Holografía, m-commerce, realidad aumentada ¿Preparado para el comercio electrónico inminente?
Si eres vendedor te habrás dado cuenta ya. Si eres comprador también. Si eres las dos cosas obviamente lo tienes muy claro. Cada vez más el uso de un dispositivo móvil se ha convertido en el puente entre el comercio y el consumidor.
Si eres vendedor te habrás dado cuenta ya. Si eres comprador también. Si eres las dos cosas obviamente lo tienes muy claro. Cada vez más el uso de un dispositivo móvil se ha convertido en el puente entre el comercio y el consumidor. Si bien el teléfono móvil (cada vez es más absurdo llamarlo así) sirve para acceder a miles de contenidos y aplicaciones, a intangibles, ahora eso va tomando cuerpo y convirtiéndose en un mecanismo de acceso comercial, información y transacciones. Los estudios reflejan que los consumidores utilizan el llamado m-commerce cada vez más. Por cada dólar que se gasta en una tienda de proximidad, el comercio electrónico móvil genera 19 dólares. Los que conocemos los datos algunas tiendas online sabemos que el vuelco de los últimos meses hacia la venta en dispositivos móviles es ya, incluso, superior al que se realizaba desde computadoras de sobremesa y ya ni digamos en tiendas físicas.
Técnicamente, una vez se ha normalizado la venta electrónica y generalizado su uso, es el m-commerce el que crece más y de manera más significativa. El móvil se está convirtiendo en el epicentro cada vez más habitual de las compras de los consumidores y las previsiones es que este mercado siga creciendo mucho. Las previsiones son que en 2019 el 45% de todo ecommerce se realice desde terminales móviles.
Los estímulos y características que irán marcando ese trasvase hacia la venta móvil serán de todo tipo y como explica Global Money Report se basarán en varios aspectos. Elementos que van emparejados entre venta digital, uso de dispositivos móviles y dinero electrónico metido en una billetera digital. Los bancos aun están pensando de que va todo esto por cierto.
- El pago móvil en tienda física se generalizará. El 12% de personas que han hecho un pago de proximidad en los últimos seis meses lo han hecho a través del sistema NFC contactless y otro 7% lo hizo via ‘plug and play’. Otro porcentaje creciente es el de canjear cupones desde el móvil en venta física.
- Una vez se supere la falta de confianza de los consumidores que amenaza el progreso del dinero móvil, su crecimiento será exponencial. El 34% de los consumidores sitúan la seguridad en la cúspide de sus preocupaciones en este modelo de compra. El 11% ‘no confían en la seguridad’ de dinero móvil, el 9% asegura que le da miedo dar tanta información privada, el 8% dice que los sistemas no son seguros y el 6% no confía en el comerciante. Como ya paso con el ecommerce, es cuestión de tiempo. Poco.
- Para mí el punto más interesante es el que conceptualiza una nueva realidad digital, socializada y que tiene que ver con la ciudad del futuro. Hablamos de la reinvención de la calle comercial. El 58% de los encuestados por GMR dijo que habían ‘encontrado algo que querían comprar mientras navegaban en un móvil y luego lo compraron en una tienda física’. El 28% de ellos lo intentaron en una tienda digital desde el móvil y no fue una experiencia fácil.
Ese intento de compra que no se materializó, ¿habrá sido en tu tienda? Esto va rápido. En la película Minority Report, película basada en pleno 2054, la navegación por los sistemas informáticos de los protagonistas transcurrían en un interfaz digital manejado con el movimiento de las manos y algo de voz. Una especie de extensión cerebral que nos pareció, en su momento, algo lejano. No vamos a esperar tanto. Microsoft Ignite ya ofrece prototipos parecidos que, utilizando realidad aumentada y computación basada en gestos y voz, conectan el hombre y la máquina hasta límites que hace bien poco parecían imposibles.
Pero hay más. Déjame ponerte otro ejemplo. HoloLens puede mover un plano holográfico en tres dimensiones para que un arquitecto muestre lo que va a hacerse y todo ello vía Skype. De un edificio se pasará a un modelo humano y en breve tendremos conversaciones tridimensionales que abandonarán la pantalla tal y como la conocemos. Pronto no sólo venderemos o compraremos a través de un móvil, lo haremos conceptualizando las tres dimensiones, entraremos técnicamente en un espacio comercial sin salir de casa. Si lo ves lejano, si no lo contemplas como algo que tu comercio debe tener en el punto de mira, más pronto que tarde te darás cuenta que pasó otro tren.
Asesórate a tiempo real de por donde van a ir los tiros. No es preciso que tu sepas de todo. Hay quienes nos encargamos de eso. Tu dedícate a vender, deja a otros la dirección de esos cambios. Pasa tu tienda a un entorno digital si aun no está, procura que sea mejor y se adapte a los métodos de conversión que ahora se necesitan para vender, prepárate para el futuro inminente y hazlo estratégicamente pues resultará más eficiente y barato preverlo que hacerlo urgentemente. El futuro de tu ecommerce depende de que te prepares, lo adaptes. No se trata de estar, consiste en estar bien.
Otra punto de vista del crecimiento de Irlanda
Hoy participo en una charla sobre el estado económico de Irlanda en el DIT. El tema de debate radicará en un análisis sobre las cifras de crecimiento que sobre este pais se publicaron hace unos días. Existe una doble percepción acerca de lo que realmente supone tal repunte y si se debe exclusivamente a las empresas tecnológicas, a la exportación, al turismo o a una curiosa realidad derivada de la contabilidad fiscal. El gráfico que acompaña el post refleja la potencia de un sector exterior que es la envidia de muchos y en ese hay un peso gigantesco de alimentos y bebidas.
De hecho la duda que le quedan a muchos analistas como Cormac Lucey del Economic Outlook del Times es que la gente no percibe en su día a día ese crecimiento del 7,7 % del GDP o el 9% del GNP. En cualquier conversación la gente te compara esas cifras con su propia realidad, que para nada ha crecido ninguna de esas dos cifras, diciendo ‘if things are so good, how come I feel so bad?’.
Esto nos suena guardando las diferencias, pero en España se habla de ‘recuperación’ de la economía (con el mercado inmobiliario asomando por el horizonte de nuevo) pero la realidad familiar sigue siendo dramática para millones de personas. La teoría de porque pasa esto en Irlanda es distinta a la de otros países. En el caso del ‘tigre celta’ puede estar detrás, también, de las empresas tecnológicas, su realidad extrema de un nuevo modelo económico sin fronteras y universal y su fiscalidad diferenciada con el resto de países de su entorno.
Tras unos días circulando la noticia del liderazgo irlandés en el crecimiento en Europa el descontento ha ido en aumento. No ha parecido sentar tan bien como preveían desde el gobierno, pero sin embargo la opinión general es que tarde o temprano, la bonanza se distribuirá entre todos.
Pero debemos ser más exactos y no lanzar datos tan positivos sin analizar la ‘cara b’ del asunto. Una de las razones del descontento social radica en que, a pesar de la estadística oficial, es que gran parte de esa fría mejora se ha producido a expensas del bienestar de las personas que se ha lanzado a trabajar por cuenta propia que aquí, como en España, te coloca directamente en una zona ‘pensionable’ de menor valor. La falta de empleo se ha traducido en una eclosión emprendedora que, a diferencia de España, aquí no se ve con tanta buena cara. Se considera que el ‘emprendedor’ no siempre lo es por gusto y a la aureola mágica del mismo se le pone una corona de espinas.
Pero la razón fundamental para que el crecimiento que las estadísticas reflejan no acabe de sentirse en el cuerpo social puede estar detrás, precisamente, del modelo tributario y de la tipología de empresas que lideran la productividad en Irlanda.
El ejemplo que pone Irwin Stelzer suele poner en este caso es sintomático. Si un microchip manufacturado por Intel en su planta irlandesa se vende por 100 euros, todo ese bruto va directo al Irish GDP a pesar de que 40 euros de esos pueden ser la parte del beneficio que reclamará la matriz de Intel, principalmente los accionistas en Estados Unidos. Pero, por el contrario, el producto nacional bruto utiliza el enfoque de propiedad cuando se trata de determinar una renta de país. Por ello ese ejemplo repercute en que sólo 60 euros de ese microchip serían atribuibles a los propietarios no nacionales o delegaciones como la irlandesa. Esto sucede con casi todas las tecnológicas en este país que tributan aquí pero derivan parte de ese beneficio a accionistas o equilibrar balanzas de las matrices.
Defiendo que la economía ha cambiado mucho básicamente porque el terreno de juego es otro. La tecnología digital lo ha permitido. Los que definen como ‘trampa’ el tributar en Irlanda, incluso a pesar de tener a miles de empleados aquí, se olvidan precisamente de que no estamos en un modelo del siglo pasado donde la tipología de empresa no permitía esa movilidad. Pero no todo es como lo pintan y la cara b muchas veces es tan importante como la principal pues sin una no hay la otra.
Una fiscalidad baja para las empresas estimula su creación, instalación y crecimiento. A la vez este tipo de ecosistema crece gracias a las empresas de rango tecnológico pues les es más fácil ‘desmantelar’ sus plantas en cualquier parte y trasladarse donde obtengan beneficios más altos por tributar más bajo.
Ese despliegue de empresas tecnológicas anima a otras a que vengan, el intercambio de conocimiento y talento se hace evidente en algunos lugares de este país de manera vibrante. Cada vez son más y mejores. Personas de todo el mundo que quieren trabajar en ‘las grandes’ se acercan aquí en busca de su contrato estrella. Y lo logran muchos. Otros, al calor de tanta tecnología, deciden probar su propio proyecto y lo hacen aquí por esa tributación baja, las ayudas al emprendimiento y la atmósfera propicia.
Pero tanta empresa de este perfil repercute en lo que comentaba al principio del post. Nada es bueno o mal, hay grises. Ya comenté el encarecimiento de todo, el alto rango de tasas e impuestos indirectos que pagamos lo ciudadanos de este país, pero hay otro elemento que no es equiparable a la realidad estadística de unas cifras, que siendo muy buenas, se dejan algún factor importante.
De ese crecimiento bruto hay un alto porcentaje que no se puede trasladar a la sociedad, no directamente puesto que pertenece a ese tipo de empresa que, si bien se beneficia de su ADN digital, también lo utiliza para trasladar sus ventas a su matriz.
No obstante, prefiero crecer al 7,7% y que una parte de ese valor tenga un origen en la industria que ‘eleva’ a sus empresas de Estados Unidos una parte importante de las mismas, a no crecer. Al fin y al cabo, si esas empresas ganan dinero seguirán invirtiendo aquí y contratando más y mejores empleados que cada vez tendrán mejores salarios y cada vez consumirán muchos más productos o servicios. Sin dejar de mirar los datos al detalle, sin permitir que los datos oficiales cieguen por lo brillantes, debemos también reconocer de donde salen y en que repercuten en su conjunto.