Cuatro (hay más) aspectos de esta revolución socioeconómica

Llevamos apenas veinte años de algo que tiene que durar cincuenta. La dificultad para adaptarnos no es más que algo tremendamente normal a lo que cualquier sociedad debe enfrentarse. Lo de ahora es como un parto, doloroso, pero que el tiempo mostrará que no era más que una revolución. Como ya lo fue en su día la Revolución Industrial (a la que sus contemporáneos le llamaron ‘crisis industrial’) o la revolución en la distribución del conocimiento que supuso la imprenta y que sus contemporáneos vivieron con incertidumbre pues retiró el privilegio y control del ‘saber’ y la información que tenían unos cuantos.
Y dolió. Fueron momentos duros, de difícil adaptación y en algún aspecto hay cosas que  todavía vivimos hoy en día con desequilibrio que son herencia de haberlo hecho mal en aquel entonces, de no haber entendido que sucedía por parte de muchos y en haberle dado valor de ‘crisis’ a lo que no era otra cosa que ‘una oportunidad de mejorar el mundo’.

En este tiempo unos vivirán su crisis y otros su revolución. De hecho esa revolución, en lo íntimo, es normal que se viva como una crisis pues debe ser aceptada en cuatro factores que interpreto como destacables. Una vida de incertidumbre, una vitalidad extrema, saborear la inestabilidad y practicar la deconstrucción.

1. La incertidumbre. Hace años que desconozco que me espera en mi despacho, que riesgos nuevos asumiré o que personas conoceré. Hace años que, tal vez toda la vida, que persigo un lugar definitivo. Sueño con que ese lugar no exista y así poder seguir en su búsqueda hasta el final de mis días. El desconocimiento de cuanto nos espera nos obliga a estar en alerta, en aprendizaje, a permanecer en beta constante. ¿No es cierto que como emprendedor tu proyecto es cada vez mejor si eres capaz de gestionar ese redireccionamiento constante?

2. La jubilación. Que al final de tu vida haya como una compensación por los servicios prestados que en la mayoría de los casos es para sobrevivir, es humillante. Es como anestesia. Me preocupa que muchas personas consideren que la jubilación es un puerto seguro, el destino garantizado, el punto tranquilo hasta el último aliento. Y es que considerar que el futuro está garantizado por algún elemento es un error. Creer que los planes de jubilación, pensiones o meriendas similares financiarán nuestra etapa final es, como menos, dudoso. Debemos aceptar que los ingresos de la madurez no serán los mismos, obviamente, pero no va de eso. Va de tener fuerzas para hacer lo que te gusta y que cuando no pueda ser físicamente, lo sea mentalmente. ¿Desear la jubilación es en si misma la prejubilación? ¿Odiar que llegue un lunes más no quiere decir que no te dedicas a lo que te gusta?

3. La deconstrucción. Ya todo está en fase de implosión. ¿No lo ves? En apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer. Ahora eso ha cambiado radicalmente. La clave del éxito estaba en que todos los integrantes de una estructura tuvieran claro que les tocaba hacer al despertar cada mañana. Romper esas cadenas suponía un deterioro en el proceso que repercutía en graves consecuencias. Pongo un ejemplo en la agricultura. Imaginemos el campo donde todos los integrantes de una granja tienen claras sus funciones, taras y actividades durante todos los días de la semana y horas del día. Eso nunca cambió y permaneció siglos igual. Hoy en día nada es así y los procesos ya no pertenecen a los protocolos sino a los análisis de necesidad, riesgo y acción. Un sistema inteligente modifica cada día lo que hay que hacer en función de lo que realmente es preciso y no de una agenda intocable. Esa deconstrucción de procesos está llevando a industrias poderosas a reinventarse. ¿Por qué no lo hace tu empresa menos grande y dónde sería más fácil hacerlo?

4. La inestabilidad. Hace siglos, cuando trabajé en Bolsa, mi obligación era avanzar en la escala salarial y subir en el organigrama. Todo era como tenía que ser. Cada cierto tiempo un ascenso, una mejora, un nuevo despacho. Era tremendamente tranquilizador saber hacia donde iba, cual era el destino y donde se fijaba la nueva meta. Todo estaba escrito, como un libro de vida por cumplir. La hoja de ruta me relajaba. La evidencia de la estabilidad empezó a angustiarme hasta tal punto que abandoné. Esa estabilidad era paralizante, algo cobarde. La tranquilidad impide pensar en grande. Dejé aquel trabajo y monté un negocio. Muchas personas ansían ser funcionarios, respetable, desean tener una estabilidad en un mundo donde eso cada vez es más complejo y difícil. No todos somos iguales y se debe respetar.

Pero pensemos que si es cierto que vivimos un momento excepcional de la historia ¿no será algo maravilloso ser parte de ella a partir de las características que nos impone este preciso instante? Estos son cuatro, de muchos, aspectos que comento en una de mis conferencias y que marcan el día a día inmediato de cuantos estamos viviendo estas cuatro o cinco décadas que  marcarán, como ya sucedió en el pasado, todo el futuro a medio plazo.

(Foto AP Photo/Victor R. Caivano)
Leer más
Conferencias, Personal Marc Vidal Conferencias, Personal Marc Vidal

Un año de 'hormiga'

Hace veintisiete años empecé a escribir un libro. Por aquel entonces ni lo sabía. Pasaron dos décadas y finalmente lo teclee sobre un impensable, por aquel entonces, artilugio digital. Trataba de los meses que pasé en París y de cómo, a cada suceso, conversación, experiencia, miedo o ilusión, le acabaría dando un sentido, un valor, un motivo y, sobretodo, un aprendizaje. Un viaje que finalmente, y sin saber muy bien porqué, acabó tatuado en miles de ejemplares de un libro en cuya portada aparece una hormiga y la Torre Eiffel. Forzando la vista, se puede identificar a quien hoy lees en su propio blog.
Y es que ya ha pasado un año desde que ‘Una hormiga en París’ fue lanzado al mercado. Se presentó en noviembre y rápidamente se situó en los primeros puestos de los libros más vendidos aquel invierno. El lanzamiento tuvo mucha prensa, una puesta de largo con muchísimos amigos y tres ediciones. Todo ello ha permitido que conocidos que sabían la historia, amigos que recordaban mi regreso de París por aquel entonces, mi familia que lo sufrió, lectores y curiosos entraran en el universo particular de aquella hormiga que un día decidió perseguir sus sueños e irse a París. Y se fue a no saber exactamente que, pero que se convertiría en el preludio de un modo de vida y de una manera de entender los retos, la innovación, los miedos y la amistad.

Ya son veintisiete años. Mucho tiempo desde que todo aquello sucediera aproximadamente de un modo muy similar a lo que el libro explica. Entre las peticiones más extrañas que he recibido destacan dos que pensaré con detenimiento. La primera solicita que escriba en detalle la ‘cara B’ del libro. Los detalles. Como un ‘cómo se hizo’ que a veces emiten sobre una película. Una recopilación de anécdotas que en si mismas compongan un relato distinto a la vez que acompaña al original. Una especie de ‘relectura’ en el que mientras sabes lo que esta pasando, pues has leído ‘la hormiga’ vas recogiendo otras informaciones. Este estaría bien, pero se debería de basar en recuerdos que seguramente no lograré encontrar en los bulevares de mi memoria. Tampoco sería fácil, yo no soy historiador, en focalizar bien las cosas que sucedían en aquel momento en el mundo y en París.

La otra propuesta divertida es la de explicar la misma historia pero ambientada en la actualidad. Un joven, de similar edad que decide iniciar una aventura, a otra ciudad con un valor parecido a París para la hormiga y un método de vida improvisado y apoyado en las nuevas tecnologías y la innovación. No sé. Tal vez. Sería distinto, pero factible. No obstante ahora soy padre. En siete años mi hijo tendrá la edad que yo tenía cuando me fui a París. Hace mil años. Estaba muy lejos, mucho más que ahora. No era posible saber que hacías porque no había redes sociales, ni teléfono móvil. Era todo muy difícil y, porque no decirlo, arriesgado. Por eso pienso en como yo respondería a un impulso similar de mi hijo. La verdad es que dudo en si sería capaz de animarlo.

Screen Shot 2014-12-04 at 02.46.09

Pero lo más gratificante ha sido saber del uso que del libro se está dando en algunos lugares. Una decena de escuelas de negocios confirmaron haber incorporado el libro en su plan de trabajo de este año, desconozco el número de escuelas de secundaría que proponían su lectura como ‘estímulo’ emprendedor. Sin embargo, en este campo, algo me hizo tremendamente feliz. La directora de una escuela de primaria gallega me escribió para pedirme autorización puesto que habían ‘arreglado’ la Hormiga en una versión infantil. La adjuntaron y era una pequeña obra de arte.

Más tarde vino la propuesta de hacer una obra de teatro. Todo iba bien, pero no llegó a cerrarse por falta de presupuesto a pesar del gran trabajo realizado por su director y adaptador del texto al lenguaje teatral. Estoy seguro que, tarde o temprano, la hormiga subirá al escenario. Y es que de esto va todo al final. De retorcerse ante lo que es injusto, de revolucionarse íntimamente. A veces eso es emprender, pero otras muchas no. Todo se trata de cómo lo afrontas y como te enfrentas. Saltar por saltar no parece lógico, pero es una opción. Si lo haces, y de eso trata ‘La hormiga’ que lo hagas por que lo deseas, sabes a lo que te enfrentas y estás dispuesto a sufrir si no lo logras. Que no sea porque está de moda saltar por precipicios o porque te dice todo el mundo que es súper ‘cool’ estrellarse contra el suelo.

Estos días estoy redactando mi nuevo libro para Grupo Planeta. Un ensayo mucho menos divertido en lo formal pero mucho más intenso en lo conceptual. Un trabajo que nos lleva a un mundo que nos parece de ciencia ficción pero que no es más que algo inminente, y en muchos casos, tan real como conectarse a la red hoy en día. Un libro que intentará dar las claves para entender el presente económico desde un punto de vista tecnológico y social. El objetivo del mismo es dar las herramientas conceptuales para revolucionarse en lo personal y en lo profesional ante el reto inmenso que nos ocupa como especie. Todavía falta. Estoy en ello.

Leer más
Conferencias, Economía, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal Conferencias, Economía, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal

La revolución global depende de algo más que de un 'I like'

Ofrezco conferencias sobre un mundo inminente. En la mayoría de los casos explico lo que ya estamos viviendo, como se refleja en alguna de mis empresas o como afecta a la vida cotidiana. A veces, entre citas, imágenes, videos y explicaciones sobre la ‘transformación digital’ intento comparar aquello que vivimos en nuestro entorno moderno y sofisticado con lo que sucede en otros lugares del mundo y que, por supuesto nos deberían hacer reflexionar.
A través de esas charlas procuro inspirar a la audiencia, empleados, directivos o emprendedores a participar de forma activa e innovadora en cada aspecto de sus vidas laborales o personales y así demostrar el papel que jugamos todos en ese estímulo innovador que precisa nuestro mundo. Siempre lo planteo de manera optimista y procuro que el reflejo de donde esto no está pasando permanezca en nuestra manera de entender el desequilibrado término llamado progreso tecnológico.

He vivido en África, de hecho suelo explicar algunas anécdotas de ese tiempo que marcó mi vida definitivamente, y por eso tengo percepción de la desigualdad extrema que vive la humanidad en cuanto al acceso a la tecnología. Si bien es cierto que el desconocimiento acerca de esto es brutal en nuestro cómodo entorno y que las noticias que nos llegan del continente africano últimamente son relacionadas con sus problemas y amenazas, la realidad es compleja y para nada como la vemos desde ‘occidente’. Haber conocido todo aquello en el pasado y trabajar con ellos a diario da esa perspectiva actual y redonda que suponen las diferencias, por ejemplo, entre la zona más moderna de Lagos y el resto de Nigeria.

Screen Shot 2014-10-10 at 10.57.51

Cuando explico en esas ponencias todo cuanto nos rodea, de donde viene y lo que nos espera, el auditorio suele sentirse desconcertado, a veces abrumado, pero siempre deseoso de vivir cuanto allí planteo. La revolución digital no es más que la antesala de un mundo automático y mejor, un lugar donde las personas dispondrán de oportunidades fuera de las obligaciones actuales. Ya pasó antes y sigue pasando ahora.

Sin embargo nuestra revolución va más allá de la obsesión por smartphones, tablets o aplicaciones, es mucho más que hacer una ridícula espera durante horas o días frente a una Apple Store esperando la llegada de un producto icónico. Es mucho más intenso y profundo. De hecho no es ni el tiempo que gastamos en todo ello, ni en como los utilizamos, tampoco tiene que ver con las redes sociales o con la distribución de la información. Si tomamos distancia de todo ello descubriremos que lo que estamos fabricando es un mundo interactivo, líquido y cada vez más pequeño.

Pero esta revolución que anunciamos no estará completa hasta que sea en todas partes. Como una retorcida metáfora de todo cuanto precisa de la aceptación global, en este caso nos sucede lo mismo puesto que los retos por superar siguen siendo enormes. Un reciente estudio de los analistas de McKinsey & Company sobre las barreras de la adopción de Internet en el mundo asegura que todavía hay 4.400 millones de personas en el mundo sin conexión a Internet.

Screen Shot 2014-10-10 at 10.57.34

Obviamente si la tecnología y su socialización no llega a todas partes, el papel que se le reservaba para empoderar a las personas, ofrecerles oportunidades, equilibrar las desigualdades, no será una realidad nunca. Es peor, la tecnología y la revolución digital podría convertirse en un factor aún mayor de desequilibrio y de exclusión irremediable. Es tarea de todos ceder espacio en esta carrera, estoy seguro. Proyectos como Internet.org de Mark Zuckemberg podrían ir en esa línea.

Lugares vendidos como ‘La Meca’ tecnológica donde millones de personas trabajan por encargo en desarrollos informáticos avanzadas, en subcontratas digitales que son también el mayor agujero de exclusión tecnológica del mundo. En la India encuentra un cuarto de la población sin conexión a Internet del mundo, en China hay unos 736 millones de personas sin conexión a la red, en Indonesia unos 210 millones, en Brasil unos 97 millones de personas y en México otros 69 millones de personas. De hecho, en Estados Unidos alrededor de 50 millones de personas no se conectan a Internet aunque se desconoce cuántos son por decisión propia, y cuántos son porque residen en áreas demasiado remotas.

El informe citado de Mckinsey refleja que el gran reto de nuestro tiempo, de avanzar en el verdadero significado de este cambio de época es universalizar, generar un valor social y universal y construir con ello un mundo, completo, mucho mejor. Como si de un reflejo de la historia se tratara, como en un retorcido viaje en el tiempo, vivimos una especie de duotono entre las ciudades (tecnológicas) y el mundo rural (desconectado).

El 64% de la población sin Internet del mundo se encuentra en zonas rurales, por la falta de infraestructura, lo que a la vez conlleva falta de educación, empleo o salud. Si pensamos en todo ello nos daremos cuenta de que el espejo en el que reflejamos nuestra modernidad y nuestra vanguardia digital no es más que un espejismo si lo revisamos en su completo escenario. Si grave es que más de la mitad del mundo no tenga acceso a Internet, peor parece que, por ejemplo, en la India un 45% de su población no tenga ni electricidad. Nos queda mucho por hacer y no solo se trata de hacer un ‘I like‘ en nuestro muro, debe ser algo de mayor implicación.

Leer más
Conferencias, Eventos, Personal Marc Vidal Conferencias, Eventos, Personal Marc Vidal

En la 'Semana del Emprendedor' de México

Si estás leyendo este blog desde México a buen seguro ya debes tener en tu agenda la opción de pasar por la ‘Semana del Emprendedor’ que se inicia hoy lunes en la capital del país. Más de cien mil personas pasarán a lo largo de cinco días por los múltiples escenarios que se han preparado para esta gran fiesta. La verdad es que desde que llegué a la Ciudad de México Distrito Federal he sentido el entusiasmo con el que los mexicanos están viviendo todo el hecho emprendedor. También, cabe decirlo, el modo en el que las instituciones se han volcado es significativo.
https://twitter.com/marcvidal/status/498527021660508161

Tengo que reconocer que compartir escenario con Peter Diamandis, Arjan Dijk, Carlos Argüello, el ministro Emilio Ricardo Lozoya, David Konsevik, Renée Mauborgne, Andy Cohen, Christopher Gardner o el resto de ponentes, me supone una responsabilidad, un honor y un sueño hecho realidad. La mayoría de ellos son auténticos motores de inspiración para mi y, por supuesto, lo más cerca que pensé estar de algunos de ellos era a través de lo mucho que he leído y estudiado sus enseñanzas. Espero estar a la altura ante los casi dos mil asistentes previstos a cada sesión en el auditorio principal.

La conferencia que he preparado para esta ocasión gira entorno del hecho emprendedor, del reto que supone perseguir los propios instintos profesionales y de cómo aprovechar este momento histórico tan rico para lograr nuestros objetivos. Por un lado hablaré de cómo, a nível personal, me lancé a emprender casi sin saberlo en el viaje que explico en mi libro ‘Una hormiga en París’. Por otra banda remarcaré los factores y características que a mi entender debe considerarse en un emprendedor. Finalmente ambas cosas las vincularé al momento actual, a ese momento revolucionario que, por suerte, nos tocó vivir.

Aprovechando este viaje de trabajo en agosto a México hemos puesto todos los motores en marcha en Openshopen México. Un equipo de diez personas está recorriendo el país presentando nuestra plataforma. Durante el evento dispondremos de un espectacular stand para dar de alta a todos los interesados en tener una tienda online con un extraordinario descuento. Por cierto, el efecto no se ha hecho esperar y las primeras métricas que ya recogimos el viernes y el sábado quintuplican las que hasta esos días teníamos. Es increíble la potencia de este mercado.

Durante una de las entrevistas que me hicieron en los informativos del grupo Azteca me preguntaron sobre el motivo de estructurar un equipo concreto en el país si nuestra plataforma era digital, universal, sin necesidad de agentes locales. Le respondí lo que define todo el modelo de internacionalización en el que he basado todo el desarrollo actual de Openshopen: creo en la globalización totalmente, pero atendiendo cada mercado con su propio lenguaje, filosofía y foco. Lo primero que hice al llegar a México fue lo mismo que hago en el resto de países, escucho, aprendo y sumo.

https://twitter.com/marcvidal/status/497879203795042304

Aunque es agosto, a pesar de que vengo frecuentemente y que los viajes son duros y que uno ya empieza a tener ganas de descansar unos días, a pesar de todo, merece la pena impregnarse de tanta energía y optimismo.

Leer más
Conferencias, E-commerce, Economía Marc Vidal Conferencias, E-commerce, Economía Marc Vidal

Revolución íntima

Si tienes opción pon música. Te recomiendo algo suave, casi imperceptible que te permita reflexionar mientras lees. Un piano tal vez. Este post precisa de que lo leas con un poco de distancia, la que te otorgará un conjunto de notas preciosas y que servirán como gasa entre lo cierto, lo exacto y lo que percibo y siento. No estoy seguro pero  estos conceptos me arañaron sin piedad hace unos días. Hace tiempo hablo de que el mundo vive una revolución histórica y así lo sigo pensando, sin embargo he ido notando que parte de mi discurso sobre que el punto de inflexión fue la erupción de un volcán en 2008, podría ser un error o estar incompleta. Tal vez no estamos ante ese punto exacto de la historia. Empiezo a pensar que estamos ante algo más complejo.
El pasado viernes volando por la zona andina el Boeing que nos llevaba a destino, pasó por encima de varios volcanes activos de alguna u otra manera. Lo cierto es que muchos aun restaban dormidos. Mientras mis ojos escudriñaban los que exhalaban humo y los que no me vino a la cabeza mi vieja teoría del volcán y la lava depositándose conformando una nueva ladera y su relación metafórica con la sociedad y los cambios que estamos viviendo estos tiempos. Pensé que tal vez me equivoqué al describir ese momento histórico y en reducirlo a una sola explosión. Tengo la impresión, viendo como todo se complica cada vez más, sintiendo como los responsables de estimular la mutación no se mueven y apreciando como los protagonistas de despertarse en ese instante no reaccionan, pienso que posiblemente ese vómito de fuego no fue el único y último sino el primero de un conjunto que se irán produciendo. Está por ver si ese enorme cambio sistémico que vamos a vivir se generará con erupciones similares, más leves o mucho más dolorosas. Me temo que debemos conectarnos todos y mucho para no desfallecer en perseguir nuestros sueños colectivamente y en una revolución íntima que se traslade a cada uno de nuestros semejantes. Deberíamos ser capaces de detectar nuestras opciones, sueños y acciones pendientes como indivíduos y sumar como colectivo. Tenemos pendiente una gran revolución económica que se producirá de manera inércica, una social que vendrá atada al curso de los tiempos y una íntima que tendrá que producirse en el interior de cada uno de nosotros.

Hace muchos años me explicaron la historia de un niño que fue al circo con su padre y quedó fascinado con la actuación de un enorme elefante de fuerza descomunal. Al terminar la función, el pequeño vio cómo el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, le sorprendió constatar que si bien la cadena era gruesa, la estaca era un minúsculo pedazo de madera. –Papá, ¿cómo puede ser que el elefante no se escape?–, le preguntó. Y su padre le dijo: –Porque está amaestrado–. –Si está amaestrado–, insistió, –¿por qué lo encadenan?–. El padre no supo qué decirle. Antes de marcharse a casa, un anciano que había escuchado la conversación le reveló la respuesta que andaba buscando. –El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Posiblemente, al principio tratara de soltarse, empujando con todas sus fuerzas. Pero siendo un pequeño elefante, la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente y, finalmente, resignado. Por eso ahora, siendo un elefante poderoso, sigue siendo preso de sus cadenas. Está convencido de que no puede liberarse de ellas. Lo que no sabe es que le bastaría con decir no…

Lo que no sabemos seguramente es que bastaría con decir no a muchas cosas, o tal vez, bastará con abrazar esos cambios con todas nuestras fuerzas y la cuerda se desatará sola.

Leer más
Conferencias, Eventos, Startups, Tecnologia Marc Vidal Conferencias, Eventos, Startups, Tecnologia Marc Vidal

Hipersociedad en Bogotá

En las últimas semanas de trabajo en Latinoamérica la actividad ha sido muy estimulante. Hemos logrado inaugurar nuevas sedes e impulsar nuevos proyectos que llevábamos meses empujando. Ahora ya estamos en el capital de tres startups tecnológicas latinoamericanas ubicadas en Miami, Chile y Colombia. Hemos estado en medios de comunicación y ofrecimos varias conferencias en foros muy interesantes. Destaca el último en el Colombia 3.0. Me quedo con tres cosas de esa sesión: compartir escenario con Burton Lee (profesor de Stanford y asesor de la NASA), disfrutar del sentido del humor de un tipo excepcional llamado Adolfo Corujo y lo dificil que es compartir espacio y tiempo con mi gran amigo Enrique Dans que tras recorrer medio mundo, unas miserables horas de diferencia entre los que vienen y los que se van no permitieron ni tomar un buen café colombiano. Os dejo con el material que ellos mismos editaron sobre mis comentarios en la conferencia y la entrevista derivada.

LA HIPERSOCIEDAD DE MARC VIDAL

“Hoy  la vida está cambiando, como todo cambiará en los próximos años”. Así arrancó Marc Vidal su presentación,  al presentar una foto de un casete y un lapicero que representa el pasado.

Marc Vidal es un barcelonés de 39 años, experto en comunicación  y creador de su primer fondo de Seed Capital vinculado a uno de sus proyectos IDODI LABS, analista económico especializado en Nueva Economía. Fue interim manager y consultor en modernización de compañías e internacionalización de empresas. Ha sido seleccionado una de las 10 personas más influyente de Internet en España. No obstante, si bien en su primera etapa su ocupación se centró en grandes compañías, ahora el denominador común de esta segunda etapa profesional es la de las start-ups, en especial en su primera fase de recorrido, el llamado ‘successful start-up’.

En su conferencia,  indicó también que los modelos de distribución del trabajo y modelos del conocimiento son los que están revolucionando el mundo. “No darse cuenta de estos es un tremendo error”. Así mismo resaltó que el  mundo quizas está agotado del consumismo y se pregunta: “¿Podemos obviar lo que está pasando o aceptar que el mundo está cambiando?”.

Con estos cuestionamientos, Vidal   profundiza en  los nuevos retos del mundo digital.  “Hay aplicaciones que son capacez de cambiar el mundo, estamos hablando de cambios simples, pues el cambio económico no es determinante, sino  pequeños cambios  van determinando la nueva economía”.

Aconsejó a quienes tienen empresas, no preocuparse por qué  dicen de ellos, sino que dirán, pues los emprendedores  cambian el mundo.  Esos cambios son los que definen la nueva sociedad.

Vidal asegura que las ideas son lo que mueven este planeta, “sin ideas no hay hipersociedad, no hay  sistemas y modelos de distribución del trabajo. Gracias a las ideas el mundo local se convierte en global”.

Además explica que la hipersociedad ataca un  elemento clave:  la propiedad emergente, si intercambiamos ideas, nos llevamos más de las que puedo construir.  Pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal.

El talento global se reproduce en ese escenario de emergencia. Ese talento  son ideas conectadas  que permiten que la sociedad sea mejor.

“Yo soy optimista pues creo que el mundo va mejor a pesar de lo que dicen”,  indica Vidal, en medio de su explicación sobre la hipersociedad.

Para  concluir,  señaló que hoy  la sociedad cuenta con un radar sociocompartido. Además indicó que cuantas cosas sucederían si todos nuestros cerebros se interconectaran para crear una  hipersociedad.

Hizo un ejercicio preguntándole a los asistentes de su conferencia  cuál es la mitad de 13? luego de varias opciones de lo que puede ser la mitad de trece  demostró que   las cosas  son como cada quien las ve o las quiere ver.

Para terminar  dijo: “34 gigabytes de información diaria recibe nuestro cerebro. En una década esa cifra se multiplicará , la pregunta es: ¿estamos preparados para esto?”. Vidal  indica  que las micropymes, cada uno de los emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario que hasta ahora. Hay espacio para un nuevo juego y  cada uno de nosotros estamos para inventarlo. Para terminar, resaltamos la columna que Vidal publicó en su blog sobre esta conferencia.

Y esta es la entrevista resultante al terminar la conferencia.

LAS COMPAÑÍAS DISCOGRÁFICAS NO SE HAN DADO CUENTA DE QUE SU MODELO DE NEGOCIO MURIÓ”: MARC VIDAL

Durante su participación en Colombia 3.o, Marc Vidal se mostró carismático y además de enseñar, divirtió a la audiencia con sus relatos. Comenzó con una anécdota: hace 21 años escribió una carta para sí mismo en la que hablaba de sueños y retos, la cual abrió en mayo del año pasado. Al leerla se dio cuenta de que la persona que le hablaba era alguien que no conocía, hablaba con otro vocabulario, incluso grosero. Él no se imaginó que existirían los ‘smartphones’ y que el mundo sería tan distinto al de entonces.

Aunque la conferencia tenía que ser encaminada hacia el e-commerce, Vidal mismo escribió en su blog que el título era solo una fachada porque en realidad quería era “exponer es como todo ello ha sido afectado por un nuevo modelo de transmisión del conocimiento“.

Actualmente se vive la revolución digital, y están sucediendo dos revoluciones al mismo tiempo: la del modelo de distribución del trabajo y la de los modelos de producción del conocimiento, y si el mundo no se da cuenta de lo que está sucediendo “es un tremendo error”.

En esta Hipersociedad “todo va a cambiar, y en la comunicación también”. Porque vivimos en una sociedad gratuita y “es mejor trasmitir el conocimiento gratuito”, ya que gracias a esto se da la oportunidad, por ejemplo, de que Marc Vidal estuviera en Corferias dando una charla. Si no fuera por sus libros en línea, serían pocos quienes lo conocerían.

Después de abordar diferentes temas, tan variados que parecería que no tenían relación, como la economía relacional, el talento global, de cómo Facebook no fue inventado por Marck Zuckerberg sino en el neolítico y de por qué saltan los pingüinos al mar, Marc Vidal nos concedió una breve entrevista antes de dirigirse al Ministerio TIC.

¿Cuál es su opinión sobre el potencial de Colombia en el negocio de los contenidos digitales?

Colombia está en un punto concreto en el que puede aprovechar precisamente la ventaja adquirida en estos últimos años con respecto a su entorno, está por delante de otros países en el uso de la tecnología digital y evidentemente de la gestión de ese contenido.

La oportunidad no durará mucho, es decir, estar ahí como posible abanderado del cambio tecnológico en la zona, durará el tiempo que dure. Creo que Colombia está en la posición de salir con algo de ventaja y que para ello debe estar bien asesorada, tiene que rodearse de quienes ya han hecho ese proceso y de quien ya se ha equivocado en ese proceso.

No me estoy vendiendo a mí, sino a aquellos que sí que saben dónde están los errores, para que eso no suceda en Colombia. En estos nuevos tiempos, en la nueva Hipersociedad los períodos son muy cortos, la capacidad que tenemos de racionalizar las cosas que pasan es más escasa, tenemos que ser capaces de trasformarnos de una manera más rápida.

Ya que lo menciona, ¿cómo percibe al resto de la región en ese tema?

Bien. Latinoamérica tiene una particularidad que no se produjo ni en Europa ni en Estados Unidos, y es que ha adquirido antes prácticamente que llegase ese contenido, todas las herramientas para fabricarlo, es decir, aquí tiene todo el mundo un ‘smartphone’, la capacidad de penetración ha sido muy alta. El sentimiento, de que esa tecnología tiene un sentido es muy alto, pero lo que falta todavía es ese contenido de calidad y un contenido sobre todo que más que anecdótico sea fundamentalmente algo que genere valor.

El contenido por el contenido yo no lo defiendo, defiendo el contenido de valor, que cuando se cree un contenido digital sea para complementar mejor la sociedad, y para ello hay una serie de elementos que Colombia como cualquier otro, debe ser capaz de reconocer, como el talento global, la inteligencia colectiva, las experiencias compartidas y en sí mismo el pensar en común.

Hay expertos que pueden ayudar a Colombia y otros países a que eso suceda, pero fundamentalmente es un cambio generacional, de conducta y de actitud.

 ¿Cuáles son las tendencias del consumo del consumo inteligente?

Básicamente consumos digitales, es decir, la sociedad que se rige en entornos digitales lo que consume es eso. Que puedan mostrar conocimiento, que les ayuden a aprender diferentes cosas, a mejorar sus productos. En estos momentos vivimos un momento de la historia en el que la idea del que fabrica es más importante que la cosa que se fabrica, y eso es una de las esencias principales.

Todo está cambiando y no darse cuenta es un error. ¿Qué consecuencias trae el hecho de no darse cuenta del cambio?

No darse cuenta de que todo está cambiando tiene un mal acabar. Por un lado, evidentemente la no prosperidad, el no entender las oportunidades empresariales. El no aceptar esos cambios de forma profesional sería no ser capaces de afrontar las posibilidades de modernización de un país y no aceptar ese momento actual es empobrecer intelectualmente a la sociedad.

¿Cómo darse cuenta de los cambios? ¿Quiénes deben hacerlo primero?

Debemos darnos cuenta los que nos dedicamos a esto, los primeros somos los ciudadanos, los que nos dedicamos a usar ese entorno nuevo natural para generar valor, es decir, los que tenemos la responsabilidad, los emprendedores en gran medida, de aceptar esos cambios.

Somos los que tienen que arriesgar. Luego están las grandes compañías, han de ser capaces de apostar por los nuevos emprendedores en la medida en que ellos puedan ayudarles a producir cosas mejores y luego la política, los gobiernos, han de ser capaces y han de ser líderes en ese proceso. Tienen que ser capaces de entender esto no como un estatus electrónico o como una moda, sino como el verdadero modelo de cambio de su país, han de liderarlo y estimularlo, no es necesario que lo subsidien pero sí estimularlo, han de ayudar a que eso suceda.

Vivimos en una sociedad gratuita, pero parece que cada vez más se quiere monetizar algunos productos  digitales (libros, películas, programas). ¿Por qué no es una tendencia generalizada?

Bueno, porque tienen que esforzarse en salvaguardar su modelo de negocio. No se han dado cuenta, en su mayoría, de que vivimos en una sociedad gratuita, y por eso lo aguantan.

Las compañías discográficas, las editoriales, no se han dado cuenta de que su modelo de negocio murió y en estos momentos esforzarse en que el costo que tiene escribir un libro y llevarlo a la venta no puede ser el mismo ahora que antes, porque antes requería una distribución, una tienda, una imprenta, una serie de elementos que en la cadena de valor incrementaba el costo y el precio.

Ahora mismo yo escribo un libro y lo pongo a vender en la Red, y no necesito a nadie, y la campaña me la hace la propia Red. Tienen que entender que su valor añadido ya no es el que era, ¡es un error!

Para quienes quieren conocer más a fondo las ideas del español, en su propio blog Marc Vidal compartió los planteamientos  que plantearía en su conferencia en Bogotá.

 

Leer más
Conferencias, Innovación Marc Vidal Conferencias, Innovación Marc Vidal

Hipersociedad

Hoy estreno en San Sebastián una nueva conferencia. Durante unos meses será, con ligeras adaptaciones al medio, el discurso que compartiré con vosotros en varios países. En concreto su título es “the crisis is over, welcome to new economy”. Aunque en este primer caso me centraré en internacionalización y conectividad empresarial para sobrevolar estos tiempos difíciles. La crisis finalizó hace años pero sin embargo no podemos hablar de “mejora” en las oportunidades económicas. Lo que viene ahora es un nuevo territorio complejo.

Hoy estreno en San Sebastián una nueva conferencia. Durante unos meses será, con ligeras adaptaciones al medio, el discurso que compartiré con vosotros en varios países. En concreto su título es “the crisis is over, welcome to new economy”. Aunque en este primer caso me centraré en internacionalización y conectividad empresarial para sobrevolar estos tiempos difíciles. La crisis finalizó hace años pero sin embargo no podemos hablar de “mejora” en las oportunidades económicas. Lo que viene ahora es un nuevo territorio complejo.

Hace unos años visité Guipúzcoa para dar una conferencia sobre la que se nos venía encima. Cuando la crisis se negaba, aquella vez intenté detallar lo que, por desgracia, luego sucedió. En aquella ocasión comenté que no estábamos en una crisis económica tradicional, sino que entrábamos en una crisis de valores. La crisis económica ya finalizó y lo que vivimos es una nueva etapa, un proceso sofisticado que nos conduce a una gran velocidad hacia un nuevo modelo económico.

La rotura del sistema financiero fue una consecuencia y no una causa. El conjunto de quiebras en cadena de todos los elementos que componen la compleja amalgama de la economía global son el resultado de un vencimiento a corto de la economía tradicional. Ahora estamos en la antesala de una Nueva Economía que se rige por otros parámetros mucho más digitales, socializados e invisibles. La nueva era del mercado obliga a las empresas a buscar otros escenarios donde desarrollarse y crecer. Una vía es la internacionalización y de eso hablaré esta vez. La nueva economía es digital, inteligentemente colectiva y globalmente internacional. Vivimos tiempos apasionantes e intentaré describir algunas de las claves de lo que se viene a llamar la hipersociedad.

En esta vida hay ciertas cosas que van irremediablemente unidas: el dolor de estómago y la manzanilla, Paris Hilton y la progresiva pérdida de fe en el ser humano, la política y la incapacidad, el título de enseñanza secundaria y la incultura supina, la televisión ideológica y el aburrimiento, el hombre del tiempo y los mapas, el deportivo descapotable y el simio que lo conduce, la cuarentena y el

implante de silicona, la plaza de Catalunyay los niños dando por culo con la pelota, las elecciones y las obras, el final de las elecciones y el final de las obras, la ineptitud y la oficina de atención al ciudadano, la desesperación y la pagina Web de RENFE y los aeropuertos con la humillación.

También van juntos el verano y las moscas, la fiesta mayor y el derroche, la radio objetiva y el silencio, yo y las conclusiones más tontas, un nudista y su bicicleta, una advertencia y su amenaza, la política de promoción local y la esterilidad, las mayorías absolutas y la falta de debate, la gestión pública y el retraso tecnológico, la autocomplacencia y los concejales, el divorcio y los cuernos, la anorexia y la moda, el espíritu emprendedor español y el vacío más absoluto, el dinero y la felicidad, los relojes y el tiempo, las pesadillas y el insomnio, la amistad y su cuidado, las matemáticas y Pitágoras, las decisiones arbitrarias y el responsable de vía pública de tu pueblo, la prensa subvencionada y el gasto público selectivo e Internet y el porno.

Los binomios que he enumerado pueden parecer resultado de la generalización, pero la estadística también lo es y nos la tomamos muy en serio. Por ejemplo, sería absurdo decir que los jóvenes son una tribu que solamente piensa en masturbarse, en tenderse en el sofá y en meterse de todo por la nariz. Como también lo sería asegurar que están sanos como manzanas y que todos tienen una habitación dedicada en exclusiva la lectura, a buscar la paz espiritual y a diseñar su microempresa.

Seguramente el término medio sea el idóneo para todas las comparaciones, sin embargo, ¿innovación y emprender no deberían de ir juntos? ¿Son los emprendedores los gestores del cambio a partir de un valor por la innovación que se les presupone?

Innovar hoy en día es algo muy complicado, ya nada está limitado como en el pasado. Antes alguien que se ponía en marcha, primero estudiaba, luego trabajaba y al jubilarse se dedicaba al ocio. Ahora eso ha cambiado, primero se jubila, luego aprende y finalmente trabaja. O incluso de otro modo, primero trabaja, luego aprende y al final se jubila, para volver a trabajar más tarde o estudiar, vete tú a saber.

El cambio de orden si afecta el producto. Es muy distinto. Por eso ahora decir que una cosa va ligada a la otra no es tan evidente, pero si sabemos que muchos de esos procesos están generando un verdadero valor innovador.

Hay ejemplos que demuestran lo que digo, pero, me quedo con uno denominado modelo de “ecoinnovación”. Concretamente uno que Gunter Pauli cita como experiencia de calado social en la isla canaria de El Hierro. Pauli “fue capaz de movilizar más de cien millones de euros en un año con recursos naturales como el viento, la marea o la agricultura”. Ahora mismo, cuenta que a partir de ese proyecto, surgieron 19 proyectos capaces de generar trescientos empleos. Pero como siempre pasa en un país donde emprender es pecado, se mantiene el escaso interés por este nuevo modelo.

Gunter Pauli es alguien admirable. Recomiendo descubrirlo a través de sus libros, de sus videos o de sus aventuras explicadas por otros. Sus libros se escriben en España muchas veces y lo curioso es que, en lugar de editarse aquí, se traducen en China y Corea prioritariamente. De hecho si quieres uno de sus últimos textos debes pedirlo en húngaro como más cercano. Este hombre dice cosas como esta: “cuando se toma café sólo se aprovecha el 0,2% de un grano de café, nadie presta atención al otro 99,8%”. Con él, en Colombia se producen hongos tropicales a menor precio y con más calidad que los chinos y nadie lo destaca, siendo uno de los elementos farmacológicos más potentes y efectivos contra múltiples acepciones y enfermedades cutáneas”.

Leer más