¿Cómo internacionalizar tu startup en países emergentes?
En estos días en los que estamos ultimando nuestra ronda de financiación y a la que muchos pequeños inversores se han acercado interesándose, una de las preguntas recurrentes que hemos tenido que responde es ¿cómo hemos planteado la estrategia para expandir internacionalmente un proyecto tecnológico en entornos de países emergentes como es nuestro caso?
A pesar de que es en España crecemos mucho, más de la mitad de nuestro negocio ya está en el exterior y, concretamente, en países emergentes. Un escenario algo diferente al de nuestra competencia. Hace unos días Openshopen abrió su delegación en Kenya. A primera vista es un destino poco habitual para un SaaS de comercio electrónico y una aventura no exenta de complicaciones obviamente. Sistemas de pago, diferencias culturales y adopción tecnológica muy distinta lo hacen todo muy complicado pero apasionante.
Esta delegación del ‘cuerno de África’ se une a otras diez en destinos tan diversos entre los que destacan Nigeria, México o Colombia. Defiendo desde hace dos años, desde el origen de nuestro proyecto, que en países dónde otros no quisieron o no pudieron ir teníamos un reto y un objetivo comercial inmenso. Un mar bravo que exigiría lo mejor de cada uno de los departamentos de la empresa. Tecnología adaptándose a usos diferentes, modos de venta absolutamente distintos y estrategias absolutamente desconocidas para un entorno europeo como el nuestro.
Ni tan siquiera en países de Latinoamérica, donde parece que por el idioma la cultura entre ambas partes debería ser un facilitador, es así. Siempre digo que en DF hablan como nosotros pero piensan como aztecas y eso, sea lo que sea, no tienen nada que ver con el modo de hacer o pensar nuestro. No es nada mejor, ni peor, es diferente. De ahí partimos. De la diferencia. Una diferencia que nos exige, a los que queremos vender, de adaptación técnica y cultural. Es algo que para nada es sencillo y, por supuesto, ni barato.
A pesar de que hoy en día es posible tener un ecosistema comercial en el ‘cloud’ y que muchas startups y empresas asumen que todo lo que es digital se puede vender desde ‘casa’, eso no es así. No hablamos de mercados maduros, aunque lo parezcan y crezcan deprisa. Que la media de uso de teléfonos móviles sea gigantesca o que la penetración de Internet cada día sea mayor, no es sinónimo de permeabilidad al uso de plataformas sociales, de venta o similares. Crecen más que nadie, más temprano que tarde alcanzarán las cifras que manejamos en otros lugares que empezamos antes a disfrutar de todo esto, pero aun requieren de estrategias en detalle. Esa paciencia es la esencia del éxito.
No todo el SaaS se puede vender vía Web sin tener en cuenta geografía, rasgos culturales, leyes locales, impuestos de salida, modos de pago y experiencia en el uso de según que plataformas. Y es que vender tecnología en la nube, como en nuestro caso, requiere de un nivel de implicación fuerte, casi de emprendedor en cada territorio. Muchos me preguntan porque viajo tanto a cada uno de esos destinos. La respuesta es siempre la misma: ‘hay que estar, hay que dedicarle tiempo y energía, un Skype no sirve siempre. Hay que hablar cara a cara con los que valoran ese aspecto’.
Como decía, ya van once delegaciones, y este año esperamos abrir seis más entre los que destacan Sudáfrica y Brasil. Lideramos dos mercados internacionales y esperamos seguir conquistando cuota en el resto. Para ello asumimos que las siguientes ‘normas’ de internacionalización:
1. Ser flexible en los modelos de facturación. Es decir que no todo dependa de una matriz, que no todo esté centralizado, eso crea fricción en el cliente.
2. Permitir el cobro en las monedas locales. Los equipos en cada destino saben y conocen muy bien todos los entresijos de las leyes del país en destino. Su fiscalidad, las retenciones, el cambio de divisas como afecta al producto y su precio es la clave.
3. Localizar a Partners que de verdad puedan serlo. No sirve que ‘el primo de un amigo mío que vivió en Lima me ha dicho que conoce al amante de la señora de un viceministro que seguro que nos ayuda con nuestro proyecto’. Eso no es un partner. Como tampoco es un socio local idóneo una empresa que se dedica a vender flores en Buenos Aires y que de repente en su escaparate pone el logo de tu ‘SaaS’ y dice ser ‘distribuidor oficial para Argentina’
4. Incorporar a los equipos de destino a parte de tu equipo local. Deberá expatriar a alguien y sacrificar la matriz tarde o temprano. La transmisión de conocimiento es un riesgo pero es imprescindible. No sólo de negocio, también técnico. Se llama agilidad.
5. Incrementar las certificaciones. Muchos proyectos, es nuestro caso, precisan de grandes acuerdos con instituciones o cuerpos de estado que sin certificaciones y garantías no te tienen en cuenta. Buscar esos Partners con ese tipo de valía es clave para escalar de modo no orgánico y si certero.
6. Socios locales si, pero con liquidez. Los pasos que debes dar debes medirlos en cualquier país donde las cosas van muy lentas. Prepárate para travesías en el desierto muy largas. Mucho insistir y pocos cambios durante meses. Finalmente dependerá de dos factores: que tu puedas soportar toda esa inversión y que tu socio local también.
7. Que esa inversión latente también sepa explicarse. Una implementación de un proyecto a veces requiere de consultorías previas, de mil reuniones, de técnicos desplazados, de formaciones, de ventas en la calle, de participar en mil eventos. Todo eso, es energía que tarda en llegar a la lámpara que ilumina: la caja.
8. Desarrollar negocio en países como Nigeria o Kenya, Brasil o México precisa de programas de ‘costumer success’ concretos y diferentes. Prepárate para ello si es tu plan desembarcar en esos países.
9. Soporte local. La clave. Teléfono. Lo que nosotros consideramos un modo en decadencia en otros lugares es esencial. Los debates sobre que poner y que no poner en el formulario de inscripción para reducir la fricción en el alta de un usuario o cliente, en este caso no caben. En España cuanto menos pongas mejor, en Kenya, por ejemplo, como no requieras el teléfono has perdido un cliente.
10. Un error habitual en los que quieren ir a esos países es el de dirigir desde la matriz. Cada vez lo escucho más y sobretodo estando allí como estoy cada mes, es el de ‘tengo un equipo’ coordinado desde aquí. Error. Si no tienen independencia en el modelo de operaciones estás acabado. Es duro y difícil pero debes adaptarte. Me encanta aprender de los usos y modelos de desarrollo de cada país.
11. Tener infraestructura de atención al cliente, términos de servicio concretos y particulares, ventajas claras para el cliente local en contratar tu ‘delegación local’ y no una global como tu competencia serán la clave al final. Quien piense que los grandes ‘players’ de muchos negocios Saas no han ido a países emergentes sólo porque ya les va bien estar sólo en USA y parte de Europa que se pregunte porque no están en China. Es un motivo similar. Es difícil, complejo y caro.
América latina, África, parte de Asia y por supuesto el sur de Europa, son oportunidades inmensas, pero hay que afrontarlas con criterio y estrategia. El valor o las ganas se presuponen, pero hace falta más. Afrontar el mundo como mercado está bien, es posible, pero es como ir a una batalla con cien frentes. Por algún lado te van a dar. Focaliza y ves conquistando mercados a tu ritmo.
En la 'Semana del Emprendedor' de México
Si estás leyendo este blog desde México a buen seguro ya debes tener en tu agenda la opción de pasar por la ‘Semana del Emprendedor’ que se inicia hoy lunes en la capital del país. Más de cien mil personas pasarán a lo largo de cinco días por los múltiples escenarios que se han preparado para esta gran fiesta. La verdad es que desde que llegué a la Ciudad de México Distrito Federal he sentido el entusiasmo con el que los mexicanos están viviendo todo el hecho emprendedor. También, cabe decirlo, el modo en el que las instituciones se han volcado es significativo.
https://twitter.com/marcvidal/status/498527021660508161
Tengo que reconocer que compartir escenario con Peter Diamandis, Arjan Dijk, Carlos Argüello, el ministro Emilio Ricardo Lozoya, David Konsevik, Renée Mauborgne, Andy Cohen, Christopher Gardner o el resto de ponentes, me supone una responsabilidad, un honor y un sueño hecho realidad. La mayoría de ellos son auténticos motores de inspiración para mi y, por supuesto, lo más cerca que pensé estar de algunos de ellos era a través de lo mucho que he leído y estudiado sus enseñanzas. Espero estar a la altura ante los casi dos mil asistentes previstos a cada sesión en el auditorio principal.
La conferencia que he preparado para esta ocasión gira entorno del hecho emprendedor, del reto que supone perseguir los propios instintos profesionales y de cómo aprovechar este momento histórico tan rico para lograr nuestros objetivos. Por un lado hablaré de cómo, a nível personal, me lancé a emprender casi sin saberlo en el viaje que explico en mi libro ‘Una hormiga en París’. Por otra banda remarcaré los factores y características que a mi entender debe considerarse en un emprendedor. Finalmente ambas cosas las vincularé al momento actual, a ese momento revolucionario que, por suerte, nos tocó vivir.
Aprovechando este viaje de trabajo en agosto a México hemos puesto todos los motores en marcha en Openshopen México. Un equipo de diez personas está recorriendo el país presentando nuestra plataforma. Durante el evento dispondremos de un espectacular stand para dar de alta a todos los interesados en tener una tienda online con un extraordinario descuento. Por cierto, el efecto no se ha hecho esperar y las primeras métricas que ya recogimos el viernes y el sábado quintuplican las que hasta esos días teníamos. Es increíble la potencia de este mercado.
Durante una de las entrevistas que me hicieron en los informativos del grupo Azteca me preguntaron sobre el motivo de estructurar un equipo concreto en el país si nuestra plataforma era digital, universal, sin necesidad de agentes locales. Le respondí lo que define todo el modelo de internacionalización en el que he basado todo el desarrollo actual de Openshopen: creo en la globalización totalmente, pero atendiendo cada mercado con su propio lenguaje, filosofía y foco. Lo primero que hice al llegar a México fue lo mismo que hago en el resto de países, escucho, aprendo y sumo.
https://twitter.com/marcvidal/status/497879203795042304
Aunque es agosto, a pesar de que vengo frecuentemente y que los viajes son duros y que uno ya empieza a tener ganas de descansar unos días, a pesar de todo, merece la pena impregnarse de tanta energía y optimismo.
Próxima estación: 'emergentes'
La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.
La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.
Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.
Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.
Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.
Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.
De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.
Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?
El equilibrio de los sueños
Conozco soñadores que me inspiran cada día. Algunos ya son amigos por cuanto nos une. Siempre he pensado que la voluntad de montar negocios como elemento de reto y sueño a perseguir comporta al “emprendedor dreamer“ de una morfología particular. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición e incluso, si fracasa, dispone de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad. Un soñador, un emprendedor de los que persiguen sueños, no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo, pero siempre con algún factor que le permite convertir ese vuelo en un apasionante escenario de aprendizaje. Para ello aconsejo, sin utilizar red, procurar un buen paracaídas en formación, experiencia, socios, equipo o lo que sea, pero el “saltar por saltar no es el camino, es un suicidio muchas veces”.
El emprendedor tiene un ADN compuesto por empuje, decisión, observación y energía para soportar los temporales que se encontrará en su camino. En España, además, el emprendedor suele tener dos características más: la paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia, y la inconsciencia bien entendida para sobrellevar el riesgo de exclusión si te arruinas en un país como el que nos “ocupa”.
Estoy algo agotado de ser el “motor de cambio imprescindible”. Me gustaría destacar que no solo de los emprendedores es la tarea de mejorar nuestro entorno, tiene que ver con muchos otros elementos sociales. La multitud es el todo y es quien debe poner en marcha los resortes del cambio. Los gobiernos y los poderes políticos, públicos, financieros y privados, todos son la clave, pero la sociedad en su conjunto, emprendedores y emprendidos, todos adeudan ese impulso hacía un futuro más equilibrado y activo, donde ser concursante de Gran Hermano no sea el objetivo de millones de jóvenes porque consideran que siendo famoso la vida será más fácil.
No solo de emprendedores va esto que escribo (reduzco), también de todo lo que conlleva estimular cambios de conducta para tomar las riendas de tu propia vida, seas o no empresario, joven o anciano. No hablamos de estereotipos, pero sí de actores. Hay personas que han nacido con una actitud en la vida que los posiciona como agentes de cambio, otros que se ven impulsados a ello.
La mal llamada crisis debería despertar en muchos ciudadanos su inquietud por emprender. Este momento, aparentemente poco propicio para poner en marcha proyectos, es uno de los más complejos por los que pasará la mayoría de las generaciones que les ha tocado vivirlo. Con un endurecimiento del crédito, sin dinero público para invertir en reflotar la economía, con el consumo cayendo y sin expectativas de mejora, el horizonte no parece el más brillante para los que han decidido arriesgarlo todo por una empresa. No es cierto, no te dejes engañar.
Equipo para México
De nuevo acabamos de llegar de América. Durante tres semanas hemos visitado las sedes de nuestra empresa en diferentes capitales latinoamericanas. La última fue México DF, de cuya estancia os hablaré en un post más adelante por cuanto allí vivimos y aprendí. Sin embargo, debido al potente crecimiento de nuestro proyecto en la capital azteca os dejo otra oferta laboral calentita que aun ni siquiera ha llegado a nuestra web.
Buscamos para DF un Social Media Strategist con experiencia previa demostrable como Community Manager y que resida en México o esté dispuesto a hacerlo en breve. Sus funciones iniciales serán un híbrido entre CM y SMS a fin de ir ampliando el equipo que llevará la comunicación y estrategia de nuestra empresa.
Descripción:
Interlocución directa con el cliente.
Apoyo al departamento comercial.
Creación de planes estratégicos en redes sociales.
Gestión de equipos en la implementación de acciones digitales.
Confección de informes de monitorización y reputación.
Redacción de informes de seguimiento del proyecto (indicadores cuantitativos y cualitativos).Requisitos:
Experiencia en gestión profesional de redes sociales, una agencia interactiva o en consultoría estratégica.
Ser un entusiasta del marketing y de la realidad digital.
Tener conocimientos de gestión y estrategia profesional de redes sociales.
Haber trabajado herramientas de medición y reputación en redes sociales.Se valorará:
Comprobada capacidad de escritura y habla fluida
Estudios en Marketing y Comunicación
Cursos específicos en Community Management
Experiencia demostrable en puesto similar mínima 2 años
Conocimientos básicos de diferentes CMS (WordPress, Joomla, Drupal)
Rapidez de respuesta y adaptación a las necesidades.
Habilidades comunicativas. y comprensión del funcionamiento de la lógica de redes sociales.
Amplia presencia en Redes Sociales desde sus inicios
Conocimiento de todas las redes influyentes en todo el territorio nacional.
Experiencia en agencias de publicidad, empresas 2.0, grandes empresas.
Se valorará experiencia anterior en empresas de nuevo desarrollo (Start Up).Condiciones:
Tipo de contrato: 6 meses + Indefinido. Legislación Mexicana.
Horario: Laboral por convenio mexicana.
Sueldo: A negociar con Filial en DF.
Interesados pueden ponerse en contacto con nuestro Director en DF, Oscar Espinosa
#latinoamerica
Hoy hace exactamente 20 años que viajé a Latinoamérica por primera vez por motivos de trabajo. Fue un pequeño trayecto entre Bogotá y Medellín. Recuerdo como dar un paseo por el parque de la calle 93 con carrera 13 era una especie de safari de alto riesgo y lo era no sólo por temas de seguridad, que también, sino incluso por elementos de mobiliario urbano. Ha pasado mucho y bueno. A lo largo de ese tiempo he podido conocer a los colombianos, por centrarme en un país, que protagonizaron el cambio, la revolución que llaman algunos, la mutación que ha sufrido esa maravillosa capital. Desde hace más de una década, la capital colombiana se ha transformado en una urbe que ha sido elegida junto a Nueva York o Tokio como ejemplo de la buena arquitectura urbana contemporánea.
Pero no ha sido sólo una cuestión de infraestructuras, que también, o de aumento de la seguridad, por supuesto asunto clave, ni tan solo de crecimiento económico, ha sido algo que he podido vivir desde el interior de la moral latinoamericana y de su pasión por descubrir una vez fueron ellos descubiertos. Y esto no ha sido únicamente un asunto que se circunscriba a Colombia o a los países andinos. Durante estos veinte años he podido conocer y trabajar con varios presidentes y cargos públicos de primer nivel en una decena de países latinoamericanos, establecer proyectos en diversos campos tecnológicos, digitales y estratégicos con empresas e instituciones y, también, establecer amistades, vínculos y relaciones que me permiten, todavía al detalle, analizar la realidad de este gigantesco y heterogéneo escenario. América es compleja y diversa, de hecho me cuesta definirla como un espacio único. Ahora bien, os aseguro que, lejos de esos ámbitos de relación que pueden considerarse de “alto valor”, con lo que me quedo y disfruto es con el concepto global del pueblo latinoamericano en sus múltiples y diversas caras. Puedo decir que una vez “los comprendes“ (eso deben decir ellos de nosotros también) descubres que nada es lo que aparenta y que si existe un pueblo que se lanzó a la conquista de su propio futuro fueron ellos. Nosotros somos un continente en plena huída, ellos ahora son un mundo en expansión desde su propio origen.
Me gusta hablar de una ‘tierra reinventada’, de cómo, al contrario de la definición de algunos, América latina hubiera utilizado todo su organismo vivo tremendamente brillante y lo hubiera reconvertido en algo eficiente sin abandonar su esencia. Y es que no la han abandonado. Latinoamérica no es un lugar donde ir a “sacar” lo que ya no se puede obtener en los puntos de origen. Es un error imaginar que “nos están esperando” para que les enseñemos algo. En gran medida los que tienen mucho que aprender seríamos nosotros. Lo he dicho otras veces pero lo creo firmemente: considerar #latam como un granero, como segunda opción tras la ecatombe occidental o como un lugar de fácil crecimiento debido a que “llevamos ventaja” es un error que cuesta caro. Además, últimamente se suma el hecho de que en Sudamérica el crecimiento está desbocado y hace pensar que todo lo que allí se siembra crece casi sin regar. Ese es otro error tremendo. Limitar una estructura empresarial a un agente comercial tipo “partner” con “amigos, primos o cuñados de un viceministro que conoce a uno de los que firman los contratos del instituto de promoción de las acciones innovadoras” es no tan solo un error, sino sencillamente estúpido. Pensar que todas las reglas comerciales e industriales se saltan a la torera en América latina es absurdo. El funcionamiento es el mismo que en cualquier relación comercial pero con indicativos de implantación que no se pueden desestimar.
Me ha costado dos décadas establecer vínculos serios y fiables. Veinte años cuidando relaciones y generando beneficios en ese destino pues sino concedes no te entregan. Seguirá siendo difícil pero nos basamos en el maravilloso escenario que, ahora sí, permite que si has hecho bien el trabajo y has sido constante, los frutos puedan recogerse. Para ello aposté seriamente en los “centros de innovación” en Centroamérica, los “Bridges” de recursos humanos en el Cono Sur y, desde hace menos años, en la estimulación de la comunidad latina más potente del mundo: Norteamérica.
Ahora mismo estamos centrando los esfuerzos en potenciar nuestras filiales en Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Dominicana, Centroamérica, California y Florida, apostando fuerte por los nuevos equipos de Venezuela, Perú y Brasil y empezando a mover proyectos en México, Uruguay y Argentina. En breve prepararé un informe de cómo estamos desarrollando negocio en Asia Pacífico y la Europa menos “tradicional”.
El llamado Indicador del Clima Económico de América Latina se ubicó en enero en 5,5 puntos, por encima de los 5,2 puntos de octubre pasado y de los 5,0 puntos de enero de 2012, según el sondeo realizado trimestralmente por las dos instituciones entre 138 especialistas de 18 países.
El indicador no era tan elevado desde los 5,6 puntos medidos en julio de 2011, antes de que cayera a 4,4 puntos en octubre de 2011 como consecuencia del agravamiento de la crisis económica internacional.
De acuerdo con el estudio, el clima para los negocios subió entre octubre de 2012 y enero de este año impulsado principalmente por la expectativa de que la situación mejorará, ya que la evaluación sobre la actual coyuntura se deterioró ligeramente.
Mientras que el llamado Indicador de Expectativas, que evalúa las proyecciones de los especialistas para los próximos seis meses, subió desde 5,3 puntos en octubre hasta 6,0 puntos en enero, el Indicador de la Situación Actual, que evalúa la coyuntura, bajó desde 5,1 puntos hasta 4,9 puntos en el mismo período.
Pese a que el clima para los negocios mejoró en general en América Latina, en algunos países la situación se deterioró entre octubre del año pasado y enero de 2013, principalmente en Venezuela, en donde el índice cayó desde 3,4 hasta 1,5 puntos; Ecuador, con una bajada desde 5,0 a 4,0 puntos, y Bolivia, con un retroceso desde 6,0 hasta 5,4 puntos.
En Brasil, la mayor economía regional, el Índice de Clima Económico bajó ligeramente desde 6,1 puntos en octubre hasta 5,9 puntos en enero. Paraguay y Perú compartieron el mes pasado la condición de país mejor evaluado para los negocios, con 7,0 puntos, seguidos por Chile (6,6), Uruguay (6,3), Brasil (5,9), México (5,7), Bolivia (5,4), Colombia (5,3) y Argentina (5,2).
Los peor evaluados en enero eran Venezuela (1,5 puntos) y Ecuador (4,0 puntos).
El viral del viral
Además del texto que hoy he publicado sobre campañas virales en la red, hoy tenemos un regalo al que le doy un valor excepcional. Se trata de la colaboración del mejor creativo publicitario que conozco y que tengo el gusto de tener en mi equipo. Nicko Nogués es un tipo excepcional. Espero que tengamos sus colaboraciones en este blog también de manera periódica. Hoy os ofrezco su “particular” manera de entender una “estrategia viral”.
Nunca me ha interesado demasiado todo el universo “viral”, pero sabía que algún día me tocaría hablar de ello. Por eso cuando mi amigo Marc Vidal me propuso escribir unas líneas sobre cómo construir un viral, me di cuenta de que era incapaz de explicar cómo se construye algo que no entiendo.Por otra parte, se ha hablado tanto del tema y hay tantísima literatura al respecto que creo que lo fácil sería caer en la tentación de intentar escribir algo así como “Las diez reglas de oro para fabricar un viral en cinco pasos”.
Por eso me pareció más interesante abordar el tema desde un punto de vista menos académico, en esta caso el mío, y a mí me pasa lo siguiente: Cuando escucho aquello de “hagamos un viral”, me suena a una especie de chiste, que por cierto y siguiendo con el tema, es uno de los mayores fenómenos virales que existen. Pero en este caso me pasa como cuando te cuentan un chiste que no entiendes pero del que todo el mundo habla.
El mayor viral que conozco es el viral del viral.
Y ante esto me siento perdido, algo tonto, desubicado, alienado, incapaz de entender a qué se están refiriendo y por lo tanto incomprendido como lo puede ser una bacteria, en este caso yo, inmune a todo lo que tenga que ver con el único objetivo de infectar una masa, entiéndase gente. Porque en el fondo parece que de eso se trata, ¿no?
El mayor viral que conozco es el de un planteamiento old disfrazado de uno on.
Creo que existen dos tipos de perfiles: los que piensan en hacer virales y los que piensan. También me sobrevienen muchas preguntas. ¿Por qué se confunde tanto cultura digital con el último chiste tecnológico y a éste con concepto y a éste con “viral”? ¿Por qué se equipara, o me lo parece a mí, “viral” con digital? ¿Por qué creernos y asumir esa equivalencia? ¿Por qué ser “viral” es un objetivo a perseguir?
El mayor viral que conozco es de la “cultura del viral”.
Todo esto me lleva a una última conclusión y es la siguiente. Me parece que seguir por este camino, el de confundir la cultura del viral con cultura digital, hará que muchas personas que se dedican a esto se sientan frustradas por el simple hecho de que no serán capaces de sentirse contentas con lo que hacen sino consiguen que tenga un efecto “viral”.
Acabo con una reflexión que me parece que tiene mucho que ver al respecto. La leí hace poco en Martes con mi viejo profesor, un best seller (oka, el viral de los libros) que no tiene nada que ver con todo esto pero que igualmente recomiendo mucho. Dice así: “(…) Estamos enseñando (y yo diría que aprendiendo) cosas equivocadas. Y uno ha de tener la fuerza suficiente para decir que si la cultura no funciona, no hay que tragársela. Es entonces cuando uno debe crearse la suya propia”.
Siento no poder explicaros cómo crear un “viral”, y aprovecho la ocasión para invitaros a pensar más en antivirales, o simplemente, pensar.
El efecto viral
Hace un par de años fundé en México una empresa de marketing digital en redes sociales (para complementar acciones corporate de algunas de las empresas de base tecnológica con las que trabajaba en Europa) y que ahora gestiona un equipo muy experimentado y creativo. Su especialidad era, y es, gestionar campañas de tipo viral de manera que la estrategia y la tecnología se anidaran en una fórmula que nos ha dado buenos resultados en América y en Europa. Hemos desarrollado muchas campañas y logrado enormes éxitos, especialmente en el ámbito político y electoral, escenario natural de desarrollo de este tipo de comunicación de escaso valor conceptual pero de gran efecto mediático. El mes pasado ofrecí una conferencia en Cancún sobre este tipo de proyectos virales en política y a raíz de esa charla la revista Campaings & Elections me solicitó si podía elaborar un artículo sobre el mismo tema.
En los últimos años mi equipo y yo mismo hemos desarrollado campañas de apoyo para acciones y estrategias de casi un centenar de campañas en todo el mundo. Algunas de esas campañas iban asociadas a candidatos concretos. Un buen número de ellos han llegado a presidir países, autonomías, ayuntamientos e incluso clubs deportivos. Cada operativa ha sido especial, única, exclusiva y estudiada en su justo contexto, cada una de esas acciones, que siempre han sido estructuradas en entornos digitales, hemos insistido en un elemento estimulador, un fogonazo electrónico que ha permitido generar flujos de opinión y comunidades de tipo social que apoyaran algo que para nosotros es fundamental: la verdad.El bright que define muchas campañas actualmente suele emparentarse a perfiles en las redes sociales, en generar exposiciones en busca del ansiado Trending Topic o sucedáneos parecidos. Tras casi una década estudiando, diagnosticando, generando y aplicando campañas digitales en todo el planeta, he podido descubrir algunas claves en cuanto a la importancia de los conectores sociales y su interés directo con las acciones de tipo viral. No es tan determinante obtener una referencia masiva en algún entorno determinado si este no va asociado a una explosión digital que lo dinamice y lo haga exponencial. En un escenario en el que cada vez es más duro y complejo construir comunidades sociales digitales que sigan a un candidato o partido, a un grupo electoral o a una idea social, se hace imprescindible acortar, tomar atajos que permitan acomodar esas pretensiones lícitas de sedimentar comunidades de apoyo cuando estas ya gocen de cierta popularidad.
Las acciones virales sirven para eso. En los últimos tiempos, y sin hacer demasiado ruido, hemos logrado colocar algunas de nuestras acciones entre las campañas de mayor viralidad. Actualmente se pueden detectar una decena de ellas como casos de éxito entre los recopilatorios al respecto. Obviamente no todo el mundo puede encabezar o protagonizar un éxito de este tipo, pero atendiendo a un entorno concreto, un territorio determinado o un modelo puntual podremos generar campañas virales ad hoc. Durante las jornadas sobre “Campañas Creativas” que se llevaron a cabo en Cancún este pasado febrero, tuve el honor de transmitir algunas de las experiencias en el campo de la ingeniería electoral y digital en las que he participado. Fue muy interesante gozar de la ocasión de repasar algunos ejemplos y las características que las hicieron exitosas.
Para entender alguno de los factores que utilizamos para procurar campañas virales efectivas nos basamos en algunos elementos de sociología que hacen referencia a una sociedad hiperconectada y a aspectos psicológicos que atienden a una modelo social cuyo pensamiento es colectivo pero recurrente. ¿Sabían que el 64% de las parejas de nueva formación lo son entre redes de conocidos?, ¿que en el caso de tener miedo de ser asesinado el riesgo no radica en una calle oscura de alguna ciudad sino entre sus allegados pues el 70% de los casos de homicidio se perpetran entre seres que se conocen bien?, ¿tenían conocimiento de que si tienen un amigo obeso sus probabilidades de aumentar de peso crecen un 30%? No sabemos el motivo, pero las vinculaciones erráticas pero continuas de la conexión en redes sofisticadas y complejas se producen siempre de un modo lineal. En eso basamos nuestra estrategia de creación de campañas virales. Sin embargo no acaba en una simple realidad científica que aporta conocimiento sobre los enlaces que muchos científicos han detallado con anterioridad. Desde físicos hasta sociólogos y pasando por psiquiatras han querido demostrar diversos modelos secuenciales en esas relaciones casi neuronales en la sociedad digital. Nosotros, cuando nos planteamos una campaña de tipo viral aceptamos esos parámetros pero nuestros patrones son otros.
En primer lugar creemos que, en un mundo en el que los seres humanos acceden a un total de 32 gigabytes de información diaria entre música, imágenes, conversaciones, textos y derivados y que se automatizan muchos factores de análisis entre nuestros dispositivos de acceso a la información, el tiempo que un ser humano puede dedicar a analizar lo que “le llega” es mínimo. Justo en ese instante se puede utilizar esa limitación como factor de contagio. Automatizar los “me gusta” de Factbook es algo mucho más simple de lo que parece. Además, considerar que alguien eso no aporta valor a la campaña pues no la “visualiza” nadie aunque la fomenten es un error, pues es precisamente el convertirla en “viral” lo que motivará que muchos decidan analizarla a conciencia. ¿Quién no ha replicado un vídeo viral sin apenas verlo y tras saber que se ha convertido en un “éxito” en la red no ha vuelto para verlo con más detenimiento?
Tenemos claro que en las redes y fuera de ellas, donde lo viral también funciona de manera destacada, somos cada vez menos reflexivos, parece que vivimos en un “high frequency market” de la información, en un Trading continuo del conocimiento. El usuario de información, el cliente del conocimiento, en estos tiempos actúa muchas veces como un pingüino. ¿Saben porque motivo un pingüino salta al mar en un momento determinado? ¿por placer? ¿por gusto? ¿por hambre? ¿por qué quiere nadar? ¿por qué le apetece arriesgar la vida? ¿por qué es idiota? ¡no! Sólo porque el pingüino que tenía delante lo hizo justo antes que él. El pingüino salta porque su inmediato lo hizo. Es un “me gusta” porque mi amigo hizo “me gusta”, no analizamos en exceso.
La facilidad de contagio hoy en día es de tal calibre que tenemos que atender cuales son los conductores de ese elemento. La prensa suele ser la clave, el hilo conductor ideal. Ellos, con los medios tradicionales, incluso no digitales, logran que una noticia determinada que surge en la red pase a ser una “exclusiva” en el mundo analógico. Si logramos “interesar” a un medio determinado justo cuando nace nuestra propuesta de campaña lo habremos logrado. Debemos ser capaces de mostrar que lo que estamos diciendo puede ser, si se dan prisa, la exclusiva de su vida. Es en ese momento que no sabemos quien es el verdadero responsable de la difusión viral de la información.
En nuestra agencia hemos listado unas normas básicas cuando parimos un viral. Lo primero es que no hacemos virales en si mismos, es obligatorio participar de la gestión estratégica de la campaña global del cliente. Es imprescindible integrar esa acción viral en un escenario de desarrollo. Solemos incidir en ello con algo de tiempo, solemos entrar en los equipos de campaña a complementar, nunca a cambiar dinámicas. En segundo lugar asumimos que el valor de una fuente de comunicación viral precisará que pasemos de “pedir tiempo de atención a nuestros usuarios o miembros de la comunidad a solicitar que se lo cuenten a otros”. Es un ejercicio mucho más complejo pero básico. En tercer lugar tendremos que olvidarnos de los conceptos de inversión para proceder a seducir, sólo en ese punto lograremos interceptar en un factor clave de los conectores digitales: los sentimientos. Sin sentimiento, sin despertar emociones, no hay video, ni campaña viral.
En cuarto lugar debemos de olvidarnos del concepto emitir, ahora pasaremos a propagar. Es clave entender que son distintos puntos de ejecución, el primero pide valor focalizado y el segundo otorga un rango menor a la calidad del espectador. En quinto lugar deberemos pasar de un ¿qué querrán escuchar? a un ¿qué querrán contar a otros? Evidentemente esa es la clave de enlace. Muchos expertos han escrito sobre esto y nosotros no hacemos más que estructurar un portfolio de acción que se complementa con otros aspectos determinantes. Por ejemplo, en sexto lugar sería necesario aceptar que ya no importa como contamos las cosas, lo fundamental es saber o intentar influenciar en como lo contarán los demás. En séptimo lugar deberemos asumir que no influiremos en la visión final del mensaje y que eso determinará como fundamentaremos el nacimiento de esa acción social. Eso sucederá hasta el punto que los estudios de mercado dejarán de tener sentido. En una campaña viral querer identificar al observador de la campaña es un error, debemos dejar de lado esa necesidad y mutar hacía un desinterés de quien será el espectador final, sólo así lograremos el ansiado “efecto viral”.
Finalmente me gustaría referirme a diversos caracteres que toda campaña viral debe asumir como estructurales. Guardando las excepciones que siempre confirman la regla, en nuestro caso hemos logrado éxitos cuando nuestro trabajo era sencillo, narrativo, contagioso, breve, rápido, emocional, líquido, emergente, que motivaba compartir, que el contenido se diseñaba con valor añadido, que la ejecución sea integral, que se fundamente en una historia, que la audiencia participe, que tenga contenido open, que llame la atención y que despierte sentimientos.
Sabemos que la mayor campaña viral del mundo es el propio concepto viral, sin embargo siempre digo que una estrategia de tipo viral debe ir acompañada de algo real, nutritivo y capaz de estimular elementos positivos. A pesar que “viral” viene de “virus” y eso denota algo negativo, lo “viral” también puede ser “vital” lo que proporciona y despierta conciencias, muchas veces las que estaban dormidas. Me gusta hablar de algo “viral”, como elemento “vital”, más cuando mi apellido es “Vidal”. Esto si que merece una campaña viral: “viral, vital, Vidal”.
Pura Vida
Este fin de semana lo he pasado en Costa Rica. Siempre intento aprovechar los días de descanso en mis viajes de trabajo para hacer cosas diferentes y utilizar las ventajas de estar, en ocasiones, cerca de destinos especiales para visitarlos. Costa Rica es un país donde la palabra “amabilidad” toma su esencia más absoluta. Incluso en la forma de comunicarse, entre ese spanglish abusivo y esa pronunciación gringa se encuentran palabras como “regalar” cuando se refieren a que alguien les venda algo o el recibimiento como “viajeros” en el aeropuerto en lugar de ciudadanos extranjeros.
Los costarricenses tienen un buen concepto de ellos mismos, se sienten especiales y en gran medida lo son. Un país sin ejército y donde una “guerra civil” fue un evento donde murieron dos personas durante 3 días de contienda, es un escenario para acometer proyectos interesantes. Intel así lo contempló, ubicando su mayor centro de producción en este precioso país. Intel Costa Rica inició operaciones en marzo de 1998, y en la actualidad cuenta con dos plantas de manufactura y un centro de distribución. Esto ha logrado que este territorio sea también la sede de otros importantes grupos que brindan servicios a la Corporación Intel que van desde labores de diseño de componentes y desarrollo de software hasta servicios contables y financieros. El ecosistema derivado es impresionante, hasta el punto que el PIB de Costa Rica se lee diferenciadamente con y sin la aportación de Intel.
Obviamente no hay nada que comparar con otros países como España u otros, pero es preciso atender al peso específico que supone industrializarse en una dirección concreta, la de la innovación real. Como idea no está mal. Imaginemos que la crisis del ladrillo no hubiera sido contemplada como una mala noticia y, en lugar de apostar miles de millones en minimizar el impacto de su explosión con planes inservibles, se hubiera basado el proceso de impulsar un crecimiento con mayor valor añadido, basado en la investigación y el desarrollo.
Esta semana he logrado concretar dos acuerdos de empresas españolas con administraciones provinciales en Mexico y, precisamente, en Costa Rica. Las dos buscan escapar de la estrechez y creyeron acertadamente que el mercado es global. Sin embargo ese paso lo pudieron dar innovando. No es fácil, antes hay que aceptar algunos elementos que muten las organizaciones que no estaban preparadas para exportar. Cambiar el patrón económico español e interiorizar la innovación es fundamental para la adaptación al nuevo escenario que supone el final de la crisis.
Me gustaría desmitificar la “innovación”. Por supuesto que innovar es utilizar herramientas tecnológicas que aportan nuevas respuestas a problemas de siempre o mejoran procesos en términos digitales o técnicos, pero sin embargo esa innovación puede ser cualquier elemento que comporte una mejora competitiva y de gestión. No es innovación aquello que el mercado no acepta, sólo lo supone aquello que se convierte en un factor de venta nuevo.
Zara basa su innovación en haber finalizado con el concepto “excedente”, algo crítico para empresas franquiciadas o puntos masivos de venta de ropa. Ahora los clientes de la empresa de Amancio Ortega saben que las prendas cuando se acaban no se reponen. Eso genera un estrés por el consumo que beneficia la marca. Es un ejemplo, otros son los aplicativos al marketing, otros al precio final como Ryanair, otros en procesos complejos, pero todos procuran combinar el I+D básico y esencial con puntos de competitividad que, al fin y al cabo, es el elemento estructural que logrará modificar el modelo de crecimiento de cualquier país.
Si estas pensando en innovar, en gastar dinero en un proceso de mejora de tus procesos, de tu gestión o de tu comunicación, piensa, pregúntate ¿qué tipología de innovación es la ideal para mi negocio? Y ¿qué pretendo hacer con esa mejora sustancial? ¿vender más, ganar marca, generar más empleo? La administración debe gastar en estos procesos, pero sobretodo, independientemente de aportar presupuesto, lo que tiene que hacer es generar una tendencia de opinión a favor de la estimulación de esa manera de hacer empresa, innovando, lo que al final representará un nuevo modelo de crecimiento para este país.
Chile y la nueva economía
Chile es la economía más abierta internacionalmente de toda Latinoamérica. Aunque esa exposición puede determinar un riesgo cuando el planeta se debate entre una nueva recesión o la salida definitiva de la crisis, la verdad es que en términos técnicos Chile está muy por delante de otros países de su entorno en cuanto a la interpretación que sus empresas hacen de la Nueva Economía. Estos días estoy recorriendo diversos países del Cono Sur primero y de Centroamérica después. La verdad es que implementar negocio en esta parte del mundo tiene grandes dificultades y aunque también supone retos en lo personal y en lo profesional, lo más destacable es el conocimiento de un nuevo escenario para desarrollar proyectos. En ese sentido, Chile destaca por su seriedad empresarial e institucional y por la homologación inminente a los estándares europeos en alguno de sus dinámicas digitales sobretodo.
Si dejamos de lado los graves desequilibrios que permanecen y que representan una dificultad enorme para lograr esos objetivos de modernidad pendiente, la realidad de Chile es muy alentadora. Mientras medio mundo se movía en cifras negativas, este país mantenía un crecimiento superior al 4% sin demasiados problemas.
Chile creció al 7,1% en mayo. Casi nada. En junio será similar, lo que muestra una cada vez más sólida escena de mejora que enlaza con lo que se viene a llamar la “reconstrucción” tras el terremoto. El único riesgo que en estos momentos tiene la economía chilena proviene del exterior. Pero si algo destaca en el nuevo modelo económico de este país es su vinculación creciente al territorio digital.
La penetración de Internet en Chile es la más alta de América tras Estados Unidos y el acceso móvil a la red por parte de los chilenos es altísimo, casi un 70% de ellos entran vía dispositivos móviles o derivados. Además, un alto porcentaje son usuarios activos de los entornos sociales. Facebook tiene más de 6 millones de clientes chilenos, un 35% de la población total del país. Por poner una comparación diremos que en México no llegan ni al 9%. Sólo Colombia, Argentina y Venezuela se acercan, pero a más de 10 puntos de distancia. Lo de Chile y el uso de las redes sociales es algo a estudiar y a tener en cuenta. El terremoto significó un antes y un después en el uso de Facebook y sobretodo Twitter. Esta segunda pasó de apenas 70.000 usuarios antes de febrero a medio millón en cuatro meses.
Lo sorprendente es que el uso que hacen los chilenos de la red y de su acceso multiplataforma es tremendamente pragmático. Las redes sociales no son un territorio místico donde se ha conceptualizado una especie de mensaje mesiánico que proporciona valor a quien no lo tiene o donde las formas son más importantes que el fondo. Todo lo contrario que pasa en España donde parece que hemos llegado a vincular el uso del Social Media con algo etéreo, espiritual y que se convierte en si mismo en el objetivo de la comunicación digital en lugar de ser un mecanismo por el cual esa comunicación se logra.
Al final resultará que en Latinoamérica, donde vinimos algunos a desarrollar negocios digitales creyendo que exportaríamos know how, acabaremos aprendiendo más que enseñando. Si no es aprender, si será comprender. Está claro que podemos mostrar usos y estrategias que no se conocen en esos países, pero las dosis de realismo y de uso práctico de todo ello suponen toneladas de modestia que los europeos necesitamos digerir si queremos hacer negocio en América del Sur.