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Cilenis elegida por el MIT

Recibo decenas de ideas de negocio cada semana. Algunas son extraordinarias y otras no tanto. Suelo decir que vivimos tiempos en que las ideas valen más que las cosas que se fabrican con ellas, pero eso no quiere decir que una idea valga por si sola si no hay modelo de negocio o equipo detrás. De hecho no apuesto por ideas sencillamente si no vienen acompañadas de un trabajo previo, un equipo razonable y sobretodo un modelo de negocio que lo sustente. El caso de Cilenis Language Technology , una de las empresas participadas por IDODI, se cumplen los tres elementos. Una idea sujeta a la innovación, un equipo tremendamente preparado y cohesionado y una modulación del posible negocio muy bien estructurada.
Resulta que esta spin-off universitaria gallega ha sido elegida por el MIT en su Building Global Innovators desde Portugal como una de las startups más innovadoras de cuantas se presentaron. En concreto han considerado que uno de los productos en desarrollo más interesantes seráAvalingua, un software que evalúa automáticamente el nivel lingüístico de documentos escritos que cuenta con dos formatos según las necesidades de cada usuario: Avalingua core, herramienta diseñada para la corrección de textos escrito y Avalingua Learning Application, aplicación web móvil creada para fomentar y apoyar al alumno en su aprendizaje. Es realmente potente y así lo ha considerado el MIT pues partiendo de un texto escrito, este software busca, analiza y clasifica sus errores utilizando herramientas de procesamiento del lenguaje natural y numerosos recursos lingüísticos.

Como decía es una noticia que me satisface especialmente pues nosotros contemplamos las participadas como algo más que una inversión. Entendemos que es suma de talento y de capacidades y mi sueño es lograr que todas estas startups pueden enlazarse entre ellas si lo ven necesario en algún proyecto o necesidad. Es como crear un ecosistema distribuido y participado que permite algo más que sumar, permite crecer en común.

Este concurso de emprendimiento con base tecnológica y de escala global que tiene como principal objetivo asesorar e incentivar proyectos con alto potencial tecnológico y de innovación, particularmente en la etapa de búsqueda de inversiones. Los candidatos, en su mayoría Start-up y Spin-off con menos de cinco años, buscan acceder al reparto de un millón de euros en apoyo financiero. La tercera edición sumó al millón de los premios, 14 millones en inversión privada para los diferentes proyectos semifinalistas.

El proyecto Avalingua ya ha conseguido ser elegido como semifinalista dentro de su área de competición, en Tecnologías de la información e Internet. Ahora ha sido invitado por el MIT a hacer un curso en el Business School, Instituto Universitario de Lisboa y recibir formación específica y coaching a través de catalizadores de negocios, participación en Boot-camps e investor’s Pitches. Contará también con el apoyo de mentores del ecosistema MIT y, fruto de todo ese trabajo, en octubre sabrá si es finalista de su área.

Las cuatro Start-up seleccionadas conseguirán inversiones de hasta un millón de euros, apoyo económico para el desarrollo y comercialización de los proyectos ganadores, se beneficiarán de más formación específica y se prepararán para ganar la gran final. Estoy seguro que nuestras chicas y chicos de Cilenis Language Technology, van a convencer en MIT PORTUGAL de que Avalingua es el proyecto tecnológico e innovador que estaban esperando. ¡Suerte!

https://twitter.com/cilenis_com/status/359963818195042304

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Cambio de época y de vida

Este próximo miércoles ofrezco una conferencia en A Coruña titulada “No es una época de cambios, es un cambio de época“. Explicaré el cruce de situaciones y elementos que confieren a este momento de la historia un punto esencial y diferente a otros momentos clave. Las revoluciones siempre se consideraron una crisis por los que las vivieron. Considero que los sistemas de producción y de transmisión del conocimiento están variando y son los que están haciendo cambiar al mundo. Al igual que a lo largo de la historia se han vivido revoluciones en los modelos productivos como la producción de herramientas de piedra, la domesticación de las especies animales o la industrial, ahora vivimos una digital. Puedes inscribirte directamente en este enlace. Sin embargo no sólo hablaré de temas externos, macro o económicos o sociales, también de revoluciones íntimas y de accesos a nuevos planos personales. En concreto diré que yo no soy un emprendedor, soy un saltador y eso repercute en maneras de ver la vida. La incertidumbre es todo cuanto se necesita para estar vivo. Hace años que desconozco que me espera en mi despacho, que riesgos nuevos asumiré o que personas conoceré. Hace años que, tal vez toda la vida, que persigo un lugar definitivo. Sueño con que ese lugar no exista y así poder seguir en su búsqueda hasta el final de mis días. El desconocimiento de cuanto nos espera nos obliga a estar en alerta, en aprendizaje y ser seres humanos en beta constante. Mis proyectos no pueden ser otra cosa y alcanzan su plenitud en el redireccionamiento constante de sus líneas de creación. La conferencia tratará por primera vez de “la generación invisible“, de como “cristalizar nuestros sueños“, de “la búsqueda de nuestra oportunidad“, de “startups y futuro“, de “soñar o morir“ y sobretodo de “como ha evolucionado el emprendedor” a lo largo de la historia. En definitiva, esta conferencia que cerrará un ciclo de charlas que he dado por todo el mundo en estos últimos 18 meses y que ha estado en más de 20 países, la complementaré con todo un nuevo conjunto de elementos que ya definen las que quiero ofrecer en breve. Espero os guste a los que podáis ir. Para solicitar conferencias en el futuro debéis escribir aquí.

La jubilación como concepto anestésico. Sufro por cuantos desean jubilarse. Compadezco a las personas que piensan que el destino de todo esto es llegar a un puerto seguro y así poder tenerlo todo garantizado hasta el último aliento. Considerar que el futuro está garantizado por algún elemento es un error. Creer que los planes de jubilación, pensiones o meriendas similares financiarán nuestra etapa final es, como menos, dudoso. Debemos aceptar que los ingresos de la madurez no serán los mismos en otras etapas. Espero tener fuerzas para seguir haciendo lo que me gusta el resto de mi vida. Cuando físicamente no sea factible, lo será mentalmente. Desear la jubilación es en si misma la prejubilación. Sólo me angustia pensar que habrá un día que no podré correr. Sin embargo pienso que si no puedo correr, cerraré los ojos, me pondré mi iPod, buscaré un lugar con viento y lo soñaré. La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente. En la construcción, en el sector agrario, en la bolsa, en los mercados en muchos lugares, la clave del éxito estaba en que todos los integrantes de una estructura tuvieran claro que les tocaba hacer al despertar cada mañana. Romper esas cadenas suponía un deterioro en el proceso que repercutía en graves consecuencias. Imaginemos el campo donde todos los integrantes de una granja tienen claras sus funciones, taras y actividades durante todos los días de la semana y horas del día. Eso nunca cambió y permaneció siglos igual. Hoy en día nada es así y los procesos ya no pertenecen a los protocolos sino a los análisis de necesidad, riesgo y acción. Esa deconstrucción de procesos ha llevado a industrias poderosas a reinventarse. La inestabilidad de no soportar la hoja de ruta. Al principio de ser broker de bolsa y mi trabajo era ir avanzando en la escala salarial y subir en el organigrama, todo parecía acertado y sólido. Cada cierto tiempo un ascenso, una mejora, un nuevo despacho. Era tremendamente tranquilizador saber hacia donde iba, cual era el destino y donde se fijaba la nueva meta. Todo estaba escrito, como un libro de vida por cumplir. La evidencia de la estabilidad empezó a angustiarme hasta tal punto que abandoné. No soporto vivir en esa estabilidad paralizante, cobarde y que te impide pensar en grande. Dejé el trabajo y monté un nuevo negocio.

Hace años que interpreto mi vida como una constante búsqueda (deseo de innovar) de retos, experiencias y sueños. Siempre lo hago bajo la esperanza de que, si este es un momento excepcional de la historia, que no se me pase la oportunidad de haberlo vivido. Las características de mi circuito son la incertidumbre, la vitalidad, la deconstrucción y la inestabilidad. ¿Los tuyos?

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Las Google Glass

En el terreno de las nuevas plataformas o dispositivos con los que interactuaremos en breve, además de los ya mencionados por sus características móviles, otros que ya llegarán, hay que tener como nuevo actor a dos nuevos dispositivos o extensiones de tipo robótico de nuestra propia identidad. Me refiero a las Google Glass y a los relojes inteligentes. De estos últimos no podemos saber más que serán dispositivos parecidos a un smartphone pero con un punto de reducción de funciones o simplificación de procesos. Ahora bien, las gafas de Google pueden ser algo distinto. Está por ver hacia donde van, cuales serán las apps que se puedan ir incorporando al catálogo y de sus problemas éticos incluso. Como decía Enrique Dans “Vivir rodeados de cámaras preparadas para grabarnos en cualquier momento. Un Truman Show permanente. Si el smartphone nos puso a todos una cámara en el bolsillo, Glass va a hacer que, además, la llevemos preparada y funcionando”
Hace pocos días pudimos ver como funcionan exactamente las Google Glass y puesto que la apertura de su API para poder ir pensando y testear como podríamos colaborar empresarialmente, nosotros ya nos hemos puesto en marcha. Se nos ocurren miles de opciones, pero está por ver como se vinculan con el comercio electrónico y la visualización inteligente. Os dejo el video que muestra más claramente su real funcionamiento. ¿Que se os ocurre que podrías ser útil en unas Google Glass para un software que desarrolla tiendas online, que envia emails de forma inteligente o para otro que establece eventos a través de una plataforma online?

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De madrugada

Ayer de madrugada puse en mi google+ un texto que causó cierto revuelo en las redes. No quería faltar a nadie. Era algo simple y que buscaba lo emotivo. Sin pretensiones, sólo una manera de cristalizar lo duro que a veces resulta eso de poner un negocio en marcha. Obviamente cada uno lo puede ver como quiera, incluso hay quien no le gusta y lo respeto. Pero os pido que lo valoréis en lo que es, un pequeño párrafo que describe un momento con un juego de palabras y que intentan darle ánimo a una tribu de insomnes autónomos y emprendedores que a según que horas no sabe de donde sacar el ánimo para seguir. La frase del final es producto del talento colectivo.

Cuando veas que no puedes más, que emprender se hace duro y difícil, que el sueño llega de madrugada y eres incapaz de teclear nada más, que el día a día se hace pesado y requiere hasta el último aliento, piensa en el motivo por el cual empezaste esta aventura y lo que ya sabías que suponía todo: “ahora te toca vivir como muchos no querrán, para en el futuro hacerlo como muchos no podrán”.

Ya hablé hace tiempo de lo solitario y frio que es el cristal desde el que se ve la vida cuando te tienes que quedar un domingo en tu despacho pues no hay mucho que hacer más que propuestas y apuestas a un sólo número y a un color esperando que tarde o temprano la ruleta te conceda el privilegio de premiarte.

Tardaremos en girar la colcha pero la giraremos y una de las razones es que no hay otro remedio. Me niego a aceptar que esto ya no se moverá. Si se potencian redes de conocimiento, si se impulsa la proliferación del capital riesgo, si las administraciones reducen la fricción en los trámites, si el impulso a la innovación crece en lugar de menguar como en los últimos dos años, si la cultura emprendedora se transmite en las escuelas de secundaria y en las universidades, tal vez, si todo eso pasa, un asalariado que pasa a ser emprendedor lo tenga algo más fácil y con ello, un país como el nuestro, esté más cerca de la cabeza económica del mundo civilizado.

Emprender para muchos será la única salida, para otros no. Puede que muchos tengan otras opciones, pero, por higiene intelectual recomiendo ponerse en la piel del primero. Imaginemos que no tenemos más remedio que emprender. Poco a poco, conozco algún caso de emprendedores sobrevenidos, que llega el primer cliente, la primera factura, el primer empleado y el primer cobro. Esos momentos son gloriosos. Encajar la emoción que supone tocar la superficie de los sueños que hace unos meses desconocías tener es maravilloso.

Los que hemos puesto en marcha nuestros sueños, sin saber si era posible tan siquiera, sabemos que es eso depasar noches en vela, redactando, corrigiendo, trabajando en la soledad de las noches y los días que se amontonan unos encima de las otras. Vivir es ese domingo por la tarde, exhausto pero ilusionado, viendo desde la ventana del despacho como las familias pasean, las parejas hacen cola para el cine y el mundo no se detiene en su curso sinuoso de fin de semana. Obsesiones y retos, momentos duros que a veces no producen más que disgustos pero que cuando se reproducen con todo su brillo y belleza son la entrada perfecta a un club diferente, el “club de los soñadores”. He escuchado este término en algún lugar, no es una definición mía, pero me parece tan especialmente sensible que me apodero de ella. Soñar y emprender van juntos, juntos en la búsqueda, tal y como están las cosas, de la única salida.

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Adaptarse al cambio

En este blog se habla de modelos de negocio, de gestión de formatos en entornos de nueva economía que puedan sustituir los más tradicionales. Obviamente no es factible mutar una modelo de crecimiento de la noche a la mañana ni tampoco puede ser posible que una territorio que vivía de acumular ladrillos pase a ser el paraíso de la biotecnología aplicada. Eso no puede ser y además es imposible. Lo que si es una opción es revisar como se puede transformar una parte de todo ello a pesar del escepticismo que despierta. No quiero parecer el inventor de nada, ni el vendedor de cosas que puedan ser interpretadas de cambio imprescindible o que, con el análisis de hoy, se pretenda trasladar la impresión que defiendo este tipo de empresas como las “mejores” o “únicas” para el futuro de todos los emprendedores. Hoy sólo quiero dejar una muestra diáfana de por donde van algunos modelos de gestión, de negocio y de innovación en la producción y su consumo que poco o nada tienen que ver con lo que ahora define nuestra modelo socioeconómico que languidece y muere poco a poco.
En un entorno económico en K.O. técnico, los nuevos modelos de negocio que sepan adaptarse, podrán sobrevolar los tiempos duros que aún quedan por soportar. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales distribuidos ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos. Tenemos múltiples ejemplos de cómo empresas minúsculas lograron destacar en esos escaparates socializados.

La cúspide del debate entorno a esos nuevos entornos está colonizada por el famoso asunto de los derechos de autor y los activos que pueden ser copiados. En este sentido y para diferenciar factores me interesa que se comprenda que cuando algo es libre, no necesariamente es gratis y que en esa libertad de copia e incluso en su gratuidad puede estar la clave del negocio. Sabemos de grupos musicales que venden más y de manera reiterada por que entregan gratis en un modelo freemium algunos de los temas de sus nuevos productos. 

Durante un debate sobre economía del futuro (curioso compuesto) tuve una recriminación por parte del público criticando que mi discurso era una repetitiva exposición sobre que el “mundo ha cambiado mucho y que sólo nos quedaba una opción: adaptarnos”. La verdad es que, aun respetando la opinión, me reitero en mi posición. Digamos que en los entornos económicos actuales el valor que más peso específico supone es la de “no erosión” o la de reducir al máximo los elementos que intermedian entre la creación de un producto y el consumo del mismo.

Esto sirve para todo y por ello se debe tender en este nuevo escenario donde limitar la fricción es fundamental, el crear empresas que no precisen de intermediarios en ningún campo, ni vendedores (ecommerce), ni distribuidores (fcommerce), ni publicidad asociada (socialshopping), etc… En ese sentido el producto cultural en Internet es la máxima expresión de la reducción de ese factor, hasta el punto que el soporte y la copia dejan de tener valor ya que con un click puedes obtener una copia. Los que critican ese hecho lo hacen desde el punto de vista de que debe abonarse un importe determinado en consideración del hipotético valor derivado de esa copia y no del uso de la misma. Olvidan que cada una de ellas permite que el producto circule más y por extensión sea más conocido.

Este asunto es válido para los productos culturales y para cualquier otro que pueda ser efectivo en la gestión del comercio electrónico y susceptible de aceptar nuevos entornos valorados en las comunidades en red. La relación de la industria creativa y formal con la distribución libre (que no gratuita) y/o descargas en Internet ha sido muy dura en una primera fase pero eso está cambiando a medida que, esas plataformas comerciales, van comprendiendo el nuevo entorno viéndolo como un aliado más que como un enemigo. La nueva relación “autor-consumidor” suele traducirse, como demuestran las estadísticas en un mayor consumo de esas creaciones.

Que la industria discográfica ingrese menos no es culpa del consumidor, sino de una deficiente adaptación al nuevo escenario. Ahora la gente consume más y por eso compra más también, pero compra en otros modelos y en lo que se ha venido a llamar “long-tail”. El ejemplo más fácil de comprender (radicalizando) es esa larga cola permitiendo que un consumidor compre directamente a un creador de modo totalmente legal tras haberse enamorado de su música en una descarga irregular o de haber escuchado la recomendación de alguien que hizo eso mismo.

En este debate suele malinterpretarse el valor de lo “gratis” y lo “libre”. El malentendido surge de la palabra en inglés que significa ambas cosas con un término único: “free”. Cabe determinar que libre no es gratis. Lo que se puede copiar libremente no significa que tenga un coste cero, pero resulta que Internet elimina la dependencia del autor sobre el soporte y por consecuencia deja de depender de una factoría de grabación que distribuye, promociona y vende sus creaciones. Ahora el autor salvaguarda sus derechos en la copia con lucro o en la venta a precio razonable si es su deseo y puede establecer que lo que le interesa no es la venta sino la distribución para poder vender otras cosas que puedan ser asociadas al primer producto (el que se puede copiar) y que le reporte mayor beneficio incluso por el alto grado de conocimiento en el público que puede alcanzar.

El autor de hoy puede grabar en múltiples modos y espacios de altísima calidad como vemos todos los días, puede tener una producción exquisita por miles de profesionales que así se muestran en la red, puede promocionarse en términos sociales con una potencia que ninguna campaña estratégica y analógica pudiera lograr, puede vender directamente él en su web, blog o plataforma de ventas online y finalmente no precisa distribuir su obra pues está a un click de distancia. Eso es lo que ha cambiado y adaptarse o no, supone la desaparición.

Los sectores financieros, la administración, los medios, la industria y otros siguen empecinados en contrarrestar el peso de lo inevitable: que el usuario o cliente determina y que la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. Las administraciones, el gobierno inclusive, deberían de atender esas nuevas fórmulas puesto que empecinarse en la protección de los modelos enquistados en los modelos inmóbiles y los deberes asumidos no nos conduce más que al vagón de cola de una economía que no va a esperarnos otra vez.

Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y  estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgias de debates inservibles en los que una oligarquia sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit.

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Hipersociedad

Hoy estreno en San Sebastián una nueva conferencia. Durante unos meses será, con ligeras adaptaciones al medio, el discurso que compartiré con vosotros en varios países. En concreto su título es “the crisis is over, welcome to new economy”. Aunque en este primer caso me centraré en internacionalización y conectividad empresarial para sobrevolar estos tiempos difíciles. La crisis finalizó hace años pero sin embargo no podemos hablar de “mejora” en las oportunidades económicas. Lo que viene ahora es un nuevo territorio complejo.

Hoy estreno en San Sebastián una nueva conferencia. Durante unos meses será, con ligeras adaptaciones al medio, el discurso que compartiré con vosotros en varios países. En concreto su título es “the crisis is over, welcome to new economy”. Aunque en este primer caso me centraré en internacionalización y conectividad empresarial para sobrevolar estos tiempos difíciles. La crisis finalizó hace años pero sin embargo no podemos hablar de “mejora” en las oportunidades económicas. Lo que viene ahora es un nuevo territorio complejo.

Hace unos años visité Guipúzcoa para dar una conferencia sobre la que se nos venía encima. Cuando la crisis se negaba, aquella vez intenté detallar lo que, por desgracia, luego sucedió. En aquella ocasión comenté que no estábamos en una crisis económica tradicional, sino que entrábamos en una crisis de valores. La crisis económica ya finalizó y lo que vivimos es una nueva etapa, un proceso sofisticado que nos conduce a una gran velocidad hacia un nuevo modelo económico.

La rotura del sistema financiero fue una consecuencia y no una causa. El conjunto de quiebras en cadena de todos los elementos que componen la compleja amalgama de la economía global son el resultado de un vencimiento a corto de la economía tradicional. Ahora estamos en la antesala de una Nueva Economía que se rige por otros parámetros mucho más digitales, socializados e invisibles. La nueva era del mercado obliga a las empresas a buscar otros escenarios donde desarrollarse y crecer. Una vía es la internacionalización y de eso hablaré esta vez. La nueva economía es digital, inteligentemente colectiva y globalmente internacional. Vivimos tiempos apasionantes e intentaré describir algunas de las claves de lo que se viene a llamar la hipersociedad.

En esta vida hay ciertas cosas que van irremediablemente unidas: el dolor de estómago y la manzanilla, Paris Hilton y la progresiva pérdida de fe en el ser humano, la política y la incapacidad, el título de enseñanza secundaria y la incultura supina, la televisión ideológica y el aburrimiento, el hombre del tiempo y los mapas, el deportivo descapotable y el simio que lo conduce, la cuarentena y el

implante de silicona, la plaza de Catalunyay los niños dando por culo con la pelota, las elecciones y las obras, el final de las elecciones y el final de las obras, la ineptitud y la oficina de atención al ciudadano, la desesperación y la pagina Web de RENFE y los aeropuertos con la humillación.

También van juntos el verano y las moscas, la fiesta mayor y el derroche, la radio objetiva y el silencio, yo y las conclusiones más tontas, un nudista y su bicicleta, una advertencia y su amenaza, la política de promoción local y la esterilidad, las mayorías absolutas y la falta de debate, la gestión pública y el retraso tecnológico, la autocomplacencia y los concejales, el divorcio y los cuernos, la anorexia y la moda, el espíritu emprendedor español y el vacío más absoluto, el dinero y la felicidad, los relojes y el tiempo, las pesadillas y el insomnio, la amistad y su cuidado, las matemáticas y Pitágoras, las decisiones arbitrarias y el responsable de vía pública de tu pueblo, la prensa subvencionada y el gasto público selectivo e Internet y el porno.

Los binomios que he enumerado pueden parecer resultado de la generalización, pero la estadística también lo es y nos la tomamos muy en serio. Por ejemplo, sería absurdo decir que los jóvenes son una tribu que solamente piensa en masturbarse, en tenderse en el sofá y en meterse de todo por la nariz. Como también lo sería asegurar que están sanos como manzanas y que todos tienen una habitación dedicada en exclusiva la lectura, a buscar la paz espiritual y a diseñar su microempresa.

Seguramente el término medio sea el idóneo para todas las comparaciones, sin embargo, ¿innovación y emprender no deberían de ir juntos? ¿Son los emprendedores los gestores del cambio a partir de un valor por la innovación que se les presupone?

Innovar hoy en día es algo muy complicado, ya nada está limitado como en el pasado. Antes alguien que se ponía en marcha, primero estudiaba, luego trabajaba y al jubilarse se dedicaba al ocio. Ahora eso ha cambiado, primero se jubila, luego aprende y finalmente trabaja. O incluso de otro modo, primero trabaja, luego aprende y al final se jubila, para volver a trabajar más tarde o estudiar, vete tú a saber.

El cambio de orden si afecta el producto. Es muy distinto. Por eso ahora decir que una cosa va ligada a la otra no es tan evidente, pero si sabemos que muchos de esos procesos están generando un verdadero valor innovador.

Hay ejemplos que demuestran lo que digo, pero, me quedo con uno denominado modelo de “ecoinnovación”. Concretamente uno que Gunter Pauli cita como experiencia de calado social en la isla canaria de El Hierro. Pauli “fue capaz de movilizar más de cien millones de euros en un año con recursos naturales como el viento, la marea o la agricultura”. Ahora mismo, cuenta que a partir de ese proyecto, surgieron 19 proyectos capaces de generar trescientos empleos. Pero como siempre pasa en un país donde emprender es pecado, se mantiene el escaso interés por este nuevo modelo.

Gunter Pauli es alguien admirable. Recomiendo descubrirlo a través de sus libros, de sus videos o de sus aventuras explicadas por otros. Sus libros se escriben en España muchas veces y lo curioso es que, en lugar de editarse aquí, se traducen en China y Corea prioritariamente. De hecho si quieres uno de sus últimos textos debes pedirlo en húngaro como más cercano. Este hombre dice cosas como esta: “cuando se toma café sólo se aprovecha el 0,2% de un grano de café, nadie presta atención al otro 99,8%”. Con él, en Colombia se producen hongos tropicales a menor precio y con más calidad que los chinos y nadie lo destaca, siendo uno de los elementos farmacológicos más potentes y efectivos contra múltiples acepciones y enfermedades cutáneas”.

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Innovación y crisis

Ayer estuve en SIMO Network. Enrique Dans me propuso como moderador de una de las mesas. Concretamente la que se tituló “IT, Innovación y Crisis”. Os aseguro que intenté por todos los medios apartarme por un momento del análisis de una coyuntura siniestra, repleta de engaños y compuesta por múltiples errores políticos, financieros y sociales que nos conducen a un escenario muy duro. Sin embargo eso no fue posible y confronté el modelo de crisis actual con el concepto de transición que creo estamos viviendo. Como mi papel era más de tertuliano que de moderador pude participar en todo momento como uno más. Tuve a mi lado a gente muy interesante. Marc Alba de Everis, Antonio Oriol de Telefónica y Emilio Garcia de Sage aceptaron el reto de entrar en conversación desde el principio sin presentaciones visuales ni parafernalias digitales. Fue divertido y muy interesante.

Ayer estuve en SIMO Network. Enrique Dans me propuso como moderador de una de las mesas. Concretamente la que se tituló “IT, Innovación y Crisis”. Os aseguro que intenté por todos los medios apartarme por un momento del análisis de una coyuntura siniestra, repleta de engaños y compuesta por múltiples errores políticos, financieros y sociales que nos conducen a un escenario muy duro.

Sin embargo eso no fue posible y confronté el modelo de crisis actual con el concepto de transición que creo estamos viviendo. Como mi papel era más de tertuliano que de moderador pude participar en todo momento como uno más. Tuve a mi lado a gente muy interesante. Marc Alba de Everis, Antonio Oriol de Telefónica y Emilio Garcia de Sage aceptaron el reto de entrar en conversación desde el principio sin presentaciones visuales ni parafernalias digitales. Fue divertido y muy interesante.

Tratamos la innovación como un elemento de cambio constante. Pregunté sobre si un emprendedor puede innovar sin tener un duro o si, por ejemplo, hay modelos de innovación que sólo buscan reducir costes y por defecto calidad. Detrás del manido discurso de que la “crisis es una buena excusa para innovar” expuse otro que me parece más interesante: “¿es esta crisis una transición?”, y si así es, “¿podemos aprovechar los canales de innovación tradicional para afrontar ese cambio? A mi modo de ver no, puesto que es el modelo de empresa futuro algo mucho más complejo e inestable, compuesto por factores que ahora ni imaginamos. La capacidad de conectar valor y conocimiento establecerá relaciones entre empresas que ahora parecen inasumibles. Detrás de esas nuevas relaciones se esconde la nueva versión de la innovación futura. Esa innovación mucho más social aportará las bases de un nuevo sistema económico seguramente mejor que el actual.

La insistencia en mi propio twitter me llevó a comentar algo de la situación económica. Ante caras de estupefacción e incredulidad que ya me suenan, comuniqué al auditorio que lo peor no ha pasado, que esta crisis tiene una pinta de raíz cuadrada que tira para atrás. Las buenas noticias han adormecido al personal y una incipiente sensación de que estamos saliendo de la crisis se ha instalado. Nos va a reventar en la cara todo este asunto y va a pillar a contrapié a algunos que habían empezado a prepararse adecuadamente. Al abandonar sus sistemas de protección y previsión ante una crisis determinante como esta, se pueden estar exponiendo a la quiebra a medio plazo. De esa manipulación intencionada hay un responsable, quien manda, de no descifrar el engaño otros, quienes deberían contarlo.

En todo caso, el tema era el que era y en eso nos centramos. Hablamos de que para innovar es preciso querer hacerlo y para emprender en ese entorno hay que esperar poco de la administración. No hay subvenciones ni caballos verdes. Aquí el que quiera tirar en momentos de crisis, lo debe hacer en tiempos de redes. El como podemos innovar en tiempos de crisis se pueden englobar en los siguientes puntos que ya mencioné en su dia en este blog y que "alguien" ha recopiado en su blog sin citarme como autor:

  1. Vigilando el modelo de negocio que se debe adaptar al momento continuamente, algo que en enero era muy interesante, en junio puede tener puntos flacos que nos pueden hundir.
  2. Detectando la nueva forma de pensar del cliente a medida que éste se vea cada vez más ahogado económicamente. Deberemos incentivar el proceso de compra a partir de las alianzas con otras empresas. Es el momento de las comunidades empresariales con intereses creados.
  3. Dejando de pensar que innovar es algo que se basa en mejorar el producto y en hacerlo más barato, eso ya no se puede hacer, siempre hay alguien que lo hace más rápido, más barato y más bonito. Es momento de innovar pero yendo mucho más allá, mirando quien compra y porque lo compra, así podremos mejorar ese flujo atendiendo al cliente-usuario-asesor.
  4. Innovando en imagen, y no hablo del manido branding o el diseño de logotipos. Una pyme no puede generar estados de marca como otras grandes compañías, por eso digo que se debe invertir en ofrecer lo que el cliente quiere. Las pymes en concreto son las más expuestas a la tormenta eléctrica que vivimos. Ellas son las principales damnificadas empresarialmente hablando y son ellas las que deben modificar lo antes posible sus estereotipos comerciales y de uso.
  5. Ahora toca escuchar. Las pymes deben aprender a escuchar al consumidor para adaptarse a sus necesidades, atenderlo en todos los sentidos, ofreciendo lo que piden y, fundamentalmente, interpretando lo que querrán. Hay que saber porque perdimos en su día algunos clientes, es la mejor receta para no perderlos en crisis

En definitiva, una buena charla, muchos amigos/lectores al finalizar con los que pudimos hablar de lo bueno y lo malo, algún cliente y sobretodo mucha esperanza en que esto no sea en balde, que esta crisis sea un tránsito hacia algo mejor.

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