A España le queda mucho por crecer. Economía de Bolsillo S1: E8, 'Ecommerce'
A pesar de que a veces pensamos que el comercio electrónico y las ventas online en España están muy desarrolladas y que debemos ser de las primeras potencias del mundo, la verdad es bien distinta. Esta práctica todavía es relativamente minoritaria en España. Según una encuesta de marzo pasado de la consultora PwC, sólo el 19% de los españoles realiza compras online al menos una vez por semana; un porcentaje muy alejado de países como Reino Unido (45%) o Alemania (34%). De este modo vemos que nos queda mucho por crecer y que es una gran oportunidad a la vez que significa que no hay tantos clientes como esperábamos en la red.
A pesar de que en ocasiones pensamos que el comercio electrónico y las ventas online en España están muy desarrolladas y que debemos ser de las primeras potencias del mundo, la verdad es bien distinta. Esta práctica todavía es relativamente minoritaria en España. Según una encuesta de marzo pasado de la consultora PwC, sólo el 19% de los españoles realiza compras online al menos una vez por semana; un porcentaje muy alejado de países como Reino Unido (45%) o Alemania (34%). Nos queda mucho por crecer lo que se convierte en una gran oportunidad a la vez que significa que no hay tantos clientes como esperábamos actualmente. Un buen tema para tratar en televisión.
Por esta razón, mañana se emite el octavo capítulo de 'Economía de Bolsillo', dedicado esta vez al 'Ecommerce' cómo decía. Durante 25 minutos nos acercaremos a algunos puntos que te van a sorprender. Seremos didácticos como siempre. También amenos y divertidos. Par ello explicaremos que hay que tener en cuenta a la hora de montar una tienda online, que datos son relevantes en cuanto al uso del ecommerce en España y otros países, cual es la clave del éxito de Ricardo Lop, un agricultor de Teruel que pasó a ser uno de los empresarios digitales que vende a 160 países, cuales son los consejos que nos da el experto Ronan Bardet y, entre muchas otras cosas, veremos que harán unos niños a los que proponemos ganar un caramelo si no se comen inicialmente el que les damos. Veremos un almacén de Amazon por dentro y pasaremos el día en Ikea. Veremos una clase de habilidades digitales para personas de la tercera edad y me acompañaréis en el modo de crear una tienda online.
Si el tema te interesa o quieres que alguien te lo explique de otro modo tienes que ver la 2 a las 6 este sábado. Sino puedes y la siesta te embarga, lo miráis a la carta en cualquier momento.
Re-campañas electorales. ¿Cómo crear empleo en un escenario de sustitución de hombres por máquinas?
Debate político, incluso antropológico según como se mire. Rensi no es el único que asegura que sustituir a personas por robots (que ya es posible y se está haciendo tímidamente) permite no depender de bajas laborales, reivindicaciones o aumentos de sueldo ‘inasumibles’ por la empresa. Ahí hay mucho que rascar. Digamos que visto así parece que la tecnología va a ser o por un lado el muro infranqueable para las demandas laborales o, por otro, el destructor de empleo más implacable de la historia.
Hoy empieza la re-campaña electoral. Descafeinada y ‘austera’ dicen. En teoría es, de nuevo, un espacio para el debate ideológico, político y económico. Os propongo que busquéis, que reviséis, que escuchéis con calma y que, si podéis, preguntéis a líderes o responsables económicos de cada partido que tienen previsto ante la inminente implementación por parte del mundo empresarial de millones de máquinas, software, robots y automatismos. ¿Qué tienen previsto para enfrentarse al mayor cambio socioeconómico que habrá vivido España hasta la fecha? ¿Cómo piensan crear empleo en un escenario de sustitución de hombres por máquinas?
Me temo que la respuesta será un conjunto vacío bíblico. Su lejanía de lo que le pasa a la gente es algo tradicional, el desconocimiento sobre lo que pasa en el mundo, casi genético. Pues ahí van datos: la OCDE advirtió en un reciente estudio titulado The Risk of Automation for Jobs que la robótica sustituirá un 12% de los actuales puestos de trabajo en países como España, Alemania, Eslovaquia, Austria o Reino Unido . Y señala que España es uno de los países menos preparados para afrontar este gran reto. Además asegura el informe que la creación de empleo que se está llevando a cabo en España especialmente vuelve a ir encaminada a sectores dónde el valor añadido humano no será necesario. Seguimos pensando en empleos del pasado y alejados de una sociedad del conocimiento dónde ser sustituidos por robots es más complejo.
Escuché al que fuera CEO de McDonalds, Ed Rensi durante una entrevista en Fox Business, que un brazo robótico de unos 35.000 dólares es más barato que formar a un ser humano. Hacía referencia al impacto que, en un mercado de trabajo inmediato, pueda tener el hecho de disponer de automatismos en cualquier industria frente a las lógicas variables salariales de un empleado. Durante la presentación de la película ‘The 4th Revolution – Energy Autonomy’ a la que pude asistir el pasado 30 de junio en Manchester, y a la que le siguió un interesante debate, se analizó este hecho . Allí se mantuvo una de las teorías sociales y laborales que pueden empezar a decantar políticamente el defender, o no, esa mecanización global de nuestra vida. En concreto se aseguró que 'un aumento del salario mínimo en cualquier país lo único que logrará será acelerar la revolución robótica y la destrucción de empleo.'
En la entrevista que comentaba a Ed Rensi, éste aseguraba que 'hoy en día es más barato comprar un brazo robótico que embolse patatas que contratar a un humano para hacerlo. Subirle el sueldo mínimo a un joven que realiza esta tarea convierte en inevitable la ‘contratación’ de un sustituto mecánico'. De hecho aseguró que los restaurantes ‘fast-food’ ya han iniciado una carrera frenética en este sentido y que en menos de 2 o 3 años vamos a ver un cambio notable en quien y cómo nos sirven en cualquier franquicia de este tipo'. Eatse, otra cadena de comida rápida americana ya ha anunciado que va a convertir toda su cadena en restaurantes robóticos. Pizza Hut ha ‘contratado’ a robots para su restaurante donde los camareros son autómatas. Adidas abrirá el año que viene una planta de producción en Europa dónde no habrá ni un ser humano.
Es posible, hoy en día, crear riqueza y no crear empleo. Según el columnista del Financial Times Edward Luce, 'la robotización explica que la economía estadounidense haya tenido un alto crecimiento en actividad industrial y una creación cero de empleo'. Esto pone en juego la versión oficial de cómo la política soluciona los momentos complejos económicos. Toca hablar de crear riqueza sin empleo, de renta mínima universal y de legislar para la Nueva Economía o el hostión que nos vamos a dar dejará en una caricatura la reciente crisis global.
Hablamos de muy pocos años. Tú lo vas a ver, tus hijos lo van a vivir de pleno. Para los que sigan pensando que esto no es urgente les propongo algunos datos. Muchos me preguntan porqué ahora los robots están entrando en todas partes cuando esos brazos armados ya estaban disponibles hace un tiempo y no estamos hablando en ningún caso de Inteligencia Artificial. La respuesta es simple y en dos direcciones. La primera es que toda esta robótica, parecida en algunos casos a la que ya existía, si posee elementos ‘más inteligentes’ gracias a modelos de conectividad y a capacidades de analizar usos en base a criterios de selección. El segundo y más importante en estos casos tan básicos, es que son más baratos. Muchísimo más baratos. Se ha iniciado la venta masiva de robots cómo cuando se inició la de teléfonos móviles. La Federación Internacional de Robótica cifra el mercado de la robótica a nivel global en 67.000 millones de euros en 2025.
Debate político, incluso antropológico según como se mire. Rensi no es el único que asegura que sustituir a personas por robots (que ya es posible y se está haciendo tímidamente) permite no depender de bajas laborales, reivindicaciones o aumentos de sueldo ‘inasumibles’ por la empresa. Ahí hay mucho que rascar. Digamos que visto así parece que la tecnología va a ser o por un lado el muro infranqueable para las demandas laborales o, por otro, el destructor de empleo más implacable de la historia.
Lo que tengo claro es que si esto lo tratamos desde el punto de vista social o ideológico tenemos un problema puesto que nadie puede estar a favor de eliminar derechos laborales o imponer una especie de ‘o aceptas o a la calle pues me he comprado un robot’. Desde el punto de vista histórico y evolutivo es inevitable que pase. En el primer caso además, la sustitución sucederá independientemente de lo que ‘trague’ el trabajador. Al final siempre será más caro, menos conflictivo y más ineficiente un humano que una máquina. Por lo menos en estos casos.
Todavía nos queda pensar que hay robots que se equivocan. Por lo menos, de momento. Aparte del caso en el que un restaurante chino ‘despidió’ a todos sus camareros robots porque rompían muchos platos en el momento de servir, me explicaban hace unos días la confusión que vivió un hotel que funciona con camareros de habitaciones robóticos. El pobre se había perdido por los pasillos. La orden de un cliente sobre el teclado digital en la ‘cabeza’ del bicho se formuló con un error que entró en bucle y no supo darle respuesta. Durante su paseo buscando una salida, el robot con ruedas solicitaba una clave a todos los huéspedes que se encontraba y sino se la daban los seguía. Tuvo que ser divertido. De hecho hubo quien dijo ‘pobre, déjalo, sólo es un robot’. Lo que me hace pensar, 'pobres, déjalos, están en campaña...'
El 4 de marzo de 1981 no pudiste enviar un email, pero alguien se lo imaginó.
El 4 de marzo de 1981, cuando en los dos únicos canales de televisión disponibles en España reinaba 'Mazinger Z', 'Banner y Flapy', 'La batalla de los Planetas' y el 'Mono Amedio', se relataba la reacción de los españoles saliendo a la calle en contra del fallido golpe de Estado del 23F y la dimisión previa de Adolfo Suarez. Se escribía, se explicaban estos hechos por radio y veíamos imágenes sin contraste y con un color que para filtros de Instagram están muy bien pero que, para retransmitir acontecimientos, hoy no parece lo ideal
El 4 de marzo de 1981, cuando en los dos únicos canales de televisión disponibles en España reinaba 'Mazinger Z', 'Banner y Flapy', 'La batalla de los Planetas' y el 'Mono Amedio', se relataba la reacción de los españoles saliendo a la calle en contra del fallido golpe de Estado del 23F y la dimisión previa de Adolfo Suarez. Se escribía, se explicaban estos hechos por radio y veíamos imágenes sin contraste y con un color que para filtros de Instagram están muy bien pero que, para retransmitir acontecimientos, hoy no parece lo ideal.
El 4 de marzo de 1981 si querías hablar por teléfono debías concretar la hora en que se iba a producir la conversación puesto que sólo había teléfonos fijos. Enviar mensajes de texto pidiendo una cita sólo era posible si los escribías en una hoja de papel, la doblabas y pedías a alguien que la entregara a su destinataria. ¿Internet? ¿Email?, entelequias de futuristas o de personas que habían oído que algunas universidades estaban trabajando en algo difícil de explicar que parecían 'faxes' de nueva generación. Nadie podía imaginar lo que pasaría apenas una década después, dos o cómo sería nuestro mundo hoy en día, tres décadas más tarde. Un mundo conectado, minúsculo, automático y dónde todo es posible con un click.
Ese 4 de marzo de 1981 saltaba un ‘teletipo’ de la Agencia Efe que debió pasar desapercibido en su momento. Se trataba de unas declaraciones del editor alemán Fredich Burrhardt, en las que auguraba la futura confección electrónica de un ‘periódico integrado’ dónde periodistas e impresores, técnicos y redactores, deberían trabajar de manera conjunta a la hora de realizar un ejemplar y que eso se lograría gracias a la tecnología.
El hombre tuvo el atrevimiento de decir que ‘los periodistas del futuro trabajarían con computadoras’. Esto que nos puede parecer de cajón no lo era tanto en ese momento y no se refería sólo al gesto anecdótico de cambiar una máquina de escribir por algo vinculado a un producto digital. No, se refería a la multidisciplina, al cambio de paradigma en el modelo de trabajo y relaciones.
Ese predictivo punto de vista según Burrhardt aseguraba que ‘se constituirá una manera nueva de trabajar dentro de una década’. Acertó y mantuvo sus afirmaciones durante mucho tiempo. De hecho tuvo que enfrentarse a las críticas de quienes consideraban que un periodista jamás podría sustituir su máquina de escribir por un computador que corrigiera gramaticalmente, ortográficamente, etc. Algo así como ahora cuando muchos aseguran que el periodismo robótico no es posible porque siempre hará falta un periodista.
Unos años después del 81, pocos, el uso de tecnologías como el linotipo y el offset entraron en un proceso de decadencia y fueron reemplazados poco a poco por un sistema computarizado de reproducción de textos, en lo que se conoce como la fotocomposición tipográfica. En esos años los reporteros y articulistas de la vieja guardia no imaginaban desprenderse del papel y la máquina mecánica de escribir.
Pero el cambio disruptivo no se detuvo ahí. Hacia finales de la década de los 80, con la aparición de las computadoras personales, el sistema de producción de periódicos impresos observaría el último avance significativo, gracias al control electrónico de los sistemas. Las noticias empezaron a ser redactadas en computadoras conectadas a un servidor de red. Los periódicos eran redactados y diseñados en una pantalla de ordenador gracias a software de edición. Nacía el ‘diseñador editorial’.
En cada cambio que la tecnología obliga a acometer en cualquier modelo de negocio desaparecen oficios y nacen otros. La proporción está por ver cual es ahora, pero por entonces lograba equilibrarse adecuadamente. El mundo de los medios de comunicación escrita no ha parado de sufrir cambios. De la llegada de las computadoras y del trabajo en red pasaron al periódico digital dónde modelos de negocio, de trabajo y de influencia se han visto modificados al extremo.
Un periódico ahora es un generador de contenidos de todo tipo. Los nuevos periodistas suelen saber que eso es así y se desenvuelven en múltiples disciplinas de la comunicación. El vértigo se ha apoderado de la profesión y la profesión se ha visto modificada en sus formas de manera irreversible. Y es normal.
El periodismo robótico por un lado y la deriva de una audiencia creadora, generadora de los contenidos que ellos mismos consumen, el nacimiento de nuevos actores comunicacionales como youtubers que logran mas views en un video que una cabecera histórica en todo un mes, bloggers que se convierten en influencers de opinión, plataformas donde los medios se inscriben sin saber bien para que como Snapchat y medios móviles nativos que conceden a 20 segundos de video más relevancia que a una columna de opinión de un Premio Nobel de Economía.
Hay una deriva hacia espacios dónde el contenido es otra cosa, es una amalgama imperfecta de personas emitiendo, escribiendo, explicando y relacionándose como si fueran canales propios. Es mucho más complejo que Youtube, es más especial que Facebook o Twitter, es un enorme volcado de contenidos por todas partes donde la calidad, la profundidad o la relevancia no tiene ninguna importancia.
El asunto es otro. Lo importante es que como si se tratara de un ‘déjà vu’, cuando alguna agencia recoge la opinión de los que hablamos de un mundo automatizado y extremo en el futuro inmediato, se parezca un poco a ese recorte de 1981. El futuro llega, de hecho ya llegó.
Los suizos dijeron no a la Renta Mínima Universal. Pero, ¿se hicieron la pregunta correcta?
Suiza dijo no a la Renta Mínima Universal. Lo hicieron en base a la consulta que por primera vez se hacía a nivel de todo un país sobre la aplicación de una renta básica mínima y universal de 2.260 euros para cualquier residente en el país helvético. El 76,8% se negó y el 23% dijo sí. Tienen costumbre a negarse a estas cosas. En 2014 ya rechazaron un salario mínimo de 3.270 euros o dos años antes se negaron a aumentar las vacaciones de 4 a 6 semanas.
Suiza dijo no a la Renta Mínima Universal. Lo hicieron en base a la consulta que por primera vez se hacía a nivel de todo un país sobre la aplicación de una renta básica mínima y universal de 2.260 euros para cualquier residente en el país helvético. El 76,8% se negó y el 23% dijo sí. Tienen costumbre a negarse a estas cosas. En 2014 ya rechazaron un salario mínimo de 3.270 euros o dos años antes se negaron a aumentar las vacaciones de 4 a 6 semanas.
A raíz de esta consulta y su resultado, estos días se pueden leer comparaciones entre lo que votaron los suizos y lo que votarían los españoles en un mismo referéndum. La verdad es que comparar la sociedad suiza con la nuestra es como comparar una castañuela y un violoncelo. No es de recibo comparar lo que votaría un electorado que tiene a un 49% de sus jóvenes en paro, que cerca de ocho millones de personas tienen el paro en su memoria cercana, que cinco lo siguen estando, que dos millones de familias no tienen ningún ingreso y otro millón se ha tenido que ir del país a, entre otros Suiza, a buscarse la vida. Es muy fácil, pero injusto, catalogar a una sociedad de complaciente (aunque en muchos temas lo sea) porque intuimos que votaría 'sí' en una consulta sobre ‘un seguro’ de supervivencia. Esto no es Suiza por muchos motivos, políticos, sociales, históricos y culturales.
Que en un país con un 3% de paro, más técnico que real, dónde la renta per capita pulveriza esa hipotética renta básica y dónde el salario medio es de más de 84.000 euros (casi doblándose en apenas 14 años habiendo tenido incluso inflación negativa en algunos de ellos) parece lógico que ni se les pase por la cabeza incidir en un colchón social pues no lo necesitan. Entonces, ¿de dónde viene ese debate? Los que defienden que debemos empezar a preguntarnos acerca de este modelo de protección social lo hacen en base a una cuestión que muchas veces hemos hablado en este blog: un mundo sin empleo.
Los suizos llevan tiempo preguntándose sobre este tema a pesar de que no les afecta de momento ninguno de los elementos que combate una renta básica. Hace treinta años en las universidades se analizaba esta opción y a principios de la pasada década empezaron a surgir debates sociales al respecto, llegando finalmente a la recogida de 130.000 firmas que obligaban a convocar un referéndum. El resultado era previsible pero abre la puerta a un debate mayor, más sereno incluso y al análisis de un tema que, solicito, no se haga en términos comparativos entre países pues no sería justo ni nutritivo. De hecho, lo único que realmente nos debería de inspirar es que se convocan referéndums cuando se recogen 100.000 firmas. ¡Que envidia sana!
La renta mínima universal lo será sólo si es universal. En gran medida muchos suizos votaron ‘no’ el pasado domingo ante el temor de convertirse en un lugar dónde creciera la inmigración de manera desmedida, dónde a pesar de no encontrar trabajo, un emigrante pudiera percibir a medio plazo una compensación por únicamente ‘respirar oxigeno suizo’. Digamos que el hipotético carácter culto, maduro y responsable de los suizos estaría también condicionado por un miedo a ser ‘los únicos’. De momento así hubiera sido en términos estatales.
El debate sobre la Renta Mínima debe situarse en el futuro. No es un debate para el presente ni para subsanar mediante una especie de subsidio los dramas actuales en países no tan afortunados como Suiza o los escandinavos. El liberalismo radical se cura viajando y no soy yo precisamente alguien sospechoso de estar a favor de subsidios o ayudas indiscriminadas. Sin embargo, cuando descubres cómo es el ‘sistema público’ en otros países que consideramos ejemplares se te caen al suelo (los sistemas).
Hoy hablan muchos de la Renta Mínima y del ‘adulto no’ de una sociedad, la suiza, que no necesita dicha renta ni nada que se le parezca. Lo comparan con un hipotético referéndum en otros países (más mediterráneos) y concluyen que el resultado podría ser distinto porque éstos no mediríamos que una renta así, unos beneficios sociales así, se deben pagar y los impuestos subirían, etc. Que no lo vamos a pensar si nos preguntan, que nos va a dar igual, que sólo vamos a pensar en que ‘nos irían muy bien esos 2000 euritos ya que hace meses o años que no los ingreso a final de mes pues no tengo trabajo hace mucho tiempo’. Por eso digo que esa cuestión deberá hacerse en base a otros elementos técnicos y económicos.
Obviamente esa reflexión, esa pregunta y ejecución de la Renta que en otros lugares ya se ha iniciado, es difícil ubicarla en el momento actual. La renta mínima universal será imprescindible en un mundo dónde el empleo será otro, automático, robotizado y dónde la necesidad de la fuerza laboral humana responderá a criterios que ahora no podemos casi ni imaginar. En apenas 10 o 15 años nuestro mundo será tan distinto que un debate como el suizo hace unas horas se mostrará inapelable, necesario y cuyo resultado será muy distinto con toda seguridad.
En un mundo sin empleo, por lo menos sin el modo de emplearnos actual, deberemos responder a unas necesidades sociales, culturales y políticas muy distintas. El problema es que algunos ya lo están debatiendo y otros ni lo piensan y si lo piensan es en base a cosas muy antiguas y con las que nada tiene que ver el futuro del que hablo. Que en las próximas re-elecciones este tema ni se va a tratar o si se trata lo será en base al modelo pasado y no en base a las necesidades futuras es paradigmático.
Hay tres críticas principales que recibe la idea de una Renta Mínima Universal. Por un lado que es una ‘idea de izquierda radical’ pues supone subsidiar a una sociedad en base a subir impuestos y repartirlos en términos generales creando ‘drogodependientes’ cloroformizados. Por otro se considera que una sociedad dónde no es necesario trabajar para vivir puede alienar a las personas mentalmente y eliminar el valor del trabajo en la construcción de las personas. La tercera es la que considera esta Renta Mínima algo ‘neoliberal’ curiosamente, puesto que una medida así significaría eliminar todas las ayudas previas y supondría una redistribución de la riqueza hacia arriba. El dinero que antes se destinaba a personas de clase baja o con dificultades iría a parar ahora a gente de clase alta generando más desigualdad. Hay para todos.
Pero lo dicho, el debate no es de presente. Es de futuro y permite, incluso, una mirada al pasado. Cuando en el siglo XVIII una máquina de vapor entró en una fábrica eliminando tres cuartas partes de los puestos de trabajo humano sustituyéndolo por la fuerza mecánica que hacía lo mismo más rápido, más eficiente y sin quejas, se inició la primera conquista humana sobre el trabajo: la jornada laboral razonable. El ser humano empezó a dejar de trabajar de sol a sol. Tuvo la opción, porque la tecnología lo permitía, de reivindicar una jornada más ‘humana’. Eso lo permitió una máquina. Costó mucho equilibrar tiempo libre, disponibilidad, paro, tecnología, automatizaciones y cultura empresarial, pero se logró con el tiempo. A aquella Revolución Industrial sus coetáneos le llamaron Crisis Industrial y en base a eso tomaron medidas que han llegado a nuestro tiempo. Ahora vivimos algo parecido.
La Renta Mínima Universal no es la eliminación del trabajo. De hecho no es una renta mínima para los que no trabajen. Es parte de la transición que como especie debemos hacer y rápido. El trabajo va a ser distinto, incluso otro concepto. Ya no trabajamos como antes. Lo hacemos en otros lugares, de otros modos, con otras obligaciones y otras relaciones. Eso seguirá mutando y cada vez más rápido. Suiza se preguntó si querían una Renta Mínima Universal, pero no se preguntaron sobre la futura Suiza sin empleo, sin un empleo como el actual.
Viuing cierra un acuerdo con el Campeonato Mundial de Rally
La semana pasada expliqué el gran acuerdo que Conector firmó con Bankia para acelerar startups españolas durante los próximos dos años, que se sumará a las aceleraciones que ya están en marcha en Barcelona y Madrid y a las nuevas verticales que en breve anunciaremos. A raíz de esa publicación muchos lectores me volvieron a preguntar acerca de cómo evolucionan las startups que pasan por Conector Startup Accelerator.
La semana pasada expliqué el gran acuerdo que Conector firmó con Bankia para acelerar startups españolas durante los próximos dos años, que se sumará a las aceleraciones que ya están en marcha en Barcelona y Madrid y a las nuevas verticales que en breve anunciaremos. A raíz de esa publicación muchos lectores me volvieron a preguntar acerca de cómo evolucionan las startups que pasan por Conector Startup Accelerator.
La verdad es que son muchas las que están logrando cubrir su roadmap adecuadamente e, incluso, superar sus expectativas muy rápido. Algunas ya hablan con mayúsculas. Kompyte, Glovo, Heygo, PopPlaces, SantaFixie, Adictik o Viuing son claros ejemplos en los que en la mayoría también soy inversor.
La mayoría de las startups que pasan al siguiente nivel lo hacen en base a un buen network que en ocasiones nace en la propia aceleración. Este es el caso por ejemplo de Viuing, que acaba de firmar uno de los contratos más importantes a los que puede acceder una empresa tan joven. En concreto el acuerdo es con el Campeonato Mundial de Rally (WRC) para los próximos 2 años. Los espectadores podrán disfrutar del servicio de Viuing durante cualquier carrera del WRC.
La tecnología de Viuing retransmite a tiempo real, sin consumir datos, con pantalla anti-reflejos, resistente al agua y con 6 horas de batería cualquier evento. Se puede alquilar un rato por 9,90€, durante todo el rally por 19,90€, o para la temporada entera por 49,90€. El dispositivo se podrá reservar a partir del 15 de junio en su web. El dispositivo ya fue testado en el Rally Vodafone de Portugal, en el campeonato de Moto GP, en el Nascar, en la Fórmula E, en el campo de la Real Sociedad CF y para los clientes de la división Sports de Microsoft con gran éxito en todos los casos.
¿Automatizar, Digitalizar o Humanizar? ¿Depende la Renta Mínima Universal de la combinación de estos conceptos?
En una de las reuniones que la pasada semana tuve en Madrid con un cliente surgieron unas dudas que se están haciendo recurrentes en los últimos tiempos cuando iniciamos un proceso de transformación digital en cualquier tipología de empresa. ¿Digitalización o Automatización? ¿En que se diferencian? ¿Es la automatización una mejora de la propia digitalización?
En una de las reuniones que la pasada semana tuve en Madrid con un cliente surgieron unas dudas que se están haciendo recurrentes en los últimos tiempos cuando iniciamos un proceso de transformación digital en cualquier tipología de empresa. ¿Digitalización o Automatización? ¿En que se diferencian? ¿Es la automatización una mejora de la propia digitalización?
Si partimos del hecho de que la transformación de un negocio a digital es generar nuevos diseños de negocio mediante el uso de las tecnologías digitales, podemos establecer que la implementación de cualquier proceso de este tipo sirve para hacerlo todo más simple, rentable y reducir las fases de una cadena de valor. Sin embargo cuando esa digitalización entra en el campo de las herramientas que se deben utilizar aparece el segundo concepto, la automatización.
No estoy hablando de que la automatización sea sólo la robotización con máquinas o software de cualquier proceso, sino que lo ideal es la combinación entre ambas. No se trata de sustituir personas por procesos automáticos, por lo menos no exclusivamente eso. De hecho hay momentos en que la automatización es una extensión de la propia digitalización o al contrario, la digitalización deriva del grado de automatización que hemos establecido en un modelo de negocio.
En este blog he hablado innumerables veces de que se acerca un mundo sin empleo, dónde las máquinas sustituirán todo lo que puedan hacer más rápido y más eficientemente que un humano. Serán programas o brazos armados, coches autónomos o algoritmos inteligentes, pero lo que siempre sucederá es que la ‘digitalización’ tendrá como objetivo el ofrecer un nuevo valor a los clientes, mientras que la ‘automatización’ procurará mejorar lo que se esta haciendo y el cómo se está haciendo.
Un ejemplo práctico: una gestoría. Si uno de los trabajadores de un despacho profesional utiliza la monitorización de todos sus clientes de manera cotidiana, a la vez revisa sus fechas de pago, sus obligaciones, sus excepciones fiscales y otros aspectos relevantes que cada día debe tener actualizado. La sustitución de formularios tradicionales por un software no es en gran medida ‘digitalización’ pero se acerca. Obviamente en ese cambio hay un enorme beneficio dónde la entrada de datos y la actualización de necesidades se produce casi a tiempo real y vemos rápidamente los beneficios de esa digitalización básica.
Sin embargo, lo que cambia el proceso comercial y de gestión del gestor en cuestión es cuando se ‘automatiza’ la supervisión y recopilación de datos, notificando incidentes o advirtiendo en el cruce de situaciones algo destacado. De este modo el gestor ‘humano’ puede ocuparse de cosas humanas. Puede conversar, tratar y empatizar con sus clientes mientras las máquinas hacen otros trabajos. El software puede controlar el estado de una empresa, dar su conclusión e indicar que se debe hacer y cómo. El gestor actúa en base a eso y lo transmite a tiempo, adelantándose a la situación que pudiera detectarse. El resultado final es una mejor relación entre empresa y cliente.
La idea es que utilicemos la tecnología para valorar mucho más el factor humano. La tecnología nos hace más humanos y nos acerca a un estado natural dónde la creatividad, la empatía y la intuición tiene un valor exponencial. En términos metafóricos y muy básicos podríamos decir que un auricular bluetooth no es más que un automatismo que permite el uso de las manos mientras atendemos una llamada. La importancia no reside en si es digital o no, pues es mecánica, pero cuando los datos de esa conversación son examinados, entra la digitalización. La suma de ambos, es transformación digital y automatización de procesos.
Defiendo la automatización y la digitalización al extremo. Y lo hago no porque sea un signo de nuestros tiempos, un irremediable curso hacia el futuro inmediato, un modelo de competencia que quien no cubra estará arriesgándolo todo. Lo hago porque tengo claro que, bajo un punto de vista humanista, esta revolución industrial y tecnológica que vivimos no trata de sacar a las personas de los procesos, sino de que los humanos hagamos aquello en lo que somos la única especie capaz de hacerlo.
Si podemos utilizar las máquinas, la inteligencia artificial, la impresión 3d, la automatización de todo, la Internet de las Cosas o las plataformas que eliminan intermediarios a partir de una aplicación para estimular, apoyar y complementar el potencial de los seres humanos en la empresa y en la vida personal, está claro que es un avance. Hacerlo de otro modo pone en riesgo el papel evolutivo de cualquier Revolución.
No es lógico que una persona gaste una jornada laboral introduciendo datos. Eso se puede automatizar a partir de aplicativos o de herramientas que lo permiten. La digitalización luego extrae el valor de esos datos. La ‘humanización’ finalmente permite que esa persona actúe desde una perspectiva y un tiempo que no podría si esas tareas las tuviera que hacer él o ella.
Cuando hablamos de futuro, de un mundo sin empleo, deberíamos matizar que el mundo que viene es un mundo ‘sin el empleo actual’ y dónde vamos a tener que reconquistar nuestro sentido en este escenario identificando un ‘trabajo a la carta’ adecuado para cada persona. La Renta Mínima Universal irá de eso, de asegurar el sustento de vida a todos y a la vez el espacio laboral más estimulante dónde la rentabilidad humana pasará a segundo plano pues ese análisis estará reservado para máquinas y software.
Con cada cliente analizo el mismo punto. Si el negocio digitalizado representa una gran oportunidad en términos de innovación y de ventaja competitiva, la creación de ese valor parte de un planteamiento inicial completo dónde el papel de todos es clave, el de las máquinas y el de las personas. Automatizar y digitalizar es el modo más innovador de humanizar.
Entrevista al Premio Nobel Muhammad Yunus. Economía de Bolsillo S1: E7, 'Paro'
Si me llegan a decir hace un tiempo que algún día estaría en un sofá charlando amigablemente en una entrevista para TVE junto al Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, no me lo hubiera creído en ningún caso. Haber rodado toda la primera temporada de 'Economía de Bolsillo' ha sido una experiencia extraordinaria en su conjunto. Sin embargo hay varios momentos que permanecerán en mi memoria para siempre. Este es uno de ellos y no tan sólo por el hecho en si de estar ante alguien de esta relevancia sino por lo que me contó ese día.
Si me llegan a decir hace un tiempo que algún día estaría en un sofá charlando amigablemente en una entrevista para TVE junto al Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, no me lo hubiera creído en ningún caso. Haber rodado toda la primera temporada de 'Economía de Bolsillo' ha sido una experiencia extraordinaria en su conjunto. Sin embargo hay varios momentos que permanecerán en mi memoria para siempre. Este es uno de ellos y no tan sólo por el hecho en si de estar ante alguien de esta relevancia sino por lo que me contó ese día.
Este próximo sábado se emite el séptimo capítulo de 'Economía de Bolsillo', dedicado esta vez al 'Paro' y en el que, entre otras secuencias aparece la entrevista que comentaba. A pesar de que la entrevista se hizo en inglés hay un juego de doblaje simulando que las preguntas son en castellano y el entrevistado las entiende respondiendo al instante. Obviamente no es así pero así se hace más ágil. A mi me gusta más que se pueda escuchar la voz de los interlocutores y, en todo caso, se subtitule, pero es el método que se suele utilizar en este tipo de programas en España.
Estar en paro es, posiblemente, una de las situaciones más adversas en las que nos podemos encontrar. Una situación demasiado común en nuestros días sin embargo. No obstante hemos procurado afrontarlo de una manera diferente. No es posible verlo en positivo, obviamente, pero si como un paso hacia otro escenario. El programa empieza con un guiño cinematográfico a la gran película 'Los lunes al Sol' a partir de una charla en una golondrina del puerto de Barcelona con Eduardo Rojo, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UAB.
Os explicaré cuál es su origen y cuantos días debes cotizar si quieres cobrarlo. Descubriremos cuál es la ciudad con menor paro de España, y averiguaremos el por qué. Acudiré a una escuela de formación en la que se preparan jóvenes para salir al mercado laboral y les haré una entrevista labora. Descubriremos que algunas de las personas más célebres del mundo también estuvieron un tiempo en paro y se supieron reinventar. Y como os decía Muhammad Yunus, premio Nobel de la paz 2006, nos explicará su visión sobre el trabajo, cómo las personas nacen para emprender y cómo es la propia sociedad la que lo va reprimiendo haciéndonos pensar que somos demandantes en lugar de creadores, reduciéndolo a las personas en meros peones ejecutores del sistema.
Si el tema del Paro te preocupa, te interesa o quieres que alguien te lo explique de otro modo lejos de los convencionales informes habituales, tienes que ver la 2 a las 6 este sábado. Sino puedes o el magnetismo de la playa es superior, lo miráis a la carta en cualquier momento.
Las marcas ya predicen tu comportamiento mirando videos en las redes sociales.
La tecnología que se utilizó durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, llamada VibraImage y que escaneaba las expresiones faciales de los visitantes con el fin de dar a la delegación rusa gracias a la capacidad de ‘detectar a alguien que aun pareciendo normal tuviera alguna característica en su cara que indicara un estado mental agitado por lo que pudiera ser una amenaza inminente’, es la misma que ahora utilizan algunos ‘retailers’ para conocer el estado emocional de sus potenciales clientes.
La tecnología que se utilizó durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, llamada VibraImage y que escaneaba las expresiones faciales de los visitantes con el fin de dar a la delegación rusa gracias a la capacidad de ‘detectar a alguien que aun pareciendo normal tuviera alguna característica en su cara que indicara un estado mental agitado por lo que pudiera ser una amenaza inminente’ es la misma que ahora utilizan algunos ‘retailers’ para conocer el estado emocional de sus potenciales clientes.
Lo último en vigilancia militar se ha trasladado a la vida cotidiana y comercial. Lo ha hecho la empresa con sede en Chicago Mattersight Corporación con la que he tenido ocasión de colaborar recientemente. Su sistema ‘Predictive Video’ analiza el habla y expresiones faciales a fin de predecir el comportamiento futuro de un potencial cliente basándose en el estilo, personalidad y estado emocional a la vez que se cruza todo ese conjunto de elementos con los miles de millones de datos que poseen de otros clientes.
La empresa vende este producto que no deja indiferente a nadie. Para los creadores la tecnología que utilizan y los resultados que concede son un beneficio para comprador y vendedor. Dicen que el cliente pierde menos tiempo, acierta antes y recibe un mejor servicio. Para el vendedor es obvio el beneficio.
Lo impresionante del asunto no es si hay o no cámaras en una tienda o en un espacio comercial que pueda transferir esos datos al sistema. Van más allá. De hecho, las marcas, y no sólo las tiendas, pueden ahora extraer los datos de personalidad de un solo usuario mediante el análisis de vídeos a disposición del público en la red a través de canales de medios sociales que vamos dejando y que, al registrarnos como ‘follower’ o ‘fan’ de una marca, abrimos de par en par.
YouTube, Vine, Periscope, Facebook Live u otros, permiten a cualquier empresa predecir el ‘behavior-data’ de cualquiera mediante el estudio con algoritmos inteligentes del habla, las expresiones y el desarrollo en el tiempo de perfiles y personalidades de usuarios a título individual. Luego crean patrones que se lo venden a marcas y dónde sólo con datos disponibles y ‘en abierto’ facilitan estrategias comerciales y de marketing a éstas.
En la nota que me enviaron hace un par de días, Mattersight dice que ‘su sistema está destinado a mejorar la experiencia del cliente’, aun que admiten que las fuerzas del orden de EE.UU. están muy interesados n los datos que recogen y analizan. De hecho, el FBI tiene una enorme base de datos biométricos y que a finales del año pasado ya tenía más de 52 millones de caras. Millones de caras de personas que nunca han sido sospechosos de un crimen por cierto.
La empresa, a pesar de esta derivada social y político, defiende su desarrollo desde un punto comercial. Dicen que con la tecnología disponible de reconocimiento facial, los comerciantes ya pueden tener un ‘feedback’ a tiempo real con sus clientes cuando ven, se prueban o examinan sus productos, revisan el packaging o testan los ingredientes.
Es cierto, y lo he podido ver por videoconferencia, que esos conocimientos permiten hacer predicciones más precisas acerca de cómo las personas se sienten con respecto los productos y servicios de una empresa y permite modificar estrategias. La compañía defiende que su misión es ‘ayudar a las marcas a tener una mejor relación con sus clientes’, puesto que el sistema no es intrusivo en las tiendas según dicen.
De momento el escaneo facial se limitará a los videos disponibles de cada persona en la red. Una vez registrado en la tienda en cuestión el sistema busca ese perfil y empieza el estudio. Está por ver si al entrar en una tienda concreta, eso le da permiso al comercio a escanear nuestra cara en todo momento al igual que hacen las cámaras de seguridad por miles de calles y plazas de nuestras ciudades. ¿Cuándo hemos dado consentimiento? ¿Pasará lo mismo ahora con una tendencia comercial? ¿Dónde está el límite?
Lo que está claro es que la tecnología de vídeo predictivo va a ser un campo de desarrollo importante puesto que se apoya en otros dos muy evolucionados actualmente: inteligencia artificial y Big Data. Todo en su conjunto permite extraer conclusiones previamente inalcanzables (y cada vez más íntimos) de datos sobre el comportamiento humano. IBM ha lanzado sus tecnologías de reconocimiento facial y de la personalidad con una versión para minoristas. Permite a cualquier tienda obtener información a tiempo real sobre las reacciones de la gente a los productos mientras compran.
Algunas agencias de publicidad y comunicación que estamos especializados en transformación digital ya trabajamos en eso que se hemos bautizado como ‘venderle a una nevera’, algo así como enfocar la creatividad y la técnica que se deriva en la red analizando elementos que escapan de la publicidad tradicional dónde los datos y los algoritmos inciden más que la intuición.
Como dice Adam Harvey, ‘da la sensación que la inteligencia artificial va a lograr leer nuestra mente a partir de nuestra cara’. Por ello, si estás preocupado, este artista ha diseñado ‘defensas’ contra el reconocimiento facial. Siempre nos quedará el flequillo.
Los coches pensarán o no serán. El Big Data y los vehículos autónomos.
¿Podría ser que Tesla algún día valga más por los datos que maneja que por los coches que vende? Los clientes de Tesla acumulan un conjunto de datos sin precedentes que obviamente la compañía está preparándose para utilizar en los coches autónomos. En concreto manejan ya más de un millón de kilómetros en 18 meses y acumulan otro millón cada 10 horas. A través de sensores, cámaras y radares que llevan sus coches consideran que estarán listos para aportar valor a esa amalgama de datos durante 2018. Por lo que vemos se siguen poniendo fechas tremendamente próximas a la auto-conducción de vehículos, pero en este caso se incorpora una variable nueva: los datos
¿Podría ser que Tesla algún día valga más por los datos que maneja que por los coches que vende? Los clientes de Tesla acumulan un conjunto de datos sin precedentes que obviamente la compañía está preparándose para utilizar en los coches autónomos. En concreto manejan ya más de un millón de kilómetros en 18 meses y acumulan otro millón cada 10 horas. A través de sensores, cámaras y radares que llevan sus coches consideran que estarán listos para aportar valor a esa amalgama de datos durante 2018. Por lo que vemos se siguen poniendo fechas tremendamente próximas a la auto-conducción de vehículos, pero en este caso se incorpora una variable nueva: los datos.
Lo trascendental a mi parecer reside en la idea de que cuando un coche recibe un conjunto de datos a través de sus sensores, toda la flota Tesla que circula por el mundo los administra también. Digamos que en el futuro inmediato, circular con un Tesla auto-conducido será cómo estar en una célula de un gran vehículo global de transporte que aprenderá, gestionará datos y tomará decisiones en base a todo ello independientemente del ‘propietario’ o usuario del coche.
Cómo he comentado otras veces, el avance es imparable y cada vez más evidente. Volvo, BMW, Mercedes, GM y otros están preparando programas. Pero la mayoría de los ‘players’ están lejos de lo que Tesla ya tiene puesto en marcha. Cómo mínimo en lo que significa entender el concepto de auto-conducción. Es algo que va más allá de que un vehículo sea un objeto particular que nos lleva dónde queramos y cómo queramos. No, la idea es que subirse a un Tesla sea como hacerlo en un fragmento de un gran ‘modelo de transporte global’. Un servicio que también han entendido Uber y Lyft por cierto.
Que Tesla acumule datos a una velocidad inédita le da ventaja. Google por ejemplo, sólo lleva 3 millones de millas pero sin salir de una experiencia de laboratorio realmente. Me comentaba uno de los expertos en Big Data con los que estoy trabajando estos días en un proyecto de transformación digital en España, que el hecho de haber modificado el 'proyecto Tesla' en base a la captación de datos estructurados y desestructurados y a su análisis ordenado, ha colocado a esta compañía en la cabeza de todo el plan de producción de coches auto-conducidos cuando hace apenas tres años estaba muy atrás y focalizada especialmente a temas energéticos.
Las noticias al respecto de cuándo y cómo vamos a tener coches autopilotados por nuestras calles siguen siendo sorprendentes y parece que, de un modo organizado, nos están preparando para su normalización a mediados de la próxima década. Digamos que primero se dispuso la posibilidad de lograrlo tecnológicamente, después se incorporaron a esta realidad las grandes marcas lo que facilita que no tengamos fricción contraria por parte de lobbys y poco a poco las leyes y gobiernos van preparando lo que en unos años será un nuevo código de circulación universal. El resto de aspectos más sociológicos, culturales y personales se irán adaptando cómo hemos hecho con casi todo lo que ahora determina nuestra vida y apenas hace una década ni existían.
La empresa nuTonomy ha recaudado 16 millones de dólares en una Serie A para seguir adelante con su ambicioso objetivo de llenar de taxis autónomos las calles de Singapur en menos de una año y medio. nuTonomy es una empresa que surge del MIT que se dedica a modernizar coches existentes para hacerlos autónomos. Son, de hecho, la primera empresa privada que obtiene la aprobación gubernamental para las pruebas en la vía pública.
Esta empresa se diferencia del resto de competidores en este campo por ser pioneros en la tecnología de planificación de movimientos gestionando datos masivos que toma de decisiones basándose en los métodos empleados con éxito en naves espaciales, aviones y otros sistemas autónomos de seguridad crítica. De nuevo datos e inteligencia artificial derivada. Ese es el futuro inmediato, los robo-taxis. Los coches pensarán o no serán coches.
Por cierto, además de Singapur, nuTonomy está operando vehículos de auto-conducción en Michigan y en el Reino Unido, donde se pone a prueba el software en colaboración con los principales actores de la industria de automoción, tales como Jaguar y Land Rover. La carrera empezó hace años y poco a poco se van ajustando los participantes y las herramientas. Aun no sabemos que será el detonante, pero ya sabemos que fabricantes, leyes y tecnología empiezan a tomar posiciones. ¿Y los usuarios?
Encuentro en directo en TVE hoy viernes. Economía de Bolsillo S1: E6, 'Seguros'
Hoy mismo estaré a las 13h en la página oficial de 'la 2' de TVE en Facebook. La idea es interactuar con los muchos amigos que cada sábado ven el programa en el momento de su emisión o con quienes lo siguen a través Internet en cualquier momento. Durante una hora aproximadamente y desde los estudios de la cadena pública contestaré en pantalla a las dudas y preguntas sobre economía o el propio programa. La verdad es que el programa está evolucionando muy bien. En el capítulo del pasado sábado tuvimos el mejor dato de 'share' desde el estreno y cada día recibimos más apoyos hacia la fórmula adoptada para explicar la economía.
Hoy mismo estaré a las 13h en la página oficial de 'la 2' de TVE en Facebook. La idea es interactuar con los muchos amigos que cada sábado ven el programa en el momento de su emisión o con quienes lo siguen a través Internet en cualquier momento. Durante una hora aproximadamente y desde los estudios de la cadena pública contestaré en pantalla a las dudas y preguntas sobre economía o el propio programa. La verdad es que el programa está evolucionando muy bien. En el capítulo del pasado sábado tuvimos el mejor dato de 'share' desde el estreno y cada día recibimos más apoyos hacia la fórmula adoptada para explicar la economía.
Mañana sábado en ‘Economía de Bolsillo’ trataremos el tema de Seguros. Vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de los seguros que estoy convencido la mayoría de personas no tienen conocimiento. Serán 25 minutos que empezarán un tipo en mi cama dentro de una pelota o burbuja de plástico que decide ir a darse una vuelta por la ciudad. Navegaré por alta mar para explicarte de dónde vienen y cómo nacieron los seguros. Tiraré un tiesto, una maceta con plantas, desde un ático.
Esquivaré un accidente para entender las repercusiones de no tener el seguro apropiado. Jugaré un partido de fútbol muy especial. Volveré a la infancia en un parque de atracciones dónde voy a recibir un buen número de golpes fortuitos y dónde explicaré aspectos técnicos de los seguros que debes saber. Veremos a un buen número de patinadores de Skateboard para saber algunos datos estadísticos vinculados a la economía de estos productos necesarios. Preguntaremos a la gente de la calle cosas sorprendentes y, entre muchas cosas más, seré el ayudante de un detective en una operación secreta.
Si el sábado para estar seguros a ver la 2 a las 6 y sino lo miráis a la carta en cualquier momento.
Ordenando el puzzle de la transformación digital.
Un científico estaba trabajando en su laboratorio cuando entró su hijo de cinco años dispuesto a ayudarle. El científico, que tenía mucho trabajo y no quería ser interrumpido, pensó en darle un entretenimiento al niño para que no le molestase. Recortó de una revista un mapa del mundo, lo cortó en muchos trocitos y se lo dio a su hijo para que lo reconstruyera. El científico pensó que tardaría horas en hacerlo porque su hijo nunca había visto ese mapa.
Un científico estaba trabajando en su laboratorio cuando entró su hijo de siete años dispuesto a ayudarle. El científico, que tenía mucho trabajo y no quería ser interrumpido, pensó en darle un entretenimiento al niño para que no le molestase. Recortó de una revista un mapa del mundo, lo cortó en muchos trocitos y se lo dio a su hijo para que lo reconstruyera. El científico pensó que tardaría horas en hacerlo porque su hijo nunca había visto ese mapa.
Cuál fue su sorpresa cuando al cabo de unos minutos el niño le dijo: — ¡Ya está papá, ya lo terminé! El científico se quedó sorprendido por unos momentos, pero se giró pensando que no vería más que la chapuza típica de un niño con apenas idea de geografía. Sin embargo, el niño le mostraba el puzzle totalmente resuelto y con todas las piezas en su sitio. Le preguntó asombrado: — ¿Cómo lo has hecho, hijo? — ¡Muy fácil, papá! He ordenado la foto del señor que me has dado. El hombre giró la hoja y descubrió que en el reverso había la fotografía de una persona, algo que para el niño sí era factible de componer. Sencillamente el niño, desestimó lo que no reconocía, le dio la vuelta al problema y había arreglado el mundo.
Este microcuento que conocí de la mano de uno de mis antiguos alumnos en la Universidad de Barcelona, Rafa Camacho, describe metafóricamente la clave de cómo debemos afrontar en nuestro entorno empresarial y personal la revolución tecnológica y digital que vivimos. En Europa muchos se resisten en aceptar que vivimos tiempos de redes, de comunidades inteligentes, de empoderamiento ciudadano, de capacitación compartida y de transformación transversal del propio sistema, un sistema que se vino abajo hace seis o siete años. No hay planos del destrozo, no hay reglas para repararlo. La modernidad y la tecnología al servicio del conocimiento traerá consigo mejores tiempos, estoy seguro, pero seguimos en manos de quienes piensan que debemos ordenar un puzzle por la cara del mapa y no por la que facilita hacerlo independientemente de conocer exactamente los detalles técnicos de lo que estamos haciendo.
La parte más interesante de lo que estamos viviendo, de esa transformación digital que lo está retorciendo todo, que de manera disruptiva trastoca definitivamente todas las cadenas de valor o de intermediación, son las propiedades emergentes. Las propiedades emergentes son el conjunto de las relaciones entre las partes de un sistema de cualquier tipo. La propiedad del todo generada es mayor que la suma de las propiedades individuales. Existen propiedades que no poseen los miembros individuales pero que sí emergen de la red; por ejemplo, una hormiga es un animal con un comportamiento bastante simple y con reglas muy definidas; sin embargo, un hormiguero posee un comportamiento complejo, muy flexible y fruto de la interacción entre sus miembros.
Las redes no son nada nuevo. La red eléctrica dispuso un nuevo mundo en su momento, ya hace más de un siglo. Las partes de un sistema juntas hacen cosas que no harían por si mismas. Pensar en las partes de modo aislado es reduccionista. El observador convencional mira a los árboles de manera individual o lo hace globalmente hacia el bosque. Los de los árboles consideran que los detalles son esenciales, lo inmediato, la táctica. Los del bosque piensan que importa el contexto, el conjunto, la estrategia. Pero Imaginemos la combinación, que pudiéramos observar bosque y árboles de un modo dinámico. Lograríamos ver que aspectos de los árboles son relevantes para el bosque.
El mundo que vivimos, en función del análisis de sus componentes individuales, ha pasado a entenderse en virtud de sus redes y, sobre todo, de las interacciones de sus elementos. Por eso, el valor de la interacción se vuelve tan importante en el mundo empresarial. A esto le llamamos sencillamente, transformación digital y uso de las propiedades emergentes que toda compañía puede alcanzar en un plazo determinado.
Cuando hablamos de tiempos de transformación digital, de economía en red, de tecnología aplicada, asumimos que vivimos una etapa de vínculos, de comunidades y de cómo la comunicación, los procesos y la conversión a ventas se explican desde el mismo ecosistema. En el año 2040 la capacidad de la Web superará la capacidad de procesamiento de la humanidad, de todos los cerebros juntos de los seres humanos vivos. De este modo, la Red se convertirá en la mayor y más fiable máquina creada jamás por el hombre en su historia.
La frontera de las redes, la Internet de las cosas, la nube de procesadores, dentro de la que viviríamos, la inteligencia artificial, el big data y la eliminación de procesos intermedios serán (en algunos casos ya lo es) el territorio de la batalla comercial para todo tipo de empresas. Las empresas que estén implicadas en esa revolución, en esa transformación, las que consideren que estas redes y su aplicación compleja son importantes para ellas, serán imprescindibles en el futuro y ésta puede ser una de las claves de la supervivencia y crecimiento. O te transformas o te transformarán.
¿Has analizado en que punto de transformación está tu sector? ¿Y tu empresa? ¿Te ayudo?
Lo que podría ser (y no será) Periscope. El consumo de contenidos hoy y la cultura del ‘Pause’.
El pasado viernes estrené mi cuenta de Periscope. Tarde, seguro. Un vídeo en streaming mientras conducía por las calles de Dublín camino a casa. Sólo eso. De esta aplicación sólo sabía lo que había leído y el uso que otros usuarios habían hecho junto a mi en algún momento. A diferencia de otros modelos de comunicación a tiempo real, como el que se puede utilizar en ‘Mention’ dentro de Facebook, la audiencia se fabrica al instante y no tanto, que también, una vez termina la retransmisión mientras permanece disponible en diferido. En el caso de Facebook el vídeo permanece como en un canal propio para siempre, pero en Periscope desaparece a las 24 horas. A esto se le ha venido a llamar ‘snapchatism’. Siento el ‘palabro’.
El pasado viernes estrené mi cuenta de Periscope. Tarde, seguro. Un vídeo en streaming mientras conducía por las calles de Dublín camino a casa. Sólo eso. De esta aplicación sólo sabía lo que había leído y el uso que otros usuarios habían hecho junto a mi en algún momento. A diferencia de otros modelos de comunicación a tiempo real, como el que se puede utilizar en ‘Mention’ dentro de Facebook, la audiencia se fabrica al instante y no tanto, que también, una vez termina la retransmisión mientras permanece disponible en diferido. En el caso de Facebook el vídeo permanece como en un canal propio para siempre, pero en Periscope desaparece a las 24 horas. A esto se le ha venido a llamar ‘snapchatism’. Siento el ‘palabro’.
En mi video, cerca de quinientas personas estuvieron visualizando el recorrido de 7 minutos en coche. Durante el resto de horas se llegó a unas mil y algo. Por comparar, en Mention una emisión a tiempo real alcanzan la mitad que este Periscope, pero multiplica por 10 las ‘views’ finales en apenas un día. Dejando de lado las cifras que pueden ser interesantes pero no relevantes, lo que hice a partir de ese momento fue investigar el entorno.
De la idea que en Periscope puedes acceder a cosas que pasan en el mundo a tiempo real, sean de interés o no, se traslada una máxima. Hacemos muchas cosas que no importan lo más mínimo y hay mucha gente con muchísimo tiempo libre. Esto interpreto que antes era igual, sólo que no se mostraba tan claramente y en directo. Títulos a la retransmisión cómo ‘me aburro’, ‘desabúrreme’ o ‘te enseño las tetas cuando llegue a 100 corazones (likes)’ son lo que inundan el timeline público de Periscope.
Magnificar la aplicación sería un error, infravalorarla también. He leído que va a revolucionar el periodismo o la televisión, que va a cambiar el modo en el que consumimos entretenimiento. Es cierto que hay contenidos muy interesantes. Ayer pude asistir a una manifestación en Barcelona a tiempo real, a la final de copa gracias a que alguien se pasó todo el partido con su teléfono enfocado a la pantalla de su televisión, al concierto de Bruce Springsteen, un accidente automovilístico en Michigan, a la boda de un ruso y al sermón de un reverendo en Sidney. A la vez vi el sol de media noche gracias a una usuaria en Islandia que lo mostró en su Periscope y el estado de las playas en la Guayana.
A mi modo de ver Periscope y sus sucedáneos, que los hay, no dejan de ser un Twitter audiovisual. De hecho la adquisición de Periscope por Twitter hace un año podría ir en esa dirección. Con lo bueno y lo malo que eso significa. No, no es un nuevo medio de comunicación cómo tampoco lo es Twitter. En todo caso es una herramienta para comunicar que es distinto. El problema viene cuando vemos lo que sucede. Al igual que Twitter llegó a ser un estímulo para revoluciones o reivindicaciones (hay quien le otorga alguna responsabilidad en la ‘primavera árabe’) en estos momentos mayoritariamente el asunto pierde sustancia cuando analizas los Trending Topics habituales por ejemplo.
Periscope es una muestra más del modelo de comunicación rápido e insustancial en la mayoría de los casos. Pero hay un cambio. Los 140 caracteres de Twitter son una eternidad, un libro comparado con lo que se exige en esta otra ‘red’. En Periscope, por la dinámica en la que los comentarios de los ‘viewers’ duran apenas uno o dos segundos en pantalla, para que los responda el ‘emisor’ al que se le va interpelando, deben ser muy cortos. He visto algún ‘periscoper’ exigir a los que lo están viendo que ‘no me escriban frases largas, si puede ser sólo de cuatro palabras porque sino no tengo tiempo a leerlo’. Pues eso.
Ahora bien desde el punto de vista empresarial y de negocio es interesante examinar a quien afecta y cómo. Lo hemos dicho en varias ocasiones, estamos en la antesala de lo que se avecina. Muchos creen que Internet está muy desarrollado, que ya no pueden aparecer muchas cosas más, que más o menos se queda así. La historia reciente no para de negar esa opción. Pensad que significa que cualquiera puede retransmitir en directo desde un móvil lo que pasa o le pasa en cualquier momento y sin intermediarios. Hace dos años eso era una quimera. Que además tenga decenas de millones de emisores, hace unos meses era ciencia ficción.
Los medios de comunicación, los generadores de contenido, los derechos de autor. Todo revuelto. Hace tiempo que sabemos que ponerle puertas al campo y a según que es inútil. Ahora mismo no se puede evitar que lo que alguien tiene en su televisión tu lo veas perfectamente en tu dispositivo gracias a su emisión por Periscope. La calidad es menor pero aceptable en muchos casos si lo que buscas es ‘sólo’ saber lo que pasa. Por no hablar de las filmaciones sin consentimiento que se producen a tiempo real de conciertos, reuniones, exposiciones, conferencias, etc.
Sin duda los más afectados de nuevo serán los medios de comunicación y las agencias de publicidad. Deben tomar buena nota. Los usuarios de estos canales no usan los medios digitales, los viven. He trabajado veinte años con audiencias digitales en un entorno u otro, en medios y en redes, pero lo que ahora vivimos es inédito y exponencial. Los jóvenes clasifican el contenido en ‘útil o inútil’ y no tanto en ‘de calidad’ o ‘relevante’. Esos términos no son de ellos, pertenecen a otras generaciones.
Los ‘milenial’ clasifican el contenido bajo un criterio rápido, corto, maniqueo, todo lo valoran en bueno o malo, de moda o no, útil o inútil. No importan mayoritariamente si es un gif animado de algo aparentemente insustancial o un anuncio de ropa sofisticado. La valoración vendrá por los condicionantes que he expuesto. No importa si el vídeo es de un gran director de cine o de su mejor amigo. Es así.
Además viven en la ‘cultura del pause’. Creen que pueden pausar las relaciones e interacciones cuando consideren y lo trasladan a la vida. ¿No te ha sorprendido nunca cómo los jóvenes terminan una conversación en Whatsapp con un emoticono cuando menos te lo esperas y a partir de ahí tu despedida se queda esperando el doble check durante horas? No lo han mirado, se despidieron y punto. Viven conectados, cierto, y en gratuito, también, pero dentro de su esquema de pensamientos, todo se puede pausar y debe estar abierto a la interacción cuando ellos así lo desean.
Hay una deriva hacia espacios dónde el contenido es otra cosa, es una amalgama imperfecta de personas emitiendo, escribiendo, explicando y relacionándose como si fueran canales propios. Es mucho más complejo que Youtube, es más especial que Facebook o Twitter, es un enorme volcado de contenidos por todas partes donde la calidad, la profundidad o la relevancia no tiene ninguna importancia. El asunto es otro. Relacionarse, en play o en pause, da igual.
Realidad Virtual, Inteligencia Artificial y Automatización. Google mueve ficha.
En la sesión inaugural de su convención anual I/O celebrada anteayer cerca de Mountain View, Google presentó a los desarrolladores que asistieron la plataforma Daydream con funciones VR (Realidad Virtual) para la próxima versión del sistema Android. Un diseño acompañado de un mando a distancia para señalar con la mano un punto concreto
En la sesión inaugural de su convención anual I/O celebrada anteayer cerca de Mountain View, Google presentó a los desarrolladores que asistieron la plataforma Daydream con funciones VR (Realidad Virtual) para la próxima versión del sistema Android. Un diseño acompañado de un mando a distancia para señalar con la mano un punto concreto.
Ayer bromeaba con uno de los miembros de la delegación irlandesa que estuvo en el Festival de Eurovisión que, en unos años, el evento que nació en 1956 y que cada año vive diferentes innovaciones en formato, tele-voto, uso de las redes sociales, escenografía, iluminación y efectos, se emitirá por VR.
Imagina colocarte un dispositivo de realidad virtual en tu sala de estar y ser capaz de estar en el escenario con los artistas de Eurovisión o sentarte en la primera fila de la audiencia. Será un nuevo mundo para la publicidad, un modelo desconocido para aplicar el llamado ‘branded content’ por cierto. La realidad virtual otorga un campo de visión de 360 grados ofreciendo la oportunidad de crear experiencias fascinantes y cautivadoras.
Google, Facebook, Microsoft y Amazon lo saben y trabajan, entre otros puntos de innovación, en el VR. Goldman Sachs estima que la penetración de la realidad virtual en el campo de los eventos en directo alcanzará los 4,1 billones de dólares en 2025 con micro pagos de 10 dólares por evento. Las plazas son infinitas y todas en primera fila gracias al VR.
Pero eso no fue todo lo que Google decidió presentar para poner nerviosa a la competencia y para indicarnos por dónde van a ir los tiros en los próximos meses y años. Además de DayDream, Google presento tres novedades más: una plataforma de servicios por voz y dos dispositivos complementarios para ella. Esta plataforma inteligente que aprende de nuestra actividad digital y a la que podremos acceder desde cualquier dispositivo y mediante nuestra voz se llama Google Assistant, una especie de Siri de Apple o Cortana de Microsoft pero evolucionados.
El bicho en cuestión escucha centenares de millones de búsquedas que se hacen por voz cada día en el buscador de Google y es capaz de interactuar y conversar con el usuario en inglés. Permite, por ejemplo, que si preguntamos por el restaurante más cercano a un lugar determinado nos responda con uno en concreto. La siguiente pregunta que podremos hacerle es sobre los platos del día sin repetir el restaurante en cuestión y reservar por voz.
El otro producto físicos complementario al DayDream se llama Google Home. Un dispositivo con el que a través de un micrófono escuchará todas nuestras consultas y nos responderá a ellas. Además permite escuchar música que obtendrá de cualquier conexión existente. Su derivación domótica se puede ver en el video que acompaña este post y que parece sacado de alguna película de ciencia ficción de aquellas en las que los miembros de una nave espacial dialogan con un cerebro central. La novedad reside en la capacidad de atender a todos los miembros de una familia en base a sus preferencias en el mismo hogar bajo un criterio de unidad de acción independientemente de las unidades de dicho dispositivo se cuente en casa. Digamos que es la competencia a Echo de Amazon.
El segundo dispositivo para Google Assistant es Allo. Un chat cifrado para smartphones dónde el mercado está algo saturado con WhatsApp, Facebook Messenger o Snapchat. La aparente mejora residirá en las respuestas predictivas que el chat te ofrecerá cuando recibas respuestas de tu interlocutor atendiendo al historial de conversaciones que tengas con ese otro usuario y las que sueles ofrecer en casos similares. ¿Miedo?
El asunto toma envergadura. Allo es capaz de identificar fotografías que te envían, por ejemplo si chateas con alguien que te envía una foto de él con la Torre Eiffel de fondo, el artilugio te sugerirá una respuesta nombrando París gracias a los millones de tags que los usuarios han ido guardando en Google.
Allo tiene cierto aire al ‘bot’ de Messenger. Está claro que el espacio a conquistar se sitúa en la Inteligencia Artificial y las grandes corporaciones se han centrado en ello. Con esto Google puso las bases de la nueva guerra por el control comercial de la innovación digital. Una innovación que tiene muchos frentes. Estos sólo son algunos de ellos. La Cuarta Revolución Industrial que vivimos y la Transformación Digital obligatoria de nuestro entorno se van definiendo en base a estas grandes corporaciones. Print 3D, Big Data, conducción autónoma, plataformas de economía colaborativa, etc., son las capas de un gran puzzle que más pronto de lo que creemos vamos a ver completado.
Economía de Bolsillo S1: E5, 'Tarjetas Financieras'
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de Tarjetas Financieras. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de las tarjetas de crédito y débito. Serán 25 minutos que empezarán con un juego de magia muy particular, seguiremos con una cámara oculta en un cajero que expenderá unos billetes muy especiales. Para ello me ‘meteré’ dentro del propio cajero
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de Tarjetas Financieras. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida que son, cómo nacieron y un buen número de aspectos técnicos necesarios para entender las particularidades de las tarjetas de crédito y débito. Serán 25 minutos que empezarán con un juego de magia muy particular, seguiremos con una cámara oculta en un cajero que expenderá unos billetes muy especiales. Para ello me ‘meteré’ dentro del propio cajero.
Viajaremos a Mesopotamia y desde un restaurante os explicaré de dónde viene la tarjeta financiera que ahora todos llevamos en la cartera. Sabremos la extensión que ocuparían todas las tarjetas que hay en el mundo y los distintos sistemas de seguridad que tienen. También, para entender conceptos como el TIN o la TAE os llevaré a una cancha de baloncesto dónde jugando un partido intentaré clarificar cada uno de ellos.
En el programa del próximo sábado y para saber que educación financiera se les da a nuestros jóvenes volví a poner los codos en un pupitre. Fue muy divertido. No os podéis perder el juego que propusimos a gente de la calle sobre la posibilidad de descubrir a quien pertenece un extracto de una tarjeta en base a los gastos y su apariencia. También me pillará un chaparrón ante las cámaras y el hombre del tiempo de TVE nos hará una predicción muy especial.
Las entrevistas son de lujo en este episodio. Jordi Martínez es uno de los educadores financieros de referencia en este país y nos explicará detalles de la ‘letra pequeña’ de las tarjetas financieras. Para terminar la entrevista con Simon Lee os va a encantar. Experto en Big Data va a contornos cosas que nos sorprenderán sobre el número de datos que se desprenden de las operaciones con tarjetas que usamos cotidianamente y para que se pueden utilizar si eres un comerciante.
Si el sábado tenéis algo previsto a las 6, pues nada, lo miráis a la carta, pero si estáis en casa, no os queda otra, poner ‘la 2’, al fin y al cabo se trata de acercar la economía a todos. Algo tan necesario como divertido. Era ponerse.
La aceleración corporativa como modelo y el gran acuerdo entre Bankia y Conector.
Hace 12 años Paul Graham fundó la que se considera la primera aceleradora tal y como hoy en día las conocemos. Se trataba de YCombinator, que entró de un modo disruptivo en el mercado del capital riesgo creando un nuevo modelo de inversión empresas tecnológicas en fase inicial, acompañándolas en un punto concreto de su crecimiento. En los últimos años, ese concepto está afectando también a grandes corporaciones en todo tipo de industrias. Empresas de todo tipo y de gran tamaño han empezado a adoptar el modelo de aceleración para mantenerse en constante innovación de un modo ágil y rápido en un mercado que no para de cambiar
Hace 12 años Paul Graham fundó la que se considera la primera aceleradora tal y como hoy en día las conocemos. Se trataba de YCombinator, que entró de un modo disruptivo en el mercado del capital riesgo creando un nuevo modelo de inversión en empresas tecnológicas en fase inicial, acompañándolas en un punto concreto de su crecimiento. En los últimos años, ese concepto está afectando también a grandes corporaciones en todo tipo de industrias. Empresas de todo tipo y de gran tamaño han empezado a adoptar el modelo de aceleración para mantenerse en constante innovación de un modo ágil y rápido en un mercado que no para de cambiar.
Las razones son muchas, desde la atracción de talento hasta la localización de oportunidades de negocio desconocidas, pasando por el hecho de estimular procesos que reviertan en el territorio y tejido empresarial que de un modo u otro les afecta y desean dinamizar. La creación de ecosistemas de startups que se vinculan a programas de aceleración corporativa empieza a ser un modelo de éxito.
En ese punto de visión se centra el acuerdo que esta semana hemos firmado en Conector Startup Spain con Bankia creando Bankia Accelerator by Conector. Se trata de un programa de aceleración corporativo con el objetivo de impulsar startups innovadoras y con gran impacto social a fin de apoyar el ecosistema emprendedor español. De hecho, en los tres programas de aceleración que se llevarán a cabo durante dos años se seleccionarán 20 startups serán aceleradas en las instalaciones de Bankia en Madrid que se ha preparado para este proyecto. Además recibirán una inversión de 15.000 euros cada una en forma de préstamo convertible y seguirán el exitoso programa de Conector por el que ya han pasado más de 70 startups, entre las que destacan Viuing, Glovo, Adictik, Ursulitas, ScanLoteria, SantaFixie, RadarPrice, PopPlaces, Offemily, Meller, Kompyte, Conductr, etc.
Carlos Blanco: ‘el mundo corporate y las startups tienen mucho que aprender el uno del otro’.
Bankia Accelerator busca startups innovadoras, escalables y con gran potencial de crecimiento. Emprendedores que pretendan mejorar los sectores tradicionales con soluciones digitales y un equipo comprometido en ello. Deben ser proyectos con empresa constituida y con un líder claro. Startups que ya tengan el producto o servicio en el mercado y que puedan presentar sus primeras métricas. Durante los cuatro meses que durará el programa de aceleración, los emprendedores trabajarán con sus mentores para validar su modelo de negocio, ratificar su estrategia y mejorar en todas las áreas que necesiten, culminando el proceso en un Demo Day, evento donde los emprendedores presentarán su startup ante los inversores, VC y business angels más importantes del país, incluida la propia Bankia.
Cómo sabéis pienso que estimular el escenario de startups es una de las claves para modificar el modelo de crecimiento de un país. Lo veo en Irlanda dónde en apenas 10 años se ha pasado de crear 8 de cada 10 empleos para el sector de la construcción a que ahora, 2 de cada 3 sean en el sector tecnológico gracias a las 147 startups que se crean cada día en el país. Por eso proyectos como Conector y programas corporativos como Bankia Acelerator son clave. Concector crece y lo hace sostenidamente en captación de capital para sus aceleradas, en programas cada vez de mayor calidad y en el plan de expansión previsto del modelo que nos llevará a Valencia, Sevilla, Dublín, Bogotá y Mexico DF.
Conector es uno de los proyectos que me hacen sentir parte de algo importante. Cómo socio fundador es un lujo estar junto a Carlos Blanco, Gerard Olivé, Marc Ros, Risto Mejide, Miguel Vicente, Xavier Verdaguer, Elisabeth Martínez y el gran equipo que gestiona el día a día. Cómo mentor es una experiencia muy nutritiva además. Aprender de cada startup, de cada emprendedor y del resto de los 150 mentores que hay en el programa es un regalo diario. Además, estar en contacto con quienes están trabajando en mejorar el mundo a partir de ideas y proyectos de gran calidad, no tiene precio. Así lo sentimos todos los que pusimos en marcha esta locura en un ‘mercado’ de aceleradoras dónde nuestra apuesta no era sencilla.
Si estás interesado en entrar en Bankia Accelerator by Conector puedes aplicar hasta el 20 de junio aquí.
¿Por qué inspirarse en Silicon Valley? ¿Cómo se hace un 'siliconvaley'?
Si atendemos a los programas de promoción de las instituciones de medio mundo, en el planeta hay miles de 'siliconvaleys'. La realidad es otra. Reproducir un lugar como el que nació en California hace muchas décadas es sencillamente imposible. Por lo menos en la dimensión que exige el término y bajo los criterios en los que lo tenemos en mente. Sin embargo hay modos de acercarse, de crear un espacio similar, no en lo geográfico, sino en el conceptual y en los resultados a escala. No obstante, cómo mucho, de 'siliconsvaleys' puede haber dos o tres más y tiro largo. Lo que sí puede haber son espacios inspirados en él que utilicen en su dimensión posible lo que representa y sus efectos económicos
Si atendemos a los programas de promoción de las instituciones de medio mundo, en el planeta hay miles de 'siliconvaleys'. La realidad es otra. Reproducir un lugar como el que nació en California hace muchas décadas es sencillamente imposible. Por lo menos en la dimensión que exige el término y bajo los criterios en los que lo tenemos en mente. Sin embargo hay modos de acercarse, de crear un espacio similar, no en lo geográfico, sino en el conceptual y en los resultados a escala. No obstante, cómo mucho, de 'siliconsvaleys' puede haber dos o tres más y tiro largo. Lo que sí puede haber son espacios inspirados en él que utilicen en su dimensión posible lo que representa y sus efectos económicos.
La próxima edición del Web Summit se realizará en Lisboa dejando Dublín como la sede que lo albergó durante todos los años anteriores. Lo que parece una mala noticia para el ecosistema tecnológico de Irlanda no lo es tanto si se tiene en cuenta lo que no dejará de suceder en el ámbito de las startups en este lugar. La inversión no sólo parece que va a seguir creciendo sino que, además, grandes proyectos se anuncian hasta el punto que podemos estar ante la verdadera creación, por fin, de una especie de Silicon Valley europeo.
Eventos como el Web Summit son importantes por cuanto se mueve y por supuesto por cuanto inspiran. El año pasado, más de 2000 startups fueron atendidas por diferentes inversores y el volumen levantado por ellas asciende a casi un billón de dólares en Venture Capital. Una de esas startups fue FanDuel. La empresa especializada en el llamado ‘one-day fantasy Sports leagues’ que ocupaba poco más de un metro cuadrado de exposición entre centenares de emprendedores buscaba financiación en 2014. Durante el siguiente año llegó recaudar 275 millones de dólares. De hecho, en 2015 el CEO, Nick Eccles, vino como speaker. Ya no precisaba dinero, era el momento de explicar como lo lograron allí.
Spotify le dijo al gobierno Sueco que o cambiaba algo en cuanto a la educación que reciben sus ciudadanos o se iría
El ejemplo más conocido de cómo funciona el modelo inversor esos días es el de Uber. En 2011 el cofundador de esta empresa, Travis Kalanick, vino al evento. Se tomó una pinta de Guiness en el pub ‘Bruxelles’ de la Harry Street de Dublín con el inversor Shervin Pishear. Allí empezó una negociación que terminaría en el hall del Shelbourne Hotel dónde Pisehar le firmó un ‘deal investment’ por valor de 26,5 millónes de dólares. Lo que vino después es de todos conocido. Su inversión ahora vale billones.
La fuga de Irlanda del Web Summit preocupa y por ello parece que se está trabajando duro para evitar que sea un problema a medio plazo. La idea del gobierno irlandés es la de seguir haciendo atractivo el país al entorno digital y seguir insistiendo en lo necesario para convertirlo de verdad en ‘el siliconvalley europeo’. Quedará por analizar cómo se logra atraer un espíritu, un modelo de pensar enlazado a los retos personales, a los desafíos, a no tener temor al fracaso. Podrá haber dinero, talento, ayudas y territorio, pero es importante estimular una cultura concreta que de momento sólo existe allí a ese nivel.
Pero, ¿cómo se hace un ‘siliconvalley’? No únicamente con ‘arrobas’, no con espacios sólo de coworking, no se logra con mensajes de campaña que se quedan en el camino, no se hace permitiendo que se vaya el talento, explicando que es muy bueno venir y luego masacrar a inconvenientes a los que lo intentan, no penalizando eternamente al que le sale mal, no estimulando la innovación, no impidiendo que se desarrollen las nuevas formas de economía colaborativa, no evitando que la transferencia tecnológica entre universidades y empresas se produzca, no hablando de emprender por pura conveniencia, no creando leyes y normas que son de otro siglo, no manteniendo la burocracia, no complicando la vida al inversor internacional y desvinculando el territorio con los procesos largos y complejos que exige una revolución como la que vive nuestro mundo.
Ejemplos que permiten ver que hacer los hay. Spotify le dijo al gobierno Sueco que o cambiaba algo en cuanto a la educación que reciben sus ciudadanos o se iría. No era un tema de tributos, era un tema de talento. No logran tener personal cualificado sueco porque no se les forma en tecnología a tiempo. Contratar personal de otros países no sale a cuenta pues el coste de la vida en Suecia es inaceptable para muchos potenciales trabajadores. No piden rebajas fiscales para Spotify, piden descuentos para los trabajadores extranjeros no preparados a pagar tantos impuestos o que la educación mejore para contratar locales si acostumbrados a esa fiscalidad.
Volviendo a Irlanda, la atracción de capital se hace por la vía de lo que ofreces a quien invierte. Con el tiempo eso se acaba convirtiendo en tónica y la tónica aquí ahora es la creación de un espacio que se está interconectando como nunca. De haber centenares de empresas cada uno a lo suyo se ha ido gestando un bloque tecnológico importante. Fintech, IoT, Cloud y Big Data están muy bien representados y la sensación es que se multiplican entre ellos. La idea de que las startups son la clave se mantiene y que las 4.000 startups que se fundan al año en un país con apenas 5 millones de habitantes es en base a algo interconectado.
El Silicon Valley Bank anunció que a través del Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda, respaldada por el Estado, invertirá un cuarto de billón de dólares en startups
De ahí que el mayor respaldo norteamericano importantísimo esté a punto de producirse. El Silicon Valley Bank anunció que a través del Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda, respaldada por el Estado, invertirá un cuarto de billón de dólares en startups asentadas en Irlanda cómo mecanismo para incrementar la relación entre ambos espacios y porque ve que el modelo de Estados Unidos dónde educación, capital y talento están muy bien relacionados, se puede replicar aquí perfectamente. De hecho aseguran está en fase avanzada técnicamente.
La diferencia no es si hay dinero, que también, la cosa va de criterio político, acción económica y conocimiento de lo que nos espera sino actuamos. En España la visión de quienes dirigen está enfocada al próximo junio y una vez pase la fiebre se dirigirá a cuatro años vista cómo máximo. De España se va el talento, eso lo sabemos, y poco o nada se hace para retenerlo. Se sigue viendo el mundo de las startups, las aceleradoras, el capital riesgo o los desarrolladores de aplicaciones digitales cómo modelos económicos no genéricos. Son una anécdota, una cosa ‘cool’ que si tienes algunos sirve para el ‘powerpoint’ de turno y poco más.
Seguir obviando el papel de esta tipología empresarial, económica y social, es obviar lo que está pasando en el mundo
Del modelo de crecimiento amparado en el mayor número de startups, de la calidad de las mismas, del talento que albergan, de las oportunidades que logren, del apoyo económico o fiscal y de la vinculación con las universidades, depende que el futuro de un país como España se pueda contemplar con esperanza. Seguir obviando el papel de esta tipología empresarial, económica y social, es obviar lo que está pasando en el mundo. No vivimos en Yemen, ni en Venezuela, somos parte de un arco socioeconómico muy claro y concreto, somos Europa y nuestra competencia está en los otros países europeos, en Japón, en Singapore o en Estados Unidos. Ese es el partido que hay que jugar. Sino jugamos en esa división el futuro es de futbolín. Tal vez, estaría bien que definiéramos, como europeos, dónde estaría bien tener nuestro 'Siliconvaley' propio y trabajar todos juntos por ello. Aunque lo vea más factible en Dublín, yo voto por Barcelona, ¿y tú?
Se lo debemos a nuestros hijos. Una educación con garantías de futuro
En los próximos años se van a necesitar más de 800.000 puestos de trabajo en Europa que tengan que ver con la programación y la tecnología aplicada. Un universo de nuevos empleos que irán eliminando a otros que no requieran de un ser humano para ser realizados. La automatización y la robotización de procesos y servicios no harán más que acelerar de manera exponencial ambos casos, la destrucción de empleo y la carencia de otros nuevos.
En los próximos años se van a necesitar más de 800.000 puestos de trabajo en Europa que tengan que ver con la programación y la tecnología aplicada. Un universo de nuevos empleos que irán eliminando a otros que no requieran de un ser humano para ser realizados. La automatización y la robotización de procesos y servicios no harán más que acelerar de manera exponencial ambos casos, la destrucción de empleo y la carencia de otros nuevos.
¿Estamos formando a nuestros hijos para hacer frente en ese mundo? En términos generales y abandonando las anécdotas del sistema educativo en primaria y secundaria, la cosa es sencilla de analizar. Sólo mirando su actividad diaria, los métodos y las herramientas se ve claro. Que en muchas escuelas públicas y concertadas, y supongo que un buen número de privadas, al único momento de contacto con computadoras se le llame ‘aula de informática’ deja claro el asunto. Que nuestros hijos deban cargar con decenas de kilos con libros en sus mochilas cada día es aun más dramático.
Lo de llevar una tablet en lugar de libros supone un desafío importante pues no sólo es para aligerar peso, es para modificar el modelo de lectura, análisis y acceso a la información. Lo que se puede hacer con un texto enriquecido no tiene nada que ver con lo que se puede hacer releyendo un libro escolar en papel. No hablo de literatura. Además, a alguien le parece lógico que si nuestros hijos son nativos digitales y viven rodeados de dispositivos con los que interactúan con naturalidad, ¿lo natural no debería de ser incorporar en su proceso educativo de manera eficiente, constante y natural este tipo de herramientas?
Este video preguntó a niños muy pequeños como les gustaría que fuera su escuela y que deberían de poder hacer en ella. No tiene desperdicio. Están a años luz de lo que se les ofrece pero lo peor no es eso, es que si centráramos nuestros esfuerzos en lo que realmente importa lograrlo en algunos casos no es una quimera. Es priorizar en educación por delante de aeropuertos inservibles.
Por supuesto parte de esa educación vinculada al futuro que viene, en parte con un grado de tecnología inevitable, que ciertamente tiene que ver en cómo se hacen las cosas y en el motivo de porque suceden de una manera concreta, tiene que ver en como los padres también permitimos esa interacción. Hay muchos modos. No se trata de que los niños tengan relación directa con la tecnología en base a juegos de estrategia o a disponer de un teléfono propio antes de los 10 años. Hablo de software y hardware diseñado para naturalizar de manera divertida aspectos como el que comenté hace tiempo sobre cómo jugando con un robot un niño puede aprender, sin casi saberlo, conceptos de programación.
No se trata de que programen sino de naturalizar conceptos que se usan al programar. No es lo mismo hablar con una persona que hacerlo con un sistema binario. Eso ellos lo saben de manera nativa pero precisan de aspectos que lo dinamicen. En todo caso el debate no es si deben o no utilizar tecnología aplicada, el tema radica en si eso los forma con igualdad de condiciones a otros estudiantes de otros entornos geográficos o económicos. La cosa es grave. El futuro de nuestros hijos ya no es un lugar dónde formándote obtienes empleo seguro. El lugar en el que van a tener que enfrentarse a la cruda realidad es un complejo espacio dónde trabajar se va a definir de otro modo y dónde el ser humano como tal deberá ubicarse en base a reglas que ahora se están definiendo. No sabemos cuales serán pero si sabemos que la digitalización no será una opción.
No se trata de crear ingenieros o programadores sino de lograr la comprensión de los conceptos que van a presidir la vida de todos ellos. La lógica del futuro inmediato será muy distinta y se regirá por esos elementos que ahora nos cuesta aceptar. Saber porque un objeto se mueve en base a un código determinado no será optativo. No será importante saber escribir ese código pero si elementos lógicos que lo componen. No hablo de que un niño aprenda ‘php’ en su escuela pero si la lógica del lenguaje de programación por ejemplo. Es como no hablar inglés fluido pero si saber como se componen los gerundios en ‘ing’. Eso facilita las cosas.
Hoy en día se considera casi analfabeto a quien no es capaz de utilizar algunos aspectos tecnológicos básicos y no es tan importante conocer el ‘cómo’ se logra la emisión por televisión cómo el ‘concepto’ que lo logra. Todos sabemos que la red es un elemento consustancial a nuestra existencia, sabemos que sucede al compartir contenido y que todos lo podemos hacer. Quien no entiende de que va eso de la economía socializada tiene un problema para entender nuestro mundo actual y se encuentra en desventaja en muchos temas.
No parece lógico que niños de 10 y 11 años malgasten su tiempo ‘aprendiendo’ a utilizar un procesador de texto durante dos cursos, cumpliendo con alguna obligación de expediente metodológico cuando el uso de ese software está naturalizado en ellos. Lo que es importante, y de ahí surgirán las diferencias de oportunidad de estos chicos, es avanzar en otros temarios de los que seguramente la mayoría de docentes no están listos para explicar. Tal vez, cómo hacen en otros países, ha llegado el momento de modificar el modelo educativo, público especialmente, permitiendo la enseñanza remota, abierta y dónde el cuerpo docente se abra a la incorporación de personas que ‘no son maestros’ pero si conocen estos aspectos.
La educación es la parte más importante de nuestra vida. Nos impulsa al conocimiento y precisa de estímulos constantes. Es con ella que nos formamos como personas, atendemos a necesidades y comprendemos lo maravilloso de aprender. Cualquiera de estos elementos requiere que suceda en sintonía con el mundo en el que vive el alumno y con la aceptación absoluta del formador del mundo que van a vivir estos niños. Es preciso que quienes diseñan el modelo educativo se dejen de reformas políticas y se centren en lo importante. De verdad que poco importan, llegado a este punto, algunos de los grandes debates que la educación española vive de manera constante. Lo que realmente es crucial es que el diseño educativo se haga honestamente y bajo el análisis de que el mundo que viene será absolutamente exigente en algunos campos y si en ellos no nos vamos a ubicar con garantías el desastre será monumental.
Pensemos en el mundo hace apenas 20 años. Las redes sociales no existían, la telefonía móvil era un artículo de lujo, los viajes ‘low cost’ pertenecían a novelas de ciencia-ficción, las plataformas de economía colaborativa digital no estaban en la cabeza de nadie y los objetos necesarios para hacer todo lo que hace hoy en día un smartphone no nos cabían en una maleta de cabina. Ese mundo de hace dos décadas comparado con nuestro día a día es un juego de niños si lo comparamos con los cambios que vivirán nuestros hijos de 6 o 7 años en su mundo laboral cuando tengan 24 o 25. La innovación y el cómo se está implementando en nuestra vida aceleran de forma exponencial como dije hace unos días. No hay tiempo que perder.
Repito, no se trata de crear programadores, es sencillamente hablar el mismo idioma que ellos, con sus mismas herramientas y para lograr que el futuro no les pille con una sensación rara. Que no pase aquello de que lo que me han enseñado no tiene nada que ver con la realidad. Sí, ya sé que eso es lo ‘normal’, lo que nos ha pasado a todos, pero el problema es que ellos lo van viendo a tiempo real, nosotros nos dimos cuenta al salir al mundo real.
El problema es el mismo de siempre. Quienes deben estar en esto no lo están o siguen con su fiesta casi insultante de quien, con quien y con cuanto. Es patético. ¿Quién está en los grandes temas? La política de futuro no tiene nada que ver con el futuro de la política y en el caso de España nadie parece darse cuenta. El tiempo corre y ahora más rápido que nunca. Corre especialmente para nuestros hijos. Cada día, cada año sin acceso a una formación específicamente diseñada para el futuro es una oportunidad menos, una garantía menos. Se lo debemos.
Nos toca a nosotros, los que podemos votar y actuar, procurar que los cambios disruptivos a los que el mundo va a asistir en breve y a toda velocidad afecten negativamente en la menor medida posible a las generaciones venideras. Visto lo visto, nuestra única opción es repetir incansablemente las alarmas que ya suenan a lo lejos. No solo de votar vive el demócrata, también debe actuar.
Viajar en el tiempo a bordo de dos vagones Pullman.
El pasado fin de semana lo pasamos en la maravillosa ciudad de Galway y en el condado de Mayo. Galway es la capital del condado del mismo nombre se encuentra en la costa oeste de la isla. Tiene una población que supera ligeramente los 75.000 habitantes y fue fundada hace unos ocho siglos. Debe su nombre al lecho de piedras del rio Corrib que la atraviesa de punta a punta. Hay leyendas que dicen que su nombre tiene que ver con la mitología celta.
El pasado fin de semana lo pasamos en la maravillosa ciudad de Galway y en el condado de Mayo. Galway es la capital del condado del mismo nombre se encuentra en la costa oeste de la isla. Tiene una población que supera ligeramente los 75.000 habitantes y fue fundada hace unos ocho siglos. Debe su nombre al lecho de piedras del rio Corrib que la atraviesa de punta a punta. Hay leyendas que dicen que su nombre tiene que ver con la mitología celta.
No sé, de hecho hay tantas versiones como pubs. Lo que sí sé es que de las ciudades de cierta importancia que tiene el país, Galway es la que mayor encanto tiene. Es tranquila de día y vibrante de noche. Es tradicional por la pesca, los comercios y la vida en general, pero también es tecnológica, económicamente moderna gracias a algunas multinacionales que se han asentado cerca. Pasar en algún momento de la noche por el 'spanish arch' es obligación.
Tras instalarnos en uno de los hoteles de mayor solera de la ciudad, el Meyrick, decidimos hacernos un plan de visitas en la zona. El sábado sería para el condado de Galway y el domingo para el de Mayo, un lugar dónde se pueden encontrar las playas más bonitas del país. De hecho, algunas de ellas recuerdan a las del propio Caribe por su arena blanca y su agua turquesa. La diferencia, obviamente, es su temperatura. En concreto de poco más de 10 grados actualmente. Suerte de mi chaqueta de cuero marrón Hugo Boss que en esta temporada siempre me acompaña los fines de semana. Es un elemento que puedes añadir a tu fondo de armario y en esta época del año queda mucho mejor que la típica chaqueta de cuero negro.
Con una excelente ubicación, con vistas a la plaza Eyre, el Hotel Meyrick combina elegancia y modernidad en sus servicios. El estilo victoriano no es cargante, al contrario, relaja. La hospitalidad es de nota. Este majestuoso edificio es el decano de los hoteles de la ciudad y está muy bien comunicado. Si no tienes coche y vienes en transporte en menos de un minuto estás en la estación de tren o autobús. El Meyrick está considerado el espacio para reuniones y eventos de negocios más relevante de la zona.
La verdad es que el trato fue excelente. A Lara, incluso, la invitaron a conocer uno de los rincones más exclusivos del hotel: la 5a planta, dónde se encuentra el solicitado spa del Meyrick, un lugar absolutamente recomendable y creado para olvidarse del universo conocido por un tiempo junto a la Plaza Eyre. Una dosis de calma no nos vendría mal para lo que nos esperaba.
Si quieres cenar en un lugar único en el mundo debes venir al Pullman. Un tren de la década de los 30 del siglo XX que no logró salir de la estación reconvertido en el más elegante y exclusivo restaurante de la ciudad. Es como viajar en el tiempo y hacerlo a bordo de dos vagones Pullman originales restaurados que habían estado residiendo en la estación de Elsenham de Hertfordshire, en Inglaterra. La guinda es la vista. Cenar rodeados de los jardines del hotel Glenlo Abbey y la laguna Corrib en un lugar como este con música de los años 30 y 40 de fondo es ciertamente único.
Al día siguiente, con la sensación de haber viajado en el tiempo, nos dirigimos en coche hasta County Mayo en busca de playas e islas al norte del país. Ciertamente sino son las más bonitas si pueden estar entre las mejores y más especiales. El concepto playa en Irlanda es muy distinto al que se puede tener en el Mediterráneo obviamente y exige de un análisis distinto. En este caso destacar lo hermoso del paisaje, la calma y la posibilidad de caminar descalzo en una playa tan al norte del planeta. Pasamos por las Inishkea Islands, sencillamente cinematográfico. De hecho estos días en la zona y aún más al norte, en Donegol, se ruedan escenas del nuevo episodio de la saga Star Wars. Ahí lo dejo.
Special Thanks! to: for Jacket: Hugo Boss, for shirt: Marc Jacobs, for pants: Pringle, for Shoes: Barker Alderney, for Sunglasses: Radikalvip, for Car: Audi Centre South Dublin, for Hotel: Meyrick Hotel, and for Restaurant: Pullman Restaurant.
Economía de Bolsillo S1:E4, 'La Bolsa'.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de la ‘Bolsa’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida las complejidades de los mercados bursátiles. Para ello, y tras un viaje metafórico en una montaña rusa, durante 25 minutos vamos a aprender los detalles de este mundo tan frenético.
Este próximo sábado en ‘Economía de Bolsillo’ de TVE trataremos el tema de 'La Bolsa’. En ‘La 2’ y a las 6 de la tarde vamos a analizar de manera ágil y divertida las complejidades de los mercados bursátiles. Para ello, y tras un viaje metafórico en una montaña rusa, durante 25 minutos vamos a aprender los detalles de este mundo tan frenético.
Primero preguntaremos a la gente de la calle si saben que es el Ibex35 o para que creen que sirve la Bolsa. Viajaremos a la Holanda del Siglo XVI para entender porque un hombre cambió su casa por un tulipán en la mayor burbuja especulativa de la historia. Iré al casino a jugar a la ruleta.
Entenderemos aspectos relevantes de los mercados con Fernando Trias de Bes e iremos a un mercado mayorista de flores para comprender las diferencias entre acciones y bonos garantizados. Conoceremos algunas aplicaciones para invertir en bolsa y me pasaré una tarde en un cine multisalas para explicar el concepto de demanda y oferta. Finalmente entrevistaré a una de las mejores ‘traders’ de España, Francisca Serrano.
No os lo perdáis. Vamos detrás de uno de los mejores documentales que se han hecho nunca. Lo emite ‘La 2’ justo antes de nosotros. A las 6 y media ya quedas libre.
¿En qué grado de digitalización se encuentra tu empresa? ¿Cómo de digital es tu industria?
Un estudio reciente del McKinsey Global Institute investigó el estado de digitalización en diferentes sectores de la economía encontrando una, cada vez, mayor brecha entre algunos de ellos. La mayoría de las empresas digitales crecían de manera brutal en cuanto a su productividad y a sus beneficios al contrario de los rangos de crecimiento de otras que no pertenecen a ese grupo. La Harvard Business Review presentó sus conclusiones que hoy os traigo aquí dónde analizaban 27 indicadores que permiten analizar a cualquier industria en su fase de digitalización. Esos indicadores se dividen en tres categorías: activos digitales, uso digital y trabajadores digitales, siendo las dos últimas las que marcan la diferencia de manera más significativa.
Un estudio reciente del McKinsey Global Institute analizó el estado de digitalización en diferentes sectores de la economía encontrando una, cada vez, mayor brecha entre algunos de ellos. La mayoría de las empresas digitales crecían de manera brutal en cuanto a su productividad y a sus beneficios al contrario de los rangos de crecimiento de otras que no pertenecen a ese grupo. La Harvard Business Review presentó sus conclusiones, que os traduzco en parte hoy, dónde analizaban 27 indicadores que permiten analizar a cualquier industria en su fase de digitalización. Esos indicadores se dividen en tres categorías: activos digitales, uso digital y trabajadores digitales, siendo las dos últimas las que marcan la diferencia de manera más significativa.
Es cierto que en la mayoría de los casos al hablar de ‘lo digital’ muchos directivos y empresarios no tienen claro que es realmente más allá de comprar versiones actualizadas para sus sistemas, cuando en realidad todo eso no es más que el primer paso, el comienzo. Para ser competitivo, para destacar, se debe ‘pensar en digital’, hacerse digital, reconvertir la fuerza laboral y de gestión intensificada en todos los aspectos de la empresa.
Los activos digitales se han multiplicado exponencialmente en el mundo de los negocios. Hemos digitalizado muchísimas cosas, se han implementado aplicaciones y se han generado nuevos modos de alcanzar a los clientes en escenarios como las redes sociales o profesionales. Pero seguimos lejos de lo que significa ‘transformación digital’. Esos activos son importantes pero sólo son la parte menor del desafío que muchas empresas deberán urgentemente afrontar.
Hay dos divisiones, dos competiciones distintas entre los diferentes sectores económicos. En el estudio al que me estoy refiriendo se trata de generar un índice de digitalización de cualquier industria. Un modelo de análisis que utilizo cuando en alguna consultoría debemos conocer con detalle los aspectos relevantes para llevar a cabo el trabajo de transformación que me encargan. Lo mejor es que es un trabajo que se debe realizar con los equipos directivos y son ellos los que localizan la medida exacta de su estado de digitalización. Normalmente se sorprenden. Ni es tan poca en algunos casos, ni tanta como otros suelen creer.
Veamos cada una de las tres grandes categorías del índice. En primer lugar, los activos digitales. El grado en el que las empresas han digitalizado sus activos físicos cómo flotas de vehículos conectados, grandes volúmenes de datos o sistemas logrando un gran rendimiento de los equipos, sistemas y cadenas de suministro. Un ejemplo es el nuevo teléfono inteligente S60 de Caterpillar, que viene con capacidad de imagen térmica incorporada y es útil para los constructores, electricistas y trabajadores de servicios públicos.
La segunda categoría, el uso digital, mide el grado en que las empresas se involucran en lo digital con clientes y proveedores. Las empresas de los sectores líderes hacen un uso más intenso de los pagos digitales, marketing digital y el desarrollo de productos de diseño. Burberry, por ejemplo, ha buscado la integración de los medios sociales y las experiencias de inmersión en sus tiendas físicas, lo que ha logrado una tremenda disrupción en su cadena de valor.
Pero lo que realmente diferencia a los líderes es la tercera categoría: el grado en el que se ponen las herramientas digitales en manos de los miembros de la compañía. Para obtener una imagen precisa, se evaluaron más de 12.000 descripciones de tareas detalladas a fin de identificar aquellos más vinculado con las tecnologías digitales.
Las diferencias son enormes: las empresas de sectores líderes tienen una fuerza de trabajo 13 veces más digitalizadas que el resto de la competencia. En sectores rezagados, el compromiso digital de la mano de obra puede ser errática; algunas organizaciones han hecho progresos en ciertas áreas, pero aún no se han ocupado de las tareas fundamentales que realizan sus trabajadores. Muchas organizaciones de atención de la salud, por ejemplo, utilizan tecnología muy sofisticada en el diagnóstico y tratamiento, pero una parte considerable de su plantilla utiliza herramientas muy rudimentarias o, directamente, ninguna tecnología. Menos del 20% de los pagos a los proveedores en el cuidado de la salud y a sus proveedores se hace digitalmente, por ejemplo.
Es obligatorio para directivos y empresarios determinar las prioridades digitales, teniendo en cuenta la transformación del negocio global para mantener una ventaja competitiva. Esto requiere un enfoque externo que permita entender más profundamente las expectativas a las que se puede llegar atendiendo al sector y a la categoría de digitalización como he dicho antes.
Los clientes están cambiando y las empresas deben cambiar también para satisfacer mejor esas nuevas necesidades. Cuando un cliente me pide que analice su estado de digitalización y desarrolle un plan de acción identificamos esos vacíos con los equipos de gestión, diseñamos una estrategia de bajo impacto financiero y una hoja de ruta que tenga resultados a corto plazo a fin de dotar de confianza el proceso que venga después. Piensa en tu sector y luego pregúntate el grado de digitalización en el que te encuentras. Si necesitas ayuda no dudes en contactarme.