Amazon Go no debería destruir empleo. Nos da la clave de la ocupación del futuro.
Se acerca un mundo donde parece que interactuar con otro humano va a ser una opción y no una obligación. Amazon anunció el 5 de diciembre que abrirá una tienda de comestibles en Seattle, Washington, a principios de 2017, donde los clientes podrán entrar, recoger los artículos que quieren comprar y salir. Para lograr esto, Amazon lanzará una aplicación llamada Amazon Go para visitar sus tiendas Amazon Go (siempre tan prácticos) en la que los clientes le indicarán a la tienda que están merodeando por ella.
Se acerca un mundo donde parece que interactuar con otro humano va a ser una opción y no una obligación. Amazon anunció el 5 de diciembre que abrirá una tienda de comestibles en Seattle, Washington, a principios de 2017, donde los clientes podrán entrar, recoger los artículos que quieren comprar y salir. Para lograr esto, Amazon lanzará una aplicación llamada Amazon Go para visitar sus tiendas Amazon Go (siempre tan prácticos) en la que los clientes le indicarán a la tienda que están merodeando por ella.
A través de sensores, visión por computadora y ‘deep-learning’, es capaz de rastrear a esos potenciales clientes a medida que se mueven por la tienda, registrando automáticamente qué artículos van capturando. Si los clientes cambian de opinión acerca de un artículo, solo tienen que devolverlo a la estantería y Amazon lo eliminará de la lista provisional de compra. Los clientes serán rastreados mientras se mueven por los pasillos. Big-Data al canto. Una evolución sofisticada que implementaron hace años Home Depot y Wal-Mart con el auto-pago, y que ahora está en infinidad de supermercados del planeta.
Curioso ver el video de IBM que mostraba un supermercado similar hace 10 años. También es relevante saber que Tesco intentó algo parecido en UK hace un tiempo con escaso éxito. A veces lo importante es cuando y no qué. Amazon acierta normalmente en el punto de inflexión. ¿Quién no ha deseado entrar en un supermercado, coger lo que quieres y salir sin hacer cola ni atender al pago? Más o menos lo que se ha ido sucediendo en otros sectores como el taxi o los hoteles que ya te permiten indicar el uso que vas a hacer, hacerlo y esperar que te cobren otro día.
El problema, de nuevo, el empleo. Sólo en Estados Unidos casi 4 millones de personas son cajeros de supermercado. Hay otros casi 5 que son vendedores al por menor y casi 2 y medio que realizan reposiciones y transporte por encargo de estos comercios. Parece que Amazon va a por ellos. De hecho ya utiliza robots en sus almacenes. Los humanos solo intervienen cuando el paquete llega a un punto en el que es precisa su intervención pero también está trabajando en la creación de robots que escaneen estantes a fin de preparar esos productos para el envío ellos mismos. Al invertir el proceso también servirán para reponer los estantes que se vayan vaciando por cierto. Robots ayudando a robots. Venta inhumana. Ni un ser humano allí dónde hace unos minutos había millones de empleos. Ese es el problema. La velocidad en la que todo se está produciendo.
Recientemente el tío Trump ganó unas elecciones prometiendo empleo masivo en su país. ¿Les suena? Es la promesa de siempre. La hacen todos. ¿Quién votaría a un partido que asegurara que el empleo se va a reducir? No ganaría pero sería sincero. Sin embargo, sin abandonar la idea de que el empleo se va a reducir, la cuestión está en como lo vamos a gestionar y que modelo laboral nos tiene que ir quedando con el tiempo. Hay países que ya lo están notando de manera seria. La automatización y robotización va a diferentes velocidades y quien primero la pone en práctica antes se da cuenta del tamaño del problema.
Hay países en el que el asunto en cuestión no parece ocupar a nadie que tenga responsabilidades serias. Como mucho algún titular descontextualizando el asunto por lo llamativo de poner un robot en el paquete de noticias curiosas del día de cualquier informativo. Pero el problema es tremendo. Lo es porque las medidas que me temo se van a tomar son las que ya conocemos y que se tomaron en otros momentos de la historia reciente. Mete pasta en sectores con mucho empleo para que no se destruya (y no tenga movilizaciones callejeras) aun a costa de que lo paguen todos los contribuyentes y se mantenga un negocio en franco retroceso. ¿Les suenan los Plan E o los PIVE?
La idea más acertada es, de nuevo, abrazar la tecnología y buscar el punto exacto dónde el ser humano es más eficiente y valioso. Yo pagaría más por tratar con un vendedor. Sólo dejaría de pagar ese extra cuando tengo prisa o no tengo ganas de que me mareen. Si lo que busco es un trato cercano, detallado, cuidadoso con mis necesidades, espero un empleado para ello, no un robot, de momento.
La nueva experiencia de compra de Amazon tal y como la están publicando parece una certificación detallada de la destrucción masiva de empleos en el sector de los supermercados y no debería de ser así. La capacidad de ofrecer un servicio que muchos clientes precisas, rapidez y falta de interferencias entre selección y compra, comodidad diría yo, puede compartirse con otros nuevos servicios a ofrecer por seres humanos en esos mismos centros comerciales. La venta al por menor lo requiere ahora y lo requerirá siempre pero, de nuevo es evidente, el empleo no se debería a destruir aquí, sino que se debería de transformar. O menos tiempo trabajando u otro modo de hacerlo. Esa es la clave.
Si es más eficiente coger un producto, metértelo en el bolso e irte sin decir nada a nadie sabiendo que ya te llegará la factura a tu aplicación, que esperar en una cola para pagar, al final será. Eso es indiscutible. Ante la eficiencia, lo económico y la falta de fricción siempre gana una máquina, un robot, un automatismo. Si la moneda es sólo esa, perderemos. Si la divisa es otra, relación, proximidad, creatividad, menos tiempo trabajando en aspectos puramente humanos por un sueldo similar, ganamos. De eso se trata, de que se empiecen a preparar países, empresas y personas a esa nueva competición. La que nos interesa. La otra es cosa de robots.
Uber, ¿conquista del futuro o especulación cósmica?
El mercado hace meses que espera que una de las startups que más expectativas levanta salga a bolsa. Se trata de Uber, que de momento no tiene intención de hacerlo. No les hace falta. Disponen de 13.000 millones en efectivo para seguir con su plan de crecimiento pero una de las banderas del futuro tecno-sociológico cada vez tiene más analistas recelosos.
El mercado hace meses que espera que una de las startups que más expectativas levanta salga a bolsa. Se trata de Uber, que de momento no tiene intención de hacerlo. No les hace falta. Disponen de 13.000 millones en efectivo para seguir con su plan de crecimiento pero una de las banderas del futuro tecno-sociológico cada vez tiene más analistas recelosos.
En siete años de existencia, Uber ha enfadado a ciudades, le ha dado la vuelta a reguladores y ha demolido industrias que aparentaban ser sólidas. Sin embargo, todavía tiene que ganar dinero. Una empresa que pierde más de 2.000 millones dólares anuales vale más técnicamente que General Motors y BMW. Esto se debe a que en los últimos tiempos todo tipo de inversores, ávidos de un mordisco de este pastel, han proporcionado capital pronosticando que la compañía será el motor de cambio de un estilo de vida colectivo en unos años.
De momento la apuesta es a favor. Pocos o ninguno lo hace en contra. Pero ¿y si se está calculado mal?, ¿qué pasa si las próximas tendencias esperadas para impulsar Uber, basadas en una disminución de la propiedad del vehículo privado y el aumento de la auto-conducción, no se producen tan rápidamente? ¿y si tarda mucho más en materializarse de lo que nadie espera? ¿y si la decisión de entregar todo el mercado chino a su rival local Didi ChuXing acaba siendo un error dramático?
Hasta ahora, los gigantes de la industria automotriz y de la tecnología, los bancos de inversión, los think tanks y los expertos consideran que, de la misma manera que Google apareció de manera disruptiva en su día en el escenario de la publicidad, que Apple revolucionó los teléfonos inteligentes y Amazon el comercio en línea, Uber será el monopolio del transporte compartido.
Pero va a ser que no. En todo caso lo será compartiendo el escenario. Lyft en Estados Unidos, Ola en la India y Fasten en Rusia también están levantando mucho dinero para su crecimiento. El valor consensuado de cerca de 68.000 millones de dólares depende de que ese hipotético futuro pensado por Uber sea más inmediato que tardío.
La conducción autónoma, ecológica y compartida es inevitable. Todos los fabricantes de coches del planeta están desarrollando tecnología de auto-conducción a toda prisa. De hecho, los automóviles producidos por BMW, Tesla y Toyota ya pueden auto-conducirse solos por carretera y estacionarse sin problemas.
Sin embargo el tema está en la rapidez del despliegue de todo este asunto. No hay consenso. El CEO de Tesla, Elon Musk, predice que será en sólo un par de años, Kia y Mercedes que a principios de 2030. Hay otros que aseguran que incluso más tarde. Personalmente soy de una opinión intermedia entre Musk y Kia.
Pero lo importante es saber si Uber puede amortiguar una década más. Ellos aseguran que su posición en este campo es absolutamente revolucionaria y será la cadena de transmisión de la movilidad futura del mundo. Su apuesta más ambiciosa es que esta tendencia por la auto-conducción, además convergerá con un cambio creciente a la ‘economía compartida’. Esta visión más amplia del transporte personal, según ellos, llegará a ser dominada por automóviles impulsados de forma autónoma.
A diferencia de otras startups, que no ganan un céntimo pero que valen mucho dinero incluso sin explicar como lo piensan ganar, Uber tiene un discurso claro. Un plan brillante pero débil. Uber ingresó 1.200 millones de dólares en 2015 pero perdió 1.700 millones. La mayoría del coste fue para pagar a los conductores. Si finalmente el coche robótico se hace realidad en todo el mundo, Uber se quitará de encima a los conductores humanos y dejará los vehículos en manos de robots. El beneficio, a partir de ahí, sería astronómico.
Según Rolls Royce eso pasará en un cuarto de siglo. En poco más de dos décadas todos iremos en coches autónomos. El asunto está en si, como pasó con la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008, existen ya quienes estén preparando apostar contra Uber. Algunos se harían ricos con el desastre de otros. El problema sería bíblico. Uber representaría la primera pérdida en un castillo de naipes tecnológico.
Es obvio que en las valoraciones de muchas empresas en Silicon Valley tienen más peso las operaciones especulativas que la épica conquista del futuro tecnológico. Esa es la lástima. Cambiar el mundo requiere de apuestas, de capital, pero también hace falta que el agujero negro de la codicia no engulla toda la innovación que se esconde tras él.
Ya pasó antes y volverá a pasar. La construcción de un mundo mejor y más avanzado tecnológicamente pasará por navegar entre intereses económicos e intereses generales. De momento sabemos que si Uber sale a bolsa, los inversores iniciales van a hacer un negocio cósmico. Quien metió 10.000 dólares en la ronda Serie A podrá canjearlos por aproximadamente 10 millones. Cuando el futuro depende de pocos, se hace pequeño y, precisamente, el momento de la historia que vivimos requiere de una transición compleja que sea capaz de equilibrar innovación y beneficios.
Artículo publicado originalmente en Ecoonomia
La campaña electoral instantánea. Twitter cede el paso a Snapchat.
Las campañas electorales son como Tinder. Te van pasando fotos de 'candidatos o candidatas' y si alguno te gusta, haces 'match' y ya está. Sin análisis, sin reflexión. Si hay tema hay tema. Eso es lo que buscan los estrategas, influir con poco mensaje, con una foto, con un claim vagamente básico. No me digan que los eslóganes impactan porque no me lo creo. Se ponen porque nadie se imagina una campaña sin un mensaje inicial. Una vez propuse a un cliente que me contrató para ayudarles en una campaña electoral en Chile hace unos años, que debíamos ir sin eslogan. Fue muy efectivo y lo convertí en una conferencia que explicaba el efecto de viralizar este tipo de acciones sin título previo.
Las campañas electorales son como Tinder. Te van pasando fotos de 'candidatos o candidatas' y si alguno te gusta, haces 'match' y ya está. Sin análisis, sin reflexión. Si hay tema hay tema. Eso es lo que buscan los estrategas, influir con poco mensaje, con una foto, con un claim vagamente básico. No me digan que los eslóganes impactan porque no me lo creo. Se ponen porque nadie se imagina una campaña sin un mensaje inicial. Una vez propuse a un cliente que me contrató para ayudarles en una campaña electoral en Chile hace unos años, que debíamos ir sin eslogan. Fue muy efectivo y lo convertí en una conferencia que explicaba el efecto de viralizar este tipo de acciones sin título previo.
En esa línea de 'política sin eslogan' pero si 'política de eslogan' estamos. Y así nos va. Que la política española vive en su universo particular es evidente. Que va con retraso en muchas cosas también. Que lo de conectar con jóvenes, es obvio que le cuesta. Uno de los ejemplos más claros de que en general, quienes llevan el asunto estratégico de los partidos políticos en España, viven lejos de lo que realmente sucede y el cómo sucede se evidencia en la ausencia absoluta del uso del método de conexión y comunicación con el potencial electorado. Hablo de la comunicación instantánea que sugiere Snapchat, Periscope o Facebook Live esencialmente.
Cómo ya pasó con Twitter o Facebook en su día, de repente sus señorías (o sus jefes de gabinete) se dieron que era ‘imprescindible estar’ aunque para ello tuvieran que forzar la situación y posar digitalmente. De golpe, y tarde, o estabas o no existías. El problema radicaba, como ahora, que esto no va de estar de repente, requiere de un proceso fiable, real y duradero. Ahora harán lo mismo y será digno de pillarse una silla en primera fila y ver como se desarrolla el desastre. Sin criterio o con cualquier motivo se meterán pensando que ahí está el electorado perdido como si de un festín electoral se tratara. Y no se tratará.
Lo que me sorprende es que la política española no abrace ya un modelo de comunicación que les iría como anillo al dedo. Frases cortas o ni eso. Imagen y reducción a cero el contexto político, la reflexión profunda y la caricaturización de las campañas. Lo que intentan hacer en otras redes o con otras herramientas y que en Snapchat les encajaría de manera perfecta. No voy a entrar en quien es mejor o peor. Tengo claro que se acerca una segunda oleada de recortes y un importante parón económico que sin ser como el que ya tuvimos (no quedan burbujas que pinchar) le complicará la legislatura al que venga con toda seguridad. No voy a entrar porque ninguno está hablando de lo que realmente importa a mi entender. ¿Cómo piensan organizar este rompecabezas en un escenario de destrucción sistémica del empleo? Por eso no voy a entrar porque ellos no entran. Pero si me importa cómo hablan, con quién, y con qué.
Normalmente para los jefes de campaña, unos más hábiles y estudiados que otros, el lenguaje no es un método de expresión sino un medio de manipulación. El uso que dan de las redes sociales y de la construcción en ‘short-code’ de todo cuanto cuentan lo demuestra. Es insultante pero es objetivamente el mecanismo más eficiente para ‘convencer’. Lo saben todos. Pero, como decía, sorprende lo lejos que están de la realidad, tanto la nueva como la vieja política.
Me quejo habitualmente de que en campaña no se habla de nada que pueda tener interés más allá de unos cuantos meses. Nada de estrategia, sólo táctica. Es más sencillo y menos arriesgado. No hablan de cómo vamos a crear un país capaz de enfrentarse a los retos inmensos, bíblicos que nos va a tocar vivir. Por eso es normal que a su vez sigan alejados de la vanguardia social, de los mecanismos de comunicación que utiliza un gran número de ciudadanos en el país que quieren gobernar.
Que en España uno de cada dos jóvenes esté en paro debería ser motivo de penitencia de todos. Los que estuvieron, lo que están y lo que quieren estar incluidos por no aportar nada al debate significativo. Suenan tan viejos como los de siempre, pero en su caso suenan a no entender el mundo en el que viven y las reglas de un juego que tenemos impuestas y que no podemos cambiar unilateralmente, lo que es más preocupante si cabe. Esa mitad de jóvenes en paro se comunican lejos de dónde lo hacen los políticos. Casi no usan Twitter, no les gusta Facebook, no leen blogs y van abandonando Youtube. El lugar de ‘encuentro’ es Snapchat. Una red creada para que no la entendamos los mayores de 30 años.
En Estados Unidos, siempre a la vanguardia, la campaña electoral está impregnada por este nuevo escenario. Las elecciones del 2016 serán recordadas como las elecciones de Snapchat. En las de 2000 fue la gestión inteligente del email que superó al uso de un lento y poco eficiente Fax. En 2004 los blogs y el nacimiento de la opinión no ‘profesional’. En 2008 las redes sociales como Facebook o Twitter fueron la clave. Redes organizadas y bien gestionadas daban tendencia de opinión en todo momento. En 2012 empezó la gestión del Big Data. Todo lo que pasaba en la red era filtrado y estudiado masivamente. Ahora, en 2016, Snapchat inaugura la campaña instantánea, la campaña fantasma, la campaña ahora estoy, ahora no.
Atentos, por si alguno quiere tomar nota de lo que viene. Snapchat reveló que casi el doble de jóvenes de entre 18 y 24 que vieron el primer debate republicano lo hicieron por Snapchat y no por televisión. La existencia de Snapchat da un giro absoluto al modo en que las noticias atraviesan el saturado muestreo político. Sería interesante saber como está sucediendo esto en España. ¿Te imaginas que esos mismos jóvenes, como en USA, estén haciendo su propio análisis político y se informen a partir de esa herramienta y los partidos no tengan ni puta idea? Es como un universo paralelo en términos de comunicación.
La realidad es otra no obstante por desgracia. Los jóvenes no perciben política alguna. No porque no les hablan del modo que requieren ni en el lugar que habitan. Ellos están en Snapchat por ejemplo, pero como la política no, pues ellos no están en el debate político mayoritariamente. Por si alguno de los lumbreras que llevan la estrategia de estos partidos quiere tener en cuenta la esencia de un nuevo modelo de comunicación es importante tener en cuenta que Snapchat implica un giro absoluto pues opera sobre la antigüedad de las noticias y la caducidad en un Casi todo lo que se comparte por Snapchat, ya sea la foto de un pie o un acto de campaña desaparece en menos de 24 horas.
¿A que cuesta entenderlo? ¿A que para un cerebro de más de 25 años eso de no poder almacenar en una línea histórica para consultar una y otra vez no nos cuadra? Bienvenido al mundo instantáneo. Snapchat registra el aquí y ahora: se ocupa del hoy y sugiere que mañana algo caducará lo de hoy. Los estrategas de campaña se preguntan porque a las 24 horas casi todo pierde relevancia en los flujos digitales de información. En Estados Unidos ya lo han descubierto y tiene que ver con Snapchat que cuando una noticia se digiere colectivamente al cabo de un rato desaparece porque ya se prepararan para otro plato que puede ser totalmente distinto. Fast food electoral.
En este tipo de campañas, las ocurrencias y los efectos se ventilan rápido las reflexiones y el debate complejo. Esto va de una foto, un mini video, una frase. Me sorprende que en España con lo facilón que está siendo todo no estemos reinando en Snapchat. El mensaje es cada vez más superficial, más banal. Con la televisión pasamos de la política de programa a la de imagen, con Twitter redujimos el mensaje de partidos. Ahora con Snapchat o Periscope, lo que se exige es aun más minúsculo y rápido, además de un modelo de entenderlo todo muy distinto, efimero.
Ayer leía a Enrique Dans hablar de Snapchat. Lo hace como siempre extraordinariamente bien. Habla del hecho comunicacional que es lo que suele interesarle más pero algunas conclusiones son similares a como yo lo veo. Me preocupa que una herramienta como esta sea algo que esté tan lejos de quienes tienen como principal obligación ‘hablar y explicarse’ a todos, incluidos los más jóvenes. Sólo el candidato de ERC, Rufián tiene cuenta en Snapchat de un modo muy reciente. Es la anécdota.
Sobre Snapchat contarte que hay más de 100 millones de usuarios activos que se conectan a diario. Que se comparten 2 billones de vídeos cada día. Cada segundo 9.000 fotos son compartidas. Que Snapchat es la mejor forma de conectar con la franja de edad entre 13 y 30 años. Más del 60% de los jóvenes de 13 a 30 años que usan un teléfono inteligente tienen snapchat descargado. Más de 8 billones de videos son vistos cada día en Snapchat. Los jóvenes de 13 a 24 años ven 8 veces más videos en vivo en Snapchat que en la TV para eventos similares. El 60% de los usuarios de Snapchat crean contenido a diario. El 71% de los usuarios de Snapchat tienen menos de 34 años. Nos tomaría más de 10 años para ver todas las fotos compartidas en Snapchat solamente en la última hora.
El país con más usuarios en Snapchat es Irlanda. Snapchat es más conocido que Pinterest o Linkedin. Snapchat tiene más usuarios que Twitter, o Pinterest o Linkedin. Snapchat ha crecido en año lo que Twitter creció en 4 años. Cosmopolitan recibe 3 millones de vistas por día por esta vía. iHeartRadio es otra marca que tiene mucho éxito en Snapchat explicó que en septiembre durante su festival de dos días lograron cerca de 349 millones de impresiones.
Algo está pasando y muchos se lo están perdiendo. Snapchat es mucho más que una amalgama imperfecta de fotos, 'rainbow filters' o elementos sin importancia. Es un lugar de comunicación y en si mismo un código de conducta y relación. Obviarlo por no entenderlo es muy arriesgado.
Ideas contra la extinción. Taxistas, operadores y medios de pago contra Uber.
Si eres un conductor de taxi, o si es propietario de una flota de taxis, posiblemente tu negocio va camino de la extinción. En ciudades de todo el mundo, los taxis están siendo suplantados por Uber, Lyft, y otros servicios para compartir trayecto. Dónde aun no sucede es básicamente por que la Ley hace de dique a lo inevitable. En la ciudad de Nueva York, el coste de una licencia de taxi se ha hundido de 1 millón de dólares a menos de 500.000 en dos años y muchos operadores de flotas y propietarios de taxis individuales ahora deben más de lo que nunca volverá a vale su negocio. Pueden culpar Uber o Lyft de esta catástrofe, pero sería como culpar a Skype por la caída de ingresos de algunas empresas telefónicas o a Gmail de Google de ser responsable de la destrucción del sistema postal. Las primeras han modificado su modelo de negocio y los segundos se han adaptado a ofrecer otros servicios o los han reducido.
Si eres un conductor de taxi, o si es propietario de una flota de taxis, posiblemente tu negocio va camino de la extinción. En ciudades de todo el mundo, los taxis están siendo suplantados por Uber, Lyft, y otros servicios para compartir trayecto. Dónde aun no sucede es básicamente por que la Ley hace de dique a lo inevitable. En la ciudad de Nueva York, el coste de una licencia de taxi se ha hundido de 1 millón de dólares a menos de 500.000 en dos años y muchos operadores de flotas y propietarios de taxis individuales ahora deben más de lo que nunca volverá a vale su negocio. Pueden culpar Uber o Lyft de esta catástrofe, pero sería como culpar a Skype por la caída de ingresos de algunas empresas telefónicas o a Gmail de Google de ser responsable de la destrucción del sistema postal. Las primeras han modificado su modelo de negocio y los segundos se han adaptado a ofrecer otros servicios o los han reducido.
No es el asunto del intercambio de servicios entre personas y estas plataformas las que han sentenciado a muerte al taxi. En realidad fue Internet, la telefonía móvil, las redes sociales y la automatización de procesos. De hecho, lo de montar una plataforma como Uber u otras, es lo menos significativo del asunto. Uber es innovación en algún sentido y lo es porque el mercado la ha aceptado. No hay más. Guste o no, tarde o temprano se regularán correctamente y fin del asunto. ¿Por qué no competir con ellos en lugar de exigir su prohibición? Recomiendo que el sector del taxi modifique su plan. Ese no le va a salir bien. En otros lugares, en lugar de enfrentarse con Uber por la vía de la prohibición o la de reivindicar unos derechos adquiridos cuando el mundo era de otro modo, han decidido competir con la plataforma directamente. Utilizando dos cosas claves: conocimiento del sector y un ejército de conductores ya disponibles.
En 10 ciudades del África subsahariana se han unido la mayor red de telefonía móvil del África Oriental, y creador de la plataforma de dinero móvil mas usado en el mundo, SafariCom, junto a redes menores de taxistas en Kenya, Uganda y Ghana. Su intención es crecer rápido para ocupar la cuota de mercado que Uber desea. adquirir. Técnicamente este será uno de sus rivales serios si pretende conquistar el continente africano. La diferencia con Lyft, Cabify u otros es que en este caso el rival sabe del tema, como sería el caso de los taxistas de cualquier ciudad europea. Se va a llamar Little Cab y será más barato, igual de seguro y completamente tecnológico. La red SafariCom es la mas utilizada en Kenya y su plataforma de pago M-Pesa es la de mayor importancia también ahí. Más de 20 millones de usuarios le otorgan a esta alianza un potencial futuro en el enfrentamiento con Uber.
Y en esto de la re-campaña andábamos que Podemos lanza una propuesta que pretende ser el salvavidas de taxistas y transportistas ante los nuevos tiempos que parece van a soplar en términos de economía colaborativa. Justo cuando Bruselas anunciaba que consideraba Uber, Airbnb, Cabify, BlablaCar u otros, modelos empresariales aceptables y animaba a gobiernos y jueces a desencallar su expansión y desarrollo en los países de la Unión, Podemos se posicionaba al lado del taxista y anunciaba que si llega al gobierno prohibirá estas plataformas, personalizando en Uber y Cabify. Cuando se trata de rascar votos no hay diferencia entre vieja y 'nueva' política.
Es curioso que sea Podemos y no otro quien quiera proteger un modelo que se ve desbordado por los tiempos a base de prohibiciones. Un modelo que debe reinventarse como están haciendo muchos otros. Nadie puede tener el monopolio de nada en base a una hipotética protección laboral que depende en exclusiva de que se aplique la ley correctamente. Es decir, no parece lógico que prohibamos los restaurantes de comida rápida porque uno de ellos no cumple con la normativa. De hecho no podemos acusar que el ejercicio de lo que hace ese restaurante sea ilegal, en todo caso estará cometiendo una ilegalidad. Es lo que pasa con Uber que debe adaptarse a la ley y proceder a regular a todos sus conductores. Es sencillo.
Sin embargo el asunto, que ya no lo va a detener nadie, se trata de cómo el sector del taxi, el transporte e incluso hotelero se enfrentan a su ‘reconversión’. Lo hicieron otros sectores y a unos les ha ido mejor y a otros peor. Imaginemos que por ley se hubiera prohibido Twitter, los blogs, los medios digitales que iban naciendo porque sus redacciones no cumplían con la normativa legal vigente en el periodismo. O imaginemos que se hubiera prohibido Spotify, iTunes u otros porque ponía en juego el modelo de distribución musical de las tiendas físicas. A unos, cómo decía, les fue mejor que a otros. La prensa sigue en su metamorfosis, buscando el camino, la música, las agencias de viajes y otros luchando por agarrarse a cualquier clavo que arda.
Ahora le toca al taxi, a los transportistas y derivados. Y lamento informar que la guerra que se anuncia contra Uber y compañía va a ser puro fogueo, una batallita sin repercusión futura. Gane quien gane, ya ha ganado Uber. Básicamente porque su proyecto gira en otro escenario, el de la autoconducción. Estoy seguro que las manifestaciones de la próxima década serán de taxistas y chóferes de Uber contra coches sin conductor. La diferencia es que cómo estos coches inteligentes estarán conectados a un cerebro central que organizará trayectos, se saltarán adecuadamente cualquier barricada.
Propongo dejar de pensar en prohibir y pasar a pensar en competir. De hecho les guste o no a todos, esto de la economía no es más que eso, una competición que si se rige por las mismas reglas suele entregar al consumidor el mejor producto con la mismas reglas. En eso deberían de pensar lo antes posible quienes esperan preservar su modelo en base a la exigencia legal de que la competencia no pueda existir. Al final, como pasará con los vehículos autoconducidos, la eficiencia, la calidad y los costes, se impondrán. Mejor póngase a pensar como competir ante la que se les viene encima y no hagan caso de aquellos que dicen que si llegan al poder van a prohibir. Está clarísimo que prohibiendo sólo se retrasa el progreso y el desenlace pudiendo ser dramáticos por cierto.
Lo que podría ser (y no será) Periscope. El consumo de contenidos hoy y la cultura del ‘Pause’.
El pasado viernes estrené mi cuenta de Periscope. Tarde, seguro. Un vídeo en streaming mientras conducía por las calles de Dublín camino a casa. Sólo eso. De esta aplicación sólo sabía lo que había leído y el uso que otros usuarios habían hecho junto a mi en algún momento. A diferencia de otros modelos de comunicación a tiempo real, como el que se puede utilizar en ‘Mention’ dentro de Facebook, la audiencia se fabrica al instante y no tanto, que también, una vez termina la retransmisión mientras permanece disponible en diferido. En el caso de Facebook el vídeo permanece como en un canal propio para siempre, pero en Periscope desaparece a las 24 horas. A esto se le ha venido a llamar ‘snapchatism’. Siento el ‘palabro’.
El pasado viernes estrené mi cuenta de Periscope. Tarde, seguro. Un vídeo en streaming mientras conducía por las calles de Dublín camino a casa. Sólo eso. De esta aplicación sólo sabía lo que había leído y el uso que otros usuarios habían hecho junto a mi en algún momento. A diferencia de otros modelos de comunicación a tiempo real, como el que se puede utilizar en ‘Mention’ dentro de Facebook, la audiencia se fabrica al instante y no tanto, que también, una vez termina la retransmisión mientras permanece disponible en diferido. En el caso de Facebook el vídeo permanece como en un canal propio para siempre, pero en Periscope desaparece a las 24 horas. A esto se le ha venido a llamar ‘snapchatism’. Siento el ‘palabro’.
En mi video, cerca de quinientas personas estuvieron visualizando el recorrido de 7 minutos en coche. Durante el resto de horas se llegó a unas mil y algo. Por comparar, en Mention una emisión a tiempo real alcanzan la mitad que este Periscope, pero multiplica por 10 las ‘views’ finales en apenas un día. Dejando de lado las cifras que pueden ser interesantes pero no relevantes, lo que hice a partir de ese momento fue investigar el entorno.
De la idea que en Periscope puedes acceder a cosas que pasan en el mundo a tiempo real, sean de interés o no, se traslada una máxima. Hacemos muchas cosas que no importan lo más mínimo y hay mucha gente con muchísimo tiempo libre. Esto interpreto que antes era igual, sólo que no se mostraba tan claramente y en directo. Títulos a la retransmisión cómo ‘me aburro’, ‘desabúrreme’ o ‘te enseño las tetas cuando llegue a 100 corazones (likes)’ son lo que inundan el timeline público de Periscope.
Magnificar la aplicación sería un error, infravalorarla también. He leído que va a revolucionar el periodismo o la televisión, que va a cambiar el modo en el que consumimos entretenimiento. Es cierto que hay contenidos muy interesantes. Ayer pude asistir a una manifestación en Barcelona a tiempo real, a la final de copa gracias a que alguien se pasó todo el partido con su teléfono enfocado a la pantalla de su televisión, al concierto de Bruce Springsteen, un accidente automovilístico en Michigan, a la boda de un ruso y al sermón de un reverendo en Sidney. A la vez vi el sol de media noche gracias a una usuaria en Islandia que lo mostró en su Periscope y el estado de las playas en la Guayana.
A mi modo de ver Periscope y sus sucedáneos, que los hay, no dejan de ser un Twitter audiovisual. De hecho la adquisición de Periscope por Twitter hace un año podría ir en esa dirección. Con lo bueno y lo malo que eso significa. No, no es un nuevo medio de comunicación cómo tampoco lo es Twitter. En todo caso es una herramienta para comunicar que es distinto. El problema viene cuando vemos lo que sucede. Al igual que Twitter llegó a ser un estímulo para revoluciones o reivindicaciones (hay quien le otorga alguna responsabilidad en la ‘primavera árabe’) en estos momentos mayoritariamente el asunto pierde sustancia cuando analizas los Trending Topics habituales por ejemplo.
Periscope es una muestra más del modelo de comunicación rápido e insustancial en la mayoría de los casos. Pero hay un cambio. Los 140 caracteres de Twitter son una eternidad, un libro comparado con lo que se exige en esta otra ‘red’. En Periscope, por la dinámica en la que los comentarios de los ‘viewers’ duran apenas uno o dos segundos en pantalla, para que los responda el ‘emisor’ al que se le va interpelando, deben ser muy cortos. He visto algún ‘periscoper’ exigir a los que lo están viendo que ‘no me escriban frases largas, si puede ser sólo de cuatro palabras porque sino no tengo tiempo a leerlo’. Pues eso.
Ahora bien desde el punto de vista empresarial y de negocio es interesante examinar a quien afecta y cómo. Lo hemos dicho en varias ocasiones, estamos en la antesala de lo que se avecina. Muchos creen que Internet está muy desarrollado, que ya no pueden aparecer muchas cosas más, que más o menos se queda así. La historia reciente no para de negar esa opción. Pensad que significa que cualquiera puede retransmitir en directo desde un móvil lo que pasa o le pasa en cualquier momento y sin intermediarios. Hace dos años eso era una quimera. Que además tenga decenas de millones de emisores, hace unos meses era ciencia ficción.
Los medios de comunicación, los generadores de contenido, los derechos de autor. Todo revuelto. Hace tiempo que sabemos que ponerle puertas al campo y a según que es inútil. Ahora mismo no se puede evitar que lo que alguien tiene en su televisión tu lo veas perfectamente en tu dispositivo gracias a su emisión por Periscope. La calidad es menor pero aceptable en muchos casos si lo que buscas es ‘sólo’ saber lo que pasa. Por no hablar de las filmaciones sin consentimiento que se producen a tiempo real de conciertos, reuniones, exposiciones, conferencias, etc.
Sin duda los más afectados de nuevo serán los medios de comunicación y las agencias de publicidad. Deben tomar buena nota. Los usuarios de estos canales no usan los medios digitales, los viven. He trabajado veinte años con audiencias digitales en un entorno u otro, en medios y en redes, pero lo que ahora vivimos es inédito y exponencial. Los jóvenes clasifican el contenido en ‘útil o inútil’ y no tanto en ‘de calidad’ o ‘relevante’. Esos términos no son de ellos, pertenecen a otras generaciones.
Los ‘milenial’ clasifican el contenido bajo un criterio rápido, corto, maniqueo, todo lo valoran en bueno o malo, de moda o no, útil o inútil. No importan mayoritariamente si es un gif animado de algo aparentemente insustancial o un anuncio de ropa sofisticado. La valoración vendrá por los condicionantes que he expuesto. No importa si el vídeo es de un gran director de cine o de su mejor amigo. Es así.
Además viven en la ‘cultura del pause’. Creen que pueden pausar las relaciones e interacciones cuando consideren y lo trasladan a la vida. ¿No te ha sorprendido nunca cómo los jóvenes terminan una conversación en Whatsapp con un emoticono cuando menos te lo esperas y a partir de ahí tu despedida se queda esperando el doble check durante horas? No lo han mirado, se despidieron y punto. Viven conectados, cierto, y en gratuito, también, pero dentro de su esquema de pensamientos, todo se puede pausar y debe estar abierto a la interacción cuando ellos así lo desean.
Hay una deriva hacia espacios dónde el contenido es otra cosa, es una amalgama imperfecta de personas emitiendo, escribiendo, explicando y relacionándose como si fueran canales propios. Es mucho más complejo que Youtube, es más especial que Facebook o Twitter, es un enorme volcado de contenidos por todas partes donde la calidad, la profundidad o la relevancia no tiene ninguna importancia. El asunto es otro. Relacionarse, en play o en pause, da igual.
Realidad Virtual, Inteligencia Artificial y Automatización. Google mueve ficha.
En la sesión inaugural de su convención anual I/O celebrada anteayer cerca de Mountain View, Google presentó a los desarrolladores que asistieron la plataforma Daydream con funciones VR (Realidad Virtual) para la próxima versión del sistema Android. Un diseño acompañado de un mando a distancia para señalar con la mano un punto concreto
En la sesión inaugural de su convención anual I/O celebrada anteayer cerca de Mountain View, Google presentó a los desarrolladores que asistieron la plataforma Daydream con funciones VR (Realidad Virtual) para la próxima versión del sistema Android. Un diseño acompañado de un mando a distancia para señalar con la mano un punto concreto.
Ayer bromeaba con uno de los miembros de la delegación irlandesa que estuvo en el Festival de Eurovisión que, en unos años, el evento que nació en 1956 y que cada año vive diferentes innovaciones en formato, tele-voto, uso de las redes sociales, escenografía, iluminación y efectos, se emitirá por VR.
Imagina colocarte un dispositivo de realidad virtual en tu sala de estar y ser capaz de estar en el escenario con los artistas de Eurovisión o sentarte en la primera fila de la audiencia. Será un nuevo mundo para la publicidad, un modelo desconocido para aplicar el llamado ‘branded content’ por cierto. La realidad virtual otorga un campo de visión de 360 grados ofreciendo la oportunidad de crear experiencias fascinantes y cautivadoras.
Google, Facebook, Microsoft y Amazon lo saben y trabajan, entre otros puntos de innovación, en el VR. Goldman Sachs estima que la penetración de la realidad virtual en el campo de los eventos en directo alcanzará los 4,1 billones de dólares en 2025 con micro pagos de 10 dólares por evento. Las plazas son infinitas y todas en primera fila gracias al VR.
Pero eso no fue todo lo que Google decidió presentar para poner nerviosa a la competencia y para indicarnos por dónde van a ir los tiros en los próximos meses y años. Además de DayDream, Google presento tres novedades más: una plataforma de servicios por voz y dos dispositivos complementarios para ella. Esta plataforma inteligente que aprende de nuestra actividad digital y a la que podremos acceder desde cualquier dispositivo y mediante nuestra voz se llama Google Assistant, una especie de Siri de Apple o Cortana de Microsoft pero evolucionados.
El bicho en cuestión escucha centenares de millones de búsquedas que se hacen por voz cada día en el buscador de Google y es capaz de interactuar y conversar con el usuario en inglés. Permite, por ejemplo, que si preguntamos por el restaurante más cercano a un lugar determinado nos responda con uno en concreto. La siguiente pregunta que podremos hacerle es sobre los platos del día sin repetir el restaurante en cuestión y reservar por voz.
El otro producto físicos complementario al DayDream se llama Google Home. Un dispositivo con el que a través de un micrófono escuchará todas nuestras consultas y nos responderá a ellas. Además permite escuchar música que obtendrá de cualquier conexión existente. Su derivación domótica se puede ver en el video que acompaña este post y que parece sacado de alguna película de ciencia ficción de aquellas en las que los miembros de una nave espacial dialogan con un cerebro central. La novedad reside en la capacidad de atender a todos los miembros de una familia en base a sus preferencias en el mismo hogar bajo un criterio de unidad de acción independientemente de las unidades de dicho dispositivo se cuente en casa. Digamos que es la competencia a Echo de Amazon.
El segundo dispositivo para Google Assistant es Allo. Un chat cifrado para smartphones dónde el mercado está algo saturado con WhatsApp, Facebook Messenger o Snapchat. La aparente mejora residirá en las respuestas predictivas que el chat te ofrecerá cuando recibas respuestas de tu interlocutor atendiendo al historial de conversaciones que tengas con ese otro usuario y las que sueles ofrecer en casos similares. ¿Miedo?
El asunto toma envergadura. Allo es capaz de identificar fotografías que te envían, por ejemplo si chateas con alguien que te envía una foto de él con la Torre Eiffel de fondo, el artilugio te sugerirá una respuesta nombrando París gracias a los millones de tags que los usuarios han ido guardando en Google.
Allo tiene cierto aire al ‘bot’ de Messenger. Está claro que el espacio a conquistar se sitúa en la Inteligencia Artificial y las grandes corporaciones se han centrado en ello. Con esto Google puso las bases de la nueva guerra por el control comercial de la innovación digital. Una innovación que tiene muchos frentes. Estos sólo son algunos de ellos. La Cuarta Revolución Industrial que vivimos y la Transformación Digital obligatoria de nuestro entorno se van definiendo en base a estas grandes corporaciones. Print 3D, Big Data, conducción autónoma, plataformas de economía colaborativa, etc., son las capas de un gran puzzle que más pronto de lo que creemos vamos a ver completado.
Más pruebas de 'drones' entregando paquetes. Ahora Rakuten.
Ayer se supo que la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos descarta la posibilidad de cambiar las reglas del espacio aéreo de baja altitud para drones al menos hasta 2019. Un duro golpe para las pretensiones de Amazon y su programa de entrega rápida de paquetería a partir de una flota de estos aparatos no tripulados y automatizados
Ayer se supo que la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos descarta la posibilidad de cambiar las reglas del espacio aéreo de baja altitud para drones al menos hasta 2019. Un duro golpe para las pretensiones de Amazon y su programa de entrega rápida de paquetería a partir de una flota de estos aparatos no tripulados y automatizados.
El problema viene a partir de que estos artilugios comparten espacio aéreo con los que si lo están y la agencia precisa de tres años para finalizar una investigación que permita listar los requisitos que se deberán cumplir obligatoriamente si se quiere disponer de ‘autopistas’ aéreas para drones de entrega a domicilio.
Aunque a priori esto parece una noticia que da la razón a los que consideran que el empleo de repartidor o cartero no está amenazado, digamos que no sería del todo cierto pensarlo así. La noticia lleva implícita una resolución. Será en 2019 cuando se sabrá qué y cómo podrá transportarse, por dónde y quienes serán los que posean la certificación pertinente. Es decir, no es un cierre definitivo a la carrera empezada, en todo caso es el principio (legal) de un nuevo modelo de transporte que más pronto que tarde será realidad.
Ya hay ejemplos claros que así lo explican. Primero fue Zookal, una empresa australiana que vende libros, luego Amazon anunció sus planes de enviar paquetes a domicilio a través de drones y ahora el gigante Rakuten presenta sus pruebas piloto para hacer lo mismo. Incluso una de las startups participadas a través de su paso por la aceleradora Conector Startup Spain, Glovo, ha iniciado pruebas al respecto en la ciudad de Barcelona y que podréis ver en plena acción en uno de los episodios del programa 'Economía de Bolsillo' dedicado al e-commerce.
De éstas, Rakuten ha dado un paso más para liderar este escenario. El gigante japonés de e-commerce apuesta por revolucionar los sistemas de venta y reparto de sus mercancías. De hecho aseguran que el próximo 9 de mayo se iniciará en Japón el primer servicio de envío de paquetes con drones, con entrega automática de pedidos.
Este gigante minorista ha llamado a este servicio ‘Sora Raku’ y estará operativo inicialmente como un proyecto piloto de un mes en un campo de golf en la prefectura de Chiba, cerca de Tokio. La primera aplicación de envío de paquetes estará disponible para los socios del club deportivo Camel Golf Resort, que usará esta tecnología para hacer llegar a los jugadores snacks, bebidas y equipamiento de manera inmediata evitando que ningún humano tenga que intervenir en el proceso.
La idea de Rakuten es ir testando el nivel de aceptación de este tipo de servicio y de la utilidad del mismo en la eliminación de humanos durante el proceso. A través de la App que se asocia al proyecto, cualquier usuario del club de golf podrá hacer pedidos en cualquier momento sobre un catálogo de un centenar de artículos que irán desde material deportivo hasta aperitivos o bebidas. Una vez solicitado en apenas unos minutos el drone llegará al punto exacto de entrega y ‘dejará’ libre el paquete.
Está por ver como influirán las condiciones meteorológicas, la seguridad del resto de usuarios, la incomodidad que supone el sonido de las hélices o la falta de luz natural en un momento dado. Es evidente que el futuro de la logística pasa por la automatización, por la conducción no tripulada y por la gestión de datos masivos ‘big-data’ para ofrecer respuestas más eficientes y rápidas, pero está por ver como adaptamos la aparente ciencia-ficción que supone plagar el cielo de bichos de estos y las obvias limitaciones que supone en seguridad, comodidad cotidiana y equilibrio medioambiental.
En principio me interesa poco el uso o no de drones. Eso en principio parece más una anécdota sintética de la robotización del mundo. Lo que realmente es interesante es cómo a medida que se haga más denso el espacio logístico, éste funcionará coordinado e inteligentemente en base a criterios de analítica de datos.
Por poner un ejemplo. Cuando estás en uno de los almacenes de Amazon lo que sorprende es que todo lo que está allí preparado para ser empaquetado está clasificado bajo un aparente desorden. No están todas las flores juntas, no están todos lo títulos de un autor juntos, no están todos los balones, o cámaras de fotos juntas. No, un ramo puede estar junto a un balón y otro trescientos metros más lejos junto a unas gafas de sol. Eso es porque tienen contemplada una eficiencia integral que supone que cuando alguien compra un libro determinado (simplificando) es muy probable que pase a comprar un producto distinto de una tipología concreta, de ahí el 'desorden'.
Esto me interesa mucho más de momento, la culpa la tiene la FAA. A esperar hasta 2019.
Pizzas digitales o el cambio de producto a servicio
Uno de los mejores restaurantes de Irlanda está desarrollando una aplicación que sus clientes se descargarán al pagar la cuenta. De este modo obtendrán un 10% de descuento inmediato y podrán hacer uso de diferentes objetos conectados entre si dentro de la sala. A partir de ese momento los satisfechos comensales entran en una dinámica de relación con el restaurante que permite a unos y a otros beneficiarse mutuamente. Los clientes reciben información puntual de todo cuanto les puede interesar y el restaurante adquiere datos muy valiosos.
Uno de los mejores restaurantes de Irlanda está desarrollando una aplicación que sus clientes se descargarán al pagar la cuenta. De este modo obtendrán un 10% de descuento inmediato y podrán hacer uso de diferentes objetos conectados entre si dentro de la sala. A partir de ese momento los satisfechos comensales entran en una dinámica de relación con el restaurante que permite a unos y a otros beneficiarse mutuamente. Los clientes reciben información puntual de todo cuanto les puede interesar y el restaurante adquiere datos muy valiosos.
Una divertida marca de ropa femenina italiana presentará sus colecciones en pasarelas virtuales. Mientras las modelos visten y desfilan, los asistentes que han recibido unas gafas de realidad virtual temporalmente pueden ver ‘lo que no se ve sin ellas’ e identificar junto a cada chica el nombre de la pieza, sus características principales y finalmente su precio. También pueden completar la compra directamente sobre esa imagen virtual.
Ambos proyectos los están desarrollando una misma empresa tecnológica junto a nuestra consultora. Los dos son ejemplos de cómo la digitalización no conoce limites, ni de sectores aunque estos sean tremendamente analógicos. El primero ha pasado de vender pizzas a coleccionar datos y el segundo de mostrar ropa a vender experiencias virtuales.
Ambos tienen un punto en común: el conocimiento del cliente. El restaurante interactúa con sus clientes para conocer gustos, juega con ellos y obtiene información sobre que horarios, platos y servicios puede ofrecer. El segundo conoce a tiempo real el modo en el que las personas ven y analizan sus prendas. Ambos han pasado de una producto a un servicio. Siguen vendiendo productos, sí, pero ahora también ‘venden’ un servicio.
La economía digital está cambiando las reglas de juego tradicionales. Ya quedan pocas industrias que puedan sentirse ajenas a ello. Desde el año 2000, el 52% de las empresas del Fortune 500 han quebrado o han sido adquiridas. Lo más curioso es que ninguna de ellas lo vieron venir. Se trató de algo rápido, disruptivo y que tuvo que ver con el eléctrico cambio que la transformación digital ha producido en todas las cadenas de valor, en los procesos, en la comunicación y en los modelos de negocio.
Empresas que eran tremendamente rentables lo dejaron de ser de la noche a la mañana simplemente porque lo que fabricaban o vendían pasó a un plano distinto. De vender algo a ver como alguien lo ofrecía gratis. La diferencia estaba en el soporte, en el concepto en si mismo del producto que pasaba a ser un servicio. Muchas de esas empresas que en apenas tres lustros dejaron de ser las más importantes del planeta se tuvieron que enfrentar al reto de descubrir nuevos modelos de negocio sin dejar de ser esencialmente lo mismo.
Kodak insistió en mantener un producto cuando la fotografía empezaba a ser algo que no precisaba de un soporte ni de un revelado. La digitalización se llevó por delante a la mayor empresa de productos fotográficos de la historia. Instagram vendría a ser ahora lo que significaba Kodak en su momento. No convertir su modelo de negocio y su producto en un servicio la mató.
Un nuevo cliente me encargó el reto de analizar los distintos procesos de su negocio y más adelante diseñar nuevos modelos de negocio que puedan incrementar sus beneficios que se han estancado por cierto. Lo primero que hicimos fue analizar en que punto se encontraba la sustitución a digital de sus procesos naturales, que modelos asignados tiene actualmente y si el equipo directivo realmente está en sintonía con dicho cambio.
La idea es descubrir si les falta mucho o poco para la reconversión industrial hacia servicios que todas las empresas deberán hacer lo antes posible y si van coordinados con la velocidad tomada en su sector. En la mayoría de las ocasiones, en la mediana empresa el camino por recorrer es todavía enorme. En este caso es así, como también es apasionante descubrir que, estando en un sector dónde la competencia son startups disruptivas, las opciones de destacar con nuevos servicios son gigantescas. Una startup tiene la ventaja del descaro, de la disrupción desde el origen, desde la génesis, pero una mediana empresa tiene la experiencia en el sector. Ambas opciones pueden confrontarse y ambas pueden ganar cuota de mercado obviamente.
¿Has pensado en que punto de transformación se encuentra tu empresa? ¿Te has puesto a pensar si tu sector está sustituyendo los procesos a digital? Si lo haces descubrirás la urgencia de que te pongas en marcha. Si lo que vendes pertenece a un campo en el que esa sustitución está en su fase final, en lugar de entrar en pánico, deberías alegrarte pues estás ante la mayor oportunidad de crear nuevos servicios que jamás ha tenido tu compañía.
Reconozco que lo más difícil de todo es identificar realmente en que consiste la propia transformación digital. Muchas empresas u organizaciones confunden transformación digital con un mayor gasto en tecnología y otros simplemente creen que se trata de revisar su estrategia en la red. Pero el concepto es simple. Se trata de transformar, de que esa palabra lidere el significado. Si no hay transformación no hay nada. Ni digital ni de ningún tipo. Por eso lo principal es asumir que dicho proceso llevará implícito mutar, cambiar, abrazar un nuevo elemento, un espacio distinto a una velocidad inédita y de un modo desconocidamente compartido.
De hecho, en esencia, la transformación digital se reduce a digerir el hecho de que las personas y sus comportamientos digitales son completamente distintos a la de los clientes tradicionales. Se trata pues de una mayor comprensión de la naturaleza y contexto de esta disrupción, evaluando a quienes lo protagonizan y adelantándose a quienes lo protagonizarán.
Los puntos que destacaría en ese sentido podrían ser en primer lugar la importancia de entender el ritmo de esas acciones disruptivas, en segundo término el motivo por el que se acumula tal número de cambios, en un tercer aspecto es importante saber quienes son parte de ellos y finalmente detectar que tipo de empresas van a retorcer aún más el escenario económico digital.
¿Tu empresa ha empezado ya su transformación digital? ¿Quieres que te ayude a analizarlo?
'Messenger kills the Phone Number Star.' ¿El fin de los números de teléfono?
Facebook Messenger ha llegado a los 900 millones de usuarios. Aprovechando este dato, este monstruo ha presentado dos herramientas para que las empresas de todo el planeta inicien una carrera eliminar los números de teléfono. De hecho no es un secreto que cada vez es mayor el número de personas que utilizan métodos alternativos a llamar por teléfono utilizando Whatsapp o el propio Messenger de Facebook. Los que solemos hacer llamadas ‘internacionales’ tenemos estas dos herramientas cómo mecanismo natural de llamada evitando así costes
Facebook Messenger ha llegado a los 900 millones de usuarios. Aprovechando este dato, este monstruo ha presentado dos herramientas para que las empresas de todo el planeta inicien una carrera eliminar los números de teléfono. De hecho no es un secreto que cada vez es mayor el número de personas que utilizan métodos alternativos a llamar por teléfono utilizando Whatsapp o el propio Messenger de Facebook. Los que solemos hacer llamadas ‘internacionales’ tenemos estas dos herramientas cómo mecanismo natural de llamada evitando así costes.
Las grandes operadoras de telefonía llevan varios años conviviendo con un mercado que se les estrecha en cuanto a su modelo de negocio tradicional. Primero fueron los mensajes de texto, luego las llamadas internacionales y ahora serán todas. Es una cuestión de costumbre. A medida que las personas nos acostumbramos al uso de mensajería vamos añadiendo contactos de nuestro entorno a nuestra agenda del teléfono. En muchos casos esa agenda coincide con nuestros amigos de Facebook o de una lista de conocidos aplicada en Whatsapp. De enviar un mensaje a realizar una llamada ‘por datos’ hay ya muy poca fricción.
Las operadoras de telefonía están experimentando con otros modelos de negocio como la generación de contenidos, las plataformas audiovisuales u ofreciendo la infraestructura cada vez más densa que permite todo ello. En muchos casos cualquiera de los nuevos actores que han surgido suponen un muro comercial infranqueable. Saben que son sus competidores pero desconocen como ganarles. De hecho, ni comprándolos lograrían evitar el colapso.
¿Qué hubiera ganado una operadora de telefonía comprando Whatsapp hace unos años? Nada. Si la hubieran incorporado, o bien dejaban de ganar ni un céntimo con los mensajes, puesto que la esencia de Whatsapp era la gratuidad, o bien si ponían cuota o coste al servicio, cualquier otra startup ‘gratuita’ les hubiera provocado la huida de clientes.
La cuestión es que como en otros campos la revolución no tiene límites. Facebook y Google se llevarán por delante el concepto ‘número de teléfono’. De momento Whatsapp lo precisa, pero Facebook Messenger no. Sólo tu identidad en la red social.
Facebook ha publicado que ‘a partir de este momento estamos dando otro paso hacia adelante en la entrega de una nueva solución para los más de 900 millones de personas que utilizan Messenger cada mes. Los números de teléfono ya no son necesarios incluso entre los que no son amigos en Facebook. Dado que ‘las guías telefónicas tradicionales están obsoletas, estamos logrando que sea más fácil para cualquiera encontrar personas (y empresas) que son importantes para un usuario y así ser capaz de iniciar conversaciones de inmediato’.
Los nuevos códigos de Messenger son imágenes que funcionan como tarjetas de visita virtuales. Se pueden escanear e inmediatamente utilizarse para iniciar una conversación. Cada imagen es un código único que se puede utilizar en cualquier canal de comercialización incluida la televisión, por ejemplo, permitiendo interactuar inmediatamente entre usuario y empresa.
Facebook va más allá de lo que el mercado había descontado. Resulta que también incorpora una nueva característica a los nombres de usuario. A través de Messenger cada negocio tiene un indicativo propio con un ‘@’ delante de manera que puede utilizarse como una especie de URL vinculada a la red social. Obviamente esto pone en alerta al concepto de venta de dominios puesto que, con este artilugio, las empresas podrán utilizar las páginas de Facebook como sus principales destinos en la red. Un ‘site’ bien hecho en Facebook logrará tener enlazado tu módulo de comunicación de un modo mucho más fácil y directo gracias a Messenger que con un teléfono en el footer de su web.
Además, Facebook ha lanzado el módulo Messenger Greetings, unas notas personalizadas que permiten generar cadenas de mensajes para que los usuarios interactúen. La empresa de Zuckemberg pretende llevar el marketing directo a un nivel absolutamente nuevo aunque pueda parece inicialmente algo intrusivo.
Lo que está claro es que la Cuarta Revolución Industrial lo sobrevuela todo, lo cambia todo. De hecho es como una meta-revolución capaz de cargarse el motor sobre el que se establece ella misma. Digamos que si esta fase de la historia se sujeta en lo digital, en la red y en la automatización, es precisamente todo ello lo que hace nazcan derivados que eliminen sus orígenes. La red es tan inmensamente sofisticada y poderosa que genera productos que destruyen a sus creadores.
El mundo que vivimos no es sólo el mundo que ahora gestiona un nuevo factor digital. Es todo. No es tan solo una herramienta. No es el volante, ni las ruedas, ni el cambio de marchas, no es el motor, no es el asiento de atrás, no es el semáforo, no es el guardia que indica por donde pasar y cuando, no es el sistema de control de tráfico, no es el mecánico, no es el fabricante, no es nada de todo eso. No es el coche, no es el vendedor, no es el anunciante, no es el creativo, no es nada de todo eso. Internet es el espacio donde todo sucede y lo hará ya de manera incontrolable para siempre.
Evolucionará hacia la cuarta revolución industrial que ni tan siquiera será industrial, será de otro modo que apenas podemos identificar y que, viendo lo visto, será muy distinta a como todos imaginamos.
Deliberry y las #mamashopers. Una nueva inversión de IdodiVC.
En menos de un año Idodi Venture Capital alcanza las cinco participadas con la entrada en la ronda de inversión de Deliberry. Estos días estamos cerrando la entrada en cuatro más que seguirán el patrón de nuestro fondo basado en la internacionalización en el mercado anglosajón, un modelo de negocio relacionado con la economía digital socializada y tecnológica, con un producto en el mercado validado y una puerta de entrada vinculada en una pre-serie A.
Incluso lo publicó el Irish Times, en menos de un año Idodi Venture Capital alcanza las cinco participadas con la entrada en la ronda de inversión de Deliberry. Estos días estamos cerrando la entrada en cuatro más que seguirán el patrón de nuestro fondo basado en la internacionalización en el mercado anglosajón, un modelo de negocio relacionado con la economía digital socializada y tecnológica, con un producto en el mercado validado y una puerta de entrada vinculada en una pre-serie A.
Deliberry coíncide con ellos, estaría en el denominado 'FoodTech'. No ha sido fácil entrar en su ronda de inversión por la alta demanda que había. De hecho se cerró en apenas 44 horas. Esta prometedora startup nació en el grupo Antai Venture Builder, de donde han salido otros negocios como Wallapop, CornerJob o Chicplace. Junto a nosotros han entrado en esta ronda la red de business angels Antai BAN, The Crowd Angel, Sputnik, Esade BAN y el fundador de La Nevera Roja, José del Barrio. Acumula desde su nacimiento 3 millones de euros en financiación pública y privada.
Deliberry es actualmente el marketplace de alimentación líder en España, un modelo que está teniendo gran éxito en Estados Unidos y que se está expandiendo por todo el mundo. El asunto es que te lleva a casa la compra del supermercado en tan solo 1 hora y a través de una red de #mamashoppers.
Su innovador modelo garantiza máxima calidad en la selección de los productos, sobretodo en los frescos (44% de la venta), gracias a sus llamadas #mamashoppers, mujeres de mediana edad expertas en hacer la compra. Con acuerdos de colaboración con grandes supermercados como Caprabo y DIA o Veritas, más de 6.000 clientes y 250.000 productos entregados en apenas 10 meses de operaciones.
El éxito se asienta en primer lugar en la entrega inmediata, pues en tan sólo 1 hora puedes tener tu nevera llena. En segundo término en la “multi-tienda”, recibir en una misma entrega productos de distintas tiendas. Y también en la calidad de la selección de los productos, 'gracias a sus expertas en hacer la compra, que seleccionan los productos como si fuera para su familia, aportando gran valor en la compra de los productos frescos'. Los “drivers” de Deliberry reparten en moto o furgoneta refrigerada para entregar los productos en 1 hora y en perfecto estado de conservación.
Mi madre es adicta a Wallapop. Lo reconoce. Tiene 70 años y se pasa el día haciendo Trading de objetos y cosas. La facilidad de uso, el sentido del producto y la experiencia de usuario vinculada a un dispositivo móvil, es la clave. La alfabetización digital está ya en todas partes y estas #mamashopers hubieran sido imposibles de localizar hace apenas unos años. Lo importante es llegar cuando el mercado es capaz de aceptarte. Ni antes ni después.
Deliberry, además, 'genera empleo en uno de los colectivos más afectados por la crisis, las mujeres mayores de 45 años, gracias a los acuerdos con los programas de reinserción laboral de ONG’s como Cáritas, Obra Social La Caixa, ONCE y Cruz Roja'.
Estamos muy contentos de haber participado en esta ronda de Deliberry de manera importante. Su hoja de ruta para expandir el negocio pasa por Madrid, Roma, Milán y París. Esperamos que se sumen Londres y Dublín (para poder usarla). Sus competidores mundiales le van a exigir que lo hagan. Entre ellos destacan la californiana Instacart (274MM recaudados), Redmart de Singapore (55MM recaudados) o la india Peppertap (41MM recaudados).
Recuerda que si quieres más información sobre nuestro fondo de inversión abierto a pequeños y medianos inversores puedes solicitar información aquí.
Los bancos son las nuevas discográficas. La revolución FinTech.
Se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos. Pero lo que parece que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos. Pero lo que parece que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Su estructura comercial, formal y de gestión, tienen un problema. Un problema que no es adaptativo como parecen entender la mayoría de los bancos viendo las decisiones que van tomando. En realidad es un problema técnico. Cuando el asunto es adaptativo se suelen buscar soluciones tácticas de corto recorrido para ‘adaptarse’ bien a tiempo real. Pero en este caso el problema será (es) técnico. Es fácil saber cuál es, por lo que a diferencia de los problemas adaptativos, si conocemos el problema, la solución también la conocemos y en este caso no es táctica sino estratégica.
Las noticias hablan de táctica y no de estrategia. Por ejemplo, hoy el Banco de Santander hace público su plan de ajuste que sigue al anuncio que hizo la semana pasada sobre la voluntad de reducir su red comercial. La estrategia de transformación del banco que ha anunciado Ana Botín se basa en el cierre de algo que cada vez es menos usado por los Milenial: las sucursales u oficinas más pequeñas. El plan pretende reducir de las 3467 actuales a poco más de un millar en 2018. El propio BBVA también tiene claro que el camino es ese. De hecho su consejero delegado, Carlos Torres Vila, explicó durante el evento que se llevó a cabo en Copenhague, Money 20/20, que ellos van por el mismo camino.
Un camino que es el mismo que ya han iniciado en otros países. Mucho de lo que se hace en un banco hoy no precisa de ninguna persona, oficina o proceso tradicional y se puede sustituir sencillamente con una app desde el móvil. De hecho, y esto es el motivo principal, el denominado Fintech se va a llevar por delante el 23% del negocio en menos de dos o tres años.
Es cierto que al sector se le acumulan las dificultades. Regulaciones europeas, el peso todavía importante de los activos tóxicos que todos se tuvieron que tragar y una política monetaria con tipos de interés en algunos casos negativos. Sin embargo, el motivo principal es la entrada sin contemplaciones de la tecnología a un sector que tenía bajo control hasta hace muy poco todo lo que tenía que ver con el concepto financiero y económico.
Ya le pasó a otros sectores. Contenidos, turismo, transporte, producción y otros. Hace un par de años que las innovaciones en el sector financiero y bancario son cada vez más potentes. Algunos bancos han creado marcas que buscan ofrecer un servicio digital de lo que siempre han tenido. Básicamente ofrecen un ‘banco moderno’ enfocado a una nueva generación de clientes que ve los bancos tradicionales como algo ajeno en muchos casos. Clientes que ‘todo lo hacen por Internet y desde el móvil’. Ese lavado de cara, ese quitarse la corbata, no es lo que realmente necesita el sector si quiere estar en condiciones de aprovechar lo que se les viene encima. No se trata de cambiar el nombre de una entidad, buscar otro más ‘cool’ o inundar las redes con frases hechas sobre la libertad y el movimiento. Eso es pura epidermis.
Aunque algunos bancos están comprando startups del llamado ‘Fintech’, todavía es más cosmético que estructural. Es una buena manera de empezar la transformación total de una entidad pero no es suficiente. Es un camino largo y complejo pues hablamos de entidades que suelen ser enormes estructuras en su conjunto, pero que la entrada de aire fresco y disruptivo a partir de una adquisición de estas puede acelerar los procesos de cambio. La gestión del cambio pasa por reducción de plantillas, automatizar, incorporarse a nuevas plataformas, pero también de entender que papel jugará el sector bancario y financiero en su conjunto a corto plazo. Tal vez se trata de redefinir el propio papel de los bancos.
En todo caso se deberán dar prisa. Esto va a toda velocidad. Los bancos, siempre asentados en la garantía de que sin ellos no se podía financiar, transferir, intercambiar divisas o gestionar activos, se encuentran ahora con que no hay intermediarios en muchas de esas operativas porque el intermediario es la propia red, esa que ellos usaban y que ahora está disponible para todos de un modo tremendamente sencillo. Se parece tanto a lo que pasó con las discográficas que da que pensar. ¿No?
Y es que el termino FinTech es perturbador para los sistemas financieros existentes y establecidos. Hablamos de que para financiar un proyecto miles de personas acceden al ‘crowdfunding’ o a los préstamos ‘peer-to-peer’, para gestionar transacciones utilizan el móvil o para intercambiar divisas lo mismo. El FinTech lo hace todo, todo lo que desde un banco u otros gestores financieros ya hacían, y lo hacen más barato, más fácil y más rápido.
Lo veo cada día, cómo participante del Fintech Innovation Lab de Dublín y cómo inversor en, por ejemplo, The Pay Pro. No se trata de una moda semántica, el Fintech es la nueva rueda que rodando se va a llevar por delante muchas de las barreras que hasta ahora eran intocables. Es un ejemplo más. En breve nos presentarán regulaciones, inconvenientes, órdenes generales y lo que sea para evitar lo inevitable. Ya pasó y pasará en otros campos. Cómo dijo la comisaría europea de Transportes, Violeta Bulc, ‘servicios como Uber son inevitables’. Lo mismo con el resto de innovaciones vinculadas a la Cuarta Revolución Industrial, cuesten lo que cuesten, afecten a quien afecten y tarden lo que tarden.
Pero, ¿en que campos actúa el Fintech? ¿lo abarca todo? Fintech es algo más que un sector en transformación. Es mucho más que ‘la transformación digital del sector financiero’. Hablamos de la mutación de un concepto relacional entre todo un sector y su clientela. Es estructural y se deriva a todo. Los campos en los que actúa son muchos, desde crédito, compensación de deudas, factoring, crowdfunding, préstamos p2p, comparadores financieros, bitcoins, divisas, finanzas personales y de empresa, equity financiera, plataformas de pago, Trading, asesoría financiera automatizada, redes inversoras, algoritmos económicos, etc.
Sin embargo hay cuatro escenarios de desarrollo que engloban estas subcategorías que acabo de listar y que durante el pasado mes de febrero, en el ‘Finovate’ de Londres comprobé cómo se van definiendo. Más de setenta startups Fintech mostraron allí sus productos a casi dos mil asistentes. Los cuatro campos son:
Asesores Financieros Robóticos.
El Fintech elimina el intermediario y ofrece un autoservicio generando respuestas casi automáticas. La dependencia computerizada elimina intermediarios y proporciona recomendaciones de productos e inversiones sobre software de Inteligencia Artificial. La asesoría robótica eliminará miles de empleos que se dedican a la relación con el cliente.
Los análisis predictivos.
Existen desarrollos de pequeñas empresas que proporcionan herramientas de análisis que predicen inclumplimentos, impagos, probabilidades y riesgos sobre potenciales clientes. La gestión de datos masivo eliminará miles de empleos que se dedican al análisis.
Los pagos móviles
Las estadísticas son claras en lo que tiene que ver con la banca móvil. Crece casi de manera exponencial. Tres de cada cuatro usuarios financieros realizó una operación con un dispositivo móvil el año pasado. De momento la mayoría lo hace desde las aplicaciones de sus bancos, pero en cuando la alfabetización y conocimiento de nuevas formas vinculadas a agentes ajenos al sistema tradicional sea mayor y descubran que los costes son muy bajos en comparación, el trasvase será inevitable. Digamos que ‘el pago por móvil’ es a la banca de futuro, lo que el iPad fue a la manera de acceder a la red hace unos años. Mostró el camino y lo hizo sencillo para personas de la tercera edad por ejemplo que ahora son adictos a las redes sociales. Primero serán pequeñas transacciones pero luego serán todas las operaciones. La banca móvil eliminará miles de empleos que ya no son necesarios en el desarrollo de actividades financieras.
La mejora de los interfaces de cliente.
El Fintech está causando que la experiencia de cliente digital financiero lo tenga más fácil y agradable. Gran parte del desarrollo de este sector disruptivo tiene que ver con ‘la forma’ una vez superado ‘el fondo’. Ahora toca hacerlo sencillo y adaptable. Las primeras muestras de activar órdenes por voz, aplicar protocolos de seguridad por video bidireccional o las interacciones directas con personal ‘real’ es la última barrera que el Fintech le queda por superar. La experiencia de usuario eliminará miles de empleos en las sucursales tradicionales y los sustituirá por otros vinculados a ‘prestación de experiencia’ que no necesariamente deberán suceder entre un banco y un cliente.
En definitiva, un apasionante cambio de uno de los sectores sobre los que se sujeta nuestra estructura social, económica y política. ¿Quien viene después?
La cuarta revolución Industrial, la oportunidad de Europa.
Hace pocos días se publicó el informe ‘The State of European Tech’ del que se desprende que las empresas europeas de alta tecnología están en mejor posición que las norteamericanas de cara a afrontar una previsible desaceleración del sector. De hecho el informe avanza que si estallara la burbuja tecnológica, las consecuencias serán mucho peores en Estados Unidos que en Europa.
Hace pocos días se publicó el informe ‘The State of European Tech’ del que se desprende que las empresas europeas de alta tecnología están en mejor posición que las norteamericanas de cara a afrontar una previsible desaceleración del sector. De hecho el informe avanza que si estallara la burbuja tecnológica, las consecuencias serán mucho peores en Estados Unidos que en Europa.
El informe habla de valoraciones, capital invertido e inversiones realizadas. Destaca que en Europa este año habrán sido diez las empresas europeas de software alcanzaron que habrán alcanzado una valoración de más de mil millones de dólares que se sumarían a las 25 que ya lo alcanzaron desde 2003.
Explica también que la cantidad de capital invertido por inversores de capital riesgo en Europa en el año 2015 alcanzará los diez mil millones de dólares y el número de Business Angels activos ya alcanza los cinco mil. Con más de un millón y medio de desarrolladores de software y 25.000 reuniones tecnológicas, Europa está recortando la distancia que le separa del mismo universo americano.
Fue durante el último WebSummit de Dublín dónde Zennström, co-autor del informe junto a Riku Mäkelä, quien dijo que parece claro que Europa está en condiciones de empezar a superar esa barrera de las startups mil millonarias para iniciar la creación de otras que alcancen las decenas o centenas de miles de millones. La semana pasada el el evento Slush de Helsinki lo pudimos volver a escuchar por cierto con algunos detalles añadidos sobre cuales son sus favoritas para ese Wall of Fame.
El problema, según este informe, es que no hay todavía manera de financiar esas etapas tan complejas por cantidad y conocimiento. En Estados Unidos están acostumbrados a níveles de inversión absolutamente galácticos pero en el viejo continente esa fase siempre se ha dejado de lado esperando, precisamente, que sean los grandes inversores de Silicon Valley o de Nueva York los que pongan el montante necesario.
Volvió a salir el manido discurso acerca de uno de los sectores que más dinero necesitan y menos resultados dan todavía: la Inteligencia Artificial. Al parecer es preciso tener muchísimo dinero para avanzar en esos campos, soportar pérdidas durante mucho tiempo y ser capaces de que ese capital aportado sujete la investigación hasta que se logre tener un modelo de negocio asociado y productos absolutamente rentables.
La dinámica inversora norteamericana, dispuesta a perder miles de millones anuales en startups durante años esperando que el producto esté concebido para iniciar beneficios no es algo que surta ningún paralelismo en Europa. Sólo en Israel tenemos algún ejemplo parecido pero tampoco es para nada habitual. Compañías que ni facturan valen miles de millones, otras, facturando mucho pierden ingentes cantidades de dinero. Todo en camino de conquistar espacios de mercado que para nada están completamente asegurados.
El informe se centra en una hipotética explosión en cuanto a las valoraciones de las empresas de rango tecnológico y las consecuencias en cada una de las zonas que comentamos: Europa y Estados Unidos. Aunque en Estados Unidos la inversión de capital de riesgo es de 5,4 veces la que se produce en toda Europa, Zennström asegura que ‘en Europa las empresas se están construyendo de una manera más sostenible.’
No todo el estudio se basa en el valor económico. Hay secciones que analizan la estructura laboral del sector tecnológico en nuestro continente. Aseguran que hay 237.000 desarrolladores móviles en Europa por los 187.000 en los EE.UU.
Os dejo aquí el resumen del informe. Destaco algunos puntos interesantes como que el miedo al fracaso ha variado notablemente con respecto a otros tiempos. Ahora el error se considera en mayor medida parte del aprendizaje cuando tan sólo hace cinco años esto era algo anecdótico.
Curiosamente uno de los valores diferenciales a favor de las startups europeas es su mentalidad internacional. Algo que en Estados Unidos no es tan claro. Su mercado es tán grande, tecnológico y consumista que tardan un tiempo en afrontar retos de internacionalización. La mentalidad exterior de los proyectos europeos es una ventaja competitiva evidente.
Cifras brutas sobre que hacen los emprendedores tecnológicos en Europa nos muestran que más de 630.000 personas han asistido a una de las más de 25.000 meetups relacionados con la tecnología que se habrán desarrollado en Europa durante 2015. La mayoría se produjeron en Londres (160.000), París (62.600) y Berlín (46.400). Doy fe de que estos eventos son motores dinámicos de cambio. Asisto a muchas de estas reuniones especialmente en Dublín, la cual se sitúa como una de las dos principales ciudades de Europa por densidad en cuanto a las personas que asisten a reuniones tecnológicas atendiendo a la totalidad de la población, y es realmente motivador escuchar y participar en ellas.
Las ciudades españolas que aparecen en este informe son Madrid y Barcelona. De hecho entre las primeras 15 com un crecimiento más rápido en cuanto a centros tecnológicos en Europa la clasificición incluye a la capital de España y obvia a Barcelona. Las que aparecen son Estambul, Lyon, Bucarest, Frankfurt, Praga, Stuttgart, Zagreb, Munich, Madrid, Moscú, Liubliana, Lisboa, Hamburgo y Copenhague.
Si seguimos analizando los datos vemos cosas interesantes. Entre los hubs principales de Europa con masa crítica para avanzar en la creación de startups tecnológicas, Madrid aparece como una de las más bien estructuradas tras Londres (71,497 desarrolladores), París (40.538) y Moscú (38.194). Madrid cuenta con 27.333.
El informe destaca que no es tan importante tener muchos desarrolladores como el hecho de tenerlos en el sector adecuado. Hay ciudades con muchos menos ingenieros pero que al estar vinculados a tecnología móvil los situa en mejor posición que otras capitales. Si miramos datos del desarrollo para nuevos dispositivos móviles, Irlanda, Reino Unido y la región nórdica están emergiendo como un centro para el desarrollo móvil. Suecia tiene más de 7.000 desarrolladores de aplicaciones móviles, la mitad de los cuales viven en Estocolmo por cierto.
El informe no habla de Fintech, AI, IoT o economía colaborativa, no se centra en ello, pero durante las entrevistas que hubieron hace dos semanas con los creadores del mismo y con los periodistas que se mostraron interesados en más detalles, se trasladaron varias conclusiones: los avances sobre la nueva revolución financiera se está centrando en Londres, la innovación en Inteligencia Artificial en Irlanda y Alemania, la economía colaborativa en París, la Internet of Things en Francia, Irlanda y Alemania. Para Madrid se reservan espacios híbridos que todavía deben culminarse y focalizar, en Barcelona por otro lado parece que el futuro pasa por el comercio electrónico y las aplicaciones móviles.
En todo caso, la conclusión es que si Europa tuviera políticas activas claramente enfocadas a potenciar nuestro modelo, olvidando eso de crear un Silicon Valley propio y centrándose en crear un ecosistema de trabajo más cohesionado, con impulso económico, tributaciones de apoyo, enlace con centros de investigación y de estudios, con el mundo académico y el empresarial, si se dispusiera de una hoja de ruta en este sentido, el viejo continente podría conquistar su propio futuro tecnológico y no estar constantemente mirando un espejo californiano que distorsiona la realidad fundamentalmente porque aquello de allí es irrepetible. En todo caso, que no pueda replicarse, debería de ser una buena noticia, un estímulo para crear algo nuevo, nuestro, diferente y auténtico, que respondiera a la propia manera de ser y hacer, y que devuelva a Europa el papel regenerador, explorador y aspiracional que siempre tuvo. La cuarta revolución Industrial es la excusa, la oportunidad.
Dineyo, la App que estudia tus clientes mientras les paga por comprarte.
Actualmente hay un buen número de compañías y startups que están tratando modelos de negocio vinculados a reorganizar el proceso de compra o su cadena de sucesos. En esto está una de las startups que pasó por la tercera aceleración de Conector llamada Dineyo. Considerada 'la primera aplicación móvil que paga directamente a los usuarios por sus compras' o, incluso, por la de sus amigos.
Actualmente hay un buen número de compañías y startups que están tratando modelos de negocio vinculados a reorganizar el proceso de compra o su cadena de sucesos. En esto está una de las startups que pasó por la tercera aceleración de Conector llamada Dineyo. Considerada 'la primera aplicación móvil que paga directamente a los usuarios por sus compras' o, incluso, por la de sus amigos.
Su planteamiento es disruptivo y tal vez por eso, junto a Luis Florit, CEO de Dineyo, aparecen mentores como Marc Ros (CEO de Aftershare), Marc Vicente (CEO en Rakuten), Ruben Ferreiro (CEO de Viko) y Santi Sánchez (CEO en Openshopen).
Algunos medios se han fijado en ellos y aunque han evolucionado algunos aspectos del negocio como explicaré más adelante, inicialmente funcionó como una aplicación B2CB2B, es decir, permitía a los consumidores, a través de una app móvil, recuperar un % de todo lo que habían consumido.
Su funcionamiento es bastante sencillo y entra directamente en ese escenario de ‘cambiar los itinerarios económicos tradicionales’. Un consumidor descubre a través de Dineyo una tienda, incorporada al sistema, que asegura que le devuelve el 10% de todo lo que consuma. El cliente potencial decide a continuación entrar y comprar artículos. Seguidamente escanea el código QR que tiene el propio comercio y en ese momento recibirá el 10% de su gasto. Sencillo. Al cabo de unos días, este consumidor puede retirar el dinero en su cuenta corriente.
Desde hace unos meses, los fundadores entendieron que estaban desaprovechando el poder que tienen los datos para transformar los comercios offline, dicho de otro modo, en el mundo online se conoce todo de los consumidores gracias a la gestión de datos digitales y la percepción online de lo que hacen, pero no el mundo offline no es así.
A razón de este análisis y con la experiencia adquirida este último año, decidieron trabajar en un prototipo que se instala entre el ordenador del comercio y la impresora del mismo, de manera que ahora se puede imprimir un nuevo código QR individualizado, capturar las ‘mac address’ de todos los smartphones (potenciales compradores) que entran en un establecimiento y cuanto tiempo se quedan, permitiendo a los comercios establecer analíticas de conversión analógica. Es algo así como un 'small data' que estudia los clientes físicos que llegan por un reclamo digital.
Además si tienen la aplicación de Dineyo bajada en su móvil automáticamente se sincronizarán los perfiles socio demográficos de los consumidores. Y finalmente, incorporan un módulo Beacon para saber con precisión por dónde pasan, que miran y otros aspectos relevantes de la experiencia de compra física que se suma a la digital que ya lograban hasta ahora.
Aprovechando el uso masivo de teléfonos inteligentes, aplicaciones y derivados intentan ofertar un doble canal de beneficios, para el cliente y para el vendedor. El primero obtiene beneficios por descuento y el segundo conoce a sus clientes, que por otro lado, vienen por el reclamo del descuento interpreto.
Me interesa mucho como una startup que pasó por un proceso de definición de negocio concreto ha ido evolucionando hacia otro o, mejor dicho, como ha implementado nuevos criterios que mejoran el proyecto en su totalidad. Con este movimiento Dineyo pasa de ser una aplicación de cashback, a una herramienta que permitirá a los comercios conocer, fidelizar y comunicarse con sus propios consumidores. Un proyecto muy interesante que tiene un plan de expansión ambicioso y nítido.
Más de 6 minutos viendo publicidad
En junio nació Adictik, ya hablé de ella. Una aplicación que buscaba aportar algo a ese universo de las fotografías, las marcas y las interacciones entre ambas. Ha sido denominada por algún medio como ‘la agencia de publicidad sin publicistas’. Adictik es la primera aplicación que permite al usuario crear anuncios de sus marcas preferidas sin intermediarios, sin necesidad de establecer contacto ni con las marcas ni con una agencia. Le llaman ‘la publicidad real’ y está disponible de momento sólo para usuarios iPhone y iPad en la App Store. La puedes descargar aquí.
En junio nació Adictik, ya hablé de ella. Una aplicación que buscaba aportar algo a ese universo de las fotografías, las marcas y las interacciones entre ambas. Ha sido denominada por algún medio como ‘la agencia de publicidad sin publicistas’. Adictik es la primera aplicación que permite al usuario crear anuncios de sus marcas preferidas sin intermediarios, sin necesidad de establecer contacto ni con las marcas ni con una agencia. Le llaman ‘la publicidad real’ y está disponible de momento sólo para usuarios iPhone y iPad en la App Store. La puedes descargar aquí.
La verdad es que cuando la usas ‘ves anuncios por todas partes’. Te permite añadir y componer un espacio publicitario con esa foto que acabas de hacer colocando la marca que te venga en ganas, ya sea de directa relación con lo que ves o de un modo más abstracto. En definitiva, te pasan la pelota. En menos de tres meses más de 14.000 usuarios se han descargado la aplicación y han creado su anuncio personalizado. Miles de anuncios e interacciones demuestran que Adictik es producto de dos aspectos: en primer lugar los usuarios generan mucho contenido relacionado con marcas, pero éstas no reconocen la importancia de sus fans y por otro lado las marcas buscan el modo de establecer vínculos con su target pero los volúmenes que maneja la red hoy en día lo dificulta.
Si hablamos del comportamiento digital y del modo en el que se usan las fotografías hoy en día, hace unos días leí el informe que Quintly. Este estudio analizaba el crecimiento de Instagram, del cual decía que mantenía su crecimiento imparable, si bien algo estaba cambiando. Al parecer crece de manera sostenidamente rápida y, por fin, monetizando su enorme comunidad. Sin embargo, según el estudio, la red social de las fotos pierde interacciones. Por primera vez en cinco años, desde su creación, los ‘instagramers’ hacen menos cosas que antes. Es decir que, a pesar de que su crecimiento en usuarios y publicaciones, las interacciones entre los mismos ya no aumentan al mismo ritmo. Hay diferentes teorías. Algunos hablan de su API y otros del hecho de que esta aplicación no les permite hacer todo lo que quieren. De ahí que estén creciendo aplicaciones que aportan algún elemento que Instagram no contempla.
Instagram es un espacio de expresión dónde la moda ha encontrado un filón. Es a través de los llamados ‘influencers’ personas anónimas han pasado a ser prescriptores de primera línea. Las marcas se pelean por ofrecer sus productos bajo el concepto ‘colaboración’ a partir del cual los instagramers ofrecen su visibilidad a la misma a cambio, a veces, de tan sólo un regalo de uno de sus productos. Depende del número de seguidores y repercusión.
Podría ser interesante comparar ese descenso de interacciones con lo que hacen los usuarios de Adictik. En las métricas que manejan desde Adictik hay una que me sorprende y me hace pensar especialmente. El tiempo medio que un usuario se pasa en la aplicación es de algo más de 6 minutos visionando las fotografías con logos y claims de marcas hechas por otros usuarios ¡6 minutos viendo anuncios!, el sueño de cualquier empresa de medios. Es como si cuando en la televisión te sale aquello de ‘volvemos en 6 minutos’ te quedaras quieto mirando y disfrutando de la publicidad. Casi impensable. Pues con esto pasa algo así guardando las diferencias. Todo cambia. Youtubers que tienen más audiencia diaria que los programas en 'prime time' de la televisión convencional o protagonistas de marcas que las marcas ni conocen.
Adictik rompe la jerarquía marca-consumidor de un plumazo pues, además, los contenidos son valorados por otros usuarios, ofrece datos a las marcas de lo que hacen sus seguidores durante el día y a que hecho vital las vinculan. Es tremendamente interesante la ingente cantidad de datos que se obtienen.
Holografía, m-commerce, realidad aumentada ¿Preparado para el comercio electrónico inminente?
Si eres vendedor te habrás dado cuenta ya. Si eres comprador también. Si eres las dos cosas obviamente lo tienes muy claro. Cada vez más el uso de un dispositivo móvil se ha convertido en el puente entre el comercio y el consumidor.
Si eres vendedor te habrás dado cuenta ya. Si eres comprador también. Si eres las dos cosas obviamente lo tienes muy claro. Cada vez más el uso de un dispositivo móvil se ha convertido en el puente entre el comercio y el consumidor. Si bien el teléfono móvil (cada vez es más absurdo llamarlo así) sirve para acceder a miles de contenidos y aplicaciones, a intangibles, ahora eso va tomando cuerpo y convirtiéndose en un mecanismo de acceso comercial, información y transacciones. Los estudios reflejan que los consumidores utilizan el llamado m-commerce cada vez más. Por cada dólar que se gasta en una tienda de proximidad, el comercio electrónico móvil genera 19 dólares. Los que conocemos los datos algunas tiendas online sabemos que el vuelco de los últimos meses hacia la venta en dispositivos móviles es ya, incluso, superior al que se realizaba desde computadoras de sobremesa y ya ni digamos en tiendas físicas.
Técnicamente, una vez se ha normalizado la venta electrónica y generalizado su uso, es el m-commerce el que crece más y de manera más significativa. El móvil se está convirtiendo en el epicentro cada vez más habitual de las compras de los consumidores y las previsiones es que este mercado siga creciendo mucho. Las previsiones son que en 2019 el 45% de todo ecommerce se realice desde terminales móviles.
Los estímulos y características que irán marcando ese trasvase hacia la venta móvil serán de todo tipo y como explica Global Money Report se basarán en varios aspectos. Elementos que van emparejados entre venta digital, uso de dispositivos móviles y dinero electrónico metido en una billetera digital. Los bancos aun están pensando de que va todo esto por cierto.
- El pago móvil en tienda física se generalizará. El 12% de personas que han hecho un pago de proximidad en los últimos seis meses lo han hecho a través del sistema NFC contactless y otro 7% lo hizo via ‘plug and play’. Otro porcentaje creciente es el de canjear cupones desde el móvil en venta física.
- Una vez se supere la falta de confianza de los consumidores que amenaza el progreso del dinero móvil, su crecimiento será exponencial. El 34% de los consumidores sitúan la seguridad en la cúspide de sus preocupaciones en este modelo de compra. El 11% ‘no confían en la seguridad’ de dinero móvil, el 9% asegura que le da miedo dar tanta información privada, el 8% dice que los sistemas no son seguros y el 6% no confía en el comerciante. Como ya paso con el ecommerce, es cuestión de tiempo. Poco.
- Para mí el punto más interesante es el que conceptualiza una nueva realidad digital, socializada y que tiene que ver con la ciudad del futuro. Hablamos de la reinvención de la calle comercial. El 58% de los encuestados por GMR dijo que habían ‘encontrado algo que querían comprar mientras navegaban en un móvil y luego lo compraron en una tienda física’. El 28% de ellos lo intentaron en una tienda digital desde el móvil y no fue una experiencia fácil.
Ese intento de compra que no se materializó, ¿habrá sido en tu tienda? Esto va rápido. En la película Minority Report, película basada en pleno 2054, la navegación por los sistemas informáticos de los protagonistas transcurrían en un interfaz digital manejado con el movimiento de las manos y algo de voz. Una especie de extensión cerebral que nos pareció, en su momento, algo lejano. No vamos a esperar tanto. Microsoft Ignite ya ofrece prototipos parecidos que, utilizando realidad aumentada y computación basada en gestos y voz, conectan el hombre y la máquina hasta límites que hace bien poco parecían imposibles.
Pero hay más. Déjame ponerte otro ejemplo. HoloLens puede mover un plano holográfico en tres dimensiones para que un arquitecto muestre lo que va a hacerse y todo ello vía Skype. De un edificio se pasará a un modelo humano y en breve tendremos conversaciones tridimensionales que abandonarán la pantalla tal y como la conocemos. Pronto no sólo venderemos o compraremos a través de un móvil, lo haremos conceptualizando las tres dimensiones, entraremos técnicamente en un espacio comercial sin salir de casa. Si lo ves lejano, si no lo contemplas como algo que tu comercio debe tener en el punto de mira, más pronto que tarde te darás cuenta que pasó otro tren.
Asesórate a tiempo real de por donde van a ir los tiros. No es preciso que tu sepas de todo. Hay quienes nos encargamos de eso. Tu dedícate a vender, deja a otros la dirección de esos cambios. Pasa tu tienda a un entorno digital si aun no está, procura que sea mejor y se adapte a los métodos de conversión que ahora se necesitan para vender, prepárate para el futuro inminente y hazlo estratégicamente pues resultará más eficiente y barato preverlo que hacerlo urgentemente. El futuro de tu ecommerce depende de que te prepares, lo adaptes. No se trata de estar, consiste en estar bien.
Un robot low cost que enseña a programar a niños
Mi hijo de 10 años me cuenta que se aburre en la clase de ‘informática’. De hecho el nombre ya lo mata. Dice que durante horas aprenden ‘Office’ y una cosa llamada 'ofimática'. Lo más sofisticado hasta la fecha fue el día que se adentraron en el apasionante mundo del ‘if/then’ en algo parecido al ‘Basic’ que ya masajeábamos los más viejos del lugar con nuestro ZX Spectrum Plus.
Mi hijo de 10 años me cuenta que se aburre en la clase de ‘informática’. De hecho el nombre ya lo mata. Dice que durante horas aprenden ‘Office’ y una cosa llamada 'ofimática'. Lo más sofisticado hasta la fecha fue el día que se adentraron en el apasionante mundo del ‘if/then’ en algo parecido al ‘Basic’ que ya masajeábamos los más viejos del lugar con nuestro ZX Spectrum Plus. La verdad es que eso de que exista la clase de informática ya es un error en su concepción, cuando lo que debería de ser es un hecho omnipresente en la formación de cualquier niño más allá de una hora o dos a la semana en un aula concreta y exenta de una escuela. No se trata de poner ordenadores o tablets, no se trata de enseñar a programar, se trata de que los sistemas educativos se adecuen a un modo de pensamiento y tecnología social que poco o nada tiene que ver ya lo de seguir un libro de texto, o el de adecuar los programas educativos a un nuevo formato visual y plástico gracias a las pantallas cada vez con mayor resolución que algunas escuelas pueden comprar.
Hablamos de otra cosa. De interpretar la tecnología en cada gesto, en cada acción, en familiarizarse con su uso pero también con sus ventajas y, sobre todo, con su manera de ‘ser’. Los niños aprenden idiomas con facilidad, es su momento, son capaces de asimilar conversaciones con niños de otros países sin complejos ni dificultad. Pones un crío que no sabe nada de inglés junto a otro que no tiene ni papa de español y en menos de diez minutos se están entendiendo. Con el lenguaje computacional, no en su rama técnica, sino en su base de comprensión de un mundo que viene y que nos rodea, los niños deberían familiarizarse. Es una ventaja competitiva.
Hay cierta mitología, creo que interesada, acerca del concepto 'analfabetismo' del futuro. Cuando comentamos que sería bueno que los niños de hoy en día se eduquen ‘codificando’, aprendiendo a programar en algún lenguaje como el que aprende una segunda lengua, no nos referimos a que todos los niños tienen que ser una especie de ingeniero de sistemas o parecido. El mito habla de eso, la realidad es otra cosa y es importante resaltarlo para que se vea a la vez lo interesante del concepto y no levantemos muros donde no los hay ni los habrá a menos que alguien se esfuerce en ello.
Lo haremos con un ejemplo que me parece paradigmático de que es eso de ‘enseñar código’ a los niños. Un ejemplo de cómo jugando se puede entender la lógica de la programación y no a programar pues eso es en si otro campo por el que, aunque no sepas, puedas comprenderla. En el futuro inmediato no sabremos como una aplicación hace una cosa u otra, pero si el método por el que se ha logrado que lo haga. Los sistemas educativos que se lancen a este tipo de enseñanza unipersonal, atemporal, predictiva y tecnológica avanzarán más rápido en la digestión de esta revolución tecnológica que precisa de su propio lenguaje.
El ejemplo de cómo se puede hacer lo ha creado la empresa DFRobot. Una startup que acaba de poner su último gadget de Vortex en Kickstarter en la búsqueda de fondos para poder mostrar en el mercado su robot de código.
En muchos padres de países nórdicos, asiáticos e incluso en Estados Unidos, hay un deseo por enseñar a sus hijos codificación desde una edad temprana. Vortex de DFRobot es un pequeño dispositivo sensible y con una aplicación instalada que permite a cualquier niño dictar órdenes con cierta lógica de programación a su robot a fin de completar la creación de juegos. Funciona en iOS y Android (vía Bluetooth).
Cada Vortex es un kit de desarrollo y la aplicación permite programar robots para niños en un entorno sencillo, educativo y divertido. Tiene unos juegos precargados pero cualquier crío puede crear otros basándose en temas básicos de programación tremendamente simples y que se comportan como cualquier modelo de creación en software bajo procesos prediseñados. Se aprende la lógica de programación, no a programar, eso será un paso posterior que cada uno podrá elegir en su vida. Entender como funciona una máquina nos puede hacer menos analfabetos en el futuro con respecto a lo que significan y representarán todos los robots y software que nos inundará.
Obviamente Vortex es algo más que un juguete. Es un intento de acercar la cultura de la programación, sus estructuras y procesos a las generaciones venideras y por menos de 65 euros. Si fuera directivo de alguna empresa en fase de transformación digital, me compraría unos cuantos. Si sirve para niños ¿por qué no probar con mi equipo?
Adictik o como cambiar el punto de vista publicitario.
Primero llegaron las cámaras digitales. Facilitaban fotografiar y ver sus efectos inmediatamente. Luego los teléfonos móviles que retrataban desastrosamente cualquier cosa y, no sin complicaciones, podías descargártelo en tu equipo de sobremesa. Era una maravilla, ¡un teléfono que fotografiaba! Más tarde los teléfonos pasaron a ser otra cosa y les pusimos el adjetivo de ‘inteligentes’.
Primero llegaron las cámaras digitales. Facilitaban fotografiar y ver sus efectos inmediatamente. Luego los teléfonos móviles que retrataban desastrosamente cualquier cosa y, no sin complicaciones, podías descargártelo en tu equipo de sobremesa. Era una maravilla, ¡un teléfono que fotografiaba! Más tarde los teléfonos pasaron a ser otra cosa y les pusimos el adjetivo de ‘inteligentes’. A la vez las redes sociales se instalaban en nuestras vidas. Habíamos pasado de una Internet unidireccional a otra socializada. La fotografía estaba lista para mutar.
De fotografiar pasamos a distribuir momentos. La mayoría de los 22 millones de fotos que se suben a la red en una hora en el mundo ya no son para la colección del autor, lo son para distribuir sensaciones, vivencias y compartir experiencias con la comunidad. En ese preciso instante en el que una fotografía pasa a ser un hecho social que supera su propia definición, la publicidad se quedó descolocada. Y sigue descolocada. Que las marcas andan algo perdidas desde que se impuso la llamada ‘conversación’ en la red es más que evidente. Muchos son los ejemplos de cómo en lugar de involucrarse han pasado a hacer un uso modernizado pero con un fondo muy tradicional. Han pasado de decir sin escuchar a escuchar y decir. Son excepciones las que han entendido que la ‘marca’ la forman sus clientes incluso por encima de su propia identidad.
De momento, los equipos de comunicación que se han lanzado a la conquista de las redes sociales no han hecho más que gestionar de un modo similar a como lo hacían en la red antes de su aparición. Ponen anuncios en mil lugares y se basan en la ingeniería inversa para detectar dónde y cómo pueden incrementar su penetración. Da resultados, pero no será suficiente en breve, fidelizar es otra cosa. De hecho, cuando deciden ‘adentrarse’ en la relación directa con sus clientes en busca de ‘fans’ de su marca no hacen mucho más que regalar productos a supuestos influencers a fin de que se hagan fotos con dichos productos. Inundan la red de contenido comprado de un modo u otro y que no es más que una réplica a contratar un famoso que muestre lo encantado que está con tu marca.
Sale más barato y cada vez más es menos eficiente. De hecho, muchas marcas están reflexionando sobre esto y se han lanzado a experimentar por otros medios. En ese punto están. Las conclusiones de algunas de ellas empiezan a ser más que clarificadoras. En un escenario donde el big-data y la gestión de datos automatizados no hace más que requerir información para analizarse, trazabilidad de usos de sus logos y de cómo se comporta todo ello, apareció una aplicación española que va a conquistar un espacio vacío hasta la fecha.
Adictik es una aplicación gratuita, de momento para iOS y en breve para Android, que viene a responder a una demanda de gente joven, y no tan joven, de sentirse parte integral de lo que representa y supone el consumo de sus marcas preferidas. De la mano de dos emprendedores, Laura Santolaria y Kilian Sevilla, expertos en eso de marcas y marketing digital aparece la que está llamada a ser una de las sensaciones del año. En apenas una semana han alcanzado miles de descargas y el crecimiento no hace más que crecer exponencialmente.
Un nuevo paradigma llegó para quedarse en el concepto publicitario digital. Cada vez cuenta menos lo que te dice la marca y más lo que la gente está dispuesta a decir o hacer por ella. Adictik juega con el concepto en si y le da la vuelta basándose en un hecho que otras aplicaciones de éxito habían olvidado, poner tu marca a cada instante que distribuyes. Los creadores de Adictik la definen como una especie de Instagram de las marcas. De hecho combina bien. Te haces una foto y pones una marca que ‘defina’ el momento y la vinculas a tu cuenta de Instagram automáticamente. No hay fricción. De ahí al resto de redes.
Cuando me presentaron este proyecto hace más de un año le vi sentido aunque en mi caso no detecté que pudiera convertirme en ‘adictik’. Parecía una aplicación destinada a gente joven, amante de sus marcas, habituados a Instagram, Snapchat u otras, que mayoritariamente están plagados de Milenials. Pero reconozco que no ha sido así. Es divertida y cuando llevas un rato usándola ves ‘anuncios’ por todas partes. Cualquier foto es susceptible de tener un logo que la defina mejor. Es curioso pero es así. Debemos estar sujetos a una especie de ley sociológica que nos vincula cerebralmente momentos y marcas sin saberlo.
Adictik permite subir fotos y añadir el logotipo o claim de miles de marcas y luego compartirlo y justo ahí entra lo que para mi realmente tiene valor más allá del juego y anécdota del uso en si. Es una demostración de que los usuarios, los individuos, tenemos el poder de las marcas, una oportunidad de convertirse en protagonistas de ellas. Ya hay acuerdos con varias de las más importantes para que valoren y atiendan a los usuarios que se fotografían con el logo de éstas. De hecho a medida que el resto de amigos votan (con un gesto llamado Shaka!) cualquier usuario ‘anónimo’ puede convertirse en el favorito con respecto a esa marca. Es el ránking de cada marca que serán premiados por las mismas. Es como darle la vuelta al tema.
Particularmente destacar que Adictik fue acelerada en la primera edición de Conector y que actualmente ya está preparando su salto internacional al ser un desarrollo claramente anglosajón. Tengo la suerte de haber podido invertir y participar desde su origen en la definición del proyecto junto a Marc Ros y Risto Mejide, expertos en marcas y publicidad.
Os invito a probarla. Es sencilla como lo fueron otras Apps de éxito. Todavía está en fase de ajustes y mejoras y por eso pueden todavía fallar alguna cosas. De hecho los emprendedores agradecen todos los comentarios en su perfil de Facebook. Los que en Dublín o San Francisco ya la han visto la definen como una de las Apps a tener en cuenta. Os va a gustar.
La transformación de las ciudades con la llegada de los 'taxibots'
Las ciudades, tal y como las conocemos y en cuanto a lo que las ordena o gestiona, ya poco tiene que ver con el modo en el que sucedía apenas hace una década. La automatización de miles de procesos se suceden y sustituyen a los que se regían por decisiones humanas. Uber ya dedica más recuros a desarrollar su futuro taxi automático que a crecer en el humano.
En los próximos meses, una de esas transformaciones de tipo disruptiva se va a ir imponiendo y nos mostrará la cara aproximada de cómo serán las propias ciudades en el futuro inmediato. Hablamos de los ‘taxibots’, los coches automáticos que a modo de flota auto conducida circule ordenadamente por ellas.
Hace unos días se presentó una simulación que mostraba la transformación de las ciudades mediante la eliminación de casi un 90% de los coches que ahora circulan, buscando nuevas trayectorias automatizadas y recortando tiempos de viaje. El estudio, la simulación, fue presentada por un equipo de científicos de transporte en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que analizó los datos de los viajes en coche reales en Lisboa para ver cómo una flota de auto-conducción, llamados ‘taxibots’ cambiaría el paisaje metropolitano de la capital portuguesa.
Los ‘taxibots’ del estudio se basan en un ‘mix’ de empresas de transporte. La matemática juega un papel destacado en cómo se organizan este tipo de trayectos y, tras la simulación, el dato es espantoso. Nueve de cada diez conches son completamente innecesarios si se utilizara un ‘cerebro global’ que dirigiera por donde y cuando tienen que ir todos ellos. Pasa lo mismo con el transporte público en todas sus vertientes. Incluso analizaron el coste y modelo de trayecto que cualquiera de estos autos deberían pasar revisiones o arreglos.
El estudio, que repito es de los más exhaustivos que se han realizado en cuanto a la realidad del movimiento automatizado y organizado, habla también de la innecesaria disponibilidad de ‘aparcar’ esos vehículos, con lo que los espacios para humanizar las ciudades sería enorme. Es curioso como poco a poco la tecnología nos da pistas de como podría ser el futuro. Cuantos más robots, cuanta más tecnología y automatismos, más vida, más tiempo para ser más humano. Es similar a otras revoluciones vividas por el hombre. Aquellos momentos de la historia en los que parecía que una máquina nos hacía menos humanos y resultaba ser todo lo contrario. El humanismo se basa en eso. Incorporar la tecnología en el punto exacto que permita una vida mejor.
La reducción de coches pone en juego muchos negocios actuales que se debaten en cómo sobrevivir en apenas una década (y ellos lo saben) a fin de soportar lo que por mucho que se quiera evitar, sucederá. La propiedad individual de automóviles liberará, según el estudio centrado en Lisboa, un espacio similar a 210 campos de fútbol, un 20% del espacio disponible en la ciudad.
El trabajo concluye algo que me parece aun mejor si cabe. El coste final de la construcción podría verse afectado de manera importante. El coste de edificación se aplica también a los aparcamientos incluidos en cada vivienda. Eliminarlos haría más sostenible el acceso a un derecho fundamental. Todos esos que defienden el derecho a una vivienda digna deben, desde ya, incorporar en sus programas electorales o lo que sea, la urgente aplicación de programas de ‘taxibots’ y coches automatizados que recorran las ciudades como ha decidido aplicar, por ejemplo, Londres el año que viene.
No es ciencia ficción. Es simplemente, querer. Leer los avances, acercarse a empresas que están desarrollando todo ello y ser valiente en las propuestas. El estudio/simulación destaca que los espacios de estacionamiento pasarían a valer el 1%de lo que ahora repercute. El canje es impresionante. La recaudación por zonas azules y otros métodos como impuestos fijados a la circulación privada debería procesarse ahora en otro modelo, que al ser más eficiente, precisaría de menos personas trabajando en los ayuntamientos y en menos demanda de costes en los mantenimientos. Si, menos empleo o un empleo diferente aun ni siquiera inventado. El futuro pasa por ahí.
Se supo hace unos días que gran parte de la última ronda de financiación obtenida por Uber está ya canalizada a la fabricación de este tipo de autoconducción para que la ciudad del futuro que describe el estudio no sea fantasía. De hecho ya tiene una planta desarrollando una flota al efecto. Cuando explico esto en algún foro siempre escucho lo mismo. Eso no pasará tan pronto. Y me pregunto, ¿que es pronto? ¿Como medimos ahora ese ‘pronto’? ¿Como lo medían nuestros ancestros, en la edad media, en los años veinte o como lo medimos ahora?. En apenas una década han pasado cosas que precisaron siglos en el pasado.
Hace unos días clausuré unas jornadas que celebraban el 20 aniversario de un Centro de Negocios. Al empezar, simplemente pregunté ¿recuerdan su cuenta de email el día que se inauguró este centro? Nadie tenía. Podría haber terminado la conferencia ahí, pero decidí seguir y mostrar lo que intuyo puede pasar cuando celebren el 40 aniversario.
Twitter y sus problemas
Parece que Twitter no logra convencer en eso que llaman ‘los mercados’ a pesar de facturar cada día más (y perder algo menos). Es un tema de expectativas, algo que provoca que cuando esperas mucho, aunque logres bastante, no es suficiente para dar credibilidad entre los voraces inversionistas que buscan el beneficio de su aportación lo antes posible. Y en cierta manera es normal. El problema es que mientras todo esto pasa, Twitter se va frenando, a la vez que sus expectativas no se alcanzan, su crecimiento se ralentiza y podría estar tocando su techo objetivo.
Puede ser incluso un tema generacional. Los que entran en esto de las nuevas tecnologías de forma natural, casi biológica, los milenials, a Twitter lo empiezan a ver algo pesado y poco nutritivo. Hay estudios que demuestran que ni la propia aplicación movil se adapta a un mercado tremendamente complejo en el que, por ejemplo, Snapchat u otros si supieron interpretar. De hecho hay que tener un buen conocimiento para que un usuario experimentado rentabilice campañas en la red. Hay ejemplos que permiten a cualquiera adaptarse y aprovechar la potencia de todo el ecosistema de las redes sociales incluida Twitter u otras y que de esa manera se logren interesantes resultados. Por ejemplo, campañas estratégicas multired como puede ser un concurso de fotografía capaz de integrar todas ellas hacia un sólo foco.
En esto de los cambios debemos incluir Facebook, al que se le ha sentenciado a muerte varias veces sigue su crecimiento gracias a la incorporación de nuevos modelos de uso, desde la integración con la red fotográfica Instagram hasta la sorprendente, en su día, apuesta por un Messenger que se convertiría de un modelo de mensajería a un teléfono gratuito o en videoconferencia realmente eficiente. Pasó con la integración y compra de Whatsapp por parte de Zuckemberg, quien pensó en lo importante que era tener a tiro cualquier cambio de tendencia en ese escenario donde tanto significa seguir creciendo.
Twitter ha ido comprando cosas, integrando. Desde formatos de video hasta cambios relativos a hacer más atractivo su uso y visualización. Pero no parece dar resultados tal y como se les exige. Al fin y al cabo viven, o deberían vivir de sus ingresos publicitarios. Desde que salieran a bolsa en noviembre de 2013 todo cambió. De no tener prisa en generar grandes ingresos pues las rondas de financiación los sujetaba en base a un ‘proyecto de futuro basado en la audiencia’ pasaron a una necesidad de facturación creciente para dar sentido a invertir en ellos en el mercado abierto.
La pasada semana a través de un tuit (tiene gracia el asunto) se filtró los resultados del trimestre pasado y eran bastante peor que lo que se esperaba. Aun se esperan. La combinación de los astros los llevó en pocos minutos a perder un valor del 18% en la bolsa norteamericana. Incluso se tuvo que detener su cotización durante un tiempo por riesgo a un desastre bíblico.
Twitter ha conseguido monetizar sus usuarios. Eso ya es una realidad, pero los usuarios no crecen suficientemente para llegar a cifras razonables entre coste e ingresos tras tanto tiempo.
Los casi 300 millones de usuarios no son clientes y eso es el asunto. Ingresan 168 millones menos de lo que gastan cada trimestre. Llevan cinco años perdiendo dinero, de hecho la cosa ronda los 1,5 billones de dólares en pérdidas desde que nació. Hay quien ya pone fecha a la sustitución Dick Costolo, el CEO que decidió cual seria la fórmula para ingresar y que ha ido decidiendo en que mercados aplicarlo y en cuales no.
Suponemos que Costolo no se quedará con los brazos cruzados esperando el desenlace. De momento ya se ha sabido que prepara acuerdos con la todopoderosa DoubleClick, el servicio de anuncios de Google y la compra de TellApart para medir mejor la eficiencia de los anuncios en Twitter, algo que también parece estar ahora mismo en tela de juicio.
Una App contra la desorientación
Hemos hablado de tecnología y tercera edad. Me interesa mucho como ese segmento generacional al que todos deberíamos llegar tarde o temprano podrá beneficiarse de cuanto tiene que aportar la digitalización de la vida y de haberlo hecho en formatos cotidianos y asequibles para todos.
El Grupo de Bioingeniería y Telemedicina de la Universidad Politécnica de Madrid ha desarrollado una App de localización mediante Smartphone para detectar episodios de desorientación espacial de manera rápida y que con cierta frecuencia sufren las personas de mayor edad con algún deterioro cognitivo leve.
El software, la aplicación disponible, ofrece la detección de ese momento de desorientación y pérdida y pone en práctica la gestión de datos que dispone a tiempo real. Tiene en cuenta información del contexto de la persona mayor, cercanía a su domicilio, lugares de interés o uso habitual, si está acompañado por un familiar, si se está moviendo en transporte público, o intervalos de tiempo determinados. Cuando ocurra un episodio de desorientación, la aplicación pone automáticamente en contacto a su contacto más próximo para confirmar si la persona necesita ayuda.
Nuestra sociedad envejece. El gran reto tecnológico es ofrecer respuesta a un mundo con menos capacidad de trabajo físico y más necesidades en edades determinadas. El deterioro cognitivo puede ir de la mano de un modelo de aprendizaje tecnológico que lo equilibre. Este caso simple de lo que se conoce como Mild Cognitive Impairment y que se reproduce en cualquier momento y sin previo aviso, incluso en zonas de absoluto conocimiento por el afectado, es un buen ejemplo de cómo se puede mejorar aspectos muy detallados.
La sanidad y las aplicaciones tienen un futuro espectacular. De hecho, aquí en Irlanda, este es uno de los espacios de mayor auge de la mano de la Universidad Trinity College o del propio DIT. Hace apenas unos meses ya comentamos como una App diseñada y desarrollada aquí pasaba a ser una de las más solicitadas en su campo. Se trataba de Beats Medical que hace la vida de los enfermos de Parkinson mucho más llevadera.
En el caso de este proyecto basado en la tecnología de redes inteligentes de comunicación, la IMS, que ayuda a almacenar información estática mediante un perfil de cada uno de los usuarios registrados en esa red. Es un ejemplo más de cómo las TIC están abordando el apoyo a personas mayores. En este caso, una aplicación para smartphone es capaz de algo tan simple como extraordinario: permite a personas con este problema un mejor modelo de vida. Sin llegar a imaginar un futuro lejano, ni un escenario repleto de automatismos, este es uno de esos casos, que sin ir muy lejos, alcanzamos la cumbre.