De revoluciones y milagros

Conocí a David Jones en Maryland hace unos años y ya me llenó la cabeza de una cosa que él definía como la ‘teletransportadora de cosas’. Ahora le llamamos impresoras 3D y son parte de la revolución inminente. David y su equipo presentaron a un grupo de inversores hace unos meses un prototipo que nos encantó y la mayoría nos comprometimos con ellos. Sin embargo, visto lo visto en la campaña que lideran en Kickstarter el dinero no va a ser un problema. Superando los tres millones de dólares la cosa queda en manos de la ejecución y del desarrollo final para el negocio. En 11 minutos lograron los 50.000 US$ que precisaban por cierto.


Todo parece indicar que lo que llamamos técnicas de impresión 3D avanzan de manera exponencial pasando de lo experimental a lo operativo. En Sant Cugat la empresa HP ya ha puesto su central de desarrollo de este tipo de producto por ejemplo y están trabajando a pleno rendimiento para atrapar al futuro.

Las impresoras 3D que bien podrán llamarse de muchos modos menos impresoras suponen un cambio en todas las cadenas de valor que ahora no somos capaces ni de imaginar. Todo se podrá reproducir, incluso aquello que ahora consideras imposible. La limitación sólo residirá en el material a clonar y la capacidad de moldearlo o trabajarlo. Ahora parece difícil cocinar algo con una impresora 3D, pero obviamente eso es sólo un problema técnico que se podrá solucionar con brazos articulados, transferencia de tiempos, procesos y ‘descarga de tintas’ comestibles. Es por poner uno de los ejemplos que Jones me comentó sobre lo distinto que será el mundo en breve.

La entrada de las impresoras 3D a los procesos industriales se va a llevar por delante conceptos residentes e inamovibles desde hace décadas. Va a haber una batalla y como en todas las guerras, unos ganan y otros pierden. De momento sabemos que la llegada de estos dispositivos a la vida de los ciudadanos será moderada y, como pasa ahora con la impresión tradicional, cada vez más la dependencia estará en los consumibles que en el hardware, así como, ‘imprimir’ en según que materiales lo dejaremos para las comercios capaces de disponer de muchos ‘cartuchos’ de materiales distintos. Tengo la impresión que las impresoras 3D entrarán en lo cotidiano cuando dejemos de llamarlas impresoras y las denominemos ‘creadoras’.

El traslado semántico de ‘printer’ a ‘maker’ es el enlace mental pendiente para una sociedad que puede aceptar la copia de objetos pero todavía no les puede dar el valor que tendrán esas reproducciones.

Estamos ante un momento brutal. El tiempo pasa y muchos se van quedando. Directivas políticas procurando el ralentí tóxico de toda una sociedad. Legislar contra todo avance y retrasarlo, generar espacios legales con excusas sobre la protección de las personas cuando en realidad sólo es la coartada para seguir controlando el asunto que perciben se les va de las manos. Un momento único que, este tipo de dispositivos nos muestran como puede llegar a ser.

La impresión 3D y todos los cambios en los procesos industriales que se van a producir, la Internet de las Cosas y la mutación disruptiva que supondrá ‘dar vida’ a máquinas y objetos conectados entre si, y, por supuesto, la eclosión de la red absoluta donde las personas no deberán atender a intermediarios donde no son necesarios.

La primera revolución, la de la impresión diferida, modificará el valor de la producción. La segunda, la de los objetos conectados, cambiará la percepción de la vida. La tercera, la de la eliminación de intermediarios, revisará el papel de los políticos, periodistas, abogados, médicos, etc.

¿Por qué durante cuatro años la política circula lejos de la ciudadanía cuando de manera electrónica se podría consultar, casi sin coste, en múltiples ocasiones y por múltiples temas? La respuesta es tan escandalosa que duele. Es como comentó José Crespo en este mismo blog hace unos días ‘Atrévete, desarrolla red, desarrolla software y desarrolla hardware, integremos a España en ese mundo global y tecnológico al margen de esta gentuza que nos dirige. Entonces empezaremos a ver cosas que hoy nos parecen auténticos milagros‘.

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En el programa 'Retrats'

Esta noche se emite una entrevista amplia que me hizo Jaume Barberá para su nuevo espacio ‘Retrats‘ del Canal 33 (TV3). Es la cuarta vez que Jaume me hace hace una radiografía televisiva durante más de media hora, pero es la primera que me la hace fuera de un plató. Su programa actual busca la ubicación del entrevistado en algún tipo de entorno que tenga sentido. En mi caso, aprovechando que estaba en Barcelona por trabajo, el set improvisado es el Hotel Mandarin donde me hospedaba.
La conversación y los temas a tratar son los que en este blog tratamos en castellano o en inglés en este otro. Sobretodo gira en torno a un artículo que ha dado mucho que hablar y que representa mucho de lo que considero debería de ocupar a los que dirigen la política y la economía. En concreto aquel que trataba temas laborales del futuro. ‘La mitad del empleo sobrará’

Os dejo con lo que el propio Jaume publicaba en su Facebook y con la nota de prensa que adjuntan para cada programa traducida por mi mismo. Espero que os guste o por lo menos lo paséis bien. Para los que no podáis entender el catalán, supongo que, como siempre ha pasado, en pocos días algún lector/a subira el video subtitulado o traducido. Ya, desde aquí, lo agradezco.

Jaume Barberà. 25 de abril publica en su facebook:

Os cuelgo la nota de prensa que hemos pasado del RETRATS que podrá verse el día 30 por la noche. Cuidado con lo que dice Marc Vidal: “Hay que crear un escenario que sea capaz de absorber el hecho de que mucha gente no trabajará nunca“ 

La entrevista la hacemos en un hotel de lujo de Barcelona y enseñamos una de sus habitaciones. Marc Vidal es un conferenciante internacional. De 365 días, pasa más de 200 en camas diferentes. Es decir, esta noche puede hacer un acto en Barcelona y mañana en Berlín y pasado en Nueva York, Lima, Buenos Aires,... se entiende pues que la agencia internacional que los contrata les ofrezca la máxima comodidad en todo.

De alguna manera , aunque no sea el principal objetivo de la entrevista, hemos querido conocer un poco más estos personajes que son muy solicitados por un montón de empresas e instituciones diversas. Unos especialistas que saben antes que nadie qué pasa y qué podría pasar . Una confesión : Marc Vidal me hizo abrir los ojos en 2007 en una entrada en su blog. Ahí anunciaba lo que pasó en España 3 años después.

Nota de Prensa ‘RETRATS’: Marc Vidal : la economía digital

El 30 de abril “Retrats” recibe en el Hotel Mandarin Oriental de Barcelona la visita del experto en economía digital Marc Vidal, conferenciante de prestigio y todo un referente en el campo de la emprendeduría a nivel internacional .

Vidal -que recientemente ha publicado el libro Una hormiga en París- es partidario del error como método de aprendizaje y el defensa para poder lograr una mejora constante . Su hoja de ruta también incluye dejar atrás los miedos y vivir de lo que nos apasiona .

A lo largo del capítulo, Jaume Barberà y Marc Vidal harán un repaso de la situación económica de nuestro país, revisarán los principales temas de la actualidad económica, política y empresarial y valorarán nuestras perspectivas de futuro .

Uno de los principales temas de la conversación serán las herramientas 2.0, así como su papel en la economía global y en el futuro más inmediato de la economía. Y es que Vidal considera que nuestro sistema económico ya ha cambiado, que nos encontramos inmersos en una revolución mucho más global y profunda de lo que se nos ha hecho creer que la situación avanza hacia un nuevo paradigma, donde muchos de los trabajadores que ahora están en el paro seguramente ya no volverán a trabajar (o, en palabras del propio Marc Vidal : “Hay que crear un escenario que sea capaz de absorber el hecho de que mucha gente no trabajará nunca.“ )

Lejos de hacer una valoración alarmista de una afirmación tan sorprendente, Vidal cree que el objetivo de nuestra sociedad es aprovechar el potencial que nos ofrecen las nuevas tecnologías para optimizar los recursos y asumir que “Un mundo en que la gente trabaje menos no es un mundo peor , sino un mundo más eficiente“ .

Vidal también cree que es vital , sin embargo, que la ciudadanía tome conciencia de la magnitud de este cambio de paradigma sin dejar que las entidades políticas frenen este desarrollo .

“Retrats”, hoy miércoles 30 de abril , a las 22.05 , en el Canal 33 de Televisió de Catalunya.

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Cuando 2+2-5 son 4

Normalmente a los datos económicos oficiales les suelo dar la credibilidad exacta tras una revisión lógica. Aquellos que representan aritmética de primer grado los digiero sin contemplaciones, pero cuando son resultado de una triangulación de operaciones o de interpretaciones del anunciante los pongo en cuarentena. Lo he hecho siempre y eso me ha permitido en muchas ocasiones descifrar y leer entre líneas para luego tomar decisiones. Incluso le llaman ‘método’.
En época electoral mi confianza es incluso menor. Aquí ya no cabe nadie con cordura. Los informes, titulares y fuegos artificiales se mezclan en una orgía infecta de declaraciones que sólo buscan puñados de votos tras cada frase. Es un insulto a la inteligencia publicar que según la EPAel paro ha bajado en 2.300 personas durante el primer trimestre de 2014, registrando así su primer descenso en un primer trimestre desde hace diez años’. Sino fuera por lo serio del asunto, y de que estamos en cifras de que 1 de cada 4 españoles en edad y condición de trabajar no lo hace, un titular como ese, debería de ser penalizado por tóxico y falto de la más mínima ética. Las cifras reales son las que son y deben de ‘triangular’ de manera objetiva y no tomando la parte que interesa. Tienes 2, te dan 2 más y te olvidas que debes 5. Resultado según el método ‘ibérico’, te quedan 4.

La realidad pesa como el plomo y la verdad es que en el primer trimestre de este año se destruyeron 184.600 empleos, 51.000 de los cuales eran indefinidos. Además, para maquillar en la medida de lo posible en fechas tan ‘señaladas’ los empleos destruidos entre enero y marzo pertenecían al sector privado, pues el público ni se toca aunque no haya manera de pagarlo y el déficit siga disparado. Es más grave aun, resulta que para que esas cifras sean menos dramáticas en cuanto a destrucción de empleo

Hemos dicho muchas veces que ante nosotros se presenta una oportunidad histórica y trascendental. Convertir nuestro entorno inmediato en un enclave tecnológico, emprendedor y de cambio intenso. Sin embargo seguimos en manos de quienes consideran más importante inventar discursos anestésicos que en ponerse el arriesgado trabajo de cambiar la sociedad y su modelo de crecimiento anticuado.

Sin embargo no sólo es culpa de los que dirigen. Hay para todos. Empiezan a notarse los primeros síntomas de ‘recuperación’ en las ganas de comprar vivienda, invertir en suelo o de tocar ladrillo. Si, lees bien. Resulta que las ‘clases propietarias’ tienen la confianza recuperada, la que perdieron con el pinchazo de la burbuja, que les dice que si no aprovechan ahora el momento ‘low cost’ del tocho estarán perdiendo ‘la gran oportunidad’.

Triste panorama si volvemos a eso. Por suerte el mundo se mueve en paralelo a estos genios. La empresa, muy castigada por años de desinversión, se ha adaptado y empieza a dar frutos en la vertiente de la innovación, de la internacionalización y en la consecución de retos. Lo hizo por su cuenta, lo sigue haciendo. Los emprendedores y empresarios que no leen periódicos sino libros electrónicos están dando la vuelta a la situación con un esfuerzo que los políticos no pueden ni siquiera imaginar.

Mientras unos organizan ‘foros de debate’, desayunos coloquio y meriendas distinguidas para hablar, hablar y hablar sobre lo de siempre y sobre ‘nuevas tecnologías y emprendedores’ donde solo van políticos y funcionarios, otros, los que deben pagar nóminas, impuestos y poner en juego todo, siguen pensando como innovar, competir en el exterior y sumar para generar riqueza y empleo del de verdad.

La austeridad se llevó por delante a millones de personas, la crisis financiera a miles de empresas y los discursos que manipulan se ventilaran el ímpetu de muchos que creyéndoselos podrían perderlo todo. Hay que dar herramientas concretas y reales a los que pretenden apostar todo su patrimonio por un sueño que podría ser motor de cambio social y estímulo para una mejora de la economía a medio plazo.

¿No han aprendido nada? De aquella hostia monumental que llamaron ‘desaceleración’ al insulto a la inteligencia de los ‘brotes verdes’, no hay mucha diferencia a decir que ‘la recuperación ha llegado’

Yo no quiero recuperación, no hay nada que recuperar. Si lo que vamos a estimular es el deseo de comprar vivienda para especular, de generar valor sobre la nada y a dar sentido a todo cuanto se convirtió en barro, habremos perdido la gran oportunidad como generación.

Vivimos tiempos de cambio, un cambio de época, hay países que lo han entendido, se han puesto manos a la obra. Vivo en uno de ellos. Ya nada será igual y mantenerse en frases hechas, discursos biensonantes e interesados, electoralistas o cobardes, alejados de la alta política que exige sacrificios de los dirigentes, inversiones en talento, tecnología y redes, que obligará a terminar con oligopolios industriales y de comunicación, donde las cosas que son normales en otros países (ahora ya más avanzados) también lo sean en el nuestro y donde, a medida que lleguen, los avances tecnológicos se asuman con entusiasmo y no con preocupación.

Hay países donde las leyes permiten el avance de la tecnología, son el futuro. Hay otros que mantienen normas o imponen nuevas para inmovilizar esa llegada implacable de lo irremediable. Solo lograran retrasarlo, pero en ese esfuerzo, el daño que harán es enorme.

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Me incorporo a Sitka Capital

Hace ya unas semanas que entre a formar parte de la sociedad inversora Sitka Capital Partners. Lo hago de la mano de uno de sus fundadores y responsable, Carlos Guerrero. Lo he hecho porque creo en la inversión corporativa y por que la practico. Creo que esa implicación debe enfocarse en la nueva economía si quiero ser justo con lo que defiendo todos los días. Por eso me he incorporado como Advisory Board & Partner de este fondo de inversión que promete mucho por el equipo que lo forma y por la filosofía democrática que lo define.

Participo en la fundación de empresas con idodi, ayudo a acelerarlas en Conector, busco como financiarlas con Sitka y, por supuesto, sigo dirigiendo la expansión internacional de Openshopen.

Invertir en empresa como motor de cambio económico, como elemento estructural para la metamorfosis de un modelo de crecimiento que se paró hace unos años y que da síntomas de querer arrancar. Ahora toca inversión corporativa, invertir en empresa. Si queremos una sociedad vinculada al valor añadido, una economía innovadora y del conocimiento, también le toca a la sociedad empujar. Este es un modo de hacerlo.

Apostar por empresas de base tecnológica, para que desde abajo puedan crecer rápidamente y ofrecer empleo a centenares de personas con capacidades digitales, puede ser la puerta de salida a tanto sofá social. Algunas de ellas llegaron a modificar nuestras vidas para siempre. Atentos a las startups porque de ellas es el futuro y la definición del mundo inmediato. Participar del nutritivo camino de fundarlas, asesorarlas o financiarlas es todo un reto y algo que recomiendo. Tengo claro que es el momento de apostar por la tecnología y por las empresas que la fabrican. Lo digital y el cambio van de la mano.

Una economía del conocimiento parte del número de startups que nacen en su ecosistema. Israel, Irlanda, Estados Unidos, Suecia y tantos otros que están apostando de verdad por este tipo de modelo empresarial no esperan que el apoyo venga de la Administración (que también), sino que son su sociedad civil, su entorno privado y la cohesión entre inversores y emprendedores los que permiten que todos, de una vez, se la jueguen en común.

El que quiere estimular cambios debe implicarse y no solo pedir que otros lo hagan. El mundo seguirá creciendo, no se parará, pero la época que nos ha tocado vivir ya ha elegido con qué motores piensa hacerlo.  En Sitka he encontrado personas inquietas con ganas de participar en proyectos tecnológicos, diversificar y canalizar parte de su capital a este tipo de empresas. Si te interesa participar puedes encontrar más información en este post donde se detallan rondas realizadas, previstas y modelos de entrada.

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Otro enfrentamiento épico

Durante la visita que hice a Portugal la semana pasada, compartí workshop con una presentación de la empresa alemana Kuka. La verdad que mirar un robot jugando al tenis de mesa sin cometer errores es algo fascinante. Esta empresa fabrica brazos articulados inteligentes y para demostrar el grado de perfeccionamiento del asunto se han marcado el video que acompaño sobre una batalla entre la máquina y el campeón alemán de ping-pong Timo Boll.
Es una batalla épica donde, aunque al final el hombre vence, se denotan los avances tecnológicos que van más allá del software, también de la precisión del hardware que calcula golpe, retroceso, efectos y otros elementos con una extraordinaria facilidad.

Obviamente hablamos de una especie de metáfora, de algo que puede usarse para hacer un spot publicitario o para adornar algún reportaje efectista, pero también podemos tomarlo como la parte en el que el hardware, los robots físicos, podrán ejecutar órdenes inteligentes y, cada vez, de un modo más perfecto. Seguimos, y rápido, estructurando un futuro sin empleo masivo, sin espacio para lo ineficiente y donde poco a poco estoy seguro lograremos encajar menos trabajo, más máquinas y un mejor planeta en consecuencia. Tardaremos en lograr conjugarlo, pero la historia del mundo es la crónica de la adaptación y de la conquista del tiempo.

Me decía mi peluquera que un robot jamás podrá cortar el pelo bien, ni interpretar el gusto y las sensaciones. Que un movimiento de cabeza podría generar un desastre en el corte. Me temo que eso no es así y pertenece a los tópicos del ‘falta mucho para eso’.

Aunque Boll gana por poco, 11-9, y parece una trivialidad, el ping-pong se ha convertido en una forma habitual de demostrar la agilidad y los reflejos rápidos de los robots. Ya lo hizo la empresa vietnamita Tosy.

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Robotizar el periodismo

En un informe reciente publicado por la compañía CareerCast sitúa al periodismo como el segundo peor empleo al que se puede aspirar. Como curiosidad, a un periodista sólo lo envidiaría un leñador. Además, según ese estudio, las perspectivas de empleo para los periodistas se reducirán un 13% en apenas ocho años. Pero una cosa es la expectativa profesional y otra que la profesión esté mutando. No voy a entrar en el análisis de la utilidad o la derivada que los expertos e implicados ya protagonizan casi a diario con el manoseado debate de que ‘el periodismo debe reinvetarse, adaptarse al momento o encontrar su modelo de negocio’. Mientras se sigue despistando con ese discurso facilón y poco exhaustivo la historia acelera en paralelo y se lo lleva todo por delante.

Es habitual que directores de medios teoricen sobre cual debe ser el santo grial del asunto y que la ‘salvación del periodismo’ sea localizar un proceso rentable entre noticia y lector. Lo dicen aquellos que ponen como ejemplo de ‘buena práctica’ cobrar una cuota por noticia o una tarifa por sección. Obviamente no están ni en la misma dimensión del problema. Preocupante, pero no sorprendente. 

Sin querer darle más importancia, que la que hoy por hoy debe aceptarse, quisiera dejar para la reflexión colectiva (del colectivo afectado sobretodo), la que se les viene encima, como a tantos y tantos sectores y profesiones, con eso de la automatización de las cosas que no se podían automatizar.

Hoy quiero debatir sobre el periodismo robótico llamado actualmente ‘quakebot’ en honor al desarrollo matemático que inició un modelo similar a una redacción de un suceso en 2010. En concreto hablamos del papel que jugó este algoritmo en la rápida publicación de una noticia sobre un terremoto menor en California y que puso en punto de análisis el papel de los robots en el periodismo del futuro.

Resulta que Ken Schwencke, periodista y programador de Los Angeles Times, fue el primero en dar la noticia de que la ciudad de Los Ángeles había sido sacudida por un importante terremoto. Se despertó por las sacudidas a las seis de la mañana del lunes 17 de marzo, puso en marcha su computadora y se encontró con una historia breve sobre lo ocurrido hacía apenas unos segundos, cortesía de un robot, un algoritmo desarrollado por él y que bautizó con el nombre de “Quakebot”. El curioso efecto de Quakebot en la inmediata confección del documento sobre la historia del terremoto llevó a los observadores de la industria a discutir el papel de los robots en el periodismo del futuro.

Uno de los principales exponentes del periodismo robótico es Noam Lemelshtrich, rector de la Escuela de Comunicaciones del Centro Interdisciplinar de Herzliya, en Israel. Latar escribió, entre otros, diversos estudios sobre el tema: “El futuro del periodismo: inteligencia artificial e identidades digitales” [The Future of Journalism: Artificial Intelligence and Digital Identities] e “Identidades digitales y contenido periodístico: cómo la inteligencia artificial y el periodismo pueden trabajar juntos y por qué eso interesa a la sociedad” [Digital Identities and Journalism Content: How Artificial Intelligence and Journalism May Co-develop and Why Society Should Care].

Desde hace décadas, las computadoras han estado ayudando a los periodistas a redactar y a descubrir hechos. La prospección de datos y la analítica ayudan a los periodistas a hacer periodismo de investigación. Ahora, el periodismo robótico  son programas de inteligencia artificial que recopilan los hechos y los redactan en una fracción de segundo. Sería la high frequency knowledge en su máxima expresión.

Hoy ya tenemos historias publicadas en Los Angeles Times, en Forbes y en otras revistas que no han contado con ninguna intervención humana. El programa de Inteligencia Artificial escribe la historia y el nombre acreditado del periodista, en realidad, es el nombre de un robot. Hay una empresa llamada Narrative Science, en Illinois. Las rondas de inversión de esta empresa son desorbitadas y provienen de actores que sorprenderían a muchos pero que demuestran que el camino ya se ha empezado a labrar.

Cuando estuve en el MIT participando en un programa de investigación sobre tecnologías de la comunicación hace unos años pude ver alguna de estas criaturas sintéticas dar sus primeros pasos. Sin embargo esto irá rápido pues el periodista-robot tiene algunas ventajas innegables. Nunca olvida los hechos, investiga rápidamente y jamás pide un día libre. Consigue escribir una historia en pocos segundos y si el programa ha sido escrito correctamente, el robot no será ni siquiera partidario de nada o de nadie, será totalmente objetivo.

Esto es muy importante, si el periodista-robot está programado correctamente, podrá ser totalmente imparcial.

Creo que cuando se habla de hacia donde va el periodismo y su modelo de negocio deberían decir que va al ‘periodismo sintético o robótico’. El dinero de la publicidad está migrando actualmente de la prensa escrita a Internet. ‘Los optimistas consideran la llegada del periodismo robótico como la inauguración de una nueva era realmente positiva, en que los periodistas no desaparecerán, pero se verán forzados a pensar de nuevo en cómo hacer análisis innovadores y más profundos. Por lo tanto, todo depende de cómo vea el vaso, medio lleno o medio vacío’.

Ken Schwencke dice que el periodismo va a mejorar. ‘La amenaza del periodismo robótico siempre existirá. Cualquier periódico —electrónico o impreso— que compre en los próximos años, tendrá buena parte de sus reportajes escritos por periodistas robots. Pero las personas continuarán buscando a los periodistas humanos, porque ellos siempre tendrán un valor de más, una innovación a añadir y una nueva perspectiva. Por lo tanto, lo considero una fuerza positiva para el perfeccionamiento del periodismo del futuro.’

Otro aspecto de esa cuestión es que hoy tenemos una publicidad dirigida. El periodista-robot será capaz no sólo de redactar un tema, sino también de enviarlo inmediatamente a quién se sepa que le interesa ese tipo de información. Por lo tanto, tendremos una automatización completa de la búsqueda de noticias, análisis de reportajes, redacción y dirección de la información.

Por cierto, si eres abogado también tienes algo que leer acerca de los abogados robóticos pues como indica CNNla abogacía está siendo reconfigurada por las nuevas tecnologías de automatización que permiten a los bufetes jurídicos realizar trabajo legal en una fracción del tiempo y con menos recursos humanos. Pensemos en Watson el sistema informático de inteligencia artificial desarrollado por IBM como un abogado’.

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La 'hormiga' al teatro

Ayer fue un día en technicolor. Sant Jordi en Barcelona es una explosión que se debe vivir como se viven las grandes experiencias humanas. Como hacía varios años que no había podido pasar la ‘diada’ del libro en Catalunya, la de ayer fue de reencuentro conmigo mismo y con la belleza emocional que supone. Sin embargo ayer, además, se producía el hecho de que uno de mis libros estaba vivito y coleando en diversas librerías y tenderetes de calle. ‘Una hormiga en París’ fue el regalo que muchas personas hicieron a sus seres queridos. No se como agradecer lo que supone saber a través de mil canales que alguien eligió tu libro para algo tan emocionante y en un día tan brillante.
https://twitter.com/marcvidal/status/459010969629638656

Y es que las noticias sobre ‘la hormiga’ siempre son buenas. Se vende todavía de manera considerable pero esa no es la que más me hace feliz. Prefiero quedarme con que se ha convertido en libro de texto en muchos centros de formación secundaria en institutos, de empresa en escuelas de negocio y corporativa en las sesiones formativas de grandes compañías.

Por ejemplo, ayer fue el regalo junto a ‘Los errores de los emprendedores’ de Carlos Blanco y ‘No busques trabajo’ de Risto Mejide, que recibieron los cincuenta principales empresarios de este país en el día del libro. Por otro lado, esta ‘hormiga’ ya se puede leer en turco y se están preparando otras traducciones a medida que se van comprando los derechos para diferentes países.

https://twitter.com/carlosblanco/status/458908234464890880

Ahora bien, si hay algo que me hace especial ilusión es la posibilidad de que Abel Coll lleve a los escenarios una adaptación teatral de mi librito. Todo está en marcha, textos, actores, escenografía, apoyos y parte del presupuesto. La idea es estrenar este año en catalán y la productora no descarta hacerlo también en castellano. No me hago a la idea de verme un día representado por alguien que dice ser yo junto a un grupo de chinos intentando sobrevivir en París. Es raro, pero estimulante.

Al igual que durante aquellos momentos de mi juventud, casi adolescencia, no imaginaba que pudiera relacionarse todo aquello que estaba viviendo con la empresa, el espíritu emprendedor y los negocios, ahora me emociona pensar que en el teatro aquellos mismos instantes tomarán vida y servirán para ilusionar a las personas, jóvenes y mayores, y a estimular sus mentes para entender que tenemos la obligación de luchar por lo que soñamos.

En breve explicaré más sobre este proyecto y, teniendo en cuenta la dificil situación que vive el sector teatral, como ayudar a la productora a llevarla a cabo. Por lo que yo he podido saber no estamos solo hablando de dinero sino también de interés por la misma. Si por algún motivo quieres acercarte a quienes están trabajando para hacer realidad esta obra puedes escribir a Bohemia’s Produccions

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Invertimos en popplaces.com

El criterio que sigo para atender proyectos y startups donde invertir sigue siendo el mismo desde hace unos años. Por un lado la escalabilidad, por otro que sean un modelo tecnológico basado en el long tail o similar y finalmente que dispongan de poca fricción en el coste para el cliente final. A estas características estoy sumando últimamente que también ofrezcan respuestas a lo que llamamos ‘sociedad del futuro’, aquella que actuará o se relacionará dando soluciones donde hasta la fecha ni tan siquiera se había identificado la oportunidad. En ese último punto sobretodo se encuentra mi última entrada como inversor

El criterio que sigo para atender proyectos y startups donde invertir sigue siendo el mismo desde hace unos años. Por un lado la escalabilidad, por otro que sean un modelo tecnológico basado en el long tail o similar y finalmente que dispongan de poca fricción en el coste para el cliente final. A estas características estoy sumando últimamente que también ofrezcan respuestas a lo que llamamos ‘sociedad del futuro’, aquella que actuará o se relacionará dando soluciones donde hasta la fecha ni tan siquiera se había identificado la oportunidad. En ese último punto sobretodo se encuentra mi última entrada como inversor.

La startup PopPlaces.com, de la mano de Karen Prats, es la primera plataforma que pone en contacto a propietarios de espacios en desuso con marcas que quieran utilizarlos para realizar toda clase de eventos ‘pop up’. Digamos que PopPlaces.com es el primer Marketplace de alquiler de espacios por días y eso de ser ‘el primero’ en algo ya me interesa.

PopPlaces, que ha disfrutado de la ventaja que le supone ser una de las elegidas en el primer programa Conector Barcelona, se creó con un capital semilla aportado por los propios socios fundadores. Ahora han cerrado su primera ronda de financiación en la que, de la mano de idodi, hemos entrado de manera importante. Como siempre, mi entrada en cualquier proyecto lleva implícito mi interés por aportar algo más que dinero y en este caso me parece muy interesante la clarísima opción de replicar el modelo en Europa y Latinoamérica.

 

La idea de PopPlaces surgió cuando unos emprendedores que ya montaban pop-ups o tiendas físicas efímeras y vieron un nicho de mercado en este tipo de alquiler, que ya existe en Estados Unidos, Reino Unido, Holanda y Francia. La idea es que cualquier espacio sea susceptible de alquilarse, desde un restaurante, cualquier tienda, un barco, locales a pie de calle o fábricas abandonadas. Las Galerías Maldà –con más de 40 espacios vacíos– y los barcos de Marina Estrella han sido los primeros en apuntarse al proyecto y podrán acoger todo tipo de eventos visto y no visto, en una iniciativa que también apoya el Ayuntamiento de Barcelona, cuyos representantes asistieron aa la presentación oficial de PopPlaces.com en Barcelona Activa. La prensa se ha hecho eco de manera muy importante.

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Nunca es demasiado tarde

Le pregunté que le pasaba. Me respondió que le dolía la cabeza por que estaba viejo. Le dije que eso no tenía relación directa. Mi amigo me confesó que le dolía la cabeza por la edad, pues con la suya, la cantidad de ideas, sueños por cumplir, anhelos y retos por completar se juntaban en una orgía de colores irrefrenable que le provocaba esa jaqueca. Lo decía alguien con decenas de empresas y triunfos, y que a cada minuto que pasaba, sus ojos se encendían con mayor intensidad. La palabra jubilación, dice, significa ‘tiempo para explorar, pero para hacerlo con más prisa’.
Que los emprendedores de éxito son gente casi recién salidos de la adolescencia es un mito al que no me sumo. Representan una anomalía aritmética que tiene su importancia y valor, pero que para nada se ajustan a la realidad y, además la distorsionan. Vivir con el peso de la edad es un error que paraliza. Cuando era agente de bolsa, jefe de equipo antes de los treinta, y uno de los que más activos colocaba en mi empresa ya se me consideraba viejo. Entendí que eso de la edad y la tribu debía pasarlo por alto. Había que aprender y descubrir los elementos que a uno lo mantienen joven de espíritu pero con mayor experiencia y conocimientos.

Hace poco escribía sobre los estudios que desmontan eso de que a partir de los cuarenta somos menos creativos, y que defendía todo lo contrario. La creatividad es la gestión de las ideas existentes con las nuevas percepciones y por eso es bueno un sedimento para lograr los mejores resultados. Y no solo eso, creo además, y es fruto de la experiencia en primera persona, que a los cuarenta estamos capacitados mejor que nunca para montar un negocio, para poner en marcha un reto, un sueño, un proyecto de vida. Una vida que aun queda por vivir y que me niego a ponerla en la vía de la inercia cuando aun no ha llegado ni a su mitad estadística.

Nunca es tarde. No lo es para amar, para saltar en paracaídas, para descubrir el amigo que ya no esperabas conocer, para aprender un nuevo idioma, para recorrer ciudades que pensabas quedaban lejos de tus posibilidades, para pasar una noche de frío en el bosque, para correr una maratón, para superarte a ti mismo en cada instante, para tachar deseos de esa lista mágica que te mantiene vivo y con anhelos inalcanzables aparentemente. No lo dudes, nunca es tarde.

No lo es porque hay muchos que hemos puesto en marcha la cisterna que arranca el mundo por la mañana, lo hicimos hoy bien temprano, dispuestos a utilizar la experiencia para fabricar la incertidumbre. Así vive mi entorno y así vivo yo, desenredando mi mundo inmediato, casi improvisando, pero con esa inteligencia extraña e imperceptible que te entrega tu propia historia.

Aprender cada día con los sucesos, con los errores y con la textura fina y sensible de los sueños es lo que nos queda tras mucho tiempo sintiendo el frío y el calor de lo que es haber sido emprendedor siempre. El éxito llega a veces pronto a veces tarde, pero la gestión del mismo tiene mayor importancia que tenerlo. Errores he cometido muchos, y sigo cometiendo una barbaridad, pero lo que si sé ahora, es que cada uno de esos agujeros compone un espacio nuevo, más grande, más intenso y mucho más divertido.

Cuando percibes el olor que tienen las huellas en esa aventura de abrir las puertas de tu propio futuro, todas las voces callan y el silencio reina en tu camino. Suelo correr de madrugada en las ciudades del mundo por donde paso. Este año lo hice en algunas ciertamente increíbles. Correr por las calles de Boston o de Lugo, cuando apenas circula nadie por ellas, es extraordinario. Sólo escuchas tus ideas amontonándose en tu cabeza, pidiendo a gritos una oportunidad. Con la edad he descubierto que las pongo en la pista de despegue con mayor acierto que en el pasado.

Si te sientes mayor para empezar piensa que con 35 Jan Koum fundó WhatsApp, Michael Arrington TechCrunch, Tim Westergren Pandora y Jimmy Wales Wikipedia. Con 41 Mark Pincus puso en marcha Zynga y con 42 Robert Noyce Intel. A esa misma edad, 42, Robin Chase inauguró ZipCar y al llegar a los 52 Ray Kroc abrió el primer McDonald’s. Incluso hay casos más extremos. John Pemberton inventó la Coca Cola a los 55 y el General Sanders fundó KFC cuando la mayoría de personas se jubila, a los 65.

Mientras algunos se lamentan de ‘la crisis de los 30’ o de ‘los 40’ o de ‘los nosecuantos’, otros nos ponemos en crisis constructiva, en revolución íntima para disfrutar de ese momento extraordinario que supone completar ciclos para empezar otros. Yo he fundado e impulsado muchas cosas en estos años, pero ahora me gusta que cuando alguien me nombra lo haga diciendo ‘Marc Vidal, que entre otras cosas, a los 42 fundó Openshopen. Nunca es tarde.

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Robots en la cola del paro

Empresas que intenten pintar de bondadosa una decisión que en realidad representa todo lo contrario es algo a lo que estamos acostumbrados. Ahora le toca a la todopoderosa Toyota. Resulta que el fabricante de automóviles japonés ha decidido retirar algunos robots de sus cadenas de montaje y sustituirlos por humanos.
El presidente de Toyota, Mitsuru Kawai, en un alarde de humanidad y generosidad hacia la especie de la que es miembro, ha dicho que ‘a la larga, las personas son más eficientes que las máquinas’. Despues marchó a comer y, tras utilizar una docena de dispositivos automatizados y robotizadas que nos hacen la vida ‘más humana’ se ha quedado tan agusto y se ha ido a hacer la siesta japonesa supongo.

Resulta que Japón es el segundo país del mundo (solo por detrás de Corea del Sur) con más robots trabajadores, más de trescientos mil, pero al parecer la precisión de éstos no llega a la necesaria y los errores en la producción se acumulan hasta el punto que acaban de anunciar la llamada a revision de vehiculos entregados más grande de la historia.

La casualidad y el orden de diffusion de las dos noticias no deja de ser interesante. Primero te comento que vamos a dar un giro hacia la humanidad, luego que las maquinas son un desastre y finalmente que mas de seis millones de coches vendidos y pagados estan es seria sospecha de no estar bien terminados.

Creerse que esta decision es la reconquista humana del espacio perdido es un error. Esto solo tiene que ver con el envejecimiento o mala práctica de los sistemas automaticos de la multinacional nipona. La noticia es tan absurda que hasta da vergüenza ajena verla en tantos medios de comunicación ‘serios’ sin ningun analisis ni estudio complementario. Al estilo ‘teletipofago’ que nos tienen acostumbrados si la noticia proviene de una empresa que gasta mucho en publicidad, tenemos ahora esta ‘curiosidad al cuadrado’ sobre la conveniencia de poner humanos donde las maquinas cometen errores de precisión. ¿De que parte del proceso hablamos? ¿Soldaduras, pintura, ensamblaje, conectores o diseño? Obviamente el problema no es de una máquina, en todo caso de quien la mantiene, fabrica o controla. En todo caso es una noticia engañosa, tendenciosa y maniquea.

A la tecnología no debemos tenerle miedo. Está y se quedará, lo robots nos harán la vida más facil y más nutritiva. Nos van a sustituir en casi todo y mejoraran la sociedad y sus derivados mientras nosotros haremos otras cosas. Es así y no hay vuelta atras, solo podemos irnos preparando, estableciendo el espacio, el modelo y el control de los tiempos. Los automatismos llegarán a cambiar, incluso, el valor de la experiencia y del razonamiento ante una duda. Pasará aunque a Toyota le salga más caro.

Fabricar un automóvil (que básicamente es construir uno tras otro exactamente iguales todos ellos) es un trabajo excelente para las máquinas. Que ahora nos digan que eso lo puede hacer mejor un hombre que lleva en la compañía veinte años es falaz. Otra cosa es que ese auto lo ha diseñado un equipo de ingenieros, los robots los programaran personas y la calibración lo ejecuten expertos. No obstante, estos tres últimos casos ya lo pueden hacer también, y bien, robots y software especializado sin cometer ni un error.

Ahora bien, el problema de Toyota es que no tiene actualmente máquinas capaces de sustituir a un equipo de personas pues les falta precisión y flexibilidad. No pueden sustituirlo por un sistema capaz de configurar rápidamente las máquinas para que un cambio simple no sea algo muy complejo. Ese cambio una persona lo puede hacer en un instante y las maquinas que ahora tiene Toyota no lo permiten. Aunque tambien podria ser que el error estuviera en quien fabricó los robots y estos deban ser sustituidos y mientras se ponen de acuerdo la cosa precisa de una salvaguarda humana que va necesitada de trabajo en estos días.

En todo caso, quien considere que la tecnología del futuro tecnosocial, la hipersociedad digitalizada y el trabajo robotizado podria ceder espacios a una mayor interaccion analogica comete un grave error de analisis, comprensión y táctica. A título individual será una pérdida de perspectiva, a nivel empresarial será un error estratégico. En serio, hay que pensar en clave del futuro que sabemos es inminente. Girarse no sirve, creerse fabulas como la de Toyota tampoco.

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Economía, Innovación, Startups Marc Vidal Economía, Innovación, Startups Marc Vidal

¿Quieres una bicicleta social?

En plena gamificación de la vida cotidiana, cuando la relación entre las cosas y su conectividad empiezan a ser cada vez más habitual, una compañía norteamericana ha presentado la bicicleta social que combinan tecnología inalámbrica con una plataforma social de intercambio de bicis. Plataformas, usuarios sin intermediarios, modelos de compartir todo y cesión temporal de objetos van derramándose por la sociedad del nuevo modelo socioeconómico.
Sin salir de ese extraordinario mundo de la economía colaborativa y de las relaciones distribuidas, el nuevo ciudadano hipersocial va ocupando espacios que, aunque parezcan de escasa relevancia, conquistan el futuro. Por ejemplo, con esta bicicleta social. En lugar de mantener las bicicletas encerradas en almacenes, una compañía propone dotarlas de seguridad y geoposicionamiento para que se utilicen de forma compartida. Su uso es parecido al sistema público que utilizan muchas ciudades del mundo pero va un poco más allá permitiendo que éstas dispongan de todo tipo de elementos para un uso más sofisticado y enriquecedor.

Os hablo de SoBi, como podria hacerlo de ZagsterEl sistema es fácil y funciona con números PIN temporales y una aplicación de soporte, pero el avance que interpreto es la universalidad que busca. Es decir, cualquiera puede proponer este uso y asignarse a la plataforma, solicitar bicicletas para su ciudad y empezar el proceso. Algo parecido a lo que comentabamos con los hoteles del futuro.

Ya nadie se librará del cambio, ni los que pensaron que poniendo bicicletas en una esquina de una gran ciudad entraban por la puerta grande del futuro. Resulta, que esa puerta solo conduce a la antesala de todo cuanto queda por ver.

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Silicon Valleywood.

Ayer pude ver el primer episodio de una nueva serie de HBO llamada Silicon Valley. Es cierto que eso de la televisión no es algo que me ocupe demasiado tiempo en mi día a día pero a veces a uno le flojean las defensas. La cosa en cuestión gira a partir del universo complejo, apasionante y pocas veces llevado a la pantalla de las startups en el estado de California.
Desconozco los detalles e historias de protagonistas, directores o productores. No tengo datos que me aporten nada al respecto y no es este un blog donde esas cosas puedan aportarse con criterio. Sin embargo parece ser que está repleto de ‘importantes’ del mundillo. Me interesó por lo intocable que parece ser en el cine y televisión el ecosistema de Silicon Valley y de las empresas que lo conforman. Solo había visto algún intento como las películas sobre Facebook o la biografía de Steve Jobs.

Como sabéis trabajé cerca del valle hace unos años. Durante veinte meses estuve vinculado en el proyecto que me llevaba de Boston a Los Ángeles cada mes y, aunque técnicamente eso no es el Silicon, pillaba cerca. Pude ver, sentir y saber muchas cosas que ahora en esa serie se caricaturizan pero que tienen visos de realidad. La serie habla de un chaval llamado Hendrix y que trabaja en algo parecido a lo que sería Google como ingeniero. Por las noches desarrolla un software que comprime datos de manera casi milagrosa. A partir de ahí lo que busca el argumento es explicar cómo nace y se mueve una startup en ese escenario, como pactan vivir en casa de un millonario a cambio de un porcentaje, el business plan, las relaciones sociales, los grupos de poder y todo lo que tiene que ver con un entorno tan sofisticado como ese.

A parte de toda la fauna prevista, razas, clases, millonarios y lo que se precie, me ha quedado la sensación de que representa bien lo que allí ha pasado y como, al más puro estilo Hollywood, se ha exportado un modelo cultural, en este caso, empresarial. Otra cosa es que lo estemos haciendo igual de bien. Es cierto que cuando estás en Silicon Valley lo primero que notas es que no existe como tal y que la ubicación de las empresas dista mucho de lo que en Europa entendemos por un ecosistema. En el resto del mundo llamamos ‘silicon valle lo que sea’ a cualquier polígono industrial venido a menos que deciden reconvertirlo en un hervidero de incubadoras y aceleradoras con muy poco criterio y mucha publicidad política. Luego pasa lo que pasa.

La computación en la nube, los dispositivos móviles, las redes sociales y otras tecnologías de acceso rápido a Internet, están produciendo oleadas de nuevas start-ups, pero para muchas de estas jóvenes empresas, el capital riesgo es la respuesta equivocada, por lo menos al principio

En alguna conferencia, cuando me preguntan si considero Silicon Valley como cartón piedra (hay críticos que así lo definen) mi respuesta es un no rotundo y solo hay que revisar las cuentas de resultados de esa comunidad, las patentes que se registran y el producto interior bruto que representan. California llegó a ser la quinta potencia económica del mundo por si sola y, aunque el valle de silicio no es su motor principal, si participa de su definición.

El problema viene cuando hablamos de ‘los otros sillconsvalleys’. Es para echarse a llorar por no otra cosa. Un universo como ese no nace de la decision puntual y voluntarista. El modelo se larva, crece, se estimula y, sobretodo, se arriesga desde todos los ámbitos, privados y públicos.

Los graduados universitarios de hoy deben ser conscientes de que la tendencia al alza en el Silicon Valley es la evaluación de los empleados cada tres meses, ya no es anualmente. Debido a la globalización y la revolución de los productos nuevos se están eliminando las valoraciones de gestión de un modo tan rápido que las empresas no pueden permitirse el lujo de esperar hasta el final del año para saber si un jefe de equipo está haciendo un buen trabajo.

Lo que allí pasa no es perfecto, pero lo que sabemos la gente que como Xavier Verdaguer, Eneko Knorr, Miguel Díez Ferreira y tantos otros europeos que hemos pasado por allí, es que alli se respira dedicacion, pasion, talento, mucho talento, competitividad, retos y que, de un modo u otro, la historia inmediata se escribe en parte destacada desde ese lugar. Un enorme lugar ideal para los que desean poner ideas innovadoras en marcha. Otra cosa será como lo estan exportando y como medio planeta ha decidido administrarlo

Las ciudades del conocimiento o también llamadas ciudades compactas surgen como un nuevo modelo de espacio para la innovación y espero que para emprender. Si se mezcla el entorno urbano natural reformado para la acomodar un modelo de vida más abierto y actualmente cultural con la estrategia económica en pools empresariales conectados internacionalmente y además con los canales que permitan la investigación para la innovación se propicia una nueva actividad económica capaz de atraer talento y empresas de todo el mundo para facilitar el nacimiento de tecnoemprendedores.

La serie es interesante en cuanto a la crítica que hace de esa intocable y casi milagrosa fórmula por la cual un desarrollo de un año y medio, que no vende nada, puede valer miles de millones al ser ‘adquirido’ por uno de los grandes que en si son los que mantienen el macrovalor del lugar. Sin embargo detecto que se plantea la idea de que la primera startup que debes potenciar cuando emprendes tecnología eres tú mismo, en concreto ‘the startup of you’

Desconozco si la serie entrará en la que, para mi, es el mayor defecto del lugar. La gestión de lobbys y familias, el poder derivado de esas fórmulas de relación y que suponen que el éxito de cualquier proyecto pase por estar en el lugar adecuado, en el momento correcto y con la persona que conviene. Es una comedia y como tal se debe entender no obstante.

De la emisión del primer episodio me quedo con un detalle. Exponen bastante bien la presión que se establece sobre la idea y el desarrollo pendiente, sobre la aventura que supone lanzarse al reto de crear una startup y la de abandonar tu trabajo seguro en una gran compañía. Lo que transmite también es que Silicon Valley ha iniciado un camino de no retorno donde las cosas se precipitaran tarde o temprano y que el coste y valor de las cosas ya no responde a ningún criterio lógico.

Si la quieres ver tienes dos opciones de momento. Los domingo noche por HBO o a través de tu site de descargas favorito.

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Airbnb y los hoteles del futuro

La semana pasada estuve en las oficinas de la central europea de Airbnb en Dublín aprovechando la invitación de sus responsables locales. Ya conocía a la empresa que cubre cerca de medio millón de propiedades en 192 países y casi 34.000 ciudades del mundo. Relativamente joven, fue fundada en San Francisco en 2008, ya vale más de 10.000 millones de dólares. No es sólo una de las nuevas socias del selecto club de las megastartups, también es un referente más de lo que aquí definimos a veces sobre el futuro de la economía y sus procesos en plena metamorfosis.

Darle la espalda al tsunami no garantiza que no se te lleve por delante, lo único que pasará, si te giras, es que no sabrás cuándo sucederá.

Ya pasó con la música, pasara con los libros, paso con los viajes y pasará con miles de millones de empleos, todo cambiará y lo hará rápido. Los intermediarios, la cadena de valor entre cliente-usuario y producto cada vez es menos curva, menos compleja y utiliza la tecnología para simplificarlo todo, hasta el punto que los intocables pueden estar también en fase de extinción.

Las agencias de viajes vieron su negocio quebrado cuando desde un ordenador cualquiera podía organizarse un viaje, comprar un billete de avión o relacionarse con el hotel o guía en la otra parte del mundo. Luego esas plataformas vieron como en algunos casos los usuarios-clientes ya no estaban solo dispuestos a reducir costes con webs donde paquetizar todo eso. Poco a poco el usuario deja de ser cliente y pasa a ser otra cosa difusa que la Nueva Economía esta descifrando todavía. Es en ese momento exacto que toman fuerza y valor proyectos que se llevan por delante el asunto.

Airbnb no deja de ser un exponente más, como tantos, de que los intermediarios, en todo, desaparecerán y lo harán rapidito. Ser el de en medio no tiene futuro. O eres cliente o eres productor. Lo unico que se necesita ahora es un canal que los vincule y este ya no precisa de una cadena de sucesos, de procesos encadenados que encarecen. Ahora solo es preciso tecnologia. En 2012, estos de Airbnb cuya sede europea abarrota una nave industrial al norte de la ciudad, gestionaron 10 millones de noches en reservas de habitaciones, apartamentos y casas particulares.

Es cierto que la economía digital y sus procesos requieren muchas mejoras y adaptaciones cuando la traspasas a lo analogico. El ejemplo de Airbnb es evidente y fueron muchos los problemas que vivieron en el pasado. Problemas que surgieron de demandas por destrucción de algún apartamento, situaciones irregulares en el uso de los mismos, redadas por prostitución, huéspedes insatisfechos y que provocaron que la empresa lanzara una ‘garantía para anfitriones’ consistente en una protección de daños hasta el millon de dolares con Lloyd’s of London.

Con el tiempo, algunos de los impedimentos a ejecutar una transacción ‘hotelera’ en algunos países y ciudades desaparecerán. La evolución natural de la economía nos lo garantiza. Mas facil, mas barato, mas rapido y con menos complicaciones. Aunque en enero de 2013, un usuario de Airbnb fue condenado a pagar una multa de 2.400 dólares a la ciudad de Nueva York por el alquiler de su habitación en Airbnb con el tiempo esto será una anécdota.

Los hoteles se la tienen jurada. Como se la tuvieron jurada antes a otros actores del tema. Por ejemplo, los hoteles y las grandes cadenas se enfrentan de cara a los cupones descuento o al método grupal. Es un error ponerse de culo al progreso. Darle la espalda al tsunami no garantiza que no se te lleve por delante, lo único que pasará si te giras es que no sabrás cuando sucederá.

En estos momentos, Airbnb vale 10.000 millones, Hyatt Hotels 8.000, Wyndham 9.400. Me imagino a una gran cadena hotelera ‘mutando’ su negocio, comprando a los de ‘las habitaciones’ y estimulando un modelo de negocio aparentemente antonimo a ellos pero que no deja de ser un modelo de hostelería del futuro. Al tiempo.

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Táctica o estrategia, las claves del éxito.

Leo sobre las claves para que un proyecto tecnológico tenga éxito y me viene a la cabeza cada uno de los errores que he cometido en esta vida como emprendedor, como directivo de empresas o como empresario, de cómo en ocasiones se supedité el cliente o en otras el producto y que en ambos casos no lo hice ni en el momento ni de la manera adecuada. Recuerdo como de repente uno de esas ideas se viene abajo porque nadie apuesta por ella. Aprendes a tocar puertas como si fueras Beethoven.
También por mi memoria circulan los éxitos. El duro tránsito de soportar a muchos diciendo que te vas a estrellar, que no va a salir bien, que así no se puede o que no sabes. Son días, meses y años que tienes que llevar sobre tus hombros el peso de lo que consideras que es lo mejor, lo factible y el seguro de que el proyecto se logrará completar. He cometido errores, pero he intentado aprender. De esas experiencias, buenas y malas, de cuando algo se desmorona o de cuando recibes la llamada de un comprador para tu producto o para tu empresa. De todo se aprende. De cuando el teléfono deja de sonar porque nadie quiere darte ni cinco céntimos de crédito y de cuando el mismo aparato es un zumbido constante de periodistas queriendo saber los detalles de ‘tu éxito’.

Leo esas claves y pienso que son en gran medida lecciones obvias pero tan difíciles de alcanzar con criterio y con equilibrio. Os las dejo para que las razonemos, debatamos aquí o en las redes sociales, pero para ver hasta que punto hay claves para el éxito o el éxito es la clave en si mismo. ¿Cómo se puede saber en un inicio que podemos tener éxito? Un estudio realizado por la revista Inc. y la National Business Incubation encontró que la tasa de fracaso ronda a ocho de cada 10 empresas del tipo startup, por lo que es una cuestión digna de preguntar antes de invertir tiempo y recursos en su nueva empresa. Por un lado lo normal, atendiendo a esos números es que no te salga bien. Lo raro es el éxito. Veamos cuales son esos motivos para ser la ‘excepción’

1. Clientes

¿Proporcionas al mercado algo tan extraordinario que lo acogerán con entusiasmo? Lo ideal sería que el cliente se identificara al detectar necesidades y si esa necesidad se puede escalar estaríamos en la cúspide de lo que se considera perfecto. Piensa en términos de satisfacción de una necesidad, y si estás en el mercado adecuado, no vaya a ser que lo que vendes sea mejor hacerlo en otro lugar o de otro modo. Nombra tus clientes potenciales en dos palabras.

2. Producto

Lo ideal sería crear un producto que fabrica necesidades directamente o deseos a tus propios clientes aun por satisfacer. Mantente en la solución de problemas sin mensajes complejos. Define tu producto con una frase. Deja de lado tu idea si la curva de aprendizaje para fabricarlo implica tiempos exagerados.

3. Sincronización

Cada mercado tiene un ciclo de vida. El llamado ‘time to market’ es la clave para mi más importante. Si innovas antes de tiempo y el mercado no lo acepta no has innovado. Sólo es innovación aquello que el mercado considera aceptable. Ten en cuenta que cualquiera que resuelve un problema puede vender esa solución, pero lo que no queda claro es que eso lo puedas hacer de manera masiva y beneficiosa en cada momento. A veces el escenario no está decorado y la función es un desastre. Define con una frase el momento de venta. Si no lo localizas adecuadamente puedes encontrarte ante una rampa de ascenso a las ventas muy empinada, muy difícil de superar y, la gran idea y producto, no encuentren el mercado a tiempo. Adelantarse suele ser algo muy similar pero te permite esperar, que si se hace bien, es más barato que llegar tarde.

4. Competencia

A diferencia de lo que se explica, a mi la competencia no me parece nada malo. Al revés, para garantizar mi éxito prefiero saber que hay muchas empresas que hacen o desarrollan cosas parecidas. Es importante saber porque vas a ser mejor que ellos o en que nicho o por que agujero comercial te vas a colar. Describe en una frase las deficiencias del conjunto de tu competencia. Busca mercados fértiles que permitan a ideas como la tuya florecer aprovechando los puntos anteriores y plantéate tu como la competencia de otros y no al revés.

5. Finanzas

Todo negocio requiere dinero para empezar, pero el objetivo debe ser reducir al mínimo el riesgo y el costo de ser posible. El problema es que en el mercado actual esa guerra precisa de mucho armamento y las armas son caras. Hay que atender muy bien, y es la clave del éxito técnicamente, el ratio de gestión conversión entre riesgo, costo y beneficio. Define con una o dos palabras el concepto ‘saldo cero’. Si no logras derivarla a sinónimos de equilibrio será difícil cumplir lo que busca este post.

6. Equipo

¿Tienes claro que tu equipo es el mejor o que van a ganar la batalla? Si no es así ya juegas en una división distinta a la del éxito. Puedes estar en la de la supervivencia, la de la perpetuidad, pero no en la del triunfo. Si tienes recursos limitados obviamente, es bueno ir fichando a costes que rocen el riesgo a grandes responsables o directivos de alto valor que deberían asumir un punto de implicación emprendedora en el proyecto. La clave para mi es esa por encima a veces de las aptitudes están las actitudes. Con una frase nombra el grado de implicación de cinco empleados al azar. Si no es uniforme y positivo pinta mal.

Con estos puntos sobre la mesa uno puede analizar si le pinta bien o no su proyecto. Es un marco básico que obviamente deja muchos temas por analizar pero creo que como hace la revista Inc., y yo complemento, los puntos ciegos de una startup pueden estar en esos seis elementos. Enfocarse en pequeñas batallas en lugar de en la guerra te permite divertirte mucho con lo primero y ganar la segunda a pesar de las heridas sufridas. Estrategia, mucha, pero táctica también, incluso más.

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Conector: aceleradora acelerando

Hace un tiempo Forbes publicó las razones por las que una aceleradora es un mejor espacio para el desarrollo emprendedor que una Escuela de Negocios. En concreto nos confesaban este tipo de estimulante empresarial existe en Estados Unidos desde 1952 y que, por lo general, siempre han estado cerca de las universidades. En aquella época eran como bancos de pruebas.
Sin embargo ahora, un nuevo modelo de aceleración para startups tiene más que ver con los modelos tecnológicos que surgen y se generan. Es un tipo de soporte y estímulo más próximo, teniendo que ver incluso con la tutoría tecnológica, con la aportación de recursos materiales, con el asesoramiento de tipo legal, con la aportación de seed capital y, por lo general, con el apoyo de experimentados empresarios y emprendedores que permiten a la startup en fases iniciales recibir información para anticiparse a los procesos lógicos del negocio y para valorar la validez.

Paul Graham, padre de la incubadora que tuvo en su sede a Dropbox, ahora valorada en billones de US$, considera que las aceleradoras de startups son como un baño de realidad muy necesario para el emprendedor. De él es la frase ‘entrar en Harvard esta muy bien pero prefiero un buen espacio emprendedor vinculado a una gran aceleradora o incubadora, pues, a diferencia que en una universidad, hay de todo lo que afecta al negocio y, además, de verdad’.

A mi modo de ver, España tiene una ventaja con respecto a muchos de esos espacios que Graham comenta. Si dejamos de lado universidades, tenemos escuelas de negocio que aparecen siempre en el top de las líderes en el mundo. Ese hecho debe complementarse con la tecnología y la investigación de manera que seguramente estaríamos creando un ecosistema mucho más competitivo para crear otros ‘dropbox’ y lanzarlos mundialmente.

Mientras eso no sucede en nuestro pais y otros, o se trabaja para que se modifique, podríamos mos tirar de aceleradoras. Ese sería un gran papel a jugar. Ese es el que intentamos que se juegue en la aceleradora Conector de la que soy socio fundador junto a Carlos Blanco, Xavier Verdaguer, Elisabeth Martinez, Miguel Vicente, Gerard Olivé, Risto Mejide y Marc Ros.

En la primera edición, y tras filtrar entre más de un centenar de buenos proyectos, seis proyectos fueron seleccionados. Ahora estan en la fase final de esta aceleración y preparando su puesta de largo en el ‘demo day

En paralelo acabamos de anunciar una nueva convocatoria para su programa de aceleración, formación y acompañamiento para proyectos digitales que se desarrollará en Barcelona de junio a noviembre de este año. El plazo para el envío de las propuestas de proyectos candidatos a entrar en dicho programa se prolongará hasta el próximo 4 de Mayo. De todos los proyectos recibidos, se seleccionarán los finalistas que presentarán sus proyectos en el StartupDay del 14 de Mayo ante un jurado compuesto por los principales socios de la aceleradora junto a los mentores de la aceleradora y profesores de escuelas de negocio, inversores y destacados empresarios de otros sectores.

Entre los mentores de Conector podemos destacar a Axel Serena, Eudald Domènech, David Tomás, Ignacio Fonts (Inveready), Adriana Freitas, Iñaki Ecenarro (Trovit), Carlos Guerrero, Miguel Vicente (LetsBonus), Luis Font (Zyncro), Martí Manent, Pau Cerdà, Simon Lee (Incubio) y Vicenç Martí (Akamon).

Conector busca proyectos con empresas ya constituidas o constituyéndose, del sector de Internet, Mobile, Tecnología, Telecomunicaciones, Media y Entretenimiento con equipos de entre 2 y 4 emprendedores y orientados a tener un producto disponible en mercado como máximo en los próximos 3-4 meses. Mi objetivo cuando acepté ser parte de esta aventura era ayudar a que, gracias a gente que llevamos mucho tiempo en esto de los negocios tecnológicos, el proyecto de otros fuera viable y repercutiera en crear riqueza, empleo y sobretodo más innovación.

Me siento muy afortunado. Tener la oportunidad todos los dias de construir un fragmento del futuro de la mano de emprendedores que ponens sus ideas, su esfuerzo y su capacidad frente a nosotros para que les ayudemos es algo impagable. Escucharlos, sentirlos y vivir con ellos sus aciertos, errores, ilusiones y ratos amargos vale todo mi tiempo y energía. Ellos desconocen que cuando nos dan las gracias a nosotros por cuanto creen que hacemos por ellos, en realidad, desde dentro me nace un enorme sentimiento de gratitud hacia ellos. No saben cuanto aprendo en cada conversación con ellos, en cada ‘board’ o en cada sesión como mentor. Si lo supieran, en lugar de decir al terminar ‘gracias‘ dirían ‘de nada‘.

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Se escapa el futuro

Has oído hablar de la ‘I’, de la ‘D’, de la otra ‘i’ y sobre todo de la ‘d’ final. Todas juntas componen una cosa que queda super ‘cool’ y que no hay político que no utilice en un momento u otro del día como si de una necesidad fisiológica se tratara. Hablamos del I+D+i+d. Investigación, desarrollo tecnológico de sus resultados, innovación aplicada a la producción de nuevos productos y servicios y el diseño de los mismos para conectar con las necesidades y demandas del mercado. Lo hacen para parecer modernos y por que seguramente han escuchado que la creación de nuevas actividades generadoras de empleo capaces de estimular un nuevo modelo económico y productivo que España necesita urgentemente, dependen en gran medida de esas siglas que riman.
Sin embargo las palabras se las lleva el viento, la idiotez supina, la falta de memoria y las discusiones sobre la repetitiva y pueril rueda de prensa de algún futbolista venido a héroe. Las promesas de inversión en lo que esas siglas significan son eso, promesas. La realidad es que han descendido los programas que los impulsan. Y no solo es grave que se recorte en lo estratégico, en aquello que debería marcar la nueva esencia del crecimiento económico, sino que lo terrible es que se de muestra tan clara de la incapacidad de construir y articular un modelo eficiente para los requerimientos de las empresas que quieren y no pueden ser competitivas muchas veces por no encontrar ninguna facilidad, e incluso por estrellarse contra dificultades severas.

No es necesario inventar, con copiar los modelos que funcionan extraordinariamente en países mucho más avanzados tecnológicamente que el nuestro. Por lo menos deberíamos preguntarnos el motivo por el que no hay manera de lograrlo. Seguramente es que no está en la agenda real. A mi modo de ver, no deberíamos votar a nadie que no plantee un verdadero diagnóstico esencialmente correcto del estado del asunto y que, por derivación, trasladara las decisiones necesarias para construir un eficaz sistema en I+D+i+d. Esa debería ser la prioridad nacional, el punto de partida de la revolución socioeconómica que nos conectaría con el mundo.

La escasa inversión aplicada a la investigación y al desarrollo tecnológico nos aleja del futuro, nos condena. Los presupuestos generales del estado necesitarán más de dos décadas para ponerse en niveles de inversión anteriores al 2008 o 2009. De lo perdido ya no se puede hacer mucho, pero de lo que queda por conquistar si. Mantener esta atonia, esta desidida y sazonarla con discursos vaciós y falaces debería ser delito. Seguimos en eso de la política en ‘play back’. Unos hacen como que cantan y otros finjen que se lo creen.

Un buen amigo mio, dedicado a la investigación que vive en París, me contaba como la innovación aplicada surge de la creatividad y del diseño, siempre es así. Me decía que una Europa innovadora depende de sus gentes creativas, de su capacidad para gestionarlas y de darles escenarios de desarrollo. Lo vemos y lo sabemos. Este buen amigo pertenece a la agencia francesa de investigación y planificación y de él emanan muchos de los programas que están modelando nuestro futuro. De esto sabe algo. Me decía que los que inventen serán libres. No es cuestión de emprender o no. El futuro ni tan siquiera depende de los que dicen cuidarlo en nuestro nombre. El tiempo pasará y seremos nosotros los que recogeremos sus migajas o sus retos.

Yo no me voy a esperar a que un pelotón de asustados por perder sus butacas rebosantes de privilegios decida por mi. Yo ya he decidido a título personal e íntimo pero se hace imprescindible que esta gente que asegura trabajar para y por nosotros convoquen un auténtico cataclismo intelectual que conforme de manera disruptiva las claves del futuro y del progreso tecnológico. Si no hacen nada, el futuro se escapará de nuevo. Hace décadas se decía que ‘los inventos venían de fuera’ y parece que nos eso nos está bien. Ya pasó antes y tiene pinta de que va a volver a pasar a menos que hagamos algo.

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Conferencia junto a Jordan Belfort

Hace meses que lo sé pero no se podía explicar. En unas horas tomo uno de los vuelos que me llevará a Puerto Vallarta para dar una conferencia el próximo jueves junto a Jordan Belfort. A su petición, compartiré escenario con quien fuera el protagonista real de la película ‘The wolf of Wall Street’. Será durante el evento corporativo que organiza Azteca Televisión para todos sus vendedores y directivos, una especie de sesión formativa acerca de cómo mejorar en la difícil tarea de vender más. Belfort lo hará desde la vertiente de la ‘persuasión’ y yo desde la de la ‘innovación’. Estoy seguro que será interesante y que aprenderé mucho.
A este hombre lo conocí de pasada en 1996 cuando yo era broker de bolsa y él pasó como el rayo por nuestras oficinas una mañana. Nunca supimos el motivo, años después lo intuyo. En aquellos momentos Jordan era rico, un gran orador, vendía arena en el desierto, era eléctrico y estaba a pocos meses de ingresar en prisión. Todo así, sin filtros. Por eso, lo que recuerdo de él y lo que se ha dicho supongo que poco tiene que ver con la realidad actual.

Ahora da conferencias, charlas y sesiones formativas por todo el mundo e importantes empresas y organizaciones se lo rifan para que les explique los secretos de la persuasión ‘ética’ y de la venta directa. Que tu ‘partenaire’ sea uno de los conferenciantes de moda ahora en medio planeta no es sencillo de gestionar. A la más que normal minuciosidad con la que preparo mis charlas y conferencias deberé añadir elementos dinámicos y algo de espectáculo para mantener la tensión de la audiencia pendiente de un tipo de brillante oratoria y show asociado. Seremos sólo dos conferenciantes ante varios centenares de personalidades muy importantes de la compañía, incluido su Director General.

El evento no está publicitado por ser de riguroso consumo interno y se considera más un acto formativo empresarial que un ‘show’ expositivo me dicen. Pero Jordan Belfort es ahora un cotizadísimo conferenciante y un formador de ventas que recorre el mundo al abrigo del libro y la película dirigida por Scorsese, pero también es cierto que su historia y la inacabable lista de anécdotas al respecto esconden una ‘ciencia’ y un método de cómo convencer, generar interés y, finalmente, vender.

Como mínimo será bueno saber de primera mano como ha perfeccionado un método que le permitió hacer lo que hizo y salir con tan poco castigo después. Mi intervención estará basada en ‘Una hormiga en París’ y en el debate posterior procuraré estimular como método de venta y dirección comercial el valor de la innovación y del ‘beta constante’ de las organizaciones.

Dos conferencias basadas en dos libros, un punto en común y una de esas cosas que me pasan de vez en cuando. Hay gente que me pregunta como puede ser que me pasen tantas cosas, parece que viviera siete vidas. La respuesta la desconozco pero normalmente cuando el tipo que hizo la pregunta se gira, yo ya no estoy. Siempre en movimiento, siempre innovando. En mi caso, dar una conferencia sujeta a 10 puntos fácil de comprender por lo cercanos e inmediatos que resultan, enlazarlos con modelos de innovación en ventas y management y finalmente volcarlo desde el pasado al más absoluto futuro inminente es algo divertido, extraordinario y nutritivo. Yo lo paso bien y la audiencia lo agradece. Veremos esta vez.

Actualizo con una imagen tras el evento junto a Jordan Belfort. En su mano sostiene mi libro ‘Una hormiga en París’ y al parecer estaremos juntos en diversos eventos en Los Angeles, en Dublín y en Londres.

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Vivo para trabajar, mi trabajo es vivir

En plena puerta de acceso a uno de esos vuelos de conexión a ningún lugar, me encontré hace unos días a mi amigo Erwin Rauhe, Presidente de la Cámara de Comercio Italo-Alemana y uno de los máximos responsables de BASF para Europa. Apenas unas frases y unos comentarios casi sin espacio para profundizar, pero siempre nutritivos para reflexionar durante el viaje.
Decía Erwin que ‘las cosas van bien o mal no tanto en base a lo que la gente considera por cuanto sabe o siente sino por lo que escucha en las noticias o le trasladan los flujos informativos’. Ahora por ejemplo estamos viviendo el nacimiento de una teoría sobre ‘la recuperación’ que no deja de sorprenderme.

La más que probable aportación de cifras y datos en positivo no responde tanto a que las cosas estén mucho mejor sino a que estas se comparan con el miserable dato anterior. Hay políticos que si dijeran la verdad se sonrojarían pues sería su estado excepcional. Cuando dicen que ya se notan signos de mejoría deberíamos examinar de que mejora hablamos. ¿Estamos subiendo la escalera de nuevo o simplemente nos hemos levantado tras caer por ella? tiene mérito hacerlo, no lo dudo pero ¿y si ese aparente paso hacía arriba no es más que el hecho de apoyar el pie en el primer escalón aturdidos y sin pretender subir ninguno de ellos todavía?

En mi corta conversación con alguien como Rahue, conocedor del modelo empresarial europeo en su complejidad, desde la diversidad del sur hasta la exactitud alemana, me quedé con el mensaje sobre el trabajo como factor transformador en una etapa histórica sin precedentes en lo moral, social y tecnológico.

Cuando hablamos de que sobrará la mitad de la población ocupada del planeta en unos años, hablamos de que el ‘trabajo’ como puesto a ocupar va a cambiar radicalmente y lo que ahora denominamos empleo se definirá por otros factores. Sin embargo, a mi modo de ver, el progreso, el estímulo, el deseo por aprender y por ser mejor, pasa por volver a poner el trabajo en el centro de los valores.

Eso es algo que vale para el pasado, el futuro, para cuando el empleo se media en porcentaje y para cuando se mirará como algo menos claro. Habrá que renunciar a patrones que hacen ver el ‘trabajo’ como el sustitutivo del ocio, del tiempo libre, de aquello que no nos aprisiona. El futuro tecnológico y automatizado nos premitirá ver ese ‘trabajo’ como un factor de crecimiento que irá más allá de lo que ahora, como sociedad, estamos dispuestos a aceptar.

No obstante, a los que me acusan de ‘adicto al trabajo’ yo les suelo responder que lo que soy es un ‘explorador que hace cosas’. Me gusta pensar, soñar, estructurar, imaginar como, aprender y, sobretodo, hacer. Me encanta hacer. Comparar lo que era algo antes de estar hecho con lo que supone que ya es. ¡Hacer! Disfrutar haciendo. Estoy seguro que deriva de la hiperactividad pero es lo que hay.

Hacer, soñar, correr, parar para hacer, vivir haciendo, crear, explicar, volar y soñar para saber que hacer. Resulta que todo eso, casi todo, está dentro de lo que la gente llama ‘trabajar’.

Hay quien considera que el concepto trabajo, como valor, esta en crisis porque no hacemos otra cosa que trabajar. Existe la concepción de que eso del trabajo es un atraso de la humanidad y por eso buscamos métodos para minimizar su carga. Está bien, y ese cambio tecnológico ayudará a compaginar. El hombre ha progresado por ese esfuerzo en el trabajo, por esas ganas de construir, de creer. Arte, cultura y trabajo constituyen los elementos de evolución que el hombre ha precisado históricamente.

En un mundo en el que se venden como churros libros que explican como vivir sin trabajar o haciéndolo muy poco, lo ‘cool’ parecería que es echarse a dormir y esperar que un programa televisivo te convierta en estrella porque tu hijo ha elegido mal la novia. Yo hablo de la cultura del esfuerzo pero lejos de la penitencia o de la sumisión. Hablo de algo lejano a la explotación, apelo al valor del trabajo como elemento de progreso, no como distorsión de la libertad individual.

Hay días que me sorprendo mirando a mi alrededor. Aquellos que pensaba que sabían interpretar el momento, la oportunidad y los tiempos que por fortuna les ha tocado vivir, desaprovechan ese camino porque lo observan desde la óptica del ‘trabajo de siempre’ y no desde la que proporciona el conocimiento de la vida en el trabajo.

Decían que “el trabajo os hará libres y dignos”. Las máquinas trabajarán para nosotros, algún día todo será así, pero aun así, será siempre bueno transitar por ese nutritivo y bello estadio que supone ‘crecer’.

Si no tienes trabajo, invéntatelo, si no lo encuentras cerca, aléjate más, si no sabes de eso, aprende, si no tienes tiempo, duerme menos, y si no tienes dinero, pídelo. No hay más remedio, pero en todos los casos solo te queda aceptar el concepto trabajo como valor en todos sus aspectos. Yo no trabajo para vivir, vivo para trabajar porque mi trabajo es vivir, aprender, conocer y divertirme.

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Personal Marc Vidal Personal Marc Vidal

Mi vida y 'aquí ya es mañana'

Mientras explicaba a unos amigos mi agenda de los últimos días alguien me dijo que deberías de hacer un postsobre como gestionas tu agenda. Se refería a la curiosa habilidad que he ganado con los años de poder hacer mil cosas en lugares donde aparentemente es complicado hacerlas. Sin embargo a lo que hacían referencia era a lo que consideran ‘frenético’ ritmo de vida. Lo importante de un post como este no es escudriñar mi agenda, lo determinante debería ser el método de gestión. Os aseguro que hay truco. Bueno, varios. Intentaré hacer llegar cuales son brevemente.
Primero, veamos mis últimos días. Ese tramo empieza hace unos doce días con uno de los casi treinta vuelos entre Dublín y Madrid que tomo al año. Al llegar a España mantengo dos reuniones con colaboradores por un lado y con posibles clientes por otro. Al poco me entrevistan en una revista de sociedad y me meto en un vuelo a Barcelona. Llego a Barcelona y ceno con mis amigos. Visito a mi madre y me llevo a mi hijo a recorrer rincones de la Ciudad Condal. Luego me lo llevo a Figueres donde con mi pareja disfrutamos de vida familiar de calidad ya que no la tenemos en cantidad.

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Eso sucedió entre un viernes y un domingo noche. A partir de ahí empieza una semana (la pasada) que me llevará a 4 países y dos continentes, filmaré un programa de televisión durante casi un día, cerraré el acuerdo corporativo más importante de mis últimos años (pronto será público) y definiré el contenido de mi próximo libro, una obra de teatro sobre ‘la hormiga’, atenderé a diversos posibles trabajadores futuros y trazaré una transición empresarial (también en breve será conocida) hacia alguien muy especial para mí.

https://twitter.com/marcvidal/status/441245914687340545

Tuve tiempo antes de salir para Colombia para comer con mi mejor amigo Luis, cenar con la mujer de mi vida y disfrutar de una de esas charlas inolvidables con mis padres. Al llegar a Colombia, todo fue veloz, intenso pero gratificante. Luego, tres días estuve en Perú, Costa Rica y finalmente Panamá. Hoy estoy en el Istmo.

https://twitter.com/marcvidal/status/441493120463933440

Los cosas para poder hacer muchas actividades son diversas, pueden ser de todo tipo. En mi caso hay cinco trucos clarísimos: ganas de vivir hasta la extenuación, correr muchos kilómetros cada día para oxigenarme y estar en forma de manera radical, no ver la televisión casi nunca y usar ese tiempo en otras cosas, organizar mis espacios vitales como aviones, trenes u hoteles como despachos improvisados y tener siempre tarjetas SIM (datos) del país de destino para el conjunto de dispositivos necesarios para estar comunicado siempre con el mundo.

Hay tres más a título espiritual: requiero momentos de soledad cada diez días para recomponer mis estructuras de interés, suelo perder la noción del tiempo con lo que no me importa mucho cuanto dedico a algo y lo disfruto intensamente y procuro conocer muchas personas en mi día a día para aprender y maravillarme de todo.

Pero, a veces, uno escribe para homenajear y este es uno de esos artículos. La clave está en mi equipo. En la gente que me rodea (virtualmente). Al detalle, busco estar rodeado de gente que es mejor que yo en alguna faceta. Eso te hace mejor. Lo tengo claro. Fijaros:

Quien ahora es mi asistente personal lo hace desde París. Quien tiene la facultad de estimular mi profundo sentimiento de la lealtad lo hace desde Accra. Quien escucha por mi lo hace desde Madrid. Quien revisa que mis pasos siempre sean seguros lo hace desde su despacho de Paseo de Gracia. Quien me asesora como debo fundamentar mis inversiones lo hace desde Nueva York. Quien atiende a mis expectativas como conferenciante lo hace desde Dublín. Quien se esfuerza para que la prensa tenga todos los recursos sobre mis actividades lo hace desde Londres. Quienes consiguen que mis empresas sigan creciendo lo hacen desde una docena de países en tres continentes.

Una vez dije que ‘me siento como un director de orquesta. A veces me olvido la partitura pero o bien improviso y me siguen o bien ellos tocan de memoria’. En cualquier caso, estoy en manos de gente increíble que se fueron acercando y la mayoría se quedaron y lo disfrutamos.

Estas son las claves, los trucos, las cosillas que logran cumplir mi actual vida. Mi vida. Como dice mi hermano cuando le escribo con una diferencia horaria como la de hoy con respecto a Europa, ‘aquí ya es mañana’. Pues eso, que siga la función pues.

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Economía, Proyectos, Tecnologia Marc Vidal Economía, Proyectos, Tecnologia Marc Vidal

Los barcos fantasma futuros

Anoche cené con unos amigos próximos a la Autoridad del Canal de Panamá. A parte de conversar sobre detalles del ‘asuntillo’ de la paralización de las obras de la ampliación del susodicho, pude aprender muchísimas cosas que son de mayor interés y que a buen seguro, en este blog serán mejor recibidas. Evito pues comentar lo escuchado por higiene hacia los que, desde España, defienden una legitimidad impresentable acerca de la revisión de un presupuesto difícil de defender.
La cuestión es que si alguien sabe de eso de la logística del futuro es esta gente. En sus mesas de trabajo hay importantes estudios y noticias acerca de cómo será el transporte de mercancías por el mar y como estas se derivarán por todo el planeta, probablemente, sin intervención humana en muchos de los puntos en que ahora parecen imprescindibles. Volvemos al punto ese en el que el modelo de gestión laboral del futuro inmediato entra en jaque y la adaptación de los procesos se hace imprescindible. Imagina el futuro.

Veamos. Resulta que Rolls-Royce está desarrollando buques ‘drone’ de carga que ahorrarán energía y, obviamente, dinero. Serán barcos fantasma sin tripulación. Aquí ya estamos familiarizados con el término ‘drone’. Una especie de avioncillo autónomo que es capaz de filmar, acceder, transportar o atender a distancia cualquier orden desde tierra incluso de modo automático únicamente guiado por un módulo de geolocalización a tiempo real. Sin embargo, se hace difícil pensar que pronto habrá mastodontes acuáticos transportando toneladas de mercancías únicamente guiados por sensores y satélites. (Me aseguran que ya hay alguna prueba enorme en espacios reducidos y limitados por jurisdicción no internacional).

Me demostraron con sus ‘tablets‘ que esa empresa ha puesto a prueba ya un prototipo en Noruega y que, a partir de la realidad virtual, simula las amplias vistas desde el puente del barco y de las posibles situaciones. Se intenta averiguar las opciones de navegación ‘manual’ desde tierra si fuera preciso por alguna emergencia que el sistema automático y robotizado no pudiera solucionar.

Existen dudas razonables acerca de lo bien que un buque puede reaccionar en aguas abiertas sin capitán o tripulación para dirigir aspectos de seguridad. Hace pocas semanas, un carguero danés perdió 600 contenedores (la pérdida más grande reportada en la historia) debido a una fuerte mala mar.

Yo lo desconocía pero me confesaron que Rolls-Royce Holdings obtiene una quinta parte de sus ingresos por el sector marítimo. Me imagino que si lo prueban con barcos lo acabarán intentando con aviones (de carga). Ya tenemos ‘metros’ y trenes sin conductor y de todos es sabido que aterrizar un Airbus 321 es algo que sucede casi de un modo automático. Casi y si no hace viento.

Supongo que donde no hay seres humanos, en un barco fantasma, no se precisan muchas de las cosas que hacen contaminante una nave de estas: electricidad, menos combustible, lo que los hará más ligeros a su vez. Puede ser una forma de ahorro energético a su vez. A nivel económico, me explicaron estos expertos que, de media, la tripulación de un buque de carga representa el 44% de los gastos operativos. Me imagino los sindicatos del futuro. ¿Vosotros?

Os dejo con un video sobre la conducción de vehículos de Mercedes Benz que demuestra que los accidentes se podrían erradicar si deja de ser el hombre quien conduzca los coches del futuro. Y otro de Volvo con una explicación similar. Un solo humano sería el problema, las máquinas no se despistan, sólo gestionan datos. Muchos datos.

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