Futurismo, Transformación Digital Marc Vidal Futurismo, Transformación Digital Marc Vidal

¿La Nueva Normalidad será el detonante de la Realidad Virtual?

Muchas empresas han acelerado sus planes de transformación digital con el convencimiento de que o te digitalizas o el mercado tal vez no te acepte en eso que llaman ‘nueva normalidad’. Realmente el término casi orweliano en realidad viene a decirnos que vamos a un modelo económico de menor movimiento y contacto. Un modelo económico que requiere tecnología y metodologías nuevas. En ese entorno de cambios la adopción de soluciones de realidad virtual y de realidad aumentada durante la pandemia han crecido de manera importante. Lo he vivido con algunos clientes e, incluso, lo hemos probado internamente. Si bien hace unos meses, nos sorprendíamos con los efectos producidos en la emisión con realidad mixta de algunos medios de comunicación, a continuación la pregunta que muchos nos hicimos fue si el futuro conllevaría una nueva manera de vivir la propia realidad y, si esa, tendría que ver con la realidad virtual.

Muchas empresas han acelerado sus planes de transformación digital con el convencimiento de que o te digitalizas o el mercado tal vez no te acepte en eso que llaman ‘nueva normalidad’. Realmente el término casi orweliano en realidad viene a decirnos que vamos a un modelo económico de menor movimiento y contacto. Un modelo económico que requiere tecnología y metodologías nuevas. En ese entorno de cambios la adopción de soluciones de realidad virtual y de realidad aumentada durante la pandemia han crecido de manera importante. Lo he vivido con algunos clientes e, incluso, lo hemos probado internamente. Si bien hace unos meses, nos sorprendíamos con los efectos producidos en la emisión con realidad mixta de algunos medios de comunicación, a continuación la pregunta que muchos nos hicimos fue si el futuro conllevaría una nueva manera de vivir la propia realidad y, si esa, tendría que ver con la realidad virtual.

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En tiempos en que millones de empresas en todo el planeta han vivido su día a día atrapados en sus casas y conectados a la plataforma Zoom y tal y como explican en Protocol, otros modelos de relación virtual ganaban espacio también. Entre ellos, algunas empresas han experimentado con sistemas inmersivos que permitieran replicar a los participantes de una reunión como si estuvieran a nuestro lado.  La economía ‘contactless’, también llamada ‘low touch economy’ representa dos características principales: una falta de relación directa entre personas y la limitación de viajes y desplazamientos que puedan sustituirse con avances tecnológicos. Sin embargo la realidad virtual se han mantenido en estos tres meses todavía como un producto muy reducido, casi de nicho.

Aún así, algunas compañías han acelerado sus esfuerzos para lograr que los trabajadores colaboren en entornos virtuales desde la comodidad de sus hogares. Muchos han iniciado experimentos que superaran las herramientas de comunicación empresarial como Slack, Zoom o Microsoft Teams, las más habituales. El teletrabajo ha puesto sobre la mesa un debate que analiza el hecho de que muchos equipos puedan deshacerse de las oficinas físicas y, cuando eso pasa, la necesidad de hacer lo más real posible un espacio de reunión, se acelera y se vuelve necesario.

Entre las soluciones existentes hay una que ha trabajado duro este factor de vinculación entre personas en entornos virtuales. Se trata de Spatial, una herramienta para crear salas de reuniones con realidad virtual y que ofrece una plataforma Virtual Reality o Augmented Reality, capaz de sumar a personas que utilicen cámaras web normales. He podido saber que algunas compañías como BNP Paribas Real Estate, han estado utilizando Spatial para convocar equipos repartidos por todo el mundo estos meses. También he conocido el ejercicio que ha hecho en este sentido el Instituto Englander de Medicina de Precisión en la escuela de medicina de Cornell adoptando esta tecnología para hacer frente al confinamiento. Los médicos del hospital de Cornell utlizan las Microsoft HoloLens 2 y el Magic Leap AR para pasearse por el hospital sin moverse de casa gracias a otros compañeros que recorren las salas del hospital al realizar sus rondas. Con esa percepción del espacio y la realidad aumenta la capacidad de entender la situación real del momento. 

Desde hace meses, en este sentido de experimentación virtual, algunas multinacionales ya trabajan con el objetivo de conectar a sus empleados de manera productiva, efectiva y real. BNP, como decía, consideró la realidad virtual como una forma de reunir equipos, pero estos días fue más allá. Decidió convocar a sus clientes en las visitas a inmuebles de un modo virtual. De hecho, Spatial permite actualmente a los agentes inmobiliarios desarrollar modelos 3D que pueden manipular ellos mismos. El efecto final les permite a ellos, y a sus clientes, caminar por el edificio o la casa a fin de lograr ventas durante la pandemia sin tener que moverse de casa. Al parecer esta metodología se va a intentar mantener en la ‘nueva normalidad’. Los vendendores que conozco que han utlizado este modelo, aseguran que han cerrado ventas que no hubiera sido posible de otro modo.

Muchas compañías están aprovechando este momento tan disruptivo, para desarrollar nuevas formas de trabajo y muchas de ellas tienen que ver con la tecnología, concretamente con la realidad virtual por ejemplo. El 13 de marzo, poco después de que Ford les dijera a los trabajadores que no volverían a la oficina el lunes siguiente, el vicepresidente de diseño de la compañía, Moray Callum, le preguntó al gerente de diseño Michael Smith qué tan pronto podría llevar la tecnología VR a las casas de los empleados. Ahora, tres meses después, Ford utiliza un programa de Autodesk llamado VRED para revisar versiones fotorrealistas de futuros modelos de vehículos en realidad virtual. Al igual que con Spatial, pueden tomar notas y las personas se representan como avatares. La realidad virtual no puede reemplazar lo físico de momento, pero el camino ya se ha empezado a andar.  Durante mucho tiempo se ha hablado de que ‘ahora es el momento de la realidad virtual’, pero nunca llegaba ese momento. El detonante podía ser, como está pasando con la robotización de todo y como expliqué en mi último libro, sin duda este momento. Le llamaremos ‘salidad de la crisis’ pero deberíamos llamarle ‘transformación digital’. Le llamaremos ‘nueva normalidad’ pero se la conocerá como ‘normalidad virtual’.

No me quiero quedar con Spatial aunque la conozca mejor que otras. También hay más compañías de realidad virtual que buscan capitalizar la tendencia del trabajo remoto. Primitive, por ejemplo, permite a los usuarios de VR revisar el código como grupo para ver posibles fallos. Doghead Simulations ofrece Rumii, The Wild y AltspaceVR para colaboración social y visualización de trabajos colectivos. Si el futuro ha llegado ya o aún esta en camino está en manos del capital riesgo. En este sentido parece que pinta bien para el sector. El dinero parece estar dirigiéndose en proyectos de realidad virtual a un ritmo que no se había visto desde que Facebook comprara Oculus.

De momento, los inconvenientes tienen que ver con los costes y la experiencia de usuario. La mayoría de dispositivos en el mercado actual son voluminosos y socialmente incómodos. La mayoría oscilan entre los 400 y los 2,900 euros. Si quieres algo ya a un nivel de resolución importante, el coste de Vario ronda los 9,000 euros. Mientras la tecnología va mejorando, los dispositivos VR y AR serán una venta difícil el uso laboral de largo plazo. Se deberá trabajar en hacerlos más ligeros, con mayor resolución y que se integren bien con el mundo real para cuándo el interlocutor no disponga de este tipo de enlaces. Mi buen amigo Bruno Cendón, de Facebook, siempre dice que el camino se ha iniciado y que es cuestión de tiempo. Creo que a mediados de 2022, los dispositivos idóneos estarán en el mercado de manera definitiva y todo cambiará. Es preciso, incluso, que nos adaptemos a este tipo de relación social. Generacionalmente, los gamers lo tienen más fácil. A medida que los ‘zetas’ vayan llegando al entorno laboral, esto ser irá normalizando. En un futuro no muy lejano, cuando no solo tengamos dispositivos más potentes, sino también redes de datos inalámbricas en 5G muy robustas en todo el mundo tengo claro que nuestro entorno laboral va a ser mucho más próximo a lo que vemos en este video que a las sesiones tediosas con Zoom y sus sucedáneos.

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La 'nueva normalidad' y el riesgo de 'nula privacidad'

Muchos aseguran que tras la pandemia vamos a vivir en un nuevo mundo y que va a cambiar nuestro modo de entender la propia existencia. Pero me temo que eso no va a ser así en términos generales. Poco a poco el ser humano tiende a su manera ‘media’ de actuar y pensar. Los cambios de comportamiento requieren mucho tiempo y sucesos más extensos en el tiempo. Sin embargo, hay detonantes que sí actúan de manera importante en algunos campos de la vida. Por ejemplo, en la adopción tecnológica esos cambios sí suelen ser rápidos. Mutaciones que se adelantan en la línea de tiempo sobre los cambios económicos y sociales. Esta crisis actual va a hacer más por la normalización de los robots y por la transformación digital que ningún plan estratégico anterior.

Muchos aseguran que tras la pandemia vamos a vivir en un nuevo mundo y que va a cambiar nuestro modo de entender la propia existencia. Pero me temo que eso no va a ser así en términos generales. Poco a poco el ser humano tiende a su manera ‘media’ de actuar y pensar. Los cambios de comportamiento requieren mucho tiempo y sucesos más extensos en el tiempo. Sin embargo, hay detonantes que sí actúan de manera importante en algunos campos de la vida. Por ejemplo, en la adopción tecnológica esos cambios sí suelen ser rápidos. Mutaciones que se adelantan en la línea de tiempo sobre los cambios económicos y sociales. Esta crisis actual va a hacer más por la normalización de los robots y por la transformación digital que ningún plan estratégico anterior. 

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Hace unos meses, hablábamos de como la automatización y la robotización, amenazaban algunos de los comportamientos socioeconómicos mejor anclados en nuestro modo de vida. No obstante ahora, la adopción necesaria de mucha tecnología aplicada, lo ha acelerado de manera irreversible. Hasta hace bien poco, los robots de Boston Dynamics no eran más que una especie de ‘meme’ viral sobre la evolución sorprendente de la robótica de última generación, pero ahora ya podemos ver como uno de sus desarrollos comerciales, el robot ‘Spot’, una especie de perro robótico al más puro estilo ‘Black Mirror’ controla el distanciamiento social en los parques de Singapore.

Como digo, en Singapore, ya están usando uno de estos robots como si fuera una especie de supervisor a fin de velar por el cumplimiento de las normas de distanciamiento físico (no soporto el concepto ‘distanciamiento social’) en los parques de esa ciudad asiática. Para cumplir con esa función, el bicho eléctrico tiene instalada una cámara que le permite identificar esa medida. Aseguran que ese dispositivo no incumple con los requerimientos de privacidad de las personas pues no tiene permiso para grabar su recorrido.

No es un policía, se trata de una especie de agente de información que emite un mensaje recordando a los visitantes del parque que apliquen las medidas seguras de distanciamiento físico. Si la prueba resulta exitosa, NParks considerará desplegar a Spot en otros lugares de la ciudad. Además, como funciona de modo autónomo, no se necesitan patrullas humanas, lo que ayuda a minimizar el riesgo de contagios entre personas y su exposición al virus por si hubiera algún rebrote. Los datos que recogen este robot están centralizados para su consulta a tiempo real. Cualquier persona puede saber desde su teléfono móvil la densidad de visitantes que tiene un espacio público concreto y decidir si quiere o no arriesgarse al contagio. De locos.

También vamos a normalizar otras tecnologías por supuetso. Por ejemplo, Francia está utilizando la inteligencia artificial para verificar si las personas usan máscaras en el transporte público. Para ello el país galo está integrando nuevas herramientas de inteligencia artificial en cámaras de seguridad en el sistema de metro de París para verificar si los pasajeros usan máscaras faciales. El software, que ya se ha implementado en otras partes del país, comenzó una prueba de tres meses en la estación central Chatelet-Les Halles de París hace unos días. La startup francesa DatakaLab, que creó el programa, dice que el objetivo no es identificar o castigar a las personas que no usan máscaras, sino generar datos estadísticos anónimos que ayudarán a las autoridades a anticipar futuros brotes de COVID-19. De momento vamos con cuidado con eso de tentar a la privacidad. Veremos como acaba.

Este programa piloto es una más de las medidas que las ciudades de todo el mundo están introduciendo a medida que comienzan a desescalar los confinamientos previos. Aunque Francia, como España, inicialmente no animó a los ciudadanos a usar máscaras, ahora las ha convertido en obligatorias en espacios públicos. La introducción del software de inteligencia artificial para monitorear, y posiblemente hacer cumplir estas medidas, parece ser que será vigilada de cerca. La difusión del software de reconocimiento facial y vigilancia impulsado por este tipo de inteligencia artificial en China, ha preocupado a muchos defensores de la privacidad en Europa, Latinoamérica o Estados Unidos. No obstante, la pandemia es una amenaza y, por defecto, los gobiernos se sienten capaces de priorizar la seguridad médica por encima de la privacidad individual. Además consideran que por esa razón, los ciudadanos van a digerir mucho mejor cualquier medida de este tipo. Si nos fijamos, estamos aceptando casi sin rechistar el derribo de algunas de las barreras éticas que no hubiéramos permitido hace apenas tres meses. Parece que no tenemos otro remedio. Para pensar. 

En DatakaLab insisten en que su software cumple con el Reglamento General de Protección de Datos de la UE. La compañía ha vendido todo tipo de análisis de video impulsados ​​por inteligencia artificial durante los últimos años, utilizando la tecnología para generar datos en tiendas y centros comerciales que traducía en conocimiento sobre la demografía de sus clientes. Si te das cuenta la tecnología ya existía y se utilizaba, pero nunca fue para vigilarnos, sino para conocernos. Esto es lo que está cambiando. Y aunque la tecnología como la de DatakaLab solo es una prueba piloto, es probable que se convierta en un elemento básico de la vida urbana en el futuro cercano. A medida que los países comiencen a sopesar el daño económico de un bloqueo contra la pérdida de vidas causada por más infecciones por COVID-19, se ejercerá una mayor presión sobre las medidas de mitigación como las máscaras obligatorias.

El riesgo, el reto en definitiva, es comprobar si, aunque la pandemia ciertamente ha creado nuevos modelos de uso para la tecnología, no se convierta en una amenaza a los valores de privacidad o a la invasión de nuestra intimidad. El debate está sobre la mesa y no va a ser sencillo resolverlo. En los laboratorios más avanzados del mundo se están diseñando modelos de rastreo de contactos, vigilancia social y acción directa sobre el compromiso colectivo, para luchar contra el contagio masivo al saber que la inmunidad de rebaño está muy lejos y que a la vacuna aún le falta tiempo.

Un debate que no va a poder evitarse es el que resulta de analizar si el uso de la tecnología supera los patrones de privacidad y respeto a la intimidad. La ‘nueva normalidad’ tiene mucho de esto. De como esas tecnologías trabajan en el rastreo y tracking de contagios. El desafío es lograrlo en base al respeto de nuestro modelo social que tanto nos ha costado alcanzar. Los ejemplos se van a ir amontonando poco a poco y, siempre, tendrán un objetivo primario, luchar contra la pandemia, y, en ocasiones, uno secundario, vigilarnos. 

Sigamos con los ejemplos. Una de las organizaciones sanitarias más grandes de Israel está utilizando la inteligencia artificial para ayudar a identificar quienes, de las 2,4 millones de personas que cubre el estuido, tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por COVID-19. Maccabi Healthcare Services afirma que este sistema, desarrollado junto con la compañía de inteligencia artificial Medial EarlySign, ya ha identificado al 2% de ese grupo, lo que equivale a alrededor de 40.000 personas. Después de identificarlas, esas personas se someterán a pruebas de diagnóstico por vía rápida. 

Este es también un uso actual de la tecnología adaptada de otra anterior. La IA en cuestión es la versión rebozada de un sistema entrenado para identificar a las personas con mayor riesgo de complicaciones ante la gripe. Para dicho entrenamiento, los investigadores usaron millones de registros recopilados desde hace 27 años. Para realizar sus predicciones, el sistema se basa en una variedad de datos médicos, que incluyen la edad, el índice de masa corporal, trastornos de salud y los antecedentes de ingresos hospitalarios. Esa IA puede rastrear una gran cantidad de registros y detectar a las personas en riesgo de sufrir una infección problemática de un modo imposible de hacer en otra situación.

El uso de la inteligencia artificial para identificar a las personas vulnerables podría salvar vidas a la vez que vulnera de un modo importante la intimidad de las personas. Ese uso ‘justificado’ gubernamentalmente permite aislar a la población de alto riesgo alojándolos en espacios ‘free-covid’ para hipotéticamente no contagiarse en condiciones normales. El riesgo de recorte de libertades individuales es tan evidente que asusta. La excusa, en estos casos, se llama ‘asintomáticos’.

Pero introducir esa herramienta en otros países podría no ser tan sencillo. En Estados Unidos o en España, por ejemplo, los registros médicos se almacenan en muchos sistemas diferentes de atención médica lo que garantiza cierta complejidad para cruzarlos y resolver sobre la limitación de movimientos y la de incluir a grupos sociales en diferentes catálogos con diferentes niveles de libertad individual. Lo siguiente, te lo garantizo, será un esfuerzo ingente por parte de las administraciones en la creación de un único conjunto de datos que reúna la información de todos los pacientes de los grandes hospitales. Olvídate de ser propietario de tu historial médico, eso se va a compartir con quienes deciden distribuir la atención sanitaria. Quien sabe si esa atención dependerá de tu grado de aceptación en compartir tus datos. Pasaremos de pagar impuestos a pagar impuestos y datos.  

Es obvio que la vida que conocíamos va a cambiar mucho. Con la excusa de llegar a ese término tan peligroso de ‘la nueva normalidad’ se esconde todo un entramado de control social. No digo que sea voluntario, tal vez es una deriva lógica al miedo de que el virus regrese y se expanda. Sin embargo, la víctima colateral se llama libertad y nuestra realidad social futura y de comportamiento colectivo tendrá mucho que ver en el modo en el que la tecnología se utilice finalmente. La tecnología no es negativa nunca, siempre es un avance. El problema es el modo en el que se utiliza y los límites que se esté dispuesto a superar. Si me apuras, las barreras personales que estemos dispuestos a aceptar que se derriben.

Seguirán las excusas. Dirán que debemos prepararnos para un mundo en el que pasaremos mucho tiempo sin tratamientos ni vacunas efectivas y que, para vivir en este mundo sin tener que estar confinados todo el tiempo, la única opción será la de permitir que nos vigilen. Para esa vigilancia existen múltiples desarrollos que hasta la fecha eran para conocernos comercialmente y que, ahora, pasarán a ser herramientas muy útiles en el rastreo. La diferencia radicará en las cláusulas que otros decidirán aceptar por nosotros. Se avecinan nuevas reglas de comportamiento y organización social y está por descubrirse si algunas de las cuales probablemente permanezcan mucho después de que la crisis haya terminado. 

Si leemos lo que se cuenta por ahí, vemos que hay cierto consenso sobre cómo podría ser esa nueva normalidad. Se tratará de prácticas en el rastreo de contactos, monitorización de enfermedades, sometimiento a pruebas regulares a un número masivo de personas y a la creación de salvoconductos para personas inmunes. Es evidente que vamos a un escenario más cercano a un mundo orweliano que a la ‘vieja normalidad’. El problema es que hay un motivo para hacerlo y casi parece una obviedad que lo aceptemos. El desafío es conjugar esa privacidad que vamos perdiendo con una lucha eficiente contra el virus. A veces parece que nos encontramos en plena metáfora de la rana y el agua hirviendo.

Aunque este nuevo orden social parece impensable para la mayoría de los habitantes de los llamados países libres, cualquier cambio puede volverse normal rápidamente si las personas lo aceptan. En este caso hay un aspecto que suele ser clave. La sociedad no quiere incertidumbre, no soporta la indecisión. Por ese motivo, ante lo imprevisible del futuro, de un modo general se prefiere una norma impositiva que las dudas políticas. Por ejemplo. Muchos pensamos que un pasaportes de inmunidad podría sonar discriminatorio para los que hayan ejecutado correctamente todos los elementos de seguridad ante los contagios. Sin embargo, repetido adecuadamente desde la administración, al final parecerá un seguro de vida para todos y un bien común. La realidad sería otra, pero se vendería bien en términos generales. A eso vamos.

Y ahora viene el mapa de seroprevalencia. En teoría algo anónimo que se utiliza a nivel estadístico. Se trata de un análisis de datos a nivel nacional para comprender mejor cómo se propaga el virus y detectar las zonas de alto riesgo que podrían necesitar más test, recursos médicos u otra cuarentena. Pero curiosamente nadie nos explica que hay otros modos de hacerlo sin tener que ir analizando uno por uno a los ciudadanos de cualquier zona. Para medir la prevalencia del virus sin espiar directamente a las personas podría ser el registro colectivo de información mediante las páginas web como COVIDnearyou.org, deducciones por el volumen de búsquedas de Google sobre los síntomas de COVID-19 en diferentes sitios, o incluso buscar el virus en muestras de aguas residuales.

Estaría bien que, en lugar de discutirse e insultarse en el Congreso de los Diputados, nuestros dirigentes deberían iniciar un debate serio de como van a usar nuestros datos y hasta que punto van a violar nuestra intimidad. Ese debate es mucho más importante que otros que se suceden pornográficamente cada quince días. Se de be iniciar un debate detallado sobre cómo se van a usar los datos de las personas con la excusa del bien común. En todo ese debate se tiene que proteger al individuo, llevamos mucho tiempo construyendo esa realidad y esa privacidad.

El virus pasará. Tendrá, o no, otras oleadas con mayor o menor intensidad. Los sistemas sanitarios y los modelos de seguimiento están mejor preparados. La conciencia social es mucho mayor y nuestra educación para auto protegernos ha aumentado considerablemente. La crisis económica caerá a plomo sobre todos nosotros. Sin embargo, todo pasará. Lo que tal vez no regrese a un punto anterior sea la agresión absoluta a nuestra libertad individual, a nuestra privacidad y a la intimidad. El desafío estará en no conjugar una nueva normalidad que en realidad debería definirse como ‘nula privacidad’. Debemos aspirar a recuperar la vieja normalidad en lo bueno y desestimar lo malo. Un nuevo mundo pide ser construido, no la caguemos.

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Tecnologías emergentes: desde dinero digital hasta constelaciones de satélites.

Cada año, el MIT Technology Review, el medio publicado dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publica un listado de avances tecnológicos que consideran marcarán una diferencia real en la resolución de problemas importantes. Para crear esa lista evitan elementos que puedan ser de carácter puntual o sobrevalorados y se centran en aquellos avances que realmente cambiarán nuestra forma de vivir y trabajar. A continuación listaré partes de los diversos artículos que componen este dossier y que el MIT considera que en 2020 serán las tecnologías emergentes. He utilizado el método que la propia publicación han utilizado con un pequeño enunciado de cada tecnología, un párrafo con el ¿qué?, ¿por qué? ¿quién? y ¿cuándo?

Cada  año, el MIT Technology Review, el medio publicado dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publica un listado de avances tecnológicos que consideran marcarán una diferencia real en la resolución de problemas importantes. Para crear esa lista evitan elementos que puedan ser de carácter puntual o sobrevalorados y se centran en aquellos avances que realmente cambiarán nuestra forma de vivir y trabajar. A continuación listaré partes de los diversos artículos que componen este dossier y que el MIT considera que en 2020 serán las tecnologías emergentes. He utilizado el método que la propia publicación han utilizado con un pequeño enunciado de cada tecnología, un párrafo con el ¿qué?, ¿por qué? ¿quién? y ¿cuándo?

TR10: Internet imposible de hackear

A lo largo de este año, un equipo de investigación de los Países Bajos completarán una conexión de internet cuántico entre Delft y La Haya. Una red basada en las propiedades de la física cuántica que permitirá una comunicación inherentemente segura. El equipo responsable, dirigido por la investigadora de la Universidad Tecnológica de Delft Stephanie Wehner, está trabajando en una red que conectaría a cuatro ciudades en los Países Bajos mediante la tecnología cuántica. Los mensajes enviados a través de ella serán imposibles de hackear.

¿Qué? A finales de este año, un equipo de investigadores creará una red de internet cuántico entre Delft y La Haya (Países Bajos)

¿Por qué? Internet es cada vez más vulnerable a los hackers, pero su versión cuántica será imposible de hackear

¿Quién? Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos), Alianza de Internet Cuántico, Universidad de Ciencia y Tecnología de China

¿Cuándo? En los próximos cinco años

TR10: Medicina hiperpersonalizada

La medicina genética adaptada a un único paciente abre una vía de esperanza para las personas cuyas dolencias, hasta ahora, carecían de cura. Por ejemplo: un niño con una enfermedad mortal tan extremadamente rara que no solo no existe ningún tratamiento, sino que ni siquiera hay nadie que lo estudie en laboratorio. Pero esa situación podría estar a punto de desaparecer para siempre gracias a las nuevas clases de medicamentos que se pueden adaptar a los genes de cada persona. Se conocen varios miles de enfermedades extremadamente raras causadas por un único error específico en el ADN para las que ahora surge una posibilidad de luchar contra ellas mediante una solución genética.

¿Por qué? Fármacos genéticos adaptados a un solo paciente ofrecen esperanza a las personas cuyas enfermedades, hasta ahora, eran incurables

¿Quién? Hospital Infantil de Boston (EE. UU.), Ionis Pharmaceuticals, Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.

¿Cuándo? Inmediato

¿Qué? Nuevos medicamentos diseñados para tratar mutaciones genéticas únicas

TR10: Dinero digital

El auge de las monedas digitales tendrá un impacto masivo en la privacidad financieraEn pasado junio, Facebook dio a conocer su plan para lanzar una moneda digital global denominada Libra. La propuesta provocó fuertes reacciones y es posible que Libra nunca se lance, al menos no como la red social la planteó inicialmente. Pero, aun así, el proyecto ha marcado una gran diferencia: pocos días después del anuncio de Facebook, un comunicado del Banco Popular de China dio a entender que, en respuesta, aceleraría el desarrollo de su propia moneda digital. Ahora, China está a punto de convertirse en la primera gran economía en emitir una versión digital de su divisa para sustituir al dinero en efectivo.

¿Qué? El auge de las monedas digitales tiene grandes consecuencias para la privacidad financiera

¿Por qué? A medida que el uso del dinero en efectivo disminuye, también lo hace la libertad para realizar transacciones sin intermediarios. Mientras tanto, la tecnología de moneda digital se podría usar para fragmentar el sistema financiero global, actualmente dominado por EE. UU.

¿Quién? Facebook y el Banco Popular de China

¿Cuándo? Este año 2020.

TR10: Medicamentos contra el envejecimiento

Los fármacos que intentan abordar dolencias a través de la lucha contra el proceso natural de envejecimiento han demostrado ser prometedoras. La primera ola de una nueva clase de medicamentos antienvejecimiento ha empezado a probarse en humanos. Pero (de momento) no harán que vivamos más tiempo, su objetivo consiste en tratar enfermedades específicas retrasando o revirtiendo el proceso básico del envejecimiento. Se llaman medicamentos senolíticos y funcionan eliminando ciertas células que se acumulan en el organismo a medida que envejecemos. Conocidas como células "senescentes", pueden crear pequeñas inflamaciones que suprimen los mecanismos normales de reparación celular y crean un ambiente tóxico para las células vecinas

¿Qué? Los fármacos que intentan tratar las enfermedades atacando el proceso natural de envejecimiento del cuerpo humano han demostrado ser prometedores

¿Por qué? Varias enfermedades diferentes, como el cáncer, los trastornos cardíacos y la demencia, podrían tratarse retrasando el envejecimiento

¿Quién? Unity Biotechnology, Alkahest, Clínica Mayo, Oisín Biotechnologies

¿Cuándo? En menos de cinco años

TR10: IA capaz de descubrir moléculas

Los científicos han conseguido utilizar la IA para descubrir compuestos con potencial para convertirse en fármacos. El universo de moléculas con potencial para convertirse en fármacos capaces de salvar vidas es enorme: alrededor de 1060, según las estimaciones, una cifra que supera a la de todos los átomos que hay en el sistema solar. Este inmenso número ofrece unas posibilidades químicas prácticamente ilimitadas, o lo haría si los químicos supieran cómo encontrar las que realmente funcionan. Pero esto ha cambiado gracias a las herramientas de aprendizaje automático, capaces de explorar grandes bases de datos de moléculas existentes y sus propiedades, y utilizar la información para generar nuevas posibilidades. Con este enfoque, descubrir nuevos candidatos a medicamentos resulta más rápido y más barato

¿Qué? Los científicos están usando inteligencia artificial (IA) para descubrir prometedores compuestos que se podrían convertir en medicamentos

¿Por qué? Comercializar un nuevo medicamento cuesta alrededor una media de 2.300 millones de euros. Una de las razones de este elevado precio reside en la dificultad de encontrar moléculas prometedoras

¿Quién? Insilico Medicine, Kebotix, Atomwise, Universidad de Toronto, BenevolenteAI

¿Cuándo? En los próximos tres a cinco años

TR10: Megaconstelaciones de satélites

Construir, lanzar y operar decenas de miles de satélites en órbita simultáneamente a un precio asequible se ha convertido en una realidad. Más de 3.500 millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a internet. Empresas como SpaceX y OneWeb creen que pueden dar conexión de banda ancha en cada centímetro del planeta mediante megaconstelaciones de miles de satélites que transmitan la señal desde el espacio a terminales de internet. Siempre que dichos terminales tengan una vista clara del cielo, podrían ofrecer internet a cualquier dispositivo cercano. En esta década, SpaceX quiere enviar a la órbita más de 4,5 veces más satélites de los que se han llegado desde el lanzamiento del Sputnik. El sueño de estas megaconstelaciones se hecho realidad porque hemos aprendido a construir satélites más pequeños y a lanzarlos de forma más económica. Durante la era del transbordador espacial, lanzar un satélite al espacio costaba casi 51.000 euros por cada kilo de peso. Por lo tanto, enviar al espacio un pequeño satélite de comunicaciones de cuatro toneladas podía costar cerca de 200.000 millones de euros.

¿Qué? Ya podemos construir, lanzar y operar simultáneamente decenas de miles de satélites en órbita y de forma económica

¿Por qué? Estos sistemas pueden ofrecer el internet de alta velocidad a todo el mundo o convertir la órbita de la Tierra en un vertedero espacial

¿Quién? SpaceX, OneWeb, Amazon, Telesat

¿Cuándo? Ya

TR10: Supremacía cuántica

El año pasado, Google ofreció la primera demostración clara de un ordenador cuántico capaz de superar el rendimiento de un computador clásico. Los ordenadores cuánticos almacenan y procesan datos de una manera completamente diferente de la que estamos acostumbrados. En teoría, podrían solucionar ciertos tipos de problemas que incluso el superordenador convencional más poderoso tardaría milenios en resolver, como descifrar los actuales códigos criptográficos y simular el comportamiento preciso de moléculas complejas para ayudar a descubrir nuevos medicamentos y materiales. Algunos ordenadores cuánticos llevan varios años en funcionamiento, pero solo superan a los convencionales bajo ciertas condiciones. Todo cambió en octubre del año pasado, cuando Google demostró por primera vez la "supremacía cuántica". Un ordenador con 53 cúbits (la unidad básica de la computación cuántica), realizó un cálculo en poco más de tres minutos que, según las estimaciones de Google, el superordenador más grande del mundo habría tardado 10.000 años o 1.500 millones de veces más tiempo en completar. IBM desafió esa afirmación de Google, asegurando que, en el mejor de los casos, el ordenador cuántico de Google sería solo 1.000 veces más rápido. Pero aun así, fue un hito, y cada cúbit adicional hará que el ordenador sea el doble de rápido.

¿Qué? Google ha presentado la primera prueba clara de que un ordenador cuántico más potente que cualquiera convencional

¿Por qué? Con el tiempo, los ordenadores cuánticos serán capaces de resolver problemas que ninguna otra máquina sería capaz de manejar

¿Quién? Google, IBM, Microsoft, Rigetti, D-Wave, IonQ, Zapata Computing, Quantum circuits

¿Cuándo? De cinco a diez años y en adelante

TR10: IA diminuta

Ya es posible ejecutar potentes algoritmos de IA en un simple ‘smartphone’. La inteligencia artificial (IA) tiene un problema: con la intención de crear algoritmos más potentes, los investigadores utilizan una cantidad cada vez mayor de datos y potencia informática, y dependen de servicios centralizados en la nube. Esta situación no solo genera emisiones de carbono a niveles alarmantes, también limita la velocidad y la privacidad de las aplicaciones de IA. La IA diminuta es la tendencia precisamente contraria y está cambiando la situación. Los gigantes tecnológicos y los investigadores académicos están desarrollando nuevos algoritmos para reducir los actuales modelos de aprendizaje profundo sin que pierdan eficiencia. Además, una generación emergente de chips diseñados específicamente para la IA promete aumentar la potencia computacional en espacios físicos más reducidos, y la posibilidad de entrenar y ejecutar IA con mucha menos energía.

¿Qué? Ya es posible ejecutar potentes algoritmos de inteligencia artificial en un simple smartphone

¿Por qué? Nuestros dispositivos ya no necesitan comunicarse con la nube para que nos beneficiemos de las últimas funciones basadas en la inteligencia artificial

¿Quién? Google, IBM, Apple, Amazon

¿Cuándo? Ya

TR10: Privacidad diferencial

Esta técnica es capaz de medir el nivel de privacidad en conjuntos de datos estratégicos y sensibles. El Gobierno de EE. UU. tiene una gran tarea por delante este año: recopilar datos sobre los 330 millones de residentes del país y mantener su identidad en privado. Los datos se publican en tablas estadísticas que los encargados de formular políticas y académicos analizan para redactar las leyes y realizar investigaciones. Por ley, la Oficina del Censo de EE. UU. debe asegurarse de que no haya forma de que estos datos acaben en manos de terceros. Pero hay trucos para "romper el anonimato" de la gente, especialmente si los datos del censo se combinan con otras estadísticas públicas

¿Qué? Una técnica para medir el nivel de privacidad de un conjunto de datos personales

¿Por qué? A la Oficina del Censo de EE. UU. cada vez le cuesta más mantener en privado la información que recopila. Una técnica llamada privacidad diferencial podría resolver el problema, aumentar la confianza y servir de ejemplo a otros países

¿Quién? Oficina del Censo de EE. UU., Apple, Facebook

¿Cuándo? Su uso en el Censo de EE. UU. de 2020 será la aplicación a mayor escala hasta la fecha

TR10: Responsabilidad del cambio climático

Los científicos ya son capaces de identificar el impacto del cambio climático en las condiciones y fenómenos climáticos extremos. El pasado septiembre, solo diez días después de que la tormenta tropical Imelda empezara a inundar los barrios de Houston (EE. UU.), un equipo de investigación de respuesta rápida informó de que era casi seguro que el cambio climático había tenido un efecto importante en el fenómeno. El grupo, World Weather Attribution, había comparado dos simulaciones informáticas de alta resolución de planetas con cambio climático y sin él. En la primero, relativa al mundo en el que vivimos, la severa tormenta era hasta 2,6 veces más probable y hasta un 28 % más intensa.

¿Qué? Los investigadores ya son capaces de determinar el papel del cambio climático en las situaciones climáticas extremas

¿Por qué? Proporciona una idea más clara de cómo el cambio climático afecta negativamente las condiciones climáticas y lo que tenemos que hacer para prepararnos

¿Quién?  World Weather Attribution, Instituto Meteorológico Real de los Países Bajos, Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

¿Cuándo? Ya

Os recomiendo ir al enlace original y repasar cada una de las tendencias que se resaltan. Así mismo es una buena lectura, muy nutritiva, explorar las tecnologías emergentes que se establecían en años anteriores. En 2019, fue el propio Bill Gates quien coordino el estudio. Muchas aun están en camino, lo interesante de este trabajo es que, aunque sean algo optimistas y no se cumplan en el año que aseguran, lo que es cierto que es que la mayoría están en camino. Están más cerca que lejos.

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Futurismo, Negocio, Tecnologia Marc Vidal Futurismo, Negocio, Tecnologia Marc Vidal

Algunas tendencias tecnológicas para 2020

Lo recomendable es analizar los avances tecnológicos con cierta distancia y en segmentos lo más amplios posibles. Hacerlo de manera interanual no permite detectar lo importante de ese progreso tecnológico. No obstante, en la suma de esos pequeños pasos hacia el futuro, se conforma la tendencia global. La mejor manera es listar las que pueda parecer que van a suceder. El gran Alex Hern publicó en The Guardian las tendencias que, a su juicio, probablemente se van a producir en 2020 y que me he permitido seleccionar y puntualizar algunas. 

Lo recomendable es analizar los avances tecnológicos con cierta distancia y en segmentos lo más amplios posibles. Hacerlo de manera interanual no permite detectar lo importante de ese progreso tecnológico. No obstante, en la suma de esos pequeños pasos hacia el futuro, se conforma la tendencia global. La mejor manera es listar las que pueda parecer que van a suceder. Este post no busca hablar de lo que va a pasar en el futuro lejano o en los próximos cinco años, simplemente se trata de relatar lo que, probablemente, será noticia en los próximos doce meses en el ámbito tecnológico. El gran Alex Hern publicó en The Guardian las tendencias que, a su juicio, probablemente se van a producir en 2020 y que me he permitido seleccionar y puntualizar algunas. 

1. Continuará la decadencia de los nuevos medios y de algunas redes sociales.

En la última década, se crearon muchos medios que aprovechaban la distribución en las redes sociales y en los anuncios programáticos. Su difusión ha logrado cifras que se acercaban a las cabeceras de siempre. Sin embargo en Estados Unidos y Gran Bretaña hay muchos que están cayendo desde 2016 debido al enorme sesgo informativo de todos ellos y la limitación en la capacidad de difusión que ahora tienen en las mismas pistas en las que antes se movían. A la vez, redes como Facebook o Twitter, a pesar de los datos que ofrecen, cada vez es más gente la que evidencia un uso menor, casi residual de la primera y cansina, demasiado anónima y endogámica, la segunda. ¿Puede que 2020 sea el año en el que des de baja de tu perfil de Facebook y dejes de utilizar de manera asidua Twitter? 

2. El próximo iPhone tendrá cuatro cámaras traseras.

La industria de los teléfonos inteligentes parece seguir la tendencia de Gillette que saca una maquinilla nueva de afeitar con una cuchilla más cada año. Como otros teléfonos ya tienen cuatro cámaras, lo más probable es que Apple la incorpore también.

3. El dúplex de Google no se lanzará en Europa

Duplex es uno de los productos más impresionantes y futuristas que ha presentado Google en los últimos años. Un asistente de inteligencia artificial que puede hacer llamadas a empresas en tu nombre para hacer reservar citas o averiguar los horarios de vuelos. Duplex fue muy criticada por ser demasiado buena ya que su uso podría describirse como ‘engañoso’ y no permitía obtener un consentimiento para recibir una llamada sintética, algo que exige (para los emails por ejemplo) la GDPR europea

4. La realidad virtual vivirá un segundo boom.

La realidad virtual ha sido el ‘next big thing’ durante cinco años y, siendo importante, no ha logrado todavía que eso se cumpliera completamente. Pero al parecer, este sí podría ser gracias a una empresa de juegos llamada Valve. Se tratará de la última edición la serie ‘Half Life’ que lanzaron inicialmente en 2007 pero que en la nueva versión ‘Half Life Alyx’ podría ser el un detonante para la compra masiva de dispositivos. Veremos.

4. El cybertruck de Tesla no se venderá.

Esta es una predicción fácil de hacer, puesto que la propia Tesla está afirmando que su llamativa bestia de acero angular no estará disponible para la venta en 2020. El argumento es que la producción ni siquiera comenzará hasta 2021, y los propietarios recibirán su primeros envíos en 2022.

5. Ni rastro del cristal inteligente y el coche de Apple

Los dos secretos tecnológicos peor guardados de Apple son un par de gafas de realidad aumentada y un auto sin conductor. Las gafas tienen un plan de lanzamiento por lo menos aunque no muy definido, pero lo del automóvil, por ahora, no es más que algunas contratas a Tesla y para de contar. Las gafas serán para 2021, el coche vete tú a saber.

6. La publicidad llegará a los altavoces inteligentes.

Amazon y Google dominan cómodamente el panorama de los altavoces inteligentes, pero ninguno ha respondido una pregunta importante: ¿qué ventaja supone tener todos estos dispositivos en tu casa? Los descuentos agresivos de precio evidencia que ninguno de estos asistentes están siendo un éxito de ventas como esperaban. Amazon ha experimentado el uso de Alexa como un canal minorista, pero la única forma de ganar mucho dinero con esto es mediante el recurso de siempre, la publicidad. Prepárate para que tras tu ‘Hola Google’ te salga un anuncio ‘especialmente para ti’.

7. Google se beneficiará del artículo 13 de la Unión Europea.

Mientras la Unión Europea estaba elaborando los detalles de la directiva de derechos de autor de 2019, Google se enfureció por dos propuestas, los artículos 13 y 15 del proyecto de ley, que denominó el “link tax’ y el ‘uploader filter’. La aprobación de la directiva se decía que pudo resultar el fin de YouTube en Europa. Si bien son cada país a título individual las que ratificarán esa legislación, se esperan protestas y desafíos legales. Sin embargo, en última instancia Google puede beneficiarse del artículo 13 pues están en una buena posición para construir y licenciar los filtros de contenido necesarios para controlar el material protegido por derechos de autor curiosamente.

8. La Inteligencia Artificial emergerá en la guerra cibernética.

Simon Shooter, socio de la firma de abogados Bird & Bird, predice que 2020 verá la escalada más importante nunca vista en la llamada guerra cibernética con el uso de la IA en todos los bandos de cualquier batalla. Los hackers han estado experimentando durante mucho tiempo con herramientas automáticas para entrar y explotar redes corporativas y gubernamentales, pero la necesidad de permanecer indetectable ha limitado el uso de IA en la práctica. Sin embargo, a medida que la guerra fría cibernética se calienta, eso podría cambiar.

9. Google, Nike y la tecnología portátil.

Cuando Google compró Fitbit, evidenció sus planes en el ámbito de los wearables. Un espacio donde anteriormente había tenido problemas por cierto con las Google Glass por ejemplo. El sistema operativo Android Wear de la compañía es un ataque frontal contra Apple Watch. Sin embargo, su decisión de no dedicarse al hardware directamente parece algo miope en un sector donde el emparejamiento elegante de software y diseño es una apuesta acertada. En comparación, Nike, que ha tejido una fuerte narrativa sobre la marca impulsada por su visión creativa se asociará con uno de ellos para una nueva narrativa empresarial y tecnológica.

10. 5G será significativo

De algún modo, la tecnología 5G ya está técnicamente en marcha. Pero todavía hay pocos dispositivos que admitan el nuevo estándar, y aún menos que sean aceptables para los primeros usuarios obsesionados con los dispositivos que de otra forma serían los primeros en participar, ya que los dispositivos insignia de fabricantes como Samsung, Google y Apple continúan siendo 4G solamente. Eso cambiará en 2020, se espera que el Pixel 5, iPhone 12 Pro y Samsung Galaxy S11 admitan conexiones más rápidas.

11. Apple experimentará el activismo laboral

Las únicas personas con el poder de cambiar cómo funciona Silicon Valley están dentro de Silicon Valley. El activismo de los empleados estalló en 2018, con los trabajadores de Google y sus denuncias de acoso sexual, los trabajadores de Microsoft haciendo campaña contra el Departamento de Defensa de los EE.UU y los trabajadores de Amazon uniéndose en protestas contra el trabajo de Inmigración y Aduanas. Pero Apple, el más grande de todos, hasta ahora ha evitado que su personal exprese disidencia pública, algo que podría cambiar.

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Entrevista en La Aventura del Saber de TVE

Salvador G. Valdés me entrevistó en La 2 de TVE, en el programa uno de los programas históricos de la televisión pública, La Aventura del Saber con motivo de la publicación de mi último libro, ‘La Era de la Humanidad’. La entrevista se emitió el pasado miércoles y estuvimos hablando de muchas cosas que aparecen en el libro pero hubo un concepto en el que nos centramos en una parte de la misma. Se trataba de la idea de que tras un despliegue tecnológico siempre aparece un valor humano en todo ello y que, en este caso, podíamos incluso hablar de una especie de ‘humanidad aumentada’.

Salvador G. Valdés me entrevistó en La 2 de TVE, en el programa uno de los programas históricos de la televisión pública, La Aventura del Saber con motivo de la publicación de mi último libro, ‘La Era de la Humanidad’. La entrevista se emitió el pasado miércoles y estuvimos hablando de muchas cosas que aparecen en el libro pero hubo un concepto en el que nos centramos en una parte de la misma. Se trataba de la idea de que tras un despliegue tecnológico siempre aparece un valor humano en todo ello y que, en este caso, podíamos incluso hablar de una especie de ‘humanidad aumentada’.

Si ves los informativos generalistas, si lees los titulares de los medios escritos o escuchas tertulias de radio abarrotadas de 'expertos de todo', seguramente recordarás que ya te han presentado avances en IA que parecen ‘humanos’ y que eso ya está aquí. No es cierto. No. De hecho, ahora mismo básicamente, lo que tenemos son preguntas y esta es precisamente la razón por la cual es importante empezar a analizar el futuro en el que convivamos con ella. Lejos del alarmismo incomprensible de algunos ‘popes’ de la tecnología y la ciencia. Probablemente la respuesta no esté en poner límites a los desarrollos de Inteligencia Artificial. Posiblemente la cosa vaya de ‘aumentar’ al género humano. Estaría bien no olvidar que la IA no es nada más que una nueva herramienta que está para ayudar y beneficiar a los humanos. ¿No? Y si no lo apartamos del análisis veremos que puede ser utilizada para ‘aumentar’ a los humanos. Si hablamos de realidad aumentada, ¿por qué no hablar de humanidad aumentada?

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Economía, Futurismo, Personal Marc Vidal Economía, Futurismo, Personal Marc Vidal

Entrevista en La Razón: ¿Cuánto invierten los países en industria 4.0?

Blanca Capitán, de La Razón, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «Francia invierte 23 veces más que España en robots». Aunque el título hace referencia a la inversión pública en el país galo para estimular la robotización de su industria, en realidad lo que explico en la conversación es que es una inversión más genérica y que se realiza en todos los aspectos que interfieren en el desarrollo de la cuarta revolución industrial. España tiene programas de dinamización pero no llega a la potencia de otros países de nuestro entorno. Tenemos ejemplos más detallados como que nuestro país no tiene ningún plan integral sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial. Bueno, mejor dicho, si tenemos, pero se trata de un libro blanco presentado en febrero de este mismo año y que todavía sigue en blanco. Aquí os dejo la transcripción de la entrevista.

Blanca Capitán, de La Razón, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «Francia invierte 23 veces más que España en robots». Aunque el título hace referencia a la inversión pública en el país galo para estimular la robotización de su industria, en realidad lo que explico en la conversación es que es una inversión más genérica y que se realiza en todos los aspectos que interfieren en el desarrollo de la cuarta revolución industrial. España tiene programas de dinamización pero no llega a la potencia de otros países de nuestro entorno. Tenemos ejemplos más detallados como que nuestro país no tiene ningún plan integral sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial. Bueno, mejor dicho, si tenemos, pero se trata de un libro blanco presentado en febrero de este mismo año y que todavía sigue en blanco. Aquí os dejo la transcripción de la entrevista.

«Francia invierte 23 veces más que España en robots»

Estamos en el momento más peligroso en el desarrollo de la humanidad», recupera Marc Vidal de Stephen Hawking, en la antesala de su nuevo libro «La era de la humanidad». La cita con el consultor en transformación y estrategia digital tiene lugar en el centro de Madrid, en un enclave destinado a la formación de dirigentes y al impulso del emprendimiento, la emblemática Fundación Rafael del Pino. Marc Vidal, solicitado conferenciante, ha hecho gira de su pensamiento en 27 países y actualmente se encuentra en presentando su cuarto libro.

–¿Qué mensaje transmite el libro?

–Optimismo. La implantación disruptiva de ésta precisa que repensemos su uso y nos acordemos que seguimos siendo los protagonistas. La revolución tecnológica que vivimos y que viviremos es cada vez más profunda. «La era de la humanidad» supone un toque de atención para la sociedad y una crítica sobre cómo España está a años luz de otros países.

–¿Qué recetas deberían seguir las grandes y pequeñas empresas frente a un nuevo cambio tecnológico?

–Depende del sector, el tamaño e incluso de la ubicación territorial. Lo que está claro es que el cambio tecnológico interfiere en cuatro vértices claros. Por un lado, las empresas tienen que entender que el cliente quiere ser el centro de la cadena de valor, algo que no es sencillo sin la tecnología. La segunda clave sería mejorar los procesos productivos. La tercera se refiere a la generación de nuevos modelos de negocio, es decir, hacer la misma actividad pero de otro modo. Y la cuarta se basa en impulsar el desarrollo de las habilidades del equipo.

–¿A qué nivel de innovación se encuentra España respecto a otros países de Europa?

–No vamos líderes, por decirlo de manera sana. España carece de políticas fiscales. Irlanda, Berlín, París, Londres o Eslovenia cuentan con políticas de innovación tecnológica. La innovación en España está desequilibrada. Por ejemplo, en el último debate electoral, los candidatos se pasaron 178 minutos hablando: la palabra digital no salió ni una vez y la palabra tecnología salió en el minuto 171.

–¿Qué medidas pediría al Gobierno para afrontar una revolución?

–Una hoja de ruta adecuada para las empresas y las personas. Francia, por ejemplo, invierte 23 veces más que España en industria 4.0, la robotización requerida para el cambio tecnológico. España debería atacar este cambio empezando por subsanar el sector que más contribuye a su economía, el turístico.

–Al igual que los Emiratos, ¿cree que España debería crear el cargo de Ministro de Inteligencia Artificial?

–Suecia ya lo ha hecho y se llama «Ministro del Futuro». En España, el pasado febrero se presentó el «Libro Blanco de la Inteligencia Artificial» y se llamó así, supongo, porque desde entonces no ha pasado nada. Al mismo tiempo en el mundo se desarrollaron más de 18 libros con sus propios planes de inteligencia artificial. Esto quiere decir que otros países ya prevén la ética de esta materia.

–De cara a 2025, ¿cree que los robots podrían recortar puestos de trabajo?

–No deberían. Lo normal es que, a medida que la tecnología ocupe el espacio que hace un ser humano, éste vaya o se reubique. Cuando alguien te diga que un software te quitará el empleo, o que un robot ocupará tu puesto, entonces le tienes que contestar que no, que quien lo va a hacer será alguien como tú pero que se lleve mejor con ese robot o con ese software. Esa es la clave del futuro, llevarse bien con la tecnología. ¿Cuánto de computerizables somos?

–Sobre el trabajo con robots, ¿qué políticas sugiere?

–Estimular la robotización al igual que se estimuló la digitalización. Lo que hay que saber es para qué se estimula, y para eso nos haremos la pregunta de ¿quién lo hace? y ¿por qué lo hace? Este «porqué» es la clave. La tecnología solamente es el «cómo», y el «porqué» seguiremos siendo los seres humanos.

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Entrevista en ABC: ¿Cómo será el futuro del trabajo?

Jose Manuel Sánchez, de ABC, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina». Hablamos de todo cuanto trata el libro de un modo general pero la parte que tuvo mayor relevancia resultó ser la que hace referencia al modo en el que trabajaremos en el futuro. En el libro destaco en la parte final este hecho y, en realidad, es el fragmento en el que mayor esfuerzo de análisis hago. No es fácil imaginar como será ir a trabajar en el futuro cuándo es evidente que no sabemos que tecnologías asociadas y derivadas de las actuales van a ser el hilo conductor. Os dejo aquí la transcripción de la misma.

Jose Manuel Sánchez, de ABC, me entrevistó para hablar acerca de mi último libro, que se publicó bajo el título «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina». Hablamos de todo cuanto trata el libro de un modo general pero la parte que tuvo mayor relevancia resultó ser la que hace referencia al modo en el que trabajaremos en el futuro. En el libro destaco en la parte final este hecho y, en realidad, es el fragmento en el que mayor esfuerzo de análisis hago. No es fácil imaginar como será ir a trabajar en el futuro cuándo es evidente que no sabemos que tecnologías asociadas y derivadas de las actuales van a ser el hilo conductor. Os dejo aquí la transcripción de la misma.

Marc Vidal: «El trabajo del futuro es probable que se parezca más a ir a la escuela que a la oficina»

El lugar no puede ser más apropiado, la Fundación Rafael del Pino. Un espacio céntrico en Madrid que se dedica a formar dirigentes, impulsar los principios del libre mercado y la libertad de empresa y emprendimiento. En ese enclave, rodeado de una escasa vegetación urbana, acude Marc Vidal, una de las figuras más influyentes en la disrupción tecnológica. Conocido conferenciante y tertuliano, el divulgador expone en su nuevo libro, «La era de la humanidad: Hacia la quinta revolución industrial» (Deusto, 2019), los cambios e innovaciones que la sociedad va a vivir en los próximos años, así como el impacto que tendrá no solo en sus vidas, sino en todos los negocios. Su mensaje, pese a la marejada que viene de otra orilla, es más optimista.

Todavía no hemos alcanzado la Cuarta Revolución Industrial y usted ya se va directo a la quinta.

Normalmente, la mayoría de las revoluciones industriales nos enteramos de ellas cuando ya estamos ahí, en medio del meollo, con lo que todas las consecuencias negativas nos las comemos antes que nada; destrucción de empleo, deflación del capital. Diferentes aspectos que son característicos de las diferentes revoluciones tecnológicas nos avisan cuando estamos en ella. La llamada Cuarta Revolución Industrial nos hemos enterado de que lo que estábamos viviendo (una crisis financiera, inmobiliaria) tenía un trasfondo que tenia más que ver con una revolución tecnológica. No es que estemos cerca de la «Quinta», pero sí la podemos prever. Podemos interpretar que la singularidad tecnológica hay diferentes aspectos que tienen que ver con la automatización de nuestra vida económica y social, y van a afectarnos y mucho.

Si alguien piensa en aquellos trabajos de echar carbón a la locomotora hace cien años, debería darse cuenta que la tecnología permitió que esa actividad fuera más eficiente y cómoda para el empleado. ¿La tecnología es una oportunidad o una amenaza?

La tecnología siempre ha traído cosas buenas en términos generales. Obviamente, el ser humano tiene una mente retorcida y la utiliza para cosas no tan buenas. En principio, en ámbitos económicos y en el sentido humano, ha aportado cosas positivas. La Primera Revolución Industrial permitió que unas personas que trabajasen 16 horas al día, en el momento en el que entraba una máquina de vapor en una fábrica textil en el sur de Londres de 400 personas, dejasen de trabajar muchos menos. En esa época, además, lo llamaban «crisis industrial» no «revolución». Ahora los cambios son más rápidos, pero con cuarenta años después se entendió que aquello era para reducir de alguna manera la jornada laboral para que la gente hiciera otras cosas. Y que esa tecnología que en esos momentos se debía ejercer la fuerza bruta -como empujar utensilios- se pudiera realizar por una máquina. Ahí es donde empieza la cadena positiva de la tecnología. Ahora, por ejemplo, un 22% de las cosas que no hacemos los trabajadores las realiza un algoritmo o una inteligencia artificial. Calculo que para 2040 se le habrá dado la vuelta, con un 80% haciéndolo la máquina.

¿Qué hacer con el tiempo que nos resta?

Esa es la clave de esta historia. Cómo convertimos este nuevo tiempo que antes ocupábamos en hacer una serie de aspectos que tenían que ver con la idea de trabajar en una actividad que nos haga más humanos, y que además no perdamos ningún tipo de flujo económico con ello.

Desde hace tiempo se nos viene diciendo que vienen los robots; que en Europa se van a eliminar cincuenta millones de empleos en los próximos años por culpa los procesos automatizados. ¿Cómo se recicla o reutiliza a la gente que se queda fuera?

Siempre habrá empresarios, como habrá trabajadores, que aprovechen esta circunstancia para convertirla en algo a favor y que, además, daña a otro sector. Pero eso ocurre en todos los ámbitos. Está claro que quien entienda bien lo que supone tecnificar y ser más eficiente lo que sucede en su empresa desde el punto de vista tecnológico sacará ventaja. Y esa ventaja, a veces, no es que vayas a reducir el número de trabajadores sino que vas a aumentar la eficiencia de esos trabajadores gracias a que ahora les voy a facilitar herramientas tecnológicas que van a ser mucho mejores. Esto va de colaborar y, cuanto colaboremos con la tecnología, más diferente va a ser nuestro empleo pero seguramente más eficiente. Y tendremos más tiempo para otras cosas. El trabajo del futuro es más que probable que se parezca ir a la escuela que ir a la oficina.

Un mensaje optimista…

Es optimista porque al final refleja la evolución. Obviamente se van a destruir empleos, se ha hecho siempre. El ser humano lo que hace al final es convertir en eficiencia todos los problemas. Y ese problema que va a tener que ver con el régimen laboral, unos países lo harán antes, otros peor, otros mejor. No sabemos si la jornada laboral será de ocho horas o seis o cuatro, ni tampoco si habrá tres días para el fin de semana, pero la propuesta de que eso se hable parte del error de que eso sea automático. Para ello, hay que cambiar el modelo de producción, el modelo de crecimiento de un país, porque tiene que ser más tecnológico.

Uno de los epígrafes del libro se titula «No era una crisis». ¿Qué era entonces?

Fue una crisis, pero fue más una consecuencia. No fue tanto el origen de nada. Desde el punto de vista técnico, y más allá de lo que significa una crisis, fue una deflación del capital. Que es una de las características que tienen habitualmente las revoluciones tecnológicas. Una de ellas es «servitizar» (sic) las cosas -que se conviertan en servicios muchos productos cambiando la cadena de valor- y otra es la deflación del capital. Si comparamos todo lo que era necesario hace quince años para hacer las cosas que hace hoy en día un teléfono móvil necesitábamos quince dispositivos. Eso antes junto costaba 15.000 euros; ahora todo eso lo hace un aparato que vale apenas mil euros. La pregunta que se hicieron los economistas en World Economic Forum hace unos años fue que «¿dónde estaba ese dinero?». El problema es que hemos vivido aparte de esa crisis que en realidad era una consecuencia de algo -la tecnología- que estaba cambiando el mundo hemos vivido otra que llaman «recuperación». Y estamos viviendo una recuperación que en realidad es una deflación social. Es decir, que todo aquello que podíamos ganar por una serie de tareas que hiciéramos durante el día,. ahora es prácticamente imposible. Es decir, hemos vivido una deflación del capital en lugar de una crisis y, ahora, estamos viviendo una deflación social en lugar de una recuperación.

Duras palabras, pero hacía dónde vamos…

Las cifras parecen indicar que vamos hacia una crisis. Las crisis son algo más complejo que una desaceleración. Estamos en una fase de desaceleración, unos países más que otros. Que eso se convierta o no en una crisis dependerá de muchos factores. Es evidente que con las pocas medidas que se están tomando en algunos países como España para enfrentarse a eso que se nos avisa con claridad, nos puede sumir en una crisis profunda. Lo más probable que como en nuestro país no va a pinchar ninguna burbuja, que fue la hecatombe anterior, el problema es que no tienes nada que recuperar. Nada que volver a construir. España depende de un 16% del turismo y un 15% del sector inmobiliario. Es decir, un tercio de la economía española depende de sectores de poco valor añadido. Como no cambiemos ese modelo económico vamos a tener un problema grave. Puede que no sea profunda, pero sí que sea larga. Y los efectos pueden ser incluso peores. El tren de la modernidad ya ha salido. Hay países que tienen un plan integral de Inteligencia Artificial en desarrollo para ver cómo se enfrenta a la próxima década. Hay países que estudian en cómo nos enfrentaremos a la reducción del empleo por la tecnología o la reducción de la jornada para que sea más eficiente. Y nosotros, España, todavía mirando a ver si ha dimitido un señor [en relación a Albert Rivera, exlider de Ciudadanos].

Los gobernantes de uno u otro signos siempre prometen que quieren crear un «Silicon Valley en España». ¿Cree que eso es posible?

Algunos se deben pensar que Silicon Valley es un polígono industrial moderno. O no han estado o no se lo han explicado bien. Silicon Valley es una cosa que es difícil incluso de reconocer. Es un espacio donde hay mucho talento, pero sobre todo mucho dinero que ha generado que ese talento tenga salida. Hay una apuesta empresarial pero también ha habido apuesta institucional desde hace muchos años. Pero además de ese capital, hay que facilitar las cosas para que ese capital tenga ganas de invertir. Hay gente que se cree que es poner varias empresas al lado en una especie de «coworking» -trabajo compartido- . Al final no es así. Y, de hecho, cada país tiene que asumir cuál es su realidad. España, por ejemplo, no tiene petróleo con lo que para qué vamos a plantearnos un futuro con combustibles fósiles. España tampoco tiene un Silicon Valley. No somos creadores de empresas tecnológicas nuevas. España es un país turístico. Tiene innovación en «biotecnología» que se podría potencial. Pero si tienes el Turismo que es un porcentaje importante de la economía española, modernicemos ese sector. En aquello que sabes que eres una potencia mundial, ¿por qué no lo reconvertimos y le damos más valor tecnológico? La idea es cómo utilizar los aspectos en los que somos mejores para que la tecnología nos lo haga mucho mejor y no tengamos competidores.

La tecnología de consumo y la innovación se maneja ahora mismo de dos frentes, Estados Unidos y China. ¿Pinta algo Europa?

El discurso fácil es que en Europa hay mucho talento, pero la realidad es que las empresas europeas que han sido capaces de convertirse en primeras potencias mundiales se han tenido que ir a Estados Unidos para buscar fórmulas alternativas u otras han tenido que relacionarse con China. Europa se ha quedado, sinceramente, detrás de la innovación. Se ha vuelto vieja. No se le hace demasiado favor que se le examine tanto a las tecnológicas. No son todo bondad, pero lo que nos han traído muchas cosas que nos hacen mejores. Habría que ser capaces de jugar otros papeles, no tanto de árbitro, pero sí de estimulante.

De hecho, pone siempre de ejemplo el modelo de Kodak.

Esta empresa vivió una realidad curiosa. Es sintomático de cómo a veces teniendo la solución delante de tus narices no se aprovecha. Kodak había patentado la cámara digital y se negaron a poner en marcha un plan de producción para sacarlo adelante y de incorporarla en su negocio porque consideraban que tenían un problema con el stock de papel. Se encontraron con el debate de que si ellos ponían la pista de que el mundo de la fotografía pasaba por la cámara digital muchas empresa que no se dedicaban a ese sector podrían ser potenciales competidores. Pero también pensaron que nunca los seres humanos preferiría ver imágenes en cámaras pequeñas. Y desaparecieron justo cuando la fotografía estaba siendo más usada. Nunca hemos hecho más fotografías que ahora. El problema no era hacer fotos sino el soporte, que ya se había digitalizado. Y en el momento en el que se digitaliza algo cambia todo.

¿Cómo superan esas grandes estructuras ejecutivas el miedo a la tecnología?

Una gran compañía que quiere enfrentarse a la potencial disrupción tecnológica tiene que asumir un comportamiento más de ser muchas «startups» dentro de ella. Una gran compañía es un transatlántico y una «startup» es una lancha. Es imposible hacer que el transatlántico funcione como una lancha, pero sí que esté compuesto por muchas lanchas. Ese modo de trabajo requiere cuatro cambios imprescindibles: modificar el conocimiento del cliente, los procesos tienen que ser inteligentes, generar nuevos modelos de negocio y, por último, es que hay que formar a las personas de una manera muy distinta. Hay que hacerse una pregunta: «¿Cuántas de las cosas que voy a hacer en dos años las va a hacer una máquina?» Y ahí descubrirás qué porcentaje de tu trabajo va a ser sustituido. El porcentaje que no va a ser sustituido es la clave, porque es el que debes potenciar.

Hace mención también al sector bancario, otro sector que ha estado sufriendo innumerables crisis. ¿Cómo vislumbra el futuro del dinero?

Que el dinero sea digital es el objetivo de la administración pública y de las entidades financieras porque es más fácil de identificar. Va a mejorar todo lo que significa el sistema monetario y esas fluctuaciones de dinero que no sabemos muchas veces qué sucede, y será además más fácil de detectar cuando una persona hace algo malo. El efectivo tiene los días contados. Incluso la tarjeta de crédito empieza a tener poco uso. La disrupción en este sector va más allá de si habrá o no dinero, si será criptográfico o no. Las nuevas discográficas son los bancos porque le van a venir sus «Spotify», su «Napster». Y tiene que ver porque la gente va a empezar a preferir tener productos financieros vinculados a aquello que compra. Esa perspectiva es en donde la banca tradicional va a tener que hacer un mayor esfuerzo.

¿Aboga por una especie de renta básica universal?

El hecho de que vayamos al trabajo a aprender no será optativo por una razón: cuando nos encontremos que hay una máquina o un software que va a hacer cosas que antes hacíamos nosotros. Sabemos que las máquinas son muy buenas respondiendo pero son muy malas creando preguntas. Las preguntas las creamos los seres humanos. Cuando más sepa de esa máquina mejores respuestas me dará. Y cuantas mejores respuestas obtenga, mejor trabajador seré. El buen matemático es aquel que interpreta que con una calculadora puede hacer grandes cálculos. La calculadora no le sustituye a él, sustituye el tiempo que antes dedicaba a operaciones a mano. La renta básica universal u otras fórmulas que se puedan adoptar digo siempre que no va ser ni de izquierdas ni de derechas, va a ser inevitable. Porque al fin y al cabo vamos a tener que racionalizar que mucha gente no va a poder alcanzar ese punto pero a la vez vamos a tener que ser capaces de distribuir lo que sí se haga a través de esas máquinas y esas personas.

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Es urgente formar a 120 millones de trabajadores en ‘nuevas’ habilidades.  

El próximo 22 de octubre, de la mano de Ediciones Deusto de Planeta Libros, se publicará mi nuevo libro. Será el tercero en este grupo editorial y llevará por título ‘La Era de la Humanidad’. Se trata de un ensayo en el que analizo los cambios que estamos viviendo y los que vamos a vivir, no sólo tecnológicos sino también en aspectos económicos y sociales. Nos encontramos ante el mayor desafío socioeconómico de la historia, en la antesala de algo que llamaremos Quinta Revolución Industrial y que nos acercará a un mundo en el que todo aquello que hacemos ahora de un modo determinado, deberá ser repensado. En lo laboral, en lo social y en lo político. Llevo mucho tiempo defendiendo que, aunque aparentemente la automatización del mundo no parece una gran noticia, lo más probable es que la era más humana de la historia, acabe siendo la era más tecnológica jamás vista’. Algo que no es incompatible.

El próximo 22 de octubre, de la mano de Ediciones Deusto de Planeta Libros, se publicará mi nuevo libro. Será el tercero en este grupo editorial y llevará por título ‘La Era de la Humanidad’. Se trata de un ensayo en el que analizo los cambios que estamos viviendo y los que vamos a vivir. No sólo tecnológicos sino también en aspectos económicos y sociales. Nos encontramos ante el mayor desafío socioeconómico de la historia, en la antesala de algo que llamaremos Quinta Revolución Industrial y que nos acercará a un mundo en el que todo aquello que hacemos ahora de un modo determinado, deberá ser repensado. En lo laboral, en lo social y en lo político. Llevo mucho tiempo defendiendo que, aunque aparentemente la automatización del mundo no parece una gran noticia, lo más probable es que la era más humana de la historia, acabe siendo la era más tecnológica jamás vista’. Algo que no es incompatible.

Por eso hoy quiero hacerme eco de una encuesta realizada por IBM y que se suma al informe de PWC sobre el teórico robo de empleos en manos de robots. En ella se dice que más de 120 millones de trabajadores en todo el mundo necesitarán capacitación específica en los próximos tres años debido al impacto, especialmente, de la inteligencia artificial en los trabajos. Aquí no aparecen las cifras vinculadas a la robotización puramente industrial. Sin duda esta debería ser una de las grandes preocupaciones de todas las administraciones públicas. Si hay escasez de talento en las áreas dónde va a ser obligatorio enfocar el trabajo humano ¿porque no estamos estableciendo el camino para que no tengamos un choque frontal con una realidad que podría ser un drama bíblico?

Fijémonos en una cifra. Hoy en día, de media, los trabajadores necesitan 36 días de capacitación para eliminar una fisura en sus habilidades. Hace apenas cinco años se precisaban únicamente tres días. Esto se debe a que los ‘skills’ que hoy en día se empiezan a requerir, y que irán en aumento en los próximos tiempos, son de naturaleza más conductual. Hablamos del trabajo en equipo o la comunicación y de otras altamente técnicas, como las capacidades en la ciencia del análisis de datos. Amy Wright, directora del área de talento en IBM dijo en esta entrevista que ‘el cambio de habilidades técnicas generalmente se basa en una educación estructurada con un objetivo definido con un comienzo y un final claros y que desarrollar este tipo de habilidades del comportamiento conlleva más tiempo y es mucho más complejo’. 

Yo no soy un experto en gestión del cambio ni en recursos humanos, pero en mi equipo hay gente que sí sabe mucho y me cuentan que, atendiendo a los cambios que la transformación digital está provocando en las organizaciones de todo tipo, esas habilidades del comportamiento, como la capacidad de trabajar bien en equipo, la comunicación, la creatividad y la empatía, se desarrollan mejor a través de la experiencia en lugar de hacerlo a través de programas de aprendizaje estructurados como un seminario cualquiera. De todos modos decir que ‘tenemos que formarnos en nuevas habilidades’ me parece curioso. Esas habilidades que se requieren son tremendamente humanas, por lo que es más hacerlas emerger que crearlas. De ahí que me cueste hablar de ‘nuevas’ habilidades y prefiera hablar de seres ‘tecnológicamente’ más humanos. 

No tengo claro que la escasez de esas habilidades esté claro en todas partes. Cuando asesoro a alguna empresa en su proceso de transformación, muchas veces las preguntas desde la dirección de recursos humanos se dirigen a la voluntad de formar el talento existente en experiencias de tipo técnico. Eso es imprescindible, obviamente, no conozco ninguna revolución tecnológica sin tecnólogos por medio, pero también se debe comprender que en esa fase de incorporación tecnológica hay que abordar un nuevo papel de las personas. Cada vez que un robot, un sistema experto de inteligencia artificial o un automatismo sustituye en un proceso determinado a un trabajador humano, nace un escenario nuevo de relaciones entre tecnología y humanidad. De ahí que los empleadores que tienen claro esa visión pidan cada vez con un mayor énfasis, personal con un amplio desarrollo en las habilidades denominadas blandas. Hablan de capacidad de comunicación, de ética y de creatividad.

Solucionar el asunto está en manos de los que marcan las lineas estratégicas en materia económica, laboral, social y política establecer mecanismos para que todos lo entendamos. España, gran parte de Europa, toda Latinoamérica, no están previendo el impacto que esto va a tener en las cifras de ocupación. Es factible pensar que los avances en Inteligencia Artificial no solo desplacen los empleos sino que también creen otros nuevos. De ahí que el desafío será capacitar a los trabajadores para llenar los nuevos trabajos. Unos lo están teniendo en cuenta y otros siguen con sus cosas muy alejadas del problemón que se acerca. Si no se ejecutan planes educativos, de formación profesional, universitarios, académicos y en el sector privado, si no se premia la inversión en ese tipo de formación, si no se establecen paquetes de reducción fiscal para que las empresas puedan abordar ese reto, si no se generan planes integrales desde las instituciones, el paro se hará endémico, irreversible y con él caerá la eficiencia, la productividad real y el nivel económico. 

Algo que parece complejo no lo es tanto. Se trata de poner sobre la mesa los requerimientos de la economía de la sociedad inminente, diseñar programas para cumplir con un nuevo modelo laboral, estimular su ejecución con políticas activas de todo tipo y premiar a quienes lo hagan. Finalmente acelerar el despliegue de la tecnología, ayudando a los sectores que lo permiten de un modo más rápido, y sentarse a esperar. Lamentando la caída de turistas, de los que depende en España el 14% del empleo, o de la caída de la venta de coches, de las que depende un 10% de la población activa, no vamos a solucionar nada. 

La cosa no va de listas sobre empleos que van a ser destruidos por los robots. Habrá muchos casos en los que será así. Ha pasado siempre con cualquier avance tecnológico. Lo interesante no será que profesionales se van a sustituir sino que nuevos profesionales, utilizando tecnología para trabajar, seguirán en lo mismo. No te preocupes por que un robot te vaya a quita tu empleo, preocúpate por que alguien que se lleve mejor que tu con un robot te quite el empleo. De eso va. Y urge entenderlo.

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Coches, Futurismo, Smart City Marc Vidal Coches, Futurismo, Smart City Marc Vidal

La industria del coche autónomo será china y su gasolina serán tus datos.

La semana pasada escribí sobre el temido ‘peak car’ que los fabricantes temen. Esa amenaza en el modelo de uso del automóvil tiene otro gran reto: la conducción autónoma. Un concepto que debemos establecer en diferentes fases o niveles que, además, nos darán las pistas de como va a evolucionar y dónde esta tecnología y la industria en general. Existen seis niveles distintos cuando calificamos el nivel de autonomía de un vehículo. Desde la automatización de nivel 0 a nivel 5, los coches autónomos compiten en la conquista de un futuro en la que, por cierto, China empieza a destacarse y se ofrece como el referente más claro del futuro. Otra industria en la que, a parte de los avances en inteligencia artificial y en el despliegue de la tecnología 5G, tendrán una posición de cierta ventaja.

La semana pasada escribí sobre el temido ‘peak car’ que los fabricantes temen. Esa amenaza en el modelo de uso del automóvil tiene otro gran reto: la conducción autónoma. Un concepto que debemos establecer en diferentes fases o niveles que, además, nos darán las pistas de como va a evolucionar y dónde esta tecnología y la industria en general. Existen seis niveles distintos cuando calificamos el nivel de autonomía de un vehículo. Desde la automatización de nivel 0 a nivel 5, los coches autónomos compiten en la conquista de un futuro en la que, por cierto, China empieza a destacarse y se ofrece como el referente más claro del futuro. Otra industria en la que, a parte de los avances en inteligencia artificial y en el despliegue de la tecnología 5G, tendrán una posición de cierta ventaja.

Es evidente que la conducción autónoma ya está cambiando las hojas de ruta de toda la industria del automóvil. El impacto a medio plazo será intenso pero a largo será profundo. Las nuevas asociaciones y ecosistemas creados en torno a tecnologías y servicios están preparando un escenario realmente muy emocionante y desconocido. Lo relevante es el papel que está jugando desde ya mismo el gigante asiático. A principios junio, con motivoo del Baidu World 2018 celebrado en Beijing, el presidente de Baidu, Ya-Qin Zhang, y el director general del fabricante de automóviles sueco Volvo Cars, Håkan Samuelsson, presentaron su relación empresarial a fin de conquistar el futuro de los coches sin conductor. Aspecto que relacionaron totalmente con la inteligencia artificial y las ciudades inteligentes como marco de referencia en el desarrollo de esta industria. 

Baidu y Volvo Cars acordaron desarrollar conjuntamente autos eléctricos totalmente autónomos con el objetivo de producirlos mayoritariamente para China. Atención a esto. Si tienes clientes, normativa y dinero, nadie puede frenar tu liderazgo a medio plazo en cualquier batalla. El problema del resto del planeta es la reticencia a la puesta en marcha de algo más que pruebas piloto de circulación autónoma. Según China y algunas empresas interesadas, ha llegado el momento de hablarle al mercado en el idioma que más le gusta: la innovación, colocar al cliente en el centro y de que las leyes no frenen en cualquier caso ninguna de estas dos realidades. Europa mantiene pruebas en niveles de conducción autónoma en posición 1, 2 y 3. Estados Unidos ha realizado pruebas en niveles 3 y 4. China quiere llegar a nivel lo antes posible. 

Hay más ‘deals’ en este sentido. Fiat Chrysler y Aurora, una compañía de automóviles sin conductor, han firmado un acuerdo para trabajar juntos. Han cerrado un acuerdo para trabajar juntas en la fabricación de coches de auto conducción. El acuerdo permitirá a Aurora seguir mejorando y expandiendo su software automotriz sin conductor y ofrecer una variedad de soluciones a clientes estratégicos en logística, tránsito y otros casos de uso. Los fundadores de Aurora provienen de prestigiosas empresas de tecnología como Uber, Tesla y Alphabet que hace prever que tienen una comprensión sólida de hacia donde va este modelo de negocio.

A principios de año, Aurora, Amazon y Sequoia, una firma líder de capital de riesgo, firmaron otro acuerdo por valor de 530 millones de dólares en el mismo sentido. Al unir fuerzas con fabricantes de automóviles de todo el mundo, Aurora podrá producir vehículos que sean compatibles con Aurora-Driver, utilizando el sistema de conducción automática de la compañía, en grandes cantidades.

Los fabricantes de automóviles, incluidos Tesla, Volvo, Mercedes, Audi y otros, están trabajando para llegar al Nivel 5 de conducción autónoma lo antes posible. Estos, y otros fabricantes de automóviles, están agregando más características autónomas a sus vehículos poco a poco y en base a las normativas que les frenan temporalmente. En principio, poco después de 2020, la autonomía de conducción se va a completar según todos los expertos. Antes de que reflexionar acerca de la intensidad de su llegada, sepamos que significa cada nivel de automatización:

Nivel 0: Sin automatización.

La mayoría de los coches que hoy circulan pertenecen a esta categoría. El conductor humano está a cargo de todos y cada uno de los aspectos de las tareas de conducción dinámica. El coche se puede ver mejorado con sistemas de advertencia o intervención, pero el conductor humano tiene todo el control para tomar las decisiones. El coche no toma ninguna.

Nivel 1: Asistencia al Conductor

En un vehículo con autonomía de nivel 1, el conductor humano controla la dirección, la aceleración o la desaceleración utilizando información sobre el entorno de conducción. Se espera que el conductor humano realice los aspectos restantes de la tarea de conducción dinámica, que cubre el control de crucero basado en un radar por ejemplo.

Nivel 2: Automatización parcial

En este caso el modo de conducción autónoma controla tanto la dirección, la aceleración y la desaceleración. El conductor humano realiza los aspectos restantes de la tarea de conducción dinámica, siendo responsable de cambiar de carril, salir de las autopistas y hacer giros.

Nivel 3: Automatización Condicional

En este otro caso el sistema de conducción automatizada del vehículo controla el entorno de conducción y controla la aceleración, el frenado y la dirección. El conductor humano está en control, sin embargo, sólo responde y actúa ante una solicitud de intervención del mismo coche.

Nivel 4: Alta automatización

En el penúltimo nivel el sistema controla todos los aspectos de las tareas de conducción. Esto incluye situaciones en las que el conductor humano no responde adecuadamente cuando se le pide que intervenga. La diferencia con la automatización completa es que en este caso aun se le pide que el conductor humano haga algo (lo haga o no) y en el nivel 5 no se le pide nada. Ford y Volvo ya han anunciado que en su plan de negocio y desarrollo está la puesta a la venta de este tipo de coches a mediado de 2021.

Nivel 5: Automatización completa

En este último nivel se considera que la inteligencia artificial tendrá que ser de tipo cognitivo. Es decir, nos responderá sin hacerle preguntas. En este caso, el sistema de conducción automatizada estará siempre en funcionamiento. Todos los aspectos de la conducción dinámica en todo tipo de carreteras o condiciones ambientales, serán autónomas. Serán los primeros coches sin volante y con asientos en la zona de conducción y copiloto girados al centro del vehículo. 

Los fabricantes de automóviles no se atreven a establecer un momento en el que esto pueda ser operativo. No obstante, lo que decíamos de China se refiere a esta última fórmula y nivel.  El cambio en lo que hoy es un automóvil cambia radicalmente con este punto final. Con un automóvil de nivel 5, podrás establecer el destino, recostarte y relajarte mientras el automóvil te lleva de manera segura. En este tipo de conducción totalmente autónoma empiezan a perder sentido semáforos, señales de tráfico, parkings, coches en propiedad u otros convenios sociales que parecían inamovibles. ¿Para que tener en propiedad un coche que no le puedes indicar hacer nada concreto? Se convierte en una especie de transporte público al que te puedes abonar. 

La conducción autónoma, definida como las funciones de Nivel 4 (L4) y Nivel 5 (L5), creará nuevas experiencias de usuario en el vehículo, además de solicitar servicios conectados que admitirán casos de uso. En general, podemos esperar tiempos emocionantes en la industria automotriz. Es más que probable que los fabricantes de coches se conviertan en los dueños de todos los coches y nos los dejen usar en función de diferentes variables. De hecho su negocio no serán ni los coches ni la movilidad. El verdadero negocio estará en los datos que les vamos a regalar circulando en sus chismes autónomos. 

¿Pero donde estamos ahora? ¿Porque China puede adelantarnos a todos y liderar este futuro? Baidu, una de las compañías más innovadoras del mundo según Forbes, es el proveedor de búsqueda de Internet líder en China. Algo así como Google para ellos. Volvo, la compañía sueca que apunta a ser el proveedor preferido para las compañías de movilidad a nivel mundial, es el primer fabricante de automóviles extranjeros que logra alcanzar un acuerdo con Baidu.

Baidu eligió Volvo Cars debido a sus credenciales de seguridad. Siempre se ha dicho que un Volvo no es tan atractivo como otros pero si es más seguro. Bueno, eso decía mi padre. Baidu contribuirá con su plataforma de conducción autónoma Apollo y Volvo proporcionará la experiencia y las tecnologías avanzadas de la compañía a la asociación que parece poseer una fórmula ganadora en la industria de vehículos de auto conducción.

Según el último pronóstico de ventas de vehículos autónomos de IHS Markit publicado en febrero de 2018, las ventas globales de automóviles autónomos aumentarán de 51,000 unidades en 2021 a 33 millones en 2040. Crees que falta mucho, lo sé, pero piensa que en 2030 serán más de 5 millones de unidades vendidas. Ese año está a la misma distancia temporal que el mundial de Sudáfrica que ganó España. ¿A que ahora no te parece tan lejano?

El mercado de los Estados Unidos verá la primera implementación inicial y la adopción temprana de vehículos autónomos a partir de 2019. Europa y China comenzarán a agregar un volumen considerable a partir de 2021. La movilidad como servicio (MaaS) llevará vehículos autónomos de manera general antes de la propiedad individual en forma de servicios autónomos de taxi y viajes compartidos. Antes será eso, después, tal vez, ni nos interese tenerlo en propiedad en términos generales.

Según Egil Juliussen, Ph.D. y el director de investigación de tecnología automotriz en IHS Markit, los primeros volúmenes de vehículos autónomos (más allá de los vehículos de prueba) llegarán en 2019 a través de servicios de movilidad sin conductor. ‘Los volúmenes superarán las 51,000 unidades en 2021, cuando los autos autónomos de propiedad personal alcancen a compradores individuales por primera vez, algo que ahora no pasa’. IHS Markit estima que se venderán cerca de 1 millón de unidades en 2025 entre flotas compartidas y autos de propiedad individual.

En las próximas décadas, es probable que China se convertirá en el mercado más grande para autos que vayan solos. IHS Markit predice que China venderá un estimado de 14.5 millones de autos autónomos para 2040, en un volumen global total de alrededor de 33 millones de unidades. La mitad de los coches autónomos del mundo serán chinos. Están currando para eso. 

Además, por lo que se sabe acerca de las regulaciones sobre pruebas y despliegue de vehículos autónomos, China tiene planes para que se implementen pronto. La ventaja estará en la agilidad de la administración. Pinta mal para Europa pues…

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Coches, Futurismo, Industria 4.0 Marc Vidal Coches, Futurismo, Industria 4.0 Marc Vidal

El 'peak car' o el fin del automóvil tal y como lo conocemos.

Me vendí mis coches hace 10 años. Y me gustaban. Pero era no tenía sentido. Es como dejar de fumar. Antes de hacerlo crees que es imposible vivir sin ello. Una vez lo logras, te sorprende que no lo hayas hecho antes. Resulta que las ventas de coches se desploman en todo el mundo.En 2019 se prevé que la demanda caiga un 3% en total. Sólo en Estados Unidos en lo que llevamos de año se han despedido a 38.000 empleados. Las exportaciones de vehículos desde Reino Unido han caído un 89% en los últimos dos meses. Parece claro que ya nada volverá a ser igual, que el inicio del declive del coche privado ya ha empezado de manera irremediable pues en el futuro inmediato prescindiremos de los vehículos particulares cada vez más. El desastre, conocido como ‘peak car’, el punto en el que la demanda de automóviles comience a disminuir, empezará con los diesel debido a las regulaciones que se están imponiendo, seguirá con los gasolina y afectará también a los eléctricos. No es un tema de con que motor se propulsan, es un tema de cultura y movilidad.  

Me deshice de mis coches hace 10 años. Y me gustaban. Costó tomar la decisión. Es como dejar de fumar. Antes de hacerlo crees que es imposible vivir sin ello. Una vez lo logras, te sorprende que no lo hayas hecho antes. Resulta que las ventas de coches se desploman en todo el mundo.En 2019 se prevé que la demanda caiga un 3% en total. Sólo en Estados Unidos en lo que llevamos de año se han despedido a 38.000 empleados. Las exportaciones de vehículos desde Reino Unido han caído un 89% en los últimos dos meses. Parece claro que ya nada volverá a ser igual, que el inicio del declive del coche privado ya ha empezado de manera irremediable pues en el futuro inmediato prescindiremos de los vehículos particulares cada vez más. El desastre, conocido como ‘peak car’, el punto en el que la demanda de automóviles comience a disminuir, empezará con los diesel debido a las regulaciones que se están imponiendo, seguirá con los gasolina y afectará también a los eléctricos. No es un tema de con que motor se propulsan, es un tema de cultura y movilidad.  

Los servicios como Uber, Cabify o Lyft continúan aumentando su flota de usuarios, con lo que tener coche propio cada vez se ve menos necesario. Resulta mucho más barato compartir un trayecto de forma puntual que afrontar el coste del vehículo y su mantenimiento. Bank of America ya prepara su afectación en este sector económico asumiendo que ‘la industria automovilística está al borde de una recesión, pues se esperaba que la caída de ventas mundial se vería amortiguada por el crecimiento en China, algo que no ha pasado’.

En Europa también van a caer las ventas. Un 4% se calcula, unos 15 millones de unidades menos. El renacimiento posterior a la crisis en la fabricación de automóviles ha sido breve. De acuerdo con la OCDE, en todo el mundo desarrollado, el crecimiento en millas totales de vehículos recorridos ha ido disminuyendo de manera constante desde principios de la década de 2000. En Estados Unidos, el segundo mercado automotriz más grande del mundo después de China, esa medida alcanzó su punto máximo en 2007 y ha disminuido desde entonces, a pesar del aumento de la población.

caida ventas vehiculos

Hay varias explicaciones para esto: Primero, el costo creciente de los combustibles fósiles, los seguros y el estacionamiento en un momento de estancamiento del crecimiento salarial en muchos países avanzados. Hay cambios en las políticas que reflejan las preocupaciones sobre el cambio climático y la contaminación, junto con los intentos de ‘crecimiento inteligente’ para reducir la expansión urbana, los gravámenes en el uso de carbono y el énfasis en los múltiples modos de transporte que ya existen. Cada vez hay menos gente dispuesta a asumir o aceptar el coste de tener un vehículo en propiedad.

Otras razones son de tipo social y cultural. La revolución tecnológica ha hecho que algunos viajes por trabajo y placer se vuelvan obsoletos. La idea del automóvil como símbolo de estatus es un modo de pensar muy viejuno. Estas tendencias son especialmente evidentes entre los jóvenes, lo que evidencia que los fabricantes de automóviles no se dirigen a un mercado más amplio, sino todo lo contrario. Algo parecido a lo que sucede con otros sectores que no interesan a las generaciones más jóvenes. 

La ‘Constante de Marchetti’ es una teoría que defiende que las personas solo tolerarán los viajes diarios de hasta una hora. A medida que el crecimiento de la población ha aumentado la congestión, las ciudades que alguna vez apoyaron los viajes rápidos en automóvil ahora soportan los atascos de tráfico. De hecho hay quien defiende que el uso máximo de automóviles sugiere que estamos presenciando el final de la construcción de ciudades pensadas por y para los automóviles.

China ya ha tenido el atasco de tráfico más largo del mundo, durante 12 días miles de coches estuvieron prácticamente parados a lo largo de 100 kms. Brasil, otra fuente importante de demanda de automóviles, ha vivido alguno similar. Es posible que estas naciones en países emergentes no estén inclinadas a realizar las inversiones en infraestructura necesarias para poner más autos en la carretera después de ver cómo la planificación centrada en el automóvil ha afectado a las naciones desarrolladas. Es decir, que ni en esos países pinta bien.

El término que usan las compañías automotrices para esto es ‘global gridlock’ (atasco global). Todas están planteando el futuro en una dirección contraria a la venta masiva de productos y se encaminan a diseñar modelos de venta de servicios. No es sencillo, algunos fabricantes no lo ven claro, pero no tienen otra. Cualquier industria precisa de tener más clientes a medio plazo y crecer constantemente. Siguen sin ver que el verbo del futuro es ‘optimizar’ y ello conlleva convertirse en ‘facilitadores de movilidad’. 

El futuro pasa por diseñar ciudades con los fabricantes de vehículos, es evidente, pero esa colaboración ya no va a ser en base a los principios actuales. Hay que pensar que se están desarrollando autos que puedan comunicarse entre sí y con la infraestructura urbanística. Los coches en sí van a ser herramientas que trabaje ellas mismas en reducir la congestión y la eficiencia urbana. Parte del plan es, parcialmente, la automatización de automóviles. Algo que no veremos de manera general en diez o quince años como mínimo. Las barreras legales son demasiado altas por ahora, a pesar del potencial que tiene. La tecnología 5G y su despliegue, que también tendrá sus propios problemas, podría acelerarlo, pero no soy demasiado optimista en eso.

En definitiva, el fin de la era del automóvil es más que evidente.  El ciclo del vehículo ha entrado en un declive que se acenturará aún más con el tiempo. Hay un efecto ‘tsunami’ en la caída de las ventas de vehículos originado en el suministro de vehículos usados, que provoca la bajada del precio de este tipo de vehículos y los hace más atractivos que los coches de nueva fabricación. El sector automovilístico se encuentra dominado por una narrativa negativa, al haberse detectado un notable descenso de la demanda de existencias. 

Lo preocupante es que lo tenemos muy mal organizado. El declive del automóvil frenará el crecimiento económico. El ‘peak car’ está teniendo ya un fuerte impacto en las tasas de empleo. Honda comunicaba que cerraría su fábrica en Swindon, Inglaterra, lo que se saldaría con 3.500 despidos. En los últimos 6 meses, se han registrado cerca de 38.000 despidos en todo el mundo a manos de fabricantes de automóviles, según una información de Bloomberg. Ford anunciaba también 7.000 despidos, lo que equivale al 10% de su plantilla.

No es de extrañar que estas cifras tengan una influencia nefasta en el crecimiento económico. El declive del coche privado propio ha supuesto una reducción del 0,2% del producto interior bruto (PIB) a nivel global, según Fitch Ratings. Según el jefe de Ford ‘el declive no será total y en ningún caso supondrá la desaparición de los coches. Los automóviles no serán los próximos caballos o carruajes. En su lugar, la industria automovilística tras el pico del automóvil se perfila como la próxima industria de la televisión: con una decadencia larga y lenta que tardará años en ser comprendida del todo’.

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Futurismo, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal Futurismo, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal

La educación del futuro. Desde 2020 al 2050.

Que lo que llamamos Cuarta Revolución Industrial empieza a quedarse pequeño ante lo que se avecina es una obviedad. Hay quién busca nuevas maneras de llamarlo. Una era cognitiva, automática, sin ‘delay’ gracias al 5G y basada en un nuevo modo de conectar el conocimiento humano y el aprendizaje de las máquinas, una cuerpo social complejo y basado en datos, en nuevas habilidades y a un modo diferente de entender la conquista del espacio, lo requieren. No se me ocurre mejor manera de acaparar un futuro inmediato, a unos quince o veinte años vista que analizando el método educativo de ese tiempo venidero. 

A lo que llamamos Cuarta Revolución Industrial empieza a quedarse pequeño ante lo que se avecina. Es una obviedad. Hay quién busca nuevas maneras de llamarlo. Una era cognitiva, automática, sin ‘delay’ gracias al 5G y basada en un nuevo modo de conectar el conocimiento humano y el aprendizaje de las máquinas, una cuerpo social complejo y basado en datos, en nuevas habilidades y a un modo diferente de entender la conquista del espacio, lo requieren. No se me ocurre mejor manera de acaparar un futuro inmediato, a unos quince o veinte años vista que analizando el método educativo de ese tiempo venidero. 

La Dubai Future Academy, una iniciativa de la Dubai Future Foundation que investiga y pone en conocimiento el ‘estado del futuro’ publicó un estudio sobre como será el modelo educativo en los próximos años. No se me ocurre mejor manera para establecer los parámetros en los que se moverá nuestra sociedad en la próxima década que detallando el modo en el que las generaciones más jóvenes van a aprender. ¿Cómo será la educación y el aprendizaje entre 2020 y 2050? Os traslado lo que en ese estudio se prevé al respecto.

Nuestra sociedad nunca deja de cambiar, y nunca dejamos de aprender. Como resultado, nuestros sistemas educativos están bajo una presión constante para incorporar nuevas ideas y nuevas tecnologías, lo que en última instancia nos permite desarrollar medios innovadores para inspirar a la próxima generación. En 2018, los avances en los planes de estudio y políticas educativas nos permitieron empezar a educar a las personas de un modo que era inalcanzable en épocas anteriores. Simultáneamente, a través de los desarrollos en el acceso a la información y a los avances en las tecnologías digitales, hemos permitido que algunas generaciones puedan gozar de la oportunidad de aprender sin límites, diseñando e innovando acerca del mundo en el que quieren vivir.

La Cumbre sobre Educación en Ciencias de la Computación organizada por la Casa Blanca se anunció una nueva iniciativa que dará a todos los estudiantes norteamericanos, desde parvulario hasta secundaria, acceso a la formación en ciencias de la computación. Específicamente, el programa proporciona a cada estudiante las habilidades informáticas más demandadas y que necesitarán para unirse a la fuerza laboral del mundo y, por lo tanto, ayudarán a prepararlos en la construcción del mundo del mañana.

Legisladores de varios países como Estados Unidos, Eslovenia, Finlandia, Singapore, Japón e Israel, revolucionaron el concepto educativo al agregar una habilidad fundamental a las tres más convencionales como de lectura, la escritura y la aritmética. Se trataba de la programación. Se presentaron varias propuestas en varios países que permitieron a los estudiantes inscribirse en cursos sobre lenguajes de programación como JavaScript y Python en lugar de inscribirse en cursos tradicionales de idiomas extranjeros.

Este hecho impregnó el mundo empresarial rápidamente. Japan Airlines comenzó a usar Microsoft HoloLens en agosto para enseñar a los alumnos cómo funciona un motor a reacción. Esa tecnología utiliza la realidad mixta para combinar hologramas realistas en 3D mientras que un ingeniero, justo en frente de los estudiantes, les da acceso para que estudien fácilmente las diferentes partes del motor a reacción. Los ingenieros pueden incluso ajustar el tamaño del motor a la escala real. A través de estos métodos de enseñanza innovadores, Japón espera reducir los costos de capacitación y estimular de un modo mucho más eficiente su sector tecnológico.

En Europa, con el beneplácito de la European Emergency Number Association, un organismo comercial sin ánimo de lucro, un fabricante chino de aviones no tripulados, inició una escuela de drones en Copenhague con el objetivo de ayudar a las agencias gubernamentales a transformar los drones de juguetes recreativos a herramientas que salven vidas. Una escuela lanzó una prueba en seis meses, siendo el experimento más grande y más amplio del mundo con aviones no tripulados.

Un nuevo estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry indicó que el ADN podría usarse para predecir con precisión el logro académico de un individuo, lo que podría ser útil para ayudarnos a identificar a los niños que podrían tener dificultades de aprendizaje y desarrollar soluciones antes de que se atrasen. El trabajo se basó en un estudio de asociación del genoma que examinó casi 10 millones de polimorfismos de nucleótido único e identificó 74 variantes genéticas.

En febrero, la Escuela de Administración Global SP Jain anunció planes para lanzar sus clases de pregrado y posgrado en realidad virtual. El presidente de la escuela explicó que ‘la decisión de tener cursos con realidad virtual como un componente importante se debió a las necesidades cambiantes de los negocios’. A medida que la realidad virtual se vuelve más omnipresente, los estudiantes deben aprender a trabajar en el mundo virtual lo que significa que hay cierto grado de necesidad formativa en estar inmersos puntualmente en mundos virtuales a lo largo del ciclo formativo.

Las previsiones de la fundación acerca de los avances tecnológicos y sus adopciones en los próximos años son:

En 2020 todos los artículos científicos financiados con fondos públicos publicados en Europa podrían tener acceso gratuito bajo una reforma ordenada por la UE. En 2022 la atmósfera de la Tierra o la de la Luna se verán cómo se ve un paisaje en Soria.  Muy pronto, los niños se pondrán gafas de realidad virtual y realmente verán aquello que estudian. Experimentarán cosas en un mundo virtual. Aseguran los expertos que en 2025 la realidad virtual y la realidad aumentada aumentarán el aprendizaje remoto y, como resultado, las aulas comenzarán a desaparecer.

En 2026, en apenas 8 años, tendremos un mundo con acceso a Internet global y absoluto. Viviremos en la Internet del Todo y muchas instituciones continuarán poniendo a disposición de la humanidad su contenido. El conocimiento no tendrá ningún tipo de barrera y se compartirá utilizando la tecnología sensitiva.

En 2030 los cerebros humanos se conectarán a la nube. La capacidad de respaldar nuestros pensamientos y recuerdos utilizando computadoras aumentará dramáticamente nuestro potencial de aprendizaje. Todo esto será posible a través de nanorobots en los denominados capilares que hay en nuestros cerebros. En 2030 también la imagen cerebral revoluciona nuestra enseñanza. El uso de imágenes cerebrales nos permitirá afinar la educación al probar que modos de enseñanza funcionan mejor con cada alumno. Esto será posible gracias a que las imágenes nos permitirán ver cómo varias formas de enseñar alteran el cerebro. Ese mismo año, en 2030 mejoraremos nuestras mentes con la química. Las predicciones afirman que, para 2030, los avances en química nos permitirán usar sustancias médicas legales para alterar y mejorar la mente de nuestros estudiantes y optimizar sus cerebros para aprender. Como hoy nos ponemos unas gafas para ver mejor, en el futuro nos pondremos unos átomos para tener más memoria. 

En 2031 la educación ya sólo será personalizada. Empezará una personalización del estudio totalmente mejorada. Los estudiantes pasarán mucho tiempo involucrando a los profesores individualmente, y se ejecutarán como tutorías individuales de un modo totalmente virtual pero tremendamente real en cuanto a la percepción sensorial. Ese mismo 2031 nuestros maestros serán en gran medida pura Inteligencia Artificial, de hecho será inteligencia cognitiva. El científico informático Eric Cooke asegura que en los próximos 15 años, las máquinas inteligentes reemplazarán en gran medida a los maestros humanos, por eficiencia, capacidad y efectividad.

En 2035 los sistemas de aprendizaje artificiales nos brindarán capacidades de comprensión específicas y temporales: es decir, podrán permitir que una persona comprenda temporalmente o hable un idioma extranjero con fluidez.  En 2036, es decir en apenas dos décadas veremos cómo desaparecen casi todas las instituciones educativas tal y como ahora las conocemos. Las mejores universidades seguirán aunque en un escenario muy diferente. Las de nivel medio apenas existirán. Para 2036 los expertos predicen que se abandonarán los métodos tradicionales de prueba y comenzaremos a centrarnos en evaluaciones de otro tipo, sin notas, sin análisis de resultados. La idea tendrá más que ver con el nivel de comprensión a partir del uso tecnológico. En 2043 la educación será una parte dominante de nuestras vidas. Nuestro empleo no será un trabajo, tendrá mucho más parecido a ir a la escuela a aprender constantemente. Tendremos acceso constante a toda la información del mundo a través de nuestros dispositivos confundidos en nuestro cuerpo, por lo que la educación se volverá más omnipresente a medida que sigamos evolucionando.

En el lejano 2050 las imágenes cerebrales revolucionarán nuestros métodos de enseñanza. Los futuristas afirman que las escuelas ya no enseñarán a los niños a leer y escribir. Las interfaces cerebro-computadora harán que esas habilidades sean obsoletas e inútiles. Y, permíteme jugar a Julio Verne. En 2059 tendremos un enlace directo e instantáneo entre la red y nuestro cerebro. Como resultado, la memoria será irrelevante. 

Flipante ¿eh? Pues no sigamos educando a nuestros hijos como en el siglo XIX para un mundo que suena a siglo XXII. Tu hijo de 4 años entrará en el sistema laboral definitivo, el que busca por sus intereses, cercano a los 26 años de media. ¿Cómo será el mundo en 2040? Pues eso, que igual hay pensar si los estamos formando para ese escenario o no.

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Sociedad, Futurismo Marc Vidal Sociedad, Futurismo Marc Vidal

¿Cómo te imaginas el mundo dentro de 20 años?

Hace treinta y dos años me escribí a mí mismo. Es algo que que he hecho dos veces en mi vida. La primera de esas cartas me la remití el 10 de mayo de 1987 y en su exterior ponía “no abrirse antes del 11 de mayo de 2017”. La verdad es que estuve tentado abrirla durante mucho tiempo, pero a medida que pasaban los años, tomó más sentido esperar y no hacerlo. Os recomiendo el ejercicio. Lento pero intenso. Así empieza la conferencia que he paseado por muchos países durante los últimos tiempos.

Hace treinta y dos años me escribí a mí mismo. Es algo que que he hecho dos veces en mi vida. La primera de esas cartas me la remití el 10 de mayo de 1987 y en su exterior ponía “no abrirse antes del 11 de mayo de 2017”. La verdad es que estuve tentado abrirla durante mucho tiempo, pero a medida que pasaban los años, tomó más sentido esperar y no hacerlo. Os recomiendo el ejercicio. Lento pero intenso. Así empieza la conferencia que he paseado por muchos países durante los últimos tiempos.

Lo que sucedió al abrirla fue algo extraordinario. Lo importante no era si acerté o no en las previsiones de lo que la vida me depararía, sino que aquel que decía firmar, un tal ‘Marc Vidal de 1987’, no tenía mucho que ver conmigo en las formas, pero era completamente idéntico en el fondo al ‘Marc Vidal de hoy en día’. Al más puro estilo de un guión de Isabel Coixet, ‘era yo, pero sin mí’.

Ese ‘yo’ era un joven lleno de energía y proyectos, con un lenguaje distinto, con errores en la escritura que ahora me horroriza ver en algunos jóvenes, con fábulas y sueños inverosímiles. Era un tipo que creía saber lo que la vida me depararía. No voy a transcribir lo que dijo mi ‘yo’ que aun no era mayor de edad a mi ‘yo’ en la parte final de sus cuarenta y tantos. Ahora bien, si es interesante analizar aspectos que tenían que ver con el mundo tecnológico que imaginaba y compararlo con el que ha acabado siendo. 

En 1987 imaginé un mundo con coches voladores, viajes cotidianos a Marte y una especie de videollamadas que exigirían una infraestructura importante. No pude, ni por asomo, imaginar Internet ni tampoco el uso actual de los teléfonos móviles. Explico algo acerca de un modo de comunicar sin cables y desde cualquier lugar, pero una tecnología que yo desconocía por aquel entonces, la red digital, iba a crear un mundo del que todo deriva actualmente. No pude imaginar ninguna disrupción en ningún ámbito porque la falta de conocimiento sobre lo digital lo impedía. Esa es la idea central a tener en cuenta cuándo nos piden imaginar el futuro: no conocer el avance tecnológico que lo va a cambiar todo. Lo habitual es que imaginemos la evolución de la tecnología existente. Por eso era imposible imaginar Facebook, pero si las videollamadas. 

Y cuando me disponía a escribir una nueva carta ‘al futuro’ me llaman de Canal Historia proponiéndome que participe en la experiencia ofrecida por la Caja de las Letras, del Instituto Cervantes y que consiste en que una serie de personas dejen un ‘legado’ secreto en el Instituto Cervantes y que será abierto públicamente dentro de 20 años. El legado debería responder a ‘¿Cómo ve el mundo dentro de 20 años?’. En mi caso esta vez no ha sido un escrito, sino un video. No tengo claro en que formato o dispositivo ser verá. Siento curiosidad por eso. 

Entre los que hemos enviado este legado para que se guarde en una caja fuerte hasta marzo de 2039 están personalidades como Antonio Garrigues Walker, Manuel Campo Vidal, Maria Teresa Fernández de la Vega, Fernando Mestú o Juan Eslava. Entre los que ya han participado en este desafío intelectual están Antoni Tàpies que en 2022 sabremos que imaginó en 2007, Luis García Berlanga que en 2021 veremos que pensó en 2008, Juan Marsé que el 21 de abril de 2009 escribió algo que será abierto en 2029 o Nuria Espert entre otros que 17 de mayo de 2011 dejó algo que se conocerá el 11 de junio de 2035, día en que se cumplirán cien años de su nacimiento. Figuras como Gabriel García Márquez, Juan Goytisolo, Jorge Edwards, Eduardo Mendoza o John Elliott también han participado. 

En mi video legado, lo primero que me pregunto es si dentro de veinte años estaré vivo. Es algo que no me pregunté cuando hice algo parecido hace tres décadas. Curioso. En este caso, no obstante, hablo de lo que me apasiona y de lo que vivo hoy, no sé si en el futuro. Hablo de cómo me imagino nuestra relación entre humanos y máquinas inteligentes, cómo se estructurará nuestra economía dependiente y envejecida, como resolveremos la eficiencia energética, como nos divertiremos o como será, por ejemplo, la televisión del futuro. En ese video imagino una nueva profesión que me atrevo a pronosticar que será ‘la profesión mayoritaria en el mundo’. No lo voy a desvelar, para saber saberlo habrá que esperar a que abran ese legado en marzo de 2039.

Photo: Felix Hernandez 

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