aun no lo percibimos en toda su intensidad, pues se precisa perspectiva para verlo en toda su dimensión. Lo descubriremos en unos años, cuando se estudien las repercusiones en las relaciones laborales, personales, culturales y económicas de todo lo que ha pasado en los últimos meses. Será en el ámbito acerca del puesto de trabajo, que esos cambios habrán sido absolutamente radicales. Algo que, aunque lo parezca, no tiene que ver tanto con el teletrabajo u otras variables tecnológicas, sino con el conjunto de transformaciones que estamos sufriendo precisamente de la mano de esa tecnología y del modo en el que trabajamos con ella. Es mucho más profundo de lo aparente.
Algo ha cambiado para siempre. El puesto de trabajo exige una nueva definición. Seguramente, el propio contrato social que denominamos ‘empleo’ vaya cambiando. Por ejemplo, Amazon ha anunciado que permitirá que sus trabajadores tecnológicos y corporativos continúen trabajando de forma remota de forma indefinida, siempre que puedan viajar a la oficina cuando sea necesario. La nueva política se anunció en una publicación de su blog corporativo y es un cambio en la expectativa anterior de Amazon en la que la mayoría de los empleados tendrían que estar en la oficina al menos tres días a la semana cuando las oficinas vuelvan a abrir después de la crisis sanitaria.
La mayoría de los más de 1 millón de empleados globales del gigante minorista en línea no pueden trabajar de forma remota porque realizan sus funciones en la división de cumplimiento y transporte de la empresa, recogiendo pedidos y entregándolos a los clientes. Pero alrededor de 50.000 empleados de oficina y tecnología trabajan en la extensa sede de la compañía en el campus del centro de Seattle y en el vecindario South Lake Union.
Es evidente que esto tiene repercusiones y es preciso atenderlo estratégicamente o nos explotará en la cara. La ausencia de estos trabajadores en sede perjudicará a los restaurantes y otros negocios cercanos. La actualización de Amazon de su política de regreso al trabajo siguió movimientos similares al de otras grandes empresas de tecnología. De hecho, Microsoft anunció el mes pasado que había pospuesto la reapertura de sus oficinas por tiempo indefinido.
En definitiva, el nuevo empleo ya no es algo del futuro. El siglo XXI dejó de esperar. Empezó hace poco, pero acelera a una velocidad inédita.
¿Recuperación económica o rebote coyuntural?
Estamos escuchando que la economía española se está recuperando. Qué lo peor ya ha pasado y que gracias a los ERTE y las ayudas del gobierno estamos en la ‘senda de la recuperación’. Algo que, si me estás viendo desde otros países, seguro que también lo estás escuchando. La matemática tiene un factor ventajoso en este caso. Compares lo que compares en 2021 con respecto a todo lo que pasó a partir de marzo de 2020, te sale cojonudo. Lo que pasa es que la realidad pesa como el plomo y la aritmética no puede con todo.
Estamos escuchando que la economía española se está recuperando. Qué lo peor ya ha pasado y que gracias a los ERTE y las ayudas del gobierno estamos en la ‘senda de la recuperación’. Algo que, si me estás viendo desde otros países, seguro que también lo estás escuchando. La matemática tiene un factor ventajoso en este caso. Compares lo que compares en 2021 con respecto a todo lo que pasó a partir de marzo de 2020, te sale cojonudo. Lo que pasa es que la realidad pesa como el plomo y la aritmética no puede con todo.
Parece evidente que la economía remonta, así lo dicen los indicadores más básicos y los que la prensa tradicional nos expone día sí y otro también. Pero muchas empresas se quedarán en el camino. El Banco de España estima que el 25% de las empresas están en situación de insolvencia ahora mismo.
Tras el derrumbe de la economía en 2020 (-10,8%) toca hacer cuentas. Y eso es lo que ha hecho el Banco de España, que ha estimado que como consecuencia de la crisis, el porcentaje de empresas con patrimonio neto negativo se habría disparado hasta el 25%. Esto supone, en concreto, un incremento de 10 puntos respecto de la situación anterior.
Este aumento, sostiene el banco central, habría sido algo más moderado en las empresas de mayor dimensión, en las que esta proporción ha crecido desde el 8,6% hasta el 15,3%. Por sectores, de nuevo habrían sido las ramas más afectadas por la crisis (turismo, comercio o transporte) las que habrían experimentado un aumento más acusado, elevándose el número de compañías con patrimonio neto negativo hasta un 34%.
Esta circunstancia contable se produce cuando las pérdidas son superiores a la suma del capital social y las reservas de una compañía, y su importancia radica en sus consecuencias sobre su viabilidad, ya que para su supervivencia dependen directamente de su capacidad de endeudamiento. Aunque a partir de 2021 lo previsible es que se consolide algo una hipotética recuperación económica, no será hasta 2023 cuando “la empresa mediana recupere los niveles de rentabilidad de antes de la crisis sanitaria.
La velocidad de la recuperación dependerá, lógicamente, de si se cumple el escenario más favorable de los dos que contemplan los técnicos del banco central. En el escenario menos favorable, se mantendrían niveles de rentabilidad algo inferiores, especialmente en 2021 y 2022.
Me he leído el informe del Banco de España sobre este tema en el que hace estimaciones de que la deuda no será sostenible para un 25% de las empresas, es decir, el dinero con dificultades para devolverse, se sitúa entre 9.000 millones de euros y 18.600 millones. La mayor parte de este importe se concentraría en el segmento de pymes por cierto.
Esto pone de manifiesto, ni más ni menos, que la crisis se ha cebado en las empresas de más reducido tamaño. Por sectores, esta deuda no sostenible se acumularía en buena medida en los sectores donde se ofrecen millones de empleo que ahora (ellos no lo saben) pende de un hilo.
La conclusión que saca el estudio no deja lugar a dudas: el aumento del endeudamiento que las empresas españolas habrían experimentado desde el primer trimestre de 2020, junto con el descenso de los flujos de caja futuros esperados, “se habría traducido en un deterioro de su situación de solvencia” acercándose muchas a la insolvencia y quiebras. No todas las que están muertas han cerrado. Hay algunas que siguen en una especie de ‘The Walking Dead’ catastrófico
Para avalar esta conclusión, el Banco de España sostiene que la proporción de empresas sobre endeudadas, pero viables, entendidas como aquellas que mantendrán una rentabilidad positiva en 2023, pero que tendrían problemas para hacer frente a los intereses y a la devolución del principal de sus deudas, se elevaría, otro cinco por ciento más.
Pero si esto es grave, hay otro escenario peor. El de las empresas que se consideran inviables ahora mismo, en su mayoría pymes, y que según las define el banco central son aquellas con resultados corrientes negativos en el próximo 2023. Es decir, se trata de compañías que no pueden cubrir, a largo plazo, sus gastos de explotación con sus ingresos. A estas se les llama directamente ‘empresas zombies’. Y hay muchas.
En este caso el deterioro de su rentabilidad en 2020 y su persistencia posterior se traducirá, en algunos casos, en un incremento de las empresas vulnerables y que corren el riesgo de ser inviables. Muchas más de las que ahora se consideran factibles.
Pero lo peor no es eso, si aun sigues mirando este vídeo y no te has cortado las venas, piensa en que no se han tenido en cuenta los posibles cambios estructurales en la demanda asociados a la crisis, por lo que estos resultados "podrían subestimar el impacto de la crisis sobre la proporción de empresas inviables".
Ese informe del Banco de España está basado en el análisis que realizan sus técnicos de las principales partidas de la cuenta de resultados conocidos en el modelo económico que teníamos antes y a partir de una muestra de unas 300.000 empresas.
Todo eso es ‘lo previsto para 2021 y 2022 pero la debacle empresarial a la que nos asomamos ya es que la insolvencia empresarial en España se ha disparado un 69%. Esto sin contar ese 25% de empresas que ya se les considera insolventes aunque aún no se reflejan en el informe del Banco de España.
Nuestra economía depende directamente en un 14% y más de 20% indirectamente de los sectores más afectados: hostelería y el turismo. El 61% de las empresas que ya se han declarado insolventes en lo que va de año pertenece al sector servicios y el 53% de las disoluciones empresariales también pertenecen a este sector.
El segundo sector más afectado es el de la construcción, ocupando el 21% de las insolvencias y el 22% de las disoluciones empresariales de este año. Cuando hablo con la gente sobre como ven la economía, a muchos les parece exagerado preocuparse por un desastre bíblico. Dicen que viene dinero de Europa, que la deuda lo soporta todo y que si el gobierno se endeuda al final nos beneficiará a todos con ayudas.
No hay nada peor que ser un optimista sin información. Yo les llamo ilusos. Para ser optimista hay que tener información de los escenarios desfavorables y actuar con garantías sobre ellos. Algo que, de momento, nadie está haciendo. Resulta que nunca había habido tanta deuda ni nos había importado tan poco.
Hago una paréntesis para hablarte de la deuda: la deuda pública mundial ha alcanzado el nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial, superando la producción económica anual del mundo. Tendrá consecuencias, es cuestión de tiempo. lo que pasa que lo pagarás tú, no ellos. Los defensores de esta estrategia de sumar deuda afirman que este gasto podría dar paso a un período de sólido crecimiento mundial.
Pero si esta percepción es errónea, el mundo podría arrastrar deudas que solo sería posible absorber mediante la inflación, los impuestos elevados o incluso el impago. La combinación de los enormes niveles de deuda y la falta de preocupación mostrada por los mercados no tiene precedentes. Como tampoco los tipos a los que se trabaja ahora.
La deuda del Gobierno central de Japón está a punto de superar el trillón de yenes, lo que se traduce a casi 10 billones de dólares. Incluso con una deuda pública total de más del 250% del producto interior bruto, Tokio no gasta más en intereses cada año que a mediados de los 80, cuando la deuda pública era de unos dos tercios del PIB.
Grecia, el eterno campeón de la deuda, está acumulando ahorros, y los inversores están aceptando bonos con rendimientos aún más bajos que los del Tesoro de Estados Unidos. Incluso algunos países en vías de desarrollo, como la India, están pregonando las virtudes de un mayor endeudamiento público, sin que se produzca una reacción notable por parte de los mercados.
Tengo la impresión que hemos quedado atrapados por una política de tipos de interés bajos que fomenta los excesos y el riesgo. El aumento de los tipos de interés podrían causar problemas gigantescos y no hacerlo también. En otro vídeo os expliqué que pasa con la inflación.
Podría ser que todos los gobiernos, aquí y allí, no hicieron lo suficiente en la crisis anterior, así que esta vez se van a exceder. Según el Instituto de Finanzas Internacionales, en 2020, la deuda pública mundial ascendió al 105% del PIB mundial, cuando antes de la crisis sanitaria se situaba en un 88%. La deuda pública total podría aumentar 10 billones de dólares más este año, hasta alcanzar los 92 billones, y la mayor parte del aumento se produciría en las economías desarrolladas.
Hasta España ha descubierto que puede seguir acumulando deuda gracias a los bajos costes de los préstamos, que el BCE ayuda a controlar. Ya nadie se acuerda de la traumática crisis de Grecia, que estuvo a punto de sacar al país mediterráneo de la zona del euro con aquella deuda sobre deuda.
Pero, si los bancos centrales de las economías avanzadas tienen que subir los tipos de interés para combatir la inflación, los gobiernos se verán obligados a tomar decisiones políticamente dolorosas: subir los impuestos y recortar el gasto. A veces parece que el singular y el plural hacen que las cosas cambien mucho, la deuda se puede no pagar, pero las deudas las debes pagar. Un país tiene una deuda, tu tienes deudas.
Pero volvamos al origen. Ahora sabemos que la deuda global nos va a afectar, la nuestra también, la inflación, las insolvencias, las quiebras, la caída del consumo post vacacional, la nueva estructura de la demanda de ese consumo y el deterioro de los sectores de los que vive este país. Ahora sabemos que los fondos europeos no permiten hacer de tractor de una economía paralizada. Cambiar el modelo productivo no es garantía de empleo y que mantener el colchón social genera deuda.
Pues si todo esto ya lo sabes, espera… aún hay más. Vuelvo a las insolvencias y al sentimiento económico que nos afecta. El índice compuesto de indicadores líderes (CLI), que sirve a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de termómetro económico para detectar cambios de tendencia en la coyuntura, advierte en su última lectura (la de julio) de la presencia de síntomas de moderación en el crecimiento de la economía española, aludiendo a que el consumo tras el encierro podría estar detrás de un simple rebote coyuntural y no estructural
La mayoría de indicadores adelantados incluidos en el CLI para España aportaron en julio una contribución positiva al crecimiento, cierto, pero es curioso que la mayor contribución al índice de confianza es únicamente la del consumidor. De ahí que la propia OCDE dice que «el ritmo de expansión económica en España, aunque sigue siendo importante, ha muestra signos de ralentización.
Si te sirve de consuelo, esto está pasando también en toda la zona euro. Todos se están ralentizando. El problema es grave aunque en España, al haber caído más que nuestros vecinos, se nota menos por pura comparación. Si caes un 7% y ahora estás recuperando a una velocidad del 4% en realidad vas mejor que el que cayó un 11% y ahora sube al 5%. Seguro que se entiende, pero como no todos lo entienden, nos repetirán una y otra vez que crecemos más rápido y mas que nadie. Pero solo será una ilusión. Cuando el tren del rebote se pare, y entremos en zona de peligro, cuando nos suban los impuestos más, nos reduzcan los servicios y la deuda y el déficit se coma las opciones de inversión en la economía real, veremos que la aritmética si tiene sentido. A todo esto, el problema, es que los fondos europeos presentados como la gran solución no son para solucionar nada de todo esto. Lo explico en otro vídeo.
Súmale una inflación tremenda. La luz no será lo único que subirá (pronto habrá vídeo con sorpresas y noticias que nadie te cuenta sobre este tema), lo hará el gas, lo hará la cesta de la compra, lo hará todo. Con ello, los tipos, y con ello la deflación social que ya vivimos en 2009 al 13. Al no poder devaluar moneda, devalúas por salario y poder adquisitivo. Es fácil.
¿Qué se puede hacer? Visto lo visto, a corto poco. Vamos a tener que negociar con este desastre. Pero ya que tenemos que proyectar bueno sería inspirarse en otros (Te voy a hablar de países que conozco) y que están haciendo para estimular de verdad un cambio de modelo productivo. En este caso focalizado en la economía digital. A ver si somos capaces:
Reino Unido: bajo el paraguas de su UK Digital Strategy publicado originalmente en 2017, el gobierno británico llevó a cabo una actualización en marzo de 2021 habla sobre sus 10 prioridades tecnológicas.
El ministro de finanzas Rishi Sunak y el presidente Johnson han buscado relajar las reglas para que los fondos de pensiones inviertan en nuevas empresas. Los han incitado a generar un "big bang" que ayude a recuperar la economía tras la pandemia. Oh! He vivido allí 2 años.
Irlanda: "Estarías loco si no inviertes en Irlanda”. Con esta frase, pronunciada en un foro de inversión en 2012, el presidente Bill Clinton resumió el sentir de muchas empresas estadounidenses que en aquella época vieron la postura impositiva laxa del gobierno de la Isla Esmeralda y su posición geográfica como una combinación perfecta para sentar sus bases europeas.
Pero la realidad es que el número de startups por cada millón de personas en Irlanda es de 666, lo que deja al país gaélico en segunda posición del continente y muy por encima de la media europea de 190.
La razón detrás de este gran volumen de startups es lógica, a la sombra de grandes tecnológicas como Apple o farmacéuticas con una fuerte presencia en el país como Pfizer, han surgido pequeños actores que se han beneficiado de aceleradoras como el National Digital Research Centre, un programa de aceleración irlandés que busca "colocar a Irlanda en el top 5 de emprendimiento en el 2030”.
Allí hablan poco y hacen mucho. No verás a su presidente explicar lo que van a hacer, sueles verlos cuando ya lo están haciendo. He vivido allí 7 años. La burocracia y los impuestos son reducidos, y medidas como el Knowledge Development Box ofrecen ayudas impositivas en activos como las patentes que están gestionadas y ubicadas en el país. Irlanda es hogar de centros de investigación y compañías mundiales de primer nivel de las que beneficiarse gracias a programas de transferencia de conocimientos como el Knowledge Transfer Ireland.
Estonia, trabajé un año con instituciones públicas de este pequeño país: con menos de 1,5 millones de habitantes, Estonia sin duda es la referencia europea en cuanto a digitalización y facilidades burocráticas para startups, emprendedores y nómadas digitales.
Además de ofrecer e-residencias a ciudadanos tanto de la Unión Europea como extranjeros que quieran situar su negocio en Estonia por tan solo 290 euros — lo que permite abrir cuentas bancarias, generar facturas o pagar impuestos desde cualquier parte del mundo —, Estonia también ofrece visas específicas para startups.
Hay muchos ejemplos que demuestran que por mucho informe, estudio, plan integral o lo que sea, si no hay una verdadera capacidad de gestión, una voluntad de hacerlo real, un planteamiento ideológico de no intervención pero sí de estimular la nueva economía a la vez que se informa de que lo que viene no es gratis, que va a costar, si no se hace no vale.
Tenemos un problema laboral, económico, empresarial, de sector, de falta de estímulos a la innovación, de falta de inversión, de penalizaciones y burocracia, que penalizan el paso al nuevo nivel. No vamos a pasar de pantalla si seguimos dando los pasos de siempre.
Faltan nuevas ideas y menos mediocridad partidista. Sé que es desesperante, pero igual me equivoco y esto no es un rebote sino una recuperación que nos trae un modelo económico moderno y capaz de ofrecer sueldos altos, rendimientos fiscales suficientes para reducir deuda, un aumento de servicios públicos de calidad y una bajada de precios al ser tan eficientes. Igual Papa Pitufo existió, igual…
Un mundo sin intermediarios y los 'smart contracts'
Uno de los temas que más interesan es como la tecnología ‘blockchain’, en la que se sujeta por ejemplo las criptomonedas como el bitcoin o el ethereum, afectará a nuestras vidas. De eso te hablo en el vídeo que acompaña este post, de una de sus aplicaciones: los contratos inteligentes, llamados en la mayoría de las ocasiones ‘smart contracts’.
Te imaginas un mundo en el que no existan intermediarios. Un mundo en el que ningún notario deba dar fe. Hace poco Internet derrumbó la arquitectura preestablecida de que contenido se consumía, quién lo emitía y dónde lo hacía. Nuestra relación con la información ha cambiado mucho. Las relaciones sociales ya no dependen de estructuras previas.
Muchos de los retos sociológicos que hemos ido superando tiene que ver con esa realidad, la de que nada precisa un emisor institucional. Lo puedes consumir, sí, pero ahora cualquiera puede hablar para que cualquiera lo escuche. Imagina que eso, ese derrumbe, pueda pasar también en las relaciones económicas: bancos, gobiernos, instituciones y también en todo tipo de certificados; médicos, logísticos, educativos, contractuales. Imagina que, a partir de un momento determinado, desaparece el concepto intermediario.
Uno de los temas que más interesan es como la tecnología ‘blockchain’, en la que se sujeta por ejemplo las criptomonedas como el bitcoin o el ethereum, afectará a nuestras vidas. De eso te hablo en el vídeo que acompaña este post, de una de sus aplicaciones: los contratos inteligentes, llamados en la mayoría de las ocasiones ‘smart contracts’.
'LUZ': un documental sobre la inteligencia artificial y el big data.
Los exponenciales avances tecnológicos están marcando el ritmo del futuro. Conocer cuáles están siendo estos cambios y hacia dónde nos dirigimos es esencial para actuar en consecuencia. Os presento el documental sobre inteligencia artificial y big data que he conducido gracias al impulso de Grupo Unísono. El documental, compuesto de cuatro episodios, tiene por título ‘Luz’ queriendo hacer referencia a la necesidad de aportar claridad a como estas tecnologías nos afectan y nos afectarán.
Los exponenciales avances tecnológicos están marcando el ritmo del futuro. Conocer cuáles están siendo estos cambios y hacia dónde nos dirigimos es esencial para actuar en consecuencia. Os presento el documental sobre inteligencia artificial y big data que he conducido gracias al impulso de Grupo Unísono. El documental, compuesto de cuatro episodios, tiene por título ‘Luz’ queriendo hacer referencia a la necesidad de aportar claridad a como estas tecnologías nos afectan y nos afectarán.
‘Nunca el cliente fue tan escuchado. El big data y la inteligencia artificial han logrado tal intimidad con él que las empresas no solo cubren sus necesidades, sino que las predicen. A veces, no somos conscientes, pero aquí y ahora, estas tecnologías nos ayudan por ejemplo a hacer un ‘match’ con una cita, a comprarnos el ‘outfit’ perfecto, a reservar en el mejor restaurante con un solo clic o a múltiples acciones cotidianas de las que desconocemos quién nos está ayudando realmente. ¡Bienvenidos a la era del big data y la inteligencia artificial!’
En este primer episodio, de cuatro que tendrán lugar y se distribuirán mensualmente, podremos descubrir: cómo aprende la inteligencia artificial; el sesgo de los datos; quién pone los límites a la IA o cómo esta tecnología se ha convertido en la nueva revolución. Y, junto a estos temas, un panel exquisito de profesionales que ya forman parte de este primer capítulo:
David Carmona – general manager, artificial intelligence & innovation, Washington Microsoft
Sergio Blas – analytics & artificial intelligence IBM
Jorge Velázquez – digital transformation manager Sanitas
Javier Lázaro – digital hub director Ferrovial
Francisco Pou – chief executive officer Mediacrest
Concha Monje – researcher in robotics and systems control Roboticslab
Fabiola García – neuropsychologist Universidad Complutense de Madrid
Alberto Calero – advisor, Menlo Park California Facebook Connectivity
¡No te pierdas el primer capítulo de ‘LUZ’, el documental que recoge cómo la inteligencia artificial y el big data están transformando el mundo.
La relación entre la decisión del BCE y la tasa de pobreza.
Mientras el debate se mantiene en aquellos temas que sirven para rellenar la ventana de Overton, dejamos de buscar la explicación técnica de lo que está pasando, como va a influir en el futuro y con que elementos debe relacionarse. La ventana de Overton es una teoría sociológica (algunos dicen política) que representa el número de debates o temas de interés, aceptables por el público. Como se de una ventana estrecha se tratara en la que no caben todos los temas posibles. Sólo unos pocos. Para cada momento, esta "ventana" incluye un rango de debates concretos de acuerdo al clima de la opinión pública. De esta manera se dejan fuera otros que, tal vez, son más importantes pero que no hay manera de meter por esa ventana. Se suelen manejar unos tres o cuatro.
Mientras el debate se mantiene en aquellos temas que sirven para rellenar la ventana de Overton, dejamos de buscar la explicación técnica de lo que está pasando, como va a influir en el futuro y con que elementos debe relacionarse. La ventana de Overton es una teoría sociológica (algunos dicen política) que representa el número de debates o temas de interés, aceptables por el público. Como se de una ventana estrecha se tratara en la que no caben todos los temas posibles. Sólo unos pocos. Para cada momento, esta "ventana" incluye un rango de debates concretos de acuerdo al clima de la opinión pública. De esta manera se dejan fuera otros que, tal vez, son más importantes pero que no hay manera de meter por esa ventana. Se suelen manejar unos tres o cuatro.
Ahora tenemos muchos frentes. Algunos nos tocan de cerca, a la vida más inmediata. Sin embargo, por la ventana entran otros que ya están pre diseñados en los laboratorios de opinión. Así se maneja muy bien, el grado de descontento. Lo grave, es que en este barrizal no solo entra un gobierno, no, entra todo dios. La oposición porque cree que son los temas de interés, los medios porque ven que son los que tratan todos, etc. Un círculo vicioso. Hasta que no hay un hecho detonante, no entra otro tema.
Y es por culpa de esto que es muy difícil relacionar dos temas aparentemente lejanos pero que si tienen un punto de enlace directo. Hoy voy a relacionarte dos temas que no verás en los medios vinculados en ningún caso. Te hablo de la decisión del BCE de pasarse por el forro la inflación al 2% y la tasa de pobreza que no para de aumentar.
El porcentaje de población en riesgo de pobreza, en riesgo de exclusión social, ha saltado en un año del 25% al 26,4%. La crisis sanitaria ha llevado al paro a mucha gente. Mucha más de la que aparece en las cifras oficiales ya que hay muchos que ni buscan ni esperan trabajar. Y eso es un problemón. Uno de cada dos parados está en situación de riesgo, de exclusión social y solo hace falta ir a cualquier centro de apoyo social y verás como se han disparado las colas del hambre. La población que se encuentra en situación de carencia material severa era el año pasado, del 4,7%.
Hay factores clave muy importantes. El paro es uno de ellos. La nacionalidad, el sector productivo y el coste de la vida es otro. Las cifras, lo que dicen es que el riesgo de exclusión social, se ha disparado este año. Mientras los medios y sus señorías hablan y hablan de fondos europeos, de ayudas que no llegan, del poder judicial, de si el sí es sí, o de si una dictadura caribeña es una dictadura o no lo es, la gente en riesgo de pobreza aumenta.
La encuesta de condiciones de vida del INE muestra que en el año 2020, la tasa AROPE, que mide tres elementos: riesgo de pobreza, carencias materiales y baja intensidad en el empleo, aumentó más de un punto del 25,3% en 2019 al 26,4% el año pasado.
De esos indicadores hay uno que recoge bien el problema que se avecina. Los efectos de la crisis sanitaria afecta al indice de las carencias materiales, porque los otros se refieren a ingresos y empleos de 2019 y las carencias materiales severas aumentaron en el año 2020 del 4,7% al 7%, más de dos puntos.
El peor dato desde 2014. Carencia material severa, quiere decir que un hogar tiene problemas en al menos cuatro de nueve indicadores, que van desde la posibilidad de comer carne al menos cada dos días, hasta poder irse de vacaciones una semana al año, pasando por mantener la temperatura adecuada en casa, a tener capacidad de hacer frente a gastos imprevistos, o retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal como alquiler gas.
Precisamente lo que más aumentó en el año 2020 fueron las carencias materiales severas por el pago de gastos. La vivienda pasó del 8,3% al 13,5%. La imposibilidad de mantener la temperatura adecuada en casa pasó del 7,6% al 10,9% y la posibilidad de comer cada dos días Carne, pollo o pescado del 3,8% al 5,4%.
También hubo un empeoramiento en 2020 en los siguientes indicadores de ingresos: el 10% de la población dijo llegar a fin de mes con mucha dificultad. Son dos con dos puntos más que en 2019. Además, el 35,4%, uno de cada tres españoles, no pudo afrontar gastos imprevistos. Se te rompen unas gafas y entras en quiebra.
Está es ahora mismo la situación que ahora mismo tiene dos frentes: el paro, que explica ya la mitad de la pobreza en España. Y otro, la subida de precios, especialmente la luz. Este año, uno de cada diez hogares en España no puede permitirse tener su hogar a la temperatura correcta.
Y te estarás preguntando dónde está la relación entre la decisión del BCE de subir el margen de inflación al 2% y la tasa de pobreza. Pues en que si no hay barrera a la subida de precios, el segundo baremo, el de no llegar a fin de mes, se complicará porque a cada subida de precios, menor capacidad adquisitiva. Y con el primero, porque a mayor aumento de precios, mayor presión para las empresas para vender a menor margen. A menor margen, menos beneficio y a menor beneficio, menos empleo.
Pero veamos porque el BCE se ha pasado por el arco del triunfo todo para lo que fue creado. El pasado jueves, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos, anunciaron cambios en la estrategia de la política monetaria del propio banco que supondrá el mayor cambio que realiza desde 2003.
La sorpresa ha sido el cambio por parte del BCE del objetivo de inflación. Lo que hasta el jueves era ‘cerca, pero por debajo, del 2%’ se ha convertido en un objetivo del 2% simétrico. Te lo explico. El BCE no tomará acciones para combatir la inflación aunque se eleve por encima del 2%.
La institución, con sede en Frankfurt, ha decidido re-orientar su mandato ante la encrucijada entre apostar por incentivar la recuperación y mantener los planes de estímulo o atenerse al mandato que tiene como Banco Central y priorizar el control de la inflación. Se ha impuesto la primera vía y para ello ha dado una nueva lectura a su mandato para fijar la estabilidad de precios, como que la inflación a medio plazo se sitúe en el 2%, aceptando que los precios puedan superar ese listón de manera temporal y moderada.
Dicen que les ha sorprendido que la inflación no subiera a pesar de los programas de política monetaria sobre reducciones del tipo de interés, de la facilidad de depósito, de la facilidad marginal de crédito o de las operaciones de refinanciación a largo plazo. Pero llegó la crisis sanitaria y otro programa de compra de activos por valor de 750.000 millones de euros junto al ahorro forzoso de los hogares debido al confinamiento, ha hecho despertar el monstruo dormido de la inflación.
Están asustados y han preferido esperar. La opción tomada ha sido la última. Una cosa que no hay que perder de vista es que una tasa de inflación del 2% significa una perdida de poder adquisitivo el 2%. Si sube la inflación un 2% y tu sueldo no, ese año podrás invertir, gastar o comprar un 2% menos. Es muy simple. Si los tipos no suben, además, tus ahorros no crecen tampoco.
Esto es importante. Incluso habiendo hecho las cosas ‘bien’, cumpliendo el objetivo que marcaba el BCE, desde el año 2000 el euro ha perdido un 30% de su valor. La inflación es el impuesto del pobre y del asalariado y, como dijo Milton Friedman, ‘es un impuesto sin legislación’.
¿Cuánto tiempo debería de mantener la Eurozona una política monetaria despreocupada de la tasa de inflación para cerrar la brecha? Si el BCE va a utilizar la excusa de que anteriormente la inflación de la Eurozona ha estado por debajo del objetivo, podríamos esperar una tasa del doble o más del objetivo del 2% durante varios años.
Pero el peso de la realidad es de plomo. El riesgo que tenemos es que suba la inflación, no crezcamos al nivel previsto, se suba el salario mínimo y se reduzcan los ingresos tributarios y aumenten los gastos públicos. Que suba la inflación es casi seguro: por la tensión que va a generar las peticiones de incrementar el salario mínimo. Curiosamente, la subida del SMI suele producir menor capacidad adquisitiva de los que lo disfrutan pues los precios acaban subiendo porque el coste de producción sube y se repercute en el precio final que éstos compran cuando son consumidores.
Que suba la inflación es casi seguro por que hay demasiado dinero en el sistema. Pero a la vez que sube la inflación, puede haber un estancamiento económico. No hablo del rebote del PIB que iremos viendo. Se nos dirá un crecimiento inédito del PIB del 6% o más, y dos años, pero eso es por comparativa y nos deja lejos de donde estábamos realmente antes de todo este desastre.El riesgo de estanflación es importante a 2 o 3 años vista.
Por eso es de susto o muerte. Si el BCE no se atreve a hacer su trabajo que es evitar la inflación, y por lo tanto, evitar que nuestro poder adquisitivo no se vea disminuido, estamos perdidos. En España la inflación cerró el mes de julio en el 2,7%, el nivel más alto desde abril de 2017 y supone que de febrero a junio, en solo cinco meses, los precios han pasado del cero por ciento al 2,6%. Va tomando velocidad. La inflación ha estado en negativo desde abril del año pasado hasta diciembre.
La comparativa es algo engañosa pero la realidad es que la inflación se está disparando. Si ampliamos un poco más el foco y miramos más atrás, en los últimos diez años, la inflación sólo ha superado el 2% en los cuatro primeros meses de 2017 y durante todo el año 2011, cuando estuvo entre el 2 y el 4% y estuvo en negativo durante gran parte del año 2009, 2014 y 2015, además de en 2020.
A nivel de la eurozona, la inflación está ahora mismo en el 2%, pero subirá los próximos meses. Eso es lo que prevén todos los analistas. Todos los gobiernos, todas las instituciones. La inflación se revisa al alza debido a fuertes factores transitorios, la interacción del aumento de los precios de la energía y las materias primas, los cuellos de botella en la producción y el auge de la demanda, tanto en la Unión como al extranjero, les están presionando al alza los precios de los consumidores hasta situar la inflación en el 1,9% en la zona del euro y el 2,2% en la Unión Europea.
Como te decía, están asustados, más de lo que muestran. De hecho, el Banco Central Europeo en esta revisión de su política estratégica lo que hace es blindarse para poder mantener los tipos de interés a cero durante más tiempo. Es decir, que con esta nueva definición el BCE evita que, si en los próximos meses la inflación sube bastante por encima del 2%, no se vea obligado a tomar medidas aunque Alemania se las pida, ya sea subida de tipos, ya sea reducción de los estímulos para ayudar a la recuperación.
Nos dirán que todo dependerá de si las presiones inflacionistas son transitorias y por tanto no comprometen el objetivo, que es a medio plazo o, realmente son permanentes. Pero, si el Banco Central Europeo lo que ha hecho es rearmarse y tener más margen de maniobra para poder actuar aunque la inflación se dispare, la gran pregunta después de este cambio es ¿qué significa esa definición que hace el Banco Central Europeo de que va a tolerar que la inflación supere el 2% de manera moderada y durante un tiempo? ¿Qué entendemos por transitorio? y ¿qué entendemos por moderado?
Lo vamos a entender cuando ocurra pero de momento sabemos que ganan los hipotecados que disfrutarán de tipos de interés bajos, y pierden los ahorradores y los bancos que sufrirán tipos de interés y poca rentabilidad. Más tiempo. Algo que llega pasando una década. Justo lo que pone de los nervios a los países que siguen muy molestos con el asunto de las ayudas del fondo de recuperación a países que, para ellos, no las merecemos y las vamos a malgastar. Estos presionarán para aumentar los tipos, es cuestión de tiempo. La inflación les hace daño y querrán evitarla.
Los países que fueron más disciplinados ven como los que se embargaron y se endeudaron disfrutan de todo: de tipos bajos y montañas de ayudas. Veremos como evoluciona pero lo que sabemos es lo siguiente; que si se suben los tipos, nos vamos al desastre. Nuestra deuda será más cara y financiarla también. Que si no los suben y sube la inflación, la pobreza aumentará y nuestras empresas serán menos competitivas.
A la postre podemos entrar en estanflación, una coyuntura en la que un país sufre el estancamiento de su economía y un aumento del costo de la canasta básica. Es un escenario muy complicado donde se solapan situaciones de alza de precios, aumento de desempleo y estancamiento económico. Nosotros no lo estamos ni lo estaremos mientras la economía se encuentre en rebote. El problema vendrá cuando ese rebote se descubra que no era una recuperación y la marea baje.
Estamos en manos de gente que maneja muy bien eso de la ventana de Overton, pero maneja muy mal la propia gestión. Al final, como siempre, esto depende de que seamos críticos con todo, no solo con lo que nos muestran, que leamos, que nos formemos, que relacionemos un hecho con otro. Si tienes una empresa, piensa en innovar, si trabajas para alguien, piensa en formarte. El futuro va de eso, de no esperar mucho de nadie y de invertir en ti y en los tuyos.
Llega la regulación para las criptomonedas
Te voy a hablar de dos cosas. De como la crisis sanitaria ha elevado los pagos con tarjeta a la vez que se rebaja su volumen total por primera vez desde 2012 y también te voy a hablar de criptomonedas. En concreto de una nueva regulación para el dinero ‘cripto’ en España. Te diré cómo te podría afectar y qué obligaciones tendrás. Hay algunos expertos que aseguran que la caída del volumen de gasto en tarjeta y el crecimiento de las monedas digitales podrían tener relación. No en todo, pues afecta a la capacidad de consumo, la crisis o la comparativa entre períodos complejos, pero en alguna parte, aparece la punta de un iceberg llamado: la banca del futuro. Recuerda que defiendo que los bancos son las nuevas discográficas.
Te voy a hablar de dos cosas. De como la crisis sanitaria ha elevado los pagos con tarjeta a la vez que se rebaja su volumen total por primera vez desde 2012 y también te voy a hablar de criptomonedas. En concreto de una nueva regulación para el dinero ‘cripto’ en España. Te diré cómo te podría afectar y qué obligaciones tendrás. Hay algunos expertos que aseguran que la caída del volumen de gasto en tarjeta y el crecimiento de las monedas digitales podrían tener relación. No en todo, pues afecta a la capacidad de consumo, la crisis o la comparativa entre períodos complejos, pero en alguna parte, aparece la punta de un iceberg llamado: la banca del futuro. Recuerda que defiendo que los bancos son las nuevas discográficas.
La crisis sanitaria ha trastocado con fuerza los hábitos de consumo de los españoles y también, a tenor de los datos, el uso de los medios de pago a su disposición. El 2020 cierra como un año récord en el número de operaciones de abono con tarjetas, si bien el volumen total pagado con ellas desciende por primera vez desde el ejercicio 2012 en el marco del desplome del consumo generado por la crisis. En paralelo, las retiradas de efectivo en cajeros automáticos descendieron en un tercio. Así se deriva de los datos recopilados por el Banco de España.
Las tarjetas, aun así, siguieron ganando terreno al pago en efectivo en un ejercicio marcado por el uso de la tecnología contactless. Pese a ello, el volumen total abonado con plásticos sufrió su primer descenso en ocho años, un retroceso del 0,49%, tras un lustro de crecimientos anuales cercanos al 10%. Los 160.551,6 millones de euros pagados con tarjeta en 2020 contrastan con los 161.343,3 millones de 2019.
Este mayor uso de las tarjetas pero por un volumen total menor arroja por tanto un descenso en la cuantía media por operación, que cae a 34 euros por abono, frente a los 36 de 2019. Se acelera así una tendencia preexistente en la que los españoles utilizan las tarjetas para afrontar pagos más reducidos cada vez, desde el entorno de los 50 euros por transacción que se registraba antes de la crisis financiera de 2008.
Mientras esto sucede, entra en vigor una nueva regulación para las criptomonedas en España en el marco de la nueva Ley contra el Fraude, una nueva regulación que establece una serie de obligaciones para quienes poseen criptomonedas u otros criptoactivos.
Esta nueva ley establece entre otras medidas la obligación de "informar sobre saldos y titulares de las monedas en custodia". Es decir, la nueva normativa que ahora entra en vigor afectará directamente a los contribuyentes que posean Bitcoin u otras criptomonedas.
En la campaña de la Renta de 2019, Hacienda avisó a miles de usuarios que sus beneficios con monedas virtuales debían incluirse como 'Otras ganancias patrimoniales a integrar en la base imponible del ahorro'. Sin embargo, la normativa que regula las obligaciones respecto a las criptomonedas no estaba bien definida. Ahora, con esta 'Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal', se concreta a que están obligados los contribuyentes en relación a las criptomonedas. Con la finalidad de "reforzar el control tributario sobre los hechos imponibles relativos a monedas virtuales", se establecen dos nuevas obligaciones:
‘Las personas y entidades residentes en España y los establecimientos permanentes en territorio español de personas o entidades residentes en el extranjero, que proporcionen servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros, para mantener, almacenar y transferir monedas virtuales, ya se preste dicho servicio con carácter principal o en conexión con otra actividad, vendrán obligadas a suministrar a la Administración Tributaria, en los términos que reglamentariamente se establezcan, información sobre la totalidad de las monedas virtuales que mantengan custodiadas. Este suministro comprenderá información sobre saldos en cada moneda virtual diferente y, en su caso, en dinero de curso legal, así como la identificación de los titulares, autorizados o beneficiarios de dichos saldos’.
Esta primera obligación viene a determinar que aquellas empresas que gestionen criptomonedas deberán informar de los distintos saldos, así como la identidad de los titulares de cada saldo.
Las personas y entidades residentes en España y los establecimientos permanentes en territorio español de personas o entidades residentes en el extranjero, que proporcionen servicios de cambio entre monedas virtuales y dinero de curso legal o entre diferentes monedas virtuales, o intermedien de cualquier forma en la realización de dichas operaciones, o proporcionen servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros, para mantener, almacenar y transferir monedas virtuales, vendrán obligados, en los términos que reglamentariamente se establezcan, a comunicar a la Administración Tributaria las operaciones de adquisición, transmisión, permuta y transferencia, relativas a monedas virtuales, así como los cobros y pagos realizados en dichas monedas, en las que intervengan o medien, presentando relación nominal de sujetos intervinientes con indicación de su domicilio y número de identificación fiscal, clase y número de monedas virtuales, así como precio y fecha de la operación.
En esta segunda obligación, muy relacionada con la primera, se establece que los gestores deberán informar de los domicilios, identificación fiscal, así como del precio y la fecha de la operación. Como vemos, es plasmar en una normativa el tipo de información que deberán declarar estas entidades para ayudar a luchar contra la opacidad y la posible evasión fiscal.
Otra novedad es la que afecta a las personas que tengan criptoactivos en el extranjero. Por ejemplo, aquellos que tengan Bitcoin u otras criptomonedas en monederos internacionales. Todos estos contribuyentes tendrán la obligación de informar sobre las monedas virtuales de las que se sea el titular.
'Información sobre las monedas virtuales situadas en el extranjero de las que se sea titular, o respecto de las cuales se tenga la condición de beneficiario o autorizado o de alguna otra forma se ostente poder de disposición, custodiadas por personas o entidades que proporcionan servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros, para mantener, almacenar y transferir monedas virtuales.
Dicho de otro modo más sencillo, si tenemos criptomonedas deberemos declararlas. Esta nueva normativa es una legislación que incluye los criptoactivos como bienes de los que tenemos la obligación de incorporar a la Renta. En concreto, estas criptomonedas que se tengan en gestores fuera de España deberán incluirse en la la Declaración Informativa sobre Bienes y Derechos en el extranjero (modelo 720).
La nueva normativa establece las obligaciones, pero todavía no se han definido todos los parámetros, por ejemplo el importe mínimo a partir del cual debemos informar.
Aunque todo no son temas legales, pues técnicamente, esta nueva ley confirma las cripto como ‘moneda virtual’. Esta nueva Ley contra el Fraude también ha servido para oficializar algunos términos. El BOE ya le da el tratamiento de ‘moneda virtual’ al bitcoin porque en ningún momento se habla de criptomonedas ni criptodivisas. Solo nombra el concepto ‘cripto’ cuando se refiere a ‘claves criptográficas’.
Todo esto de las criptomonedas, el futuro de la banca y la desregulación es, en definitiva, la conquista de un nuevo modelo digital que surge del blockchain. La cadena de bloques lo va a cambiar todo. Ya lo está haciendo. Veremos como actúan bancos, gobiernos e instituciones al perder el control sobre la intermediación. Ahora, de hecho, ya se podría ‘dar fe’ de cualquier cosa sin un notario. Solo haría falta una cadena de bloques al efecto. Esto no gusta, es obvio. De ahí las múltiples intentonas de regular algo imposible de regular. Sinceramente creo que estamos como estaba Internet, cuando nació Google. Ahí estamos, a puntito.
¿Qué empleos están en riesgo en los próximos cinco años?
El Foro Económico Mundial asegura que ‘la automatización suplantará alrededor de 85 millones de empleos antes de 2025’. También asegura que, si se tiene en cuenta de manera estratégica, no deberíamos temerlo pues en ese análisis anticipa que la futura economía impulsada por la tecnología podría crear a su vez 97 millones de nuevos empleos. El problema será que falte esa previsión estratégica. De hecho, esa implementación correcta de la tecnología no será igual en todas partes ni afectará igual a los modelos productivos de cada país.
El Foro Económico Mundial asegura que ‘la automatización suplantará alrededor de 85 millones de empleos antes de 2025’. También asegura que, si se tiene en cuenta de manera estratégica, no deberíamos temerlo pues en ese análisis anticipa que la futura economía impulsada por la tecnología podría crear a su vez 97 millones de nuevos empleos. El problema será que falte esa previsión estratégica. De hecho, esa implementación correcta de la tecnología no será igual en todas partes ni afectará igual a los modelos productivos de cada país.
Actualmente, el 30% de todas las tareas las realizan máquinas y las personas hacen el resto. Sin embargo, en 2025, ese equilibrio cambiará drásticamente a una combinación de un 50% para humanos y dispositivos tecnológicos. Algo que puede ser bueno si se comprende en su justa dimensión y se prevé estratégicamente puede convertirse en un barrizal si no se actúa previamente. Un aumento en la automatización puede ser bueno para los trabajadores formados y puede ayudar a estimular la economía. Se ha demostrado que las nuevas tecnologías tienden a dejar atrás a los trabajadores con salarios bajos
Durante la crisis no veremos que esto se acelere, pero en una hipotética recuperación, la cosa cambia. La inteligencia artificial no es capaz de causar oleadas masivas de despidos sino que la configuración de la nueva economía automatizada requiere mucho dinero, tiempo y recursos, algo que muchas empresas no tienen durante una crisis. Pero sí inmediatamente después. Para ver cómo afectará todo esto al trabajo del futuro, utilizaré un estudio de Randstad Research que asegura que la mitad de los empleos que tenemos ahora mismo en España se automatizan a lo largo de esta década.
Uno de cada cinco empleos tiene una alta probabilidad de ser realizado por un robot y un 30 por ciento más tienen una probabilidad significativa de ser ocupados por una máquina autónoma. Lo cierto es que de la misma manera que los trabajos de hoy en día no tienen nada que ver con los de hace dos o tres décadas, los que tendremos en unos años probablemente sean distintos a los que estamos viendo ahora mismo.
Concretamente en el caso de España, un 52 por ciento de los puestos de trabajo podrían automatizar a lo largo de los próximos años, lo cual no significa que se vayan a destruir empleos, sino que se sustituirán por otros nuevos. Esto es algo que empieza a ser un discurso oficial y habría que ir con cuidado porque esa sustitución no es algo automático. Se produce siempre y cuando tengas una hoja de ruta para amortiguarlo.
Lo que es cierto es que hay dos estimaciones apuntalan esta tendencia. La OCDE calcula que el 65 por ciento de los niños terminará trabajando de algo que ahora mismo no existe. El Foro Económico Mundial apunta que a partir de 2022 surgirán 133 millones de empleos nuevos. Es evidente que cambiarán las cualidades más demandadas por los empleadores. Será importante, por supuesto, tener conocimientos digitales en el ámbito tecnológico, pero también otras competencias (las soft skills o habilidades blandas). Se suelen enumerar algunas: el pensamiento crítico, la inteligencia emocional, la creatividad…
Muchos son los retos, los desafíos. Por ejemplo el ‘modelo de empleo’. A lo largo de esta década se prevé que se mantenga la tendencia incremental de la flexibilidad laboral, es decir, la temporalidad, que en el caso de España afecta a uno de cada cuatro trabajadores. 10 puntos más que la media de la Unión Europea. El informe que he comentado y los estudios de las instituciones que te apuntaba hablan de la percepción de una automatización cada vez más profunda de todo. Pero esa percepción la tiene mucha gente. Hazte la pregunta ¿tu puesto de trabajo es robotizable ahora? ¿Y en cinco años? ¿A que te vas a dedicar cuando eso pase? ¿Cuales serán tus funciones? ¿En qué vas a formarte para afrontarlo?
La percepción que tienen los trabajadores, según estos informes, también es parecida. De hecho, muchos españoles creen que sus actuales puestos de trabajo hay muchas tareas que podrían hacer perfectamente un robot en el presente. Un 45 por ciento de 2500 españoles encuestados dijo que su trabajo lo hará un robot antes de 10 años. ¿Qué hacemos pues? Prepararnos y rápido. Rápido porque nos va el futuro en ello y la posibilidad de amortiguar las dificultades que tiene toda transición tecnológica en lo laboral.
Resulta que España, por ejemplo, ha empezado a acelerar en este sentido. Fijaros, a día de hoy España ya está entre los países del mundo con más robots trabajando, según los últimos datos de la Federación Internacional de Robótica. Estamos lejos de Singapur, de Corea del Sur y de Japón, que son quienes lideran este ranking, pero ocupamos el décimo tercer lugar en esa clasificación. En los últimos cinco años, de hecho, hemos pasado de 70 robots por cada 10 mil trabajadores a 113. En tan solo cinco años.
¿Dónde está el problema? En hacerlo mal. En Corea del Sur, en Japón o en Singapur no hay paro. Son líderes en implementación robótica sustituyendo tareas humanas y no hay paro. Básicamente porque lo han hecho bien. Han sido estratégicos. A mayor robotización, mayor eficiencia y a mayor eficiencia mayor productividad y, ésta, genera empleo. Lo que pasa que no lo genera donde antes lo hacía. Por eso, paradójicamente, que haya más robots asumiendo trabajos que ahora hacemos los humanos no tiene porqué suponer un aumento del paro. De hecho, eso es lo que dicen los expertos y los mismos informes que apuntan a que cada vez habrá más robots.
Los expertos añaden que se crearán más empleos en otras funciones que ahora no existen, pero hay varios puntos interesantes al respecto:
¿Qué empleos están en riesgo de caminar este proceso en estos próximos años?
Estamos hablando de aquellos empleos que son más rutinarios, de menos valor añadido, que incorporan menos elementos de creatividad por ejemplo. En definitiva, estamos ante algo que no es nuevo. Nos lo podíamos imaginar, pero poco a poco se está convirtiendo en una realidad. La aparente contradicción sobre el hecho de robotizar y generar empleo la tenemos que analizar a dos tiempos distintos. De ahí que sea muy importante medir esa transición o nos haremos mucho daño.
Hay que distinguir en los empleos que existen hoy y los empleos que existirán en el futuro.
Simplemente pensemos en hace 20 años cuando no existían los smartphones y el uso de internet era muy menor a hoy. Pues la cantidad de empleo que generan estas actividades es enorme. Eso es algo nuevo que en estos momentos es difícil pronosticar. Por tanto, si nos fijamos solamente en qué lo va a pasar con los empleos que existen hoy, la lectura es muy pesimista, pero hay que pensar en que a lo largo de la historia, la experiencia nos apunta a que se han ido creando muchas oportunidades con nuevos modos de trabajar.
Esto es difícil de defender cuando una segadora autónoma se ventila una hectárea de campo cultivado en el tiempo que una cuadrilla de personas segaba 10 metros cuadrados. Pero, repito, es fundamental abordarlo de un modo global y en el tiempo. Los gobiernos deben medir ese tiempo y ajustar los elementos necesarios para que el daño, durante el tiempo que la herida esté abierta, se lo más leve posible.
Los robots no reemplazarán a los humanos, trabajarán con nosotros.
“No perderás tu empleo en manos de un robot o de una computadora, sino en las de alguien que se lleve mejor que tú con esa computadora o con ese robot. Hoy no podemos saber que tecnología va a cambiarlo todo. Pero no lo dudes, la habrá. Como siempre ha pasado. Podemos pensar en la IA o en los datos, o en robots con aspecto humano, pero será otra cosas. En 1992 nadie pudo enviar ni un mail durante la inauguración de los JJOO de BCN. Y estábamos a diez minutos de un cambio brutal. Ahora estamos a diez minutos de otro cambio profundo e impactante. No debemos imaginar que será, debemos prepararnos para lo que sea, y que no podemos deducir antes. Prepararnos para el cambio. No nos va a preguntar.
Esos nuevos empleos que pueden surgir en este proceso están muy vinculados a las soft skills, a las habilidades blandas. Hablan en el informe de habilidades como la creatividad, inteligencia emocional, capacidad de negociación. Pero la pregunta es ¿se están preparando, ya no sólo los trabajadores del futuro, sino también los empleados actuales para adquirir estas capacidades que requerirán los nuevos puestos de trabajo?
Sinceramente no lo veo. Hay esfuerzos pero no los veo que estén siendo eficaces. En ocasiones tengo la sensación que llevamos a nuestros hijos a escuelas para que les enseñen cosas de un mundo que ya no existe. En el que no vivirán. Fíjate en nosotros mismos. Se nos ha educado para creer en las certezas, para hacer lo que se nos dice… Pero todos hemos visto que ya no hay nada seguro, que no existe el trabajo para toda la vida, que el futuro es casi imposible de predecir. Así pues, nuestros hijos no deberían ser educados con las mismas limitaciones que a nosotros.
¿En cuantas empresas trabajó tu padre o tu madre? ¿En cuantas tú? Los niños de hoy trabajaran en más de veinte a lo largo de su vida. Por ello, debemos enseñarles a establecer relaciones entre ellos, a trabajar en equipo, a innovar, a asumir riesgos y a ser ciudadanos globales. Será necesario también que sean muy buenos comunicadores porque en la vida del futuro, comunicar será algo que los robots nos pedirán que hagamos en su nombre. Por eso hay que empezar hoy a enseñar estas cosas en las escuelas.
Y todo esto al mundo empresarial. Lo mismo con los trabajadores. Tengo la sensación que formamos para un mundo que ya no existe, en el que no trabajarán. Por eso, tal vez, lo interesante es quedarse con una buena noticia que tiene que hacer reaccionar a todos. Resulta que todo este tipo de habilidades se pueden adquirir. No son habilidades innatas que si no las tienes estás jodido.
Hoy día las empresas valoran que seamos capaces de hacer el empleo para el que nos están pagando hoy. Pero también están pensando en que seamos capaces de hacer el del futuro. Por eso se pide pensamiento crítico, saber resolver problemas complejos, un conocimiento de que es capaz de hacer la tecnología (no programar, comprenderla). Pero en España hay un problema que supone un muro importante. Tenemos una proporción gigantesca de personas sobre cualificadas o infra cualificadas para el empleo disponible. No hay ‘match’ y eso lastra cualquier cambio de modelo productivo y tensiona salarialmente a todo el mundo.
En España, uno de cada cuatro jóvenes entre 25 y 29 años no tiene ningún tipo de cualificación profesional. Sus perspectivas laborales son complicadas y en paralelo conviven con muchos jóvenes sobre cualificados para el trabajo disponible. Al final ese desajuste que tenemos en España, tanto por infra cualificación como por sobre cualificación, termina generando tasas de paro juveniles de aurora boreal.
Probablemente, en lugar de hablar del ‘empleo robótico del futuro’ o ‘¿a qué nos vamos a dedicar cuando los robots lo hagan todo?’ estaría bien modular esa demanda y prepararla para un escenario de oferta futura más acertada. El mundo ha cambiado y cambiará mucho más. Los empleos actuales ya no son puestos de trabajo para toda la vida vida, ni en una misma oficina y con los mismos compañeros para siempre. De hecho el futuro laboral ya no tiene que ver con una carrera profesional dirigida.
El problema es la absoluta miopía en la que residen nuestros dirigentes, en esa endogamia obscena en la que se mueven a diario y que vive a años luz de la problemática real e inminente. No sé si es por falta de preparación, conocimiento o por mala fe. Lo lamentable es que el futuro precisa de liderazgo, no sólo de voluntad. Toca pedirles que se pongan las pilas, y el resto, de irnos preparando en todos los sentidos. La oportunidad de entrar en un mundo mucho mejor está ante nuestras narices. Desperdiciar esta oportunidad sería una pena.
El futuro de las pensiones y la 'mochila austríaca'
El envejecimiento de la población, el consecuente incremento de los inactivos y el descenso de la población activa plantea una problemática que nos lleva a la tormenta perfecta de la desgana. Hemos pasado por momentos malos, pero eran coyunturales aunque fueran de largo recorrido. Ahora, por el contrario, el problema es técnico, estructural y de tendencia demográfica y tecnológica, no sólo económica. Pocos se dan cuenta que el sistema económico y el modelo de crecimiento español fabrica inactivos y reduce paulatinamente la tasa de actividad.
Para garantizar las pensiones en un país como España, la tasa de desempleo no debería estar por encima del 6 por ciento en los próximos años, de lo contrario, será difícil de sostener con el modelo actual. Ese es el gran desafío. La cosa es que España roza los 19 millones de personas inactivas. Normalmente los datos de la Encuesta de Población Activa sólo se centra en parados y ocupados y obvia ese otro grupo social. El asunto es relevante, porque de los primeros dependen los ingresos por cotizaciones que pagan las pensiones. Y porque los segundos no aportan fondos al sistema, al no estar ocupados ni buscando empleo. Entre ellos, están los jubilados concretamente.
El envejecimiento de la población, el consecuente incremento de los inactivos y el descenso de la población activa plantea una problemática que nos lleva a la tormenta perfecta de la desgana. Hemos pasado por momentos malos, pero eran coyunturales aunque fueran de largo recorrido. Ahora, por el contrario, el problema es técnico, estructural y de tendencia demográfica y tecnológica, no sólo económica. Pocos se dan cuenta que el sistema económico y el modelo de crecimiento español fabrica inactivos y reduce paulatinamente la tasa de actividad.
Recordemos que la ‘tasa de actividad’ es un índice que mide el nivel de actividad en el empleo de un país. Se calcula como el cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar. Es una variable pocas veces nombrada pero muy importante en el crecimiento económico a largo plazo de un país, y tiene igual o mayor importancia que la productividad de éste. El propio FMI ya nos ha avisado que, de seguir este ritmo, la tasa de actividad caerá por debajo del 50%. De hecho, en ocasiones hemos rozado el 57%, una cifra propia de países en vías de desarrollo. El mismo FMI advierte de que el envejecimiento de la población mermará de forma considerable la tasa de participación en el mercado laboral.
Es desesperante contemplar que van pasando los días y los años y que el plan para afrontar ese riesgo no es más que un conjunto de improvisaciones que asustan. Para llegar a un casi pleno empleo en un país como España, el modelo de crecimiento debe cambiar de un modo radical. Nuestra economía cíclica y de escasa complejidad es un abismo a diez minutos vista. Seguimos sin crecer en lo que hay que crecer. En innovación y preparación tecnológica. Ya no sólo es cuestión de ofrecer un espacio de desarrollo y crecimiento personal a quienes quieren afrontar el futuro con cierta garantías. Ahora también está en juego el modelo de pensiones y el modo en el que se va a sustentar.
En pocos años, España ha caído cinco puestos en el ranking de los países más innovadores del planeta. Así lo estima el Foro Económico Mundial. Nos adelantan por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo. Atraemos talento y capital riesgo pero se rentabiliza muy mal. Te lees el informe en cuestión y te entran ganas de llorar. Seguimos siendo una potencia económica, cierto, pero persisten un enorme paro y un desequilibrio en el poder adquisitivo que desemboca en la creación de una nueva clase social llamada la del «asalariado pobre», un grupo gigantesco de personas que ansían llegar a ser algún día, por lo menos, mileuristas.
¿Dónde está el muro que impide esa innovación? Según el Foro Económico Mundial la culpa es de la ineficiencia burocrática, las tasas impositivas perjudiciales, las regulaciones laborales que lo complican todo, la incapacidad de conectar empresas y universidades y, en palabras del propio editor del informe, la nula capacidad del gobierno de fomentar la innovación. Veremos si esto cambia ahora.
La transformación digital es relevante. Tiene que ser algo más que un claim que aparece en la página web de cualquier empresa. Debe ser mucho más que un «plan» de centenares de páginas sujeto a presupuestos modestos que no se llevan a cabo por falta de fases previas formativas. El 80 por ciento de las pymes españolas desconocen la diferencia que existe entre «digitalizarse» y «transformarse digitalmente». Apenas un 25 por ciento de esas mismas compañías apostó por formar a sus trabajadores en competencias digitales, lo que demuestra que, aunque hubiera un plan, de momento hay poca predisposición a aprovecharlo.
Te estarás preguntando qué tiene que ver todo esto con las pensiones. Tiene todo que ver. Las pensiones están en juego. Todo un modelo de convivencia también. Bajo mi punto de vista, el debate acerca de la creación de puestos de trabajo que ahora no existen y que puedan ser capaces de cubrir la destrucción de otros, que la robotización y la inteligencia artificial provoquen, es maniqueo. Hay países que avanzan en esa línea. Son países que ya lo han hecho antes y tienen muy claro el método, que nunca apuestan por la economía estacional o cíclica, que producen bajo conceptos de eficiencia, de conexión entre universidades y empresas y donde el estímulo público se basa en potenciar sectores capaces de exportar cualquier nuevo producto. El modelo es Alemania, que en los últimos años ha destruido más de 600.000 puestos de trabajo que fueron sustituidos por máquinas, mientras creaba 900.000 empleos en espacios de valor añadido que antes no podían ni plantearse.
El análisis sobre todo esto, es tremendamente interesante. De hecho, está claro, bajo mi perspectiva, que vamos a tener que cambiar algunos conceptos que no hemos modificado nunca, y eso, evidentemente, va a ser muy complejo. Son tres conceptos claros: el significado del contrato social llamado ‘trabajo’; el modelo impositivo actual que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, que reduce peligrosamente la composición de la llamada clase media; y, también, el valor educativo de nuestro sistema actual.
Como decía, a medida que esta década termine y nos adentremos en la siguiente, no habrá trabajo para todos, o por lo menos no lo habrá para ocupar tantas horas de tantas personas. Socialmente se irá instalando una necesidad de ocupar el tiempo y de compensar económicamente ese vacío. El Banco de España estima que el ratio entre la población que recibirá prestaciones de jubilación (mayores de 66 años) y la población en edad de trabajar (16-66 años) se duplicará entre 2020 y 2050, con el consiguiente aumento del gasto público en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración. Sólo hay una solución, dicen: alargar la edad final de jubilación, favoreciendo la permanencia en el empleo de trabajadores de mayor edad con medidas que flexibilicen sus transiciones entre puestos de trabajo y no sus transiciones hacia la inactividad.
El problema es que cuando el trabajo exigible sea menos, cuando el reparto deba establecerse en jornadas de menor duración y plataformas económicas que sujeten automáticamente la riqueza y ésta se reparta de un modo muy distinto, la jubilación, como la entendemos, no tendrá sentido ni será sostenible. El trabajo va a ser distinto, incluso nos costará llamarlo así. Trabajaremos menos tiempo al día y durante menos años en nuestra vida.
Hoy ya no trabajamos como antes. Lo hacemos en otros lugares, de otros modos, con otras obligaciones y otras relaciones. Eso seguirá mutando, y cada vez más rápido. Suiza se preguntó en un referendum si querían una renta básica universal, pero no se preguntaron sobre la futura Suiza sin empleo, sin un empleo como el actual. Esa pregunta es mucho más compleja y tienen un problema previo: ¿como vamos a garantizar las pensiones en un mundo donde cada vez trabaje menos gente?
Y en eso que el Banco de España propuso en su informe anual hace unos días, volver a debatir sobre la famosa ‘mochila austriaca’. Una propuesta general se resume de forma sencilla:
Cada mes, la empresa deposita una pequeña cantidad (tres, seis, ocho días por año trabajado) en un fondo individual de ahorro a nombre de su trabajador
En caso de despido, parte de la indemnización que corresponde al trabajador se saca de ese fondo.
Si el trabajador es despedido, puede tirar de ese fondo. Y lo mismo en otras circunstancias, como si cambia de trabajo a otra provincia o lo quiere destinar a formación.
Si el trabajador cambia de trabajo, su mochila le acompaña. Y si llega a la jubilación y no la ha gastado, puede servir de complemento a su pensión.
Desde mi punto de vista no es un mal esquema. Aunque comparar es complicado, la tasa de paro en Austria, (un país con un peso del sector turístico similar al de España) sigue por debajo del 6% incluso después de la crisis sanitaria. Algo tendrá que ver. La mochila austriaca ayudaría, dice el Banco de España a hacer más eficiente la economía española y se podría implantar aprovechando el dinero de los fondos europeos, según recoge en su informe anual el regulador lo que propone es que se utilice dinero europeo para mitigar parcialmente el sobre coste que tendrían que sufragar las empresas a la hora de poner en marcha esa mochila austriaca.
¿Cuánto es ese coste? Pues según cálculos que ha hecho el Banco de España, el coste de aplicar esta medida sería de unos 8000 millones. Durante cuatro años, según una simulación que incorpora en su informe anual, son unos 2000 millones al año durante cuatro años, que es lo que costaría esa transición del actual modelo de despido a uno nuevo con la mochila austriaca, en el que el coste de despedir sería menor, a cambio de que la empresa financie un fondo individual a nombre de cada trabajador.
Además, el Banco de España propone poner en marcha un sistema ‘bonus malos’ en el que las empresas que despidan menos, paguen menos y en el que las compañías que despidan más, sean penalizadas. Pero lo fundamental es que lo que pone sobre la mesa el regulador es esa idea de utilizar dinero europeo para costear parte de la transición del actual modelo de indemnización por despido a uno nuevo basado en la mochila austriaca.
Tal vez pienses que ese modelo no te gusta o es imposible de adoptar en España o en cualquier país de Latinoamérica por ejemplo. Todo puede ser, pero coincidirás conmigo que algo hay que hacer. El sistema público de pensiones, por mucho que se insista, no está tan garantizado a 10 o 20 años. Sobretodo por lo que tiene que ver con la estructura económica actual de nuestro país.
Pero si ya es preocupante para lo que significa laboral y socialmente, este seguro descenso de la tasa de actividad, lo peor estaría por llegar en el ámbito de la productividad. Un descenso de la tasa de actividad de 5,5 puntos como el que el FMI proyecta, se traduce en un recorte de la producción de tres puntos porcentuales en una economía desarrollada. En España no hay manera de crear empleo creciendo por debajo del 2,4%. Haz las cuentas. Las pensiones no peligran como tal pero si, tal y como las entendemos ahora.
¿Cómo lo solucionamos? Pues con algo que tiene que ver, como he dicho otras veces, con modificar el modelo productivo. Algo que no trata solo de robots y digitalización porque lo dice un plan europeo, hay que prepararlo todo para que sean efectivos, productivos y complementarios al sistema que tengamos. Hasta ahora estábamos en el anden de la modernidad, esperando un tren que ya había pasado. La crisis sanitaria, los fondos europeos y la necesidad de salir de esta, todos los europeos juntos, nos trae una nueva reserva para ese tren del futuro. Espero que ahora, no nos gastemos el dinero antes de comprar el billete y podamos disfrutar del trayecto de una vez. El tren ya ha anunciado su salida. Queda poco.
¿Deflación, inflación o hiperinflación? Ninguna de las tres; estanflación.
Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas.
Aunque nos pongamos todos a vivir de noche, lo que vamos a pagar de electricidad cada mes no parece que vaya a reducirse. Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas. Veamos cuales son las causas habituales de la inflación y cual es la que nos afecta:
La inflación por demanda: Aparece cuando aumenta la demanda general y la oferta del sector productivo no es capaz de hacer frente a esa demanda, por lo que suben los precios.
La inflación por costes: Se produce cuando aumentan los costes de producción, ya sea porque aumentan los precios de las materias primas, de la mano de obra o bien, porque suben los impuestos, lo cual provoca que los productores suban el precio final del producto o servicio para compensar dicha subida.
La inflación autoconstruida: Surge ante expectativas de los productores de que van a subir los precios en el futuro y buscan anticiparse a ellos subiendo los precios primero, provocando que al final se cumplan sus predicciones por haber subido los precios.
Por el aumento de la base monetaria: Cuando aumenta la base monetaria (cantidad de dinero que hay en una economía) provoca que aumente la demanda de productos más rápido que el suministro de los bienes y servicios de la oferta y ello provoca que aumenten los precios.
Elige cual o cuales nos afectan, pero ¿qué pasa cuando tienes un poco de los 4 tipos? Pues que es muy probable que la tasa actual de inflación se supere durante los próximos meses, algo que podría motivar un cambio en la política de estímulos y obligar a cerrar el grifo de miles de millones de euros cada mes en la deuda pública para contener las primas de riesgo y facilitar la recuperación.
Es interesante analizar qué hizo el BCE en la última ocasión en que se superó el umbral del 2% de inflación. Fue en el año 2018, cuando la economía había cerrado ya por completo su ‘output gap’. Desde mayo hasta octubre de ese año, el IPC se situó en el 2% o levemente por encima, llegando a su nivel más alto, en el 2,3%. Sin embargo no retiró los estímulos. En ese momento, el BCE justificó que la subida del IPC se debía a factores coyunturales y que de ninguna manera significaba la existencia de presiones inflacionistas. Sus previsiones fueron correctas y los precios se moderaron rápidamente, hasta el punto de que en el verano siguiente el IPC cayó por debajo del 1%.
Pero te estarás preguntando ¿Qué ocurre con la inflación? ¿porque hay que contenerla por debajo del 2%? En los próximos meses se van a registrar importantes tensiones de precios en diferentes sectores. Ya están ocurriendo. En Estados Unidos, que lleva casi medio año de ventaja a Europa en la recuperación, anticipa lo que puede ocurrir en el Viejo Continente próximamente. Allí en abril, la inflación alcanzó el 4,2%, lo que supone el dato más alto registrado desde el año 2008, en plena burbuja inmobiliaria.
Aunque la energía está jugando un papel clave también en EEUU, la subida de precios está siendo generalizada. El coste energético, si sube, se deriva en todos los bienes y servicios que necesitan esa energía para producir. Además se está produciendo un problema de economía básica: hay más demanda que oferta especialmente en materias primas por culpa del colapso derivado de los últimos meses. Hasta el mercado laboral tiene escasez de oferta de mano de obra en las últimas semanas que obliga a incrementar salarios y repercutirlos en lo que se vende. Estas tensiones en EEUU, entre la demanda acelerando y la oferta todavía contenida por lo que hemos vivido están generando importantes tensiones de precios.
Si se observa el IPC subyacente (el que excluye los dos elementos más volátiles, energía y alimentos frescos), los precios están creciendo un 3% que es algo muy preocupante. Se trata de la cifra más alta registrada desde el año 1996, hace nada menos que 25 años. Estas tensiones de precios deberían ser pasajeras. Sin embargo, también hay un riesgo de que estas presiones de precios se consoliden. Y ese sí sería un riesgo para los bancos centrales y obligaría a replantear la política expansiva actual.
Para los países más endeudados, este escenario es más que preocupante, ya que dependen de los tipos de interés bajos para mantener el gasto financiero bajo control. Es el caso de España, que con una deuda pública ya en el 120% del PIB, necesita mantener la financiación barata durante varios años.
Según el último observatorio de la deuda de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) un incremento de un 1% de los costes de financiación de la deuda, tendría un coste acumulado de 15.000 millones de euros en solo cuatro años. Se trata de una cuantía muy significativa, que supera, por ejemplo, a la recaudación prevista con la subida de impuestos que incorporó el Gobierno al Programa de Estabilidad. La cosa es grave…
Esta es la preocupación. Los precios empiezan a dispararse. Esto suele precipitar la intervención de los bancos centrales. La subida de los tipos de interés y con la deuda que tenemos ahora mismo. Nada puede ser más catastrófico que que los bancos centrales empiecen a endurecer situaciones económicas y empiecen a subir los tipos de interés.
Así que éste ahora mismo es el gran riesgo latente de la economía. Y es que los precios se están disparando de verdad. La Unión Europea registra precios altos. El máximo en dos años, desde octubre de 2018. Pero es que España tiene una inflación ya del 2,7 por ciento. Un país que está absolutamente parado tiene precios absolutamente disparados fundamentalmente por el calentón, el calambrazo eléctrico que estamos viviendo
Esa subida de precios es el gran temor económico, porque con ella están obligados a actuar los bancos centrales. Si esta subida de precios es de verdad, el Banco Central Europeo va a tener que subir los tipos de interés. Es decir, subirá tu hipoteca si la tienes a tipo variable. Deberás pagar más intereses en el uso de herramientas financieras con tu empresa.
¿Pero, es posible identificar lo que va a pasar? Esta es la gran cuestión algo en la que los bancos centrales jamás han acertado, porque una y otra han sido incapaces de ver cuando cambiaba el ciclo de la inflación. Ha ocurrido desde los años 60. En 1967, la Reserva Federal proclamaba estabilidad de precios, cinco minutos después empezaban los 14 años de mayor subida de precios vista hasta entonces.
Catorce años de inflación sostenida que ninguno de los bancos centrales vio llegar. Después llegaron los años 70, los años 80 y los precios crecían a niveles del 10 por ciento. ¿Se están enterando ahora o vuelven a desestimar el tsunami de la inflación? Debemos tener en cuenta que venimos de algo inédito. Nunca hemos parado la economía mundial tres meses y luego la hemos arrancado. Ese experimento no tiene precedentes en la historia reciente de la humanidad, desde que tenemos datos como económicos homogéneos
Tenemos indicadores que nos dicen que esto puede ser transitorio y se debería a que, simplemente, el petróleo hace un año estaba a 40 dólares y con el parón de la economía lo pusimos a 20 dólares. Ahora está dando círculos encima de 60. Entonces hay una parte claramente que es transitoria, que tiene que ver con el arranque de la economía, con cuellos de botella en las cadenas de las cadenas de valor y suministro. Pero la gran duda es si, manteniendo el desempleo actual puede producirse inflación sostenida. ¿Es posible una estanflación? ¿Estancamiento de la economía e inflación.
Eso te lo cuento más abajo. Sigamos con el incremento de precios. Lo lógico es que entremos en una espiral de subida de precios, subida de salarios, subida de precios, subida de salarios y así ir calentando la economía hasta que los bancos centrales digan basta. Pero ahora mismo están subiendo los precios pero los salarios no. Y esta es la gran amenaza silenciosa en la economía, la subida de precios, la inflación sostenida.
Un cambio de ciclo que implicaría actuaciones del Banco Central Europeo, endurecimiento de hipotecas, endurecimiento de créditos empresariales y recorte en los préstamos a los gobiernos. Entonces, hacía donde nos dirigimos. ¿Que escenarios se pueden dar en el futuro próximo?
Deflación: la disminución de los precios. Es decir, inflación negativa. Con un rebote de la economía eso es improbable
Inflación moderada: Elevación lenta de los precios dentro de los márgenes que la economía es capaz de digerir.
Inflación galopante: Niveles de inflación donde algunos productos pueden llegar a triplicar su precio en apenas un año, provocando una pérdida tremenda de poder adquisitivo.
Hiperinflación: Son aumentos de precios que generan graves crisis económicas, ya que el dinero no acaba valiendo prácticamente nada y el precio de los bienes y servicios resulta excesivo.
Obviamente cuando alguien hable de hiperinflación no puede hablar de Europa. Una cosa son los titulares y otra los aspectos técnicos que lo definen. Lo grave es que luego tenemos un concepto como te decía antes que es muy chungo. Es la estanflación. La estanflación en un país es la combinación de inflación y decrecimiento económico. Este fenómeno mezcla estos dos conceptos, que cuando se producen a la vez son devastadores para la economía.
En otras palabras, la estanflación surge cuando la economía de un país se encuentra en recesión y a la vez se encarece el costo de vida. Procede del discurso frente a la Cámara de los Comunes que diera en 1965 el ministro de finanzas británico, Ian McLeod. El alto funcionario aseguró que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).
Se trata de una coyuntura en la que un país sufre el estancamiento de su economía y un aumento del costo de la canasta básica. Es un escenario muy complicado donde se solapan situaciones de alza de precios, aumento de desempleo y estancamiento económico. Nosotros no lo estamos ni lo estaremos mientras la economía se encuentre en rebote. Los fondos europeos son para evitar esto. El problema es que para evitar la inflación que sí es muy probable que se produzca, se pongan en marcha los sistemas de defensa del BCE y amortiguen el crecimiento. Hay países a los que las subidas de tipos les afecta mucho menos que a España.
Por eso y por si acaso, ¿Cómo puede distinguirse que un país se halla en estanflación? Hasta mediados de los sesenta, estos dos graves inconvenientes macroeconómicos (estancamiento e inflación) se creían incompatibles entre sí. Pero resulta que es posible. las tasas de crecimiento negativo y el alto índice de paro puede venir acompañado de una espiral ascendente de precios. Algo que empobrece principalmente a los estratos medios y bajos de la sociedad y dificulta el crecimiento empresarial.
Según el Premio Nobel de Economía Paul Samuelson, la estanflación es un fenómeno “típico de las economías mixtas debido a factores diversos, dónde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reaccione de forma distinta a la teoría. Los programas económicos que mejores resultados han dado para combatir este fenómeno son la flexibilidad laboral, la fiscalidad empresarial con incentivos, la distribución comercial menos rígida, la defensa de la competencia, una educación y formación ligada al aparato productivo y una modernización del modelo de crecimiento.
Vamos a vivir uno o dos años de crecimiento fuerte por comparación. Venimos de un 2020 con una caída del PIB inédita. Lo expliqué en un vídeo. Por lo tanto la estanflación no cuenta para el futuro próximo. Pero, si no somos capaces de gestionar adecuadamente los fondos europeos, y eso es algo que no hemos sabido hacer nunca (solo hemos sido capaces de aplicar a proyectos el 38% de los fondos de cohesión europeos durante 12 años y hemos devuelto a Europa el 62% restante), ya veremos que tal con los 140.000 millones que vienen.
Si no los usamos bien, la economía se estancará en 3 años a la vez que el precio de la energia y derivados se irán encareciendo por que ‘la lucha contra el cambio climático, la sociedad del bienestar y el modelo tecnológico al que nos dirigimos, no es gratis’.
Empresas automovilísticas convertidas en empresas de software
Resulta que Volkswagen quiere convertir el software en el núcleo de su negocio y para ello ha informado que ha contratado a 10.000 ingenieros. Algo que tiene que ver con que la conducción autónoma es irrenunciable para la marca según indican sus directivos. De hecho aspiran a generar nuevos ingresos a través de servicios asociados a la tecnología, como asistentes de viaje o servicios de movilidad. ¿Porque aseguran desde este fabricante de coches que no quieren ser una commodity de hardware y buscan, a cambio, convertirse en una empresa de software?
Resulta que Volkswagen quiere convertir el software en el núcleo de su negocio y para ello ha informado que ha contratado a 10.000 ingenieros. Algo que tiene que ver con que la conducción autónoma es irrenunciable para la marca según indican sus directivos. De hecho aspiran a generar nuevos ingresos a través de servicios asociados a la tecnología, como asistentes de viaje o servicios de movilidad. ¿Porque aseguran desde este fabricante de coches que no quieren ser una commodity de hardware y buscan, a cambio, convertirse en una empresa de software?
Pues porque a medida que avanza la tecnología autónoma, un cambio profundo en el comportamiento del consumidor alterará el modelo de ingresos y la cadena de valor de la industria automovilística. Y si bien la naturaleza de estos cambios será multifacética, podemos interpretar dos direcciones claras.
El primer cambio importante se relaciona con el tiempo que se pasa en los vehículos. Con la llegada de los vehículos autónomos, es probable que aumente. A medida que la responsabilidad del control del automóvil se traslade a las computadoras, los grupos demográficos importantes que históricamente han tenido un compromiso limitado o nulo con la conducción (ancianos, personas con discapacidades, niños) ya no tendrán esta restricción.
Además, a medida que la experiencia de viaje sea más placentera, los consumidores estarán dispuestos a pasar más tiempo en sus vehículos. Dos estudios académicos separados concluyeron que los vehículos autónomos podrían generar aumentos en los kilómetros recorridos por vehículos de hasta un 20%.
Junto con lo anterior, habría una mayor cantidad de tiempo inactivo en los vehículos. La lógica es sencilla: a medida que los autos evolucionan hacia entidades autónomas, los humanos tendrán más tiempo para hacer otras cosas mientras viajan. El ritmo al que esto ocurrirá dependerá de los avances en la tecnología de conducción autónoma que podría liberar tiempo de inactividad para los pasajeros para 2030.
El otro cambio fundamental en el comportamiento del consumidor que será catalizado por los vehículos autónomos es el aumento de la movilidad como servicio (o transporte como servicio). La movilidad como servicio (MAAS) se refiere a un cambio desde los vehículos de propiedad personal hacia el uso de soluciones de movilidad bajo demanda.
Detrás de esta tendencia habrá dos factores. Por un lado, en la última década ya se ha visto un cambio en la percepción de los consumidores sobre la propiedad de un automóvil, pasando del símbolo de estatus a la utilidad. La propiedad de automóviles ha disminuido durante varios años, probablemente impulsada por los cambios en los sentimientos entre los grupos demográficos más jóvenes. Así que, a pesar de los vehículos autónomos, las economías avanzadas están experimentando un declive secular en las cifras de propiedad de automóviles. Los coches autónomos acelerarán esta tendencia.
La confluencia de todos estos factores continuará impulsando la tendencia MAAS en el futuro. Morgan Stanley estima que para 2030, el crecimiento en la producción de vehículos se habrá estancado, mientras que los servicios de autos compartidos superarán el 15% del total de autos en la carretera.
El resultado de lo anterior es que se producirá un cambio profundo en la cadena de valor. Es probable que la industria se divida en tres categorías principales. Empresas de hardware: las que realmente producen los vehículos y sus componentes y accesorios. Empresas de software que proporcione la inteligencia que hace funcionar los coches, así como el software que permite la conectividad de los vehículos y la funcionalidad de gestión de flotas. Y empresas híbridas que buscarán brindar a los consumidores servicios y contenido relacionados con sus necesidades y experiencia de transporte
Las empresas automovilísticas quieren escribir código. Hasta ahora solo un 10% de ese software es de desarrollo propio en los fabricantes y el otro 90% lo desarrollan terceros. Este tipo de compañías creen que esa competencia va a ser clave y va a ser la que va a definir el éxito de una marca en el futuro.
Mercedes Benz, Wolskwagen, Toyota y otros están preparando sus plataformas para todo lo que será el desarrollo de la conducción autónoma y que apunta a 2030 como fecha clave, donde la realidad aumentada, la comunicación entre vehículos en circulación para anticipar accidentes de tráfico u otros elementos serán el modo de conducción futura. Eso sí, probablemente todo eso transcurra en un coche que nunca sea tuyo y ‘te lo descargues’ cuando lo necesites.
Pero no olvidemos que hay que preparar todo el entorno productivo a lo que se nos va a exigir económicamente. ¿Sabías que uno de los principales sectores económicos de España puede estar en peligro? No estoy hablando del turismo ni de la construcción. Te hablo del sector del automóvil. Una industria que representa el 8 y medio por ciento del PIB, una quinta parte de las exportaciones y ocupa a 2 millones de personas. Sin embargo, todo este sector podría estar en peligro en los próximos 10 años si no se toman medidas ya mismo. ¿Quieres saber el motivo? ¿Quieres conocer porque a medio plazo casi nadie tendrá coche propio? quédate hasta el final del todo y te cuento ambas cosas.
Hoy el futuro de la industria automovilística está pendiente de un tipo de batería. La batería eléctrica, la que debe impulsar todo el sector. Los grandes del sector ya están moviendo ficha. Por ejemplo, Volkswagen creará seis factorías en Europa antes del año 2030 con 5000 millones de inversión, para fabricar baterías eléctricas que pretende acompañar de 18000 cargadores rápidos por toda Europa.
Con esas factorías pretender servir los cinco millones de coches eléctricos anuales que calculan vender en esas fechas. Quien quiera agarrar el tren del futuro y salvaguardar empleo y crecimiento tiene que tener una de esas seis instalaciones en su territorio. Luego te detallo las opciones que tenemos.
Como te decía, la automoción es un sector estratégico para España, para nuestra economía, pero para que lo continue siendo deberá aceptar el cambio. El modelo de producción actual no tiene futuro. No el suficiente para seguir representando un papel relevante en el modelo de crecimiento de este país. La batería eléctrica es la clave de la que depende el futuro del automóvil por varias cuestiones:
La primera, porque el futuro del automóvil es forzosamente eléctrico. Los planes plantean que el 70 por ciento de las ventas van a ser eléctricas en Europa al final de esta década y el 50 por ciento en Estados Unidos.
Segundo, porque ese sector tiene toda una serie de componentes a su alrededor. La batería conecta al resto de la industria a su alrededor y la estimula.
Y tercera, porque es intensiva en empleo. La fabricación de baterías sí requiere mano de obra. Al contrario que la fabricación de coches eléctricos, cuyo ensamblaje es relativamente sencillo y no requiere tanta mano de obra como el coche tradicional.
Así que esa apuesta, la batería eléctrica, es el futuro del vehículo, es el futuro del automóvil. Pero el premio gordo es que te toque en tu territorio una de esas gigafactorias. Lo que quiere hacer Volkswagen es sencillo. Con esas enormes fábricas de baterías eléctricas quiere que estas sean menos complejas, más cercanas a las zonas de ensamblaje y, por tanto, más baratas.
De momento sabemos que la primera se ubicará en Suecia, donde se construirán baterías unitarias para el segmento premium. y la segunda que ya se sabe, la que creará la batería estándar, procederá de una fábrica al norte de Alemania. Otros lugares que se barajan para instalar el resto de fábricas son España, Portugal, Francia, Polonia, Eslovaquia y la República Checa. El orden no responde a ningún criterio pero ojalá fuera ese el orden de preferencia.
Veamos, España se está jugando su futuro en esta apuesta de Volkswagen, pero también en la apuesta de Seat con Iberdrola que quieren crear una de estas factorías en la Zona Franca de Barcelona. La idea es que lo que hasta ahora era un centro de componentes de automóvil se va a adaptar para ensamblar baterías eléctricas que después se transportarán en tren hasta la fábrica sea de Martorell para instalarse en los nuevos modelos de coche 100 por ciento eléctrico.
Hasta aquí bien, pero no nos ceguemos por las promesas. Detrás de los miles de despidos masivos y cierres que se han ido produciendo en el sector automovilístico en España, se esconde un cambio de modelo. Algo que urge atender o tendremos un desastre monumental a medio plazo. Algo que no se arregla con una o dos fábricas de baterías, sino con un análisis real de lo que viene en el sector, en modelo de consumo y en el papel que juega este producto que poco a poco se está convirtiendo en un servicio.
Por eso, parte de las ayudas de los fondos de recuperación irán a este sector y utilizarlos bien será clave. De lo que hoy estoy hablando va mucho más allá de una fábrica de baterías para coches. Abarca todos los aspectos de la movilidad sostenible y afecta a muchísima gente desde el punto de vista profesional. No sólo genera 2 millones de empleos directos o indirectos, sino que el 84% de ellos son contratos indefinidos. Ojo a esto. Es un valuarte de empleo estable tan escaso en estos días. Un sector que tiene fábricas en diez comunidades autónomas que aportan el 15 por ciento de la recaudación fiscal nacional.
Por eso, tenemos condiciones únicas para liderar la transición hacia la fabricación de vehículos limpios, y no únicamente con el ensamblaje de los mismos, sino con la producción de todos los componentes de la cadena de valor. El problema para el coche eléctrico en nuestro país, según los fabricantes, es la falta de infraestructuras de recarga. Algo a lo que nadie ha prestado atención hasta hoy y que he vivido en primera persona. Luego el porque yo tengo un coche 100% eléctrico.
Pero volvamos, ¿estamos preparados para lo que se avecina o seguimos improvisando? Resulta que hace 6 meses, España estaba fuera de juego, no estaba en los mapas de fábricas de batería, y ahora se quieren crear múltiples proyectos enfocados directamente a los fondos europeos.
De momento, y a pocas fechas de que venzan los plazos para presentar esos proyectos y así poder aplicar a las ayudas de los fondos de recuperación, todavía no hemos enviado ni un folio.
Igual habría que ponerse en marcha. De verdad. Este sector si muere no revivirá. No es el de la construcción que precisa que se sanee el sector financiero y que la vivienda ajuste precios. Tampoco es el turistico que cuando se abran las fronteras se activará rápidamente. No, el automovilístico es mucho más complejo y el del coche electrico depende de donde se producen las baterías. No comprendo la pasividad ante esto. El sector automoción es importantísimo. Somos los segundos productores en Europa y los novenos en el mundo.
Si se hiciera bien y rápido, un proyecto vinculado a la movilidad eléctrica y a su producción tanto de baterías como de vehículos es lo que Europa espera financiar gustosamente. Desde luego ese es el modelo de proyecto que encaja a la perfección porque existe en distintas fases productivas, desde la minería, la extracción de litio, hasta la fase de reciclaje de las baterías utilizadas, la transformación energética, la innovación, hay cadena productiva y hay proveedores de muchos tamaños. ¿A qué esperan me pregunto para presentar esos proyectos a Europa?
Varios fabricantes calculan que el 70 por ciento de las ventas van a ser eléctricas en Europa y más del 50 por ciento en Estados Unidos, en esta misma década. Y en ese sentido, como te decía antes, yo tome una decisión en este sentido.
Mira, yo me deshice de mi coche hace 12 años. Y me gustaban mucho los coches. Costó tomar la decisión. Es como dejar de fumar. Antes de hacerlo crees que es imposible vivir sin ello. Una vez lo logras, te sorprende que no lo hayas hecho antes. La decisión respondía a que viajaba mucho y pasaba mucho tiempo fuera de casa. Era absurdo tenerlo 200 días parado en un parking. Apenas lo usaba.
Hace un año, al volver querer uno previendo que los viajes se van a reducir bastante, me dije a mi mismo que tenía que ser 100% eléctrico. La decisión era una mezcla de factores. Creo que es más respetuoso con el medio ambiente, más económico a medio plazo y, especialmente, porque tengo claro que, el futuro, es este tipo de propulsor y, por eso, me puse a experimentar con todas sus consecuencias. Ahora ya sé que es tener un coche que solo funciona con electricidad. Mi impresión es buena, realmente buena. Aun así, la sensación que tengo es que es muy probable que este sea uno de los últimos coches de propiedad que disponga.
Pienso que, a más largo plazo, algo inesperado podría estar preparándose. Es posible que el declive del coche privado ya haya empezado de manera irremediable. El desastre, conocido como ‘peak car’, el punto en el que la demanda de automóviles comience a disminuir, empezará con los diesel debido a las regulaciones, seguirá con los gasolina y afectará en menor grado a los eléctricos, pero también.
No es un tema de con que motor se propulsarán, es un tema de para que te propulsarán. De acuerdo con la OCDE, en todo el mundo desarrollado, el crecimiento en millas totales de vehículos recorridos ha ido disminuyendo de manera constante desde principios de la década de 2000. En Estados Unidos, el segundo mercado automotriz más grande del mundo después de China, esa medida alcanzó su punto máximo en 2007 y ha disminuido desde entonces, a pesar del aumento de la población.
Hay varias explicaciones para esto:
Primero, el costo creciente de los combustibles fósiles, los seguros y el estacionamiento en un momento de estancamiento del crecimiento salarial en muchos países avanzados. Hay cambios en las políticas que reflejan las preocupaciones sobre el cambio climático y la contaminación, junto con los intentos de ‘crecimiento inteligente’ para reducir la expansión urbana, los gravámenes en el uso de carbono y el énfasis en los múltiples modos de transporte que ya existen. Cada vez hay menos gente dispuesta a asumir o aceptar el coste de tener un vehículo en propiedad.
La segunda razón es de tipo social y cultural. La revolución tecnológica ha hecho que algunos viajes por trabajo y placer se vuelvan obsoletos. La idea del automóvil como símbolo de estatus es un modo de pensar muy viejuno. Estas tendencias son especialmente evidentes entre los jóvenes, lo que evidencia que los fabricantes de automóviles no se dirigen a un mercado más amplio, sino todo lo contrario. Algo parecido a lo que sucede con otros sectores que no interesan a las generaciones más jóvenes.
Y la tercera, la denominada ‘Constante de Marchetti’, una teoría que defiende que las personas solo tolerarán los viajes diarios de hasta una hora. A medida que el crecimiento de la población ha aumentado la congestión, las ciudades que alguna vez apoyaron los viajes rápidos en automóvil ahora soportan los atascos de tráfico. De hecho hay quien defiende que el uso máximo de automóviles sugiere que estamos presenciando el final de la construcción de ciudades pensadas por y para los automóviles.
China tuvo un atasco de tráfico hace unos años que se considera el más largo del mundo, durante 12 días miles de coches estuvieron prácticamente parados a lo largo de 100 kms. El término que usan las compañías automotrices para esto es ‘global gridlock’ (atasco global). Todas están planteando el futuro en una dirección contraria a la venta masiva de productos y se encaminan a diseñar modelos de venta de servicios. No es sencillo, algunos fabricantes no lo ven claro, pero no tienen otra. Cualquier industria precisa de tener más clientes a medio plazo y crecer constantemente. Tal vez, el futuro de la movilidad debería de conjugar otro verbo. En lugar de ‘crecer’ debiera ser ‘optimizar’ y ello conlleva convertirse en ‘facilitadores de movilidad’.
El futuro no pasa sólo por el coche eléctrico, autónomo y convertido en un servicio en lugar de un producto. Pasa, especialmente, por diseñar ciudades con los fabricantes de vehículos, aunque es evidente, que esa colaboración ya no va a ser en base a los principios actuales. Hay que pensar que se están desarrollando autos que puedan comunicarse entre sí y con la infraestructura urbanística. Los coches en sí van a ser herramientas que trabaje ellas mismas en reducir la congestión y la eficiencia urbana. Parte del plan es, parcialmente, la automatización de automóviles. Algo que no veremos de manera general en quince años como mínimo. Las barreras legales son demasiado altas por ahora. La tecnología 5G y su despliegue, que también tendrá sus propios problemas, podría acelerarlo, pero no soy demasiado optimista en eso.
En definitiva, el fin de la era del automóvil (tal y como lo conocemos) es cada vez más factible. El ciclo del vehículo ha entrado en un declive que se acenturará aún más con el tiempo.
Lo preocupante es que lo tenemos muy mal organizado. El declive del automóvil frenará el crecimiento económico. El ‘peak car’ está teniendo ya un fuerte impacto en las tasas de empleo. Se contabilizan más de 200.000 despidos en todo el mundo a manos de fabricantes de automóviles, según Bloomberg en los últimos años. No es de extrañar que estas cifras tengan una influencia nefasta en el crecimiento económico. El declive del coche privado propio ha supuesto una reducción del 0,2% del producto interior bruto (PIB) a nivel global, según Fitch Ratings.
Tengo claro que el declive no será total y en ningún caso supondrá la desaparición de los coches. Los automóviles no serán los próximos caballos o carruajes. En su lugar, la industria automovilística, tras el pico del automóvil, se perfila como la próxima industria que sufra un cambio absoluto como lo hizo el de las discográficas: una decadencia larga y lenta que tardará años en ser comprendida del todo y que, al final, mutará a otro modelo, con modelos de negocio distintos y con actores distintos.
Si Google acaba fabricando un coche este será primero eléctrico, luego autónomo y finalmente será un servicio que podrás disfrutar pero no comprar. Esa transición empieza con un tejido industrial que pueda ser protagonista de toda esa mutación. Google no querrá vender coches, querrá fidelizar conductores.
El futuro de los coches autónomos, algún día, no será que todos tengamos uno, eso sería el escenario ‘infierno’, sino que solicitemos un vehículo que se autoconducirá cada vez que lo necesitemos. El primer ejemplo sería imposible.
¿Cómo te imaginas el futuro de los coches? ¿Cuanto crees que falta para que veas vehículos autónomos en tu ciudad? ¿Crees que el futuro son los coches eléctricos? ¿Está tu país preparado para eso? ¿Has notado esa transición de coche producto a movilidad servicio?
Megaciudades agrupadas, el futuro urbano en 2030.
El mundo se traslada a la ciudad por mucho que durante unos meses eso pareciera haberse parado. Actualmente el 54% de los siete mil millones de personas que habitan este planeta viven en un área urbana, y para mediados de este siglo, se espera que ese número aumente entre el 66 y el 72%. El desafío es espectacular, pues muchas de estas personas vivirán en las llamadas mega ciudades, áreas urbanas con poblaciones superiores a los diez millones. Hoy en día, solo hay 28 ciudades de este tipo en el mundo. Para 2030, en apenas un rato, se espera que haya 41.
Circula la opinión de que, debido a la crisis sanitaria que vivimos y a la aparente mutación del modo en el que nos relacionamos desde hace unos meses los seres humanos, el éxodo desde las ciudades a lugares menos habitados, es la nueva tendencia. Sin embargo el ser humano suele volver a su ‘media natural’ que, desde hace dos siglos, es la de vivir en colectividades cada vez de mayor dimensión. La ‘ciudad estado’ y las ciudades inteligentes no dejarán de ser una visión del futuro por mucho que lo planteen pensadores de un mundo rural y bucólico.
El mundo se traslada a la ciudad por mucho que durante unos meses eso pareciera haberse parado. Actualmente el 54% de los siete mil millones de personas que habitan este planeta viven en un área urbana, y para mediados de este siglo, se espera que ese número aumente entre el 66 y el 72%. El desafío es espectacular, pues muchas de estas personas vivirán en las llamadas mega ciudades, áreas urbanas con poblaciones superiores a los diez millones. Hoy en día, solo hay 28 ciudades de este tipo en el mundo. Para 2030, en apenas un rato, se espera que haya 41.
El ‘retrovisor rojo’ que supone China para algunos modos de vida, a nivel competitivo y, especialmente, productivo, nos indica por donde van los tiros. Tal y como dice el MIT Technology Review ‘China se ha urbanizado a una velocidad sin precedentes. Hace unos 20 años, solo el 30% de la población china vivía en ciudades; hoy es el 60%. Eso se traduce en aproximadamente 400 millones de personas, más que toda la población estadounidense, que se mudaron a las ciudades de China en las últimas dos décadas (la misma transición proporcional tardó 90 años en ocurrir en Europa y 60 años en los EE. UU.). Y esta migración no ha terminado; Se espera que el 70% de la población de China sea urbana para 2035.’
Para adaptarse a la afluencia, la política nacional de desarrollo urbano de China ha pasado de expandir ciudades individuales a construir sistemáticamente agrupaciones de ciudades masivas, cada una de las cuales albergará hasta cien millones de personas. Las ciudades en un clúster colaborarán económica, ecológica y políticamente, según se piensa, impulsando a su vez la competitividad de cada región.
Las críticas a este futuro radican en la evidente desigualdad y la insostenibilidad de estas ciudades. Una población de profesionales urbanos, con estilos de vida seguros y protegidos, está respaldada por un sector de servicios enorme y mal pagado. Estas personas trabajan en supermercados, peluquerías, restaurantes, bares y gimnasios, y viven en barrios pobres o incluso en barrios marginales. Entregan comida, arreglan casas, cortan el cabello, eliminan los desechos, mantienen funcionando los sistemas de transporte, limpian los suburbios, cuidan a los niños y pasean perros. Estos trabajadores mal pagados han visto evaporarse sus medios de vida durante el colapso económico reciente o se han visto obligados a arriesgar su salud al proporcionar servicios esenciales, porque no tienen la opción de elegir entre la multitud privilegiada que trabaja desde casa. Después de todo, no pueden trabajar desde casa si su trabajo es mantener los hospitales o las alcantarillas en funcionamiento. En este sentido, Time decía recientemente que ‘ha llegado el momento de repensar si debemos seguir situando las ciudades en el corazón de nuestro futuro, convirtiéndolas en grandes centros que practican el apartheid económico’.
Sin embargo la tendencia es imparable. De hecho el tema de las mega ciudades ya está en otro nivel. Fíjate. Lo nuevo ya no es plantear el futuro en inmensas ciudades de un modo unitario, aislado, sino que ahora el plan es juntarlas. Crear una especie de nube de grandes ciudades a modo de ‘cluster’. Para adaptarse demográficamente a ese reto, China ha pasado de expandir ciudades individuales a construir sistemáticamente agrupaciones de ciudades masivas, cada una de las cuales albergará hasta cien millones de personas. Las ciudades en un grupo colaborarán económica, ecológica y políticamente impulsando a su vez la competitividad de cada región.
Para 2035, se espera que se establezcan cinco grandes grupos de ciudades en China: el grupo Jing-Jin-Ji en el norte, el grupo del delta del río Yangtze (este), el grupo del delta del río Pearl (sur), el grupo de Cheng-Yu ( al oeste), y el grupo de las extensiones medias del río Yangtze en el centro de China. Todas ellas bajo un concepto de transición energética prioritario según sus promotores. Que esa es otra…
Lo interesante es que algunas de estas ciudades conectadas entre sí han comenzado a tomar forma. Se piensa que al combinar todas estas ciudades gigantescas, generarán la mitad del PIB de toda China a la vez que albergarán a la mayoría de su población que, según el gobierno chino, estimulará que el mundo se traslade a la ciudad irremediablemente. Pero curiosamente, casi todo ese crecimiento ocurrirá en Asia y África, según las proyecciones de la propia ONU, y se espera que el 37% de la expansión urbana mundial ocurra en solo tres países: Nigeria, India y China.
Si bien la urbanización ayudó a crear algo parecido a la clase media en los Estados Unidos e Inglaterra después de la Revolución Industrial de finales del XVIII, se espera que suceda lo mismo en este siglo XXI con los países en vías de desarrollo. El ejemplo estaría en Nigeria que, según el Banco Mundial, ha pasado de ser un país anclado en la desesperanza a otro en el de mayor peso económico en África. Según un informe reciente de McKinsey & Co., ahora hay más familias de clase media en África que en India debido a la creación de ciudades cada vez más grandes e interconectadas en ese continente.
Por ahora lo que sabemos es que, según un informe de 2019 compilado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, titulado "Perspectivas de la población mundial 2019", se espera que la población mundial alcance los 9.740.000.000 de personas para mediados de siglo, algo que, evidentemente, supondrá sumar dos mil millones de personas que no se distribuirán por igual por el mundo. La mayoría acabarán en ciudades enormes.
Los RPA ganan posiciones en plena revolución tecnológica.
Según el informe “Technology Industry Innovation Survey 2019” elaborado por KPMG deja claro el ascenso absoluto de la importancia de los Robotic Process Automation (RPA), la popularmente conocida como robotización de procesos, que ha pasado en solo un año del puesto 9 al 2 del ránking de las 10 tecnologías más disruptivas para el mundo de los negocios. El avance de la RPA es fruto de que las empresas desean allanar su camino hacia la inteligencia artificial, es una especie de fase en el recorrido de la demostración conceptutal hacia la inteligencia artificial.
Según el informe “Technology Industry Innovation Survey 2019” elaborado por KPMG deja claro el ascenso absoluto de la importancia de los Robotic Process Automation (RPA), la popularmente conocida como robotización de procesos, que ha pasado en solo un año del puesto 9 al 2 del ránking de las 10 tecnologías más disruptivas para el mundo de los negocios. El avance de la RPA es fruto de que las empresas desean allanar su camino hacia la inteligencia artificial, es una especie de fase en el recorrido de la demostración conceptutal hacia la inteligencia artificial.
Hasta ahora RPA se había considerado en múltiples ocasiones como una tecnología independiente para automatizar procesos pero, actualmente, su facilidad para integrarse con otras amplía su alcance de iniciativas de automatización y aporta valor más allá de la pura eficiencia, por lo que la RPA se está convirtiendo en la punta de lanza para adoptar el resto de tecnologías bajo el paraguas de la automatización inteligente.
Mi recomendación en cuanto a que empresa pueda ayudarte a incorporar este tipo de avance tecnológico en cualquier tipo de empresa es Rigel Technologies, empresa española capaz de desarrollar soluciones a partir de su software de RPA dividiendo cualquier proyecto en cuatro grandes fases:
Una primera fase de análisis donde los analistas de negocios y desarrolladores trabajan para definir una estrategia que aproveche las tareas que pueden adaptarse a un modelo RPA. No todas las tareas comerciales se pueden automatizar de manera fácil, incluso algunas deben rediseñarse hasta cierto punto para permitir la automatización.
Una vez que se ha desarrollado un plan, el equipo decide un cronograma para ejecutar el plan. Luego tenemos una segunda fase de “desarrollo” en la cual el equipo de desarrollo trabaja en los requisitos recopilados durante la Fase de análisis.
La fase de desarrollo puede requerir codificación según el tipo de requisitos de automatización. La siguiente etapa es la fase de prueba. Esta fase se centra en probar los bots y es algo similar a una prueba de software regular por la que pasan la mayoría de los productos empresariales.
Por ultimo una fase de implementación y mantenimiento. Una vez implementado, el bot es monitoreado y si surge algún problema, se repite la fase de desarrollo y prueba hasta que se garantice la estabilidad de la operación.
Sin duda, cuando hablamos de transformación digital y lo hacemos en base a datos, procesos, nuevos modelos de negocio y gestión del cambio, la automatización robótica de cualquier elemento de la empresa es clave. De ahí que los RPA deben estar en tu hoja de ruta inevitablemente.
Más de 200 millones de turistas decidiendo donde ir.
En octubre de 2016 escribí sobre el turismo poniendo el foco en lo importante que es incorporar los avances tecnológicos en cualquier sector, a pesar de que el negocio marche viento en popa. Algo que, visto lo visto, vamos a percibir con su mayor virulencia. Se acerca la ansiada apertura. Algo que estimulará el turismo. Eso es bueno, sobretodo para los países que dependen especialmente de este modelo de crecimiento. El problema, si es que se puede considerar así, es que, para el mismo pastel, existen los mismos comensales que antes o incluso más.
En octubre de 2016 escribí sobre el turismo poniendo el foco en lo importante que es incorporar los avances tecnológicos en cualquier sector, a pesar de que el negocio marche viento en popa. Algo que, visto lo visto, vamos a percibir con su mayor virulencia. Se acerca la ansiada apertura. Algo que estimulará el turismo. Eso es bueno, sobretodo para los países que dependen especialmente de este modelo de crecimiento. El problema, si es que se puede considerar así, es que, para el mismo pastel, existen los mismos comensales que antes o incluso más.
La fisura en el mercado se produjo hace más de un año. Tiempo suficiente para parar máquinas y establecer una estrategia de cómo abordar el futuro. Un futuro tecnológico sin duda. Por aquel 2016 decía que, en el sector turístico ‘digitalizados lo están casi todos, transformados no. Digitalizarse es utilizar tecnología para hacer cosas similares de un modo más eficiente, obtener nuevos modelos de negocio gracias a esa tecnología es transformarse'.
A todo esto, la campaña de vacunación en los grandes mercados emisores de turistas y la mejora de la situación sanitaria ha puesto en modo optimista a todo el sector turístico español. Muchos ven que a partir de ahora el clima depresivo tras trece meses consecutivos de parálisis, acumulando millones de pérdidas en las cuentas de resultados, podría ya empezar a ser una pesadilla del pasado. Si el pasado verano España tan solo recibió 6,1 millones de viajeros, la previsión es que la cifra se triplique. Muy lejos de los 37 millones recibidos en el verano de 2019. Pero el problema no está en ‘recuperar’ los turistas, sino en cómo los pensamos recuperar y si estamos preparados para mostrarnos mucho más atractivos que nuestros competidores. Sabiendo que, la mayoría de esos competidores, ya han empezado a trabajar en esa carnicería comercial. Vamos algo más tarde que algunos de ellos. Mallorca hoy no es el destino preferido del turista alemán por primera vez en décadas. Ahora es Creta.
España no está sola en esta olimpiada turística. Los grandes destinos españoles van a tener que competir con Italia, Grecia, Chipre o Malta para atraer a turistas de la UE ansiosos por viajar. Está por ver si a esa tarta se unen Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos. Por lo tanto, la batalla para atraer turismo europeo, cerca de 200 millones de turistas apuntando a la baja, van a decidir en los próximos dos meses dónde piensan gastarse la ingente cantidad de dinero ahorrado disponible.
El sector que aportaba el 15% del PIB y empleaba a cerca de 3 millones de personas va a tener una inversión en su modernización por debajo del 6%.
Pero para lograrlo es preciso innovar, ser disruptivo y abrazar la tecnología existente sin recelo. El famoso discurso del jefe de Nokia que terminó entre lágrimas dejaba claro que el mundo cambia extremadamente rápido y que, ni haciendo las cosas ‘bien’, tienes la garantía de que tus competidores no lo estén haciendo mejor. Fueron derrotados. La historia demuestra que la ventaja que tienes hoy, o ayer, puede ser remplazada por tendencias emergentes, sistemas o herramientas cualquier competidor adquiera. De momento sólo sabemos que de los ansiados ‘planes de recuperación’ y de los 30 epígrafes generales que se han enviado a Bruselas, únicamente 3400 millones de euros se destinarán a la modernización del turismo. Sólo 3.400 de 70.000. Ojo a esto. El sector que aportaba el 15% del PIB y empleaba a cerca de 3 millones de personas va a tener una inversión en su modernización por debajo del 6%. Genial.
La innovación será la única salida. Cuando el mundo cambia, el que decide cambiar no siempre gana, pero el que no lo hace siempre pierde y en el turismo eso va a ser clave. El turismo del futuro a medio plazo va a ser muy distinto donde las tecnologías relacionadas con el ‘contactless’ se van a quedar. La inversión en tecnología será fundamental y no debe considerarse un gasto sino una inversión. La industria del viaje ha tenido una gran capacidad de transformarse gracias a la tecnología, pero esa transformación se ha convertido en una necesidad en tiempos en los que el cliente cuenta con mucha información y demanda ser usuario por delante de consumidor.
El viajero inmediato exigirá esa tecnología pues querrá que nos anticipemos como industria en los problemas que pueda tener. Los viajeros comprarán si saben que si hay un problema se podrá solucionar con un simple click. Los expertos coinciden en destacar la proximidad o las reservas de última hora como algunos de los factores que cobrarán especial relevancia para los viajeros. Ahí la tecnología toma un sentido extremo.
Qué estamos haciendo para recuperar uno de los motores de nuestra economía? ¿Qué estamos haciendo para que ese motor sea moderno, tecnológico y más complejo? ¿Qué estamos haciendo para que nuestros clientes futuros sientan que sus vacaciones sean la mejor experiencia de su vida y no un espacio temporal fácilmente sustituible por otro en cualquier otro destino? Esto no va de playa y sol, va de que el sol y la playa aporte una experiencia fundamental. Recordemos que hemos pasado de ‘la experiencia de cliente’ por un ‘cliente con experiencia’.
Game Over para la banca tradicional, Start Line para los Neobancos.
Ayer se anunció el mayor Expediente de Regulación de empleo más grande que la banca haya formulado nunca. Caixabank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual). Puede sorprender. Recordemos que hace poco más de una década, trabajar en un banco era casi como ser funcionario. Empleo seguro y jubilación cómoda. Pero eso cambió con la crisis financiera de 2008 y con el despliegue de una revolución digital que ahora se ha acelerado mucho más. ¿Cuanto hace que no entras a una sucursal bancaria? ¿Llevas monedas o billetes en tu monedero? El futuro ha llegado definitivamente a otro sector. Los bancos son las nuevas discográficas.
Ayer se anunció el mayor Expediente de Regulación de empleo más grande que la banca haya formulado nunca. Caixabank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual). Puede sorprender. Recordemos que hace poco más de una década, trabajar en un banco era casi como ser funcionario. Empleo seguro y jubilación cómoda. Pero eso cambió con la crisis financiera de 2008 y con el despliegue de una revolución digital que ahora se ha acelerado mucho más. ¿Cuanto hace que no entras a una sucursal bancaria? ¿Llevas monedas o billetes en tu monedero? El futuro ha llegado definitivamente a otro sector. Los bancos son las nuevas discográficas.
Hace unos días, la plataforma de compra y venta de divisas digitales subió con fuerza en su primer día de cotización en la bolsa. Su valor de mercado llegó a superar los 100.000 millones de dólares, como el Santander y el BBVA juntos
Uno de los grandes acontecimientos bursátiles de 2021 resultó ser el estreno de un negocio dedicado a las criptomonedas, activo que compite con el mercado de acciones por atraer inversores. La paradoja, consumada con el debut este miércoles de Coinbase en el índice tecnológico estadounidense Nasdaq, pone fin a la separación entre dos mundos, el de las Bolsas y el de las divisas electrónicas, que hasta ahora circulaban por carreteras diferentes.
La firma, nacida hace nueve años del ingenio de dos veinteañeros estadounidenses, tuvo el estreno soñado: sus títulos se revalorizaron un 31%. La cifra, en cualquier caso, pulveriza los 8.000 millones de dólares en que la valoraba su última ronda de financiación, acometida hacía solo tres años.
El negocio de Coinbase tiene varias patas. Su plataforma permite a los inversores comprar y vender criptomonedas, ya sean 10 dólares o 10 millones. Proporciona a los negocios que lo requieran pasarelas de pago para vender por internet sus productos en criptomonedas. Ofrece servicios de custodia a los que acumulan importantes cantidades en este tipo de activos. Y cobra a los creadores de nuevas divisas por incluirlas en su lista. Entre sus clientes más célebres está la empresa de coches eléctricos Tesla, que adquirió meses atrás 1.500 millones de dólares en bitcoins.
Su salto a Wall Street la convierte en una de las escasas opciones de invertir en criptomonedas a través del mercado de valores sin tener que sumergirse en los complejos mecanismos de compra de estos activos. Hasta ahora, ese papel estaba casi desierto, y solo empresas como MicroStrategy, especializada en servicios en la nube, actuaban como vía indirecta para estar expuesto al bitcoin a través de acciones.
El estreno de Coinbase no solo ha llamado la atención por el tipo de negocio al que se dedica. La empresa, sabedora de la enorme demanda de sus títulos, decidió empezar a cotizar directamente, sin bancos colocadores. El método contribuye a elevar la volatilidad, y es poco habitual, aunque en el pasado ya ha sido utilizado por firmas como Spotify o Slack.
Pero, no te vayas todavía, aún hay más.
Los bancos, como te decía, son las nuevas discográficas. Les está pasando lo mismo que cuando nació Spotify o iTunes. Se acabó la dependencia de las grandes productoras. Se tuvieron que reconvertir y no todas lo supieron hacer.
Vamos a analizar si los Google, Amazon, Apple, Facebook, Netflix están entrando de manera decidida y decisiva en el mundo financiero. De momento lo están haciendo a través de los sistemas de pago que es el que tiene más rentabilidad y más datos.
Casi todos los directivos bancarios reconocen ya que las tecnológicas se han convertido en un competidor para ellos. Lo cree también el Banco de España
La cuestión es ¿si pueden de verdad los Google, Facebook, Amazon y empresas similares jugar un papel central en el sistema financiero?
De momento van dando algunos pasos, casi todos en su sistema de pago, pero no se han metido en el fondo del del sistema bancario. De hecho, han desechado las partes menos rentables y menos agradecidas del negocio, a la vez que los consumidores están dispuestos a sustituir los bancos de toda la vida por una de estas grandes compañías tecnológicas.
Según el Observatorio Financiero de Funcas preguntando a usuarios y clientes de la banca tradicional, sobre si se plantearían la posibilidad de utilizar alguna de las grandes tecnológicas en este sentido, un 42 por ciento no lo descarta. A Google lo eligirían como banco un 13 por ciento, a Amazon un 12 por ciento, a Apple un 10 por ciento y a Netflix casi un 5 por ciento.
En todo caso, se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos.
Sin embargo, lo que parece, que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara hace años. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Su estructura comercial, formal y de gestión, tienen un problema. Un problema que no es adaptativo como parecen entender la mayoría de los bancos viendo las decisiones que van tomando. En realidad es un problema técnico.
Cuando el asunto es adaptativo se suelen buscar soluciones tácticas de corto recorrido para ‘adaptarse’ bien a tiempo real. Pero en este caso el problema será (es) técnico.
Las noticias hablan de táctica y no de estrategia. Los anuncios de despidos o reestructuraciones lo demuestran. La banca lleva 100.000 despidos en una década. Se ha desinflado a la mitad y ya no hay vuelta atrás.
Un camino que se ha iniciado en todos los países. Mucho de lo que se hace en un banco hoy no precisa de ninguna persona, oficina o proceso tradicional y se puede sustituir sencillamente con una app desde el móvil. De hecho, y esto es el motivo principal, el denominado Fintech se va a llevar por delante el 50% del negocio en menos de cinco años.
Ya le pasó a otros sectores. Contenidos, turismo, transporte, producción y otros. Hace años que las innovaciones en el sector financiero y bancario son cada vez más potentes. Algunos bancos han creado marcas que buscan ofrecer un servicio digital de lo que siempre han tenido. Básicamente ofrecen un ‘banco moderno’ enfocado a una nueva generación de clientes que ve los bancos tradicionales como algo ajeno en muchos casos. Clientes que ‘todo lo hacen por Internet y desde el móvil’.
Ese lavado de cara, ese quitarse la corbata, no es lo que realmente necesita el sector si quiere estar en condiciones de aprovechar lo que se les viene encima. No se trata de cambiar el nombre de una entidad, buscar otro más ‘cool’. Eso es pura epidermis.
El gobierno critica el reajuste. Es lógico, no quieren que les explote a ellos esa destrucción de empleo imparable por cierto.
Imparable basicamente porque la gestión del cambio pasa por reducción de plantillas, automatizar, incorporarse a nuevas plataformas, pero también de entender que papel jugará el sector bancario y financiero en su conjunto a corto plazo. Tal vez se trata de redefinir el propio papel de los bancos.
En todo caso se deberán dar prisa. Esto va a toda velocidad. Los bancos, siempre asentados en la garantía de que sin ellos no se podía financiar, transferir, intercambiar divisas o gestionar activos, se encuentran ahora con que no hay intermediarios en muchas de esas operativas porque el intermediario es la propia red, esa que ellos usaban y que ahora está disponible para todos de un modo tremendamente sencillo.
Y es que el termino FinTech es perturbador para los sistemas financieros existentes y establecidos. Hablamos de que para financiar un proyecto miles de personas acceden al ‘crowdfunding’ o a los préstamos ‘peer-to-peer’, para gestionar transacciones utilizan el móvil o para intercambiar divisas lo mismo. El FinTech lo hace todo, todo lo que desde un banco u otros gestores financieros ya hacían, y lo hacen más barato, más fácil y más rápido.
Pero, ¿en que campos actúa el Fintech? ¿lo abarca todo? Fintech es algo más que un sector en transformación. Es mucho más que ‘la transformación digital del sector financiero’. Hablamos de la mutación de un concepto relacional entre todo un sector y su clientela. Es estructural y se deriva a todo.
Los campos en los que actúa son muchos, desde crédito, compensación de deudas, factoring, crowdfunding, préstamos p2p, comparadores financieros, bitcoins, divisas, finanzas personales y de empresa, equity financiera, plataformas de pago, Trading, asesoría financiera automatizada, redes inversoras, algoritmos económicos, etc.
Tengo claro que en diez años, los bancos no serán bancos.
El banco del futuro no se sabe cómo será, no obstante. Nadie lo sabe, pero para que los cambios de los bancos se sucedan adecuadamente deberán focalizar en la conquista de un espacio comercial y sociológico que se les está escapando poco a poco.
Lo vean o no lo vean, deberá ser rápido. De poco servirán los resultados trimestrales en miles de millones. Cuando empiece el desmontaje de todo, que lo hará, solo tendrán planos para construir de nuevo el rompecabezas, quienes hayan hecho los deberes y se hayan equivocado suficientes veces.
Y es que es muy importante que el sector financiero no pierda su papel relevante para estimular el crecimiento económico. Deberá ser una transformación real.
Recordemos que, si en el momento en el que en España se ataban los perros con longanizas hubiéramos invertido todo aquel capital en digitalizar la economía, nuestro PIB rozaría el de Canadá. Seríamos tan ricos como Canadá.
Pero, a cambio, nos pusimos a construir, a replicar modelos cíclicos y a asentar la mayor crisis que hemos vivido muchos de los que estamos vivos hoy en día. Una crisis que fue estimulada por una política de créditos y liquidez bancaria fuera de toda lógica.
Quienes tenían la oportunidad de haberlo evitado no se atrevieron, mantuvieron los modelos y se alejaron de las opciones para conquistar el futuro. Ahora, guardando las diferencias, vivimos algo parecido. El futuro allí a lo lejos, nosotros aquí haciendo lo mismo de siempre.
Espero que ahora sea distinto. Quiero pensar que sí.
La generación estafada o los hijos que vivirán peor que sus padres.
Si tienes entre 20 y 35 años perteneces a la generación sándwich. Algunos le llaman la generación precaria, otros, la llaman la generación estafada. Algunos estudios reflejan que los menores de 34 años son el único grupo de edad más preocupado por las consecuencias económicas que está teniendo la situación actual que por las que pudieran haber de tipo sanitarias.
Si tienes entre 20 y 35 años perteneces a la generación sándwich. Algunos le llaman la generación precaria, otros, la llaman la generación estafada. Algunos estudios reflejan que los menores de 34 años son el único grupo de edad más preocupado por las consecuencias económicas que está teniendo la situación actual que por las que pudieran haber de tipo sanitarias.
Estamos hablando de jóvenes de hasta treinta y cuatro años. Son los grandes perjudicados de la doble crisis que hemos vivido, la de la explosión de la burbuja inmobiliaria y la que acaba de empezar. En la crisis de 2008, el paro general se fue del 8%, el que teníamos cuando la construcción tiraba de la economía, al 26%. Pero entre los jóvenes ese paro se fue del 17 al 56%. Prácticamente dos de cada tres jóvenes estaban en el paro. Hoy la situación es muy similar. El paro ha crecido hasta el 16%, pero entre los jóvenes ha crecido hasta el 40%.
Y es que hay un motivo para ello. Los jóvenes acaparan siete de cada diez contratos temporales firmados en España. Hay territorios en los que ser joven es equivalente a no trabajar. En Ceuta y Melilla, por ejemplo, el paro juvenil es de más del 65%. Más de la mitad de los jóvenes están en paro en Andalucía y en Canarias un 57,7%. Con estos datos, la edad de emancipación de muchos de esos jóvenes se sigue retrasando y está ya casi en los 30 años, según Eurostat. Muy lejos de los 19 años en Noruega o los 21 años de Dinamarca.
El incremento de las desigualdades en la distribución de la renta y la riqueza se va a extender y va a afectar mucho a los jóvenes. Paradójicamente, en la anterior crisis, las personas que más la sufrieron fueron las que menos habían contribuido a desencadenarla, y ahora está sucediendo algo similar. Quienes están engrosando mayoritariamente las filas del desempleo son los jóvenes y personas con niveles de cualificación relativamente bajos en el sector servicios.
Y esto trae consecuencias sociales importantes, hasta el punto de que esta generación empieza a vivir lo que se denomina como envidia generacional. Esta es la generación de los hijos que saben que van a vivir peor que sus padres. También trae consecuencias políticas. El CIS reflejaba en su último estudio que, uno de cada cinco jóvenes menores de 24 años, un 21,9% defiende literalmente que en algunas circunstancias un régimen autoritario puede ser mejor que una democracia
Si esto te preocupa, espera. Hay otra consecuencia terrible a esta situación que parece nadie atender correctamente. Hablamos de una generación golpeada, de una generación vulnerable, de una generación que vive en casa de sus padres, en una especie de ‘ERTE familiar y social’. Lejos de poder emanciparse, de iniciar la construcción de una vida propia. Es un tema de primer orden y que rompe ese contrato entre generaciones que se debería respetar, porque algunos estudios reflejan que cuando se sufre esta quiebra generacional, se arrastra a lo largo del resto de la vida laboral y lo puede convertir en permanente. A esto le podemos llamar una vida en provisional.
Tenemos un problema muy serio en cuanto al contrato ínter generacional que, como se rompa, puede ser muy peligroso. A esta generación se les ha dicho: fórmate todo lo que puedas y después accederás a un empleo, a un salario y comenzarás una vida. Algo que no es mayoritariamente posible. Es, técnicamente, una generación estafada. Una generación sobre cualificada para un mercado laboral que no los necesita. De momento, sólo puede darles una respuesta temporal. Así es nuestro mercado laboral.
Y a todos ellos, pronto les vamos a decir, además, que las pensiones no las queremos reformar y que por lo tanto, a ellos les tocará empezar a pagarlas a los que ya estén jubilados. En un mundo en el cual, prácticamente va a haber un trabajador y medio por cada jubilado, les vamos a decir que no vamos a hacer reformas y que van tener que pagarlas por nuestro sistema solidario de pensiones. Tú pagas con tus cotizaciones, las que se ganó una generación anterior.
Y la pregunta ahora mismo es ¿cómo se soluciona? ¿Cómo se soluciona ahora mismo un mercado laboral roto en dos? Roto entre quienes tienen derechos y trabajos consolidados y quienes tienen precariedad y sólo aspiraciones. Habrá que volver a reconstruir ese contrato entre generaciones o muchos de nuestros jóvenes se irán para no volver y los que se queden cada vez trabajarán en empleos que repercutan menos en la recaudación pública.
Los nuevos tipos de empleo requieren nuevas maneras de aprender. Si el empleo del futuro será mayoritariamente freelance, como puede ser que la educación no lo sea o no lo asuma como parte de su currículum formativo. ¿Por qué no se puede estudiar una doble titulación como derecho y arte?, ¿o económicas y filología clásica?, ¿o teatro y administración de empresas?, ¿o ingeniería analítica y diseño gráfico?, ¿o arquitectura y programación? O, más útil aún, ¿por qué no es factible estudiar en un entorno híbrido y a tiempo real entre la formación profesional y otro ámbito de la educación superior? ¿Quizá mecánica e historia del arte?, ¿analista de datos y agroindustria?
El papel de la educación será el de entender que, en la formación del futuro, no será fácil identificar los límites entre el conocimiento necesario y las habilidades humanas de soporte. Nuestro hijos quizá tengan alguna ocupación similar a las que hoy existen, pero la abordarán de un modo muy diferente. Pensemos en la vida de un agente comercial hace apenas dos décadas. ¿Quién le iba a decir que pasaría de ser un ‘viajante’ a un experto en redes? Y en todo ello es relevante el papel de la tecnología.
Si la tecnología nos va a hacer cambiar el propio concepto del trabajo, la educación también lo ha de hacer. Nuevos empleos, nuevas maneras de trabajar y nuevos sistemas de relación entre empresas y empleados nos conducen a la obligación de repensar un nuevo modo de educar, formar y vincular ambas acciones. Yo vinculo el empleo del futuro con la formación del futuro. Es por ello que es tan importante que cualquier modelo educativo que quiera superar con éxito este momento histórico no lo trate como una ‘reforma educativa más’ y lo determine como lo que es: una oportunidad única que probablemente no se repita en mucho tiempo para liderar un cambio socioeconómico inédito.
Nuestra sociedad nunca deja de cambiar, y nosotros nunca dejamos de aprender. Como resultado, nuestros sistemas educativos están bajo una presión constante para incorporar nuevas ideas y nuevas tecnologías, lo que en última instancia nos permite desarrollar medios innovadores para inspirar a la próxima generación.
En 2018, los avances en los planes de estudio y las políticas educativas nos permitieron empezar a educar a las personas de un modo que era inalcanzable en épocas anteriores. Simultáneamente, a través de los desarrollos en el acceso a la información y a los avances en las tecnologías digitales, hemos permitido que algunas generaciones puedan gozar de la oportunidad de aprender sin límites, diseñando e innovando acerca del mundo en el que quieren vivir.
Y a todo esto, que donde todo el mundo ve un problema, en el llamado ‘empleo del futuro’, yo veo la oportunidad para salir de este atolladero social, laboral, económico y generacional. Yo veo 5 claves que estaría bien estimular, acelerar, apoyar, para que en la medida de lo posible, la generación sandwich pueda subirse a este carro y las que vienen no lo pasen tan mal como esta.
1. La automatización, la robotización y la digitalización son diferentes según el sector y la industria. Lo importante es determinar el grado de disrupción de cada sector. En apenas una década, las automatizaciones invadirán todos los sectores productivos y el empleo se reconfigurará en ese tiempo de manera radical. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
2. Existe una perspectiva de creación neta de nuevos empleos, a pesar de la interrupción inminente del modelo productivo basado en la mano de obra humana. Para 2024, en términos puramente cuantitativos, 75 millones de puestos laborales actuales serán desplazados por el cambio en la división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos; pero parece ser que 133 millones de nuevos empleos podrían ir surgiendo al mismo tiempo. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
3. Debo decirte, si trabajas, que es muy probable que no se quedes sin trabajo, sino que te quedarás sin el trabajo que haces ahora. Y a los que no trabajan, que es seguro que el empleo que buscas deje de existir muy pronto, pero que aparecerá otro tipo del que tendrás que saber algo. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
4. La división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos está cambiando rápidamente. Incluso las tareas de trabajo realizadas de forma abrumadora por el ser humano en la actualidad (comunicación, interacción, coordinación, gestión y asesoramiento) comenzarán a ser asumidas por las máquinas, aunque más lentamente. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
5. Las nuevas tareas están estimulando una demanda de nuevas habilidades. Para el año 2023, las habilidades requeridas que aumentarán en importancia incluirán el pensamiento analítico y el aprendizaje activo, así como habilidades como el diseño de tecnología, destacando la creciente demanda de diversas formas de competencia tecnológica. Sin embargo, el dominio de las nuevas tecnologías es sólo una parte de la ecuación de habilidades de 2022. Recuerda que todo lo que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable y eso te convertirá en un aprendiz de por vida. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
Seguramente estás pensando que todo esto es muy bonito pero que de momento ‘no tengo trabajo o el que tengo es temporal’. Pues tiene mucho que ver, solo debes localizar el punto de enlace entre lo que te pasa y lo que te he expuesto. En el futuro inmediato, iremos al trabajo a aprender casi todo el tiempo. A aprender a preguntar cosas. A aprender a entender cómo funciona el software que hace el trabajo que hacíamos nosotros hace un tiempo, para que, aprendiendo, logremos que aún lo haga mejor cada vez.
Sin duda, la optimización de los 140.000 millones de euros que le van a corresponder a España del Fondo de Recuperación Next Generation de la Comisión Europea será clave. Nunca hemos sido demasiado eficientes con los fondos europeos. Me preocupa que sólo un 38% de los Fondos de Cohesión fueron ejecutados en los últimos 12 años. Da igual quien mande, ninguno fue capaz.
Ahora, nuestro país podría, en dos o tres años, salir de esta crisis más fortalecido de lo que entró. España tiene un excelente capital humano, infraestructuras y grandes empresas con capacidad de inversión. Ahora nos ha tocado una especie de lotería que sería un error limitarnos a usar esos recursos para garantizar la recuperación. Quizá el crecimiento no sea mayor en el corto plazo, pero sí podría ser óptimo. Ese objetivo exige inversiones dinamizadoras en sectores tecnológicamente intensivos, en transición energética o en digitalización. Pero sin abordar profundas reformas, habremos perdido la gran oportunidad de entendernos con las máquinas en una economía repleta de máquinas. Debemos pensar en ellas. Van a ser el mecanismo por el cual, esos fondos, sean transformadores o simplemente un parche enorme.
Las máquinas son muy buenas respondiendo preguntas, pero no tanto haciéndolas. De ahí que, si somos cada vez más capaces de cuestionar mejor a esas máquinas, ellas nos responderán de un modo más útil. Iremos a trabajar pero sólo para aprender de ellas, para conocerlas mejor y para poder definir cada vez mejores preguntas.
Ese empleo es el verdadero empleo del futuro. Lamentablemente algunos no lo entenderán, otros sí. Si esperas que el gobierno te solucione algo, busca una silla. Esto depende de como gestionamos las pocas herramientas de las que vamos a disponer. Entender que tu trabajo no depende tanto de un empleador como de que tú comprendas que el ‘contrato social llamado empleo’ va a cambiar, está cambiando, será la clave. Seguir pensando igual que antes solo paraliza. Demasiado análisis crea parálisis. Es hora de descifrar el futuro. No va a esperarnos.
Lleva tu negocio al siguiente nivel con el 'RPA Suite' de Rigel Technologies.
Tengo claro que la Transformación Digital se apoya en una gestión adecuada de los datos (colocando al cliente en el centro de la cadena de valor), en la generación de nuevos modelos de negocio (siendo la tecnología ‘el negocio’), en una gestión del cambio integral y, especialmente, en la automatización de procesos. Por este motivo, durante los últimos meses, mi empresa ha ido entrando en diferentes compañías que supongan un socio estratégico que ofrezca soluciones en esos cuatro ámbitos. De ahí que, desde el pasado mes de marzo somos parte de Rigel Technologies, la propietaria del registro conceptual que define define que es un RPA (Robot Process Automation),
Tengo claro que la Transformación Digital se apoya en una gestión adecuada de los datos (colocando al cliente en el centro de la cadena de valor), en la generación de nuevos modelos de negocio (siendo la tecnología ‘el negocio’), en una gestión del cambio integral y, especialmente, en la automatización de procesos. Por este motivo, durante los últimos meses, mi empresa ha ido entrando en diferentes compañías que supongan un socio estratégico que ofrezca soluciones en esos cuatro ámbitos. De ahí que, desde el pasado mes de marzo somos parte de Rigel Technologies, la propietaria del registro conceptual que define define que es un RPA (Robot Process Automation),
Rigel ofrece un ‘RPA suite’ espectacular que permite robotizar cualquier proceso. Es importante tener claro que, independientemente del tamaño, cualquier negocio puede aumentar la eficiencia, la productividad, impactar positivamente en la cultura de la organización, mejorar la cadena de valor, estimular nuevos modelos de negocio y, especialmente, con inteligencia artificial, disponer de recursos para la toma de decisiones con base predictiva.
Déjame, para iniciar una serie de contenidos en este campo, que te describa brevemente cuales son las tendencias actualmente en el ámbito de la robotización de procesos y que Rigel está firmemente posicionada:
1. Automatización Inteligente. La rama del RPA que incluye al machine learning y permite trabajar con reglas y escenarios condicionales. Gracias a esto los ‘boots’ pueden nutrirse de Big Data e Inteligencia Artificial y tener un campo de toma de decisiones mayor.
2. Segmentación entre los proveedores de RPA. Se está generando una brecha entre las compañías que ofrecen ser un aliado estratégico y aquellas que brindan soluciones rápidas de bajo impacto. Rigel está ubicada entre los primeros, los que ofrecen soluciones que incluyen la re-ingenieria de procesos generando una transformación de las operaciones profunda. Los otros, los segundos, simplemente brindan boots prediseñados ‘plug and play’.
3. El RPA se implementarse en cualquier departamento. Actualmente ciertas industrias han adoptado la automatización robótica de procesos, como la bancaria, la de servicios financieros, seguros, retail, automoción, turística u otros. Rigel implementa su ‘RPA Suite’ en departamentos como Customer Service o RRHH de cualquier empresa.
Sin duda, el reto es convertir la tecnología en una herramienta que nos acompañe y que no genere fricción o molestias. Robotizar procesos es clave, indispensable, rentable. Hacerlo con el partner adecuado es clave. Mi apuesta es Rigel. Si precisas mejorar tus procesos, no dudes en consultarme. Mi equipo y el de Rigel, por supuesto, te ayudaremos.
Tanto Lara Oliveras, directora general de Allrework, cómo yo mismo, nos hemos incorporado al comité directivo junto a Xavier de Diego, ingeniero en informática, CTO y socio fundador de Rigel Technologies: RPA Suite, Carlos Andres Henriquez Sosa, ingeniero industrial con amplia experiencia en procesos y fintech, socio y CEO de la empresa y Paulina Rodríguez Werner, experta en estrategia y comunicaciones, socia y asesora de Rigel Technologies.
La transformación digital salva vidas: el ejemplo de la sanidad electrónica de Estonia.
Digitalizar la sanidad salva vidas. Veamos un ejemplo de como funcionan las urgencias en un país transformado digitalmente como Estonia. Pongamos que en una ambulancia camino al hospital público de Tallin se ingresa en una tablet el código de identificación del paciente acabado de recoger. A partir de ahí los sucesos digitales son clave:
Digitalizar la sanidad salva vidas. Veamos un ejemplo de como funcionan las urgencias en un país transformado digitalmente como Estonia. Pongamos que en una ambulancia camino al hospital público de Tallin se ingresa en una tablet el código de identificación del paciente acabado de recoger. A partir de ahí los sucesos digitales son clave:
Así acceden a su historial médico durante el trayecto, a sus familiares a los que llamar y a su médico habitual
El personal del hospital accede al recorrido a tiempo real y lo tienen todo listo a su llegada
Al llegar el paciente, su evolución se puede ver seguir en el sistema a tiempo real
En cirugía, una gran pantalla coordina los quirófanos disponibles
Los cirujanos ponen sus datos y asignan su nivel de urgencia
El sistema informa de la duración de la operación y las medicaciones precisas en su caso
Una vez finalizada la operación se completa un informe, se encripta y se suma a su historial médico.
¿Parece fácil? Lo es, sólo se precisa voluntad política y capacidad de gestión y un plan que se centre en los siguientes elementos que allí han desarrollado. Se basa en un modelo de cuidado de salud determinado, un modelo de ambulancia electrónica y de registro de salud digital.
A. Cuidado de la salud
El sistema sanitario de Estonia se ha visto revolucionado por soluciones electrónicas innovadoras. Los pacientes y los médicos, sin mencionar los hospitales y el gobierno, se benefician del acceso conveniente y los ahorros que brindan los servicios electrónicos. Cada persona en Estonia que ha visitado a un médico tiene un registro de salud electrónica en línea que se puede rastrear. Identificada por la tarjeta de identificación electrónica, la información de salud se mantiene completamente segura y al mismo tiempo accesible a las personas autorizadas. La tecnología KSI Blockchain se utiliza en el sistema para garantizar la integridad de los datos y mitigar las amenazas internas a los datos.
B. Registros de salud electrónicos
El registro médico electrónico (e-Health Record) es un sistema nacional que integra datos de los diferentes proveedores de atención médica de Estonia para crear un registro común al que todos los pacientes pueden acceder en línea. Al funcionar de manera muy similar a una base de datos nacional centralizada, el e-Health Record recupera los datos necesarios de varios proveedores, que pueden estar utilizando diferentes sistemas, y los presenta en un formato estándar a través del portal e-Patient. Una herramienta poderosa para los médicos que les permite acceder fácilmente a los registros de un paciente desde un solo archivo electrónico, los médicos pueden leer los resultados de las pruebas a medida que se ingresan, incluidos archivos de imágenes como radiografías incluso de hospitales remotos.
C. Ambulancia electrónica
e-Ambulance es una solución de respuesta rápida que puede detectar y ubicar la llamada telefónica de la ambulancia en 30 segundos y enviar la ambulancia de emergencia rápidamente al punto necesario. En una situación de emergencia, un médico puede usar el código de identificación de un paciente para leer información de tiempo crítico, como el tipo de sangre, alergias, tratamientos recientes, medicación en curso o embarazo.
D. Prescripción electrónica
Una de las innovaciones clave en el sistema e-Healthcare de vanguardia de Estonia, e-Prescription, es un sistema centralizado sin papel para emitir y manejar recetas médicas. Cuando un médico prescribe un medicamento mediante el sistema, lo hace de forma electrónica, con la ayuda de un formulario en línea. En la farmacia, todo lo que un paciente debe hacer es presentar una tarjeta de identificación. Luego, el farmacéutico recupera la información del paciente del sistema y emite el medicamento.
Debido a que el sistema de recetas electrónicas se basa en datos del fondo nacional del seguro de salud, también aparecen los subsidios médicos estatales a los que el paciente tiene derecho, y el medicamento se descuenta en consecuencia. Otra gran ventaja del sistema es que ya no se necesitan visitas al médico para repetir las recetas. Un paciente puede contactar al médico por correo electrónico, Skype o teléfono, y los médicos pueden emitir repeticiones con solo unos pocos clics, y el paciente puede recoger el medicamento en su farmacia más cercana.
Hoy, el 99% de todas las recetas en el país se emiten electrónicamente. Esto libera tiempo a pacientes y médicos y reduce la tensión administrativa en los hospitales.
La transformación digital salva vidas, ahorra presupuestos y modifica el cambio de cultura de acercamiento a la tecnología de manera importante. El futuro no se espera, se conquista. Se hace así.