Economía, Industria 4.0, Politica Marc Vidal Economía, Industria 4.0, Politica Marc Vidal

¿Te preocupa la Cuarta Revolución Industrial? Pues relájate, esto no ha hecho más que empezar.

Hablan, hablamos mucho de la cuarta revolución industrial. A veces hasta parece como si ya la estuviéramos superando, como si de un momento a otro alguien vaya a inaugurar la quinta. Y la realidad es que nuestra revolución tecnológica está en fase embrionaria. Y eso que puede parecer apasionante, también asusta. Si todo lo que estamos viviendo no es más que la antesala, ¿qué nos espera en cinco, diez o veinte años?

Hablan, hablamos mucho de la cuarta revolución industrial. A veces hasta parece como si ya la estuviéramos superando, como si de un momento a otro alguien vaya a inaugurar la quinta. Y la realidad es que nuestra revolución tecnológica está en fase embrionaria. Y eso que puede parecer apasionante, también asusta. Si todo lo que estamos viviendo no es más que la antesala, ¿qué nos espera en cinco, diez o veinte años?

Esta cuarta revolución industrial, denominada desde un punto de vista económico como Industria 4.0, es mucho más que eso. En ocasiones ofrezco una conferencia denominada ‘reWorld’ y diferente a otras más económicas pues se centra precisamente en el significado que tiene para todos los ámbitos de la vida el momento inédito e histórico que estamos viviendo. Suelo buscar la dimensión de lo que vivimos y el estadio en el que nos encontramos. Sabemos que esta revolución está siendo impulsada por los más de 5.000 millones de personas en el mundo conectadas a través de sus millones de dispositivos móviles, pero sólo está viviendo su primera etapa precisamente porque está sujeta a ellos.

Esta revolución tiene un problema actualmente. Arrancó sin afianzar unas bases sólidas que puedan cimentarla bien. Ninguna revolución de ningún tipo puede ser realidad si no hay un sustento tecnológico, económico, socializado, político y cultural que lo sujete y lo haga coordinadamente. Los fundamentos de la transformación que vivimos pasan por redes más avanzadas, seguridad demostrable, cambios en la cultura empresarial, economía circular, modificar el sistema de empleo, acotar las habilidades humanas para afrontar el futuro, diseñar espacios para compartir, entender que datos son relevantes y cuales no, apreciar el valor de la inteligencia artificial, etc.

Pongamos un ejemplo de cómo no estamos haciendo las cosas bien. Hoy el móvil es el centro de nuestra vida como decía, pero cada vez lo será menos. Dentro de cinco minutos, en 2020, en la era del 5G, el móvil no ocupará la posición central que ahora ostenta o, al menos, será menos protagonista pues estaremos rodeados de infinidad de dispositivos inteligentes capaces de sustituir sus funciones. Todo será muy diferente. En apenas 18 meses tu vida va a cambiar para siempre y aun no lo sabes tal vez. Estamos amontonando en una montaña de necesidades futuras, de cambios necesarios y de análisis por hacer, todo cuando sucede sin orden ni previsión. No hay acción política, ni económica en la mayoría de los casos, ni debates éticos, ni culturales, ni análisis de la utilización de los datos masivos que emitiremos en ese cercano 2020 por múltiples vías.

Seguimos en manos de la táctica social bajo la sombra de la estrategia empresarial. El móvil está muerto, es el pasado, no es el futuro. Le pasará como le pasó a Internet. La red de redes ha tenido diferentes etapas y cada una de ellas ha jugado en una interfaz diferente. Hubo una etapa de 1995 a 2005 en la que la interfaz era la pantalla grande de un ordenador de sobremesa. Se trataba de una red reflexiva. A partir de 2005 y hasta hoy, la interfaz ha sido el móvil siendo más impulsiva, más veloz. Pero lo que empieza ahora es que la información de la que estamos hablando no la generamos nosotros, sino un sensor. Se trata de un flujo de datos que se genera sin que nosotros hagamos nada.

En una década, o menos, habrá sensores en tu tienda de chuches, en el coche, en el bar o en tu ropa interior. Tu cerebro no generará el contenido, sino que se generará a través de tu movimiento y tu relación con los objetos. Esa Internet de las Cosas pasará a ser la Internet del Todo. Por mucho que imagines no crearás casi nada en la red, eso lo hará tu actividad y tu relación con el entorno. Y eso no es fácil de asimilar empresarialmente, ni culturalmente, ni políticamente.

Ayer estuve en una de las sesiones de consultoría con un cliente de cierta envergadura del sector servicios. Como es habitual, cuando llegamos a una fase concreta del trabajo, el debate sobre el diseño de nuevos modelos de negocio asociados a la transformación de procesos y de conocimiento del cliente, se acabó atascando en la dichosa ‘planificación’. Un mundo donde la planificación como se entendía en el siglo pasado está muerta, no cabe su utilización. El mundo cambia muy rápido y las empresas que no marcan el ritmo ni por tamaño o capacidad y que dependen de ‘como lo definen otros’ deben tener una hoja de ruta a 18 meses vista como máximo y un plan de acción a tiempo real flexible y optimista. No siempre es fácil entenderlo, hacerlo entender y ponerlo en práctica.

El mayor problema es que no hay una cultura empresarial generalizada, socialmente entendida, laboralmente analítica, políticamente valiente para este tipo de modelos nuevos y disruptivos. Para conseguir adaptarse a los cambios y tener éxito, los proyectos de innovación y de transformación (puede que digital) de una empresa (y de una sociedad) han de ser permanentes, no episódicos. La mayoría de los grandes cambios que la Cuarta Revolución Industrial va a traer aun están por llegar. No hemos llegado ni a la primera meta volante. Esa primera etapa será el 5G, el big data genérico, la inteligencia artificial rodeando nuestras vidas, una nueva relación con el poder, ciudades estado, etc. Estoy seguro que, empresas y sociedad, deberemos entender y hacer comprender a quienes nos gobiernan política y económicamente que las relaciones tal y como las conocemos van a cambiar de manera radical en breve. Lo que antes eran 10 años, ahora son 5 minutos. Qye vayan esperando.

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Conferencias, Transformación Digital Marc Vidal Conferencias, Transformación Digital Marc Vidal

Talleres prácticos sobre Transformación Digital, el primer paso.

En la cola de seguridad dos tipos. Uno le explicaba al otro la historia que iba a contar en clase esa tarde. Era profesor de economía. Me puse a escuchar. Le contaba una especie de metáfora sobre dos leñadores competían a ver quien cortaba más árboles en un tiempo determinado. Cada uno empezó desde una parte opuesta del mismo bosque. A la voz de inicio empezaron a cortar con su hacha los árboles. Cada cierto tiempo uno de ellos dejaba de escuchar el ruido de la tala de su oponente. Sin embargo, él no se detenía. Consideró que su ventaja aumentaba de este modo. El primer leñador se detuvo en una hora unas cuatro veces. Al finalizar el tiempo, al recontar cuantos árboles habían talado cada uno, la sorpresa fue que el que se detenía había cortado muchos más que el que no se detuvo nunca. La explicación era rotunda. Cada vez que se paraba, afilaba su hacha, y el corte era más rápido y contundente.  

En la cola de seguridad dos tipos. Uno le explicaba al otro la historia que iba a contar en clase esa tarde. Era profesor de economía. Me puse a escuchar. Le contaba una especie de metáfora sobre dos leñadores competían a ver quien cortaba más árboles en un tiempo determinado. Cada uno empezó desde una parte opuesta del mismo bosque. A la voz de inicio empezaron a cortar con su hacha los árboles. Cada cierto tiempo uno de ellos dejaba de escuchar el ruido de la tala de su oponente. Sin embargo, él no se detenía. Consideró que su ventaja aumentaba de este modo. El primer leñador se detuvo en una hora unas cuatro veces. Al finalizar el tiempo, al recontar cuantos árboles habían talado cada uno, la sorpresa fue que el que se detenía había cortado muchos más que el que no se detuvo nunca. La explicación era rotunda. Cada vez que se paraba, afilaba su hacha, y el corte era más rápido y contundente.  

El verdadero motor de la transformación digital de cualquier organización no es la propia tecnología, es la estrategia con la que se aplica. De hecho no existe ningún negocio que pueda reinventarse digitalmente sin una estrategia que se derive del modo en el que esa digitalización genere una nueva manera de pensar y hacer en la empresa. Es un poco como ese leñador que decide parar y afilar. Debemos parar los procesos de digitalización que responden a la fuerza bruta, a la implementación a pulso de una era que nos empuja. Ciertamente por eso recomiendo algo que hace años que llevo haciendo con más de un centenar de empresas y que tiene un interesante éxito.

Estoy hablando de los talleres sobre Transformación Digital que ofrezco a organizaciones cuyo desafío es el de afrontar con éxito este cambio, inciden precisamente en la importancia de impulsar la madurez digital entre esos responsables, en plantear una robusta estrategia de transformación con objetivos claros y detallados, en la mejora de habilidades digitales, en el uso de la tecnología para mejorar el modelo colaborativo de la empresa y en la mejora de procesos internos.

En concreto, dos workshops especialmente diseñados para empresas que identifican esa necesidad, que tratan, en dos ‘capítulos, todo ese transcurso entre el reconocimiento del reto que tienen la mayoría de ellas ante su transformación digital y el concretarlo con una estrategia y acción real. Con ejemplos prácticos, con una marcada búsqueda de huir de la teoría y bajar al terreno de la realidad. Dos sesiones distintas, de aproximadamente 6 horas cada una, que deben de tener unos meses de separación en el tiempo para que sean más efectivas y se retroalimenten.

Es el caso, concretamente, del que la semana pasada ofrecí a la empresa Entelgy. Fue la segunda parte. Si en la primera sesión tratamos ‘Las claves de la Transformación Digital, colaboración y transparencia’, en esta segunda nos centramos en ‘La Transformación Digital para mejorar procesos, eficiencia y simplicidad’. Si fuera de tu interés tener más información acerca de estos workshops sobre Transformación Digital especialmente diseñados para empresas u organizaciones, pídenos más información y gustosamente nos pondremos en contacto contigo.

Tras la buena acogida en las últimas ediciones, abrimos de nuevo agenda para definir un número limitado de talleres-workshops sobre Transformación Digital orientados a empresas y organizaciones. No son sesiones abiertas, se trata de eventos 'in company' que hago en momentos puntuales. La última edición se realizó en 7 países en América durante un mes y luego en España durante otras dos semanas. Ahora, volvemos a abrir convocatorias para noviembre, diciembre y enero. Si tu empresa está interesada no dudes en decírselo a mi equipo y miramos si es factible. Estaremos disponibles en varios países de América y Europa.

Taller I: 'Transformación Digital con foco en la Colaboración, el Cliente y la Creación de Nuevos modelos de Negocio'

  1. Intervención Inicial ‘Momentum’. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué tecnologías están cambiando el mundo?¿Revolución Tecnológica o Revolución de las Personas?

  2. ¿Qué significa poner al cliente en el centro de la cadena de valor? Conquistar a los Millennial. Influencia y elementos a tener en cuenta en los equipos de alto rendimiento con una educación inter-genaracional.

  3. FrameWork de la Transformación Digital. ¿Es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente? Propósito. Construyendo una visión. Personas. Construyendo un equipo. Procesos. Construyendo una experiencia.
  4. Nuevos modelos de negocio en la era Digital. Aplicar valor en la cadena de producción o servicios. Metodología para la creación de modelos de negocio nuevos utilizando tecnología existente.
  5. Taller Práctico. Ejercicio para la creación de nuevos modelos de negocio.
  6. La evolución del Empleo y metodologías de trabajo. Design Thinking. ¿Por qué el Design Thinking es clave para la Transformación Digital? Como integrar disciplinas digitales en el día a día de tu empresa.
  7. Taller Práctico Plan de Transformación Digital. Método de resolución de casos reales desconocidos para entender como se genera un nuevo modelo de negocio con metodologías de trabajo innovadoras.
  8. Taller Práctico. Mecanismo de medición con un Ecualizador Digital del estado de digitalización de las empresas presentes a tiempo real.
  9. Intervención Final. ‘La tecnología es el cómo y las personas el porqué’. Las personas son la clave de la Transformación Digital. Skills requeridas y nuevos modos laborales que son necesarios en la gestión del cambio de la empresa.

Taller II: ‘La Transformación Digital para mejorar procesos y eficiencia en equipos de alto rendimiento’.

El programa del Primer Taller titulado “Transformación Digital centrado en Colaboración, Transparencia y la Creación de Nuevos modelos de Negocio”, tiene continuación. La segunda parte se aconseja que se haga un par de meses después. Es de tipo más técnico y se centra en procesos especialmente.

Una vez finaliza este workshop los asistentes tienen nociones amplias en lo que significa la Transformación Digital en su conjunto y en detalle en metodologías para la creación de nuevos modelos de negocio. Tras esta primera aproximación vendría un segundo taller titulado 'La Transformación Digital para mejorar procesos y eficiencia en equipos de alto rendimiento' de aproximadamente unas 6 horas de duración y que consta de los siguientes temas:

  1. Intervención tipo Ponencia ‘Una hormiga en París’ Una historia en primera persona en la que, a través de un viaje en el tiempo, conoceremos como se puede poner en marcha una empresa (o dirigir) desde la mayor eficiencia buscando procesos simples y una lógica aplastante.
  2. Ejercicio ‘Una hormiga en Entelgy’. El ejercicio consiste por un lado en repasar la historia descrita durante la intervención anterior buscando relacionar algo que sucedió en 1987 a como sería hoy en día y por otro lado enlazarlo a las tres dimensiones Entelgy: cultura, procesos y tecnología.
  3. FrameWork de la Transformación Digital II. Mejorar Procesos. El rol tecnológico de la empresa conectada para innovar en la eficiencia.El Benchmarking. Como cubrir la brecha entre la planificación y la ejecución. Las 5 maneras de innovar en los procesos.
  4. Juego Taller Social.
  5. Organizaciones Agiles. Management 3.0 y la toma de decisiones eficientes. Metodologías Agile. Entrenamiento Scrum y el Time to Market.
  6. Taller Práctico sobre Metodologías Agiles y Resolución de problemas. Evitar la táctica y posicionar la Estrategia.
  7. Análisis de la Propuesta de Valor de los asistentes. Analicemos nuestra propuesta de valor. Localicemos los gaps y procesos ineficientes en esa propuesta de valor. Como crear una empresa innovadora y rentable.Los 10 insights para evaluar tus soluciones.
  8. Competencias digitales II. El intrapreneur y su papel relevante en la Transformación Digital de la empresa.

Tras la buena acogida en las últimas ediciones, abro de nuevo agenda para definir un número limitado de talleres-workshops sobre Transformación Digital orientados a empresas y organizaciones. No son sesiones abiertas, se trata de eventos 'in company' que hago en momentos puntuales. La última edición se realizó en 7 países en América durante un mes y luego en España durante otras dos semanas. Ahora, volvemos a abrir convocatorias para noviembre, diciembre y enero. Si tu empresa está interesada no dudes en decírselo a mi equipo y miramos si es factible. Estaremos disponibles en varios países de América y Europa.

Recuerda, si te interesa que nos pongamos en contacto contigo o con tu empresa para estudiar la posibilidad de ofrecer un workshop 'in company' sobre estos temas no dudes en contactarme a través de Linkedin o aquí. Las fechas disponibles son limitadas.

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Conferencias, Economía, Industria 4.0 Marc Vidal Conferencias, Economía, Industria 4.0 Marc Vidal

Guía Optimista contra la Robocalipsis (I)

En 1950, el gobierno de Estados Unidos publicó un censo de tipologías de empleo. De las 270 que lo conformaban, según James Bessen, sólo una ha desaparecido por culpa de la automatización: el operador de ascensor. Las otras profesiones que se han eliminado de ese listado, según este economista, responden a criterios de mercado, demanda u obsolescencia tecnológica.

En 1950, el gobierno de Estados Unidos publicó un censo de tipologías de empleo. De las 270 que lo conformaban, según James Bessen, sólo una ha desaparecido por culpa de la automatización: el operador de ascensor. Las otras profesiones que se han eliminado de ese listado, según este economista, responden a criterios de mercado, demanda u obsolescencia tecnológica.

En un estudio reciente de McKinsey se rectificaba el famoso informe de la Oxford University sobre el dichoso asunto de la destrucción masiva de empleo por culpa de los robots. Según la consultora en los próximos años no veremos sustituciones absolutas de empleos sino empleos automatizados parcialmente. Esto es absolutamente trascendental. Del discurso oficial que certifica una ‘robocalipsis’ a medio plazo pasamos a otra menos extendida, y en la que me incluyo, que defiende un escenario donde el ser humano deberá aprender a ser complementario, un valor añadido, a esa automatización. 

Ayer ofrecí una conferencia en la sede central de Epson. La titulé ‘Guía optimista contra la Robocalipsis’. Un intento de poner en común la teoría de que la robotización y la tecnología robótica, la inteligencia artificial u otros avances no tienen porque eliminar nuestra estructura laboral. La van a modificar, que no destruir, absolutamente, pero es factible prepararnos para ese momento. En próximos posts daré las claves. 

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El temor a los robots es un clásico como que los extraterrestres son unos tipos con cabeza de pera y ojos negros grandotes. Hace cuatro siglos, la reina Isabel I prohibió el tejedor automatizado que había inventado un tal William Lee. En su día argumentó que ‘tenía mucho respeto por las mujeres que obtienen su pan cada día tejiendo y que esa invención las privaría de empleo y las encaminaría a la miseria’. Le negó la patente y punto. Doscientos años después, la invención de Lee ocupaba casi todas las fábricas textiles de Londres y el empleo aumentó. Mucho más tarde, en la década de los sesenta del siglo pasado, un grupo de respetadísimos economistas alarmaron al presidente norteamericano Lyndon Johnson acerca de una revolución cibernética que provocaría un desempleo como nunca antes habían conocido. Los sabios en cuestión exigían un renta mínima universal como única salvación. Lo exploró.

No seré yo quien relacione directamente esos espacios históricos con el actual. Obviamente lo de ahora es absolutamente transversal y está afectado por múltiples tecnologías. Pero considero que analizar la potencial necesidad de una Renta Mínima Universal no estaría de más. Y hacerlo fuera del patrón ideológico que siempre lo ensucia todo. Pero cierto es que ese subsidio, ese mecanismo sociopolítico, sólo puede ser examinado si antes hemos aplicado un verdadero análisis al concepto ‘empleo’. Como se equivocaron antes, ahora también se equivoca la versión oficial que tanto vende. Esto no va de empleos que se van a destruir, esto va de que el valor actual del contrato social que supone ese empleo va a ser otro en el futuro.

A nuestros puestos de trabajo del futuro no iremos a trabajar. Iremos a aprender. A aprender a mejorar nuestros modelos productivos de cualquier tipo gracias a una tecnología que viene, como siempre, a ayudarnos. La tecnología es el ‘cómo’, nosotros somos el ‘porqué’. No lo olvidemos. En los próximos artículos de esta serie que hoy inicio sobre la versión optimista de la 'robocalipsis', más.

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Hablando acerca de que la digitalización no supone ninguna transformación.

La semana fue intensa en eventos. El martes clausuré las Terceras Jornadas Técnicas sobre territorios inteligentes organizadas por Aigües Ter Llobregat y la Agencia Catalana de l’Aigua, el miércoles ofrecí una conferencia en Manresa organizada por la Consultora Sensus y el viernes participé del gran evento IBM Business Connect en Madrid. En todos estos encuentros el tema era la transformación digital y la afectación de la Revolución Industrial 4.0, algo que esta semana que empieza también desarrollaré en cuatro países centroamericanos. 

La semana fue intensa en eventos. El martes clausuré las Terceras Jornadas Técnicas sobre territorios inteligentes organizadas por Aigües Ter Llobregat y la Agencia Catalana de l’Aigua, el miércoles ofrecí una conferencia en Manresa organizada por la Consultora Sensus y el viernes participé del gran evento IBM Business Connect en Madrid. En todos estos encuentros el tema era la transformación digital y la afectación de la Revolución Industrial 4.0, algo que esta semana que empieza también desarrollaré en cuatro países centroamericanos. 

Si hay algo que intento transmitir en estos eventos es la diferencia entre digitalizarse y transformarse digitalmente. Algo que no parece estar claro en muchos casos. Recientemente leía que una gran empresa cosmética hablaba de que había iniciado una profunda transformación digital. Concretamente la nota aseguraba que ‘desde 2015 la empresa había aumentado su plantilla un 7% para adaptarse a los cambios en los hábitos de vida de los consumidores y que había centrado su transformación en redes sociales y blogs’. Dicho así está claro que no iban por el buen camino.

Algo que puede parecer hasta cómico resulta que es habitual. Muchas empresas consideran que transformarse digitalmente es poco más que mejorar el software de gestión y profundizar en su estrategia de comunicación en redes. Eso es, cómo mucho, dar un paso más en la digitalización. Pero, ¿es suficiente digitalizarse? ¿supone una transformación en sí misma esa digitalización? ¿es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente? Obviamente no es lo mismo. La primera es claramente un foco de cambio, por supuesto, pero no es suficiente dado el volumen de cambios que vivimos actualmente. Digitalizados lo estamos todos, transformados no. Digitalizarse es quedarse en algún escalón anterior, en el paso previo necesario para transformarse gracias a esa digitalización.

En todas las conferencias de estas semanas la idea de que esto no va de vender lo mismo de un modo distinto. Va de que empresas que han hecho lo mismo durante mucho tiempo, al transformarse empiezan a generar nuevos modelos de negocio, a utilizar herramientas que permita ser predictivos y mucho más eficientes. Transformarse no es vender pizzas por la web sino permitir que los clientes por aportar datos de manera automática obtengan una experiencia más enriquecedora en un restaurante al acceder a un nuevo ‘servicio o producto’ inexistente en él sino existieran sensores digitales o módulos de captación de datos.

En la conferencia sobre regiones inteligentes comenté lo importante que es que se desarrollen políticas que adecuen las leyes para que la sociedad asuma esa transformación y el tejido empresarial no choque con un bloque que imposibilite crecer en un nuevo escenario que está llegando a todas partes. Negarse a la evidencia reduce las oportunidades de progreso de un país. En la segunda conferencia señalé que precisan las empresas para abordar esa revolución con siete preguntas claves que otro día comentaré en detalle. También sugerí que previo a una revolución empresarial debe vivirse una de personal, íntima. En el último evento, junto a IBM, se trataron los avances en Inteligencia Artificial que también comentaré en otro post. Es increíble saber que Watson, el sistema de AI disponible para empresas, está logrando mejorar el mundo.

En la mayoría de estas charlas que hoy enumero, algunas personas me comentan que el desafío que debemos asumir es tan grande que asusta. Yo también lo temo aunque confío que, como en otras ocasiones, la humanidad ha sabido conjugar tecnología, avances y beneficios sociales. Por eso, a pesar de que sigo pensando que la tecnología puede hacernos más humanos, es razonable preocuparse. A la vez que una fuerza poderosa capaz de democratizar el acceso al conocimiento como nunca fue posible, la digitalización también es una ineficiente distribuidora del valor que genera.

Es obvio que la digitalización de la producción conlleva un problema implícito sin solución. Al principio cualquier producto digital es muy costoso en su primer ejemplar, en la primera unidad, pero a partir de ahí, el coste de las siguientes unidades es cero. No hay costes marginales por lo que no se puede distribuir beneficios en empleos por ejemplo. Eso pone en jaque todo el modelo empresarial conocido y, por derivación, también el modelo socioeconómico. De eso debemos preocuparnos y de eso voy a seguir hablando en las siguientes conferencias y aquí obviamente. De cómo es el actual modelo socioeconómico y de cómo afrontar el futuro tecnológico inminente.

Imágenes de los tres eventos.

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No debemos pensar que la tecnología nos quitará el trabajo

El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios locales. En ese ámbito centré mi conferencia sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde el ámbito de la Pyme se puede abordar para sacar ventaja en estos tiempos tecnológicamente frenéticos. A partir de mi intervención y de la entrevista posterior se publicaron dos artículos que considero relevantes pues de algún modo son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo

El Diario de Navarra y Bankinter me invitaron la pasada semana a ofrecer una charla durante los Desayunos que este diario y este banco organizan en Pamplona de manera periódica y desde los que se debate hacía dónde se dirigen los negocios y la sociedad en general en tiempos de redes. Los organizadores estaban muy interesados en que centrara mi ponencia en los elementos que caracterizan la denominada Cuarta Revolución Industrial y en el modo en el que afectará a los negocios más locales.

En ese ámbito centré mi conferencia, sumando una serie de recomendaciones y ejemplos con los que desde la Pyme se pueden abordar estos tiempos tecnológicamente frenéticos a fin de sacar ventaja competitiva. A partir de mi intervención y de una entrevista posterior se publicaron dos artículos que pueden ser interesantes pues, de algún modo, son una especie de resumen de cuanto aquí comentamos a menudo y que en mis conferencias, workshops y consultorías expongo. 

El primer artículo de Carmen Garde en el Diario de Navarra es un resumen de la conferencia, poniendo énfasis que no debemos temer que la tecnología nos pueda quitar trabajo, pues eso es absolutamente inevitable como lo fue en otros momentos de la historia en otras revoluciones tecnológicas. Lo que debemos entender es que vamos a disponer de un tiempo distinto y de una organización radicalmente distinta dónde los conceptos empleo, tiempo libre, conciliación y horarios van a cambiar definitivamente y dónde aquello que esté sujeto de ser digitalizado o robotizado lo será.

“No hay que pensar que la tecnología nos quitará el trabajo”

“El hombre suele llamar crisis industrial a todos los partos dolorosos que significan cambiar por completo el paradigma de su vida”. El consultor tecnológico, Marc Vidal, utilizó la citada frase para explicar que lo vivido desde el año 2008 a nivel mundial no ha sido, como muchos piensan, una crisis económica. “Ahora empezamos a detectar que no lo era. Estamos viviendo la cuarta revolución industrial”, enfatizó el analista ante los 150 asistentes del tejido empresarial de la Comunidad foral que ayer asistieron a un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter, celebrado en el hotel Muga Beloso. “En el Foro de Davos se le ha dado a la crisis, por primera vez, la categoría de cuarta revolución industrial”, subrayó Vidal. Porque, según dijo, vivimos el “momento histórico” en el que la robotización, la automatización y, sobre todo, la disminución o anulación de intermediarios en la prestación de servicios han empezado a transformar nuestra sociedad y nuestra economía “para hacer, en principio, un mundo mejor”. “Un mundo -prosiguió- en el que cuantas más máquinas rodeen nuestra vida, cuanta más tecnología nos quite tiempo de trabajo, más humanos vamos a ser. En lugar de pensar que nos va a quitar el trabajo lo que tenemos que pensar es que nos dará tiempo para nosotros”.

El consultor valoró la tecnología, porque “siempre” ha sido un elemento “favorable” y de “evolución” para el hombre, aunque Vidal consideró “normal” que tengamos “el mismo miedo que nuestros antepasados ante cualquier cambio tecnológico”.

Pero una vez puesto el escenario de la cuarta revolución, el reto que hay encima de la mesa para todas las empresas es aprovecharla. No quedarse mirando cómo suceden las cosas. “Para ello, hay que ampliar el campo de visión. Tenemos que ser capaces de ver más allá. Si no, no les saldrá”, previno a los asistentes.

Entonces, pasó a dibujar con historias y metáforas unas claves del actual contexto tecnológico. Habló de que hoy ya no se venden productos (ejemplo discos), sino servicios(suscripción a Spotify), de que hoy los clientes se mueven “mejor” que las empresas en el sistema en red y expuso que el comercio electrónico acapara hoy el 8% de las transacciones y que en seis años llegará al 60%.

También se refirió a la “leyenda del refrigerador”, un frigorífico que detecta que no hay leche y manda un correo al supermercado solicitando no cualquier leche, sino una determinada según criterios económicos o con las propiedades nutricionales que mejor convengan a la familia. Porque, según el consultor, los procesos robóticos son imparables y van a estar muy presentes en nuestra vida. “Vamos a un mundo automatizado. Los objetos ya se ha conectado a Internet y en unos dos años llegará lo que se llama el Internet absoluto. Todo conectado”.

Por eso, las empresas no deben perder el tiempo. Deben apostar de forma decidida por “una cultura de la innovación constante”. ¿Cómo? Marc Vidal dio, en esencia, dos pautas. La primera, crear una red integradora en las empresas. “Trabajar en red es mucho más que pensar juntos, es cosas como ver en los rivales valores interesantes”, detalló.

Y en segundo lugar, el experto recalcó la importancia de “entender que vivimos en la prueba constante”. Dijo que la Red permite a las empresas “equivocarse” con un “coste relativo”. “La filosofía de la prueba y error es una ventaja que sirve para comprender la innovación”, afirmó Vidal, para quien “el error digital no deber ser ningún drama”. Pero advirtió que no se trata de probar sin más, sino que es necesario que las empresas crean “en firme” en la digitalización y que dispongan de una estrategia a medio plazo “que no fachada”. “Recuerden: el cambio es básicamente mental”, concluyó.

La entrevista que me hizo Diana de Miguel para el mismo Diario de Navarra no se centra tanto en el empleo en si, sino que se interesa por los modelos de negocio, dando una relevancia especial al hecho de que hay negocios que pueden estar en la urgencia de mutar a otro. Destaca una frase que repito dónde aseguro que 'los bancos son las nuevas discográficas' interpretando de este modo que la banca está sujeta ahora mismo a una 'uberización' de su modelo y que su mutación obligada por las 'Fintech' es irreversible. Quien lo entienda pronto y bien sobrevivirá, quien no lo haga irá perdiendo negocio irremediablemente.

“Los bancos son las nuevas discográficas”

Marc Vidal, presentador de los programas de TVE Economía de Bolsillo y Economía de Futuro, es inversor tecnológico, consultor en transformación y estrategia digital aparte de un solicitado conferenciante internacional. El martes protagonizará un desayuno de trabajo organizado por Diario de Navarra y Bankinter bajo el título La digitalización en las empresas en el que esbozará algunas de las claves para que la empresa afronte con éxito una transformación que, aventura, será dolorosa. Sitúa a la banca como uno de los sectores más amenazados por un cambio de época histórico marcado por una transformación digital que, recuerda, obliga a cambiar la forma de pensar.

¿Cuál es el primer paso para abordar la digitalización en una empresa?

Lo primero es asumir el momento en el que vivimos. Hemos llamado crisis a una revolución en todos los términos de la economía. Lo hemos pasado peor porque no sabíamos dónde estábamos. Por eso, las empresas deben primero concienciar sobre ese cambio de paradigma que nos obliga a pensar de otra forma.

¿Qué papel debe jugar la tecnología en ese cambio?

La tecnología no es la esencia del proceso, pero sí una herramienta que nos ayudará a que el cambio suceda. Se necesitan las dos cosas: el cambio de conciencia y la aplicación tecnológica y sin una no tendremos la otra.

Sigue habiendo empresarios que creen que transformarse digitalmente es tener una cuenta en Twitter. ¿Qué les diría?

Que la transformación digital es algo más transversal y que ocupa especialmente al cuerpo directivo que debe convencerse de que tiene que trasladar al resto de su equipo ese cambio tecnológico.

¿Qué sector o sectores ve más amenazados?

Todos aquellos cuya actividad la pueda desarrollar una compañía jovencita con muchas ganas de cambiar procesos y modelos. Se pueden encontrar con que cambie todo el sistema. Por ejemplo la banca. Parecen los amos y señores, pero las fintech -empresas de servicios financieros que utilizan la última tecnología para poder ofrecer soluciones innovadoras- les están comiendo cuota de mercado. Muchos bancos están buscando fórmulas y sinergias con las fintech. Los bancos son las nuevas discográficas. Solo hay que preguntar a un empresario si abriría una tienda de discos o una de música. Hace diez años, la respuesta hubiera sido distinta, pero hoy nadie montaría una tienda de discos. O se modifica todo el proceso que tiene que ver con la relación con el cliente y su modelo de trabajo, o la banca y las empresas en su conjunto se pueden encontrar con un problema a corto plazo.

¿Quiere decir que las empresas que no aborden la transformación digital no sobrevivirán?

Empresas que hace 15 años no existían, que nacieron ya como nativas en el ámbito digital, se encuentran hoy entre las 10 más importantes o capitalizadas del mundo, y las que iniciaron una transformación digital profunda antes de la crisis han vivido este proceso con beneficios. Las empresas no tienen elección.

En una comunidad como la navarra con un peso industrial tan importante el reto es aún mayor.

Para Navarra es la gran oportunidad para impulsar un cambio en el modelo de crecimiento y que sus productos sean competitivos con los del resto del planeta. Históricamente, la Comunidad foral ha estado a la cabeza de la innovación y ahora debe coger su sistema de trabajo y sus modelos industriales y transformarlos de forma radical y transversal para tomar la delantera en Europa.

¿Qué nuevos perfiles laborales vislumbra?

Seguimos hablando del trabajo como si estuviésemos en el siglo XVIII. Pensamos en jornadas laborales, en cotizaciones... Cosas que necesaria e imprescindiblemente vamos a tener que cambiar. No sé de qué forma ni qué traumático será, pero el futuro del trabajo no será como ahora. Lo que se pueda hacer con máquinas se hará. Es más rápido, eficiente y barato.

¿Se reducirán las jornadas de trabajo?

Ya pasa en algunos países. Las jornadas bajan sin mermar la productividad porque un software realiza parte del trabajo. Los robots nos van a humanizar.

¿Qué medidas pondría en marcha si fuera presidente del Gobierno?

Procuraría que los impulsos hacia un nuevo modelo de crecimiento que tengan que ver con la tecnología se ejecutaran y no se diese vía libre al crecimiento especulativo y vinculado a sectores intensivos que nos llevan a otro desastre económico. No parece que estemos construyendo una sociedad del conocimiento sino todo lo contrario.

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Revolución íntima

Si tienes opción pon música. Te recomiendo algo suave, casi imperceptible que te permita reflexionar mientras lees. Un piano tal vez. Este post precisa de que lo leas con un poco de distancia, la que te otorgará un conjunto de notas preciosas y que servirán como gasa entre lo cierto, lo exacto y lo que percibo y siento. No estoy seguro pero  estos conceptos me arañaron sin piedad hace unos días. Hace tiempo hablo de que el mundo vive una revolución histórica y así lo sigo pensando, sin embargo he ido notando que parte de mi discurso sobre que el punto de inflexión fue la erupción de un volcán en 2008, podría ser un error o estar incompleta. Tal vez no estamos ante ese punto exacto de la historia. Empiezo a pensar que estamos ante algo más complejo.
El pasado viernes volando por la zona andina el Boeing que nos llevaba a destino, pasó por encima de varios volcanes activos de alguna u otra manera. Lo cierto es que muchos aun restaban dormidos. Mientras mis ojos escudriñaban los que exhalaban humo y los que no me vino a la cabeza mi vieja teoría del volcán y la lava depositándose conformando una nueva ladera y su relación metafórica con la sociedad y los cambios que estamos viviendo estos tiempos. Pensé que tal vez me equivoqué al describir ese momento histórico y en reducirlo a una sola explosión. Tengo la impresión, viendo como todo se complica cada vez más, sintiendo como los responsables de estimular la mutación no se mueven y apreciando como los protagonistas de despertarse en ese instante no reaccionan, pienso que posiblemente ese vómito de fuego no fue el único y último sino el primero de un conjunto que se irán produciendo. Está por ver si ese enorme cambio sistémico que vamos a vivir se generará con erupciones similares, más leves o mucho más dolorosas. Me temo que debemos conectarnos todos y mucho para no desfallecer en perseguir nuestros sueños colectivamente y en una revolución íntima que se traslade a cada uno de nuestros semejantes. Deberíamos ser capaces de detectar nuestras opciones, sueños y acciones pendientes como indivíduos y sumar como colectivo. Tenemos pendiente una gran revolución económica que se producirá de manera inércica, una social que vendrá atada al curso de los tiempos y una íntima que tendrá que producirse en el interior de cada uno de nosotros.

Hace muchos años me explicaron la historia de un niño que fue al circo con su padre y quedó fascinado con la actuación de un enorme elefante de fuerza descomunal. Al terminar la función, el pequeño vio cómo el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, le sorprendió constatar que si bien la cadena era gruesa, la estaca era un minúsculo pedazo de madera. –Papá, ¿cómo puede ser que el elefante no se escape?–, le preguntó. Y su padre le dijo: –Porque está amaestrado–. –Si está amaestrado–, insistió, –¿por qué lo encadenan?–. El padre no supo qué decirle. Antes de marcharse a casa, un anciano que había escuchado la conversación le reveló la respuesta que andaba buscando. –El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Posiblemente, al principio tratara de soltarse, empujando con todas sus fuerzas. Pero siendo un pequeño elefante, la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente y, finalmente, resignado. Por eso ahora, siendo un elefante poderoso, sigue siendo preso de sus cadenas. Está convencido de que no puede liberarse de ellas. Lo que no sabe es que le bastaría con decir no…

Lo que no sabemos seguramente es que bastaría con decir no a muchas cosas, o tal vez, bastará con abrazar esos cambios con todas nuestras fuerzas y la cuerda se desatará sola.

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Marc Vidal Marc Vidal

Pisando a fondo

Llegué ayer del viaje casi mensual a América y ya tenemos mil cosas que hacer por aquí. Aunque la verdad es que el contraste entre el tono “emprendedor y estimulante“ de Miami, Bogotá, Panamá, Quito o Santiago de Chile es muy intenso con el de esta parte del mundo, donde todo es “periodistas” que acaban de descubrir lo “rentable” de “catastrofizar” su columna,  huelgas que se van sucediendo o debates estériles sobre como enfrentarse a los recortes de turno, yo seguiré intentando trasladar mi manera de ver eso que llamo “tomar las riendas de tu propia vida” y que tanto tiene que ver con “identificar negocios viables, innovar y arriesgar”. Os dejo con algunas de las conferencias y charlas en las que voy a participar en los próximos días antes de regresar a Estados Unidos y Latinoamérica.
Seguimos preparando las conferencias de los #nanoemprendedores y un tour muy interesantes por una decena de provincias españolas para ayudar a convertir pymes en multinacionales a bajo coste y de un modo eficaz y rápido y que daremos en septiembre. Mi equipo ha decidido que no es momento de levantar el pie. Hay mucho que hacer y ahora más que nunca estamos en tiempos de “empujar con pasión”. Vivir en Londres no te aleja, todo lo contrario. Así lo estoy viviendo y así os lo quiero transmitir. ¡Pisando a fondo!

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