Una economía con las luces de posición y los cuatro intermitentes puestos.
La semana pasada me invitaron a participar en el programa ‘Morning Ireland’ para tratar temas de economía española y cómo puede estar afectándola el proceso de conformación de gobierno. Aquí están especialmente interesados pues, tras sus últimas elecciones generales, Irlanda se encuentra ante una situación muy parecida a la española sin posibilidad fácil de conformar gobierno. Temen y con razón que un período de gobierno interino pueda afectarles en la economía de manera importante si se suma a un posible ‘brexit’ que a quien más afectaría es a este pequeño país.
La semana pasada me invitaron a participar muy brevemente en el programa ‘Morning Ireland’ de la RTE para tratar cómo puede estar afectando a la economía de España el proceso de conformación de gobierno. Aquí están especialmente interesados pues, tras sus últimas elecciones generales, Irlanda se encuentra ante una situación muy parecida a la española sin posibilidad fácil de conformar gobierno. Temen y con razón que un período de gobierno interino pueda afectarles en la economía de manera importante si se suma a un posible ‘brexit’ que a quien más afectaría es a este pequeño país.
Bajo esa preocupación, los irlandeses consideran que es interesante averiguar como está España y cómo le fue a otros países en una situación parecida. Comentaron casos como el belga o el italiano por ejemplo. En mis respuestas sobre España me limité a encuadrar la hipotética recuperación española dónde justamente considero le toca y cuales son los puntos que la ponen en duda. Además, por supuesto, una situación política inestable que provoca la caída de inversión internacional en sectores claves y que supone una falta de rumbo en la puesta en marcha imprescindible de políticas activas para afrontar el cambio de modelo económico.
En primer lugar considero que el discurso de la ‘recuperación’ es un discurso peligroso. Se sujeta con alfileres y puede crear una falsa perspectiva que provocará frustración a medio plazo. Las cosas no se arreglan solas o por ciencia infusa. Cuando se reduce la tasa de paro del 25% al 20,5% no se puede considerar que ya se ve la luz al final del túnel porque esa reducción porcentual se debe en gran medida a la salida en masa de emigrantes que regresan a sus países de origen al no encontrar trabajo y a la huída de centenares de miles de jóvenes al exterior en busca de oportunidades. Es más, una recuperación sujeta a la llamada austeridad se ha ventilado estructuras sociales y familiares, ha creado una clase media sumergida y una clase pobre de escaparate cómo ya pasó en Grecia y Portugal por ejemplo. Esto no es salir de nada, es entrar en otra fase y no necesariamente mejor.
No digo que no estén produciéndose elementos de mejora. Los hay, pero es importante que no se retuerza la realidad según los intereses de quien la explica. En primer lugar porque es mejor para tomar medidas y en segundo para no crear falsas expectativas.
Ante todo es importante señalar que cualquier discurso oficial acerca del empleo y la creación de puestos de trabajo de forma masiva debería de mostrar claramente cómo piensan hacerlo. En este caso no sirve ni el discurso oficial del gobierno en funciones que garantiza millones de empleos gracias a la senda de recuperación iniciada o los discursos de aurora boreal del resto afirmando que el empleo se crea con políticas fiscales solamente.
No vamos a un escenario de mayor empleo. Es todo lo contrario. Cada vez habrá menos pues cada vez la automatización será más eficiente. Esto será exponencial y dónde ahora hay tres humanos haciendo algo pronto habrá un software o un robot haciendo lo mismo. En apenas cinco años lo que viene es una reducción del campo laboral importante, no de su incremento. Contra esto hay que trabajar no sólo hacer discursos que serán imposibles de cumplir y prepararse para un escenario inédito.
Además hay otros elementos que ponen en duda esa recuperación. El riesgo de convertirlos en crónicos depende de que esta gente se ponga de acuerdo y ponga en marcha la cisterna que arranca el mundo. Da igual quien, pero es urgente que lo hagan. Cada mes que pasa en el mundo de sus señorías es un año de pérdida en competitividad comparada en el mundo real.
Stiglitz enumeró hace unos meses en Davos los puntos en los que España estaba interpretando mal su situación y que, ahora, han crecido exponencialmente debido a la fase de interinidad de un gobierno que no puede tomar decisiones complejas ni estratégicas.
En este video de la sesión de Davos, Stiglitz explica los puntos que ponen en cuarentena la recuperación española y la enfrentan directamente con una dura realidad que podría ser peor que lo vivido hasta ahora. En él destaca lo siguiente:
1. El enorme crecimiento de la pobreza.
Uno de cada cuatro trabajadores españoles es pobre según la Organización Internacional del Trabajo. El número de personas que ganan menos de 60% del salario medio aumentó en cuatro puntos porcentuales entre 2000 y 2014, del 18% al 22,2%. El número de hogares que no tienen fuente oficial de ingresos alcanzó un máximo histórico de 770.000.
Si no fuera por la llamada economía sumergida, una lacra real para el crecimiento de un país a medio plazo, el tejido social español se hubiera roto por completo durante los años más duros de la llamada ‘crisis’.
2. Desactivación progresiva de la población.
El desempleo ha caído en los cuatro años del 26,5% al 20,5%, pero la población activa sigue disminuyendo a un ritmo importante. La razón principal de esta contracción es el éxodo masivo de los trabajadores extranjeros y la fuga de cerebros. La recesión ha dado lugar a la mayor migración de la historia de España según el Banco de España rondando el medio millón anual desde 2010.
3. La generación invisible.
La mayoría de los nuevos puestos de trabajo creados no son para los jóvenes. Casi uno de cada dos no lo logra. Además, los pocos afortunados tienen un salario en caída libre. Según la OCDE, el salario promedio mensual de los jóvenes trabajadores españoles se redujo de 1.210 euros en 2008 a 890 euros en 2013. Lo que es lo mismo, una caída de 35% en términos reales.
4. La precariedad crónica.
Con datos de 2014, el porcentaje de trabajo a tiempo parcial en España creció de 12% en 2008 al 17,4%. En lugar de crear más puestos de trabajo, se están cortando en pedazos cada vez más pequeños. Desde 2013 España ha creado mini-empleos como churros. Stiglitz dice que, según las estadísticas del propio Ministerio de Trabajo, los contratos de trabajo firmados normalmente cada mes no suelen llegar a más del 10 % en cuanto a empleos permanentes.
5. Una década perdida.
Mientras se habla de crecimiento del PIB, el nivel real de la producción registrada en 2014 por ejemplo, después de un año y medio de ‘recuperación’ era todavía un 5% por debajo del nivel registrado en el año 2008. Teniendo en cuenta la evolución de esto y de otros indicadores, se puede hablar de ‘década perdida’ cuando se quiere describir el periodo posterior a la crisis española. Ahora ya sabemos que una década te la ventilas fácilmente. Perderla es relativamente fácil. Ganarla es más complicado. De eso va, de ganar o perder otra década.
6. El futuro no se construye por inercia.
Los fondos para la investigación, desarrollo e innovación se redujeron de 321 € por habitante en 2009 a € 279 en 2013. La creación de polos de atracción del talento que se fue y de atraer a otro para vincularlo a la construcción de un país moderno y encauzado a los tiempos que vamos a vivir en occidente, siguen en punto muerto. Las grandes industrias son clave, las pequeñas empresas tecnológicas también. Todo debe estar bajo un plan nacional que englobe por donde hay que tirar, con quien y a que velocidad. Saber que hace falta es la clave. En Irlanda se crean 147 startups al día, dos de cada tres nuevos empleos tienen relación directa con las nuevas tecnologías o el conocimiento. En Alemania el peso de la exportación recae en el grueso y bien estructurado tejido de medianas empresas a pesar de tener grandes multinacionales.
Crear un nuevo modelo económico no es algo rápido pero o se empieza ya o no habrá tiempo efectivo de hacerlo. De ser miembro de la primera división económica del mundo capaz de jugar 'la Champions' se pasó en pocos años a estar en la segunda división. Hemos estado con opciones de ascenso en algún momento pero no se está renovando la plantilla y encima se está dejando ir a la cantera. Si caemos a segunda B, como pasa en el fútbol, igual no habrá opción de volver a jugar competiciones europeas nunca más.
La desigualdad y la pobreza han alcanzado niveles sin precedentes. Lo que provocó que, a pesar de que las cifras macro que se presentaron durante las elecciones eran impecables, los resultados electorales fueran un galimatías importante. Y lo volverán a ser si se repitieran los comicios tal y como están las cosas.
Convertir una crisis monumental en una oportunidad de transformación difícil era una opción. La otra era convertirla en un desastre bíblico. La diferencia sólo está en si quienes deben marcar las directrices estaban en temas tácticos o en asuntos estratégicos. Lo primero alcanza como máximo a cuatro años vista. Lo segundo exige de luces largas y una mirada a las próximas décadas. Pues eso, seguimos con las luces de posición y los cuatro intermitentes puestos en el andén de una autopista por la que ya circulan otros a toda velocidad.
Irlanda baja una parte del impuesto de Sociedades al 6,25% para atraer más empresas tecnológicas.
El pasado viernes se celebraron elecciones generales en Irlanda. Ganó el partido en el poder de nuevo, el Fine Gael. El resultado tiene un tono a lío imposible. Las medidas de austeridad que tuvo que acometer el partido de Enda Keny, actual Taoiseach (Primer Ministro), en coalición con los laboristas parece que le ha pasado factura. El centro izquierda puede que no logre conformar gobierno sino se alía con el segundo partido en los resultados, el conservador Fianna Fail. Otra opción es buscar algún acuerdo casi imposible con el Sinn Fein de Gerry Adams o con la amalgama de candidatos anti austeridad que han logrado un resultado a lo ‘Podemos’.
El pasado viernes se celebraron elecciones generales en Irlanda. Ganó el partido en el poder de nuevo, el Fine Gael. El resultado tiene un tono a lío imposible. Las medidas de austeridad que tuvo que acometer el partido de Enda Keny, actual Taoiseach (Primer Ministro), en coalición con los laboristas parece que le ha pasado factura. El centro izquierda puede que no logre conformar gobierno sino se alía con el segundo partido en los resultados, el conservador Fianna Fail. Otra opción es buscar algún acuerdo casi imposible con el Sinn Fein de Gerry Adams o con la amalgama de candidatos anti austeridad que han logrado un resultado a lo ‘Podemos’.
Llegué a este país con unas elecciones recientes que se celebran cada cinco años. Digamos que he vivido lo que muchos aquí denominan el ‘rescate innecesario’ y su posterior ‘austeridad innecesaria’. Muchos consideran que tanto ajuste y tanta austeridad no era necesaria, que Irlanda podía sobrevivir gracias a las multinacionales que aquí tienen su sede. Es como socialmente se intenta culpar a quienes se las han hecho pasar muy duras por los pecados del pasado. No tengo claro sé si era necesario uno u otra, pero cabe destacar que la ‘política de recortes’ ha sido especialmente una subida de impuestos indirectos y un apretarse los cinturones (mucho) en el gasto corriente del sector público, bajo consumo, despedir funcionarios, reducir prestaciones por desempleo y algunas medidas más. La inversión pública cayó, obviamente, pero no podía hacerlo en los servicios públicos pues estos ya estaban bajo un patrón dónde el estado ofrece muy pocos servicios o, cuando los ofrece, son de calidad muy deficiente si los comparamos con España por ejemplo.
¿Dónde aplicaron la austeridad? En el aumento de tasas, como una inédita water tax que genera un impuesto sobre un recurso natural que en Irlanda está por todas partes, gravámenes sobre las rentas, nuevos requerimientos impositivos en la vivienda, alquileres, pagar por tener televisión (aquí se paga por cada televisión que tienes en casa), bolsas de basura (cada unidad de vivienda tiene un cupo), incrementos en alimentos, el IVA al 23%, etc. Al contrario que en otros países, lo que no tocaron fue algunas de las grandes conquistas sociales de este país: ayudas a la natalidad o la ayuda mínima social. Cabe decir que sus ajustes estructurales llegaron a representar un 18% de su PIB. Que se dice pronto.
Digamos que aumentó mucho la presión fiscal sobre las clases medias sin recortar realmente mucho, pues no había demasiado donde recortar. Una de las peticiones de los grupos anti austeridad era subir los impuestos a las empresas. Pero eso no se ha tocado. Es más, desde el pasado enero hay menor presión tributaria incluso. Es decir, han subido los impuestos a las personas y se los han bajado a las empresas. En mi opinión, una de las razones de que este pequeño país siga creciendo ahora por encima del 5%, tras hacerlo recientemente al casi 7%. Les ha salido bien.
Y es que uno de los elementos diferenciadores de Irlanda es su política fiscal. Cómo he dicho, mientras mantiene una fiscalidad empresarial muy baja y con enormes ayudas, la que afecta a las personas es muy distinta y especialmente alta si atendemos a la falta de servicios asociados. Hace dos años Irlanda ya presentó el primer aumento de su presupuesto desde el rescate. El déficit público ha pasado desde el 32% del PIB de 2010 a menos del 4% actual. La competitividad laboral ha mejorado más de un 20%. Y se encuentra en el séptimo puesto del Índice de Libertad Económica de Heritage Foundation.
Es muy probable que tengan que repetir las elecciones en agosto. Todo es posible, pero gane quien gane, se coaliguen unos u otros, excepto en el caso de los grupos anti austeridad, el resto, incluido el propio Sinn Fein, los laboristas, el centro derecha o el ganador centro izquierda, todos, ya han declarado que hay un impuesto que no se va a tocar: el Corporate Tax, lo que vendría a ser el impuesto de sociedades que hasta hace poco estaba en un tipo único del 12,50% y que, como he dicho, desde el pasado 1 de enero tiene un tipo reducido del 6,25% que afecta a un determinado tipo de empresas. Cómo este impuesto se paga en base a una previsión por anticipado algunos ya han notado la rebaja.
Este tipo tan bajo está planteado como una propuesta de gobierno del actual equipo y que fue parte de las promesas efectuadas hace ahora cinco años. Recordemos que el sistema tributario irlandés incorpora un régimen de auto evaluación en virtud del cual las empresas determinan si deben pagar impuestos o no y, de ser así, presentan sus declaraciones de impuestos y efectúan los pagos por impuestos correspondientes de manera anticipada si lo desean. En este caso se puede incorporar ya a la previsión del 2016 por ejemplo.
¿Qué tiene de relevante esta rebaja a parte del puro hecho aritmético? Pues que es un modelo que sigue ahondando en lo que busca este país en cuanto al cambio de modelo productivo abrazando la tecnología y la innovación. La deducción fiscal denominada Knowledge Development Box se ha diseñado para atraer la inversión extranjera aplicando una deducción que se aplica a todo el beneficio generado por la inversión en I+D que ha hecho dicha compañía con residencia en Irlanda. Obviamente esto es muy interesante para empresas de software, Apps, plataformas, cloud y aquellas que registran patentes de propiedad intelectual.
Hay varias políticas sectoriales que deben tener consenso si quieren alcanzar éxitos notables. Son aquellas que precisan de largo recorrido para ser eficientes. La educativa, la económica y la fiscal. En Irlanda la primera y la última así lo tienen. No se toca el modelo educativo desde hace mucho y ningún candidato amenaza al anterior con que va a ‘derogar’ sus leyes anteriores en materia educativa porque, en realidad, las hicieron entre todos. El nivel educativo y el talento al que pueden acceder las empresas es muy alto en consecuencia.
En materia tributaria también hay consenso. Lo hay por un hecho sociocultural que no es sólo un elemento que se basa en la ‘competencia desleal’ del Impuesto de Sociedades más bajo que en el resto de Europa por ejemplo. Hay que recordar, de nuevo, que la compensación entre impuestos empresariales y presión fiscal individual se produce de manera muy equilibrada y responde a un modelo sociopolítico.
Aparte del Impuesto de Sociedades que se aplica a los ingresos obtenidos de actividades comerciales (incluidos los dividendos extranjeros que cumplen determinados requisitos pagados con cargo a los beneficios de explotación) al 12,50% y el ya nombrado Knowledge Development Box al 6,25%, existen otros tipos impositivos muy interesantes. Por ejemplo el incentivo del 25% en materia de I+D que funciona como crédito fiscal o el Impuesto sobre las plusvalías (capital gains tax) que es del 0% en régimen de exclusión del impuesto respecto de la enajenación de acciones que cumplen determinados requisitos o del 33% como tipo estándar para las ganancias pero que está con sujeto en la mayoría de los casos a diversas desgravaciones y excepciones.
También es muy atractivo el Impuesto del timbre (Stamp duty) que está entre el 1 y el 2% que es pagadero en relación con documentos jurídicos y comerciales, incluidos documentos relacionados con la transmisión de la propiedad, arrendamientos de inmuebles, formularios de transmisión de acciones y determinados contratos. Finalmente existen 73 magníficos tratados suscritos con las economías emergentes (incluida Latam) de libre circulación de bienes desde y hacia esos países. Además Irlanda tiene acuerdos de colaboración con Estados Unidos que son excepcionales en materia de nuevas tecnologías.
Para este país la política fiscal debe ser baja en términos generales. Así lo entienden culturalmente y aceptan a su vez un estado que ofrece muy pocos servicios. Por lo tanto, se deriva una intervención estatal algo reducida con respecto a otros países europeos. A esta fiscalidad que cada vez es más alta para las personas (de ahí el castigo electoral y el ascenso de los grupos anti austeridad) se contrapone una muy flexible para las empresas. Se considera que éstas pueden crear empleo si se les permite pagar menos y a la vez ganar más, invertir o exportar mejor. En definitiva ingresar en el neto mucho más que si se les presionase con muchos impuestos y las pudiera ahogar financieramente en momentos difíciles.
A la vez, esas empresas que generan empleo permiten que los ciudadanos puedan consumir y al mismo tiempo pagar más impuestos personales. Contratan servicios privados que sustituyen los públicos y la rueda va girando. Según este sistema, la clave nace en la rebaja de impuestos a las empresas.
A modo de resumen y para entender que ha significado la reducción de presión fiscal corporativa en Irlanda decir que en los peores momentos de la crisis, cuando fueron rescatados por el FMI y el BCE, la propia Troika pidió a Dublín que subiera el Impuesto de Sociedades para recaudar más. Sin embargo, cómo sabemos, no sólo se negaron, sino que aprobaron más deducciones y ayudas que suponen aún más rebajas fiscales. Como bien recuerda siempre mi socio y amigo Daniel Lacalle, la UE no exige ninguna medida, sino que pide un ajuste y cada país decide cómo materializarlo.
El resultado dejó en evidencia a los expertos de la Troika. Entre 2009 y 2012 los ingresos derivados del Corporate Tax se mantuvieron constantes, no cayeron a pesar del ajuste social que se vivió y que provocó que los irlandeses dejaran de consumir de golpe con un paro cercano al 15%. Recuerdo tardes ‘de compras’ en los que algunos vendedores del City Center nos confirmaban que era la peor temporada comercial que habían vivido. Más o menos como en el resto de los países rescatados o ‘pseudo-rescatados’.
Lo importante es lo que pasó tras esos años. Entre 2013 y 2015 la recaudación no hizo más que crecer hasta llegar a niveles de hace una década, con un consumo creciente y un paro que estará por debajo ya del 8%. En 2015 se habrá recaudado un 74% más de lo que el presupuesto había previsto. No está mal.
Obviamente seguirá habiendo quien considere que una fiscalidad baja a las empresas es una especie de competencia desleal. Sin embargo cuando se analiza esto, cómo he intentado indicar, es importante verlo con toda la perspectiva posible y destacar que en esa perspectiva, y en el caso de Irlanda, lo que es extremadamente interesante es cómo la transformación digital de un país se está produciendo a la vez que se recupera la economía tras una recesión profunda.
Recordemos que se hizo en algunos países cuando llegaron las vacas gordas: estimular una burbuja inmobiliaria y financiera que reventó por todas partes. Aprovechar la más mínima posibilidad del crecimiento económico a fin de estimular un cambio de modelo productivo vinculado al conocimiento, la innovación, el valor añadido, los servicios complejos y la tecnología aplicada, debería de ser una obligación. Normalmente se hace lo contrario visto lo visto.
Para terminar, recordar que en Irlanda 2 de cada 3 nuevos empleos creados el año pasado tenían que ver con las nuevas tecnologías y que se crean 147 startups diarias en un país de algo más de 7 millones de habitantes. Tal vez hay otros modos de ir modelando un país con una economía moderna, pero esta parece que puede ser una opción eficiente.
Si te interesa conocer más sobre cómo funciona el mundo de la empresa en Irlanda puedes consultarnos aquí.
Enterprise Ireland, tercer mayor inversor Seed Capital del mundo
Cuando recibimos visitas en Dublín una de las preguntas más recurrentes que nos cuentan a los que vivimos aquí es ¿por qué vives aquí con el mal tiempo que hace? La respuesta habitual es ‘no siempre llueve’. La verdad es que cada uno vive donde quiere o puede y el clima condiciona, cierto. En mi caso este clima húmedo me gusta y el frío también. Sin embargo ya he comentado que vivir en el denominado ‘Silicon Valley’ europeo debido a la gran cantidad de multinacionales tecnológicas que se dan cita, tiene que ver más por el ‘clima’ empresarial y tecnológico que por otros motivos.
Cuando recibimos visitas en Dublín una de las preguntas más recurrentes que nos cuentan a los que vivimos aquí es ¿por qué vives aquí con el mal tiempo que hace? La respuesta habitual es ‘no siempre llueve’. La verdad es que cada uno vive donde quiere o puede y el clima condiciona, cierto. En mi caso este clima húmedo me gusta y el frío también. Sin embargo ya he comentado que vivir en el denominado ‘Silicon Valley’ europeo debido a la gran cantidad de multinacionales tecnológicas que se dan cita, tiene que ver más por el ‘clima’ empresarial y tecnológico que por otros motivos.
Si hablamos de empresa y tecnología se debe sumar siempre el nivel de inversión que en ellas se deriva. En Irlanda, por cápita, el monto es tremendo. Es cierto que este país es el principal receptor de fondos de capital riesgo americanos, pero no es menos cierto que desde el capital irlandés también se invierte y mucho. Razón para que muchas startups europeas decidan pasarse una temporada por aquí y programar su crecimiento primero y su salto a Estados Unidos después.
La plataforma-publicación PitchBook, utilizada regularmente por más de 70.000 miembros de sociedades de Venture Capital, capital privado, Business Angels o profesionales de la inversión, ha publicado recientemente la clasificación de los principales inversores en capital riesgo en rondas semilla, la llamada ‘seed capital’, la de mayor dificultad, desde 2010.
Entre las cinco primeras figura la entidad irlandesa de inversión Enterprise Ireland, con la que Idodi Venture Capital está colaborando para impulsar que startups españolas decidan pasar por este ecosistema tan estimulante, no sólo por sus ventajas fiscales y ayudas, sino también por la gran cantidad de inversión que se puede conseguir en estados tempranos de muchas empresas tecnológicas.
La clasificación en cuanto a inversiones la lidera SV Angel, Kima Ventures, cómo decía Enterprise Ireland en tercer lugar, Andreessen Horowitz cuarto y Google Ventures en quinto lugar. PitchBook listó a 2387 inversores que desde 2010 han participado en al menos una ronda de semillas a nivel mundial.
La misma fuente cifra el crecimiento que cada año se ha ido produciendo en este campo. De los 484 que se produjeron en 2010 se ha pasado a 1.943 durante el año pasado. Esa tendencia parece que se ha detenido un poco en 2015 puesto que ya casi a finales de año sólo se ha llegado a 1.215 ofertas lanzadas. Sin embargo el capital bruto no cae. En 2014 fueron 1.950 millones de dólares, y con menos operaciones, en 2015 ya se han alcanzado los 1.970 millones.
Crear empresas tecnológicas para cambiar el modelo económico
En Estados Unidos, durante la explosión de la burbuja financiera en 2008, a la vez que millones de activos se esfumaban, cerraban empresas, se despedían personas y todo el sistema quedaba en el aire, centenares de miles de empresas se fundaban sobretodo en la zona de California y Massachusetts. Es una manera de afrontar la crisis que ya fue adoptada en el pinchazo de las ‘puntocom’ hace ahora 14 años.
En Estados Unidos, durante la explosión de la burbuja financiera en 2008, a la vez que millones de activos se esfumaban, cerraban empresas, se despedían personas y todo el sistema quedaba en el aire, centenares de miles de empresas se fundaban sobretodo en la zona de California y Massachusetts. Es una manera de afrontar la crisis que ya fue adoptada en el pinchazo de las ‘puntocom’ hace ahora 14 años. Actualmente el número de creación de empresas tecnológicas en Estados Unidos es algo menor a las tasas de esos duros días, pero sigue siendo altísima. Todo eso no es por casualidad obviamente y muchos son los aspectos que inciden en ese estilo de vida, empresarial y finalmente de creación de riqueza.
La política, la educación, la actitud y la idea de que como sociedad podemos apostar por un modelo concreto es la clave. No es lo mismo crear miles de empresas basadas en la construcción que hacerlo focalizando en la innovación y la economía digital. De todo tiene que haber, pero el mundo va automatizándose y el empleo deberá regirse por el valor añadido, por la adaptación de todos y por el impulso que una sociedad tenga para liderar esos cambios.
Veamos uno de esos ejemplo y que conozco: Irlanda. Durante este pasado mes de mayo 3.653 nuevas empresas con algún componente tecnológico se registraron en el, de nuevo llamado, ‘tigre celta’. Lo que es lo mismo, 135 nuevas startups al día. Según esto el aumento es del 24% con respecto al mismo período del año pasado.
Como era de esperar, Dublín sigue siendo la zona preferida para estas nuevas empresas. La mitad de todas ellas se concentran en esta cada vez más efervescente zona. Las grandes corporaciones precisan de un ecosistema alrededor que les ofrezca posibilidades para contratar y para derivar proyectos. A medida que las multinacionales que siguen instalándose en el conocido Silicon Docks las pequeñas startups que van surgiendo se incorporan en su entorno.
Hay dos zonas que están, no obstante, aumentando su poder de atracción. Por un lado es Limerick, cuyo aumento con respecto a otros años es del 71%, o de Cork, en el sur, donde ese crecimiento de nuevas empresas está suponiendo casi un 32%. En la primera, la noticia de que Intel va a instalar su laboratorio de Internet of Things en la vecina Galway o, en la segunda con la todopoderosa Apple desde hace años ocupando a miles de personas, suponen los vehículos de atracción más eficientes para las nuevas aventuras empresariales de muchos.
En términos brutos son cifras modestas, pero en términos porcentuales, con respecto a una economía de algo más de cinco millones de personas es espectacular. La inversión exterior es clave para comprender el crecimiento económico que Irlanda experimentó en la primera década de este siglo y su brutal recuperación que se vive ahora con un crecimiento programado que superará el 6%. Hay que destacar que el 65 % de las empresas irlandesas experimentaron un crecimiento de su volumen de negocios en el ejercicio más reciente y que eso se trasladó al resto de pymes pues el 70 % de ellas también aumentaron su volumen de negocio. Especialmente, como vemos por los datos antes descritos, los emprendedores tecnológicos están dando el empujón más efectivo.
Ahora bien, lo que realmente hace que este lugar vaya a toda máquina es el peso de sus exportaciones, y especialmente de tipo tecnológico. El sector exterior representa el 106% del PIB, frente al 30% que le supone a España por ejemplo. Irlanda es el segundo mayor exportador de software del mundo. Las exportaciones irlandesas superan a las de India y Suecia juntas, y son superiores a las de países como Australia, Brasil y Dinamarca. Al final todo ayuda, todo suma.
Que se creen empresas es casi una respuesta a todo un conjunto de acciones que se materializan en un círculo de trabajo político, social y económico, entre administración pública que marca las líneas y un sector privado que las toma como suyas. Y es que la competencia laboral en Irlanda es muy alta. Esta gente es global y está muy bien formada. Les gusta vivir temporadas por el mundo. Les gusta mezclarse. Son cosmopolitas. El 17% de la población ha nacido fuera de la isla y se nota.
Cuando montas una empresa o un foro de inversión ves en que sí tienen tomado el tranquillo los irlandeses. Lo que realmente ha funcionado aquí es su capacidad para convencer a otros a fin de que inviertan en su país. La agencia de desarrollo de negocio e inversión con oficinas en el centro de Dublín no está de adorno. Su estrategia nunca fue táctica y se dedicaron a localizar empresas en crecimiento que pudieran instalarse aquí y, casi, convertirlas en celtas. Hoy en día, un par de hermanos que crearon una pasarela de pago llamada Stripe, por ejemplo, son los más firmes rivales a la todopoderosa PayPal gracias a la inversión recibida de fondos americanos. Ahora mismo, aquella startup montada hace apenas unos pocos años vale más de 4.500 millones de dólares.
Este pequeño país es la sede de nueve de las diez farmacéuticas más grandes del planeta, la de tres de las cinco principales empresas de juegos del mundo, y tienen los ‘headquarters’ europeos ocho de las diez principales tecnológicas que existen. Y, obviamente, que estén estas multinacionales deriva en empleo y riqueza. No es sólo dinero electrónico buscando atajos fiscales. Estas empresas tecnológicas internacionales generan la quinta parte del empleo y suponen tres cuartas partes de las exportaciones totales. Las inversiones desde Estados Unidos en empresas locales es cinco veces mayor que el que se recibe desde Europa. Tener una startup en Irlanda es una ventaja si buscas inversión a pesar de que la competencia es mucho mayor.
Otro día comentaremos la cara B de Irlanda o de otros países que, apostando por un cambio de modelo, se olvidan de otras muchas cosas en el camino, y más cuando tienes una deuda del 120% y aun no has curado la explosión de tu propia burbuja inmobiliaria. Hablaremos de una economía doméstica ahogada a impuestos y tasas. La demanda interior de los irlandeses sigue cayendo. Los servicios públicos dejan mucho que desear. La sanidad no cubre nada, los transportes son un verdadero desastre y caros, la cobertura social deficiente y muchos de los ‘derechos’ que se viven en España, aquí no son más que ‘servicios’ que, si pueden, te condonan y sino te los pagas. No todo iba a ser ‘flower-power’.
'Smart Regions' y políticas activas para afrontar el futuro.
Me pedía un amigo que explicara algo de cómo podría un gobierno afrontar el momento actual y de cómo una país, región o ciudad, abrazar ese futuro tecnológico y revolucionariamente digital que vivimos. Os traigo un ejemplo que vivo de cerca y que es, sin ser perfecto, significativo e inspirador.
Me pedía un amigo que explicara algo de cómo podría un gobierno afrontar el momento actual y de cómo una país, región o ciudad, abrazar ese futuro tecnológico y revolucionariamente digital que vivimos. Os traigo un ejemplo que vivo de cerca y que es, sin ser perfecto, significativo e inspirador. La revolución industrial en la que estamos sumergidos, la cuarta, la nueva o la última, llámenla como quieran, el nominativo definitivo lo pondrán nuestros nietos, es algo que en algunos lugares se está teniendo en cuenta y en otros se está dejando pasar. El pasado lunes destacaba cómo Europa, ante ese dilema, no se está tomando la vía adecuada. Pero no toda Europa espera, hay una que se sí se ha subido al tren.
La clave de todo responde a algo más que las ‘smart cities’, tal vez, y en eso si que hay un avance significativo, deberíamos hablar de ‘smart regions’, algo mucho más acorde con lo que realmente significa un proceso de cambio como el que vivimos y un encuentro real con la transformación del territorio y de sus activos principales que supone.
Parece que todo gira entorno a ‘las ciudades’. De San Francisco a Berlín, de Barcelona a Dublín, de Dubai a Boston. Da igual, el futuro tecnológico parece ligado sólo a un territorio localizado en una ciudad por compleja y grande que ésta sea. Y tiene sentido pues las ciudades con el futuro en innumerables aspectos pues acudimos a ellas en masa y son redes socializadas que permiten la interacción de los exponentes de esa modernidad que comentamos cada día. Internet de las Cosas en ciudades inteligentes, socialización y economía compartida, impresión dimensional que precisa de puntos de recogida, automóviles automatizados o gestión de datos masiva de cuanto hacemos sus habitantes.
Hoy escribo desde Cork, segunda ciudad de Irlanda y dónde Apple tiene su HQ europeo con miles de trabajadores ubicados en un edificio situado pocos minutos de la ciudad. Lo digo porque si algo me ha sorprendido del modelo de crecimiento tecnológico de este país es el esfuerzo gubernamental de extenderlo en todo el territorio. No son palabras, acaban siendo hechos. Los ecosistemas de tecnología identificables han dejado de ser monopolio de Dublín, Belfast, Galway, Limerick o el mismo Cork. Es muy significativo como el esfuerzo radica ahora, con el plan Irlanda 2015-2017, darle mayor contenido y profundidad a todo ese cambio que se viene gestando hace años y que ahora requiere de implantarse de manera genérica en toda la isla.
El tamaño ayuda, pero no es sólo eso. Se trata de potenciar un modelo productivo y hacerlo de manera integral en todo un territorio, de permitir el acceso a la banda ancha y a un precio reducido, de comprometerse desde la administración con lo que supone impulsar startups que precisan de un recorrido muy distinto al de las empresas más tradicionales y que pueda, en definitiva, ir ocupando cada vez más espacio un modelo productivo tecnológico, sostenible y vinculado al conocimiento.
Sabemos que el futuro depende de que podamos atender a un mundo sin empleo generando nuevos más ‘humanos’, más creativos, menos orientados a lo repetitivo o a lo que cualquier automatismo pueda hacer y para ello hay que trabajar duro en como se define un entorno propenso a esos cambios y permeable a ese progreso.
Las ciudades están muy bien, de hecho sirven para exponer claramente una marca ligada a un territorio, pero el problema es cuando se queda en eso. Aquí hablo de Barcelona y todo la vincula a la tecnología móvil y al turismo de ciudad. Si pregunto por Catalunya es mayoritaria la relación con las playas o las pistas de esquí. Está bien que así sea, pero ¿es eso síntoma de que el trabajo por una Smart City sólo está enfocado en la capital y se ha dejado de lado lo que podría ser una Smart Region? Tengo el convencimiento que es así y que eso es replicable a infinidad de lugares de España y de Europa.
Israel es una ‘smart region’, Irlanda está trabajando en ello. Algunos Landers alemanes también. Van más allá de una ciudad y su radio de influencia, se trata de derramar conocimiento a lo largo de un territorio amplio para ir preparando el futuro, un futuro que se nos viene encima sin miramientos.
Estoy invitado a trabajar en los próximos meses en el proyecto que comentaba. Es especialmente estimulante pensar que vamos a aprender mucho los participantes de cómo un entorno concreto puede convertirse en un hervidero de innovación. Vamos a conocer más de lo que venimos a explicar. Estoy seguro.
Este plan, que ofrecimos explicar a diferentes administraciones españolas, es puro futuro inmediato. Algún día comentaré las respuestas de cada uno, define muy bien el papel que juegan nuestros ‘líderes’ y la visión que tienen de ‘lo que hay que hacer’. El diseño de un programa integral que implica aquí a todo el mundo y que se ha diseñado con el firme propósito de convertir una región con opciones en la economía digital en una región inteligente para que abrace el futuro con entusiasmo en lugar de hacerlo con miedo.
Cualquier país que quiera definir zonas inteligentes precisa multiplicar sus esfuerzos técnicos y prácticos. Es momento de abandonar discursos repletos de tópicos. En época electoral que parece no acabar nunca, es incluso peor. De verdad es desesperante a veces ver como todo pasa y no pasa nada. Como las oportunidades se desvanecen y nadie toma decisiones o pone en marcha acciones que puedan arrancar el motor.
Esto no va de discutirse, pronto no habrá nada por lo que discutir. Esto sigue siendo un tema de planificación y acción. El caso que más claramente habla de lo que quiero decir vuelve a poner en punto de comparación donde nací y donde vivo. El presidente de España lanzaba una soflama de vergüenza ajena asegurando que creará 3 millones de empleos sin aportar ni una sola herramienta o plan sostenible que pueda soportar eso. Mientras este hombre que la historia juzgará como lo hará con Zapatero y derivados, sustenta su potencial ‘recuperación’ económica y creación mágica de empleos en empleos puramente vinculados a lo de siempre, a lo que a medio plazo no serán empleos sino estatuas en el caso de lograrlo, en otros lugares se asume que el empleo del futuro sólo puede ser creado en entornos tecnológicos o de conocimiento con valor añadido.
Rajoy aportaba sus 3 millones en un país de 50 y que intuimos no van ligados a ninguna revolución tecnológica. No nos aportó nada al respecto por lo menos. Enda Keny, primer ministro irlandés, con decenas de decisiones erróneas en su mandato, con un buen número de problemas sociales que solucionar y con múltiples conflictos que provienen de la austeridad impuesta desde la UE, aportó sólo 40.000 empleos que dice piensa crear en un país de 5 millones.
A simple vista parece poco, pero la diferencia radica en algo más interesante. Definen claramente cómo se debe afrontar el modelo de creación de empleo y su espacio real que puede ocupar en un momento de la historia más parecido a la Revolución Industrial que a época de Postguerra.
1. El gobierno de Irlanda presenta ese plan enfocado a crear empleos en una zona amplia y concreta del país. Cork y Kerry deberán acomodar esos empleos bajo la filosofía ‘smart region’. Para ello el programa vincula a todo Dios, incluidos algunos que venimos de fuera. El programa lo contempla todo.
2. Vincula ese empleo a la creación de la Universidad Tecnológica de Munster donde la creatividad multimedia generen los recursos necesarios para las empresas vinculadas al plan.
3. No se olvidan del problema de la sostenibilidad. El talón de Aquiles del futuro automatizado y del progreso inmediato. Para ello se incorpora en todo el territorio miles de dispositivos IoT listos para gestionar masivamente tráfico y servicios públicos vinculados a las nuevas empresas.
4. Se asume desde el minuto uno que los empleos no especializados en tecnología, creatividad o innovación, serán residuales. Construcción y servicios podrán ser asumidos por los que ya lo hacen actualmente y se focaliza en que el empleo del futuro sólo puede ser creado en ‘nuevas profesiones’ que se determina crear en ese nuevo entorno inteligente. Es decir, se constata que en un mundo con cada vez menos empleo humano, si queremos empleo hay que inventarlo y no esperar alguna ‘recuperación’ mágica que no se va a producir con la intensidad necesaria.
5. Las startups y las pymes serán el tejido básico de ese modelo. Se obliga a las grandes compañías instaladas en el territorio a implicarse en el nacimiento y crecimiento de las nuevas otorgando líneas de colaboración entre ambas que beneficien a las más débiles. El tejido tecnológico debe ser transversal.
6. Asumen que el comercio electrónico es el modo de compra y venta inmediato. No se prepara ninguna política activa para potenciar el comercio de siempre sino que todo se encamina en ofrecer un camino digital a todo el que venda algo. Sin costes, pagado, sin fricción. El gobierno asume que si ahora les pagan lo que vale estar online a todos a medio plazo los ingresos por impuestos crecerán, si no lo hacen, muchos desaparecerán. Es como invertir en futuro.
El plan es interesante, sólo es uno de tantos, pero es un ejemplo de cómo se puede trabajar en algo que se puede definir ‘smart region’ pero también, sencillamente, conquistar la Nueva Economía y con el menor impacto social posible. Esto no va de crear empleo, va de crear futuro.
Primer comité de inversión en Startups de Idodi Venture Capital
El próximo 17 de junio el comité que decidirá las dos primeras inversiones de nuestro vehículo de inversión Idodi Venture Capital. Las noticias sobre nuestro ‘pledge fund’ se van a ir produciendo en los próximos días, con nuevas incorporaciones en el accionariado y con extraordinarios acuerdos que hemos ido cerrando con importantes actores de la economía digital en toda Europa. Especialmente entre Irlanda y España, espacios naturales de nuestro trabajo como ya definimos en su presentación. Si tienes una empresa tecnológica con alto potencial de crecimiento en el campo del Big Data, Cloud computing, Internet of Things, Mobile, SAAS, Sharing economy o Inteligencia artificial, con un producto en el mercado, un ruta definida de internacionalización en el mercado anglosajón (Estados Unidos y Reino Unido) y estás buscando financiación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para aplicar antes de mediados de este mes. Si tu proyecto nos encaja nos pondremos en contacto. Si no llegas a tiempo tendremos otro comité a mediados de julio dónde tendrías otra oportunidad.
Si por otro lado quieres participar de nuestro fondo, bien porque ya eres miembro de otros o eres inversor particular, y consideras que ser parte de Idodi Venture Capital te aporta diversificación por su modelo y por su espacio destinado, también ponte en contacto con nosotros.
La voluntad de invertir en startups cuyo 'roadmap' contenga un destino claro en el mercado anglosajón, especialmente Estados Unidos, hace a nuestro fondo en su inicio algo diferente. Es cierto que vemos muchos proyectos que incluyen en sus documentos ejecutivos una fase de internacionalización pero muchas veces es más una voluntad que una opción asequible. En IVC este tema se tratará con especial cuidado y no se entrará en ninguna participada que no tenga ese punto bien resuelto.
Para resolver ese punto, IVC nace con un socio estratégico irlandés que nos ayudará en el estudio de este patrón y sus posibilidades reales y, en segundo término, a ayudarles a que se cumpla. Como sabes Irlanda se ha convertido en el canal directo de inversión de los grandes fondos norteamericanos en startups europeas. En España hay muchas startups interesantes que no llegan a un estado de primer orden por ese eslabón que vamos a intentar ayudar a poner en la medida de lo posible. Por un lado localizándolas con un desarrollo de negocio demostrable, por otro estudiando desde dentro un control y apoyo de su expansión y finalmente intermediando en la localización y presentación de éstas en los foros de los grandes fondos que en Dublín sobretodo se dan cita periódicamente. No es necesario que estas startups se ubiquen en Irlanda, simplemente deben tener claro que ahí hay un altavoz preparado para su lanzamiento a Estados Unidos principalmente.
En este punto también es clave destacar que modelo de startups vamos a seleccionar. No invertimos en ‘seed’ capital, en ese campo, personalmente, ya trabajo y soy socio de otro interesantísimo fondo, Sitka Capital, más encaminado a una apuesta temprana. IVC busca el segundo relevo. Ese relevo que se toma cuando ya has salido al mercado, obtuviste una ronda seed y necesitas ahora tu primera inyección para llegar a la ronda A. El rango de éxito aumenta en este rango aunque obviamente es más difícil localizar esas empresas.
Estos días en Irlanda están siendo intensos, aparte de fríos. Desde que el país fuera incluido junto a Israel y Singapur como uno de los países más destacados por la Harvard Business Review como una de las estructuras en las que la economía digital se está moviendo más rápidamente, la activación de eventos y llegada de nuevos actores ha ido en aumento.
Singapur encabeza la lista destacado por su sofisticada infraestructura digital y ha seguido para afianzar su posición de liderazgo mediante la inversión en infraestructura. Otros países citados como destacándose incluyen Suiza, Hong Kong, Corea del Sur, Nueva Zelanda y los Emiratos Árabes Unidos. Los llamados países 'Stall-out' que han demostrado liderazgo en el pasado pero ahora están perdiendo impulso incluyen Noruega, Francia, Dinamarca, Bélgica, Finlandia, República Checa y los Países Bajos. Hay otros del tipo 'Break-out’ que son los países que tienen el potencial para desarrollar economías fuertes y digitales que se están moviendo rápido incluyen Malasia, Chile, China, Sudáfrica, México, India, Colombia y Vietnam. Los ‘Watch-Out’ son los países que carecen de impulso como Portugal, Polonia, Italia, Grecia y Hungría.
España se encuentra, según la Harvard Business Review, en un punto intermedio entre Stall-Out y Watch-Out. Mucho hay que trabajar como hemos señalado en innumerables ocasiones. El futuro no se construye sólo, tomar el tren de la modernidad depende de afrontar los retos de la economía digital en serio. Es obvio que estamos en un planeta digital que ha iniciado un viaje apasionante, pero no todos vamos a la misma velocidad. Desde Idodi Venture Capital intentaremos construir un humilde puente que ayude a eliminar algunos de los puntos de fricción que detectamos a diario.
Los próximos mil millones de consumidores están online y estarán tomando sus decisiones digitales en un dispositivo móvil, muy diferente a las prácticas de los primeros mil millones que ayudaron a construir muchos de los cimientos de la industria del comercio electrónico actual. Nos toca identificar los actores de ese cambio y hacerlo desde dentro, no vale señalar y no hacer nada. Como te decía, si tienes una empresa digital en disposición de crecer o eres un inversor o gestor de inversores y crees que nuestro proyecto es interesante, dímelo.
Oportunidad para pequeños inversores en Startups internacionales.
Desde varias décadas, Irlanda se ha convertido en un país atractivo para la inversión extranjera directa. En concreto, desde hace unos años, es la base global que algunas de las corporaciones más grandes del mundo han elegido para sus negocios a la vez que, los grandes fondos de inversión tecnológica se vuelcan continuamente en impulsar startups que residen o pasan por aquí. Esa inversión genera más trabajos per cápita en Irlanda que en cualquier otro país de la Unión Europea. En lo que llevamos de año, no hay ningún país de europeo que pueda decir que ha recibido más capital riesgo que el acumulado en el Tigre Celta.
En los años que hace que vivo aquí he podido conocer y localizar los espacios de inversión y los fondos que mejor trabajan en ese ámbito. Junto a mi equipo, hemos aprendido cual es el patrón a seguir y el modelo de inversión a realizar cuando hablamos de startups. Aquí se celebran los eventos más importantes de Europa para que esas empresas en sus fases iniciales se den a conocer a inversores norteamericanos sobretodo. Son muchas las grandes compañías que tienen sede a pocos metros de donde escribo esto. Pero no tan solo son sus Headquarters, también son sede de los fondos de inversión con los que ellos trabajan.
En ese contexto planteé hace unos meses la idea de crear un Venture Capital, un fondo para invertir en aquello que considero tremendamente rentable a medio plazo y que diera respuesta fácil a quienes, por lejanía o desconocimiento, no puedan entrar en este mercado tan nutritivo. De hecho, lo que hoy presento, incluso antes que en prensa, es el fondo Idodi Venture Capital, con sede en Barcelona y Dublín y que está destinado a micro inversores que quieran no arriesgar mucho pero sí participar de un escenario de inversión impresionante y tan atractivo. El accionariado estará formado mayoritariamente por la incubadora de Idodi Only Different Ideas a la que se suman un Family Office de capital integro irlandés y por diversos accionistas de primera linea españoles, británicos e irlandeses.
Sin embargo, no quería que se tratara sólo de un fondo irlandés. No, lo que realmente me apasiona, y en eso llevo 24 años, es estimular en la internacionalización de proyectos que nacen en España. De eso va también Idodi Venture Capital, de traer, de lograr que vengan con garantías y para exponer su proyecto a lo que se conoce, y aquí eso es real, como el Silicon Valley europeo. A muchos lugares se les llama Silicon Valley, sobre todo cuando se acercan elecciones, pero sólo aquí se puede listar a las mayores tecnológicas del mundo y visitarlas en una sola jornada pues están en pocos kilómetros cuadrados. Irlanda ocupó el puesto 10 a nivel mundial por la cantidad de trabajos creados en el área de tecnológica en un estudio realizado por IBM resaltando el papel de la inversión extranjera directa para ello.
En España hay talento, proyectos que nos llegan cada día y que con algo de impulso podrían estar en condiciones de enfrentarse a los grandes players de su sector. Desde España han triunfado grandes startups. Eso es real, pero son miles las que se quedan en la sala de espera del éxito. Veo cada día como llegan a los coworkings, aceleradoras u oficinas cercanas a la nuestra en Dublín, startups francesas, alemanas, italianas, británicas incluso, pero pocas españolas. Veo como en los grandes foros de inversión se vuelcan en ellas y cómo en pocos meses se lanzan, acompañados por fondos normalmente americanos, a la conquista del mercado mundial y especialmente norteamericano.
El gran capital riesgo norteamericano invierte más en startups ubicadas aquí que en ningún otro lugar de Europa. Una gran opción de hacer ‘exits’ de gran valor a medio plazo en cualquier participada que pase por aquí. Parece que 2015 y 2016 serán los mejores años para este sector en Irlanda, así lo permite identificar la cantidad de capital americano que se maneja en los foros a los que asisto y participo. Tanto en volúmenes de inversión como en captación de nuevos fondos es el momento.
Pensé que ¿porqué no unir ambas opciones? Un fondo de inversión localizado en España, que invierta en startups españolas mayoritariamente y en cuya estructura, ADN u hoja de ruta esté el pasar y crecer en Irlanda. Hay muchos casos que se nos acercan para eso, con grandes posibilidades, pero que al no disponer de un fondo para ello no podíamos dar respuesta. Ahora, desde hoy, si.
En eso nos pusimos hace unos meses. Quise disponer de un equipo que sepa de esto y que sepa más que yo. Por eso, al frente y dirigiendo el proyecto estarán dos cracks. Carlos Guerrero, miembro de Fornesa Abogados y director del fondo Sitka Capital que ha logrado situar un fondo de microinversores como uno de los más activos en España en los últimos años. Por otro lado Josep Mora un experimentado economista conocedor de los modelos de inversión tradicional vinculado a GVC y que me pareció bueno disponer en este proyecto de cara a profesionalizar mucho el como se explica el plan de inversiones y sus resultados mensualmente.
El resto del equipo en España lo forman Oshcar Vidal de Idodi Only Different Ideas y Miguel Lobón también de Fornesa Abogados. A parte de ellos, en España contamos con casi una decena de ‘advisors’ que nos ayudarán a la localización de buenos proyectos donde participar e invertir. Nuestra vinculación con aceleradoras como Conector nos da una posición privilegiada para localizar esas startups con alto potencial internacional y de crecimiento.
En Irlanda, tenemos vínculos con el Ireland Enterprise, el Digital Hub, una decena de entidades públicas y privadas con las que ya trabajo hace años y a los mejores gestores y expertos legales para que nos ayuden en el entramado legal irlandés cuando se produzcan los saltos a este mercado desde España. Actualmente el fondo está formado por capital español e irlandés pero es un fondo con sede fiscal en España que invierte indistintamente en startups españolas e irlandesas, gracias a la dualidad residente de los miembros.
Por eso, si quieres invertir en un fondo de inversión especializado en startups, cuyo patrón es la búsqueda, localización, asesoría, acompañamiento y exposición en la combinación España e Irlanda para rentabilizar en la suma de estos factores, este es tu fondo.
Si ya eres miembro de otros fondos este lo complementaría muy bien. Significa una diversificación eficiente y sencilla de la inversión al invertir en todas nuestras participadas a la vez y vinculados al escenario internacional claramente. Un potencial en la selección de proyectos innovadores al tener unos contactos de primer orden dentro del ecosistema español e irlandès que nos permiten conocer de primera mano cuales son las mejores oportunidades del mercado en cada momento. Un equipo multisectorial, internacional y con amplia experiència inversora en este tipo de vehículos de inversión y una selección de proyectos realizada por un comité de expertos profesionales que valoran en cada momento cada una de las oportunidades de negocio que se nos plantean.
¿Tienes una startup que consideras que podría ser parte de nuestro portfolio de inversión? ¿Está en fase inicial pero ya factura y tiene un producto en el mercado con clara visión internacional? También nos interesa. Ponte en contacto con nosotros y evaluaremos tu proyecto.
Invertir en una App contra el Párkinson
Hace unos meses llegó a mi oficina de Dublín una propuesta de inversión que desde el primer momento nos pareció a todos magnífica. Se trataba de una aplicación para smartphones que ayuda a recuperar la movilidad de los pacientes de Parkinson. Su autora, la joven irlandesa ganadora del Entrepreneur Dublin City al mejor proyecto tecnológico joven de 2014, Ciara Clancy, ha desarrollado un método que permite a los pacientes de esta enfermedad degenerativa a superar los problemas de movilidad que causa.
Se trata de Beats Medical. La emprendedora que la ha hecho posible apenas tiene 24 años y, una vez presentada en sociedad, se ha lanzado al mercado británico como primer paso para la explotación global. De hecho fue en ese instante que estuvimos en contacto con el proyecto, justo antes de que abriera una oficina en Londres. Hasta hace poco su zona de trabajo está en el conocido muelle de Dublín John Rogerson.
Invertir en aplicaciones es complicado, exige paciencia y requiere que la tracción se logré rápido por la enorme competencia que hay en todos los campos. En el caso de Beats Medical el hecho de ser pionera ha permitido a esta aplicación adquirir una ventaja de la que ya se vale de cara a lograr grandes acuerdos y el acercamiento de socios de alto valor en el sector médico.
La tecnología de Beats Medical suministra a las personas con Parkinson un tratamiento óptimo en el hogar a través de un teléfono inteligente. Terapias pensadas a partir del metrónomo es el vértice del que parte el concepto. Un tipo de terapia que hasta la fecha sólo se podía utilizar en el ámbito hospitalario.
El hecho de que Ciara Clancy ha trabajado de fisioterapeuta en el norte de Dublín durante un par de años le hizo pensar en diseñar una aplicación que permitiera enviar de forma remota sonidos a través de los auriculares del smartphone al igual que se realizan en el tratamiento tradicional que lucha contra la destrucción del sistema nervioso que provoca el Párkinson.
Ideas brillantes que con muy poco permiten mejorar la vida de muchas personas con la tecnología disponible en el uso cotidiano. En este caso los afectados pueden evaluar a diario, colocando en activo su teléfono durante dos minutos en un bolsillo del pantalón. Se recogen los datos y la aplicación prescribe un ritmo sonoro al paciene que debe escuchar durante diez minutos dos veces cada día. Lo va variando según lo que percibe en cada prueba.
Este tratamiento, cómo decía, llamado metrónomo, estimula de manera auditiva anulando la disfunción del cerebro de manera que evita movientos en el cuerpo que no se desean. Es un tratamiento que llevaba décadas investigándose y cuya puesta en práctica jamás antes se había trasladado a lo cotidiano.
Actualmente está en ronda de financiación de medio millón de euros. Por lo que nos han transmitido desde Enterprise Ireland está cerca de lograrlo con capital proveniente de diversos inversores privados, entre los que intentaremos aplicar, y que ya encabezan gente como el empresario Sean Melly de Etel, la doctora y vicepresidenta de la Confederación Mundial de Fisioterapia Emma Stokes y Graham Merriman, ex jefe de ventas globales online de Phillips
Cuando hablamos de aplicaciones, emprendedores, tecnología y futuro, no podemos dejar de lado una de las más apasionantes de sus vertientes: como lo digital elimina barreras y fricción entre lo que antes de su llegada era mucho más complicado de hacer, de como mejora la vida de las personas en aspectos impensables antes de la retirada de procesos e intermediarios de una hipotética cadena de valor. En el ámbito de la salud hay un mundo por recorrer y este ejemplo que nos toca de cerca a los que vivimos el ecosistema emprendedor irlandés, es uno de ellos.
Dicen que el 95% de las aplicaciones no serán rentables, algo parecido a decir que no serán visibles, en apenas un par o tres de años. Si estás pensando o trabajando en alguna, piensa en si tu trabajo responde a ‘mejorar la vida’ a eliminar problemas o a ofrecer respuestas. La clave, cada vez más y excepto alguna anécdota que sirva de elemento que rompe la norma, será de un modo determinante ser útil.
Zytto Socks abre su primera Pop Up Store en Barcelona.
Si estás por Barcelona, durante toda esta semana, una de las empresas en las que he invertido, la marca irlandesa de calcetines de colores atrevidos y elegantes que yo mismo utilizo, Zytto Socks, estarán expuestos en su primera tienda Pop Up en el barrio de El Born de Barcelona. Concretamente podrás localizarnos en el espacio in.vysible de la calle Portal Nou, 48.
Si estás por Barcelona, durante toda esta semana, una de las empresas en las que he invertido, la marca irlandesa de calcetines de colores atrevidos y elegantes que yo mismo utilizo, Zytto Socks, estarán expuestos en su primera tienda Pop Up en el barrio de El Born de Barcelona. Concretamente podrás localizarnos en el espacio in.vysible de la calle Portal Nou, 48.
En un espacio conceptual pensado y dedicado al color. A pesar de que se pueden comprar en el mismo espacio, esta Pop Up está pensada como un divertido juego sobre el buen humor y lo cotidiano. A cada paso Zytto pretende que camines siempre ofreciendo tu mejor humor. Simulando una ‘corrala’ los ‘socks’ se cuelgan de balcón a balcón recuerdan aquello de ‘muéstrame la ropa que tiendes y te diré como eres’. Si tus calcetines son de colores, es que te tomas la vida con alegría y algo de incorfomismo.
Zytto Socks es una de las marcas que se han lanzado desde la factoría de ecommerce asentada en Dublín en la que hemos invertido este año. Nació en septiembre de 2014 y vendiendo mas de 10.000 pares de calcetines. Pretende automatizar procesos dando respuesta al modelo analógico de ventas. En otro post os explicaré que hace de nuevo y cual es el modelo y progreso del proyecto realmente.
Aunque muchos clientes masculinos aseguran que quienes se ponen sus Zytto Socks en cuantos los ven son sus parejas, no están pensados ‘unisex’ por lo que en breve saldrá una colección para chicas. El diseño es irlandés, la fabricación europea y responden al deseo de su creadora Lara Oliveras de transformar un producto básico y sencillo que normalmente no toma el protagonismo y expresividad que merecen. Si vienes igual nos vemos.
Todos los ministros de ‘tournée’
Ayer en el noticiario de la RTE Irlandesa, el que ve todo dios a las 9 de la noche una vez ya has cenado, se anunciaba el conocido ‘sorteo ministerial de San Patricio’. Una especie de carrusel que envía a todos los ministros de este país de ruta durante dos o tres días por todo el mundo en el día nacional. Ese en el que los monumentos de medio planeta se iluminan de verde ‘irish’ para homenajear a expatriados, o no, que tienen origen gaélico.
La cosa no tendría más significado que el hecho de tener a un atajo de políticos de viaje oficial sino fuera por lo que logran y cómo lo logran. El reparto no es aleatorio, los países elegidos y los ministros enviados responden a un criterio estratégico y, por si fuera poco, se preparan equipos complementarios que no van de turismo si no a la caza de ‘deals’ entre pinta y pinta de Guiness.
Para hacernos una idea (demostrable), el coste para las arcas públicas de tan ‘curioso’ batallón político es de apenas 300.000 euros. Hay países que se lo ventilarían con las dietas de un solo ministro y no miro a nadie. Sin embargo el ‘revenue’ que se auditaron en la edición pasada, fue superior a los 10 millones de euros en acuerdos básicos y un ahorro estimativo de casi 20 millones en publicidad. Salir en todos los medios del planeta en plan ‘friendly’ y con imágenes de tu país (cuando no llueve) tiene un valor ciertamente muy alto. Además, por supuesto, certifican que ese esfuerzo viajero es siempre el inicio de procesos comerciales que estos días, además, se han ido conocido.
Es un ataque frontal de todo un Consejo de Ministros y en plan divertido. Volverán a sentarse y bromear tras una reunión ya de tipo anual el presidente irlandés Enda Kenny y el norteamericano Obama. Volverán a China, Japón, Australia, Brasil, Francia, Alemania, México, Rusia, Dinamarca, Canadá y otros. La geografía es para atenderla y estudiarla. Incluso, y es destacable el tratamiento que se le da a California es de ‘país propio’. Allí va un ministro en concreto. Hay mucho que celebrar y mucho que negociar en Palo Alto, Mountain View, Cupertino y San Francisco.
¿Que suele pasar después? Aquí van tres apuntes que se han materializado en pocos años y obviamente dependen de mucho más que del viaje de un ministro, pero, por lo menos, empieza así en muchos casos. De un político se espera, al menos, que estimule, lidere y cierre. El proceso lo establecen los técnicos.
1. El primer tema fue el cierre de un acuerdo entre Estados Unidos e Irlanda para permitir que la industria cárnica pudiera ser vendida sin restricciones ni controles (que si sufren otros países europeos) en todo el territorio americano. Sin aranceles, ni sobre costes de control, lo que hace mucho más competitivo la ya muy competitiva carne irlandesa. Por calidad y por tratamiento.
2. El segundo también tiene que ver con esa industria, la cárnica. China acordó con el propio presidente del país, la semana pasada, iniciar la importación sin requerimientos complejos de la carne irlandesa. En apenas un año la tercera industria exportadora de carne del mundo se ha zampado dos mercados nuevos que suponen el doble del que ahora tenían disponible.
3. El tercero, el que me parece más interesante. Corrían rumores que Apple estaba examinando localizar en Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia o incluso Islandia un lugar para construir su nuevo centro de datos para Europa. Finalmente el premio ha sido repartido entre los daneses y los irlandeses que no parecían tener opciones inicialmente, pues en este caso, el tema tributario no jugaba a favor. Era un tema climático, imagina lo que supone poner en marcha todo ese cúmulo de servidores ofreciendo respuestas a tiempo real para iTunes, App Store, iMessage, Maps o la propia Siri. Calor. Apple invertirá 850 millones de euros en el desarrollo de un nuevo centro de gestión de datos para ayudar en la ejecución de esos servicios de datos.
Pero, como siempre, todo no es bueno, de eso ya hemos hablado. Sigue siendo complicado vivir aquí. Cada vez es más caro y falto de servicios que en España, por ejemplo, son asumidos como derechos fundamentales. Y sigue siendo complejo gestionar tu propia empresa en base a usos y costumbres que, todavía, me cuesta entender y de los que aprendo o me desespero. Sigue el paro excesivamente alto, cuesta encontrar trabajo para los que vienen pensando que esto es como ‘Silicon Valley’, sigue el consumo interno bajo y las cargas impositivas en forma de todo tipo de tasas siguen en aumento a pesar de todo. Exportan mucho, el cambio de modelo se va aplicando, pero siguen jugándosela todo a que la sociedad aguante tanta presión. Veremos si lo equilibran y les sale bien.
Aparecen nubarrones en sectores en los que ya no son competitivos, nuevas hipotecas sin límite, mucho nuevo ladrillo que asoma, pero, por lo menos, parece que los ministros tienen claro para quien trabajan y quienes les pagan. Asciende en las encuestas (en algunas ya las lidera) un nuevo lider antiausteridad, Paul Murphy, al estilo Podemos o Siritza. No obstante, a destacar que los políticos irlandeses hablan muy poco de ellos mismos. Está mal visto y los vigilan bastante. Trato con algunos y realmente son políticos, eso es evidente, pero tienen muy presente que los observan, que hay una especie de ‘escucha activa’ de la que no pueden desprenderse.
Será que los ‘mitings’ son en los pubs y eso ayuda mucho, pero aquí la política es acción y mucha menos politiqueo de partido. Aquí el tema ‘de partido’ es un modelo de acercamiento por distritos, por condados, más que un organigrama con todo dios viviendo ‘liberado’ y estructuras muy reducidas y donde todos tienen que rendir cuentas periódicamente ante sus votantes inmediatos a pesar de ser un político de rango alto.
Se los llevan de ‘tournée’ pero, visto lo visto y escuchando los avisos de que van a tener que explicar ‘que lograron en sus viajes’, no van de turismo. ¿Que pasaría si el 12 de octubre enviamos a los ministros españoles por el mundo?
Startups a tener en cuenta en 2015
El listado que acompaño representan algunas startups irlandesas que, al igual que Silicon Republic, considero que se deberán tener en cuenta durante 2015. Serán objetivo de inversión para muchos obviamente y por eso me interesan especialmente puesto que el próximo mes presentaremos el fondo de inversión especializado en startups que, o bien están ubicadas en Irlanda o bien tienen en su road map pasar por aquí. El objetivo es invertir en empresas que ya puedan estar en el punto de mira de los principales actores del mercado británico y norteamericano. Dublín es un foco clarísimo para los emprendedores tecnológicos que no oculten su plan de expansión en el mercado más grande y estimulante del mundo o bien dando el salto o, como en muchos casos sucede, atacándolo desde la capital de la isla esmeralda. Ahí van:
WholeWorldBand
Es una aplicación para iPhone e iPad. Permite que cualquiera pueda hacer fácilmente música o vídeos y compartirlos en todo el mundo. Su uso es como entrar en un estudio de grabación virtual donde los fans de un músico pueden unirse a una sesión de grabación existente y aportan una voz, una parte instrumental, visual, o cualquier cosa factible de ser sumada. Es como una versión en colaboración, multipista y para YouTube. Fueron los ganadores a la mejor App por el uso innovador de la tecnología en Marketing Digital 2014 de los Premios EirCom. Actualmente WholeWorldBand ya está siendo utilizada por pesos pesados de la industria musical como Ronnie Wood (Rolling Stones), Stewart Copeland (The Police), Phil Manzanera (Roxy Music), Dave Stewart (Eurythmics) y New Model Army, así como miles de principiantes y músicos que colaboran juntos de forma asíncrona.
NVMdurance
Una compañía de tecnología de optimización de flash basada en Dublín que tiene la intención de desbaratar todo el mercado de almacenamiento de que actualmente soporta 28 mil millones de dólares. La tecnología de la empresa extiende la vida útil de los discos de almacenamiento flash de estado sólido en más de 20 veces al extender la resistencia de la memoria flash en chips nm 1x. La memoria flash se está convirtiendo en el medio dominante para el almacenamiento no volátil, es decir, las cosas que mantiene sus datos cuando se apaga el equipo, pero después de un cierto número de lecturas y escrituras de memoria flash simplemente se desgasta. Este llamado problema de ‘resistencia’ castiga el negocio de memoria flash y está retrasando su crecimiento. NVMdurance fabrica memorias flash que duran hasta 20 veces más. Nadie hace esto en el mundo.
Restored Hearing
La startup de la salud auditiva. La misión de Restored Hearing es aliviar el sonido tinnitus que se produce en los oídos de muchas personas. El objetivo de reducir los ruidos en los oídos por 15% en un mes utilizando su tecnología cinco minutos diarios. Recuperar el silencio para algunas personas es la clave. Están señalando a los enfermos de tinnitus en todo el mundo, unos 300 millones, especialmente a los que están ubicados en los EE.UU., donde organizaciones como la American Tinnitus Association y otras asociaciones ya han mostrado interés.
Pocket Anatomy
Es una aplicación galardonada en varias ocasiones y que sería como la solución de software visual 3D de bolsillo en temas de anatomía. Algo así como el Google Earth de la asistencia sanitaria, facilitando la comunicación médico-paciente diagnósticos y promover la comprensión personal de la salud. Ya está siendo utilizada por 250 mil estudiantes y educadores, así como 50 instituciones educativas en los EE.UU. El objetivo de la compañía es llevar la tecnología subyacente y hacerla más relevante y significativa para el mercado del paciente, facultando a los mismos a entender y manejar su propia salud y bienestar. Están en la incubadora NUI de Galway.
Artomatix
Esta me encanta y conozco bien el proyecto. Se trata de un proyecto que nace del Trinity College de Dublín cuyo equipo ha construido un sistema de inteligencia artificial con la creatividad artística similar a la humana. La tecnología funciona de tal manera que una vez que se suministran datos de artistas, Artomatix Estudio genera entonces nuevas expresiones artísticas sobre la base de estas entradas. El mercado es muy amplio y, aunque parezca chocante, muy nutritivo. La industria del cine, los videojuegos y derivados suponen más de 500 millones de euros en el este entorno y donde crear ‘artísticamente’ de manera autónoma y automática también es muy necesario.
Aylien
Ubicados también en Dublín, está aplicación se centra en soluciones de inteligencia artificial para dar solución a los problemas de creación de noticias y medios de comunicación. Se parecen mucho a una de las empresas que ya hemos invertido, Cilenis, pero digamos que su potencialidad anglosajona los hace muy interesantes. Procesamiento del lenguaje natural, máquina de aprendizaje y herramientas de recuperación de información para extraer ideas y significado a partir de documentos con facilidad. Ya ha recibido 500.000 dólares de SOSventures.
Herdwatch
En un país donde a las vacas se las llama ‘happy cows’ cualquier tecnología que se aplique a la ganadería es algo a tener en cuenta. Esta startup tecnológica apuesta por un CRM móvil para vacas basado en la nube para evitar a los agricultores y ganaderos horas de papeleo permitiendo grabar eventos agrícolas y animales directamente en un smartphone, tablet o PC, en cualquier momento y en cualquier lugar. En Irlanda los agricultores son un gremio muy alfabetizado y técnicamente son un grupo muy potente. Herdwatch es la primera solución multiplataforma totalmente aprobada por el Departamento de Agricultura. Es capaz de gestionar datos y ofrecer predicciones de información requerida, de tipo legal o técnico.
ThankFrank
ThankFrank.com es una plataforma de búsqueda de compradores sociales inteligentes basada en una economía de la gratitud. Ofrece una manera fresca de decir gracias por un consejo. ThankFrank subasta varias oportunidades de patrocinio limitado y la comunidad activa ayudas a estas empresas patrocinadoras a cambio. ThankFrank.com recoge todos los ingresos recaudados en nombre de toda la comunidad y lo deposita en la ‘Comunidad Cache’ que paga por descuentos de los usuarios cada mes. Cualquier consejo que recibe un ‘Gracias!’ consigue un pequeño descuento comercial, totalmente gratis, por lo que vale la pena dar buenos consejos. Funciona con cualquier plataforma social.
Pubble
Esta startup es el prototipo de proyecto que se instala en Irlanda y tiene todas las de la ley para dar el salto sin moverse de aquí. Un servicio web que añade una capa social a cualquier web de empresa y las ayuda a desarrollar una fuerte participación de la comunidad de la compañía. Pubble ocupó los titulares cuando se convirtió en la única compañía de la isla incluida entre las 11 que de 1500 que se presentaron lograron presentar su proyecto en el London TechStars 2014.
DisplayNote
Esta empresa de tecnología la conocimos en Belfast y está planeando irrumpir en el mundo de la productividad y la colaboración con su nueva aplicación llamada Swoodle. DisplayNote desarrolla tecnología que está diseñada para hacer más fácil a las personas presentar, compartir, conectar y colaborar en tiempo real a través de pantallas de gran formato, de escritorio y dispositivos móviles. El pasado octubre recaudó 1,25 millones de euros Bank of Ireland Kernel Capital Venture Fund, uno de los más activos en rondas A. El cliente potencial son presentadores, profesores, fabricantes que precisen visualizar de manera interactiva. La compañía se ha asociado con algunos de los mayores fabricantes del mundo de la tecnología de visualización, incluyendo NEC, BenQ y el Sáhara. Los productos de DisplayNote ahora están disponibles en 22 idiomas, distribuidos a nivel mundial.
Sediccii
La compañía ubicada en el campus Waterford Institute of Technology ha desarrollado una tecnología que autentifica a los usuarios sin la necesidad de transmitir información privada a través de Internet o que tenga que almacenar esa información sensible en los servidores. Sedicci utiliza un protocolo llamado ‘zero knowledge proof‘. Al eliminar la necesidad de transmitir y almacenar información privada, Sedici aumenta la seguridad en la identidad y reduce el riesgo derivado. Están trabajando actualmente con las organizaciones que requieren solo la autenticación de inicio de sesión para múltiples aplicaciones internas o que almacenan actualmente grandes volúmenes de datos de usuario personales sensibles. Conozco como funciona este tipo de gestores de identificación en temas aeronáuticos y por eso me interesa mucho como podrían aplicarlo a esos mercados verticales como líneas aéreas, banda ancha de telecomunicaciones, servicios públicos, agencias de gobierno y banca minorista. De las más interesantes.
Por qué Irlanda sí puede decir ‘la crisis ya es historia’.
Cuando hablamos de que la tecnología y la economía que se le vincula pueden perfectamente entenderse como algo estructural y no un adorno, el caso de Irlanda es paradigmático. En apenas unos pocos años Irlanda ha pasado de ser uno de los ‘PIGS‘ a posicionarse como el modelo a seguir. Según la última publicación de la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda, su PIB interanual creció un 7,7%, más o menos como China. Mientras unos, Francia o Italia, debaten sobre reformas que nunca se materializan y otros, España, da la brasa acerca de una hipotética salida de la crisis, aquí en Dublín los deberes se fueron haciendo y en la dirección correcta: potenciar el sector exterior, facilitar la vida a las empresas y estimular la tecnología a lo grande.
Y es que a Irlanda casi todo le sale bien. Sus exportaciones crecen casi al 8% cada trimestre y la política monetaria europea les favorece al ver como cae la rentabilidad de sus bonos, su principal debilidad, pues tienen la deuda pública por encima del 120% del PIB.
El trabajo del gobierno de Enda Kenny va dando sus frutos. Hablaron poco e hicieron mucho. No salían cada dos por tres en televisión, de hecho aún no lo hacen, para decir que ‘la crisis ya es historia’. De hecho la dos veces que he visto al Primer Ministro en directo ha sido durante dos entrevistas realizadas durante el noticiero diario y como si fuera un invitado cualquiera, esperando el paso de la publicidad. No salen mucho porque el coste ha sido alto y el desgaste para muchos tremendo. Saben que la gente lo pasó mal y lo sigue pasando mal a pesar de las cifras. Las reducciones tremendas de los salarios en el sector público, el descenso de los sueldos en el sector privado, una ingente inversión para renovar la industria y, sobre todo, el impulso de un tejido tecnológico que fue el motor de la economía irlandesa en la pasada década, han sido las claves del milagro.
Pero hay más. En el estudio que el The Irish Times publicó el pasado año sobre las principales 1000 empresas en Irlanda se confirmó lo que ya hace más de una década sucede. La presencia de empresas extranjeras y particularmente de empresas tecnológicas en los primeros lugares es formidable. Tras la primera, el gigante de materiales de construcción Celtic Resources Holdings, aparecen las delegaciones europeas de Google y Microsoft.
Lo que empezó siendo un modelo de ahorro tributario se ha convertido en un motor de crecimiento. La inversión exterior es clave para comprender el crecimiento económico que Irlanda experimentó en la primera década de este siglo y su brutal recuperación que se vive ahora con un crecimiento programado que superará el 6%. Hay que destacar que el 65 % de las empresas irlandesas experimentaron un crecimiento de su volumen de negocios en el ejercicio más reciente y que eso se trasladó al resto de pymes pues el 70 % de ellas también aumentaron su volumen de negocio. Especialmente los emprendedores tecnológicos están dando el empujón más efectivo.
Irlanda en muchos aspectos es un lugar muy atractivo para hacer negocios. Aunque algunos trámites se han complicado, ahora se exige la residencia legalizada del administrador de cualquier empresa, la revista ‘Forbes’ coloca a Irlanda como el mejor país del mundo para los negocios. Lo es en base a parámetros como el derecho a la propiedad, impuestos, tecnología, corrupción, libertad o burocracia. Puede que tema del Impuesto de Sociedades funcione como reclamo pero la verdad es que quien quiere instalarse en un país donde pagar menos impuestos puede ir a lugares mejores. Si no quieres impuestos deberías ir a Luxemburgo, Suiza, Holanda o Singapur, en Irlanda se pagan muchas otras cosas que amortiguan el tema. Un salario mínimo que dobla el de España, costes sociales elevados y tasas de todo tipo, encarecen la factura fiscal.
Además, en ese tema, es necesario diferenciar entre tipos nominales. Francia, con un tipo nominal para el impuesto de sociedades al 34%, el nivel efectivo es del 8%. En Irlanda, el tipo efectivo es del 11,8%, muy cercano al 12,5% nominal. Igual todo no es tan bonito como lo pintan los interesados en ‘señalar’ el tema del impuesto, y depende más de hacer las cosas como toca y dedicarse a robar menos.
Aparte del Impuesto de Sociedades bajo, la posición geográfica de esta isla y el idioma principal son los factores que convierten a Irlanda en el lugar más atractivo para un gran número de compañías norteamericanas interesadas en establecer sedes en la Unión Europea y, de rebote, un lugar ideal para instalar cualquier startup que desee dar el salto al mercado británico o americano.
La competencia laboral en Irlanda es muy alta. Esta gente es global y está muy bien formada. Les gusta vivir temporadas por el mundo. Les gusta mezclarse. Son cosmopolitas. El 17% de la población ha nacido fuera de la isla y se nota. Ahora bien, lo que realmente hace que este lugar vaya a toda máquina es el peso de sus exportaciones, y especialmente de tipo tecnológico. El sector exterior representa el 106% del PIB, frente al 30% que le supone a España por ejemplo. Irlanda es el segundo mayor exportador de software del mundo. Las exportaciones irlandesas superan a las de India y Suecia juntas, y son superiores a las de países como Australia, Brasil y Dinamarca.
Lo que realmente ha funcionado en Irlanda es su capacidad para convencer a otros a fin de que inviertan en su país. La agencia de desarrollo de negocio e inversión con oficinas en el centro de Dublín no está de adorno. Su estrategia nunca fue táctica y se dedicaron a localizar empresas en crecimiento que pudieran instalarse aquí y, casi, convertirlas en celtas. Así lo hicieron con Zynga, cuando apenas tenía una docena de empleados en Silicon Valley. Hoy tienen casi dos millares en Irlanda.
Aparte de los mejores tiradores de ‘pintas’ de Guiness del mundo, este pequeño país es la sede de nueve de las diez farmacéuticas más grandes del planeta, la de tres de las cinco principales empresas de juegos del mundo, y tienen los ‘headquarters’ europeos ocho de las diez principales tecnológicas que existen. Y, obviamente, que estén estas multinacionales deriva en empleo y riqueza. No es sólo dinero electrónico buscando atajos fiscales. Estas empresas tecnológicas internacionales generan la quinta parte del empleo y suponen tres cuartas partes de las exportaciones totales.
Las inversiones desde Estados Unidos en empresas locales es cinco veces mayor que el que se recibe desde Europa. Tener una startup en Irlanda es una ventaja si buscas inversión a pesar de que la competencia es mucho mayor.
Sin embargo no todo puede ser tan bueno y tan deprisa. Hay dos irlandas. La doméstica, con impuestos y tasas que la ahogan, y la de las empresas que va a toda leche. La demanda interior de los irlandeses sigue cayendo y parece que eso no va a cambiar de momento. Los servicios públicos dejan mucho que desear. La sanidad no cubre nada, los transportes son un verdadero desastre y caros, la cobertura social deficiente y muchos de los ‘derechos’ que se viven en España, aquí no son más que ‘servicios’ que, si pueden, te condonan y sino te los pagas.
Los que vivimos en Irlanda y nos dedicamos a vender al exterior vemos como las empresas nacionales no orientadas a exportar sufren todavía muchísimo. En cada reunión, foro o encuentro con emprendedores, empresarios, políticos o periodistas económicos, detecto el mismo problema. La quiebra entre los que se están adaptando bien a los cambios que la tecnología aporta y los que no lo están haciendo cada vez es mayor. Algo que recorre al mundo de punta a punta y que unos llevan ventaja para superarlo y otros ni siquiera se lo están cuestionando.
En todo caso Irlanda es un buen lugar para emprender proyectos tecnológicos, para aprender y para afrontar el mercado exterior especialmente el norteamericano. Si tienes una empresa que está estudiando nuevas expectativas ponte en contacto con nosotros aquí.
Sobre 'la crisis ya es historia'
Leíamos que Grecia está al borde del colapso sanitario. Es una manera de decirlo suavemente. De hecho hace mucho que los recortes han ido mermando las opciones de quienes llevaban toda la vida cotizando puedan acogerse ahora a los beneficios de la sanidad pública. El pasado domingo charlé con un viejo amigo del que he escrito aquí alguna vez. Un ex directivo que ahora se pasa horas tirando piedras contra los coches oficiales en Tesalónica. Me confesaba su indignación y, ahora ya, su resignación mezclada con miedo hacia lo que será de sus padres muy mayores y con necesidades médicas que él no puede comprar.
Llevan seis años de recesión y de ‘rescates’, recortes y otros sucedáneos. Cuándo nos preguntamos que significará para nuestros hijos el desastre contable al que nos tienen sumido los responsables de haberlo controlado todo, mirar hacia Grecia ayuda a entenderlo. La teórica austeridad se ha convertido en puro estiércol servido en raciones diarias y sin preguntar si te apetece.
El gasto público griego se ha reducido cerca de un 60% en Sanidad y, por derivación, en otros aspectos de la vida que consideramos una especie de derecho. Estar endeudado por encima de tus posibilidades es irracional. Eso lo hacen familias y estados. Lo hacen por considerar que, o bien la vida irá a mejor y podremos devolver cuanto nos prestaron o, si no pagamos, alguien nos perdonará una parte o lo que sea.
Pero eso no siempre es así. Tarde o temprano te encuentras que debes pagar y sino lo haces, al que le debes le ofreces una única opción: controlar cómo utilizas el aumento de crédito y lo que haces con él para ir devolviendo tu agujero. Con Grecia pasó y pasa, con otros volverá a pasar.
Que un país europeo tenga a Médicos del Mundo atendiendo a catorce mil pacientes al año como si de un campo de refugiados se tratara es de aurora boreal. La aurora boreal que pintó en el cielo una falta de previsión, análisis y prospectiva económica de los que debían tenerla. Un desastre absoluto de quienes viven en un universo paralelo que les imposibilita ver el valor real de este momento de la historia.
Los que le llamaron crisis, erróneamente, ahora se atreven a insultar a la inteligencia asegurando que ya pasó. Lo grave no es que lo dijeran, lo duro es que se lo creen. Consideran que lo que estamos viviendo es el final de una crisis, el punto de inicio de la mejora en todos los vértices de nuestra economía. Y lo dicen con ese estribillo ridículo e infantil que tanto gusta a los palmeros de meeting de sábado matinal.
Las dificultades no desaparecen por obviarlas. Permanecen y se acrecientan. Crecen con especial mala leche. Si esto no es una crisis y es el cambio de época que defendemos algunos, resulta que nos estamos perdiendo el primer acto de la función por no haber comprado entradas. Cuando lleguemos, ya habrá pasado el nudo y el desenlace ni nos tendrá en cuenta.
Veamos. Resulta que en España se están afincando fondos de inversión tecnológico y de capital riesgo que esperan localizar proyectos que puedan ser exportables. Que lo hagan porque sale barato o porque realmente consideran que en España hay talento oculto, está por ver. Para ayudarles el gobierno crea la ‘exit tax’ que asustará a más de uno o los invitará a invertir en startups de paises cercanos.
Resulta que el modelo de negocio vinculado a la comunicación en este preciso instante es algo que tiene que ver más con el contenido que con el pago por él, modelos de negocio que tienen que adaptarse y modificar su espacio económico a ocupar, liderar el mensaje del cambio, pero también lo atacamos. La dependencia de Google News no es casual, es la consecuencia de los procesos de la Nueva Economía y, para ponerlo fácil, les metemos una tasa que los aleja de nuestro escenario económico.
Resulta que algunas empresas que representan la tecnología adaptativa a un nuevo tiempo como Uber, como lo fue en su dia Spotify u otros, en lugar de establecer criterios de cómo convivir, negociar un modelo de explotación legal, se les prohíbe y fin. Legislar la nueva etapa de nuestro mundo es algo difícil, pero se hace imposible disfrutarla si los que tenemos en el timón no tienen puta idea de lo que hacen en esa materia ni se dejan aconsejar. Y prefiero pensar que es por falta de conocimiento, por lejanía con la realidad, porque sino la cosa sería más grave.
El tiempo pasa y no pasa nada. La deuda de España con el exterior alcanzó ya los 1,4 billones de dólares, es decir, el segundo país del mundo más endeudado con el exterior tras Estados Unidos, según recoge el FMI y el primer país del mundo con mayor nivel de deuda externa sobre PIB con el 103,1%. Liderar esto no es bueno. Lo digo por si algún ministro piensa que si. Que de todo hay.
Durante la ‘crisis’ se ha doblado dicha deuda. Así como si nada, con todo eso de los recortes, reducción del gasto y meriendas que no son verdad. Desde un punto de vista de economía tradicional esto vendría a ser una versión a la griega de ‘la salida de la crisis’ que gritan algunos. Si los mercado dejan de confiar en España, que todo es posible, y el Banco Central Europeo decide que no nos avala más, la masacre de la ciudad de Hai será un cuento infantil comparado con esto.
Pero tranquilos, que en términos de economía tradicional, de nuevo, cabe deducir que no nos dejarán caer y que ese ‘default’ no se producirá porque se llevaría por delante media Europa, jodería a los chinos y fastidiaría complementariamente a los japoneses y eso no va a pasar. Sin embargo lo que si pasará si no se corrige y rápido, es que aunque no se llamará ‘rescate’ nos ‘rescatarán’ técnicamente otra vez. No hay otra. Esto no se paga sólo. Habrá que atender a todo este dispendio mal montado, mal organizado y que se dirigió en la dirección contraria de donde teníamos que ir. Por cierto, una ‘quita a lo podemos’, tiene repercusiones similares en todo caso. Negocia que no vas a pagar algo y te contaré como lo hacemos dirán los alemanes.
En lugar de impulsar un cambio de modelo de crecimiento más tecnológico, se mantuvo la inercia. En lugar de hablar de las verdaderas dificultades y ayudarnos a todos a prepararnos para afrontar el reto inmenso que supone esta segunda y tercera década del siglo XXI, esta revolución inédita que vivimos como especie, se nos dice que ‘la crisis es historia’. La crisis no fue, no es, pero a este paso, será.
Los países que están conquistando el futuro, la historia de un nuevo tiempo, no hablan de crisis, ni de la que tuvieron, ni de la que tienen, ni tan siquiera de la que podrían tener. Hablan de futuro, de retos, de sueños colectivos y ponen los mecanismos para que ese futuro se pueda conquistar. La diferencia, también, está en la credibilidad de quienes están obligados a liderar ese tránsito. Así nos va a unos y así, ya, les va a otros.
Penalizar el cambio de modelo de crecimiento económico
Para los que todavía consideran que la economía ‘se está recuperando’ porque empiezan a venderse más pisos, las hipotecas aumentan y los bancos están ‘saneados’ este artículo no tiene mucho sentido. De hecho les sonará a un canto tecnológico que habla de un mundo que no va con ellos. Sin embargo, si eres de los que piensan, como yo, que no hay nada que recuperar, que el futuro se está definiendo en los países donde se ha comprendido el valor de un nuevo tiempo y dónde las opciones de conquistarlo pasan irremediablemente por aceptar un punto de inflexión histórico que ahora llaman crisis pero que algún día, con perspectiva, llamaremos revolución, entonces si, este es tu post.
Entre los que definen el tiempo actual como un mal paso, una situación temporal a la que hemos llegado por ‘agotamiento’ del consumo o porque ‘tocaba’, se encuentran la mayoría de quienes deberían de liderar los procesos de cambio o, como mínimo, estimularlos. Los otros, somos los que disfrutamos de la dificultad que supone enfrentarse al reto de escalar en los términos de nueva economía, de abrazar a la tecnología como hicieron nuestros antepasados en otros momentos de la historia y de convertir este escenario digital que nos rodea en el motor de una sociedad mejor y más automatizada.
En ese concepto sofisticado y complejo de Nueva Economía aparecen infinidad de modelos de negocio, procesos económicos e, incluso, dinámicas políticas y sociales. Entre ellas destaca uno que, por su dinamismo e ilusión, lidera en muchos casos la difícil carrera por la modernidad, por asumir el futuro inminente y, en muchos casos, el propio día a día presente de los países que se esfuerzan en encabezar la innovación y la sociedad del conocimiento. Las llamadas ‘startups’.
Hay quien en eso de poner palabras y siglas no ven más que un párrafo de sus discursos cansinos, previsibles y de campaña electoral. Otros, por el contrario, en cada término que significa modernizar, facilitar el progreso y encajar las piezas de un puzzle complejo y riguroso ven la gran oportunidad para posicionar sus economías.
El modelo ‘startup’, empresas tecnológicas con potencial de crecimiento enorme y con un comportamiento distinto al tradicional, basado en rondas de financiación que las hacen grandes y competitivas mucho antes de ser rentables, que basan su crecimiento en el desarrollo de tecnología y que esperan la llegada de su momento idóneo para entrar o pertenecer a proyectos de dimensiones muy superiores, está demostrado que supone un acelerador de cambios en todos los aspectos de la economía.
Pues en eso estamos. En el punto en que un gobierno puede establecer si apuesta por eso o lo deja pasar. En el límite entre facilitar a los emprendedores e inversores impulsar esa conquista del concierto económico o el de permanecer en la butaca cómoda esperando un viento favorable que ya no llegará. La última flecha clavada en el torso viene del artículo 95 de la futura ley del IRPF. Ya son varios los emprendedores y fiscalistas vinculados a la tecnología que se han mostrado estupefactos. Martin Varsavsky, Iñaki Arrola y muchos otros han analizado aspectos de dicha reforma tributaria que a todas luces entrará en vigor a principios de año.
Es cierto que aún está por ver como acaba el asunto y que en otros países hay aplicaciones parecidas. Sin embargo la esencia nos demuestra que los detalles más destacados responden a una falta total de comprensión de en que modelo de empresa nos movemos, que importancia tienen los flujos de capital aportado y el, si me apuras, el momento que conceptualmente nos ha tocado vivir. Según se desprende parecería que se está legislando para un modelo empresarial del siglo pasado cuando Internet y sus dinámicas no eran para nada el motor de ningún cambio socioeconómico.
A partir de enero si tu empresa vale más de cuatro millones o, teniendo más de una cuarta parte de la misma valorada en un millón de euros lo tienes crudo si, por cualquier motivo, quisieras cambiar de domicilio fiscal. Deberás tributar sin haber pasado a liquidez tu participación e, incluso sin haber vendido la empresa o quedarte en España diez años.
Puedes estar pensando que porque va a tener que irse un español que ha montado una empresa en España. Eso tendría sentido, que no mucho, si hablamos de economía tradicional, pero que en un modelo digital que precisa de acaparar talento, crecer en ecosistemas preparados para convertir una pequeña empresa tecnológica en un gigante internacional, es una guillotina. ¿Quién va a montar una empresa en España si cuando precise exponerla en Silicon Valley, Dublín, Berlín, Seúl o Singapore conviviendo allí durante años para localizar el vehículo de crecimiento más idóneo? ¿Quién va a invertir en una empresa con potencial de ‘player’ mundial si cuando eso suceda te van a crujir tu inversión?
Es que es una detrás de otra. Leyes de emprendedores que fueron papel mojado, muros en la normalidad de la gestión de los datos, regulaciones casi inéditas en el mundo para que la búsqueda de financiación beneficie a los bancos y, ahora, un modelo tributario fuera de toda lógica de los tiempos que vivimos y que, si nos dejaran, deberíamos poder vivir. Sigo pensando que hay lugares donde la administración, cuanto interviene, perjudica. En lugar de ser un facilitador se ha convertido en un inconveniente. Dudo ya que lo hagan con mala fe, creo sencillamente que lo hacen porque viven en un mundo distinto, lejano y donde la mayoría de las características que podrían convertir un país en crisis en una economía moderna y con expectativas, los ciega.
Hay países que hace unas pocas décadas estaban desolados. Ahora son potencias tecnológicas. Muchos otros ya se han subido al tren del futuro. Era relativamente fácil. En muchos casos era no hacer nada. Dejar hacer a quienes se juegan su patrimonio, gastan sus energías, sueñan despiertos y persiguen retos con el fin de satisfacer sus deseos y sus bolsillos. Al final, todo ese ejército de innovadores, emprendedores, desarrolladores y muchos más, construyen el futuro y lo hacen bajo el patrón de la tecnología que nos permitirá vivir en un mundo mejor y de un modo más competitivo. Pero no dejar hacer, poner trampas, regulaciones excesivas, muros, zanjas, tributaciones cerradas y anticuadas, sólo aleja a una sociedad de esa meta.
Pensarán que así las empresas no se irán. Se quedarán siempre en España. Si les pongo difícil irse cuando crecen, se quedarán. Probablemente lo que van a lograr es que ni se creen. Que poco a poco, analizando lo visto, muchos opten por crearla directamente fuera. Yo lo hice hace años.
Montar tu empresa en Irlanda, por ejemplo, ya no es un tema tributario solamente. Hablamos de libertad, de ecosistema, de facilidades, de regulación lógica y de estímulo a que, si es preciso, las empresas puedan crecer allí donde les sea más propicio. Muchos creen que las grandes empresas del mundo tecnológico vienen a Dublin por el tema tributario y derivados similares. Cierto, como también que son centenares las startups irlandesas, o de otros países que se instalan un tiempo en el Silicon Valley europeo, que en su fase de mayor exposición y crecimiento se van y se instalan legal y tributariamente en Estados Unidos. Curioso, muchas, luego, regresan con un potencial inmensamente superior a que si no lo hubieran hecho.
El ejecutivo español debe confiar mucho en el Silicon Valley ‘español’, por eso ha considerado oportuno ofrecer todo tipo de facilidades para que si tu empresa tiene opciones de crecer, recibir una gran inversión o de capturar talento, no tengas que irte. Una gran ayuda, si… Reducir el paro en España no es tarea fácil. No sólo porque hay algo estructural que depende de que volvamos a construir pisos de manera ridícula y casi pornográfica. No, también depende de que muchos de los empleos que busca la gente cada vez existen en menor medida. Ya no hace falta la gente para hacer cosas que ya no las hacen las personas, lo hacen máquinas, software o robots.
Reducir el paro no depende de que los jóvenes se vayan a patadas. Demostrado queda que no es porcentualmente significativo. Tampoco de las grandes empresas, que ocupando mucho, no son relativamente la principal bolsa de empleo. Depende de las PYMES y de los emprendedores. De ellos es el barco. Déjenles que naveguen. No les den mapas equivocados, cartas de navegación hechas por quienes jamas vieron el mar.
La cantidad ingente de factores que complican el poder montar una empresa en España en comparación con un número importante de países es, poco a poco, la clave del asunto y del problema. Lo de la reforma tributaria una más. A cada día que pasa, sumando elementos de este tipo, estamos más cerca de los modos de quienes dicen ser el ‘diablo’ que de los que ya van a velocidad crucero en eso de la economía del futuro. El proteccionismo en este caso se convertirá en desprotección de aquellos que podrían impulsar el cambio del modelo de crecimiento de un país que agotó el anterior, si es que lo hubo y si es que fue real.
Otra punto de vista del crecimiento de Irlanda
Hoy participo en una charla sobre el estado económico de Irlanda en el DIT. El tema de debate radicará en un análisis sobre las cifras de crecimiento que sobre este pais se publicaron hace unos días. Existe una doble percepción acerca de lo que realmente supone tal repunte y si se debe exclusivamente a las empresas tecnológicas, a la exportación, al turismo o a una curiosa realidad derivada de la contabilidad fiscal. El gráfico que acompaña el post refleja la potencia de un sector exterior que es la envidia de muchos y en ese hay un peso gigantesco de alimentos y bebidas.
De hecho la duda que le quedan a muchos analistas como Cormac Lucey del Economic Outlook del Times es que la gente no percibe en su día a día ese crecimiento del 7,7 % del GDP o el 9% del GNP. En cualquier conversación la gente te compara esas cifras con su propia realidad, que para nada ha crecido ninguna de esas dos cifras, diciendo ‘if things are so good, how come I feel so bad?’.
Esto nos suena guardando las diferencias, pero en España se habla de ‘recuperación’ de la economía (con el mercado inmobiliario asomando por el horizonte de nuevo) pero la realidad familiar sigue siendo dramática para millones de personas. La teoría de porque pasa esto en Irlanda es distinta a la de otros países. En el caso del ‘tigre celta’ puede estar detrás, también, de las empresas tecnológicas, su realidad extrema de un nuevo modelo económico sin fronteras y universal y su fiscalidad diferenciada con el resto de países de su entorno.
Tras unos días circulando la noticia del liderazgo irlandés en el crecimiento en Europa el descontento ha ido en aumento. No ha parecido sentar tan bien como preveían desde el gobierno, pero sin embargo la opinión general es que tarde o temprano, la bonanza se distribuirá entre todos.
Pero debemos ser más exactos y no lanzar datos tan positivos sin analizar la ‘cara b’ del asunto. Una de las razones del descontento social radica en que, a pesar de la estadística oficial, es que gran parte de esa fría mejora se ha producido a expensas del bienestar de las personas que se ha lanzado a trabajar por cuenta propia que aquí, como en España, te coloca directamente en una zona ‘pensionable’ de menor valor. La falta de empleo se ha traducido en una eclosión emprendedora que, a diferencia de España, aquí no se ve con tanta buena cara. Se considera que el ‘emprendedor’ no siempre lo es por gusto y a la aureola mágica del mismo se le pone una corona de espinas.
Pero la razón fundamental para que el crecimiento que las estadísticas reflejan no acabe de sentirse en el cuerpo social puede estar detrás, precisamente, del modelo tributario y de la tipología de empresas que lideran la productividad en Irlanda.
El ejemplo que pone Irwin Stelzer suele poner en este caso es sintomático. Si un microchip manufacturado por Intel en su planta irlandesa se vende por 100 euros, todo ese bruto va directo al Irish GDP a pesar de que 40 euros de esos pueden ser la parte del beneficio que reclamará la matriz de Intel, principalmente los accionistas en Estados Unidos. Pero, por el contrario, el producto nacional bruto utiliza el enfoque de propiedad cuando se trata de determinar una renta de país. Por ello ese ejemplo repercute en que sólo 60 euros de ese microchip serían atribuibles a los propietarios no nacionales o delegaciones como la irlandesa. Esto sucede con casi todas las tecnológicas en este país que tributan aquí pero derivan parte de ese beneficio a accionistas o equilibrar balanzas de las matrices.
Defiendo que la economía ha cambiado mucho básicamente porque el terreno de juego es otro. La tecnología digital lo ha permitido. Los que definen como ‘trampa’ el tributar en Irlanda, incluso a pesar de tener a miles de empleados aquí, se olvidan precisamente de que no estamos en un modelo del siglo pasado donde la tipología de empresa no permitía esa movilidad. Pero no todo es como lo pintan y la cara b muchas veces es tan importante como la principal pues sin una no hay la otra.
Una fiscalidad baja para las empresas estimula su creación, instalación y crecimiento. A la vez este tipo de ecosistema crece gracias a las empresas de rango tecnológico pues les es más fácil ‘desmantelar’ sus plantas en cualquier parte y trasladarse donde obtengan beneficios más altos por tributar más bajo.
Ese despliegue de empresas tecnológicas anima a otras a que vengan, el intercambio de conocimiento y talento se hace evidente en algunos lugares de este país de manera vibrante. Cada vez son más y mejores. Personas de todo el mundo que quieren trabajar en ‘las grandes’ se acercan aquí en busca de su contrato estrella. Y lo logran muchos. Otros, al calor de tanta tecnología, deciden probar su propio proyecto y lo hacen aquí por esa tributación baja, las ayudas al emprendimiento y la atmósfera propicia.
Pero tanta empresa de este perfil repercute en lo que comentaba al principio del post. Nada es bueno o mal, hay grises. Ya comenté el encarecimiento de todo, el alto rango de tasas e impuestos indirectos que pagamos lo ciudadanos de este país, pero hay otro elemento que no es equiparable a la realidad estadística de unas cifras, que siendo muy buenas, se dejan algún factor importante.
De ese crecimiento bruto hay un alto porcentaje que no se puede trasladar a la sociedad, no directamente puesto que pertenece a ese tipo de empresa que, si bien se beneficia de su ADN digital, también lo utiliza para trasladar sus ventas a su matriz.
No obstante, prefiero crecer al 7,7% y que una parte de ese valor tenga un origen en la industria que ‘eleva’ a sus empresas de Estados Unidos una parte importante de las mismas, a no crecer. Al fin y al cabo, si esas empresas ganan dinero seguirán invirtiendo aquí y contratando más y mejores empleados que cada vez tendrán mejores salarios y cada vez consumirán muchos más productos o servicios. Sin dejar de mirar los datos al detalle, sin permitir que los datos oficiales cieguen por lo brillantes, debemos también reconocer de donde salen y en que repercuten en su conjunto.