Las 'otras' claves de la compra de Whatsapp
De la operación entre Facebook y Whatsapp parece que sólo importan los costes y se dejan de lado aspectos socioeconómicos y de identificación del futuro inmediato. Cierto que son 19.000 millones de dólares lo que le ha costado a Facebook hacerse con Whatsapp. Durante el Barcelona World Congress es bien seguro que Mark Zuckerberg cierre el acuerdo con Jan Koum lo que, por cierto, convertirá a la capital catalana no sólo en el ‘centro del universo conocido’, de la telefonía móvil y de los datos sino también de los negocios digitales y en red. (Que cada uno se lo tome con el tono que considere, todos valdrían).
Pero, ¿qué significa este acuerdo? Es importante destacar que el máximo responsable de Whatsapp, Koum, ha dicho ya que esta operación no hubiera sido posible si su compañía hubiera tenido que renunciar a sus principios básicos de libertad, visión y modelo de negocio. Eso puede marcar determinantemente lo trascendental de la cuestión.
Para entender realmente de lo que hablamos debemos abandonar los patrones de análisis económico tradicional como ‘beneficios’, ‘ebitda’ o facturación respecto a usos. En este caso y sin que sirva de precedente en este blog, lo que vamos a analizar es la grandiosidad de las cifras de uso.
Que los servicios de mensajería instantánea a través del móvil están de moda y son objeto de deseo es algo que llevamos comentando meses. El último movimiento en este sentido confirma la teoría.
La retórica habitual de la bolsa y de los noticiarios económicos no sirven hoy. Todo el mundo se olvida hoy de que el gigante de Internet Rakuten, conocido sobre todo por su tienda online de compraventa de todo tipo de productos, se hizo con el servicio de mensajería y de llamadas sobre voz IP Viber. Pagaron 900 millones de dólares a fin de plantar cara a Amazon por ejemplo. La guerra es más que económica, es social y de control de usuarios sino no se entenderían algunas cifras. ¿Influencia, datos y gestión social por encima de beneficio y facturación? Viber tiene una base de 300 millones de usuarios registrados en todo el mundo, mientras que Rakuten está presente en 40 países y espera a convertirse en el principal proveedor de servicios en Internet en el mundo, pero para ello, ahora, necesita el permiso del todopoderoso Amazon. Ya se verá.
Pero volvamos a lo que nos ocupa hoy. Hablamos de una empresa que tiene 1.200 millones de usuarios consumiendo publicidad todos los días de manera casi imperceptible para ellos y de otra que tiene más de 400 millones de clientes pagando una cuota ridícula anual por enviar mensajes. Sumados son una verdadera e inédita mole de datos y posibilidades. Jamás, la humanidad, estuvo en esas cifras bajo un paraguas del mismo tono y textura.
Lo miremos por donde lo miremos esto es lo más grande que hemos vivido a nivel corporativo en el mundo en cuanto a la influencia sobre el número de personas se refiere. Otra cosa serán las cifras económicas tradicionales que utilicen y sus expectativas. Como hemos visto últimamente, esas maneras de medir, ya no sirven siempre, hay otros factores que influyen en el atractivo de una empresa. Por ejemplo que hacen con el dinero y como determinan los ritmos vitales de otras miles de empresas que dependen de estas. ¿Quién duda en estos momentos que Facebook no influye en la toma de decisiones de centenares de multinacionales? ¿Quién puede dudar de que Whatsapp ahora determina muchísimas dinámicas comerciales de medios de comunicación? Pues eso.
Whatsapp se llevó por delante todas las operadoras de SMS del mundo en apenas dos años. Así, sin miramientos. Ahora todas ofrecen ese servicio prácticamente gratis. Era posible.
No me importa tanto el porque ‘ellos’ han llegado a ese acuerdo como lo que ‘nosotros’ vamos a lograr con ello. La Nueva Economía también se los llevará por delante si la decisión ha sido demasiado privada o pretende ser exclusivamente para el beneficio de esas compañías y olvidan que este mundo quita y pone reyes a una velocidad brutal si algo no es para el bien común.
Si lo han hecho por una u otra razón ya se verá pero lo que realmente importa es que Facebook se ha unido al enemigo, lo ha hecho para reforzar algo que buscan hace tiempo y que tiene que ver con la mensajería instantánea. Han descubierto que tener más mil millones de usuarios no garantiza dominar todo lo que se te ponga en la cabeza ‘obligando’ a tus usuarios a usarlo.
Facebook nota que pierde usuarios por las bandas, entre los que buscan comunicar rápido y privadamente y tras el fracaso por adquirir Snapchat se lanzaron a por la que domina el mercado. Esta operación, para mí responde a claros intereses de permanencia y de trascender a título puramente de negocios, pero hay cinco puntos que se derivarán y que de verdad importan a mi juicio:
1. Se están creando el nuevo escenario de relaciones sociales entre diferentes modos de conexión. Nunca antes los dispositivos dejaron de ser tan poco importantes y dejaron paso de un modo tan claro a ‘lo que hacemos’ y no ‘con que lo hacemos’. Esta ‘fusión’ de conceptos marcará el futuro inmediato.
2. Genera un espacio de libertad sin precedentes pues, a diferencia de lo que se escribirá y se nos dirá, Whatsapp supone un grado de gestión de datos inabarcable y de un valor privado mucho más evidente de lo que hacemos en Facebook. A partir de ahora deberán conjugar ese doble nivel de privacidad del que la red social carece y que necesitará mejorar.
3. Sentencia las compañías telefónicas al pasado definitivamente. Ya no hay vuelta atrás. Las compañías de telefonía deberán ir pensando en vender todo tipo de instrumentos de cocina pues en gran medida este es el pistoletazo de salida para que muchas de ellas no encuentren espacio para sus negocios. Tras esta operación vendrán otras como grandes empresas logísticas como Amazon u otras acaparen los modelos de pago, transacción, gestión y otros. PayPal ya advirtió. El fin de una era nos muestra otra más libre, estimulante y brillante. Si yo fuera transportista, cajero de un banco o dentista, empezaría a buscar a que me podría dedicar en el futuro inmediato.
4. Estimula modelos de negocio híbridos en los que unos buscan la publicidad y otros la cuota. Whatsapp no entrará en la publicidad, eso dicen, y Facebook no la abandonará. Nos enseñarán a vivir en ese doble escenario y aprenderemos a combinarlos con eficiencia.
5. Muestra el futuro inmediato. Todo pasa por la digitalización de las emociones, vivencias y relaciones. Esto no es solo una operación empresarial entre corporaciones, esto es el puto futuro viniendo a toda leche.
Revoluciones en marcha: 'crowdfunding'
Vivimos en beta constante. Sorprendentemente asistimos a una transformación gigantesca y lo hacemos de un modo casi natural. Algunos elementos nos muestran la dimensión de la erupción y otros, sinceramente, nos la amortiguan. A esta última pertenece todo lo que tiene que ver con el modelo financiero, aquel que hizo aguas hace ya más de seis años. Pero la historia les tiene reservados una sorpresa. No se dan cuenta, o si, que el viento sopla fuerte y lo hace a ráfagas, pero tumba todo lo que se le pone delante si no le sirve. La banca actual, sirve, pero no es eficiente para lo que la sociedad, los emprendedores, las nuevas dinámicas económicas y la nueva escala de valores en las fases de creación, fabricación y venta, precisan.
Es muy curioso detectar como no es solo ya un tema de ‘nueva moneda’ como el bitcoin, o una sociedad de valores en alta frecuencia, ni tan siquiera tiene que ver con las nuevas reglas de la economía digital. Tiene que ver con una nueva conciencia social y casi genética que toda una nueva generación está desarrollando sin darse cuenta. Los cambios, tenemos experiencias recientes, son rápidos y se llevan por delante a cualquiera.
No es cuestión de adaptarse, estoy seguro, se trata de aceptar que hay cosas que ya no tienen futuro, no funcionarán y otras vendrán. Es más barato cerrar un negocio y fundar otro con la experiencia adquirida que esforzarse en modular, estilizar y retocar el que ya no se adapta bien a los tiempos que corren. Incluso veremos cosas sorprendentemente buenas. Entidades financieras apostando por proyectos que suman en el ámbito del ‘crowdfunding’. Miren sino el detalle al que hace referencia Carlos Blanco en su blog sobre las cinco primeras inversiones que el fondo BStartup del Banc de Sabadell. Una de ellas es de ‘crowdfunding social‘.
Un ejemplo claro de cómo se está desarrollando esa mutación gracias a la capacidad de romper cadenas de valor inamovibles, a tumbar muros inquebrantables y al empoderamiento que la tecnologías está dando a las personas sería el denominado ‘crowdfunding’ que otros nos gusta llamar ‘la democratización del espíritu empresarial’.
Hay proyectos que difícilmente lograrían financiación en el mundo ‘real’ de los bancos y entidades de soporte al emprendedor. Por ejemplo, Bugasalt, un juguete como una escopeta que dispara ráfagas de sal para matar insectos que recaudó más de medio millón en una plataforma de ‘crowdfunding’. El mercado resulta que esperaba ansioso el ‘juguete’, pues como se puede entender, los que aportaron dinero eran potenciales clientes. Lo que estos proyectos suelen tener en común es que los consumidores los quieren y ponen el dinero incluso previamente. Son ellos mismos los que, dispuestos a pagar para que se desarrollen, ponen el capital previamente y a partir de la imaginación de un empresario se logra generar.
Lo importante es empezar a ver las cifras que se manejan. En los últimos 3 años, la economía crowdfunding ha casi cuadruplicado su peso llegando ya a más de 5.100 millones de US$ en Estados Unidos. Poco en comparación con el mercado tradicional pero en plena línea de crecimiento exponencial. El ‘crowdfunidng‘ es apenas un bebé, está en pañales, se deberá estar atento pues, como se verá, la economía de captación de fondos de modo abierto y popular está apunto de vivir su mayor punto dramático de transformación como indica este gráfico que hoy acompaño y que ha creado el portal Clarity.
En breve podré informar de otra inversión que acabo de hacer sobre un proyecto en este sentido y que me ilusiona especialmente.
La 'no burbuja' de los billones
Ayer se supo que Twitter perdió 645 millones de dólares el pasado ejercicio. Sin embargo su valor nominal es brutal y, a pesar de que a estas horas su valor bursátil se ha desplomado, en cuestión de días que se recuperará. Aunque no aparezca en la lista, bien podría ser miembro de una de las listas más selectas del mundo empresarial y tecnológico actual. The Wall Street Journal publicó un gráfico interactivo en el que figuraban más de 30 startups con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. Son valoraciones objetivas en base a las entradas de capital que han vivido recientemente.
Curiosamente, aunque no es una sorpresa, en este club casi no hay empresas europeas, pero si hay chinas. Tengamos en consideración que el futuro que ahora estamos labrando en términos como ‘la Internet de la cosas’, ‘el Big-data’ y la ‘metamorfosis de la sociedad’, se construye desde la empresa, es la apuesta tecnológica que hacen las organizaciones privadas las que marcan los comportamientos, la evolución y los ritmos sociales. Si en Europa cada vez es más difícil reconocer propuestas que puedan ser consideradas determinantes en la escena empresarial y tecnológica del futuro mal vamos. Esta lista, a parte de ofrecer una posible tendencia hacia la sobre valoración de las compañías, también nos dice que Europa envejece. Es obvio y que lo hace de la pegajosa mano de sus dirigentes también.
Me cuesta ver como algo etéreo e inconsistente un volumen tan grande de afectados. Miles de millones de personas activando y desactivando procesos que, independientemente del rango y cálculo en el que se ubiquen sus cuentas de resultados, está claro que rigen y condicionan el presente y asignarán las bases del futuro. Seguramente, en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.
Las opciones son dos: que la ‘digitoburbuja’ explote y nos muestre que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación es un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr fue comprada por más de mil millones cuando solo facturaba trece) conduce irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores atentos.
La otra opción. ¿Y si no explota? ¿qué aprenderíamos entonces? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.
Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías. Pero también vamos a las impresionantes cadenas del longtail, de la economía low cost y a la diversión monetizada.
Ahora bien, algunas de estas empresas están muy valoradas mientras sus modelos de negocio siguen sin estar validados y lo único que aportan es unas cifras de usuarios y escalabilidad brutal, aunque eso no se monetice. Su valor no deja de ser otro que su expectativa y no tanto la cuenta de resultados. Está claro que el mundo ha cambiado mucho pero no creo que podamos mantener por más tiempo ese recorrido por el desierto a menos que esto responda a la creación de una enorme y reluciente burbuja tecnológica. Creo que no, pero también creo que veremos caer alguna y que su derrumbe arrastrará algunas que si estaban en condiciones de soportar ese escenario de futuribles pero que precisaban más tiempo.
La exhuberancia de la época de las puntocom y su posterior quiebra no es comparable. En aquella época se vendían por miles de millones un ‘powerpoint’ sobre un portal donde no había ni un usuario registrado. Eran tiempos en los que un tipo con un ‘vespino’ y un ‘portátil’ preparado con una presentación basada en plantillas ‘cool’ se plantaba ante un consejo de administración de un banco europeo y en apenas diez segundos le compraban la idea, el proyecto y metían a media familia en el paquete. Ahora no es así pero la valoración desmedida de algunas compañías podría ser un hándicap, pues si alguna de éstas al final se la valora en revisión y pierde esa enorme consideración, arrastrará a muchas otras y con ello estaremos en un escenario que tampoco responderá a la realidad pero que se basará en el pánico, sobre todo de los mismos que ahora están engordando los valores de estas mismas empresas.
Mi impresión coincide con la del Harvard Business Review que ofrece una sencilla explicación a esta lista de empresas con valoraciones mil millonarias: “un dólar en el año 2000 no equivale a un dólar en 2014, sino a 1,35 dólares. Eso para empezar. Si en lugar de realizarse la comparación en términos nominales se lleva a cabo en términos reales, se descubre de que de las 25 empresas estadounidenses en la lista, solo 15 superarían una valoración de 1.000 millones de dólares en términos reales”
Creo que si entramos en argumentos más técnicos, como se reflejaba recientemente en una publicación como Sintentia, “veríamos que la razón contraria a la existencia de una burbuja sería una comparativa entre los ratios Valor y Ventas en 1999 y en el momento actual. Veríamos pues que mientras que en 1999 este ratio indicaba que se estaban valorando a las empresas por importes de 26,5 veces las ventas, las valoraciones actuales son de solo 5,6 veces las ventas”, lo que parece situarnos lejos de una hipotética burbuja, al menos en lo que a la relación entre valor y ventas se refiere. ¿Tú que piensas?
Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles que los modelos ‘big data’ están atrapando. Gestores digitalizados de posicionamiento aplicados a compañías aéreas se basan en gestores de color o impresiones como las que entregan Pinterest o Tumblr establecen valores de empresa que hasta ahora no se contemplaban. Trescientos millones de usuarios en aplicaciones móviles como Whatsapp conceden expectativas muy distintas a todo ese universo de esa llamada ‘burbuja’.
Como se podía leer recientemente en el Wall Street Jounal, una de estas empresas que aun no están en esa lista pero que probablemente lo estarán, Foursquare, ha logrado materializar un contrato con Microsoft por algo que si será determinante: los datos. Mientras que la publicidad en esa plataforma no arranca, lo datos que maneja de los millones de usuarios si son oro de muchos kilates. Ahora mismo la entrada de estos 15 millones por un convenio de colaboración vinculante ponen a los de la red de geolocalización en los 650 millones de dólares de valoración nominal. Yo sigo pensando que lo que se está organizando y posicionando es el futuro esencialmente y el modo en el que lo vamos a vivir, comprar y vincular a las empresas que diseñarán como nos acercamos a nuestros intereses más inmediatos.
Los resultados de Facebook
Hace pocos días comentábamos que algunos indicadores podían estar señalando que Facebook estaría iniciando un descenso hacia el infierno. Informes como el de Princeton aseguraban fechas concretas y números directos de pérdidas de usuarios. A fecha de hoy lo único que sabemos es que en el histórico de valor de la cotización de la red social y de su número real de usuarios activos siguen creciendo y parecen muy lejos de lo que podría ser un final a la vista. Nadie puede asegurar que ese traspaso suceda, de hecho es un secreto a voces que Facebook tiene algo menos de repercusión en las campañas elaboradas que hace unos meses, pero puede que simplemente sea un ajuste hacia nuevos modelos de gestión en el uso de la red a título publicitario, comercial o profesional. Pienso que las empresas que han puesto rumbo al futuro están consolidando su negocio y su escenario de manera cada vez más eficiente. Creo que se aprendió mucho más de lo que parece de la burbuja puntocom.
Facebook es una mina de oro, al menos de momento. La compañía dirigida por Mark Zuckerberg se ha disparado completamente en bolsa después de presentar este miércoles sus resultados. Las acciones que cotizan en el Nasdaq 100 han abierto esta tarde con un crecimiento del 15% hasta alcanzar los casi 62 dólares, su mejor dato desde que la compañía se estrenara en bolsa el 18 de mayo de 2012. La fiebre ha sido tal que las operaciones durante el cierre del mercado llegaron a aupar los títulos a un crecimiento cercano al 20%.
Obviamente no se puede decir que una empresa pueda estar en crisis o vislumbrarla en el futuro cuando la facturación de la compañía asciende en un año a 5.788 millones de euros, un 55% más que en todo 2012. Sin embargo no olvidemos los motivos por los que se asegura que puede estar iniciando un retroceso en los usuarios del futuro, los jóvenes, y consolidando los que exigen menos innovación.
Próxima estación: 'emergentes'
La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.
La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.
Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.
Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.
Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.
Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.
De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.
Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?
Burbuja digital o Nueva Economía
Como inversor e impulsor de proyectos tecnológicos conozco el gusto amargo de la falta de facturación inicial y el flujo de caja negativo. Reconozco el valor de una hoja de ruta y un plan de gestión flexibles por la enorme cantidad de imprevistos ‘previstos‘ que surgen en ese camino. Aunque no siempre, considero que el éxito radica en entender que, en la Nueva Economía, hay un espacio llamado ‘death valley’ y que tiene mucho de confianza pero también de valentía. Es duro pero endurece la epidermis de quienes viven ese tránsito durante meses, tal vez años, hasta alcanzar las primeras cifras positivas.
Esta es una de las características de la llamada “digitoburbuja” actual. Una teoría que nombra como burbuja económica a todo aquello que tiene que ver con startups, salidas a bolsa de redes sociales y derivados. Por ejemplo, se dice que Pinterest no tiene modelo de negocio claro, que Twitter no es rentable o que Facebook está lejos de ser un gran negocio. Decir eso quiere decir que se está analizando el asunto desde la perspectiva contraria a la que exige la Nueva Economía y el momento actual donde las cosas no son como creemos que son. Que los modelos de negocio digitales también fracasan es evidente. Hay muchos que así lo han vivido y muchos que lo vivirán. Salidas a bolsa desastrosas o rondas de financiación caóticas serán parte de la literatura utilizada por los que critiquen esta modalidad económica, sus sectores y sus modos de relación.
Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles que los modelos ‘big data’ están atrapando. Gestores digitalizados de posicionamiento aplicados a compañías aéreas se basan en gestores de color o impresiones como las que entregan Pinterest o Tumblr establecen valores de empresa que hasta ahora no se contemplaban. Trescientos millones de usuarios en aplicaciones móviles como Whatsapp conceden expectativas muy distintas a todo ese universo de esa llamada ‘burbuja’.
Me cuesta ver como algo etéreo e inconsistente un volumen tan grande de afectados. Miles de millones de personas activando y desactivando procesos que, independientemente del rango y cálculo en el que se ubiquen sus cuentas de resultados, está claro que rigen y condicionan el presente y asignarán las bases del futuro. Seguramente, en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.
Las opciones son dos: que la ‘digitoburbuja’ explote y nos muestre que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación es un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr fue comprada por más de mil millones cuando solo facturaba trece) conduce irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores atentos.
La otra opción. ¿Y si no explota? ¿qué aprenderíamos entonces? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.
Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías. Pero también vamos a las impresionantes cadenas del longtail, de la economía low cost y a la diversión monetizada.
Line, la competencia de Whatsapp detectó que el negocio no estaba en cobrar cuotas, en generar dividendos por usuario o aportar un modelo de negocio tradicional. El asunto se trataba de buscar como piensa la gente en pleno siglo XXI y en que creen estar dispuestos a poner su minidinero. Resultó ser tan simple que asusta.
Line gana 10 millones de dólares al mes vendiendo stickers. Naver, la compañía surcoreana propietaria de la aplicación de mensajería instantánea ingresa 10 millones de dólares por la venta de stickers (las pegatinas con dibujos de pago que los usuarios pueden adquirir). Utilizar una serie de estos dibujos es gratis, pero existen ediciones “limitadas” o “Premium” que los usuarios pueden obtener pagando diversas cantidades, que rondan los dos euros. Es decir, la función básica del producto, comunicar entre personas, es gratis, pero hacerlo con ‘addons’ es de pago.
Cuando whatsapp dijo que cobraría un dólar al año por el uso de su aplicación casi hay manifestaciones en medio mundo, pero cuando se trata de pagar por un aditivo inservible se acepta. Ojo a lo que llamamos digitoburbuja porque seguramente hasta eso es factible de convivir con la realidad de la Nueva Economía.
Lo que quiere un inversor
Reunirse con Lauren Flanagan es un lujo. Esta mujer dirige un fondo de inversión especializado en empresas tecnológicas lideradas por mujeres llamado Bella Capital. Durante una conversación abierta en la que se trataban temas acerca de los modelos de inversión en startups y en como se interesan los inversores en dichas empresas, esta mujer lanzó una lista de detalles que pueden ser contempladas como estrategia fiable y que pueden servir a los que estéis buscando financiación de vuestros desarrollos.
Me gustó su discurso sobre que “muchos emprendedores que buscan capital lo hacen casi como pensando que el inversor se lo va a ‘imaginar’ todo o que ‘tiene la obligación de dar dinero porque tiene mucho”. Pienso como ella en que no se puede uno presentar ante un Venture Capital o un Business Angel con una idea y poco más, pero también en que no se puede plantear la captación de fondos en base a intenciones y un recorrido de escasa longitud. Hay cosas que, sin dinero, se pueden hacer: convencer personas, llegar a acuerdos, establecer equipos y demostrar que la idea ha empezado a desarrollarse.
Os dejo con un listado que puede ser muy útil para saber lo que espera un inversor en startups. Veréis que en gran medida respira a lo que yo mismo defendiendo mis proyectos, invirtiendo en otros, dando clases en escuelas de negocio o simplemente cuando escribo de ello.
Llenar una necesidad insatisfecha de un mercado de mil millones de dólares.
Los inversores buscan el “debo tener“ del mercado en lugar del “sería agradable tener“. Los inversores apuestan por soluciones a los grandes problemas del mercado. Por cierto, ten en cuenta el ‘gran mercado’. Este término, el de ‘gran mercado’, significa que deberás tener espacio para los errores y hacer cada vez más atractivo tu producto a los potenciales compradores en un tiempo prudencial. Es importante calcular con precisión lo que vas a escribir. Es agotador leer un Business Plan en el que alguien dice que “con una cuota del cinco por ciento de un mercado de tres mil millones de dólares alcanzaremos con seguridad los ciento cincuenta millones”. Eso no es para nada creíble.
Demostrar liderazgo para crear estructura fiable.
Los inversores apuestan por los que pilotan el asunto. Si puedes contratar a los mejores talentos sin mucho dinero, demostrarás que tienes capacidad de liderazgo . Los inversores también buscan experiencia empresarial previa del equipo fundador. Si puedes demostrar que tu equipo ya trabajó antes en común, mucho mejor.
Llenar los huecos en tu equipo directivo con asesores experimentados.
Debes convencer a personas de valor reconocido que, por lo menos, se impliquen en tu proyecto. Las aceleradoras permiten ese elemento ya que el concepto mentor sustituye en gran medida eso. Tener mentores reconocidos en el sector inversor ayuda a que la valoración de la posible entrada sea mejor. Para tener una buena parrilla de salida es importante un director ejecutivo, un representante con los inversores y un experto externo en materia legal. A partir de ahí hay que completar con un selecto grupo de mentores y soporte de algo que se llama ‘smart money’ o capital inteligente. Es decir, no todo lo que el inversor busca es que ‘otros’ también pongan dinero, a veces, el inversor financiero busca equilibrar otros activos presentes. Si logras en ese campo añadir un ‘emprendedor o empresario de éxito’ a tu proyecto tienes muchas más opciones de captar fondos. Es evidente.
El socio estratégico que da ventajas competitivas en economías de escala
Es importante que el inversor potencial vea que eres capaz de buscar y gestionar con claridad algunas alianzas transformadoras que te ayuden a entrar en el mercado de manera más rápida. Por ejemplo la distribución, la fabricación o la gestión deben ser más rápidas y eficientes gracias a apoyos y convenios que debes presentar antes al inversor. Que luego esos acuerdos estén más en firme o no, dependerá de otros factores.
Demostrar tracción de ventas con tus clientes de referencia
Nada huele más a éxito que las ventas a grandes marcas. Si tu producto o servicio todavía está en fase de ‘testing’, déjate probar gratis por los grandes clientes. Aquí también puede ayudarte un buen trabajo de acercamiento a personas de éxito que permitan presentarte ejecutivos de grandes compañías. Estos deberán ayudarte a lograr una exposición de buenas métricas y, además, fiabilidad por que en empresas de alto valor suelen existir los grandes desarrollos. Servirá al inversor a visualizar más claramente por donde va el plan de cliente potencial. Si tu proyecto responde al ‘long tail’ también puedes usar grandes compañías simplemente deberás calibrar el modelo de pruebas.
Desarrollar un modelo financiero fiable.
El plan financiero debe ser lo más detallado posible pero sin llegar al absurdo que compone un Excel de ‘agencia pública y ayuda al emprendedor’. Es curioso como todos los planes financieros vienen con la misma tabla verde repleta de fórmulas y activos aplicados que no sirven para nada. ¿Qué importa el coste de una mesa de despacho o de una grapadora? Habla y diseña una hoja de ruta financiera fiable y consistente y olvida los detalles de contable aficionado. Trata de proyectar, con un margen de error admisible, los flujos de efectivo mensual para los dos primeros años, y los flujos de efectivo trimestrales para los próximos tres años. Calcula la cantidad de dinero que vas a necesitar para llegar a cada ‘milestone’ y establece el punto de equilibrio en el flujo de caja de manera totalmente honesta. Si no es fiable no invertirán en ti. Ni por conservador ni por enloquecido. Se exacto según tu criterio, no retoques lo que salga para que cuadre según tus expectativas no escritas. Sobretodo, prepárate para responder al ¿Cuándo hace falta y cuando saldremos al mercado?
Mostrar cómo su empresa va a ganar dinero de manera escalable.
Los inversores queremos (quieren) saber cómo vamos (van) a ganar dinero. Es obvio. El ochenta por ciento de las salidas de los inversores provienen de las fusiones o adquisiciones de menos de dos cientos millones de dólares en USA. El cincuenta por ciento son de menos cincuenta millones. Es decir, que los inversores en fase inicial quieren hacer convertir en diez o veinte veces mayor su inversión en apenas cinco años. Muestra cómo tu puesta en marcha va a proporcionarles dinero en base a aspectos aritméticos fiables, conclusiones fáciles de detectar y abandonar las quimeras sobre lo que ‘el mercado querrá en un tiempo’. Si hablas de internacionalizar hazlo con criterio profesional, no digas que tienes un primo, un amigo, alguien que conoce a la hermana de la querida del chofer del viceministro y que de ese modo tienes vía directa a la empresa más importante del Estado. No sirve. Todos hemos escuchado eso antes. Habla de escalar y de los rendimientos potenciales en la internacionalización asumiendo los gastos exigentes de esa aventura exterior.
Finalmente sólo te aconsejo algo más. Asegúrate de que estés apuntando a los inversores de tipología concreta que puedan estar interesados en tu segmento de negocio. Además, si no logras el dinero, no desistas. Sigue con tu reto, hay momentos que un no temprano se convierte en un si posterior, y un muro que parece infranqueable en la mayor motivación para lograrlo. Cada vez que alguien me dijo ‘no’ en su día, me impulsó más a demostrarles el error que cometían. Por ahí hay alguno que debe pensar, ‘debería haber invertido en aquello que me presentó’. Persigue eso.
Acelera en marketing e innovación
Andamos estos días cerrando la entrada en una compañía de tecnología aplicada. En una de las conversaciones previas, uno de los socios más reacios a la posible operación nos acusó de que nuestra empresa gastaba mucho en marketing y, atendiendo al momento que estaba viviendo la economía, no parecía razonable. Que además eso lo combinábamos con mucho consumo en desarrollos tecnológicos que tal vez no verán la luz. Contesté que, en mi opinión, es un error sacrificar en ‘época de crisis’ parte del presupuesto de marketing.
Normalmente los damnificados son los departamentos de innovación y desarrollo, publicidad, comunicación o, ahora también, el de estrategia en redes los que sufren los recortes rápidamente, pero que si examinamos lo que hacen las grandes (no por tamaño exclusivamente) veremos que ese error suele ser más un discurso genérico que una realidad. Las marcas que lideran la economía (no sólo en facturación) tal vez recortan, pero lo hacen de un modo distinto al que explican.
Por experiencia, y porque algunas de las empresas con las que trabajamos en IDODI así nos lo demuestran, invertir más en estos tiempos complejos, suele ser invertir en futuro. Hay que hacerlo bien, pero hacerlo al fin y al cabo. Aumentar el presupuesto en marketing es invertir en el fortalecimiento de la marca, hacerlo en investigación y desarrollo permite que esa marca se acomode al futuro con garantías. Son los dos pilares del gestor corporativo. No abandonen ninguna de las dos en estos tiempos duros. Arriesguen.
Se dice que cuando el mercado se seca y se deteriora el consumo lo lógico es recortar. Tal vez en un momento determinado no hay más remedio, pero esa opción suele hacerse crónica y, tras tres años de recortes, lo que logras en la empresa es reducir personal y opciones y lo que has hecho es deteriorar la capacidad de adaptación al nuevo escenario. Es algo parecido a lo de despedir personal cuando las cosas pintan sombrías. ¡Fail! Nunca, y he vivido varias, he despedido por ajustarme a un mercado que se estrechaba. Siempre he contratado más gente cuando todo se complicaba, pacté con los que entraban y con los que se quedaban, con todos asumimos ese momento de dificultad como oportunidad y salió bien. En lo que llevamos de ‘crisis’, en pleno retroceso laboral en España he intentado que mis proyectos empresariales aumentaran sus trabajadores de manera exponencial.
La contratación de aquellos años en plena crisis ‘puntocom’ sumada al pacto con los que ya estaban contratados, fue determinante. Un ajuste salarial a cuenta de compensaciones futuras (que se cumplieron) se pudo invertir en publicidad, marketing y en la investigación de desarrollos que nos dieron gran ventaja. Desde aquellos días a principios de siglo tengo claro que las empresas con más futuro son las que potencian su comunicación para fortalecer su marca y a la vez invierten en I+D para diferenciarse. Estas, suelen ser, las que ven el mercado global como su campo de batalla pues esos dos puntos requieren una visión internacional del asunto. No haber despedido a nadie nos permitió afrontar la recuperación con el personal más preparado que la competencia y mucho más experimentado por cierto.
Decía Pascual Montañés, profesor del Instituto de Empresa que “la comunicación en tiempos de incertidumbre es cada vez más estratégica. Porque las empresas vendemos tangibles, pero nos compran intangibles. Y ahí la comunicación tiene un papel clave. Benetton vende ropa pero la gente compra marca; el que compra marca compra imagen y el que compra imagen compra autoestima”. Me niego a apretar el cinturón en temas de marketing por sistema, como tampoco lo haré en aspectos de investigación y de desarrollo tecnológico. A las empresas que asesoramos intentamos explicarles la ventaja que se puede alcanzar con esta filosofía y con la visión a largo plazo. Estamos en pleno excedente social, con empresas, productos y empleados demasiado parecidos por lo que es clave diferenciar. Es en plena época de caída del consumo el prosumidor en lugar de comprarse tres camisas de distintas marcas se compra sólo una. Pero ésa debe ser de la marca que nosotros vendemos. Por eso la necesidad de diferenciación es más importante que nunca.
En España es difícil entender que en épocas complejas hay que arriesgar más. Suele ser por el miedo al fracaso, al derrumbe público y al pavor de la quiebra financiera que te condena perpetuamente a la clandestinidad como si fueras un asesino múltiple. El riesgo en momentos difíciles suele ser una pared infranqueable. Se pone como excusa que las cosas no van bien para no acelerar. Sin embargo, es más difícil cambiar, arriesgar y acelerar cuando las cosas van bien que cuando están francamente duras. España, que sigue dependiendo de la microempresa, necesita cambiar la filosofía inversora y sus prioridades.
En Estados Unidos aumentó el consumo publicitario y la inversión en marketing en los momentos más jodidos de la crisis reciente. Fundaron más empresas tecnológicas en 2008 en California ellos solos que toda Europa junta. Se pusieron a vender sus productos con más ímpetu que nadie a pesar de todo lo que estaba diluviando. Son maneras de verlo y yo me quedo con esa.
Uno de mis socios que más tiempo llevan conmigo y que mejor me conoce me dijo que “de valiente que eres pareces suicida”, pero que tras tres aventuras empresariales conmigo había entendido lo que me pasa. Me aseguró que yo “debía ver la vida como quien se acerca a un puente levadizo. Te acercabas a velocidad crucero justo cuando alguien decide que se empiece a abrir. Las estructuras por las que debería pasar tu coche se levantan lentamente y la lógica te aconseja detenerte“ Lo lógico aseguraba era esperar a que, tras pasados unos minutos, el puente regrese a su estado natural y permita abordarlo con calma y sin sobresaltos. No obstante, según él, yo no paraba. Me hizo recordar momentos en los que ante un puente de eso “en lugar de parar, tú aceleras. Haces como en las películas de acción que pisas a fondo, pues consideras que hay opciones de pasarlo y no esperar si lo tomas a toda hostia“.
Supongo que si, que debe ser así pero yo lo veo de otra manera. De esa decisión aparentemente arriesgada aparece la ventaja que espero. Cuando decido que voy, otros puede que se detengan. Cuando te diriges al puente ya no hay manera de frenar y la única opción es aumentar la velocidad, más y más. Finalmente llega el salto y esa belleza de instante que dura lo que dura. Segundos, minutos o años, pero que maravillosa sensación detenerte en el espacio entre las pasarelas sabiendo que lo que haces es lo que siempre has querido hacer.
Tengo la creencia que vivimos un instante de la historia en el que muchas empresas tienen ese puente delante. Ese salto. Recomiendo acelerar en marketing e innovación, en incluso buscar fórmulas para contratar más personal llegando a acuerdos con ellos. Recomiendo acelerar y saltar. Les recuerdo no obstante que, antes de saltar, revisen ruedas, motor, combustible y si, el coche que les vendieron posee la potencia que marcaba el catálogo, no sea que no llegue a la velocidad necesaria para saltar con ciertas garantías. Que entre el saltador y el suicida sólo hay una diferencia: el paracaídas.
Claves para el éxito
El lunes participaré en un evento en Belfast donde se va a analizar el valor del éxito profesional y sus derivadas con respecto a la negociación, dirección de equipos, emprendeduría y otros valores asociados. A pesar de que mi modelo de empresa no puede basarse en este decálogo en exclusiva pues me interesan formas abiertas, flexibles y con un buen número de espacios diferentes donde acudir, es cierto que hay patrones previos, fases que cumplo siempre que pongo en marcha un nuevo proyecto.
Aunque para mí el éxito no es más que hacer lo que te venga en ganas y que de ello extraigas conocimiento y diversión. Sin embargo hay claves para alcanzar retos y para poder lograr esos objetivos. Steve Jobs se solía referir a un listado de doce elementos que convirtieron a un outsider universitario en uno de los empresarios de mayor éxito del planeta. No soy muy amigo de los listados cerrados, sin embargo el lunes tengo que enumerar algunos y se me ocurrió algo parecido a lo que Roth Carol propuso al The Globe y crearon el listado que se votó mayoritariamente como los patrones del triunfo en los negocios y en la empresa. Os dejo con este decálogo como ”ecuación del emprendedor”.
Fase 1: Define tu motivación. Sobre los objetivos.
Pregúntate por qué realmente deseas iniciar un negocio. ¿Estás buscando hacerte rico rápidamente? ¿Quieres demostrar tu talento o servicio? ¿Estás cansado de tu jefe? Estas no son razones para iniciar un negocio. Por otro lado, si te gusta la idea de dirigir una entidad, si te gusta la creación de sistemas y procedimientos, adoras dar a los clientes un buen servicio, si prosperas siendo muchas cosas en la vida modificando tus responsabilidades, entonces el espíritu empresarial puede ser algo a considerar.
Fase 2: Dá la bienvenida a su nuevo jefe. Sobre la libertad
Al iniciar tu propio negocio, ya no tienes ningún control. Y, puede que no tengas la libertad que pensaba iba a tener. Ahora pasas a estar controlado por tus clientes, inversionistas o prestamistas y usted es personalmente responsable de responder a todos ellos. Eso sucede todo el tiempo. Sin embargo siéntete libre porque lo eres. Lo serás en la medida que te sientas parte del conjunto de cambios que estás viviendo y en la medida que puedas otorgarle valor a la búsqueda de los propios sueños.
Fase 3: Evaluar qué tan bien se trabaja con los demás. Sobre el aprender.
Muchas personas sueñan con abrir un negocio como un escape. Las razones van desde no soportar el molesto compañero de trabajo o de un jefe autoritario. Pero tener un negocio no significa que ya no tienen que interactuar con la gente. De hecho, es todo lo contrario. Para conseguir clientes, inversionistas y otras personas le ayuden con su negocio (incluyendo contables, abogados, y más) que necesita para mantener sus habilidades de relacionarse con la gente deben aumentar. Pensar que un negocio propio es la manera de escapar de lo social es un error tremendo pues precisamente ese negocio que quieres montar es el patrón por el que puedes empezar a aprender más que nunca en la vida. Procura rodearte de gente mucho más inteligente que tú y habrá servido para algo independientemente de si lo logras o no, el primer éxito ya habrá llegado.
Fase 4: Suma tus responsabilidades. Sobre tu entorno.
Ser propietario de un negocio es muy parecido a criar a un niño. Es un trabajo 24/7. ¿Serás capaz de responder inmediatamente cuando el “niño” tiene una emergencia? Si algo le pasa a la empresa (incluida la pérdida de su dinero de inversión y los ingresos), ¿cómo va a afectar a tu familia o la vida familiar? Considera los escenarios del peor caso en la evaluación de tus responsabilidades y el impacto de su estilo de vida actual. Piensa que la carrera es larga y no siempre uno se ha preparado para ello. Perseguir sueños depende de que tu entorno no viva tus pesadillas.
Fase 5: Busca en tu gestión la experiencia en el sector. Sobre los intrapreneurs.
Ser capaz de manejar a los empleados y a los proveedores es el tipo de habilidad empresarial que tendrás que adquirir antes de comenzar tu propio negocio. Tú también necesitas conocer tu interior y capacidades. Pasa tiempo de trabajo en una empresa similar, la sombra de un empresario en su industria es alargada y si no sabemos del tema podemos conducir todo el proyecto a la basura. Puedes aceptar una oferta en prácticas. Conozco quien lo ha hecho y luego ha sido un empresario especialmente exitoso. Aprende a ser emprendedor, yo intento que mis empresas sean fábricas de emprendedores y cuando alguno me dice que se va, lo celebramos.
Fase 6: Haz un balance de lo que sabes. Sacrificar parte de algo.
Si el negocio se reduce a lo que no sé, puede ser suplido por gente que si lo sabe. Si tu no lo sabes mucha gente puede aportar ese valor. El problema es que si desconoces cosas determinantes de tu proyecto puedes pasar por alto factores clave que comporten el fracaso. Una red conectada de personas que sepan más que tú, debería aportar el conocimiento para que sea un éxito. Eso al fin y al cabo permite cuidar tu networking. Una buena conexión vale su peso en oro. El interés de los inversores aparece por ese factor social de cualquier proyecto. Prepárate para perder algo. Es bueno ceder. Prefiero el uno por ciento de algo que el cien de nada.
Fase 7: Se honesto acerca de tu relación con el dinero. Responsabilidad.
Se financieramente responsable. ¿Tienes algún dinero para invertir en tu negocio, o va a depender de otros? Es preciso no entrar en pánico acerca de gastar dinero o evitar el riesgo financiero a toda costa. No esperes que tu relación con el dinero para cambie sólo porque has abierto un negocio. La apertura de un negocio requiere dinero – el suficiente para que usted pueda establecer u operar el negocio. Acepta lo que necesitas y no lo pidas hasta que lo que tengas que presentar no sea algo “comprable”. Si quieres que te dejen dinero demuestra que tú has puesto todo cuanto tenías. La responsabilidad que se te exige en una apuesta así es la que obtendrás.
Fase 8: Evaluar que tipo de emprendedor eres. Conocerse.
Ser consecuente y analizar el modelo de emprendedor que uno es. A partir de ahí tomar las medidas que potencien lo bueno o establezcan criterios de reducción del peso de lo malo. Por ejemplo, un emprendedor excesivamente autodidacta puede estar perdiendo el factor del grupo en apoyo y, en estos tiempos, se aleja de la herramienta más potente para la gestión empresarial jamás inventada: el talento global y la inteligencia colectiva. El mejor lugar para aprender a saber que tipo de emprendedor es uno es en el trayecto propiamente dicho del proyecto emprendedor. Lo irás viendo.
Fase 9: Examina el mercado y la competencia.
Antes de saltar a la iniciativa empresarial, se debe tener una mirada dura con el mercado y la competencia. ¿Está tu mercado saturado de empresas de éxito? ¿Está tu industria plagada de malos negocios tantos que han desarrollado una mala reputación? Ambos competidores, buenos y malos, sólo influirán en el éxito que tu negocio tenga. Siempre necesitarás a tu mercado de marca para brillar por encima de los buenos competidores. Diferenciarse no es imprescindible, puedes replicar o hacer copycut de cosas pero lo importante es donde lo vas a hacer y como. Procesos y gestión de venta será la clave.
Fase 10: Pon a prueba tu capacidad de ampliación.
Las empresas más exitosas se basan en la automatización y la delegación. ¿Otros empleados puedan hacer tu trabajo? ¿Puedes enseñar a los demás hacer lo mismo pero mejor y más rápido? Si su negocio se basa en sus habilidades y sus conocimientos solo ¿que pueda aportar un producto y trabajo exitoso a cada uno de los socios. Si no has entendido el modelo de la escalabilidad tienes un problema.
Finalmente sigo defendiendo que los modelos de negocio exitosos hoy en día pueden utilizar tres patrones básicos que yo plasmo en todos mis proyectos: low cost, long tail y escalabilidad internacional. Aunque Seguramente primero deberíamos definir que es el éxito, pero eso ya da para otro post.
El emprendedor vendedor
Hace muchos años asesoré a una familia que montó una empresa de limpieza e higiene industrial. Era un matrimonio emprendedor. Ella tenía un trabajo de vendedora en un supermercado alimenticio aunque su titulación en psicología la tuvo que ocultar para lograr el empleo, y él era director de personal de una empresa importante de limpieza industrial.
En un momento determinado montaron esa compañía. La idea de que el marido aportaría clientela de su antigua empresa era una de las estrategias comerciales adoptadas y con el tiempo, si se incorporaba otro compañero, este también adicionaría más masa comercial. Aportaron el capital del paro en pago único y algo de ahorros y solicitaron financiación externa. La lograron, cosa que ahora no sería posible en el 99% de los casos por cierto.
Consiguieron una buena cantidad de dinero. Recuerdo como, cuando me solicitaron, tras la quiebra, mi ayuda y asesoramiento, la pelota tenía tal tamaño que no comprendía la capacidad técnica para construir semejante esfera de estiércol. La mayoría de material y máquinas pulidoras, de limpieza de todo tipo y chismes varios supusieron un gasto de tal calibre que se lo ventilaron todo. Estaban a cero y aun no habían empezado. Los clientes no fueron infieles a la empresa origen del marido y el fichaje externo no pudo formalizarse pues la crisis llegó, de manera que nadie apostaba por algo inseguro mientras tuviera un empleo estable.
La empresa de limpieza quebró y apenas habían pasado unos meses. Tenían tecnología de higiene industrial de primera división y capacidad para llevarla a cabo, pero sin embargo todo se vino abajo. Les ayudé a reconducir la situación en apenas un año. Ahora las cosas van algo mejor, se planteó una modernización de los procesos de gestión en la empresa y un nuevo plan financiero, pero también gasté un buen tiempo en “explicarles cual había sido su error”.
No precisaban endeudarse hasta ese nivel para empezar un negocio, ni tampoco era correcto contar con una clientela inexistente como factor contable. Hay que ser modesto y crecer adecuadamente. Años atrás, el problema no era la financiación y las empresas cerraban al mismo ritmo que ahora. En aquel entonces y ahora, el gap es la gestión de recursos.
Hoy en día es normal escuchar a un emprendedor decir: “yo no me dedico a vender, yo soy un técnico”. Eso es un error terrible, un emprendedor no puede diferenciar ese perfil como si se tratara de un directivo de una multinacional. ¿Cuando se ha visto un emprendedor que no sea un vendedor de su proyecto? No es necesario apostar al rey, esperar que un director comercial externo aparezca por arte de magia, con un sueldo inasumible por un proyecto start-up y que aporte negocio. Aquí toca patearse la calle y apostar por una comunicación inteligente en redes sociales, a partir de ahí, quien mejor vende es el que tuvo la idea. Menos dinero y más acción, menos financiación y más perseverancia.
El proceso de crecimiento condicionará esas acciones, esas incorporaciones. Responsables de marketing y financieros, desarrolladores, diseñadores, capataces o lo que haga falta irán llegando, pero de momento, al principio, el emprendedor, si hace falta, pasa el mocho. El paso de emprendedor a empresario es algo impreciso que se produce en un momento indeterminado, pero que algo tendrá que ver con eso. Seguramente, aunque hay empresarios que no dejan de ser nunca emprendedores pues el “capital aportado” no cambia el espíritu de construir proyectos desde abajo y disfrutar viéndolos crecer.
La financiación es algo determinante pero no es imprescindible. Hay otras ramas que se deben cortar. De la idea se debe pasar al plan de empresa o negocio, aceptando que ese tipo de documento ya no es como habían sido en el pasado, son dinámicos y poco dados a la estructuración densa y rígida del siglo pasado. Ahora, incluso, no son imprescindibles. ¿Qué hubiera pasado si Twitter hubiera tenido un Business plan? Que a estas alturas sería una web ruinosa a punto de cerrar, cuando resulta que adaptando los sucesos a un modelo de negocio aparecido en segunda instancia, se ha convertido en una de las empresas más rentables del planeta. Del ingreso cero y sin expectativas ha pasado al ingreso infinito.
El emprendedor debe vender y aprovechar todo aquello que le ofrece la tecnología, utilizarla como aliada y no como inconveniente.
Gasta más, estamos en 'crisis'
Es probable que lo que parece ser el final de una larga crisis no sea tal y tan solo estemos ante el espejismo veraniego que un país enchufado al modelo turístico. Ahora bien, también podría ser que el cambio de época esté empezando a lanzar datos y de vez en cuando algunos elementos ya nos den claves de hacia donde va todo este complejo ecosistema en el que vivimos. Estamos lejos del puerto y todavía queda mucho tiempo por el que seguiremos llamando crisis a esta revolución como hicieron otros hace siglos. Una sociedad con una generación embargada, una economía esquelética y un modelo de acceso a la información totalmente horizontal empieza a marcar las características de lo que viene. Falta una década para que todo ello se generalice pero, mientras llega, podemos ir haciendo cosas para salvar nuestras empresas y nuestra economía más inmediata. Estas son algunas de las que yo mismo adopto en el tiempo que falta para identificar mejor lo que se nos viene encima. Mis claves a grosso modo y resumido de que tenemos que hacer son:
Lo primero es atender a una realidad, la que nos indica que ciertamente estamos en un cambio de ciclo, incluso en una transición hacia algo muy diferente. Si la empresa no detecta que hay una necesidad de cambiar, nada lo hará por combustión espontánea. Entendamos que evitar el agujero en este caso ya no es posible, debemos asumir que viviremos en su interior. Es preciso buscar el método que transforma un problema en una oportunidad.
Lo segundo que en un escenario bajista, donde las cosas todo tiende a la deflación, no podemos ir a los mismos clientes para mostrar el mismo producto y del mismo modo. Obviamente los resultados sólo tienen una opción: ir a la baja. El cambio de ciclo también estará provocando heridas en los clientes, deberemos intentar buscar ahí el espacio donde se precisan nuevas ideas, nuevos productos, incluso a nuestros clientes de siempre. Desarrollar un nuevo modelo de negocio a partir del existente debe partir de la observación de las nuevas necesidades del mercado.
La tercera que es que se debe analizar con absoluta honestidad si la estructura global de la empresa es la mejor para afrontar ese nuevo modelo. Debemos saber si están orientadas claramente al cliente, el cual será el piloto de nuestra salvación en esta época convulsa. Se deberá saber si esa estructura integral permite esos cambios y si está en disposición de ser dúctil a los mismos. Será momento de otorgar papeles relevantes a cargos inferiores con valores que hasta la fecha no se habían precisado. Nuevos modelos exigen nuevos cerebros.
La cuerta es que esos cerebros nuevos deberán ser tractores de cambio. Para ello habrá que potenciarlos, estimular sus funciones. El talento puede marcar la diferencia entre una compañía y su competencia en un escenario muy duro. Para sufragar el desgaste de esos accionadores de progreso se deberán imponer las gratificaciones como la remuneración variable vinculada a los nuevos esfuerzos y no tanto a los objetivos de ventas.
En quinto lugar sabemos que hoy en día cuesta más la idea que lo que se produce con ella pero ninguna idea es única por lo que debemos compaginar ese punto de encuentro. Capaces de establecer el valor real y exacto y luego dar esencialmente la dinámica de trabajo a lo que verdaderamente importa: el equipo que lo va a gestionar.
A medida que se logren objetivos aparece la sexta clave que responde a que esta hoja de ruta debe ser evidenciables. En plena fase de cambio de ciclo los planteamientos deben ser muy realistas, de toque pesimista, alcanzables, y que se sistematice cuando se logra su consecución.
En séptimo lugar es muy importante no recortar el gasto en marketing, es ahora cuando más debemos explicar lo que hacemos y porque somos excelentes. Es un error buscar austeridad en cosas que son estructuralmente más importantes de lo que creemos. No ir a un congreso por su excesivo precio o no tomar transportes más rápidos o mejor comunicados por ser más caros son errores típicos. En el primero ese gasto es una gran inversión de conocimiento, contactos y puede estar la puerta a clientes o talento para tu empresa que ni imaginas y lo segundo evidencia que no se ha entendido nada. Una hora en un tren de cercanías, dos transbordos y un paseo de treinta minutos entre tu casa y el despacho puede ser muy nutritivo para la conciencia y para la salud pero habrá sido tiempo que para ahorrarse el coste de un taxi has utilizado de manera muy costosa por ejemplo.
Y en octavo lugar es bueno saber que cualquier empresa debe entender que cabe informar a todo el cuerpo empresarial que el modelo ha mutado y que lo hace de modo imprescindible para afrontar ese nuevo escenario económico. Nombrar un responsable que atienda a ese nuevo modelo es una buena opción, costosa al principio pero resolutiva a medio plazo. Es bueno aceptar como normal que la resistencia al cambio se produzca por lo que la transparencia y la demostración clara de que es el único mecanismo de escape es innegociable. Toda la organización, por compleja que sea, debe conocer ese tránsito hacia un nuevo territorio.
Es bueno que una vez definido el cuadro de necesidades y el sistema de ejecución ya se puede diseñar el modelo de negocio. Tras ello cabe una de las más difíciles de las obligaciones, la de alinear una política de recursos humanos que atienda a esa nueva necesidad estratégica, estructural y objetiva. Se acercan tiempos durísimos, donde la clase media se resquebrajará definitivamente, donde emigrar será una opción omnipresente y donde las cosas dejarán de llevar impreso el nombre que tuvieron en el último decenio.
Ahora vienen las curvas tras la recta. Algunas empresas podrán aprovechar este escenario, no todas, muchas sucumbirán, en la medida que yo pueda intentaré ayudar. No podemos dejar de lado el valor de internacionalizar pequeños negocios, otra de las claves para la supervivencia a través de herramientas de las que alegra ser capaz de proponer. Pero obviar millones de clientes del mundo es un error.
En definitiva, y espero se me entienda bien, es momento de gastar más, de apostar, de lanzar ese proyecto innovador que tu empresa llevaba tiempo pensando en hacerlo y que ahora piensa que no debe pues todo está muy difícil. Tal vez no tengamos otra oportunidad como esta. Hazlo. Tírate, es mejor arrepentirse por haberse equivocado que por no haberlo intentado. Yo la segunda opción no la conozco.
Sobre 'digitoburbujas'
La empresa que estos días acapara titulares en el mundillo de las startups y de la emprendeduría digital en Sillicon Valley es Tumblr como ya lo fuera en su día Instagram cuando fue adquirida por Facebook por 1000 MM US$. Concretamente Yahoo lanzó una oferta de compra por 1,1 MM US$ que fue aceptada ayer por el CEO de Tumblr David Karp. Tuve el gusto de conocer a este figura hace un par de años. Tenía las ideas claras y demostraba ser constante y estas dos características, a mi modo de ver, fundamentan el éxito de una empresa que deriva su futuro a formatos de negocio todavía por definir o que no parecen evidentes. Cuando te metes en esto de desarrollar software que deberá explotarse en el futuro y que durante un tiempo sólo exige gasto y compromiso y aporta muy poca facturación, tener claro el objetivo y ser persistente en el plan es fundamental para lograr el éxito. Esta es una de las características de la llamada “digitoburbuja” actual. Por ejemplo, se dice que Pinterest no tiene modelo de negocio claro, que Twitter no es rentable o que Facebook está lejos de ser un gran negocio. Decir eso quiere decir que se está analizando el asunto desde la perspectiva contraria a la que exige la Nueva Economía y el momento actual donde las cosas no son como creemos que son.
Quiero centrarme en eso. Cualquiera de las nombradas ingresa mucho más dinero que decenas de miles de “grandes” empresas que van por ahí presumiendo de rentables. Sin ir muy lejos hay ejemplos de compañías que siguen pendientes que alguien las compre o que les cierren rondas millonarias a pesar de facturar 400 o más millones de euros al año y así poder sobrevivir. Siguen en pérdidas años y años después. Eso si es preocupante. Pero hay otras que, estando en un mundo complejo y sofisticado y pudiendo perfectamente fracasar, no pueden englobarse sen una supuesta burbuja de cotización. Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles en breve. Pinterest y la misma Tumblr pueden gestionar mucho más que publicidad, pueden establecer knowledge acerca de infinitos elementos. Tengo claro que en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.
Si estás desarrollando algo, sigue pensando en el ‘como’, no en el ‘que’ y olvídate de la alucinante visión ‘hollywoodiense’ que suponen esas noticias sobre casi adolescentes que alcanzan riquezas insultantes por haber ‘pensado’ algo que parecía simple. Nada lo es y, por supuesto, cuando alguien vende por 1000 millones es porque hay muchos que les interesa que así sea. Esa es otra historia.
¿Que nos enseñará esta aparente burbuja digital si explota? Que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación fue un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr solo factura 13 millones de dólares en estos momentos) conducía irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores. Pero, ¿y si no explota? ¿qué aprenderíamos? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.
Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías.
Evolución del emprendedor
No todo el mundo debe ser un “emprendedor que monta empresas”. Sería absurdo, como tampoco podemos reducir todo esto a que “para salir de este fangal es preciso que todo Dios se ponga a emprender”. No tendría ni pies ni cabeza pues no todo el mundo está en ese punto exacto que se lo permite. Ahora bien, lo que si podemos incentivar es que la mayor parte de gente en condiciones de ser emprendedor lo sea. Cien o mil, buenos serán. Tenemos la obligación de estimular a una generación aburguesada en la nada y que peligra como clase. Por eso es bueno preguntarse si eres uno de esos emprendedores a los que todo el mundo alude.
¿Te has cuestionado si tienes los rasgos de un emprendedor? ¿Estas dispuesto a arriesgar tu tiempo y tu dinero? ¿Estas en condiciones de enfrentarte a las dificultades que supone ese desafío? ¿Has inventado algo? ¿Estás dispuesto a que tu empresa deje de funcionar sin ti algún día? ¿Has entendido que significa que la sociedad está aletargada, adormecida, insensible, y somnolienta? Estamos a las puertas de una revolución como ya lo estuvieron otros antepasados, sólo que esta vez es digital, orgánica, distribuida y global. Sin embargo sería bueno saber como la atendieron en cada momento esos arriesgados emprendedores. ¿Cómo fue en otros tiempos? El origen podría remontarse a la Edad Media según el gráfico que os aporto hoy. Un cuadro que muestra los cambios sustanciales que ha sufrido el concepto y sus protagonistas hasta nuestros días e insinúa por donde irá el asunto en los próximos años. Atentos a la evolución del valor patrimonial y de relaciones con la tecnología puntual en cada momento.
#latinoamerica
Hoy hace exactamente 20 años que viajé a Latinoamérica por primera vez por motivos de trabajo. Fue un pequeño trayecto entre Bogotá y Medellín. Recuerdo como dar un paseo por el parque de la calle 93 con carrera 13 era una especie de safari de alto riesgo y lo era no sólo por temas de seguridad, que también, sino incluso por elementos de mobiliario urbano. Ha pasado mucho y bueno. A lo largo de ese tiempo he podido conocer a los colombianos, por centrarme en un país, que protagonizaron el cambio, la revolución que llaman algunos, la mutación que ha sufrido esa maravillosa capital. Desde hace más de una década, la capital colombiana se ha transformado en una urbe que ha sido elegida junto a Nueva York o Tokio como ejemplo de la buena arquitectura urbana contemporánea.
Pero no ha sido sólo una cuestión de infraestructuras, que también, o de aumento de la seguridad, por supuesto asunto clave, ni tan solo de crecimiento económico, ha sido algo que he podido vivir desde el interior de la moral latinoamericana y de su pasión por descubrir una vez fueron ellos descubiertos. Y esto no ha sido únicamente un asunto que se circunscriba a Colombia o a los países andinos. Durante estos veinte años he podido conocer y trabajar con varios presidentes y cargos públicos de primer nivel en una decena de países latinoamericanos, establecer proyectos en diversos campos tecnológicos, digitales y estratégicos con empresas e instituciones y, también, establecer amistades, vínculos y relaciones que me permiten, todavía al detalle, analizar la realidad de este gigantesco y heterogéneo escenario. América es compleja y diversa, de hecho me cuesta definirla como un espacio único. Ahora bien, os aseguro que, lejos de esos ámbitos de relación que pueden considerarse de “alto valor”, con lo que me quedo y disfruto es con el concepto global del pueblo latinoamericano en sus múltiples y diversas caras. Puedo decir que una vez “los comprendes“ (eso deben decir ellos de nosotros también) descubres que nada es lo que aparenta y que si existe un pueblo que se lanzó a la conquista de su propio futuro fueron ellos. Nosotros somos un continente en plena huída, ellos ahora son un mundo en expansión desde su propio origen.
Me gusta hablar de una ‘tierra reinventada’, de cómo, al contrario de la definición de algunos, América latina hubiera utilizado todo su organismo vivo tremendamente brillante y lo hubiera reconvertido en algo eficiente sin abandonar su esencia. Y es que no la han abandonado. Latinoamérica no es un lugar donde ir a “sacar” lo que ya no se puede obtener en los puntos de origen. Es un error imaginar que “nos están esperando” para que les enseñemos algo. En gran medida los que tienen mucho que aprender seríamos nosotros. Lo he dicho otras veces pero lo creo firmemente: considerar #latam como un granero, como segunda opción tras la ecatombe occidental o como un lugar de fácil crecimiento debido a que “llevamos ventaja” es un error que cuesta caro. Además, últimamente se suma el hecho de que en Sudamérica el crecimiento está desbocado y hace pensar que todo lo que allí se siembra crece casi sin regar. Ese es otro error tremendo. Limitar una estructura empresarial a un agente comercial tipo “partner” con “amigos, primos o cuñados de un viceministro que conoce a uno de los que firman los contratos del instituto de promoción de las acciones innovadoras” es no tan solo un error, sino sencillamente estúpido. Pensar que todas las reglas comerciales e industriales se saltan a la torera en América latina es absurdo. El funcionamiento es el mismo que en cualquier relación comercial pero con indicativos de implantación que no se pueden desestimar.
Me ha costado dos décadas establecer vínculos serios y fiables. Veinte años cuidando relaciones y generando beneficios en ese destino pues sino concedes no te entregan. Seguirá siendo difícil pero nos basamos en el maravilloso escenario que, ahora sí, permite que si has hecho bien el trabajo y has sido constante, los frutos puedan recogerse. Para ello aposté seriamente en los “centros de innovación” en Centroamérica, los “Bridges” de recursos humanos en el Cono Sur y, desde hace menos años, en la estimulación de la comunidad latina más potente del mundo: Norteamérica.
Ahora mismo estamos centrando los esfuerzos en potenciar nuestras filiales en Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Dominicana, Centroamérica, California y Florida, apostando fuerte por los nuevos equipos de Venezuela, Perú y Brasil y empezando a mover proyectos en México, Uruguay y Argentina. En breve prepararé un informe de cómo estamos desarrollando negocio en Asia Pacífico y la Europa menos “tradicional”.
El llamado Indicador del Clima Económico de América Latina se ubicó en enero en 5,5 puntos, por encima de los 5,2 puntos de octubre pasado y de los 5,0 puntos de enero de 2012, según el sondeo realizado trimestralmente por las dos instituciones entre 138 especialistas de 18 países.
El indicador no era tan elevado desde los 5,6 puntos medidos en julio de 2011, antes de que cayera a 4,4 puntos en octubre de 2011 como consecuencia del agravamiento de la crisis económica internacional.
De acuerdo con el estudio, el clima para los negocios subió entre octubre de 2012 y enero de este año impulsado principalmente por la expectativa de que la situación mejorará, ya que la evaluación sobre la actual coyuntura se deterioró ligeramente.
Mientras que el llamado Indicador de Expectativas, que evalúa las proyecciones de los especialistas para los próximos seis meses, subió desde 5,3 puntos en octubre hasta 6,0 puntos en enero, el Indicador de la Situación Actual, que evalúa la coyuntura, bajó desde 5,1 puntos hasta 4,9 puntos en el mismo período.
Pese a que el clima para los negocios mejoró en general en América Latina, en algunos países la situación se deterioró entre octubre del año pasado y enero de 2013, principalmente en Venezuela, en donde el índice cayó desde 3,4 hasta 1,5 puntos; Ecuador, con una bajada desde 5,0 a 4,0 puntos, y Bolivia, con un retroceso desde 6,0 hasta 5,4 puntos.
En Brasil, la mayor economía regional, el Índice de Clima Económico bajó ligeramente desde 6,1 puntos en octubre hasta 5,9 puntos en enero. Paraguay y Perú compartieron el mes pasado la condición de país mejor evaluado para los negocios, con 7,0 puntos, seguidos por Chile (6,6), Uruguay (6,3), Brasil (5,9), México (5,7), Bolivia (5,4), Colombia (5,3) y Argentina (5,2).
Los peor evaluados en enero eran Venezuela (1,5 puntos) y Ecuador (4,0 puntos).
Vale la pena seguir
Esta vez habían sido demasiados días. Casi un mes. Nunca superaba las tres semanas pero en esta ocasión no pude impedirlo. Un vuelo cancelado, un conjunto de inconvenientes y enlaces mal gestionados obligaron a retrasar mi regreso casi una semana más. Y allí estaba yo, nervioso, esperando que entre las decenas de niños acelerados saliera por aquella pequeña puerta misteriosa mi hijo. Al final salió, me vio y encendió sus enormes ojos verdes. Todo lo demás dejó de importar, se paró el tiempo y ya nada ni nadie podría impedir que durante los próximos cinco días el centro del universo fuera un planeta llamado Max.
Vienen tiempos muy duros, más que los que ahora estamos sufriendo. Ya no tiene que ver con el dinero o los beneficios, ni con el paro, ni con los despidos, ni con los cierres o la miseria. Tendrá que ver con la moral, con la ética y la desaparición de los sueños. Sigo creyendo que esto es una tremenda sucesión de volcanes en erupción. Que sólo hemos vivido la primera vomitona de lava. Ahora viene el resto. Poco a poco la implosión continua, es como si todo se estuviera consumiendo desde dentro y lo hace más rápido cada vez que alguien deja de soñar, de pensar que algo maravilloso es posible.
No dejemos que eso suceda. Vuelvo a reclamar el derecho a ser un soñador, a creer que todo es posible. Es demasiado sencillo asumir la derrota y hacerlo sin mover un dedo. Yo no lo voy a hacer y por eso la esencia de este blog sigue siendo analizar la realidad, oportunidades de negocio, descripción de proyectos y recopilación de estímulos para afrontar la vida con un sentido emprendedor. Eso es lo que se puede leer aquí, no mucho más. De eso es lo único que puedo hablar. Lo de ser emprendedor en serie es una manera de ver la vida, ni buena ni mala, un modo. Trae mucha angustia, derrotas, miedo y soledad en aeropuertos perdidos. También te regala amigos, retos, idiomas, sentir los límites que desconocías tener y saber que hay un punto que creías de no retorno pero que simplemente era un lugar oscuro del que si se puede regresar.
Y finalmente, cuando vuelvo con mi hijo de pasar “nuestro tiempo”, ese espacio en el que ensamblo mi alma a la suya, esos segundos que se convierten en todo y esos días que transcurren como un instante, le explico como es el mundo que recorro, como es la gente, como lo echo de menos y como es de intenso vivir persiguiendo sueños, uno tras otro. Max suele preguntarlo todo, a veces repetidamente, pues hay elementos que le estimulan especialmente. Nunca son detalles concretos, suelen ser más esenciales. No son los aviones lo que le gusta, no son los paisajes lo que le preocupa, no son las personas que conozco por importantes que puedan ser lo que le interesa, lo que le fascina es saber “¿qué pasará cuando alcances eso que buscas?”. Tarde tiempo en averiguar la respuesta. Lo descubrí hace poco, hablando con alguien muy especial. Lo que pasará es sencillamente que “cuando lo encuentre, lo volveré a esconder”.
Cuando pienso en un nuevo negocio pienso en si lo puedo defender como un sueño. Si lo puedo definir a mi equipo como tal. Si entre todos vivimos el reto común como una búsqueda absoluta, entonces, vale la pena seguir.
Banco malo malísimo
Una enorme bola de mierda nos ha pasado por encima y se lo ha llevado todo. Sin piedad ha convertido todo a su paso en desidia. A medida que rodaba por encima de las cabezas de todos se evidenciaba la enorme mentira en la que hemos vivido durante años. Unos más que otros. Que España está en default es evidente y que eso lo podemos llamar de doscientas maneras hasta llegar al ardor de estómago también. Es absolutamente decadente y pueril el esfuerzo ridículo de la “casta” por la semántica indolora. Que no es un rescate, es un golpecito en el hombro. Que no es una quiebra, es un recorte sin importancia. Que no es una intervención, es una invitación al cine. Son de aurora boreal todos ellos. Se parece mucho este rollo huidizo sobre la intervención de la economía española a aquella “leve desaceleración” que acabó siendo un porrazo planetario. Pues esta también acabará siendo lo que tenga que ser, pero con una diferencia notable que antes no se consideró. La casta europea no es mucho mejor que la ibérica. Estamos rodeados de la mayor merienda de cobardes de la historia moderna. Minúsculos tecnócratas e iletrados políticos jugando a los “países” y a las “conquistas” sin darse cuenta que lo han destrozado todo. El rompecabezas venía sin planos, o se lo tenía estos los han perdido.
Y es que los idiotas siempre han sido una “tribu grande y poderosa que ha influenciado en la mayoría de los acontecimientos de la humanidad” y normalmente por estar al frente de ellos. Y en eso estamos. Europa cierra las puertas por vacaciones y se encamina a la peor de las catástrofes. Será incapaz de gestionar el asunto. La agonía se alargará durante años pues en economía estos figuras han demostrado que se puede ir camino al abismo dando rodeos. Lo peor es que el rodeo nos lleva a un acantilado que está más alto. Fijaros en lo absurdo de algunos planteamientos que hasta mi hijo de siete años es capaz de ver sospechosas. El aumento del IVA responde a un criterio genérico aceptado por la encefalografía plana europea y la fábrica de estímulos sobre el agujero negro digno de estudio.
En ese punto de incoherencia absoluta aparece el banco malo malísimo y nos tomamos todos y aceptamos el tazón de cloroformo sin rechistar no vaya a ser que se nos enfríe. Es increíble. ¿Qué es un banco malo malísimo? Algo que ya lo quisiéramos todos nosotros. Imaginen que tienen un montón de deudas que no piensan o pueden pagar. Alguien viene y te las compra y te dice: “cuando lo que debes valga algo vengo y te lo traigo para que me vuelvas a dar y así quedamos todos en paz”. Es tan simple que asusta.
El nuevo gobernador del Banco de España, Luis María Linde ya está trabajando en la posibilidad de crear un banco malo malísimo que ahora (por aquello de cambiarle el nombre a todo lo que suena mal) lo llamaremos sociedad gestora de activos tóxicos. Además encontrarán al pringao que se lo trague todo: Banco de Valencia. Y va el tipo y dice que haciendo eso se descarta que sea el Banco de España quien se encargue de dirigir el asunto chusco de tanto estiércol financiero. Es de amanecer a las tres. ¿Si el banco malo con toda la basura que no se puede digerir no lo controla el Banco de España quien lo va a hacer? ¿Los gestores de un banco que está en quiebra técnica y que ha precisado de oxígeno? ¿Estamos todos locos? Encima el tipo dice que “no soy un experto en la creación de bancos malos”. Tiene su cosa, pues el FROB al final funcionó como algo parecido. Los puristas dirán que cada cosa a lo que es pero les aseguro que entre dejar dinero a fondo perdido a Bankia y sus secuaces y zamparse todas las hipotecas sobretasadas de este país no se que es peor. Disculpen, si, hay algo peor: “que te vendan bonos patrióticos y luego te digan que está complicado cobrarlos en el plazo o que te aseguren que tus preferentes son ahora una participación subyacente al valor de las acciones en el proceso de gestión del nuevo valor de asignación del propio activo facilitado en el nuevo porcentaje de exposición de las obligaciones de no se quien…” Ellos lo seguirán intentando, y muchos seguirán cayendo.
Hay una ecuación que se cumple de manera irremediable cada vez que se produce un factor. Si De Guindos, Rajoy u otro mandamás sea de donde sea y esté donde esté dice que una cosa no pasará, ¡pasa! Es como saber que sucederá mirando los posos del café en una taza. No dicen nada que sea real y seguramente porque no logran vivir en esa realidad que el resto de mortales tienen que ejercitarse moviendo a ambos lados brazos y codos.
El otro día un dirigente de CiU en Madrid, justo en el día que Catalunya pedía el rescate al gobierno, se vanagloriaba de haber pasado un largo rato hablando con Rajoy y que, a pesar de eso, no habían hablado de Catalunya. ¿De que leches hablaron entonces? ¿De las olimpiadas? Es tremendo pensar que aquellos que tienen que adoptar medidas para modernizar nuestra economía o dirigir y estimular el proceso llevan una eternidad en el congreso de los diputados. Los ministros de economía, en estos países del entorno, o son tecnócratas que provienen de los números gruesos de bancos malos malísimos (en este caso por el valor de sus activos el día que se fueron por la cloaca) o se han pasado la vida dando clases de manual en alguna facultad rimbombante de economía. Ahora si, pagar nóminas o arriesgar el patrimonio por un proyecto propio ni uno. No digo que sea imprescindible, pero seguro que ayudaría a entender lo nocivo de sus decisiones.
Rajoy y Rubalcaba acumulan entre los dos más de 45 años en el Congreso y los dos llevan 20 años como ministros. Es absolutamente comprensible que la crisis del mundo mundial y la de España en concreto les pillara por sorpresa y sin estar preparados. Es una evidencia que la “casta” está a las puertas de perder sus privilegios. La política vigilada ha llegado para quedarse y ya no es fácil que estos tipos se acomoden en sus privilegios. Lo de que 63 diputados (liderados por el ministro de Hacienda) cobren dietas por vivir fuera de Madrid cuando tienen residencia declarada y de propiedad en la capital es una muestra más. Viven dos metros sobre el suelo y poco a poco se les va a hacer bajar.
Vivo lejos, cierto, escribo esto desde un lugar donde mis proyectos logran una mayor aceptación pero sigo viniendo de manera continua y periódica. No es ese, como muchos dicen, el motivo por el que no escribo posts como este, no lo hago porque agota, desgasta y deprime. Hoy lo hago para desahogarme.
Sobre el tema que me ocupa, como ejemplo de la indigencia mental a la que estamos abonados, hablemos del banco malo malísimo. El gobierno español, asesorado por los más imponentes y aventajados economistas del Sistema Solar han llegado a la conclusión que es una gran idea montar un banco malo malísimo con una fórmula mixta en la que se segreguen los activo más tóxicos (dícese de hipotecas que no se sujetan al valor real del patrimonio asignado, por decirlo claro: un montón de dinero que no se sujeta a capital alguno) en sociedades que no consoliden en las entidades financieras. ¡Disculpen! Es más simple, el mundillo de los que mandan decide que meten todo eso en un pote y le ponen una etiqueta que dice “caduca de aquí a un tiempo, no tocar mientras tanto”. En realidad no ponen un céntimo, sólo fábulas. Sin dinero y un ente que cubra las pérdidas eso es una mentira contable, una irresponsabilidad más que conduce al mismo acantilado del que tanto hemos oído hablar hace años en este blog.
La solvencia del sistema financiero español es cero. Supongo que ahora me dirán de todo, pero bueno, uno ya está curado de eso y hasta le da aliento. Las cosas son como son y no como quisiéramos y la aritmética es plomiza. Durante el último lustro no se ha hecho nada por recapitalizar y además se ha ido aplazando “sine die” el grano de los activos, de manera que al final se acabó el tiempo y las represalias van llegando desde Berlín y derivados. El fracaso de ese retraso ha sido evidente. Toca ver a uno de esas marionetas encorbatadas admitir la realidad y decirla en público para avisar, a ahorradores, del boquete que sufrirá el valor comparativo de sus ahorros si esto desemboca donde me da la impresión que lo hará. Que decisión tras decisión todas van siempre en la misma dirección: retrasar el desenlace. Es inevitable porque esto no es ningún tránsito lisérgico por una cosa llamada crisis, esto es el nuevo modelo que aun está por ajustar.
Quisiera decir mucho más, pero me agoto. Ya se lo grité incluso a una diputada, se lo dije a un superviviente del corralito argentino y se lo conté a un periodista que se ha convertido en el máximo exponente de la verdad durante los últimos años de anestesia en los medios. Dije que se había terminado y que había que arrancar cosas. Lo siento, quiero seguir construyendo y que todo este barrizal sirva para que los que lo horadaron se los trague. Para mí, la crisis acaba cada día, hoy por ejemplo. Sumemos.
Por cierto, si lo que deseas es seguir hipnotizado, haz click en la foto y quédate un minuto mirando al centro de la imagen. Seguirás pensando que, esperando, todo se arreglará.
El final de una etapa
Hoy he despertado en Sevilla. Estoy a unas horas de dar una conferencia llamada “el club de los soñadores“. Hoy mejor que nunca para hablar de como vivo el día a día mis proyectos. Ayer alguien en el Encuentro digital que tuve en RTVE me preguntaba ¿cuantas noches he dejado de dormir por ser emprendedor? Le respondí que yo no necesitaba dormir demasiado, soy insomne, seguramente porque sueño despierto. Ese es el valor del emprendedor.
Hoy hago público y oficial, que mi etapa como Director General de Cink se termina. A partir de ahora mi vinculación con la compañía que fundé será accionarial, como miembro titular del Consejo de Administración. Han sido dos años y medio vibrantes, llenos de problemas, lágrimas, noches largas, días eternos y, como no, momentos que no podré olvidar jamás por lo emocionantes y gratificantes que fueron. Hemos ido desde una esquina de un despacho compartido en el Born hasta las múltiples sedes actuales, desde los primeros proyectos gestionados entre mi amigo y socio Sergio y yo mismo, hasta la casi centena de personas que trabajan actualmente con Cink, y desde los problemas de liquidez puntual hasta la entrada de inversores de referencia. Aunque seguiré gestionando la marca en Latinoamérica en un sentido representativo, lo cierto es que mi vinculación con el proyecto finaliza a finales de mes. Para entonces Cink estará en manos de alguien excepcional al que le deseo lo mejor y le pido que me haga rico ;-).
Cink ahora precisa de un director mucho más ingenieril, capaz de gestionar con estrategia un modelo nuevo de explotación, más relacionado con lo tecnológico y mucho más dotado de desarrollo. En esa posición es mucho mejor jugador Sergio Cortes. Ahora toca convertir Cink en algo muy grande y esa ya no es mi tarea. Dicen que soy un buen successful startup por haber arrancado varios proyectos y ponerlos de 0 a 100 en pocos años, luego, a la hora de coger velocidad punta no estoy tan cómodo. Ya estuve en empresas grandes y no es mi sueño repetir ese proceso. Deseo seguir soñando despierto y lo voy a hacer con nuevos proyectos.
Durante unos meses voy a estar metido en la gestación del Sit2Sit, una compañía que he fundado en Boston y de la que no puedo hablar mucho pues ahora mismo estamos en el desarrollo de la macroaplicación con apoyo del MIT.
En definitiva, que se cumple una etapa y empieza otra repleta de ilusión. Suerte a Cink, allí dejo a un montón de buena gente, de grandes profesionales y de colaboradores leales. Me irán viendo de tanto en tanto, pero para lo que precisen, ya saben donde estoy… “up in the air”.
Como Recortar Gastos
Atendiendo a diversos informes que he tenido que hacer para viabilizar alguna compañía en estos últimos meses me ha sido muy útil crearme una tabla de recurso para gestionar de un modo más sistemático los recortes que pudieran salvar una compañía. Por lo que he notado, cuando alguien me pide que le analice sus costes financiero o de estructura, veo como la mayoría están reduciéndolos como estrategia para afrontar el batacazo en los próximos meses. Sin embargo, sólo una parte reducida de ellas implementan un plan de reducción de costes que puedan aplicarse a toda la organización.
Normalmente las empresas lo primero que recortan son cosas sencillas y evidentes pues reportan resultados muy rápidos. Tiene menos riesgo pues no toca estructura, modelo de negocio o fondo objetivo de la misma. Muy pocas aplican reducción de costes de modo integral a partir de la búsqueda de ahorro en la producción y la logística.
Si a alguien le interesa, os diré que mi modelo de gestión de recortes se basa en dos elementos fundamentales: por costes o por efectivo. El primero es por pérdidas o ganancias y el segundo por liquidez. En el escenario de Coste hay que atender a los gastos generales y de estructura atendiendo a funciones, procesos de soporte, iniciativas, proyectos, compras, tecnología, instalaciones y contabilidad. En este mismo territorio cabe la reducción del coste de productos atacando los procesos de operaciones, las ventas y el marketing, la segmentación de clientes, la cartera de productos, la fabricación, la distribución y los gastos materiales. De todo este primer campo se define la cuenta de resultados que debe proporcionar cada vez un mayor volumen positivo. Fijaros que no incorporo la reducción de personal puesto que considero fundamental no despedir y aportar valor a ese colectivo dentro de una operativa de recortes y de colaboración.
En un segundo estadio, como decíamos, esta el capital circulante. Este nos dará el balance de situación y para recortar en este sofisticado espacio debemos gestionar los activos líquidos, los inventarios, la eficiencia fiscal, el pasivo a corto plazo y el festival financiero. Todo ello debe conformar un plan integral y estratégico de reducción de costes y de eficiencia de la estructura. ¡Suerte! a los que estéis a punto de emprender este difícil proceso de adelgazamiento empresarial.
El otro oficio del periodista, el Community Manager
Leo que “crece el pesimismo entre los trabajadores de los medios de comunicación ante un futuro inmediato plagado de sombras”. Está claro que en breve la mayoría de medios tradicionales deberán recortar plantillas. El catálogo de opciones para abandonar la redacción será muy variado: bajas incentivadas, prejubilaciones, despidos, EREs y llantos empresariales. Es una realidad sórdida pero sin embargo no hay muchas opciones. Hay periódicos que son cadáveres y que soportan su maquinaria gracias a nuestros impuestos a través de subvenciones que se van a ir estrechando justo cuando nos explote en la cara el déficit público del Estado y sus derivados.
Leo que “crece el pesimismo entre los trabajadores de los medios de comunicación ante un futuro inmediato plagado de sombras”. Está claro que en breve la mayoría de medios tradicionales deberán recortar plantillas. El catálogo de opciones para abandonar la redacción será muy variado: bajas incentivadas, prejubilaciones, despidos, EREs y llantos empresariales. Es una realidad sórdida pero sin embargo no hay muchas opciones. Hay periódicos que son cadáveres y que soportan su maquinaria gracias a nuestros impuestos a través de subvenciones que se van a ir estrechando justo cuando nos explote en la cara el déficit público del Estado y sus derivados.
Lo dramático del asunto no es tanto que esos medios, que ya no son la vanguardia de nada, se asomen al abismo. Lo doloroso es comprobar como una generación entera de periodistas se consume en la nada. Los ingresos de esas empresas caen en picado, algunos ya no ingresan ni el 10% que hace un año. En ese escenario todos deben reflexionar. Por una lado las empresas, todo tiene un principio y un final. El final de la prensa tradicional está cercano.
Lo divertido del asunto es la acusación permanente que sufre Internet como responsable de esa debacle. ¿Qué tendrá que ver la red con todo eso? Seguramente mientras no hubo un lugar donde contrastar la información o retratar al conjunto de inservibles que nos servían las noticias durante años, éstos pudieron vivir tranquilamente, pero ahora los términos han cambiado y con ellos los privilegios de centenares de manipuladores que se pierden pasando sin correa.
Ahora, a parte de la red, también ha aparecido un nuevo enemigo: la crisis. Ya tenemos otro elemento que tranquiliza a los que han descubierto que el día menos pensado en la puerta de las oficinas de su redacción o estudio pondrá “se alquila”.
Las empresas no han dejado de anunciarse sólo porque no dispongan de presupuesto para hacerlo, que también, sino que han empezado a seleccionar donde y como lo hacen. ¿Para que anunciar mi compañía en la página 22 de un periódico si mis clientes buscan la mayoría de mis productos en la red? ¿Por qué debo anunciarme a un target amplísimo de telespectadores que se seleccionan por horario únicamente cuando puedo anunciarme de manera selectiva en una red social?
Cuando en Cink nos pusimos a dar servicios de comunicación 2.0 en entornos de redes sociales, entre otras cosas, ya pensamos en el cliente, en el producto e incluso en una generación anulada de jóvenes que eran carne de paro. Hace más de un año empezamos a hablar de un nuevo “puesto de trabajo”, un nuevo “oficio”. Buscábamos “community managers”. Ahora, 12 meses después y con 30 personas en el equipo podemos decir que ese es una profesión evidente, con futuro y que elimina las encorsetadas recetas del periodista del siglo pasado.
Estoy relativamente orgulloso de haber estimulado la creación de un agente publicitario dinámico, de haber apostado por la innovación de la comunicación en escenarios distribuidos y de haber impulsado la capacitación empresarial en mi entorno en un momento especialmente duro.
Mientras que casi el 40% de jóvenes españoles no trabajan, mientras que los poderes públicos siguen engañándoles con falsas expectativas que no les conducen a ningún efecto laboral, otros hemos tenido que construir vías por las que transitar. Sin subvenciones ni ayudas públicas de ningún tipo por cierto. Obviamente no las esperaba. ¿Serás Community Manager?